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COLECCION

Carl Schmitt
IDEOLOGIAS CONTEMPORANEAS
a cargo de
JESUS FUEYO ALVAREZ

Schmitt, Carl, Teoría del partisano, Madrid,


Instituto de Estudios Políticos, 1966, pp.
TEORIA DEL PARTISANO
130. Acotación al concepto de lo político

INSTITUTO DE ESTUDIOS POLITICOS


MADRID
1966
Título original:
THEORIE DES PARTISANEN
Zwischenbemerkung z u m Begriff des Politischen
Duncker & Humblot, Berlin 1963

Traducción de
Ernst Forsthoff
ANIMA SCHMITT DE OTERO en su 60 aniversario
13 septiembre 1962

Depósito Legal: M. 19.069-1966

S. A. E. Gráficas Espejo. —Tomás Bretón, 5 1 . — M a d r i d 7 . — 1 9 66


PREFACIO
El origen de esta Teoría del partisano son dos con-
ferencias que pronuncié en Pamplona en la prima-
vera de 1962, invitado por el Estudio General de
Navarra, y en la Universidad de Zaragoza, el 17 de
marzo en un ciclo de conferencias organizado por la
Cátedra Palafox, dirigido por el profesor don Luis
García Arias. La conferencia apareció en las publi-
caciones de la Cátedra Palafox.
El momento concreto de la publicación actual ex-
plica el subtítulo Acotación al concepto de lo polí-
tico. Se prepara actualmente una reedición de mi
trabajo de 1932. En las últimas décadas se añadie-
ron varios corolarios acerca del tema. Pero el en-
sayo presente no es uno de estos corolarios. Es un
trabajo independiente, aunque en bosquejo, cuyo
tema desemboca inevitablemente en el problema de
la distinción de amigo y enemigo. Presento, pues, la
ampliación de mis dos conferencias de la primavera
de 1962 en la forma sencilla de una acotación, para
que se haga accesible a todos los que han seguido
atentamente, hasta hoy día, la difícil discusión sobre
el concepto de lo político.
Febrero 1963.
CARL SCHMITT
INTRODUCCIÓN
OJEADA A LA SITUACIÓN DE PARTIDA DEL I8O8-I3

El punto de partida para nuestras consideracio-


nes en torno al problema del partisano es la gue-
rrilla que hizo el pueblo español contra el ejército
de un invasor extranjero en los años 1808 a 1813.
Por primera vez en la Historia, el pueblo —un pue-
blo preburgués, preindustrial y preconvencional—
chocó con un ejército regular moderno y bien or-
ganizado sobre la base de las experiencias de la re-
volución francesa. Gracias a este choque se abrieron
nuevos espacios de guerra, se desarrollaron nuevas
nociones de beligerencia y surgió una nueva teoría
de guerra y política.
El partisano lucha irregularmente. Pero la dife-
rencia de lucha regular e irregular depende de la
precisión de lo regular, y encuentra solamente su
contraste concreto y su noción exacta en las mo-
dernas formas de organización resultantes de las
guerras de la revolución francesa. En todas las épo-
cas de la humanidad y de sus múltiples luchas y
guerras ha habido reglas de guerra y lucha y, por
consiguiente, ha habido también desacato y viola-
ción de estas reglas. En los períodos de desintegra-
ción, sobre todo, como por ejemplo durante la gue-
TEORIA DEL PARTISANO
CARL SCHMITT
El partisano de la guerrilla española de 1808 fue
rra de Treinta años en Alemania (1618-1684), y en el primero que se atrevió a luchar irregularmente
todas las guerras civiles y coloniales de la Historia contra los primeros ejécitos modernos y regulares.
universal surgieron fenómenos que se podrían de- En otoño de 1808, Napoleón había vencido al ejér-
nominar partisanos. Mas, para la teoría del parti- cito regular español; á verdadera guerrilla espa-
sano en general, hay que tener en cuenta que la ñola únicamente comenzó después de la derrota del
fuerza y trascendencia de la irregularidad está de- ejército regular. No existe aún ninguna historia com-
terminada p o r la fuerza e importancia de lo regu- pleta y documentada de la guerra partisana espa-
lar que está puesto en trance existencial. Esta re- ñola \ Como dice Fernando Solano Costa, esta
gularidad estatal y militar recibe una nueva y exacta 2. Entre las publicaciones de la Cátedra General Palafox,
precisión en el Estado francés y en el ejército fran- de la Universidad de Zaragosa, vid. FERNANDO DE SALAS LÓPEZ :
Guerrillas y quintas columias, en La guerra moderna, II
cés gracias a Napoleón. Las innumerables guerras ( 1 9 5 5 ) , p. 1 8 1 - 2 1 1 ; JOSÉ MAJÍA JOVER ZAMORA: La guerra de
de los conquistadores blancos contra los pieles ro- la Independencia española m el marco de las guerras euro-
peas de liberación ( 1 8 0 8 - 1 8 1 0 , en La guerra de la Indepen-
jas, desde el siglo XVII hasta el XIX, incluso los mé- dencia española y los sitios ¿e Zaragoza ( 1 9 5 8 ) , p. 4 1 - 1 6 5 ; FER-
todos de los riflemen contra el ejército regular NANDO SOLANO COSTA : La resistencia popular en la guerra de
la Independencia: los guerrilleros, en La guerra de la Inde-
inglés en la guerra de la independencia americana pendencia, cit. p. 3 8 7 - 4 2 3 ; ANTONIO SERRANO MONTALVO : El
(1774-1783) y las guerras civiles entre Chouans y ja- pueblo en la guerra de la Iniependencia: la resistencia en las
ciudades, en La guerra de la Independencia, cit. p. 4 6 3 - 5 3 0 .
cobinos en la Vendée (1793-1796), pertenecen aún a Debemos citar también dos trabajos fundamentales de Luis
la fase prenapoleónica. El nuevo arte bélico de los GARCÍA ARIAS : Sobre la licitud de la guerra moderna, en
La guerra moderna, I, y El nuevo concepto de defensa nacio-
ejércitos regulares de Napoleón se había forjado nal, en Defensa nacional (1Í60). F . Solano Costa afirma, ha-
en el nuevo método revolucionario de lucha. Toda cia el final de su trabajo citado, que hasta ahora falta una
historia documentada del movimiento popular español contra
la campaña de Napoleón contra Prusia en 1806 le Napoleón. Pero tenemos que citar especialmente su trabajo y
pareció a un oficial prusiano de entonces un «tiro- el de J. Jover Zamora como excelente resumen y fuente im-
portante de información. Las obras históricas españolas tra-
teo al por mayor» 1. tan la guerrilla de manera distinta, pero, de todas formas, no
existe ninguna descripción completa que satisfaga el interés
1. EBERHART KESSEL : Die Wandlung der Kriegskunst im actual (Conde de Toreno, Modesto Lafuente, Rodríguez de
Zeitalter der französischen Revolution, en Historische Zeits- Solís, José María García Rodríguez). La obra más extensa es
chrift, 148 (1933), 248 s. y 191 (1960), 397 ss. (rec. de Q U I M B Y : de JOSÉ GÓMEZ DE ARTECHE : Historia de la guerra de la Inde-
The Baclcground of Napoleonic Warfare). WERNER HAHLWEG, pendencia. Nos llevaría demasiado lejos citar los trabajos fran-
Preussische Reformzeit und revolutionärer Krieg, en Wehr• ceses, ingleses y alemanes; puede verse el resumen excelente
wissenchaftliche Rundschau, apénd. 18 (1962), 49-50: "Napoleón de FERNANDO SOLANO COSTA : "El guerrillero y su trascendencia",
hizo de esto —es decir, del nuevo método de lucha de los ejér- en Congreso histórico internacional de la guerra de la Inde-
citos masivos del pueblo revolucionario— un sistema casi per- pendencia y su época (Zaragoza, Institución Fernando el Cató-
fectamente acabado, sus operaciones de la grande guerra, su lico, 1 9 5 9 ) ; allí se encuentran también las comunicaciones de
gran táctica y su gran estrategia." El publicista Julius von SANTIAGO AMADO LORIGA: Aspectos militares de la guerra de
Voss, oficial prusiano, opinó que toda la campaña napoleónica la Independencia; J U A N MERCADER RIBA : La organización ad-
de 1806 podía "calificarse de partisanismo en gran escala". ministrativa francesa en España.
( W . HAHLWEG, Preussische Reformzeit, cit. p. 14.)
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historia es m u y necesaria, pero también muy com- Arteche los calcula en 50.000, y otros aún en muchos
plicada, porque la guerrilla española, su totalidad, menos.
se compuso de casi 200 guerrillas regionales, en Es característico del partisano español de 1808 que
Asturias, Aragón, Cataluña, Navarra, Castilla, etcé- se arriesga a luchar por su tierra y por su patria,
tera, bajo el mando de muchos luchadores. El nom- mientras que el rey y su familia aún no sabían en
bre de algunos de ellos está rodeado de leyendas y dónde estaba el verdadero enemigo. En este aspecto,
mitos, sobre todo Juan Martín Diez, llamado el Em- la autoridad legitimase comportó en España de la
pecinado, que fue el terror de los franceses y per- misma manera que en Alemania. Además, las capas
turbó la carretera de Madrid a Zaragoza . Esta 3
cultas de la nobleza, del clero y de la burguesía eran
guerra partisana se llevó por ambas partes con cruel- en gran medida afrancesadas, y simpatizaron con
dad sangrienta, y no es de extrañar que se haya el invasor extranjero. También en este aspecto hay
publicado más material histórico por parte de los ciertos paralelismos con Alemania, en donde el gran
afrancesados cultos, acostumbrados a escribir libros poeta alemán, Goethe, compuso himnos en honor
y memorias, que por parte de los guerrilleros. Sea de Napoleón, y los intelectuales no sabían nunca
cual sea la relación de mito y leyenda, por un lado, con seguridad a dónde pertenecían. En España, el
y de Historia documentada, por el otro lado, las lí- guerrillero se echó a una lucha sin salida; un pobre
neas de nuestra situación de partida están claras. atrevido, el primer caso típico de carne de cañón
Según Clausewitz, en muchas ocasiones medio ejér- irregular de las disputas político-mundiales. Todo
cito francés hubo de estar en España, y la mitad de esto forma parte, como obertura, de una teoría del
aquellas fuerzas, unos 250.000 a 260.000 hombres, partisano.
estaban ocupados contra los guerrilleros. Gómez de Una chispa saltó entonces desde España al norte.
3. Vid. SOLANO COSTA: La resistencia, cit. p. 387, 402 y 405. Allí no provocó un incendio igual al que dio su im-
G. Marañón publicó el capítulo sobre El Empecinado del libro portancia histórico-universal a la guerrilla española.
inglés de HARDMAN, Peninsular Scenes and Sketches (Edinburgo-
Londres, 1847), en una traducción española. Gómez de Arteche Pero provocó unos efectos cuya consecuencia hoy,
reproduce en el tomo XIV de su obra, como apéndice, una en la segunda mitad del siglo xx, llega a cambiar
conferencia sobre El Empecinado. Aparte del Empecinado ha-
bría que mencionar al cura Merino, al cual se dedica el último la faz de la tierra y de la humanidad. Provocó una
relato en el libro publicado por Marañón. El Empecinado y el teoría de la guerra y de la enemistad que culmina,
cura Merino se encontraron en 1823 en frentes opuestos cuan-
do los franceses, los famosos Cien mil hijos de San Luis, habían lógicamente, en una teoría del partisano.
entrado en España por orden de la Santa Alianza; El Em-
pecinado estaba de parte de los constitucionalistas y el cura Me-
rino de parte de la restauración absolutista y de los fran-
En el año 1809, durante la breve lucha del empe-
ceses. rador de Austria contra Napoleón, hubo un intento
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planificado de imitar el ejemplo español. Con la horst, estaban profundamente impresionados por el
ayuda de publicistas famosos, como Friedrich Gentz ejemplo español. Los gérmenes del libro Vom Krie-
y Friedrich Schlegel, el gobierno austríaco organizó ge que dio una aura casi mítica al nombre de Clau-
una propaganda nacional contra Napoleón. Escritos sewitz, están en el ambiente espiritual de aquellos
españoles se publicaron en lengua alemana. Hein- oficiales del Estado Mayor prusiano entre 1808 y
rich von Kleist acudió, y después de esta guerra aus- 1813. Su fórmula de h guerra como continuación
tríaca de 1809 siguió haciendo propaganda antifran- de la política implica ya in nuce una teoría del par-
cesa en Berlín. En aquellos años, hasta su muerte tisano. Como veremos más adelante, Lenin y Mao
en noviembre de 1811, se convirtió en el verdadero Tse-tung llevaron hasta sus extremos la lógica in-
poeta de la resistencia nacional contra el invasor manente de esta teoría.
extranjero. Su drama Die Hermannsschlacht es la
más grande poesía partisana de todas las épocas. Sólo en el Tirol se produjo una auténtica guerrilla
También hizo un poema, An Palafox, en el cual com- popular, que debe mencionarse en relación con nues-
para al defensor de Zaragoza con Leónidas, Arminio tro problema partisano. Andreas Hofer, Speckbacher
y Guillermo Tell . Los reformadores del Estado
5 y el fraile capuchino Haspinger fueron sus cabeci-
Mayor prusiano, sobre todo Gneisenau y Scharn- llas. Según la expresión de Clausewitz, los tiroleses
se convirtieron en una «antorcha potente» . Pero 6

4. PETER R A S S O W : Die Wirkung der Erhellung Spaniens este episodio del año 1809 acabó pronto. En todo
auf die Erhebung gegen Napoleon I, en Historische Zeits- el resto de Alemania no surgió ninguna guerra par-
chrift, 167 ( 1 9 4 3 ) , 3 1 0 - 3 3 5 , comenta el folleto del ministro es-
pañol Ceballos, Ernst Moritz Arndt, y el Katechismus der tisana contra los franceses. El fuerte impulso na-
Deutschen, de KLEIST. Vid., además, W . HAHLWEG, Preussische cional, que se demostró en sublevaciones y pronun-
Reformzeit, cit. p. 9 n. 9 ss. (acerca de las resurrecciones en
Alemania 1 8 0 7 - 1 8 1 3 ) . También el coronel Schepeler, que se co-
noció más tarde como historiador de la guerra de la Indepen-
ciamientos aislados, desembocó pronto y por com-
dencia española, colaboró desde el norte en los planes austría- pleto en el cauce de la guerra regular. Las luchas
cos de una sublevación armada contra los franceses; vid. H.
JURESCHKE : El coronel von Schepeler. Carácter y valor infor-
de la primavera y verano de 1813 tuvieron lugar en
mativo de su obra historiográfica sobre el reinado de Fernan- campos de batalla, y la decisión final se dio en una
do VII, en Revista de Estudios Políticos, 126 ( 1 9 6 2 ), 2 3 0 . batalla campal, en octubre de 1813, cerca de Leipzig.
5. RUDOLF BORCHARDT ha incluido el poema de KLEIST: An-
Palafox, en su colección Ewiger Vorrat deutscher Poesie ( 1 9 2 6 ) .
El general Palafox, el defensor de Zaragoza, no era partisano,
En el marco de una restauración general, el Con-
sino oficial de carrera, y la defensa heróica de la ciudad por greso de Viena de 1814-15 rehabilitó también las no-
toda la población, hombres y mujeres, aún no era lucha par-
tisana, como subraya H AN S SCHOMERUS (Partisanen) en se-
manario Christ und Welt, 2 6 [ 1 9 4 9 ] ) , sino resistencia regular 6. C. VON CLAUSEWITZ : Politische Schriften und Briefe (ed.
contra un sitio regular. Hans Rothfels. Munich, 1922), p. 217.
17
a
CARL SCHMITT
TEORIA DEL PARTISANO
ciones del Derecho de guerra europeo . Esto fue 7
una conclusión de paz queda siempre posible, e in-
una de las restauraciones más asombrosas de la cluso suele ser el fin normal y supuesto de una
Historia universal. Tuvo el éxito enorme de que guerra. Mientras que esta regularidad clásica tuvo
aquel Derecho de guerra, el Derecho de la guerra validez auténtica, el partisano no podía ser más que
terrestre continental acotada, hubiera dominado la üna figura marginal, como ocurrió realmente duran-
práctica europea de la beligerancia militar hasta la te toda la primera guerra mundial.
primera guerra mundial de 1914-1918. Este Derecho
se denomina aún hoy el Derecho de guerra clásico, HORIZONTES DE NUESTRO ESTUDIO
y con toda la razón. Conoce distinciones inequívocas,
en especial, la diferencia de guerra y paz, de com- Hablo algunas veces de teorías modernas del par-
batientes y no combatientes, de enemigo y criminal. tisano, y debo precisar que en el fondo no existen
La guerra se hace de Estado a Estado, como una teorías viejas que se pudieran contrastar con teo-
guerra de ejércitos regulares estatales, soberanos rías nuevas. En el Derecho de guerra clásico, tal co-
portadores de un ius belli, que se respetan, incluso en mo lo concibe el Derecho internacional europeo,
la guerra, como enemigos, y que no se discriminan no hay cabida para el partisano en el sentido mo-
mutuamente como criminales, de tal manera que derno. O se concebía como una especie de tropa
liegra, sumamente móvil, pero regular —como en las
7. Una serie de restauraciones del Congreso de Viena han
entrado, como tales, en la conciencia general; por ejemplo, el guerras de gabinete del siglo XVIII — o bien se ca-
principio de legitimidad dinástica y la realeza legitima, la alta lificaba como un criminal especialmente odioso que
aristocracia en Alemania, los Estados Pontificios en Italia y,
por vía del papado, la Orden de los jesuítas. Menos conocida,
estaba, naturalmente, fuera de la ley: un hors la
en general, es la gran obra de restauración del jus publicum loi. Tenía que ser así mientras la guerra conservaba
Europaeum y sus acotamientos de la guerra terrestre entre Es-
tados soberanos europeos, una restauración que se mantuvo
alguna significación de duelo con armas francas y
hasta hoy día, por lo menos en los manuales de Derecho sentido de caballerosidad.
internacional, como fachada "clásica". En mi libro Der Nomos
der Erde im jus publicum Europaeum, II (Berlin, Dumeker & Con la introducción del servicio militar obligato-
Humblot Verlag, 1960) no se trata muy detalladamente de la rio, sin embargo, todas las guerras se convierten
interrupción que provocaron las guerras de la revolución fran-
cesa y de la época napoleónica. H A N S WEHBERG (rec. en Frie-
teóricamente en guerras populares. Frecuentemente
denswarte, 50 [1951], 305-314), lo critica con razón. Para suplir se producen situaciones que son difíciles o imposi-
esta falta, por lo menos en parte, debo insinuar la lectura de
los trabajos de Roman Schnur sobre ideas y prácticas jurídico-
bles de solucionar para el Derecho de guerra clá-
internacionales en Francia, entre 1789 y 1815. Hasta ahora se sico; por ejemplo, una levée en masse más o me-
publicó un ensayo titulado Land und Meer, en Zeitschrift
für Politik (1961), 11 ss. La continua neutralidad de Sulza y
nos improvisada, los cuerpos francos o los franco-
su permanente Situation unique pertenece al ámbito de la obra tiradores. Fundamentalmente, de todas formas, la
restauradora del acotamiento de la guerra europea (vid. Der guerra queda acotada, y el partisano está fuera del
Nomos der Erde, cit. p. 222). acotamiento. Incluso pertenece a su esencia y a su
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manera de s e r el estar fuera de cualquier acotamien- Nunca se limitó tan exclusivamente a la guerra re-
to. El partisano moderno no espera ni gracia ni gular de ejércitos como lo hizo el ejército prusiano-
justicia del enemigo. El dio la espalda a la enemis- alemán. La Historia rusa conoce, además, la lucha
tad convencional con sus guerras domesticadas y partisana autóctona contra el ejército napoleónico.
acotadas, y se fue al ámbito de otra enemistad ver- En el verano de 1812, partisanos rusos, bajo mando
dadera, que se enreda en un círculo de terror y con- militar, acosaron y estorbaron al ejército francés
traterror hasta la aniquilación total. en su avance hacia Moscú. En otoño e invierno del
En conexión con el partisanismo nos interesan, mismo año, campesinos rusos mataron a los fran-
sobre todo, dos clases de guerra: la guerra civil y la ceses que huían muertos de hambre y frío. Todo
guerra colonial. Tienen, en cierto sentido, algún pa- esto apenas duró medio año, pero, sin embargo,
rentesco con el partisanismo. Esta coincidencia, en llegó a ser un acontecimiento histórico de gran en-
la actualidad, es realmente un síntoma específico. vergadura, aunque más bien por el mito político
El clásico Derecho internacional europeo dejó al y sus interpretaciones variadas que por su efecto
margen a estas dos peligrosas especies de la guerra paradigmático para la teoría y ciencia militares.
y de la enemistad. La guerra del ius publicum Eu- Tenemos que mencionar por lo menos dos inter-
ropaeum era una guerra interestatal, que realizaba pretaciones distintas, incluso opuestas, de esta gue-
un ejército regular y estatal contra otro ejér- rra partisana rusa de 1812: una es anarquista, crea-
cito de la misma naturaleza. La guerra civil abierta da por Bakunin y Kropotkin, y que llegó a ser mun-
se consideraba como una sublevación armada que dialmenfce famosa gracias a las descripciones de
se reprimía mediante el estado de sitio con ayuda Tolstoi en su novela Guerra y paz, y la otra es el
de policía y tropas del ejército regular, a no ser que aprovechamiento bolchevista hecho por Stalin para
se llegara a un reconocimiento de los rebeldes como la táctica y estrategia de la guerra revolucionaria.
partido beligerante. La ciencia militar de algunas Tolstoi no era un anarquista del estilo de Ba-
naciones, como Inglaterra, Francia y España, no kunin o Kropotkin, pero su repercusión literaria
perdió de vista a la guerra colonial. Pero todo esto fue mucho mayor. Su epos Guerra y paz contiene
no puso en trance existencial a la guerra regular más sustancia creadora de mito que todas las doc-
entre Estados como modelo clásico
trinas políticas o que toda Historia bien documen-
Hay que hacer una mención especial de Rusia. tada. Tolstoi ve en el partisano ruso del año 1812
Durante todo el siglo xix, el ejército ruso hizo mu- el portador de las fuerzas elementales de la tierra
chas guerras con los pueblos montañeses de Asia. rusa que sacude al famoso emperador Napoleón con
todo su brillante ejército como a un bicho molesto.
8. Vid. Der Nomos der Erde, cit. índice de materias s. v. Para Tolstoi, el pobre Muschik inculto y analfabeto
"Bürgerkrieg", "Feind", "justa causa" y "justus hostis".
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es, no solamente más fuerte, sino también más in- ees, medios de tráfico y de comunicación cada vez
teligente que todos los estrategas y tácticos, inclu- más perfectos, tanto para los partisanos cuanto
so más inteligente que el gran general Napoleón, para la tropa regular que lucha contra ellos. En el
convertido en una marioneta en manos del aconte- círculo infernal de terror y contraterror, la lucha
cer histórico. En la segunda guerra mundial, Stalin contra los partisanos suele ser, muchas veces, el
recurrió a este mito del partisanismo patriótico- fiel reflejo de los métodos de los partisanos mismos.
nacional contra Alemania, y lo puso muy concreta- Hay una frase famosa, que se suele citar como or-
mente al servicio del comunismo y de su política den de Napoleón al general Lefévre, del 12 de sep-
mundial. Esto significa la iniciación de una fase tiembre de 1813, y que no perdió nada de su actua-
esencialmente nueva del partisanismo. En su co- lidad y exactitud: con partisanos hay que luchar
mienzo está el nombre de Mao Tse-tung. a la manera de los partisanos, il faut opérer en par-
Desde hace treinta años hay duras luchas parti- tisan partout ou il y a ies partisans.
sanas en amplias regiones de la tierra. Empezaron Más adelante trataré algunos problemas de una
ya en 1927, antes de la segunda guerra mundial, en regulación jurídico-internacional. Lo fundamental se
la China y otros países asiáticos, que se defendieron entiende por sí mismo; la aplicación en los casos
más tarde, de 1932 a 1945, contra la invasión japo- concretos de una evolución rápida está muy distu-
nesa. Durante la segunda guerra mundial, Rusia, Po- tida. Tenemos, en estos últimos años, un documen-
lonia, los Balkanes, Francia, Albania, Grecia y otras to impresionante de la voluntad a la resistencia to-
regiones se convirtieron en escenario de esta clase tal, y no solamente de la voluntad, sino también
de guerra. Después de la segunda guerra mundial, de instrucciones detalladas para la realización con-
la lucha partisana siguió en Indochina. El líder co- creta. Es la instrucción general en caso de guerrilla
munista del Vietnam, Ho-Chi-minh, y el vencedor (Kleinkriegsanleitung für jedermann), que editó la
de Dien Bien Phu, el general Vo Nguyen Giap, orga- Asociación suiza de suboficiales bajo el título Der
nizaron eficazmente la lucha contra el ejército colo- totale Widerstand (La resistencia total). Su autor
nial francés. Lo mismo ocurrió en Malaya, en las es el coronel H. von Dach En más de 180 pági-
Filipinas y en Argelia, en Chipre bajo el coronel nas se dan instrucciones de resistencia activa y pa-
Grivas, y en Cuba bajo Fidel Castro y Che Guevara. siva contra una invasión extranjera, con indicacio-
Desde 1962, los países indochinos Laos y Vietnam nes exactas para sabotaje, evasión, ocultación de
son regiones de guerra partisana, la cual desarrolla armas, organización de golpes, lucha contra espio-
cada día nuevos métodos de vencer, ya sea por fuerza naje, etc. Las experiencias de los últimos años están
ya sea por astucia. La técnica moderna suministra
armas y medios de destrucción cada vez más efica-
9. H. VON D A C H : Der totale Widerstand, II (Biel, 1958).
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cuidadosamente aprovechadas. Esta moderna ins- Otro síntoma que se impone actualmente es el
trucción general de guerra está encabezada por una intenso engagement político que distingue al par-
nota que dice que la «resistencia hasta el fin» tiene tisano de otros combatientes. Hay que mantener el
que respetar el Convenio de La Haya sobre leyes carácter intensamente político del partisano para no
y costumbres de la guerra terrestre y los cuatro confundirlo con el vil ladrón y atracador que pien-
Convenios de Ginebra de 1949. Esto se entiende por san exclusivamente en su provecho particular, sin
sí mismo. No es difícil imaginarse cómo reaccionaría tener otros motivos. Este criterio teórico del carác-
un ejército normal y regular ante el ejercicio prác- ter político tiene la misma estructura, pero exacta-
tico de aquella instrucción de guerrilla (por ejem- mente a la inversa, que el pirata del Derecho marí-
plo, liquidación silenciosa de centinelas, matándo- timo de guerra. El carácter apolítico es esencial
los con un hacha) mientras que no se sienta vencido. para los desafueros del pirata, que sólo tiene inte-
rés por el robo y la ganancia personal. El pirata
tiene, como afirman los juristas, el animus furandi.
NOMBRE, VOCABLO Y NOCION DE PARTISANO El partisano lucha en un frente político, y precisa-
mente el carácter político de su actividad revalo-
La breve enumeración de algunos hechos y nom- riza el sentido originario de la palabra partisano.
bres conocidos, con la cual hemos intentado una La palabra se deriva de partido, e indica los vín-
primera circunscripción del horizonte de nuestras culos con un partido o grupo que lucha o hace la
reflexiones, nos da una idea de la inmensa amplitud guerra o actúa políticamente de alguna forma. Se-
del tema y de su problemática. Por eso será reco- mejante vinculación a un partido se refuerza en
mendable precisar algunos síntomas y criterios, para tiempos revolucionarios.
que la discusión no se haga abstracta e ilimitada. En la guerra revolucionaria la adhesión a un par-
Una de las características la hemos destacado ya tido revolucionario implica nada menos que la cap-
al principio, cuando hemos partido del supuesto tación total. Otros grupos y organizaciones, sobre
de que el partisano es un combatiente irregular. todo el Estado actual, no consiguen integrar tan
El carácter regular se manifiesta en el uniforme del completamente a sus miembros y adheridos como
soldado, que es más que un simple traje profesional, un partido en lucha revolucionaria capta a sus com-
porque demuestra un dominio de la vida pública, batientes activos. En la amplísima discusión sobre
y con el uniforme se lleva abierta y demostrativa- el llamado Estado total aún no se llegó a la conscien-
mente el arma. El soldado enemigo uniformado cia general que hoy día. no el Estado como tal, sino
es el verdadero blanco de tiro para el partisano mo- el partido revolucionario como tal es el que represen-
derno. ta la verdadera y, en el fondo, la única organización
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totalitaria . En cuanto a la pura organización,


