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A nadie le gusta fumar cogollos con altos residuos en nitratos, motivados por una
fertilización química, y todos hemos secado alguna vez una planta por exceso de abonado. Son
problemas que nos han sucedido con el uso de abonos de síntesis química, ya sean tanto en su
formato líquido como en su formato sólido, generalmente granulado. Estos abonos son a base de
sales; nitrato potásico, nitrato cálcico, sulfato amónico, fosfato monoamónico, fosfato
monopotásico, o de ácidos; acido nítrico, acido fosfórico, etc. Que aplicados en exceso a una
planta, provocan un exceso de conductividad eléctrica en el suelo que a su vez produce la
muerte de la planta.
Foto; a la izquierda un abono complejo NPK tradicional y a la derecha Urea granulada del 46 %
Todos conocemos por lo general a los microorganismos que son patógenos de las
plantas; los hongos, los virus, los insectos, los nematodos, pero es de sobra conocido, que estos
microorganismos atacan a la planta cuando existe un desequilibrio en la microfauna, es decir,
cuando los microorganismos que mantienen a raya a los patógenos descienden en su población
por diversos motivos. Esto demuestra que hay microorganismos beneficiosos para la planta, ya
que son capaces de controlar a los patógenos.
En los últimos años venimos investigando en la utilización de los microorganismos
beneficiosos para el uso agrícola, con el fin de que combatan hongos, insectos, nematodos, y de
que sean capaces de nutrir a las plantas, es en este último aspecto en lo que centraremos este
artículo.
Desde hace más de 100 años se ha demostrado que las leguminosas son capaces de
sintetizar el nitrógeno del aire mediante una simbiosis con bacterias del genero Rhizobium que
se da en sus raíces. En base a este principio, buscamos microorganismos que pudiesen
asociarse con las plantas para nutrirlas, y conseguimos seleccionar dos bacterias, que aportadas
a la planta de forma conjunta, son capaces de nutrirla sin necesidad de aportes de abonos
químicos, estas bacterias se conservan y envasan de forma latente sobre un soporte inerte y
granulado, y se aportan al sustrato de la planta como si fuera un abono granulado tradicional, las
bacterias, con la humedad se reactivan y se mueven hacia la raíz de la planta donde comienzan
su labor de nutrirla.
El producto preparado para el uso agrícola se llama BIOPRON, y contiene dos tipos de
microorganismos que se encuentran patentados en la colección española de cepas tipo:
Azospirillum brasilense Cepa M3 (CECT 5802)
Pantoea dispersa Cepa C3 (CECT 5801)
Presenta un contenido mínimo garantizado 10 9 (1.000 millones de unidades formadoras
de colonia por gramo) que permite conseguir mediante una sola aplicación las funciones
agronómicas del mismo.
Foto; plantas de pepino; izquierda sin Biopron y derecha inoculada con Biopron, obsérvese la
diferencia de crecimiento de la raíz y la parte aérea.
¿Qué dosis es la adecuada en Cannabis?
La dosis recomendada es 25-75 g/planta, dependiendo del desarrollo que vaya a
tener. Como Biopron no contiene sales, no hay riesgo de secar las plantas si nos pasamos con
las dosis.
Aunque los microorganismos integrantes de BIOPRON ® PMC-3 tienen la posibilidad de
movimiento, los mejores resultados obtenidos han sido cuando se han puedo los gránulos de
BIOPRON ® PMC-3 en contacto lo más cercano posible con las raíces de las plántulas, por ello,
es ideal que sea mezclado con las turbas y los sustratos antes de plantar o sembrar. El uso
siempre debe ser en plantas cultivadas en sustratos; turba y suelo, no debe usarse en cultivos
sin suelo. Los envases son de 1 Kg y la planta no necesita de ninguna otra aportación de
abonos.
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