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IGP

Sistema de Clasificación
de Rocas Cubanas
Capítulo 2. Rocas Ígneas
Colectivo de autores
Autores

Rocas ígneas plutónicas y volcánicas

Mireya Pérez Rodríguez


Kustrini Sukar Sastroputro
Miriela Ulloa Santana
Teresa Marí Morales
Ramona Rodríguez Crombet
Lilavatti Díaz de Villalvilla Carbó
Iris Méndez Calderón
Mercedes Torres La Rosa
Bienvenido Echevarría Hernández
Bienvenido Palacio Alvarado
Inés Milia González
María Elena Quintana
Angélica Isabel Llanes Castro
Iliana García Cádiz
María Santa Cruz Pacheco Sarlabous
Eugenia Fonseca Pedraza
Margarita Heredia
2. ROCAS ÍGNEAS
2.1. Clasificación de los Granitoides (sl) de Cuba

2.1.1. Introducción

En Cuba los granitoides (s.l.) se desarrollan ampliamente, formando parte de


los arcos de isla que se formaron durante los eventos convergentes de las
placas oceánicas en el Cretácico (Cuba Central) y en el Paleógeno (Cuba
Oriental). Además, se encuentran también con menos frecuencia, granitoides
correspondientes a la asociación ofiolítica, formada en una supuesta zona de
suprasubducción así como otros que se vinculan al magmatismo intraplaca
continental en el Jurásico.

Es de señalar, que el término de ¨granitoides (s.s.) ¨ se define en Le Maitre et


al. (1989) como sinónimo de rocas graníticas, es decir, rocas plutónicas
compuestas esencialmente por cuarzo, feldespato alcalino y/o plagioclasa.
Actualmente se utiliza como término general en la clasificación provisional ¨de
campo¨ para las rocas identificadas como granito, granodiorita o tonalita.

El término de ¨granitoides (s.l.) ¨ utilizado en el presente trabajo comprende a


las rocas plutónicas de composición desde media hasta ácida (SiO2: 53-78 %).
Se utiliza como término general en la clasificación provisional ¨de campo¨ para
los siguientes tipos de rocas: rocas graníticas (granitoide s.s.), rocas sieníticas
y rocas dioríticas.

2.1.2. Clasificación y nomenclatura

El sistema jerárquico de clasificación propuesto en este trabajo para los


granitoides (s.l.) de Cuba se presenta en la Figura 1. El mismo se basa
fundamentalmente en las clasificaciones recomendadas por M.R. Gillespie y
M.T. Styles, 1999 y Strekeisen, 1976 (en Le Maitre et al, 1989) para las rocas
ígneas.

Los niveles 4 y 5 de la Figura 1 se basan en la clasificación y la nomenclatura


de rocas plutónicas (de Strekeisen, 1976; en Le Maitre et al., 1989), señaladas
en las Figuras 2 y 3.

En el caso de los granitoides (s.l.) cubanos, al igual que en la literatura


europea, el granito ocupa el campo 3 (Fig. 1 y 3) sin la división en 3a y 3b. Por
otra parte, además de la tonalita se propone incluir también en el campo 5 (Fig.
3) el plagiogranito. Esto se debe a las experiencias acumuladas por los
petrógrafos cubanos, según las cuales, entre la tonalita y el plagiogranito se
observa un cambio gradual tanto de los contenidos del cuarzo, la plagioclasa y
los minerales máficos como de la basicidad de la plagioclasa (ver Fig. 4).
Mientras tanto, entre la tonalita y el plagiogranito se encuentra la tonalita
leucocrática.
En Cuba, los granitoides (s.l.) caen en la parte superior del diagrama QAPF
(Fig.2), ocupando los campos de rocas graníticas, sieníticas y dioríticas. De
estos granitoides (s.l.), señalados en las Figuras 1 (niveles 4 y 5), 2 y 3, son
más frecuentes en el territorio cubano las dioritas cuarcíferas y las
granodioritas, así como las tonalitas y los granitos. Además, exclusivamente en
la región de Ciego de Ávila – Las Tunas (Cuba Central) se observa un notable
desarrollo de las sienitas, monzodioritas y los monzogabros.

Fig. 1. Sistema jerárquico de clasificación de los granitoides (s.l) de Cuba.


Fig. 2. Ubicación de los granitoides (s.l.) de Cuba en la clasificación preliminar
QAPF de rocas plutónicas para uso de campo, de Strekeisen, 1976 (en Le
Maitre et al., 1989).
Fig. 3. Granitoides (s.l.) de Cuba en el diagrama QAPF de clasificación y
nomenclatura para rocas plutónicas de Strekeisen, 1976 (en Le Maitre et al.,
1989).
Q = cuarzo, A = feldespato alcalino, P = plagioclasa y F = feldespatoide
Observaciones: en el caso de Cuba, además de la tonalita agregamos en el
campo 5 el plagiogranito.
Fig.4. Cambio de la composición mineralógica entre la tonalita y el
plagiogranito.

2.1.3. Descripciones de rocas típicas en los diferentes ambientes


tectónicos en Cuba Central

Diorita (nivel 5 en la Fig. 1 y campo 10 en la Fig. 3).


Son rocas que presentan una gran distribución geográfica tanto en Villa Clara
como en Camagüey.

En Villa Clara son rocas de estructura masiva, de color gris-oscuro de grano


fino hasta grueso. Cuando las mismas afloran cerca del contacto con las
anfibolitas de Mabujina se observa un proceso de asimilación con
enriquecimiento de minerales máficos, fundamentalmente el anfíbol
(hornblenda), por lo tanto la misma se convierte en una roca más
melanocrática. Frecuentemente en estas dioritas aparecen xenolitos de
anfibolitas.

Las dioritas generalmente presentan textura hipidiomórfica-granular. En las


variedades melanocráticas el contenido de hornblenda varía de 20 a 25%,
donde las plagioclasas tienen formas prismáticas alargadas con tamaños que
varían desde 0,1 hasta 1 mm de composición andesina y constituyen el 70-75%
de la roca. Estas plagioclasas están seritizadas y algo epidotizadas y
cloritizadas. El contenido de cuarzo es menor del 5% y presenta forma
xenomorfa rellenando espacios.

En Camagüey las dioritas se caracterizan por presentar color gris a gri s-oscuro
de grano medio a grueso con textura hipidiomórfica-granular y a veces taxítica
por orientación de sus minerales máficos. El mineral que predomina es la
plagioclasa de composición andesina y constituye el 70-75% de la roca.
También en ella se puede observar ortosa en menos del 5% rellenando
espacios. El cuarzo constituye el 4-5% y presenta forma xenomorfa rellenando
intersticios. Los minerales máficos están representados por hornblenda y biotita
en 15-20%, predominando la hornblenda donde a veces se ha determinado
augita. Los minerales accesorios pueden constituir hasta el 2% y están
representados por magnetita apatito, esfena y zircón. Entre las principales
alteraciones tenemos la cloritización, epidotización y desanortización de las
plagioclasas. (Foto 1).

Dioritas cuarcíferas (nivel 5 en la Fig. 1 y campo 10 en la Fig. 3).


En Villa Clara las dioritas cuarcíferas tienen mayor desarrollo que las dioritas.
Son rocas de color gris hasta gris claro de grano medio y de estructura masiva,
generalmente tienen textura hipidiomórfica-granular, menos frecuente
cataclástica y de cemento. Las mismas están formadas por plagioclasas de
composición andesina (An 44), y constituyen el 60-70% de la roca, cuarzo
xenomorfo 10-25%, anfíbol (hornblenda) 5-15% con formas prismáticas
alargadas y la biotita es menos frecuente alcanzando un 3-5% de contenido y
presentando forma de escamas generalmente cloritizadas. Los minerales
accesorios tanto para las dioritas como para las variedades cuarcíferas son
magnetita, esfena apatito y menos frecuente zircón.

En Camagüey las dioritas cuarcíferas son rocas de estructura masiva a veces


taxítica por orientación de sus minerales máficos y en algunos sectores se
observan cataclastizadas. Son de color gris hasta gris-oscuro y de grano
medio, a veces porfiroidea. Su textura típica es hipidiomórfica y en los cuerpos
mayores generalmente forman bandas en la zona de endocontacto.

Las plagioclasas constituyen el mineral más desarrollado alcanzando hasta un


60-70% con su presencia. Son de composición andesina y a veces se observa
una variación de su composición en el núcleo (An45-55) y en la periferia
(An35). El cuarzo varía desde 7 hasta el 20% y se observa feldespato potásico
(ortosa). En el intrusivo de Ignacio se observó microclina en lugar de ortoclasa
y los feldespatos pueden alcanzar hasta el 5% de la roca. Los máficos están
representados en primer lugar por hornblenda que puede alcanzar hasta un
15%. Son de color pardo verdoso y a veces se observan sustituidos por los
bordes y las grietas por anfíbol secundario. En las variedades más
melanocráticas se observan relictos de piroxeno monoclínico. El otro máfico
que se observa es biotita de color carmelita-oscuro alcanzando el 2-14% y
formando en algunas ocasiones entrecrecimiento con la hornblenda, pero a
veces la corroe. Los minerales accesorios forman el 1-2% y están
representados por magnetita y apatito; en menor cantidad esfena, zircón y
ortita.

Es característico para estas rocas las siguientes alteraciones: saussuritización,


desanortización y zeolitización de las plagioclasas, sustitución de las biotitas y
hornblendas por cloritas, epidota y leucoxeno. (Foto 2).

Gabro (nivel 5 en la Fig. 1 y campo 10 en la Fig. 3).


No son rocas muy abundantes. En general ellas se presentan como pequeños
cuerpos relacionados genéticamente con los granitoides.

En Villa Clara se han observado algunos afloramientos al norte de


Manicaragua, (provincia Santa Clara). En Camagüey forman pequeños cuerpos
entre los granitoides y también aparecen como bloques de algunos metros
dentro de los macizos de Camagüey y Sibanicú - Las Tunas.

Se caracterizan por ser rocas de estructura masiva de color verde oscuro, de


grano medio, con textura gábrica representada por plagioclasa de composición
andesina-labrador que constituyen el 60-80%. Como minerales máficos
tenemos augita y hornblenda, predominando la primera y constituye el 20-35%.
Entre los minerales accesorios más frecuentes tenemos la magnetita.

En Camagüey existe mayor variedad de los mismos en comparación con Villa


Clara. Su desarrollo es también más limitado y sus afloramientos mal
conservados. Están representadas por las siguientes variedades: gabro-
dioritas, gabro y gabro–noritas. Las más abundantes son las gabro-dioritas y
sus variedades cuarcíferas.

Son rocas de estructura masiva, aunque a veces presenta un débil


bandeamiento. Son de grano medio a grueso y de color verde oscuro.
Presentan variedades como son: gabro piroxeno-anfibólico y anfibólico, de
acuerdo al mineral máfico que predomine.

El mineral que predomina es la plagioclasa de composición andesina-labrador


o labrador y representa el 60-70% de la roca. Los minerales máficos están
representados por augita y hornblenda y constituyen el 20-25% de la roca.
Presentan igual desarrollo de las plagioclasas y de los máficos, y como mineral
accesorio encontramos 1-3% de magnetita o ilmenita y poco apatito.

La variedad más difundida es gabro-diorita. Es una roca de color oscuro, de


grano medio y de estructura masiva. La textura es hipidomórfica granular. La
plagioclasa que predomina es andesina-labrador y constituye el 60-70%. El
mineral máfico está representado por la hornblenda y la augita, con menos
frecuencia biotita y como mineral accesorio la esfena. Las principales
alteraciones de estas rocas son saussuritización de las plagioclasas,
cloritización, uralitización o epidotización de los minerales máficos.

Granito (nivel 3 en la Fig. 1 y campo 3 en la Fig. 3)


Fundamentalmente forma parte del arco volcánico cretácico y, muy
escasamente, se encuentra vinculado al magmatismo intraplaca continental del
Jurásico.

Granito del arco volcánico cretácico

A continuación se describirán variedades descritas en la antigua provincia de


Villa Clara:

1)- Granito biotítico y bimicáceo de grano fino. Frecuentemente se encuentran


en los granitoides de la facie principal (región Manicaragua, provincia Santa
Clara) y en las rocas del complejo anfibolítico Mabujina, en forma de vetillas.
Kanchev en 1978 observó como estos granitos transicionan de biotítico a
bimicáceo en un solo cuerpo.

Son rocas de color crema con tono rosado y poseen una textura alotriomórfica
granular con una estructura masiva. Están compuestas por feldespato potásico
(62,3 %), cuarzo (31,2 %), plagioclasa (6 %), biotita más moscovita (0,43 %).
Los minerales accesorios (1 %) son magnetita, zircón, ortita y apatito.

El feldespato potásico (ortosa-pertita) se encuentra en grandes tablillas y


también en agregados que se encuentran entre los granos de cuarzo y
plagioclasa, corroyendo a esta última. Los granos del cuarzo están
recristalizados, formando agregados granoblásticos. La plagioclasa (oligoclasa)
forma tablillas alargadas y está débilmente saussuritizada y sericitizada. La
biotita se encuentra en escamillas aisladas y sustituida por los bordes por
moscovita.

2)- Granito leucocrático de grano fino (Región de Cienfuegos y Veta María,


región Manicaragua- provincia Santa Clara).

Está compuesto por oligoclasa (50-60 %), cuarzo (20-25 %), microclina (10-15
%), moscovita más biotita (3-5 %), granate (3-5 %) y minerales accesorios (< 1
%), representados por esfena, apatito, circón y ortita. Su textura es
hipidiomórfica granular.

La mayor parte de la roca se compone por oligoclasa (de 1-2 mm), está
saussuritizada y sericitizada, especialmente en su núcleo. El cuarzo forma
granos isométricos ¨cementados,¨ formando agregados micro- granulares de
microclina y cuarzo. En estos mismos agregados se disponen las escamas de
biotita y moscovita, así como los cristalitos de granate y minerales accesorios.
(Foto 3a y 3b).

En la región de Camagüey no son abundantes las variedades descritas y son


las siguientes:

Granito biotítico y biotítico-hornbléndico se han observado en el macizo


Ignacio. Se caracterizan por contener feldespato potásico en un contenido
mayor del 12% y representado más frecuentemente por microclina que por
ortosa, donde ellos a veces transicionan de biotítico a biotítico-hornbléndico sin
poderse establecer límites geológicos entre ellos. Se les nombra de acuerdo al
mineral máfico que predomine.
Los granitos biotítico-hornbléndicos en el macizo Siboney forman un cuerpo
bastante grande de 20 Km2, de grano medio a grueso.

Granito hornbléndico. Estos se observan en los macizos de Santa Rosa, Las


Parras y Florida-Céspedes-San Antonio. Son los más ampliamente distribuidos.
Se caracterizan por presentar estructura masiva, de color blanco-grisáceo,
textura alotriomórfica-granular, alotriomórfica-mirmequítica y menos
frecuentemente hipidiomórfica, con grandes sectores poiquilíticos. En su gran
mayoría presentan desarrollo de fenocristales, (porfiroideas) donde ellos están
representados por plagioclasa de composición oligoclasa o cuarzo, menos
frecuentemente hornblenda. Se caracterizan por presentar cuarzo en un 34-
44%, feldespato potásico 6-17%, plagioclasa 40-51%, máfico 4-12% y
accesorios 1-3%.

Granito vinculado al magmatismo intracontinental del Jurásico


En Cuba este granito se observó aflorando solo en los alrededores del poblado
de Sierra Morena, al noroeste de la provincia Santa Clara. Actualmente ese
afloramiento no se conserva por estar bajo una presa.

Es una roca de grano medio a grueso y de color crema con tono rosado.
Presenta textura hipidiomórfica granular y está compuesta por plagioclasa (30-
48 %), feldespato potásico (20-35 %), cuarzo (20-30 %) y biotita (2.6-4.5 %).
Los minerales accesorios (< 1 %) están representados por magnetita, esfena,
apatito, zircón, rutilo, ortita, pirita e ilmenita.

La plagioclasa (albita-andesina), fuertemente sericitizada y pelitizada, forma


tablillas bien orientadas y también, entrecrecimientos poiquilíticos dentro de los
granos del feldespato potásico. Sus bordes, en general, se encuentran
corroídos por feldespato potásico. El feldespato potásico presenta granos
isométricos y raras veces, alargados. Es característico el desarrollo de las
pertitas (albita). El cuarzo se presenta en agregados granulares intersticiales
con la extinción ondulatoria o de mosaico. La biotita, generalmente cloritizada,
se presenta en forma de escamas muy deformadas. A veces se observa el
cuarzo y escamas orientadas de biotita entrecrecidas poiquilíticamente dentro
del feldespato potásico. (Foto 4).

La alteración postmagmática está representada por la feldespatización y se


manifiesta en finas vetillas de feldespato potásico.

Granito de feldespato alcalino (nivel 2 en la Fig.1 y campo 2 en la Fig. 3)


En Cuba central el granito de feldespato alcalino se desarrolla
predominantemente en la región de Ciego de Ávila-Las Tunas, formando parte
del arco volcánico Cretácico. Se ha observado más frecuentemente en los
macizos de Sibanicú-Las Tunas e Ignacio, formando pequeños cuerpos de
formas isométricas o ligeramente alargadas. Algunos autores como Mari y
Stanek lo llaman "Granitos Maraguan, por la localidad en la cual tienen mayor
desarrollo.

Es una roca de color gris claro o rosado y de grano fino a medio. Su textura es
típicamente aplítica de grano fino hasta medio y en partes micrográfica con la
estructura masiva. Su composición mineralógica está representada
fundamentalmente por feldespato potásico, ortosa, (54,7 %). Está
generalmente pelitizada en forma de granos en los cuales se pueden observar
entrecrecimientos poiquilíticos con cuarzo.

El cuarzo constituye el 35,9 % con forma xenomorfa. La plagioclasa de


composición oligoclasa An 17-20, (8,9 %) y la biotita de color pardo rojizo se
encuentran en láminas de tamaño variable (0,5-1 %). Como mineral accesorio
encontramos magnetita, ortita, zircón, turmalina y granate. (Foto 5a y 5b).
Los contenidos de los minerales en todas las muestras se calcularon mediante
el análisis planimétrico en la lámina delgada.

Granodiorita (nivel 4 en la Fig. 1 y campo 4 en la Fig.3)


Es el granitoide con la mayor distribución espacial y geográfica, encontrándose
presente en la mayoría de los cuerpos y áreas afloradas que integra el arco
volcánico cretácico.

Es una roca de color gris hasta gris-claro, generalmente de grano medio a


grueso, a veces porfiroideas, predominando la textura hipidiomórfica-granular
con estructura masiva homogénea. Es característica una significativa cantidad
del feldespato potásico (10-25 %) y de los minerales máficos (5-10 %),
representados fundamentalmente por la hornblenda y la biotita. Para ellas es
característica la presencia frecuente de xenolitos de color oscuro de tamaños
variables representados por dioritas melanocráticas.

A continuación se describirán las siguientes variedades de granodioritas:

1)- Granodiorita hornbléndica (Camagüey).


Su textura es hipidiomórfica-granular y estructura masiva. Está formada por
plagioclasa (50-60 %), feldespato potásico (20-25 %), cuarzo (10-15 %),
hornblenda (5-7 %) y minerales accesorios representados por magnetita (1-2
%), zircón (1 %) y esfena (raros granos).

La plagioclasa (oligoclasa - andesina), a veces zonada y maclada, forma


prismas alargados. Esta débilmente pelitizada y sericitizada.

El feldespato potásico (ortosa-pertita), raras veces microclina, forma granos


xenomórficos que rellenan los intersticios, corroyendo los bordes de
plagioclasa.

El cuarzo, en granos irregulares, se encuentra rellenando los intersticios. Raras


veces forma una textura gráfica conjuntamente con el feldespato potásico.

La hornblenda, débilmente cloritizada, forma prismas alargados, en las cuales


se encuentran granitos idiomórficos de magnetita. (Foto 6).

2)- Granodiorita hornbléndico-biotítico (región Potrerillo, provincia Santa Clara).

Está formada por plagioclasa (53,27 %), cuarzo (21,86 %), feldespato potásico
(13,57 %), hornblenda (8,14 %) y biotita (2,45 %). Los minerales accesorios
(0,68 %) son magnetita, apatito, ortita, zircón y esfena.

La plagioclasa, de composición media, forma tablillas idiomórficas alargadas.

El feldespato potásico (ortosa-micropertita) y cuarzo forman granos


xenomórficos de tamaño más grueso. En algunos granos del feldespato
potásico se encuentran incluidas pequeñas tablillas de plagioclasa, formando
así una textura cercana a la monzonítica.

La hornblenda es de color verde parduzco según el Ng´ y verde según el Np´,


mientras que la biotita es de color carmelita oscura.

La magnetita y el apatito generalmente se encuentran asociados con la


hornblenda y la biotita, mientras que la ortita, el zircón y la esfena con los
minerales félsicos.

Monzodiorita y monzogabro (nivel 9 en la Fig. 1 y campo 9 en la


Fig. 3)
Las monzodioritas han sido reportadas en Villa Clara y Camagüey, pero donde
mayor desarrollo presenta es en Camagüey, donde es frecuente observar una
transición de monzonita a monzodiorita y esto se observa en la parte central del
macizo Camagüey. A continuación describiremos aquellas que se desarrollan
en Camagüey.

Macroscópicamente se pueden confundir con las dioritas cuarcíferas, solo se


diferencian bajo el microscopio. Son rocas de color gris a gris oscuro de grano
medio, débilmente porfiroidea, con una estructura hipidiomórfica granular en
partes monzonítica. Presentan un contenido de feldespato potásico (ortosa)
que varía desde 8-10%. Este se presenta con formas irregulares. Las
plagioclasas son composición media-básica (An35-55) y constituyen el 45-50%.
Como máficos tenemos hornblenda y biotita 20-30 %, donde la primera es de
color verde pardo y a veces cambia a azul verdoso, mientras la biotita es de
color carmelita-oscuro. Como mineral accesorio (3-4%), tenemos apatito, raras
veces esfena, zircón y ortita. Entre las alteraciones más frecuentes tenemos
desanortización y zeolitización de las plagioclasas, cloritización y
leucoxenización de las biotitas, cloritización y epidotización de la hornblenda.
Cuando el contenido de cuarzo es mayor del 5% dan lugar a las monzodioritas
cuarcíferas. El cuarzo en ellas se presenta de formas irregulares y rellenando
espacios.

En Villa Clara se han reportado variedades cuarcíferas que forman un cuerpo


entre las granodioritas y las anfibolitas de Mabujina. Generalmente se observan
cataclastizadas; son rocas de color gris claro con estructura masiva y textura
hipidiomórfica granular en algunas partes monzonítica y raramente en algunos
sectores micrográfica. Presentan un contenido de ortosa de 8-17% y cuarzo de
5%. Las plagioclasas constituyen el 55-60% y generalmente se encuentran con
formas prismáticas deformadas sericitizadas, pelitizadas y algo epidotizadas.
Son de composición andesina An 37-56 y a veces estas plagioclasas se
observan corroídas por los bordes por la ortosa. Los minerales máficos se
encuentran representados por hornblenda y biotita y pueden alcanzar hasta el
14%.

Esta roca se encuentra representada en Camagüey y no es abundante. El


mejor afloramiento fue descrito en el macizo Ignacio al este de la ciudad de
Camagüey. El mismo aflora como un cuerpo en forma de cuña entre sienitas
leucocráticas, cercano al mismo aparecen otros pequeños afloramientos mal
conservados.

Ellos presentan diferentes variedades de acuerdo al mineral máfico que


predomine, piroxénico (titanita-augita), hornbléndico-piroxénico y hornbléndico.
La primera variedad es la que predomina, el piroxénico. Esta roca se
caracteriza por presentar un color verde-oscuro, estructura generalmente
taxítica de grano medio hasta grueso, que a veces llega a ser pegmatoidea. Su
mineral principal es la titano-augita, que constituye el 60-70% de la roca.
También se puede observar hornblenda primaria, la cual aparece en un 10-
20%, ortosa 5-8%, plagioclasa de composición básica 4-5% y minerales
accesorios representados fundamentalmente por esfena, apatito, magnetita y
pirita que a veces alcanzan más del 3%. Cuando el contenido de cuarzo en
ellas es mayor del 5% da lugar a la variedad de monzogabro cuarcífero, donde
el cuarzo se presenta en forma de granos sin idiomorfismo. Estas rocas
generalmente muestran una intensa alteración como anfibolización del
piroxeno, saussuritización y prehenitización de las plagioclasas, además de
epidotización, cloritización y carbonatización. Esto hace difícil la determinación
microscópica de la roca, pues enmascara sus características texturales
primarias. (Foto 7a y 7b)

Monzonita (nivel 8 en la Fig. 1 y campo 8 en la Fig. 3)


Donde mayor desarrollo tiene es en la región de Camagüey, aunque algunos
autores la han reportado en las provincias villareñas. Macroscópicamente se
confunden con las dioritas, pero se diferencian por su contenido de feldespato
potásico que le da un tono rosado-grisáceo. Frecuentemente las monzonitas
transicionan gradualmente a monzodioritas en dependencia de las variaciones
mineralógicas (mayor o menor cantidad de ortosa y la composición de la
plagioclasa).

Es una roca de granulometría variada desde grano fino a grueso, más


raramente pegmatoidea, con una estructura masiva, y a veces cuando se
observa cercana a un contacto presenta una textura taxítica, de color gris con
tonos rosados.

Su textura es monzonítica, hipidiomórfica y poiquilítica. La plagioclasa


constituye el 45-50% y está representada por andesina An 30-40, feldespato
potásico 20-30% (ortosa) y los máficos 15-25% representados por hornblenda y
biotita. Los minerales accesorios más frecuentes son esfena, apatito y
magnetita.

Monzonita cuarcífera (nivel 8 + en la Fig. 1 y campo 8 + en la Fig.


3)
Es una roca masiva de grano medio a muy grueso, llegando a veces a
pegmatoidea. Su color gris con tono rosado y la textura es hipidiomórfica-
monzonítica. Es característica también para esta roca la textura poiquilítica.
A continuación se describirá la monzonita cuarcífera biotita-hornbléndica de la
región Bartle (Camagüey):

Está compuesta por plagioclasa (36-38 %), feldespato potásico (29%), cuarzo
(25 %), biotita (5 %), hornblenda (4 %) y minerales accesorios (<1 %). Su
textura es monzonítica. La plagioclasa (andesina), zonada y algo pelitizada, se
observa con formas prismáticas alargadas. El feldespato potásico (ortosa)
forma granos irregulares, en los cuales se encuentran incluidas
poiquilíticamente las plagioclasa, biotita y hornblenda.

El cuarzo forma granos irregulares xenomórficos de tamaño variable. La biotita,


frecuentemente cloritizada, está representada por escamas, y la hornblenda
tiene forma prismática. Los minerales accesorios son magnetita, apatito y
zircón. (Foto. 8a y 8b).

Plagiogranito (nivel 5 en la Fig. 1 y campo 5 en la Fig. 3)


La mayor parte de los plagiogranitos integran el arco volcánico cretácico y, muy
escasos se encuentran otros que corresponden a la asociación ofiolítica (K?),
donde estos últimos desde el punto de vista geoquímico presentan diversidad
genética.

Plagiogranitos de la asociación ofiolítica.


A continuación se describirán las siguientes variedades de plagiogranitos de
esta asociación:

1)- Plagiogranito de la Loma Cerro el Chivo (6 Km. al sur de la ciudad Santa


Clara). Datos posteriores indican edad cretácico y ambiente de arco volcánico
(Y. Rojas-Agramonte et al., 2009).

Es roca clara (blanco grisáceo o gris verdoso) y masiva, de grano medio a


grueso. Su textura es hipidiomórfica-granular, con algunos elementos
porfiroideos. Su composición mineralógica consiste en plagioclasa zonada (75-
85 %) y de composición oligoclasa–andesina a andesina, cuarzo (15-20 %) y
hornblenda (hasta 5 %).

La plagioclasa está pelitizada, epidotizada y sericitizada.

La hornblenda está casi totalmente sustituida por actinolita-tremolita. La


tremolita forma cristales prismáticos y raras veces, agregados aciculares.

La roca, en general, está cataclastizada. Este proceso cataclástico fue


acompañado por una fuerte desanortización de la plagioclasa, llegando a
formarse agregado porfiroblástico de composición albítica. (Foto. 9a y 9b).

2)- Plagiogranito de Tres Guanos, localidad típica descrita por Truitt y Pardo en
1954 y posteriormente por Hatten en 1958, desarrollados al noreste de la
ciudad de Placetas, al suroeste de Calabazar de Sagua y al este del poblado
de Iguará en la región de Venegas. Ellos intruyen gabros y diabasas de la
secuencia ofiolítica.

Es roca clara (blanco o gris claro) y masiva, de grano fino a medio. Su textura
es hipidiomórfica granular y a veces de entrecrecimiento. Está compuesta por
plagioclasa (60 %), cuarzo (30 %), biotita (7 %) y feldespato potásico (< 5 %).
Los minerales accesorios (< 1 %) están representados por zircón, apatito y
magnetita.

La plagioclasa, representada por oligoclasa y andesina, forma tablillas


hipidiomórficas. Está fuertemente pelitizada y sericitizada y, con frecuencia, se
observa su macla polisintética.

El cuarzo está muy agrietado, forma granos alotriomórficos intersticiales.


La biotita, débilmente cloritizada, se encuentra en pequeñas escamillas
retorcidas.

El feldespato potásico, en tablillas, se encuentra entre los cristales de


plagioclasa.

El zircón forma pequeños cristalitos (de 0,09 mm) y el apatito forma pequeños
agujitas y cristalitos (de 0,15 mm). (Foto. 10a y 10b).

Plagiogranitos del arco volcánico cretácico


Dentro de estas rocas existen tanto plagiogranitos del arco toleítico (PIA) como
plagiogranitos correspondientes al arco calcoalcalino (CA), los cuales se
diferencian muy bien entre sí por su composición mineralógica y su
geoquímica.

Plagiogranito del PIA


A continuación se describirán las siguientes variedades de plagiogranitos,
espacialmente vinculados con las vulcanitas de la Formación Los Pasos (al
norte de Manicaragua, provincia Santa Clara). Hasta el momento se considera
que tienen relaciones cogenéticas con Los Pasos, formando una asociación
volcano-plutónica.

Son rocas de color claro (blanco grisáceo a gris verdoso) y de grano fino a
medio y, raras veces, grueso. Tanto su textura como su contenido de los
máficos varían rápidamente a cortas distancias. Se observa además, una
irregularidad de la granulometría y la distribución de los máficos.

El plagiogranito de grano grueso, generalmente cataclástico, posee una textura


hetero-hipidiomórfica-granular. Compuesto por plagioclasa (albita-oligoclasa,
60 %), cuarzo (25-30 %) y hornblenda (5-10 %). Los minerales accesorios
están representados por magnetita, apatito y esfena.

La variedad de grano fino a medio, generalmente es más melanocrática, posee


texturas que varían desde ofítica hasta granofírica, las cuales pueden
transicionar gradualmente. Su composición mineralógica consiste en
plagioclasa (albita, 40-50 %), cuarzo (25-40 %) y los máficos (hasta 20-30 %),
alterados casi totalmente a clorita y epidota.

La plagioclasa forma prismas alargados y están distribuidas ofíticamente.


Además, se encuentra también dentro del cuarzo poiquíliticamente y/o forma
entrecrecimientos granofíricos. En la transición hacia la variedad de grano
grueso, la plagioclasa pierde su aspecto ofítico y sus entrecrecimientos
granofíricos transicionan en graníticos-gráficos. Por otra parte, los máficos se
agrupan en sectores melanocráticos dando un aspecto moteado específico de
la roca.

Raramente se observan los relictos de piroxeno y anfíbol, dispuestos entre los


prismas de plagioclasa (Foto 11a y 11b).

Plagiogranitos del arco volcánico calcoalcalino (CA)


En Villa Clara se encuentran emplazados en el Complejo Anfibolítico de
Mabujina. Forman cuerpos alargados, generalmente son leucocráticos y en la
zona de contacto se encuentran fuertemente cataclastizados.

Los plagiogranitos leucocráticos son rocas de color blanco grisáceo, de


granulometría variable, desde fina-media con una textura alotriomórfica y
estructura masiva. Están compuestos por plagioclasa (60-70 %), representada
por albita-oligoclasa, frecuentemente alterada, pelitizada, sericitizada y a veces
carbonatizada, cuarzo (15-20 %), feldespato potásico (2 %), biotita (<1 %) y
minerales accesorios(< 1 %) representados por zircón, magnetita y apatito.
Aquellos minerales que se encuentran en contacto con las anfibolitas de
Mabujina presentan textura cataclástica. Producto de la recristalización se
observan fenocristales del feldespato en una masa microgranoblástica de
cuarzo (Foto 12a y 12b).

En las provincias camagüeyanas tienen un desarrollo espacial y geográfico


más limitado hacia el oeste y norte en los cuerpos Santa Rosa, Las Parras y en
partes de Céspedes-Florida están muy mal aflorados. Los plagiogranitos que
predominan son los leucocráticos y con menos frecuencia se observan los
anfibólicos.

Los plagiogranitos leucocráticos son rocas de grano fino a medio de colores


blanco, crema, gris y rosado pálido. Su textura es masiva y su estructura
predominante es alotriomórfica mirmequítica de grano medio, aunque también
presentan textura alotriomórfica granular, poiquilítica-hipidiomórfica.
Frecuentemente presentan tendencia porfiroidea y abundante crecimiento
mirmequítico (Foto 13a y 13b). Su composición mineralógica es la siguiente:
cuarzo 35-50%, albita-oligoclasa 40-50%, ortosa 0-5% y máficos 0-5%. Los
minerales máficos están representados por hornblenda o actinolita-tremolita; a
veces se ha observado augita y menos frecuentemente biotita. Los mismos
constituyen menos del 2%. Los minerales accesorios son: apatito, esfena y
metálicos. Es frecuente en ellos la presencia de xenolitos de tonalitas de grano
fino.
Los plagiogranitos anfibólicos son rocas de color claro con textura
alotriomórfica-mirmequítica y poiquilítica, donde existen hay algunas
variedades porfiroideas. Los fenocristales están representados por plagioclasas
y hornblenda y se observan entrecrecimientos mirmequíticos de cuarzo y albita-
oligoclasa en una masa holocristalina fina. La composición mineralógica es la
siguiente: cuarzo 30-45%, plagioclasas 30-45%, ortosa 5-15%, el mineral
máfico hornblenda y raras veces escamas de biotita secundaria. Los minerales
accesorios constituyen el 1-3% y están representados por magnetita, esfena y
apatito y raras veces zircón. En ellos a veces se observan xenolitos (Foto.14a y
14b).

Sienita (nivel 7 en la Fig. 1 y campo 7 en la Fig. 3)


En Cuba las sienitas y sus variedades se encuentran desarrolladas
exclusivamente en la parte sur de la franja intrusiva de la provincia de
Camagüey (Cuba central). Fueron descritos por primera vez por I. Shevchenko
et al. en los años 1974-1976. Las sienitas se desarrollan en el intrusivo
Sibanicú - Las Tunas, en los poblados de Cascorro, Martí y Palo Seco,
constituyendo un área que sobrepasa los 100 Km2.

Por su composición mineralógica las agrupamos en las siguientes variedades:

1) Sienita cuarcífera.
2) Sienita hornbléndica, hornbléndica-biotítica o biotítica de acuerdo al mineral
máfico que predomine.
3) Sienita leucocrática

Sienita cuarcífera
Es una roca masiva de color rosado claro con textura hipidiomórfica-granular
de grano medio. Está compuesta fundamentalmente por feldespato potásico
(50 %), con la presencia de plagioclasa (30 %), cuarzo (hasta 15 %),
hornblenda (4 %), biotita (3 %) y minerales accesorios (hasta 6 %). El
feldespato potásico (ortosa-pertítica) se encuentra en prismas alargados
irregulares. La plagioclasa (oligoclasa), raras veces pelitizada, forma granos
prismáticos. El cuarzo forma granos xenomórficos rellenando los intersticios.
La hornblenda se presenta en prismas irregulares de color verde muy claro con
un débil pleocroismo (Foto 15a y 15b). La biotita se presenta en escamillas de
color pardo claro con un débil pleocroismo.
Los minerales accesorios están representados por magnetita, esfena y apatito.
La magnetita forma a veces concentraciones conjuntamente con los máficos y
la esfena aparece bordeando la magnetita.

En las zonas donde existe una fuerte actividad tectónica y se encuentran estas
rocas, las mismas se observan cataclastizadas en diferentes grados. Los
cristales de ortoclasa-pertítica presentan bordes dentados y bordeándola finos
agregados micro-granulares de cuarzo y plagioclasas, donde los minerales
máficos también se alteran.
Es frecuente en estas rocas, fundamentalmente las cuarcíferas y leucocráticas,
observar alteraciones hidrotermales como son sericitización y caolinización
para los feldespatos, perdiendo a veces su textura original y dando lugar a una
fuerte mineralización.

Sienita horbléndica-biotítica
Es la roca de grano muy grueso desarrollada, macroscópicamente es masiva
de color gris-rosado o gris microscópicamente presenta una textura
hipidiomórfica-granular. Esta compuesta predominantemente por feldespato
potásico (50-55 %) y plagioclasa (28-30 %), con minerales máficos (10-15 %) y
accesorios (2-8 %).

El feldespato potásico (ortosa y ortosa-pertítica) y la plagioclasa (desde básica


hasta albita-oligoclasa) forman granos gruesos idiomórficos (prismáticos) (Foto
16a y 16b). La ortosa aparece tanto fresca como pelitizada, mientras que la
plagioclasa esta pelitizada y, raramente, sericitizada. Los minerales máficos
están representados por hornblenda y biotita. La hornblenda, de color verde
oscuro, forma granos gruesos distribuidos irregularmente. Este mineral, en
general, se encuentra fuertemente epidotizado y cloritizado o débilmente
uralitizado. La biotita, de color carmelita oscuro.

Los minerales accesorios son abundantes y están representados por


magnetita, pirita, esfena, zircón y apatito y raramente granate.
Se han observado algunas con aspecto porfiroideo, con fenocristales de
ortosa-pertítica con dimensiones que alcanzan hasta 3cm., estos fenocristales
a menudo se observan orientados paralelamente que le da a la roca una
textura traquítica.

Sienita leucocrática
Estas pueden se cuarcíferas o no se caracterizan fundamentalmente por la
escasez de minerales máficos y accesorios Roca masiva de grano fino de
color rosado, crema e incluso blanco-rosado con la textura hipidiomórfica-
granular. Esta compuesta predominantemente por feldespato potásico (62-65
%) con plagioclasa (hasta 30 %), cuarzo puede en algunas ocasiones alcanzar
el 10%, máfico (1 %) y minerales accesorios (1%), representados por esfena,
magnetita y apatito.

Feldespato potásico (ortosa-pertítica), débilmente pelitizado, con formas


prismáticas (alcanzando hasta 0.5 mm) y algunos granos irregulares (Foto 17).
Plagioclasa (oligoclasa- No 17-18), débilmente pelitizada, forma prismas de
hasta 0.5 mm. Esfena con formas de granos irregulares que a veces
bordean la magnetita.

Tonalita (nivel 5 en la Fig. 1 y campo 5 en la Fig. 3)


Se encuentra muy desarrollada formando parte del arco volcánico cretácico y,
muy escasamente, integra también la asociación ofiolítica.
Tonalita de la asociación ofiolítica (área Tres Guanos).
Es una roca masiva de color gris claro con la textura hipidiomórfica granular.
Está compuesta fundamentalmente por plagioclasa (>60 %), cuarzo (23-25 %),
biotita (8 %), feldespato potásico (< 1 %) y minerales accesorios (1 %).

La plagioclasa (andesina y oligoclasa) se encuentra con formas prismáticas


macladas y zonadas, entre las cuales se observan dos generaciones, donde la
segunda generación aparece incluida dentro de la primera (que alcanza el
tamaño de 2.5 mm); generalmente se encuentran sericitizada y pelitizada.

El cuarzo, raras veces agrietado, forma granos alotriomórficos (con tamaño de


hasta 2 mm) rellenando los intersticios. La biotita, débilmente cloritizada, se
encuentra en escamillas (su tamaño es de hasta 2.5 mm) con bordes
irregulares. El feldespato potásico forma algunas tablillas que, raras veces,
contienen cristales prismáticos de plagioclasa. Los minerales accesorios,
representados por magnetita, apatito y circón, se encuentran incluidos dentro
de la biotita. (Foto.18).

Tonalita del arco volcánico cretácico


1)- Tonalita de la región de Las Tunas.

Es una roca de color gris claro con textura hipidiomórfica granular. Está
compuesta por plagioclasa (52 %), cuarzo (30,4 %), feldespato potásico (8,3
%), biotita (5,5 %), hornblenda (2,8 %) y minerales accesorios (0,9 %).

La plagioclasa es andesina An 31-36 y se encuentra en forma de prismas


alargados, el cuarzo forma granos xenomórficos rellenando los intersticios y el
feldespato potásico (ortosa) forma granos irregulares en los cuales se
encuentran incluidos los granos de plagioclasa, biotita y hornblenda.

La biotita forma láminas en las cuales se encuentran incluidos granos de


magnetita y esfena.

La hornblenda se encuentra con formas de prismas alargados, a veces con


inclusiones de magnetita.

Los minerales accesorios están representados por magnetita, apatito, esfena y


zircón.

2)- Tonalita del área de Manicaragua, Santa Clara.

Es una roca masiva de color gris claro con la textura hipidiomórfica-granular.


Muy raramente se observan elementos granoblásticos. Su composición
mineralógica consiste en plagioclasa (61 %), cuarzo (26,7 %), biotita (6,06 %),
anfíbol (0,05 %), feldespato potásico (5,6 %) y mineral accesorio (0,5 %).

La plagioclasa, zonada, forma grandes tablillas (de 2-3 mm). La plagioclasa


está saussuritizada, observándose la mayor saussuritización en sus bordes que
se encuentran en contacto con el cuarzo. También se observa la plagioclasa
desanortizada.

El cuarzo se encuentra en granos algo porfídicos que fueron recristalizados en


agregados formando un mosaico (del tamaño de 0,5 mm). Algunos granos de
cuarzo contienen pequeñas inclusiones xenomórficas del feldespato potásico
pelitizado. Estos pequeños granos xenomórficos del feldespato potásico
también se encuentran desarrollados en los contactos entre la plagioclasa y el
cuarzo.

La biotita se encuentra representada en finas escamillas isométricas (de 0,05-


0,2 mm) o agregados xenomórficos. Raramente contiene finos relictos (0,1 mm)
de hornblenda y casi el 40 % de sus agregados está cloritizado.

El mineral accesorio está representado por magnetita, la que se encuentra


asociada con los agregados de biotita.

El porciento algo elevado del feldespato potásico probablemente se debe a los


bordes saussuritizados de la plagioclasa, que son muy difíciles de distinguir del
feldespato potásico. (Foto.19).

2.1.4. Descripciones de rocas típicas en los diferentes ambientes


tectónicos en Cuba oriental

Los ambientes tectónicos analizados fueron los de arco volcánico y ofiolitas,


como edades el cretácico y paleógeno y las regiones, las de Sierra Maestra,
Holguín, Puriales de Caujerí y Nipe Cristal.

Podemos llegar a conclusiones que evidencian diferencias de las


clasificaciones petrográficas mundiales y cubanas, más cuando la región
oriental de Cuba difiere bastante desde el punto de vista geológico y tectónico
del resto del país.

Los granitoides de la región oriental de Cuba se designan por las


clasificaciones mineralógicas, tanto cualitativas como cuantitativas, basadas en
una o más variables, a saber:

 Porcentaje y tipos de feldespatos.


 Presencia o ausencia de cuarzo.
 Porcentaje y tipos de minerales oscuros.
 Textura.

Diorita (nivel 5 en la Fig. 1 y campo 10 en la Fig. 3).


Roca compuesta principalmente por plagioclasas de composición An28 An48
oligoclasa andesina, máficos anfíbol hornblenda y piroxenos de un 20 a 30%.
En menor proporción cuarzo de 0 a 5 % y feldespato potásico entre un 0 a
10%. El color predominante es gris.
La textura es hipidiomórfico granular. Se diferencian de las dioritas cuarcíferas
por tener más plagioclasas y máficos, así como menos cuarzo.

Estas rocas se encuentran intensamente afectadas por procesos secundarios.


Las plagioclasas se observan epidotizadas, cloritizadas, albitizadas,
sericitizadas, prehnitizadas, zeolitizadas, saussuritizadas, silicificadas,
carbonatizadas. Los anfíboles están cloritizados, epidotizados, biotitizados,
carbonatizados. Los máficos se observan cloritizados, epidotizados y
actinolitizados. Como minerales accesorios aparecen la magnetita, magnetita
con titanio, circón y apatito.

Son rocas muy abundantes en la región oriental de Cuba. Se presentan en el


arco volcánico paleógeno de la Sierra Maestra y en el Cretácico en la región de
Holguín, Nipe-Cristal y Sierra del Purial. Los macizos en los cuales ellas se
presentan son Jojo, Daiquirí, Nima Nima, Cojímar, Guamá Sur, Bayamita, El
Indio, Suerte, Peladeros, Turquino, Yara, Manacas y Sexta.

Dioritas (del arco volcánico cretácico de Holguín)


Se encuentran en el área SE de la ciudad de Holguín, las cuales, según M.
Kozak (1988), por su edad absoluta Campaniano y características petrológicas,
corresponden a un comagmatismo con la fase final sódica de la Formación
Loma Blanca. Estas dioritas penetraron a las serpentinitas, J. Ando (1988).
Otros autores pensaron sobre un origen ofiolítico. En posteriores trabajos R.
Rodríguez y otros autores (1999, 2001) comprobaron con diagramas tectónicos
y estudio petrológico su origen de arco volcánico. No se realizaron estudios
petrográficos.

Dioritas (del arco volcánico Sierra del Purial ) ( Foto 1)


Forman parte del Macizo Jojo. Presenta colores gris-verdosos. En ocasiones el
color es amarillento. Se observan estructuras masivas, texturas hipidiomórfico-
granular formadas por plagioclasas de composición An28-An40 oligoclasa
andesina. Las mismas están saussuritizadas, epidotizadas y cloritizadas. El
mineral máfico (piroxeno o hornblenda) se observa cloritizado y anfibolitizado.
Existe esfena como subproducto y como mineral metálico se presenta la
ilmenita en granos esqueléticos y leucoxeno, además del mineral sulfuroso
pirita y apatito. Los minerales de alteración presentan cierta orientación por el
metamorfismo regional.

Dioritas (del arco volcánico Nipe-Cristal)


Son pequeños cuerpos que atraviesan a las rocas de la Formación Santo
Domingo. Presentan colores grises y desarrollan una estructura porfiroidea,
una textura hipidiomórfico granular en parte con desarrollo de las micrográficas,
micropoiquilíticas y esferulíticas, piroxénicas y piroxénicas horblendicas. El
clinopiroxeno está anfibolitizado y cloritizado, mientras que las plagioclasas
están saussuritizadas y epidotizadas.
Dioritas cuarcíferas (nivel 5 en la Fig. 1 y campo 10 en la Fig. 3).
El color predominante de la roca es el gris, compuesta principalmente por
plagioclasas de composición An 25 An32 oligoclasa andesina, cuarzo entre un
5 y 20%, el feldespato potásico ortosa se presenta entre un 0 y 10%. Los
minerales máficos son anfíbol hornblenda y biotita de un 15 a 20%. Puede
haber piroxenos. Las texturas son la hipidiomórfico granular y alotriomórfico
granular. Son similares a las tonalitas, pero presentan más plagioclasas y
máficos, así como menos cuarzo.

Estas rocas se encuentran intensamente afectadas por procesos de alteración.


Las plagioclasas se observan epidotizadas, cloritizadas, albitizadas,
sericitizadas, prehnitizadas, zeolitizadas, saussuritizadas, cuarcificadas. Los
anfíboles están cloritizados, epidotizados, biotitizados, carbonatizados. La
biotita se observa cloritizada y epidotizada. Como minerales accesorios
aparecen el circón, apatito, magnetita, esfena, rutilo y ortita.

Son rocas muy abundantes en la región oriental de Cuba. Se presentan en el


arco volcánico paleógeno de la Sierra Maestra y en la Sierra del Purial. Tienen
una textura porfiroidea. Estas rocas se detectaron por análisis químico y son
del Cretácico. Se observan en la región de Holguín, Nipe-Cristal y Sierra del
Purial. Los macizos en los que se presentan son Jojo, Daiquirí, Nima-Nima,
Tártaro, Manacas, Guamá Norte, Guamá Sur, Bayamita, Alcarraza, Peladeros,
Uvitas, Turquino, Sexta, Yara, Indio y otros.

Dioritas cuarcíferas (del arco volcánico cretácico de Holguín)


Se encuentran en el área SE de la ciudad de Holguín, las cuales según M.
Kozak (1988), por su edad absoluta Campaniano y características petrológicas
corresponden a un comagmatismo con la fase final sódica de la Formación
Loma Blanca. Estas rocas penetraron a las serpentinitas, J. Ando (1988) y
otros autores pensaron sobre un origen ofiolítico. En posteriores trabajos R.
Rodríguez y otros autores (1999, 2001) comprobaron con diagramas tectónicos
su origen de arco volcánico.

Estas rocas están intensamente alteradas y los minerales primarios son


difíciles de identificar. Casi siempre se relacionan con la mineralización
aurífera. Se puede observar la presencia de plagioclasas de composici ón
oligoclasa-andesina, intensamente albitizada y cloritizada y cuarzo tanto
primario como secundario. El mineral máfico está completamente cloritizado.

Dioritas cuarcíferas (del arco volcánico cretácico de Nipe Cristal)


Se presentan como pequeños cuerpos que atraviesan a las rocas de la
Formación Santo Domingo. Tienen blanco, blanco gris y crema verdosos.
Presentan una textura hipidiomórfica granular, con desarrollo en partes de la
micrográficas, micropoiquilíticas y esferuliticas. Las plagioclasas presentan
zonación, mientras el cuarzo es intersticial. Existen intercrecimientos de cuarzo
y plagioclasas y esferulitas de plagioclasa ácida o feldespato potásico. El
mineral máfico es clinopiroxeno y hornblenda, el cual está anfibolitizado y
cloritizado. Las plagioclasas están pelitizadas, saussuritizadas, epidotizadas,
cloritizadas, sericitizadas, prehnitizadas y ceolitizadas. Como minerales
accesorios aparecen magnetita, epidota y esfena.

Dioritas cuarcíferas (del arco volcánico cretácico de Sierra del


Purial) (Foto 2)
Forman parte del macizo Jojo. Las mismas están intensamente alteradas y no
se puede detectar su composición original. Presentan colores gris-verdoso
amarillento, gris, crema verdosa y son de composición media. La textura es
hipidiomórfico granular relíctica. Los minerales félsicos se encuentran
saussuritizados, epidotizados, sericitizados y cloritizados. Los minerales
máficos están anfibolitizados, cloritizados y epidotizados. El cuarzo se observa
de un 10 a 15%. Como minerales accesorios aparecen esfena, titanomagnetita,
pirita, apatito y mineral metálico oxidado. Los minerales secundarios se
encuentran orientados por la influencia del metamorfismo regional.

Dioritas cuarcíferas (del arco volcánico Sierra Maestra) ( Foto 3)


Roca compuesta principalmente por plagioclasas de composición An25 An32,
oligoclasa andesina, cuarzo entre un 10 y 25%, el feldespato potásico ortosa se
presenta entre un 0 y 10% y los minerales máficos son anfíbol hornblenda y
biotita de un 15 a 20%. Puede haber piroxenos. La textura es hipidiomórfico
granular. Estas rocas se encuentran intensamente afectadas por procesos
secundarios. Las plagioclasas se observan epidotizadas, cloritizadas,
albitizadas, sericitizadas, prehnitizadas, zeolitizadas, saussuritizadas y
silicificadas. Los anfíboles están cloritizados, epidotizados, biotitizados y
carbonatizados. La biotita se observa cloritizada y epidotizada. Como minerales
accesorios aparecen circón, apatito, magnetita, esfena, rutilo y ortita.

Gabro (nivel 5 en la Fig. 1 y campo 10 en la Fig. 3).


Los gabros son rocas plutónicas máficas, pero las de arco volcánico se
describen conjuntamente con los granitoides el triángulo A Q P del IGUS. Si
desglosamos los máficos Ol-olivino, Px-piroxenos y Hbl-Hornblenda, se
clasifican en gabros y gabro- noritas.

Gabros (del arco volcánico Sierra Maestra) ( Foto 4)


Se observan en el arco volcánico de la Sierra Maestra y por quimismo en
Holguín y Puriales de Caujerí.

Los gabros de arco están compuestos principalmente por plagioclasas de


composición An70 labrador, aunque pueden llegar a ser andesíticas por las
alteraciones y cuarzo que aparece entre 0 a 5%. Como minerales máficos
principales están los piroxenos augita e hiperstena entre un 35 a 50%. Puede
aparecer olivino en poca cantidad, mientras que el feldespato potásico no se
observa. El color predominante es el gris oscuro. Las texturas son gabroideas,
ofíticas, subofíticas, hipidiomórficas granulares, taxíticas y poiquilíticas. Las
plagioclasas se presentan albitizadas, epidotizadas, saussuritizadas,
cloritizadas y los piroxenos están anfibolitizados, cloritizados, talquitizados y
epidotizados. Como minerales accesorios se observan magnetita, magnetita
con titanio, leucoxeno y apatito.

Se diferencian de las dioritas por presentar plagioclasas con An >50 y


presentar un contenido más alto de minerales máficos de un 35 a un 50%.

Gabro diorita (nivel 5 en la Fig. 1 y campo 10 en la Fig. 3)


Son rocas que presentan características intermedias entre gabros y dioritas.
Presentan texturas porfiroideas, hipidiomórficas granulares y alotriomórficas.
En ocasiones, las texturas son poiquilíticas, con xenolitos de gabro de grano
fino y presentando plagioclasas de composición An33-An54 andesina labrador.
En ocasiones, las plagioclasas pueden llegar a oligoclasa por la
desamortización alcanzando 45-60%. Estas rocas están albitizadas,
sericitizadas y saussuritizadas. Los clinopiroxenos están anfibolitizados,
cloritizados y epidotizados y se presen tan en el orden de 25-45%. La esfena
aparece como subproducto de la sustitución de los minerales metálicos. El
cuarzo intersticial alcanza un 6%, mientras el mineral metálico magnetita
representa un 4- 8%. La biotita se observa sustituyendo al anfíbol hornblenda,
el cual alcanza 1%, mientras también aparecen apatito y circón<1%.

Gabro dioritas (del arco volcánico cretácico región Nipe Cristal)


(Foto 5)
Son pequeños cuerpos que atraviesan a las rocas de la Formación Santo
Domingo. Son de color gris parduzco y verdoso. Las texturas son porfiroideas,
hipidiomórficas a alotriomórficas. Las plagioclasas son de composición
andesina y andesina-oligoclasa por la desanortización hasta labrador An54.
Además, hay clinopiroxeno, cuarzo intersticial, mineral metálico y apatito.

Gabro dioritas (del arco volcánico cretácico región de Holguín)


Se encuentran al sur de Agrupada-Nuevo Potosí. El gabro diorita del sector 4
palmas no pudo llegar a la superficie durante los movimientos tectónicos.

Las Gabro dioritas se encuentran formando parte del macizo intrusivo de


Holguín en la propia ciudad. Las mismas son de color gris y en ocasiones se
presentan con bandas blancas. La estructura es masiva y algo bandeada. La
textura es hipidiomórfica granular a alotriomórfica. Las plagioclasas se
presentan desanortizadas, llegando a tener una composición de An15-An20
oligoclasa, además de estar saussuritizadas y sericitizadas, alcanzando un
60%. El anfíbol hornblenda secundario llega a un 40%, presentando procesos
de cloritización.

Gabro dioritas (del arco volcánico cretácico región Sierra del Purial)
Las Gabro dioritas se observan formando parte del macizo intrusivo Jojo.
Tienen un color gris verdoso y una estructura masiva. La textura es
hipidiomórfico granular a alotriomórfico granular. Las plagioclasas son de
composición media y están sericitizadas, alcanzando un 45%. El mineral máfico
está en el orden de un 55% y el mismo está cloritizado, anfibolitizado
epidotizado. Se observa esfena y los minerales de alteración están orientados
por el metamorfismo.

Gabro dioritas (del arco volcánico Sierra Maestra) (Foto 6 y 7)


Las Gabro dioritas presentan texturas porfiroideas, hipidiomórficas granulares,
alotriomórficas y en ocasiones son micropoiquilíticas, con xenolitos de gabro de
grano fino. Estas rocas presentan plagioclasas de composición An33-An54
andesina labrador y están albitizados hasta un 50-55%. El anfíbol hornblenda
formado por la alteración del piroxeno=25-35%, cuarzo intersticial= 6%. El
mineral metálico es magnetita, alcanzando un 5-8%. La biotita se observa
sustituyendo al anfíbol hornblenda en un 1%, además de aparecer apatito y
circón<1%.

Granito (nivel 3 en la Fig. 1 y campo 3 en la Fig. 3)


Granito (del arco volcánico paleógeno de la Sierra Maestra) ( Foto 8)
Se presentan en el arco volcánico paleógeno de la Sierra Maestra, en los
macizos Guamá Sur, Bayamita, Daiquirí y Turquino.

El color que predomina es el crema y estos granitos están compuestos por


feldespato potásico ortosa y cuarzo, prácticamente en la misma proporción,
pero las plagioclasas pasan de un 10% y pueden llegar a un 55%. Son de
composición An12 An16 oligoclasa y el mineral máfico biotita llega a un 1 a 2%.
Las alteraciones secundarias presentes son la pelitización de los feldespatos,
las plagioclasas y la cloritización de la biotita. La textura es alotriomórfica
granular.

Granito de feldespato alcalino (nivel 2 en la Fig.1 y campo 2 en


la Fig. 3).

Granito feldespático alcalino (del arco volcánico paleógeno de la


Sierra Maestra) ( Foto 9)
Los mismos constituyen los productos finales del magmatismo y se presentan
en vetas.
Son masivos y de color crema claro, con tonos rosados por la presencia del
feldespato potásico. Están compuestos por feldespato potásico ortosa y cuarzo
en la misma proporción, así como por plagioclasas An6 An12 albita-oligoclasa
en menos de un 10%. El mineral máfico biotita alcanza un 1 a 2%. Los
minerales accesorios son apatito, ortita circón y magnetita. Sus texturas son
aplítica y micropegmatítica. Como alteraciones secundarias se presentan la
pelitización de los feldespatos y las plagioclasas, así como la cloritización de la
biotita.

Granodiorita (nivel 4 en la Fig. 1 y campo 4 en la Fig.3)

Granodioritas (del arco volcánico paleógeno de la Sierra Maestra)


(Foto 10)
Se observan por análisis químico en el arco paleógeno de la Sierra Maestra en
los macizos Daiquirí, Sevilla, Alcarraza y en la Sierra del Purial. Estas
granodioritas cortan a las rocas del Grupo El Cobre.
Los colores que predominan son los grises con tonos cremas. Están
compuestas por cuarzo entre 25 y 45%, plagioclasas de composición An24
An38 oligoclasa andesina entre 55 y 75%, feldespato potásico ortosa entre un
10 y 30%. El mineral máfico es biotita y el anfíbol hornblenda entre un 5 a 10%.
La textura es Hipidiomórfica granular y como minerales accesorios aparecen
circón, apatito, ortita y magnetita. Se puede observar la pelitización,
sericitización y prehnitización de las plagioclasas y la cloritización de los
minerales máficos.

Monzonita cuarcífera (nivel 8 + en la Fig. 1 y campo 8 + en la Fig.


3).

Monzonita cuarcífera (del arco volcánico Sierra Maestra)


Son muy pobres en la región oriental de Cuba. Solamente se observan en el
arco paleógeno en la región de la Sierra Maestra, en los macizos Tártaro y
Vega Grande.

Son rocas compuestas principalmente por plagioclasas de composición An20


An30 oligoclasa y feldespato potásico ortosa prácticamente en la misma
proporción. El cuarzo aparece de un 5 a 20% y el mineral máfico biotita está
entre un 10 a 20%. Presentan colores gris claro con tonalidades rosadas y lilas
por el intemperismo. La textura es monzonítica.

Plagiogranito (nivel 5 en la Fig. 1 y campo 5 en la Fig. 3).


Están compuestos en mayor cantidad por plagioclasas de An20 a An30
oligoclasa y cuarzo, ambas prácticamente en la misma proporción. El
feldespato potásico a diferencia de los granitos va a ocupar un papel
secundario y el mismo puede estar presente entre un 0 y 10%. Los minerales
máficos son biotita y el anfíbol hornblenda, apareciendo entre un 5 a 10%.

Los colores que predominan son el blanco y gris claro. La textura predominante
es la hipidiomórfica granular en las de arco y alotriomórfica granular en las
ofiolitas.
Como minerales accesorios aparecen circón, apatito, rutilo, esfena, magnetita
y ortita. Las plagioclasas se alteran fuertemente pudiéndose encontrar
epidotizadas, pelitizadas, sericitizadas, cloritizadas, y cuarcificadas. Los
minerales máficos están cloritizados, actinolitizados y epidotizados.

Plagiogranitos (de la asociación ofiolitica, plagiogranitos


oceánicos). (campo 4, 5, 5*)
Los plagiogranitos se pueden observar en los macizos ofiolíticos denominados
como plagiogranitos oceánicos en los macizos Mayarí, Nicaro y Moa-Baracoa,
así como en el arco paleógeno en la región del arco volcánico Sierra Maestra
en los macizos Daiquirí, Guamá Sur, Bayamita y Turquino.
Son similares a la tonalitas, pero según IUGS presentan <10% de minerales
máficos.

Las rocas leucocráticas afines a las ofiolitas, denominadas plagiogranitos


oceánicos por Coleman y Petreman (1975), se pueden observar en la región
oriental de Cuba en el macizo Mayarí, Nicaro, y Moa-Baracoa asociadas al
complejo cumulativo máfico. Muy raramente aparecen también dentro de las
ultramafitas, donde el volumen total de las rocas ofiolíticas es de <5%. Las
rocas presentan diferentes composiciones, desde dioritas cuarcíferas hasta
plagiogranitos, con <10% de minerales máficos.

Plagiogranitos (de la asociación ofiolitica, Moa Baracoa)


En este macizo son abundantes los plagiogranitos debido a la presencia en
gran cantidad del complejo cumulativo a la cual estos se encuentran asociados.
Se pueden observar plagiogranitos, tonalitas y dioritas cuarcíferas.

Los plagiogranitos son de color gris, casi blanco. La textura de la roca es


porfiroidea, con una matriz microgranítica alotriomórfica.

Las variedades porfiroideas presentan como fenocristales plagioclasa. En


general, son de composición An6- An32, de albita a andesina pasando por la
oligoclasa. Son de forma alotriomórfica, donde las más básicas presentan
bordes más ácidos. En ocasiones, están sericitizados y alterados a minerales
arcillosos y a cloritoides, Se presentan en un 70-85%. El cuarzo es
alotriomórfico y en las variedades porfiroideas forman parte de la masa, donde
el mismo aparece entre un 5-20%.

El mineral máfico es prismático alargado, representado por anfíbol hornblenda


de color verdoso, donde en ocasiones es incoloro alcanzando un 5-10%. La
biotita aparece en cristales tabulares en un 5%. El rutilo tiene un relieve alto,
color amarillento a pardo rojizo y alcanza el 1%.

Es necesario destacar la alineación que presentan tanto los minerales máficos


como los félsicos, lo cual constituye una evidencia de las características de los
cúmulos de la asociación ofiolítica, en este caso, de sus diferenciados finales.
Plagiogranitos (de la asociación ofiolítica, Mayarí Nicaro)
Son menos abundantes que en el macizo Moa-Baracoa, por encontrarse el
complejo cumulativo con los cuales ellos están relacionados, en menor
cantidad. Se pueden observar dioritas cuarcíferas y tonalitas. Se observan en
mayor cantidad al oeste.

Son de color gris claro, estructura masiva y de textura alotriomórfica a


hipidiomórfica granular, donde la plagioclasa es de composición oligoclasa
andesina. Como mineral máfico aparece anfíbol hornblenda en un 5-10% y
cuarzo en proporción 5%-20%. Se observan procesos de cloritización y
epidotización.

Plagiogranitos (del arco volcánico paleógeno región de Sierra


Maestra) (Foto 11)
Están compuestas en mayor cantidad por plagioclasas de An20 a An30
oligoclasa y cuarzo, ambas prácticamente en la misma proporción, el
feldespato potásico a diferencia de los granitos va a ocupar un papel
secundario, puede estar presente entre un 0 y 10%, el máfico es biotita y
anfíbol hornblenda de un 5 a 10%

Los colores que predominan son el blanco y gris claro, la textura predominante
es la Hipidiomórfica Granular en el de arco y Alotriomórfico Granular en los
ofiolíticos.

Como accesorios tenemos circón, apatito, rutilo, esfena, magnetita, ortita, las
plagioclasas se alteran fuertemente pudiéndose encontrar epidotizadas,
pelitizadas, sericitizadas, cloritizadas, cuarcificadas, los máficos cloritizados,
actinolitizados y epidotizados.

Pórfiro Plagiogranítico (del arco volcánico paleógeno región de la


Sierra Maestra)
Presentan colores grises casi blancos, textura porfiroidea de la masa
micropegmatítica, microgranítica. Estas rocas presentan +45-62% de
plagioclasas, ya bien formando fenocristales o intercrecida con cuarzo de
composición An6-An12 y albita oligoclasa, con procesos de pelitización y
sericitización. En ocasiones, las estructuras aparecen mezcladas. La diferencia
en dimensión del cuarzo y la plagioclasa en la masa principal varían en un
rango amplio, observándose variedades que prácticamente se confunden.

El cuarzo se presenta en un 35-50%. El anfíbol hornblenda alcanza 0-6%,


donde en ocasiones está alterado a clorita y actinolita, observándose como
subproducto esfena y magnetita. También se presenta biotita. Como minerales
accesorios aparece magnetita y magnetita con titanio e ilmenita. Esta última
está alterada a leucoxeno y esfena, presentándose también apatito, circón,
rútilo y feldespato potásico entre un 0-5%.
Tonalita (nivel 5 en la Fig. 1 y campo 5 en la Fig. 3).
Roca compuesta principalmente por plagioclasas de composición An24 An38
oligoclasa andesina y cuarzo entre 20 y 45%, feldespato potásico ortosa de un
0 a 10%. Los minerales máficos son biotita y anfíbol hornblenda de un 10 a
15%. Los colores son grises claros. Las texturas son hipidiomórfica granular y
alotriomórfica granular, siendo similares a las granodioritas, pero tienen menos
feldespato potásico y más minerales máficos.

Las plagioclasas y los minerales máficos están cloritizados, carbonatizados y


epidotizadas. Los minerales accesorios son circón, ortita, apatito y magnetita.

Se presentan en el arco volcánico del Paleógeno en la región de la Sierra


Maestra, cortando a las rocas del Grupo el Cobre y el arco volcánico cretácico
en la región de Holguín. Estas rocas se presentan en los macizos de Jojo,
Daiquirí, Nima-Nima, Guamá Sur, Bayamita, Peladeros y Turquino.

Tonalitas (del arco volcánico cretácico de Holguín)


Se encuentran en el área SE de la ciudad de Holguín, los cuales según M.
Kozak (1988), por su edad absoluta Campaniano y características petrológicas
corresponden a un comagmatismo con la fase final sódica de la Formación
Loma Blanca. Estas rocas penetraron a las serpentinitas J. Ando (1988) y otros
autores pensaron sobre un origen ofiolítico. En posteriores trabajos R.
Rodríguez y otros autores (1999, 2001) comprobaron con diagramas tectónicos
y estudio petrológico su origen de arco volcánico. No se le han realizado
análisis petrográfico.

Tonalitas (del arco volcánico paleógeno de la Sierra Maestra). ( Foto


12)
Roca compuesta principalmente por plagioclasas de composición An24 An38
oligoclasa andesina y cuarzo entre 25 y 45% y feldespato potásico ortosa de un
0 a 10%. Los minerales máficos son biotita y anfíbol hornblenda, el cual
alcanza 15%. Los colores son grises claros. Las texturas es hipidiomórfica
granular. La roca está compuesta principalmente por plagioclasas de
composición An 25 An32 oligoclasa andesina, cuarzo entre un 5 y 20% y el
feldespato potásico ortosa se presenta entre un 0 y 10%. Los minerales
máficos son anfíbol Hornblenda y biotita entre un 15 a 20%. Puede haber
piroxenos. El color predominante es el gris. Las texturas son hipidiomórfica
granular y alotriomórfica granular, siendo similares a las tonalitas, pero
presentan más plagioclasas y minerales máficos, así como menos cuarzo.

Estas rocas se encuentran intensamente afectadas por procesos secundarios,


donde las plagioclasas se observan epidotizadas, cloritizadas, albitizadas,
sericitizadas, prehnitizadas, zeolitizadas, saussuritizadas y silicificadas. Los
anfíboles están cloritizados, epidotizados, biotitizados y carbonatizados. La
biotita se observa cloritizada y epidotizada. Como minerales accesorios se
presentan circón, apatito, magnetita, esfena, rutilo y ortita.
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Fotos de Granitoides de Cuba Central

Foto 1-(10x/10). Diorita. Foto 2- (10x/10). Diorita


Textura hipidiomórfica- cuarcífera con textura
granular con enriquecimiento hipidiomórfica-granular. Villa
de minerales máficos, Clara.
fundamentalmente de
hornblenda, dándole a la roca
aspecto melanocrático.
Camaguey.

Foto 3a- (10x/10x) Granito Foto 3b- (10x/10x). Granito


leucocrático de grano fino de Veta leucocrático de grano fino de Veta
Maria Manicaragua: Agregados Maria. Manicargua: Agregados
microgranulares de microclina y microgranulares de microclima, cuarzo
cuarzo. y escamas de mica moscovita.
Foto 4. (20x/10x). Granito del Foto 5a- (10x/10x). Granito
poblado de Sierra Morena. Maraguan; textura aplítica con
Cuarzo y tablillas orientadas entrecrecimiento poiquilítico de
de biotita entrecrecidas feldespato potásico (ortosa) con
poiquiliticamente dentro del cuarzo.
feldespato potásico.

Foto 5b- (10x/10x). Granito Foto 6- (10x/10x) Granodiorita


Maraguan; textura micrográfica del hornbléndica con fenocristales
granito y láminas de biotitas de zonados de plagioclasa, ortosa
color pardo rojizo. y anfíbol. Camaguey.
Foto-7a. (10x/10x). Foto-7b. (10x/10x).
Monzogabro hornbléndico del Monzogabro hornbléndico-
Macizo Ignacio (Camaguey). piroxénico del Macizo Ignacio
(Camaguey).

Foto 8a (20x/10). Monzonita Foto 8b (20x/10). Monzonita


cuarcífera biotita-hornbléndica cuarcífera biotita-hornbléndica
con textura típica monzonítica, con textura típica monzonítica,
cristales de plagioclasas. máficos incluido
Región Bartle (Camaguey). poquiliticamente en ortosa.
Región Bartle (Camaguey).
Foto 9a-(10x/10x). Foto 9b-(10x/10x).
Plagiogranito de la Loma Plagiogranito de la Loma
Cerro el Chivo de la Cerro el Chivo de la
asociación ofiolítica; asociación ofiolítica;
plagioclasa pelitizada y hornblenda siendo sustituida
sericitizada. por actinolita-tremolita. La
. tremolita forma cristales
prismáticos muy desarrollados.

Foto 10a- (10x/10x). Foto 10b- (10x/10x).


Plagiogranito "Tres Guanos" Plagiogranito "Tres Guanos"
de la asociación ofiolítica; de la asociación ofiolítica;
textura de entrecrecimiento. biotita en cristales orientados,
plagioclasa con forma
prismática pelitizada y
sericitizada.
Foto 11a-(4x/10x). Foto 11b-(4x/10x).
Plagiogranito del PIA Plagiogranito del PIA
vinculadas con las volcanitas vinculadas con las volcanitas
de la Formación "Los Pasos". de la Formación "Los Pasos".
La plagioclasa con forma La plagioclasa con forma
prismas alargadas y prismas alargadas y
distribuidas ofíticamente. distribuidas ofíticamente e
incluida dentro del cuarzo.
poiquilíticamente.

Foto 12a- (10x/10). Foto 12b- (10x/10x).


Plagiogranito leucocrático Plagiogranito leucocrático
emplazados en el Complejo emplazados en el Complejo
Anfibolítico de Mabujina. Anfibolítico de Mabujina.
Fenocristales del feldespato Fenocristales del feldespato
(microclina) en una masa (microclina) en una masa
microgranoblástica de microgranoblástica de cuarzo
cuarzo. y biotita en escamas finas.
Foto 13a- (10x/10x). Foto 13b- (10x/10x).
Plagiogranito leucocrático de Plagiogranito leucocrático de
las provincias Camagüeyanas. las provincias Camagüeyanas.
Textura alotriomorfica Textura alotriomorfica
mimerquitica de grano medio. mimerquitica de grano medio.

Foto. 14a- (10x/10x). Foto. 14b- (10x/10x).


Plagiogranitos anfibólicos de Plagiogranitos anfibólicos de
las provincias Camagüeyanas. las provincias Camagüeyanas,
Fenocristales de hornblenda. textura alotriomórfica-
mirmequítica y fenocristales de
anfíbol.
Foto 15a-(10x/10x). Sienita Foto 15b-(10x/10x). Sienita
cuarcífera de Camagüey con cuarcífera de Camagüey con
textura hipidiomórfica-granular textura hipidiomórfica-granular
de grano medio, feldespato de grano medio. El cuarzo
potásico y hornblenda de forma granos pequeños
forma prismática irregular. xenomórficos rellenando los
intersticios entre el feldespato
potásico.

Foto 16a-(10x/10x). Sienita Foto 16b-(10x/10x). Sienita


hornbléndica-biotítica de grano hornbléndica-biotítica de grano
grueso de Camaguey, grueso de Camaguey,
feldespato potásico (ortosa y feldespato potásico y biotita.
ortosa- pertítica) y plagioclasa
prismática.
Foto 17- (10x/10x). Sienita Foto. 18- (10x/10). Tonalita de
Leucocrática de Camaguey, la asociación ofiolítica "Tres
con textura hipidiomórfica- Guanos". Plagioclasa
granular, feldespato potásico (andesina y oligoclasa)
(ortosa), Plagioclasa y anfíbol. prismáticas macladas y
zonadas, generalmente esta
sericitizada y pelitizada.

Foto 19- (4x/10). Tonalita de


Manicaragua, Santa Clara.
Textura hipidiomórfica-
granular formada por:
plagioclasa, anfíbol y biotita
como mineral máfico.
Fotos de Granitoides de Cuba Oriental

Foto 1 Diorita, textura Foto 2. Diorita cuarcífera,


hipidiomórfica granular. Se textura hipidiomórfica granular
observan plagioclasas relíctica. Se observan
saussuritizadas y epidotizadas, plagioclasas saussuritizadas y
anfíbol hornblenda y cuarzo. epidotizadas, máficos
anfibolitizados y cuarzo.

Foto 3 Diorita cuarcífera, textura Foto 4 Gabro norita, textura


hipidiomórfica granular. Se alotriomórfica granular y
observan plagioclasas, cuarzo, micropoiquilitica. Se observan
biotita, anfibol hornblenda, plagioclasas y piroxenos
feldespato potasio y metálico anfibolitizados.
magnetita.
Foto 5 Gabro diorita, textura: Foto 6 Gabro diorita, textura
hipidiomórfica granular a hipidiomórfica granular a
alotriomórfica algo porfiroideas. alotriomórfica en partes
Se plagioclasas saussuritizadas y micropoiquilitica. Se observa
máficos actinolitizados, plagioclasa y anfíbol hornblenda
cloritizados, epidotizados. con inclusiones poiquilíticas de
plagioclasas y mineral metálico
magnetita.

Foto 7 Gabro diorita, textura: Foto 8 Granito, textura


hipidiomórfica granular a alotriomórfica granular. Se
alotriomórfica. Se observa observa cuarzo y feldespato
plagioclasa y piroxenos potásico pelitizado.
actinolitizados y cloritizados.
Foto 9 Granito aplítico leucocratico, Foto 10 Granodiorita, textura:
textura aplítica. Se observan cuarzo hipidiomórfica granular. Se
y feldespato potásico en igual observan plagioclasas sericitizadas,
cantidad, plagioclasas y máfico cuarzo, feldespato potásico y
biotita. máfico biotita.

Foto 11 Plagiogranito, textura: Foto 12 Tonalita Textura:


alotriomórfica granular. Se alotriomórfica a hipidiomórfica
observa plagioclasa politizada, granular. Se observa plagioclasa
cuarzo y biotita. a sericitizada, cuarzo y máficos
cloritizados y anfibolitizados.
2.2. Clasificación de los Lamprófidos de Cuba.

2.2.1 Introducción

El término de lamprófidos es muy complicado. Una definición completa y


satisfactoria de los lamprófidos todavía no se ha tomado y no se ha llegado a
un acuerdo definitivo. Así por ejemplo, el lamprófido se define en Le Maitre et
al. (1989) para nombrar a un grupo distintivo de rocas fuertemente porfídicas
con minerales máficos (típicamente biotita, anfíbol y piroxeno) y con feldespato
que integra la matriz. Estas rocas generalmente forman diques y pequeñas
intrusiones y que, según los autores mencionados arriba, no constituyen
simplemente las variedades texturales de rocas plutónicas o volcánicas
comunes.

Estos mismos autores utilizaron el término de ¨ rocas lamprofídicas ¨ para


incluir los lamprófidos, las lamproitas y las kimberlitas. No obstante, de acuerdo
con las recomendaciones de Woolley et al. (1996), este término no debe ser
usado.

2.2.2. Clasificación y nomenclatura

Una clasificación con su nomenclatura de los lamprófidos (ver Fig. 1) fue


propuesta por Strekeisen (1978), la cual está basada en los contenidos de
minerales claros, feldespato alcalino (ortosa), plagioclasa, feldespato y
feldespatoide.

Gillespie y Styles (1998) consideran a los lamprófidos como rocas ígneas


mesocráticas a melanocráticas, comúnmente hipabisales, con textura
panidiomórfica y abundantes fenocristales máficos de mica oscura (biotita o
flogopita) y/o anfíbol, con o sin piroxeno, olivino y, algunas veces melilita, los
cuales están dispuestos en la matriz de estos mismos minerales. Algunos
feldespatos, generalmente los feldespatos alcalinos, están restringidos a la
matriz. En su trabajo de ¨ Clasificación de Rocas Ígneas¨, estos autores
incluyen a los lamprófidos (conjuntamente con las carbonatitas, las rocas
melilíticas y calcíticas, las kimberlitas, las lamproitas y las rocas leucíticas)
dentro del grupo de rocas ígneas cristalinas exóticas. En las rocas ígneas
cristalinas, además de las exóticas, incluyen las normales que consisten en las
rocas plutónicas y volcánicas.
Fig. 1. Clasificación y nomenclatura de lamprófidos (Strekeisen, 1978).

Fig. 2. Sistema jerárquico de clasificación de los lamprófidos.

Es de señalar, que en la clasificación y la nomenclatura de los lamprófidos (Fig.


1) propuestas por Strekeisen (1978), no se incluyen los lamprófidos reportados
en Cuba tales como la malchita y la odinita. Estas dos rocas se describen en Le
Maitre et al. (1989) como rocas de dique lamprofídicas que no se consideran
como variedades del lamprófido. Más adelante, la malchita (compuesta por
fenocristales de hornblenda más labradorita y ocasionalmente biotita, con la
matriz de hornblenda, andesina y cuarzo) se compara con la odinita
(compuesta por fenocristales de labradorita y augita, con la matriz de
hornblenda y ocasionalmente, cuarzo). A esta última se le sugiere nombrar ¨
gabrofiro ¨ como el término alternativo.

En el presente trabajo, el Sistema Jerárquico de la clasificación para los


lamprófidos está expuesto en la Figura. 2.
2.2.3. Generalidades de los lamprófidos en Cuba

Los lamprófidos están extendidos en Cuba formando diques (con espesores


desde algunos cm hasta algunos metros) que, en general, se encuentran
asociados con los granitoides de los arcos volcánicos (paleógeno y cretácico)
y/o las rocas del complejo anfibolítico Mabujina (en la región Santa Clara, Cuba
central). Estos diques se extienden en diversas direcciones: subseptentrional,
sublatitudinal, noroeste y noreste, con una inclinación aproximadamente de 60
a 85°, cortando frecuentemente la textura lineal de los granitoides y la
esquistosidad de las rocas del complejo anfibolítico.

En Camagüey ellos fueron reportados por I. Shevchenko en el año de 1976


cortando las vulcanitas, posteriormente fueron reportados por otros autores
cortando los granitoides. Presentan a veces espesores de hasta más de 10
metros. Se han observado con mayor frecuencia en el macizo Sibanicú-Las
Tunas y menos frecuentemente en el macizo Camagüey cortando las
granodioritas, con una dirección SE, NW-SE y N-S.

En Cuba los lamprófidos reportados están representados por espessartita,


odinita, malchita, vogesita y kersantita (Fig. 3). Los más estudiados son
espessartita, odinita y malchita.

Fig. 3. Lamprófidos reportados en Cuba.

La espessartina se encuentra muy desarrollada en Cuba tanto el Cretácico


como en el Paleógeno, en el nivel 3 (Fig. 2).

Es una roca gris verdosa de grano fino, con una textura porfídica y la estructura
masiva. Los fenocristales (5–7%) están integrados por cristales idiomórficos (1-
4 mm) de hornblenda de color verde pardusco.

La matriz, de grano fino, está compuesta por hornblenda (35-40%) y


plagioclasa zonada (25-30%). A veces se han observado fenocristales únicos
de biotita y cuarzo, constituyendo el 1-3%. Tanto la hornblenda como la
plagioclasa forman cristales o listones alargados e idiomórficos. En la matriz se
observan también los granos xenomórficos de cuarzo (10%) y de feldespato
potásico (10%) que, posiblemente, representan los productos de la
cuarcificación y feldespatización. El cuarzo presenta la extinción débilmente
ondulada.

Los minerales secundarios están representados por epidota-zoisita que forman


granos xenomórficos (0,1-0,3 mm) y agregados y esfena con tamaños de 0,1-
0,2 mm. (Foto 20).

Como minerales accesorios es característico el apatito que forma cristalitos


(<0,05mm) aciculares. La magnetita se encuentra en la matriz formando
abundantes granos finos (0,05-0,1mm) y también, como fenocristales formando
granos aislados esqueléticos (0,5-1mm). Otras alteraciones secundarias se
manifiestan en la saussuritización del núcleo de algunas plagioclasas, así como
en la decoloración (por los bordes y por las grietas) de algunos granos de la
hornblenda.

Debemos destacar que hasta el momento no hemos observado rasgos


específicos que los diferencien de estas mismas rocas desarrolladas en el
Paleógeno de Cuba oriental (Sierra Maestra).

La vogesita está descrita en Camagüey, donde está representada por


fenocristales de titano-augita en un 25-35%, raros fenocristales de plagioclasas
y 6-8% de microfenocristales de biotita. Los mismos se encuentran en una
masa de grano fino de piroxeno, plagioclasa y pequeñas escamas de mica
biotita. Como minerales accesorios aparecen cristalitos abundantes de apatito y
minerales metálicos.
Foto de Lamprófidos

Foto 20-(20x/10). Espesartita


de Camaguey con textura
general porfiroidea de la masa
principal típica lamprofírica con
hornblenda y plagioclasa
zonada.
2.3. Clasificación de rocas máficas y ultramáficas de las
ofiolitas de Cuba

2.3.1. Introducción

El objetivo del presente esquema de clasificación es introducir un sistema de


nomenclatura de clasificación de rocas ultramáficas y máficas, basado
esencialmente en atributos descriptivos, tales como composición mineralógica
y textura. Los nombres de las rocas fueron establecidos a partir de términos
descriptivos de manera informativa, permitiendo ubicar la roca en un orden
jerárquico.

En Cuba, las rocas de mayor desarrollo, entre las que se consideran


componentes de las ofiolitas, son las tectonitas ultramáficas, luego siguen los
acumulados ultramáficos, serpentinizadas en diverso grado, hasta llegar a
serpentinitas. Con una distribución abundante en algunas regiones de la isla
(Villa Clara, Camagüey, Moa-Baracoa), tienen lugar gabros bandeados e
isotrópicos del nivel de acumulados máficos. Estos niveles oceánicos aparecen
en escamas imbricadas con rocas de los niveles superiores ofiolíticos
(diabasas, basaltos y sedimentos), así como con vulcanitas de los arcos
volcánicos del Cretácico, formando parte del melange ofiolítico que se
distribuye en el cinturón septentrional cubano y, subordinadamente, también
yacen desmembradas, a veces metamorfizadas y mezcladas entre otros
complejos rocosos (Guaniguanico, Escambray, Güira de Jauco y Mabujina).

Las rocas ultramáficas son clasificadas de acuerdo a su contenido de minerales


máficos, los cuales consisten en olivino, ortopiroxeno, clinopiroxeno,
hornblenda, algunas veces biotita, granate y usualmente pequeñas cantidades
de espinelas. En el caso de Cuba, teniendo en cuenta además lo sugerido en el
párrafo anterior, las ultramafitas descritas hasta el presente han sido
clasificadas según el diagrama de Streckeisen (1967) para rocas compuestas
esencialmente por olivino, ortopiroxeno y clinopiroxeno.

Así, entre los tipos de ultramafitas, en Cuba se distinguen peridotitas,


piroxenitas, y peridotitas y piroxenitas con plagioclasa.

Las peridotitas, que aunque están serpentinizadas, son posibles diferenciarlas


entre los principales tipos según Strekeinsen (1967), serán subdivididas en:
dunita, dunita enstatítica (si el piroxeno presente, hasta un 10% es enstatita),
harzburgita, harzburgita clinopiroxénica (si el clinopiroxeno está presente en
rango de 1 a 10%), lherzolita, wehrlita y wehrlita plagioclásica (cuando la
plagioclasa aparece como fase intercumular y puede llegar hasta un 15%).

La piroxenitas son subdivididas en ortopiroxenitas, websteritas y


clinopiroxenitas.
Las rocas ultramáficas que contienen granate y espinela deben ser clasificadas
en la siguiente forma: si el granate o la espinela está presente en menos del
5% se usa el término peridotitas contenedoras de granate y dunita contenedora
de cromita, etc. No obstante, en muchas ocasiones, la espinela ocurre en el
porciento indicado y se ha hecho alusión a su presencia solo en el texto
descriptivo de la roca y no en su denominación o nombre. Si el contenido de
estas fases minerales supera el 5% se usan los términos peridotitas
granatíferas y dunita cromítica, etc. En Cuba, el segundo término es el usado
en algunos casos.
El sistema jerárquico de clasificación adoptado fue el de British Geological
Survey (1999) con modificaciones de acuerdo a lo establecido por la
Subcomisión de la Unión Internacional sobre la sistematización de Rocas
Ígneas (IUGS) (Streckeisen, 1967 y Le Maitre, 1989 en su glosario de
términos). La posición jerárquica se ilustra en la Fig. 1. Los atributos
composicionales son referidos en las Figs. 2 y 3.

Fig. 1. Sistema generalizado de clasificación de rocas ultramáficas y


gabroicas de Cuba.
Fig. 2.Diagrama triangular para la clasificación y nomenclatura de rocas
ultramáficas basado en las proporciones de olivino (Ol), ortopiroxeno
(Opx), clinopiroxeno (Cpx) y piroxeno (Px) (Streckeisen, 1976).
Fig. 3 Diagrama triangular para la clasificación y nomenclatura de rocas
gabroicas basado en las proporciones de plagioclasa (Plag), piroxeno (Px)
olivino (Ol) y clinopiroxeno (Cpx) (after Streckeisen, 1976).

2.3.2. Generalidades sobre las ofiolitas cubanas

En Cuba, las unidades oceánicas que constituyen las ofiolitas se distinguen


según su posición tectónica y composición en: las Ofiolitas del Cinturón
Septentrional, las Ofiolitas anfibolitizadas y las que están emplazadas entre
mantos tectónicos en los terrenos metamórficos (Iturralde-Vinent, 1996).

Durante muchos años las ofiolitas cubanas han sido objeto de estudio por
numerosos autores (Lewis, 1932; Rutten, 1940; Palmer, 1945; Wassal, 1956;
Furrazola et al, 1964; Linares et al., 1985; Ducloz y Vougnat, 1962; Kozary,
1968; Knipper y Cabrera, 1974; Meyerhoff y Hatten, 1968; Pardo, 1975;
Knipper, 1975; Boitean et al., 1972; Iturralde-Vinent, 1975, 1981, 1989, 1996;
Somin y Millán, 1981; Fonseca et al., 1988, 1990; Andó et al., 1989). No
obstante a los avances hasta el momento en el grado de conocimiento
geológico de las ofiolitas cubanas, las mismas no presentan un grado de
estudio homogéneo en toda Isla.
Las ofiolitas del cinturón septentrional son las de mayor desarrollo y afloran
como una serie de cuerpos alargados en la mitad norte de la Isla de Cuba,
desde Cajálbana al oeste, hasta Baracoa al este, formando un cinturón con una
extensión de más de 1000 km de longitud y con un ancho de hasta 30 km.
Forman mantos tabulares, donde las rocas están intensamente deformadas y
pueden alcanzar hasta 6 km de espesor (Fonseca et al, 1984; Iturralde-Vinent,
1996).

Las ofiolitas anfibolizadas (Complejos Mabujina, Güira de Jauco, Formación


Yayabo, etc.) se consideran como parte de la corteza oceánica infrayacente al
arco volcánico cretácico (Millán, 1996). La edad de esta corteza tiene que ser
anterior a la del arco (pre Aptiano-Albiano), es decir, Jurásico o más antigua.

Sobre la edad de las ofiolitas existen escasos datos. Solo algunas


determinaciones bioestratigráficas han sido realizadas a partir de formaciones
vulcanógeno-sedimentarias asociadas a las ultramafitas y gabros. En
Cajálbana dichas rocas se fecharon del Aptiano-Turoniano (Fonseca et al.
1985); en Matanzas del Cenomaniano-Turoniano (Pszczółkowski 2002); en
Villa Clara Tithoniano (Llanes et al. 1998), en Camagüey Aptiano-Albiano?
(Iturralde-Vinent, 1988); en Holguín Hauteriviano a Cenomaniano (Andó et al.
1988; Navarrete et al. 1989) y en Mayarí-Baracoa como Turoniano a
Coniaciano (Iturralde-Vinente, 2006). Estos datos paleontológicos permiten
extender la edad de las rocas oceánicas del Tithoniano al Coniaciano y
confirman la antigüedad de las peridotitas y gabros como anteriores al
Cretácico.

Acerca la edad de los niveles inferiores que constituyen el llamado fundamento


melanocrático propuesto por Iturralde-Vinent (1996), que abarca los niveles de
tectonitas, transicional y cumulativo, aún no existen datos convincentes.

El emplazamiento de las ofiolitas propició el desmembramiento de sus


unidades oceánicas, las que aparecen imbricadas tectónicamente entre sí o
con rocas del arco volcánico cretácico y sedimentos del Campaniano al
Eoceno.

Sobre el ambiente tectónico que originó las ofiolitas, han sido postulados
diversos criterios; pero en los últimos diez años se ha sustentado
fundamentalmente un origen en un mar marginal – cuenca de retroarco
(Fonseca et al., 1984; Iturralde-Vinent, 1996). Sin embargo, la presencia de
efusivos con particularidades geoquímicas de toleitas intraplacas ha sido
además reportada en ofiolitas septentrionales de la región de Matanzas (Kerr et
al., 1999, Llanes et al, 2001).

Generalizando la información petrólogo-geoquímica de las ofiolitas en Cuba


(aquellas del melange septentrional, las emplazadas en los terrenos
suboccidentales, y las anfibolizadas), es admisible suponer, de acuerdo a los
limitados datos geocronológicos, a las interpretaciones de la geoquímica de
elementos mayores y traza, discriminantes de ambiente tectónico, y a la
complicada estructura tectónica en que yacen los niveles ofiolíticos, la
existencia de al menos, tres tipos de ofiolitas, de acuerdo con el ambiente
geodinámico en el cual estas pudieron evolucionar: a) ofiolitas de zona de
suprasubducción (cuenca de retroarco, o cuenca frontal de arco o litósfera
oceánica prearco), b) ofiolitas tipo cordillera centrooceánica (MOR), c) ofiolitas
tipo pluma de manto o plume-type (plume-proximal ridge y oceanic plateau),
que generalmente tienen afinidad geoquímica de basaltos de cordillera
centrooceánica (MORB).

A través de la cartografía geológica a diferentes escalas y del estudio


petrológico y geoquímico, se ha revelado la presencia de los niveles oceánicos
que constituyen una asociación ofiolítica, de tope a base: tectonitas o
ultramafitas metamorfizadas o tectónicas; cumulados ultramáficos y máficos,
diabasas del nivel de diques paralelos y nivel vulcanógeno-sedimentario. Es
importante destacar la presencia de la zona de transición manto-corteza
oceánico o MOHO (ZTM), la que ha sido revelada por varios autores en
diferentes regiones, entre las ofiolitas del Cinturón Septentrional Cubano
(Pentenyi y Garcés, 1988; Gyarmati, et al., 1990; Rodríguez et al., 1997;
Proenza, 1997; Ando et al., 1998; Haydutov et al., 1989; Llanes et al., 1999,
2001). Según lo propuesto por los investigadores citados y las consideraciones
sugeridas por Nicolas y Prinzhofer (1983), Lippard et al., (1986), Benn et al.
(1988), y Boudier y Nicolas (1985), sobre la ubicación de la ZTM en el corte
ofiolítico (tope de las tectonitas o base de la corteza oceánica), se hace
necesario profundizar en el estudio de la petrología de esta zona, en las
diferentes regiones de Cuba.