10 guerra por su cuenta, y llega a ser la figura prin-
en el sentido del funcionamiento estricto de orden cipal de las novelas picarescas, como, por ejemplo,
y obediencia, hay que reconocer incluso la superio- el picaro español Estebanillo González, que estuvo
ridad de algunas organizaciones revolucionarias so- er la batalla de Nordlingen (1635), y lo cuenta en el
bre algunas tropas regulares. En el Derecho inter- esilo del soldado Schwejk, tal como se puede leer
nacional de guerra tiene que producirse cierto con- er el «Simplizius Simplizissimus» de Grimmelshau-
fusionismo, si la organización como tal se consi- sei o contemplar en los grabados y aguafuertes de
dera cual criterio de la regularidad; y esto ocurrió Jaiques Callot. En el siglo XVIII, el «partidario»
en los Convenios de Ginebra, del 12 de agosto de pertenece a las panduros y húsares o a otras clases
1949 ". de tropa ligera que lucha «aisladamente» como tro-
Partisano quiere decir partidario, uno que va con pa móvil y hace la llamada «guerra pequeña», en
un partido. Lo que esto significa concretamente contraste con la «guerra grande», mucho más lenta,
puede variar mucho en épocas distintas, en cuanto al de las tropas de línea. En este caso, la distinción
partido o frente con quien uno va y en cuanto a la de regular e irregular es puramente técnico-militar,
forma de colaborar, algo, mucho o totalmente, y en y ao se refiere, de ningún modo, a una calificación
caso de ser hecho prisionero. Hay partidos belige- de legal e ilegal en un sentido jurídico del Derecho
rentes, pero también hay partes de un proceso ju- internacional o constitucional. En el caso del par-
dicial, partidos de una democracia parlamentaria, tisano actual los antagonismos regular-irregular y
partidos de opinión y de acción. En las lenguas la- legal-ilegal suelen cruzarse y desdibujarse.
tinas el vocablo se puede usar como sustantivo o Movilidad, rapidez y cambios bruscos de ataque
adjetivo; en francés se habla incluso del partisan y retirada, en una palabra, movilidad acentuada si-
de cualquier opinión. En fin, un vocablo general, gue siendo, aún hoy, una característica del partisano.
multifacético se convierte de repente en una expre- Tecnización y motorización incluso intensifican la
sión sumamente política. Casi se impone el paralelo movilidad. Pero la guerra revolucionaria disuelve los
lingüístico con un vocablo general como status, que contraste clásicos, y se forman múltiples grupos semi
de repente, puede significar Estado. En tiempos de o pararregularcs. El partisano que lucha con armas
desorden, como en el siglo XVII, durante la guerra depende siempre de una organización regular. Pre-
de los Treinta años, el soldado irregular se confunde cisamente Ernesto Che Guevara, el compañero de
fácilmente con los bandidos y vagabundos; hace la Fidel Castro en la lucha cubana, lo subraya con
insistencia De esta colaboración resultan ya algu-
10. Vid. C . SCHMITT: Weiterentwicklung des totalen Staa-
tes in Deutschland (1933), en Verfassungsrechtliche Aufsatze 12. ERNESTO CHE GUEVARA : On Guerrilla Warfare; with
(Berlín, Duncker & Humblot, 1958), glosa 3 p. 366. an introduction hy Mayor Harries-Clichy Peterson (Nueva York,
11. Vid. p. 38. Frederick A. Praeger, 1961), p. 9: "It is obvious that guerrilla
CARL SCHMITT TEORIA DEL PARTISANO
nos estadios intermedios de regular e irregular. Lo versias jurídicas. Por ejemplo, trataremos de la po-
mismo ocurre cuando un gobierno, aunque no sea lémica acerca de los francotiradores en la guerra
revolucionario en absoluto, convoca a la defensa del germano-francesa de 1870-71.
suelo nacional contra un invasor extranjero. Guerra La tendencia a transformar o incluso disolver las
popular y guerra pequeña se funden y confunden nociones tradicionales —las nociones clásicas, como
en este caso. En los reglamentos de semejantes re- se dice hoy con preferencia— es general y, en vista
clutamientos encontramos ya desde el siglo xvi la de la transformación acelerada del mundo, muy
palabra partisan ". Veremos más adelante dos ejem- comprensible . Esto afecta también a la idea
14

plos importantes de una regulación formal de guerra «clásica» del partisano, si se nos permite decir así.
popular y Landsturm, que intentaron reglamentar En un libro de Rolf Schroers: Der Partisan, muy in-
la guerrilla. Desde la otra parte, también el invasor teresante para nuestro tema, el verdadero tipo de
extranjero da sus órdenes para la lucha contra los partisano es el combatiente de la resistencia ilegal
partisanos enemigos. Todas estas reglamentaciones y el activista clandestino . Esto es una conside-
1S

se tropiezan con el difícil problema de una regula- rable transformación de idea, determinada princi-
ción jurídico-internacional —es decir, válida para palmente por ciertas situaciones inter-alemanas de
ambas partes —de lo irregular, en lo referente al la época de Hitler. La irregularidad está sustituida
reconocimiento del partisano como combatiente y su por la ilegalidad, la lucha militar por la resistencia.
tratamiento como prisionero y, por otro lado, en lo
que se refiere al respeto de los derechos de las fuer-
zas militares de ocupación. Ya hemos indicado que 14. Vid. mi conferencia "El orden del mundo después de
en este terreno hay campo, fácilmente, para contro- la segunda guerra mundial", en Revista de Estudios Políticos,
122 ( 1 9 6 2 ) , 1 2 ; también Verfassungsrechtliche Aufsätze cit. ín-
dices de materias s. v. klassisch, p. 512.
15. ROLF SCHROERS: Der Partisan; ein Beitrag zur politis-
warfare is a preliminary step, unable to win a war all by it- chen Anthropologie (Colonia, Kiepenheuer & Witsch, 1961). En
self." Cito por esta edición porque sólo posteriormente pude el curso de nuestra exposición nos referiremos alguna vez a
conocer el original castellano y otras traducciones. este libro, muy importante para nuestro tema; vid. n. 18 y
13. M . FRAGA (Guerra y política en el siglo XX, en Las 62. Schroers distingue, con razón, el partisano del agente revo-
relaciones internacionales de la era de la guerra fría [Madrid, lucionario, del funcionario, espía y saboteador. Por otro lado, lo
Instituto de Estudios Políticos, 1962], p. 29, n. 62) indica que identifica con el combatiente de la resistencia en general. Fren-
ya desde 1595 existen decretos franceses sobre la resistencia te a esto sostengo mis criterios expuestos en el texto, y espero
en caso de una invasión extranjera, y utilizan los términos par- que esta posición más clara dé la base para una discusión
tisan y partí de guerre. Vid. n. 39. fructífera.
CARL SCHMITT TEORIA DEL PARTISANO

Me parece que esto significa una interpretación erró- recen un estudio particular ". Para una teoría
nea del partisano de las guerras de independencia del partisano, como la intentada aquí, no debemos
nacional, la cual no tiene en cuenta que la guerra perder de vista algunos criterios, pues, de lo con-
revolucionaria aún no prescindió de la conexión trario, el tema se disolvería en una generalización
militar de ejército regular y combatiente irregular. abstracta. Tales criterios son: irregularidad, movi-
En algunos casos la interpretación arbitraria llega
a una simbolización general y hasta a la disolución 18. R. SCHROERS (Der Partisan, cit.) ve en el partisano la
completa de la noción. A fin de cuentas, cualquier última resistencia contra el nihilismo de un mundo completa-
mente tecnificado, el último defensor de suelo y costumbre, en
individualista o noconformista se puede llamar par- fin, el último verdadero hombre. GERHARD NEBEL (linter Partisa-
tisano, sin tener en cuenta si piensa, ni aun remo- nen und Kreuzfahrern [Stuttgart, Ernst Klett Verlag, 1 9 5 0 ] ) ,
opina todo lo contrario, ve en el partisano una figura del nihi-
tamente, coger un arma y utilizarla . Como me- 16
lismo moderno, destino de nuestro siglo, que abarca todas las
táfora puede ser admisible; yo mismo la utilicé para clases, estados y profesiones: sacerdotes, campesinos, intelec-
tuales y también al soldado. El libro de Nebel es un diario de
caracterizar algunas figuras y situaciones histórico- guerra de un soldado alemán de los años 1 9 4 4 - 1 9 4 5 en Italia y
espirituales . En un sentido figurado, el «ser
17 Alemania. Valdría la pena comparar su descripción del parti-
sano en la Italia de entonces con la interpretación de SCHROERS
hombre es ser combatiente», y el individualista con- (Der Partisan, cit. p. 243). Nebel capta estupendamente el mo-
secuente lucha por cuenta propia y, si es valiente, mento en que un gran ejército regular se disuelve. Sus miem-
bros se convierten en chusma que la población mata cuando
también con riesgo propio. Se convierte entonces puede, o ellos mismos matan y saquean, de manera que ambas
en su propio partidario. Estas disoluciones de ideas partes pueden pasar por partisanos. Pero aparte de sus buenas
son síntomas significativos de nuestra época, y me- descripciones, Nebel clasifica los pobres diablos, picaros y
gamberros como nihilistas, lo cual no es más que el condimento
metafísico, conforme a la época, que hoy día parece ser obligato-
16. H A N S JOACHIM SELL: Partisan. (Düsseldorf, Eugen Die- rio, de la misma manera que el picaro del siglo xvn iba acompa-
derichs Verlag, 1962.) Es una novela con descripciones exce- ñado con algo de teología escolástica. ERNST JUNGER (Der
lentes, psicológica y sociológicamente interesantes, de figuras Waldgang [Frankfurt, Verlag Vittorio Klostermann, 1 9 5 1 ] ) cons-
aristocráticas y burguesas de la República Federal alemana truye el Waldganger —a veces le llama también partisano—
en la situación del año 1950. como una "figura" en el sentido de su figura del obrero (Ar-
17. He llamado, por ejemplo, a Bruno Bauer y a Max Stirner beiter, 1 9 3 2 ) . El individuo, cercado por aparatos, no abandona
Partisanen des Wettgeistes, partisanos del espíritu universal, la partida, aparentemente sin sálida, si no quiere continuarla
en un ensayo sobre Lorenz von Stein, en el año 1940 (TOMMIS- por su fuerza más íntima y "se decide a irse al bosque" (Wald-
SEN : Bibliographie Carl Schmitt n. 202 y 303) y en una con- gang). "En cuanto a su lugar, el bosque, puede ser cualquier
ferencia sobre Donoso Cortés, en 1 9 4 4 (TOMMISSEN : Bibliogra- sitio" (p. 11). Getsemaní, por ejemplo, el Jardín de los Olivos,
phie, cit. n. 49, 283 y 287). En un artículo en Zürcher Woche, que conocemos por la Pasión de Jesucristo, es "bosque" en el
2 6 ( 1 9 6 2 ) , con motivo del 250. aniversario de la muerte de J. J. sentido de Ernst Jünger (p. 73), pero también el Daimonium
Rousseau me referí a R. Schroers y a H. J. Seil y utilicé la figura de Sócrates (p. 82). Por consiguiente, se le niega al "profesor
del partisano para aclarar la discutida figura de Rousseau. de Derecho y al profesor de Derecho estatal" la capacidad
Mientras tanto conocí un trabajo de H E N R I GUILLEMIN : J. J. de entregar al Waldganger "el material de equipo necesario.
Rousseau, trouble-fête, que parece confirmar esta interpreta- Poetas y filósofos aciertan mejor el plan que hay que defen-
ción. H. GUILLENMIN publicó las Lettres écrites de la Montagne der" (p. 126). Pero sólo el teólogo conoce las verdaderas fuentes
de Rousseau, con un importante prefacio. (Neuchâtel, Collection de la fuerza. "Por teólogos se entienden todos los que saben..."
du Sablier, 1962.) (página 95).
CARL SCHMITT TEORÌA DEL PARTISANO

lidad acentuada de la lucha activa y mayor inten- que antes. El partisano es y seguirá siendo siempre
sidad del engagement político. tan distinto del pirata, y también del corsario, como
Quisiera afirmar otro síntoma del auténtico parti- tierra y mar son distintos espacios elementales de
sano al que Jover Zamora llamó carácter telúrico. la actividad humana y de disputas bélicas entre
Es importante para la situación del partisano que, a los pueblos. Tierra y mar no sólo han desarrollado
pesar de toda la movilidad táctica, es fundamental- distintos medios de la beligerancia y campos de
mente defensiva, y cambia su esencia cuando se batalla muy desiguales, sino también distintas ideas
identifica con la agresividad absoluta de una ideo- de guerra, enemigo y botín . Mientras siga sub-
21

logía de revolución mundial o tecnicista. Hay dos sistiendo, por lo menos, la posibilidad de guerras
trabajos acerca de este tema que coinciden en el anticolonialistas en nuestro planeta, el partisano re-
fondo con este criterio y que tienen mucho interés presentará un tipo de combatiente activo específi-
para nuestro tema: el libro de Rolf Schroers ", y camente terrestre . Más adelante destacaremos
22

la tesis doctoral de Jürg. H. Schmid sobre la situa- el carácter telúrico del partisano a través de una
ción jurídico - internacional del partisano La comparación con figuras típicas del Derecho maríti-
fundamentación del partisano en el carácter telúrico mo y mediante una explicación del aspecto espacial.
me parece necesaria para destacar espacialmente la Pero también el partisano autóctono, de origen
postura defensiva, es decir, la limitación de la ene-
mistad en el espacio y para evitar la reivindicación 21. CARL SCHMITT: Land, und Meer (Reclam Universalbi-
bliothek n. 7536, 1* ed. 1942, 2." ed. 1 9 5 4 ) ; Der Nomos der
absoluta de una justicia abstracta. Erde, cit. p. 143 y 286; Die geschichtliche Struktur des heutigen
Weltgegensatzes von Ost und West (1955). (TOMMISSEN : Biblio-
Para los partisanos que lucharon durante los años graphie, cit. n. 239 y 294). En este último ensayo, que se pu-
blicó simultáneamente en Revista de Estudios Políticos, 81 (1955),
1808-1813 en España, en el Tirol y en Rusia este he anunciado una reclamación: quisiera conseguir el pleno
criterio es evidente. Pero también las luchas par- desenvolvimiento hermenéutico de los §§ 2 4 7 - 2 4 8 de la Filosofía
del Derecho, de HEGEL, como célula germinal de la Historia del
tisanas de la segunda guerra mundial y las de los espíritu para un conocimiento del mundo técnico-industrial
de hoy, después de que la interpretación marxista ha desarro-
años siguientes en Indochina y otros países, que se llado los párrafos precedentes, §§ 243-246, para la sociedad bur-
simbolizan con los nombres de Mao Tse-tung, Ho guesa.
22. MARGRET BOVERI (rec. de R. SCHROERS: Der Partisan,
Chi-minh y Fidel Castro, permiten ver que la rela- citado en Merkur 168 [ 1 9 6 2 ] ) elogia el libro de CZESLAV MILOSZ :
ción con el suelo, con la población autóctona y con West- und Ostliches Gelände. (Colonia, Kiepenheuer & Witsch
Verlag, 1961.) El autor da una imagen viva y simpática de su
las condiciones geográficas del país —montaña, sel- vida en Lituania, Polonia, Europa occidental, especialmente en
va, jungla o desierto —tienen la misma actualidad París, y cuenta de su existencia clandestina en Varsovia, du-
rante la ocupación alemana, cuando repartió libelos contra los
alemanes. Dice expresamente que no era partisano ni quería
19. vid. n. 15. serlo (p. 276). Pero su amor a la patria lituana y sus bosques
20. Vid. infra p. 45. podría corresponder al carácter telúrico del auténtico partisano.
33
3
CARL SCHMITT TEORIA DEL PARTISANO
agrario, está arrastrado hacia el campo de fuerzas PANORAMA DE LA SITUACION JURIDICO
del irresistible progreso técnico-industrial. Gracias a INTERNACIONAL
la motorización, su movilidad se aumenta de tal for-
ma que está en peligro de desincardinarse por com- El partisano lucha de manera irregular. Algunas
pleto. En las situaciones de la guerra fría se con- categorías de combatientes irregulares, sin embar-
vierte en técnico de la lucha invisible, en sabotea- go, se equiparan a las fuerzas de combate regulares
dor y espía. En la segunda guerra mundial hubo ya y disfrutan de los derechos y privilegios de los com-
tropas de sabotaje con entrenamiento partisano. batientes regulares. Esto significa que su actividad
Este partisano motorizado pierde su carácter telú- de guerra no es ilegal y, cuando caen en manos de
rico. Ya no es más que un instrumento, transporta- sus enemigos, tienen derecho al tratamiento espe-
ble e intercambiable, de una central poderosa que cial de los prisioneros y heridos. La situación jurí-
hace política mundial, que lo utiliza en la guerra dica se ha compilado en la Ordenación de la guerra
abierta o invisible y que lo despide cuando le con- terrestre de La Haya, del 18 de octubre de 1907,
cuya validez sigue reconocida hasta hoy. Después
viene. Esta posibilidad forma parte de su existencia de la segunda guerra mundial se complementó con
actual, y en una teoría del partisano no debemos cuatro Convenios de Ginebra del 12 de agosto de
perderla de vista. 1949. Dos de ellos se refieren a la suerte de los he-
Con estos cuatro criterios —irregularidad, movi- ridos y enfermos en la guerra terrestre y marítima,
lidad acentuada, intensidad del engagement político el tercero se refiere al tratamiento de los prisione-
y carácter telúrico— y con la perspectiva de los efec- ros y el cuarto regula la protección de las personas
tos que podrá tener una tecnificación, industriali- civiles en tiempo de guerra. Muchos Estados, tanto
zación y desagrarización avanzadas hemos circuns- del mundo occidental como del bloque oriental los
crito el horizonte de nuestra reflexión. Se extiende han ratificado. También el nuevo manual militar
desde el guerrillero de la época napoleónica hasta el americano de Derecho de guerra terrestre, del 18 de
partisano bien equipado del presente, desde el Em- julio de 1956, está adaptado a estas normas.
pecinado, pasando por Mao Tse-tung y Ho Chi-minh, La Ordenación de La Haya había aquiparado a las
hasta Fidel Castro. Es un vasto terreno en el cual fuerzas regulares, en ciertas condiciones, las mili-
la historiografía y la ciencia militar han elaborado cias, cuerpos francos y colaboradores de los levan-
un material enorme y que crece continuamente. tamientos populares espontáneos. Al tratar del des-
Lo utilizamos en la medida en que está a nuestro entono prusiano frente al partisanismo, hablaremos
de algunas dificultades y vaguedades de aquel regla-
alcance, e intentamos extraer de él algunos cono- mento. El desarrollo que conduce a los Convenios
cimientos para una teoría del partisano. de Ginebra de 1949 se caracteriza por un reconoci-
CARL SCHMITT TEORIA DEL PARTISANO
miento de los relajamientos cada vez mayores del tos de resistencia de la segunda guerra mundial de
Derecho internacional q u e hasta entonces había sido 1939-45, según se dice en el Comentario oficial de
puramente estatal y europeo. Categorías cada vez la Cruz Roja Internacional, dirigido por Jean S.
más amplias de participantes en la guerra pasan Pictet
ahora por combatientes. También las personas civi- No se aspiraba a un cambio fundamental de la
les, en los territorios militarmente ocupados —es Ordenación de La Haya de 1907. Incluso se man-
decir, el verdadero campo de acción para el parti- tienen, en general, las cuatro condiciones clásicas
sano que lucha a espaldas del ejército enemigo— dis- para una equiparación con tropas regulares: jefes
frutan de una mayor protección jurídica que a te- responsables, insignias fijas y visibles, portar las
nor de la Ordenación de la guerra terrestre de 1907. armas abiertamente y respeto de las reglas y cos-
Muchos cooperadores en la lucha, que se conside- tumbres del Derecho de guerra. El convenio para
raron hasta entonces partisanos, están equiparados la protección de la población civil, sin embargo,
a combatientes regulares, y tienen sus derechos y debe valer para todos los conflictos armados inter-
privilegios. En el fondo ya no se pueden llamar par- nacionales, no solamente para las guerras interes-
tisanos. Pero las nociones son todavía vacilantes y tatales, sino también para las guerras civiles, su-
poco precisas. blevaciones, etc. En el fondo, esto no es más que
Las formulaciones de los Convenios de Ginebra la base jurídica para las intervenciones humanita-
tienen presentes las experiencias europeas, pero no rias del Comité Internacional de la Cruz Roja y de
las guerras partisanas de Mao Tse-tung y la evolu- otras organizaciones imparciales. Inter arma ca-
ción posterior de la guerrilla moderna. En los pri- ritas. En el artículo 3, párrafo 4 del Convenio, se
meros años posteriores a 1945, aún no había llegado subraya con insistencia que esto no afecta el statut
a la consciencia general lo que formuló Herrmann juridique de las partes del conflicto En la gue-
Foertsch, especialista en la materia, de la manera rra interestatal, la potencia de ocupación del te-
siguiente: las acciones bélicas después de 1945 adop- rreno militarmente ocupado sigue con el derecho
taron un carácter partisano porque los poseedores de obligar a la policía de aquel territorio a que
de bombas atómicas temieron su utilización por mantenga el orden y suprima las actividades béli-
consideraciones humanitarias, y los no poseedores cas irregulares y, por consiguiente, obligarla tam-
contaron con estos reparos; una consecuencia ines- bién a que persiga los partisanos, «sin considera-
perada tanto de la bomba atómica como de las con- ciones de las ideas que los inspiran» .
sideraciones humanitarias. Los conceptos de las nor-
25

