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Formatted: Font: 22 pt
Tiempo histórico y espacios subjetivos.
Estamos desafiados
Por el merodeo
De tanta información
saturante
Banal
distractiva
Operaciones Formatted: Font: 9 pt
*
Elucidar
Desnaturalizar
Genealogizar
Deconstruir
Pensar Alojar Demorar Dialogar
Torcer lo avieso de ciertos mensajes
Pensar/nos
Los ojos abiertos
* Formatted: Font: 9 pt
Construir
Un Nosotros
Nosotros.
* Formatted: Font: 9 pt
Pensarnos
Pensar
Pensando es grupal
* Formatted: Font: 9 pt
Nosotros
Siempre inacabados
* Formatted: Font: 9 pt
Que la resistencia
devenga en aire Formatted: Font: 9 pt
para sostener otros vuelos
Formatted: Font: 9 pt
Formatted: Font: 9 pt, Highlight
Formatted: Font: 9 pt
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INTUICIONES MUTANTES
Ya no estamos tan seguros de casi nada, en casi nada, para casi nada.
Están apareciendo preguntas inimaginadas hace no tanto tiempo. El sueño moderno del
progreso interminable, constante camino hacia lo mejor y el predominio de la razón
científica y su apelación al método creaban condiciones para que, ni por asomo se nos
ocurriera preguntarnos: “¿Pueden las ciencias llegar a alcanzar la verdad?”, “¿Cuál es el
papel de los científicos en la historia humana?”, y “¿Cómo contribuyen las ciencias a la
liberación o a la opresión de los seres humanos?”1 Estas tres preguntas imposibles de
abordar sin recurrir a una reflexión crítica en relación a los saberes “espontáneos”, a las
formas de conocer en la vida cotidiana, a la construcción de saberes científicos son signos
de actualidad.
Requieren que volvamos a la filosofía, a los ejercicios de volver a pensar lo ya pensado.
Habrá, digo, que apelar a la epistemología. Porque se nos aparecen como necesitadas de un
trabajo que las piense.
Demanda de un nosotros que nos constituya en el encuentro dialogante. Allí donde dialogar
significa encuentro a través de la palabra 2 .
Y si, que remedio, tendremos que volver a la filosofía.
Tendremos que volver al lugar del que venimos y del que quizás nunca debimos irnos.
Sobre el suelo del capital simbólico aportado por la historia de la Psicología Social
Argentina trabajar para la construcción de un lugar en este tiempo. Intentar el rescate
sentipensante de una ubicación territorial desde donde recobrar marcas, notas, señales,
apuntes de un tiempo histórico tan interesante como es este nuestro tiempo.
(*)"Navigare necesse; vivere non est necesse" - latin, frase de Pompeyo, general romano, 106-48 A.C.
1
Ovejero Bernal, A. La nueva Psicología social y la actual postmodernidad. Raíces, constitución y desarrollo histórico. Universidad de
Oviedo. Servicio de Publicaciones. Pág. 11
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Bhom, David.
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Basado en la ponencia en el Congreso Internacional de Grupo Operativo CIGO – Santiago de Chile 2014
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Improvisar con la mayor rigurosidad laburante. Sin otra estrategia que la de habitar el
mundo que nos “toca”. Vivir no es necesario, navegar es preciso.
Aportar a la construcción de un espacio abierto que se ocupe de la cuestión (de las
preguntas) acerca de la comprensión de lo inter-relacional humano.
Borradores sensibles al presente, memoriosos del pasado que irían al rescate del capital
simbólico acumulado con nuestro hambre, nuestra pobreza, nuestra exclusión y al costo de
nuestras vidas. Hemos pagado esa inmensa telaraña de papeles escritos por todo el planeta
nosotros los nosotros del Sur Político que nos hicimos visibles en los escritos de
Boaventura de Souza Santos.
Hijas de un binarismo que está en los orígenes de la cultura occidental y que transita sin
contra-tiempos la modernidad, la interioridad y la exterioridad quedan íntimamente ligadas
a la subjetividad y a la objetividad.
Claro al adentro y al afuera. Y, si pensamos en valoraciones co-respondientes, es decir que
responden solidariamente al dualismo originario, tendremos arriba, lo superior y abajo lo
inferior. Siete pisos hacia la profundidad el infierno y solo levantar la vista para ver, arriba,
el cielo. Aunque, paradójicamente, profundos pensamientos valdrán más que superficiales
apreciaciones.