2.3.3. Descripciones de rocas máficas y ultramáficas de diferentes


regiones

En la composición de las ultramafitas en Cuba, un papel hegemónico lo tienen


las harzburgitas serpentinizadas y serpentinitas harzburgíticas.
Subordinadamente ocurren lherzolitas plagioclásicas y ortopiroxenitas. Ocurren
también diques de gabros, rodingitas y pórfidos andesito-dacíticos. Entre las
rocas ultramáficas que constituyen el nivel cumulativo ultramáfico, aparecen
principalmente lherzolitas y lherzolitas plagioclásicas, wherlitas y wherlitas
plagioclásicas, clinopiroxenitas y clinopiroxenitas plagioclásicas y
ortopiroxenitas.

Entre los tipos de rocas máficas (gabroicas) descritas en Cuba se destacan los
gabros normales, gabros olivínicos, gabros anfibólicos, gabros anfibolizados y
troctolitas.

Una descripción de los términos más utilizados en el territorio nacional es


tratada aquí en ejemplos de tipos de rocas correspondientes a diferentes
localidades en las regiones Habana-Matanzas, Camagüey y Oriente.

Las harzburgitas serpentinizadas y serpentinitas harzburgíticas son los tipos


ultramáficos predominantes en Cuba. Macroscópicamente son de color verde
pálido, verde azuloso y de aspecto resinoso. Las primeras se diferencian de las
más serpentinizadas, en las que se conservan relictos de ortopiroxeno y olivino.
Las serpentinitas harzburgíticas presentan una textura reticular-fibrosa y a
veces hojosa, más acentuada.

Anortosita (Camagüey). Textura: Alotriomórfica granular.


La plagioclasa anortosita se observa entre un 80 y un 90% de la roca. Sus
formas son tabulares a subredondeadas y se presenta saussuritizada,
pelitizada, cloritizada, sericitizada y con algún hidrogranate. La clorita en
ocasiones forma nidos dentro de los cristales de plagioclasa. Se aprecia
actinolita dispersa en un 7 a un 10% de la roca y biotita entre un 3 y un 5%.
Existen venas y venillas de prehnita cortando la roca y algunas impregnaciones
de óxidos e hidróxidos de hierro.

Anortosita (Oriente).
Macroscópicamente son rocas blanco – grisáceas hasta grises oscuras con
ligera tonalidad verdosa. Presentan estructura alotriomórfica granular. El
mineral fundamental es la plagioclasa (80 - 85%). La plagioclasa forma cristales
prismáticos y tabulares cortos. El tamaño promedio es de 3.8 x 2.4mm, algunas
veces mayor. La composición es labradorita (An 55 - 60). En ellos se desarrollan
las maclas polisintéticas de Carlsbad y de la periclina. Aparece el clinopiroxeno
representado por cristales pequeños, intersticial de forma irregular,
generalmente de la variedad augita, aproximadamente en un 5 - 7%. El
ortopiroxeno, al igual que el clinopiroxeno, es intersticial. Se presenta en un 3 -
4%. Ambos piroxenos están alterados, anfibolizados y carbonatizados.

Clinopiroxenita granatífera cataclastizada (Oriente).


Es una roca de color negro verdoso, bandeada, cataclastizada y estructura
panidiomórfica granular. Su composición mineral está caracterizada por la
presencia de clinopiroxeno, granate y escaso ortopiroxeno. El clinopiroxeno
(80-85%) variedad diópsido, es incoloro a verde pálido, xenomórfico, fracturado
y alterados a actinolita–tremolita. El ortopiroxeno es escaso, con birrefringencia
débil, presentando anomalías ópticas que pueden deberse al Ca desmezclado
en forma de diópsido o augita. El granate (15-20%), variedad piropo, es
incoloro, de relieve alto, formas seudohexagonales e irregulares, constituyendo
granos pequeños, rodeados por una envoltura kelifítica de actinolita – tremolita.
Algunos aparecen alterados por clorita, presentando en ocasiones
birrefringencia azul anómala. El granate fue formado por altas presiones y baja
temperatura, motivado por emplazamiento tectónico. Aparece calcita
secundaria rellenando las grietas que deforman la roca.
Clinopiroxenita plagioclásica serpentinizada. (Foto 29.2
Habana-Matanza).
Textura: Hipidiomórfica granular, mesocumulativa. Compuesta principalmente
por granos de clinopiroxeno cumulativo, poco alterados, subhédricos, de hasta
5,5 mm. El clinopiroxeno se relaciona con olivino cumulativo serpentinizado,
hecho que ocurre subordinadamente. En un 25 a 30 % de las secciones, en los
espacios intersticiales se observa plagioclasa poscumulativa, la cual se originó
por cristalización del líquido intercumular y se presenta alterada a hidrogranate,
clorita y otras impurezas.

Clinopiroxenita serpentinizada (Habana-Matanza).


Textura: Hipidiomórfica granular, mesocumulativa. Está formada por
clinopiroxeno cumulativo, entre un 50 y 60 % de la masa rocosa, con formas
prismáticas irregulares y se presenta poco alterado. Contiene olivino en un 20
%, con formas granulares. Estos minerales se encuentran serpentinizados a
crisotilo, serpofita y alguna antigorita. En escasos intersticios se aprecia
plagioclasa alterada a hidrogranate, clorita y otras impurezas.

Dunitas (Foto 47004 Oriente).


Se caracterizan por un color negro verdoso, texturas masivas y estructuras
alotriomórficas, alotriomórfica relíctica y reticular, constituidas por olivino
fundamentalmente desde un 15 % a un 95 % y escasos granos de
ortopiroxeno.
El olivino tiene formas redondeadas, variando de 0,8 mm a 3,7 mm. Aparecen
atravesados por vetillas de crisotilo a veces de forma paralela y vetilllas de
carbonato, rodeado por antigorita fibrosa con cada cadena de magnetita. El
ortopiroxeno representa aproximadamente un 2 ó 3%, aparece bastitizado, con
extinción recta y ondulatoria, de tamaños que alcanzan hasta 3,2 mm,
sustituidos en los bordes por talco, a veces, con seudomorfosis total. Las rocas
presentan proceso de serpentinización inicial.
En algunas rocas abarcan hasta un 25 % del volumen total. Hay sectores
donde se forman nódulos, constituidos por antigorita, talco, clorita, sin relictos
del mineral primario y con estructura fibrosa radial. Contiene mineral metálico,
aproximadamente un 3% de cromita de forma irregular, bordeada e
interceptada por finas vetillas de magnetita.
Las rocas en general están cataclastizadas y atravesadas por vetillas de clorita
en distintas direcciones.

Dunita en contacto con cromita (Oriente).


Mediante el estudio de muestras extraídas de galerías de la Mina Mercedita se
observó el contacto de la dunita y la cromita, el que expresa la génesis única y
comagmática de ambas. La dunita presenta estructura alotriomórfica, a veces
poiquilítica, constituida fundamentalmente por olivino hasta un 95%, de formas
redondeadas y de tamaños que varían de 1.80 mm a 6.2 mm, aparecen
cortados y rodeados por vetillas de crisotilo, antigorita y clorita. La cromita está
diseminada en la roca en pequeños granos redondeados. En la zona de
contacto, los fragmentos de cromita son irregulares, ligeramente redondeados,
muy fracturados y agrietados, estando sustituidos por magnetita hacia los
bordes y cementados por clorita.

Dunita enstatítica antigorítica (Oriente) – Textura: Nodular,


reticular, xenoblástica.
La roca está formada por olivino, ortopiroxeno, minerales serpentiníticos en
fibrillas y vetillas, así como accesorios del tipo cromita y magnetita.
Los granos de olivino, con formas isométricas, quedan atrapados en una red o
malla de lizardita y/o crisotilo, otorgándole toda esta disposición mineral, textura
nodular y reticular a la roca. El olivino nodular, en los centros de los retículos
tiene forma a veces subredondeada. En las vetillas y cordones de crisotilo hay
magnetita en polvillo fino. Aparece el ortopiroxeno en un contenido que no
sobrepasa el 10 %. Presenta, en algunos casos, pseudomorfosis a bastita y a
veces está atravezado por vetillas de agregados de talco y de crisotilo. La
cromita ocurre tanto en granos más o menos isométricos, traslúcidos, rojizos y
fracturados, como en formas dactiloscópicas. En estos últimos casos se
observa en ocasiones asociada al ortopiroxeno. Aparece además el
clinopiroxeno, pero en cantidades menor que 10%.

Dunita enstatitica serpentinizada (Oriente) - Textura: Nodular,


Xenoblástica.
La rosa está formada por olivino, piroxenos rómbicos, minerales serpentiníticos
en vetillas y accesorios como cromita y magnetita. Los granos de olivino
aparecen en formas isométricas quedan atrapados en red o malla de lizardita
y/o crisotilo, dispuesto según una estructura nodular, cuyo borde está
compuesto fundamentalmente por crisotilo junto al que aperece magnetita en
polvillo fino; los piroxenos rómbicos, atravesados por vetillas de agregados de
talco y de crisotilo, no sobrepasan el 10 % de la masa rocosa y a veces están
serpentinizados. La cromita accesoria tiene lugar en granos isométricos,
translúcido, rojizo, fracturado y atravesado por vetillas; los bordes de los granos
muestran aspecto dactiloscópico, corroídos o esqueléticos, asociados en estos
casos a los ortopiroxenos en un 1 %. Clinopiroxenos. El clinopiroxeno se
determina a veces en aislados y pequeños granos.

Dunita ortopiroxénica bastitizada. (Foto M-29 Camagüey).


Textura: Alotriomórfica granular, pseudoblastoporfírica.
La roca se compone de agregado alotriomórfico granular de olivino, con granos
de tamaño desde 0,1 mm hasta 1,2 mm, fresco, con incipiente serpentinización
que se desarrolla en grietas que atraviesan la masa rocosa. El olivino
representa alrededor del 75 % de la roca. Los granos de bastita ocurren como
seudoporfiroblastos, con huellas de semirotación o afectación tectónica
(expresión cinemática) y pudieran llegar a un 15 % de la sección; en una zona
de la sección forma agregados granulares, donde el tamaño de los granos es
desde 0,1 hasta 2,0 mm y están rodeados de olivino y algunos granos de
ortopiroxenos en una matriz más fina. En esta zona se ve un efecto tectónico
más intenso de tipo cataclasis. Se observa espinela cromífera, en granos
irregulares con tamaño desde 0,3 mm hasta 1,6 mm, de color parduzco,
rodeado por una corona de reacción de clorita. Este borde de reacción clorítico
debió haberse formado por la interacción entre el olivino y la espinela.

Dunita plagioclásica (Camagüey). Textura: Nodular relíctica.


La roca está formada por abundante serpofita a partir de olivino cloritizado y
con algunas impregnaciones de óxidos. Además de la serpofita hay abundante
crisotilo en cordoncillos contorneando la serpofita; en proporción muy
subordinada se aprecian finos agregados de antigorita. Se observan zonas
alteradas entre un 20 % y un 25 % de la roca con la presencia de cloritas
crómicas kanmeririta y cochubeita, donde hay escasos relictos de plagioclasa
pelitizada en forma de parches. Se aprecia una zona de alteración caótica con
fragmentos cloritizados y abundantes venas y venillas de carbonato y clorita. La
roca presenta agrietamiento, así como venas y venillas de clorita y carbonato
cortando la misma. Existe mineral metálico disperso en un 7 % con formas
irregulares y probables cromoespinelas.

Dunita plagioclásica (Oriente).- Textura: nodular, reticular.


La roca está formada por olivino relíctico casi alterado por completo a
serpentina del tipo serpofita y crisotilo en un 80 % y por plagioclasa, que forma
parches entre los nódulos de olivino, completamente saussuritizada,
carbonitizada, pelitizada y sericitizada. En la masa rocosa se observa
magnetita formando venillas que surcan la roca, o como polvillo fino
diseminado junto al crisotilo que constituye los bordes reticulares. Como
mineral accesorio aparece espinela cromífera en formas subhédricas, en un 2
% y, bordeando esta, tiene lugar la clorita.

Dunita plagioclásica serpentinizada (Oriente). Textura:


reticular, nodular.
Es una roca formada por olivino, minerales serpentiníticos en malla o formando
una red, con magnetita en polvillo fino, clinopiroxenos, agregado criptocristalino
saussurítico de plagioclasa y cromita accesoria. Los minerales serpentiníticos
aparecen en vetillas finas de crisotilo que bordean los nódulos. En el interior de
estos o en los centros de la red aparece polvillo fino de magnetita y óxidos de
hierro. También entre los nódulos se observa olivino con bordes oxidados e
isométricos, algo angulosos, correspondiendo a la fase de cúmulos. En menor
proporción se observan piroxenos, también atravesados por vetillas de
minerales serpentiníticos. Como producto metasomático, en la plagioclasa se
desarrollan grumos intersticiales casi isotrópicos. La cromita accesoria,
fracturada, se distribuye en 1 %, asociada a los “grumos”.
Dunita serpentinizada (Oriente). Textura: nodular y algo
cataclástica.
La roca está formada por olivino muy serpentinizado, donde aún se conservan
relictos del mineral formador primario. La masa rocosa presenta cierta
orientación, la que está marcada por las bandas de crisotilo-asbesto. A pesar
del intenso grado de serpentinización no aparecen considerables cantidades de
magnetita, lo que indica la posible cercanía del olivino, en composición, a la
forsterita. Se observan escasos retículos de magnetita. La cromita aparece en
un 5%, muy desmembrada, en pequeños granos irregulares.

Gabro (Oriente).
Se caracterizan por rocas de grano medio a grueso, con estructuras
alotriomórficas, alotriomórficas – granular bandeadas, poiquilíticas, subofíticas
y superpuestas con transición a ofíticas, nodular por alteración secundaria, lo
que origina una mezcla de material isótropo de arcilla, clorita y epidota. Todas
estas características son típicas de los gabros cumulativos. Las texturas son
masivas y bandeadas. Como minerales principales aparecen plagioclasa,
clinopiroxeno, escaso ortopiroxeno y olivino.
La plagioclasa constituye desde un 50 – 75%. Su composición va desde
labradorita An 58 hasta andesina An 40. Tienen formas tabulares anchas y
alargadas, a veces prismáticas, bordes terminales dentados, macla polisintética
de la albita, albita carlsbad y de la peridina, raramente zonadas. Sus tamaños
varían de 1,28mm a 3mm. En algunas rocas en mayor o menor grado, están
desanortizadas. También se observan manchas oscuras, casi isótropas,
constituidas, según los resultados de Rx, por una mezcla de calcita y caolinita.
Este agregado presenta un aspecto criptocristalino de alto relieve. En otras
rocas, las plagioclasas están fuertemente sausuritizadas y las maclas se
vuelven difusas.
El clinopiroxeno generalmente de la variedad augita se encuentra en un 20 –
40%, apareciendo en forma irregular, intersticial, entrecrecido con la
plagioclasa y con estructura poiquilítica. Entre los procesos de alteración se
encuentra la cloritización y anfibolización, presentando borde fibroso. Existen
cristales con granos muy finos de mineral metálico en las líneas de clivaje.
El ortopiroxeno es aproximadamente 1–2% de la variedad hiperstena o
diópsido, que probablemente, por procesos metasomáticos, la hiperstena es
sustituida por diópsido, caracterizados estos minerales por su baja
birrefringencia.
El olivino es escaso, se encuentra serpentinizado y alterado a iddingsita. Esta
última es de color pardo – verdoso, apareciendo en los retículos magnetita.
Los minerales secundarios están representados por actinolita– tremolita, clorita,
saussurita, minerales del grupo de la epidota, albita, cuarzo, iddingsita y trazas
de rutilo, según resultados de RX. El mineral secundario más abundante es la
clorita ferruginosa, la cual se encuentra sustituyendo a los minerales
principales, rellenando a su vez vetas e intersticios. La epidota se presenta en
formas de agregados granulares. La clinozoisita constituye agregados
columnares, teniendo algunos granos colores anómalos.
Como minerales metálicos tenemos la magnetita y pirita, que representan el 1–
3%. Tienen formas irregulares a subhédricas. En algunas rocas se observa que
la proporción de la pirita es mayor que la magnetita. También tenemos la
esfena que solo llega hasta 1 %, pero ella no se encuentra en todas las rocas.
El grado de alteración de las muestras es variable, en unas más señaladas que
en otras, dependiendo esto de la posición que ocupa en el nivel del complejo,
así como del grado de tectonismo que la roca ha sufrido. Los procesos
hidrotermales juegan un papel fundamental en la formación de minerales
secundarios. Es por ello que en este estudio se observan rocas metasomáticas
originadas a partir de gabros que presentan las siguientes características:
tienen un carácter básico formando una estructura seudoporfírica, donde las
soluciones termales impregnaron la roca y sustituyeron los feldespatos, en una
masa constituida por epidota. Además, se observa un tipo de mineral metálico,
probablemente ilmenita, que se caracteriza por mostrar en luz reflejada una
alteración blanca, constituyendo cristales esqueléticos.

Gabro alterado (Habana-M atanzas). Textura: gábrica


alotriomórfica, ortocumulativa.
Predomina la plagioclasa labradorítica con granulometría variable,
constituyendo aproximadamente el 70 % de la roca, formando principalmente
figuras granulares isométricas de unos 0,7 mm de diámetro. Entre las
plagioclasas aparecen tablillas granulares de clinopiroxeno parcial o totalmente
anfibolizado (actinolita-uralita).

Gabro alterado (Habana-Matanzas). Textura: bandeada nodular.


Macrópicamente es un grabro bandeado y microscópicamente se observa una
estructura nodular. Los piroxenos se observan anfibolizados, con formas
fibroso-radiales. La plagioclasa aparece intersticialmente intensamente
pelitizada y cloritizada. No se observa mineral metálico.

Gabro alterado (Camagüey). Textura: relicto-gábrica. Está


tectonizada (seudobandeada).
Es una roca caracterizada por una intensa destrucción tectónica, lo cual se
manifiesta tanto por la orientación paralela (hasta seudobandeada) de sus
minerales, como por la fragmentación de estos, fundamentalmente los
minerales máficos, donde además se les desarrolla extinción ondulante y cierto
estado contorsionado de sus granos.
La plagioclasa aparece como tablillas subideomórficas y tamaño inferior a
0,5mm, casi totalmente saussuritizada y prehnitizada.
El clinopiroxeno se intercala con las plagioclasas con redondeamientos
provocados por procesos tectónicos que determinan el carácter
seudobandeado de la textura. Parcialmente está sustituido por intensos
procesos de serpentinización. Existen microfracturas irregulares interticiales y
finas venillas serpentinizadas, acompañadas por ligeros procesos de
cloritización y a veces por prehnita.

Gabro alterado (Oriente):- Textura: bandeada nodular.


Macrópicamente es un grabro bandeado y microscópicamente se observa una
estructura nodular. Los piroxenos se observan anfibolizados, con formas
fibroso radiales. La plagioclasa aparece intersticialmente intensamente
pelitizada y cloritizada. No se observa mineral métalico.

Gabro anfibolizado. (Foto I-84-2 Habana-M atanzas). Textura:


alotriomórfica granular, mesocumulativa.
El gabro está constituido en un 75% por plagioclasa cumulativa de composición
labradorítica, formando gránulos a tablillas irregulares, afectada en ocasiones
por procesos de desanortización y sericitización. A veces contiene poiquilitos
de clinopiroxeno. En los espacios intersticiales se encuentra hornblenda de
color verde pardo, que ocurre en un 20%, con formas anhédricas y tamaño de
hasta 2,5 mm. Con frecuencia presenta inclusiones prismáticas de plagioclasa.
Además, se apreció clinopiroxeno alterado a actinolita. Con frecuencia aparece
un anfíbol fibroso contorsionado (uralita) entre los granos de plagioclasa,
presumiblemente derivado de la alteración del clinopiroxeno. En los intersticios
también se observaron gránulos de cuarzo y esfena como mineral accesorio.
La plagioclasa, la hornblenda y el clinopiroxeno son los minerales cumulativos y
el cuarzo y la esfena son postcumulativos.

Gabro anfibolizado (Camagüey).- Textura: gábrica,


aliotriomórfica granular.
La roca está compuesta por plagioclasa de composición básica (labrador-
bitownita – An70, con bordes corroídos, donde además se aprecia de un 15 a 25
% de clinopiroxeno anfibolizado a actinolita-tremolita (uralita). Se observa un
desmembramiento del clinopiroxeno y textura acicular fibrosa y se aprecia
algún agrietamiento.

Gabro anfibolizado (Camagüey).Textura: alotriomórfica


granular.
Se observa plagioclasa con formas tabulares y otras veces con formas de
parches en un 50 a 60% de la sección. La plagioclasa se encuentra pelitizada y
alterada a hidrogranate, clorita y otras impurezas. El clinopiroxeno se presenta
con formas subredondeadas entre un 40 y un 45% de la roca.
En el centro de estos granos se aprecia una alteración a tremolita–actinolita-
clorita. Existe mineral metálico (titanomagnetita) en menos de un 5%, con
formas arriñonadas.
Gabro bandeado de grano fino (Habana-Matanzas). Textura:
gábrica.
Estas rocas están compuestas por plagioclasa entre un 60 y un 70% de las
mismas. Son de composición labradorítica, con formas tabulares corroídas y
tamaño de 0,2 a 0,5mm. También presenta clinopiroxeno entre un 25 y un 30%,
con formas prismáticas corroídas, dispuestos con cierta orientación y
uralitizados, donde en los intersticios se observa prehnita, uralita y clorita.

Gabro-diabasa (Habana-M atanzas). Textura: alotriomórfica


granular, poiquiloofítica mesocumulativa.
Esta roca está compuesta por plagioclasa, que aparece principalmente con
formas xenomórficas, en un 50 % de la roca. Su composición es labradorítica,
con un tamaño inferior a 2mm. Generalmente se presentan zeolitizadas y
desanortizadas. Contiene clinopiroxeno augita con formas irregulares en
granos inferiores a 2,4mm, con anfibolización (uralitización) de parcial a total.
Además se observa cloritización. Se ven zonas enriquecidas en clinopiroxeno,
donde aparece plagioclasa, intensamente desanortizada en listones menores a
1,5mm, formando inclusiones poiquilíticas. Se observan nidos de prehnita y
epidota con esfena residual. Se presenta la ilmenita en menos de un 5 %. Los
minerales cumulativos son plagioclasa y clinopiroxeno y los postcumulativos
son anfíbol, esfena, epidota e ilmenita.

Gabro hornbléndico. (Foto 85-2 Habana-M atanzas).- Textura:


alotriomórfica granular, mesocumulativa.
El gabro está compuesto por plagioclasa labradorítica cumulativa, en un 60%
de la roca, formando granos xenomórficos menores de 2 mm, donde a veces
son alargados, frecuentemente zonados y con núcleos afectados por intensa
saussuritización. La plagioclasa en ocasiones contiene poiquilitos de
clinopiroxeno. Aparece hornblenda verde con núcleos parduscos formando
tablillas y agregados inferiores a 1mm. Los espacios intersticiales están
ocupados por gránulos de cuarzo y esfena en pequeños cristales accesorios.
La plagioclasa y la hornblenda son los minerales cumulativos y el cuarzo y la
esfena son los minerales postcumulativos.

Gabro olivínico (Habana-M atanzas)-Textura: alotriomórfica


granular, mesocumulativa.
El gabro está compuesto por plagioclasa, clinopiroxeno y olivino cumulativos.
La plagioclasa es de composición labradorítica, con tamaño de hasta 2,2mm y
constituye aproximadamente el 60 % de la masa rocosa, casi totalmente
sustituida por una mezcla de prehnito-zoisítica con predominio de la prehnita.
Ocasionalmente presenta orientación planal y poiquilitos de clinopiroxeno. El
clinopiroxeno representa aproximadamente el 30 % de la roca y aparece como
tablillas granulares xenomórficas, con tamaño inferior a 2,0 mm. Generalmente
son minerales frescos, aunque a veces con aureolas de anfibolización
actinolítica.
El olivino aparece en granos inferiores a 2,0mm, formando el 20 % de la roca
aproximadamente, parcialmente serpentinizado y atravesado por venillas de
serpentina y agregados de magnetita. La zoisita que sustituye a la plagioclasa
se desarrolla en forma de pequeños nódulos radiolíticos de aspecto terroso.

Gabro olivínico. (Foto M-84 Camagüey). Textura: Gábrica,


hipidiomórfica granular.
El gabro está compuesto fundamentalmente por plagioclasa (labradorita),
olivino serpentinizado y clinopiroxeno (augita). La masa rocosa está atravesada
por vetillas rellenas por zeolita y/o prehnita. La plagioclasa aparece en la roca,
desarrollando tablillas subidiomórficas, alargadas o anchas. En este último
caso, a veces con contornos irregulares, donde sus tamaños varían entre 0,7 –
7,2mm. Su estado fresco ha permitido determinar su composición labradorítica.
Los minerales máficos, como olivino y clinopiroxeno están caracterizados por
su xenomorfismo, ocupando espacios entre la plagioclasa. Estos minerales
máficos se encuentran distribuidos de forma irregular, aunque se observan
enriquecimientos esporádicos de uno u otros en zonas aisladas. El olivino se
somete a ligeros procesos de serpentinización, rellenando microvetillas, siendo
notable como a partir de este proceso se desarrollan finas fracturas en las
plagioclasas en las que se observa el desarrollo incipiente de prehnita.

Gabro olivínico (Camagüey). -Textura: gábrica.


El gabro está formado por plagioclasa básica, con formas alotriomórficas,
unidas sacaroidalmente. Se observa clinopiroxeno en un 5% y olivino relíctico
fresco atravesado por finas venillas de crisotilo, con impregnaciones de óxidos
e hidróxidos de hierro y alguna clorita en un 10% de la roca.

Gabro olivínico bandeado (Oriente).


El gabro se caracteriza por una textura masiva y una estructura alotriomórfica
granular bandeada, en algunos sectores poiquilítica. Los cristales se
desarrollan en forma de granos finos a gruesos. Los minerales principales son
plagioclasa, clinopiroxeno, olivino y escaso ortopiroxeno. Las plagioclasas
constituyen el 45% del volumen de la roca y son de composición labradorita
AN54. Se observa en un sector plagioclasas pequeñas, de bordes redondeados,
que varían de 0,36mm a 1,28mm. En otro sector presenta una granulometría
gruesa, con formas tabulares anchas, a veces intersticial, cuyos tamaños son
aproximadamente de 4,2 x 1,6 mm. En general, son cristales frescos, pero en
algunas zonas existen cristales con manchas oscuras de aspecto
criptocristalino y relieve alto, constituido por una mezcla de calcita y caolinita.
El clinopiroxeno generalmente es augita, alcanzando un 30%, con forma
irregular e intersticial, ligeramente anfibolizado. El ortopiroxeno es escaso,
oscilando de 1-2%. También tiene forma irregular e intersticial, de baja
birrefringencia y con mayor grado de alteración. En general, tienen inclusiones
de pequeños granos de magnetita de formas subhédricas.
El olivino alcanza hasta un 20% de la roca; aparece en forma intersticial y en
cristales xenomórficos.
Está serpentinizado, atravesado por vetas de crisotilo, magnetita segregada en
los retículos y además clorita, presentando desarrollo de iddingsita.
Como minerales accesorios se presentan los minerales metálicos magnetita,
pirita y probablemente ilmenita alterada a leucoxeno.
Sus formas son irregulares, subhédricos y esqueléticos, representando 1 – 3%
de la roca, siendo la pirita el mineral más abundante.

Gabro pegmatita (Habana-Matanzas).- Textura: gábrica.


El gabro está constituido por plagioclasa básica (labradorítica) entre un 55 y un
60%, con formas anchas tabulares y tamaño entre 3 y 6 mm. Además, se
observa clinopiroxeno entre un 30 y un 40%, en cristales tabulares a
prismáticos bien desarrollados, con tamaño entre 2 y 5 mm, en ocasiones
uralitizado en los bordes, donde en los intersticios se aprecia prehnita y uralita.

Gabronorita (Oriente).
En este tipo de roca, los cristales se desarrollan con orientación subparalela,
típico de rocas cumulativas. Los minerales principales que los constituyen son
plagioclasas, clinopiroxeno y ortopiroxeno. Las plagioclasa constituyen más de
la mitad de la roca, aproximadamente 60%; tienen formas tabulares alargadas
y sus tamaños varían de 0,48 mm a 3,9 mm. Están fuertemente sausuritizados
y sus maclas son difusas, por eso las determinaciones del tipo de plagioclasa
se hacen difíciles. El clinopiroxeno, generalmente, de variedad augita,
representa aproximadamente un 20%. Se desarrollan de forma irregular e
intersticial entre los cristales de plagioclasa. Aparecen alterados a actinolita –
tremolita y cloritizados. El piroxeno alcanza un 15% generalmente y son de
variedad hiperstena o diópsido. También el piroxeno aparece de forma
intersticial, caracterizado por su baja birrefringencia. Los minerales metálicos
que se presentan son magnetita y pirita de 1 a un 2%. La pirita es menor del
15%. Estos minerales están asociados a los minerales máficos. La roca está
algo cataclastizada. Se observa clorita rellenando cavidades y en venillas junto
con zeolita y de igual forma existen procesos de serpentinización.

Gabronorita pegmatítica (Habana-Matanzas). Textura: gábrica.


Las rocas están compuestas por plagioclasa de composición básica
labradorítica entre un 50 y un 60%, con formas tabulares anchas y con tamaño
entre 3 y 5mm y por clino y ortopiroxenos. El clinopiroxeno predomina sobre el
orto, apreciándose entre un 20 y un 25%, formando cristales de hasta 5mm,
uralitizados en sus bordes, el ortopiroxeno se observa entre un 7 y un 10% de
estas rocas, frecuentemente alterado a talco, en los intersticios se aprecia
prehnita, uralita y hornblenda.
Gabros pegmatitas (Oriente).
Son rocas de grano grueso, textura masiva y estructura gábrica pegmatítica.
Los minerales principales son plagioclasas, clinopiroxeno y escaso
ortopiroxeno. La proporción de las plagioclasas y el clinopiroxeno en algunas
muestras es aproximadamente igual, pero en otras, las plagioclasas superan a
los clinopiroxenos.
Las plagioclasas son de composición labrador An 52, sus formas son tabulares
anchas y varían de 1.2 x 0.6mm; el grado de alteración es también variable, ya
que en algunos cristales, la saussuritización es más intensa. Numerosos
cristales están alterados por minerales del grupo de la epidota, zoisita,
clinozoisita, con saussurita y carbonato.
El clinopiroxeno que generalmente es de la variedad augita, se caracteriza por
un color pardo, formas irregulares e intersticiales; sus tamaños varían
aproximadamente desde 2 mm hasta 7,5 x 6 mm, presentando extinción
ondulatoria, donde algunos están maclado y fracturados.
Producto de la alteración aparecen cloritizados y anfibolizados con bordes
fibrosos. A consecuencia de los procesos hidrotermales, estas rocas presentan
abundantes minerales secundarios del grupo de la clorita, cuarzo, actinoli ta –
tremolita y escasos carbonatos. La clorita es incolora a verde. El cuarzo se
presenta en forma de mosaico de distinto tamaño y rellenando las formas
xenomórficas de antiguos cristales. En cuanto a la actinolita – tremolita, la
misma se presenta como cristales aciculares. En relación con el carbonato,
podemos decir, que se observa rellenando venillas conjuntamente con el
cuarzo.

Harzburgita clinopiroxénica serpentinizada. (Foto M-64-1


Camagüey).
Textura: Reticular fibrosa, seudoporfiroblástica. Predomina un agregado fibroso
de crisotilo que bordea relictos de olivino serpentinizado a serpofita y lizardita,
en un 40% de la sección. Se aprecian porfiroblastos de enstatita irregulares,
con tamaño de hasta 2 mm, cortados por venillas de crisotilo. El ortopiroxeno
presenta generalmente una corona de reacción de serpentina. En el contacto
de la serpentina con la enstatita se aprecia clinopiroxeno con tamaño de 0,8
mm. Existe magnetita en forma de polvillo fino en cordoncillos, dentro de las
venillas de crisotilo.

Harzburgita serpentinizada. (Habana-Matanzas).


Es una roca compuesta por relictos de olivino en una masa rocosa alterada a
minerales serpentiníticos constituidos por lizardita, en forma de serpofita
generalmente, crisotilo acompañando a la serpofita y antigorita, que ocurre
tanto en agregados finos microgranulares como en agregados fibroso-
laminares. El crisotilo que bordea la serpofita se caracteriza por su disposición
en cordoncillos casi siempre con magnetita. Estos minerales serpentiníticos
representan entre el 60-70 % de la masa rocosa y presentan textura reticular.
El ortopiroxeno aparece fundamentalmente seudomorfizado a bastita,
separándose como seudoporfiroblastos que le otorgan a la roca una textura
seudoblastoporfírica.

En la mayoría de los casos aparece clorita como seudomorfosis de la bastita y


menos frecuentemente se observa talco como mineral de alteración. También
es común el desarrollo de iddingsita como producto de la alteración del olivino.
Los minerales metálicos ocurren en grietas y en granos diseminados en una
cantidad de 3-5 % de la roca. Además, se ven escasos granos de
cromoespinela accesoria en un 3 % aproximadamente. Se observan rasgos de
fábrica tectónica en los ortopiroxenos que aunque bastitizados, conservan
elementos de “kink” expresados en extinción ondulatoria de los granos.
Además, se advierte exsolution lamellae en granos de bastita, dado por
entrecrecimiento de clinopiroxeno en el ortopiroxeno bastitizado.
Algunos de estos granos presentan huellas de esfuerzos cinemáticos
(semirotación). Macroscópicamente la fábrica tectónica de la roca es acentuada
por el aplanamiento de los ortopiroxenos.

Harzburgita serpentinizada (Oriente)- Textura: nodular;


hipidiomórfica granular.
Esta roca está formada por minerales como olivino, piroxenos rómbicos,
minerales serpentiníticos, talco en agregados microescamosos,
cromoespinelas con alrededor del 1% de la roca y vetillas con magnetita
diseminada. Conjuntamente se aprecia crisotilo y/o lizardita bordeando todos
los contornos.Los minerales serpentiníticos se encuentran alrededor del 35 a
40%. Los piroxenos rómbicos tienen formas hipidiomórficas sustituidos
pseudomórficamente por talco escamoso y debilmente cloritizados. Aislados
granos de clinopiroxenos se encuentran anfibolizados. Con el talco se observa
abundante polvillo de magnetita.
Existen espinelas cromíferas asociadas a los ortopiroxenos, las que tienen
formas dactiloscópicas y son corroídas. Entre ellas a veces se aprecia talco.

Harzburgita serpentinizada- (Muestra 47038 Teperin y Heredia,


1986 Oriente). -
Textura: alotriomórfica reticular. El olivino es el mineral fundamental,
constituyendo el 85% de la roca. Los granos presentan formas redondeadas,
tamaño inferior a 4mm y están serpentinizados a serpofita, crisotilo y antigorita.
El ortopiroxeno generalmente es de la variedad hiperstena; se observa entre un
7 y 15% de la roca y aparece en forma intersticial, con tamaño entre 2 y 4mm.
Los ortopiroxenos están bastitizados, alterados a talco por los bordes y
presentan extinción ondulatoria. Se aprecia escaso clinopiroxeno rellenando
intersticios. Existe cromita como mineral metálico alcanzando un 1% de la roca,
con formas irregulares. La roca está atravesada por vetas de calcita.
Lherzolita. (Foto 24-13ª Habana-M atanzas)- Textura:
alotriomórfica granular, ortocumulativa.
La lherzolita está compuesta por un agregado granular a microgranulares de
olivino, con granos menores de 2 mm, parcialmente serpentinizado en
antigorita granular a hojosa, crisotilo y serpofita. Incluidos en la masa olivínica
se observan clino y ortopiroxenos. El primero con formas prismáticas cortas,
con menos del 25 % de la roca y un tamaño inferior a 0,4 mm. El segundo con
formas xenomórficas, bastitizado y ocurre en menos de un 20 %, con un
tamaño entre 0,5 y 1,5 mm.

Lherzolita. (Foto M-87 Camagüey)- Textura: blastoporfírica.


La roca está formada por blastopórfidos de ortopiroxenos bastitizados, con
formas xenomórficas, con un 25 %, y por clinopiroxeno con formas prismático-
tabulares cortas, con un 15 % y por abundante serpofita. La serpofita se formó
a partir de olivino, el que todavía se observa relíctico en algunos sectores. La
serpofita está contorneada por cordoncillos de crisotilo, en los cuales se
aprecia en su parte central finos cordoncillos de magnetita, así como
impregnaciones de óxidos e hidróxidos de hierro. La antigorita es escasa y se
presenta en agregados microcristalinos.
La serpentina engloba los blastopórfidos y los fenocristales de clinopiroxeno.
Existen venas de crisotilo posteriores, cortando la roca y como mineral metálico
aparecen cromo- espinelas con formas esqueléticas en un 2 % de la roca.

Lherzolita plagioclásica. (Foto 24-13 Habana-M atanzas)-


Textura: alotriomórfica granular, ortocumulativa.
Están compuestas por agregados granulares de olivino cumulativo, con granos
de 0,4 a 1mm, alcanzando un 40-45 % de la roca. Presentan serpentinización
parcial a antigorita granular, microgranular y hojosa, y en menor proporción
crisotilo y serpofita. Los granos prismáticos son cortos de clinopiroxeno
cumulativo, con un tamaño de 0,2 a 0,4mm, entre un 20 y 25 % de la roca. El
ortopiroxeno cumulativo presente formas xenomórficas, tamaño de 0,5 a
1,5mm, entre un 15 y un 20 % de la masa rocosa, casi completamente
bastitizado, cloritizado y alterado a talco. Además, se apreció de un 10 a un 15
% de plagioclasa intersticial postcumulativa intensamente alterada a
hidrogranate, clorita y otras impurezas, constituyendo el producto de la
cristalización postcumulativa del líquido intercumular. La serpentinización
presente evidencia la pseudomorfosis por olivino y piroxeno cumulativos.

Lherzolita serpentinizada. (Oriente)- Textura: alotriomórfica


granular, seudoporfírica.
La roca está compuesta por un 65 % de olivino serpentinizado, 25 % de
ortopiroxeno bastitizado y talquitizado, así como clinopiroxeno con 10% y
cromoespinela constituyendo alrededor de un 1 %. Los granos de olivino
serpentinizados alcanzan entre 0,5 y 3mm de tamaño. El clinopiroxeno aparece
también talquitizado y casi completamente anfibolizado. La cromoespinela tiene
lugar en granos hipidiomórficos con tamaño entre 0,3 y 0,8 mm y formando
estructuras simplectíticas (no muy claras).

Microgabro norita (Habana-Matanzas)- Textura: subofítica,


mesocumulativa.
Está roca está compuesta por tabloncillos de plagioclasa labradorita (An54) en
un 50 % de la roca, cuyo tamaño fluctúa entre 0,2 y 1,4mm. El clinopiroxeno
representa un 30 % de la roca y aparece alterado a actinolita-uralita. Además,
contiene ortopiroxeno aproximadamente en un 20 %, parcialmente alterado a
talco. Los minerales cumulativos son la plagioclasa, el clinopiroxeno y el
ortopiroxeno.

Microgabro olivino-piroxénico. (Foto M-72 Camagüey)- Textura:


gábrica.
Presenta plagioclasa idiomórfica en un 45%, de composición labradorítica. La
plagioclasa aparece como tablillas granulares a veces con aristas prismáticas y
tamaño variable entre 0,3 y 1,8mm.
Los minerales máficos tienen formas más irregulares y una granulometría
similar a la de las plagioclasas. El olivino aparece en un 25%, se encuentra
surcado por finas fracturas de serpentina, pero su estado es bastante fresco. El
clinopiroxeno constituye el 25% de la roca, presentándose en formas
prismáticas cortas, en su variedad augita. Dispersos por toda la roca se
encuentran granos de sulfuros oxidados que posiblemente es pirita. La roca
está atravesada por venas y venillas de serpentina.

Ortopiroxenitas (Habana-Matanza)-
Al igual que las últimas, son muy subordinadas, forman parte de bloques en
zonas de fallas, deformadas y fueron observadas en la región de Majana. El
ortopiroxeno aparece seudomorfizado a bastita, en granos de tamaño entre 0,5
y 10 mm, unidos en forma de mosaico. En la periferia de algunos granos se
observa clinopiroxeno. También se manifiesta exolution lamellae en
ortopiroxeno.

Ortopiroxenita olivínica.(Oriente)- Textura: blastoporfírica.


El ortopiroxeno constituye de un 65 a un 70%, presenta formas prismáticas,
está mal preservado y tiene tamaños que alcanzan hasta 5 mm. Aparecen
bastitizados con clorita a través de las líneas de clivaje. El olivino intensamente
serpentinizado no sobrepasa el 25% del volumen total de la roca. Esta
sustituido por serpofita y antigorita, encontrándose bordeado por bandas de
crisotilo. En algunos sectores de las muestra se presentan relictos frescos de
olivino. El mineral metálico es cromita, alcanzando un 4 a 5% de la roca, con
formas irregulares.
Troctolita (Habana-Matanzas)-Textura: alotriomórfica nodular.
La roca está formada por plagioclasa alterada, pelitizada y con un alto grado de
prehnitización. Presentan formas alotriomóficas en un 70% de la roca. Se
aprecia además olivino en un 30%, serpentinizado parcialmente a serpofita y
crisotilo. Existen venillas de prehnita surcando toda la roca.

Troctolita. (Foto M-74 Camagüey). Textura: aliotriomórfica


granular, gábrica.
La roca está compuesta principalmente por plagioclasa (labradorita) y olivino,
alterándose a serpentina, clinopiroxeno y muy subordinadamente minerales
accesorios como espinela, magnetita y prehnita. La roca se caracteriza por el
xenomorfismo de sus minerales, aunque las formas más irregulares
(intersticiales) pertenecen a los minerales máficos.
Debe destacarse como el proceso de serpentinización del olivino (mediante el
cual ocurre la hidratación del mineral, con un correspondiente aumento del
volumen), se manifiesta en forma de microvetillas, las que a su vez se reflejan
en la plagioclasa como microfracturas perpendiculares a los granos de olivino,
pero en la plagioclasa, el mineral resultante es la prehnita con mezclas
arcillosas. La granulometría de los granos es mayor que en los gabros
olivínicos, pasando a rangos de variabilidad entre 0,4 – 6,1mm, siendo notable
que las irregularidades en sus contornos permiten observar cierto idiomorfísmo
sobre los demás minerales de marcado xenomorfísmo. Es predominante el
contenido de olivino, cuyos granos alcanzan tamaño de hasta 4 mm.

Troctolita (Camagüey) -Textura: alotriomórfica granular.


Constituida por la plagioclasa de composición básica bytownita, con bordes
corroídos, entre un 55 y un 65% de la sección. El clinopiroxeno se presenta
anfibolizado a tremolita-actinolita, con formas aciculares a fibrosas, entre un 20
y un 25% de la roca.

Troctolitas (Oriente).
En esta roca se observan transiciones desde las variedades melanocráticas a
las leucocráticas de granos pequeños hasta gruesos. Texturas masivas y
estructura alotriomórfica granular, compuestas de olivino, plagioclasa y escaso
ortopiroxeno. El olivino representa aproximadamente un 55%, de formas
xenomórficas y tamaño promedio de 2,4 mm. El proceso de serpenitización es
bastante intenso, destruye los cristales primarios de olivino y deja relictos
dentro de una masa de serpofita y antigorita, rodeados por bandas de crisotilo.
La plagioclasa generalmente está alterada a prehnita o saussurita y presenta
formas alotriomóficas, formando el espacio intercúmulo entre un 40 y 70% de la
roca.
El ortopiroxeno aparece subordinadamente, en formas prismáticas mal
preservadas con un tamaño de 1,2 x 4,4mm, bastitizados, ligeramente alterado
a talco. Se observa clinopiroxeno, el cual crece bordeando el olivino. Contiene
escasa cromita de forma redondeada, acompañada por magnetita granular,
diseminada o formando bandas reticulares. Esto es característico del proceso
de serpentinización y además pirita de forma irregular o en vetillas.

Websterita olivínica (Foto DG-993-7 Habana-Matanzas)-Textura:


hipidiomórfica granular.
Las rocas están formadas por piroxeno en un 60% aproximadamente, con
predominio del ortopiroxeno entre un 30 y un 35%, y subordinadamente a este
se observa clinopiroxeno entre un 20 y un 25%. Ambos tipos de piroxenos
forman cristales anchos corroídos en los bordes por olivino y con poiquilitos de
olivino. El olivino se presenta entre un 20 y un 25% parcialmente
serpentinizado a serpofita y crisotilo. Con este mineral aparecen relacionados
cordones finos de magnetita. Se aprecia cloritizacion, además de la
serpentinización y talco por alteración de los piroxenos.

Websterita oliviníca (Oriente) Textura: granoblática.


Está compuesta por un 60% de granos de clinopiroxeno con formas
subredondeadas, dispuestos en forma de mosaicos por ortopiroxenos con
formas subredondeadas a tabulares. Contienen entre un 10% y un 3% de
olivino relíctico algo serpentinizado. Se observa una gran alteración de los
clinopiroxenos a actinolita- tremolita en un 15%. Se aprecia además clorita de
la variedad pennina y como finos agregados fibroso radial en intersticios y
bordeando los granos.

Wehrlita (Habana-M atanzas) Textura: porfírica a


seudoporfiroblástica, ortocumulativa.
La roca contiene fenocristales de clinopiroxeno cumulativo, xenomórficos, con
tamaño de 0,4 a 0,7mm, constituyendo entre un 35 y un 40% de la masa
rocosa. Presenta escaso olivino cumulativo serpentinizado, menor de un 10%
de la roca, con formas granulares y tamaño oscilante entre 0,5 y 1 mm. El
ortopiroxeno generalmente está bastitizado y es subhédrico, con un tamaño de
los granos de 0,6 a 1mm, constituyendo menos del 5% de la roca. Estos
minerales están incluidos en una masa serpentinizada, donde predomina la
serpofita, bordeada de finos cordoncillos de crisotilo primario. En menor
proporción se aprecia antigorita, formando finos agregados microgranulares.
Las werhlitas aparecen intensamente cloritizadas.

Wehrlita plagioclásica. (Foto 29.1 Habana-M atanzas) Textura:


seudoporfiroblástica, alotriomórfica reticular, ortocumulativa.
Contiene clinopiroxeno cumulativo de un 25 a un 35%, con formas subhédricas
y tamaño que oscila de 0,5 a 2,5mm; menos de un 5 % de ortopiroxeno
cumulativo, subhédrico, bastitizado, con tamaño de 0,7 a 1mm. Estos minerales
están englobados por una masa serpentínica predominante, dada por serpofita,
crisotilo y pequeños agregados microhojosos de antigorita, con impregnaciones
de óxidos y magnetita en los cordoncillos de crisotilo. También se observa
plagioclasa postcumulativa rellenando intersticios entre un 10 % y un 15 % de
la roca, muy alterada a una mezcla de hidrogranate, clorita y otras impurezas.