mas de Ginebra que tienen importancia para el pro- 23. JEAN S. PICTET: Comentario oficial de la Cruz Roja In-
blema partisano se abstrajeron de ciertas situa- ternacional, III (1958), p. 65.
ciones. Son una referencia precisa a los movimien- 24. J . S. PICTET : Comentario cit. I I I ( 1 9 5 5 ) , p. 3 9 - 4 0 .
25. J . S. PICTET: Comentario cit. I V (1956), p. 330.
CARL SCHMITT TEORIA DEL PARTISANO
Vemos, pues, q u e se mantiene fundamentalmente dicar solamente algunos ejemplos de estas amplifi-
la conceptuación del partisano como combatiente caciones y relajamientos. Añádase los grandes cam-
irregular que no se equipara a las tropas regulares. bios y transformaciones que resultan naturalmente
El partisano, en este sentido, no tiene los derechos del desarrollo de la moderna técnica de armamen-
y privilegios del combatiente; es un criminal, según tos. A la lucha partisana le afecta aún más inten-
el Derecho común, y se puede neutralizar con pro- samente. ¿Que quiere decir, por ejemplo, la orden
cesos sumarísimos y con represalias. En los proce- de que hay que portar las armas «abiertamente»,
sos de criminales de guerra, después de la segunda si la Instrucción general de guerrilla de la Asocia-
guerra mundial, sobre todo en los juicios de Nu- ción de suboficiales suizos, mencionada anterior-
remberg contra generales alemanes (Jodl, Leeb, List) mente, indica a los combatientes de la resistencia:
se reconocieron, por principio, estos criterios. To- «Opera solamente de noche, y descansa durante el
das las crueldades que sobrepasan la represión ne- día en los bosques»? ¿Qué significa la exigencia de
cesaria de los partisanos, como medidas de terror, una insignia visible durante la lucha nocturna o
castigos colectivos o participación en un genocidio, frente a las armas de largo alcance de la moderna
se consideran, naturalmente, crímenes de guerra. técnica de guerra? Muchas preguntas parecidas sur-
Los Convenios de Ginebra aumentan el círculo de gen cuando el problema se considera bajo la pers-
personas que se equiparan a los combatientes re- pectiva del partisano y cuando se tienen en cuenta
gulares porque consideran a todos los miembros los aspectos de la transformación espacial que pro-
de un «movimiento de resistencia organizado» igua- voca el desarrollo técnico-industrial.
les a las milicias y cuerpos francos, y de esta ma- La protección de la población civil en un terreno
nera les otorgan los derechos y privilegios de los militarmente ocupado es protección hacia varios la-
combatientes regulares. Ni siquiera se exige expre- dos. La fuerza de ocupación tiene interés en que
samente que se trate de una organización militar haya paz y orden en la región que tiene ocupada.
(artículo 13 del Convenio sobre heridos y artículo Se sigue sosteniendo que la población de una co-
14 del Convenio de prisioneros de guerra). El Con- marca ocupada está obligada a obedecer los decre-
venio para la protección de la población civil equi- tos de los ocupantes si son admisibles según el
para los «conflictos internacionales», que se dispu- Derecho de guerra. Se exige obediencia, aunque no
tan con fuerzas armadas, a las guerras interestata- fidelidad. Los funcionarios —incluso la policía—
les, según el clásico Derecho de gentes europeo. deben seguir trabajando correctamente, y la fuerza
Esto afecta profundamente a un instituto jurídico de ocupación debe tratarlos como corresponde a
que era típico hasta ahora del Derecho de guerra: sus actividades. Todo esto es un compromiso difí-
la occupatio bellica. En este momento podemos in- cil, un equilibrio trabajosamente conseguible entre
CARL SCHMITT TEORIA DEL PARTISANO
los intereses de la fuerza de ocupación y de sus aspectos, las consecuencias que producirán estos
adversarios de guerra. El partisano perturba de ma- cambios. Combatientes de la resistencia, que antes
nera peligrosa esta clase de orden en la región ocu- se hubieran tratado como partisanos, se igualan
pada, no sólo porque su verdadero espacio de lu- ahora a los combatientes regulares con tal de que
cha es el terreno a espaldas del frente enemigo, estén organizados. Frente a los intereses de la fuer-
donde estorba el transporte y suministro, sino tam- za de ocupación se tienen en cuenta los intereses
bién porque la población de aquel terreno lo pro- de la población del terreno ocupado, hasta tal punto
tege y esconde más o menos. «La población es tu que, por lo menos teóricamente, cualquier resisten-
mejor amigo», dice la Instrucción general de gue- cia contra la fuerza de ocupación, y también la ac-
rrilla repetidamente citada. La protección de seme- tividad partisana, no se considera como ilegal si
jante población implica potencialmente también la procede de motivos estimables. Por otro lado, la
protección del partisano. Así se explica que en el fuerza de ocupación queda autorizada para tomar
curso de la evolución del Derecho de guerra, a raíz medidas de represión. En esta situación, un parti-
de las deliberaciones sobre la Ordenación de la sano no actuaría, precisamente, de manera legal,
guerra terrestre de La Haya y durante su desarrollo pero tampoco ilegalmente; actuaría a riesgo propio.
ulterior, surgió una y otra vez un agrupamiento tí-
pico: las grandes potencias militares, es decir, las Si utilizamos una palabra como riesgo o arries-
posibles potencias ocupantes exigían que se asegu- gado en un sentido general, sin concisión, debemos
rase el orden con toda la severidad en el terreno advertir que el partisano no es el único que vive
ocupado, mientras que los Estados pequeños, po- de manera arriesgada en un terreno ocupado por
sibles víctimas de una ocupación militar —Bélgica, el enemigo y minado por la resistencia. En el sen-
Suiza, Luxemburgo—, querían imponer una amplia tido general de inseguridad y peligro, toda la po-
protección de la resistencia y de la población civil. blación está bajo un riesgo considerable. Los fun-
La evolución desde la segunda guerra mundial nos cionarios que desean seguir trabajando correcta-
abrió múltiples perspectivas en este aspecto, y la mente, según la Ordenación de La Haya, corren un
posible destrucción de estructuras sociales nos hace riesgo suplementario en cualquier acción u omisión.
dudar si no pueden darse casos en que la población Sobre todo el funcionario policía está en un cruce
necesite ser protegida contra los partisanos. peligroso de imputaciones que se contradicen unas
Las Convenciones de Ginebra de 1949 provocaron a otras. La fuerza de ocupación enemiga le exige
unos cambios en el instituto jurídico clásico de la obediencia y ayuda para mantener seguridad y or-
occupatio bellica, que la Ordenación de la guerra den, mientras que el partisano intenta precisamente
terrestre de La Haya había reglamentado con toda perturbar este orden; el propio Estado nacional le
la precisión. Aún no se pueden calcular, en muchos exige fidelidad y le pedirá responsabilidades des-
CARL SCHMITT TEORIA DEL PARTISANO

pués de la guerra; la población a la cual pertene- enemistad. Josef L. Kunz introdujo el vocablo
26

ce le exige lealtad y solidaridad. En cuanto a la ac- en la teoría jurídico-internacional de Alemania. Pero


tividad de un policía esto puede conducir a con- no se refiere a la guerra terrestre ni, mucho menos,
secuencias prácticas completamente opuestas, caso al partisano. Allí no es su lugar. Si prescindimos
de que el policía no resuelva hacerse él mismo par- del Derecho de seguro como domicilio jurídico de
tisano. En fin, tanto los partisanos como sus adver- la noción riesgo y si dejamos aparte aplicaciones
sarios lo arrastrarán pronto en su círculo diabólico imprecisas de la palabra —por ejemplo, la compa-
de represalias y contrarrepresalias. En general, la ración coa el preso que escapa y «arriesga» ser ma-
acción u omisión arriesgada no es una característica tado— resulta que el uso fructífero de la noción
específica del partisano. «arriesgado», según J. Kunz, afecta exclusivamente
La palabra arriesgado implica un significado pre- al Derecho de guerra marítima y a sus figuras y si-
ciso: el hombre que actúa a riesgo propio asume tuaciones típicas. La guerra marítima es en gran
conscientemente las consecuencias de su hacer o no medida guerra mercantil. Frente a la guerra terres-
hacer, de manera que no se puede quejar de la in- tre, tiene su propio espacio y sus propias nociones
justicia si sufre unas consecuencias malas. Por otro de enemigo y botín. En el reglamento de Ginebra
lado, tiene la posibilidad de equilibrar el riesgo de agosto de 1949, hay incluso dos convenciones
—mientras que no se trate de actividades ilegales— para el trato y facilidades a los heridos, con distin-
realizando un contrato de seguro. El domicilio ju- ción de tierra y mar.
rídico de la noción riesgo, su topos jurídico-cientí- En este sentido específico hay dos participantes
fico sigue siendo el Derecho de seguro. El hombre de la guerra marítima que actúan con riesgo: el
vive en medio de peligros e inseguridades. Darle la neutral forzador de bloqueo y el contrabandista
calificación de riesgo a un peligro o a una insegu- neutral. En cuanto a ellos, la palabra arriesgado
ridad, con consciencia jurídica, significa que el pe- reviste toda su precisión. Ambos participantes de
ligro y la persona afectada por él se hacen asegu- la guerra se enrolan en una «aventura comercial
rables. Es de suponer que, en el caso del partisano, muy aprovechable, pero arriesgada» . En el caso 27

este sistema fracasaría por la irregularidad e ilega- de ser atrapados, arriesgan barco y carga. Con todo
lidad de su actuación, aún cuando hubiera alguna esto, ni siquiera tienen un enemigo, aunque son tra-
buena voluntad de incluirlo en el máximo cuadro tados como enemigo, según el Derecho de guerra
de peligro y protegerlo de un riesgo exagerado me- marítima. Su ideal social es el buen negocio. Su
diante la técnica de seguros. campo es el mar libre. No piensan ni remotamente
Es necesario recordar la noción de riesgo en cuan- 26. JOSEJ L. K U N Z : Kriegsrecht und Neutralitatsrecht (1935),
páginas 146 y 247.
to a situaciones de guerra y en el ejercicio de la 27. J . L . K U N Z : Kriegsrecht, cit. p. 277.
CARL SCHMITT TEORIA DEL PARTISANO

en defender casa, familia y patria contra un inva- mentalmente distintas, que se realizan en distintos
sor extranjero como corresponde al arquetipo del tipos de partisanos. Cuando se trata de una enemis-
partisano autóctono. No hacen contratos de seguro tad entre dos Estados, que se lleva en ambos lados
para cubrir el riesgo, como por ejemplo hundimien- como um guerra no discriminadora, el partisano es
to por submarinos. Gran riesgo pero con seguro una figuia marginal. No rompe el marco de la gue-
máximo. rra ni cambia la estructura general del acontecer
Una palabra tan precisa como arriesgado no se político. Sin embargo, cuando se lucha con crimi-
debía deslizar de su ambiente propio, el Derecho de nalizaciones del adversario bélico en su totalidad,
guerra marítima, disolviéndola en una borrosa idea cuando la guerra se hace guerra civil, y se lucha
general. Esto tiene una importancia especial para entre enemigos de clase, cuando su objetivo prin-
nosotros, porque seguimos afirmando el carácter te- cipal es la eliminación del gobierno del Estado ene-
lúrico del partisano. Si algún día he calificado a los migo, entonces la explosiva fuerza revolucionaria
filibusteros y espumadores del mar de la temprana de la criminalización del enemigo provoca que el
época capitalista como «partisanos del mar» , partisano se convierta en el verdadero héroe de la
quisiera corregirlo ahora como falta de precisión
í!
guerra. El ejecuta la pena capital contra un crimi-
terminológica. El partisano tiene un enemigo, y nal, y corre por su parte el riesgo de que lo traten
«arriesga» algo muy distinto que el forzador de blo- como criminal o antisocial. Es la lógica de una gue-
queo o el jefe contrabandista. No solamente arries- rra que reclama la justa causa sin reconocer un
ga su vida como cualquier combatiente regular, justus hostis. Esta lógica convierte al partisano re-
sino que también está consciente y dispuesto a que volucionario en figura central de la guerra.
el enemigo le ponga fuera de ley, derecho y honor. El problema del partisano llega a ser la mejor
Lo mismo hace, en realidad, el combatiente revo- piedra de toque. Aunque las distintas formas de la
lucionario: declara a su enemigo criminal, y califi- guerra partisana se mezclen y enreden en la práctica
ca de trampa ideológica todas sus nociones de ley, de la beligerancia actual, sus supuestos fundamen-
derecho y honor. A pesar de todas las combinacio- tales, sin embargo, permanecen siendo tan distintos
nes y mezclas de las dos clases de partisanos —el que se comprueba en ellos el criterio de la agrupa-
defensor autóctono de su patria y el activista revo- ción amigo-enemigo. Recordamos antes la agrupa-
lucionario en un plan de agresión mundial— que ca- ción típica, que surgió al preparar la Ordenación de
racterizan nuestra época, desde la segunda guerra la guerra de La Haya: las grandes potencias mili-
mundial hasta hoy día, este contraste persiste. Su tares frente a los pequeños países neutrales. En la
base son unas ideas de guerra y enemistad funda- deliberación de las Convenciones de Ginebra de
28. C. SCHMITT: Der Nomos der Erde, cit. p. 145. 1949, se consiguió muy penosamente una fórmula
CARL SCHMITT TEORIA DEL PARTISANO

de compromiso: los movimientos organizados de quiere evitarla lógica de terror y contraterror, a


resistencia se consideraron iguales a los cuerpos no ser que criminalice simplemente al enemigo bé-
francos. Otra vez se produjo la agrupación típica lico del partiano. Todo esto es una mezcla intere-
cuando se trató de aprovechar las experiencias de santísima de dos statuts juridiques, de combatien-
la segunda guerra mundial para nuevas normas ju- te y persona civil, con dos formas distintas de la
rídico-internacionales. Igual que anteriormente, las guerra moderna, es decir, guerra fría y guerra ca-
grandes potencias militares, los posibles ocupantes liente entre p)blación y fuerza de ocupación, en la
se encontraron frente a los Estados pequeños que cual el partisaio de Schmid participa á deux mains,
según las insrucciones de Mao. Lo asombroso es
temían una ocupación. Pero esta vez hubo una mo- —una verdadera rotura del eje conceptual— que
dificación tan llamativa como sintomática: la ma- esta desilegali:ación del partisano stalinista a cargo
yor potencia terrestre del mundo, el posible ocu- del clásico Iferecho internacional se combina al
pante más fuerte, la Unión Soviética estaba del mismo tiempo con una vuelta a la pura guerra de
lado de los Estados pequeños. Estados, segúi la doctrina de Rousseau y Portalis.
El libro de Jürg H. Schmid , un trabajo bien
s
Schmid afirma que esta doctrina sólo en «su tierna
documentado y con amplio material, pretende co- infancia» ha prohibido que las personas civiles eje-
locar «la guerrilla de personas civiles» bajo el es- cuten actos bélicos. De esta manera el partisano se
cudo del Derecho. Se piensa concretamente en los hace asegurab e.
partisanos de Stalin. Schmid ve aquí la «quintaesen- Las cuatro Convenciones de Ginebra del 12 de
cia del problema partisano» y la meritoria creación agosto de 1949 son la obra de una postura hu-
jurídica de las Convenciones de Ginebra. Pretende mana y de ur. desarrollo humanitario que merece
eliminar «ciertos reparos del Derecho de ocupación» todo el respeto. Reconociendo al enemigo, no sola-
que corresponden a la idea tradicional de fuerza de mente humanidad, sino también justicia, las con-
ocupación, sobre todo el «muy alabado deber de venciones quedan en el ámbito del clásico Derecho
obediencia». Para este fin se sirve de la teoría de internacional y de su tradición, sin lo cual seme-
la acción de guerra legal pero arriesgada cambián- jante obra de humanidad parecería inverosímil. Su
dole un poco el acento, de manera que resulta una base sigue siendo la estatalidad de la beligerancia
acción de guerra arriesgada pero no ilegal. De esta y, sobre esta base, el acotamiento de la guerra, con
forma Schmid disminuye el riesgo del partisano. sus claras distinciones de guerra y paz, militar y
A costa de la fuerza de ocupación le atribuye un civil, enemigo y criminal, guerra estatal y guerra
máximo de derechos y privilegios. No veo claro cómo civil. Sin embargo, empiezan a relajarse las distin-
29. JÜRG H . SCHMID : Die völkerrechtliche Stellung der ciones esenciales, e incluso se ponen en trance exis-
Partisanen im Kriege (Zürcher Studien zum Internationalen tencial. Así se franquea la entrada a una especie
Recht n. 23, Zürich, 1956).
CARL SCHMITT

de guerra q u e destruye conscientemente aquellas


claras distinciones. Algunas regulaciones de compro-
miso, cuidadosamente estilizadas, en realidad no son
más que frágil puente sobre el abismo que supone
el cambio trascendental de los conceptos de guerra,
enemigo y partisano.
DESARROLLO DE LA TEORIA
EL DESENTONO PRUSIANO FRENTE AL PARTISANISMO

Un fuerte sentimiento nacional acompañaba la


sublevación conta Napoleón en Prusia, la principal
potencia militar de Alemania, en la primavera de
1813. Este momento cumbre pasó pronto. Su im-
portancia para la Historia del partisanismo es
esencial.
Es un hecho histórico indiscutible que el ejérci-
to prusiano, y más adelante el ejército alemán bajo
dirección prusiana, desde 1813 hasta mediados de la
segunda guerra mundial, constituye el ejemplo clá-
sico de una organización militar que había excluido
radicalmente cualquier idea de partisanismo. Los
treinta años de dominio colonial de los Alemanes
en Africa (1885-1915) no tenían la suficiente impor-
tancia militar para que los excelentes teóricos del
Estado Mayor prusiano tuvieran necesidad de plan-
tearse seriamente este problema. El ejército austro-
húngaro conocía la guerra partisana desde los Bal-
canes, y tenía un reglamento para la guerrilla. El
ejército prusiano-alemán, sin embargo, entró en Ru-
sia durante la segunda guerra mundial, el 22 de ju-
nio de 1941, sin pensar ni remotamente en una gue-
CARL SCHMITT TEORIA DEL PARTISANO
rra partisana. Su campaña contra Stalin comenzó y lo consideran una legítima defensa contra desleal-
con la máxima: la tropa lucha contra el enemigo, tad y acechanza. Cuanto más se respeta al adver-
la policía se encarga de los merodeadores. En oc- sario regular y uniformado como enemigo y no se
tubre de 1941 aparecieron las primeras indicaciones confunde con un criminal aun en la lucha más san-
especiales p a r a la lucha contra partisanos, y tan sólo grienta, tanto más inexorablemente se trata como
en mayo de 1944, apenas un año antes de terminar criminal al combatiente irregular. Todo esto se de-
una guerra de cuatro años, se promulgó el primer riva claramente de la lógica del clásico Derecho de
reglamento completo del Alto mando de la Wehr- guerra europeo, que distingue militar y civil, com-
macht . 30
batientes y no combatientes, y que tiene la asom-
Durante el siglo XIX el ejército prusiano-alemán brosa fuerza moral de no declarar criminal a un
llegó a ser la organización militar más perfecta y enemigo.
célebre de Europa, y Europa era entonces el mundo. Durante el otoño de 1870 y en el invierno del año
Mas esta fama se debía exclusivamente a victorias siguiente, después de la gran victoria del 2 de sep-
militares sobre otros ejércitos regulares europeos, tiembre sobre el ejército regular de Napoleón III,
en especial los de Francia y Austria. Sólo una vez en Sedan, los soldados alemanes tuvieron que en-
se habían enfrentado con la guerra irregular, con los frentarse con el francotirador francés. Según las re-
francotiradores de la guerra franco-alemana de 1870- glas de la guerra de ejércitos, clásica y regular, lo
71. En alemán se llamaron Heckenschützen, y se normal hubiera sido que, después de semejante
trataron implacablemente según el Derecho marcial, victoria, terminase la guerra y se concluyera la paz.
como lo hubiera hecho cualquier ejército regular. En vez de esto, se destituyó al vencido Gobierno
Cuanto más estrictamente disciplinado sea un ejér- imperial. El nuevo Gobierno republicano de Léon
cito regular, cuanto más correctamente distinga mi- Gambetta proclamó la resistencia nacional contra
litar y civil, considerando sólo el adversario uni- el invasor extranjero, la guerra á outrance. Apresu-
formado como enemigo, tanto más nervioso y sen- radamente levantó nuevos y nuevos ejércitos, y lanzó
sible se pone si al otro lado una población civil no nuevas masas de soldados bisoños a los campos de
uniformada participa en la lucha. Los militares sue- batalla. En noviembre de 1870, tuvo incluso un éxito
len reaccionar con duras represalias —fusilamien- militar en el Loire gracias a este sistema. La situa-
tos, toma de rehenes, destrucción de pueblos, etc.—, ción de las tropas alemanas era muy incómoda, y la
situación de la política exterior alemana estaba ame-
30. H A N S SCHOMERUS : Partisanen, en Christ und Weif . nazada, porque nadie había contado con que la gue-
26 (1949), especialmente el capítulo "Der Wall der Tradition"
También los trabajos posteriores de Schomerus, publicados en rra durara mucho tiempo. Se despertó un entusiasmo
el mismo año en aquel semanario Christ und Welt, tienen gran patriótico en la población francesa. Participó de las
interés para el problema partisano.
CARL SCHMITT
TEORIA DEL PARTISANO
maneras m á s diversas en la lucha contra los alema- la época de la monarquía, se dejan legalizar si los
nes. Estos tomaron como rehenes notables y per- Estados beligerantes las acatan tanto en un ámbito
sonas destacadas, fusilaron a los francotiradores interior como exterior, si sus ideas estatales e inter-
sorprendidos con las armas en la mano y presiona- estatales de regularidad e irregularidad, de legali-
ron a ls población con represalias de toda índole. dad e ilegalidad coincilien en el contenido o, por
Esto fue el punto de partida de una disputa en pro lo menos, tienen una estructura más o menos ho-
y en contra del francotirador que ocupó más de me- mogénea. A no ser así la normación interestatal
dio siglo a los internacionalistas y a la propaganda no tiene otro resultado (pie dar pretexto y consigna
pública de ambos lados. Las controversias se en- para acusaciones mutuas, en vez de fomentar la
cendieron nuevamente durante la primera guerra paz. A partir de la primera guerra mundial, esta
mundial en la disputa germano-belga sobre los fran- verdad sencilla llegó poco a poco a la consciencia.
cotiradores. Se escribieron, verdaderas bibliotecas Pero la fachada del inventario de nociones hereda-
sobre este problema, y aún en los últimos años, das sigue teniendo su vigor ideológico. Por razones
1958-60, se formó un comité de prestigiosos histo- prácticas, los Estados tienen interés en la aplica-
riadores belgas y alemanes para aclarar y liquidar ción de las llamadas ideas clásicas, aunque en otras
por lo menos un punto de discordia de este com- ocasiones las echen a un lado como anticuadas y
piejo reaccionarias. Además, los internacionalistas euro-
Todo esto es interesante para el problema del peos reprimieron con tozudez la imagen de una nue-
partisano, porque demuestra que una regulación va realidad surgida a partir de 1900 . 32

normativa es jurídicamente imposible, si queremos Todo esto vale, en general, para la diferenciación
captar el problema en toda su realidad, y no con- de una guerra estatal europea de estilo clásico y
tentarnos con un deslizarse sobre juicios de valor una guerra popular democrática, y mucho más aún
y cláusulas generales. El tradicional acotamiento si se trata de un levantamiento popular improvi-
europeo de la guerra interestatal depende desde el sado, de una guerra popular á ountrance como la
siglo XVIII de ciertos conceptos. Verdad es que la que proclamó Gambetta en septiembre de 1870. El
revolución francesa los había interrumpido, pero
la obra restauradora del congreso de Viena los con- 32. "Hacia fines del siglo xix el Derecho internacional eu-
firmó en todo su vigor. Estas ideas de la guerra ropeo perdió sin la más mínima sensibilidad crítica, sin pre-
acotada y del enemigo justo, que son oriundas de sentimiento alguno, la consciencia de la estructura espacial de
su orden, vigente hasta entonces. De la manera más ingenua
creyó que el proceso de universalización, cada vez más amplio,
31. E . KESSEL, en Historische Zeitschrift 191 ( 1 9 6 0 ) , 385- más exterior y más superficial, significase una victoria del
3 9 3 ; FRANZ PETRI y PETER SCHOLLER : "Zur Bereinigung des Derecho internacional europeo. Creyó que la descolocación de
Franktireurploblems vom August 1914", en Vierteljahreshefte Europa del centro jurídico-internacional del mundo significara
für Zeitgeschichte 9 ( 1 9 6 1 ) , 234-248 . una colocación de Europa en este centro" (Der Nomos der Erde,
citado p. 206).
CARL SCHMITT TEORIA DEL PARTISANO