Algunos serán sujetos (unos pocos) y otros (los más) serán objetos de nuestras
objetividades. Objetividades construidas, asentadas, fijadas, desde las modalidades y
formas inevitablemente subjetivas. Subjetividades no cristalizadas, indefinidas - en un
comienzo – que luego irán a instaurarse, a instituirse como las producciones objetivas de
aquellos que pueden afirmar como verdadero en el ejercicio de un poder que tira la piedra y
esconde la mano en la naturalización, quiero decir en el ocultamiento de que eso, eso, es
“puro” invento. Una metodología que hace desaparecer el valor del sujeto, otorgándole un
lugar de privilegio al objeto. La subjetividad humana eso que, justamente, nos hace
humanos, deberá ser evitada. Eliminado. Muerte, asesinato del sujeto. Brillo del objeto.
Histeria que siempre demanda ser el centro de toda atención4. Objetivar o sea pensar
objetivamente sin resabios de subjetividad.
Desafío tremendo para unos sujetos que son los que danzan alrededor de los objetos que les
exigen desprenderse de toda subjetividad. Dejar de ser abandonando todo lo que lo hace
4
Baudrillard, J. Es una idea, la del el objeto seductor, alrededor del cual el sujeto moderno intenta
desprenderse de toda subjetividad para arribar objetivamente a su esencia. Instrumentando de est a
manera la muerte del sujeto en aras del objeto. Entre muchos otros, Jesùs Ibañez, llamaba a este juego
donde el poder estaba (esta) en el objeto: la muerte del sujeto. Se puede ver: El regreso del sujeto: La
investigación social de segundo orden. Ibáñez, Jesús. Madrid : Siglo Veintiuno, 1994
6
singular producto de una máquina colectiva. El desmedro del sujeto es la ocasión de tanta
referencia al objeto. Objetivamente, claro.
La máquina de objetivar, llamada Método de investigación, paradójicamente es producto de
la subjetividad que entramada en el encuentro con la objetividad del objeto crea a uno y a
otro. Digo, al sujeto y al objeto. Parece que la cuántica describe a su manera esta creación
de realidad. Creación que da “entre” el sujeto y el objeto.
Tendremos que preguntarnos algunas cosas acerca de las maneras en que la vida habita en
las interfaces ya que no en la fragmentación, en el tajo de lo que no está separado sino por
la fuerza de una idea que le gano al sofismo por ser más sofista, pero fundamentalmente por
tener, sus autores, más poder para volverse y quedar hegemónicos.
Que algo de esto paso allá y entonces y parece tenernos capturados acá y ahora. Deberemos
actualizarnos. Y, si son tiempos de mutación deberemos hacerlo radicalmente.
YinYan
Dice Moebius que el capitalismo puede que no esté solo ahí afuera. Que no hay adentro,
que no hay afuera.
Entonces ¿el “sistema” que vemos “afuera” estará “adentro”? Deberemos estar atentos.
Adentro afuera.
Yin y yang es una construcción gramatical occidental. La “y” adiciona lo que no está
separado. Con ese enlace se suma lo que nunca se pudo sustraer. Adentro afuera tienen una
relación de interfaz. Si intentamos hacer desaparecer una desaparece la otra. Como las dos
caras de una moneda que si eliminamos una nos quedamos sin el dinero. Así con lo
femenino-masculino.
*
Los Tiqqun se preguntan “de qué modo un bolso, un culo, una sonrisa, un perfume, unas
botas o unos bíceps pueden ser armas en una guerra librada entre nosotros y en el interior
5De Brassi, J.C. Subjetividad grupalidad identificaciones. Apuntes metagrupales. Busqueda-Grupocero. Ayllu S.R.L. 1990.
Buenos Aires.
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de cada uno. Una guerra contra el azar y los encuentros sin garantías […] Contra el amor
verdadero”6. Contra el amor verdadero dicen. Habrá que estar alertas.
Una guerra librada entre nosotros y en el interior de cada uno, dicen.
*
En el interior de cada uno. Digo. Quiero repetir. Una guerra “contra el amor verdadero”.
Una guerra entre quienes trabajan para generar condiciones de posibilidad para procesos
que construyan subjetividades que representen al capitalismo tal como si fuera una
“promesa de paraíso en la tierra, como una idea de éxito y realización”.
Una guerra que ganan cuando nos hacen creer que este mundo es maná de eterna juventud,
seducción benevolente y goce sin intermitencias. Mientras ellos se quedan con las
ganancias. Lifting, histeria e invulnerabilidad como ilusiones nuestras. El marketing es el
mensaje. Ni una sola idea solo slogans. No nos quieren pensando.
Una guerra en la que cada sujeto, cada uno de nosotros, es su frente de batalla. Nuestras
cabezas, mejor nuestros cuerpos, el territorio de cada batalla.
Si así fuera, y creo que lo es, habrá que resistir con la pasión alegre de que todo tiempo por
venir será mejor.
Habrá que combatir en el territorio de lo imaginario, de lo simbólico. De la subjetividad.
Combatir esta mejor que resistir. Resistir resiste el aire al vuelo de la paloma mientras lo
hace posible.
*
Habrá que andar dispuestos a cuidarse de semejante espejismo. De ese espejismo que se
alimenta de la pura banalidad. Tendremos que estar disponibles a desandar la naturalización
de semejantes ideas. Nada de conceder belleza a la esclavitud.
Deconstruir sus ensambles, separar sus condiciones de efectividad, intentar genealogías que
hagan visibles las circunstancias que generan esos efectos de captura. Estamos hablando de
desafíos para las ciencias sociales. Para la psicología social.
Impedir que con esas municiones simbólicas conquisten espacios en la geografía de la
subjetividad singular / colectiva. Porque los episodios de nuestras vidas cotidianas, los
acontecimientos “personales”, las pasiones biográficas, producen precarias individuaciones
que cristalizan como magma colectivo tomando el perfil, la forma/contenido de
instituciones reales (organizaciones) y las de las instituciones imaginarias de la sociedad
(C. Castoriadis).
Estas formaciones subjetivas, retornan, vuelven sobre cada uno de nosotros como
“contextos” de nuestras vivencias, constituyendo nuestra experiencia, aportando a las
maneras de cada quien de construir sus singularidades.
Deberemos mirar con los ojos bien abiertos y construir la herramientas que nos permitan
comprender las estrategias vinculares, erogeneídades y estrategias simbólicas con que
6
TIQQUN. Primeros materiales para una teoría de la jovencita. Seguido de Hombre máquina. Modo de
empleo. Editorial Hekht. Buenos Aires.
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relacionamos recuerdos y olvidos; constancias, cambios y mutaciones; cristalizaciones y
desnaturalizaciones; amores y odios; alegrías y tristezas.
Habrá que trabajar con ahínco teniendo presente que sus objetivos son que esas capturas
resulten subjetividad entregada, olvidos sobre recuerdos banales.
Habrá que lidiar para que nuestras pasiones, nuestros pensamientos, nuestras acciones no
atribuyan sentidos que no se correspondan con nuestras experiencias. Esta parece ser una
de las técnicas con que tensionan permanentemente en el hiato platónico/cartesiano: cuerpo
y alma. Pretenden que nuestra subjetividad devenga técnica fetichizante de forma que,
siendo representación ajena, lo vivamos y lo repitamos como propio. Atribuirle a las cosas
sentidos que no son producidos por nuestra percepción, nuestra vivencia, nuestro cuerpo.
Nuestra experiencia. Más aún, es atribuirle propiedades mágicas, naturalizaciones a las
construcciones humanas.
Mcdonalizan el mundo. Es lo mismo una casa de comidas en Japón que en Bahía Blanca.
Los mismos procedimientos vaciados de sujetos. Codifican rutinas postfordianas ciegas a
singularidad alguna.
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Lo tenemos adentro.
De lo que deduzco que no se trata tanto de tomar el poder,
sino de expulsarlo de nosotros..
Román Mazzilli
3.- Hasta la situación actual donde es cada vez más evidente “la búsqueda de algunos amos
o domantes por conquistar las voluntades de individuos, en cuyo caso dejarían de ser
individuos o de poblaciones enteras. La sumisión del individuo. La pérdida quizás mejor: el
empobrecimiento o el corte y pegue de las ideas, digo la “tinelización” de la subjetividad.
Parece surrealista la sola presunción de esta idea, Ray Bradbury o Aldous Huxley, Matrix o
1984.
Los procesos de subjetivación han pasado de estar a cargo de intermediarios humanos de la
cultura (mamá, papá, grupo familiar) a aparatos tecnológicos como el celular, los Smart, los
monitores. La publicidad engañosa que consumimos y que nos pinta una “revolución de la
alegría” creída y defendida por cientos de miles cuando la realidad nos muestra su cara más
espantosa. Morfeo le pregunta a Neo en Matrix, “¿creés que es aire lo que respiras?”.
¿Creemos que es jugo de naranja lo que tomamos? ¿Qué es yogurt la golosina dulce que
ingerimos? ¿Qué la stevia es blanca? Y… así, así.
La subjetividad respira información engañosa, recursos individualistas, apelaciones al
consumo, banalización de lo que importa. También, poesía, música, juegos, amores,
solidaridad. En la naturalización de ese magma que nos alimenta y, también, nos envenena
esta la trampa y el potencial riesgo de indeseados sesgos. Allí donde la vida se muestra
cómo va siendo, allí donde la representación de la realidad la construimos con muchos
elementos puestos a circular por quienes buscan constituir subjetividades sojuzgadas. Ya
vimos en la tercera herida narcisista infligida a la humanidad por la idea freudiana de
inconsciente. Y, por el lugar tan preponderante de lo irracional en relación a la razón que
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imaginábamos era fundamento de nuestros comportamientos. