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COMENTARIO A LA PRIMERA EPÍSTOLA DE SAN

PABLO A TIMOTEO

Traducción Castellana del Texto Latino por J.I.M.

EDITORIAL TRADICIÓN, S. A. MÉXICO,1977

Derechos reservados (c) en cuanto a la traducción castellana por Editorial Tradición, S. A.

Av. Sur 22 No. 14 (entre Oriente 259 y Canal de San Juan), Col Agrícola Oriental. México
9, D. F.

Primera edición; Julio de 1977.-2,000 ejemplares.

Título del original latino: Sancti Thomae Aquinatis Doctoris Angelici super Primam
Epistolam Sancti Pauli Apostoli ad Timotheum

PROLOGO
"La potestad de la tierra está en manos de Dios -execrable le es toda iniquidad- y El a su
tiempo suscitará quien la gobierne útilmente" (Eclesiástico X,4).

Como nacidas vienen estas palabras para la materia de esta carta; pues primero instruyó a la
1glesia en lo tocante a su unidad; aquí a los que son como sus miembros principales, sus
gobernadores y rectores; en cuya instrucción y utilidad es pertinente reparar.

En Dios está la instrucción, y esto

a) porque de El mismo procede. "No hay potestad que no provenga de Dios" (Romanos
13,1);

b) porque a esta regla divina se ha de ajustar. "Por Mí reinan los reyes y decretan los
legisladores leyes justas" (Proverbios 8,15);

c) porque a tenor de la disposición de Dios asienta la potestad su fundamento. "El muda los
tiempos y las edades; traslada los reinos y los afirma" (Daniel 2,21).

Demuéstrase otrosí su utilidad porque, siendo execrable toda iniquidad, ha sido establecida
para tener a raya la maldad humana. "No se puso la ley, o sus penas, para el justo" (I
Timoteo,1,9).

Con triple respecto han de haberse los regidores y gobernadores para con lo malo:
1. que lo aborrezcan de corazón, (como en tiempo de Onías);

2. que prohiban se cometa. "El rey sabio disipa los impíos" (Pr 20);

3. que castiguen los hechos delictuosos, "siendo, como son, ministros de Dios, para ejercer
su justicia, castigando ál que obra mai" (Romanos 13. 4).

Para 3 cosas, que hace notar el Eccli. 49,17, sobre José, nacido para ser el príncipe de sus
hermanos, es útil el gobernador:

a) para príncipe, para que sea por el poder el sostén de su pueblo;

b) guía de sus hermanos, dirigiéndolos por medio de la sabiduría;

c) y firme apoyo de su pueblo, para reprimir lo injusto por la justicia; "porque Tú salvas al
pueblo humilde, pero humillas los ojos altaneros" (Ps 17,28)

Y así se pone de manifiesto que la materia de estas cartas está destinada a la instrucción de
los gobernantes del pueblo fiel, entre quienes llevan la preferencia los del orden espiritual,
como los prelados de las iglesias, a quienes instruye primero; otros en el temporal, a
quienes amonesta en segundo lugar; y esto en la Carta a Filemón. Y en proporción a las 3
cosas que tocan al prelado: gobernar al pueblo, padecer por el pueblo que le está sujeto,
castigar a los malos, así 3 son las Cartas,2 a Timoteo y una a Tito, en las cuales,
respectivamente y por su orden, los 3 puntos de arriba se desenvuelven: el lo. en la primera;
el 2o. en la segunda, donde trata del martirio; el 3o. en la Carta a Tito, donde trata y enseña
el modo de evadir el trato de los herejes, como también se hace patente en los argumentos
de las Cartas.

CAPUT 1
LECTIO 1: Ad 1 Timotheum 1,1-2
A diferencia de otras cartas, deséale aquí a su Timoteo gracia, misericordia y paz, porque
han menester los prelados de muchos dones y virtudes.

1. Paulus Apostolus 1esu Christi, secundum imperium Dei Salvatoris nostri, et Christi 1esu,
spei nostrae.2. Timotheo dilecto filio in fide: gratia, et misericordia, et pax a Deo patre in
Christo 1esu Domino nostro.

Divídese esta Carta en salutación y narración epistolar. Cuanto a lo primero, pónese la


persona que saluda, la saludada, los bienes que le desea. Y describe la persona que saluda:
a) por el nombre, Pablo; cosa conveniente a la autoridad por 2 razones, correspondientes a
los 2 elementos que intervienen en ei apostolado: a saber, la altura de la potestad a que son
exaltados los humildes. "Siendo tú tan pequeño a tus ojos, fuiste hecho cabeza de las tribus
de 1srael" (I Samuel XV,17). Y Pablo auiere decir pequeño. Asimismo la claridad de la
sabiduría que comunica el Señor a los pequeñitos;

b) por la autoridad, porque es Apóstol, esto es, enviado. "El sello de mi apostolado lo sois
vosotros en el Señor" (1Co 9,2);

c) por el origen de esta autoridad: "de Jesucristo, por mandado de Dios". "Separadme a
Saulo y Bernabé para la obra a la que los tengo destinados" (Ac 13,2).

De donde manifiestamente se ve que los prelados, por necesidad de precepto, están


obligados a lo tocante a su propio oficio; "pues desventurado de mí, si no predicase el
Evangelio" (1Co 9,16).

-"Y de Cristo Jesús, nuestra esperanza", que és nuestra esperanza, para que vayamos a El.
"Tengo deseo de verme libre de las ataduras de este cuerpo, y estar con Cristo" (Ph. 1,231.
O de nuestra esperanza, porque esperamos, por su medio, alcanzar los bienes eternos. "Nos
ha regenerado con una viva esperanza", "a fin de que, por el consuelo de las Escrituras,
mantengamos firme la esperanza" (Pedro 1; Rm 15,4).

La persona saludada la describe:

lo. por el nombre, Timoteo;

2o. por el afecto, llamándole querido; "porque no tengo ninguna persona tan unida de
corazón y espíritu conmigo como él" (Ph 2,20);

3o. por la filiación, denominándole hijo en la fe, es decir, convertido por él. "He enviado a
vosotros a Timoteo, el cual es hijo mío carísimo y fiel en el Señor" (1Co 4,17)

Pone a continuación los bienes deseados e indica de quién dimanan. Y es de saber que, a
diferencia de las otras cartas en que sólo 2, aquí 3 cosas desea, porque los prelados
necesitan de muchas. Por eso dice:

-"gracia y misericordia", primero para sí, luego para los demás. Y tómase aquí la
misericordia por la remisión de los pecados, porque ésta procede de la misericordia de Dios;
empero la gracia por la función de las gracias que han menester los prelados. O entiéndase
gracia, como en otros lugares, por la gracia justificante; mas la misericordia por el don
divino que da a quien lo posee, en los car.ismas divinos, el más alto sitial. "La gracia y
misericordia de Dios para con sus santos y providencia particular con sus escogidos"
(Sabiduría 4,15).

-"y la paz" contigo y por tu medio con los demás. "Traerán los montes paz" (Ps 7|,3). Pero
¿de dónde? De Dios, para que la den al pueblo. Toda dádiva preciosa y todo don perfecto
de arriba viene, puesto que desciende del Padre de las luces" (Santiago 1,17);
-"y de Nuestro Señor Jesucristo", esto es, "por quien nos ha dado las grandes y preciosas
gracias que había prometido" (2P 1,4).

LECTIO 2: Ad 1 Timotheum 1,3-6


Enseña que no malgasten lastimosamente el tiempo, ni una brizna siquiera en las fábulas e
interminables genealogías hebraicas, sino empléense más bien en practicar la caridad.

Aquí empieza la narración epistolar, y esta carta es como una regla pastoral, que entrega el
Apóstol a Timoteo, para instruirlo en todo lo concerniente al régimen de los prelados y con
el orden a que apunta la intención.

Así pues, lo. lo instruye sobre la administración de las cosas espirituales; 2o. sobre de las
temporales. Otrosí, pertenece al prelado:

a) enseñar lo que atañe a la forma de la fe, para que ésta no padezca detrimento en los
subditos. "Yo he rogado por ti a fin de que tu fe no perezca; y tú, cuando te conviertas,
confirma en ella a fus hermanos";

b) instruirlos en lo concerniente al culto de Dios, que no puede serlo si la fe no es recta; y


así, por su orden, los instruye sobre la fe, sobre el culto de Dios, sobre la institución de los
oficios.

Es de saber que en la primitiva 1glesia hubo un error peligroso, de quienes decían que los
preceptos legales debían observarse a la par con el Evangelio; error a que el Apóstol cierra
la puerta, señalando la condición de la ley y probándolo por la experiencia propia.

Cuanto a lo primero demuestra lo que de la ley es inadmisible, lo que es aceptable, la


condición de la ley. Lo que tiene de inadmisible la ley son las torcidas añadiduras de otros,
no lo dado por Dios, a no ser que carnalmente se entienda. A las fábulas falsas hay que
darles con la puerta en los ojos; porque estas tradiciones judaicas y genealogías
interminables "son más propias para excitar disputas que para formar por la fe el edificio de
Dios".

Digo, pues, que debes obrar, "como te rogué", no embargante haberte podido ordenar con
imperio. "¿Te han puesto a gobernar a otros? No te engrías, sino pórtate entre eüos como
uno de tantos".

-"para que hicieses entender a ciertos fulanos". O, de otra manera: 2 cosas tocan al prelado:

a) que vaya a la mano a los falseadores de la buena doctrina, "no enseñasen doctrina
diferente a la nuestra"; porque "cualquiera que os anuncie un Evangelio diferente del que
habéis recibido sea anatema" (Gálatas 1,9); o, como dice el Deut. 4,2: "no añadáis a las
palabras que Yo os hablo, ni quitéis nada de ellas".

b) o, caso que algunos enseñasen falsedades, prohiba al pueblo les dé oídos; por eso dice:
"ni se ocupasen en fábulas y genealogías interminables". Hubo ciertos herejes que, por
ojeriza contra el Antiguo Testamento, afirmaban que el Apóstol lo rechazaba y se mofaba
de sus historias apellidándolas fábulas y genealogías interminables; cuya confutación tiene
a la mano San Agustín replicándoles que el Apóstol se vale de las historias y genealogías
del Antiguo Testamento. Así, por ejemplo, en Gálatas 4: Abraham tuvo 2 hijos... de las
cuales no se sirviera si las reprobara.

Dice pues: fábulas, no la ley dada por escrito, sino de boca, a saber, el Talmud; no lo que
Moisés transmitió de viva voz, mas lo que añadieron otros; mentecateces fabulosas, como
que Adán tuvo otra mujer, de la cual, dicen, nacieron los demonios. Por seguir esas
tradiciones, recrimina Jesucristo a los fariseos: "habéis echado por tierra el mandamiento de
Dios" (Mateo XV,6)) Y de las fábulas dice el mismo San Pablo que a ellas aplicarán sus
oídos los hombres que, por comezón de novedades, no pudiendo sufrir la sana doctrina, los
cerrarán a la verdad (II Timoteo 4,3); y la razón es porque "son más propias para excitar
disputas", pleitos, "más que para formar por la fe el edificio de Dios", es a saber, cuando
alguno queda confirmado en la verdad de la fe, blanco a que debe apuntar toda doctrina.

-"Pues el fin de los mandamientos"... La ley antigua dícese ley de los mandamientos,
porque en mandatos y preceptos está contenida; "ley de ritos que abolió con sus preceptos
evangélicos Jesucristo" (Efesios 2,1 5). Hay, pues, que mantener en primer lugar la caridad,
que es el fin a que se ordenan todos los mandamientos de la ley. "Amarás al Señor tu Dios
con todo tu corazón..." "En estos 2 mandamientos está cifrada toda la ley y los profetas"
(Mateo 22,37).

Mas ¿cómo se entiende que la caridad es el fin del precepto? Para esto tener presente:

1o. que todos los preceptos de la ley son de actos de virtudes y que por todos los actos de
las virtudes ordénase un hombre para con otro;

2o. que el objeto de una virtud es el fin de otra virtud; porque, cuando una potencia es para
algún fin, todo lo de su pertenencia o del mismo género ordénase a ella como a su fin; así
como al arte ecuestre ordénase el de hacer frenos, porque es su fin, y éste al jinete o general.

Pero las virtudes teológicas tienen por objeto el último fin; las otras lo que gira en derredor
del fin. Todas, pues, las virtudes, enderézanse a las teológicas como a su fin; pero entre las
teológicas es más partícipe de la razón del fin aquella que se halla más cercana del postrero.
Mas la fe lo apunta con el dedo, la esperanza hace tender a él, la caridad traba y une. Luego
todas ordénanse a la caridad, y así dícese la caridad el fin de los mandamientos.

Mas como aquello que se endereza al fin dispone para el fin, y los preceptos se enderezan a
la caridad, luego disponen a la caridad. Por eso dice: "de un corazón puro". Pues para esto,
para que el corazón sea puro, se dan los preceptos de las virtudes, algunas de las cuales
ordénanse al modo de enderezar las pasiones, cuya materia, a saber, de las virtudes, son las
pasiones; como la templanza, que pone orden y concierto en la concupiscencia, la
mansedumbre en las iras, en los temores y audacias la fortaleza. Y como por estas pasiones
se altera y enturbia la pureza del corazón, por eso estas virtudes tornan puro el corazón.

Mas ¿por ventura es éste requisito para la caridad? Respondo que sí; pues no es posible que
el corazón impuro esté pronto para la caridad, ya que cada uno ama lo que dice con su
complexión. El corazón impuro ama lo que viene cortado al talle de su pasión; luego ha de
estar desembarazado del estorbo de las pasiones. "Por eso las doncellitas te quieren tanto"
(Cantares 1,2).

Otras virtudes hay que enderezan al hombre para con su prójimo, y de ahí se sigue que
tenga buena conciencia, porque no hace a otro lo que no quiere para sí. "Haced con los
demás todo lo que deseáis se haga con vosotros" (Mateo 7,12). Por tanto, lo que es contra el
prójimo es contra la conciencia. De donde dice: "y de una conciencia". Quien pues no
tuviese buena conciencia no puede amar puramente a Dios; porque el que no tiene buena
conciencia teme la pena; pero en la caridad no hay temor, sino que éste huye de Dios y no
se le une. Por eso los preceptos que enderezan la conciencia bien disponen para la caridad.

Otras virtudes encamínanse a tener una fe verdadera, esto es, las virtudes con las que damos
culto a Dios, a saber, de latría y cosas por el estilo, que tienen por meta la extirpación del
error y el establecimiento en los corazones de la firmeza de la fe en Dios. Pues no pueden
amar a Dios los que no creen verdaderamente en El; porque el que tiene una falsa creencia
en Dios ya no ama a Dios; pues no ama el que no cree, porque no se fija el afecto sino en lo
que le muestra el entendimiento. Por consiguiente, las cosas que hacen la fe verdadera
ordénanse a la caridad. Por eso dice: "de un corazón puro", porque lo hacen puro.
"Bienaventurados los limpios de corazón... ";

-"y de una buena conciencia"; porque "toda nuestra gloria -dice San Pablo- consiste en el
testimonio que nos da la conciencia" (2Co 1,12);

-"y de fe no fingida", esto es, verdadera. Concluyese, pues, que las virtudes y los preceptos
ordénanse al fin que es la caridad, entendida según estas 3 cosas y otras que dijimos.

LECTIO 3: Ad 1 Timotheum 1,6-12


Por el peligro, que amenaza, de error, no apartarse de las virtudes.

6. A quibus quídam aberrantes, conversi sunt in vaniloquium.7. Volentes esse le gis


doctores, non intelligentes ñeque quae loquuntur, ñeque de quibus affirmant.8. Scimus
autem quia bona est lex, si quis ea legitime utatur.9. Scientes hoc, quia lex iusto non est
posita, sed iniustis et non subditis, impiis et peccatoribus, sceleratis et contaminatis,
patricidis et matricidis, homicidis.10. Fornicariis, masculorum concubitoribus, plagiariis,
mendacibus et periuris, et si quid aliud sanae doctrinae adversatur.11. Quae est secundum
Evangelium gloriae beati Dei, quod creditum est mihi.12. Gratias ago ei qui me conjortavit
in Christo lesu Domino nostro, quia fidelem me existimavit ponens in ministerio.
Demostrada ya la dignidad y utilidad de las virtudes, declárase aquí su necesidad, porque
quienquiera se aparte de ellas da en el peligro de la falsa doctrina. lo. pénese la falsedad de
la doctrina en que caen; 2o. la falsa condición de los que enseñan; porque "queriendo hacer
de doctores de la ley, han venido a dar en charlatanería, sin entender lo que hablan ni lo que
aseguran".

Dice pues: "el fin de los mandamientos es la caridad que nace de un corazón puro, de una
buena conciencia y de fe no fingida". Y éstas son las cosas principales de la ley de que
algunos se apartan. Y advierte tú que el apartamiento de la caridad es la causa de la errada
doctrina, porque los que no aman la caridad caen en la mentira. "Que no creyeron a ía
verdad, sino que se complacieron en la maldad" (2Th 2,12).

De modo parecido los que dan de mano a la pureza de corazón; porque teniéndolo
inficionado con las pasiones, según su afición a ellas así es su juicio, y no según Dios. "El
hombre animal no puede hacerse capaz de ias cosas que son del espíritu de Dios" (1Co
2,14).

Asimismo los de mala conciencia, pues que no pueden sosegar en la verdad, y buscan en
cambio la falsedad para hallar su descanso en ella.

De semejante modo quien tiene una fe fingida. "El que es fementido obra como fementido"
(Isaías 21,2).

-"Queriendo hacer de doctores de la ley". Pónese la errada condición de los que enseñan: su
desordenada ambición y sus defectos. "Aman los primeros asientos en los banquetes y que
los hombres les den el título de maestros" (Mateo 23,7). "No saben ni entienden, andan a
oscuras".

-"Sin entender lo que hablan", por autoridades que no entienden; "ni lo que aseguran", a
saber, sacando conclusiones.

-"Ya sabemos que la ley es buena". Establece la condición de la ley cuanto a su bondad y
cuanto al fin e intención del legislador.

Dice pues: sabemos, por medio de la certeza, "que la ley es buena", no mala, como dicen
los herejes. "La Ley del Señor es inmaculada" (Ps 1 18). "De manera que ia Ley es santa, y
el mandamiento santo, justo y bueno"

(Rm 17,12). Pero acontece que alguno del bien usa mal. Siendo pues la ley buena, menester
es que el hombre use bien de ella; por eso dice: "para el que usa bien de ella"; de otra suerte
se le torna muerte (Rm 8,13); porque la Ley tiene ciertas cosas ceremoniales y ciertas
morales. Diose lo ceremonial en figura de Cristo y de su 1glesia, pero es necesario se
entienda no sólo carnalmente, sino también espiritualmente; y como figura de lo venidero y
para que sepas que no es de perpetua observancia, sino que cesa al advenimiento de la
verdad.
"Haré una nueva alianza con ia casa de 1srael y con la casa de Judá; no como aquella que
contraje con sus padres" (Jr 31,31). Así lo expone la Glosa. Mas el Apóstol parece moverse
en el terreno moral, porque añade que la ley fue puesta por los pecados, y sobre éstos
versan los preceptos morales. Su legítimo uso consiste en que el hombre no les dé más
valor que el que realmente tienen. Diose la ley para que se conozca el pecado; porque "si la
ley no dijera: no codiciarás, no hubiera advertido la concupiscencia mía" (Rm 7,7), como se
dice en el Decálogo. No está, pues, la esperanza de la justificación en ellos, sino en la sola
fe. "Así que concluimos ser justificado el hombre por la fe sin las obras de la ley" (Rm 3).

-"Reconociendo que no se puso la ley, o sus penas, para el justo". 1ndícase con esto la
condición de la ley cuanto a la intención del legislador: la que nos figuramos o la verdadera.
La figurada se descarta al decir: para el justo, donde podría inferirse, de 2 maneras, una
falsa inteligencia. Una, que el justo no guarda la ley, lo cual es falso; porque, si no la
guardase cuanto a lo moral, no sería justo. Por eso Cristo se sometió a la ley. Otra, que el
justo no está obligado a los preceptos de la ley y no pecaría si obrase contra ellos. Pero es
verdadero el siguiente sentido, suponiendo que lo que se le impone a uno se le impone
como carga; pues a ios justos no se les impone la ley como una carga, porque su modo
habitual interior de proceder los inclina a lo que la ley; por tanto para ellos no es carga.
"Son para sí mismos ley viva" (Rm 2,14). O, de otro modo: la ley no ha sido puesta para los
justos, mas para los injustos; como si dijera: si todos fuesen justos, no habría necesidad de
dar ley, porque todos se fuesen a sí mismos ley. La intención de los buenos debe ser inducir
a otros a la virtud; y algunos de por sí están bien dispuestos; otros tienen bien dispuesto el
ánimo, mas por medio de otra persona, y a éstos bástales un paternal tironcÜlo de orejas;
otros en cambio ni por sí ni por otros entran en vereda, y para éstos del todo es necesaria la
ley, como es patente en Etica.

-"Sino para los injustos". Aquí pone la verdadera intención y describe: lo. en general los
que han menester la ley; 2o. en especial: los parricidas... Es de saber que, como se dice en 1
Juan,3, "todo pecado es injustícia"; por consiguiente opónese a algún derecho; mas siendo
éste doble, a saber, natural y positivo, repugna al natural lo que de por sí es malo, y al
positivo lo que es malo porque está prohibido.

Cuanto a lo primero dice: "sino para los injustos", a saber, los que obran contra el derecho
natural, "pues han quebrantado las leyes, han alterado el derecho, rompieron la alianza
sempiterna" (Isaías 24,5).

Cuanto a lo segundo: "no sujetos", es decir, al precepto humano. "Desobedientes a sus


padres" (Rm 1). Y estas 2 cosas apuntan como blanco la razón del pecado. Enumera otras
que se toman comparativamente por alusión al pecado, y éste es o contra Dios, o contra el
prójimo, o contra sí mismo.

Contra Dios se llama impiedad, porque la piedad es respecto al culto de Dios. Por eso pone
los impíos. Contra el prójimo dice: los pecadores. Pero, según San Agustín, los pecados se
distinguen en espirituales (facinora), y carnales (flagitia). Por eso dice: los facinerosos,
cuanto a los pecados espirituales; y cuanto a los carnales: contaminados.

Enumera luego los pecados en especial y hace un haz de otros en general. Pone primero los
pecados de obra, después los de palabra: los embusteros. Cuanto a lo primero en primer
lugar lo que llaman facinora: hazañas, proezas, tomadas en mala parte, fechorías, que
redundan en perjuicio del prójimo. Y cuanto el prójimo tiene mayor parentesco, tanto es
más grave el pecado, por ser mayor la obligación con él. Por eso antes que a la madre se
refiere al padre: "Honra a tu padre y a tu madre" (Éxodo XX). "Quien hiriere a su padre o
su madre muera sin remedio". Prosigue luego con los homicidios de ofros prójimos: "Quien
hiriere a un hombre matándole voluntariamente muera sin remisión".

A continuación lo que suena en latín flagitia: (de flagitium: crimen o delito enorme)
carnalidades, torpezas, deshonestidades, y primero las que son según la naturaleza: los
fornicarios (y adúlteros, a quienes juzgará Dios. Hebreos 13,4). Segundo, las que son contra
la naturaleza: los sodomitas (que no poseerán el reino de Dios. 1 Cor,6,10). En seguida los
daños de palabra, y lo. cuanto a la simple mentira: los mentirosos. 2o. cuanto al juramento:
los perjuros. Recoge a la postre otros en general: y cuantos son enemigos de la sana
doctrina,

-"la cual es conforme al Evangelio", porque el Evangelio comunica la sana doctrina, que
describe, a) por el fin: de la gloria; b) por el autor de la gloria: de Dios bendito; c) por el
ministerio: que se me ha encomendado.

"Gracias doy". Prueba, por experiencia en carne propia, qué fue de él en tiempo de la ley y
qué logró en el de la gracia; a saber, qué le fue dado en la ley y qué en el Evangelio; y da la
razón: palabra fiel. Pone también la dignidad que consiguió en el Evangelio, y los pecados
a quienes, pecho por tierra, rindió vasallaje en el estado de la ley, como él dice:
"poniéndome en el ministerio a mí, que fui antes blasfemo y perseguidor y opresor";
finalmente cómo se vio libre de su esclavitud y tiranía: "pero alcancé misericordia".

Mas para que uno sea ministro del Evangelio se requieren 3 cosas:

1. el encargo; porque "¿cómo predicarán si no se les envía?";

2. la idoneidad, esto es, que sea fiel. "Entre los dispensadores de la palabra de Dios lo que
se requiere es que sean halíados fieles";

3. asimismo que tenga fortaleza para proseguir en el empeño. Y pone estas cosas por orden
inverso: "que me ha confortado, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio".
"Siervo fiel y prudente constituido por su señor mayordomo sobre su familia" (Mateo
24,45). Y esto porque buscaba solamente los intereses de Dios.

Mas ¿qué tal era en el estado de la ley? Pecador. Y primero contra Dios. "Fui antes
blasfemo", es decir, del nombre de Cristo. Y la pena que le estaba reservada era la del
blasfemo: "échenlo del campamento... y apedréelo todo el puebío" (Lv 24,14). También
contra el prójimo: "y perseguidor". "No merezco ser llamado Apóstol, pues perseguí a ia
1glesia de Dios" (1Co 15,9). -Y además: "opresor", de palabra y de obra.

-"Pero alcancé misericordia". Cómo alcanzó la libertad por Cristo lo demuestra poniendo la
misericordia libertadora, sacándose a vistas sobreabundantemente repleto de bienes. "Ha
sobreabundado en mí la gracia de Nuestro Señor".

Cuanto a lo primero, hay alguna excusa de parte de mi pecado, "por haber procedido con
ignorancia". Más

significa de lo que menos dice, porque una cosa es obrar con ignorancia, y otra por
ignorancia. Obra con ignorancia el que no sabe lo que hace; con todo, si lo supiera, no
dejaría de hacerlo; como quien creyendo matar una fiera da muerte a su enemigo, a quien
hasta mataría con más gusto si supiese que él era. Mas obra por ignorancia el que hace lo
que no hiciese si supiese lo que hace; como el que mata a su padre, a quien no matara si
supiese era su padre; mátalo, sin embargo de eso, por juzgarlo enemigo. Mas Pablo lo hizo
por ignorancia, pues si hubiese sabido que Cristo era Hijo de Dios, no lo hubiese hecho. Por
el contrario, no mataron a Cristo por ignorancia los Judíos, mas con ignorancia, porque si
hubiesen sabido que era el Cristo, de mayor grado hubiésenle dado la muerte.