Ordenamiento de la Haya de 1907 —igual que todos gularidad; es decir, las necesita esencialmente para
sus antecesores del siglo XIX—intentó encontrar un ser partisano.
compromiso en cuanto al francotirador. Se exigen El punto de vista militar del ejército regular pru-
ciertas condiciones para que el combatiente impro- siano no significaba, de ringuna manera, una falta
visado, con uniforme improvisado, se considere co- de inteligencia ni ignorancia en cuanto a la impor-
mo combatiente en el sentido del Derecho interna- tancia de la guerrilla. La prueba la tenemos en el
cional: superiores responsables, insignia fija y cla- interesante libro de un típico oficial prusiano de
ramente visible y, sobre todo, llevar las armas abier- Estado Mayor que conoció la guerra de francotira-
tamente. La gran vaguedad conceptual del Orde- dores de 1870-71, y publicó sus opiniones en el año
namiento de la Haya y de las Convenciones de 1877 bajo el título «León Gambetta y sus ejércitos».
Ginebra complica el problema Porque el par- El autor, Colmar Freiherr von der Goltz, murió
tisano evita precisamente llevar sus armas a la vista; durante la primera guerra mundial como Pachá
lucha en emboscadas, y utiliza lo que sea para su Goltz y jefe de un ejército turco. Con toda la obje-
camuflaje: el uniforme del enemigo, insignias fijas tividad y una gran precisión, el joven oficial pru-
o sueltas y cualquier clase de vestimenta civil. Di- siano se da cuenta del error decisivo de la táctica
simulo y oscuridad son sus mejores armas. No puede republicana, y observa: «Gambetta quiso continuar
la guerra en grande y, para su desgracia, lo hizo.
prescindir de ellas sin perder el espacio de la irre- Una guerra pequeña, una guerrilla hubiera sido
33. La confusión se hace impenetrable, no solamente en la mucho más peligrosa para las tropas alemanas en
propaganda y antipropaganda política (donde está en su lu- la Francia de entonces.» . i4

gar), no sólo en la discusión de casos litigiosos agudos (como Por fin, aunque muy tarde, el mando del ejército
el caso del súbdito yugoslavo Lazar Vracaric, detenido en no-
viembre de 1961 por las autoridades alemanes en Munich), sino,
por desgracia, también en la literatura especialmente jurídica,
prusiano-alemán comprendió la guerra partisana.
tan pronto como pierde la conciencia de las nociones con- El Alto mando del ejército alemán publicó el 6 de
cretas del Derecho internacional europeo. Se ve en la tesis
doctoral de J. H. SCHMID : Die völkerrechtliche Stellung der 34. COLMAR VON GOLTZ : Léon Gambetta und seine Armeen
Partisanen im Kriege, cit. HELLMUTH RENTSCH (Partisanenkampf, (Berlín, 1877), p. 36: "Cuanto más penetra el ejército de in-
Erfahrungen und Lehren [Frankfur, 1961], p. 204, n. 9) se dejó vasión, tanto más débiles resultan los cuadros, tanto más pe-
desconcertar en alguna ocasión, y quiere colocar al partisano sado se hace el tren de aprovisionamiento. Todo esto favorece a
"bajo protección y amparo del Derecho internacional". El ver- los bandos activos del enemigo. Gambetta, sin embargo, quiso
dadero partisano lo aceptará con gusto como arma suplemen- la guerra grande. Brillantes e imponentes como la fuerza nu-
taria. Todo esto es consecuencia de la destrucción del jus pu- mérica de sus ejércitos debían de ser sus hazañas bélicas para
blicum Europaeum y de sus conceptos racional-humanos de justificarlo ante el país." Al doctor J. Hadrich, de Berlín, a
guerra y enemigo. La rebarbarización del Derecho de guerra quien debo el libro del Freiherr von der Goltz, debo igualmente
sería un capítulo suplementario del magnífico libro de F. J. P. la noticia de que los abisinios fueron vencidos en su resisten-
VEALE: Advance to Barbarism (Appleton, C. C. Nelson Publi- cia contra el ejército italiano de Mussolini, en 1935-1936, porque
shing Company, 1953) (Trad, alemana Wiesbaden, Verlag K. H. intentaron hacer una guerra de tropas regulares en vez de una
Priester, 1962). lucha partisana.
CARL SCHMITT TEORIA DEL PARTISANO

mayo de 1944 las instrucciones generales para la describe en un trabajo recientemente publicado su
lucha contra partisanos. Antes de perecer, el ejér- organización, equipo, empleo, espíritu de combate
cito alemán se dio cuenta del problema partisano. y sus pérdidas. Kissel relata que los Aliados consi-
Mientras tanto, un enemigo de Alemania reconoció deraron el Volkssturm, en general, como tropa re-
y calificó a las instrucciones de mayo de 1944 de gular, mientras que los rusos lo trataron como or-
reglamento excelente. Después de la segunda guerra ganización partisana, y fusilaron a los prisioneros.
mundial, el brigadier inglés Dixon, publicó, en co- A diferenda de esta milicia territorial, el Werwolf
laboración con Otto Heilbrunn, un documentado fue concebido como una organización partisana de
libro sobre partisanos, en el cual reproduce in ex- la juventud. El libro de Dixon y Heilbrunn nos re-
tenso las instrucciones alemanas como muestra lata el resultado final: «Unos pocos Werwolfe en
ejemplar de una lucha adecuada contra los partisa- ciernes fueron capturados por los Aliados, y con
nos, y el general inglés Sir Reginald F. S. Denning esto terminó el asunto.» Se quiso caracterizar al
observa en su prólogo al libro de Dixon y Heilbrunn Werwolf como un «intento de desencadenación de
que no se disminuye el valor del reglamento alemán una guerra de niños francotiradores.» . 36

contra los partisanos por tratarse de instrucciones Después de la primera guerra mundial, los ven-
del ejército alemán para la lucha contra partisa- cedores de entonces disolvieron el Estado Mayor
nos rusos alemán y prohibieron su restablecimiento —era in-
El Volk.sstu.rm y el llamado Werwolf, dos fenóme- diferente en qué forma— en el artículo 160 del
nos que se produjeron hacia el final de la guerra, Tratado de Versalles del 28 de junio de 1919. Según
en 1944-45, no se pueden cargar en cuenta al ejér- una lógica histórica y jurídico-internacional, los
cito alemán; más bien se explican como una oposi- vencedores de la segunda guerra mundial, en espe-
ción al ejército. El Volkssturm se levantó, por un cial Estados Unidos y la Unión Soviética, después
decreto del 25 de septiembre de 1944, como milicia de haber proscrito la guerra duelo del clásico De-
territorial para la defensa del país. Sus miembros, recho de gentes europeo, proscribieron también y
mientras estaban de servicio, eran soldados en el liquidaron al Estado prusiano, a continuación de
sentido de la legislación militar y combatientes en
el sentido del Ordenamiento de la Haya. El Mayor 36. H A N S KISSEL : Ver deutsche Volkssturm 1944-45, eine
territoriales Milis der Landesverteidigung. (Prankfurt, Verlag
general Hans Kissel, que a partir de noviembre de E. S. Mittler & Sohn, 1962). La información sobre el tratamien-
1944 fue jefe de la dirección del Volkssturm alemán, to distinto según este u oeste se encuentra en la página 46.
El término "kinderheckenschützenkrieg" lo emplea Erich P.
Pruck en su recensión del libro de KISSEL, en Zeitschrift für
35. Utilizo la edición alemana de C. AUBKEY DIXON, O . B . E. Politik, 9 ( 1 9 6 2 ), 2 9 8 - 2 9 9. Pruck dice con razón que "el límite
y OTTO HEILBRUNN : Partisanen, Strategie und Taktik des Gue- entre lucha legal (en el sentido de la Ordenación de La Haya)
rrillakrieges (Frankfurt-Berlin, Verlag für Wehrwesen, Bernard y partisanismo es poco claro". D I S O N y HEILBRUNN : Partisa-
& Graefe, 1956), p. XXV y 213-240. nen, cit. p. 3.
CARL SCHMITT TEORIA DEL PARTISANO
su victoria común sobre Alemania. La ley Nr. 46 del llermol como el jefe del Estado Mayor prusiano,
Consejo de Control Aliado del 25 de febrero de 1947 Moltke, estaban muy lejos de planes aquerónticos;
dispuso: semejante cosa les pareció inquietante y poco apta
El Estado prusiano, portador desde siempre al estilo prusiano. La palabra aqueróntico sería
del militarismo y de la reacción en Alemania, tambiéa demasiado fuerte para los débiles intentos
ha dejado de existir de facto. Guiado por la de revolucionar al pueblo que hizo el gobierno ale-
idea de mantener la paz y la seguridad de los mán y el Estado Mayor durante la primera guerra
pueblos y con el deseo de asegurar la recons- mundial. Sin embargo, el viaje de Lenin de Suiza
trucción de la vida política en Alemania sobre a Rusia en 1917 pertenece a este contexto. Pero todo
base democrática, el Consejo de Control dis- lo que los alemanes hayan pensado y planeado en-
pone lo siguiente: tonces, al organizar el viaje de Lenin, fue sobrepa-
sado y arrollado tan desmedidamente por las con-
secuencias históricas de aquel intento de revolu-
Artículo 1. —El Estado prusiano con su go- cionamiento que, no sólo no contradice, sino más
bierno y toda su administración queda disuelto. bien confirma nuestra tesis del desentono prusiano
frente al partisanismo
EL PARTISANO COMO IDEAL PRUSIANO 1813 37. BISMARK (Gedanken und Erinnerungen, 1, 20; III, 1 y
10) utiliza la cita "Acheronta movebo" para pintar el diablo
Y LA VUELTA A LA TEORIA en la pared. Bismark disminuye la importancia por motivos
explicables. En realidad, como demostró el moderno historia-
No fue un soldado prusiano ni tampoco un ofi- dor Egmont Zechlin, había reunido "una tropa de élite hún-
gara dispuesta a la lucha" y generales como Klapka y Türr.
cial profesional de tendencias reformistas del Es- El cuerpo de oficiales de la legión húngara estaba compuesto
tado Mayor prusiano, sino un primer ministro pru- por la más alta nobleza húngara. "Pero Bismarck no tuvo re-
paro en llevar al cuartel general a Joseph Frié, revolucionario
siano, Bismarck, quien quiso utilizar, en la lucha checo, socialista radical y amigo de Bakunin. El coronel Ores-
covic en Belgrado y el ministro Garasanin, los líderes prin-
contra la monarquía de Habsburgo y contra la Fran- cipales del movimiento sudeslavista, eran de su juego, y gra-
cia bonapartista de 1866, «cualquier arma que nos cias a Víctor Manuel y también a Klapka y Tür estaba en con-
tacto con el héroe europeo de la revolución, Garibaldi". A
ofrezca el movimiento nacional desencadenado no un general conservador-reaccionario del zar, con el cual estaba
solamente en Alemania sino también en Hungría en negociaciones, le mandó un telegrama diciendo que prefe-
ría hacer la revolución y no padecerla. Comparados con esta
y Bohemia» para no sucumbir. Bismarck estaba linea nacional-revolucionaria en la política de Bismarck, los
decidido a poner en marcha el Aqueronte. Le gus- intentos revolucionarios del Gobierno alemán y del estado
mayor durante la primera Guerra mundial en Rusia, en el
taba utilizar la cita clásica Acheronta movere. pero, mundo islámico-israelí y en América resultan débiles e "im-
naturalmente, prefirió achacarlo a sus adversarios provisados". EGMOT ZECHLIN : Friedensbertrobungen und Re-
volutionierungsversuche, en Das Parlament, apénd. 20, 24 y 25
en la política interior. Tanto el Rey prusiano Gui- (1961). GUSTAV ADOLF R E I N : Die Revolution in der Politik Bis-
TEORIA DEL PARTISANO
CARL SCHMITT

Sin embargo, el Estado militar prusiano tuvo una importancia trascendental para la teoría del parti-
vez durante su Historia un momento aqueróntico. sanismo,
Esto fue en el invierno y primavera de 1812-13, En seguida se pensará en una célebre obra maes-
cuando una élite de oficiales de Estado Mayor in- tra de la ciencia bélica, en el libro Vom Kriege del
general prusiano von Clausewitz. Con toda la razón.
tentó desencadenar las fuerzas de la enemistad Pero en aquel entonces Clausewitz era aún el ami-
racional contra Napoleón y apoderarse de ellas. La go joven al lado de sus profesores y maestros
guerra alemana contra Napoleón no era una guerra Scharnhorst y Gneisenau, y su libro se publicó, no
partisana. Apenas se puede llamar una guerra na- antes de 1832, después de su muerte. Por otro lado
cional. Como Ernst Forsthoff dice acertadamente, tenemos un manifiesto de la enemistad contra Na-
sólo una «leyenda con fondos políticos» quiere con- poleón, que data precisamente, de la primavera de
vertirlo en un movimiento popular . Pronto se 3S 1813, y que es uno de los documentos más sorpren-
consiguió dirigir aquellas fuerzas elementales al dentes de toda la Historia del partisanismo: el edic-
cauce firme del orden estatal y de la lucha regular to prusiano sobre el Landsturm del 21 de abril de
contra las tropas francesas. No obstante, aquel bre- 1813. Se trata de un edicto que firmó el Rey de
ve momento revolucionario tiene y conserva una Prusia y que fue publicado con todos los requisitos
formales en la Colección de leyes prusianas. Es evi-
marcks (Göttingen, Musterschmidt Verlag, 1957) es un libro muy dente que fueron su modelo el Reglamento de Par-
bien documentado en el que se saca esta conclusión: "Bismarck
enfocó con toda claridad la cara de la revolución, para des-
tidas y Cuadrillas del 28 de diciembre de 1808 y el
cubrir su debilidad interior, y emprendió la tarea de despertar Decreto del 17 de abril de 1809, conocido con el
otra vez la vida en la vieja monarquia" (p. 131). Es una pena
que en el libro de Rein no se trate tan detalladamente la
nombre de Corso Terrestre, ambos procedentes de
situación concreta del año 1866 cómo lo hubiera merecido la guerra de Independencia española. Pero estos
dentro de este tema.
38. E R N S T FORSTHOFF: Deutsche Verfassungsgeschichte der
documentos no están firmados por el monarca '. 3

Neuzeit , (Stuttgart, W. Kohlhammer Verlag, 1961), página 84.


2 Parece increíble que el nombre de un rey legítimo
FORSTHOFF califica de leyenda que la Landwehr prusiana —la
clase de tropa más parecida al ideal burgués de una milicia- 39. Se publicaron como decretos de una Junta Suprema
haya tenido una parte esencial en la victoria. "A principios de porque el monarca legítimo faltaba entonces; vid. SOLANO
la guerra la utilidad de la Landwehr era, en realidad, muy limi- COSTA : La resistencia popular, cit. p. 4 1 5 - 4 1 6 . La Kleinkriegsan-
tada. No aguantaría un ataque serio, porque su energía moral leitung für jedermann suiza de 1958 (vid. supra p. 23) no es
y su fuerza de combate militar eran deficientes. No estaba un reglamento oficial, sino un trabajo publicado por la direc-
asegurada contra confusión y pánico. En el curso de la guerra, ción central de la Asociación de suboficiales suizos. Sería inte-
después de estar más tiempo en armas, aumentó su valor com- resante comparar algunas instrucciones (por ejemplo, la ad-
bativo. En estas circunstancias, la afirmación de que la Land- vertencia de no obedecer las órdenes de la potencia enemiga)
wehr haya participado esencialmente en la victoria pertenece con las prescripciones correspondientes del edicto prusiano de
al ámbito de la fábula". Trata este momento de la primavera Landsturm, de 1813, para darse cuenta, por un lado, de la
de 1813 y, sobre todo, el edicto de Landsturm, ERNST RUDOLF base misma de la situación y, por otra parte, del proceso técnico
HÜBER : Verfassungsgeschichte, I (1957), p. 213; Her und Staat y psicológico.
in der deutschen Geschichte (Hamburgo, 1938), p. 144 ss.
CARL SCHMITT TEORIA DEL PARTISANO

aparezca debajo de semejante llamada a la guerra Todo loque siguió fue lucha de ejércitos regulares,
partisana. Estas diez páginas de la Colección de aunque la dinámica del impulso nacional penetró
leyes prusianas de 1913 pertenecen, sin duda, a las en la tropa regular. Napoleón pudo presumir de
más asombrosas de todos los Boletines oficiales de) que en todos los años de la ocupación francesa en el
mundo. suelo alemán ni una persona civil alemana había
Cada subdito, dice el real edicto prusiano de abril disparado a un uniforme francés.
de 1813, está obligado a oponerse al enemigo inva- ¿En qué consiste, pues, la importancia especial de
sor con armas de cualquier clase. Se recomiendan aquel efímero edicto prusiano de 1813? Es el docu-
expresamente hachas, horquillas, guadañas y esco- mento oficial de una legitimación del partisano de
petas. Cada prusiano está obligado, no sólo a no la defensa nacional. Es una legitimación especial
obedecer ninguna orden del enemigo, sino a hacerle que tiene sus raíces en el espíritu y la filosofía que
daño con todos los medios posibles. Aún cuando el dominaban entonces en la capital prusiana de Berlín.
enemigo quiera restablecer el orden público, nadie La guerrilla española contra Napoleón, la subleva-
le debe obedecer, porque esto facilitaría las opera- ción tirolesa de 1809 y la guerra partisana rusa de
ciones militares del enemigo. Expresamente se dice 1812 eran movimientos autóctonos y elementales de
que los «excesos de la chusma desordenada» hacen un pueblo piadoso, católico u ortodoxo, cuya tradi-
menos daño que el hecho de que el enemigo dis- ción religiosa no había sido afectada por el espíritu
ponga libremente de todas sus tropas. Se promete filosófico de la revolución francesa. En este sentido
la protección del partisano con represalias, y se eran subdesarrollados. En una carta iracunda a
amenaza al enemigo con actos de terror. En defini- Davout, su gobernador general en Hamburgo, del
tiva, tenemos aquí una especie de Carta Magna del 2 de diciembre de 1811, Napoleón califica a los
partisanismo. Tres veces —en la introducción y en españoles de pueblo asesino, supersticioso, des-
los párrafos 8 y 52— se hace una alusión directa a orientado por 300.000 monjes, pueblo que no se de-
España, y se pone a su guerrilla como «muestra y bía comparar con los alemanes aplicados, trabaja-
ejemplo». La lucha se justifica como legítima de- dores y razonables. En Berlín, sin embargo, en los
fensa «que justifica todos los medios», incluso el des- año 1808-1813, dominaba un espíritu que estaba
encadenamiento del desorden total. completamente familiarizado con la filosofía de la
Es sabido que no se llegó a producir una guerra ilustración francesa, tan familiarizado que se podía
partisana alemana contra Napoleón. El mismo edicto sentir igual o incluso superior.
de Landsturm ya se modificó tres meses después, Johann Gottlieb Fichte, un filósofo extraordina-
el 17 de julio de 1813. Se despejó de los peligrosos rio, militares muy cultos y geniales, como Scharn-
aspectos partisanos y del dinamismo aqueróntico. horst, Gneisenau y Clausewitz, un poeta como Kleist
CARL SCHMITT TEORIA DEL PARTISANO
que m u r i ó en noviembre de 1811, caracterizan el militares de la «guerra pequeña», entendida en el
enorme potencial de espíritu de la inteligencia pru- sentido especial del empleo de tropas ligeras y mó-
siana que en aquel momento crítico estaba dispues- viles. la guerrilla se convirtió para él y para otros
to a la acción. El nacionalismo de aquella capa de reformadores de su círculo «en un asunto suma-
inteligencia berlinesa era cosa de intelectuales y no mente político, en el sentido más elevado, y de un
del pueblo sencillo o, incluso, analfabeto. En seme- carácter verdaderamente revolucionario. La postura
jante atmósfera, en donde un sentimiento nacional positiva frente al hecho de que el pueblo tome las
irritado se vino a conjugar con una formación filo- armas, frente a insurrección, guerra revolucionaria,
sófica, se pudo descubrir filosóficamente al parti- resistencia y sublevación contra el orden existente,
sano y su teoría se hizo históricamente posible. Que incluso si lo representa un régimen de ocupación
también una teoría de la guerra corresponde a esta extranjera, constituye una novedad para Prusia, al-
unión lo demuestra una carta escrita por Clausewitz, go «peligroso» que escapa de la esfera del Estado
como «militar no mencionado», desde Königsberg, de Derecho.» Con estas palabras, Werner Hahlweg
en 1809, y que se dirige a Fichte como «autor de un acierta el punto esencial de nuestro problema. Pero
trabajo sobre Maquiavelo». El oficial prusiano cri- en seguida añade: «Verdad es que nunca se realizó
tica muy respetuosamente al famoso filósofo, y le la guerra revolucionaria contra Napoleón como se
explica que la teoría bélica de Maquiavelo depende lo imaginaron los reformadores prusianos. Sola-
demasiado de la antigüedad y que actualmente «se mente se llegó a una «guerra medio-insurreccional»,
gana infinitamente más mediante la activación de como la llamó Friedrich Engels. Sin embargo, el
las fuerzas individuales que por medio de formas famoso memorándum de febrero de 1812, conserva
artificiales». Las nuevas armas y masas, opina Clau- su importancia para los «impulsos más íntimos»
sewitz en esta carta, corresponden precisamente a (Rothfels) de los reformadores; Clausewitz lo re-
este principio, y, en definitiva, lo que decide es el dactó con la colaboración de Gneisenau y Boyen an-
valor del individuo en la lucha cuerpo a cuerpo, «so- tes de pasarse a los rusos. Es un «documento de
bre todo en la más bella de las guerras, la que un análisis político del Estado Mayor de gran sobrie-
pueblo hace en su propio suelo por la libertad y la dad», se refiere a las experiencias de la guerra
independencia». popular española y no le importa correr el riesgo
El joven Clausewitz conoció al partisano a través de «pagar crueldad con crueldad y violencia con
de los planes prusianos de insurrección de los años violencia». Ya se prevé aquí el edicto de Landsturm
1808-13. Durante los años 1810 y 1811 dio clases so- prusiano de abril de 1813
bre guerrillas en la Escuela Militar General de Ber- (40) W. HAHLWEG : Preussische Reformzeit, clt. p. 54-56. La
lín, y era uno de los más destacados especialistas carta de Clausewitz a Fichte está publicada en FICHTE: Staats-
philosophische Schriften, I supl. (ed. H. Schulz y R. Strecker,
CARL SCHMITT TEORIA DEL PARTISANO

Clausewitz tuvo que llevarse una gran desilusión piezan a brotar. Como veremos, esto ocurrió mucho
al ver q u e «falló» todo lo que había esperado de la más tarde, y hacía falta un activo revolucionario
insurrección El reconoció la guerra popular profesional. Clausewitz mismo pensaba aún dema-
y los partisanos —Parteigänger según dice Clause- siado con categorías clásicas cuando atribuye al
witz— como un factor esencial de las «fuerzas que pueblo el «ciego instinto natural» del odio y de la
hacen explosión en la guerra», y los introdujo en su enemistad, al general y a su ejército «valor y talen-
sistema de teoría de la guerra. Sobre todo en el to» como libre actividad psíquica y al gobierno el
libro 6 de su teoría de la guerra (volumen de los manejo puramente racional de la guerra como ins-
medios de defensa) y en el célebre capítulo 6 B del trumento de la política. Esto forma la «curiosa
libro í (La guerra es un instrumento de la política) trinidad de la guerra».
se aprecia la nueva «potencia». Se encuentran, ade- En aquel efímero edicto de Landsturm prusiano se
más, varias observaciones singulares, casi misterio- concentra el momento en que el partisano aparece
sas, como por ejemplo, aquella sobre la guerra civil por primera vez en un nuevo papel decisivo, como
de la Vendée: a veces, unos pocos partisanos aisla- nueva figura del espíritu universal (Weltgeist) a la
dos pueden «reclamar el nombre de ejercito» . 42
cual hasta entonces no se había dado importancia.
Pero en general sigue siendo el oficial de carrera Formación intelectual e inteligencia, y no la volun-
de un ejército regular de su época, aunque de ten- tad de residencia de un pueblo valiente y belicoso,
dencias reformistas. El mismo no podía desarrollar abrieron esta puerta al partisano, y le otorgaron una
hasta la última consecuencia los gérmenes que em- legitimación sobre una base filosófica. Si se me
Leipzig-, 1925), p. 59-65. Ernst Engelberg habla de las "tres permite expresarlo así, yo diría que se acreditó
confesiones" en la introducción a la edición de Vom Kriege filosóficamente y se presentó en la Corte al parti-
(Berlín, Verlag' des Ministeriums für Nationale Verteidigung
1957, p. XLVII-L). sano. Hasta entonces no había sido presentado. En
41. Carta a Marie von Clausewitz, del 28 de mayo de 1813: el siglo XVII había degenerado en una figura de la
"...por otro lado parece fallar todo lo que se esperó del apoyo
de la población a espaldas del enemigo. Esto es lo único que novela picaresca. En el siglo XVIII, en la época de
hasta ahora no correspondió a mis esperanzas, y tengo que María Teresa y Federico el Grande, era pandur y
confesar que esta consideración me produce algunos ratos tris-
tes." (KARL LINNEBACH: Karl und Marie von Clausewitz-, ein húsar. Pero ahora, en los años 1808 a 1813, en
Lebensbild in Briefen und Tagebuchblättern [Berlin 1916] Berlín, se descubrió y apareció no solamente en
página 336). el sentido técnico-militar, sino también filosófica-
42. Ejército es "una fuerza armada que se encuentra en
una sola escena de guerra". "Verdad es que sería pedantería pre- mente. Por lo menos durante un momento recibió
tender el nombre de ejército para cualquier partisano que ac- un rango histórico y una consagración espiritual.
túa independientemente en una provincia lejana, pero hay
que darse cuenta que a nadie le llama la atención cuando se Era un acontecimiento que nunca más se olvidaría.
habla del ejército vandeano en la guerra de la revolución y, Para nuestro tema, esto es decisivo. Hablamos de
sin embargo, muchas veces no habrá sido más fuerte." Vid. n. 44!
CARL SCHMITT TEORIA DEL PARTISANO
una teoría del partisano. Pues bien, una teoría naria. Fue un revolucionario profesional, Lenin,
política del partisano que sobrepase la mera califi- quien convirtió al marxismo como doctrina en la
cación militar fue posible tan sólo gracias a la cre- fuerza kistórico-universal que representa hoy día.
dencial que se le hizo en Berlín. La chispa que en
el año 1808 saltó desde España hacia el norte en-
contró en Berlín una forma teorética que permitió DE CLAUSEWITZ A LENIN
guardar su rescoldo y trasladarlo a otras manos.
En un principio, sin embargo, ni la tradicional
religiosidad del pueblo ni la unidad política de rey Hans Schomerus, buen conocedor del partisanis-
y pueblo estaban amenazados en aquel entonces. mo, titula un capítulo de su trabajo (que consulté
La evocación y glorificación del partisano más bien en el manuscrito) Vom Empecinado zu Budjonny.
la fortificó, en vez de amenazarla. El Aqueronte que Esto significa: del partisano de la guerrilla españo-
se había desbordado volvió rápidamente a los cau- la contra Napoleón al organizador de la caballería
ces del orden estatal. Después de las guerras de li- soviética, el Jefe de la caballería en la guerra bol-
beración, la filosofía de Hegel dominaba en Prusia. chevista de 1920. Este título hace relucir una intere-
Esta filosofía intentó una mediación sistemática sante línea de desarrollo científico-militar. Pero nos-
entre revolución y tradición Podía pasar por
43. otros pensamos en una teoría del partisano, y no
conservadora y, realmente, lo era. Pero también queremos dejarnos desviar la atención por proble-
conservó la chispa revolucionaria, y la Filosofía de mas técnico-militares de táctica y estrategia de la
la Historia de Hegel prestó una peligrosa arma ideo- guerra móvil. No debemos perder de vista el desa-
lógica a la revolución que empujaba hacia delante, rrollo de la noción de lo político, que experimenta
más peligrosa aún que la filosofía de Rousseau en precisamente aquí un cambio trascendental. La clá-
manos de los jacobinos. Esta arma histórico-filo- sica noción de lo político, que se había cristalizado
sófica cayó en manos de Karl Marx y Friedrich En- en los siglos XVIII y XIX, se basaba en el Estado del
gels. Estos dos revolucionarios alemanes eran más Derecho internacional europeo, y había convertido
bien teóricos, y no activistas de la guerra revolucio- la guerra del clásico Derecho internacional en una
mera guerra de Estados, acotada por este Derecho.
43. JOACHIM RITTER: Hegel und die franzósische Revolution
(Colonia y Opladen, Westdeutscher Verlarg, 1957). En este con- A partir del siglo xx, esta guerra de Estados con
texto es interesante la formulación de REINHART KOSELLECK
iStaad und Gesellschaft in Preussen 1815 bis 1848, en Schri-
sus acotamientos, se liquida. La sustituye la guerra
¡tenreihe Industrielle Welt [ed. por Werner Conze, Ernst Klett revolucionaria de partidos. Por esta razón titulamos
Verlag, Stuttgart, 1962], p. 90): "El hecho sociológico de reunir
la inteligencia burguesa en sí y la consciencia histórica del fun-
De Clausewitz a Lenin las observaciones que siguen.
cionario prusiano de encontrarse en el espíritu la estatalidad Verdad es que así corremos cierto riesgo. No el
de su Estado es el mismo fenómeno." riesgo de una limitación técnico-militar especiali-
TEORIA DEL PARTISANO
CARL SCHMITT
zada, sino, por el contrario, de una divagación en proletario» . Es una continuación clara del re-
,4