Wehrlita plagioclásica (Camagüey) Textura: alotriomórfico-


granular, hasta panidiomórfico-granular.
La roca está compuesta fundamentalmente por granos de forma isométrica y
subredondeados de olivino, con tamaños variables entre 0,5-2,8mm, a veces
con extinción ondulante, y atravesados por finas vetillas de serpentina. Los
granos de clinopiroxeno y plagioclasa aparecen ocupando los espacios libres
entre los de olivino, por lo que sus formas se hacen irregulares. Ambos
minerales no se encuentran afectados por procesos de alteración. La
plagioclasa debido a la hidratación del olivino presenta abundantes
microfracturas internas, pero en muy pocos casos se determina la presencia de
prehnita en ellas. Mientras los granos de plagioclasa no sobrepasan tamaños
de 1,3mm, los de augita alcanzan valores de 3,2 mm, con inclusiones
poiquilíticas de granos de olivino. La espinela posee formas de pequeños
granos subredondeados. La roca es atravesada por abundantes y finas vetillas
de crisotilo, en las zonas centrales de las cuales se observa la segregación
pulverulenta de magnetita con escasa presencia de sulfuros. Existen algunos
espacios intersticiales rellenos de prehnita con material terroso y turbio.

Wehrlita serpentinizada (Oriente).- Textura: porfiroblástica.


El olivino constituye aproximadamente el 45% de la roca. Se presenta en
granos pequeños serpentinizados, redondeados, formando una masa irregular
con el clinopiroxeno. Este último aparece en la variedad augita hasta un 35%,
comúnmente fibroso, fuertemente alterado a actinolita-tremolita y con
frecuencia forma bandas orientadas. La roca está serpentinizada, conteniendo
antigorita en los intersticios de forma acicular o en pequeñas escamas en un
20%. El mineral metálico se observa en finas vetillas con hematita, así como
por las líneas de clivaje del clinopiroxeno. Hay amígdalas de magnetita
bordeada por clorita fibrosa de baja birrefringencia y por clorita de la variedad
pennina.

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Fotos de rocas Máficas y Ultramáficas

I-29-2 (2.5x) Clinopiroxenita I-24-13 (5x) Lherzolita. Región


olivino-plagioclásica Habana.
serpentinizada. Región
Habana.

I-24-13a (5x) Lherzolita I-29-1 (2.5x) Wehrlita


plagioclasa. Región Habana. plagioclásica. Región Habana.

.
DG-993-7 (2.5x) Websterita I-84-2 (5x) Gabro anfibolizado.
olivínica. Región Habana. Región Habana.

M-29 (2.5x) Dunita M-64-1 (2.5x) Harzburgita


ortopiroxénica bastitizada. clinopiroxénica (2,5x). Región
Región Camaguey. Camaguey.
47004 (5x) Dunita (5x). Región M-84 (2.5x) Gabro olivínico
Oriente. (2,5x). Región Camaguey.

M-74 (2.5x) Troctolita (2,5x).


M-72 (5x) Gabro olivínico (5x). Región Camaguey.
Región Camaguey.
2.4. Ultramafitas serpentinizadas

2.4.1 Introducción

Las serpentinitas forman parte de las ofiolitas, las que se caracterizan por una
asociación de rocas máfico-ultramáficas, rocas sedimentarias y unidades de
rocas metamórficas asociadas, que se formaron durante diferentes estadios de
evolución de antiguos océanos y cuencas oceánicas, y que fueron
subsecuentemente incorporadas a un margen continental a través de eventos
orogénicos de colisiones continente-continente o arco-continente, interacciones
dorsales-trincheras oceánicas, y/o eventos de subducción-acreción (Dilek y
Furnes, 2011).

En la actualidad, continúa con cierto debate, cuándo tratar las serpentinitas,


como una metamorfita. En este sentido, se ha visto que el proceso de
serpentinización, que afecta a la litosfera oceánica, tiene lugar en varios
contextos geodinámicos, entre los que dominan: a) durante la formación del
suelo oceánico, b) durante los procesos de subducción y obducción, c)
emplazamiento tectónico sobre márgenes continentales, d) meteorización.

Por ejemplo, Coleman (1977) considera a la serpentinización como producto


tanto de metamorfismo interno como externo, que afecta a la litosfera oceánica
durante su historia tectónica de formación y emplazamiento. El primero incluye
aquellos eventos metamórficos que modifican solamente la asociación mineral
de la roca y el segundo, incluirá los eventos metamórficos que afectan tanto la
roca encajante como a las ofiolitas.

Los mayores afloramientos de rocas ultramáficas del Caribe se encuentran a lo


largo de la costa norte de Cuba, en el denominado cinturón ofiolítico
septentrional, que recorre la isla en dirección E-W a lo largo de más de 1000
km (Iturralde-Vinent, 1996). Considerando el mayor o menor grado de
serpentinización, al que han sido sometidas las ultramafitas, se decide tratar las
“serpentinitas” de composición lizardito-crisotílicas fundamentalmente, a
excepción de las “antigorititas”, dentro del conjunto de rocas ígneas, por las
implicaciones que tiene la historia geodinámica de formación del protolito
ultramáfico, dentro de un amplio rango de la estructura interna de una litosfera
oceánica, así como la pseudoestratigrafía que la acompaña, sugiriendo
diversidad de ambientes tectónicos de formación, con implicaciones en las
reconstrucciones paleotectónicas de la Geología regional de Cuba y el Caribe.

El término ¨serpentina¨ ha sido usado como el nombre de la familia de tres


minerales (lizardita, crisotilo y antigorita) o como un término general cuando la
mineralogía individual no es conocida o especificada (Moody, 1976). Los
minerales del grupo de la serpentina tienen un amplio rango Presión-
Temperatura (P-T) de formación, con tazas de temperatura que en general
varían entre 150 y 6000 c (Nemecz, 1981).
La mayoría de las peridotitas de las ofiolitas están serpentinizadas a diverso
grado, llegando a formar verdaderas serpentinitas. Datos experimentales sobre
las condiciones de P-T indican que las serpentinitas formadas a partir de
peridotitas ofiolíticas debieron cristalizar en un rango de temperatura entre 100-
3000c.
Las serpentinitas antigoríticas corresponden a temperaturas superiores a
3000c, pudiendo llegar hasta 550 0c, representando al metamorfismo regional.
Estudios texturales de serpentinitas indican que la antigorita reemplaza a la
lizardita o al crisotilo pre-existentes cuando la serpentinita ha sido sometida a
un metamorfismo progresivo de la facie de esquistos verdes superior, o la facie
de anfibolitas inferior. La temperatura más alta requerida para la formación de
antigorita es atribuida al comienzo de la deshidratación y a la baja actividad del
agua, lo que crea las condiciones propias para la formación de antigorita, la
cual contiene menos Mg (OH)2 que la lizardita y el crisotilo (Whittaker y Wicks,
1970).

El crisotilo y la lizardita han sido reportados reemplazando la antigorita pre-


existente en un régimen P-T más bajo que el observado para la formación de
antigorita (Coleman, 1971, Mumpton y Thompson, 1975). Acerca de la
naturaleza de la fase fluida, Barnes et al. (1969) y Barnes et al. (1972)
clasificaron los fluidos relacionados con la serpentinización sobre la base de su
quimismo y composiciones isotópicas. Proenza et al. (2003) realizaron estudios
isotópicos en serpentina (principalmente lizardita) a partir de dunitas y
cromititas serpentinizadas del cinturón ofiolítico Mayarí-Baracoa (Cuba
oriental), concluyendo que el proceso de serpentinización tuvo lugar en un
escenario suboceánico a temperaturas moderadas, en un evento previo a la
obducción y probablemente, en un ambiente de suprasubducción.

Atendiendo al predominio de las ultramafitas serpentinizadas, las que llegan


muchas veces a serpentinitas, y constituyendo el mayor desarrollo del volumen
rocoso que representa las ofiolitas cubanas, en la actual clasificación, las
serpentinitas son tratadas de forma independiente, como tipo descriptivo de
roca en particular. Así, de acuerdo al grado de serpentinización, a los minerales
presentes del grupo de la serpentina, a la presencia o no de relictos de la roca
ultramáfica y al origen y rasgos de su textura, se sugiere el posible protolito y
se propone una denominación para las rocas serpentiníticas.

De esta forma, se pueden distinguir, alrededor de cinco tipos fundamentales,


de serpentinitas en Cuba. Cuando el contenido de bastita (alteración del
ortopiroxeno a serpentina) presente en la roca, se corresponde con el porciento
de ortopiroxeno definido para una harzburgita, se propone tratar la serpentinita
como una serpentinita a partir de una harzburgita o se le llama serpentinita
harzburgítica.

Si en la masa serpentinítica ocurren relictos de clinopiroxeno, existiendo la


presencia de bastita, y la suma de ambos constituye entre 10 y 60 %, la roca es
denominada serpentinita lherzolítica. Si la roca está compuesta por
serpentina y se observan relictos de clinopiroxeno (serpentinizado o
anfibloizado, o cloritizado) superior a 10 %, la roca se denomina serpentinita
wehrlítica, la que puede contener también bastita hasta un 5 %. Si además
existe, es evidente la presencia de plagioclasa dado la presencia de la
alteración típica de esta en las serpentinitas, a un agregado de hidrogranate, y
representa más del 10 %, se le denomina serpentinita wehrlítica
plagioclásica.
Si la masa rocosa adolece de bastita y clinopiroxeno, o estos están presentes
(ambos, o uno u otro) en menos de un 10 %, la roca es tratada como
serpentinita dunítica. En cada caso, además de su textura, también se tiene
en cuenta la estructura y el color de la roca.

Ejemplos de serpentinitas cubanas


Región de Habana-Matanzas

Serpentinita dunítica: Textura: reticular, fibrosa.


Las rocas están formadas por una masa serpentinítica entre un 70 y 80%,
donde se aprecia predominantemente serpofita, crisotilo bordeando a la
serpofita en forma de cordoncillos y antigorita hojosa y microgranular, así como
relictos de olivino fresco. El ortopiroxeno bastitizado se observa en un 5%.
Como mineral metálico se presentan las cromoespinelas con formas irregulares
en un 3%.

Serpentinita dunítíca Enstatítica: Textura: reticular, fibrosa blastoporfírica y


mesocumulativa.
Estas rocas están compuestas por una masa serpentinítica entre un 70 y un
80%, donde predomina el crisotilo dispuesto paralelamente y bordeando a la
serpofita. También se aprecia antigorita en agregados finos. El ortopiroxeno se
observa en menos de un 10%. Como mineral metálico se encuentran los
sulfuros. En los ortopiroxenos se pudo ver “exsolution lamellae” de
clinopiroxeno, donde además se aprecia plagioclasa intersticial alterada a una
mezcla de hidrogranate, clorita y otras impurezas dadas como material
intercumular.

Serpentinitas harzburgíticas: (Foto I-23)-


Presentan texturas desde reticular fibrosa hasta granular hojosa. El olivino se
encuentra completamente sustituido por un agregado reticular, con centros de
malla constituidos por lizardita en forma de serpofita y bordes reticulares de
crisotilo, acompañados por magnetita en polvillo fino. En ocasiones la antigorita
sustituye al crisotilo hasta formar a veces, cuando es más abundante, una
masa antigorítica fina, donde ocurren agregados granulares sacaroidales que
se muestran algo hojosos. Los porfiroblastos de bastita (serpentina a partir de
ortopiroxeno), aparecen entre un 10 - 40 % y los mismos señalan la
composición harzburgítica del protolito de esta serpentinita.

Serpentinita harzburgítica Clinopiroxénica: Textura: reticular fibrosa.


Las rocas están formadas por una masa serpentinítica, donde predomina la
serpofita bordeada por finos cordoncillos de crisotilo, que en ocasiones es
fibroso. La antigorita se observa formando agregados microgranulares y en
forma hojosa. La serpentina constituye de un 60 a un 70% de estas rocas. El
ortopiroxeno se presenta bastitizado, con formas tabulares anchas y con un
tamaño menor de 2 mm, englobado en la serpentina en un 20%
aproximadamente. Además se aprecia clinopiroxeno entre un 5 y un 7%, con
un tamaño de 0,2 a 0,5mm. El mineral metálico es escaso, menos de un 3%, y
está representado por magnetita con formas irregulares.

Región de Camagüey
Serpentinita dunítica: (Foto M-8). Textura: fibroso-reticular.
La roca está constituida fundamentalmente por una masa reticular de crisotilo y
serpofita, con relictos de olivino en los núcleos de los retículos. Los cordones
fibrosos de crisotilo predominan sobre la serpofita y en ocasiones se disponen
con orientación subparalela unos respecto a otros. En ocasiones aparecen
sectores donde los relictos de olivino están cloritizados.
Otras veces, en la masa serpentinítica, se observa el olivino en relictos,
dispuestos en una misma dirección los granos (rasgos de textura pull apart). Se
observan aislados granos de ortopiroxeno de aproximadamente 0,1 mm, así
como de clinopiroxeno con más frecuencia, pero que no superan ambos el 10
% de la masa rocosa. El mineral metálico magnetita ocurre en grietas o líneas
de fracturas con crisotilo, en granos desde submicroscópicos hasta 0,5 mm.
Son irregulares, a veces isométricos, alargados y representan un 5-10 % de la
roca. Se observan además venillas de antigorita.

Serpentinita harzburgítica: (Foto M-85) Textura: blastoporfírica y reticular.


Está formada principalmente por serpofita, contorneada por cordoncillos de
crisotilo y escasa antigorita en agregados microgranulares. Se aprecia un 15%
de porfiroblastos de ortopiroxeno bastitizados, donde en ocasiones están
alterados a talco en sus bordes. Se observan espinelas cromíferas con formas
dactiloscópicas. La roca, además de serpentinizada está cloritizada y con
impregnaciones de óxidos e hidróxidos de hierro.

Serpentinita harzburgítica: (Foto I-24-11). Textura: blastoporfírica granular.


La roca está intensamente serpentinizada, predominando la serpofita y el
crisotilo. En proporción muy subordinada se observa antigorita en forma
microhojosa. En agregados microcristalinos existen porfiroblastos de
ortopiroxeno intensamente alterados a bastita, la que está transicionando a
antigorita. El crisotilo en cordones contornea a la serporfita, todo lo que le
otorga una textura reticular a la masa rocosa. Los cordoncillos crisotílicos se
acentúan por la presencia de magnetita en polvillo fino isotrópico, que los
enmascara junto a las impregnaciones de óxidos de hierro. Se observa escasa
cromoespinela esquelética y alguna magnetita que también ocupa el espacio
dejado entre los ortopiroxenos desmembrados. El crisotilo también ocurre
posteriormente en venillas, cortando la roca. El ortopiroxeno se aprecia en un
10 % de la sección rocosa. La cromoespinela ocupa un 30% de la masa
rocosa. En el desmembramiento de los ortopiroxenos se presenta algún
material arcilloso.

Serpentinita harzburgítica clinopiroxénica: Textura: seudoporfírica, reticular.


La roca está compuesta por un 60 % aproximadamente de una masa reticular,
en cuyos centros de malla ocurre olivino reticular, parcialmente serpentinizado.
Dispersos en la masa rocosa aparecen granos irregulares de ortopiroxeno,
alterándose a bastita y mostrando extinción ondulante. Estos
seudoporfiroblastos pueden alcanzar hasta 0,2 mm. El clinopiroxeno ocurre en
granos más o menos isométricos y raras veces alargados, desarrollándose en
algunos lugares de dicha estructura, cubriendo espacio entre la plagioclasa y el
ortopiroxeno, o entre la plagioclasa y el olivino serpentinizado. La plagioclasa
está alterada a una mezcla de hidrogranate más material arcilloso. Diseminado
en polvillo fino o junto al crisotilo, en cordoncillos, aparece magnetita, la que se
originó durante el proceso de serpentinización del olivino. Se aprecian aislados
granos de cromita dactiloscópica.

Serpentinita lherzolítica: Textura: blastoporfírica, fibroso-reticular, vetillosa.


La roca está compuesta de un agregado serpofito-crisotílico, en el que el
clinopiroxeno y ortopiroxeno, bastitizados, alcanzan hasta un 35 % de la masa
rocosa, destacándose a modo de fenocristales de formas irregulares,
subredondeados, de hasta 5 mm, por lo general aparecen en aglomerados de
granos.
Los núcleos de la masa reticular de serpofita están sustituidos por talco.
Atraviesan la roca, vetillas de crisotilo con magnetita, aunque con frecuencia
esta última se encuentra diseminada como material pulverulento.
La espinela, en marcado xenomorfismo, alcanza tamaños de hasta 3 mm y
está contenida entre 2-3 %.

Cuba oriental

Serpentinita dunítica: (Foto 47006-1b). Textura: reticular, fibrosa y porfiroblástica.


En la roca se observa aproximadamente < 10 % de pseudomorfosis de bastita
por ortopiroxeno, en formas corroídas, atravesadas por vetillas de crisotilo. La
masa fundamental del resto de la roca lo forman redes de malla, con bordes
reticulares compuestos por crisotilo y centros de serpofita. En vetillas se
observa el metálico magnetita que se formó producto de la serpentinización
del olivino. Se observan granos esqueléticos de cromita, fracturados, asociados
a relictos pseudomorfoseados de ortopiroxeno (2 %), translúcidos y rojizos.

Serpentinita dunítica enstatítica: Textura: reticular, porfiroblástica, algo fibrosa.


Predominan los minerales serpentiníticos en fibrillas alargadas que forman una
red o malla, donde en los nódulos hay serpofita y con menos frecuencia
magnetita oxidada. Aparecen seudoporfiroblastos de ortopiroxeno bastitizados,
atravesados por finas vetillas de crisotilo y óxidos de hierro, que en parte le
otorgan manchas a los granos formando grupos de varios cristales. Otros
granos aparecen corroídos por los bordes y cloritizados. Es frecuente observar
espinela cromífera translúcida, asociada a los piroxenos rómbicos, en granos
corroídos o esqueléticos.

Serpentinita dunítica plagioclásica:


La roca se compone por olivino en granos idiomórficos e hipidiomórficos, que
alcanzan entre 0,7-1,2 mm, completamente serpentinizados a lizardita, crisotilo
y serpofita. La plagioclasa forma cristales hipidiomórficos y xenomórficos entre
0,1-0,6 mm, ocupando intersticios y está sustituida por un agregado isotrópico
(hidrogranate). Aparece también cromoespinela de coloración carmelita oscuro.

Serpentinita harzburgítica: (Foto 47006-1a). Textura: nodular, reticular,


blastoporfírica-relíctica.
La roca está formada por olivino serpentinizado, y ortopiroxeno con
pseudomorfosis a bastita. De forma aislada, se observa antigorita formando
agregados criptocristalinos, junto al crisotilo, donde llega a formar escamas
(antigorita) en ocasiones, con magnetita en formas isométricas. El olivino en el
centro de malla está pseudomorfizado por serpofita. Entre los retículos hay
clorita y magnetita, que es propia del proceso de serpentinización y vetillas
oxidadas. La cromita se presenta en granos traslúcidos, fracturados, en
proporciones generalmente menores que 1 %. Existen vetillas rellenas por
óxidos e hidróxidos de hierro.

Serpentinita harzburgítica clinopiroxénica: Textura: reticular-fibrosa.


La roca está compuesta de un 50 % de olivino serpentinizado, ortopiroxeno
bastitizado y clinopiroxeno en forma subordinada. El ortopiroxeno bastitizado
forma pseudoporfiroblastos con un tamaño entre 1 y 2 mm. El clinopiroxeno
aparece en aislados granos, rellenando intersticios. La espinela cromífera se
presenta en un contenido menor a 1 %, a veces débilmente traslúcida en sus
bordes.

Serpentinita wehrlítica: Textura: seudoporfiroblástica, fibroso-reticular.


La roca está compuesta por olivino serpentinizado. El olivino representa un 60
% de la sección rocosa, cuyos granos ocurren con un tamaño de entre 1 a 3
mm. El clinopiroxeno, contenido en un 40 %, forma inclusiones porfíricas, con
tamaño entre 3 y 6 mm. El clinopiroxeno se observa anfibolizado y
serpentinizado. Como mineral accesorio aparece la cromita, en granos de 0,3
hasta 4 mm.

Serpentinita wehrlítica: Textura: reticular, nodular, pseudoporfírica.


La roca está compuesta por un 60 % de mineral serpentinítico, producto de la
alteración del olivino, cuyos granos pueden alcanzar entre 1-3 mm. El
clinopiroxeno se presenta en granos que le otorgan una textura pseudoporfírica
a la roca. En granos entre 3-6 mm, el clinopiroxeno presenta estructura de
desintegración y aparece anfibolizado y serpentinizado. La espinela cromífera
en contenidos menor a 1 %, se encuentra formando anillos de tamaño entre
0,3- 4 mm o estructuras dactiloscópicas.

Serpentinita wehrlítica plagioclásica: Textura: reticular, nodular, pseudoporfírica.


Los minerales serpentiníticos forman el 60 % de la masa rocosa. La plagioclasa
con aspecto de “grumos” compone el 18-20 % de la serpentinita y el olivino y el
clinopiroxeno alcanzan el 22-25 % de la serpentinita. La cromita y la magnetita
constituyen el 1-2 % de la roca. Se observan retículos y fibrillas de minerales
serpentiníticos (lizardita y/o crisotilo), en los cuales quedan atrapados olivino y
serpofita por pseudomorfosis del olivino. Se observa clinopiroxeno bordeando
los “grumos” de plagioclasa, junto a anfíbol fibroso. La cromita está asociada a
los granos de plagioclasa alterada a material isotrópico (hidrogranate), el cual
presenta también mezcla de clorita y óxido de hierro.

2.4.2. Sinonimia

En la tabla 1 se muestra la terminología que se ha adoptado en la actualidad.


La sinonimia se refiere a los términos utilizados anteriormente. Aquí se ha
hecho referencia a los términos más frecuentes en la literatura cubana o
aquellos de mayor uso.

Tabla 1

Nombre de la roca Sinonimia


Serpentinita harzburgítica Serpentinita apoharzburgita
Serpentinita harzburgítica Serpentinita apoharzburgita
plagioclásica plagioclásica
Serpentinita harzburgítica Serpentinita apoharzburgita
clinopiroxénica clinopiroxénica
Serpentinita lherzolítica Serpentinita apolherzolítica
Serpentinita lherzolítica Serpentinita apolherzolítica
plagioclásica plagioclásica
Serpentinita wehrlítica Serpentinita apowehrlítica
Serpentinita wehrlítica Serpentinita apowehrlítica
plagioclásica plagioclásica

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Alpine-type Ultramafics and possible modern serpentinization, Western United
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Geochemical and tectonic fingerprinting of ancient oceanic lithosphere.
Geological Society of America Bulletin, 123, 387-411.

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ophiolitic chromitites in a small area: the Sagua de Tánamo district, Eastern
Cuba.

Whittaker, E. J. W., Wicks, F. J., 1970. Chemical differences among the


serpentine „polymorphs‟: A discussion. American Mineralogist 55, 1025-1047.
Fotos de rocas Ultramáficas Serpentinitas

I-23 (2,5x) Serpentinita 47006-1a (2.5x)


harzburgítica. Región Habana. Serpentinita harzburgítica.
Región Oriente.

47006-1b (2.5x) Serpentinita I- 24-11 (2.5x) Serpentinita


dunítica (serpofita en retículos) harzburgítica. Región
Región Oriente. Camaguey.
M-8 (2.5x) Serpentinita dunítica. M-85 (2.5x) Serpentinita
Región Camaguey. harzburgítica. Región
Camaguey.

.
2.5. Clasificación del grupo de rocas volcánicas y del grupo de
rocas volcanoclásticas de Cuba Central

2.5.1. Introducción

Las rocas del grupo de rocas volcánicas y del grupo de rocas volcanoclásticas
se encuentran en estrecha vinculación entre si dentro de las estructuras
geológicas del territorio cubano.

Se distribuyen con relativa abundancia en unidades del margen continental, del


nivel superior de las ofiolitas septentrionales, del basamento oceánico y
principalmente en los diversos sistemas de arcos volcánicos del Cretácico y del
Paleógeno.

Tomando como ejemplo los arcos volcánicos cretácicos Cuba Central, las
rocas volcánicas y volcanoclásticas, mezcladas con secuencias volcano-
sedimentarias y formando asociaciones volcano-plutónicas, ocupan extensas
áreas, desde la provincia de Cienfuegos hasta la provincia de Las Tunas, con
espesores considerables que alcanzan más de 6000-6500 m y edades que
oscilan entre posible Neocomiano al Campaniano.

En estas secuencias se presentan una gran cantidad de mineralizaciones,


como son los con depósitos de sulfuros masivos volcanogénicos (VMS) tipo
Kuroko, los depósitos epitermales de alta y baja sulfuración y los depósitos de
zeolitas, entre otros.

En este sentido, el conocimiento de la actividad volcánica y de sus productos


tiene importancia al abordar la interpretación de las diferentes etapas de la
evolución geodinámica del territorio cubano, su entorno caribeño y la
metalogenia asociada.

Considerando estos aspectos, un primer paso lo constituye la clasificación


petrográfica, que es un instrumento básico para el estudio de cualquier roca
volcánica en los diferentes trabajos, tanto de investigaciones temáticas
regionales, como de prospección de depósitos minerales y otras actividades de
especialidades afines. Hablar un lenguaje común y actualizado sobre este
tópico es de primordial importancia para los geólogos cubanos.

Para facilitar el trabajo de colaboración entre los geólogos y elevar la eficiencia


en el uso de las bases de datos geológicas, es importante un enfoque común
para clasificar y nombrar las rocas. A partir de estas consideraciones, y con
vista al diseño del Sistema de Información Geológica para Cuba (SIGEOL),
escala 1:100 000, se propuso en el año 2003 un sistema jerárquico de
Clasificación de Rocas para Cuba.

El documento confeccionado para el SIGEOL, que constituyó una primera


versión, se sometió a la consideración crítica de especialistas con el objetivo de
enriquecerlo, promover consenso y alcanzar mayor calidad en la elaboración
de una segunda versión.

La Comisión para abordar el estudio de estos grupos de rocas, quedó integrada


por los siguientes especialistas:

Especialistas del Instituto de Geología y Paleontología: Lilavatti Díaz de


Villalvilla, Mercedes Torres, Inés Milia, Bienvenido Echevarría, Amelia Brito.
Centro de Investigaciones del Petróleo: Rafael Segura, Carlos Morales, Dania
Brey, Osvaldo López, Acel Aguilar.
Empresa Geominera de Oriente: Iris Méndez.
Instituto Superior Minero Metalúrgico (Moa): Gerardo Orozco.
CIPIMM: Iliana Cabrera.
Empresa Geominera de Camagüey: Dolores T. Marí, María Elena Quintana,
Enrique Piñero.

Desarrollo y resultados del trabajo

Para conformar la propuesta de Clasificación de Rocas Volcánicas y


volcanoclásticas para Cuba y del glosario de términos se utilizaron
preferentemente los materiales propuestos por Strekeisen de diferentes años
(1967, 1978) y las recomendaciones de la Unión Internacional de Ciencias
Geológicas (IUGS) para la Sistemática de las Rocas Ígneas (Le Maitre, et al,
1989), que tienen amplio consenso internacional. Se complementaron con
algunos materiales como la publicación de Le Bas et al, (1986) y con acuerdos
y resultados de reuniones de trabajo de la Subcomisión de Sistemática de las
Rocas Ígneas de la IUGS, para determinados aspectos, como la circular № 38
(1983), que se pronunció acerca del diagrama TAS (total alkali-silica diagram).

En el caso de las rocas piroclásticas se consultó también el trabajo de Schmid,


R., (1981), Fisher, (1961); Fisher y Schmincke, (1984), Alonso, (2003, 2007) de
la Universidad de Oviedo y otros. En general, fue de utilidad el Esquema de
Clasificación de Rocas del Servicio Geológico Británico (BSG). Volumen 1:
Clasificación de Rocas Ígneas de M. R. Gillespie and M. T. Styles, (1999), así
como el libro “Fundamentos de Petrografía” de Ricardo Castroviejo, (1998), por
ofrecer un compendio sistemático y actualizado de criterios y cuadros de
clasificación.

Se aplicó la metodología sistemática para la clasificación de las rocas ígneas,


en particular de las rocas volcánicas, propuesta por la IUGS (Le Maitre, et al,
1989), que reconoce criterios básicos como composición modal y textura para
una clasificación descriptiva y no genética. Si la composición modal es
imposible de determinar, debido a la presencia de vidrio o a causa del grano
fino de la roca, entonces se utiliza el criterio de composición química, tal como
aparece en el diagrama TAS y otros gráficos complementarios.

Se sigue en esta propuesta el concepto de rocas volcanoclásticas en el sentido


de rocas constituidas por todo tipo de materiales volcánicos clásticos, con
independencia del proceso de fragmentación, dispersados por cualquier agente
de transporte y depositados en cualquier ambiente, o mezclados en proporción
significativa con fragmentos no volcánicos (Fisher, 1961), de amplio uso en la
literatura geológica y que incluye las rocas piroclásticas – epiclásticas.

Se brinda, de manera simple, una panorámica general de las clasificaciones de


uso más amplio y aceptación en la actualidad por la comunidad científica
internacional, estableciéndose los niveles jerárquicos correspondientes y las
sinonimias necesarias, considerando en lo posible la tradición histórica y
aceptación de los términos por la mayoría de los petrógrafos estudiosos de las
rocas cubanas y recomendando no emplear términos en desuso y aprobando
generalmente las últimas versiones de aceptación internacional.

Del análisis realizado sobre los niveles jerárquicos en las clasificaciones


propuestas por la IUGS Le Maitre, (1989), se propone aceptar para el Sistema
de Clasificación de las Rocas Cubanas el esquema que considera la IUGS,
pero con la sustitución del grupo de “Rocas piroclásticas y Tefra” por el de
“Rocas Volcanoclásticas,” que incluye el grupo de rocas piroclásticas -
epiclásticas.

En lo concerniente a las rocas volcánicas, se recomienda emplear los términos


correspondientes a los campos del triángulo superior QAP de A. Streckeisen,
(1967,1976) y Le Maitre, (1989). (Fig. 3). Estos tipos de rocas han sido
diagnosticados y clasificados por geólogos y petrógrafos estudiosos de las
rocas cubanas, basándose en la composición modal, índice de color y texturas;
no ocurriendo así con las rocas correspondientes a los campos del triángulo
inferior APF (Fig. 3), que en algunos casos, han sido reportadas sólo por
composición química y no modal. La distribución de estas rocas no está
confirmada en Cuba.

Se requiere más debate para lograr consenso en la utilización de los términos


latita y cuarzolatita (latita cuarcífera), ya que han sido de poca utilización en la
literatura geológica cubana.

Siguiendo las recomendaciones de la IUGS, para las rocas volcánicas de grano


fino o con vidrio, se utilizan los diferentes diagramas de clasificación por
composición química, fundamentalmente el TAS (total alkali-silica). (Fig.4),
junto con otros complementarios, que definen los términos basalto picrítico,
basalto, andesita basáltica, andesita, dacita, riolita, traquibasalto, traquiandesita
basáltica, traquiandesita, traquita, traquidacita, boninita y otros, que también se
incluyen en el glosario propuesto para Cuba. Los términos como basanita,
tefrita y fonotefrita no están confirmados en Cuba (Fig. 4).

En el glosario se hacen las aclaraciones pertinentes sobre los nombres


generales (o de raíz) para las rocas y los prefijos o calificativos a utilizar para
los diagramas de clasificación complementarlos o precisarles más.
Se recomienda no emplear el término dolerita y que permanezca el de diabasa,
de mayor aceptación y tradición en la geología cubana, así como los de basalto
de grano grueso y microgabro. Se recomienda utilizar el término riolita y no
emplear el de liparita. Se recomienda no utilizar los términos porfirita andesítica
y porfirita basáltica. Se sugiere usar el calificativo de pórfido para aquellas
rocas de yacencia subvolcánica, independientemente de su composición, por
ejemplo, pórfido andesito-dacítico.

Se propone aceptar para las rocas del grupo genérico de las tufitas el
calificativo de tobáceo y no tufítico.

En el glosario se incluyen definiciones de texturas y estructuras de las rocas


volcánicas y volcanoclásticas, tomadas de Castroviejo, R. (1998), por
considerarlas de utilidad para los estudiantes y lectores que consulten esta
obra.

En el glosario se exponen las definiciones generales de las rocas volcánicas y


volcanoclásticas, con breve descripción de algunas de las más típicas en Cuba.
En determinados casos se incluyen fotos de láminas delgadas, ilustrando
composición y textura. Para las descripciones de las rocas cubanas de Cuba
central y de Cuba occidental se utilizan diferentes fuentes, reseñadas en los
materiales consultados. Las descripciones generalmente son de Cuba central,
ya que especialistas de la Empresa Geominera de Oriente elaboraron en años
anteriores el Atlas de Rocas y Glosario Petrográfico de rocas de la región
oriental del país. Las posibles diferencias en nomenclatura serán tratadas y
conciliadas en una próxima edición.

A pesar de no encontrarse entre los objetivos de la presente obra, por no


constituir nombres de rocas, en el glosario se incluyen definiciones de algunos
procesos volcánicos, genéticos y de diferentes tipos de depósitos volcánicos en
general y piroclásticos en particular, que pueden contribuir a la aclaración y
actualización de los estudiantes y lectores de este trabajo. Se definen términos
como ignimbrita, en el sentido litológico, como nombre de roca y también como
nombre de depósito.

Se discuten algunos términos polémicos, sobre todo de la terminología de la


escuela rusa en las rocas volcanoclásticas, y cuando es posible se hacen las
recomendaciones pertinentes, por ejemplo:
Usar el término de toba de composición heterogénea y no el de xenotoba. En el
caso de los términos de lava tobácea y tufolava, que se utilizan los dos en la
literatura geológica internacional, en idioma español se recomienda mejor el
término de lava tobácea.

2.5.2 Clasificación del Grupo de Rocas Volcánicas

Nivel 1: Rocas ígneas (Fig. 1).


Nivel 2: Rocas volcánicas (Fig.1).
Fig. 1. Sistema Jerárquico de Clasificación para las Rocas
Volcánicas

Nivel 3: Para este nivel se propone utilizar la clasificación QAPF de campo


preliminar para rocas volcánicas, según Streckeisen, (1979) en Le Maitre,
(1989). La mayoría de las rocas volcánicas de Cuba caen en los campos
riolitoides, dacitoides, traquitoides, andesitoides y basaltoides, del triángulo
superior (Fig. 2).

Se propone sustituir las terminaciones “oides” por la forma adjetiva “rocas icas”,
de más uso y mayor arraigo en Cuba, quedando de la manera siguiente: rocas
riolíticas, rocas dacíticas, rocas traquíticas, rocas andesíticas y rocas
basálticas.
(Fig.2a). Cuando sea conveniente se unen campos, de la siguiente forma
(Fig.2b):
 rocas riolito-dacíticas (riolito-dacita).
 rocas traquíticas.
 rocas andesito-basálticas (andesito-basalto).
Fig. 2
Fig. 2a

Fig. 2b
Fig. 2, 2a, 2b Clasificación preliminar QAPF de
campo para las rocas volcánicas (Streckeisen, 1979,
en Le Maitre, 1989).

Estas uniones de los campos del triángulo facilitan al geólogo las


determinaciones en los trabajos de campo. En estos casos, se pueden utilizar
también otros términos como, por ejemplo, el de andesito-dacita y dacito-riolita.
Los términos relacionados anteriormente pueden ser empleados igualmente
por el petrógrafo en descripciones microscópicas, cuando se trata de rocas
afíricas y rocas con pocos fenocristales, así como en rocas de grano fino, o
rocas con mucho vidrio, o rocas que estén alteradas, particularmente en los
casos donde no se tengan resultados de análisis químico que permitan una
clasificación más exacta.

Nivel 4: Si la composición modal de la roca volcánica puede ser determinada,


se propone utilizar la clasificación QAPF de Streckeisen, (1978) en Le Maitre,
(1989), de amplio consenso internacional. También puede usarse el “modo
calculado”, explicado en Streckeisen, (1978).

Los nombres genéricos, o de raíz, así como los números de los campos, se
observan en el doble triángulo. Las rocas volcánicas cubanas se ubican en los
campos de la parte superior del diagrama QAPF. (Fig. 3).

QAPF
NOMBRE DEL CAMPO No. DEL
CAMPO
RIOLITA DE FELDESPATO ALCALINO 2
RIOLITA 3 a, b
RIODACITA 3-4
DACITA 4, 5
TRAQUITA DE FELDESPATO ALCALINO 6
TRAQUITA DE CUARZO Y FELDESPATO ALCALINO 6*
TRAQUITA 7

CUARZO TRAQUITA (TRAQUITA CUARCÍFERA) 7*


LATITA 8
CUARZO LATITA (LATITA CUARCÍFERA) 8*
ANDESITA 9, 10
BASALTO
Fig. 3 Clasificación y nomenclatura de rocas volcánicas usando
el diagrama QAPF (basado en Streckeisen, 1976), según
recomendación de la IUGS (Le Maitre, 1989).

De estos tipos de rocas son más frecuentes en el territorio cubano las


andesitas y los basaltos, así como las riolitas, riodacitas y dacitas. Con
distribución más restringida se encuentran las traquitas y traquitas cuarcíferas
(cuarzo traquitas). Aunque hay algunos reportes en las provincias
camagüeyanas, es poco común encontrar en la literatura geológica cubana
referencia a los términos de latita, cuarzo latita (latita cuarcífera), y a los de las
rocas con predominio de feldespato alcalino.
En las provincias camagüeyanas hay varios reportes de feldespatoides tales
como analcima, leucita, así como también de pseudoleucita, en diferentes
rocas como basaltos, traquitas, traquibasaltos y shoshonitas entre otras.

En el glosario se hacen las aclaraciones pertinentes sobre los nombres


genéricos, o de raíz, y los prefijos o calificativos a utilizar para complementarlos
o precisarlos. Por ejemplo: hialobasalto, basalto olivínico, basalto picrítico,
basalto toleítico, basalto analcímico, andesita piroxénica, andesita bipiroxénica,
andesita augítica, andesita hipersténica, entre otros. Igualmente se establecen
términos en sinonimia que por diferentes factores se continúan empleando de
ambas maneras en la literatura internacional, como por ejemplo; textura
porfídica y porfírica, traquita cuarcífera y cuarzo traquita. Se hacen las
indicaciones concretas para facilitar la recuperación en las bases de datos,
aunque en estos casos, citados anteriormente, se recomienda porfídica y
traquita cuarcífera.

El término diabasa, de amplio uso y tradición entre los geólogos cubanos, debe
utilizarse al referirse a las rocas de composición básica, yacencia generalmente
subvolcánica, grano medio a grueso con textura ofítica-subofítica, y no emplear
el término dolerita. En otros casos, el término dolerita se ha utilizado también
como sinónimo de microgabro o basalto de grano grueso. Recomendamos no
emplear el término de dolerita y dejar, cuando así procedan, los de basalto de
grano grueso y microgabro.

Están en desuso los términos porfirita andesítica y porfirita basáltica. En su


lugar se debe utilizar andesita y basalto con el calificativo o prefijo que
corresponda. Se recomienda para el campo 3 no emplear el término de liparita
y si utilizar el de riolita.

En el glosario se definen de manera general los términos propuestos, así como


las características concretas y aspectos típicos de las rocas volcánicas
cubanas, aclarando en algunos casos la región y el ambiente geotectónico en
que se distribuyen.

Nivel 5: Siguiendo las recomendaciones de la IUGS, Le Maitre, (1989), para las


rocas volcánicas de grano fino o con vidrio se utilizan los diferentes diagramas
de clasificación por composición química, principalmente el TAS (total alkali -
silica) conjuntamente con otros complementarios (Fig. 4, 5, 6, 7).

Como se observa en el diagrama TAS (Fig. 4), las rocas volcánicas se


clasifican por su contenido de SiO2 en: básicas (45-52%), intermedias (52-63%)
y ácidas (>63%). Este tipo de nomenclatura también es utilizado con frecuencia
por los geólogos para clasificaciones de campo o en otros tipos de trabajos.
De acuerdo con el TAS se propone utilizar los siguientes términos:

NOMBRE DEL CAMPO SÍMBOLO DEL CAMPO


BASALTO PICRÍTICO Pc
BASALTO B
ANDESITA BASÁLTICA O1
ANDESITA O2
DACITA O3
RIOLITA R
TRAQUIBASALTO S1
TRAQUIANDESITA BASÁLTICA S2
TRAQUIANDESITA S3
TRAQUITA (q < 20%) T
TRAQUIDACITA (q > 20%) T
BASANITA (ol > 10%) (¿?) U1
TEFRITA (ol < 10%) (¿?) U1
FONOTEFRITA (¿?) U2

En Cuba durante muchos años, para nombrar las rocas en el rango


comprendido entre 52-57% de SiO2 en la clasificación química del TAS de Le
Maitre, (1989) (Fig. 4), se han utilizado diferentes términos: andesito-basalto y
andesita-basalto (en ambos casos con y sin guión). Estos términos no deben
continuar empleándose para la clasificación química de estas rocas, y en su
lugar se debe utilizar el nombre de andesita basáltica, que es el propuesto por
Le Maitre, (1989), en el TAS (Fig. 4) y tiene amplio uso y aceptación por la
comunidad científica internacional. Se aclara que no debe confundirse con la
clasificación de campo o con determinaciones petrográficas microscópicas que,
como se explicó anteriormente, si admiten la utilización del término andesito-
basalto, que es de amplio uso en la literatura geológica cubana (Fig.2b).

Como muestra la tabla de la Fig. 4 (Le Maitre et al, 1989), los campos
traquibasalto, traquiandesita basáltica y traquiandesita se subdividen
atendiendo a los contenidos de Na 2O y K2O, por lo que se utilizan también en
Cuba los términos traquibasalto potásico, shoshonita y latita respectivamente.
No se han encontrado reportes en Cuba, hasta la fecha de concluir este
documento, de las variedades sódicas hawaita, mugearita y benmoreita.
Fig. 4 Clasificación química y nomenclatura de rocas
volcánicas utilizando el diagrama TAS (Alcalis
total/sílice). Las rocas que caen en los campos
sombreados pueden subdividirse como muestra la tabla
debajo del diagrama.

Los tipos de rocas basanita, tefrita y fonotefrita han sido reportados por algunos
autores en las provincias camagüeyanas, pero tomando en consideración
solamente su composición química. En estas rocas, hasta el momento, no se
han reportado feldespatoides de forma clara, lo cual es indispensable para su
clasificación y diagnóstico. De esta manera, su distribución en Cuba no está
confirmada, por lo que se recomienda efectuar los análisis de microsonda y
otros que sean necesarios para determinar con certeza la presencia de
feldespatoides y sus contenidos en estas rocas.
Se propone además de Le Maitre (1989) (Fig. 5) considerar también la nueva
clasificación y nomenclatura para las rocas volcánicas con alto contenido de
Mg y las picríticas, según Le Bas, (2000), (Fig. 6 y 7), donde para el caso de
Cuba procede la figura 7. En una próxima edición del glosario debe definirse
por consenso de los especialistas que integran la comisión cuál de ellas
recomendar.
Fig. 6 Nueva clasificación para rocas volcánicas de alto
contenido de magnesio (Le Bas, 2000). Meimechitas y
Komatitas.

Fig. 5 Clasificación y nomenclatura de las rocas


volcánicas con alto contenido de magnesio (Le Maitre,
1989).

Fig. 7 Nueva clasificación para rocas volcánicas de


alto contenido de magnesio: picritas (Le Bas, 2000).
En algunos tipos de trabajos geológicos procede incluir en el nombre de la roca
volcánica, a manera de calificativo, su pertenencia a determinada serie
volcánica. En estos casos, de acuerdo con Le Maitre, (1989), (Fig. 8), y con
Peccerillo y Taylor, (1976), (Fig. 9), resultan frecuentes los calificativos
derivados de los nombres de las series siguientes: bajo potasio, medio potasio
y alto potasio, toleítica (TH), calcoalcalina (CA), calcoalcalina con alto potasio
(CA-K) y shoshonítica (SH).

Entre otros términos de carácter petrológico y geoquímico, de reiterada


utilización como calificativo de rocas volcánicas, se encuentran también los de
alcalino, subalcalino y oceánico.

Estos tipos de calificativos estarán en dependencia de las clasificaciones y


diagramas geoquímicos que se decida emplear. (Por ejemplo: Irvine, T. N. y W.
R. Baragar, (1971); Miyashiro, A, (1974); Macdonald, G. A. y T. Katsura,
(1964), entre otros posibles.).

En el glosario también se recogen términos recomendados para algunas rocas


volcánicas y volcanoclásticas, cuyos nombres responden a los procesos que
las originaron, como por ejemplo, ignimbrita, hialoclastita y lavobrecha.
Fig. 8 División de basaltos, andesitas basálticas, andesitas, dacitas
y riolitas en los tipos de bajo potasio, medio potasio y alto potasio.
Según Peccerillo y Taylor, (1976), ligeramente modificado y
simplificado en Le Maitre, (1989). Las líneas indican la posición
equivalente de algunos de los campos en el diagrama TAS.
Fig. 9 División de las series magmáticas para rocas volcánicas
basada en la relación K 2O/Si2O.
Serie tholeítica (TH).
Serie calcoalcalina (CA).
Serie calcoalcalina con alto potasio (CA-K)
Serie shoshonítica (SH).
Según Peccerillo y Taylor, 1976.
2.5.3. Clasificación del Grupo de Rocas Volcanoclásticas

Para la clasificación de las rocas volcanoclásticas (rocas mixtas piroclásticas-


epiclásticas) se establece, en primer lugar, la proporción del componente
piroclástico con relación a los sedimentarios y/o de otro origen, distinguiéndose
así los siguientes tipos de rocas:

 Rocas piroclásticas (> 75% de componentes piroclásticos).


 Tufitas o rocas tobáceas (25-75% de componentes piroclásticos).
 Rocas epiclásticas (volcánicas y/o no volcánicas) (< 25% de
componentes piroclásticos).
Se enfatiza en los rangos de los contenidos del material piroclástico, aprobado
para las tobas, tufitas (rocas tobáceas) y rocas epiclásticas por la Unión
Internacional de Ciencias Geológicas (IUGS) y el Servicio Geológico Británico
(BGS), ya que durante muchos años en Cuba se utilizaron clasificaciones de la
escuela rusa, que establecía rangos diferentes del contenido del material
piroclástico para estos tipos de rocas, contemplaba más divisiones o grupos y
en algunos casos, se daban nombres diferentes a las rocas. Se recomienda no
continuar empleando estas clasificaciones de la escuela rusa.

Se recomienda utilizar los esquemas propuestos por la IUGS (según Schmid,


(1981), modificado en Le Maitre, (1989) que se muestran en las Tablas 1 y 2.
Aunque algunos autores, como R. Castroviejo, (1988), (Tabla 3), traducen al
español el término tuffaceous como tufítico (s) o tufítica (s), es más aceptada
su traducción como tobáceo (s) o tobácea (s). En este sentido recomendamos
utilizar para las rocas del grupo genérico de las tufitas (rocas tobáceas), el
calificativo de tobáceo (Tablas 3 y 4).

El Servicio Geológico Británico (Gillespie and Styles, 1999) propone una


clasificación para las rocas volcanoclásticas con contenido mayor del 10% de
fragmentos volcánicos. Esta clasificación, que aunque presenta algunas
ventajas, tiene el inconveniente de utilizar el término volcanoclástico, que es el
genérico para todo el gran grupo de rocas, como calificativo del nombre para
las rocas de la tercera columna: conglomerado volcanoclástico, arenisca
volcanoclástica, etc., por lo que no se aconseja su empleo. (Tablas 5 y 6).

Se aclara que para la clasificación de las rocas volcanoclásticas del territorio


cubano no son fundamentales en las tablas de clasificación las columnas de los
depósitos no consolidados, que si se utilizan en regiones de vulcanismo
reciente.

Los petrógrafos y geólogos cubanos conocen las dificultades que se presentan


en este grupo de rocas para actualizar su nomenclatura, con respecto a la que
se utilizó durante años en Cuba, basada en las clasificaciones de la escuela
rusa. Teniendo en cuenta estas dificultades, el grupo de especialistas cubanos
que integró la Comisión para las rocas volcanoclásticas, acordó:

o Recomendar en este documento la utilización de la tabla 7 para la


clasificación de este grupo de rocas.
o Continuar las sesiones de trabajo para ampliar y completar las
clasificaciones y nomenclaturas aquí propuestas, incorporando otros
aspectos y subdivisiones necesarios.
o Definir en el glosario términos conflictivos, aclarando las sinonimias,
términos en desuso y especificando los términos recomendados.
o Completar, enriquecer y actualizar el presente glosario en próximas
versiones.
2.5.4. Descripciones de rocas típicas en diferentes ambientes
tectónicos en Cuba occidental y central

Andesita (de los arcos volcánicos cretácicos en Cuba central)


En estas estructuras geológicas de Cuba central, las andesitas se encuentran
en diversas unidades litoestratigráficas (Formaciones La Rana, Mataguá,
Arimao, Cabaiguán, Caobilla, Piragua, entre otras), que se distribuyen en las
provincias Cienfuegos, Villa Clara, Sancti Spíritus, Ciego de Avila, Camagüey y
Las Tunas.

Las andesitas están bien representadas en la Fm. La Rana, donde


frecuentemente tienen estructuras masivas, en menor medida amigdaloidales,
texturas porfídicas y glomeroporfídicas (Fotos 55250b), a veces seriadas (Fotos
Y-1041; 55258), subordinadamente oligofídicas y más raro afíricas.

Los fenocristales pueden constituir hasta un 35%-40% del volumen de la roca,


con predominio de los fenocristales de plagioclasa (Foto 55250d) sobre los de
clinopiroxeno. El anfíbol, por lo general, se encuentra en menor cantidad e
incluso puede estar ausente.
Los fenocristales de plagioclasa comúnmente están maclados y zonados (Foto
55250d), presentando la composición An40-An60 (andesina-labrador) y
frecuentemente alterados a minerales arcillosos, calcita, sericita y otros.

Los fenocristales de clinopiroxeno, por lo regular, corresponden a la augita,


augita diopsídica y con menos frecuencia al diópsido. Los mismos pueden estar
alterados por una mezcla de clorita, epidota, calcita y minerales arcillosos. A
veces también están anfibolizados. Con carácter subordinado, se observa
ortopiroxeno, generalmente hiperstena. En la Formación La Rana es frecuente
la presencia de andesitas bipiroxénicas con orto y clinopiroxeno conjuntamente
(Fotos 55250b; 55250c). Los resultados de los análisis de microsonda
determinaron la composición del clinopiroxeno como augita y la presencia del
ortopiroxeno hiperstena (Díaz de Villalvilla, L., 1988).

El anfíbol más común es la hornblenda verde y pardo verdosa, a veces con


borde de opacitización, cloritizadas, uralitizadas, y en menor proporción,
alteradas a biotita; por lo general en cantidad subordinada a la plagioclasa y
piroxeno. En las andesitas de las Formaciones Piragua y Arimao pueden estar
en mayores proporciones. También en algunos cuerpos subvolcánicos de
composición andesítica (andesito-dacítica), la hornblenda llega a constituir más
del 25 % de la roca.

La matriz está compuesta por vidrio, frecuentemente de color pardo, con


diferente grado de desvitrificación. Dicha matriz contiene también microlitos de
plagioclasa y pequeños cristales, tanto de plagioclasa como de piroxeno y
también la matria presenta diferentes cantidades de mineral metálico. En
muchas ocasiones se observan alteraciones a minerales arcillosos, clorita,
carbonatos, minerales del grupo de la epidota, minerales silíceos, sericita y
otros.

Las andesitas presentan diferentes texturas: hialopilítica, pilotaxítica, traquítica,


microlítica, amigdaloidal, entre otras, predominando la hialopilítica (Fotos
55250d; 55250e).
Podemos calificar a las andesitas en función de cuál sea el mineral máfico más
abundante en ellas. A manera de ejemplo, citamos las andesitas augíticas,
andesitas hipersténicas y andesitas hornbléndicas.

El tipo de andesita piroxénica, que prácticamente no contiene anfíbol, es


común en Cuba y también es muy típica para otros arcos de islas en diferentes
regiones del mundo.

En algunos cuerpos subvolcánicos de composición andesítica (andesito-


dacítica) de diferentes unidades litoestratigráficas volcánicas, como por
ejemplo, en la Fm. Los Pasos, del Cretácico inferior en Cuba central, la
hornblenda llega a constituir más del 25 % de la roca. En estos casos las rocas
se han determinado como pórfidos andesíticos (andesito-dacíticos) (Foto SF
95-12/123).

Las andesitas del arco volcánico cretácico en Cuba oriental, región de Holguín
y las que pertenecen al arco volcánico del Paleógeno, tanto las de la Sierra
Maestra, como las de la región Mayarí-Baracoa, son descritas ampliamente en
el glosario petrográfico de Cuba oriental.

Basaltos de margen continental


Se describen en los terrenos Guaniguanico, Pinos, Escambray y en el bloque
estrecho de la Florida (Plataforma de Las Bahamas).

Están bien representados en la Fm. Nueva María, en la Sierra de Camaján,


provincia de Camagüey (Iturralde-Vinent, M.; Marí, M.T. (1988); Iturralde-
Vinent, M. 1996).

Ellos son de color negro a gris oscuro y verdosos cuando están


intemperizados. Tienen estructura en almohadilla y son de grano fino hasta
afanítico, con amígdalas cuyo tamaño y abundancia dependen de su posición
en las almohadillas. A menudo están cataclastizados. Su textura es afírica con
matriz intersectal, que en ocasiones tiene tendencia variolítica poco
desarrollada.

Están compuestos por pequeñas tablillas de plagioclasa andesina-labrador


indistintamente desanortizada y tablillas de piroxeno monoclínico (titanoaugita
algo rosado). Entre las tablillas aparecen granitos alotriomórficos de piroxeno,
polvo metálico y vidrio algo alterado.

Las amígdalas representan del 8 al 20% de la roca. Tienen aspecto ovoide y


esférico, rellenas de calcita y con menor frecuencia por mezcla de hidrobiotita y
clorita.

Basaltos del nivel superior de la asociación ofiolítica


Están bien representados en la Fm. Encrucijada (Pinar del Río), en la Fm.
Margot (Habana y Matanzas), y en la Fm. Sagua la Chica (Villa Clara y Sancti
Spíritus).

Presentan colores oscuros (gris oscuro verdoso), con diferentes estructuras,


como la de almohadillas (pillow lava), la amigdaloidal, y la vesicular, entre
otras. Tienen textura general afírica, esporadofídica y oligofídica, más raro
porfídica.

Los fenocristales comúnmente no sobrepasan el 3-10% de la roca. Predominan


los fenocristales de plagioclasa, de composición labradorita, aunque en muchas
ocasiones es difícil definirlo debido a la intensa alteración, principalmente la
saussuritización. Con frecuencia las plagioclasas están desamortizadas y a
veces incluso sustituidas por albita.

El piroxeno más común es la augita, que forma pequeños cristales prismáticos


cortos. Entre los minerales secundarios que se desarrollan por piroxeno, con
frecuencia se señalan el carbonato, la clorita, y la uralita, entre otros.
La matriz exhibe textura intersertal, variolítica, fibrosa radial, ofítica, subofítica y
en algunos casos hialina. Esta matriz está constituida por finos listoncillos y
microlitos de plagioclasa, así como por piroxeno, olivino y vidrio en diferentes
proporciones.

En los tipos variolíticos, el vidrio puede representar hasta el 60% de la roca y


está muy alterado. Se conservan restos de la desvitrificación primaria, donde
se forma una mezcla de clorita, polvo magnetítico y otros.

Es muy característica la alteración a rocas verdes, que se expresa en la


cloritización del vidrio volcánico, la epidotización y anfibolización de los
minerales oscuros, así como en la cuarcificación y carbonatización.
Se pueden encontrar amígdalas rellenas de calcedonia, cuarzo, carbonato,
clorita, epidota y otros minerales.

Basaltos (de los arcos volcánicos cretácicos en Cuba central)


Los basaltos se encuentran en unidades litoestratigráficas pertenecientes al
arco de islas primitivo (PIA), con carácter predominantemente toleítico, y
también en formaciones de arcos más evolucionados, de afinidad calcoalcalina
(CA), calcoalcalina con incremento de potasio (CA-K) y más alcalina. Estos
basaltos se encuentran en Cuba central desde la provincia Cienfuegos hasta la
provincia Las Tunas (Formaciones Los Pasos, Mataguá, Arimao, Guáimaro,
Camujiro, entre otras).

Basaltos y andesitas basálticas del PIA: Están bien representados en la Fm.


Los Pasos del Neocomiano-Aptiano. Se distribuyen en las provincias
Cienfuegos, Villa Clara y Sancti Spíritus. Son de carácter bimodal, toleíticos y
forman parte del arco de islas primitivo de Cuba central (Zelepuguin, V., y otros,
(1986); Díaz de Villalvilla, L., (1988) Díaz de Villalvilla, L., Milia, I., Santa Cruz
Pacheco, M, (1998).

Estos basaltos presentan frecuentemente estructura en almohadilla y


amigdaloidal, textura amigdaloidal, afírica-oligofídica (Foto SF 97-16/30),
subordinadamente porfídica, presentando fenocristales de plagioclasa y
clinopiroxeno.

En la matriz son frecuentes las texturas intersertal (Foto SF 96-10/18),


microlítica, fibrosa radial y variolítica. La matriz está constituida por microlitos y
finos listoncillos de plagioclasa con tamaños hasta 0,1-0,25 mm, entre los
cuales aparece vidrio cloritizado y uralitizado, relictos de clinopiroxeno
cloritizado y anfibolizado (con formas prismáticas o isométricas), epidota y
minerales metálicos. Es frecuente el desarrollo de agregados radiales
compuestos por fibras de plagioclasa, con o sin vidrio intersticial, que tienden a
constituir las variolas.

En general, los basaltos, andesito-basaltos y andesitas basálticas están


cloritizados, anfibolizados (Foto SF 96-10/18), albitizados, epidotizados,
carbonatizados y zeolitizados, entre otras alteraciones. Es muy característica la
textura amigdaloidal, observándose amígdalas de diferentes tamaños y formas
rellenas por los minerales de las alteraciones secundarias presentes en estas
rocas.

Existen basaltos en esta formación que poseen un carácter más hialino de la


matriz. En estos casos, son frecuentes los fenocristales de plagioclasa con
formas prismáticas y tamaños entre 4-6 mm, textura glomeroporfídica y con la
presencia de grandes amígdalas de formas sinuosas.

Además de las coladas y flujos de basaltos, existen diques de basaltos que


cortan diferentes litologías. Estos diques se diferencian de los de coladas por la
ausencia de estructuras amigdaloidales destacables y por el predominio de
texturas microofíticas o subofíticas.

Basaltos de afinidad calcoalcalina. Están bien representados en la Fm.


Mataguá, del Aptiano –Albiano, que se distribuye en las provincias Cienfuegos,
Villa Clara y Sancti Spíritus (Zelepuguin, V. y otros, 1986; Díaz de Villalvilla, L.,
1988):

En la mayoría de los casos, la estructura de estos basaltos es masiva, aunque


también con frecuencia se observan las amigdaloidales.

Se caracterizan por una textura porfídica (Foto 55189), glomeroporfídica, en


algunos casos oligofídica, y con la matriz intersertal. Con menos frecuencia se
observa la textura hialopilítica, variolítica, pilotaxítica y subofítica.
En algunas rocas determinadas como andesito-basaltos se observa textura
hialopilítica. (Foto L-8).

Generalmente, los fenocristales componen el 25-40% del volumen de la roca,


siendo más raros los casos en que su cantidad disminuye hasta el 15-20%.
Están representados por plagioclasa y por piroxeno monoclínico. La plagioclasa
predomina (Foto 55189) y se presenta con formas prismáticas o tabulares, con
tendencia a las agrupaciones glomeroporfídicas. Sus dimensiones varían entre
0,3-2,5 mm, más frecuentemente entre 1-2 mm., aunque algunos cristales
alcanzan hasta 5 mm. La composición de la plagioclasa varía entre An45-An70,
pero con más frecuencia entre An40-An64, y por lo general, cuando disminuye el
componente anortítico es motivado por procesos secundarios.

Los fenocristales del clinopiroxeno, comúnmente componen el 5-10% del


volumen, aunque pueden aumentar hasta el 15-20%. Sus tamaños varían
desde 0,5 hasta 2,5 mm, con frecuencia 1 mm. El clinopiroxeno más
característico para los basaltos de esta formación es la augita (Foto 55189), el
cual se determinó por análisis de microsonda, aunque hay reportes de
hiperstena-clinohiperstena. (Foto 903).

La matriz está constituida por listoncillos de plagioclasa con textura intersertal


(Foto 55189). Entre ellos se incluye vidrio pardo, cloritizado, así como
pequeños granos de augita y mineral metálico. El vidrio más fresco es
prácticamente isotrópico o recristalizado a un agregado criptocristalino.
Los minerales secundarios en los basaltos están representados por clorita,
epidota, carbonato y uralita. La clorita se desarrolla principalmente por la matriz
de la roca y subordinadamente por los fenocristales de piroxeno. La epidota
sustituye a los fenocritales de piroxeno y en menor medida se origina por la
matriz. El carbonato de calcio se desarrolla tanto por los fenocristales como por
la matriz; la albita por los cristales de plagioclasa y el anfibol secundario se
encuentra menos frecuentemente que el resto de los minerales enumerados
anteriormente.

Las amígdalas pueden llegar a componer el 25-40% del volumen de la roca y


sus tamaños varían desde 0,05 hasta 2-3 mm. Están rellenas por calcedonia,
cuarzo, clorita, carbonato y otros minerales secundarios.

Basaltos olivínicos, de afinidad calcoalcalina con alto potasio. Están bien


representados en la Fm. Arimao, de edad Coniaciano-Santoniano, que se
distribuye en la provincia Cienfuegos. Aunque en la Fm. Arimao se encuentran
diferentes tipos de basaltos, el basalto olivínico es una variedad de roca
característica y con bastante distribución en esta secuencia volcánica. Ellos
presentan las siguientes particularidades:

Se caracterizan por una estructura masiva, en algunos casos


amigdaloidales, y por una textura porfídica, más raro oligofídica. La
matriz presenta diferentes texturas, como son la intersertal, intersertal-
hialopilítica, intersertal-variolítica y otras.

Los fenocristales componen el 15-35% del volumen de la roca, aunque


en algunos casos su cantidad disminuye hasta 5-10%. Entre los
fenocristales predominan los del clinopiroxeno, subordinadamente se
encuentran los de olivino, y con menos frecuencia hornblenda.

Los fenocristales de clinopiroxeno componen el 8-20%, sus dimensiones


promedios oscilan entre 1-2 mm y están representados por diópsido y
salita, determinados por análisis de microsonda, (Fotos 55148; 55148a)
Díaz de Villalvilla, L., (1988); en menor proporción augita.

La cantidad de olivino varía desde 2 hasta 15%, con tamaños entre 0,5-1
mm y con frecuencia están serpentinizados y alterados por iddingsita. Se
determinó por análisis de microsonda la composición de estos cristales
de olivino. En todos los casos existe predominio de la forsterita (78-91%)
sobre la fayalita (9-22 %), Díaz de Villalvilla, L., (1988). (Fotos 55150;
55150a).

Algunos de los fenocristales de anfíbol (Foto 55149) se diagnosticaron


por microsonda, como magnesio-hastingsita (Díaz de Villalvilla, L, 1988),
evidenciando menor contenido de sílice y mayor de álcalis que otros
anfíboles presentes en algunas formaciones volcánicas de Cuba central,
como por ejemplo, en la Fm. Dagamal.

La matriz está constituida por un agregado de microlitos y listoncillos de


plagioclasa, así como también de feldespato potásico (Foto 55158),
determinados ambos por análisis de microsonda,(Díaz de Villalvilla , L,
1988), que pueden estar en contacto o no entre si, y entre los cuales se
encuentra vidrio alterado a clorita y carbonato, mineral máfico
epidotizado y polvo metálico.

En algunos lugares el vidrio es claro y representa una mezcla cuarzo


feldespática y en otros casos tiene color oscuro, enriquecido por polvillo
de mineral metálico. Se determinó también la presencia de espinelas
titaníferas e ilmenita.

Las alteraciones secundarias de los basaltos olivínicos son débiles, pero


en los otros tipos de basaltos de la Fm. Arimao son más fuertes y estas
alteraciones están representadas por clorita, carbonato, epidota y albita.
En general, la alteración de los basaltos de la Fm. Arimao es menos
intensa que la de los basaltos de otras formaciones en Cuba Central,
como por ejemplo, en la Fm. Mataguá.

Basaltos de afinidad calcoalcalina con alto contenido de potasio y más alcalinos


Estos basaltos son frecuentes en la Fm. Guáimaro y en la Fm. Camujiro, que
se distribuyen en las provincias de Ciego de Ávila, Camagüey y Las Tunas.
Presentan en muchas ocasiones características petrográficas parecidas a los
traquibasaltos, con predominio de fenocristales de piroxeno, pero también se
describen con mayor cantidad fenocristales de plagioclasa y un mayor
contenido de hornblenda.
Estos basaltos pueden presentar textura porfídica seriada por plagioclasa y
clinopiroxeno, asi como texturas variadas de la matriz, como hialopilítica,
microlítica y con listoncillos y listones orientados. (Fotos 55453; 55401).

También se describen basaltos amigdaloidales con un 10-15% de fenocristales


de piroxeno monoclinico, presentando tamaños entre 2,5-4 mm y están
parcialmente carbonatizados.

La matriz la constituyen microlitos de plagioclasa que se disponen con una


estructura intersertal conjuntamente con clorita, pequeños cristales de piroxeno
y agregados de mineral metálico.

Como indica su nombre, para estos basaltos es peculiar la abundancia de


amígdalas de tamaños variados, en sección delgada alcanzan hasta 4 - 5 mm,
predominando los de 1 a 3 mm. Las amígdalas tienen formas redondeadas y
están rellenas de carbonato de calcio. (Foto 55393).

Basanita
La basanita ha sido reportada en la Formación Guáimaro en la región de
Camagüey, pero tomando en consideración solamente su composición química
(Echevarría, B., 1986. Tesis de Doctorado). Hasta el momento no se han
reportado feldespatoides de manera fehaciente, lo cual es indispensable para
su clasificación y diagnóstico. Se requieren análisis de microsonda y otros
complementarios para determinar con certeza la presencia de estos minerales
y sus contenidos. Por estas razones, su distribución en Cuba no está
confirmada.

Boninitas
Las boninitas en Cuba se han reportado como parte de las rocas básicas que
aparecen como bloques tectónicos entre las ofiolitas septentrionales.
Algunos autores piensan que representan un magmatismo de arco volcánico, el
cual abortó temprano en el Cretácico y clasifican estas rocas como boninitas
tipo 3 de bajo calcio (Kerr et al, 1999).

En las provincias de La Habana y Matanzas, Fonseca et al (1989) describen


boninitas que petrográficamente están formadas por cristales de enstatita y
diópsido, con texturas de spinifex, incluidos estos cristales en vidrio fresco
incoloro. Inicialmente estas rocas fueron descritas como augutitas y basaltos
picríticos.

Llanes et al, (1998), teniendo en cuenta las características geoquímicas de los


diferentes tipos, consideran a las boninitas de Campo Florido como del grupo
de alto calcio, constituidas por fenocristales y microfenocristales de olivino y
ortopiroxeno, en una matriz compuesta por listoncillos de clinopiroxeno y sobre
una base de vidrio volcánico. Estas rocas presentan textura glomeroporfídica y
porfídica con matriz hialopilítica, compuestas por fenocristales de ortopiroxeno
u olivino, sustituidos por minerales de serpentina con carbonatización
acompañante.
La fracción subporfírica se manifiesta por la aglomeración de pequeños
cristales tabulares, ligeramente alargados y de cortes isométricos de
ortopiroxeno (enstatita), distribuidos desordenadamente en una masa de vidrio
volcánico fresco, de tono claro, ligeramente parduzco por la presencia de
segregaciones criptocristalinas de burbujas (globulitos). Sectorialmente existe
un desarrollo esporádico de amígdalas rellenas de clorita.

Las boninitas de Campo Florido han sido consideradas de alto calcio (Llanes et
al, 1997) y reportan los siguientes contenidos: Ca0 (9,7-10%); SiO2 (51-52%);
TiO2 (0,21-0,25); NaO2 (0,96-1%); K2O (0,23-0,25). La relación CaO/Al2O3 tiene
un rango de 0,7-0,9 y la relación CaO//Na 2O está entre 10-12.

Por los reportes químicos de Kerr et al, (1999), las boninitas muestreadas en
La Habana y Holguín, correspondientes al melange ofiolítico del norte de Cuba,
se pueden considerar de bajo calcio tipo 3.

Dacita
La dacita participa abundantemente en las formaciones de los arcos volcánicos
cretácicos en Cuba central. Igualmente se encuentra en la litología de las
formaciones pertenecientes al arco volcánico paleógeno en la Sierra Maestra.

Dacita (de los arcos volcánicos cretácicos en Cuba central).


En estas estructuras geológicas de Cuba central, las dacitas se encuentran en
diversas unidades litoestratigráficas, como por ejemplo, en las Formaciones
Los Pasos, Bruja, Cabaiguán, Dagamal, Caobilla, Piragua y otras.

Dacitas del arco de islas primitivo (PIA). Están bien representadas en la Fm.
Los Pasos, de edad Neocomiano-Aptiano. Estas rocas se encuentran en las
provincias de Cienfuegos, Villa Clara y Sancti Spíritus.

En ellas predominan la textura porfídica y glomeroporfídica. Los fenocristales


de plagioclasa, de composición oliglocasa y andesina, llegan a constituir hasta
un 20-25% del volumen de la roca. Pueden alcanzar tamaños mayores de
5mm. En general, tienen formas tabulares y prismáticas. Estos fenocristales
están alterados a minerales arcillosos, sericita, clorita y otros.

En las dacitas efusivas, con frecuencia, son menores los contenidos y tamaños
de los fenocristales de plagioclasa a los observados en las dacitas que
constituyen domos y cuerpos subvolcánicos.

Los fenocristales de cuarzo forman el 1-5% de la roca, con formas


subredondeadas e irregulares. Están corroídos por la matriz y algunas veces
presentan bordes de recristalización. En algunos casos son idiomórficos (Foto
SF 96-10/124).

Los fenocristales de hornblenda están ausentes o participan entre el 1-5% del


volumen de la roca. Su hábito es prismático alargado. Algunos cristales
presentan secciones transversales y hexagonales, las cuales están bien
desarrolladas. Estos fenocristales aparecen epidotizados y cloritizados. Pueden
presentar hasta pseudomorfosis completa. Sin embargo, en algunos cuerpos
subvolcánicos de composición andesito-dacítica, los fenocristales de
hornblenda alcanzan hasta 25% de la roca, pudiéndose denominar pórfidos
andesito-dacíticos.

La matriz o masa principal de las dacitas es de granulometría fina a mediana,


formada por agregados de granos irregulares e isométricos de cuarzo. Estas
dacitas incluyen de forma micropoiquilítica finos microlitos de plagioclasa.
Estos mosaicos tienen formas redondeadas. En algunos casos presentan una
tendencia esferulítica, aunque predomina la textura micropoiquilítica, con
sericita y clorita en los intersticios (Foto Sf 96-10/124).

En el caso de las dacitas de yacencia subvolcánica, la matriz es más cristalina,


siendo más frecuente la textura alotriomórfica e hipidiomórfica granular (en
algunos casos con entrecrecimiento).

Dacitas de arco volcánico, de afinidad calcoalcalina. Estas rocas están


representadas en la Fm. Dagamal, de edad Campaniano, distribuidas en las
provincias de Villa Clara y Sancti Spíritus.

Presentan una textura general porfídica, siendo la matriz criptocristalina-


microfelsítica (Fotos 55248a, 55991). Los fenocristales constituyen hasta el
35% del volumen de la roca y están representados, en primer lugar, por
plagioclasa (oligoclasa hasta andesina) con formas tabulares y prismáticas,
estando en muchos casos zonadas (Fotos 55248, 55991a) y alcanzando
tamaños de hasta 0,5-4 mm.

En segundo lugar, participan los fenocristales de hornblenda, de color verdoso


y pardo verdoso, con tamaños entre 0,4 -1,5 mm. Se determinaron estos
fenocristales de horblenda por análisis de microsonda como hornblenda
magnésica- hornblenda edenítica en algunas muestras (Díaz de Villalvilla, L.
1988), (Fotos 55248 a, 55991).

La matriz se compone por un fino agregado de cuarzo y feldespato, con


cristales de alrededor de 0,02 mm.

En el caso de las lavobrechas dacíticas de la Fm. Dagamal es característica


una estructura general porfídica y una matriz hialopilítica. Los fenocristales de
horblenda representan casi el 10% del volumen de la roca y están
representados por hornblenda pardo-verdosa y plagioclasa en proporciones
similares. La matriz se compone de microlitos de plagioclasa y por pequeños
cristalitos de hornblenda y piroxeno.

En la Fm. Bruja, del Coniaciano-Santoniano (Santoniano), que aparece en la


provincia de Villa Clara, se determinaron dacitas y andesito-dacitas, con las
siguientes peculiaridades: estas rocas presentan estructura masiva y con
menos frecuencia amigdaloidea, así como una textura general porfídica.

Los fenocristales de estas dacitas componen desde el 2% al 15% el volumen


de la roca. Los mismos están representados por plagioclasa y clinopiroxeno.
Los fenocristales de plagioclasa frecuentemente presentan entrecrecimiento
glomeroporfídicos entre si y con el clinopiroxeno también. El clinopiroxeno
presente, determinado por análisis de microsonda, es augita. (Foto 55197-2),
Díaz de Villalvilla, L., (1988).

La matriz tiene diferentes texturas. En algunos casos es microlítica- intersertal,


mientras que otros casos, la matriz es de microentrecrecimiento entre cuarzo y
feldespatos, esferulítica, hialipilítica (Foto 55108V). También aparece vidrio
pardo claro, no recristalizado, con típica fractura perlítica y de composición
ácida, alcanzando un 70-72% de SiO2, determinado por análisis de
microsonda. (Foto 55197-2; 55197-2 a). Díaz de Villalvilla, L., (1988).

Esta falta de correspondencia entre algunas de las particularidades


petrográficas y la composición química de la roca puede ser explicada por un
desequilibrio químico del fundido y los fenocristales.

Diabasa
El término diabasa ha sido de amplio uso y tradición entre los estudiosos de la
geología cubana, por lo que se recomienda utilizarlo para referirse a las rocas
de composición básica, yacencia generalmente subvolcánica, grano fino a
grueso y textura ofítica-subofítica. No debe emplearse el término de dolerita.
En Cuba existen diques de diabasa abundantes en las ofiolitas y en las rocas
del arco volcánico, pero no se ha podido establecer con exactitud la presencia
de diques de diabasas del nivel de los diques paralelos. Es frecuente su
presencia en bloques tectónicos incluidos en gabroides (Holguín), formando
pequeños sills asociados con basaltos, en relación transicional con basaltos
(Habana-Matanzas) y pequeños diques de 5-10 cm de espesor que cortan las
ultramafitas (Pinares de Mayarí) (Rodríguez et al., 1997). También se
presentan como sills asociados a basaltos en la Formación Mataguá del arco
volcánico cretácico (comunicación verbal, Lilavatti Diaz de Villalvilla, 2004).

En la región de Habana-Matanzas han sido descritas diabasas con textura


micropoiquiloofítica, compuesta por listones alargados de plagioclasa andesina-
labrador, inferiores a 1,2 mm, los cuales se ven afectados por procesos de
saussuritización, constituyendo el 50 % de estos.
Los intersticios están ocupados por tablillas alargadas y a veces xenomórficas
de actinolita-uralita, inferiores a 0,9 mm, con inclusiones poiquilíticas de
plagioclasa. Este anfíbol debe haber sustituido al clinopiroxeno magmático,
cuyos restos no se conservan. De forma dispersa se observan agregados
granulares de epidota, esfena e ilmenita. Se observan procesos de
cloritización, (Llanes et al., 1997).

Doleritas
En la región de Holguín las doleritas a veces predominan en los bloques de 1-
500m que aparecen en las fajas de brechas tectónicas ofiolíticas y en los
olistrostromas. En las doleritas se observa la transición característica de
microgabros a doleritas o de dolerita a basalto-dolerita.

Las doleritas son generalmente rocas muy compactas, duras, con textura
ofítica-subofítica. Los minerales predominantes son plagioclasa labrador en las
partes más internas y andesina en las externas. La augita alumínica, rica en
magnesio, presenta diferentes grados de uralitización, mientras en algunas
partes se convierte en hornblenda. Son frecuentes los cristales esqueléticos de
ilmenita. Con el aumento del grado de alteración, estas rocas se enriquecen
más en hornblenda, clinozoisita, prehenita, uralita, clorita, albita y zeolitas.
(Iturralde-Vinent, 1996, p. 166).

En otros casos, el término dolerita se ha utilizado también como sinónimo de


microgabro o basalto de grano grueso. Se aconseja no emplear el término
dolerita y dejar, cuando así procedan, los de basalto de grano grueso y
microgabro.

Fonotefrita
La fonotefrita ha sido reportada en la Formación Guáimaro de la región de
Camagüey, pero tomando en consideración solamente su composición química
(Torres, M. et al., 2003). Hasta el momento no se han reportado feldespatoides
de manera fehaciente, lo cual es indispensable para su clasificación y
diagnóstico. Se requieren análisis de microsonda y otros análisis
complementarios para determinar con certeza la presencia de estos minerales
y sus contenidos. Su distribución en Cuba no está confirmada.

Hialoclastitas
Las hialoclastitas han sido reportadas en diferentes ambientes de la estructura
geológica de Cuba, por ejemplo, en las formaciones relacionadas con el
complejo oceánico, con el margen continental y con el nivel superior de la
asociación ofiolítica, ocurriendo las mismas en la Fm. Encrucijada, en la
provincia de Pinar del Río, en la Fm. Margot, en la provincia de Matanzas, así
como en la Fm. Albaiza y la Fm. Nueva María en Camagüey.

En la Fm. Nueva María, en Camagüey, se describen como rocas negras a


grises, oscuras, densas y de estructura cataclástica-brechosa. Se trata de
fragmentos angulosos muy irregulares, de tamaño variable, color gris oscuro.
Estos fragmentos se encuentran en una matriz de vidrio negro. Todo el vidrio
es basáltico.
En los fragmentos más frescos el vidrio es pardo isotrópico en una matriz
alterada, presentando textura bandeada colomórfica y bajo grado de
criptocristalización. En los fragmentos y matriz hay radiolarios con diferente
grado de preservación (Iturralde-Vinent, M., Marí, M.T. 1988).

Ignimbritas y tobas soldadas de este tipo en el sistema de


arcos volcánicos en Cuba Central:
Este tipo de rocas fueron descritas por C. Hatten, (1958), en Cuba central,
refiriéndose al proceso de “nubes ardientes” de la Fm. Dagamal; I. Shevshenko
y otros, en 1976, las describen por primera vez en el territorio camagüeyano,
asociándolas al “complejo ignímbritico”. En 1986, V. Zelepuguin y otros las
describieron en su Informe como integrantes de la Fm. Martí.

En su Informe de 1986,V. Zelepuguin y otros las asocian fundamentalmente a


la Fm. Martí del Campaniano, que se distribuye principalmente en las
provincias de Camagüey y Las Tunas. Las describen con las siguientes
características:

Rocas que presentan una composición ácida, desde riolítica hasta dacítica con
elevado contenido de álcalis generalmente, predominando las traquidacitas y
traquiriodacitas; subordinadamente participan algunas de composición
andesítica (traquiandesítica). En ocasiones, se hace muy difícil diferenciar entre
algunas lavas y lavobrechas fluidales de las lavas tobáceas, tobas soldadas e
ignimbritas, que en conjunto forman parte de los flujos piroclásticos.

Las ignimbritas de la Fm. Martí (Foto 56077) exhiben tonalidades violáceas o


rojizas y están compuestas por fragmentos aplanados, alargados, deformados
y acoplados unos con otros, cuya disposición determina una textura
pseudofluidal. Tienen inclusiones de vidrio de composición ácida de variados
tamaños, con formas lenticulares e irregulares, semejantes a los “fiame”; que
son también cristaloclastos (hasta 20%, con predominio de plagioclasa
alterada) y litoclastos (representados por fragmentos redondeados-
subredondeados, de composición ácida-media y con texturas muy variadas:
microfelsítica, felsítica, granoblástica, hialopilítica, pilotaxítica, microlítica, etc.),
englobados por la masa fluidal que los contornea y rodea. Los autores aclaran
que frecuentemente no pueden definir si son verdaderos “fiame” o solo lentes
elipsoidales y bandas paralelas recristalizadas, parecidas a las descritas en
otros tipos de rocas de la Formación Martí.

Por lo general, están alteradas. Conjuntamente con la hematitización se


observa cuarcificación, sericitización, carbonatización, cloritización,
epidotización y otras alteraciones.

Lavobrechas
En las Formaciones Guáimaro y Camujiro del territorio camagüeyano son muy
abundantes las lavobrechas andesíticas y traquiandesíticas. También aparecen
variedades más ácidas como las traquidacíticas. Tienen fragmentos de igual
composición, en cantidades variables de 10-40% del total de la roca, con
tamaños desde escasos milímetros hasta metros.
Su composición química y mineralógica es similar a la composición de la lava
circundante y se diferencian por variaciones de textura, granulometría, grado
de cristalinidad, oxidación y alteraciones secundarias diferentes. En la mayoría
de los casos, tienen bien definidos sus contornos. (Quintana, M. E compiladora,
1995).

Las obsidianas
En la mayoría de las regiones del mundo, las obsidianas son de composición
riolítica, pero los análisis químicos de las obsidianas cubanas las classifican
como andesíticas (Segura, S.R., 1973).

Picrita
En una próxima edición del glosario debe definirse por consenso, cuál de ellas
se propone recomendar para las rocas cubanas de este tipo.

Pórfido
En Cuba, es de amplio uso, refiriéndose a rocas de yacencia subvolcánica o
hipabisal y de composición ácida-media, por ejemplo, los pórfidos andesito-
dacíticos de la Fm. Los Pasos (v. andesita, Foto SF96-12/123).

Riolita
Este tipo de roca se presenta en la litología de las formaciones de los arcos
volcánicos cretácicos en Cuba central y del arco del Paleógeno en Cuba
oriental.

Riolita y plagioriolita, de los arcos volcánicos cretácicos en Cuba central:


En este tipo de estructura geológica de Cuba central, las riolitas se encuentran
en diversas unidades litoestratigráficas, por ejemplo en la Fm. Los Pasos del
arco de islas primitivo (PIA), y en la Fm. La Sierra de un arco más
evolucionado, de afinidad calcoalcalina con alto potasio.

Riolitas del arco de islas primitivo (PIA). Están bien representadas en la Fm.
Los Pasos, de edad Neocomiano-Aptiano, que se distribuye en las provincias
Cienfuegos, Villa Clara y Sancti Spíritus, de carácter bimodal, toleítica y que
forma parte del arco de islas primitivo de Cuba central. (Zelepuguin, V., y otros,
1986; Díaz de Villalvilla, L., 1988; Díaz de Villalvilla, L. Milia, I. Santa Cruz
Pacheco, M., 1998).
Las riolitas (y plagioriolitas) presentan estructura masiva, así como también
fluidal y bandeada.

La textura general es oligofídica hasta porfídica con tendencia


glomeroporfídica.
La matriz presenta textura microfelsítica y felsítica, aunque subordinadamente
puede existir la esferulítica, micropoiquilítica, y la microaliotromórfica -
microhipidiomórfica granular.

Los fenocristales componen desde el 3-5% hasta 20-25% del volumen de la


roca, representados por cuarzo y plagioclasa. El feldespato alcalino
prácticamente está ausente, por lo que la roca, desde el punto de vista
petrográfico, ha sido clasificada por algunos autores como plagioriolita.

Los fenocristales de cuarzo (5-20%), con tamaños que oscilan entre 0,5-3 mm.,
de formas variadas desde idiomórficas, subredondeadas, hasta irregulares,
frecuentemente corroídos por la matriz (Foto SF96-10/124.20). Los
fenocristales de plagioclasa, generalmente oligoclasa, entre 3-10%, aunque en
algunas muestras llegan a 12-15%, con tamaños de hasta 2-3 mm. Tienen
formas tabulares y prismáticas, cortas y alargadas; con frecuencia están
pelitizados, sericitizados y en algunos casos epidotizados, presentando a
veces pseudomorfosis.

Los fenocristales de anfíbol están ausentes o en poca cantidad (1-4%), con


hábito prismático alargado. Estos fenocristales aparecen muy cloritizados y
epidotizados, frecuentemente con pseudomorfosis total.

La matriz está constituida por un fino agregado de cristales de cuarzo y


plagioclasa, isométricos o irregulares, con tamaños entre 0,02-0,05 mm, que se
disponen con textura microfelsítica-felsítica y micropoiquilítica (Fotos SF96-
10/124.20; SF96-12/110.75) En los intersticios aparecen sericita y clorita.

Las alteraciones secundarias se expresan en la cuarcificación y cloritización de


la matriz, y en la sericitización y alteración a minerales arcillosos de las
plagioclasas. Existen vetillas rellenas de cuarzo, zeolitas, epidota y carbonato,
entre otros minerales.
Como minerales accesorios se reportan apatito, zircón, leucoxeno y otros.
Riolitas de arco de islas de afinidad calcoalcalina. Están bien representadas en
la Fm. La Sierra (Fotos 55618-1, 55618-1ª, 55618-1b, 55618-4), de edad
Campaniano, que se distribuye en las provincias de Camagüey y Las Tunas.

En el campo estas riolitas se diferencian bien por sus típicas estructuras


fluidales y bandeadas; además por sus colores rojizos, cremas y grises con las
tonalidades rosáceas del vulcanismo subaéreo y por su yacencia geológica.

La estructura es bandeada, microbandeada, fluidal, caótica, con fluctuación y


formas arremolinadas, perlítica y amigdaloidal. Las lavobrechas riolíticas
pueden ser masivas o fragmentarias.

Ellas presentan textura general esporadofídica, oligofídica y porfídica. En la


matriz predominan las texturas felsítica, microfelsítica, criptocristalina,
esferulítica, microesferulítica y subordinadamente microlítica, hialopilítica,
alotriomórfica granular, y otras.

En ocasiones los flujos de lava y de lavobrechas de composición ácida


presentan algunas características texturales parecidas a las de los flujos
piroclásticos (Fotos 10799, 28502, 30007).

Los fenocristales aparecen desde 2-5% hasta 15-20%, representados


principalmente por plagioclasa sódica, mica biotita, cuarzo y en escasa
cantidad feldespato potásico. Sus tamaños fluctúan entre 2-4 mm y a veces
están orientados con una determinada dirección producto de la fluidez.

Los fenocristales de plagioclasa (oligoclasa-andesina) tienen formas


prismáticas y tabulares, presentándose alterados a minerales arcilloso -
hidromicáceos hasta sericitizados; además pueden estar carbonatizados y
cuarcificados. En algunos casos se aprecian relícticamente y en otros la
pseudomorfosis es completa.

Los fenocristales de mica biotita, casi siempre parda, exhiben formas tabulares,
son relativamente frescos, aunque pueden estar cloritizados; en ocasiones con
abundante contenido ferruginoso.

Los fenocristales de cuarzo, con formas caprichosas y bordes sinuosos,


corroídos por el vidrio o la matriz.

En escasa cantidad pueden aparecer fenocristales de feldespato potásico,


euhédricos, con secciones de contornos cuadrados o prácticamente
hexagonales, estando los parámetros ópticos principales cercanos a la
sanidina.
Generalmente, la matriz está constituida por un agregado de cuarzo y
feldespatos, así como por pequeñas escamitas de mica, entre otros. Es común
encontrar un fino agregado de cuarzo y feldespato, que se dispone con textura
felsítica y microfelsítica, presentando diferente grado de recristalización, hasta
encontrarse zonas y bandas compuestas por un mosaico granoblástico o
alotriomórfico.
Son frecuentes los esferulitos, constituidos por fibras de feldespato formando
una textura fibrosa radial, combinadas con capas concéntricas que determinan
una típica textura esferulítica. Sus tamaños son variados, pero predominan
entre 0,5-2 mm, a veces con forma elipsoidal.

Algunos centros de los esferulitos lo constituyen cristales de plagioclasa,


cuarzo y mica. Ocupando los espacios entre ellos hay componente silíceo en
alguna de sus variedades. Se debe señalar que a veces los esferulitos son
bastante peculiares, ya que tienen tamaños mayores, formas sinuosas y
aspecto digital. Las fibras que los constituyen se pueden presentar de manera
bifurcada, arborescente y plumosa, donde en ocasiones se yuxtaponen y
encajan unos con otros. En ocasiones están penetrados por la matriz,
apareciendo divididos en diferentes partes.

Rocas piroclásticas
En Cuba están presentes todos los tipos de rocas piroclásticas en diferentes
ambientes geotectónicos.

En la clasificación de la escuela rusa, el nombre de rocas tobáceas se aplicaba


a las rocas con < 50% de material piroclástico, mientras el término de tufitas se
reserva a aquellas que contienen entre 50-90% de material piroclástico. Se
recomienda no continuar utilizando la clasificación de la escuela rusa.

Shoshonita en el sistema de arcos volcánicos de Cuba central.


Han sido descritas en las Formaciones Camujiro y Guáimaro.
Son rocas en las que a simple vista se observan gran cantidad de fenocristales.
La diferenciación correcta entre traquibasaltos, traquiandesita basáltica y
shoshonitas solo puede hacerse mediante análisis químico, aunque hay
características petrográficas más típicas para las shoshonitas (olivino
abundante, menos cantidad de plagioclasa, mayor de feldespato potásico,
zeolitas, etc.), (Quintana, M. E., 1995).

Tienen textura porfídica, fenocristales de clinopiroxeno (30-50%) con tamaños


entre 3-6mm y excepcionalmente hasta 12 mm, fenocristales más pequeños de
plagioclasa, olivino, hornblenda basáltica y biotita. En algunas shoshonitas son
abundantes las formas relícticas de fenocristales idiomórficos de leucita,
totalmente sustituidos por una mezcla de zeolitas y feldespato (pseudoleucita).

La matriz presenta textura intersertal gruesa, traquítica o microlítica gruesa,


prácticamente holocristalina, y están compuestas por tableticas o microlitos
gruesos de plagioclasa, abundante piroxeno alotriomórfico, sanidina intersticial,
polvo metálico, leucoxeno y en ocasiones, granitos de pseudoleucita.

Tobas
Las tobas son muy abundantes en el territorio cubano y participan en la
composición de las secuencias correspondientes a diferentes estructuras
geológicas, por ejemplo: a la asociación ofiolítica, como parte de una cuenca
de retroarco y principalmente a los sistemas de arcos volcánicos del Cretácico
y del Paleógeno.

En la región de Pinar del Río se presentan en la Formación Orozco tobas


vítreas de composición ácida, y tobas de composición heterogénea,
características para la zona de cuenca de retroarco (Cruz, E. M. 1997).

En las provincias villaclareñas y camagüeyanas de Cuba central están


ampliamente representadas las tobas de variada composición y granulometría,
correspondientes al sistema de arcos volcánicos del Cretácico y que se
sistematizan, por ejemplo, en las Formaciones Los Pasos, Cabaiguán, Seibabo
y Dagamal, de composición ácida y medio–ácida; Fm. Matagua de composición
basáltica, andesito–basáltica y andesítica; Fm. Guáimaro y Camujiro con tobas
de composición andesítica, andesito-basáltica y basáltica y sus variedades más
alcalinas, así como en las Formaciones Piragua y Caobilla, las tobas son de
composición ácida y media (Díaz de Villalvilla et al., 1986).

Tobas reportadas en cuencas de retroarco


Formación Orozco.
Las tobas están representadas por secuencias de rocas masivas, y también
con estratificación en ocasiones no bien definida y de espesor variado,
presentando tonalidades grises, blanco grisáceas hasta blanca, a veces
verdosas, con granulometría de cenizas de grano fino hasta gruesa, pudiendo
llegar a lapíllica. Las tobas de cenizas fina son las más abundantes, son
principalmente vítreas de partículas angulosas y agudas con formas curvas,
media luna y de horquetas de composición ácidas. Presenta cristales de cuarzo
y plagioclasa, donde en las variedades de grano medio a lapíllicas se pueden
presentar cantidades significativas de fragmentos de basalto, que podrían
clasificarse como tobas de composición heterogénea. (xenotobas en la
clasificación de la escuela rusa) (Zelepuguin, V. et al, 1980). En las tobas y
tufitas de la Fm. Orozco se han reportado radiolarios, con diferente grado de
preservación y datados del Cretácico por E. Flores en (Zelepuguin, V. et al,
1980).

Tobas del arco volcánico cretácico


Formación Mataguá. (Fotos 832; 55109)
Las tobas son de composición basáltica y andesito-basáltica,
subordinadamente andesítica, con granulometría de cenizas gruesa, lapíllica y
aglomerática.

Están representadas principalmente por las variedades litocristalinas, con


textura litocristaloclástica. El material piroclástico compone el 60-85% del
volumen de la roca, predominando los litos de basaltos, andesito-basaltos y
andesitas, con texturas porfídica y matriz hialopilítica e intersertal.
Subordinadamente se observan fragmentos de basaltos afíricos.
Los cristales están representados por plagioclasa y clinopiroxeno y en algunos
casos por hornblenda. En las variedades de cenizas y lapíllicas predominan los
tamaños desde 0,5 a 4 mm.

El cemento tiene carácter de poro y de contacto y está compuesto por un fino


material piroclástico, conjuntamente con una masa carbonatizada. En
ocasiones está representado por una masa clorítica con numerosos microlitos
de plagioclasa.
Las alteraciones secundarias están representadas por la cloritización,
albitización y carbonatización.

Formación Cabaiguán. (Fotos 55377; 55236)


Tanto las tobas, (como las tobas de composición heterogénea, denominadas
como xenotobas en la clasificación de la escuela rusa) tienen granulometría de
cenizas gruesa, con menos frecuencia de cenizas de grano fino, de
composición dacítica (riodacítica) y andesito-dacítica.

Se presentan las variedades cristalovítreas, cristalinas y litocristalovítreas. Los


fragmentos componen entre 35-70% del volumen de la roca y están
representados por esquirlas de vidrio ácido, fragmentos líticos de dacitas,
andesito-dacitas, andesitas, riolitas (?), cristales de plagioclasa, piroxeno,
feldespato potásico (?) y en algunos casos, por fragmentos de calizas y otras
rocas. El tamaño de los fragmentos varía entre 0,1-0,5 mm.

El cemento está constituido por un material fino piroclástico, a veces


recristalizado.

Las alteraciones secundarias que se determinan son la pelitización,


cloritización, sericitización y en algunos casos la albitización, cuarcificación y
carbonatización, desarrolladas principalmente en la masa cementante de la
roca. Así, las características principales de estas tobas son su dimensión de
cenizas, su composición moderadamente ácida y la presencia del componente
vítreo ácido.

Formación Dagamal. (Foto 55991-7)


Para esta formación Hatten, C; y otros (1958) separaron dos tipos de tobas:

1. Tobas claramente estratificadas, con estratos desde finos hasta gruesos


y colores verde grisáceo claro hasta verde olivo.
2. Tobas litocristalinas masivas, cocinadas, ignimbritoides, de dimensión
lapíllica, con colores desde verde olivo hasta verde gris.

Zelepuguin, V. y otros (1986); y Díaz de Villalvilla, L. (1988), describen que en


estas secuencias la dimensión del material piroclástico varía entre cenizas y
lapíllica, con una composición que va desde andesítica (para las tobas
cristalinas) hasta riolítica (en las tobas vítreas), predominando las primeras. En
esta secuencia estratificada las tobas andesito-dacíticas están representadas
por la variedad cristalovítrea de cenizas; en las cuales los cristales representan
un 25-30% del volumen de la roca, con participación de plagioclasa en un 20-
25% y clinopiroxeno en un 5%. La masa cementante de color pardo oscuro se
altera a material arcilloso.

Los fragmentos de rocas están representados por andesitas de la Fm. La


Rana. El componente cristalino lo constituyen el diópsido en grandes cristales,
la plagioclasa (andesina) en pequeños cristales y la hornblenda. Entre los
fragmentos se puede encontrar vidrio isotrópico de color pardo y pardo claro.

Formación Bruja. (Fotos 55212; 55212a)


En menor proporción que las lavas también integran la composición de la Fm.
Bruja secuencias de tobas principalmente vitrocristalinas, donde se observan
vitroclastos con formas de esquirlas alargadas, estriadas, acanaladas, a veces
vesiculares, conjuntamente con cristales de cuarzo y plagioclasa.

Formación Pelao. (Fotos H-2; H-2a, H-2b, H-3, 55200, 55200a, 34AV)
Es muy típico para esta formación las tobas soldadas de composición
traquiandesítica que se distribuyen en la provincia de Villa Clara. Están
compuestas por litos variados, así como cristales de plagioclasa, cuarzo,
hornblenda y mica biotita.

Los resultados de análisis químicos de estas tobas soldadas muestran


contenidos de SiO2 entre 59,6-61,7% y de álcalis entre 6,6-7,3%; valores altos
de Rb de 70 ppm y de Sr de 607 ppm, (Díaz de Villalvilla, L, 1988).

Formación Guáimaro. (Foto 55123-I)


Las tobas varían en granulometrías desde cenizas de grano fino hasta gruesa,
con predominio de las variedades más gruesas (lapíllicas).

Los fragmentos líticos constituyentes responden a una composición andesítica,


andesito-basáltica y basáltica, con predominio de las variedades de
traquibasaltos, traquiandesito-basaltos, traquiandesitas, etc. Es poco frecuente
la composición dacítica.

Los cristales presentes son de clinopiroxeno, plagioclasa y anfíbol. Los


contenidos y relaciones entre litos y cristales varían en las diferentes muestras.
Predomina el cemento con carácter de poro, compuesto por material
piroclástico, compuesto por litos y cristales con granulometría de cenizas y
diferentes alteraciones tales como cloritización, carbonatización, epidotización,
anfibolización, silicificación, biotitización y zeolitización.
Formación Camujiro.
Las tobas, tobas de lapilli y tobas de composición heterogénea están
compuestas por fragmentos de grano grueso (lapíllico), subordinadamente de
cenizas, donde las dimensiones oscilan entre 2-7 mm.

Las composiciones más frecuentes son las líticas, las litocristalinas y


subordinadamente las litocristalovítreas.

Los fragmentos líticos constituyentes responden a una composición andesítica,


andesito-basáltica y basáltica, con predominio de las variedades de
traquibasaltos, traquiandesito-basaltos, traquiandesitas, etc. Es poco frecuente
la composición dacítica. Generalmente, presentan texturas porfídicas,
determinadas por fenocristales de clinopiroxeno y plagioclasa con una matriz a
veces prácticamente holocristalina, y en otros casos, microlítica, intersertal,
hialopilítica, pilotaxítica y menos comúnmente felsítica.

Los cristales más frecuentes son de plagioclasa y clinopiroxeno. También


participan fragmentos de vidrio con formas alargadas, acanaladas y estriadas,
generalmente cloritizados.

El cemento puede tener carácter de poro y basal, donde los componentes


líticos y cristales presentan granulometría generalmente de cenizas.

Las alteraciones secundarias están representadas por la cloritización,


carbonatización, epidotización, desarrollo de minerales arcilloso-hidromicáceos
y en algunas zonas la zeolitización.

Formación Piragua. (Fotos 55426-1; 55436-1).


En esta formación predominan las tobas de granulometría de ceniza de grano
fino a grueso (0,1-2 mm), de composición ácida (dacítica – riodacítica) y con
diferentes composiciones: vítreas, vitrocristalinas, cristalovítreas, cristalinas,
cristalovitrolíticas y litocristalinas, etc.

Las vítreas por lo general son de tamaño de cenizas fina y composición


moderadamente ácida, con formas características de esquirlas y horquetas,
alteradas a minerales arcillosos, zeolitas y cloritas. Los cristales están
representados por plagioclasa (oligoclasa-andesina) y cuarzo.

Formación Vialla.
En sinonimia parcial con la Fm. Aguilar de edad Santoniano. Se distribuye en
las provincias camagüeyanas.
Son características para esta formación las tobas vítreas y vitrocristalinas de
composición predominantemente ácida y ácida-media. Los fragmentos de vidrio
exhiben sus típicas formas curvas, de media luna, horqueta, generalmente con
cuatro o más lados cóncavos, también placas planas, fibras o filamentos,
esquirlas alargadas fibrosas acanaladas o con estrías, entre otras.

Toba de composición heterogénea


En la literatura geológica de Cuba, siguiendo la clasificación de la escuela rusa,
se empleó el término de xenotoba para definir este tipo de roca. Se recomienda
no continuar utilizando el término de xenotoba, y emplear el término de toba de
composición heterogénea.

Las tobas y brechas de composición heterogénea están presentes en


numerosas formaciones del sistema de arcos volcánicos del territorio cubano. A
manera de ejemplo, se describen las de la Formación Camujiro, que se
distribuye en las provincias camagüeyanas, por ser uno de sus litotipos más
abundantes.

Independientemente del proceso genético que les diera origen, resulta una roca
volcánica, fragmentaria, brechosa o semibrechosa, abigarrada en diferentes
colores y tonos, con variaciones petrográficas dentro de una misma unidad. El
tamaño de los fragmentos varía de cenizas finas, hasta grandes bloques,
predominando en algunos casos los fragmentos subangulosos e irregulares,
pero existiendo también aproximadamente 20-35% de fragmentos
redondeados. Estos fragmentos son traquibasaltos, traquiandesito-basaltos,
shoshonitas, basaltos leucíticos, traquiandesitas y en menor proporción
andesitas, andesito-basaltos y basaltos de composición calcoalcalina normal.
En los afloramientos de estas tobas de composición heterogénea
(aglomerados, tobas aglomeráticas y brechas), se observa que una gran parte
de los fragmentos se encuentran soldados entre sí, sin ningún tipo de cemento,
o si existe es pobre, de poros y de contacto, estando representado dicho
cemento por material tobáceo fino, parcial o totalmente sustituido por analcima,
otras zeolitas, calcita, clorita, minerales arcillosos, etc. (Quintana, M.E.,
compiladora, 1995).

Toba de lapilli
En la región de Camagüey, en las Formaciones Guáimaro y Camujiro, abundan
las tobas de lapilli. El tamaño de los piroclastos oscila entre 2 mm y 4 cm.

En la Fm. Los Pasos, de edad Neocomiano-Aptiano, que se distribuye en la


parte sur de las provincias villareñas, están bien representadas las tobas de
lapilli.
Díaz de Villalvilla, L., y otros (1998) las describen en el depósito San Fernando,
donde ellas constituyen la roca hospedera de la mineralización y representan
un importante criterio litológico para la prospección.
La composición de los fragmentos es ácida y se encuentran litos de riolitas y
dacitas, en un 10-35%. Los litos tienen tamaños entre 2 mm y 4 cm, pocas
veces llegan a 6 cm y con formas subredondeadas. Existen 20-40% de
cristales de cuarzo con formas variadas, desde angulosas a semiredondeadas
y subidiomórficas, frecuentemente rotos, a veces corroídos. Aparecen también
cristales de plagioclasa en un 8-13% de composición oligoclasa, oligoclasa-
andesina y andesina con formas tabulares y prismáticas, a veces rotos e
irregulares, y con menos significación aparecen litos de plagiogranito,
fragmentos de vidrio, fragmentos de toba vítrea y vitrocristalina ácida, en
cantidades variables.
El cemento tiene carácter de poro y basal, en ocasiones con pseudofluidez.
Con frecuencia está enmascarado por los intensos procesos hidrotermales,
metasomáticos y de mineralización que afectan a estas rocas. Predomina el
cuarzo, sericita, clorita, pirita, esfalerita y otros. (Foto SF96-10/164.80). Tanto
en las tobas de lapilli, como en las brechas de San Fernando, se observan en
el cemento fragmentos de vidrio con las típicas formas de horqueta. (Foto
HG94-1/227.35).

Toba vítrea
Ejemplos representativos de tobas vítreas los encontramos en las Formaciones
Cabaiguán, Hilario, Piragua, Los Pasos, Orozco y otras. (V. Toba).

En el sistema de arcos volcánicos de Cuba central las traquiandesitas se


reportan en las Formaciones Guáimaro, Camujiro y Martí. (Fotos 56099; 56146-
3)
Presentan estructura masiva o semifluidal, textura porfídica y glomeroporfídica,
en menos ocasiones oligofídicas. Pueden tener hasta 30-40% de fenocristales,
con predominio de los de plagioclasa sobre los de piroxeno y hornblenda,
raramente biotita. Algunos investigadores reportan predominio de los
fenocristales de piroxeno.

Los fenocristales de plagioclasa del tipo albita-oligoclasa y andesina tienen


tamaños variados de hasta 2-3 mm y principalmente son de formas tabulares
cortas. Ellos se presentan con maclas, zonación y alteración a minerales
arcilloso-hidromicáceos.

Los fenocristales de piroxeno son del tipo monoclínico, tienen formas


prismáticas, tanto cortas como alargadas y presentan tamaños predominantes
entre 0,6 y 1,6 mm. Aunque pueden ser mayores, hasta 3-4 mm, en ocasiones
maclados y casi siempre anfibolizados y carbonatizados.

Los fenocristales de hornblenda igualmente exhiben formas prismáticas cortas


y alargadas, con tamaños entre 0,8-1,8 mm predominantemente. Presentan un
color verde y pleocroismo característico, y en algunos casos, presentan
carbonatización, epidotización y cloritización.
Componen la matriz finos microlitos de plagioclasa y feldespato potásico
(ortosa) muy unidos unos a otros, con disposición fluidal y clara orientación en
torno a los fenocristales. Presenta una tendencia a la textura traquítica. En
algunas muestras esta textura no está bien expresada y se manifiesta
intermedia entre intersertal y traquítica o microlítica, traquítica, cristalina y en
algunos casos felsítica, hialopilítica y pilotaxítica (Foto 55403). Las lavobrechas
traquiandesíticas son muy semejantes, tiene fragmentos de igual composición,
con cierta frecuencia aparecen lavas vítreas englobando fragmentos
traquiandesíticos mejor cristalizados.

Traquibasalto (del sistema de arcos volcánicos de Cuba


central)
Se relacionan principalmente con las Formaciones Guáimaro y Camujiro, que
se localizan en las provincias de Camagüey y Las Tunas.

Esta roca básica, tanto las alcalinas como las subalcalinas, tiene las
características petrográficas bastante parecidas con los basaltos descritos para
las provincias camagüeyanas.

En algunas muestras, los traquibasaltos presentan amígdalas con tamaños


variables, hasta 5-6 mm. Poseen textura porfídica en ocasiones con tendencia
a glomeroporfídica. Los fenocristales llegan a constituir hasta más del 40% de
su volumen, con predominio de los fenocristales de piroxeno sobre la
plagioclasa, aunque también se ha descrito lo inverso.

El piroxeno más común es la augita con diferentes tipos de maclas y


crecimientos íntimos entre los cristales. Frecuentemente se pueden encontrar
relativamente frescos. El tamaño varía de 3-6 mm y en algunos afloramientos
llegan a ser mayores de 1-2 cm. Se manifiestan en formas de prismas cortos y
gruesos o con alargamiento paralelo al eje c, algunos con sistemas de trazas
de exfoliación con 87 y 93° (Fotos 55400; 55396), (Zelepuguin, V, y otros
1986).

Los fenocristales de plagioclasa tienen composición andesina-labrador con


formas tabulares y prismáticas, presentando tamaños menores que el piroxeno.
En la Formación Guáimaro es muy característico el tamaño seriado de los
fenocristales de plagioclasa y su alteración, ya que pueden estar
saussuritizados, pelitizados y desanortizados.

La matriz presenta como texturas más características la intersertal, microlítica,


traquítica, así como prismática granular seriada. En la Fm. Guáimaro la textura
llega a ser prácticamente holocristalina, algo muy característico para estas
rocas. (Zelepuguin, V., et al, 1986) (Foto 55396). En su constitución participan
listoncillos y listones de plagioclasa con formas prismáticas y tamaños
seriados, en algunos casos con formas tendientes a rectangulares.
Frecuentemente, la textura es una variedad de la intersertal, ya que los
listoncillos de plagioclasa no llegan a cerrar la figura. Ocupando los espacios
entre ellos hay cristales de piroxeno y vidrio, parcialmente alterados o
desvitrificados, y en ocasiones, cristales de analcima. En las rocas
subvolcánicas de este tipo, en la Fm. Camujiro, son descritas sanidina y
pseudoleucita, (Quintana, M. E., compiladora, 1995).
Traquiandesita basáltica (del sistema de arcos volcánicos en
Cuba central)
Son rocas con marcada tendencia alcalina que abundan en las Formaciones
Camujiro y Guáimaro. Se encuentran como derrames de lavas y cuerpos
subvolcánicos.

Son rocas masivas y/o amigdaloidales, con amígdalas entre 5-25%, raramente
algo fluidales de colores pardos y pardos-violáceos. Son rocas porfídicas con
fenocristales de andesina de 25-45%, clinopiroxeno augita de 15-20 %, así
como hornblenda parcial o totalmente reabsorbida hasta 10%. Las rocas
subvolcánicas tienen menos cantidad de plagioclasa u hornblenda y presentan
raros cristales de biotita. (Quintana, M. E., compiladora, 1995).

La matriz en los cuerpos subvolcánicos es cristalina, formada por tablillas de


plagioclasas sódicas, granitos de clinopiroxeno y feldespato potásico no
siempre identificable.

Las lavobrechas traquiandesitas basálticas también son abundantes. Se


diferencian de las lavas por la presencia de fragmentos de igual composición,
pero con diferentes texturas y grado de cristalización, entre otros aspectos. La
mayoría de las veces están intensamente oxidadas.

Traquidacita del sistema de arcos volcánicos de Cuba central


Se reporta en varias formaciones principalmente en la Fm. Piragua y la Fm.
Martí, las cuales se distribuyen en las provincias de Camagüey y Las Tunas.
La roca presenta estructura débilmente fluidal y textura porfídica.

En los cuerpos subvolcánicos, generalmente, estas rocas tienen colores


violáceos o beige. Los fenocristales de plagioclasa alcanzan un 5-15% y son de
composición (An 18-30). La matriz está más cristalizada que en las dacitas y
tiene textura intersertal gruesa y microlítica, algo traquítica, a veces
micropoiquilítica. Con frecuencia están sericitizadas, cuarcificadas,
hidrobiotitizadas, epidotizadas o cloritizadas, (Quintana, M.E., compiladora,
1995).

Las lavas presentan colores crema, verde pálido o violáceo. Son porfídicas con
fenocristales de plagioclasa de composición oligoclasa y minerales máficos,
representados por hornblenda verde o parduzca y por biotita algo oxidada y de
cuarzo. La matriz puede ser felsítica, de fina a gruesa, micropoiquilítica,
(Quintana, M.E., 1995).

Traquitas del sistema de arcos volcánicos de Cuba central


Estas rocas no son muy abundantes en Cuba. Se describen en las
Formaciones Martí y Camujiro.
Son rocas violáceas, masivas, de textura general porfídica a esporadofídica.
Los fenocristales varían de 2-20%. Predominan los de oligoclasa, menos los de
sanidina y son escasos los de biotita oxidada o absorbida. (Quintana, M. E.,
compiladora, 1995).

La matriz tiene textura traquítica, formada por listoncillos de sanidina y


oligoclasa densamente unidos, poco polvo metálico, cristalitos de apatito y
agregados terrosos de leucoxeno. A veces se encuentra cuarzo primario. Las
rocas pueden estar frescas o alteradas por hidrobiotitización y cuarcificación.

Tufitas
En la mayoría de las formaciones volcánicas del territorio cubano participan las
tufitas (rocas tobáceas) de diferente granulometría.

Por ejemplo, en la Fm. La Rana, de edad Coniaciano-Santoniano, que se


distribuye principalmente en la provincia de S. Spíritus, se describen
conglomerados tobáceos con las siguientes características: se componen de
fragmentos con dimensiones que varían entre 3-5 cm hasta 20-30 cm y como
promedio oscilan entre 5-10 cm. Los fragmentos de lapilli y bombas más
pequeñas tienen mejor redondeamiento que las bombas de mayor tamaño. A
veces también participan bloques. Los fragmentos constituyen el 60-70% del
volumen de la roca y están compuestos por andesitas de un aspecto bastante
fresco. El material cementante está compuesto por fragmentos de rocas
tobáceas de menor granulometría (areniscas tobáceas, limolitas tobáceas),
rocas sedimentarias de diferente granulometría con aporte piroclástico. Con
menos frecuencia aparecen cristales de plagioclasa y piroxeno. También se
observa clorita, minerales arcillosos y otros.

2.5.5. Descripciones de rocas típicas del grupo de rocas volcánicas


y del grupo de rocas volcanoclásticas en diferentes ambientes
tectónico en Cuba oriental

Se caracterizan los litotipos de origen volcánico y volcanoclásticos que se


desarrollan en el territorio de Cuba oriental. Estos litotipos son producto de la
actividad de los arcos de islas volcánicos del Cretácico y el Paleógeno en el
territorio. Estas secuencias tienen sus particularidades, teniendo en cuenta su
posición en las distintas cuencas del archipiélago volcánico del paleoarco y
neoarco. En este trabajo no hacemos referencia a los basaltos del complejo
efusivo-sedimentario de origen ofiolítico, ya que dada su interacción con las
rocas de origen de arco, se hace difícil su separación. El material consultado
responde a las exigencias para este tipo de trabajo, ya que se cuenta con la
representatividad necesaria para cada tipo de roca.

Para definir problemas texturales y de % de contenidos, con vistas a


definiciones litológicas, se revisaron secciones delgadas. Las rocas volcánicas
prácticamente no tienen cambios en su clasificación original. Solamente se
eliminan los términos siguientes: dolerita, liparita, liparita-dacita y los términos
porfiritas en el nombre de la roca. En el caso de las rocas volcanóclasticas,
éstas tienen cambios significativos, ya que existen variaciones en su nombre
original, debido a las nuevas consideraciones para la clasificación litológica,
teniendo en cuenta la proporción entre el material piroclástico y el sedimentario,
así como en las dimensiones de los fragmentos que la componen. Estas rocas
fueron clasificadas anteriormente teniendo en cuenta los criterios de las
escuelas del antiguo campo socialista.

Con la utilización de la nomenclatura actual se elimina un término muy usado


en las rocas de esta región, que son las tufitas, las cuales se mantienen como
grupo genérico. Desaparece el prefijo xeno en las tobas, se elimina el término
vulcanomíctico que representa el material volcánico redepositado, así como las
fracciones pelítica, psamítica y de grava en las tobas. En el caso de las tufitas
estas pasan a la nomenclatura de tobas o rocas tobáceas, en dependencia de
la proporción del material piroclástico. Las rocas tobáceas pueden pasar a
sedimentarias si tienen menos del 25% de material piroclástico.

Teniendo en cuenta el tamaño de las partículas, con la clasificación actual se


simplifica la terminología; se incluyen las tobas pelíticas dentro de las tobas de
cenizas finas, y las tobas aleuríticas caen dentro de las tobas de grano fino y
grueso. Las tobas psamíticas se incluyen dentro de las tobas de ceniza gruesa,
las tobas de grava dentro de las lapíllicas, y las tobas lapíllicas caen en el
mismo campo homónimo de la clasificación actual. Las tobas aglomeráticas
caen en el campo de las tobas lapíllicas actuales o en los aglomerados o
brechas piroclásticas. Las hialoclastitas e ignimbritas mantienen su
nomenclatura antigua, teniendo en cuenta que responden a características
texturales.

Se exponen las características petrográficas fundamentales de las rocas


volcánicas y volcanoclásticas (piroclásticas y las mezclas piroclásticas-
epiclásticas) de la región de Cuba oriental. Se describen los diferentes litotipos,
teniendo en cuenta su presencia y desarrollo en las diferentes regiones, donde
su aparición es una característica fundamental del corte geológico. Las
regiones descritas son las siguientes:

Rocas del arco volcánico del Paleógeno en la región de la Sierra


Maestra.
Rocas del arco volcánico del Cretácico en la región Mayarí-
Baracoa.
Rocas del arco volcánico del Paleógeno en la región Mayarí-
Baracoa.
Rocas del arco volcánico del Cretácico en la región Holguín.

Rocas del arco volcánico Paleógeno en la región de la Sierra Maestra


Desde el punto de vista petrográfico, las rocas volcánicas de la región han sido
denominadas como basaltos, andesita-basaltos, andesitas, andesita-dacitas,
dacitas, riodacitas y riolitas. Estas rocas están presentes tanto en facies
estratificadas y también formando diversos cuerpos subvolcánicos de diferente
denominación, como diques, stocks, necks, sills, cuerpos extrusivos, etc.
Teniendo en cuenta la clasificación QAPF, según Strekeisen, 1979 en Le
Maitre 1989, estas rocas se clasifican en:

Rocas andesito-basálticas.
Rocas riolito-dacíticas.

Las rocas denominadas petrográficamente como basaltos caen en el campo


10, las andesito-basaltos en los campos 5, 9 y 10, las andesitas en el campo 5
y 10, las dacitas en el campo 5, las riodacitas en el campo 4 y 5 y las riolitas en
el campo 4. Raramente muestras de riodacitas caen en el campo 3b. De
acuerdo a la ubicación de estas muestras en el gráfico QAPF, son rocas con
predominio de las fases mineralógicas plagioclasa-cuarzo, con poco desarrollo
de feldespato alcalino, tanto en los fenocristales, como en la masa principal.
Las mismas no contienen feldespatoides.

Rocas del arco volcánico del Cretácico en la región Mayarí-Baracoa

Se describen los depósitos volcánicos de origen explosivo, efusivo y


volcanoclásticos, siendo los primeros los que mayor desarrollo tienen.

La actividad magmática efusiva está representada por basaltos, andesita-


basaltos, andesitas y dacitas, las cuales se encuentran con desarrollo limitado,
prevaleciendo las rocas básicas a intermedias.

Rocas del arco volcánico Paleógeno en la región Mayarí-Baracoa

Abarca las rocas volcánicas y volcanoclásticas del Daniano - Eoceno Medio.


Las rocas volcánicas descritas para la región están representadas por escasos
mantos de basaltos, andesitas basálticas, andesitas y dacitas, según diversos
autores.

En los trabajos realizados en el área por Méndez, I. (1998), solo fueron


mapeadas rocas volcánicas de composición andesito- basálticas y andesíticas.

Rocas del arco volcánico del Cretácico en la región de Holguín

En esta región aparecen rocas volcánicas y volcanoclásticas, con gran


propagación y desarrollo, pero muy afectadas por la tectónica. Constituyen un
complejo efusivo con composiciones desde básicas hasta ácidas, formando
mantos, diques y cuerpos subvolcánicos.

Aglomerados tobáceos (del arco volcánico paleógeno en la


región Mayarí-Baracoa).

Son típicos para el corte piroclástico de la región. Anteriormente se


denominaban como brecha conglomerática. Se presentan masivos hasta con
estratificación visible, y tienen tonalidades verdosas y amarillentas.
Están formados por fragmentos sub-angulares a redondeados de tobas,
efusivos básicos a medios, con incorporación de fragmentos calcáreos. El
cemento es tobáceo, deleznable del tipo de contacto y basal. Este cemento
presenta una composición andesítico-basáltica.

Según determinación de DRX, está caracterizado por la presencia de


abundantes minerales arcillosos del grupo de la montmorillonita, además de
feldespato, zeolita, muy poca calcita, cuarzo, vidrio volcánico y trazas de
laumontita.

Andesitas (del arco volcánico paleógeno de la Sierra Maestra)


(Foto 1)

Son rocas muy comunes y están desarrolladas en todo el corte del arco
volcánico. Son las más abundantes en la composición de los cuerpos
subvolcánicos. En ellas predomina la fase mineralógica plagioclasa tanto en
fenocristales como en la masa. El clinopiroxeno y la hornblenda son elementos
escasos y raros en la roca. La plagioclasa se presenta zonada en ocasiones,
es de composición andesina a labrador, con procesos de desanortización y
albitización. Estas rocas se caracterizan por texturas variadas en su masa
principal, predominando la intersertal, pilotaxítica y microlítica. Son rocas muy
afectadas por procesos de cloritización, epidotización, silicificación y
sericitización. Con menor desarrollo aparece la carbonatización, pelitización y
oxidación. Más raramente están afectadas por la zeolitización, prehnitización,
anfibolización y otras alteraciones.

Andesitas (del arco volcánico paleógeno de la región Mayarí-


Baracoa Foto 2)

Tienen coloraciones gris oscuras, son porfíricas y amigdaloidales. Se observan


fundamentalmente fenocristales de plagioclasas. Son escasos los
fenocristales de clinopiroxenos. Los fenocristales de plagioclasa son de
tamaños seriados, con dimensiones de hasta 3.76 mm. Tienen una
composición media básica. La masa presenta una textura hialopilítica con
partes pilotaxítica formadas por microlitos de plagioclasas, mineral metálico y
vidrio volcánico oxidado de color pardusco con índices menores al bálsamo.

Andesitas (del arco volcánico cretácico de la región de


Holguín)

Tienen colores grises y verdosos, con tonalidades violáceas y azulosas. Son


rocas porfíricas, con fenocristales de plagioclasas, anfíboles y clinopiroxenos.
Los fenocristales presentan tamaños generalmente de 0.5 mm.
Andesita anfibólica. Presenta fenocristales de plagioclasa (24,9 %), anfíbol (9,9
%), minerales opacos (3,3 %) y masa principal (61,9%). Presenta una textura
intermedia entre hialopilítica y pilotaxítica.

Andesita anfibólica subvolcánica. Presenta fenocristales de plagioclasa (48,3


%), anfíbol (13,7 %), minerales de alteración (9,7 %), minerales opacos (0,7 %)
y una masa principal (27,6 %). Presenta una textura cercana a la pilotaxítica.

Andesita anfibólica cuarcífera. Presenta fenocristales de plagioclasas (56.5 %),


anfíbol (17.6 %), cuarzo (0.3 %), minerales opacos, (1.3 %) y una masa
principal (24.3 %). Presenta una textura pilotaxítica y microholocristalina.

Andesita anfibólica piroxénica. Presenta fenocristales de plagioclasa (32,2 %),


anfíbol (1,2 %), piroxeno (1,2 %), minerales opacos (2,2 %) y una masa
principal (63,2 %). Presenta una textura transicional, entre pilotaxítica e
hialopilítica.

Andesitas y basaltos perlíticos. Son rocas porfíricas con una masa vítrea y a
veces son rocas amigdaloidales. Presentan colores gris- oscuro a negruzco.
Según los análisis químicos, su composición varía entre andesítica y basáltica.

Según determinaciones realizadas a la masa perlítica, esta se compone de


vidrio (60-65%), plagioclasa (20 %) que es andesina-labrador, hiperstena (10
%), diópsido (4-8%), minerales de arcilla 5%, augita (1-2 %) y calcedonia
variable.

Andesitas (del arco volcánico cretácico de la región Mayarí-


Baracoa. (Foto 3)

Son rocas de coloración gris, con tonalidades verdosas y parduscas,


compactas, fracturadas en ocasiones, masivas, porfíricas y amigdaloidales. Las
mismas están afectadas por procesos de alteración.

Los fenocristales son de plagioclasas con sustituciones por prehnita, epidota y


calcita. La masa está formada por microlitos de plagioclasas, con textura
pilotaxítica e intersertal. Las amígdalas están rellenas por prehnita y cuarzo.

Andesita basáltica (del arco volcánico paleógeno de la Sierra


Maestra. (Foto 4)

Son rocas menos abundantes que los basaltos, predominando los colores
grises y pardos con tonalidades negras, verdes y cremas, escasamente
violáceas. La fase mineralógica más desarrollada y común es la plagioclasa,
que presenta características similares a los basaltos. Los clinopiroxenos están
como fase mineralógica subordinada, tanto en fenocristales como en la masa
de la roca.
La hornblenda y el olivino están presentes raramente y este último fue
reportado por Gyarmarti, P., 1983. La textura de la masa principal es menos
variada que en los basaltos, pero predominan la intersertal y pilotaxítica. Los
componentes de la masa principal son esencialmente las plagioclasas y el
mineral metálico. De forma subordinada aparecen clinopiroxeno, clorita, vidrio y
la esfena-leucoxeno. Más raramente se presentan óxidos e hidróxidos de hierro
y apatito. Las alteraciones son la clorita, epidota, calcita hidromicas, sericita.
Más raramente aparece la silicificación, pelitización y prehnitización.

Andesita Basáltica (del arco volcánico cretácico en la región


Mayarí-Baracoa. (Foto 5 y 6)

Estas rocas se presentan masivas, fracturadas, amigdaloidales y porfíricas.


Presentan colores grises, verde negro y violáceos, con tonalidades
combinadas. Producto del intemperismo toman coloraciones parduscas y
amarillosas.

Según la abundancia y distribución de los fenocristales, tienen estas rocas


texturas afíricas, oligofíricas, porfíricas y glomeroporfiricas, con tamaños
seriados y de dos generaciones. Se observan listones de plagioclasas y
clinopiroxenos, como fase cristalina intermedia entre los fenocristales y los
microlitos.

La fase mineralógica prevaleciente en los fenocristales es la plagioclasa,


escasamente aparece el clinopiroxeno. La plagioclasa es de composición
básica y se encuentran albitizadas o desamortizadas, con diferente grado de
alteración. En ocasiones se observan zonadas, con sustituciones por
saussurita, clorita, epidota, zeolita, calcita y politizadas. Más raramente están
sustituidas por cuarzo y anfíbol. El clinopiroxeno al parecer es pigeonita con
procesos de anfibolización.

La masa principal presenta texturas que pueden ser intersertal, intergranular,


variolítica, microlítica orientada, pilotaxítica e hialopilítica. Por lo general, estas
texturas se presentan combinadas.

La masa está formada por microlitos y listones de plagioclasas, gránulos de


clinopiroxenos que pueden estar o no presentes y en cantidades variables, al
igual que el mineral metálico. Los productos de alteración son diversos en su
naturaleza y proporción, estando representados por cuarzo, carbonatos,
epidota, saussurita, minerales arcillosos, prehnita, albita, sericita, pirita y óxidos
e hidróxidos de hierro. Las amígdalas son de diferentes formas y tamaños y se
encuentran rellenas de cuarzo, clorita, prehnita, calcita, hidromicas,
indistintamente o en combinaciones.

El mineral metálico se observa como diseminaciones y en forma esquelética,


asociado a las variolas, las cuales están constituidas por clinopiroxenos.
Andesita basáltica (del arco volcánico paleógeno en la región
Mayarí-Baracoa. (Foto 7)

Son rocas de color negro. Presentan fenocristales de dos generaciones de


plagioclasas, con tamaños entre 2.44 mm y 2.82 mm, Estas rocas se presentan
zonadas y de composición básica. Componen el 25-35 % de la roca. La masa
principal posee una textura intersertal-hialopilítica, con menos desarrollo de la
sub-ofítica. La misma está formada por amígdalas, microlitos de plagioclasas,
gránulos de clinopiroxenos, vidrio volcánico de color verde, débilmente
polarizante.

Estas rocas se encuentran afectadas por procesos de cloritización y


anfibolización.

Andesita basáltica (del arco volcánico cretácico de la región de


Holguín)

El color de estas rocas es gris pardusco, gris verdoso y gris oscuro. En


ocasiones presenta tonalidades rojizas, violáceas y azuladas.

Estas rocas son porfíricas, llegando los fenocristales de plagioclasa hasta 15


mm de longitud, comúnmente presentan tamaños de 2-5 mm. La composición
de la plagioclasa es andesina y labrador. Los piroxenos son más pequeños de
hasta 0.5 mm y predomina la augita. La textura de la masa principal es
principalmente pilotaxítica e intersertal. Estas rocas están afectadas por
procesos de cloritización, argilitización, carbonatización, zeolitización,
piritización y silicificación.

Composición de una andesita-basáltica:


Fenocristales de plagioclasa (37,2) %, augita (11,4 %), minerales opacos (6,6
%) y la masa principal (44,8 %), la cual presenta una textura pilotaxítica.

Areniscas tobacéas (del arco volcánico del cretácico en la


región Mayarí-Baracoa)

Están constituidas por fragmentos de plagioclasas, clinopiroxenos, anfíboles,


fragmentos oxidados de rocas efusivas, fragmentos calcáreos y organismos, en
un cemento de poro y de contacto de naturaleza hidromicácea.

Areniscas tobáceas (del arco volcánico paleógeno de la Sierra


Maestra). (Foto 23)

Tienen estas rocas colores verdes, grises y negros, con tonalidades rojizas,
violáceas, azulosas y parduscas. Se presentan masivas, estratificadas y con
laminación. Representan una mezcla de material piroclástico y epiclástico,
frecuentemente con fauna y material calcáreo, formando el cemento en parte o
completamente. Se caracterizan por la presencia de rocas efusivas de
composición básica a media. Estos efusivos están alterados y oxidados,
presentando subordinadamente fragmentos con estructuras microfelsíticas,
rocas calcáreas y fragmentos zeolitizados. Además de los fragmentos de rocas
plutónicas y cornificadas, los fragmentos de los cristales presentan origen
piroclástico y sedimentario, generalmente de plagioclasas alteradas,
observándose más escasamente e indistintamente la presencia de
clinopiroxeno, anfíbol y cuarzo, así como también fragmentos vítreos alterados.
El cemento de estas rocas es variado, pudiendo ser de diferentes mezclas o de
calcita. Es del tipo de contacto, poroso y basal. El mismo se compone de
material pelítico de cuarzo, clorita, carbonato y minerales arcillosos. También
presentan material criptocristalino no definido, material piroclástico, hidromicas,
cloritas y zeolitas. La calcita puede presentarse sola o mezclada con los
componentes anteriores, con la presencia en ocasiones de organismos
planctónicos y bentónicos. El material calcáreo exhibe procesos de
recristalización por lo general. Las areniscas tobáceas también están presentes
en las formaciones geológicas de las cuencas superpuestas del arco
paleógeno.

Basaltos (del arco volcánico paleógeno de la Sierra Maestra.


(Foto 8, 9 y 10)

Son muy abundantes en la región. Se presentan con una coloración oscura


(negro-parduscas), con tonalidades grises y verdosas y más escasamente,
violáceas y rojizas. Son rocas afaníticas y amigdaloidales, donde se destacan
los fenocristales de plagioclasas fundamentalmente. Escasamente son
vesiculares. La fase mineralógica más desarrollada tanto como fenocristales
como en la masa principal son las plagioclasas. Éstas se presentan en
ocasiones zonadas, con composiciones de labrador, andesina-labrador,
albitizadas y desanortizadas producto de las alteraciones presentes. La
plagioclasa se presenta en cantidades y tamaños variados, estando casi
ausente como aglomeraciones. También de forma subordinada se presenta
listonada como fase intermedia entre los fenocristales y los microlitos. El
clinopiroxeno se presenta subordinadamente como fenocristal y en la masa
principal. La composición determinada en algunas muestras es de augita y
pigeonita. La hornblenda basáltica y el ortopiroxeno se presentan muy
raramente. El olivino como fase mineralógica presente solo ha sido reportado
por Gyarmati, P., 1983, en Contribución a la Geología de Cuba Oriental. En los
basaltos la masa principal está formada principalmente por plagioclasa y
mineral metálico. Subordinadamente la masa principal está formada por
clinopiroxeno, clorita y vidrio, estando presente escasamente esfena-
leucoxeno, óxidos, hidróxidos de hierro y apatito. El mineral metálico por lo
general es magnetita, presentándose como microfenocristales, granos y
diseminaciones. Las alteraciones que más afectan a los basaltos son la
cloritización, sericitización, oxidación, prehnitización y carbonatización.
Subordinadamente se presentan la epidotización, silicificación y zeolitización,
donde localmente se desarrollan procesos fuertes de cornificación,
skarnitización, baritización, piritización, etc.
Basaltos (del arco volcánico cretácico en la región Mayarí-
Baracoa. (Foto 11)

Estas rocas se presentan masivas, fracturadas, amigdaloidales y porfíricas, con


colores grises, verde negro y violáceos, presentando tonalidades combinadas.
Producto del intemperismo toman coloraciones parduscas y amarillosas.

Según la abundancia y distribución de los fenocristales tienen texturas afíricas,


oligofíricas, porfíricas y glomeroporfiricas, con tamaños seriados y de dos
generaciones. Se observan listones de plagioclasas y clinopiroxenos como fase
cristalina intermedia entre los fenocristales y los microlitos.

La fase mineralógica prevaleciente en los fenocristales es la plagioclasa,


escasamente el clinopiroxeno. La plagioclasa es de composición básica o se
encuentra albitizada o desamortizada, presentando diferente grado de
alteración. En ocasiones se observan zonadas, con sustituciones por
saussurita, clorita, epidota, zeolita, calcita y politizadas. Más raramente están
sustituidas por cuarzo y anfíbol. El clinopiroxeno al parecer es pigeonita con
procesos de anfibolización.

Basaltos (del arco volcánico cretácico de la región de Holguín)

En estas rocas el color dominante es gris y gris oscuro, con tonalidades


violáceas y verdosas, y según el grado de alteración parda. Se encuentran
estos basaltos masivos, en almohadillas y amigdaloidales.

Presentan texturas afíricas y porfíricas. Los fenocristales son de plagioclasa,


comúnmente labrador. También aparecen piroxenos, con predominio de la
augita y en ocasiones con olivino. Éstos basaltos están afectados por procesos
de cloritización, argilitización, carbonatización, zeolitización y piritización, rara
vez están silicificados.

En la composición de los basaltos predominan los fenocristales de plagioclasa


labrador (63.2 %), Augita (27.4 %), Minerales opacos (41%), masa principal
(5.4 %). Presentan una textura microholocristalina.

Dacitas (del arco volcánico paleógeno de la Sierra Maestra).


(Foto 12)

Estas rocas se presentan por lo general de color gris verde a verde grisáceo,
en ocasiones gris pardo, y más raramente, gris violáceo o crema. La estructura
es porfírica, masiva, más raramente fluidal o amigdaloidal. Los fenocristales
son de plagioclasa y raramente se presenta el cuarzo o la hornblenda. La
plagioclasa presenta una composición ácida (albita-oligoclasa). Prevalece la
textura porfírica, subordinadamente la oligofírica y escasamente la
glomeroporfírica en los fenocristales. En la masa principal predomina la
microlítica felsítica, subordinadamente la micropoiquilítica y raramente se
observan la esferulítica, pilotaxítica e hialopilítica.

En los componentes de la masa principal predomina la plagioclasa y el material


felsítico. De forma subordinada se observa esfena - leucoxeno, mineral
metálico y apatito, escasamente clorita y óxidos de hierro. Raramente aparece
feldespato potásico. Las alteraciones fundamentales son la epidotización,
sericitización, cloritización y pelitización. De forma subordinada existen
procesos de oxidación y silicificación, raramente de carbonatización y
anfibolización.

Dacitas (del arco volcánico cretácico en la región Mayarí-


Baracoa)

Tienen estas rocas coloraciones grises, son masivas, con fracturación y son
porfíricas. Los fenocristales forman agrupaciones y son de plagioclasas de
composición media. Se observan escasos cristales de clinopiroxenos. La masa
principal tiene textura micropoiquilítica, pertítica, criptopertítica y esferulítica y
está formada por cuarzo y plagioclasa, pudiendo existir la presencia de
feldespato alcalino, pero es la plagioclasa la que prevalece. El mineral metálico
forma microfenocristales y se encuentra también en forma de agujas incluidas
en la masa de la roca.

Dacitas (del arco volcánico cretácico de la región de Holguín)

Estas rocas tienen colores gris violáceos, gris crema, crema, blanco grisáceo,
gris verde y crema blancuzco. En algunas partes contienen inclusiones
intratelúricas y exógenas, presentando fenocristales de plagioclasa, anfíbol,
biotita y cuarzo. En ocasiones el tamaño de las plagioclasas es de hasta 10
mm.

Dacitas anfibólicas biotíticas. Presentan fenocristales de plagioclasas (36,1 %),


anfíbol (8,3 %), biotita (2,3 %), minerales opacos (2,8 %), masa principal (50,1
%) y tienen una textura pilotaxítica.

Dacitas cuarcíferas anfibólicas. Presentan fenocristales de plagioclasas (45%),


cuarzo (13%), anfíbol (2,3 %), minerales opacos (0,9 %), masa principal (48,8)
% y presentan una textura pilotaxítica.

Diabasas (del arco volcánico cretácico en la región Mayarí-


Baracoa)

Aparecen conjuntamente con las rocas efusivas y volcanoclásticas. Tienen


coloraciones negra verdosas y verdosas parduscas.
Tienen textura subofitíca formada por granos de plagioclasa y clinopiroxeno
con zonación. Las plagioclasas se encuentran pseudomorfoseadas por
saussurita o sustituidas por prehnita. El clinopiroxeno se encuentra anfibolizado
y se presenta en ocasiones formando un mosaico de textura nematoblástica. El
mineral metálico aparece como impregnaciones y en granos idiomórficos hasta
irregulares.

Ignimbritas o Ignimbritoides (del arco volcánico paleógeno de


la Sierra Maestra). (Foto 24)

Estas rocas aparecen en áreas de la Gran Piedra y en el Campo Mineral El


Cobre, donde son muy características. Estas rocas presentan unas
coloraciones verdosas con tonalidades azulosas y rosáceas. Estas rocas se
observan en las muestras, afloramientos y secciones delgadas. Los lentes son
vítreos en forma de llamas o lenticulares. Por su granulometría, corresponden a
tobas lapíllicas o de cenizas gruesas, con composiciones andesíticas, dacíticas
y riodacíticas. Los fragmentos de vidrio están compuestos por material
criptocristalino no identificable, zeolitas e hidromicas. Contienen cristales de
plagioclasas de composición media básicas zonadas, que pueden estar o no
conjuntamente con clinopiroxeno. También aparecen cristales de plagioclasa
ácida y cuarzo. Se observan también litoclastos de rocas efusivas básicas o
ácidas y de rocas intrusivas. El cemento es similar al material de los lentes de
vidrios o compuesto de material microfelsítico con sericita, clorita e hidromicas.

Riodacita (del arco volcánico paleógeno de la Sierra Maestra).


(Foto 13)

Del grupo de las rocas ácidas éstas son las más abundantes en la región.
Tienen coloraciones grises con tonalidades violáceas y verdosas, más
escasamente verde gris, cremas, rojos violáceos y parduscos. En los
afloramientos se presentan porfíricas, más escasamente masivas, con
orientaciones de sus componentes amigdaloidales y vesiculares. Predominan
los fenocristales de plagioclasas. De forma subordinada se presenta el cuarzo
y raramente se observa la hornblenda y las plagioclasas en intercrecimientos
con el feldespato potásico. La textura de la roca es porfírica, oligofírica y
raramente es afírica o glomeroporfírica, con la masa principal microfelsítica y
microlítica, escasamente micropoiquilítica, esferulítica y raramente perlítica. La
masa principal está formada esencialmente por material felsítico,
subordinadamente por plagioclasa y mineral metálico. Escasamente se observa
apatito, esfena, leucoxeno, óxidos de hierro y raramente se desarrolla el
feldespato potásico. Las alteraciones más desarrolladas son la sericitización y
la presencia de hidromicas. También se desarrollan procesos de oxidación y
pelitización, y escasamente se observa carbonatización.
Riolitas (del arco volcánico paleógeno de la Sierra Maestra).
(Foto 14)

Estas rocas tienen colores blancos y grises, con tonalidades violáceas,


verdosas y cremas. En los afloramientos se presentan con estructuras
porfíricas y masivas, más raramente son fluidales y vesiculares. La fase
mineralógica fundamental como fenocristales es la plagioclasa de composición
albita. De forma subordinada se presenta el cuarzo y raramente aparece el
feldespato potásico con el cuarzo formando intercrecimientos. También se
observan micas. Tienen texturas porfíricas y oligofíricas, con la masa
microfelsítica, y más escasamente microlítica. Raramente se desarrollan las
texturas esferulítica y la micropoiquilítica. La masa principal está formada por
material felsítico fundamentalmente, y donde de forma subordinada, se
observan microlitos de plagioclasa y mineral metálico. Muy pocas veces
contienen óxidos de hierro, apatito y esfena – leucoxeno. Raramente
encontramos feldespato potásico. Las alteraciones fundamentales son la
sericitización, silicificación y epidotización, y en ocasiones se desarrolla la
anfibolización, oxidación y pelitización. Existe además la presencia de
hidromicas y clorita.

Tobas (del arco volcánico paleógeno de la Sierra Maestra)

Estas rocas presentan una gran distribución y desarrollo en el territorio. Por su


granulometría, van desde aglomerados y brechas piroclásticas a tobas de lapilli
y de ceniza de grano fino y grueso. Predominan las tobas de granulometría
lapíllica y de ceniza gruesa. Estas tobas se presentan masivas, con
estratificación fina, laminadas y con características fluidales. Tienen gradación
normal e inversa. Se presentan desde pobremente clasificadas a bien
clasificadas. Su composición es variada desde basálticas a riolíticas, también
de composición mezclada. Por lo general, están alteradas y afectadas por
procesos fuertes de intemperismo y oxidación. Desde el punto de vista
petrográfico, los aglomerados y brechas tobáceas no tienen descripción, ya que
en una sección delgada se caracteriza parte de sus fragmentos o del cemento.

Tobas lapíllicas (Fotos 15 y 16). Tienen coloraciones gris claro a blancas,


verdosas, grises oscuras a negra, carmelitas, y en ocasiones, con tonalidades
violáceas y rojizas. Varían su composición desde basálticas a riolíticas,
predominando las de composición andesita-basáltica y andesíticas, y hacia la
parte más oriental del territorio hay gran desarrollo de las ácidas. Abundan las
tobas de composición mezclada denominadas como xenotobas. Tienen
texturas cristalolíticas, litocristalina, líticas, vítreas y vitrocristalina,
predominando las dos primeras. Los cristales son de plagioclasas ácidas a
básicas y están bastante alteradas, junto con el clinopiroxeno, minerales
máficos y cuarzo, todos también muy alterados. Los fragmentos líticos por lo
general son de rocas efusivas, variadas por su composición y textura. Estos
fragmentos, también de forma subordinada, son de rocas tobáceas, areniscas
tobáceas y de rocas alteradas, más escasamente de rocas calcáreas,
intrusivas y otras de origen sedimentario. El material vítreo está presente
formando el cemento de la roca, generalmente desvitrificado o sustituido por
minerales secundarios y como fragmentos angulosos, fluidales o en forma de
lentes, constituidos por material clorítico, hidromicáceo, zeolítico y
microfelsítico. El cemento de estas rocas es de contacto y de poro. En
ocasiones está ausente y raramente es basal, compuesto de los materiales
antes descritos de dimensiones de ceniza fina o de productos de alteración
(clorita, hidromicas, zeolita, minerales arcillosos, calcita, cuarzo, material
pelítico, felsítico, agregados criptocristalinos no diferenciados, óxidos e
hidróxidos de hierro, etc).

Tobas de ceniza gruesa. (Foto 17 y 18)

Estas rocas se presentan con las coloraciones descritas para las tobas
lapíllicas, en dependencia de su composición y procesos de alteración. Son
masivas, estratificadas y con laminación. Su composición varía desde andesita-
basalto a riolitas. Sus texturas características son las cristalolíticas y
cristalovítreas. Aparecen además, las litocristalinas y líticas. Los cristales son
de plagioclasas ácidas, básicas y básicas-medias zonadas, alteradas,
presentando también cristales de cuarzo, clinopiroxeno y anfíbol. Los litoclastos
son de rocas efusivas de composición media-básica a ácida, raramente de
rocas intrusivas. El vidrio se presenta con diferentes formas, desvitrificado o
sustituido por minerales microfelsíticos, cloríticos e hidromicáceos. El cemento
por lo general es de contacto y de poro, aisladamente basal o en parte está
ausente. Tiene una naturaleza criptocristalina no diferenciable o de clorita,
hidromicas y zeolitas.

Tobas de cenizas fina.

Estas rocas tienen coloraciones gris verdosas, verdes, negro- verdosas y verde
gris. Se presentan masivas, estratificadas, laminadas y pseudofluidales. Tienen
texturas cristalolitoclásticas, cristalovitroclásticas, vitrocristaloclásticas y
vitroclásticas. Presentan una composición de andesitas a riolitas y en
ocasiones mezcladas, estando en desequilibrio los cristaloclastos en relación
con la masa vítrea más ácida. Los cristales son de plagioclasa andesina y
andesina-labrador. Están zonadas y presentan también clinopiroxeno,
hornblenda y cuarzo. El material vítreo generalmente forma el cemento basal
de la roca o está presente formando fragmentos angulosos y fluidales
sustituidos por zeolitas, hidromicas, cloritas, celadonita, sericita, minerales
criptocristalinos. Muestra una débil polarización. En estas rocas, en ocasiones,
se observa la presencia de foraminíferos planctónicos, formados por material
volcánico y silíceo.

Tobas (del arco volcánico cretácico en la región Mayarí-


Baracoa) (Foto 19 y 20)

Estas rocas dominan en el corte y están representadas por tobas de


composición básica a intermedias, más raramente ácidas (fundamentalmente
dacíticas), con granulometría de ceniza fina a lapíllicas, prevaleciendo las de
ceniza gruesa a lapíllicas. Tienen estas tobas texturas vitroclásticas,
vitrocristaloclásticas, cristalolitoclásticas y litocristaloclásticas principalmente.

Estas rocas presentan coloraciones cremas, gris oscuro, gris verdoso, verde
claro, variando éstas de acuerdo al intemperismo y procesos de alteración. Las
tobas de texturas vítreas presentan composiciones de andesitas-basaltos,
andesitas-dacitas, andesitas, dacitas y excepcionalmente riodacíticas, y
raramente se observan de composiciones mezcladas.

Los cristales son fundamentalmente de plagioclasas, en ocasiones frescos, con


diferentes grados de alteración y fracturación. Otras veces los cristales están
zonados. Con menor frecuencia se observan clinopiroxenos y raramente
cuarzo.

Los fragmentos líticos son de rocas efusivas básicas a ácidas, con abundancia
de las primeras, exhibiendo texturas pilotaxíticas, microlíticas y más raramente
microfelsíticas. Por lo general, estos fragmentos se encuentran con procesos
de oxidación, y en ocasiones existen fragmentos calcáreos.

Los vitroclastos tienen variadas formas y tamaños. A veces se observan


fluidales y vesiculares y los mismos aparecen transformados o sustituidos por
minerales arcillosos, zeolitas, clorita e hidromicas y están teñidos por óxidos e
hidróxidos de hierro en ocasiones.

Se observa en algunas muestras la presencia de foraminíferos planctónicos y


radiolarios mal preservados.

Estas rocas están afectadas por procesos de zeolitización, anfibolización,


carbonatización, prehnitización, cloritización y presencia de sulfuros.

Tobas vítreas y vitrocristalinas (del arco volcánico paleógeno


en la región Mayarí-Baracoa) (Foto 21 y 22)

Estas rocas tienen coloraciones verde gris, gris, cremas, verdes parduscas,
blancas y blanco gris. Ellas se distinguen por diferentes aspectos estructurales:
son compactas, masivas, ligeras, deleznables, estratificadas, en ocasionadas
laminadas. En estas tobas hay presencia de organismos planctónicos,
radiolarios y espículas de esponjas.
El material vítreo se encuentra transformado a minerales arcillosos (procesos
de argilitización), desarrollándose fuertemente los minerales del grupo de la
montmorillonita en algunas localidades. También se presentan fuertes procesos
de zeolitización, donde en estas rocas el vidrio puede constituir hasta el 90%
de la roca.

Se observan además cristales de plagioclasa de composición básica-media


zonadas. También se observan clinopiroxenos, anfíboles, cuarzo y fragmentos
líticos de efusivos básicos, todos de origen volcánico.
Aparecen tobas vítreas lapíllicas muy características por su bajo peso, con
tonalidades gris verde a verde amarillo, presentando fragmentos vítreos de
hasta 1 cm que transicionan a rocas aglomeráticas y presentan una
composición andesítica.

Tobas (del arco volcánico cretácico de la región de Holguín)

Estas rocas tienen coloraciones grises, gris pardusco, pardas, a veces


verdosas, con alternancias de tobas de cenizas finas hasta aglomerados.

Comúnmente son algo estratificadas, compactas y aisladamente orientadas. Se


presentan potentemente alteradas y no están soldadas, presentando
composiciones desde basálticas hasta riolíticas y con granulometría de cenizas
finas a lapíllicas. Presentan texturas litoclásticas, litocristaloclásticas,
cristalolitoclásticas, vitroclásticas, cristalovitroclásticas, cristaloclásticas,
vitrocristaloclásticas, litovitroclásticas, vitrocristalolitoclásticas, y otras
combinaciones menos desarrolladas.

Estas rocas se encuentran atravesadas por vetillas de carbonato y zeolitas.


Estas rocas en ocasiones contienen pirita y marcasita.

Estas rocas están afectadas por procesos de argilitización, zeolitización y están


pobremente carbonitizadas.

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FORMACIÓN ARIMAO

Foto 55148 (2.5x/10x). Foto 55148a (2.5x/10x).


Formación Arimao. Basalto. Formación Arimao. Basalto.
Textura porfídica; fenocristal Detalle Fenocristal de
de clinopiroxeno y matriz clinopiroxeno.
microlítica.

Foto 55149 a (2.5x/10x). Foto 55149 (2.5x/10x N//).


Formación Arimao. Andesito- Formación Arimao. Andesito-
basalto; textura porfídica; basalto; textura porfídica;
fenocristal de hornblenda y fenocristal de hornblenda y
matriz microlítica. matriz microlítica.
Foto 55150 (2.5x/10x). Foto 55150a (2.5x/10x).
Formación Arimao. Basalto Formación Arimao. Basalto
olivínico; textura porfídica; olivínico. Detalle del
fenocristales de olivino fenocristal de olivino.
(forsterita>fayalita y
clinopiroxeno (diópsido-
salita); matriz intersertal-
microlítica.
FORMACION LOS PASOS

Foto SF 96-10/164.80 Foto SF 97-16/30.00


(4x/10x). Formación Los (4x/10x N//). Formación
Pasos. Toba de lapilli ácida; Los Pasos. Basalto
lito de riolita; fenocristal de amigdaloidal con textura
cuarzo y cemento sericítico hialina; amigdalas rellenas
pseudofluidal. por cuarzo, clorita y
epidota.

Foto SF 96-10/124.20 Foto SF 96-10/124.20


(4x/10x). Formación Los (20x/10x). Formación Los
Pasos. Riolita; fenocristal de Pasos. Riolita. Detalle de la
cuarzo corroído por la matriz matriz.
micropoiquilítica felsítica.
Foto SF 96-12/110.75 Foto HG-94-1/227.35
(4x/10x). Formación Los (10x/10x N//). Formación
Pasos. Riolita; fenocristal Los Pasos. Toba ácida.
de cuarzo en matriz Horqueta de vidrio alterada
felsítica. en el cemento piroclástico
de las tobas y brechas de
composición ácida.

Foto SF 96-10/18.80 Foto SF 96-12/123 (4x/10x).


(10x/10x). Formación Los Formación Los Pasos.
Pasos. Basalto anfibolizado; Pórfido andesito-dacítico;
textura intersertal. fenocristales de plagioclasa
zonada y anfíbol; matriz
micropoiquilítica.
FORMACIÓN GUÁIMARO

Foto 55400 (4X/10x). Foto 55453 (4x/10x N//).


Formación Guáimaro. Formación Guáimaro.
Traquibasalto con piroxeno Basalto textura porfídica
maclado y zonado, textura seriada, microlítica,
microlítica cristalina. hialopilítica con plagioclasa
y clinopiroxeno.

Foto 55453 (4x/10x). Foto 55401 (4x/10x)


Formación Guáimaro. Formación Guáimaro.
Basalto textura porfídica Basalto con listones de
seriada, microlítica, plagioclasa orientados.
hialopilítica con plagioclasa y
clinopiroxeno.
Foto 55403 (10x/10x). Foto 55404 (4x/10x).
Formación Guáimaro. Formación Guáimaro.
Traquiandesita; textura Traquiandesita. Fenocristal
porfídica incipiente de plagioclasa maclado y
orientación fluidal piroxeno, matriz cristalina.
bordeando fenocristales de
clinopiroxeno, hornblenda y
pilotaxitica de microlitos
muy finos.

Foto 55404 (4x/10X) Foto 55396 (4x/10x).


Formación Guáimaro. Formación Guáimaro.
Basalto, fenocristal de Traquibasalto, macla triple
plagioclasa maclado y de clinopiroxeno.
piroxeno, matriz cristalina.
Foto 55396 (4x/10x). Foto 55393 (4x/10x).
Formación Guáimaro. Formación Guáimaro.
Traquibasalto; matriz Basalto amigdaloidal.
cristalina gruesa.

Foto 55123-1 (4x/10x N//).


Formación Guáimaro Toba
cristalolítica de grano
grueso.
FORMACIÓN MATAGUA

Foto 55189 (4x/10x). Foto 55189


Formación Matagua. Basalto; (10x/10x).Formación Matagua.
textura porfídica; fenocristales Basalto. Detalle de la matriz.
de plagioclasa y clinopiroxeno
augita; matriz intersertal
subofítica.

Foto 832 (10x/10x N//). Foto 55109 (4x/10x N//).


Formación Matagua. Toba Formación Matagua. Toba
litocristalina con cemento de
litocristalovítrea.
poro.
Foto 903 4x/10x. Foto L-8 (10x/10x. N//).
Formación Matagua. Formación Matagua. Andesito-
Basalto bipiroxénico; basalto, textura
textura porfídica con glomeroporfídica con matriz
matriz hialina. hialopilítica; fenocristales de
piroxeno.
FORMACIÓN CABAIGUAN

Foto 55377 (10x/10x. N//). Foto 55377 (20x/10x. N//).


Formación Cabaiguan. Toba Formación Cabaiguan. Toba
vítrea; esquirlas vítreas con vítrea; fibras vítreas alargadas,
formas de horquetas, curvas curvas y otras.
por diferentes lados, placas
planas y otras.

Foto 55236 (10x/10xN//).


Formación Cabaiguan. Toba
vitrocristalina; cristales de
plagioclasa; fibras vítreas
alargadas y
subordinadamente algunos
fragmentos líticos.
FORMACIÓN DAGAMAL

Foto 55248 (2.5x/10x). Foto 55248 a (2.5x/10x).


Formación Dagamal. Dacita; Formación Dagamal.
textura porfídica; fenocristal de Dacita; textura porfídica;
plagioclasa zonado (núcleo An fenocristal de de
43-48, borde An 28-35); matriz plagioclasa y hornblenda
microfelsítica. magnésica (microsonda);
matriz felsítica.

Foto 55991 (2.5x/10x). Foto 55991a (2.5x/10).


Formación Dagamal. Formación Dagamal.
Dacita; textura porfídica; Dacita; textura porfídica;
fenocristal de hornblenda fenocristal de plagioclasa
magnésica (microsonda); zonado; matriz
matriz microfelsítica. microfelsítica.
Foto 55991-7 (2.5x/10).
Formación Dagamal. Toba
cristalolítica; cristales de
hornblenda y plagioclasa;
fragmento lítico (centro).
FORMACION BRUJA

Foto 55197-2. (2.5x/10x). Foto 55197-2. (2.5x/10x. N//).


Formación Bruja. Dacita Formación Bruja. Dacita
(andesito-dacita); textura (andesito-dacita); textura
glomeroporfídica; glomeroporfídica; fenocristales
fenocristales de plagioclasa de plagioclasa y clinopiroxeno.
y clinopiroxeno. Vidrio ácido Vidrio ácido dacítico
dacítico (microsonda) con (microsonda) con textura
textura hialina perlítica. hialina perlítica. Desequilibrio
químico entre fenocristales y
vidrio.

Foto 55108V. (2.5x/10x. N//). Foto 55212. (2.5x/10. N//).


Formación Bruja. Andesita; Formación Bruja. Toba
textura glomeroporfídica y vitrocristalina con textura
matriz hialopilítica. vitrocristaloclástica. Los
piroclastos vítreos tienen
formas de estrías
alargadas y acanaladas;
cristales de cuarzo y
plagioclasa.
Foto 55212 a. (2.5x/10.N//).
Formación Bruja. Toba
vitrocristalina con textura
vitrocristaloclástica.
Piroclasto vítreo vesicular;
cristales de cuarzo y
plagioclasa.
FORMACIÓN LA RANA

Foto 55250 b (2.5x/10x). Foto 55250c (2.5x/10x


Formación La Rana. N//). Andesita
Andesita bipiroxénica (orto y bipiroxénica (orto y
clinopiroxeno) con textura clinopiroxeno) con
porfídica. textura porfídica.

Foto 55250d. (2.5x/10x). Foto 55250 e. (2.5x/10x. N//).


Formación La Rana. Andesita Formación La Rana.
con textura porfídica; Andesita; matriz con textura
fenocristales de plagioclasa hialopilítica.
maclados y zonados. Matriz
con textura hialopilítica.
Foto Y 1041. (2.5x/10x). Foto 55258. (2.5.x/10)
Formación La Rana. Formación La Rana.
Andesita; textura porfídica Andesita; textura
seriada, matriz con textura porfídica seriada; matriz
hialopilítica. con textura hialopilítica.
FORMACION LA SIERRA

Foto 55618-1 (2.5x/10x). Foto 55618-1 (2.5x/10x).


Formación La Sierra. Riolita; Formación La Sierra.
textura esferulítica y perlítica. Riolita. Detalle de textura
perlítica.

Foto 55618-1a (2.5x/10x). Foto 55618-1b (2.5x/10x).


Formación La Sierra. Riolita; Formación La Sierra.
textura porfídica; fenocristal Riolita. Detalle de textura
de plagioclasa y textura esferulítica.
felsítica- esferulítica.
Foto 55618-4 (2.5x/10x). Foto 10799 (4x/10x N//).
Formación La Sierra. Formación La Sierra. Riolita;
Riolita; textura esferulítica. textura bandeada fluidal.

Foto 28502 (10x/10x N//). Foto 30007 (4x/10).


Formación La Sierra. Formación La Sierra. Flujo
Riolita; textura bandeada de lava, lavobrecha, de
fluidal, sinuosa. composición ácida, textura
bandeada.
(flujo piroclástico).
Foto 30007 (4x/10).
Formación La Sierra. Flujo
de lava, lavobrecha de
composición ácida, textura
caótica (flujo piroclástico).
FORMACIÓN MARTÍ

Foto 56099 (2.5x/10). Foto 56099 (2.5x/10).


Formación Martí. Formación Martí.
Traquiandesita; porfídica y Traquiandesita; porfídica y
matriz traquítica; microlitos de matriz traquítica.
feldespato muy unidos entre si
y dispuestos con fluidez y
orientación en torno a los
fenocristales.

Fotos a (4x/10x).
Formación Martí. Flujo
piroclástico. (Ignimbrita).
Los fragmentos aplanados
y alargados, deformados y
Foto 56146-3 (2.5x/10). acoplados unos con otros
Formación Martí. cuya disposición determina
Traquiandesita; fenocristales textura soldada, bandeada
de plagioclasa; microlítica y pseudofluidal. Litos de
orientada. variada composición,
cristales de plagioclasa y
cuarzo, fragmentos de
vidrio recristalizado.
b c

Fotos b (4x/10x). Fotos c (4x/10x).


Formación Martí. Flujo Formación Martí. Flujo
piroclástico (Ignimbrita). piroclástico (Ignimbrita).
Los fragmentos aplanados Los fragmentos aplanados
y alargados, deformados y y alargados, deformados y
acoplados unos con otros acoplados unos con otros
cuya disposición determina cuya disposición determina
textura soldada, bandeada textura soldada, bandeada
y pseudofluidal. Litos de y pseudofluidal. Litos de
variada composición, variada composición,
cristales de plagioclasa y cristales de plagioclasa y
cuarzo, fragmentos de cuarzo, fragmentos de
vidrio recristalizado. vidrio recristalizado.
FORMACIÓN PELAO

Foto H-2 (2.5x/10x). Foto H-2a (2.5x/10x).


Formación Pelao. Toba Formación Pelao. Toba
soldada de composición soldada. Detalle; mica
traquiandesítica cristales de biotita.
mica biotita, plagioclasa.

Foto H-2b (2.5x/10x). Foto H-3 (2.5/10x). Toba


Formación Pelao. Detalle; soldada de composición
mica biotita extinción recta. traquiandesítica fragmento
lítico de andesita y cristales
de plagioclasa y cuarzo.
Foto 55200 (2.5x/10). Foto 55200a (2.5x/10).
Formación Pelao. Toba Formación Pelao. Toba
soldada de composición soldada de composición
traquiandesítica; cristales de traquiandesítica; fragmento
mica biotita y hornblenda; de roca y cristales de
fragmento de roca. plagioclasa y cuarzo.

Foto 34AV (2.5x/10x).


Formación Pelao. Toba
soldada de composición
traquiandesítica; cristales
de plagioclasa maclados,
zonados y anfíbol con
cortes básales rómbicos.

.
Fotos de rocas Volcánicas de Cuba Oriental

Fig 1. Andesita.Grupo El Foto 2. Andesita.


Cobre. Textura: afírica con Formación Sabaneta.
la masa microlítica de Textura: porfírica seriada
plagioclasas orientada. con la masa hialopilítica.
Obsérvese fenocristales de
plagioclasas y
clinopiroxenos, masa de
plagioclasas, clinopiroxenos
y vidrio.

Foto 3. Andesita Foto 4. Andesita basáltica.


amigdaloidal prehnitizada. Grupo El Cobre. Textura:
Formación Santo Domingo. porfírica de dos
Textura: glomeroporfírica generaciones con la masa
amigdaloidal con la masa intersertal. Obsérvese
pilotaxítica e intersertal, fenocristales de
microlitos y vetillas. plagioclasas albitizadas,
masa de plagioclasas,
clorita, metálico, y
amígdalas.
Foto 5. Andesita basáltica Foto 6. Andesita basáltica.
anfibolizada y zeolitizada. Formación Santo Domingo.
Formación Santo Domingo. Textura: de matriz
Textura: oligofírica con la microlítica-intergranular de
masa intersertal-microlítica. listones de plagioclasas,
La masa de microlitos de entre ellos clinopiroxenos y
plagioclasas con metálico.
clinopiroxenos.

Foto 7. Andesita basáltica Foto 8. Basalto. Grupo El


anfibolizada. Formación Cobre. Textura: porfírica
Sabaneta. Textura: porfírica seriada con la masa
con la masa intersertal- intergranular. Fenocristales
hialopilítica. Fenocristales frescos de plagioclasas,
de plagioclasas, masa de clinopiroxenos en
plagioclasas, vidrio y anfíbol agregados, microlitos de
por clinopiroxenos. plagioclasas, metálico y
vidrio (áreas oscuras).
Foto 10. Basalto. Grupo El
Foto 9. Basalto. Grupo El Cobre. Textura:
Cobre. Textura: porfírica glomeroporfírica con la
seriada con la masa masa intersertal.
variolítica. Obsérvese Fenocristales de
microlitos en heces. plagioclasas y
clinopiroxenos pasando a
hornblenda, masa con
microlitos de plagioclasas y
clinopiroxenos.

Foto 11. Basalto Foto 12. Dacita


hematitizado. Formación sericitizada y cloritizada.
Santo Domingo. Grupo El Cobre. Textura:
Textura: glomeroporfírica porfírica con la masa
con la masa microlítica. micropoiquilítica y
microgranoblástica. Masa
de microlitos de
plagioclasas incluidos en
cuarzo, con sustituciones
de sericita, calcita y
clorita.
Foto 13. Riodacita. Grupo Foto 14. Riolita. Grupo El
El Cobre. Textura: porfírica Cobre. Textura: porfírica
seriada con la masa seriada con la masa
microlítica. Fenocristal de esferulítica, microfelsítica,
plagioclasa en la masa micrográfica. Obsérvese la
microlitos de plagioclasas, masa en agregados de
diseminaciones de metálico minerales félsicos.
y minerales de alteración.

Foto 15. Toba lítica Foto 16 Sin nicoles. Toba


lapíllica. Grupo El Cobre. lítica lapíllica. Grupo El
Textura: litoclástica lapíllica, Cobre. Textura: litoclástica
con cemento de contacto. lapíllica, con cemento de
Litos de rocas efusivas contacto. Litos de rocas
básicas de variados efusivas básicas de
tamaños, en contacto o variados tamaños, en
cementados por clorita, con contacto o cementados por
sustituciones por calcita. clorita, con sustituciones
por calcita.
Foto 17. Toba cristalolítica Foto 18. Toba vitrocristalina
de grano grueso. Grupo El dacítica. Grupo El Cobre.
Cobre. Textura: Textura: vitrocristaloclástica
cristalolitoclástica de grano de grano grueso.
grueso con cemento de Fragmentos vítreos con
contacto y poro. Cristales sustituciones por zeolitas y
de plagioclasas pelitizados, material microfelsítico,
fragmentos líticos de cristaloclastos de
efusivos con procesos de plagioclasas.
oxidación, cemento zeolítico
de contacto, calcita y
material criptocristalino.

Foto 19. Nombre: Toba Foto 20. Toba vitrocristalina


vitrocristalina andesítica. andesítica basáltica.
Formación Santo Domingo. Formación Santo Domingo.
Textura: vitrocristaloclástica Textura: vitrocristaloclástica
de grano grueso con con cemento de contacto y
elementos lapíllicos. poro. Fragmentos vítreos
Vitroclastos de diversos con procesos de
tamaños, y formas con zeolitización, cristales de
sustituciones por zeolitas, y plagioclasas.
minerales arcillosos,
cristales de plagioclasas,
raros litoclástos de efusivos.

.
Foto 24. Ignimbrita
Foto 23. Arenisca tobácea. cloritizada y zeolitizada.
Grupo El Cobre. Textura: Grupo El Cobre. Textura:
psamítica con cemento ignimbrítica. Fragmentos de
basal y de contacto vidrio fluidales
microcristalino. Fragmentos fundamentalmente, el vidrio
de plagioclasas y desvitrificado a minerales
clinopiroxenos, efusivos de felsíticos, clorita, y zeolitas.
composición media-básica,
minerales arcillosos,
cementos de calcita.
recristalizada.

Foto 21. Toba vítrea Foto 22. Toba vitrocristalina


andesítica. Formación dacítica. Formación
Sabaneta. Textura:
Sabaneta. Textura:
vitrocristaloclástica de
vitroclástica de grano fino.
grano fino. Masa vítrea
Se observa material vítreo
transformada a minerales
con transformaciones a
minerales arcillosos. arcillosos, cristales de
plagioclasas y raros de
anfíbol, litos de efusivos
básicos.
.
2.6. Glosario

Aglomerado: Material piroclástico, consolidado o no, que se forma durante la


acumulación de fragmentos predominantemente redondeados o
semiredondeados, mayores de 64 mm (bombas). Ver.
En Cuba se encuentran aglomerados en diferentes formaciones del sistema de
arcos volcánicos.
Se reportan, por ejemplo, en las formaciones volcánicas cretácicas La Rana,
Guáimaro y Camujiro de Cuba central. En estas formaciones los aglomerados
están compuestos por fragmentos de composición principalmente básica y
media (basáltica, andesito-basáltica, andesítica, y sus variedades alcalinas),
con tamaños desde 6-7 cm hasta 40 cm.

Aglutinado: Una variedad de aglomerado, en el cual, el material expulsado en


estado plástico al momento de emplazarse era cementado por delgadas
láminas de vidrio. (Tyrell, (1931), p.66; from the Latin gluten=glue; Tomk. p.9);
Le Maitre, (1989).

Andesita: Roca volcánica de composición intermedia, porfídica, cuyos


fenocristales son principalmente de plagioclasa intermedia, frecuentemente
zonada (desde labradorita a andesina), hornblenda, piroxeno y biotita. La
matriz está compuesta comúnmente por los mismos minerales que los
fenocristales, predominando plagioclasa y piroxenos. Los microlitos de
plagioclasa varían en composición desde oligoclasa hasta andesina. El vidrio
de la matriz puede presentar señales de desvitrificación.

Según la clasificación modal QAPF, de la IUGS, se define en los campos 9 y


10. Según la clasificación química TAS, de la IUGS, se define en el campo O.
Se utilizan los prefijos o calificativos para complementarlas o precisarlas. Por
ejemplo: andesita piroxénica, andesita bipiroxénica, andesita augítica, andesita
hipersténica, entre otras.

Este tipo de roca volcánica es muy abundante en el territorio cubano y participa


principalmente en la litología de formaciones volcánicas de los arcos volcánicos
cretácicos y del Paleógeno.

Andesita basáltica: Término definido en la clasificación química del TAS de Le


Maitre, (1989), para las rocas volcánicas en el rango comprendido entre 52-
57% de SiO2.

Debe utilizarse este término cuando se describen petrográficamente las rocas


clasificadas químicamente en este rango de 52-57% de SiO2. Se aclara que el
empleo del término andesita basáltica no elimina el término de andesito-
basalto, de amplio uso en la literatura geológica cubana (v. andesito-basalto).

Andesito-basalto: Término que se utiliza en descripciones de campo o en


descripciones petrográficas microscópicas para designar aquella roca con
características intermedias entre la andesita y el basalto. Término de amplio
uso en la literatura geológica cubana.
Sin embargo, cuando se trate de clasificación química, debe emplearse el
término andesita basáltica del TAS para las rocas con 52-57% de SiO2.

Anortosita: Está compuesta fundamentalmente o exclusivamente por


plagioclasa de igual composición. Se desarrollan formando capas en los
cúmulos máficos y en ocasiones formando bandas de segregación, donde la
plagioclasa está representada por bitownita o labradorita.

Aplita: El término aplítico se usa solamente como un término cualitativo en


conjunto con el nombre genérico, el cual describe solamente una facie de
grano fino que se desarrolla en la masa rocosa de grano relativamente más
grueso. (Al igual que el término pegmatítico, el término aplítico es un término
textural y no de composición).

No se debe utilizar más como para denotar (señalar) una veta o una facie de
los cristales de grano fino. En cambio, se debe utilizar nombres como veta
félsica o microgranítica.

Basalto: Roca volcánica de composición básica, colores oscuros,


frecuentemente de grano fino o vítrea. Está compuesta esencialmente por
plagioclasa cálcica (labradorita) y piroxeno, con vidrio y cantidades menores de
olivino. También puede presentar cuarzo intersticial y puede contener foides.
Según la clasificación modal QAPF, de la IUGS se define en los campos 9 y 10.

Según la clasificación química TAS, de la IUGS, se define en el campo B.


Se utilizan los prefijos o calificativos para complementarlos o precisarlos. Por
ejemplo: hialobasalto, basalto olivínico, basalto picrítico, basalto toleítico,
basalto analcímico, entre otros.

El basalto es una roca de gran distribución en diferentes estructuras geológicas


del territorio cubano. Se localizan en el ambiente tectónico de margen
continental; muy abundante en los horizontes superiores de la asociación
ofiolítica al igual que en numerosas formaciones de los arcos volcánicos
cretácicos y del Paleógeno.

Basalto picrítico: Término químico para rocas volcánicas que incluye rocas
picríticas y acumulativas. Término definido en el campo Pc del diagrama de
clasificación TAS. (Le Maitre, 1984; 1989).

Sinónimo de picrobasalto y de picritobasalto. En la literatura geológica cubana


se utiliza más el término de basalto picrítico y es el que se propone.

Ha sido reportado en varias formaciones de diferentes ambientes geodinámicos


del territorio cubano.

Basanita: Término originalmente usado para basalto porfídico que contiene


fenocristales de piroxeno, pero posteriormente es asignado a un grupo de
rocas compuesta de clinopiroxeno, plagioclasa y esencialmente foides y olivino.
Se corresponde con el campo 14 de la clasificación modal QAPF y al campo U 1
de la clasificación química TAS.

Término antiguo atribuido a (Theophrastus, 320 BC-ver Johannsen para


fomentar discusión; del Griego basanos=touchstone; Trög 818; Joh. V.4, p.230;
Tomk. p. 55) Le Maitre, (1989).

Bloque: Piroclasto, cuyo diámetro excede los 64 mm y su forma angulosa a


subangulosa indica que se encontraba en estado sólido durante su formación.

Bomba: Piroclasto, cuyo diámetro excede los 64 mm y su forma redondeada a


subredondeada, así como su superficie indican que estuvo en una condición de
total o parcial fusión durante su formación y subsecuente transporte.

Boninita: Roca efusiva con contenido relativamente alto de Mg, que consiste
en fenocristales de ortopiroxeno, clinopiroxeno y olivino, en una matriz vítrea
con cristalitos y microlitos principalmente de piroxeno.

No se clasifican las boninitas con el TAS (Fig. 4), ya que se necesitan


diagramas especiales. Si la roca contiene MgO > 8%, SiO2 > 52% y TiO2 <
0.5%, se define como boninita. (Fig. 6).

La roca puede exhibir con frecuencia una textura característica denominada


spinifex (con forma de esqueletos de aves o plumas de aves “cola de gallo”).

La ocurrencia de boninitas se ha descrito tanto en ambiente de antearco como


de retroarco. Crawford et al (1981) y Wilson (1989) señalan que la generación
de magmas de series boniníticas caracterizan el estadío embrionario del
magmatismo de una cuenca de retroarco.
Teniendo en cuenta sus características petroquímicas, Crawford et al (1981)
las consideran de alto calcio y de bajo calcio.

Brecha piroclástica: Roca piroclástica constituida por bloques. Estos


fragmentos (piroclastos) tienen tamaños que exceden los 64 mm y presentan
formas predominantemente angulosas y subangulosas.

Parsons, (1969), incluye entre las brechas piroclásticas a las brechas


vulcanianas, brechas de flujo piroclásticos, brechas hidrovolcánicas (brechas
formadas por erupciones freáticas, brechas laháricas o depósitos volcánicos
tipo mud flow, brechas hialoclásticas o hialoclastitas), aglomerados y brechas
de chimenea.

Brechas volcánicas: En relación con su proceso de formación, las brechas


volcánicas (Parsons ,1969) pueden ser:
Brechas volcánicas autoclásticas:
A: Brecha de fricción.
o 1-De flujo, por autobrechamiento de lavas.
o 2- Detritos de tapones, domos y espinas.
o B: Brechas de explosión (rompimiento por explosión de gas).
Brechas piroclásticas:
o A: Brechas vulcanianas (expulsión aérea por erupción explosiva).
o 1-Por erupciones estrombolianas y de fuente de lava.
o B: Brechas de flujos piroclásticos.
o C: Brechas hidrovolcánicas:
o 1-Formadas por erupciones freáticas.
o 2- Laháricas (depósitos por corrientes de lodo volcánico).
o 3-Hialoclásticas (hialoclastitas).
o D: Aglomerados y brechas de chimenea.
Brechas volcánicas aloclásticas.
o A: Brechas de intrusión (causadas por intrusión de magma).
o B: Brechas de explosión.
o C: Brechas intrusivas (muestran relaciones transversales).
Brechas volcánicas epiclásticas

Caliza tobácea: Roca carbonatada que contiene entre 25-75% de componente


piroclástico. Se puede clasificar como roca tobácea carbonatada.
Se recomienda consultar la sección de las Clasificaciones de las Rocas
Sedimentarias.

Ceniza: Piroclastos con un diámetro menor de 2 mm; pueden tener formas


variadas.
Se dividen en cenizas gruesas que varían de 1/16 mm-2 mm y cenizas finas <
1/16 mm.

Cinerita: Originalmente se definió como una ceniza volcánica básica


compuesta de vidrio y fragmentos de piroxeno. Posteriormente se amplió el
concepto del término, incluyendo todos los tipos de formaciones derivadas de
cenizas volcánicas; (Cordier, 1816, p. 385; del Latin cinera=cenizas; Tomk.
p.101); Le Maitre, (1989). Se ha utilizado el término cinerita como sinónimo de
toba de cenizas en general o de toba de ceniza gruesa en particular.
Se recomienda utilizar mejor toba de cenizas en lugar de cinerita.

Clastolava: Es una roca constituida por fragmentos de lava y cementados por


lava, (Maleeb, E.F. 1962, según Diccionario petrológico anglo-ruso, Tomkeif,
S.I. 1986.).

Clastolava es sinónimo de lava clastogenética que consiste en fragmentos de


lava cementados con lava de otra textura, estructura o composición química. La
característica fundamental de esta roca es su naturaleza de lava, (Maleeb, E.
F. 1977 p.52), según Manual de vulcanología, (Vlodavets, V. I. 1984).
Para nombrar a este tipo de roca también se ha utilizado en la literatura
geológica cubana el término de xenolava.

Las mismas han sido descritas con relativa abundancia en las Formaciones
volcánicas Guáimaro y Camujiro de las provincias Camagüey y Las Tunas.
Estos casos se refieren principalmente a rocas compuestas por fragmentos de
lava y cementados por lava de diferente composición.

Según Vicente Araña Saavedra y José López Ruiz. Ediciones Istmo. Madrid,
1974, en algunos depósitos piroclásticos soldados la masa de fragmentos ha
experimentado un movimiento conjunto antes de caer, desplazándose estos
fragmentos sobre el suelo, suspendidos en una fase gaseosa que se mueve a
gran velocidad. Este mecanismo dinámico es equivalente a una fluidización y
da lugar a depósitos que presentan a la vez caracteres lávicos y piroclásticos,
por lo que su interpretación es a veces dudosa, ya que suelen encontrarse
desconectados de sus centros de emisión.

Estos materiales reciben diferentes nombres en la bibliografía (ignimbrita,


eutaxita, piperno, tufolava, clastolava, ash-flow, sillar, owharoita, etcetera),
debido a que presentan importantes variaciones estructurales y petrográficas,
incluso dentro de la misma unidad.

Clinopiroxenita: Roca ultramáfica constituida casi enteramente por


clinopiroxeno. Si contiene entre 10 y 40% de olivino se nombra clinopiroxenita
olivínica.

Cuarzo latita: Actualmente se usa para nombrar a rocas volcánicas


compuestas de feldespato alcalino y plagioclasa en cantidades
aproximadamente iguales, cuarzo y minerales máficos.

Se corresponde con el campo 8 * de la clasificación modal QAPF.; Le Maitre,


(1989).
Se considera el término de cuarzo latita como sinónimo de latita cuarcífera y se
utilizan los dos términos.
En la literatura geológica cubana hay escasos reportes de esta roca.

Dacita: Roca volcánica compuesta por cuarzo y plagioclasa sódica, con


cantidades menores de biotita y/o hornblenda, y/o piroxeno.
Es el equivalente volcánico de la granodiorita y tonalita.

Según la clasificación modal QAPF, de la IUGS, se define en los campos 4 y 5.


Según la clasificación química TAS, de la IUGS, se define en el campo O 3.

Depósitos piroclásticos: En relación con su génesis, con el medio y modo de


transporte, estos depósitos se dividen (según Tucker, R. W., 2001, en Alonso,
F. J., 2003) en los siguientes tipos:

Depósitos de caída o proyección aérea (pyroclastic fall): Según su tamaño y las


características de la explosión, los piroclastos se incorporan a la columna
eruptiva, y antes o después, caen libremente, antes de ser arrastrados por el
viento o seguir una trayectoria balística.
Son depósitos generados por la caída de fragmentos volcánicos. Los
piroclastos proceden de erupciones tipo pluma o nube de cenizas. Los
depósitos “de caída” muestran una estratificación en manto manteniendo un
espesor uniforme en áreas restringidas. Al mismo tiempo estos depósitos de
caída recubren las irregularidades del terreno, excepto las más abruptas o
escarpadas. Estos depósitos por lo general están bien seleccionados.
Mayoritariamente estos depósitos caen en el aire –propios de ambientes
aéreos–, y a veces caen en el agua si hay ambientes acuáticos cerca. Aunque
Wright et al (1980) sólo analizaron los productos de la “precipitación” desde el
aire, los depósitos de este tipo también se pueden formar por el asentamiento
en el agua, es decir, a partir de una columna eruptiva subaérea o subacuática
(Easton, R.M.; Jhons, G. W., 1986).

Depósitos de flujos o coladas piroclásticos (flow deposits): Se originan por el


movimiento lateral de los piroclastos, como dispersión gas-sólido de alta
concentración, caliente y controlado por la gravedad, los cuales conforman una
"nube" de gas caliente y partículas en suspensión. A diferencia de los depósitos
de caída, estos depósitos presentan clasificación deficiente y están poco
seleccionados. Se asocian con diferentes tipos de ignimbritas y tobas soldadas.

Depósitos de oleadas piroclásticas (surge deposits): Son depósitos que


corresponden a un caso parecido al anterior, pero con menor densidad aún que
los flujos piroclásticos. Se vinculan al movimiento lateral de los piroclastos
como dispersiones gas-sólido de baja concentración, turbulentos y de elevada
expansión.

Están constituidos por materiales muy fragmentados y tienen tamaño de ceniza


gruesa. Presentan buena laminación y estratificación, muchas veces de tipo
cruzada.

También se incluyen aquí, en los depósitos de oleadas piroclásticas, las


avalanchas piroclásticas, que se definen como flujos gaseosos turbulentos,
rápidos (huracanados) y diluidos en partículas volcánicas.

Pueden estar asociadas estas avalanchas a ignimbritas, situándose


normalmente en su base como “avalanchas calientes y secas”, debido al
colapso de la columna eruptiva, o pueden formarse también en erupciones
freáticas o freatomagmáticas, en el contacto del magma con el agua de
avalanchas frías y húmedas, asociadas a erupciones tipo maar.

Otro término relacionado ocasionalmente con los procesos volcánicos es el de


debris flow, que en estos casos puede ser de dos tipos principales (Francis,
2000):
1) avalancha, y 2) lahar; estos últimos son también conocidos como mud
flows.

Tienen en común que son depósitos caóticos con grandes bloques flotando en
una matriz fina. Los depósitos de avalancha se originan por el colapso (muy
comúnmente en forma de herradura) del aparato volcánico, debido a un
proceso magmático o de inestabilidad del edificio. En general, el transporte del
material se produce en seco. Los lahares, por su parte, se originan por la
avenida de materiales volcánicos, de manera muy parecida a la que podemos
observar en una corriente de barro, con gran capacidad para el arrastre de
bloques.

Diabasa: Término que ha sido usado en dos formas distintas para rocas de
grano medio de composición basáltica. Para los británicos implica una fuerte
alteración, para los americanos, alemanes y franceses implica una textura
ofítica. La definición original incluye una textura transicional entre el basalto y
aquellas rocas de grano grueso.

Actualmente es considerada sinónimo con dolerita y aprobada como


microgabro en el campo 10 de clasificación modal QAPF, (Le Maitre, R.W,
1989).

Diorita: Integrada por plagioclasa sódica y minerales máficos. Puede tener


cuarzo (hasta 5% de los minerales félsicos). Los minerales máficos
generalmente son hornblenda y biotita y con menor frecuencia aparece la
augita.

Diorita cuarcífera: Compuesta esencialmente por plagioclasa, cuarzo y


minerales máficos. Los minerales máficos son anfíbol, biotita y a veces puede
ser clinopiroxeno. El cuarzo abarca el 5-20% del total de minerales félsicos.

Dolerita: Roca intermedia respecto al tamaño del grano entre basalto y gabro,
compuesta esencialmente de plagioclasa, piroxeno y minerales opacos,
presentando una textura ofítica. Si el olivino está presente la roca puede ser
llamada dolerita olivínica.

Actualmente es considerada sinónimo de diabasa y aprobada como sinónimo


del microgabro en el campo 10 de clasificación modal QAPF, (Le Maitre, R.W,
1989).

De acuerdo con la clasificación de rocas del Servicio Geológico Británico (SGB)


de 1999, el término “dolerita” es ampliamente usado como sinónimo de
“diabasa” y tradicionalmente denota una roca de grano medio de composición
basáltica, usualmente en asociaciones hipoabisales tales como diques y sills.
El SGB considera que de acuerdo al principio de nombramiento de todas las
rocas, utilizando un nombre raíz (root name) y calificadores apropiados, el uso
de los términos “dolerita” y “diabasa” deben ser descontinuados a favor de
microgabro.

Dunita: Roca ultramáfica compuesta esencialmente de olivino. Si contiene


entre 0 y 10% de ortopiroxeno (enstatita) se nombra dunita enstatítica.

Epiclastos: Los epiclastos son fragmentos en rocas volcanoclásticas y


sedimentos que no se han generado por fragmentación como un resultado
directo de la acción volcánica.

Se ha definido como cristales, de acuerdo con Schmid, (1981), los fragmentos


de cristales, vidrio y fragmentos de rocas que han sido liberados de cualquier
tipo de roca consolidada preexistente (volcánica o no volcánica) por
intemperismo o erosión y transportados desde el sitio de origen por gravedad,
aire, agua o hielo.
De esta forma, los epiclastos pueden ser volcánicos o no volcánicos, así como
también pueden ser ígneos o no ígneos.
Escoria: Vidrio volcánico básico (basáltico), con pequeñas vesículas más o
menos esféricas y aisladas. Presenta un aspecto casi opaco debido a los
óxidos de hierro microcristalinos (taquilita). Esta escoria se hunde en el agua,
(Alonso, F. J., 2003).

Los fragmentos piroclásticos de lava porosa forman tobas, normalmente con


tamaños de mm a cm, que son expulsados a través de erupciones volcánicas
explosivas y caen junto con cenizas, bombas y otros fragmentos piroclásticos.
Los poros de las escorias a menudo se rellenan por productos depositados a
partir de soluciones hidrotermales o por la acción de las aguas circulantes,
produciéndose las amígdalas (Segura, Soto, R. 1973; Glosario Geológico-
Instituto de Geociencia Universidad de Brasilia, 2001).

Espessartina: Es una variedad del lamprófido, compuesta por fenocristales de


hornblenda con o sin biotita, olivino o piroxeno, que se encuentran en la matriz
de estos mismos minerales, además de plagioclasa y subordinadamente
feldespato alcalino. Esta es la variedad de mayor distribución en todo el
territorio cubano.

Estructura: Son aquellos rasgos arquitectónicos de la roca que actúan en


mayor escala superponiéndose a los rasgos texturales. Generalmente, las
estructuras se observan a simple vista en los afloramientos o en las muestras,
pero también las estructuras pueden ser microscópicas.

Afanítica: Cristales no visibles a simple vista.

Almohadilla (pillow lava): se trata de lavas en disposición similar a la de un


conjunto de almohadas dispuestas unas sobre las otras. La composición de
estas lavas generalmente es basáltica y habitualmente se depositan en el mar,
pudiendo fluir durante un tiempo relativamente largo. Como la lava puede
seguir fluyendo desde los poros de la costra inicial, estas costras secundarias
se rompen violentamente, con la consiguiente formación de nuevas masas que,
al enfriarse rápidamente, constituirán estructuras esferoidales a modo de
almohadas.

Amigdaloidal o amigdular: Textura propia de las rocas volcánicas cuyas


vesículas aparecen rellenas por minerales secundarios. Recomendamos el
término amigdaloidal.

Bandeada: formada por bandas paralelas, alternantes, diferenciadas por su


composición, color, textura, etc.

Columnar: Se manifiesta típicamente en las coladas basálticas y se caracteriza


por la disposición que toman las rocas a modo de prismas columnares de cinco
o seis lados.

Fanerítica: para referirse a rocas holocristalinas cuyos cristales son bien


visibles a simple vista.
Fluidal: término general que designa texturas de flujo caracterizadas por una
disposición subparalela de microlitos y otros cristales tabulares o prismáticos.

Masiva o maciza: estructura homogénea y que carece de orientación,


bandeado u otros rasgos diferenciales.

Perlítica: típica de rocas volcánicas hialinas–puede sobrevivir a la


desvitrificación- y caracterizada por la aparición de microfisuras esferoidales
sobre la matriz vítrea o desvitrificada.

Vesicular: Con cavidades que se forman en rocas volcánicas o hipoabisales a


causa de la exsolución de volátiles del magma por enfriamiento o
descompresión (vesiculación).

Fonotefrita: Es un sinónimo de tefrita fonolítica, definida en el campo 13 de la


clasificación modal QAPF, (Strekeisen, 1978, p. 6). También se corresponde
con el campo U2 de clasificación química TAS (Rittman, 1973, p. 134), Le
Maitre, 1989.

Fragmentos volcánicos: atendiendo a su génesis, se encuentran los


siguientes (Fisher, R. V.; Schmincke, H. U. 1984 en Alonso, F. J. 2003):
Piroclasto: Partícula expulsada por cráteres volcánicos, en relación con
cualquier proceso relacionado con la actividad volcánica, independientemente
de su naturaleza o del origen de la erupción.

Hidroclasto: tipo de piroclasto generado en el contacto agua-magma, donde la


fragmentación es debida a explosiones de vapor y al rápido enfriamiento de la
lava.

Epiclasto: Partícula producida por meteorización y erosión de rocas volcánicas


más antiguas (litoclastos de origen volcánico, comunes en arenitas y grauvacas
líticas y pueden presentarse en rocas carbonatadas o cualquier otro tipo de
roca sedimentaria).

Autoclasto: Fragmento producido durante el movimiento de la lava por fricción


mecánica, explosión gaseosa o durante el desmoronamiento de domos por
gravedad.

Alloclasto: Fragmento de roca volcánica preexistente, generado por procesos


ígneos bajo la superficie terrestre, sin relación con la intrusión de magma
nuevo.

Gabro: Compuesto esencialmente por plagioclasa cálcica (básica), piroxeno y


óxidos de Fe. Los piroxenos generalmente son clinopiroxenos. Puede tener
olivino u hornblenda (hasta 15%).

Gabro-norita son rocas con estructura bandeada de color gris oscuro de grano
medio a pequeño. Su composición mineralógica es la siguiente: plagioclasa
representada por labrador An 60-70, formando hasta el 75% de la roca,
piroxeno rómbico (15%) y piroxeno monoclínico 5-10%. A veces se observa
hornblenda (5%) formando entrecrecimiento con el piroxeno monoclínico. En
las variedades leucocráticas se observan en las plagioclasas pequeños
sectores con agregados granofíricos. Como accesorio la titano-magnetita
constituye hasta el 4%.

Granito: Compuesto principalmente por cuarzo, feldespato potásico (alcalino) y


plagioclasa, con contenidos variables. Generalmente aparecen como minerales
subordinados la biotita, la moscovita y la hornblenda.

Granito de feldespato alcalino: Está compuesto principalmente por cuarzo y


feldespato potásico (alcalino), con la presencia de plagioclasa (de hasta 10%
del total de los feldespatos). Pueden aparecer los máficos como minerales
subordinados, representados por anfíbol y biotita.

Granodiorita: Está integrada principalmente por cuarzo y plagioclasa, con


menor contenido de feldespato potásico (alcalino), presentando pequeños
contenidos de anfíbol y biotita.

Harzburgita: Roca ultramáfica compuesta esencialmente de olivino y


ortopiroxeno. Si contiene hasta 10% de clinopiroxeno la roca es una
harzburgita clinopiroxénica.

Hialoclastitas: De acuerdo con Oyarzum, R., 1991, son rocas que se


relacionan con un enfriamiento abrupto y fragmentación del material volcánico
al ingresar en el medio acuático. Evidencias de ese enfriamiento rápido vienen
dadas por la vitrificación ocasional del material volcánico.

Según Tucker, R.W., (2001) en Alonso, F. J., (2003, 2007), se producen


fragmentos de lava debido al rápido enfriamiento que tiene lugar cuando
corrientes de lava entran en contacto con agua (hidroclastos); propios de
erupciones submarinas o subacuáticas. La lava se enfría en superficie y, al ir
fluyendo, la corteza superficial se rompe y granula, permitiendo que un nuevo
magma fluya y continúe el proceso.

El proceso puede ser más o menos explosivo. En aguas poco profundas la


exsolución de gases magmáticos –además del enfriamiento– colabora a
fragmentar la lava y a formar vesículas, donde la interacción magma-agua es
explosiva, generándose “hialotobas” a partir de una determinada profundidad
(500-1000 m). La presión hidrostática impide la erupción explosiva y solo el
enfriamiento repentino produce fragmentación en la lava, generándose
“hialoclastitas” en sentido estricto.

Muchas “hialoclastitas” con frecuencia aparecen sin estratificar (en aguas poco
profundas pueden estar retrabajadas por olas o corrientes y presentar
estructuras de rocas clásticas. También pueden ser transportadas a aguas
profundas por corrientes de turbidez, mostrando deslizamientos y grano
selección).

Los clastos son de tamaño variable, variando de milímetros a centímetros,


tendiendo a fino, pobremente calibrados y formados por fragmentos de lava
vesicular (hojas, escamas, lascas). En las “hialoclastitas” los clastos son más
planares y presentan menos vesículas, mientras que en las “hialotobas”, los
clastos son más finos (sin bombas o gotas de lava), angulosos, cóncavos
(paredes de burbujas) y más vesiculares.

Ignimbrita: Es un término conflictivo de definir por sus características


especiales. Se define en un sentido litológico, como nombre de roca, para
referirse a tobas soldadas, mientras que en un sentido genético se relacionan a
depósitos del tipo flujo piroclástico. La primera idea es de por si engañosa, ya
que las ignimbritas pueden presentar zonas no soldadas (Oyarzum, R., 1991).
Según la definición que Cas y Wright (1992) presentan en su libro, las
ignimbritas se consideran rocas o depósitos formados a partir de un flujo
piroclástico pumítico, independientemente de si está soldado o no. Los
fragmentos pueden ser de tamaño muy variado, con piedra pómez y otras
rocas flotando en una matriz de ceniza.

En los depósitos de ignimbritas se observa con frecuencia la presencia de


fragmentos de vidrio más o menos alterados y aplastados, de forma alargada
que se denominan fiamas.

Estos depósitos son típicamente sin selección, masivos, conteniendo


proporciones variables de ceniza, piedra pómez y bloques que ocasionalmente
alcanzan más de 1m de diámetro. En general, tienen un color salmón-rosado,
presentando madera carbonatizada y magnetización térmica remanente, lo que
las diferencia de los depósitos pumíceos tipo mud-flows (Dr. Ivan Petrinovic.
CONICET-Universidad Nacional de Salta-Argentina, 1999).

En determinados depósitos piroclásticos soldados, especialmente en tobas de


composición ácida, se observan caracteres fluidales, lo cual indica que el
conjunto de fragmentos se ha movido unitariamente. Si la masa de fragmentos
ha experimentado un movimiento conjunto antes de caer, desplazándose sobre
el suelo, suspendidos en una fase gaseosa que se mueve a gran velocidad,
este mecanismo dinámico es equivalente a una fluidización y da lugar a
depósitos que presentan a la vez caracteres lávicos y piroclásticos, por lo que
su interpretación es a veces dudosa, ya que suelen encontrarse desconectados
de sus centros de emisión. Estos materiales reciben diferentes nombres en la
bibliografía (ignimbrita, eutaxita, piperno, tufolava, clastolava, ash-flow, sillar,
owharoita, etc), debido a que presentan importantes variaciones estructurales y
petrográficas, incluso dentro de la misma unidad, (Araña Saavedra, V.; Ruiz
López, J., 1974).

Se hace referencia al aspecto flameado, común a estos depósitos, que se


patentiza por el aplastamiento y estiramiento de los fragmentos vítreos o de
piedra pómez, aún plásticos, durante el flujo laminar. Entre los aspectos
estructurales y texturales de estos depósitos se destaca la presencia de
fragmentos de rocas y piedra pómez, así como de vidrio (“shards”).

Kersantita: Compuesta por fenocristales de Mg-biotita, con o sin hornblenda,


olivino o piroxeno y se que se encuentran en la matriz de estos mismos
minerales más plagioclasa y ocasionalmente feldespato alcalino.
Lapilli: Piroclasto con tamaños que oscilan entre 2 mm y 64 mm.

Latita: Roca volcánica compuesta por cantidades aproximadamente iguales de


feldespato alcalino y plagioclasa.

Se corresponde con el campo 8 de la clasificación modal QAPF y con la


variedad potásica de la traquiandesita (campo S3 en la clasificación TAS).

La denominación de latita no ha sido muy utilizada en la literatura geológica


cubana. En Cuba central se han reportado en las unidades litoestratigráficas
Guáimaro y Camujiro; (Iturralde-Vinent et al 1986; Piñero, E., 1997 y en
algunos trabajos temáticos del IGP, 1988). En la próxima edición del glosario,
después de debate y consenso, se incluirá indispensablemente sus
descripciones petrográficas típicas, así como la clasificación química de las
rocas reportadas bajo esta denominación.

Latita cuarcífera: Término en sinonimia con cuarzo latita. Se utilizan los dos
términos. Actualmente se usan para nombrar a rocas volcánicas compuestas
de feldespato alcalino y plagioclasa en cantidades aproximadamente iguales,
cuarzo y minerales máficos. Se corresponde con el campo 8 * de la clasificación
modal QAPF. En la literatura geológica cubana hay escasos reportes sobre
esta roca.

Liparita: Nombre dado a la riolita por Richthofen en 1860. Actualmente definido


como sinónimo de riolita. Se recomienda no seguir utilizando el término de
liparita.

Lavobrecha: Roca donde el material fragmentario y la lava cementante tienen


igual composición, diferenciándose principalmente en textura. Pueden
relacionarse con las brechas autoclásticas (v. brechas volcánicas).

Término muy utilizado en la literatura geológica cubana, basado en la


clasificación de la escuela rusa, y que se sigue utilizando actualmente.

Se han descrito en diferentes formaciones volcánicas del territorio cubano. Por


ejemplo, en la Fm. Mataguá de Cuba central, se describen lavobrechas de
composición andesito-basáltica, donde en ellas el material fragmentario puede
llegar a constituir más del 35-40% del volumen de la roca, con dimensiones
entre 0,5- > 20 cm (como promedio 3-10 cm) y con formas angulosas-
subangulosas; (Zelepuguin, V. 1986).

Lava clastogenética: Ver clastolava.

Lava tobácea: Flujo extrusivo que exhibe características tanto de flujo de lava
como de flujo de cenizas o flujo piroclástico y que se puede considerar por lo
tanto, intermedia entre el flujo de lavas y las tobas fundidas o soldadas. Una de
las variedades de las ignimbritas. No está claro si la lava tobácea es un tipo
genéticamente independiente o no.
El término es sinónimo de tufolava. Los dos términos son igualmente
empleados en diferentes clasificaciones y en la literatura geológica
internacional. En la literatura geológica cubana también son usados los dos,
pero en idioma español, es más apropiado el de lava tobácea, que es el
término que se recomienda en este documento.

En determinados depósitos piroclásticos soldados, especialmente en tobas de


composición ácida, se observan caracteres fluidales. Este carácter fluidal de
algunos depósitos, puede ser de escasa presencia cuando se debe a la rápida
acumulación de piroclastos que conservan elevadas temperaturas y plasticidad,
por lo que pueden desarrollar un corto desplazamiento a favor de la pendi ente.
Sin embargo, en otros casos, la masa de fragmentos ha experimentado un
movimiento conjunto antes de caer, desplazándose sobre el suelo, suspendida
en una fase gaseosa que se mueve a gran velocidad. Este mecanismo
dinámico es equivalente a una fluidización y da lugar a depósitos que
presentan a la vez caracteres lávicos y piroclásticos, por lo que su
interpretación es a veces dudosa, ya que suelen encontrarse desconectados de
sus centros de emisión.

- Según la Comisión de Vulcanología, 1962 (en Vlodaviets, V.I. Manual de


vulcanología, p-288, 1984), es el nombre para rocas lavoclásticas de diferentes
tipos, cuya naturaleza no está clara y cuya característica general es la fluidez
de la lava cementante, así como la existencia de fragmentos de hasta 10 mm.
Para la lava tobácea, al igual que para las ignimbritas, existe un número
excesivo de términos, debido a la naturaleza confusa de estas formaciones (ver
ignimbrita).

Hay autores como E. Maleeb que opinan que el término lava tobácea o tufolava
se basa en la suposición errónea de la caída de fragmentos en la superficie de
la lava y su subsiguiente mezcla con la lava, proceso, que según su criterio, no
se efectúa realmente en la naturaleza (Maleeb, 1976; 1980), y por lo tanto, no
se recomienda la utilización de estos términos.

Lherzolita: Roca ultramáfica compuesta esencialmente por olivino, con


cantidades subordinadas de ortopiroxeno y clinopiroxeno. Si contiene
plagioclasa hasta 15% se nombra lherzolita plagioclásica.

Monzodioríta: Integrada principalmente por plagioclasa, feldespato potásico


(alcalino) y minerales máficos. Puede tener cuarzo (hasta 5%). Los minerales
máficos son anfíbol, biotita y, a veces, clinopiroxeno.

Monzodiorita cuarcífera: Compuesta esencialmente por plagioclasa sódica,


feldespato potásico (alcalino), cuarzo y minerales máficos. La plagioclasa es el
mineral predominante y los máficos son anfíbol, biotita y clinopiroxeno.

Monzogabro: Compuesto esencialmente por plagioclasa cálcica básica y


ortosa (en pequeña cantidad), con la presencia de clinopiroxeno. Puede tener
hornblenda (hasta 15%).
Monzonita: Compuesta por contenidos casi iguales de feldespato potásico
(alcalino) y plagioclasa, presentando menor cantidad de minerales máficos
(anfíbol, biotita y piroxeno). Puede aparecer el cuarzo (hasta 5% de los
minerales félsicos).

Monzonita cuarcífera: Compuesta por contenidos casi iguales de feldespato


potásico (alcalino) y plagioclasa, y esencialmente por cuarzo (5-20% de los
minerales félsicos). También aparecen los máficos (hasta 35%), tales como
anfíbol y biotita.

Norita: Es una roca compuesta esencialmente por bytownita, labradorita o


andesina y ortopiroxeno.

Obsidiana: Vidrio denso que se reconoce por su color oscuro, lustre vítreo algo
resinoso, fractura concoidal y dureza 6-7.

Odinitas: Son rocas de color negro y menos abundante que las espessartitas.
La textura es porfídica y la estructura es masiva. Los fenocristales están
representados por plagioclasas zonadas de composición andesina-labrador,
formando el 30 - 35% y augita con menor frecuencia donde aproximadamente
constituye el 3-5%. En la matriz se observa hornblenda, cuarzo y como mineral
accesorio magnetita y apatito, predominando el primero.

Ortopiroxenita: Es una roca ultramáfica constituida casi completamente por


ortopiroxeno. Si contiene entre 10 y 40% de olivino, se nombra ortopiroxenita
olivínica.

Pegmatita: Roca vetítica, compuesta por minerales de grano grueso o muy


grueso.

La roca de este tipo se debe nombrar, poniendo los nombres de sus minerales
integrantes como adjetivos. Por ejemplo: pegmatita biotita-cuarzo- feldespática.

El término pegmatítico se usa solamente como un término cualitativo en


conjunto con el nombre genérico, el cual describe solamente una facie de
grano grueso que se desarrolla en la masa rocosa de grano relativamente
menos grueso. Por ejemplo: Gabro pegmatítico significa una roca de grano
grueso con la composición gabroica que contiene áreas de grano claramente
más grueso con la composición esencialmente igual (gabroica).

Importante: Los términos pegmatita y pegmatítico no implican una


composición granítica. (Son términos, más bien, texturales y no de
composición).

Pegmatitas y rocas pegmatíticas y aplíticas: En este esquema se incluyen la


pegmatita y las rocas pegmatíticas y aplíticas, por sus estrechos vínculos
genético-espaciales con las rocas ígneas plutónicas.
Picrita: Se define químicamente como el término para calificar el grupo de
rocas con SiO2 <47%, suma de álcalis<2% y MgO>18% (Le Maitre, 1989).
La IUGS propuso una reclasificación de este grupo de rocas, considerando el
MgO>12%, en Le Bas, 2000.

Piroclastos: La IUGS define como piroclasto aquello que se origina por


disrupción como resultado directo de la acción volcánica. Considera el término
piroclasto en sentido amplio y puede ser aplicado a depósitos aéreos de caída,
de flujo, avalanchas, lahares, hialoclastitas, brechas intrusivas y extrusivas,
diques de tobas, diatremas, etc. (Le Maitre. 1989).

Es un término general utilizado para los materiales generados por la


fragmentación, como resultado directo de la explosión o erupción volcánica, los
cuales no han sido sometidos a procesos de redeposición secundarios.
Los piroclastos pueden ser cristales individuales, fragmentos de cristales, vidrio
o rocas.

Según su tamaño, los piroclastos se clasifican como: cenizas (< 2 mm); lapilli
(2-64 mm) y bloques o bombas (> 64 mm).

Plagiogranito: Integrado principalmente por cuarzo (de 30-60%), plagioclasa


sódica y pequeña cantidad (<10%) de los máficos (anfíbol y biotita). Puede
tener feldespato potásico (alcalino) hasta 10%.

Plagioliparita: Se recomienda no utilizar el término. (ver plagioriolita).

Plagioriolita: Variedad de riolita que contiene fenocristales de plagioclasa


sódica. (Le Maitre, 1989). Sinónimo de plagioliparita.

En Cuba se han descrito en las vulcanitas de la Fm. Los Pasos, en Cuba


central, de un arco de isla primitivo.

Pórfído: Lo utilizamos cuando se observan una serie de cristales de gran


tamaño, englobados en una masa compuesta por otros de un tamaño menor,
es decir, dos poblaciones de cristales (dos tamaños). Es también un término
textural.

Porfirita andesítica: Término en desuso, utilizado anteriormente en la


literatura geológica cubana para identificar rocas antiguas o de textura porfírica.
En su lugar se debe utilizar el término andesita con el calificativo o prefijo que
corresponda.

Porfirita basáltica: Término en desuso, utilizado anteriormente en la literatura


geológica cubana para identificar rocas antiguas o de textura porfírica. En su
lugar se debe utilizar el término basalto con el calificativo o prefijo que
corresponda.

Piedra pómez: Incluye las rocas piroclásticas porosas. Están compuestas de


vidrio en forma de espuma, que se originan durante el enfriamiento muy rápido
de un magma ascendente de alta viscosidad. El material expulsado es muy rico
en gas y solidifica durante su vuelo por el aire. Estas son muy características
de las vulcanitas claras y ácidas, y por ello son de color blanco grisáceo hasta
amarillento. Las piedras pómez frescas son de brillo sedoso.

Pumita: Vidrio volcánico extremadamente poroso, cuyas cavidades se deben a


la expansión de los gases a elevadas temperaturas, cuando el magma alcanza
la superficie y disminuye bruscamente la presión a que estaba sometido en la
profundidad. Se obtiene así un material blancuzco o grisáceo, de lustre sedoso
o resinoso, constituido por una masa fibrosa cruzada por multiplicidad de poros
fácilmente observables; (Segura, S.R., 1973; Glosario Geológico-Instituto de
Geociencias, Universidad de Brasilia, 2001).

Riolita: Nombre general dado a las rocas volcánicas de composición ácida.


La riolita es una roca volcánica consistente en fenocristales de cuarzo y
feldespato alcalino, con contenidos variables de plagioclasa y biotita, en una
matriz microcristalina o vítrea.

Según la clasificación modal QAPF, de la IUGS, se define en el campo 3 (a, b).


Según la clasificación química TAS, de la IUGS, se define en el campo R, (Le
Maitre, 1989).

Rocas epiclásticas: Roca compuesta por fragmentos originados por


meteorización y erosión de rocas volcánicas y no volcánicas que pueden
contener < 25% de material piroclástico.

Rocas piroclásticas: Depósitos predominantemente consolidados que


contienen más del 75% de volumen de material piroclástico. Según el tamaño
de sus fragmentos se clasifican en: aglomerados y brechas piroclásticas (> 64
mm), toba de lapilli o toba lapíllica (2-64 mm) y toba o toba de cenizas (< 2
mm).

Rocas tobáceas: Término genérico utilizado en la clasificación para las rocas


constituidas por mezclas piroclásticas y epiclásticas, con un contenido entre 25-
75% de material piroclástico. En esta clasificación, el término de rocas
tobáceas es sinónimo de tufitas.

Rocas volcánicas: Son aquellas rocas ígneas de textura afanítica (los cristales
individuales no pueden ser distinguidos a simple vista), que pueden contener
vidrio y cuya formación está relacionada a la actividad volcánica. Pueden ser
tanto eruptivas (que han salido a la superficie) como las coladas de lavas o
intruidas a niveles altos, cercanas a la superficie, como diques, sills, etc. (Le
Maitre, 1989).

Rocas volcánicas con vidrio: Término que se utiliza para rocas volcánicas
con vidrio, donde el aumento del mismo puede indicarse con los términos
siguientes:

- Presencia de vidrio: 0-20%


- Rica en vidrio: 20-50%
- Vítrea: 50-80%

Rocas con más del 80% de vidrio reciben nombres propios, tales como
obsidiana, pumita y otros. También la presencia de vidrio puede indicarse
utilizando el prefijo hialo, como por ejemplo hialobasalto.

Rocas volcánicas de composición ácida: Término químico comúnmente


usado, definido ahora en la clasificación TAS como rocas que contienen más
del 63% de SiO2.

Rocas volcánicas de composición intermedia: Término químico


comúnmente usado, definido ahora en la clasificación TAS como rocas que
contienen entre 52-63% de SiO2. Algunos autores han restringido el rango a
57-63% de SiO2.

Rocas volcánicas de composición básica: Término químico comúnmente


usado, definido ahora en la clasificación TAS como rocas que contienen entre
45% y 52% de SiO2. Algunos autores amplían el rango entre 45% y 57%.

Rocas volcanoclásticas: Rocas constituidas por todo tipo de materiales


volcánicos clásticos, con independencia del proceso de fragmentación,
dispersados por cualquier agente de transporte y depositados en cualquier
ambiente, o mezclados en proporción significativa con fragmentos no
volcánicos (Fisher, 1961).

Incluye el grupo de rocas mixtas piroclásticas-epiclásticas. Se clasifican, en


primer lugar, atendiendo a la proporción del componente piroclástico con
relación a los sedimentarios y/o de otro origen, distinguiéndose así los
siguientes tipos: rocas piroclásticas (>75% de fragmentos piroclásticos); tufitas
o rocas tobáceas (25-75% de fragmentos piroclásticos); rocas epiclásticas
(volcánicas y/o no volcánicas) con material piroclástico (<25% de fragmentos
piroclásticos).
También se clasifican de acuerdo a su granulometría.

Serpentinita: Roca ultramafica totalmente serpentinizada.

Shoshonita: Término colectivo, para una roca traquiandesítica, relacionada a


la banakita y absarokita. Originalmente fue descrita pobremente como un
basalto con ortoclasa. Este término ha sido usado de diferentes maneras para
rocas volcánicas potásicas de composición intermedia y basáltica.
Actualmente es definida químicamente como la variedad potásica de la
traquiandesita basáltica en el campo S2 de la clasificación del TAS (Iddings,
1985 a, p. 943.; Shoshone River, Yellowstone National Park, Wyoming, USA;
Trög. 269; joh. V.4, p. 44; Tomk. p. 521). (Le Maitre, 1989).

Sienita: Integrada principalmente por feldespato potásico (alcalino) y


subordinadamente, plagioclasa, anfíbol, biotita y piroxeno. Puede aparecer el
cuarzo (hasta 5%).
Sienita cuarcífera: Compuesta principalmente por feldespato potásico
(alcalino), cuarzo, plagioclasa y minerales máficos (anfíbol y biotita). El
feldespato potásico es el mineral predominante.

Sienita de feldespato alcalino: Es una variedad de sienita, en la cual la


plagioclasa alcanza < 10 % del contenido total de feldespato.

Sienita de feldespato alcalino cuarcífera: roca plutónica félsica, compuesta


principalmente por feldespato alcalino, cuarzo y minerales máficos.

Sienita hornbléndica-biotítica: de grano muy grueso es la más desarrollada.


Macroscópicamente es una roca masiva de color gris-rosado o gris.
Microscópicamente presenta una textura hipidiomórfica-granular. Está
compuesta predominantemente por feldespato potásico (50-55 %) y plagioclasa
(28-30 %), presentando minerales máficos (10-15 %) y minerales accesorios
(2-8 %).

El feldespato potásico (ortosa y ortosa-pertítica) y la plagioclasa (desde básica


hasta albita-oligoclasa) forman granos gruesos idiomórficos (prismáticos). La
ortosa aparece tanto fresca como pelitizada, mientras que la plagioclasa está
pelitizada y, raramente, sericitizada. Los minerales máficos están
representados por hornblenda y biotita. La hornblenda, de color verde oscuro,
forma granos gruesos distribuidos irregularmente. Este mineral, en general, se
encuentra fuertemente epidotizado y cloritizado o débilmente uralitizado. La
biotita es de color carmelita oscuro.

Los minerales accesorios son abundantes y están representados por


magnetita, pirita, esfena, zircón, apatito y raramente granate.
Se han observado algunas rocas con aspecto porfiroideo, con fenocristales de
ortosa-pertítica y con dimensiones que alcanzan hasta 3 cm. Estos
fenocristales a menudo se observan orientados paralelamente, lo que le da a la
roca una textura traquítica.

Sienitas leucocráticas: pueden ser cuarcíferas o no, se caracterizan


fundamentalmente por la escasez de minerales máficos y accesorios. Es una
roca masiva de grano fino de color rosado, crema e incluso blanco-rosado, con
la textura hipidiomórfica-granular. Está compuesta predominantemente por
feldespato potásico (62-65 %) con plagioclasa (hasta 30 %), donde el cuarzo
puede en algunas ocasiones alcanzar el 10%, los minerales máficos (1 %) y
los minerales accesorios (1%), representados por esfena, magnetita y apatito.

El feldespato potásico (ortosa-pertítica) está débilmente pelitizado, con formas


prismáticas (alcanzando hasta 0,5 mm) y algunos granos irregulares. La
plagioclasa (oligoclasa- No 17-18) está débilmente pelitizada, formando
prismas de hasta 0,5 mm. La esfena aparece en forma de granos irregulares
que a veces bordean la magnetita.
Tefra: Término colectivo empleado para designar los depósitos piroclásticos de
caída no consolidados.

Los piroclastos de proyección aérea reciben actualmente el nombre genérico


de tefra o tephra y se clasifican según su tamaño en bombas volcánicas, lapillis
y cenizas, aunque la tabulación dimensional no responde a medidas estrictas.
Otra nomenclatura menos precisa incluye los términos escoria, cinder, arenas,
etc. Cuando estos materiales se cementan se denominan con el nombre
genérico de Tobas.

Tefrita: Roca basáltica alcalina compuesta esencialmente de plagioclasa


cálcica, clinopiroxeno y feldespatoide. Se corresponde con el campo 14 de la
clasificación modal QAPF y con el campo U1 del TAS. (Término antiguo
usualmente atribuido a Pliny, 77 AD – Ver Johannsen para fomentar discusión;
del Griego tephra=ash; Trög. 999, Joh. V.4, p. 230; Tomk p. 567) en (Le Maitre,
1989).

Textura: Es el conjunto de características, esencialmente geométricas, de una


roca, determinadas por el grado de cristalinidad, tamaño de los granos, forma
de los mismos y relaciones geométricas entre ellos.Tomado textualmente de
(Castroviejo, R. 1998). Sigue un glosario, por orden alfabético, de los términos
más comunes:

Acumulada (“cumulate”): Acumulación de cristales (“cumulus”) por densidad o


crecimiento cristalino (a partir del líquido “intercumulus”), formando unas capas
o niveles diferenciados en un complejo estratiforme (típico de rocas máficas /
ultramáficas). Comprende los tipos: adcumulado, ortocumulado y
crescumulado, según la carencia de líquido intercumulus, que esté presente o
que se desarrollen grandes cristales alongados (generalmente olivino,
piroxeno, plagioclasa, apatito), orientados transversalmente al bandeado,
respectivamente.

Alotriomórfica (o xenomórfica o anhédrica): los contornos no se corresponden


con las caras cristalinas del mineral (generalmente son irregulares o impuestos
por el entorno).

Antipertita: ver pertita.

Corona: Formación de una zona concéntrica, sobre un mineral primario, de


otros minerales debidos a reacción. Esto es típic de rocas metamórficas, pero
también posible en rocas ígneas (p.ej. en gabros: v. Simplectitas).

Criptocristalina: Los cristales son tan pequeños que no se pueden diferenciar al


miocroscopio petrográfico.

Epiclástica: Textura detrítica (sedimentaria) o volcaniclástica, intermedia entre


la clástica (sedimentaria) y la piroclástica (ígnea). En este caso, se caracteriza
por la coexistencia en el mismo depósito de fragmentos volcánicos piroclásticos
(<25%) y componentes sedimentarios, típicamente fragmentos detríticos, que
pueden ser también de origen volcánico, pero retrabajados (más o menos
redondeados por procesos sedimentarios).

Esferulítica: Textura caracterizada por la existencia de esferulitos o agregados


esferoidales de estructura interna acicular radiada. Es típica la desvitrificación
de lava, particularmente riolitas.

Eutaxítica: Textura formada por fragmentos aplastados y orientados (por


compactación) de piedra pómez y partículas vítreas, en una matriz piroclástica
que puede contener también otros fragmentos (cristalinos, líticos, etc.). Son
típicas de tobas soldadas (depósitos calientes, próximos al punto de fusión, y
por ello, con un comportamiento plástico), coladas piroclásticas e ignimbritas.

Felsítica: Textura volcánica en la que en lugar del vidrio aparece una matriz en
mosaico muy fino, irregular, compuesto por feldespato y cuarzo, en cristalillos
intercrecidos.

Gráfica: Caracterizada por intercrecimientos de cuarzo cuneiforme incluidos en


grandes cristales de feldespato alcalino; típica de pegmatitas y también de
granitos subsolvus eutectoides. En ocasiones se hace muy difícil diferenciar
entre algunas lavas y lavobrechas fluidales de las tobas soldadas e ignimbritas,
que en conjunto forman parte de los flujos piroclásticos.

Granofídica: Definida por intercrecimientos de cuarzo y feldespato K-Na de


composición intermedia, típica de granófidos (granitos hipersolvus). Se ha
propuesto (Shelly, 1993) restringir el término a los intercrecimientos de un
cristal de cuarzo (ramificado) en el cristal único de feldespato. Parecida a la
gráfica, pero de menor tamaño (se le ha dado también el nombre de
micrográfica) y afecta solo a los minerales citados.

Granuda: Holocristalina con tamaño de grano relativamente uniforme, que da


lugar a una roca homogénea, típicamente isótropa, no orientada.

Glomeroporfídica (o cumuloporfídica): Los cristales están adheridos, en grupos,


a modo de grumos.

Heterogranular o inequi-): Componentes de diferentes tamaños.

Hialofítica: Caso particular de la textura subofítica, con vidrio en lugar de una


parte del piroxeno.

Hialopilítica: Caso particular de la textura intersertal, cuando el vidrio ocupa los


espacios entre los microlitos entrecruzados.

Hipidiomórfica (o subhédrica): El mineral está solo parcialmente limitado por


caras cristalinas, algunos de sus contornos están determinados por el entorno.

Hipocristalína: Coexisten cristales y vidrio.

Holocristalina: Todos los componentes son cristalinos (no hay vidrio).


Holohialina: Toda la roca está constituida por vidrio (no hay cristales).

Homogranular (o equigranular): Componentes con tamaños similares.

Idiomórfica (o automórfica o euhédrica): La morfología del cristal está bien


desarrollada, es decir, el mineral exhibe su forma propia y está limitado por
caras cristalinas.

Intergranular: Formada por microlitos de plagioclasa, cuyos espacios


intersticiales están ocupados por granos de minerales ferromagnesianos
(olivino, piroxeno, opacos como magnetita etc.), sin orientación.

Intersertal: Similar a la intergranular, pero con los intersticios ocupados por


vidrio, material criptocristalino o minerales no granulares, secundarios o
deutéricos (serpentinitas, clorita, calcita, zeolitas, etc.).

Kelifítica: v. Simplectítica.

Mesopertita: v. Pertita.

Miarolítica: Con cavidades irregulares, de dimensiones centimétricas, con


relleno cristalino de tendencia euhédrica (minerales tardíos), en rocas ígneas.

Microcristalina: Cristales finos, solo observables al microscopio.

Micrográfica: v. Granofídica.
Microgranuda: Granuda de grano fino. (Significado análogo transmite el prefijo
micro a otros términos, como microporfídica, micropegmatítica, etc.).

Microlítica: Término general que, referido a una roca volcánica, alude a la


constitución de su mesostasis por microlitos de feldespato o,
excepcionalmente, de otros minerales.

Microporfídica: Textura porfídica solo visible al microscopio.

Mirmequítica: v. Simplectítica.

Ofítica: Cristales tabulares (idiomorfos) de plagioclasa, entrecruzados e


incluidos en una masa cristalina de piroxenos de mayor tamaño. En Cuba
también se ha usado este término de ofítica o diabásica para definir la textura
determinada por cristales de plagioclasa idiomórfica que se disponen a manera
de triángulo, y en los centros o intersticios el máfico xenomórfico.

Orbicular: Textura plutónica caracterizada por la presencia de cuerpos o


agregados de forma redondeada y compuestos por capas concéntricas, con
cristales dispuestos en forma radial (típicamente feldespatos) y
tangencialmente (micas).
Orientada: Compuesta por cristales que se disponen según una dirección
preferente.

Panidiomórfica: Cuando todos sus componentes principales son idiomórficos.

Panalotriomórfica: Cuando todos sus componentes principales son


alotriomórficos.

Pertítica: Constituida por pertita, es decir, por intercrecimientos microscópicos


(con aspecto de gotas, lágrimas, vetillas o formas irregulares) o desmezclas de
albita en feldespato potásico (dominante). Si la fase dominante es sódica
(albítica), el intercrecimiento recibe el nombre de antipertita. Para
composiciones intermedias se usa el nombre de mesopertita. Ocasionalmente
(enfriamiento muy rápido) los intercrecimientos pueden ser submicroscópicos:
criptopertita.

Pilotaxítica: Textura orientada (fluidal) de rocas volcánicas básicas o


intermedias (andesíticas), caracterizada por la disposición subparalela de los
microlitos de feldespato (siguiendo las líneas de flujo de lava), en cuyos
intersticios precipita material criptocristalino o vidrio.

Piroclástica: Textura típica de rocas volcánicas de origen explosivo (p.ej. tobas)


y caracterizada por la acumulación de fragmentos de roca (líticos o
procedentes del encajante), de piedra pómez (juveniles o del material volcánico
emitido en ese momento) o de cristales magmáticos, gotitas de lava, etc. El
material piroclástico recibe también el nombre de tefra. Son típicas las formas
angulosas, incluso para las gotitas de magma proyectadas (esquirlas de vidrio).
Según su tamaño, los fragmentos se clasifican como: cenizas (<2mm), lapilli 2-
64mm) y bloques o bombas (>64mm). Los bloques son angulosos (fragmentos
de roca sólida), mientras que las bombas tiene formas suaves, por
corresponder a fragmentos pastosos (semifundidos).

Poikilítica: También llamada en criba, se caracteriza por la existencia de


pequeñas y frecuentes inclusiones minerales en un cristal relativamente
grande.

Porfídica: Caracterizada por la existencia de fenocristales o cristales de gran


tamaño, en una matriz o mesostasis formada por cristales de tamaño más fino
o vidrio.

Porfídica seriada: Cuando hay una transición gradual entre la mesostasis o


matriz (pasta de grano más fino que engloba los fenocristales) y los
fenocristales.

Pumítica (de pómez): Textura de aspecto esponjoso, con abundantes


cavidades o vesículas de formas redondeadas ocasionadas por exsolución y
expansión de los gases de una roca volcánica (vesiculación). Se da también en
los fragmentos de piedra pómez de depósitos piroclásticos.
Rapakivi: Textura peculiar de algunas rocas graníticas que presentan grandes
cristales de feldespato potásico redondeados y recubiertos por capas
concéntricas de plagioclasa. Se ha explicado como resultado de la mezcla de
magmas.

Seudomórfica: Los minerales secundarios, que reemplazan a otros anteriores


(los originales de la roca o primarios), heredan y conservan la forma (o
contorno externo) de los mismos.

Simplectita: Que contiene simplectitas o intercrecimientos microscópicos de


minerales debidos a crecimiento asociado por reacciones secundarias o
reemplazamiento. Entre ellas se cuentan las mirmequitas (simplectita de cuarzo
vermicular en plagioclasa) y las asociaciones de espinela o granate
intercrecidos con anfíbol o piroxeno en los bordes kelifíticos (o texturas en
corona, por reacción) que se forma sobre olivino en gabros.

Soldada: v. Eutaxítica.

Spinifex: Constituida por cristales muy alargados de olivino, de hábito laminar y


a veces esqueléticos, en una matriz vítrea o piroxénica. Típica de vulcanitas
ultramáficas, como las komatitas arcaicas.

Subofítica: Caso particular de la ofítica, con abundante plagioclasa, cuyos


cristales exceden en longitud a los de piroxeno y por tanto éstos sólo engloban
parcialmente a aquéllas.

Tefra: v. Piroclástica.

Traquítica: Textura volcánica fluidal, con microlitos de feldespato alcalino que


se disponen paralelamente a las líneas de flujo y rodeando los eventuales
fenocristales. Análoga a la pilotaxítica, pero en rocas de composición traquítica.

Variolítica: Análoga a la esferulítica, pero en rocas de composición básica,


volcánicas o hipoabisales. Las variolas se componen de agregados fibroso-
radiados, o en forma de haz, de plagioclasa, ocasionalmente intercrecidos con
minerales ferromagnesianos.

Vitroclástica: Caso particular de textura piroclástica, caracterizada por esquirlas


y microfragmentos angulosos de vidrio, procedentes de la proyección explosiva
de minúsculas gotitas de lava.

Vitrofídica: Porfídica con matriz vítrea.

Volcaniclástico o volcanoclástico: Término general que designa todos los


materiales clásticos de origen volcánico, sea cual sea el proceso de
fragmentación, transporte y depósito, incluso cuando están mezclados con
fragmentos no volcánicos.

Toba: Roca piroclástica formada a partir de la consolidación de materiales


fragmentarios provenientes de la acción explosiva de los volcanes y en la cual
el tamaño promedio de las partículas clásticas (piroclastos) varía entre 2 mm y
1/256 mm. Contiene más del 75% de volumen de piroclastos
predominantemente consolidados. El término es sinónimo de toba de cenizas
(v. toba de cenizas).Si el tamaño promedio de los fragmentos oscila entre 2-
1/16 mm, la roca se denomina toba de cenizas gruesa, y si se encuentran entre
1/16-1/256 mm, se nombra toba de cenizas fina.

Cuando el tamaño promedio de los fragmentos varía entre 2 y 64 mm la roca


se denomina toba de lapilli, o toba lapíllica. (v. toba de lapilli).

La naturaleza de los fragmentos o piroclastos constituyentes definen tanto la


nomenclatura de una toba como el carácter de su textura. Los componentes
básicos son de 3 tipos: vítreos, cristalinos y líticos. Los mismos determinan el
tipo de toba, (p.ej. toba vítrea, toba cristalina, toba lítica) y la textura de éstas
(ej: vitroclástica, cristaloclástica, litoclástica). La combinación de estos
constituyentes es muy frecuente y se expresa en el nombre y la textura de
estas rocas (p.ej. tobas cristalolíticas, cristalovítreas, litocristalinas,
litovitrocristalinas) con texturas (cristalolitoclásticas, cristalovitroclásticas,
litocristaloclástica, litovitrocristaloclástica, respectivamente.

Las rocas piroclásticas pueden ser unimodales bien calibradas (aglomerados,


brechas, toba lapíllica, toba de cenizas); o pobremente calibradas o
polimodales (p.ej. toba de lapilli y cenizas).

Toba de cenizas: Se entiende como sinónimo de toba. Ellas se dividen en


tobas de cenizas gruesas (2 mm-1/16 mm) y toba de cenizas finas (< 1/16 mm).
Ver toba cinerítica.

Toba cinerítica: Sinónimo de toba de cenizas y de cinerita. En la literatura


geológica cubana ha sido muy utilizado el término de toba cinerítica.

En la literatura geológica internacional se utilizan los dos términos, pero con


preferencia el de toba de cenizas, que es el que se recomienda.

Toba cristalina: Definida en la clasificación de rocas piroclásticas como una


toba en la cual los fragmentos de cristales de minerales son más abundantes
que sus fragmentos líticos o vítreos. Generalmente los cristales se encuentran
representados, según la composición química de la toba (ácida, media o
básica), por plagioclasa, cuarzo, anfíbol, piroxeno, biotita, feldespato potásico,
apatito, circón y/o rutilo entre otros.

Toba de composición heterogénea: Roca piroclástica (> 75% de material


piroclástico), con granulometría < de 2 mm (cenizas) y constituida por
fragmentos (vítreos, cristales, o líticos) de diferente composición.
En la literatura se emplean también otros términos para definir este tipo de
roca, como son: toba híbrida, mezclada, heterolítica y mixta.

Toba de lapilli: Definida en la clasificación de rocas piroclásticas como una


toba en la cual los piroclastos promedian entre 2 y 64 mm. Este término es
sinónimo de toba lapíllica.

Toba lapíllica: Sinónimo de toba de lapilli.

Toba lítica: Definida en la clasificación de rocas piroclásticas como una toba


en la cual los fragmentos líticos o litos son predominantes. En estas tobas
puede predominar un tipo litológico que determina la composición de la
muestra. De esta forma podemos tener las tobas dacíticas, andesíticas,
basálticas, etc.

Toba soldada: Los piroclastos pueden compactarse y cementarse en un


proceso posterior a su depósito al circular fluidos y formarse un cemento que
consolide el depósito. Estos depósitos reciben genéricamente el nombre de
tobas. El mismo fenómeno de compactación de los fragmentos puede
desarrollarse cuando los piroclastos son masivos y conservan elevadas
temperaturas, por lo que pueden soldarse adquiriendo gran consistencia. Este
es el caso de las tobas soldadas. (Araña, V.1974).

La toba soldada es una roca volcánica en la que los fragmentos han sufrido
calentamiento o fusión parcial, debido al calor retenido por gases intersticiales y
de reacciones exotérmicas de oxidación, lo que, conjuntamente con el peso de
las capas piroclásticas depositadas posteriormente, provoca que dichos
fragmentos den como resultado una roca soldada (Glosario Geológico-Instituto
de Geociencia Universidad de Brasilia, 2001).

Toba vítrea: Definida en la clasificación de las rocas piroclásticas como una


toba en la cual que los fragmentos vítreos son más abundantes que sus
fragmentos líticos o cristalinos.
Las partículas de vidrio son angulosas y agudas, mientras sus formas se
adaptan generalmente a uno de los siguientes tipos:

1. Curvo, media luna o en forma de Y, generalmente con 4 o más lados


cóncavos.
2. Placas planas.
3. Fibras o filamentos finos.
4. Polvo, representativo de los restos fragmentados de burbujas y
vesículas de gases.
Tonalita: Compuesta esencialmente por cuarzo (de 20-30%) y plagioclasa
sódica, generalmente presenta anfíbol (hasta 15%). Puede aparecer el
feldespato potásico (hasta 10%). Cuando el % de cuarzo excede el 30% le
llamamos leucocrática.

Traquiandesita: Término utilizado originalmente para referirse a rocas


volcánicas de composición intermedia entre traquita y andesita, con cantidades
aproximadas o iguales de plagioclasa y feldespato alcalino; también es usado
para rocas volcánicas con plagioclasa, feldespato alcalino y foides.

Actualmente, según la clasificación química del TAS, se define en el campo S 3


y empleando los criterios para este campo, de acuerdo a las cantidades
relativas de Na2O – 2.0 ≤ K2O puede ser considerada como latita.

Traquibasalto: El término fue usado originalmente para rocas con


feldespatoides.
El término se utiliza principalmente para denominar rocas volcánicas basálticas
que contienen labradorita y feldespato alcalino. Según la clasificación química
del TAS se define en el campo S 1, (Le Maitre, 1989).

Traquidacita: Término usado para una variedad de riolita que contiene broncita
y una relación de feldespato alcalino a oligoclasa de 2:1.

En la actualidad se define químicamente como una roca con más del 20% de
cuarzo normativo, y se define en el campo T de la clasificación TAS., (Le
Maitre, 1989).

Traquiandesita basáltica: Término grupal introducido para definir una roca de


composición intermedia entre traquiandesita y traquibasalto. Según la
clasificación del TAS se define en el campo S 2, y empleando los criterios para
este campo, de acuerdo a las cantidades relativas de Na 2O – 2.0 K2O, puede
ser considerado como shoshonita , (Le Maitre, 1989).

Traquita: Roca volcánica, compuesta esencialmente de feldespato alcalino.


Actualmente, según la clasificación modal del QAPF, se define en el campo 7, y
por la clasificación química del TAS, en el campo T, (Le Maitre, 1989).

Troctolita: Es una variedad de gabro compuesto esencialmente por


plagioclasa altamente cálcica con pequeña cantidad o ausencia de piroxeno.

Trondhjemita: En la literatura representa una variedad de granito leucocrático


integrada esencialmente por plagioclasa sódica, cuarzo con biotita en pequeña
cantidad (2-4%), donde la hornblenda es muy rara. Algunos autores la utilizan
como sinónimo de Plagiogranito o Tonalita leucocrática. En Cuba no usamos
actualmente ese término.

Tufita: Término genérico usado que se recomienda para rocas compuestas de


mezclas piroclásticas y epiclásticas. El contenido de material piroclástico es de
25% a 75%, (Schmid, 1981, p.43). El término es sinónimo de rocas tobáceas.

Las tufitas (o rocas tobáceas) se dividen de acuerdo al tamaño promedio del


grano y se nombran agregando el adjetivo tobáceo al término empleado en la
clasificación de las rocas sedimentarias: conglomerado tobáceo, brecha
tobácea, arenisca tobácea, limolita tobácea, mudstone o argilita (arcillita)
tobácea.
En la clasificación de la escuela rusa el término de tufitas se utilizaba para las
rocas que contenían entre 50-90% de material piroclástico. El término de rocas
tobáceas se reserva para aquellas rocas con menos del 50% de componente
piroclástico.

Tufolava: Ver lava tobácea.

Vogesita: Es una variedad del lamprófido, cuyo contenido de anfíbol es mayor


que el de la biotita y el contenido del feldespato alcalino es mayor que el de la
plagioclasa. La augita frecuentemente está presente.

Volcanoclástico o volcaniclástico: Término general que “define el campo


entero de materiales clásticos, compuestos totalmente o en parte por material
volcánico, formado por algún proceso generador de partículas (p.ej.
piroclástico, hidroclástico, epiclástico, autoclástico, etc) y transportados por
cualquier mecanismo y depositado, pudiéndose mezclar con otro tipo de
depósito volcanoclástico” (definido por Fisher, 1961).

Vulcanología (volcanología) física: Es el estudio de los productos de las


erupciones volcánicas, de los mecanismos volcánicos y de los paisajes (formas
de relieve), producidas por las erupciones volcánicas.

Por definición, la vulcanología física incluye aspectos de carácter físico de los


productos de la erupción, del análisis facial, de la estratigrafía y de la
reconstrucción de los paleoambientes (una de las metas de la mayoría de los
levantamientos geológicos).

Websterita: Es una variedad de piroxenita que contiene iguales cantidades de


ortopiroxeno y clinopiroxeno.

Wehrlita: Roca ultramáfica compuesta por olivino y clinopiroxeno.

Xenolava: Roca compuesta por fragmentos de lava y cemento de lava de


diferente composición.

Término de amplio uso en la literatura geológica cubana, basado en


clasificaciones de la escuela rusa (Comisión de Vulcanología de la URSS,
1962; Koptev Dvornik, 1967).

Se describen en numerosas formaciones volcánicas del territorio cubano. En la


literatura geológica cubana se han utilizado los términos de xenolava y
clastolava como sinónimos.

Xenotoba: Término utilizado en la clasificación rusa para nombrar a las rocas


piroclásticas de variada granulometría, constituidas por más del 50% de
material piroclástico y de composición heterogénea. Se recomienda no utilizar
este término. (V. toba de composición heterogénea).

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