Cuanto a lo 2o.: "ha sobreabundado en mí... ", así es efectivamente. "Donde abundó el
delito sobreabundó la gracia" (Rm 5,20). -"Con la fe y caridad"; porque por la caridad
operante hizo allí efecto la fe; "que es en Cristo Jesús", "a fin de que por medio de la fe
recibamos la promesa del Espíritu Santo" (Gal. 3,14).

LECTIO 4: Ad 1 Timotheum 1,15-20


15 Fidelis sermo et omni acceptione dignus, quod Christus lesus venit in hunc mundum
peccatores salvos faceré, quorum primus ego sum.16. Sed ideo misericordiam consecutus
sum, ut in me primo ostenderet Christus 1esus omnem patientiam ad informationem eorum
qui credituri sunt Mi in vitam aeternam.17. Regi autem saeculorum immortali et invisibili,
soli Deo honor et gloria in saecula saeculorum. Amen.18. Hoc praeceptum commendo Ubi,
fili Timothee, secundum praecedentes in te prophetias, ut milites in Mis bonam militiam.19.
Habens fidem et bonam conscientiam; quam quídam repelientes, circa fidem
naufragaverunt.20. E quibus est Hymenaeus et Alexander, quos tradidi Satanae, ut discant
non blasphemare.

Todos los bienes que tiene dice Pablo que los ha recabado de la misericordia divina, por
cuya causa da infinitas gracias a Dios.

En qué condiciones se hallaba, cuanto a los pecados cuando imperaba la ley, y cuanto a los
bienes en tiempo de la gracia, quedó demostrado arriba; dase aquí razón de estos beneficios,
de parte de la misericordia divina, que propone primero en común: "Verdad es cierta, y
digna de iodo acatamiento, que Jesucristo vino a este mundo para salvar a los pecadores".
Acomódasela a sí: "e¡ primero de los cuales soy yo". Da gracias por ello. "Por tanto, al Rey
de los siglos inmortal, invisible, al solo y único Dios, sea dada la honra y la gloria por
siempre jamás. Amén".

Cuanto a lo primero dice: palabra fiel. 2 cosas hacen recomendable la palabra: que sea
verdadera y que sea aceptable; pues a veces la palabra verdadera es dura y concita el odio.
"Por deciros la verdad, me he hecho enemigo vuestro" (Gal. 4,16). Pero aquí la palabra
tiene verdad: palabra fiel; y es aceptable, porque trata de nuestra salud; por eso dice: y
digna de todo acatamiento.

Otra letra dice: palabra humana, porque trata del acogimiento dispensado a los hombres.
"Se ha manifestado la benignidad y amor de Dios Nuestro Salvador para con los hombres"
(Tito 3,4). Y aquí la palabra es de tal condición, "porque Cristo vino... " El hecho de haber
venido al mundo expresa su doble naturaleza, a saber, la de la divinidad, en la que estaba
antes de aparecer en el mundo: "Salí del Padre y vine al mundo" (Jn 16,28). Y la de la
humanidad en la que se dejó ver. Y por ser Dios llena los cielos y la tierra. Por tanto, según
la naturaleza divina, no le corresponde estar en algún lugar, pero sí según la humana.
"Estaba en el mundo"; "vino a los suyos". Pero ¿a qué vino?

-"a salvar a los pecadores", esto es, por la salud de ios pueblos; "pues no envió Dios su Hijo
al mundo para condenar al mundo, sino para que por su medio el mundo se salve" (J. 3).

Mas si no hubiese habido pecadores ¿por ventura no se hubiese encarnado? Parece que no,
porque vino a salvar a los pecadores. Luego no hubiese sido necesaria la Encarnación.
Consuena la Glosa: si no hay enfermedad, huelga la medicina. Respondo: bastante claro
está por lo que dicen los Santos, mas no es cuestión de gran autoridad, porque Dios ordenó
lo futuro según como dejaría de ser futuro o tomase cuerpo en la realidad.

Y no sabemos lo que hubiese ordenado si no hubiese previsto el pecado. Con todo eso las
autoridades parecen expresamente afirmar que no se hubiese encarnado si el hombre no
hubiese pecado; y a esta parte más me inclino.

-"el primero de los cuales soy yo". Se lo acomoda a sí, reconociéndose pecador y
confesándose salvado: "pero alcancé misericordia". Aquí el hereje opone que el alma de
Adán estuvo en Pablo y transmigró de un cuerpo a otro cuerpo. Como si dijera: yo soy el
primer pecador, porque mi alma es la de Adán; pero esto va contra el Apóstol que,
hablando de Jacob y Esaú, dice: "no habiendo todavía nacido... " Luego no hay alma antes
del cuerpo. Llámase pues primero, no en el tiempo, mas por la enormidad de sus pecados.
Y esto lo dice por humildad. "El justo es el primero en acusarse a sí mismo" (Pr 18,17).
"Soy el más ignorante de los hombres" (Pr 30,2).

Mas ¿por ventura fue el Apóstol el mayor pecador? ¿No más bien Judas? Mas dicen
algunos que el pecado de Pablo fue más general, porque pecó contra toda la 1glesia. Pero
esto no significa nada, porque Pablo perseguía en su incredulidad, mas muchos judíos por
malicia. Digamos pues que es primero, no porque fuese el mayor entre los pecadores que
entonces vivían, sino entre los pecadores salvados; como si dijera: "vino a salvar a los
pecadores, de los cuales, a saber, pecadores salvados, yo soy el primero"; que hay que
entender de los que habían precedido al Apóstol; porque antes también muchos otros
persiguieron a la 1glesia. Y esto lo dice para demostrar que todo lo que Dios hace lo hace
para ostentación de su bondad. "Todas !as cosas las ha hecha el Señor para gloria de Sí
mismo" (Pr 1 6,4). "Toda obra del Señor eslá üena de su magnificencia" (Ecclir 42,16).
Asimismo por la utilidad: por eso me salvó, lo. por su gloria; donde se dice que primero en
el tiempo, o primero, esto es, principalísimamente, "para mostrar su extremada paciencia",
es decir, perfecta; porque, habiendo sido provocado, no castigó, antes exaltó al adversario;
y esto para nuestra utilidad. De donde dice: "para ejemplo", esto es, información y
educación; como si dijera: para que no pierdan los pecadores la confianza de acercarse a El.

-"Al Rey inmortal de los siglos". Hacimiento de gracias a ese Rey en que recomienda la
persona a quien da gracias; se las da, y lo recomienda por la potestad y por la propiedad de
la naturaleza.

-"Al Rey". Su señorío es el máximo, porque es señor absoluto de todo y pende el poder de
su albedrío, no de estatutos, como el político; mas Dios es el único señor de todos; por eso
dice: A Dios, que es "Rey de reyes y Señor de los que dominan" (Ap 1,5); "porque Dios es
Rey de toda la tierra" (Ps 46,3). Asimismo la potestad real a lo sumo dura en los reyes no
más de 50 años; pero ésta es de todos los siglos.

Conviénele también la propiedad de la naturaleza divina. Y para entender esto, adviértase


que la primera diferencia en las cosas naturales es la de corruptible e incorruptible. Y en las
incorruptibles unas son visibles y corporales, como los cuerpos terrestres; otras invisibles y
espirituales, como los ángeles. Y éstas últimas divídense, según los Platónicos, en dioses,
que son supremos por naturaleza, y en inteligencias, que no son dioses sino divinos, y en
almas; pero entre nosotros no hay más que un solo Dios.

Dice pues: al 1nmortal, para distinguirlo de los seres corruptibles. A! 1nvisible, para
demostrar que pertenece al mundo invisible, y para distinguirlo de las cosas visibles. Sólo y
Único Dios, y no sólo inmortal e invisible, porque hay un solo Dios por naturaleza, aunque
pudiera decirse solo inmortal y solo invisible, esto es, de manera más especia! que otros
seres. "El solo que es inmortal por esencia" (I Timoteo 6,16).

-"sea dada la honra y la gloria". Da gracias. Como si dijera: dársele ha la honra por la
sujeción de toda criatura y para manifestación de su excelentísima bondad, claridad y gloria
(Ap 7,12).

-"por los siglos de los siglos"; porque el siglo de los otros es de breve duración. "Toda
carne es heno y toda su gloria como la flor del heno" (Isaías 40,6).

-"este precepto". Para permanecer en la observancia de sus enseñanzas tráele a Timoteo a la


memoria lo que le ha confiado; lo amonesta a su debido uso; le enseña el modo de usarlo.

Dice pues: este precepto, a saber, para que guardes el fin de la ley, esto es, conserves
siempre la caridad y no hagas caso de las fábulas de los judíos, te lo encomiendo, como fiel
depósito, porque para eso se te confió. Y ¿cómo?

-"según las predicciones hechas", esto es, porque este Evangelio no discuerda de las
profecías que antes había aprendido, por ser hijo de mujer judía. "Pero tenemos todavía el
testimonio más firme que el nuestro, que es el de los profetas, al cual hacéis bien en mirar
atentamente, como a una antorcha que luce en un lugar oscuro" (2P ,1,19).
O según las precedentes, esto es, según lo que yo y otros santos conocieron, por espíritu
profetice que había que entregarte.

-"Así cumplas tu deber militando en ellas como buen soldado". La milicia es doble: una
espiritual y otra carnal (2Co 10,4). Dos cosas requiérense en la buena milicia de parte del
soldado, a saber, que no haga nada contrario a la disciplina militar y no se entorpezca con el
ocio. "Todos los que han de luchar en la palestra guardan en todo una exacta continencia"
(1Co 9,25).

Requiérense también de parte de la milicia otras 2 cosas, a saber, que combata a los
contrarios de la república y sujete a los que deben estarlo. Así en la milicia espiritual,
porque se ordena a destruir a todos los que se engríen y a sujetar todo entendimiento en
obsequio de Cristo, como se dice en 2Co 10,5.

Y verdadera es esta milicia de que dice: milites; donde también se pone el modo de valerse
de ella y su necesidad. Dice pues: milites... como si dijera: puedes ciertamente portarte
como buen soldado: a) por la fe buena que tienes. "Esta es la victoria que vence al mundo,
nuestra fe" (1Jn, 5,4). b) También por la buena conciencia, porque fácilmente esquiva el
hombre lo que lo muerde; de donde el remordimiento de la conciencia es como un aguijón
que punza al de mala conciencia y, por consiguiente, retírase presto de los pecados por la
buena conciencia y la recta fe. "Yo hasta el día presente he observado tal conducta, que en
la presencia de Dios nada rne remuerde la conciencia" (Ac 23,1), "porque toda nuestra
gloria consiste en el testimonio que nos da la conciencia" (2Co 2,12).

Consiguientemente se demuestra la necesidad de la buena conciencia, cuando dice: la cual


algunos... donde pone la culpa, la pena, el fruto de la pena. La culpa cuando dice: la cual, a
saber, la buena conciencia, "por haberla desechado de sí algunos, vinieron a naufragar en la
fe"; porque el que yerra contra la fe pierde todo lo que tiene. "Sin la fe es imposible agradar
a Dios" (Hebr. 2,6). Muere igualmente, porque mi justo vive en su fe (Habacuc 2; Rm 1).

-"De cuyo número son Alejandro e Himeneo". "Alejandro, el calderero, me ha hecho


mucho mal" (2Tm 4,14). Pénese luego su pena cuando dice: "los cuales tengo entregados a
Satanás", porque los excomulgó, para que los fieles eviten su compañía, no sea que les
peguen la roña. Y fue la excomunión del Apóstol de tanto poder que luego de contado
ejecutaba el diablo en el cuerpo de los excomulgados su furor y crueldad; como con el
incestuoso de Corinto: "En nombre de Nuestro Señor Jesucristo, uniéndose con vosotros mi
espíritu, con el poder que he recibido de Nuestro Señor Jesús, sea éste que tal hizo
entregado a Satanás para castigo de su cuerpo, a trueque de que su alma sea salva en el día
de Nuestro Señor Jesucristo" (1Co 5,5).

Con todo, aun ahora se les entrega para ser espiritualmente vejados, porque pierden los
sufragios de la 1glesia, que son grande ayuda contra el demonio. Y los entregué como Dios
los entregó a un reprobo sentido (Rm 1), como retirándoles su auxilio y la comunión de la
1glesia y los sufragios. Y esto no por odio, sino por caridad, para provecho de ellos, "a
trueque de que su alma sea salva". De donde dice: "para que aprendan, siquiera por la pena,
a no blasfemar". Y uno aprende a retirarse del pecado de 3 maneras: a saber, alguna vez por
la pena, cuando es vejado corporalmente; asimismo por la confusión de la excomunión;
también porque cuando la 1glesia entrega a Satanás algún hombre, éste cae
manifiestamente en pecado, por cuya causa confuso se humilla y abstiene aun de los
ocultos, que antes ignoraba tenerlos.

LECTIO 1: Ad 1 Timotheum 2,1-6

Con qué pureza de alma se ha de orar para que nuestras peticiones se hagan manifiestas
ante Dios, y con qué piadoso afecto ama Dios a los hombres.

1. Obsecro igitur primum omnium fieri obsecraliones, orationes, postulationes, gratiarum


actiones pro ómnibus hominibus;2. pro regibus et ómnibus qui in sublimitate constituti sunt,
ut quietam et tranquillam vitam agamus in omni pietate et castitate;3. Hoc enim bonum est
et acceptum coram Salvatore nostro Deo;4. Qui omnes homines vult salvos fieri et ad
agnitionem veritatis venire.5. Unus enim Deus, unus et mediator Dei et hominum, homo
Christus 1esus;6. Qui dedit redemptionem semetipsum pro ómnibus.

En lo arriba dicho enseñó a Timoteo cómo reducir un pueblo a la forma de la verdadera fe,
aquí trata de lo que pertenece al culto de la fe, a saber, de las oraciones y obsequios. Pone la
doctrina de la oración en común, desciende a determinadas condiciones de hombres,
distingue diversos modos de oración, indica por quiénes hay que orar: por todos, y da la
razón: pues esto es bueno.

Dice pues: porque tal es el motivo de haber venido Cristo a salvar a los pecadores. -
"Recomiendo, pues, ante todas cosas... "; con lo cual declara abiertamente que entre todos
los requisitos para la vida cristiana el principal es la oración, que sirve para defenderse de
los peligros de las tentaciones y para aprovechar en el bien. "Mucho vale la oración
perseverante del justo" (Sant. 5,16). Distingue, pues, la oración en 4 especies, a saber, en
súplicas, oraciones, rogativas, acciones de gracias, de las que las 3 primeras pertenecen a la
impetración de los beneficios y la última a los beneficios recibidos.

Tres cosas necesarias para alcanzar beneficios:

l que el que pide señale la causa por la que debe concedérsele;

2 que muestre que la causa es racional;

3 concluya la petición.

Y como hacen los retóricos, así también debemos hacer nosotros cuando oramos. Pensar
primero la causa por la que debe concedérsenos, que no son nuestros méritos, sino la
misericordia divina. "Te presentamos nuestros ruegos, confiando, no en nuestra justicia,
sino en tu grandísima misericordia" (Daniel 9,18). Y para esto es la súplica, que es una
atestación por las cosas sagradas, como: por tu cruz y pasión, líbranos, Señor. Pensada esta
causa, es necesario meditemos que esta cosa sagrada es causa de la salud; por tanto, es
indispensable la oración, que es una subida de la mente a Dios. "Mas mi oración sube a Ti,
Señor". Y dícese oración, como si dijéramos oris ratio: razón de la boca; pues las
persuasiones de los retóricos dícense oraciones porque persuaden. Mas de otra manera
entiéndese ahí que para con Dios; pues no pretendemos doblegar la voluntad de Dios,
siempre dispuesto a lo bueno, sino que nuestro corazón esté en la oración elevado a Dios.

Tercero, las rogativas. "Pero pida con fe, sin sombra de duda" (Sant. 1,6). Asimismo el
hacimiento de gracias por los dones recibidos. "Mas en todo presentad a Dios vuestras
peticiones por medio de la oración y de las plegarias, acompañadas de hacimiento de
gracias" (Ph. 4,6). De donde este modo de orar en la 1glesia de Dios: Omnipotente y
sempiterno Dios -he aquí la subida de la mente, que es la oración-, que concediste a tu
1glesia tal beneficio -he aquí el hacimiento de gracias-; concédenos, te pedimos -he aquí la
rogativa-, por Nuestro Señor -he aquí la súplica.

De modo semejante en la Misa está la súplica hasta la consagración del Cuerpo y de la


Sangre, porque en ellos se conmemoran las cosas sagradas, de donde resulta la confianza de
alcanzar lo pedido. En el misterio de la consagración está la oración, porque es la
meditación de lo que Cristo hizo. En las otras partes hasta la comunión está la rogativa por
los vivos y los muertos y por sí; y al fin la acción de gracias. O estas 4 especies de oración
se refieren a 4 cosas que queremos obtener de manera que la súplica se encamine a alcanzar
lo dificultoso, como la conversión de los impíos, la oración para implorar por los ya
convertidos la gracia de aprovechar; la rogativa para que a proporción de sus méritos se les
dé el premio, y el nacimiento de gracias para pagar con el agradecimiento los beneficios
recibidos.

-"Por todos", quiere decir por quiénes hay que orar.

-"a fin de que tengamos una vida quieta", señala el fruto de la oración. Hay que orar "por
todos los hombres", porque la oración es la intérprete de nuestro deseo; ya que orando
pedimos lo que deseamos. Ahora bien la caridad demanda que deseemos el bien a todos
cuantos engloba en sí. "Orad los unos por los otros para que seáis salvos" (Santiago 5,16).
Mas ¿por quiénes especialmente?

-"por los reyes". "Rogad por la vida de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y por la vida de
Baltasar, su hijo" (Baruc 1,2). Y el Apóstol dice: "toda persona esté sujeta a las potestades"
(Rm 13 1). "Estad sumisos a toda humana criatura, y esto por respeto a Dios: ya sea al rey,
puesto que está sobre todos; ya a los gobernadores, como puestos por él" (1P ,2,13); porque
es conveniente que los subditos hagan la costa de sus oficios en provecho de sus señores,
no sin que por eso procuremos nuestro provecho y utilidad; porque en la paz suya está la
nuestra. De donde dice: "a fin de que tengamos una vida quieta y tranquila". Sobre estos 2
pilares estriba la paz del mundo. Porque la 1glesia tiene su propia paz, de que al mundo no
cabe parte, pues no hay paz para los impíos.

Pero hay una cierta paz común a entrambos, y de ésta necesita la 1glesia. "Procurad la paz
de la ciudad a donde os trasladé" (Jr 29,7). La paz terrena algunas veces se ve perturbada de
fuera, otras de dentro: "Combates por de fuera, por dentro temores" (2Co 7,5).
-"a fin de que tengamos una vida quieta y tranquila". Y aunque la paz terrena sea común a
buenos y a malos, de muy distinta guisa se aprovechan de ella; pues los malos la empleaban
entonces para dar culto al demonio, atribuyendo erradamente a los falsos dioses esa
prosperidad y haciéndola instrumento de su lascivia, ya que en tiempo de paz abundaban
los vicios carnales.

"Viviendo sumamente combatidos de su ignorancia, a un sinnúmero de muy grandes males


les dan el nombre de paz" (Sg 14,22). Los santos, por el contrario, sírvense de ella para el
culto del verdadero Dios y el ejercicio de la castidad. Por eso dice: "en el ejercicio de toda
piedad y honestidad". "Vivamos sobria, justa y religiosamente en este siglo" (Tito 2,12).

-"porque ésta es una cosa buena". Pone la razón de la oración y prueba cierto propósito:
"porque uno es Dios". También señala la razón por la especie de obra y por parte de Dios:
agradable. Da pues la razón por la especie de obra; porque, cuando una cosa es buena en sí,
debemos hacerla; mas de esta especie es orar por otros, porque es un acto de caridad; por
eso dice: "esta es una cosa buena"; "porque es bueno delante de tus santos" (Ps 51,2).
También de parte de

Dios, porque "es agradable a los ojos de Dios". "Entonces aceptarás el sacrificio" (Ps L,21).
Lo cual no sería si no fuese ofrecido en caridad. Y dice Salvador, porque sólo Dios salva.
"No hay otro Salvador que Yo" (Is 43,1 1). Y prueba que sea una cosa agradable, porque
dice: "el cual quiere que todos los h. se salven"; y Pedro 2,3,9: "no quiere que ninguno
perezca, sino que todos se conviertan a penitencia".

Pero al contrario: todo lo que quiso hizo; luego a todos salva. Mas si opones que no, porque
el hombre no quiere, parece disonante que el Todopoderoso se vea impedido por la
voluntad de un ser no todopoderoso. Respondo: pónese algunas veces el querer por la
voluntad de beneplácito, otras por la voluntad de signo. Con voluntad de signo quiere salvar
a todos, porque a todos propuso para salvarse mandamientos, consejos y remedios. Lo de la
voluntad de beneplácito puede exponerse de 4 modos:

1º que sea una locución causal, como cuando se dice que Dios hace algo porque hace que
otros lo hagan, como en Rm 8,26: "el mismo Espíritu hace nuestras peticiones", es decir,
hace que pidamos. Así quiere pues Dios, porque hace que sus santos quieran que todos se
salven; pues este querer deben tenerlo los santos, que no saben quiénes están predestinados
y quiénes no;

2° que sea una distribución acomodada, esto es, todos los que se salvarán, porque nadie se
salva sino por su voluntad (de El); así como en una escuela el maestro enseña a todos los
niños de esta ciudad, porque nadie es enseñado sino por él;

3º que sea una distribución según los géneros de cada uno, no según cada uno de los
géneros, es decir, no excluye de la salvación ningún género o raza de hombres; porque
antiguamente a sólo los judíos, ahora a todos se ofrece. Y esto está más de acuerdo con Ja
intención del Apóstol;
4º que se entienda, según Damasceno, de la voluntad antecedente, no de la consecuente;
porque, aunque en la voluntad divina no haya primero ni postrero, antes ni después, dícese
con todo antecedente y consecuente.

Asimismo, según el orden de las cosas queridas, puede considerarse la voluntad en


universal o absolutamente, y según algunas circunstancias y en particular. Y primero es la
consideración absoluta y de manera universal que en particular y comparada. Por eso la
voluntad absoluta es como antecedente, y la voluntad de alguna cosa en particular como
consecuente.

Por ejemplo, el mercader que quiere absolutamente salvar todas sus mercancías, y esto con
voluntad antecedente; mas si considera su salvación, no quiere salvarlas todas en
comparación de otras cosas, a saber, si caso que las salvara se siguiese el naufragio. Y esta
voluntad es consecuente. Así en Dios la salvación de todos los hombres en sí considerada
tiene razón para ser querida; y el Apóstol así habla aquí, y así su voluntad es antecedente.
Mas si se considera el bien de la justicia y el castigo de los pecados, entonces ya no quiere;
y ésta es la voluntad consecuente. Añade: "y vengan en conocimiento de la verdad"; porque
no hay salvación sino por el conocimiento de la verdad. "Conoceréis la verdad, y la verdad
os hará ubres" (Jn 8,32).

Luego, cuando dice: Uno, prueba lo que había dicho por razón y da 3 pruebas: una de parte
de Dios, otra de parte del hombre Cristo, y 3a. de parte de los testigos de Cristo. Dice, por
tanto, que Dios quiere que todos se salven. Claro es, porque uno es Dios de todos, que salva.
"¿Es por ventura Dios de los judíos solamente? ¿No es también Dios de los gentiles? Sí por
cierto, de los gentiles también; porque uno es realmente el Dios que justifica" (Rm 3,29).
Pónese entonces la razón de parte del hombre Cristo: "y uno también el Mediador"; donde
prueba el intento y da una señal: "que se dio a Sí mismo en rescate por todos".

Dice pues: el Hombre Cristo Jesús es Mediador de Dios y los hombres, no cualesquiera,
sino entre Dios y todos los hombres; y esto no fuera así si no quisiese salvarlos a todos. Y
puede decirse que Cristo mediador es semejante a los dos extremos, a saber, a Dios y al
hombre en cuanto Dios y en cuanto hombre, porque el medio debe participar de los dos
extremos, y éstos son el hombre y Dios. Mas como el medio es distinto de ambos extremos,
y el Hijo no es un Dios distinto del Padre, mejor es decir que es mediador cuanto hombre;
pues así comunica con ambos extremos. Porque en Dios hay 2 cosas: a saber, la justicia y la
inmortalidad; y en los hombres la injusticia y la mortalidad.

Los medios pues son 2: uno en que está la justicia y la inmortalidad; otro en que la
injusticia y la mortalidad; y ambos son medio, pero uno conviene a Cristo, otro al demonio;
por eso el demonio es el medio que establece la división, porque por su injusticia nos aparta
de la divina justicia; pero Cristo es el medio que nos júnta, porque es justo y mortal y por
su muerte nos coaduna con la justicia de Dios. "El mismo es la víctima de propiciación por
nuestros pecados" (Jn 2,2), para algunos eficazmente, mas por todos suficientemente,
porque el precio de su Sangre es suficiente para la salvación de todos, mas no tiene eficacia,
por el estorbo que ponen, sino en los elegidos.
LECTIO 2: Ad 1 Timotheum 2,6-10
Cómo han de vestir y adornarse las mujeres; los varones cuando oren levanten al cielo
puras las manos.

6. Cuius testimonium temporibus suis confirmatum est;7. 1n quo positus sum ego
praedicator et Apostolus (veritatem dico, non mentior), doctor Gentium in fide et veritate;8.
Voló ergo viros orare in omni loco, levantes puras manus, sine ira et disceptatione.9.
Similiter et mulieres in habitu ornato, cum verecundia et sobrietate ornantes se, non in tortis
crinibus, aut auro, aut margaritis, vel veste pretiosa;10. Sed quod decet mulieres
piomitientes pietatem per opera bona.

Dijo en el capítulo anterior que Dios quiere salvar a todos, y lo probó de parte de Dios, que
de todos es el único Dios, y de parte de Cristo, que es el único mediador; prueba ahora lo
mismo de parte del testimonio, trayendo otros testigos y dando él propio su testimonio: "del
cuaí yo estoy constituido predicador".

Dice pues: se entregó por todos:. Mas ¿por ventura de repente ocurrióseie a Dios querer
salvar a todo el mundo, habiéndose propuesto salvar a sólo los judíos? Descartado esto,
dice: "para testimonio dado a su tiempo". Como si dijera: esta ley no nace ahora, mas ya
viene de antiguo, abonada por la Ley y los profetas. "Vosotros sois mis testigos" (Is 44,8).
"DeJ mismo testifican todos los profetas" (Ac X,43). Y este testimonio

-"fue confirmado" con el cumplimiento y ostensión de los milagros y predicación de los


apóstoles; "a su tiempo", en que estaba predeterminado que fuera; o en tiempos
determinados fue confirmado el testimonio de los apóstoles. "Seréis mis testigos en
Jerusalén y en toda Judea y Samaría y hasta el cabo del mundo" (Ac 1,8).

-"del cual yo estoy constituido". Hace su deposición, mostrando su oficio, y de su oficio el


uso: la verdad. Dice pues: del cual, a saber del oficio de testificar, he sido constituido por
Dios. "Os he puesto para que vayáis y deis fruto y vuestro fruto permanezca" (Jn 15,16).

-"predicador"; porque para esto me puso, para predicar. "Id por todo el mundo y predicad el
Evangelio a toda creatura" (Marcos 16,15). Mas en toda cosa artificial intervienen 2
elementos: unos que ejecutan la obra-, otros que disponen de otras personas, como los
arquitectos. Pero en los oficios o ministerios de la 1glesia los que disponen son los
apóstoles; por eso dice: Apóstol, como con autoridad. "Vosotros sois el sello de mi
apostolado en el Señor" (1Co 9,2). El uso del oficio es predicar la verdad, y éste es el oficio
de los predicadores: predicar la verdad (Pr 8; Efesios 4). Pero no hay doctrina que no
contenga alguna verdad, y lo que la hace condenable es mezclar a la verdad la falsedad. Por
eso dice:

-"digo la verdad, no miento". Y éste es el uso que dice con mi oficio de doctor de las
Gentes: predicar la verdad desnuda, sin mentiras. El doctor engendra la ciencia en el alma
del discípulo; pero la ciencia no estriba en la falsedad; de donde quien enseña la falsedad no
es doctor. Mas al contrario: "no queráis llamaros maestros" (Mateo 23,8). Respondo: no
prohibe el ministerio de la doctrina, sino la ambición del oficio. "Es un instrumento elegido
por Mí para llevar mi nombre" (Ac 9,15). "Te he puesto para luz de las gentes" (Is 49,6); y
debo enseñarlas "en la fe y la verdad", porque debe enseñar la fe y las buenas costumbres.
Y dice en la fe, esto es, de lo que toca al estado presente, en que vivimos según la fe, y en la
verdad cuanto al estado de la gloria.

-"Quiero". Desciende a las clases o grados especiales de hombres y amonesta, lo. a los
varones acerca de la oración; 2o. a las mujeres. Dice pues: quiero. 3 cosas exige de los
varones para orar: que la oración sea asidua, pura, quieta. Asidua, es decir, en todo tiempo
y lugar. Y dice: quiero, porque es cosa buena que el hombre ore, y yo, doctor, "quiero que
los hombres oren en todo lugar", no sólo en Jerusalén, como los judíos, o en el monte
Sarizim, como los samaritanos. En todo lugar, espiritual y mentalmente, puede el hombre
orar. "Le adorarán todos los hombres, cada uno en su nación, y todas las islas de las gentes"
(Sof. 2,2).

Mas ¿cómo el Señor reprende a los fariseos que oran de pie en las esquinas? Respondo: la
oración mental puede hacerse en cualquier parte, mas no en todo lugar manifestarla
exteriormente, no sea que por esta apariencia singular dé o pueda dar lugar a la vanagloria.
Pero entonces ¿para qué se hicieron las iglesias? No porque para orar sean de entera
necesidad, mas para comodidad, porque la oración exige soledad y quietud.

Pura también. Por eso dice: "levantando puras las manos". Lo que hacemos exteriormente
orando -dice San Agustín- lo hacemos para interiormente despertar nuestro afecto. Pues las
genuflexiones, por ejemplo, no son de por sí agradables a Dios, sino porque por ellas, como
demostraciones de humildad, interiormente el hombre se humilla; así como la elevación de
manos significa la elevación del corazón. "Levantemos al cielo, hacia el Señor, júnto con
las manos, nuestros corazones" (Tren. 3,41).

-"alzando", esto es, orando con devoción del corazón. "Si tú recurres solícito a Dios, y
humilde ruegas al

Todopoderoso, si procedes con inocencia y rectitud, al punto volverá a ti los olos y


restituirá la paz y felicidad a la morada de tu inocencia" (Jb 8,5).

Asimismo quieta; por eso dice: "exentos de todo encono y disensión", porque la ira, con el
cuidado de inferir un daño al prójimo, inquieta y turba el ánimo. "Un hombre conserva
encono contra otro hombre y ¿pide a Dios la salud?" (Eccli. 28,3). Exentos también de
disensión, que puede entenderse de 2 maneras: una según la Glosa, que no disputemos
contra Dios, incrédulos a sus palabras, y murmurando contra su ordenación. "¿Quién eres tú,
oh hombre, para reconvenir a Dios?" (Rm 9,20). Ofra, contra el prójimo, para no romper la
paz con él, como se hace por los altercados, porque la paz es necesaria al que ora. "Si dos
de vosotros se unieren entre sí sobre la tierra para pedir algo, sea lo que fuere, les será
otorgado por mi Padre" (Mateo 18,20).

-"asimismo las mujeres". Pénelas en orden cuanto a la oración y cuanto a la doctrina: "las
mujeres en silencio". Todos los requisitos que para el hombre que ora son menester también
para la mujer; por eso dice: "asimismo las mujeres", como si dijera: guarden todo lo
susodicho. Pero añade 2 cosas: "en traje decente, ataviándose con recato"; y la razón es que,
siendo las mujeres de cuerpo más muelle, natural cosa es tengan más flaca razón; y es
propio de la razón ordenar los actos y efectos de cada cosa. Ahora bien el ornato consiste en
la debida ordenación y disposición. Así en el aderezo interior, si no va todo ordenado con
una racional disposición, carece de belleza espiritual. Y porque las mujeres son menguadas
de entendimiento acógense al ornamento. Lo mismo de una acción torpe se sigue la
vergüenza, y por eso es laudable en los que de ligero suelen deslizarse a torpezas, como los
jóvenes y las mujeres, no así los ancianos y perfectos; y esto es lo que en ellos se alaba:
"Gracia es sobre gracia la mujer santa y vergonzosa" (Eccli. 26,1.9). Demanda también
modestia:

-"y con modestia" o sobriedad; porque, como las mujeres son flacas de entendimiento, y la
sobriedad conserva en su vigor la razón, por eso es mayormente reprensible la embriaguez
en ellas. De donde antiguamente, entre los romanos, no les daban vino.

-"no con los cabellos rizados ni con oro". Expone lo que había dicho del adorno y de la
vergüenza. -"sino como corresponde". Lo que dije del traje adornado, no lo entiendo del
exterior, porque "no con cabellos rizados", esto es, no con la cabeza adornada o con todo el
cuerpo. Mas lo que con mayor solicitud adornan las mujeres es la cabeza, cosa natural en
ellas, como se dice en 1Co XI. Por eso llevan en ella toda una jarcia de aderezos.

Pero en la cabeza hay 2 velos: uno natural, los cabellos; otro artificial, y con ambos se
adornan, porque rizan los cabellos. Por eso dice: no enrizados, esto es, encrespados (Is
3,24). Prohibe también los artificiales cuando dice: "ni con oro o con perlas"; o, como dice
San Pedro 1,3,3: "el adorno de las cuales no ha de ser por de fuera con los rizos del cabello,
ni con dijes de oro, ni gala de vestidos". O no con los cabellos rizados y oro, esto es, sin
tener los cabellos rizados, retorcidos con oro o con perlas. Y cuanto a todo el cuerpo dice: o
costosos adornos; porque esto lo condena aquí el Apóstol e Is en su capítulo 3.

Mas ¿acaso es esto pecado? Respondo: según San Agustín, en el atavío mujeril hay que
considerar el simple ornato o el afeitado y compuesto. En el sencillo adorno en vestido,
aderezos de oro o de otro metal, puede haber pecado: a) si se usa con mala intención, de
ostentación, por ejemplo, encendimiento de la concupiscencia o vanagloria; como la ramera
"apercibida con sus atavíos para cazar almas" (Pr 7,10);

b) si es contra la costumbre del país, de diferente manera; porque, si excede el modo


acostumbrado, atribuyase a ligereza;

c) si sobrepasa la condición de su estado. Mas no es pecado si se tiene recta intención, se


guarda la usanza patria y se ajusta uno a la condición de su estado.

El afeitado en cambio siempre es pecado; pues a las mujeres no les está permitido
aderezarse de galas y adornos sino para agradar a sus maridos, y los maridos no quieren se
les dé gato por liebre de suerte que con los jalbegues y afeites sus mujeres parezcan otras de
lo que son.

No se use pues tal ornato, "sino el que corresponde a mujeres que hacen profesión de
piedad"; porque las obras exteriores del hombre son como una cierta profesión del hombre
interior, así como los religiosos para eso llevan el hábito, y también los clérigos. De donde,
si no concuerda con lo interior lo exterior, es fingimiento. Dígase lo mismo de otras obras
interiores; porque infernamente debemos fomentar la piedad, esto es, rendir culto a Dios,
mas por fuera profesar y ejecutar, por las buenas obras, lo que concuerda con la piedad; e
igualmente tener adentro lo que mostramos por fuera. -O digamos que deben adornarse, no
exteriormente, sino según lo que corresponde a las que hacen profesión, esto es, que deben
profesar piedad por las buenas obras. "El modo de vestir, de reír y de andar, dicen del
hombre lo que es" (Eccli. 19,27).

LECTIO 3: Ad 1 Timotheum 2,11-15


Que la mujer aprenda a sujetarse y a estar callada, no a enseñar ni a dominar al varón;
porque esto es lo que más a pelo les viene a las mujeres por la naturaleza de ia creación.

11. Mulier in silentio discat cum omni subiectione.12. Docere autem mulieri non permuto,
ñeque dominan in virum, sed esse in silentio.13. Adam etiim primus formatus est, deinde
Eva.14. Et Adam non est seductus, mulier autem seducta in praevaricatione fuit.15.
Salvabitur autem per filiorum generationem, si permanserit in fide, et dilectione, et
sanctijicalione, et cum sobrietate.

Arriba puso en orden el Apóstol a las mujeres en lo tocante a la oración, aquí en lo


concerniente a la doctrina y a la razón de su ordenación: "ya que Adán fue formado el
primero". Responde a una tácita pregunta: "verdad es que se salvará". Muestra también qué
conviene a las mujeres y qué no dice con ellas: enseñar. Tres cosas les vienen muy a cuento:
el silencio, la disciplina, la sujeción, y todas 3 proceden de una raíz, a saber, de su
menguada razón. Les prescribe el silencio diciendo: "las mujeres escuchen en silencio";
"las mujeres callen en las iglesias, porque no Jes está permitido hablar ahí" (1Co 14,34),
llevando, como llevan, sus palabras fuego. "Su conversación quema como fuego" (Eccli.
9,2).

2o. que aprendan; que es propio de los que son cortos de entendederas aprender. "Si desean
instruirse en algún punto, pregúntenselo cuando estén en casa a sus mandos" (1Co 14,35).
A éstos se permite enseñar.

3o. ordénales estar sujetas, porque es natural que el alma señoree al cuerpo, y la razón a las
fuerzas inferiores. Por tanto, como enseña el Filósofo, cuando dos cosas se han entre sí
como el alma al cuerpo, y la razón a la sensualidad, natural es que a quien sobra
inteligencia corresponda la tenencia del mando y el señorío, y aquél tiene el principado, el
otro está a su mandado, por ser de razón menguado. "Estarás bajo de la potestad de tu
marido" (Gen. 3,16).

Excluye asimismo lo que no les toca: enseñar. Pero al contrario dice Pr 31,1: "lo instruyó su
madre". Respondo: una enseñanza hay pública, y ésta no le corresponde a la mujer; por eso
dice: "en la iglesia"; otra privada, y con ésta instruye la madre a su hijo. Mas, contra esto,
"Débora instruyó al pueblo de 1srael" (Jueces 4). Respondo: esa instrucción no "fue de
propio impulso, sino por espíritu profético, y la gracia del Espíritu Santo no hace distingos
entre hombre y mujer; no obstante eso, no predicaba en público, sino aconsejaba, movida
por el Espíritu Santo..

Prohíbeseles en segundo lugar enseñorearse de sus maridos. "Si la mujer tiene el mando se
rebela contra su marido" (Eccli. 25,30). Y el Filósofo dice que el señorío de las mujeres,
como la del tirano en el reino, es la destrucción de la familia. Y así contrapuestos 2 contra 2,
repite la prohibición del primero, a saber, que no enseñe, estése callada.

-"Pues Adán". Da la razón de lo dicho, por el orden de la creación y por el orden de la culpa.
Cuanto a lo primero es de saber que en el orden de las cosas el ordenamiento es distinto
para lo imperfecto y lo perfecto; porque en un mismo ser lo imperfecto precede en tiempo y
lo perfecto en naturaleza, porque ésta tiende a la perfección; pero en seres diversos, en
tiempo y naturaleza, lo perfecto es primero, porque la naturaleza da siempre principio de lo
perfecto. Y este orden se sigue aquí, porque el varón es perfecto en la naturaleza humana, la
mujer ocasionalmente es varón (varona: virago, porque del varón fue sacada).

De donde el primer formado fue Adán, la mujer después, como cierta cosa imperfecta
originada de otra perfecta, es decir, la costilla: "que no fue el hombre formado de la hembra,
sino la hembra del hombre" (1Co 2,8). De aquí que el hombre no se dice hecho por causa
de la mujer, sino a semejanza de Dios. Mas la mujer es por el varón; por consiguiente a él
toca ir delante.

También por parte de la culpa, siendo contrario el orden de la generación al de la


corrupción, porque lo que es primero en la generación es último en la corrupción. Mas el
pecado es corrupción de la naturaleza, y por eso la generación comienza primero con Adán,
pero la corrupción con la mujer. De donde dice:

-"Adán no fue engañado" primero, porque era más fuerte, sino que el tentador empezó por
el más débil, para más fácilmente engañar al más fuerte. Y alude aquí a las palabras de
Adán; pues, habiéndolo el Señor reprendido, respondió: "la mujer que me diste por
compañera me dio". Por eso dice: "Adán no fue engañado, sino la mujer". Y el engaño o
seducción es doble, a saber, en un universal y en un particular elegible, que es la ignorancia
de la elección. Así pues el que peca es engañado por la ignorancia de la elección en un
particular elegible. Mas la mujer fue engañada por la ignorancia en universal, a saber,
cuando creyó lo que la serpiente le dijo; pero el varón no creyó tal cosa, mas fue engañado
en particular, a saber, que tenía que complacer a su mujer y debía comer con ella, y como
no tenía experiencia de la severidad divina, creyó le sería fácilmente perdonada la culpa.
Pero al contrario: la ignorancia es pena del pecado; luego la pena precedió a la culpa.
Respondo: no precedió, porque apenas habló la serpiente, Eva se altiveció, por verse de
otro con afán cuidada, y por ese engreimiento engañada fue, de donde precedió el
engreimiento, la culpa.

-"Verdad es que se salvará". Responde a cierta tácita pregunta: porque dijera alguno que si
la mujer no es por el hombre, y de ella tuvo principio el pecado, luego es nociva para el
hombre; mas si una cosa no es por otra, sino le es perjudicial, hay que quitarla; luego la
mujer no debe salvarse. Digamos pues que hay doble salvación, una temporal, que es
común a los brutos; otra eterna, que es propia del hombre. "Pero mi salud durará para
siempre" (Is Ll,6). Y ninguna ha perdido la mujer. No la temporal, pues no se ve luego
privada del sexo femenino por la generación de la proie; ni la eterna, porque según el alma
es capaz de gracia y gloria. Por tanto, cuanto a lo primero se dice: se salvará, esto es, no
será arrancada de cuajo, y esto por medio de la buena crianza de los hijos, a la cual Dios la
destinó. Cuanto a lo 2o.:

-"si persevera". Mas, pues trae a cuento la causa, ¿acaso la que no perseveró no se salvará,
diciendo el Apóstol que la mujer mejor hace si no se casa? Respondo: de un modo puede
ser locución figurativa, y así por el varón entiéndese la razón superior, la inferior por la
mujer, las buenas obras son los hijos de la razón inferior y la caridad, que concibe por el
varón, y por éstas se salvará.

Otra es la exposición litera!, de suerte que la preposición per no signifique causa sino
repugnancia. Y éste es el sentido: la mujer se salvará, aunque eche por el camino de la
generación, esto es si se casa y ya no es virgen. Y entonces per significa aumento de
salvación, como si dijera que por engendrar hijos para el culto de Dios hará más segura su
salvación. "¿Tienes hijos? Adoctrínalos y dómalos desde su niñez" (Eccli. 7,25). Con lo
cual pone 3 cosas para conseguir la salvación eterna: 1) algo para el entendimiento, la fe
que está en él, por la cual se sujeta a Cristo; de donde dice: en la fe. "Sin la fe es imposible
agradar a Dios" (Hebr. XI). Y porque la fe sin el amor no tiene ningún valor; por
consiguiente 2) cuanto al afecto luego añade: y en la caridad.

"Aun cuando tuviera toda la fe posible, de manera que trasladase de una parte a otra los
montes, no teniendo caridad, soy nada" (1Co 13,2). 3) En lo exterior pone 2 cosas contra la
lascivia (que consta de embriaguez y lujuria): la santificación, es decir, la castidad (1Th
4,3), y la sobriedad (Tito 2,12). Por eso dice: en la santificación y con sobriedad.

CAPUT 3
LECTIO 1: Ad 1 Timotheum 3,1-3
Decláranse las condiciones del obispo y del sacerdote.

1. Fidelis sermo: si quis episcopatum desiderat, bonum opus desiderat.2. Oportet enim
episcopum irreprehensibilem esse, unius uxoris virum, sobrium, ornatum, prudentem,
pudicum, hospitalem, doctorem;3. Non vinolentum, non percussorem, sed modestum, non
litigiosutn, non cupidum.

Arriba instruyó a Timoteo en lo tocante a la fe recta y al culto de Dios, aquí dale


instrucción de lo que pertenece a los oficios eclesiásticos; y primero de la institución, luego
de su ocasión o necesidad; también de lo concerniente a los obispos y diáconos. Mas, como
según Dionisio,3 órdenes hay, a saber, de los obispos, que tienen la primacía; de los
presbíteros, que iluminan; de los diáconos, que purifican, ¿por qué no hace mención de los
presbíteros? Respondo: indistintamente se dicen obispos o presbíteros; no porque no haya
distinción entre los órdenes cuanto a la cosa en sí, sino cuanto a los nombres; porque
presbítero es lo mismo que anciano, y obispo que superintendente. Y por eso los obispos y
presbíteros cuanto al nombre se llamaban ya obispos ya presbíteros.

Trata, pues, del deseo de llegar al episcopado y traza la imagen de un obispo. Adelanta la
afirmación de su institución diciendo:

-"Es una verdad muy cierta" la que diré, o la que dije, a saber:

-"que quien desea obispado". De aquí tomaron algunos ocasión de ambicionar obispados y
prelacias; mas no entienden ¡ota de lo que aquí se dice, porque el Apóstol quiere mostrar lo
que a ese oficio corresponde. Obispo es nombre griego; scopos, lo mismo que intendente,
epi, sobre; dícese pues obispo algo así como superintendente.

Dos cosas por tanto hay que considerar en el obispo: su grado superior y su acción útil al
pueblo. Porque algunos quizá le echan el ojo a lo circunstancial que lo rodea, a saber, que el
presidente es honrado y que tiene potestad. Quien por esto desea el episcopado no sabe con
qué se come. Por esta razón explica el Apóstol en qué consiste ser obispo y qué cosa desea
el que el episcopado desea, porque es un ministerio santo. No dice tiene buen deseo, sino
desea una buena obra, a saber, la utilidad del pueblo. Mas ¿por ventura es lícito desearlo?
San Agustín dice que no. La Glosa: no es decorosa apetencia la de un lugar superior, sin el
cual no puede gobernarse al pueblo, aun cuando la administración se haga con tino y decoro.
Lo mismo dice en la Ciudad de Dios, libro 19; y la razón es que nadie debe apetecer lo que
está desproporcionado y por encima de sus fuerzas; de otra suerte fuera un necio. Quien no
entiende de jugar se abstiene de pelotear (Horacio).

Pudiera desear razonablemente el episcopado aquel cuya facultad estuviese a tal cargo
proporcionada; mas para esto nadie tiene la capacidad suficiente, porque el prelado, según
el grado y la conveniencia, debe aventajar a todos en el trato y contemplación, de suerte que
en su comparación los otros sean del montón; y es grandísima soberbia presumir uno de sí
tener tal idoneidad; y, una de dos, o apetece las circunstancias, y entonces no sabe lo que
apetece, porque no consiste en esto el episcopado, o el mismo ministerio, y esto es soberbia.
Por tanto, si no es por imposición, no admitir la colación (de un ministerio tan santo, que
hasta al ángel pone espanto).

Mas si dijeres (Glosa): el estado de los obispos es de mayor perfección que el de los
religiosos; pero éste es lícito desearlo, luego... Respondo: la perfección no se halla de la
misma manera en uno y otro, porque el estado de los obispos la presupone; por tanto nadie
debe apetecerla si no la tiene. Pero el estado de los religiosos es senda; por tanto no se
requiere la perfección ya adquirida, sino la obligación de adquirirla si no se tiene; como
consta por San Juan 21,15: donde el Señor no le dice a Simón: si quieres ser perfecto,
apacienta mis ovejas; pero al ¡oven sí le dice: si quieres ser perfecto. Así es como hay que
entender por episcopado lo que quiere decir buena obra: "no como si quisierais tener
señorío sobre el clero, sino siendo verdaderamente dechados de la grey" (1P 5,3). Como si
dijera: si el episcopado deseas, esto es lo que deseas, porque es un buen ministerio.

Mas qué cualidades deba tener el obispo las señala en seguida: "es menester que el obispo
sea irreprensible". Y primero lo instruye en general, luego en especial: "que no se haya
casado sino con una sola mujer". Dice pues: digo que desea un buen ministerio, aunque no
todos son para eso si no son tales que no tengan mota. Así se dice de Zacarías que guardaba
todos los mandamientos y leyes del Señor irreprensiblemente. "Ninguno que tuviere
defecto se llegará a ofrecer víctimas al Señor ni panes a su Dios" (Lv 21,21). No por eso ha
de entenderse que absolutamente no tenga ningún pecado, porque 1 Juan 1 dice: "si
dijéremos que no tenemos pecado... " Ni decir tampoco, como algunos, que el que hubiese
pecado con pecado mortal después del bautismo ya no es idóneo, porque pocos estarían en
esas condiciones; mas lo que se pide es que sea irreprensible, esto es, no sujeto a ningún
pecado, que pudiese dar en otros asidero a la reprensión, porque es cosa indecorosa un
reprensor reprensible. (Mateo 7. 5).

-"marido de una sola mujer". Aquí viene la instrucción especial, cuanto a sí y cuanto a la
multitud: "teniendo los hijos a raya". Primero muestra qué virtudes han de adornarlo. 2o.
qué vicios no ha de tener: "no dado al vino". Ahora bien, toda virtud moral versa primero
sobre las pasiones; y en dos soportes se apoya la santidad, a saber, la castidad y la
sobriedad, porque el alma se inquieta mayormente por el deleite o los placeres carnales. Por
eso pone en primer lugar lo que se refiere a la castidad: que sea "marido de una sola
mujer".* De modo parecido en Tito 1.

Y en este punto parecen no avenirse San Agustín y San Jerónimo. Entiéndese esto, según él,
después del bautismo; porque si antes tuvo 2 mujeres, una primero y otra en pos, no se le
impide la ordenación, ya que todo lo borra el bautismo. San Agustín y San Ambrosio
sostienen lo contrario; porque ora antes, ora después, si tuvo 2, no se ordena. Y ¿acaso el
bautismo lo borra todo? Respondo: los pecados ciertamente, no así la irregularidad, en que
a veces aun sin pecado se incurre por sola la institución eclesiástica; pero el matrimonio ni
aun entre paganos es pecado. Mas ¿cuál es la causa de esta institución? ¿Por ventura no
tiene mayor traba quien enlazado está con muchas concubinas? Respondo: pero esto no es
sólo por la incontinencia, sino por la representación del sacramento, porque Cristo es el
Esposo de la 1glesia, y ésta es una. "Una es mi paloma".

-"sobrio", como en Tito 2; pues aquí enseña al obispo, que se dice superinterente, que vigile;
y la embriaguez se opone a las vigilias, como dice San Pedro 1, 5.

-"prudente", porque la prudencia es la que gobierna todas las virtudes, y al obispo lo eligen
para que gobierne a otros. (Mateo X y XXIV)

En seguida pone las virtudes que ordenan las acciones exteriores, cuanto a sí y cuanto a los
otros:

-"modesto, casto". Es modesto cuando está bien compuesto en palabras y acciones. Pues
ornato dice belleza, que consiste en la proporción. De donde, cuando obra y habla como
conviene, llena la condición de modesto (ornatus). "Hombres ricos en virtudes, solícitos del
decoro" (Eccli. 44,6). Esto se le exige al obispo, porque por lo exterior juzgamos de lo
interior. "El modo de vestir, de reír y de andar, dicen del hombre lo que es" (Eccli. 19,27).
Ya que el prelado está (como en un escaparate) a vista de los hombres, es menester que sea
modesto. Dícese de San Ambrosio que por eso no quería ordenar a unos, por contonearse
con desenvoltura y disolutamente al andar. Sucederá también que tenga que toparse alguna
vez con indecencias, bufonadas o chocarrerías, y para esto ha de resguardarse con la
castidad, para que, si oyese o viese, tenga empacho y vergüenza. Dice San Agustín: un ojo
impuro señal de corazón impuro. De la mujer casta dice el Eccli. Vil!,2 1: "la gracia de su
modestia vale más que todo el oro".