árboles genealógicos y deducciones histórico-filosó- conocimiento de enemigo y enemistad que comienza


ficas. en 1902 en el escrito «¿Qué hacer?», sobre todo con
El partisano nos sirve de hito seguro. Nos pre- el giro contra el objetivismo de Struve. Así empezó
serva de semejantes genealogías histórico-filosóficas «lógicamente el revolucionario profesional» . 45

generales, y nos vuelve a conducir a la realidad del El trabajo de Lenin sobre el partisano se refiere
desarrollo revolucionario. Karl Marx y Friedrich a la táctica de la guerra civil socialista y contra-
dice la opinión, entonces en boga entre los social-
Engels ya se habían dado cuenta de que la guerra demócratas, de que la revolución proletaria como
revolucionaria no podía ser hoy día una guerra de movimiento de masa conseguiría, por sí misma, su
barricadas de estilo antiguo. Sobre todo Engels, que objetivo en los países parlamentarios, de manera
es autor de varios tratados científico-militares, lo que los métodos de aplicación directa de fuerza
subraya una y otra vez. Pero él creyó posible que resultarían anticuados. Para Lenin, la guerra par-
la democracia burguesa, gracias al sufragio univer- tisana pertenece el método de la guerra civil y se
sal, podía conseguir al proletariado una mayoría en refiere, como todo lo demás, a una cuestión pu-
el parlamento, y así se convertiría, de manera legal, ramente táctica o estratégica de la situación con-
el orden social burgués en una sociedad sin clases. creta. La guerra partisana es, como dice Lenin,
Por esta razón, un revisionismo completamente «una inevitable forma de lucha», y hay que servirse
apartisano se podía referir a Marx y Engels. de ella sin dogmatismo o principios preconcebidos,
Lenin, sin embargo, comprendió que violencia y como hay que utilizar otros medios y métodos le-
sangrientas guerras revolucionarias civiles y esta- gales o ilegales, pacíficos o violentos, regulares o
tales eran inevitables. Por eso consideró a la gue- irregulares, según las circunstancias. El objetivo es
rra partisana como ingrediente necesario del acon- la revolución comunista en todos los países del
tecer revolucionario en conjunto. Lenin fue el 44 W. I. LENIN : Sämtliche Werke X (Viena, 1930), p. 120-
z

121 Utilizo la edición alemana de los escritos militares de Lenin :


primero que compredió con plena consciencia al Von Krieg, Armee und Militärwissenschaft (Berlín, deutscher
partisano como figura esencial de la guerra civil Militärverlag, 1961), p. 294-304. Es una coincidencia destaca-
ble que las Réflexions sur la violence, de GEORGES SOREL, se
nacional e internacional. Quiso convertirlo en un publicaron en Paris en el mismo año 1906 en la revista Mouve-
instrumento eficaz de la dirección central del par- ment Socialiste. Gracias a una nota de HELLMUTH RENTSCH (Par-
tisanenkam.pt, cit. p. 203, n. 3) me enteré del libro de MICHAEL
tido comunista. Por lo que sé, esto ocurrió por PRAWDIN : Netschajew von Moskau verschwiegen (Prankfurt-
primera vez en el artículo Der Partisanenkampf (La Bonn 1961), según el cual (p. 176) Lenin habló ya en el año
1905 de la necesidad de la guerrilla. Habría que verificar el texto
lucha partisana) que se publicó el 30 de septiembre exacto.
45. PETER SCHEIBERT : Uber Lenins Anfänge, en Historis-
—13 de octubre— de 1906 en la revista rusa «El che Zeitschrift, 182 (1956), 564.
CARL SCHMITT TEORIA DEL PARTISANO
mundo; lo q u e sirve a este objetivo es bueno y mucho de Clausewitz, y lo aprovechó a fondo. No
justo. Por consiguiente, también el problema parti- solamente la célebre fórmula de la guerra como
sano es muy fácil de solucionar. Los partisanos diri- continuadón de la política, sino también el saber
gidos por la central comunista luchan por la paz que la distinción de amigo y enemigo es lo primario
y son héroes gloriosos; los partisanos que escapan en una época de revolución, y decisivo tanto para
a esta dirección son chusma anarquista y enemi- la guerra como para la política. Sólo la guerra re-
gos de la humanidad. volucionaria es guerra auténtica para Lenin, por-
Lenin era un gran conocedor y admirador de que tiene su origen en una enemistad absoluta.
Clausewitz. Durante la primera guerra mundial, en Todo lo demás es juego convencional.
1915, estudió intensamente el libro Vom Kriege. Lenin mismo destaca la distinción de guerra
En su cuaderno de notas, Tetradka, apuntó ex- (woina) y juego (igra) en una nota que se refiere
tractos en alemán, acotaciones en ruso, subrayados a un párrafo del capítulo 23 del libro II (Llaves
y exclamaciones. Esta Tetradka constituye uno de del país). Dentro de esta lógica da el paso decisivo:
los documentos más extraordinarios de la Historia derriba los acotamientos que había conseguido la
universal y espiritual. Observando atentamente es- guerra estatal del Derecho internacional, continental
tos extractos, acotaciones subrayadas y exclama- y europeo en el siglo XVIII, aquellos que el Congreso
ciones se puede deducir una nueva teoría de gue- de Viena había restaurado con tanto éxito hasta
rra total y enemistad absoluta, que determina la la primera guerra mundial, y que Clausewitz, en
época de la guerra revolucionaria y los métodos el fondo, no había querido liquidar. Comparada
de la moderna guerra fría . Lenin podía aprender
46
con una guerra de enemistad absoluta, la guerra
46. El Institut für Marxismus-Leninismus beim Zentralko- acotada del clásico Derecho internacional europeo,
mitee der SED publicó, en 1957, en Berlín, una edición alemana que se hace según reglas reconocidas, no es más
de la Tetradka, de LENIN, sobre el Vom Kriege, de CLAUSEWITZ. que un duelo entre caballeros capaces de darse sa-
La exposición y el análisis más importante de la Tetradka la
hizo WERNER HAHLWEG: Lenin und Clausewitz, en Archiv tisfacción. Semejante clase de guerra debía pare-
für Kulturgeschichte, 36 (1954). 30-39 y 357-387. Hahlweg dirigió cerle a un comunista como Lenin, obsesionado por
también la última edición de Vom Kriege (Bonn, Verlag Fer-
dinand Dümmler, 1952). Según Hahlweg, el mérito original de una enemistad absoluta, puro juego. Según las cir-
Lenin consiste en sobrepasar a Clausewitz desde la fase de la cunstancias, tomó parte en el juego para engañar
revolución burguesa de 1789 hacia la revolución proletaria de
1917. Lenin reconoce que la guerra, cuando se convierte de
guerra de naciones y de Estados en una guerra de clases, sus- liberación, distinción entre guerras justas e injustas, relación do
tituye a la crisis económica que habían esperado Marx y En- guerra y paz, revolución y guerra, terminación de la guerra
gels. Apoyándose en la fórmula "la guerra es la continuación imperialista por sublevación interior de la clase obrera, revi-
de la política", Lenin explica "casi todos los problemas cen- sión del programa del partido bolchevista" (HAHLWEG, Lenin
trales de la revolución en su lucha: conocimiento de la esen- und Clausewitz, cit. p. 374). Me parece que cada punto que
cia de la guerra mundial y los problemas correspondientes enumera Hahlweg, con toda la razón, puede ser una piedra
como oportunismo, defensa de la patria, lucha nacional de de toque para la noción de enemigo.
CARL SCHMITT TEORIA DEL PARTISANO
al enemigo, p e r o en el fondo le pareció ridículo y filosófica. El pacto entre partisano y filosofía, que
despreciable . 47
había concluido Lenin, desencadenó nuevas fuerzas
La guerra de enemistad absoluta no conoce nin- explosivas insospechadas. Provocó nada menos que
gún acotamiento. La realización consecuente de una la destrucción del entero mundo europeo-céntrico
enemistad absoluta le da su sentido y su justicia. que Napoleón quiso salvar y que el Congreso de
Hay sólo una cuestión: existe un enemigo absoluto Viena esperaba restaurar.
y, ¿quién es in concreto? Lenin no dudaba ni un El acotamiento de la guerra regular interestatal
momento en la contestación. Era superior a todos y la doma de la guerra civil interior eran tan na-
los demás socialistas y marxistas precisamente por- turales y familiares para el siglo X V I I I europeo, que
que tomaba en serio la enemistad absoluta. Su ene- incluso hombres inteligentes del Ancien Régime no
migo absoluto concreto era el enemigo de clase, el se podían imaginar la destrucción de esta clase de
burgués, el capitalista occidental con su orden de so- regularidad ni siquiera después de las experiencias
ciedad en todos los países donde esté en vigor. El co- de la revolución francesa de 1789 y 1793. No su-
nocimiento del enemigo era el secreto de la enorme pieron expresar otra cosa que espanto general y
fuerza de combate de Lenin. Tenía una compren- comparaciones deficientes y, en el fondo, infanti-
sión especial del partisano, porque el partisano les. Un valiente y gran pensador del Antiguo Régi-
moderno se había hecho el verdadero irregular y, men, Joseph de Maistre, previo con clarividencia de
por esto, la negación más fuerte del orden capita^ lo que se trataba. En una Carta del verano de 1811 "
lista existente. Así, pues, estaba destinado a ser el declara q Rusia está madura para la revo-
verdadero ejecutor de la enemistad.
u e

lución, pero que espera que será una revolución


Hoy día, la irregularidad del partisano se refie- natural, como él dice, y no de carácter ilustrado-
re no solamente a una «línea» militar, como en el europeo como la revolución francesa. Lo que más
siglo X V I I I , cuando el partisano era una «tropa li- temía era un Pugatschow académico. Es la expresión
gera», ni tampoco al uniforme de una tropa regu- que usa para describir gráficamente lo que ha re-
lar que se ostenta con orgullo. La irregularidad conocido, con razón, como el verdadero peligro:
de la lucha de clases pone en duda existencial no
sólo una línea, sino toda la construcción del orden
político y social. En el revolucionario profesional
ruso Lenin esta nueva realidad adquiere consciencia
47. WALTER GROTTIAN : Lenin Anleitung zum Handeln, Theo-
rie und Praxis sowjetischer Aussenpolitik (Colonia y Opladen,
Westdeutscher Verlag, 1962, con bibliografía e índice de mate-
rias muy buenos.
CARL SCHMITT TEORIA DEL PARTISANO

un pacto de la filosofía con las fuerzas elementales queño efecto de conversación de las cámaras o an-
de una insurrección. ¿Quién era Pugatschow? Era tecámaras del Antiguo Régimen. El lenguaje y las
el jefe de una sublevación de cosacos y campe- nociones de la guerra acotada y de la enemistad
sinos contra la zarina Catalina II. Fue ejecutado dosificada no sabían resistir a la irrupción de la
en 1775 en Moscú, y había pretendido ser el difunto enemistad absoluta.
marido de la zarina. Un Pugatschow académico
sería el ruso que «empezaría una revolución de ma-
nera europea». Esto provocaría toda una serie de DE LENIN A MAO-TSE-TUNG
guerras horrorosas y, una vez llegado el momen-
to, «me faltan palabras para decirle lo que habría Según la estimación de los expertos, durante la
que temer». segunda guerra mundial los partisanos rusos han
La visión de este aristócrata inteligente es extra- entretenido aproximadamente veinte divisiones ale-
ordinaria tanto en lo que ve —la posibilidad y el manas, lo cual contribuyó de manera esencial al
peligro de una asociación entre inteligencia occi- resultado de la guerra. La historiografía soviética
dental y rebelión rusa— como en lo que no percibe. oficial —por ejemplo, el libro de Boris Smenowit-
Lugar y fecha —San Petersburgo, en el verano de sch Telpuchowski sobre la gran guerra nacional de
1811— lo colocan en vecindad inmediata con los re- 1941-45— pinta con ricos colores al partisano heroi-
formadores del ejército prusiano. Pero de Maistre co que perturba el hinterland de los ejércitos ene-
no se da cuenta de su proximidad con los oficiales migos. En los espacios gigantescos de Rusia y con
reformistas del Estado Mayor prusiano, aunque sus frentes infinitos de miles de kilómetros cada divi-
contactos con la corte imperial de San Petersburgo sión era insustituible para la estrategia alemana.
eran bastante intensos. No sabe nada de Scharn-
horst, Gneisenau y Clausewitz. Combinar su nombre Según la idea fundamental de Stalin, el partisano
con el de Pugatschow sería desacertar, de una ma- tenía que luchar siempre a espaldas del enemigo,
nera fatal, el núcleo del problema. La profundidad de acuerdo con la conocida máxima: a espaldas
de una visión importante se pierde, y no queda partisanos, en el frente fraternización.
más que un aforismo en el estilo de Voltaire o Stalin ha conseguido sumar el fuerte potencial
quizá de Rivarol. Si pensamos en la asociación en- de la resistencia nacional y patriótica —es decir,
tre la filosofía de la Historia hegeliana y las fuerzas la fuerza esencialmente telúrica de la autodefensa
de masa desencadenadas, como lo consiguió cons- patriótica contra un invasor extranjero— con la
cientemente el revolucionario profesional marxista agresividad de la revolución universal del comunis-
Lenin, la formulación que hizo de Maistre con su mo internacional. La combinación de estos dos fac-
genialidad se volatiliza, y no queda más que un pe- tores heterogéneos domina hoy la lucha partisana
CARL SCHMITT TEORIA DEL PARTISANO
en el mundo entero. En general, el elemento comu- tantes ei los años 1936-38, es decir, al mismo tiem-
nista ha tenido la ventaja, casi siempre, gracias a po que España luchaba en una guerra de libera-
su tenacidad en cuanto al objetivo y al respaldo que ción nacional contra la captura comunista interna-
tiene en Moscú o Pekín. Los partisanos polacos que cional. En esta guerra civil española el partisano
lucharon contra los alemanes durante la segunda no desempeñó ningún papel importante. Mao Tse,
guerra mundial fueron cruelmente sacrificados por por el contrario, debe la victoria sobre su adver-
Stalin. Las luchas partisanas de 1941-45 en Yugoes- sario nacional, el Kuo-min-tang y el general Tschian-
lavia no sólo eran una defensa nacional unida con- Kai-scheci, exclusivamente a sus experiencias de
tra el invasor extranjero, sino también feroces lu- la guerra partisana china contra los japoneses y
chas internas entre los partisanos monárquicos y el Kuo-min-tang.
comunistas. En esta lucha fratricida, Tito, el jefe Las formulaciones más importantes de Mao Tse
partisano comunista, con ayuda de Stalin, venció para nuestro tema se encuentran en un trabajo del
y aniquiló al general Mihailovitch, su enemigo den- año 1938 titulado Estrategia de la guerra partisana
tro de Yugoeslavia, al que apoyaron los ingleses. contra la invasión japonesa. Mas hay que tener en
El mayor práctico de la guerra revolucionaria cuenta también otros trabajos de Mao para com-
actual llegó a ser, al mismo tiempo, su teórico más pletar la visión de la teoría bélica de este nuevo
famoso. Es Mao Tse-tung. Algunos de sus trabajos Clausewitz Se trata, efectivamente, de una
son hoy día «lectura obligatoria en academias mi- continuación sistemática y consciente de las ideas
litares occidentales» (Hans Henle). Desde 1927 acu- del oficia] prusiano de Estado Mayor. Verdad es
muló experiencias en la acción comunista. Después que Clausewitz, el contemporáneo de Napoleón I,
utilizó la invasión japonesa de 1932 para desarro- no podía sospechar el grado de totalidad que la
llar sistemáticamente todos los modernos métodos guerra revolucionaria adopta, con toda la naturali-
de la guerra civil, simultáneamente nacional e in- dad, para los chinos. De la formulación siguiente
ternacional. La «gran marcha», desde el sur de Chi- resulta una imagen característica de Mao Tse: «En
na hasta la frontera mongólica, que empezó en nuestra guerra podemos comparar la población ar-
noviembre de 1934 —más de 12.000 kilómetros con mada y la guerrilla del partisano, por un lado, y el
pérdidas desastrosas— constituye una serie de haza- ejército rojo, por el otro lado, con los dos brazos
ñas y experiencias partisanas en las que se forjó 49 MAO T S E - T U N G : Ausgewählte Schriften in vier Bänden
el partido comunista chino, un partido de campe- (Berlin, Dietz Verlag, 1 9 5 7 ) ; THEODOR ARNOLD : Der revolutionäre
Krieg 2 (Pfaffenhof a. d. Ilm, Zebra-Schriftenreihe, Ilmgau
sinos y soldados cuyo núcleo es el partisano. Hay Verlag, 1961), P. 22 s. y 97 ss.; H . RENTSCH : Partisanenkampf,
una coincidencia significativa en el hecho de que cit. p. 150-201, el ejemplo de China; KLAUS M E H N E R T: Peking und
Moskau (Stuttgart, Deutsche Verlagsanstalt, 1 9 6 2 ), p. 5 6 7 ; H A N S
Mao Tse hubiera escrito sus trabajos más impor- HENLE: Mao, China und die Welt von heute (Stuttgart, Union
Verlag, 1 9 6 1 ) .
CARL SCHMITT TEORIA DEL PARTISANO
de un hombre o, para decirlo más prácticamente: mensa qae determina un partisanismo telúrico, la
la moral de la población es la moral de la nación controversia ideológica de si Mao enseña un autén-
en armas Y esto es lo que mete miedo al enemigo». tico marxismo o leninismo viene a ser secundaria,
La «nación en armas» era, como sabemos, la idea al igual «pie la pregunta de si los antiguos filósofos
clave de los oficiales del Estado Mayor prusiano chinos han dicho o no cosas parecidas a las de Mao.
que organizaron la guerra contra Napoleón. Clause- Se trata le una «élite roja» concreta, forjada por la
witz pertenecía a ellos. Hemos visto como enton- lucha partísana. Ruth Fischer aclaró el punto esen-
ces el ejercito regular recogió las fuertes energías cial, e indica que los bolchevistas rusos de 1917 eran
nacionales de cierta capa de la inteligencia. Aun una minoría, desde el punto de vista nacional, «di-
los teóricos militares más radicales de aquella épo- rigida per un grupo de teóricos que estaba com-
ca distinguen entre guerra y paz, y consideran la puesto en su mayoría por emigrantes». Los comunis-
guerra como un estado de excepción que se separa tas chinos, bajo Mao y sus amigos, habían lucha-
claramente de la paz. Clausewitz, arraigado en su do durante dos décadas en el propio suelo nacio-
existencia de oficial profesional de un ejércio regu- nal con un adversario nacional, el Kuo-min-tang,
lar, no podía perseguir la lógica del partisanismo sobre la base de una guerra partisana inmensa.
sistemáticamente hasta su fin extremo, como lo Puede ser que hayan sido proletariado de ciudad
podían Lenin y Mao desde su existencia de revo- en su origen, al igual que los bolchevistas rusos
lucionarios profesionales. En el caso de Mao se oriundos de Petersburgo y Moscú, pero cuando lle-
añade un momento concreto en cuanto a su parti- garon al poder habían sido formados por expe-
sanismo. Así se acerca aún más que Lenin al centro riencias de graves derrotas y habían adquirido la
del problema y alcanza la posibilidad de la mayor capacidad organizadora de trasladar sus principios
perfección ideológica. Para decirlo en una palabra, «a un ambiente rústico en donde podían evolucio-
la revolución de Mao tiene un fundamento más nar de una manera nueva e insospechada» . so

telúrico que la de Lenin. La vanguardia bolchevis-


ta que en octubre de 1917 usurpó el poder en Rusia 50. R U T H FISCHER: Von Lenin zu Mao, Kommunismus in
der Bandung-Aera (Düsseldorf-Colonia, Eugen Diederichs Ver-
bajo la dirección de Lenin se distingue en aspectos lag, 1956), p. 1 5 5 ; H . RENTSCH : Partisanenkampf, clt. p. 1 5 4 ss.;
esenciales de los comunistas chinos que en 1949 K . M E H N E R T : Peking und Moskau, cit. p. 1 7 9 ss. (proletariado
y campesinos); H . HENLE : Mao, China und die Welt von
llegaron a conquistar el poder en China, después heute, cit. p. 102 (importancia de la guerra partisana), p. 150 ss.
de una guerra de más de veinte años. Hay grandes (las élites rojas) y p. 161 ss. (la línea especial china del socia-
lismo y comunismo). W . W . ROSTOW (The prospeets for Commu-
diferencias en la estructura interior de los grupos nist China [Nueva York-Londres 1 9 5 4 ] , en colaboración con
y también en su relación con el país y el pueblo The Center of International Studies Massachusetts Institut of
Technology) no se ocupa del partisanismo chino, que es esen-
que llegaron a dominar. En vista de la realidad in- cial para nuestro tema, pero observa el carácter formado por
la ascensión de Mao, por mixed politieal terms. Si esta for-
CARL SCHMITT TEORIA DEL PARTISANO

Aquí está el germen más profundo de ]as diferen- blanco explotador colonialista, la enemistad de cla-
cias «ideológicas» del comunismo soviético y el se contra la burguesía capitalista, la enemistad na-
chino. Pero aquí encontramos también una contra- cional contra el invasor japonés, que es de la mis-
dicción in:erior de la situación de Mao mismo. El ma raza, y la enemistad contra el propio hermano
identifica un enemigo universal, global, absoluto y nacional, que se exacerbó durante largas y amar-
sin espacio fijo, el enemigo de clase marxista, con gas guerras civiles. Todo esto no llegó a paralizarse
un enemigo real, de un territorio limitable, contra y relativarse mutuamente, como muy bien podría
el cual lucha la defensa chino-asiática y que es el co- ocurrir, sino que se afirmó e intensificó en la si-
lonialismo capitalista. Es el contraste de un One tuación concreta. Stalin había logrado asociar al
world, de una unidad política del mundo y de la hu- partisanismo telúrico y a la enemistad de clase del
manidad, frente a una variedad de grandes espacios comunismo internacional durante la segunda gue-
que en sí mismos y entre ellos consiguen un equi- rra mundial. Mao ya le había adelantado hacía
librio razonable. Mao expresó en el poema Kunlun muchos años. También en su consciencia teórica so-
la idea pluralista de un nuevo Nomos de la tierra, brepasó a Lenin y llevó más lejos la fórmula de la
en los versos siguientes : 51
guerra como continuación de la política.
Si tuviera mi sitio en el cielo, cogería mi espada El proceso conceptual que constituye su base es
y te cortaría en tres pedazos. tan sencillo como eficaz. El sentido de la guerra
Uno como regalo para Europa, está en la enemistad. Si la guerra es la continuación
otro para América, de la política, también la política contiene siem-
pero guardando el otro para China; pre, por lo menos como posibilidad, un elemento
y la paz reinaría en el mundo. de enemistad; y si la paz encierra la posibilidad
de la guerra —lo cual desgraciadamente es exacto
En la situación concreta de Mao confluyen va- según nuestras experiencias— también contiene un
rias clases de enemistad, que se concentran en una momento de enemistad potencial. El problema es
enemistad absoluta. La enemistad racial contra el si la enemistad se puede acotar y reglar o no, de
leaders have a strong sense of history (p. 312). Observa que el manera que haya enemistad relativa o absoluta.
modo de pensar del comunismo chino está caracterizado, desde Esto lo decide sólo el beligerante por su propio
la ascensión de Mao, por mixed political term. Si esta for- riesgo. Para Mao, que piensa desde el punto de vis-
mulación tiene un ligero tono de desprecio —lo que es posible,
pero no puedo juzgarlo-—, Rostow se ha cerrado el camino ta partisano, la paz actual no es más que una forma
hacia el problema central, esto es, la cuestión del partisanismo de una enemistad concreta. Naturalmente, sigue
y del enemigo verdadero. Sobre la controversia de la leyepda
de Mao (Benjamín Schwarz y K. A. Wittfogel), vid la biblio-
grafía en K. MEHNERT : Peking und Moskau, cit. p. 566, n. 12.
existiendo también en la guerra fría. Por consiguien-
51. Utilizamos la traducción alemana de Rolf Schneider. te, la guerra fría no es algo así como media guerra
CARL SCHMITT TEORIA DEL PARTISANO

y media paz, sino una forma de adaptar la ene- militares. Naturalmente, no se aspira a una con-
mistad a las circunstancias con medios que no son clusión de paz en el sentido del clásico Derecho in-
abiertamente violentos. Sólo los débiles e ilusos se ternacional. La significación práctica de semejante
pueden engañar sobre esta situación. doctrina se muestra de manera perceptible a todo
Surge prácticamente la cuestión de en qué medi- el mundo con la división de Alemania desde 1945.
da cuantitativa está la acción del ejército regular El 8 de mayo de 194» terminó la guerra militar
en la guerra abierta frente a los otros métodos de contra Alemania, que «staba vencida. Alemania ca-
la lucha de clases que no son abiertamente mili- pituló incondicionalmerte. Hasta hoy, 1963, no se
tares. Mao encuentra una cifra clara. La guerra re- concluyó todavía ningún tratado de paz entre los
volucionaria es en nueve décimos guerra no abierta, vencedores aliados y Alemania. Pero hasta hoy día
no regular y solamente en un décimo guerra mi- existe la frontera entre Este y Oeste según las líneas
litar abierta. Un general alemán, Helmut Staedke, que trazaron hace dieciocho años las tropas re-
sacó de aquí una conclusión para definir el parti- gulares americanas y soviéticas para sus zonas de
sano. Partisano es el combatiente de los citados ocupación.
nueve décimos de una estrategia que deja nada La relación nueve a uno de guerra fría y guerra
más que el último décimo a las fuerzas de combate abiertamente militar y también la profunda sinto-
regulares . Mao Tse no olvida que este último
H
mática político-universal de la división de Alemania
décimo es decisivo para el final de la guerra. Pero desde 1945 son para nosotros ejemplos que aclaran
como europeos de viejas tradiciones hemos de tener la teoría política de Mao. Su núcleo está en el par-
cuidado no recaer en las ideas clásicas de guerra tisanismo, cuya característica esencial es, hoy día,
y paz, porque estas ideas se refieren a la guerra la enemistad verdadera. La teoría bolchevista de
europea acotada del siglo xix y suponen, por con-
siguiente, una enemistad relativa y acotable y no Lenin conoció y reconoció al partisano. Comparado
una enemistad absoluta. con la concreta realidad telúrica del partisano chi-
no, Lenin es casi abstractamente intelectual en la
El ejército regular rojo aparece cuando la si- determinación del enemigo. El conflicto ideológico
tuación está madurada para un régimen comunista. entre Moscú y Pekín, cada vez más evidente a par-
Sólo entonces se ocupa el país abiertamente con tir de 1962, tiene su origen más profundo en esta
52. HELMUT STAEDKE, conferencia del 17 de octubre de 1956 distinta realidad concreta de un auténtico parti-
(Arbeitsgemeinschaft für Wehrforschung). En Alemania se lle- sanismo. La teoría del partisano se muestra también
gó a conocer J. HOGARD : Theorie des Aufstandskrieges, en aquí como clave para el conocimiento de la rea-
Wehrkunde 4 (1957), 533-538; C . LACHEROY: La campagne d'
Indochine ou une leçon de guerre révolutionaire (1954). Vid. lidad política.
T H . ARNOLD : Der revol. Krieg, cit. p. 171 ss.
CARL SCHMITT TEORIA DEL PARTISANO

DE MAO-TSE-TUNG A RAOUL SALAN llamativo de un general—y no coronel— que ilumina


este problema. Se tratadel general Raoul Salan y de
Militares profesionales franceses trajeron de Asia su destino. En este contexto, él viene a ser la figura
a Europa la fama de Mao Tse-tung como maestro más importante, más qie otros generales como Jou-
más moderno de la beligerancia. En Indochina la haud, Challe o Zeller. In la posición del general se
guerra colonial de estilo clásico tropezó con la manifestó un conflicto «xistencial, el conflicto decisi-
guerra revolucionaria actual. Allí se experimentó la vo para el conocimiento del problema partisano, que
eficacia combativa que pueden llegar a tener los tiene que surgir cuand) el soldado que lucha regu-
métodos bien calculados de una beligerancia sub- larmente debe enfrentarse continuamente, y no sólo
versiva y el terror psicológico de masas en combi- en ocasiones, con un enemigo que lucha por prin-
nación con la guerra partisana. A base de estas ex- cipio con métodos de una guerra revolucionaria e
periencias desarrollaron una doctrina de la guerra irregular.
psicológica, subversiva e insurreccional que ya pro- Siendo joven, Salan ya había conocido de ofi-
dujo una amplia literatura cial la guerra de colonias en Indochina. Durante la
Esta doctrina se ha considerado como el produc- guerra mundial, de 1940 a 1944, perteneció al Es-
to típico de la manera de pensar de los militares tado General de las Colonias y, en calidad de esto,
profesionales, sobre todo de los coroneles. No va- estuvo en Africa. En 1948 llegó a Indochina como
mos a discutir ahora sobre esta adjudicación al comandante del ejército francés. En 1951 se le
coronel, aunque podría resultar interesante pregun- nombró Alto Comisario de la República francesa
tarse si, quizá, una figura como Clausewitz corres- en Vietnam del Norte, y allí dirigió la investigación
ponde espiritualmente más al tipo de coronel que de la derrota de Dien-Bien-Phu en 1954. En no-
al tipo de general. A nosotros nos interesa ahora viembre de 1958 fue nombrado comandante ma-
la teoría del partisano y de su evolución lógica. yor de las fuerzas francesas en Argelia. Hasta en-
Tenemos en estos últimos años el caso concreto y tonces se podía considerar políticamente como iz-
53. Indico sumariamente la bibliografía de los libros de quierdista y, aun en enero de 1957, una organiza-
T H . ARNOLD y H . RENTSCH citados ; RAYMON A R O N : Paix et
guerre entre les nations (París, Callmann-Lévy, 1 9 6 2 ) ; el tomo ción clandestina (que en alemán se podría llamar
colectivo de L. GARCÍA ARIAS : La guerra moderna y la organi- Fehme) intentó un atentado contra él. Pero la lec-
zación internacional (Madrid, Instituto de Estudios Políticos, ción de la guerra en Indochina y las experiencias
1 9 6 2 ) ; L . GARCÍA A R I A S : Les formes nouvelles de la guerre
en Etudes des phénomènes de la guerre psychologique, II, de la guerra partisana en Argelia le hicieron su-
(Montpellier, Ecole Militaire d'Administration, 1 9 5 9 ) ; JACQUES cumbir a la lógica implacable de la guerra parti-
FAUVET y JEAN PLANCHAIS, La fronde des généraux (Paris, Art-
hand, 1 9 6 1 ) ; CLAUDE PAILLAT: Dossier secret de l'Algérie (Paris, sana. Pflimlin, entonces jefe del gobierno en Pa-
Presse de la Cité, 1 9 6 2 ) ; P. PARET y J O H N W . S H Y : Guerrillas rís, le había dado plenos poderes. El 15 de mayo
in the 1960's (Nueva York, 1962), p. 88.
CARL SCHMITT
TEORIA DEL PARTISANO
de 1958, con ocasión de un mitin en el foro de OAS, y no estamos autorizados a mezclarnos con
Argel, gritó en plena manifestación pública, ¡Viva opiniones y juicios en un conflicto tan profundo e
De Gaulle, lo cual resultó decisivo para el ascenso íntimo de la nación francesa. Podemos aprovechar
al poder del general De Gaulle. Salan esperaba el material, en cuanto está publicado para
que De Gaulle iba a defender incondicionalmente elaborar algunas líneas que aclaren nuestro proble-
la soberanía territorial de Francia sobre Argelia, ma objetivo. Con respecto al partisanismo, se im-
garantizada p o r la constitución. Pero se vio cruel- ponen muchos paralelismos. Volveremos a tratar
mente desengañado. En el año 1960 empezó la ene- uno de ellos por motivos puramente heurísticos y
mistad abierta contra De Gaulle. En enero de 1961, con toda la precaución debida. La analogía entre
algunos amigos fundaron la OAS (Organisation d' los oficiales del Estado Mayor prusiano, que esta-
Armée Secrete). Cuando acudió a Argel, con ocasión ban impresionados por la guerrilla española en los
del pronunciamiento de oficiales, del 23 de abril, años 1808-13, y los oficiales del Estado Mayor fran-
Salan fue declarado jefe de aquella organización.
Dos días después el pronunciamiento ya había fra- cés de los años 1950-60, que habían experimenta-
casado. La OAS organizó entonces actos de terror do la moderna guerra partisana en Indochina y
tanto contra el enemigo argelino como contra la po- Argelia, es sorprendente. Es lógico que haya también
blación civil en Argelia y contra la población en grandes diferencias, pero no hace falta exponerlas
Francia misma, actuando según los métodos de una detalladamente. Hay un parentesco en la situación
llamada beligerancia psicológica del moderno terror central y en muchos destinos particulares. Pero no
de masas. La detención de Salan por la policía fran- se debe exagerar abstractamente el paralelismo, has-
cesa, en abril de 1962, fue el golpe decisivo contra ta el punto de que todas las teorías y construccio-
la organización terrorista. El juicio ante el Alto nes de militares vencidos en la Historia universal
tribunal militar en París comenzó el 15 y terminó se puedan identificar. Sería un disparate. También
el 23 de mayo de 1962. La acusación era de inten- el caso del general prusiano Ludendorff se dife-
to de subversión violenta del régimen legal y de rencia en muchos puntos esenciales del caso de
actos terroristas de la OAS; es decir, que abarcó Salan, republicano de izquierda. Tenemos solamen-
solamente el tiempo comprendido entre abril de te interés, repito una vez más, en aclarar la teoría
1961 y abril de 1962. La sentencia no fue de muerte, del partisano.
sino de détention criminelle a perpétuité, porque Durante el juicio ante el tribunal militar, Salan
el tribunal apreció en el acusado circunstancias ate- permaneció callado. Al principio del juicio hizo una
nuantes.
Quise recordar al lector brevemente algunos da- 54. Le procès de Raoul Salan (ed. MAURICE GARÇON, Les
tos. Todavía no hay una historia de Salan y de la grands procès contemporains. Paris, 1962).
CARL SCHMITT TEORIA DEL PARTISANO

declaración cuyas primeras frases fueron: Je suis representante de la acusación le digo simplemente:
le. chef de l'OAS. Ma responsabilité est donc entière. que Dieu, me garde!» . $s

En esta declaración protesta de que no se convo- La primera parte de esta advertencia final se
caran algunos testigos que él había nombrado, en- dirige a] presidente del Alto tribunal militar, pen-
tre ellos el presidente De Gaulle, y de que se limi- sando en el momento de la ejecución de la pena de
tara la materia del proceso al período entre abril muerte. En esta situación ante la muerte, Salan
de 1961 (pronunciamiento de oficiales en Argel) y gritaría Vive la France! La segunda parte afecta al
abril de 1962 (detención de Salan). De esta manera, representantes de la acusacón pública y parece algo
sus verdaderos motivos quedaron difuminados, e enigmático. Se explica, porque el fiscal había em-
importantes acontecimientos históricos se encon- pleado, de súbito, un tono religioso, que no es pre-
traron aislados y reducidos a casos típicos de un cisamente usual en un Estado pronunciadamente
código penal, encapsulados en normas, fuera de la laico. No solamente había calificado el silencio de
realidad histórica. Según Salan, los actos terroris- Salan como arrogancia y falta de arrepentimiento,
tas de la OAS no son más que la réplica al acto con el fin de abogar contra la apreciación de cir-
más odioso, que consiste en robar la nación a hom- cunstancias atenuantes, sino que, de repente, habló
como un cristiano a otro cristiano —según sus pro-
bres que no quieren perder su nación. Las últimas pias palabras, un chrétien qui s'adresse à un chré-
frases de su declaración rezan: «Debo dar cuenta tien— y reprochó al acusado que por su falta de
solamente a los que sufren y mueren porque creye- arrepentimiento había perdido la gracia y el per-
ron en una palabra a la que se faltó y en un deber dón de Dios, incurriendo en la condenación eter-
traicionado. A partir de ahora me callaré.» na. Por esto dijo Salan que Dieu me garde! Se vis-
Efectivamente, Salan guardó silencio durante todo lumbran los abismos a través de la sutileza y la
el proceso, incluso frente a varias preguntas insis- retórica de un proceso político. Pero no se trata
tentes y violentas del acusador, que calificó este aquí, para nosotros, del problema de la justicia po-
silencio de pura táctica. El presidente del tribunal
militar insinuó la «falta de lógica» de semejante
silencio, pero, en definitiva, aunque no respetara 55. El representante de la acusación mencionó cinco veces
la postura del acusado, la toleró, sin embargo, y no el "gran silencio" del acusado frente a las preguntas del fiscal
(Le procès, cit. p. 108 y 157). La afirmación repetida de Salan
la trató como contempt of court. Cuando el pre- de que iba a callar no se puede considerar como una interrup-
sidente le preguntó, al final del juicio, si quería ción del silencio (Le procès, cit. p. 89, 152 y 157), tampoco sus
palabras de agradecimiento al ex presidente Coty después de
añadir algo en su defensa, Salam contestó: «Abriré su declaración (Le procès, cit. p. 172). La declaración final
de Salan no se entiende sin las inhabituales últimas palabras
la boca solamente para gritar Vive la France!, y al del informe del fiscal (Le procès, cit. p. 480).
CARL SCHMITT TEORIA DEL PARTISANO
lítica . N o s interesa la aclaración de un con-
56
partisanos argelinos, con el resultado de que Fran-
junto de preguntas que está terriblemente en con- cia terminó renunciando a su soberanía sobre Ar-
fusión por el uso de slogans como guerra total, gelia. Las pérdidas de vidas humanas eran diez o
guerra psicológica, guerra subversiva, guerra insu- veinte veces mayores en la población argelina que
rreccional, guerra invisible, y demás. Estos slogans en el lado francés, pero el gasto de material era
desvían la atención del problema del partisanismo diez o veinte veces mayor de parte los franceses.
moderno. Salan, en realidad, se encontró ante una étrange pa-
La guerra en Indochina de 1946-56 era el «caso radoxe, y con toda su existencia, como francés y
ejemplar de una moderna guerra revolucionaria ple- soldado, se vio enredado en una lógica de locura,
namente desarrollada» . En los bosques, jun-
57
que podia amargar a cualquier hombre valiente e
glas y campos de arroz indochinos Salan conoció inteligente, e incitarlo a intentar un contragolpe
la moderna guerra partisana. Allí vio como unos
campesinos indochinos eran capaces de poner en
fuga a un batallón de excelentes soldados franceses.
Allí vio también la miseria de los refugiados, y cono-
ció la organización subversiva, preparada por Ho
Chi-minh, que minó y arruinó la administración legal
francesa. Con la exactitud y precisión de un oficial
de Estado Mayor se lanzó a observar y examinar la
nueva beligerancia más o menos terrorista. Inmedia-
tamente se encontró con un fenómeno que él y sus
camaradas solían llamar guerra psicológica, que al
lado de la acción técnico-militar forma parte de la
guerra moderna. Sin más, Salan podía adoptar en
este terreno el pensamiento de Mao, pero consta
que también estudió intensamente la literatura so-
bre la guerrilla española contra Napoleón. En Ar-
gelia se dio la situación de que 400.000 soldados
franceses bien equipados lucharon contra 20.000
( 5 8 ) R . A R S N (Paix et guerre entre les nations, cit. p. 245)
56. Sobre la transformación de la realidad por el proceso habla de una étrange paradoxe. Aron se refiere a la situación
judicial, vid. CARL SCHMITT : Verfassungsrechtliche Aufsätze, de Argelia en el capitulo "Determinants et nombre". Ya hemos
cit. glosa 5 p. 109. citado la expresión "Irrsinnslogik, de H. SCHOMERUS, que se
57. T H . ARNOLD: Der revol. Krieg, cit. p. 186. encuentra en su cuento partisano Der Wachter an der Grenze
(Purche Verlag, 1948).
ASPECTOS Y NOCIONES DE LA
ULTIMA ETAPA
Queremos destacar cuatro aspectos distintos en
el laberinto de una situación típica para la guerra
partisana. Intentamos elaborar algunas ideas cla-
ras: el aspecto espacial, la destrucción de estruc-
turas sociales, el entretejimiento en relaciones po-
lítico-mundiales y, finalmente, el aspecto técnico-
industrial. La enumeración es más o menos arbi-
traria. Es evidente que en la realidad concreta no
existen cuatro ámbitos aislados, los unos indepen-
dientes de los otros. La visión completa resulta
solamente de sus influencias recíprocas e intensas,
de las dependencias funcionales entre unos y otros,
y la discusión de un solo aspecto implica siempre
alguna referencia a los otros tres, hasta que por fin
todos desembocan en el campo de fuerzas del des-
arrollo técnico-industrial.

EL ASPECTO ESPACIAL
Con independencia de la buena o mala voluntad
de los hombres, de intenciones y fines pacíficos
o bélicos, cualquier aumento de la técnica humana
CARL SCHMITT TEORIA DEL PARTISANO
produce nuevos espacios y cambios incalculables blema bélico. La diferenda estructural del llamado
de las estructuras espaciales ya existentes. Esto escenario de guerra terrestre o guerra marítima
afecta no solamente al agrandamiento exterior y es un tema conocido. A partir de la primera guerra
espectacular de las exploraciones cósmicas, sino tam- mundial se añade el espacio aéreo como nueva di-
bién a nuestro viejo orden terrestre con sus espacios mensión, lo cual cambió al mismo tiempo, los es-
dedicados al habitar, al trabajo, al culto y al juego. cenarios de tierra y mar existentes hasta entonces,
En la época del alumbrado eléctrico, del suministro en su estructura espacia '. En la lucha partisana
5

de gas a distancia, del teléfono, radio y televisión, surge un nuevo espacio de acción de estructura muy
la frase «el domicilio es inviolable» provoca una complicada, porque el partisano no lucha en un
forma de acotamiento muy distinto al de la época campo de batalla abierto ni en el mismo plano de
del rey Juan y de la Carta Magna de 1215, cuando una guerra de frentes declarados. Más bien le im-
el castellano podía izar el puente levadizo. El au- pone a s,u enemigo otro espacio distinto. Al plano
mento técnico de la eficacia humana acaba con sis- evidente del escenario de guerra regular y tradi-
temas enteros de normas como, por ejemplo, el cional se añade otra dimensión poco clara, la di-
Derecho de guerra naval del siglo XIX. Desde el mensión de la profundidad . En este plano, el
fondo mostrenco del mar surge el espacio situado
60

delante de la costa, la llamada plataforma continen- uniforme que se ostenta abiertamente resultará mor-
tal, como nuevo espacio de acción del hombre. En tal. Tenemos aquí una analogía inesperada —pero no
las profundidades mostrencas del Océano Pacífico se por eso menos eficaz— con el submarino, que añadió
hacen depósitos de los escombros atómicos. El pro- también una dimensión de profundidad a la super-
greso técnico-industrial cambia no solamente las ficie del mar, en donde se desarrollaba la guerra
estructuras del espacio, sino también sus ordena- marítima de estilo tradicional. Desde el fondo está
mientos. El Derecho es la unidad de orden e incar- estorbando el juego convencional y regular del es-
dinación, y el problema del partisano es el proble- cenario abierto. En función de su irregularidad, el
ma de la relación entre lucha regular e irregular. partisano cambia las dimensiones, no sólo de las
Un militar moderno puede tener su opinión per- 59. Vid. los capítulos Das Raumbild des nach Land und
sonal del progreso técnico, y considerarlo con op- Meer getrennten Kriegsschauplatzes y Wandel des Raumbildes
des Krieg Schauplätze, en mi Der Nomos der Erde, cit. p. 285 ss.
timismo o pesimismo. Esto no tiene mucha impor- y 2 9 0 ss. FERDINAND FRIEDENSBVRG : Der Krieg Schauplatz (tesis
tancia para nuestro problema. En cuanto a aspectos doctoral, Berlín, 1 9 4 4 ) .
60. En el libro de DIXON-HEILBRUNN : Partisanen, clt. p. 199,
técnicos de armamento, cualquier oficial de Estado aparece el punto de vista de que la lucha partisana es una
Mayor piensa, en primer lugar, prácticamente y en lucha "en la profundidad del frente enemigo", pero no en re-
lación con problemas espaciales de guerra terrestre y guerra
función del objetivo. El aspecto espacial, sin em- marítima en general. El problema espacial se trata ampliamen-
bargo, le interesa también teóricamente como pro- te en mis libros Land und Meer, cit. y Der Nomos der Erde,
citado p. 143 ss.
CARL SCHMITT TEORIA DEL PARTISANO
operaciones tácticas, sino también de las operacio- traste elemental de tierra y mar es demasiado grande
nes estratégicas de los ejércitos regulares. Aprove- para que puedan identificarse. Puede ser que las
chando las condiciones del terreno, grupos relati- diferencias tradicionales de guerra, enemigo y bo-
vamente pequeños de partisanos pueden paralizar tín, que constituyeron hista ahora el contraste ju-
grandes masas de tropas regulares. Mencionamos rídico-internacional de tierra y mar, se fundan un
más arriba esta «paradoja» en el caso de Argelia. día simplemente en el crisol del progreso técnico-in-
Clausewitz ya se había dado cuenta de este fenó- dustrial. Hasta ahora el partisano no se puede se-
meno, y lo describió muy gráficamente en una frase parar de la tierra auténtica; es uno de los últimos
que ya citamos Dice que unos pocos partisanos guardas de la tierra cono elemento histórico-uni-
que dominan una zona pueden reclamar el «nom- versal mientras que no esté completamente des-
bre de un ejército». truida.
Para mantener la claridad concreta de la noción La guerrilla española contra Napoleón no se com-
del partisano, sostenemos su carácter telúrico-te- prende claramente sin el gran aspecto espacial del
rrestre, y no queremos calificarlo o incluso definirlo contraste de tierra y mar. Inglaterra apoyó a los
como corsario de la tierra. La irregularidad del pi- partisanos españoles. Una potencia marítima se sir-
rata carece completamente de relación con regula- vió para sus grandes empresas bélicas de los com-
ridad alguna. El corsario, sin embargo, busca su batientes irregulares de la guerra terrestre con el
botín de guerra en el mar, y está en posesión de fin de vencer al enemigo continental. En último tér-
una patente de un gobierno estatal. Su irregulari- mino, fueron las potencias terrestres España, Rusia,
dad, por lo tanto, tiene alguna relación con la re- Prusia y Austria las que vencieron a Napoleón, y
gularidad, y así pudo ser, hasta la paz de París de no Inglaterra. El partisano, con su manera de com-
1856, una figura jurídicamente reconocida del Dere- bate irregular y típicamente telúrica, se puso al
cho internacional europeo. De esta manera se puede servicio de una política mundial típicamente marí-
hacer una cierta comparación entre el corsario de tima, que por su parte descalificó y criminalizó in-
la guerra marítima y el partisano de la guerra te- exorablemente cualquier irregularidad en el ámbito
rrestre. Las frases «con partisanos hay que luchar del Derecho de guerra naval. En el contraste de tie-
de manera partisana» y a corsaire corsaire et demi rra y mar se concretan maneras distintas de irregula-
en el fondo dicen lo mismo; de lo cual se podría ridad. Solamente si no perdemos de vista la parti-
deducir un gran parecido o incluso la identidad de cularidad concreta de los aspectos espaciales que
partisano y corsario. Sin embargo, el partisano ac- llamamos tierra y mar y los modos específicos de
tual es otra cosa que un corsario terrestre. El con formar estas nociones las analogías son lícitas y
pueden ser fructuosas. Esto vale en primer lugar
61. Vid supra n. 42. a la analogía que nos interesa para un conocimiento
CARL SCHMITT TEORIA DEL PARTISANO

del aspecto espacial. De igual manera que la poten- gieron el servicio domésico de los oficiales y fun-
cia marítima Inglaterra se sirvió del autóctono par- cionarios franceses y los peones empleados para el
tisano español en su lucha contra la potencia con- abastecimiento del ejército francés. Cobraron im-
tinental Francia, añadiendo un espacio irregular al puestos a la población civil y cometieron actos te-
escenario de la guerra terrestre, así también la po- rroristas de toda índole para provocar represalias
tencia terrestre Alemania utilizó más tarde, en la por parte de los franceses contra la población in-
primera guerra mundial, el submarino como arma dígena, lo cual atizó, nauralmente, el odio contra
contra la potencia marítima Inglaterra, lo cual aña- los franceses. La moderna, forma de la guerra revo-
dió a la esfera tradicional de la beligerancia marí- lucionaria conduce a multiples medios y métodos
tima un nuevo espacio inesperado. Entonces, los subconvencíonales, pero en el ámbito de nuestra
dueños de la superficie del mar intentaron en se- exposición no podemos pararnos a describirlos de-
guida discriminar el nuevo método de lucha consi- talladamente. Una comunidad existe como res pu-
derándolo medio de combate irregular, incluso cri- blica, como publicidad, y está puesta en trance exis-
minal-piratesco. Hoy, en la época de submarinos tencial cuando se forma dentro de ella un espacio
equipados con cohetes Polaris, salta a la vista que de no publicidad que desautorice eficazmente su
tanto la indignación de Napoleón contra el guerri- función pública. Quizá esta indicación sea suficiente
llero español como la indignación de Inglaterra con- para hacernos ver conscientemente que, de repente,
tra el submarino alemán se mueven exactamente en el partisano está en el centro de una nueva clase de
el mismo plano espiritual, es decir, en el plano de la beligerancia, mientras que los expertos militares
indignación, en el cual se juzga la falta de valor del siglo xix lo habían apartado de su consciencia.
de las transformaciones espaciales que no se habían La intención y el fin de esta nueva clase de guerra
calculado antes. es la destrucción del orden social existente.
Examinemos el ejemplo de la práctica de rehenes,
LA DESTRUCCION DE ESTRUCTURAS SOCIALES que cambió visiblemente. Para protegerse contra los
francotiradores de la guerra germano-francesa de
Los franceses han vivido un ejemplo extraordi- 1870-71, las tropas alemanas solían tomar como re-
nario de la destrucción de estructuras sociales en henes a los notables de una localidad: alcaldes,
Indochina cuando se derrumbó su dominio colonial curas, médicos y notarios. El respeto de estos no-
en los años 1946 a 1956. Ya hemos aludido a la or- tables y dignatarios se podía utilizar para ejercer
ganización de la lucha partisana por Ho Chi-minh en una presión en toda la población, porque el prestigio
el Vietnam y en Laos. Allí los comunistas se sir- social de estas capas típicamente burguesas estaba
vieron también de la población civil. Incluso diri- prácticamente fuera de duda. En la guerra civil re-
100
CARL SCHMITT TEORIA DEL PARTISANO

volucionaria del comunismo, esta clase burguesa es, en una serie de cuatro libros apasionantes 63

precisamente, el verdadero enemigo. Quien utiliza Todos los pueblos del continente europeo, con al-
a esto no:ables como rehenes trabaja, según la si-
s gunas pequeñas excepciones, experimentaron esta
tuación, en favor del bando comunista. Para los nueva realidad en el curse de dos guerras mundiales
comunistas, semejante toma de rehenes puede re- y dos períodos de postguerra.
sultar tan útil q u e incluso la provocan en caso de ne-
cesidad ya sea p a r a eliminar determinada capa bur-
guesa o bien para atraerla al campo comunista. EL CONTEXTO POLITIO UNIVERSAL
Schroers diagnostica muy bien esta realidad nueva.
En la guerra partisana, dice, una toma de rehenes Desde hace mucho, nuestro tercer aspecto la im-
puede ser eficaz solamente contra los partisanos plicación en frentes y complejos político-universales
mismos o contra sus más estrechos colaboradores. penetró en la consciencii general. Los defensores
De otro modo no se consigue otro resultado que autóctonos de su tierra natal, que murieron pro
producir nuevos partisanos. Por otra parte, cualquier aris et jocis, los héroes nacionales y patrióticos que
soldado de un ejército regular, cualquiera que lleve se echaban al maquis, todo lo que era reacción de
uniforme sirve como rehén para el partisano. «Cual-
quier uniforme y todo lo que representa como di- 63. MARGRET BOVERI: Der Vxrrat im XX Jahrhundert (Ro-
wohlts deutsche Enzyclopádie, 1956,1960). Los personajes de este
visa debe sentirse amenazado.» . a
libro no son exclusivamente partisanos. Pero la "confusión
No hace falta más que considerar consecuente- abismal" de un "paisaje de traición" hace que todos los límites
de legalidad y legitimidad "se disipen fatalmente", de manera
mente hasta su final esta lógica de terror y contra- que el ambiente se presta fácilmente a una construcción ge-
terror y aplicarla a cualquier clase de guerra civil neral del partisano. Lo he demostrado con el ejemplo de J. J.
Rousseau en el artículo Dern vahren Johann Jakób Rousseau
para darse cuenta de la destrucción de estructuras en Zürcher Woche, 2 6 ( 1 9 6 2 ) ; vid. n. 15, 17 y 18. A R M I N MOHLER,
sociale que hoy día se está operando. Bastan unos
s
como historiador, saca la consecuencia de aquella "confusión
abismal", y dice que "por ahora sólo la descripción histórica
pocos terroristas para ejercer presión sobre gran- puede abarcar la figura multifacética del partisano. Esto po-
des masas A la esfera más o menos limitada del drá variar al aumentar la perspectiva. Pero para mucho rato
aun cualquier intento de dominar este paisaje como pensador o
terror abierto se añaden las zonas de la inseguridad, poeta no produciría más que fragmentos enigmáticos y muy
del miedo y de la desconfianza general; todo un interesantes como síntomas de una época" (recens. del libro de
R. SCHROERS: Der partisan, cit. en Das Historisch-Politisch
«paisaje de traición», que Margret Boveri describió Buch, 8 ( 1 9 6 2 ) . Esta teoría de Mohler y el juicio que implica
afectan también naturalmente a nuestro intento de una teo-
- - SCHROERS: Der Partisan, cit. p. 33 s. Las prohibicio-
6 2 R ría del partisano. Estamos conscientes de este problema. Nues-
nes e x p r ,j i t (je rehenes, como la del artículo 34 tro intento, realmente, no valdría para nada si nuestras ca-
de la IV Convención de Ginebra, no pueden impedir los mé-
esas e a o m a
tegorías y nociones fuesen tan poco maduradas como las que
todos modernos de convertir efectivamente grupos enteros se produjeron hasta ahora para criticar y liquidar nuestra
en rehen ; vid. p. 94.
eS noción de lo político.
102
CARL SCHMITT TEORIA DEL PARTISANO

una fuerza elemental y telúrica frente a la invasión suministrarle las más recientes armas y máquinas
extranjera, cayó mientras tanto bajo una dirección para su desarrollo. Cuando varios terceros intere-
central de carácter internacional o supranacional sados entran en competencia, el partisano tiene la
que ayuda y protege a los partisanos, pero solamen- posibilidad de hacer su propia política. Era el caso
te por el interés de sus propios objetivos, de carác- de Tito en los últimos años de la guerra mundial.
ter muy distinto, que tienden a una agresión uni- La situación de las luchas partisanas en el Vietnam
versal. Según las circunstancias, esta dirección cen- y en Laos se complica porque dentro del comunismo
tral apoya o abandona a los partisanos que utiliza. surgió el contraste de política rusa y china. Con el
De este modo, el partisano deja de ser esencial- apoyo de Pekín se podrían introducir más partisa-
mente defensivo. Se convierte en un instrumento nos vía Laos al norte de Vietnam; esto sería, efecti-
manipulado de una agresión revolucionaria mun- vamente, una ayuda más eficaz para el comunismo
dial. Se gastará sin escrúpulos. Los motivos para su vietnamés que el apoyo de Moscú. El líder de la
lucha, el carácter telúrico en donde arraiga la legi- guerra de liberación contra Francia, Ho Chi-minh,
timidad de su irregularidad partisana, están fal- era partisano de Moscú. La ayuda más eficaz de-
sificados, y el partisano es un engañado. cidirá tanto de la opción entre Moscú y Pekín cuanto
El partisano, como combatiente irregular, depen- de otras alternativas que surjan de la situación.
de siempre de algún modo de la ayuda de una poten- En su libro sobre el partisano, Rolf Schroers en-
cia regular. Este aspecto del asunto no es nuevo contró una fórmula acertada para estas relaciones
ni desconocido. El guerrillero español encontró su sumamente políticas. El habla del tercero interesa-
legitimidad en la defensa y en su concordancia con do. Es un término exacto. Este tercero interesado
la monarquía y con la nación; defendió la tierra de no es cualquier figura banal, como el tercero que
la patria contra el invasor extranjero. Pero Welling- se ríe, según el refrán. Más bien pertenece esencial-
ton pertenece igualmente a la guerrilla española, y la mente a la situación del partisano y, por con si?
lucha contra Napoleón se hizo con ayuda inglesa. guíente, también a su teoría. El tercero poderoso
Napoleón recordó muchas veces con rabia que In- no solamente suministra las armas y municiones,
glaterra había sido el verdadero atizador y también el dinero, la ayuda material y los medicamentos ne-
el beneficiario principal de la guerra partisana es- cesarios, sino que también procura una especie de
pañola. Hoy día estamos muy conscientes de esta reconocimiento político, necesario al partisano que
realidad, porque el aumento ininterrumpido de me- lucha de manera irregular para no descalificarse
dios técnicos de combate es la causa de que el par- como el atracador o el pirata y para no caer en lo
tisano dependa continuamente de la ayuda de un apolítico, que es idéntico en este caso a lo criminal.
aliado que sea capaz, técnica e industrialmente, de A la larga, lo irregular tiene que legitimarse con lo
CARL SCHMITT TEORIA DEL PARTISANO

regular. P a r a esto no hay más que dos posibilidades: nivel del desarrollo rapidísimo de la técnica moder-
el reconocimiento por una fuerza regular que ya na y de su clase de ciencia.
exista o La conquista de una nueva regularidad por Un experto inglés en cuestiones marítimas llamó
la propia fuerza. Es una alternativa dura. a la piratería el «estado precientífico» de la guerra
El partisano pierde su terreno en la medida en marítima. En este sentico habría que definir al
que se motoriza. Al mismo tiempo aumenta su partisano como el estado precientífico de la estra-
dependencia de los medios técnico-industriales que tegia terrestre, declarando esta definición como la
necesita p a r a su lucha. El poder del tercero inte- única válida. Pero esta definición ya está científica-
resado crece cada vez más hasta que llega a alcanzar mente sobrepasada, porque incluso la misma dis-
dimensiones planetarias. Parece, pues, que todos los tinción de guerra marítima y guerra terrestre está
aspectos del partisanismo que consideramos hasta arrastrada por el torbellino del desarrollo técnico, y
ahora están subyugados por el todopoderoso as- los técnicos la considerar como algo precientífico,
pecto técnico. algo que ya está liquidad». Los muertos viajan con
rapidez, y cuando se motorizan aumentan todavía
más la velocidad. El partisano, cuyo carácter te-
lúrico seguimos afirmando, se convierte en escán-
ASPECTO TECNICO dalo para cualquier persona que piense de manera
racional en cuanto a fines y valores. Casi se po-
No olvidemos que también el partisanismo par- dría decir que provoca una aversión tecnocrática.
ticipa en el desarrollo, en el progreso, en la técnica Lo paradójico de su existencia revela una despro-
moderna y en su ciencia. El partisano antiguo, equi- porción: la perfección técnico-industrial del equipo
pado por el edicto de Landsturm prusiano de 1813 de un ejército regular moderno frente al primitivis-
con un tridente, resulta una figura cómica. El parti- mo agrario preindustrial del partisano que, sin em-
sano moderno lucha con pistolas ametralladoras, bargo, lucha eficazmente. Esto fue lo que provocó
granadas de mano, bombas plásticas y pronto, qui- los ataques de cólera de Napoleón frente a los gue-
zá, con armas atómicas tácticas. Está motorizado rrilleros españoles. Con el progreso continuo del
y en contacto con una red de comunicaciones, con desarrollo técnico esta desproporción va aumen-
emisoras secretas y aparatos de radar. Helicópteros tando.
o aviones le suministran desde el aire armas y ali- Mientras que el partisano no era más que una
mentos. Pero igualmente los helicópteros y aviones «tropa ligera», un húsar o tirador de especial movi-
lo bombardean y lo pueden obligar a rendirse por lidad táctica, su teoría era de la competencia de la
el hambre. Tanto él como sus adversarios están al ciencia militar. Unicamente la guerra revolucionaria
CARL SCHMITT TEORIA DEL PARTISANO
lo convirtió en una figura clave de la Historia uni- lentes de valores y disvalores. Como dice Ernst
versal. Pero, ¿qué será de él en la época de los Forstkoff acertadamente, el valor tiene «su lógica
medios de destrucción atómicos? En un mundo téc- particular» Esto viene a ser la lógica del desvalor
nicamente organizado y planificado las antiguas y de la destrucción de tcdo lo que represente aquel
formas e ideas feudal-agrarias de lucha y guerra desvalor.
y enemistad tienen que desaparecer. Es evidente. A los pronósticos del optimismo tecnicista, que
Pero, ¿desaparecerán también lucha y guerra y ene- circula profusamente, no le faltan soluciones. Es-
mistad como tales, convirtiéndose en conflictos so- tablece valores y desvalores que, para él, son eviden-
ciales más o menos inofensivos? Cuando se haya tes. Cree que el irresistible desarrollo técnico-in-
realizado por completo la racionalidad y regularidad dustrial de la humanidad trasladará automática-
inmanentes a un mundo técnicamente organizado mente todos los problemas, todas las preguntas y
—según creencias optimistas— entonces el partisa- respuestas, todos los tipos y situaciones que exis-
no no supondrá quizá ni siquiera un perturbador. tían hasta ahora a otro nivel completamente nuevo
Desaparecerá sin más en el funcionamiento sin fric- en el cual todos estos problemas resultarán insig-
ciones de la marcha técnico-funcional así como un nificantes, así como los problemas, preguntas y si-
perro desaparece de la autopista. Para una imagi- tuaciones de la edad de piedra perdieron importan-
nación técnicamente orientada no constituirá ningún cia al pasar a una cultura superior. Los partisanos
problema, ni de tráfico ni de moral, ni filosófico
ni jurídico. 64. ERNST FORSTHOFF : Die Umbildung des Verfassungsgesetzes
Esto sería un solo aspecto de una consideración ( 1 9 5 9 ) . Quien establece valores establece eo ipso también des-
valores; el sentido de establecer un desvalor está en aniquilarlo.
puramente técnica: el aspecto técnico-optimista. Se Este hecho tan sencillo se demuestra no solamente en la prác-
tica —un ejemplo que por sí solo ya bastaría es un trabajo
espera un mundo nuevo, habitado por un hombre publicado en 1920, Die Vernichtung des lebensunwerten Lebens
nuevo. Tales esperanzas tuvo ya el viejo cristianis- (la destrucción de la vida sin valor vital)—, sino también,
al mismo tiempo y con la misma ingenuidad ignorante en
mo, como es sabido y, dos milenios más tarde, en un intento teórico en H . RICHERT : System der Philosophie,
el siglo XIX, el socialismo como el nuevo cristianis- I (1921), p. 117, no hay exigencias negativas; pero hay valo-
mo. Ninguno de los dos dispuso de la efficiency res negativos; la referencia a la negación es el criterio
de que algo pertenezca al ámbito de los valores; la negar
destructora de los modernos medios técnicos. Pero ción es el verdadero acto de la valoración. Vid. mi traba-
desde la técnica pura no se deriva ninguna teoría jo La tiranía de los valores, en Revista de Estudios Po-
líticos, 1 1 5 ( 1 9 6 1 ) , p. 65-81, y "Der Gegensatz von Gesellschaft und
del partisano, como ocurre siempre con las refle- Gemeinschaft als Beispiel einer zweigliedrigen Unterscheidung.
xiones meramente técnicas, sino solamente una se- Betrachtungen zur Struktur und zum Schicksal solcher Anti-
thesen, en Homenaje a Luis Legaz y Lacambra, I (Santiago
rie optimista o pesimista de apreciaciones pluriva- de Compostela, 1 9 6 0 ), p. 174, ss.
TEORIA DEL PARTISANO
CARL SCHMITT
se extinguirán, como desaparecieron los cazadores fensivo de una irregularidad perfectamente contro-
prehistóricos, si no consiguen sobrevivir y asimilar- lada, un «desorden ideal»; ideal, porque las poten-
se. De todas formas ya no harán daño ni tendrán cias mundiales lo podrían manipular a su gusto.
importancia. Pero existe también la solución radical-pesimista
¿Pero, no será posible que el tipo humano que de la imaginación técnica, la solución tabula rasa.
hasta ahora constituyó el partisano consiga adap- En un territorio sometido al efecto de los medios
tarse al nuevo ambiente técnico-industrial, que se modernos de destrucción todo, naturalmente, esta-
sirva de los medios nuevos y que desarrolle una ría muerto: amigo y enemigo, regulares e irregula-
nueva especie adecuada de partisano, digamos el res. Sin embargo, técnicamente es posible que al-
partisano industrial? ¿Hay alguna garantía de que gunos seres salgan vivos de la noche de bombas
los medios modernos de destrucción caigan siem- y cohetes. En vista de esta posibilidad sería prác-
pre en las manos adecuadas y de que una lucha tico e incluso racionalmente aconsejable prever una
irregular llegue a ser inimaginable? Frente a aquel organización de la situación del postbombardeo. Se
optimismo del progreso, el pesimismo del progreso debían formar ya ahora equipos que inmediatamen-
y sus fantasías técnicas ocupan un campo más am- te tomarán posesión de los cráteres de la zona
plio de lo que se suele imaginar hoy día. A la sombra bombardeada y ocuparán la región destruida. En-
del actual equilibrio atómico de las potencias mun- tonces, en esta situación, una nueva especie de par-
diales, bajo la campana de vidrio —por así decirlo— tisano podría añadir un capítulo a la Historia uni-
de sus inmensos medios de destrucción, se podría versal con una nueva especie de toma de posesión
circunscribir un margen de la guerra limitada y del espacio.
acotada, con armas convencionales e incluso con Así nuestro problema se dilata hacia dimensiones
medios de destrucción. Las potencias mundiales se planetarias. Incluso crece más allá, hacia lo super-
podrían poner de acuerdo, expresa o tácitamente, planetario. El progreso técnico proporciona la po-
sobre su dosificación. Resultaría una guerra contro- flicto de Corfú, 1923; Japón-China, 1932), además, los intentos
lada por las potencias mundiales, algo así como un de sanciones económicas no militares según el artículo 16 de
dogfight Sería el juego aparentemente ino- los Estatutos de la Sociedad de las Naciones (en otoño de 1936
contra Italia) y, por fin, ciertos métodos de medir fuerzas en
65. "Por fin se desarrollan siempre, al mismo tiempo, con país extranjero (España, 1936-1937). Estas son formaciones de
la totalidad de la guerra métodos especiales para disputarse
y medir las fuerzas de un modo que no es total. Porque, en tránsito entre guerra abierta y paz auténtica; tienen su razón
primer lugar, todo el mundo intenta evitar la guerra total, de ser, porque en el fondo ameiaza la guerra total como po-
que implica un riesgo total. En la postguerra se han produ-
cido ciertos fenómenos que sólo encuentran su interpretación sibilidad, y una precaución comprensible recomienda la deter-
exacta en íntima conexión con el carácter total de la guerra minación de ciertos intermedios. Sólo bajo este punto de vista
moderna; por ejemplo, las llamadas represalias militares (con-
aquellos fenómenos se pueden comprender en su aspecto ju-
rídico internacional" (CARL SCHMITT: Totaler Feind, totaler
Krieg, 236
página totaler
ss.) Staat [1937]; Positionen und Begriffe [1940],
CARL SCHMITT
TEORIA DEL PARTISANO
sibilidad de penetrar en los espacios cósmicos, y de
esta forma se abren, otra vez, nuevas incitaciones tomático e instructivo de su última fase. En este
inconmensurables para conquistas políticas. Los estadio chocan y se cruzan las experiencias y efectos
nuevos espacios pueden y deben ser tomados por de la guerra con ejércitos regulares, de la guerra
hombres. Las tomas de espacio serían la continua- colonial, de la guerra civil y de la lucha partisana.
ción de las tomas de tierra y las tomas de mar de Salan ha asimilado todas estas experiencias, e in-
estilo antiguo, cual las conoció la Historia de la evitablemente llegó a la ló'ica de la vieja frase contra
humanidad hasta ahora. Pero después del tomar partisanos hay que luchar a la manera de partisa-
viene el repartir y el apacentar. En este aspecto nos. Lo hizo consecuentemente, no sólo con la va-
permanecemos en lo de siempre, a pesar de todo el lentía del soldado, sino también con la precisión
progreso. El progreso técnico provocará solamente de un oficial de Estado Mayor y con la exactitud
una nueva intensidad en el nuevo tomar, repartir de un tecnócrata. El resultado fue que él mismo
y apacentar, y agrandará las preguntas antiguas. se convirtió en partisano, declarando por fin la gue-
En el contraste actual de Este y Oeste y especial- rra civil a su jefe superior y a su gobierno.
mente en la carrera gigantesca por los nuevos espa- ¿Cuál es el problema íntimo de semejante des-
cios inmensos se trata sobre todo del poder político tino? Maitre Tixier-Vignancourt, el defensor prin-
en nuestro planeta, tan pequeño como nos parezca cipal de Salan, encontró en su gran informe final
mientras tanto. Sólo quien domine la tierra, que se del 23 de mayo de 1962 una fórmula que contiene
pretende sea hoy día tan minúscula, tomará y apro- la contestación a nuestra pregunta. Refiriéndose a
vechará los nuevos espacios. También estas exten- la actividad de Salan como jefe de la OAS dice:
siones inmensas, por consiguiente, no son otra cosa «tengo que observar que un antiguo jefe comunista
que posibles espacios de lucha, pero se trata exacta- puesto a la cabeza de la organización, en vez de un
mente de una lucha por el dominio en esta tierra. gran jefe militar, hubiera realizado otra acción com-
Entonces, los famosos astronautas y cosmonautas, pletamente distinta a la del general Salam». Aquí
que se utilizaron hasta ahora como vedettes propa- está la clave; un revolucionario profesional hubiera
gandísticos de los medios de masa, como prensa, actuado de otra forma. No solamente en cuanto al
radio y televisión, tendrán la posibilidad de conver- tercer interesado hubiera tenido otra posición que
tirse en cosmopiratas e incluso en cosmopartisanos. Salan.
El desarrollo de la teoría del partisano desde Clau-
LEGALIDAD Y LEGITIMIDAD sewitz hasta Lenin y Mao fue enérgicamente impul-
En el desarrollo del partisanismo nos encontramos sado por la dialéctica de regular e irregular, de ofi-
con el general Salan como un representante sin- cial profesional y revolucionario profesional. El he-
cho de que los oficiales franceses hayan asimilado
CARL SCHMITT TEORIA DEL PARTISANO

durante la guerra indochina la doctrina de Mao so- brán hecho los inteligentes y experimentados mili-
bre la guerra psicológica no significa que la revo- tares del pronunciamiento de Argel de abril de 1961
lución haya vuelto al comienzo y origen en una y los organizadores de la OAS respecto a algunas
especie de ricorso. Aquí no puede haber vuelta al preguntas concretas y palpitantes, sobre todo en
cuanto al efecto de los actos terroristas sobre la po-
comienzo. El partisano puede vestir uniforme y con- blación civil europea o en lo referente al mencio-
vertirse en un buen soldado regular, incluso en un nado tercero interesado. Esta última pregunta ya
soldado regular de valor excepcional, de la misma tiene en sí su trascendencia. Hemos recordado que
manera, quizá, que se dice del cazador furtivo que el partisano necesita una legitimación si quiere man-
puede resultar el guardabosques ideal. Pero todo tenerse en la esfera de lo político sin hundirse sim-
esto son pensamientos abstractos. En realidad, la plemente en lo criminal. La cuestión no se soluciona
asimilación de las ideas de Mao por aquellos oficia- con algunas antítesis vulgares de legalidad y legi-
les profesionales franceses parece algo abstracto, timidad como las que se pusieron de moda. Porque
con un aire de esprit géometrique, como se dijo en resulta que precisamente en este caso la legalidad
alguna ocasión durante el proceso de Salan. viene a ser la validez más sólida. Vuelve a ser lo
El partisano se puede convertir con facilidad en que significó originariamente para los republicanos:
un buen portador de uniforme. Para el oficial pro- la única forma moderna, racional y progresista, en
fesional, sin embargo, el uniforme es más que un una palabra, la suprema forma de la legitimidad
disfraz. Lo regular siempre puede llegar a ser miama.
una profesión institucionalizada, lo irregular nun-
ca. El oficial profesional puede convertirse en No quiero repetir lo que estoy diciendo desde
un gran fundador de una orden religiosa, como San hace treinta años acerca de este tema, que sigue
Ignacio de Loyola. La transformación en algo pre siendo actual. Mas hay que recordarlo un poco para
o subconvencional es otra cosa. Se puede desapa- comprender la situación del general republicano
recer en la oscuridad, pero convertirla en campo Salan en los años 1958-61. La república francesa es
de batalla, destruir desde la oscuridad la escena un régimen de dominio de la ley. Esto es su fun-
habitual del imperio y sacar de quicio al gran teatro damento, y no puede admitir que este fundamento
de la publicidad oficial, esto no se consigue sólo se destruya por el contraste de Derecho y Ley y
con inteligencia tecnocrática. El Aqueronte no se por la distinción del Derecho como una instancia
deja hacer cuentas, no hace caso a cualquier conjuro, superior. Ni la justicia ni el ejército están encima
por muy inteligente que sea el conjurador y por de la ley. Hay una legalidad republicana, y preci-
muy desesperada que sea su situación. samente ésta es la única forma de legitimidad en
No es nuestra intención cabilar qué cálculos ha- la república. Todo lo demás es para el verdadero
CARL SCHMITT
TEORIA DEL PARTISANO
republicano un sofisma antirrepublicano. Por con-
siguiente, el representante de la acusación pública la ley y, por consiguiente de la legalidad. La noción
en el proceso de Salan tenía una posición clara y clásica de la ley, la única garantía para mantener
sencilla Una y otra vez se remitió a la «soberanía una legalidad republicana, está puesta en trance
de la Ley», que es superior a cualquier otra instan- por el plan y por la medida. En Alemania, la ape-
cia o norma imaginable. Frente a ella no existe una lación del Derecho en ;ontraposición a la ley se
soberanía -del Derecho, y así la irregularidad del hizo tan normal y corriente, incluso entre juristas,
partisano se convierte en ilegalidad mortal. que ya casi no llama la atención. También los no
Frente a esto, Salan no tuvo otro argumento que juristas dicen hoy simplemente legítimo, y no legal,
insistir que el 15 de mayo de 1958 él mismo había siempre que quieren decir que tienen razón. El caso
ayudado al general De Gaulle a llegar al poder con- de Salan, sin embargo, demuestra que incluso una
tra el gobierno legal de entonces. Se había com- legalidad puesta en du¿a resulta más fuerte, en
prometido ante su conciencia, sus Pairs, ante Dios un Estado moderno, que cualquier otra clase de
y la Patria, y ahora, en 1961, se encuentra engañado Derecho. La causa está en la fuerza decisionista del
y burlado por todo lo que en mayo de 1958 había Estado y en su capacidad de convertir Derecho en
sido prometido y declarado sacrosanto. Se remitió Ley. No hace falta profundizar más en este lugar
a la nación contra el Estado, y a una especie de le- Quizá todo esto sera completamente distinto
gitimidad superior contra la legalidad. También el cuando un día el Estado se muera. Mientras tanto
general De Gaulle había hablado con frecuencia de la legalidad es el vehículo inevitable del funciona-
legitimidad tradicional y nacional, oponiéndola a miento de cualquier ejército moderno y estatal. El
la legalidad republicana. Esto cambió en mayo de gobierno legal decide quién es el enemigo contra
1958. En realidad, su propia legalidad no se con- el cual luchará el ejército, Quien no se quiere plegar
firmó antes del referendum de septiembre de 1958. a la determinación del gobierno legal, y pretende
Pero desde aquella fecha la legalidad republicana decidir por su cuenta sobre el enemigo, acapara una
estaba de su lado, y Salan se vio obligado a ocupar nueva legalidad propia.
66. Los jocobinos, en la revolución francesa, aún estaban
un puesto desesperado para un soldado: tenía que conscientes de la santidad de su noción de ley; tenían la in-
invocar la irregularidad frente a la regularidad y teligencia y el valor suficientes, en el plano político, para distin-
guir con precisión loi y mesure, ley y medida. La medida se
convertir un ejército. regular en una organización calificaba abiertamente como revolucionaria, y no se admitían
partisana. confusiones por superposición de conceptos como Massnahme-
gesetz, ley de medida. KARL ZEIDLER (Massnahmegesetz und Klas-
Pero la irregularidad por sí sola no constituye sisches Gesetz [ 1 9 6 1 ] ) desgraciadamente no acierta el origen
del concepto republicano de la ley y, de esta forma, se le escapa
nada. Se convierte simplemente en ilegalidad. Ver- el verdadero problema. Vid. mis Verfassungsrechtliche Aufsätze,
cit. glosa, 3 p. 347 e índice da materias s. v. Legalität y Legi-
dad es que hoy día no podemos negar una crisis de timität, p. 5 1 2 - 5 1 3 . Esperamos un trabajo de ROMAN S C H N U R :
Studien zum Begriff des Gesetzes.
CARL SCHMITT TEORIA DEL PARTISANO

EL VERDADERO ENEMIGO confusión que está en relación con la teoría de la


guerra. Al final de nuestro trabajo intentaremos una
Una declaración de guerra es simpre u n a decla- aclaración.
ración de enemigo. Es evidente y se comprende, Un historiador encontrará en la Historia universal
sobre todo, en el caso de declaración de guerra civil. ejemplos y paralelismos para todas las situaciones
Cuando Salan declaró la guerra civil pronunció, en históricas. Ya indicamos algún paralelismo con acon-
realidad, dos declaraciones de enemigo: frente a tecimientos de la Historia prusiana en los años
la insurrección argelina, la continuación de la gue- 1812-13. También hemos mostrado como el parti-
rra regular e irregular; frente al gobierno francés, sano recibió su legitimación filosófica en las ideas
la apertura de una guerra civil ilegal e irregular. No y planes para la reforma del ejército prusiano de
hay nada que aclare mejor la situación sin salida 1808-13 y sus credenciales históricas en el edicto de
de Salan que una reflexión sobre esta doble decla- Landsturm de abril 1813. Así, no extrañará tanto
ración de enemigo. En cada guerra de dos frentes como podría parecer a primera vista si buscamos
surge la cuestión de quién será el verdadero ene- como contraejemplo la situación del general pru-
migo. ¿No es síntoma de escisión interior el tener siano York en el invierno de 1812-13 para destacar
más de un verdadero enemigo? El enemigo es nues- mejor el problema central. En un primer examen
tra propia pregunta como persona. Si la propia per- los contrastes saltan a la vista. Por un lado, Salan,
sona está determinada sin equívoco, ¿de dónde vie- francés de origen, republicano de izquierdas, de
ne la duplicidad de enemigos? Enemigo no es algo formación moderna y tecnocrática, por el otro un
que tiene que ser eliminado por cualquier razón y general de real ejército prusiano del año 1812, que
aniquilado por su desvalor. El enemigo está a mi nunca hubiera soñado con declarar la guerra civil
propio nivel. Por esta razón, tengo que luchar con a su rey y jefe supremo. Ante semejante contraste
él, para encontrar la propia medida, los propios de tiempo y tipo parece insignificante e incluso
límites y la propia personalidad. pura casualidad que también York hubiera luchado
Salan consideraba al partisano argelino como el como oficial en las colonias de la India oriental.
enemigo absoluto. De repente, surge a sus espaldas Por lo demás, precisamente los contrastes hacen
un enemigo mucho peor, mucho más intensivo: el destacar que la cuestión central es la misma. En los
propio gobierno, el propio jefe, el propio hermano. dos casos se trataba de determinar quién era el ver-
En los hermanos de ayer vio de repente un nuevo dadero enemigo.
enemigo. Esta es la esencia del caso Salan. El herma- El funcionamiento de cualquier organización mo-
no de ayer se reveló como el enemigo más peligroso. derna, especialmente de cualquier ejército moderno,
En la noción misma del enemigo debe de haber una regular y estatal, depende de la exactitud decisio-
CARL SCHMITT
TEORIA DEL PARTISANO
nista. La cuestión central para la situación de un lamentarlo por parte de los rusos. La carta que
general de hoy se presenta de manera m u y precisa dirigió York el 3 de enero de 1813 a su rey y jefe
como un sí o un no absolutos. La alternativa tajante supremo llegó a ser un célebre documento histó-
de legalidad y legitimidad es solamente u n a con- rico. Con toda la razón. El general prusiano escri-
secuencia de la revolución francesa y su polémica
de monarquía legítima restaurada en 1815. La mo- be con el mayor respeto que espera de su rey la
narquía legítima prerevoludonaria del reino de Pru- decisión de si él, York, debe avanzar «contra el ver-
sia conservaba aún entonces múltiples elementos dadero enemigo» o si el rey condena la actitud de
feudales de relaciones entre señores y súbditos. La su general. Sea cual fuere la decisión del rey su
fidelidad aún no se había convertido en algo «irra- fidelidad era inalterable, y en el caso de condena-
cional» o disuelto en un mero funcionalismo cal- ción estaba dispuesto «a esperar el tiro lo mismo
culable. De una manera pronunciada, Prusia repre- ante el pelotón de ejecución que en el campo de
sentaba ya entonces un Estado. Su ejército no po- batalla».
día negar su origen federiqueño. Los reformado- El término «verdadero enemigo» es digno de Clau-
res del ejército prusiano querían modernizar, pero sewitz, y toca lo esencial. Lo leemos así en la carta
no querían en modo alguno volver a cualquier es- del general York a su rey. Que el general esté dis-
pecie de feudalismo. Al observador actual, sin em- puesto a «esperar el tiro ante el pelotón de eje-
bargo, el ambiente de la monarquía legítima pru- cución» es actitud del soldado que se siente res-
siana de aquella época le puede parecer menos agu- ponsable de sus actos. De la misma manera, el ge-
do y tajante, menos decisionista-estatal, también en neral Salan estaba dispuesto a gritar Vive la France
cuanto a situaciones de conflicto. No vamos a dis- en la trinchera de Vincennes ante el pelotón de
cutirlo ahora; no es necesario. Lo esencial es que ejecución. Pero el verdadero sentido trágico y rebel-
no se esfume bajo el efecto impresionista de las de de la carta de York está en el hecho de que el
distintas vestimentas de la época la pregunta cen- general, con todo el respeto, se reserva la decisión
tral, la pregunta por el verdadero enemigo. de quién es el «verdadero enemigo». York no era
partisano y, probablemente, nunca hubiera llegado
En 1812, York mandaba la división prusiana que a serlo. Pero, partiendo desde el sentido y la no-
pertenecía al ejército francés del general Macdonald ción del verdadero enemigo, el paso al partisa-
como tropa aliada de Napoleón. En diciembre de nismo no hubiera sido ni absurdo ni ilógico.
1812 York se pasó al enemigo, a los rusos, y con- Verdad es que se trata de una ficción heurística,
cluyó con el general ruso Von Diebitsch la conven admisible exclusivamente para el breve momento
ción de Tauroggen. Durante las negociaciones y el que condujo al edicto de Landsturn de 1813; un
ajuste el alférez Von Clausewitz actuó como par- momento revuelto de cambio cuando los oficiales
CARL SCHMITT TEORIA DEL PARTISANO

prusianos elevaron el partisano a la altura de una nueva regularidad napoleónica de dinamismo revo-
idea. Pocos meses después, la idea de que un ge- lucionario. De esta manera, el enemigo volvió a ser
neral prusiano pudiera convertirse en partisano hu- verdadero enemigo; la guerra era otra vez verda-
biera sido de un grotesco absurdo, incluso como dera guerra. El partisano que defiende el suelo na-
ficción heurística, y mientras que hubo un ejército cional contra el invasor extranjero se convierte en
prusiano esta idea era inadmisible. En el siglo XVII y héroe que lucha contra un verdadero enemigo. Esto
el partisano había caído en mero picaro. En el siglo fue el gran acontecimiento que condujo a Clause-
XVIII perteneció a la tropa ligera. ¿Cómo es posible witz a su teoría y a la Lehre vom Kriege. Cien
que en un momento, a la vuelta del año 1812-13, años más tarde, la teoría bélica de un revolucio-
aparece como figura heroica, para llegar a ser, más nario profesional como Lenin destruyó sin miramien-
de cien años después, una figura clave de la Histo- tos todos los acotamientos tradicionales de la gue-
ria universal? rra. Entonces la guerra se hizo guerra absoluta,
La irregularidad del partisano depende siempre y el partisano se hizo portador de una enemistad
del sentido y contenido de algo concreto y regular. absoluta contra un enemigo absoluto.
Después de la dispersión característica del siglo
XVII en Alemania, se había desarrollado una regu-
laridad de las guerras de gabinete en el siglo xvin. DESDE EL VERDADERO ENEMIGO
Gracias a un fue te acotamiento la guerra se podía AL ENEMIGO ABSOLUTO
considerar como un juego en el cual la tropa ligera
y móvil participaba un poco irregularmente, y el En las teorías bélicas se trata siempre de la dis-
enemigo, mero enemigo convencional, se convertía tinción de la enemistad, que otorga a la guerra su
en compañero, rival del juego bélico. La guerrilla sentido y su carácter. Cualquier intento de acotar
española empezó cuando Napoleón había vencido al o limitar la guerra ha de tener presente de manera
ejército regular español en el otoño de 1808. Aquí consciente qué enemistad es la noción primaria en
está la diferencia con Prusia, que inmediatamente relación con la idea de la guerra. Una distinción
después de la derrota de su ejército regular con- de las diferentes especies de enemigo tiene que pre-
cluyó una paz humillante. El partisano español res- ceder a la distinción de las diversas clases de gue-
tituyó la seriedad a la guerra, y lo hizo frente a rra. Si no se procede así, t >das las preocupaciones
Napoleón; es decir, se puso a la defensiva al lado por un acotamiento o una lir?J .ación de la guerra
de los viejos Estados continentales europeos. Su resultan un juego que no resiste a la irrupción de
clásica regularidad, que se había convertido en pura verdadera enemistad. Después de las guerras napo-
convención y juego, no estaba a la altura de la leónicas, la guerra irregular ya no ocupaba la cons-
TEORIA DEL PARTISANO
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ciencia general de los teólogos, filósofos y juristas cinado, lo puede afirmar. El fuera de la ley busca
europeos. Hubo realmente pacifistas que creyeron su Derecho en la enemistad. Allí encuentra el sen-
que gracias a la proscripción de la guerra conven- tido de la causa y el sentido del Derecho cuando
cional, proclamada por la Ordenación de La Haya, se derrumba el edificio de protección y obediencia
nunca más habría guerra. Hubo juristas que con- que habitaba hasta entonces o cuando rompe el
sideraban toda teoría de la guerra justa como algo tejido normativo de la legalidad que le garantizó
justo eo ipso, porque ya Santo Tomás de Aquino hasta aquel momento sus derechos y la protección
había enseñado algo parecido. Nadie sospechó lo del Derecho. En este punto se termina el juego con-
que significaba el desencadenamiento de la guerra vencional. Esta falta de protección del Derecho, sin
irregular. Nadie se ha parado a pensar qué conse- embargo, no es necesariamente partisanismo. Mi-
cuencias tendría la victoria del civil sobre el sol- chael Kohlhaas, en la famosa novela de Kleist, llega
dado, si un día el ciudadano viste uniforme, mien- a ser bandolero y asesino por sentido de justicia,
tras que el partisano se lo quita para seguir lu- pero por eso no era partisano, porque no tenía mo-
chando sin uniforme. tivos políticos. Luchó exclusivamente por su pro-
Esta Falta de pensamiento concreto completó la pio Derecho particular, que había sido violado; ni
obra destructora de los revolucionarios profesiona- luchó contra un invasor extranjero ni por una causa
les. Fue una gran desdicha. Porque la humanidad eu- revolucionaria. En estos casos, la irregularidad es
ropea había conseguido algo único con aquellos aco- apolítica y llega a ser puramente criminal, porque
tamientos de la guerra: el prescindir de la crimina- pierde la relación positiva con cualquier regularidad
lización del adversario de guerra, es decir, una re- que exista en donde sea. Esto distingue al partisano
lativización de la enemistad, la negación de la ene- de un capitán de bandidos, sea noble o innoble.
mistad absoluta. Es algo muy raro, humanamente Hemos subrayado, al hablar del contexto político-
casi inverosímil, que los hombres consientan en universal, que el tercero interesado desempeña una
prescindir de una discriminación y difamación de función esencial, porque establece la relación con
sus enemigos. lo regular, y esto es imprescindible para el parti-
Esta conquista, precisamente, parece estar pues- sano, si quiere permanecer en un ámbito político.
ta en trance existencial por el partisano. La má- La esencia de lo político no es la enemistad como
xima intensidad del engagement político pertenece tal, sino la distinción de amigo y enemigo, y supone
a sus criterios. Si Guevara dice «el partisano es el la existencia de los dos, amigo y enemigo. Por muy
jesuíta de la guerra», es que piensa en la incondi- egoistamente que actúe y piense el tercero poderoso,
cionalidad del arrojo político. La biografía de cual- que tiene interés en el partisano, siempre está polí-
quier partisano famoso, empezando por El Empe- ticamente con su interés del lado del partisano. Los
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TEORIA DEL PARTISANO
efectos son una amistad política que equivale casi también la limitación fundamental de la enemistad.
a un reconocimiento político, aún cuando no se El enemigo real no se- declara enemigo absoluto ni
llegue a un reconocimiento público y formal como tampoco enemigo último de la humanidad en gene»
partido beligerante o gobierno. El pueblo, el ejér- ral .
67

cito regular y la potencia mundial Inglaterra reco- Lenin trasladó el centro de gravedad conceptual
nocieron al Empecinado como factor político. No de la guerra a lo político, es decir, a la distinción
era ni un Michael Kohlhaas ni un Diego Corrientes, de amigo y enemigo. Este traslado tenía su lógica,
y su tercero interesado era toda otra cosa que una y seguía consecuentemente la línea del pensamiento
pandilla de encubridores. La situación política de de Clausewitz, que decía que la guerra es una con-
Salan, sin embargo, se hundió en una coincidencia tinuación de la política. Pero Lenin, como revolu-
trágica. Desde el interior, en su propia patria, se cionario profesional de la guerra civil universal, fue
convirtió en un ilegal, y fuera, en la política mun- más allá y convirtió al verdadero enemigo en ene-
dial, no encontró a ningún tercero interesado, sino migo absoluto. Clausewitz habló en alguna ocasión
más bien todo lo contrario; chocó contra el frente de la guerra absoluta, pero nunca dejó de suponer
hostil y compacto del anticolonialismo. la regularidad de un orden estatal existente. No
El partisano tiene, pues, un enemigo verdadero, fue capaz de imaginarse al Estado como instrumen-
pero no absoluto. Es la consecuencia lógica de su to de un partido, o a un partido que mandase en
carácter político. Otro límite de la enemistad re- el Estado. Con la absolutización del partido también
sulta de la condición telúrica del partisano. Defiende el partisano se hizo absoluto, y se convirtió en por-
un trozo de tierra que es suyo de manera autóc- tador de una enemistad absoluta. Hoy día no es
tona. Su posición fundamental permanece siendo difícil adivinar el truco conceptual que provocó este
defensiva a pesar de la táctica y movilidad acen- cambio en la noción del enemigo. Sin embargo, re-
tuadas. Se comporta exactamente como lo precisó resulta muy difícil refutar otra clase de absolutiza-
Santa Juana de Arco ante el tribunal eclesiástico.
No era partisana y luchó regularmente contra los 67. "Semejantes guerras —que pretenden ser definitiva-
ingleses. Cuando el juez eclesiástico le hizo la pre- mente la última guerra de la humanidad— tienen que ser, por
gunta —una trampa teológica— de si pretendía necesidad, sumamente intensas e inhumanas, porque se pasan
de lo político y descalifican, al mismo tiempo, al enemigo en ei
afirmar que Dios odiaba a los ingleses, ella contes- plano moral y en otras categorías. Lo convierten en un mons-
tó: «No sé, si Dios ama u odia a los ingleses; lo truo inhumano que no sólo hay que rechazar sino también
destruir definitivamente, de manera que ya no se trata de un
único que sé es que hay que echarlos de Francia.» enemigo que hay que reducir a sus propios límites. La posi-
Cualquier partisano normal que defiende el suelo bilidad de estas guerras nos demuestra claramente que la gue-
rra, como posibilidad real, sigue existiendo hoy día, y esto es
de su patria podría haber dado esta contestación. lo esencial para la distinción de amigo y enemigo y para un
Esta actitud fundamentalmente defensiva implica conocimiento de lo político." (CARL SCHMITT : Der Begriff des
Politischen [Berlín, Duncker & Humblot, 1963].)
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TEORIA DEL PARTISANO
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tabilidad del imperativo moral. Los hombres que em-
ción del enemigo, porque parece ser inmanente a plean aquellos medios contra otros hombres se
la realidad actual de la época nuclear. ven obligados a destruir también moralmente a los
El desarrollo técnico-industrial convirtió las ar- otros hombres, es decir, a sus víctimas y objetos.
mas del hombre en meros medios de destrucción. Hay que declarar a la parte contraria, en su tota-
De aquí resulta una desproporción irritante de pro- lidad, como criminal e inhumana, como un desvalor
tección y obediencia. Una parte de la humanidad absoluto. Si no es así, ellos mismos resultarían
está reducida a rehenes para la parte poderosa que criminales e inhumanos. La lógica de valor y des-
está equipada con medios de destrucción atómi- valor despliega toda su consecuencia destructora y
cos. Semejantes medios de destrucción absolutos obliga a nuevas discriminaciones, criminalizaciones
exigen que haya un enemigo absoluto, porque de y desvalorizaciones cada vez más profundas, has-
otra forma resultarían absolutamente inhumanos. ta la destrucción de toda vida que no merece vivir.
No son los medios de destrucción los que destru- Nuevas especies de enemistad absoluta tienen
yen, sino hombres que destruyen a otros hom- que surgir en un mundo en donde los contrincantes
bres mediante estos medios. El filósofo inglés Tho- se empujan unos a otros hacia el abismo de la des-
mas Hobbes comprendió este problema ya en el valorización total antes de aniquilarse físicamente.
siglo XVII (de homine IX, 3), y lo formuló con toda La enemistad se hará tan horrorosa que ni siquiera
la exactitud, aunque entonces, en 1659, las armas se podrá hablar de enemigo y enemistad. Ambos se
eran relativamente inocuas. Hobbes dice: un hom- proscribirán y condenarán en debida forma antes
bre que se cree amenazado por otros hombres es de empezar con la obra de destrucción. La destruc-
tanto más peligroso que un animal cuanto más pe- ción se hará entonces completamente abstracta y
ligrosas resultan las armas del hombre frente a las absoluta. Ya no se dirige contra un enemigo, sino
llamadas armas naturales del animal, como dientes, que servirá a la imposición, llamada objetiva, de
garras, cuernos o veneno. Y el filósofo alemán He- valores supremos, y éstos, como es sabido, no tie-
gel añade: las armas son la esencia misma del gue- nen precio. Sólo la negación de la enemistad verda-
rrero. dera abre el camino para la obra destructora de la
Esto significa concretamente que el arma supra- enemistad absoluta.
convencional supone el hombre supraconvencional. En el año 1914 los pueblos y gobiernos europeos
No solamente lo supone como un postulado de se tambalearon hacia la primera guerra mundial
tiempos futuros, sino que más bien lo da por real sin enemistad real. La verdadera enemistad surgió
y existente. El máximo peligro no está en la exis- de la guerra misma, que comenzó como guerra con-
tencia de los medios de destrucción ni en la mal- vencional de Estados del Derecho internacional eu-
dad intencionada de los hombres. Está en la inevi-
Memento mori

CARL SCHMITT
ropeo y terminó con una guerra civil mundial re-
volucionaria de enemistad de clases. ¿Quién podrá
impedir que, de manera análoga, pero mucho más
intensa, surjan nuevas especies insospechadas de
enemistad que provoquen por su parte apariencias
y formas inesperadas de un nuevo partisanismo? INDICE
El teórico no puede hacer más que mantener las
nociones y llamar a las cosas por su nombre. La Págs.
teoría del partisano desemboca en la noción de lo
político, en la pregunta por el verdadero enemigo
y en un nuevo Nomos de la tierra. PREFACIO 9

INTRODUCCIÓN.

Ojeada ala situación de partida del 1808-13 ... 11


Horizontes de nuestro estudio 19
Nombre, vocablo y noción de partisano 24
Panorama de la situación jurídico-internacional. 35
DESARROLLO DE LA TEORÍA.

El desentono prusiano frente al partisanismo ... 49


El partisano como ideal prusiano, 1813 y la vuel-
ta a la teoría 58
De Clausewitz a Lenin 69
De Lenin a Mao Tse-tung 77
De Mao Tse-tung a Raoul Salan 86
ASPECTOS Y NOCIONES DE LA ÚLTIMA ETAPA.

El aspecto espacial 95
La destrucción de estructuras sociales 100
El contexto político-universal 103
Aspecto técnico 106
Legalidad y legitimidad 112
El verdadero enemigo 118
Desde el verdadero enemigo al enemigo ab-
soluto 123

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