-"amante de la hospitalidad". Trata del obispo respecto de otros. Ahora bien, el obispo tiene
obligación de apacentar las ovejas; y la limosna es doble, corporal y espiritual. Luego ha de
apacentarlas espiritual y corporalmente. Y así dice: "amante de la hospitalidad", a saber, de
huéspedes y peregrinos. (2Tm 2; Hebr. 13; Job 31).

-"propio y capaz para enseñar". Y éste es el oficio propio del prelado. "Os daré pastores
según mi corazón, que os apacentarán con la ciencia y con la doctrina" (Jr 3,15).

-"no dado al vino". Quita con esto los vicios opuestos, esto es,3 cosas, que se refieren
respectivamente a la concupiscencia de la carne, a la ira, a la codicia. "No dado al vino"
dice menos de lo mucho que significa.

"No os entreguéis con exceso al vino, fomento de la lujuria" (Efesios 5,18). Como si dijera:
no goloso, no lujurioso.

-"no violento". Oportuna prohibición en pos del vino, porque los borrachos fácilmente
descargan su ira con golpes, "sino modesto", esto es, sufrido. "Vuestra modestia sea
conocida de todos" (Ph. 4,5). Cristo en su pasión no daba golpes.

-"no pleitista". "Al siervo de Dios no le conviene altercar" (2Tm 2,24). "Pero si alguno se
muestra terco, le diremos que nosotros no tenemos esa costumbre ni la 1glesia de Dios"
(1Co 9,16). Y esto porque los obispos son los sucesores de los Apóstoles, a quienes Cristo
instruyó para que anunciasen la paz. También en su pasión dijo Cristo: mi paz os dejo, mi
paz os doy.

-"no codicioso", porque le han puesto para juez y ordenador de la 1glesia y, si es codicioso,
fácilmente se desvía de la justicia. "No recibas regalos, porque deslumbran aun a ios
prudentes y pervierten las sentencias de los justos" (Éxodo 23,8). "Desde el más pequeño
hasta el más grande se han dado todos a la avaricia" (Jr 6,13).

LECTIO 2: Ad 1 Timotheum 3,4-11


Prosigue hablando de los mismos en lo que concierne a su familia privada y a la 1glesia que
les han encomendado, y dice a los diáconos cómo han de haberse consigo y con sus propias
mujeres.
4. Sed suae domui bene praepositum, filios habentem subditos cum omni castitate.5. Si quis
autem domui suae praeesse nescit, quomodo Ecclesiae Dei düigentiam habebit?6. Non
neophytum, ne in superbiam elatus, in iudicium incidat diaboli.7. Oportet autem et illum
testimonium habere bonum ab his qui joris sunt, ut non in opprobrium incidat et in laqueum
diaboli.8. Diáconos similiter púdicos, non bilingües, non multo vino deditos, non turpe
lucrum sedantes;9. Habentes mysterium fidei in conscientia pura.10. Et hi autem probentur
primum, et sic ministrent, nullum crimen habentes.11. Mulleres similiter púdicas, non
detrahentes, sobrias, fideles. ..

Arriba mostró el Apóstol cuál debe ser el obispo por lo que mira a sí, aquí por lo que mira a
los demás, a la multitud: de la familia doméstica, de la 1glesia (de los feligreses), de los
infieles. Da razón de lo primero diciendo: "pues si uno no sabe gobernar su casa, ¿cómo
cuidará de la 1glesia de Dios?" Muestra asimismo que es menester en el obispo el debido
gobierno de la familia y la buena educación de los hijos: "teniendo los hijos a raya".

Dice pues: es necesario que el obispo sepa gobernar bien su casa, esto es, su familia, para
que la rija bien. Y el buen gobierno no consiste no más en la adquisición de las riquezas -ya
que éstas, como instrumento, no son el fin de la economía- sino en la recta vida. "Pacíficos
en sus casas" (Eccli. 44). De modo especial su principal desvelo y cuidado han de ser ios
hijos; por eso hace de ellos especial mención: "teniendo sus hijos a raya"; esto es, que
ejerza su autoridad en ellos, no reblandecido de amorosa ternura, que alguna vez extiende a
los hijos. Y entre otras cosas que han de tener los hijos de los obispos, habidos antes de
haberlo sido, requiérese que sean castos; por eso añade: con toda castidad; porque su mala
vida sería un testimonio contra su padre y prelado. "Cual es el juez del pueblo, tales son sus
ministros, y cual es el gobernador de la ciudad, tales son sus habitantes" (Eccli. X,2).
"Porque los hijos nacidos de uniones ilícitas, al preguntárseles de quién son, vienen a ser
testigos que deponen contra el crimen de sus padres" (Sg 4,6). Segunda razón, porque a la
casa del obispo concurre el pueblo, por eso es necesario que sean castos. Ahí está, para
confirmarlo, el ejemplo de los impuros hijos de Helí que "dormían con las mujeres que
venían al templo a velar" (I Samuel 2,22). Por eso fue castigado por el Señor.

-"Pues si alguno... " Da la razón de lo que va diciendo; pues pudiera alguno decir: teniendo
como tiene el cuidado de todos, ¿a qué hacer mención de que rija bien la familia? Por eso
dice: "pues si uno no sabe gobernar su casa", es decir, la propia familia. "Quien es fiel en lo
poco lo será también en lo mucho" (Lc 16,10). Sucede con todo frecuentemente que
algunos que no saben arreglárselas en menudencias domésticas bien se las barajan en cosas
mayores. Mas lo que dice: no sabe, se refiere a la negligencia; porque el que descuida las
cosas pequeñas fácilmente descuida las grandes, aunque alguna vez se maneje bien en las
cosas mayores el que no hace caso de menudencias. Muestra por consiguiente cómo ha de
portarse con la multitud que concurre a la iglesia, en la cual no ha de ser novicio en la fe,
sino antiguo.

-"no neófito", esto es, recién admitido a la fe. "Es necesario pues que de éstos que han
estado en nuestra compañía se elija uno" (Ac 1,21). "Júntame 70 varones de los ancianos"
(Nb 2,16). "Porque no hacen venerable la vejez los muchos días". Pues acontece alguna vez
hallarse en algunos tal sobreabundancia de gracia y en los años mozos tal ancianidad de
costumbres, que por dispensa se les concede la promoción, como a San Ambrosio, por
inspiración divina. De donde lo que aquí dice se refiere a los que no sólo por edad, mas en
perfección, neófitos son. Y la razón de esto es porque "no caiga en la condenación del
diablo, hinchado de soberbia". Pues, cuando un recién convertido a la fe sube de categoría y
es promovido a un cargo, repútase por mejor que otros e imprescindible, de suerte que a no
ser por él no tuviese de dónde proveerse la 1glesia. Y dice: del diablo, porque él fue
condenado por el pecado de soberbia.

-"También es necesario que tenga buena reputación entre los extraños". Quiere decir cómo
ha de haberse con la muchedumbre de infieles y lo alecciona con estos documentos: lo. que
tenga buena fama. "Portaos sabiamente con aquellos que están fuera de la 1glesia" (Col 4,5).
"Llevando una vida ajustada entre los gentiles" (1P 2,12). Y esto le es necesario al prelado,
porque por su proceder se juzga el de toda la congregación. Pero al contrario 2Co 6: "en
medio de infamia y de buena fama". Respondo: la infamia nace algunas veces por culpa del
infamado, y ésta es la que aquí prohibe; otras por malicia de los detractores, y entonces
conviene tener paciencia, y de ésta habla el Apóstol en el lugar citado. Mas aquí habla del
que ha de ser elevado al episcopado, que debe llevar la infamia con que es falsamente
infamado, aunque sea bueno, en paciencia.

Señala en 2o. lugar la razón: "para que no caiga en desprecio", donde toca un doble peligro,
a saber, para que no se haga despreciable y por esto se disminuya su autoridad, y, por
consiguiente, se le quite la audacia de corregir. También para que no caiga en el lazo del
diablo, por su impaciencia en sobrellevar las injurias, que lo induzca al odio y
desesperación o cosa parecida. Y que el prelado se haga odioso a los laicos sucederá si
descuida el ejercicio de la oración y el culto divino.

"Habéis hecho nula la alianza de Leví, y por eso os he hecho despreciables y viles delante
de todos los pueblos" (Malq. 2,8).

-"De la misma suerte los diáconos" que en griego suenan lo mismo que ministros. Pues en
la primitiva 1glesia sólo había 3 órdenes, como dice Dionisio, a saber, de los obispos,
presbíteros y ministros; y no se dividían en diversos grados, sino que todos estaban en un
orden por la escasez de ministros y por ser nueva la 1glesia. Muestra pues cuáles deben ser
cuanto a su persona y cuanto a los otros. Muestra también cómo hay que examinarlos: "por
tanto, sean éstos antes probados". Cuanto a su propio cuerpo señala lo que se refiere a las
cualidades de todo él y a la refrenación de la lengua.

Dice pues: digo que los obispos deben ser castos, lo mismo losdiáconos, porque lo
contrario a la castidad hace a uno inepto para las cosas espirituales; porque el ánimo, que
los tales debieran tener elevado a esas cosas, lo hace negado redondamente para ellas.
"Purificaos vosotros los que traéis los vasos del Señor" (Is 52,2). "Tened ceñidos vuestros
lomos" (Lc 12). Muestra luego cómo han de portarse con la boca, puesta al servicio de la
locución y el gusto:

-"no dobles en sus palabras". "La lengua de un tercero ha alborotado a muchos y los ha
dispersado de un pueblo a otro" (Eccli. 28,15). El bilingüe es el que tiene 2 lenguas. No
serán tales los diáconos ministros de la paz.
-"no bebedores de mucho vino". "¿Para quién son los ayes?" "¿Para qué padre son las
desdichas? ¿Contra quién serán las riñas? ¿Para quién los precipicios? ¿Para quién las
heridas sin motivo alguno? ¿Quién irae los ojos encendidos? ¿No son éstos los dados al
vino y los que hallan sus delicias en apurar copas?" (Pr 23,29-30). "¡Ay de vosotros que
sois briosos para beber vino y hombres fuertes para embriagaros con diversos licoresi" (Is
5,22).

-"no aplicados a torpe ganancia". Muestra cómo deben haberse con las cosas exteriores;
pues no sólo se apartan de la justicia algunas veces por codicia de ganancia, sino también
de la verdad, diciendo lo que no conviene. Por eso se les prohibe el lucro temporal, por el
cual se entiende toda torpe ganancia.

-"Que traten el misterio de la fe". Esto se refiere a la afección, y los instruye cuanto a la fe,
quiere decir, no sólo la simple fe, sino la inteligencia de lo que oculta la fe; que eso suena
misterio: oculto; porque los ministros han de saber no solamente las cosas de fe que
también el pueblo entiende, mas igualmente las misterios, pues deben instruir a otros.
"Prontos siempre a dar satisfacción a cualquiera que os pida razón de la fe y esperanza en
que vivís" (1P 3,15). Asimismo demanda una conciencia pura, que la impura hace errar en
la fe; "pues el fin de los mandamientos es la caridad, que nace de un corazón puro, de una
buena conciencia y de fe no fingida" (I Timoteo 1,5).

-"Y por tanto sean antes probados", es decir, cómo hay que examinarlos; pues pudiera decir
alguno: para mí que todos son buenos, porque esto debe estar en tu haber. Mas cuanto a su
promoción hay que examinarlos a todos, y de hecho se les examina.

-"Y así entren en el ministerio, no siendo tachados de ningún delito", esto es, pecado mortal,
no venial, porque, como dice 1 Juan 1: "si dijéremos que no tenemos pecado, nos
engañamos a nosotros mismos". Ni dice los que tuvieron, sino los que tienen, es decir, los
que son notables y llevan a cuestas el crimen de infamia. De otra suerte esto sería derogar a
las llaves de la 1glesia.

-"Las mujeres (diaconisas) igualmente", que tenían en la primitiva 1glesia. Dice cómo han
de portarse con ellas los diáconos y de qué cualidades o virtudes deben estar adornadas, a
saber, de castidad, modestia, sobriedad y fidelidad. Dice pues: lo mismo que dije de los
diáconos, digo de sus mujeres, que sean castas, porque así conviene. "Gracia sobre gracia la
mujer santa y vergonzosa" (Eccli. 26,19). También modestas en su modo de hablar, "no
chismosas". "El detractor oculto es semejante a la serpiente que pica sin hacer ruido"
(Eccles X,2). Asimismo sobrias, que es el máximo ornato en las mujeres, como dijo arriba
(II,9). Otros fieles en todo, o a Dios cuanto a la verdadera fe, o a sus maridos. Mas ¿qué
culpa tiene el diácono si su mujer sale mala? Respondo: la causa de la repulsa del
ministerio no sólo es la culpa sino el impedimento que tenga alguno. Por tanto, si sus
mujeres pudiesen ser malas sin culpa de ellos, el impedimento estaría en pie, lo.: porque al
ser malas necesitan de mayor cuidado y con eso menos se aplicarían sus maridos a los
ministerios eclesiásticos. 2o.: porque las malas mafias las heredan de sus mujeres. Otro
peligro, porque sus casas las frecuentan muchos. Dijeron los herejes Catafrigas que, desde
que entre los diáconos se trata de mujeres, pueden éstas ordenarse de diaconisas. Pero es de
saber que en Derecho se les da este nombre no porque tengan ese orden, sino por algún
ministerio de la 1glesia, así como en griego se llama diácono cualquier ministro.

LECTIO 3: Ad 1 Timotheum 3,12-16


Dice que le escribió estas cosas para que, si dilatase en venir a él, sepa cómo deba portarse
en la 1glesia.

12. Diaconi sint unius uxoris viri, qui filiis suis bene praesint et suis domibus.13. Qui enim
bene ministraverint gradum bonum sibi acquirent et multam fiduciam in fide quae est in
Christo lesu.14. Haec tibi scribo, fili Timothee, sperans me venire ad te cito.15. Si autem
tardavero, ut scias quomodo oporteat te in domo Dei conversan, quae est Ecclesia Dei viví,
columna et firmamentum veritatis.16. Et manifesté magnum est pietatis sacramentum, quod
manifestatum est in carne, iustificatum est in spiritu, apparuit angelis, praedicatum est
gentibus, creditum est in mundo, assumptum est in gloria.

Arriba mostró el Apóstol qué tales deban ser los diáconos y sus mujeres, aquí cómo se han
de portar con ellas, con sus hijos y su familia. Alecciónalo y explícale la razón: "pues los
que ejercitaren bien su ministerio".

Dice pues: dije que las mujeres de los diáconos sean castas. Si por ellos sus mujeres tienen
que guardar castidad, tanto con mayor razón ellos y en tal grado que estén inmunes de todo
contacto de mujeres. Mas ya que según esto pocos fueran los ministros, concédeles que a lo
menos sean maridos de una sola mujer, porque haber tenido muchas es señal de
incontinencia y va contra la significación del Sacramento. Por eso el Señor instituyó el
matrimonio de uno con una. De donde se bendice la primera mujer, no la segunda. Le avisa
en seguida cómo ha de portarse con los hijos:

-"que gobiernen bien sus hijos", a saber dándoles una buena educación en la disciplina y
buena vida. "¿Tienes hijos? adoctrínalos" (Eccli. 7,25). Consiguientemente los exhorta a
gobernar bien toda su casa, esto es, la familia, y con mansedumbre. "No seas en tu casa
como un león, aterrando a tus domésticos y oprimiendo a tus subditos" (Eccli. 4,35). Y da
la razón: "pues los que ejercieren bien su ministerio"... Como si dijera: lo que exiges de los
obispos es cosa razonable, pues son prelados; mas ¿por qué del diácono, que es ministro?
Responde: "pues los que... ", y muestra que el buen uso de este ministerio es vía para una
mayor dignidad y vía para la vida eterna.

Cuanto a lo primero dice: "pues los que bien administrasen ejercitando el oficio de diácono,
"se granjearán un ascenso honorífico", esto es, merecen la promoción a un grado superior.
"Porque fuiste fiel en lo poco, te constituiré sobre ¡o mucho" (Mateo 25,21).

Y dice bueno, porque "quien desea obispado desea un buen ministerio". Con todo no está
en esto su fin, mas con esto reciben de Dios su recompensa. "Quiero que donde estoy Yo
ahí esté también mi servidor". (Jn 12). Por eso dice: "y mucha confianza", a saber, del
auxilio de la gracia de presente, y de gloria en lo futuro.

Y esto "en la fe", es a saber, por la fe de Cristo, "tal confianza tenemos" (I!Co 3,12).
"Viviré lleno de confianza y no temeré" (Is 12,2).

-"Esto te escribo". Da la razón de todas las antedichas moniciones y excluye: lo. la causa
conjetural; 2o. establece la verdadera: "y si tardare"; indica la razón: "que es la 1glesia".
Acerca de lo primero es de saber que pudiese Timoteo creer que desde que escribió Pablo,
ya no lo vería más; de otra manera parecería inútil avisarle por carta. Por eso dice: "esto te
escribo, hijo".

Y le llama hijo, porque le era queridísimo. "Por eso os envié a Timoteo, que es mi hijo
queridísimo". Y dice: "con la esperanza", como si no estuviese cierto. Escribo, pues,
aunque tengo esperanza, porque la esperanza puede alargarse mucho. Por eso dice: " y si
tardare", "para que sepas cómo debes portarte en la casa de Dios".

-"que es la 1glesia". Señala la razón por qué así tenga uno que portarse en ella, y la otra
doble razón de esta causa, recomendando a la misma 1glesia y su unidad: "y a todas luces".
Y recomienda la 1glesia de parte de Aquel cuya es la iglesia, y de parte de la verdad de la
misma 1glesia: columna. De parte de Aquel cuya es la 1glesia, porque es de Dios vivo.
Dícese 1glesia como si dijéramos adunación, porque en la 1glesia está la adunación de los
fieles, "a quienes llamó" (Rm 8); y se júntan para alabar a Dios, "para que ellos también en
nosotros sean uno" (Jn 17). Por eso dice: que es de Dios; y añade: vivo, para distinguirlo de
los otros dioses, a cuya honra se congregan las gentes; porque éstos son dioses muertos,
pero el Dios de la 1glesia es vivo. Así como el Padre tiene la vida en sí mismo" (Jn 5,26).
Sea pues nuestro trato y conversación en ella de tal suerte que espiritualmente vivamos. "A
tu casa, Señor, le cuadra la santidad" (Ps 92,5).

La segunda razón para recomendar la 1glesia se toma de la verdad de la misma 1glesia;


pues siendo perfección del entendimiento, natural le es al hombre el deseo de conocer la
verdad. De donde dice San Agustín que el fin del hombre es la felicidad, que no es otra
cosa que la fruición de la verdad. Esto llegaron a conocerlo los filósofos por medio de las
criaturas, aunque su conocimiento no era firme, por no tener certidumbre de la verdad, ya
porque los errrores los habían corrompido, ya porque apenas se halla entre ellos quien
concuerde con la verdad. Pero en la 1glesia hay un firme conocimiento y verdad. De donde
dice: columna. "Mi trono en una columna de nubes" (Eccli. 24,7). "columnas de oro" (Eccli.
26,23). Dícese de oro porque en sí es santa; "y apoyo", a saber, cuanto a los otros, pues no
pueden afianzarse en la verdad sino por los sacramentos de la 1glesia. "Tú una vez
convertido confirma a tus hermanos" (Lc 22). "Yo afiancé sus columnas" (Ps 74,4).
Debemos pues estar en la 1glesia, porque ella hace en Dios la unidad y da el conocimiento
de la verdad.

-"y a todas luces". Recomienda la verdad de la 1glesia, y primero a Cristo, que apareció
para la manifestación de ella. Trata también de su exaltación y recomienda a Cristo cuanto
a su doble naturaleza, divina y humana. Dice pues: "y a todas luces", porque sacramento es
lo mismo que sagrado secreto, y nada tan secreto como lo que llevamos en el corazón.
Mucho pues más secreto y sagrado lo que Dios lleva en el suyo. "Así es que las cosas de
Dios nadie las ha conocido sino el espíritu de Dios" (1Co 2,2). "Mi secreto para mí" (Is 24).
"Tú eres un Dios escondido" (Is 45). Y esto es el Verbo de Dios en el corazón del Padre.
"Rebosa mi corazón una bella palabra" (Ps 44,2); puesto que este secreto es un sacramento
de piedad, pero el secreto del hombre alguna vez es vano. "Eí Señor conoce los
pensamientos de los hombres que son vanos" (Ps 93,1 1). Así pues, en cuanto es
restaurativo del mundo, es sacramento de piedad.

Asimismo grande, porque es el verdadero Dios, cuya grandeza no tiene fin. Y este secreto,
que estaba escondido en el corazón del Padre, se hizo hombre. Por eso lo describe. También
la naturaleza humana, cuanto a la carne y cuanto al alma. "Que se ha manifestado en carne".
Así como la palabra que está escondida en el corazón se manifiesta por la palabra sensible,
del mismo modo en el corazón de Dios estaba escondido el Verbo de Dios, mas se ha
manifestado en la carne. "Y el Verbo se hizo carne". Cuanto al alma dice: "ha sido
justificado por el Espíritu Santo", y esto se explica de 2 maneras. Una, porque no se crea
que la carne primero fue concebida, lo niega diciendo que en el Espíritu, esto es, fue
concebido por obra del Espíritu Santo. Porque lo que ha nacido de Ella es por obra del
Espíritu Santo" (Mateo 1); y "lo que nacerá de Ti se llamará Hijo de Dios"; y esto porque
"el Espíritu Santo descenderá sobre Ti". O, según otra explicación, en el Espíritu Santo
humano, según San Juan 19: "entregó su espíritu". Y así se manifestó en la carne
conjúntamente con el espíritu; y digo espíritu justificado, a saber, porque es justo y sin
mácula.

-"Ha sido visto de los ángeles". Muestra su manifestación hecha primero a ellos, luego a los
hombres: "predicado a los gentiles". Habla pues de ese sacramento que se dejó ver de los
ángeles, pero excede su conocimiento. Y dícese aparecerse ¡o que puede ser visto y no visto,
a voluntad del que se aparece, pero no del vidente. Así que no se dice: se me aparece la
piedra, sino veo la piedra. Si pues el ángel tuviese en su naturaleza o potestad la capacidad
de ver al Verbo, no se dijera que el Verbo se le aparece, sino que él era visto cuando el
ángel quisiese. Por eso dice el Apóstol que apareció a los ángeles, porque no lo vieron en su
naturaleza. Y es verdad que desde el principio apareció a los ángeles cuando por su
conversión a Sí (por la prueba) los edificó; mas cuando se encarnó muchos misterios
llegaron a su noticia, que antes no habían conocido. Por eso dice Beda que en la Navidad
apareció a los ángeles una claridad que no había sido antes vista de los hombres en la
verdad. Y esto de dos maneras: lo. cuanto al ministerio de los apóstoles; 2a. cuanto al
conocimiento de los pueblos a quienes se manifestaba; ya que antiguamente a sólo los
judíos se manifestaba, pero ahora también a los Gentiles. Por eso dice: "ha sido predicado a
los Gentiles". "Id pues y enseñad a todas las gentes" (Mateo 28). "Anunciad entre las gentes
tu gloria" (Ps 95). Y esto eficazmente, porque "se creyó en el mundo". Esto pedía el Señor,
y esto es lo más admirable: la conversión de todo el mundo por hombres sencillos, pobres e
impotentes. "No hay entre vosotros muchos sabios" (1Co 1), "para que no se gloríe ningún
hombre". Manifiesta también que sola la verdad de Dios hace esto, porque "fue elevado a la
gloria", a saber, Cristo, porque, después de haberse manifestado, fue elevado a los cielos.
"Así el Señor Jesús, después de haberles hablado, fue elevado al cielo". (Marcos 16,19) "y
toda lengua confiese que el Señor Jesucristo está en la gloria de Dios Padre" (Ph 2,11).
CAPUT 4

LECTIO 1: Ad 1 Timotheum 4,1-5


Predícese la apostasía de la fe y el error de los que hipócritamente prohiben casarse y
abstenerse de manjares como malo de por sí.

1. Spiritus autern manifesté dicit quia in novissimis temporibus discedent quídam a jide,
attendentes spiritibus erroris et doctrinis daemoniorum.2. 1n hypocrisi loquentium
mendacium, et cauteriatam habentium suam conscientiam.3. Prohibentium nubere, et
abstinere a cibis quos Deus creavit ad percipiendum cum gratiarum actione fidelibus, et his
qui cognoverunt veritatem.4. Quia omnis creatura Dei bona est, et nihil reiiciendum quod
cum gratiarum actione percipitur.5. Sanctificatur enim per verbum Dei et orationem.

Arriba instruyó a Timoteo en lo tocante a la ordenación eclesiástica en las cosas espirituales;


cuanto a la enseñanza de la fe, culto de Dios y disposición de los ministerios; aquí lo
instruye en lo tocante a esa misma ordenación cuanto a las cosas exteriores: alimentos,
estados de los hombres y riquezas. Acerca del uso y dispensa de los manjares, excluye la
supersticiosa abstinencia y prefiere la piedad a una abstinencia lícita. Asimismo prenuncia
la falsa doctrina de una abstinencia ilícita y lo instruye para que esto se lo proponga a los
hermanos. También manifiesta el error y lo excluye. Otrosí prenuncia el error futuro de
parte de los engañados y de los engañadores "llenos de hipocresía". Pone por último al
anunciante (el Espíritu Santo); luego Ja falta de fe: "que en ios venideros tiempos han de
apostatar algunos de la fe"; y la causa de esa falta: "por dar oídos a espíritus falaces y a
doctrinas diabólicas, enseñadas por impostores llenos de hipocresía".

Dice pues: grande es el misterio de la piedad, o amor divino, que ha sido justificado por el
Espíritu Santo, mas por encima de este misterio predice el Espíritu Santo algo futuro;
porque a El pertenece revelar los misterios. "Os anunciará las cosas venideras" (Jn 16,13).
Así pues el Espíritu prenuncia las cosas futuras que estaban primero secretas en el corazón
del Padre. Pero antes hablaba por comparaciones o semejanzas. "Si hubiere entre vosotros
algún profeta del Señor, Yo me apareceré a él en visión o le hablaré entre sueños" (Nb
12,6). "Yo soy el que te hab!é por los profetas, haciéndoles ver muchas cosas venideras, y
por medio de los profetas me descubrí a vosotros" (Oseas 12,10). Mas en el Nuevo
Testamento "el Espíritu Santo claramente habla"; "abiertamente os manifestaré, anunciaré
las cosas del Padre" (Jn 16,25). Y prenuncia el desfallecimiento futuro de la fe. De donde
dice: "en los postreros tiempos". Dícese tiempo postrero o novísimo la última edad, porque
a nosotros nos han tocado las postrimerías de los siglos; y en estas postrimerías hay un
término tanto más al cabo del tiempo cuanto más vecino al último día. Y así como en la
1glesia primitiva, por la vecindad a Cristo y los sacramentos recientemente instituidos,
hubo una fe hervorosísima; así en los postreros tiempos, en comparación al tiempo de los
apóstoles, "apostatarán algunos de la fe", porque se darán al vicio de la carne, pero al fin
habrá mayor abundancia de errores. "júntaos todos aquí a fin de que os anuncie las cosas
que han de suceder en los postreros días" (Gen. 49,1). La causa de esta deserción es doble.
Una de parte del diablo engañador. "Mas temo que así como la serpiente engañó a Eva con
su astucia". (Cor. 1 1). Por eso dice: "dando oídos a espíritus falaces", a saber, a los
demonios, cuyo oficio es inducir al error. "Es mentiroso y padre de la mentira" (Jn 8).
Saldré y seré un espíritu mentiroso en la boca de todos sus profetas" (I Reyes 22,22). Y dice
espíritus porque el demonio mayor tiene muchos a su servicio. Mas ¿cómo les darán oídos?
¿Por ventura los verán? No, sino hablarán en ellos. Por eso añade la segunda causa, esto es,
la falsa doctrina. Y según la Glosa llama aquí falsos doctores, y no sin razón, a los
demonios. Porque así como a veces los hombres buenos se llaman ángeles, así éstos por su
consumada malicia se llaman demonios. "¿Por ventura no os elegí 12 y uno de vosotros es
un demonio?" (Jn 6). De parte de los engañadores también es doble la causa: su falsedad y
la perversidad de su conciencia. Cuanto a lo primero dice: "de los demonios", esto es, de
hombres poseídos por el demonio, y de éstos digo "que hablan mentira". "¿Y hasta cuándo
ha de durar esta imaginación en el corazón de los profetas que vaticinan la falsedad y
anuncian las ilusiones de su corazón?" (Jr 23,26). Y advertid que nadie pudiera engañar a
ninguno por una simple mentira sin velo de apariencia. Lo mismo éstos a nadie pudiesen
engañar si no arropasen su mentira con un velo o de buena intención, o de simulación o
falsa autoridad. "Nadie os engañe". "Mostrando, sí, apariencia de piedad" (l¡Tm 3,5), esto
es, una fingida piedad. Y de los demonios, digo "que tienen la conciencia cauterizada". El
cauterio es una corrupción que hace el fuego en la carne, de donde mana continuamente la
podredumbre. Lo mismo con el fuego de una perversa voluntad, de ira, de odio, de
concupiscencia, se llaga la conciencia y brota la falsa doctrina de los demonios. "Tienen
contaminada su alma y su conciencia" (Tt 1,15).

Señala luego qué falsa doctrina sea ésta y alude a la herejía de los Maniqueos, que
condenan el matrimonio, contra lo que dice San Mateo 19: "no separe el hombre lo que
Dios ha unido"; "la mujer si se casa no peca" (1Co 7). Prohiben asimismo los Maniqueos el
uso de los manjares, esto es, mandan abstenerse de ellos. Mas puede uno lícitamente
guardar la abstinencia con la intención de domar la carne, como Timoteo se abstenía de
tomar vino, o por el escándalo, como dice el Apóstol: "si lo que yo como escandaliza a mi
hermano, no comeré en mi vida carne alguna" (1Co 8,13).

También ilícitamente: de un modo por el precepto de la Ley, como si dichos preceptos


hubiesen de observarse todavía, contra lo que dice en Gálatas 2. De otro, según la herejía
Maniquea, no porque esté prohibido por la ley (que condenan), mas porque dicen que en las
carnes, huevos, vino y cosas parecidas, esto es en alguna partecilla de ellas se mixtura la
divina naturaleza, cosa imposible de pensarse en Dios. Mas no parece decir esto de los
manjares legales -porque se refiere a los últimos días- sino de los prohibidos por los
Maniqueos. Y a éstos los llama demonios porque encumbran al diablo en un pedestal más
honroso que todos los herejes, equiparándolo con el Dios bueno como principio del mundo
visible. Esta errónea doctrina la reprueba el Apóstol por la intención de Dios al crear los
alimentos y por la condición de la creatura.

Dice pues que prescriben la abstinencia, y esto contra la intención de Dios que "los creó
para tomarlos". "Ved que os he dado todas las hierbas... para que os sirvan de alimento"
(Gen. 1,29). Mas dirás: ¿por ventura las plantas por los animales, y los animales por los
hombres? Respondo que sí, aun según el Filósofo, porque lo imperfecto se ordena a lo más
perfecto. Y así como en la generación hay múltiple perfección: primero la de las plantas,
luego la de los animales, por último la humana, lo mismo en el uso de las cosas; y, por
consiguiente, para tomarlas, mas "con hacimiento de gracías saber, por habéroslo dado. Y
añade: los fieles, porque los que los toman con hacimiento de gracias son fieles; pues nadie
puede dar gracias a Dios por lo que es ilícito. Necio sería quien diese a Dios gracias de
haber fornicado, no siendo Dios obrador de maldades. Luego el que da gracias las da
porque el uso de los manjares es lícito. Y esto ciertamente lo conoce por la sola fe, y por
esta razón dice: fieles.

-"y los que han conocido la verdad". Reprueba el error por la condición de la criatura,
demostrando que es buena de su cosecha y de parte de su uso. Dice pues: "toda criatura es
buena", a saber, en su naturaleza. "Vio Dios todas las cosas que había hecho y eran en gran
manera buenas" (Gen. 1,31). También porque del buen hacedor no hay cosa que no sea
buena. Mas porque hay muchas cosas, buenas en sí, pero cuyo uso no es bueno, demuestra
que toda criatura es buena, cuanto a su naturaleza y cuanto a su uso, "puesto que se
santifica". Dice pues:

-"nada se debe desechar", a saber, por deuda con la divina ley, a no ser por otra causa:
como comer veneno, en cuanto manjar no es pecado, pero en cuanto mortífero no hay que
tomarlo. Lo mismo los otros alimentos, en cuanto tales no hay que desecharlos, sino en
cuanto son incitamento de la lascivia. Luego según la discreción de la razón y la ordenación
de la caridad no hay que rechazarlos. "No io que entra por la boca es lo que mancha al
hombre" (Mateo 15,2).

¿Por qué pues en la ley antigua estaban vedados algunos manjares? San Agustín en su libro
contra Fausto da la razón: porque en aquel estado estaba prefigurado Jesucristo, no sólo por
las palabras, mas también por las acciones. Por eso en los manjares, vestidos y sacrificios
hubo figuras del futuro estado. No están pues vedados como tales, mas por ser figuras de
cosas inmundas, por ejemplo el puerco señal es de vida inmunda. Por eso la prohibición de
su carne señal es de que en la ley de Cristo prohibida está toda inmundicia. Y es ejemplo de
San Agustín. Este nombre fatuo puede considerarse o como voz compuesta de letras, y así
es buena, o como señal y con significación de tal cosa, y así es mala y está prohibida. Así
pues todo uso de criatura por razón de sí es buenc < la razón es, porque si fuese malo, esto
no pudiera ser sino porque el diablo, después del pecado del hombre, adquirió poder sobre
ellas; porque, desde que el hombre pecó, adquirió poder sobre el hombre y sobre sus cosas;
mas por Cristo le fue quitado este poder, y esto se llama santificación. De donde todo lo
que bendecimos es exorcizado primero, y allí está la oración que arroja al diablo. Por eso
dice: "puesto que se santifica por la palabra de Dios", esto es, por Cristo, que los santifica a
todos (Jn 17) y por la oración de los fieles. "Mucho vale la oración perseverante del justo"
(Sant. 5,16).

LECTIO 2: Ad 1 Timotheum 4,6-10


Propónesele a Timoteo seguir en todo la piedad y le encarga que por oficio dé a conocer lo
sobredicho.

6. Haec proponens fratribus, bonus eris minister Christi 1esu, enutritus verbis fidei et bonae
doctrinae, quam assecutus es.7. 1neptas autem et añiles fábulas devita. Exerce autem
teipsum ad pietatem.8. Nam corporalis exercitatio ad modicum utilis est, pietas autem ad
omnia utilis est, promissionem habens vitae quae nunc est et futurae.9. Fidelis sermo et
omni acceptione dignus.10. 1n hoc enim laboramus et maledicimur quia speramus in Deum
vivum qui est salvator omnium hominum, máxime autem fidelium.

Reprobó arriba la supersticiosa abstinencia de los manjares, aquí manda a Timoteo que
proponga a los fieles la doctrina antedicha, mostrándole qué debe proponer y qué debe
evitar: las fábulas ridiculas. Debe proponer lo anterior por el oficio que le han cometido y
por su educación. Dice pues: proponiendo lo que dije arriba, a saber, que toda criatura de
Dios es buena y nada se debe desechar de lo que se toma con nacimiento de gracias, "serás
buen ministro de Jesucristo, como educado en las verdades de la fe, y de la buena doctrina,
que has aprendido"; pues Timoteo estaba constituido en el oficio ministerial de Cristo,
porque todos los que tienen por oficio predicar, regir y gobernar son constituidos ministros
de Cristo. "A nosotros pues nos ha de considerar el hombre como unos ministros de Cristo"
(1Co 4,1). Y es buen ministro aquel que sigue la intención de su señor. Así lo enseñó Cristo:
"no lo que entra por la boca mancha". Por eso este oficio requiere enseñar eso, y también la
misma educación lo requiere. "La senda por la cual comenzó el ¡oven a anclar desde el
principio, esa misma seguirá también cuando viejo" (Pr 22,6). Por eso es disonante que se
aparten de la verdad de la doctrina algunos que han sido alimentados por ella. De donde el
que se aparta de la doctrina, con la que instruye la 1glesia a sus pequeñitos, no es buen
ministro de Cristo. Por eso dice: "educado en las verdades de la fe". Porque la palabra de
Dios es un alimento espiritual con que se sustenta el alma, como el cuerpo con la comida.
"No de solo pan vive el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Mateo 4).
Esta palabra de fe instruye lo. sobre el dogma, y así dice: "educado en las verdades de la fe";
2o. sobre los mandamientos, y así añade: "y de la buena doctrina". O digamos, las verdades
de la fe, que tiene también la gente sencilla, y la buena doctrina, que tienen los maestros
espirituales.

-"Cuanto a las fábulas ridiculas, y cuentos de viejas, dales de mano". Muestra que hay que
evitarlas por eso, porque son fábulas ridiculas, sin seso, sin sentido. Pues la fábula, según el
Filósofo, es un compuesto o agregado de maravillas, inventado al principio con la intención
de inducir a los hombres a adquirir las virtudes y evitar los vicios; y la gente sencilla se
mueve más con las representaciones que con las razones. De donde en un retablo de
maravillas bien representado se deleita uno, porque en la comparación halla gusto la razón.
Y como la representación de hazañas es deleitable, así la que se hace con palabras -y en
esto consiste la fábula, a saber, en un dicho representativo que representando mueve a hacer
algo; pues ios antiguos tenían algunas fábulas acomodadas a cosas verdaderas que
ocultaban la verdad en las fábulas. Dos pues son los elementos de la fábula, a saber, que
contenga el verdadero sentido y represente algo útil; asimismo que diga bien con esa verdad.
Si pues se propone una fábula que no pueda representar una verdad, es vana; y la que no la
representa propiamente es ridicula, como las del Talmud.

-"y dedícate al ejercicio de la virtud". Excluyendo la abstinencia supersticiosa, compara


aquí la virtuosa con otras virtudes; porque es de saber que Timoteo era un hombre muy
dado a la abstinencia. Por eso le dice abajo que use de un poco de vino, y quizá para que
ande solícito de lo que toca a la misericordia, porque los que no son indulgentes consigo
frecuentemente ni con los otros lo son. Por eso lo induce a anteponer a la abstinencia la
piedad, "pues los ejercicios corporales sirven para pocas cosas"; y confirma cierto dicho:
"como que trae consigo Sa promesa11; da forma de enseñar la piedad: "ordena esto".

Dice pues: "date al ejercicio de la piedad". La piedad es la virtud por la cual con la patria y
los padres ejercitamos el oficio de la benevolencia, como la religión, por la cual damos a
Dios el culto debido. Pues la piedad dice cierta inclinación por afecto a su principio; y
principio de la generación es el padre y la patria. Por eso es necesario que el hombre para
con ellos sea benévolo. Y Padre de todos es Dios. "Pues si Yo soy vuestro Padre, ¿dónde
esiá ia honra que me corresponde?" (Mal. 1,6). Por eso el nombre de piedad derivóse al
culto de Dios, como dice San Agustín. De donde eussbeia es lo mismo que piedad. "Mira,
la verdadera sabiduría consiste en la piedad" (Jb 28,28).

Cuanto a la piedad terrena pertenece a la piedad que el hombre sea benévolo con sus
compatriotas; mas cuanto a la piedad cristiana es menester que el hombre lo sea con todos,
porque todos somos de la misma patria. Por eso la piedad se toma por la misericordia. Así
pues cuando dice: "date al ejercicio de ia piedad", puede entenderse según que se refiera al
culto de Dios o a practicar las obras.de misericordia. La Glosa dice: a la piedad, esto es, al
culto de Dios todopoderoso y a las obras de misericordia. Y dice: ejercítate, no haz, porque
ejercicio dice presteza; y esto precisamente porque el que se ejercita lo hace con más
ligereza, deleite y estabilidad. "Cultiva con esmero tu campo" (Pr 24,27).

-"Pues los ejercicios corporales sirven para pocas cosas". Al decir esto, los prefiere a la
abstinencia, y muestra para qué sirven y para qué la piedad. La ejercitación corporal del
ayuno y de otras asperezas no es buena por su naturaleza, sino penosa, y, si el hombre no
hubiese pecado, nada de esto hubiese habido; pero son bienes medicinales. Porque así como
el ruibarbo es bueno en cuanto exonera de la cólera, así también estos ejercicios corporales
en cuanto tienen a raya las concupiscencias. Luego para este intento son de poca utilidad.
"Castigo mi cuerpo y lo esclavizo" (1Co 9,27). "Haced pues morir los miembros del
hombre terreno" (Col 3,5). Por eso si el hombre hubiese vivido en un estado en que el
pecado no hubiese sido posible, no eran menester ayunos y cosas parecidas. De donde San
Crisóstomo dice: Juan, puro hombre, necesitaba de la medicina del ayuno; Cristo era Dios y
no puro hombre, por tanto no necesitaba de eso. Luego es de poca utilidad, porque sólo se
aplica a remediar la enfermedad del pecado carnal, no del espiritual; ya que alguna vez por
la abstinencia da de ojos el hombre en la ira, la vanagloria, la soberbia.

-"Al paso que la piedad... " Da a entender que es preferible a la abstinencia la piedad, y aquí
se toma en los dos sentidos, a saber, por el culto de Dios y la misericordia y "sirve para
todo", porque es para borrar todos los pecados. "El agua apaga el fuego ardiente y ia
limosna expía los pecados" (Eccli,3,33). También para fomentar lo bueno. "La limosna del
hombre la guarda Dios como un sello" (Eccli. 17,18). Granjéase asimismo una especial
misericordia de Dios. "Bienaventurados ios misericordiosos porque alcanzarán
misericordia". Para hacer notar esto hace el Señor especial mención de las obras de
misericordia. Y lo prueba añadiendo: "que trae consigo la promesa". Pues en los preceptos
del decálogo sólo uno se halla que pertenezca a la piedad, a saber, honrar al padre y a la
madre, y en ése están contenidos todos los preceptos que miren a prestar algún beneficio al
prójimo, y en este sentido es el único precepto con promesa de larga vida (Éxodo 20). Y el
Apóstol interpreta aquí la longevidad entendiéndola "de la vida presente y de la futura".

Pero entonces ¿por qué hay personas piadosas que no llegan a longevas? Respondo que,
como dice el Filósofo, estos bienes temporales en tanto son bienes en cuanto para la
felicidad son útiles. De donde si por la abundancia de lo temporal uno se viese impedido
del bien de la virtud y de la felicidad, eso no le serviría para su buena fortuna, mas para la
mala. Y la vida larga es una de las cosas temporales que en tanto es buena en cuanto ayuda
a la virtud. Algunas veces es ocasión de pecado, y por eso también algunas veces Dios se la
quita al hombre, no porque falte a su promesa sino porque da lo que es mejor. "Fue
arrebatado para que la malicia no alterase su modo de pensar" (Sg 4,1 1).

Otro asunto es por qué el Apóstol prefiere la piedad al ejercicio corporal, porque ella tiene
esperanza de vida presente y futura. Mas ¿por ventura el ejercicio corporal no tiene
esperanza? De otra suerte el ayunador no merecería la vida eterna. Respondo: cuando hay 2
virtudes y una contiene a otra, lo que de por sí es de virtud superior le toca por accidente a
la inferior; mas la virtud a la que toca de su cosecha el merecimiento de ia vida eterna es la
caridad, cuyo propio e inmediato efecto es la piedad. Por tanto, según su propia razón, llega
a merecer la vida eterna, no así la abstinencia, sino en cuanto se ordena a la caridad y a la
piedad; porque, si el que ayuna no refiere su ayuno al amor de Dios, no merece la vida
eterna.

La 3a. cuestión es porque dice aquí San Ambrosio en la Glosa: toda la suma de la disciplina
cristiana consiste en la misericordia y en la piedad, y el que la siga no perecerá, aunque por
algún desliz de la carne recibirá sin duda su buena zurra de azotes. Mas brota la duda,
porque la misericordia y la piedad inmediatamente se ordenan a la caridad, en la que está la
suma de la religión cristiana. Respondo: opinión fue de algunos, según San Agustín, que los
que se ejercitan en obras piadosas, por mucho que añadan pecados a pecados carnales, al
fin no perecerán eternamente. Y para esto es esta autoridad. Lo mismo en Mateo 24, donde
a los condenados sólo !es echa en cara su falta de misericordia. Luego la pena eterna se
debe sólo a ios inmisericordes. Pero San Agustín dice lo contrario, porque según el Apóstol:
"los que tales cosas hacen no poseerán el reino de Dios". Porque, cuantoquiera ejercitado
esté uno en las obras de misericordia, si la muerte le coge en pecado mortal, no entrará al
reino. A las objeciones opuestas hay que decir que no es misericordioso quien consigo no lo
es, según aquello del Eccli. 30,24: "apiádate de tu alma, procurando agradar a Dios"; y esto
se hace si el hombre se une a Dios por el amor; de otra suerte no es misericordioso. A lo del
Evangelio responde San Agustín que no todo el que peca es arrojado luego al infierno, pues
le queda lugar para la penitencia, sino el que finalmente muere en pecado; y la penitencia
pertenece a la misericordia.

Mas ¿por qué dice: si cometiere un desiiz... ? Respondo: habla de un desliz en materia
grave. Y el decir: no perecerá, aunque no sea de condigno, es de congruo, por cuanto el
ánimo se dispone al bien; de donde, caído el hombre, el Señor lo repara. Y esto parece ser
ío peculiar de la piedad, porque, haciendo a otros el bien, indúcelos a orar por sí, y el Señor
por las oraciones de los Santos concede alguna vez el perdón a los pecadores, por cuanto se
les alcanza la venia de los pecados y el don de la gracia, porque el hombre puede merecer
de congruo la primera gracia a otra persona; de otra suerte de nada serviría que la 1glesia
orase por los pecadores.
-"Promesa fiel" por la que se nos promete la vida futura, y esto lo demuestra por los
trabajos de los Santos, por su esperanza, por la benignidad de Dios. Dice pues: promesa, a
saber, porque la piedad tiene promesa, es fiel, como se explicó arriba. Y ¿por qué? "Que en
verdad por eso", esto es, por cuya causa, para conseguir la vida eterna, "sufrimos trabajos".
"El labrador, para recibir los frutos, es menester que trabaje primero" (2Tm 2,6). También
para que hagamos bien, aunque nos lo paguen mal. De donde dice: bendecimos y en
recompensa nos maldicen. "La paciencia perfecciona la ob^a" (Sant. 1). Y soportamos por
la esperanza de la vida, "porque esperamos en Dios vivo", que es el Salvador de la vida
presente y futura. También por el oficio de Dios, cuyo cometido es salvar. "No hay otro que
salve sino Yo" (Is 43). Y para eso se encarnó Dios y fue llamado Jesús; "porque El salvará
a su puebio de sus pecados" (Mateo 1). Y Jesús es lo mismo que salvador, porque salva,
con salud corporal, a todos; por eso dice: "de todos los hombres". También con salvación
espiritual a los buenos; por eso dice: "mayormente de los fieles".

LECTIO 3: Ad 1 Timotheum 4,11-18


Amonesta a Timoteo a ser en todo un puro dechado de virtudes y a enseñar de diferente
modo a diferentes personas.

11-12. Praecipe haec et doce. --Nemo adolescentiam tuant contemnat, sed exemplum esto
fidelium in verbo, in conversatione, in chántate, in fide, in castitate.13. Dum venio attende
lectioni, exhortationi et doclrinae.14. Noli negligere gratiam quae in te est, quae data est tibi
per prophetiam, cum impositione manuum presbyterii.15. Haec meditare, in his esto, ut
profectus tuus manifestus sit ómnibus.16. Attende enim tibi et doctrinae, insta in illis. Hoc
enim faciens, et teipsum salvum facies, et eos qui te audiunt.17. Séniorem ne increpaveris,
sed obsecra ut patrem, iuvenes ut fratres.18. Anus ut matres, iuvenculas ut sórores, in omni
castitate.

Arriba exhortó el Apóstol a Timoteo a la piedad, dale aquí forma de enseñarla; mándale que
enseñe la piedad y cómo ha de hacerse idóneo para ello: "nadie te menosprecie por tu poca
edad"; y cómo ha de dar enseñanzas diversas a diferentes clases de personas. Mas la
doctrina de la piedad consiste en 2 cosas, a saber, en lo que hay que hacer y creer. Cuanto a
lo primero, si tienen autoridad, no sólo deben instruir, sino también mandar. Por eso dice:
"esto has de enseñar". "Reprende con plena autoridad" (Tito 2,15). Cuanto a lo segundo
dice: y enseña. "Enseñad a todas las gentes".

Al decir luego: nadie, muestra cómo puede hacerse idóneo para lo susodicho, y lo. para
mandar; 2o. para enseñar: "entretanto que yo voy". Acerca de lo primero le enseña cómo ha
de cerrar la puerta al menosprecio y por qué medios: "has de ser dechado". El precepto, si
no es por la autoridad del que ordena, no es eficaz; por eso, cuando la autoridad es
despreciada, el precepto da en vacío; lo que mayormente sucede con los jóvenes, porque se
les estima menguados de prudencia. De donde, según el Filósofo, nadie elige capitanes
jóvenes. Por eso dice: nadie; como si dijera: aunque joven, las costumbres lo retraten
venerable anciano. "Y siendo de los más jóvenes, entre todos los de la tribu de Neftalí, nada
mostró de pueril en sus acciones". (Tb 1,4). Muéstrale luego cómo ha de cerrarle la puerta
al desprecio diciendo: sino has de ser... , a saber, has de portarte de tal manera que seas
dechado de hacer de obra lo que de palabra enseñas. Pero hay una múltiple diferencia de
cosas en las que el prelado es ejemplo; pues unas se ordenan al prójimo, otras a Dios y otras
a sí. En lo tocante al prójimo dice: "has de ser dechado de los fieles", esto es, que cumplas
de obra lo que mandas de palabra; "siendo dechado de la grey". Y esto en la manera de
hablar; de donde dice: en la palabra, a saber, ponderada, ordenada y circunspecta. "Vuestra
conversación sea siempre con agrado, sazonada con la sal de la discreción" (Col 4,6). "El
que habla hágalo de manera que parezca que habla Dios por su boca" (1P ,4,2). También en
el trato exterior, para que así como sobresale por el lugar que ocupa y la dignidad, así
también por la honesta conversación. "Llevando una vida ajustada entre los gentiles"
(1P ,2,12). "Vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los
cielos" (Mateo 5). Cuanto a Dios ordénase por la caridad, que perfecciona el afecto; de
donde dice: en la caridad. También por la fe, que ilumina el entendimiento; de donde dice:
en la fe, que toca especialmente a los prelados, que son custodios de la fe. De donde
especialmente ora el Señor por la fe de Pedro, diciendo: "he rogado por ti, Pedro, para que
tu fe no desfaüezca". Cuanto a sí, la castidad pone en orden la vida y la mente, porque
desdice mucho que la vida de los ministros haga desarmonía con la vida del Señor. "Como
es el juez del pueblo, así son sus ministros" (Eccli. X). Y Cristo de tal manera amó la
castidad, que quiso nacer de Madre virgen y El mismo guardó virginidad; por eso se sigue:
en castidad.

-"Entretanto que yo voy". Muéstrale cómo será idóneo para enseñar e indícale la razón del
aviso: "no malogres la gracia". Y la idoneidad para enseñar se consigue por la lección, en la
que adquiere la ciencia, y por el ejercicio, con que se hace expedito. Por eso dice:
"entretanto que voy aplícate a la lectura", a saber, de los libros santos. "Teniendo para
nuestro consuelo los libros santos". (I Mac. 12). "Escudriñad las Escrituras"

(Jn 5). Y esto es lo que se significa en Éxodo 25, donde se dice que en el Arca del Señor
siempre debían estar metidas las varas en los anillos y los anillos en los ángulos, como
siempre dispuestos a llevar el Arca. Y para el ejercicio es necesaria nuestra exhortación
cuanto a lo que hay que hacer y cuanto a lo que hay que conocer la doctrina. Por eso añade:
a la exhortación y a la enseñanza. "Os daré pastores según mi corazón, que os apacentarán
con la ciencia y con la doctrina" (Jr 3,15).

Luego al decir: no quieras, pone la razón del aviso anterior, y por causas las del don
recibido y del premio esperado: aplícate. Pone también la razón y muestra cómo puede
cumplirse lo contenido en la razón: medita estas cosas.

Dice pues: no quieras; como si dijera: más bien presta atención, porque el que recibe la
gracia no debe ser negligente con ella sino hacerla fructificar. El siervo que esconde en la
tierra el dinero es castigado por su negligencia (Mateo 25). "No malogres pues la gracia que
tienes". Entiéndase por esta gracia o la dignidad episcopal, o el don de la ciencia, o de la
profecía, o de los milagros, de las cuales ninguna debe desatenderse. "No recibáis en vano
la gracia de Dios" (2Co 6,1), digo la gracia "que se te dio en virtud de revelación", esto es,
por divina inspiración; porque en la primitiva 1glesia, en que las elecciones hacíanse
puramente y por Dios, nadie era ascendido al episcopado sino por elección divina, así como
San Ambrosio y San Nicolás. Y esta inspiración la llama aquí profecía. De donde dice la
Glosa: esto es, por elección de los Santos, porque los Santos no elegían a quien sabían que
Dios no lo había elegido. También el Apóstol preveía que éste sería provechoso al pueblo.
"En faltando la profecía -esto es, tal modo de elección- será disipado el pueblo" (Pr 29,18).
¿Y cómo?

-"con la imposición de las manos de los presbíteros". Como se dijo, los nombres de
presbítero o de obispo son promiscuos, porque sacerdotes y presbíteros, esto es, obispos,
eran los que se recibían con la imposición de las manos. "Llama a Josué e impon tu mano
sobre él" (Nb 27). También el Señor impuso su mano sobre los niños (Mateo 19) y los
Apóstoles a los 7 diáconos. Por eso a los que se ordenan de obispos les imponen las manos.
Mas se pregunta ¿por qué aquí en número singular se dice del presbítero, siendo así que al
obispo deben ordenarlo 3? Respondo: por esto se dice, porque, aunque se júnten muchos,
uno es el principal, los demás coasistentes. Con todo puede decirse que entonces esta
constitución no existía y pocos eran los obispos, que por pocos no podían júntarse. Otra
letra tiene presbíteros, esto es, se refiere a los que le impusieron las manos, no como
hombres, mas como presbíteros. Y esta imposición significa la colación de la gracia, no
porque los ministros la den, sino porque significan la que da Cristo. Y esto sólo toca a los
que son ministros de Cristo. Por eso dice del presbiterio o del presbítero, porque la
imposición de manos una es la que hacen los diáconos y otra la que los presbíteros.

-"Medita estas cosas". Muestra cómo se cumple lo que se dijo, a saber, que medite
continuamente lo que toca a su oficio; "ya que ellos velan puesto que han de dar cuenta de
vuestras almas" (Ac 13,17). "Medita pues esto", esto es, piensa con frecuencia en lo que se
refiere al cuidado de tu rebaño, "y ocúpate enteramente en ello", esto es, emplea todas tus
fuerzas en eso. ¿Y por qué? "Para que vea todo el mundo tu aprovechamiento". "Nadie
enciende una luz para ponerla en lugar escondido" (Mateo 5,15). "Sea conocida de todos
vuestra modestia" (Ph 4). Y esto debe observarlo por la recompensa que espera; por lo cual
añade: "vela sobre ti mismo y atiende a la doctrina". Algunos tanto se entregan al ministerio
de la enseñanza que se descuidan de sí; mas el Apóstol dice que primero atienda a sí y
luego a la doctrina. "Apiádate de tu alma procurando agradar a Dios" (Eccli. 30,24). Por
eso Jesús comenzó a obrar y enseñar. "Insiste en ellas", esto es, ejercítalas sin descanso, y
el fruto, que se seguirá de eso, será copioso, porque "haciendo esto te salvarás a ti y
también a los que te oyeren". Y esto es cosa grande. "Quien hace que se convierta el
pecador de su extravío salvará de ia muerte su alma" (Sant. 5,20). "Brillarán como estrellas
por toda la eternidad aquellos que hubieren enseñado a muchos la justicia" (Daniel 12,3).
De donde a los doctores se les debe el premio de la aureola.

Al decir: al anciano... muestra cómo debe acomodar su enseñanza a las diferentes clases de
personas, que distingue según ia edad y según el sexo. Dice pues: "no reprendas con
aspereza al anciano sino exhórtalo como a padre". Así dice el Lev. 19: "Honra la persona
del anciano". Por consiguiente no hay que increparlos con acritud, sino rogarles. "A los
ancianos que hay entre vosotros -dice Pedro 1, V- suplico yo también anciano". Y si Pedro
anciano esto hacía, ¿cuánto más un ¡oven? Pero al contrario Is 65: "el niño de cien años
morirá, y el pecador de cien años será maldito". Respondo: el anciano por su excesiva
malicia pierde la honra que merecen las canas y entonces hay que echárselo en cara. "A los
mozos como hermanos". De parte de las mujeres hay diferencia de edades, porque "a las
ancianas como madres", mayormente a las que no son jóvenes; y "a las ¡ovencitas como
hermanas", con amor de caridad. Porque el amor espiritual con las mujeres, si no se
procede con cautela, degenera en carnal; por tanto, en lo concerniente a las ¡ovencitas ha de
terciar la castidad; por eso la añade el Apóstol. De donde el Papa, cuando, les escribe, les
dice: amadas en Cristo; pero a los varones simplemente: queridos hijos.

CAPUT 5

LECTIO 1: Ad 1 Timotheum 5,1-6


Hay que honrar a las viudas, cuáles lo son de veras y a quiénes hay que auxiliar.

1. Viduas honor a, quae veré viduae sunt.2. Si qua autem vidua filios aut nepotes habet,
discat primum domum suam regere, et mutuam vicem reddere parentibus, hoc enim
acceptum est coram Deo.3. Quae autem veré vidua est et desolata, speret in Deum et instet
obsecrationibus et orationibus nocte et die.4. Nam quae in deliciis est vivens mortua est.5.
Et hoc praecipe, ut irreprehensibiles sint.6. Si quis autem suorum, et máxime domesticorum,
curarn non habet, fidem negavit, et est infideli deterior.

Arriba instruyó a Timoteo sobre el uso de los manjares y de la abstinencia; aquí sobre la
distribución de alimentos que se hace a las personas espirituales, a saber, los que se
repartían a las viudas y doctores. Así pues lo instruye acerca de las viudas y de los doctores
diciendo cómo la 1glesia ha de suministrarles alimentos, y a qué viudas y cuál ha de
elegirse. Dice pues: "honra a las viudas", no sólo reverenciándolas, sino proveyéndolas de
lo necesario; porque estas 2 cosas se entienden en la palabra honrar. De donde en el
precepto de honrar a los padres se entiende que habla también de socorrerlos; como si
dijera: provéelos también de lo necesario; y esto empezó en la 1glesia desde su principio.
"Se suscitó una queja de los griegos contra los hebreos, porque no se hacía caso de sus
viudas en el servicio o distribución del sustento diario" (Ac 6,1). "Aquellos eran unos
depósitos y alimentos de viudas y huérfanos" (Mac. 2,3,10). Mas ¿qué viudas? "Las que lo
son de verdad". Dícese viuda, como si dijésemos viuda de varón, esto es, dividida; porque
la verdadera viuda es aquella que no tiene otras personas a que arrimarse, y a ésta débanle
lo necesario de las limosnas de los fieles.

-"Que si alguna viuda". Expone quiénes son las verdaderas viudas y cuáles no; trata de su
institución y por qué. 1nstruyelas pues "que aprendan primero a gobernar bien su casa".
"Enseñaron a su hija a gobernar su familia" (Tb X,13). Y dice: primero, porque la viuda,
cuya manutención toma a su cargo la 1glesia, debe ser honesta y vigilante. Y esto es lo que
dice: aprenda. También debe servir a sus padres; por eso dice: "dar el retorno debido";
como si dijera: así como sus padres la alimentaron, así ella a ellos, si los tiene. Y la razón,
"pues esto es lo que a Dios agrada", que no es sólo en servicio de los hombres, sino de Dios.
Y la razón es manifiesta, porque el Señor dio de esto especial mandato y no quiso se pasara
en silencio en el Evangelio. Tambien enseña la naturaleza recompensar a los bienhechores
los beneficios recibidos; mas ¿qué bienhechores como los padres?

-"mas la que de verdad". Trata de las verdaderas viudas, mostrando quiénes lo son de
verdad y cómo hay que instruirlas: "espere en Dios". Dice pues: "mas la que
verdaderamente es viuda y desamparada", esto es, que no tiene consolación humana, a
saber, hijos o padres, y tal que no tenga otro paño de lágrimas, "ponga su esperanza en
Dios", aun cuando la sustente la 1glesia con subsidios temporales. Y debe instruírsele
primero a ejercitarse en buenas obras; segundo, a precaverse de las malas. "Hazles pues
entender". Dice pues: espere en Dios y ejercite a propósito un acto de esperanza, por la
oración y la súplica, por las que se obtiene lo que se espera. Pues la oración es una
elevación de la mente a Dios, la súplica un ruego que interpone por medianeras algunas
cosas sagradas. Por eso añade: "ejercítese en plegarias y oraciones". Y dice: "noche y día",
porque es imposible que el ánimo humano se vea libre de alguna solicitud o cuidado. Por
eso, si la viuda no tiene ya en qué ocuparse, debe siempre vacar a Dios. "Ana no salía del
templo, sirviendo en él a Dios día y noche, con ayunos y oraciones" (Lc 2,37). Judit "en lo
más alto de su casa se había hecho una vivienda separada para orar" (8,5).

-"Porque la que vive en deleites, viviendo está muerta". Explica el motivo por qué debe
siempre vacar a la oración, a saber, porque es imposible que el ánimo no se entretenga con
algún deleite. Y como el alma del que está ocioso no se ocupa en cosas útiles, por fuerza ha
de ocuparse en cosas carnales. Por eso dice que la viuda así desamparada se entregue a la
oración, porque, si esta ocupación no la embarga, se entregará a las delicias, y así muerta
estará con la muerte del pecado. "Tienes nombre de vivo, y estás muerto" (Ap 3). "El vivo
(interiormente), el vivo (exteriormente) te alabará" (Is 38). Y aunque las delicias sean para
todos los hombres ocasión de muerte, de manera especial para las mujeres, que de su
condición son muelles y delicadas. Y como las delicias enmollecen y afeminan el ánimo,
fuerza es que las mujeres se tornen mucho más muelles de lo que son. "¿Hasta cuándo
estarás estragándote en los deleites, oh hija perdida?" (Jr 3 1,22). "Cuanto se ha engreído y
regalado, dadle otro tanto de tormento y de llanto" (Ap 18,7).

-"Hazles pues entender" que deben cautelarse de lo malo. Y por eso lo dice porque lo
prohibe, mandando que las mujeres que sustenta la 1glesia sean irreprensibles, porque "a tu
casa, Señor, conviene la santidad" (Ps 92,5).

-"Que si hay quien". 1ndica la razón de lo que dice: aprenda primero, diciendo ser menester
sobre esto instruir a la viuda, porque esto es de necesidad. Por esto dice: "no mira por los
suyos", cuyo cuidado le incumbe, "mayormente si son de la familia". "Ordenó en mí el
amor" (Cant. 2). Y, como dice San Agustín, podemos querer bien a todos; pero los más
allegados han de ser más amados, porque entran en la categoría de una especie de hacienda
y posesión nuestra. San Ambrosio dice que la razón de esto es porque los que no se
avergüenzan de recibir de los suyos quizá se avergonzaran de recibir de otros.

-"negado ha la fe" por las obras, porque si no guarda fe a los que la naturaleza juntó
consigo, es consiguiente que ni a los otros. "Profesan conocer a Dios, mas con sus obras le
niegan" (Tito 1). Mas ¿acaso es esto verdad? "y es peor que un infiel". Lo contrario parece
sostener San Agustín sobre Juan XV: si no hubiese venido... Dice que allí habla del pecado
de infidelidad, que es más grave que los otros pecados, porque los pecados contra Dios
revisten mayor gravedad que los que van contra el prójimo. Respondo que el estado del fiel
a diferencia del infiel puede considerarse de 2 maneras: lo. cuanto al estado de pecado, y así
los infieles están en peor estado porque no hacen cosa agradable a Dios; 2o. cuanto a un
pecado, y entonces es al contrario; pues si fornican ambos, más peca el fiel porque hace
injuria a la fe. Y así dice que si el fiel menosprecia el cuidado de sus padres comete mayor
pecado que si esto hiciera el infiel. "Mejor les fuera no haber conocido el camino de la
justicia que, después de conocido, abandonar la Ley santa que se les había dado" (2P 2,21).

LECTIO 2: Ad 1 Timotheum 5,7-14


Señala qué viudas hay que elegir para que gobiernen a las demás y enseña a esquivar la
familiaridad con las donceilifas.

7. Vidua eligatur non minus sexaginta annorum, quae fuerit unius viri uxor.8. 1n operibus
bonis testimonium habens, si filios educavit, si hospitio recepit, si sanctorum pedes lavit, si
tribulationem patientibus subministravit, si omne opus bonum subsecuta est.9.
Adolescentiores autem viduas devita. Cuín enim luxuriatae fuerint in Christo, nubere
volunt.10. Habentes damnationem, quia primam fidem irritam jecerunt.11. Simul autem et
otiosae discunt circumire domos, non solum otiosae, sed et verbosae, et curiosae, loquentes
quae non oportet.12. Voló autem iuniores nubere, filios procreare, matres familias esse,
nullam occasionem daré adversario maledicti gratia.13. 1am enim quaedam conversae sunt
retro post Satanam.14. Si quis fidelis habet viduas, subministret Mis, ut non gravetur
Ecclesia, ut his quae veré viduae sunt sufficiat.

Mostró arriba que la 1glesia ha de sustentar a las viudas, aquí qué viudas son ésas.
Asimismo cuál hay que evitar y cuál elegir, todo fundado en 3 razones: la edad, la castidad,
el ejercicio de las buenas obras. Por razón del tiempo, porque ha de ser de 60 años. Mas ¿de
qué elección se trata? A esto puede responderse de 2 maneras: de una, porque habla de la
elección por la cual es elegida la que habrá de gobernar a las otras viudas que eran
alimentadas por la 1glesia, y tal sea la antigua que les pongan al frente que nadie sospeche
de su continencia. "De 30 años arriba hasta los 50" (Nb 4). Mas parece al contrario por lo
que hace la 1glesia eligiendo abadesas más jóvenes. Respondo que es un desorden elegir a
las muy ¡ovencitas; pero con todo la 1glesia no guarda tanta solicitud con las de clausura,
como con las que vagan de rejas afuera.

De otra manera, si habla de la elección por la que es elegida para ser sustentada con las
limosnas de la 1glesia, y elíjase entonces tal que no sea menor de 60 años; porque las
jóvenes pueden trabajar con sus manos, como el Apóstol que, aunque pudiese vivir del
Evangelio, con todo eso trabajaba; mas las vejezuelas descansan.

Otra razón para elegir una viuda es la castidad. Por eso dice: "que no haya sido casada más
de una vez". Así como en el Obispo es menester marido sea de una sola mujer, así en la
vejezuela esposa sea de un marido solo. La Glosa: esto lo dice por razón del antedicho
sacramento. Pero esta Glosa es magistral y de poco valor; pues no parece tomarse la razón
de algún sacramento, ya que las mujeres no toman a su cargo la administración de ninguno.
Mas esto lo dice por la firmeza, a saber, que tengan un propósito perseverante de guardar
viudez. Pero San Jerónimo da otra razón, a saber, que entre los Gentiles era costumbre, en
los sacrificios de los dioses, no fungir de sacerdotisa o de vestal ninguna bígama o mujer de
dos maridos. Por eso quiso el Apóstol fuesen no menos castas las que la 1glesia mantenía
con sus alimentos, "porque has amado la castidad y no has conocido otro varón" (Judit
15,2); "la cual casada desde su virginidad vivió con su marido 7 años" (Lc 2,38). Por tanto
el haber sido mujer de un solo varón es como una laudable señal de castidad.

-"cuyas buenas obras". 3a. razón para elegir la viuda el ejercicio de las buenas obras, en
general, en especial, de todo género, que "den testimonio de ella", porque las obras
exteriores son una lengua de la fe interior.

"Muéstrame tu fe sin obras, que yo te mostraré mi fe por las obras" (Sant. 2,18). Mas ¿qué
obras? lo. cuanto a los suyos "Si ha educado bien a los hijos", a saber, en el temor de Dios y
en la castidad. "¿Tienes hijos? Edúcalos" (Eccli. 8). 2o. cuanto a los otros, en 3 obras de
piedad: a) la misericordia, porque las mujeres de blando corazón son naturalmente
misericordiosas. Así pues lo. enseña la hospitalidad: "si dio hospedaje". 2o. júntamente con
ésta la humildad: "si ha lavado los pies de los santos"; pues así ha de recibirse a los santos y
darles la honra que se merecen. "Marta andaba muy afanada en disponer todo lo que era
menester" (Lc X,40). Así Jesucristo: "pues si Yo, que soy el Maestro y el Señor, os he
lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies uno al otro" ¡Juan 13). Hacen esto
entre sí los hermanos aun en la misma obra visible, y lo que no ejecutan con la mano,
tampoco con el corazón. Mas mucho mejor es ejecutarlo aun con la mano, ni ha de
desdeñarse el cristiano de hacer lo que hizo Cristo; porque, inclinado a los pies de su
hermano, despiértasele en el pecho la humildad, o, si ya tenía allí su morada, confírmase el
efecto de ella" (Glosa de San Agustín). 3o. La fortaleza y constancia, a saber, para asistir a
los afligidos. De donde dice: "si ha socorrido a los atribulados".

Y al decir: si toda obra, concluye en qué cosas ha de ser buena diciendo: "si ha practicado
toda suerte de buenas obras". "Así que mientras tenemos tiempo, hagamos bien a todos"
(Sal,6,10).

-"Viudas jóvenes no las admitas al servicio de la 1glesia", y da la razón: "pues cuando se


han regalado a costa de los bienes de Cristo". Dice pues: elíjanse viudas de tal edad, mas no
admitas las más jóvenes, esto es, a bulto y a lo que salga, no las recibas, especialmente a las
infames y disolutas, para que la 1glesia las mantenga; o esquívalas, cuanto a su familiaridad
y compañía; pues dice el Eccli. 42: "menos te dañará la malignidad del hombre", esto es,
mayor seguridad tendrás para convivir con él bajo del mismo techo, "que la mujer blanda y
complaciente"; porque, añade: "acarrea la confusión e ignominia" (14). La primera
exposición es literal.

-"pues cuando se han regalado". Señálase doble razón por el doble peligro que amenaza;
porque, si se acepta a las jóvenes para que la iglesia las mantenga, se siguen 2
inconvenientes, a saber, que se sientan suficientes y que no se les obligue a trabajar
manualmente. Y de ambas partes amenaza el peligro. De lo primero contra la castidad,
"pues cuando se han regalado". La lujuria algunas veces se entiende como superfluidad del
acto venéreo, y así es uno de los 7 vicios capitales; otras se toma por toda superfluidad de
las cosas corporales, y así se toma aquí; como si dijera: teniendo sobreabundancia: en
Cristo, esto es, por sufragio de Cristo, entonces "quieren casarse". "El pueblo todo sentóse a
comer y beber y levantáronse a divertirse" (Éxodo 32,6). Dice Valerio que de Baco y Ceres
(vino y trigo) hay vecindad con Venus. "Comerán y no se saciarán; han fornicado y no se
han cansado" (Os 4,10).

-"teniendo contra sí sentencia de condenación". Responde a una tácita pregunta: que


pudiera alguno decir: pues ¿qué mal hay en casarse? Tú mismo dices: "si se casa la mujer
no peca". Por eso dice: "son condenadas por eso, por cuanto violaron la primera fe" de la
castidad, de que hicieron voto; de otra suerte no las hubiesen recibido para alimentarlas. De
donde dice San Agustín que por el solo propósito incurre uno en condenación. Lo cual es
cierto si es para determinada cosa y consiente uno en ello. "Si hiciste algún voto, no te
dilates en cumplirlo". "Ninguno que, después de haber puesto su mano en el arado, vuelve
sus ojos atrás, es apto para el reino de Dios" (Lc 9,62).

Por lo segundo, a saber, por no trabajar, incurren 3 males: lo. la ociosidad "maestra de
muchos vicios" (Eccli. 33,29). "He aquí cuál fue la maldad de Sodoma, tu hermana: la
soberbia, la hartura, la abundancia y la ociosidad" (Ezeq. 16,49). "El que se entrega al ocio
es sumamente necio" (Pr 12,1 1). De la ociosidad se siguen estos males. El corazón de la
mujer no es firme como el del varón, y por eso se mueve a diferentes cosas. Si pues no se le
obliga a trabajar, se moverá por fuerza de aquí para allá. Por tanto es peligroso que las
mujeres estén ociosas; por eso los antiguos les daban quehacer.

Hácense también inestables cuanto al lugar, porque aprenden a andar de casa en casa. "Se
pone en acecho, ya fuera, ya en las plazas, ya en las esquinas" (Pr 7,12). Cuanto a las
palabras dice: parleras; porque, por no tener qué hacer, mucha parte del tiempo la emplean
en hablar necedades, "habladora y callejera, incapaz de sosiego" (Pr 7,2). Cuanto al corazón:
curiosas; porque, por no entender en lo suyo, se entremeten en lo ajeno, y por eso hablan de
cosas de que no deberían hablar, porque juzgan lo que hacen todos. "Su conversación
quema como fuego" (Eccli. 9).

-"Quiero pues". Muestra a qué han de aplicarse: a casarse; y da la razón: "pues algunas se
han pervertido ya para ir en pos de Satanás".

Dice pues: quiero que las jóvenes, a saber, viudas, se casen. Al contrario en 1Co 7,8:
"bueno les es si así permanecen". Luego debe mejor decir: quiero que guarden continencia.
Respondo: San Jerónimo dice que eso lo quería de principal intento, mas cada uno tiene de
Dios su propio don. Por eso añade: "más vale casarse que abrasarse". Por tanto hay que ver
en qué caso habla, porque en éste se trata de no violar la primera te y, por consiguiente, lo
que aquí dice: quiero, se entiende no de principal intento. Críen hijos, y no los maten a
ocultas por el aborto. "Verdad es se salvará por medio de la buena crianza de los hijos, si
persevera en la fe" (1Tm 2,15).

-"Sean madres de familia", para que tengan en qué ocuparse y no anden llevando chismes
de casa en casa. También quiero no den al enemigo ninguna ocasión, esto es, al diablo o al
gentil, de maledicencia, esto es, de poder maldecir las iglesias de Dios. En una palabra,
vivan de tal manera que no provoquen lo más mínimo a nadie a la lascivia; "pues ésta es la
voluntad de Dios: que obrando bien tapéis la boca a la ignorancia de los hombres necios"
(1P 2,15). Y la razón es porque algunas, después de hacer voto de castidad, se echaron para
atrás e hicieron nulo su voto. Y las tales van en pos de Satanás por imitación, porque
apostató de la compañía de los ángeles.

-"Si alguno de los fieles tiene viudas en su parentela asístalas". Muestra qué viudas han de
correr a cuenta de personas privadas y da la razón: "y no se grave a la 1glesia". Dice pues
que la que es verdaderamente viuda espere en Dios; mas ya, si alguna tiene padres o
hermanos, sea sustentada por ellos. Por eso dice: "si alguno de los fieles", porque ésta es
una obra de piedad. Y esto "para no gravar a la 1glesia con su manutención, a fin de que
haya lo suficiente para mantener a las que son verdaderamente viudas o desamparadas". Y
esto es necesario, porque entonces la 1glesia no tuvo posesiones, mas ahora las tiene
destinadas para ello. "Trabajando de día y de noche, a trueque de no gravar a nadie".(1Ts
2,9).

LECTIO 3: Ad 1 Timotheum 5,15-23


Entre muchos preceptos que inculca a los obispos más que nada hay que observar el de no
imponer rápidamente las manos a nadie, y hay que socorrer a los que trabajan por difundir
el Evangelio.

15. Qui bene praesunt presbyteri duplici honore digni habeantur, máxime qui laborant in
verbo et doctrina.16. Dicit enim Scriptura: non alligabis os bovi trituranti, et: dignus est
operarius mercede sua.17. Adversus presbyterum accusationem noli recipere, nisi sub
duobus aut tribus testibus.18. Peccantes coram ómnibus argüe ut et caeteri timorem
habeant.19. Testor coram Deo et Christto 1esu, et electis angelis eius, ut haec custodias sine
praeiudicio, nihil faciens in alteram partem declinando.20. Manus cito nemini imposueris,
ñeque communicaveris peccatis alienis. Teipsum castum custodi.21. Noli adhuc aquam
bibere, sed módico vino utere propter stomachum tuum et frequentes tuas infirmitates.22.
Quorumdam hominum peccata manifesta sunt, praecedentia ad iudicium, quorumdam
autem sequuntur.23. Similiter et jacta bona manifesta sunt, et quae aliter se habent abscondi
non possunt.

Arriba trató de cómo hay que honrar a las viudas que se mantenían a costa de la 1glesia,
aquí trata de la honra que se debe a los presbíteros; instruye a Timoteo en cómo se ha de
haber con ellos y cómo han de entenderse ciertos dichos: "de ciertos hombres". También
muestra que hay que honrar a los presbíteros y lo confirma por autoridad; finalmente por
qué razón se les debe honrar. Dice pues:

-"Los presbíteros que cumplen bien con su oficio". Presbítero suena ¡o mismo que anciano;
y así como los ancianos con la edad se acostumbraron a tener prudencia (Jb 12), así el que
es ascendido para gobernar la 1glesia debe ser prudente (Lc 12). Por eso los prelados
eclesiásticos, a saber, los obispos y sacerdotes, se llaman presbíteros. Por eso dice: que
están al frente. Mas no sólo eso, sino que lo hagan bien, a saber, para honra de Dios y no
para la propia comodidad. "¡Ay de los pastores de 1srael que se apacentaban a sí mismos"!
(Ez. 34).

También sea prudente para que oportunamente le dé a cada uno. "Lo que se busca en los
dispensadores de la palabra de Dios es que sean fieles" (1Co 4). Estos son acreedores a
doble honra, una de las cuales consiste en la administración de las cosas necesarias -como
se lee de Tobías 1,16, honrado por el rey con gajes y dádivas-; otra en la demostración de la
reverencia. "Humilla tu corazón al anciano" (Eccli. 4,7). Pero mayormente hay que tributar
esta honra a los que se la merecen por su trabajo, a saber los que trabajan en predicar la
palabra de Dios; "en donde resplandecéis como lumbreras del mundo, conservando la
palabra de vida" (Ph 2,15). "La palabra de Cristo tenga en abundancia su morada entre
vosotros, con toda sabiduría enseñándoos"

(Col 3,16). También en la doctrina, esto es, en la educación. "Os daré pastores según mi
corazón, que os apacentarán con ciencia y doctrina" (Jr 3). En Efesios 4 junta a pastores y
doctores, porque éste es el oficio del obispo.

Luego cuando dice: dice pues, lo prueba por doble autoridad, e introduce una según el
sentido místico, otra según el literal: es digno. Dice pues: "porque la Escritura dice: no
pondrás bozal al buey que trilla" (Ph. 2). En 1Co 9 prueba el Apóstol que esto hay que
entenderlo de los doctores, porque a Dios no se le da nada de los bueyes, no porque no
estén sujetos al gobierno de la Divina Providencia, sino porque Dios no cuida de cómo han
de tratar los hombres a los bueyes, que pueden servirse de ellos a su voluntad. Por tanto esa
ley no se refiere a los bueyes, sino se dice por semejanza, como si dijera: al hombre que
trabaja en el oficio de la predicación y del gobierno no le estorbes que viva de ese oficio;
pues por los bueyes se entienden los que enseñan. "Donde abundan las mieses, allí se ve
claramente la fuerza y trabajo del buey" (Pr 14,4). Por las mieses se entienden los fieles
(Mateo 9). Luego no hay que impedir a los predicadores y doctores que perciban sus gajes
o emolumentos. "Digno es el obrero de su sustento" (Mateo 7). Esta autoridad es más bien
del Antiguo Testamento, aunque no esté escrita así; ni acostumbró el Apóstol traer una
autoridad del Evangelio sino con la expresión del que la dice; mas se toma del Lev. 19,13:
"no retendrás el ¡ornal de tu jornalero hasta la mañana". Mas ¿por ventura estos gajes son
jornales? San Agustín en la Glosa dice que sí. No es con todo un artículo de comercio el
Evangelio para que por él se cumpla con el oficio de predicar. Que algunas veces se llama
¡ornal lo que le dan al hombre por premio final; y así lejos de nosotros pensar que tales
gajes sean el ¡ornal de los predicadores. Otras veces se dice jornal sólo la retribución de que
uno se hace digno trabajando. Y así se dice aquí de modo amplio ¡ornal. Por eso dice San
Agustín: recíbanlos pues...

-"Contra presbítero no admitas acusación". Trata de la corrección del presbítero, diciendo


que a los presbíteros que cumplen bien con su oficio con doblada honra hay que honrarlos,
pero a los malos leerles la cartilla. Acerca de lo cual advertir 3 cosas: a) no se admita de
ligero acusación contra ellos; b) a los culpables corregirlos en público; c) no condenar
temerariamente. Dice pues: tú, el mayor entre los presbíteros, "no admitas acusación contra
presbítero, sin la deposición de 2 o 3 testigos". Con 2 basta si son buenos. Y la razón está
en la Glosa: que no hay que acusar de ligero a una persona de tan alta categoría, que hace
las veces de Cristo. Pero esto parece no basta, porque la acusación de otros no se admite
sino por deposición de 2 o 3 testigos, con cuyo testimonio "perderá la vida el que es digno
de muerte" (Deut. 17,6). Donde hay que advertir que una cosa es recibir la acusación, y otra
condenar al acusado. Esto segundo no debe hacerlo el juez, sino cuando el reo, convicto por
la protestación de los testigos, fuese condenado, y esto entre gente vulgar; mas contra el
sacerdote no debe recibir acusación, a no ser evidente.

Luego cuando dice: "a los pecadores"... muestra cómo hay que castigarlos si se les prueba
su delito; a) que lo corrija en público; b) lo conjura a que "observe esta cosas, sin dejarse
prevenir, y sin hacer nada por inclinación ni afición particular". Dice pues: a los pecadores,
tanto presbíteros como cualesquiera otros, "has de reprenderlos delante de todos". ¿Y por
qué? "Para que los demás teman". Mas de distinta manera se procede en la corrección
fraterna y en la judicial, porque el juez hace el papel de persona pública; por tanto debe
procurar el bien común, que deja maltrecho el pecado público, porque muchos se
escandalizan. Por consiguiente el juez eclesiástico debe castigar en tal forma en público que
los otros se edifiquen; "pues sucede que los hijos de los hombres, viendo que no se
pronuncia luego contra los malos la sentencia, cometen la maldad sin temor alguno" (Ecles.
8,2). Mas "azotado el hombre impío o escandaloso, el necio será más cuerdo" (Pr 19,25).
Advierte que dice: "delante de todos". Pero al contrario Mateo 18: "si pecare contra ti tu
hermano, corrígelo entre ti y él solo". Responde San Agustín en la Glosa: distingue los
tiempos y el pecado, porque uno es oculto y el otro público. Mas el primero necesita de un
oculto remedio, esto es, ocultamente hay que corregirlo, y de éste habla el Señor. Por eso
dice: contra ti, a saber, solo, como a ocultas. Mas el Apóstol habla del pecado público, que
pena pública ha menester. Y esto se nos da a entender en los muertos que el Señor resucitó;
porque a la niña dentro de la casa, por la cual se significa el pecado oculto, de donde echó
fuera a la turba; pero al hijo de la viuda de puertas afuera, a vista de todos; con lo cual se
demuestra que el pecado público en público ha de castigarse.

Luego dice: te conjuro, porque el juez eclesiástico, al desempeñar su oficio, representa más
que nadie la persona de Dios, y por eso, para que ¡uzgue con justicia, se le ha de conjurar
en nombre de Dios; y de tal modo se haga en público la reprensión que no se menosprecie
el juicio de Dios. Donde 1nculca 3 cosas: a) la autoridad divina, porque Dios Padre juzgará
con su autoridad; por eso dice: "delante de Dios", b) También Cristo hombre como si se
presentase a juicio. "Le ha dado el poder de juzgar, porque es el Hijo del hombre" (Jn 5).
Por eso dice: y de Cristo Jesús, c) También los ángeles como ministros. "Cuando viniere el
Hijo del hombre en su majestad, y todos sus ángeles con El, entonces se sentará sobre el
trono de su majestad". (Mateo 25). Por eso añade: delante de los ángeles.

Luego cuando dice: "sin dejarte prevenir", quita de en medio el juicio temerario, diciendo:
sin prejuicio, a saber, para que no procedas temerariamente, sino con deliberación, a saber,
sin hacer nada por inclinación ni la afición particular. O sin prejuicio, esto es, sin
precedente discusión. "No hagas cosa de gravedad sin consejo" (Eccli. 33,30).

-"No pongas de ligero las manos sobre alguno".

Trata de la promoción a los sagrados órdenes, y ésta parece ser la razón de lo primero.
Porque así como no debe apresurarse a castigar, así ni a promover, esto es, conferir de
ligero los sagrados órdenes. "Sean éstos antes probados" (1Tm 3,10). "Reúneme 70 varones
de ios ancianos de 1srael, los que tú conoces que son autorizados y maestros del pueblo"
(Nb 2,16); como si dijera: los que te consta que son idóneos. ¿Y por qué? Para que "no seas
cómplice de pecados ajenos"; porque, si promueves sin orden y de esto se les sigue algún
pecado a ellos o al pueblo, se te imputará a ti. O se hace cómplice de pecados ajenos,
porque no corrige cuando puede. "Dignos son de muerte no sólo los que hacen estas cosas,
sino también los que aprueban a los que las hacen" (Rm 1,32).

-"Consérvate limpio y puro a ti mismo". Muéstrale cómo se ha de haber consigo mismo, y


esto con sobrada razón, porque acontece que alguno así se porta con otros que descuida de
sí. De donde primero lo exhorta -a la castidad, y de ahí arranca para reprimir su exagerada
abstinencia: "no prosigas en beber agua sola". Dice pues: tú que debes corregir a otros
"consérvate limpio y puro". "Castigo mi cuerpo y lo sujeto a servidumbre, no sea que,
después de predicar a otros, quede yo descalificado" (1Co 9). Porque este Timoteo era muy
dado a la abstinencia y para evitar los pecados de la carne maceraba su cuerpo. Y porque
por esta causa se puso enteramente enfermo, por eso dice: "no prosigas, después de haberte
enfermado, en beber agua sola". ¿Y por qué? Porque "cualquier sacrificio que ofrezcas ha
de esiar sazonado con la sal de la discreción". "Vuestro obsequio sea razonable" (Rm 12).
Por eso dice: "usa de un poco de vino", pero poco, no para emborracharte. "Recrea el aima
y el corazón el vino bebido moderadamente" (Eccli. 3 1,36). "Por causa de tu estómago y
de tus frecuentes enfermedades" que se te han seguido por la abstinencia; pues hay que
procurar, en lo posible, que el comenzado oficio, más que por inconsideración
disminuyendo, vaya de grado en grado adelantando. Y hay que advertir que Pablo sanaba
enfermos y resucitaba muertos, pero con todo cura a Timoteo con el consejo de la medicina;
con lo cual se nos da a entender que no siempre se valía de los milagros, sino cuando era
conveniente por causa de la fe.

Luego cuando dice: "de ciertos hombres", muestra cómo hay que entender las 2 cosas que
dijo, a saber, que nada ha de hacerse sin consejo previo cuando de condenar se trata; lo
mismo cuando de imponer las manos. Cuanto a lo primero dice: "los pecados de ciertos
hombres son notorios antes de examinarse en juicio; mas los de otros se manifiestan
después de él"; como si dijera: arriba dije "sin dejarte prevenir... " con todo debes emplear
la consideración, porque ciertos pecados son notorios y no han menester examinarse; otros
ocultos, y éstos sí. De donde en éstos bien se entiende lo del prejuicio, y no en los primeros,
porque aquéllos anteceden, éstos siguen al juicio, a saber, la manifestación por el escrutinio
que por entonces no hay que publicar. "Como en las aguas se representan los semblantes de
los que se miran en ellas, así los corazones humanos son manifiestos a los prudentes" (Pr
27,19). Dice lo segundo: "no impongas de ligero las manos", lo que hay que entender de los
que no son manifiestamente buenos, porque "así también hay buenas obras manifiestas", de
las cuales dice San Mateo 5: "vean vuestras obras y glorifiquen a vuestro Padra celestial".
Y "las que no lo son, esto es, las que no son manifiestas, no pueden estar ocultas", porque
"nada está encubierto que no se haya de descubrir, ni oculto que no se haya de saber"
(Mateo X,26), porque o en lo futuro o también aquí toda iniquidad se manifiesta. Y en estas
cosas no es fácil la imposición.
LECTIO 1: Ad 1 Timotheum 6,1-8
Que enseñe a los siervos a guardar el mayor respeto a sus amos fíeles o infieles, para que
no sea blasfemado el nombre de Cristo, y cuide no se admita doctrina contraria.

1. Quicumque sunt sub iugo servi, dóminos suos omni honore dignos arbitrentur, ne nomen
Domini et doctrina blasphemetur.2. Qui autem fideles habent dóminos non contemnant,
quia fratres sunt, sed magis serviant, quia fideles sunt et dilecti, quia beneficii participes
sunt. Haec doce et exhortare.3. Si quis aliter docet et non acquiescit sanis sermonibus
Domini nostri 1esu Christi, et ei quae secundum pietatem est doctrinae.4. Superbus est,
nihil sciens, sed languens circa quaestiones et pugnas verborum, ex quibus oriuntur invidiae,
contentiones, blasphemiae, suspiciones malae.5. Conflictationes hominum mente
corruptorum, et qui a veritaie privati sunt, existimantium quaestum esse pietatem.6. Est
autem quaestus magnus pietas cum sufficientia.7. Nihil enim intulimus in hunc mundum,
haud dubium quia nec auferre quid possumus.8. Habentes autem alimenta et quibus
tegamur, his contenti simus.

Arriba instruyó el Apóstol a Timoteo sobre el uso de los manjares y acerca de las personas
a quienes proveía de alimentos la 1glesia; aquí trata de otras personas pertenecientes al
pueblo de la 1glesia, personas de ínfima categoría y de mayor estado. Pone la instrucción
sobre los siervos y la aserción contraria: "si alguno enseña de otra manera", pero que él
evite lo contrario y guarde lo antedicho; también cómo han de portarse los siervos con sus
amos, ya fieles, ya infieles. Dice pues: "todos los que están debajo dei yugo de la
servidumbre" por su condición servil, que por semejanza se dice yugo; porque así como a
los bueyes los sujeta el yugo, para que no vayan a donde quieran, así a los siervos el amo,
para que no hagan lo que les venga en gana.

-"Han de considerar a sus amos como dignos de todo respeto", esto es, de la debida
reverencia. "Siervos, obedeced a vuestros señores temporales con temor y respeto, con
sencillo corazón, como a Cristo" (Efesios 6,5). Y la razón es: "para que el nombre del
Señor y su doctrina no sea blasfemado"; porque si los amos infieles advirtiesen que sus
siervos se rebelaban, como si la fe les inculcase la rebeldía, condenarían el nombre de
Cristo y blasfemarían nuestra doctrina. "Vosotros sois la causa de que sea blasfemado el
nombre de Dios entre los gentiles" (Rm 2,24). Así pues, los que tienen amos infieles
obedézcanlos, para que no sea blasfemado el nombre de Dios. Pero ¿y con los fieles? "no
les han de tener menor respeto" o no los desprecien; cosa que a veces sucede cuando, por
demostrarles familiaridad, los de la hez se alzan a mayores y la soberbia los lleva tras sí.
"Por 3 cosas se perturba la tierra, o más bien 4, las cuales ella no puede sufrir: por un
esclavo que llega a reinar" (Pr 30,21). Y la razón, según el Filósofo, es que los hombres, en
semejantes circunstancias, "paralogizan" o razonan al revés: porque, si se ven iguales en
algo, creen que lo son en todo, y no quieren sujetarse a otros en algo; como en las guerras
civiles, porque el pueblo no está sujeto, créense iguales a los nobles en todo. Y así pudiera
suceder que, porque los siervos se ven iguales en algo a sus señores, a saber, en la fe, se
juzguen simplemente iguales. Por eso dice: "no han de tenerles menor respeto". Y pone 3
motivos: lo. el don de la fe. Por eso dice: porque son fieles; don por cierto muy grande,
porque el justo vive por la fe. Por ella asimismo es vencido el mundo; 2o. la dignidad de la
divina elección; por eso dice: amados, a saber, de modo más excelente que las otras
criaturas, porque Dios los adopta por hijos. "Mirad qué amor nos ha tenido el Padre,
queriendo que nos llamemos hijos de Dios y lo seamos en efecto" (1Jn 3,1); 3o. el beneficio
de la gracia; por eso dice: "como partícipes de ta! beneficio", cuanto al sacramento del
Señor, ¿"el pan que partimos no es la participación del Cuerpo del Señor?" (1Co 10,16). -
"Esto has de enseñar" a los ignorantes, "y a esto has de exhortarlos", para que a sabiendas
lo cumplan.

--"Si alguno enseña de otra manera, y no abraza las saludables palabras de Nuestro Señor
Jesucristo, y la doctrina que es conforme a la piedad". Excluye la aserción contraria, con el
modo de la falsa doctrina, su raíz, la soberbia y sus efectos: las envidias, contiendas,
blasfemias... Por 3 capítulos demuestra, si quieres saber, qué doctrina es errónea. Lo sabrás
si va contra la doctrina eclesiástica. Por eso dice: "si alguno enseña de oirá manera"
diferente de como yo y los otros Apóstoles. "cualquiera que os anuncie un Evangelio
diferente deí que habéis recibido, sea anatema" (Gal. L,9). Pues la doctrina de los apóstoles
y de los profetas se dice canónica, porque es como la regla de nuestro entendimiento. Por
tanto nadie debe enseñar cosa diferente. "No añadáis a las palabras que yo os hablo, ni
quitéis nada de ellas" (Deut. 4,2; Ap 22). Cuanto a lo segundo dice: "y no abraza las
saludables palabras... "; porque el Señor Jesús vino para dar testimonio de la verdad (Jn 18);
y por eso lo envió el Padre como doctor y maestro (I Mac. 2). Por tanto va fuera de camino
el que no abraza sus palabras (I Reyes 1 5). Y dice saludables, porque en las palabras de
Cristo no hay nada corrompido, nada falso o perverso, porque son palabras de la divina
Sabiduría. "Justos son todos mis discursos; no hay en ellos cosa torcida ni perversa; son
rectos para aquellos que tienen inteligencia y fáciles para los que han hallado la ciencia" (Pr
8,8). Cuanto a lo tercero: "observa, hijo mío, los preceptos de tu padre, y no abandones la
ley o las enseñanzas de tu madre" (Pr 6,20). Por eso dice: "y la doctrina que es conforme a
la piedad". Esta piedad es por el culto que se da a Dios; "en el conocimiento de la verdad,
que es según la piedad" (Tt 1,1).

Y la raíz del error es doble, a saber, el afecto de soberbia y el defecto de inteligencia. Y


dícese la soberbia raíz de los errores de 2 maneras. Primero, porque los soberbios quieren
entrometerse en lo que no les va ni les viene; por consiguiente es fuerza que yerren y falten
(Is 16). Asimismo porque no quieren dar su brazo a torcer, sino se apoyan en su prudencia
y no quieren someterse a la Escritura Sagrada, que dice: "no estribes en íu prudencia" (Pr 3);
"donde está la humildad, ahí la sabiduría" (Pr XI). También la falta de inteligencia; donde
es de saber que, así como en el cuerpo la salud consiste en cierta igualdad de humores; así
la verdad es cierta igualdad en el entendimiento, porque la verdad es la adecuación del
objeto y el entendimiento. De donde así como el enfermo, cuando no tiene esa igualdad de
la complexión, al menor accidente contrario padece quiebra, lo mismo en el entendimiento,
cuando el hombre no se funda en la verdad ni tiene capacidad para poder juzgar la verdad,
con cualquier dificultad cae en el error. "Hombre flaco y de corta edad, y poco idóneo para
entender ei derecho y las leyes" (Sg 9,5). Como dice Boecio, el entendimiento se ha para
con la razón como ei círculo al centro. Porque la razón discurre considerando los actos y los
defectos, los respectos y relaciones de unas cosas con otras; y, mientras no las resuelva
hasta entender la verdad, de nada sirve la razón. De donde, cuando capta la verdad de una
cosa, la tiene como su centro; porque algunos discurren y el pesquis no les da para más. "las
cuales andan siempre aprendiendo, y jamás arriban al conocimiento de la verdad" (2Tm
3,7). Por eso dice: "es un soberbio que nada sabe, sino que antes bien enloquece sobre
cuestiones", esto es, que no llegan al mismo centro. Y dice cuestiones, porque en algunas
cosas la duda brota de parte del objeto, en otras de parte de las palabras y de los nombres.
Por eso dice: cuestiones, cuanto a lo primero, es a saber, de objetos, "que son más propias
para excitar disputas que para formar por la fe el edificio de Dios" (1Tm 1,4).

Cuanto a lo segundo dice: "disputas de palabras", lo cual ha de entenderse cuando sólo hay
disensión de palabras; porque el Señor dice: "si el Hijo os librare, seréis verdaderamente
libres" (Mateo 17). "luego son libres los hijos". Si de esto quisieren algunos concluir que
todos los católicos, así como son hijos de Dios, así fuesen también libres, sería disputa de
palabras, porque el Señor habla allí de la libertad espiritual, no de la carnal.

-"de donde se originan envidias... " Pone el efecto del error, y primero el mismo efecto,
luego manifiesta algunas cosas que había dicho: "ciertamente es un gran tesoro la piedad".
Asimismo muestra qué males se siguen de la falsa doctrina y en quiénes; y entre esos males
unos están dentro del corazón, otros afuera. Adentro están los movimientos desordenados
respecto del mal y del bien. Respecto del bien está la envidia, que consiste en la tristeza del
bien ajeno; de donde dice: envidias, que puede entenderse, o en el propósito, o
universalmente, porque cuando algunos trabajan no al servicio de la verdad, sino de la
palabrería, no miran con buenos ojos que alguno les ponga el pie delante. "al apocado ie
quita la vida la envidia" (Jb 5,2). Lo mismo en el propósito, porque si a los siervos se les
trata como libres y no subditos, los señores se dolerán y tendrán envidia de que los siervos
se les equiparen. Y por la envidia el hombre se levanta contra el hombre al que le tiene
envidia; y esto se llama contienda. "Honra es para el hombre el huir de contiendas" (Pr
XX,2). O se subleva contra Dios, y esto es blasfemia.

Respecto del mal está la sospecha; de donde se dice: "sospechas siniestras", a saber, de los
señores contra los cristianos, como si hubiéramos fantaseado la libertad para sacar dinero; o
como si se hubiese inventado la doctrina cristiana toda ella para el solo propósito de hacer
libres a los siervos. Y de aquí se siguen alteraciones contra los fieles; aunque esto no está
en el corazón de todos, sino de ciertos hombres, con estas 3 condiciones: la primera
pertenece a la falta de luz natural, la segunda a falta de conocimiento, la tercera al vicio de
la afición desordenada. Y así dice: "hombres de ánimo estragado", esto es, aun de la razón
natural, que tienen pervertido el juicio, "se corrompieron, cometieron abominaciones" (Ps
13,1). Cuanto a lo 2o. dice: "y privados de la luz de la verdad", a saber, de su conocimiento,
"nó hay verdad, ni hay misericordia, no hay conocimiento de Dios en el país" (Os. 4,1).
Cuanto a lo 3o. dice: "que piensan que la piedad es una granjeria", esto es, que el culto de
Dios se ordena a la granjeria y adquisición de riquezas, "y aun han creído éstos ser nuestra
vida un juego, y que toda nuestra ocupación debe reducirse a amontonar riquezas, y que
conviene el ganar por cualesquiera medios, aunque sean malos" (Sg 15,12). Tales hombres,
con tal modo de pensar, fácilmente se hacen de la vista gorda y caen en los antedichos
males.

-"Y ciertamente"... declara que la piedad es un gran tesoro, y muestra cómo se han entre sí
la piedad y la granjeria, que no consiste en la adquisición de riquezas exteriores; "porque
los que pretenden enriquecerse caen en tentación y en el lazo del diablo... " Y da la razón:
"porque nada hemos traído a este mundo". Dice pues: éstos dicen que la piedad es una
granjeria; mas yo digo que es un gran tesoro la piedad; por eso añade: con suficiencia, pero
de aquellas riquezas que dan la suficiencia, que consiste en 2 cosas, principalmente en la
piedad, que ordena las otras cosas a Dios y al prójimo, y éstas son las virtudes y dones de la
gracia; "pues es un tesoro infinito para los hombres, que, a cuantos se han valido de él, ha
hecho partícipes de la amistad de Dios" (Sg 7,14). Segundo, en la sustentación de la vida;
de donde dice: con suficiencia, esto es, se contenta con lo que basta para vivir.

-"porque nada hemos traído a este mundo". Señala la razón, y lo. por la condición humana;
2o. por su necesidad: "teniendo qué comer... ". Y pone la condición cuanto a su principio y
cuanto a su fin, como si dijera: basta la necesidad, no es conveniente la superfluidad,
porque "nada hemos traído a este mundo". "Desnudo salí del vientre de mi madre" (Jb. 1 1).
Lo mismo cuanto al fin, porque nada nos llevaremos. "Durmieron su sueño y nada hallaron
en sus manos los varones de las riquezas" (Ps 75; Job 27). Cuanto a la necesidad dice:
"teniendo, pues, qué comer y con qué cubrirnos, contentémonos con esto"; porque la
necesidad es la razón de tener los bienes que ha menester el hombre o contra lo interior que
lo desgasta, y para eso son los alimentos; o contra lo exterior que lo corrompe, y para eso
son los vestidos que lo cubren y las casas que le dan albergue. "Sean las costumbres sin
rastro de avaricia, contentándoos con lo presente" (He 13,5). "Lo esencial de la vida del
hombre es agua y pan, y vestido y casa para tener cubierto aquello que no debe dejarse ver"
(Eccli. 29,28).

LECTIO 2: Ad 1 Timotheum 6,9-14


Afirma que la codicia es la raíz de todos los males; exhorta a Timoteo a huir de ella y
abrazar las virtudes.

9. Nam qui volunt divites fieri incidunt in tentationem, et in laqueum diaboli, et desideria
multa inutilia et nociva, quae mergunt homines in interitum et perditionem.10. Radix enim
omnium malorum est cupiditas, quam quídam appetentes erraverunt a fide et inseruerunt se
doloribus multis.11. Tu autem, o homo Dei, haec fuge; sedare vero iustitiam, pietatem,
fidem, charitatem, paiientiam, mansuetudinem.12. Certa bonum certamen fidei, apprehende
vitam aeternam, in qua vocatus es, et confessus bonam confessionem coram multis
testibus.13. Praecipio tibi coram Deo, qui vivificat omnia, et Christo 1esu, qui testimonium
reddidit sub Pontio Pilato, bonam confessionem.14. Ut serves mandatum sine macula
irreprehensibile usque in adventum Domini nostri 1esu Christi.

Arriba mostró el Apóstol cuál sea la granjeria conveniente a los cristianos, porque es la
piedad con suficiencia; aquí muestra que incurren en muchos daños los que buscan la
superflua adquisición de las riquezas; y señala cuáles sean esos males que se siguen del
apetito desordenado de riquezas, y por qué motivo: "pues la raíz de todos... " Los males que
se siguen son de 2 géneros: unos vienen del enemigo exterior, otros de la concupiscencia
interior: los deseos.

Dice pues: contentémonos con ios alimentos... porque "los que quieren hacerse ricos", no
para aliviar su necesidad, sino para andar nadando en riquezas, "caen en tentación... " "No
hay cosa más inicua que codiciar dinero" (Eccli. X,10). Y pone 2 tropiezos que los hacen
caer: las tentaciones y los lazos; porque primero tientan por cuanto las riquezas halagan e
inducen a algunos pecados. "No tengáis sino tentaciones humanas u ordinarias" (1Co X,13;
1 Tes 3). Y enredan con lazos, porque para los que no las tienen las riquezas son tentación,
y para los que las tienen lazo, porque no devuelven de grado las que toman. "Quien aüega
tesoros a fuerza de mentir con su lengua es un tonto e insensato" (Pr 2 i,6).

De la parte de dentro pone 3 males: lo. que cae en muchos deseos; pues la perfección del
hombre consiste en tener su corazón reducido a la unidad; porque cuanto una cosa es más
una, tanto es mas parecida a Dios que en verdad es uno. Pero el que busca riquezas Je
declara la guerra, porque su corazón es tirado de aquí y de allá. "Está dividido su corazón y
perecerán luego" (Os. X,2). Y esto porque "donde está tu tesoro . ." Estos deseos son
inútiles por muchos conceptos: a) espiritualmente, porque no conducen a la felicidad (Sg
5.); b) temporalmente también, porque no dan lo que prometen (Ecles 6); c) son nocivos.
(Ecles. 5). Y muestra cómo son nocivos, porque "hunden a los hombres en el abismo... ", a
saber, de presente. Por causa de las riquezas muchos perecieron. También para lo porvenir;
por eso dice: "y la perdición" (Ac 7). O ambas cosas refiérense al daño espiritual, "sufre
con mucha paciencia a los que son vasos de ira, dispuestos para la perdición" (Rm 9,22).
Ruina, esto es, muerte eterna; y perdición, esto es, pena eterna, que se llama perdición por
la pena de daño, porque los condenados están como perdidos, mientras no pueden volver a
su casa, a saber, de la eternidad, "el impío está reservado para el día de la venganza y será
conducido al día de la ira del Señor" (Jb 2 1,30).

"Pues la raíz... " La razón de esto se demuestra por la naturaleza de la codicia y la


experiencia. Dice pues: caen en la tentación... ¿Por qué? Porque "la raíz de todos los males
es la codicia". Según algunos se toma de 3 maneras: unas veces por la avaricia, según que
es un especial pecado, a saber, el amor desordenado al dinero. Otras, según que es el género
de todos los pecados, por cuanto dice un desordenado apetito de las cosas temporales,
elemento constitutivo de todo pecado, que es la conversión a un bien conmutable. Pero así
no es raíz, sino género de todos los pecados. El tercer modo según que es cierto desorden
del alma en codiciar desordenadamente los bienes temporales, y éste solamente es un
pecado habitual, y no en acto, pero es cierta especie de raíz de todos los pecados. Y dícese
la codicia raíz, y la soberbia principio (Eccli. X), porque la soberbia connota corrupción del
ánimo para apartarse de Dios. Pero el árbol se alimenta por la raíz, y el pecado por la
codicia de parte de la conversión al bien conmutable. Mas me parece que habla de la
codicia, según que es un especial pecado. De donde dice: "los que quieren hacerse ricos". Y
la codicia es un desordenado amor al dinero. Por eso digo que la avaricia es la raíz de todos
los pecados; pues todos los pecados consisten en el apetito; por tanto el origen de los
pecados es conforme al origen de los objetos apetecibles; porque el origen de las cosas
apetecibles procede del fin; por consiguiente, cuanto más deseable es el fin de un pecado,
tanto es peor. Y el fin de un pecado es deseable por sí mismo, esto es, por la excelencia;
porque para esto quiere el hombre ese bien, para sobresalir; y esto es soberbia, y por eso la
soberbia es el principio de todos los pecados. También es deseable por otra razón: porque
sirve para todo, como las riquezas, porque por ellas piensan los hombres que lo tienen todo.
En este aspecto la avaricia es la raíz de todos los males.
Luego al decir: "de la cual algunos", muestra lo mismo por la experiencia y dice:
"dejándose arrastrar"; porque cuanto más riquezas se tienen tanto más se desean. "El
avariento jamás se saciará de dinero" (Eccles. 5,9). Y caen primero en daños espirituales;
por eso dice: "se desviaron de la fe"; porque los muchos ilícitos lucros, que no quieren dejar,
los prohibe la sana doctrina de la fe, y entonces se buscan otra doctrina que más les sonría y
les dé esperanza de salvación. Y esto especialmente lo hacen los usureros. En segundo
lugar porque "se sujetaron a muchas penas", aun de presente, porque hay solicitud en
adquirir, temor en poseer, dolor en perder. "Luego que se hubiere hartado de riquezas,
sentirá congojas, se abrasará y se verá acometido de toda suerte de dolores" (Jb XX,22). Y
mucho más se dolerán en lo futuro.

-"Pero tú, huye de estas cosas". Lo exhorta a seguir la sana doctrina y a evitar la mala, y le
propone el camino que hay que seguir atándolo con la inducción del precepto: te mando.
También lo exhorta a evitar los susodichos pecados y le muestra lo que ha de hacer: sigue
la justicia". Y porque el siervo debe imitar a su señor, por eso le dice: "¡oh varón de Diosi,
como si dijera: ¡tú, entregado al servicio de Diosi "Quien dice que permanece en El, debe
seguir el mismo camino que El siguió" (1Jn 2,6). Si pues tú eres varón de Dios, debes obrar
como Cristo obró, que huyó cuando querían hacerlo rey (Jn 6); "el cual, a vista del gozo
que le estaba preparado en la gloria, sufrió la cruz sin hacer caso de la ignominia" (He 12,2).
Luego tú también huye de estas cosas.

¿Qué hará pues? Lo exhorta a seguir la milicia espiritual y a combatir en ella: "pelea
valerosamente por la fe". Y las armas espirituales son o para hacer el bien o para soportar el
mal. Y lo primero es o respecto del prójimo, al cual nos ordenamos por la justicia y piedad
o misericordia; porque lo primero sin lo segundo es severidad, y lo segundo sin lo primero
remisión; o respecto a Dios, al cual nos ordenamos por la fe, que perfecciona el
entendimiento, y por la caridad que perfecciona el afecto. Y para soportar los males están 2
virtudes: la paciencia y la mansedumbre, porque del hombre, cuando está de malas, se
apoderan 2 pasiones desordenadas, a saber, la tristeza desordenada y la ira que brota de ella.
Por eso la paciencia es contra la tristeza exagerada (Lc 21), y la mansedumbre contra la ira.

Luego lo mete en la verdadera pelea y le muestra cómo ha de pelear. Díceie pues: "pelea
valerosamente", a ejemplo de los soldados, que pelean para defender lo que tienen o para
conseguir lo que no tienen; y este peligro corren los santos: que han de pelear para guardar
su hacienda: la fe y las virtudes; por eso dice: por la fe. "Combate por la justicia hasta la
muerte" (Eccli. 4,33). O entiéndase fe en este sentido: que por ella evites los pecados (1Jn
5), o a ella conviertas a otros. Y dice bueno, esto es, certamen legítimo (1Co 9). Y entonces
es bueno cuando se desembaraza de todos los estorbos (2Tm 4).

En segundo lugar pelean para conseguir lo que no tienen; y ésta es la vida eterna, que se
conquista a punta de lanza (Mateo XI). Por eso dice: "arrebata la vida eterna", a saber,
como si cogida con la mano la vencieras con la lucha; o combate el combate de la fe. ¿Y
con qué premio? Que alcances la vida eterna (1Co 9).

-"para la cual fuiste llamado". Da la razón del dicho y responde a una objeción, como si
dijera: dices que debo arrebatar; quisiera, pero no puedo. ¡Vaya si puedesi se te debe de
derecho, porque para eso te ha llamado Dios y el Rey de ese reino; por eso debes esforzarte
con todo tu empeño (1P ,2). Propone en segundo lugar la obligación, como si dijera:
combate valerosamente la buena pelea, porque prestaste juramento de hacerlo; por tanto no
te es lícito hacer resistencia. Por eso dice: "y diste un buen testimonio confesando la fe
delante de muchos testigos", esto es, en la consagración, cuando te ordenaron de obispo,
prometiste ser un buen luchador (1Co 9), o un buen confesor, predicando la fe, para que la
guardes.

"Yo te ordeno". Lo obliga a que observe lo mandado con precepto, donde introduce por
testigos a Dios Padre y a Nuestro Señor Jesucristo. Dícele pues: te avisé, mas para que no
creas que te es lícito obrar de otra manera, te ordeno, como tú debes ordenar a tus subditos,
delante de Dios. Por haberlo impulsado a 2 cosas: arrebatar la vida y dar un buen
testimonio, por eso introduce al Autor de la vida, que vivifica todas las cosas. Y dice Dios,
que es toda la Trinidad, que es el autor de la vida. También introduce a Cristo hombre, que
confesó ser Hijo de Dios, que es un buen testimonio de nuestra fe. Asimismo recomienda el
mandato, porque en sí es justo, recto y a diferencia de los otros irreprensible (Jb 6). ¿Y
hasta cuándo hay que observarlo? "Hasta la venida del Señor". El usque: hasta, dice el fin
de la intención, esto es, que por la observancia de este mandato te prepares para la venida; o,
esto es, hasta tu muerte, porque cual fueres ahora, tal serás entonces. "El que perseverare
hasta el fin" (Mt 24).

LECTIO 3: Ad 1 Timotheum 6,15-16


Predice la venida de Cristo al juicio futuro, cuyo tiempo, por serle desconocido, no lo
señala; con todo prenuncia que será manifiesto y exalta a Dios con magníficas alabanzas.

15. Quem suis temporibus ostendet beatus el solus potens, Rex regum et Dominus
dominantium.16. Qui solus habet immortalitatem, et lucem habitat inaccessibilem, quem
nullus hominum vidit, sed nec videre potest, cui honor et imperium sempiternum. Amen.

Al proponerle el Apóstol a Timoteo el precepto, le ordenó que guardase lo antedicho hasta


la venida de Cristo, y por eso trata aquí de esa venida, de la cual dice que será en tiempo
oportuno, que seré manifiesta y señala al autor de esa venida. Cuanto a lo primero dice:

-"que hará manifiesta a su tiempo". "Vendrán en los últimos tiempos impostores


artificiosos" (2 Pedro 3,3). Por eso quiere mostrar que, aunque parezca la venida del Tártaro,
con todo a su tiempo se daré a conocer (Eccles. 3 y 8). El tiempo oportuno es el fin del
mundo, porque es el tiempo de la siega y recolección; por eso es necesario que venga al fin.
Cuanto a lo segundo dice: mostrará, esto es, hará manifiesta; porque, aunque sea visible a
los ojos, su virtud, con todo, está escondida; pero entonces también su divinidad se hará
manifiesta a los santos; los reprobos en cambio sólo verán la gloria de la carne. Cuanto a lo
tercero dice que lo hará manifiesto Dios Trinidad, y primero describe la venida de Cristo;
segundo, prorrumpiendo en su recomendación, lo alaba diciendo: "cuyo es el honor y el
imperio sempiterno".
Describe al autor de la venida por su perfecta operación, por su singular potestad, por su
naturaleza incomprensible. Lo primero cuando dice: el bienaventurado; porque la
bienaventuranza es una operación perfecta de una suprema virtud operativa de óptimo
modo dispuesta. Y ésta es nuestra bienaventuranza. La de Dios es aquella por la cual se
conoce a sí mismo; pues si no se conociese, no sería Dios. Mientras Dios -dice San
Gregorio- con gran gusto y deleite se goza en la fruición de sí mismo es enteramente
dichoso. Y muy a propósito dice el autor de esta venida que es feliz, porque para esto es la
venida de Cristo, para llevarnos a la felicidad. "Dichoso seré yo si algunas reliquias de mi
descendencia lograren ver el esplendor y la gloria venidera de Jerusalén" (Tb 13,20).

Cuanto a lo 2o. dice: "y solo poderoso" (Ps 88). Mas ¿por qué dice solo? ¿Por ventura las
demás cosas no tienen potencia? Cierto que sí por participación, mas sólo Dios por sí, por
esencia. De donde dice: "Rey de los reyes y Señor de los que dominan". Señor -dice San
Ambrosio- es nombre de potestad, lo mismo que rey. Así pues, quien tiene sobre sí señor y
rey está su jeto a la potestad y el tal no tiene poder de sí sino de otro. Si pues Cristo es Rey
de los reyes... por fuerza El solo tiene el poder no de otro sino todos de El. Y doble
potencia se designa en Dios, a saber, la que gobierna el mundo (Pr XX); a la que alude el
texto: Rey de reyes (como si se dijese de régimen); y la potencia creadora: Señor de los que
dominan (Ap 19; Salmo 99).

Cuanto a lo 3o. dice: "El solo, que es inmortal por esencia y que habita en una luz
inaccesible". La incomprensibilidad de Dios es patente: lo. porque trasciende todo lo que es
comprensible en las criaturas; 2o. porque por el hecho mismo de ser Dios sobrepuja la
comprensión de todos. Lo primero se demuestra al decir Solo; pues en cualquiera mudanza
hay cierta corrupción, por cuanto todo lo que se muda, por mudarse deja de ser tal. Así pues
propia y verdaderamente es incorruptible lo que es enteramente inmutable. Mas toda
criatura, en sí considerada, tiene alguna mudanza o mutabilidad; Dios, por el contrario, es
absolutamente inmutable. Mas si alguna criatura es inmutable, esto le conviene por el don
de la gracia. Y con esto se demuestra que la naturaleza de Dios trasciende todo lo que existe
en la naturaleza creada.

Cuanto a lo 2o. dice: "habita en una luz inaccesible". La luz en las cosas sensibles es el
principio de la visión; de donde el medio que de algún modo hace conocer las cosas se
llama luz. Pero cada cosa se conoce por su forma y según que actualmente es; de donde
cuanto tiene de forma y de acto tanto tiene de luz. Por tanto las cosas que son ciertos actos,
pero no puros, son luminosas, pero no luz. Mas la divina esencia, que es acto puro, es la
misma luz. (Jn 1). Y Dios habita consigo, y ésta es luz inaccesible, esto es, no visible a los
ojos carnales, sino inteligible; con todo eso, ningún entendimiento creado puede arrimársele.

Mas hay que advertir que el entendimiento de 2 maneras puede llegarse al conocimiento de
una naturaleza, a saber, para conocer y para comprender. Pero es imposible que el
entendimiento llegue a comprender a Dios, porque así conocería a Dios como es en sí
conocible; mas Dios es perfectamente conocible cuanto a lo que tiene de entidad y de luz;
mas éstas son infinitas; luego es infinitamente conocible. Por otra parte la virtud del
entendimiento creado es finita, y por eso aun el entendimiento (humano) de Cristo no
comprende a Dios. Pero hay otro modo de conocer a Dios, a saber, tocándolo; y según esto
ningún entendimiento creado por su propia naturaleza llega a conocer aquello que es Dios.
Y la razón es porque ninguna potencia puede llegar a una altura superior a su objeto; y el
objeto propio del entendimiento es "quod quid est", lo razonable, el por qué de una cosa; de
donde lo que sobrepasa "quod quid est", excede la proporción de todo entendimiento. Pero
en Dios no es cosa diversa su ser y su esencia. ¿Cómo pues será conocible? Luego
alleguémonos a conocerlo, aquí por gracia, y en lo futuro por gloria (Ps 33). Mas ¿cómo
habita Dios en una luz inaccesible, y por otro lado dice el Salmo 96: "nubes y tiniebla le
circundan", y el Éxodo 19: "acercóse Moisés a la tiniebla en que estaba Dios?" Responde
Dionisio: toda tiniebla es luz inaccesible. Por tanto es lo mismo aquí luz y allí tiniebla; pero
llámase tiniebla por cuanto no se ve y luz por cuanto se ve. Pero de dos modos es una cosa
invisible: de un modo por sí misma, como una cosa opaca; de otro modo por ser excesiva,
como el sol para los ojos de la lechuza. Así algunas cosas no nos son tan visibles por el
defecto de su ser y otras por el exceso; y de esta manera en algún modo Dios nos es
inaccesible, "a quien ninguno de los hombres ha visto", lo cual es absolutamente verdad,
aun incluyendo a los ángeles, si se entiende de la comprensión, porque sólo Dios se
comprende o hace concepto cabal de su grandeza. Mas si de la visión, por la que se le
alcanza, entonces se entiende de 3 maneras. Una, que nadie lo ha visto con ojos corporales.
Otra, que fuera de Cristo nadie lo ha visto según su esencia viviendo aún en carne mortal
(Éxodo 33). Tercera, que nadie vio lo que es Dios por sí mismo (Mateo 11 y 16).

Luego prorrumpe en alabanzas de Dios diciendo: "cuyo es el honor"; y pone 2 cosas. La


primera pertenece a la demostración de reverencia: el honor (Mal. 1); la segunda a la
gobernación: "el imperio sempiterno".

LECTIO 4: Ad 1 Timotheum 6,17-21


Instruye a los ricos que no fijen el ancla de su esperanza en las perecederas riquezas de este
mundo, sino que procuren con todas sus fuerzas enriquecerse con buenas obras; y a
Timoteo lo exhorta a evitar lo malo y a guardar lo bueno.

17. Divitibus huius saeculi praecipe non sublime sapere, ñeque sperare in incerto divitiarum,
sed in Deo vivo, qui praestat nobis omnia abunde ad fruendum.18. Bene agere, divites fien
in bonis operibus, facile tribuere, communicare.19. Thesaurizare sibi fundamentum bonum
in futurum, ut apprehendant bonam vitam.20. O Timothee, depositum custodi, devitans
profanas vocum novitates, et oppositiones falsi nominis scientiae,21. Quam quídam
promittentes, área fidem exciderunt. Gratia Dei tecum. Amen.

Arriba trató de la instrucción de las personas del ínfimo estado; aquí vuelve a su materia y
lo instruye para que instruya a los ricos. Y siempre que lo instruye para que instruya a otros,
le avisa que no descuide de sí; y primero excluye los vicios en que abundan con frecuencia
los ricos, luego los induce a lo bueno: "a obrar bien".

Dice pues: "a ios ricos de este siglo". Las riquezas traen consigo la abundancia; pero hay
abundancia de cosas espirituales, y éstas son las verdaderas riquezas: "la sabiduría y la
ciencia son tus riquezas saludables, y el temor del Señor tu tesoro" (Is 33,6). Otras son
corporales, y éstas no son verdaderas riquezas, porque no bastan. Por eso añade, con cierta
disminución: "de este siglo" (cf. Baruc 3).

A éstos, pues, mándales. Cuando trató de los siervos, no lo apremió con precepto, porque es
virtud usar de autoridad con los mayores, no con los menores. Por eso dice: no te tientes la
ropa para ordenar, por consideración a sus riquezas y a su elevada alcurnia. Y ¿qué debe
mandarles? "que no sean altivos", esto es, no sentir altamente de sí. Mas ¿por ventura esto
es malo? Respondo: puede tornarse malo por 2 razones: la. si se ensoberbecen, por causa de
esas cosas que no tienen verdadera excelencia, esto es, de las temporales; de donde el que
por una excelencia exterior se engalla presuntuoso y altivo, se regosta sin seso, y esto es
soberbia. Con todo eso los hombres carnales no traen tanta cuenta con otra sublimidad
como con ésta, que puede conseguirse con las riquezas, a quienes todo se rinde y sujeta
(Ecles. X,19). De donde, como la hacienda de los ricos de este mundo son estos bienes,
vanamente se engríen.

2a. de otra manera, porque hay ciertas cosas, como los dones espirituales, que tienen
sublimidad (Eccli. 25); que pueden gustarse desordenadamente, no por la naturaleza de los
dones, sino por atribuirse el que los tiene lo que no es suyo, o no reconociendo que lo que
tiene es de Dios. De donde en el primer caso hay desorden por defecto de las cosas; en el
segundo por desorden en el afecto;

El segundo vicio de los ricos es la esperanza en las cosas mundanas. De donde dice: "ni
pongan su confianza" (Jb 31; Pr X) "en las riquezas caducas". 1ndica la razón de la
advertencia; pues la confianza se pone en donde uno espera hallar socorro; pero el socorro
es del fuerte y las riquezas son frágiles; no hay pues que esperar en ellas (Mateo 6) "sino en
Dios vivo", en quien hay que poner la verdadera esperanza (Jer 17; Sant. 1). Mas esto que
dice: "que nos provee de todo abundantemente para nuestro uso", puede exponerse de dos
maneras: o bien que el disfrute se tome por el gozo, y de este modo acontece también en las
cosas corporales; o bien que por estas cosas lleguemos a gozar de Dios.

Luego cuando dice: "a obrar bien" los amonesta a trabajar por conseguir lo bueno; mas los
que ponen su afición en las riquezas se esfuerzan primero por adquirir las que no tienen;
luego en disfrutar las que tienen; tercero, para lograr el fin de las riquezas. Como triaca
contra esa ponzoña les contrapone estos 3 consejos el Apóstol: lo. que adquieran las
riquezas espirituales que no tienen. Por eso dice: a obrar bien (Is 1). Cuanto a lo 2o. es de
saber que hay 2 maneras de usar las riquezas: una es tener y otra dar; la principal es dar. Por
eso pone éstas dos: lo. que den; por eso dice: repartir liberalmente, esto es, sin llevarlo
pesadamente por dentro; "no con tristeza o por necesidad" (2Co 9); y sin tardanza: "no
digas a tu amigo: anda y vuelve; mañana te daré lo que pides, pudiendo dárselo luego" (Pr
3,28) (Jb 31). 2a. que guarden, no tanto para su provecho cuanto para el común; de donde
dice: comunicar sus bienes, esto es, tenerlos como comunes (Rm 12). Cuanto a la 3a. que
lleguen al fin de atesorar; por eso dice: "atesorad un buen fondo para lo venidero, a fin de
alcanzar la vida eterna". El tesoro espiritual es el acumulamiento de los méritos, que son el
fundamento del futuro edificio, que se nos prepara en el cielo; porque toda la preparación
de la gloria futura se hace por los méritos que adquirimos por la gracia, que es el principio
del mérito. "Atesorad tesoros en el cielo... " (Mateo 6) "Corred de tal manera que alcancéis
el premio".
-"¡Oh Timoteo!" Lo instruye para que conserve lo bueno y evite lo malo. Dícele pues: ¡"Oh
Timoteo, guarda el depósito!" Depósito del hombre es todo bien que tiene cualquiera,
confiado por Dios para que lo conserve y lo multiplique. "Su gracia no ha sido estéril en mí,
sino siempre está conmigo" (1Co XV,10). Y así le dice que guarde el depósito, esto es, que
se conserve y multiplique en gracia de Dios; pues el que esconde el talento es castigado, y
al siervo inútil lo arrojan a las tinieblas exteriores (Mateo 25). Y especialmente los prelados
tienen un depósito: el cuidado de los prójimos y fieles (Jn 21: He 12; 2Tm 1).

Lo mismo cuanto a evitar lo malo, especialmente lo que parece como nacido para
amancillar la fe; y la razón es que, así como al príncipe secular lo ponen para guardar la
unidad del reino, así al espiritual para conservar la unidad espiritual. Y la paz del reino
consiste en la justicia; por eso aquél se ordena a la justicia. Pero la unidad de la 1glesia
estriba en la fe; por eso principalmente lo amonesta a guardar la fe (Lc 22).

De modo parecido pudiera corromperse la fe por la falacia, como cualquier ciencia. La


falacia unas veces se origina de la voz, otras del objeto; de donde hay falacia en la dicción y
fuera de dicción. Y de esta manera se corrompe la fe por algunas voces desordenadas, como
dice San Jerónimo que las herejías tienen su origen en vocablos desordenadamente
proferidos. Por eso dice: "evitando las novedades profanas en las expresiones". Porque no
querer oír algo nuevo es ladrar contra las costumbres; mas no hay que oír novedades
profanas;* y novedad profana es cuando se introduce algo contra la fe. Y se dice nueva en
comparación de lo antiguo; como Nestorio cuando llamó a la B. Virgen María Ghristotocos,
para concluir que no era Madre de Dios. Por eso los Santos Padres en el Concilio de Efeso
determinaron que se la llamara Theotocos (1Tm; y 2).

Mas algunas veces se corrompe por razones realmente sofísticas; lo que hay que evitar.
Dice: "y las contradicciones de la ciencia que falsamente se llama tal", porque no es
verdadera ciencia, sino aparente. Pues la ciencia, según su propia razón, no es sino de cosas
verdaderas. Pero es imposible que lo verdadero sea contrario a lo verdadero, aunque
algunas veces dos cosas falsas sean entre sí contrarias. Por consiguiente, es imposible que
lo que contradice a la verdad divina, que es suma verdad, sea verdadero. "Estad sobre aviso
para que nadie os seduzca por medio de una filosofía inútil y falaz, y con vanas sutilezas,
fundadas sobre la tradición de los hombres, según los elementos del mundo, y no conforme
a Jesucristo" (Col 2,8). -"Que profesándola algunos vinieron a perder la fe". Profesándola,
esto es, diciendo tenerla. "Necio se hizo todo hombre con su ciencia" (Jr X,14); que no es
de Dios, porque el que habla mentira, habla de su cosecha. "Tu saber y tu ciencia te
sedujeron" (Is 47,10; Jer. 2,16). La gracia de Dios sea contigo Amén.

LAUS DEO

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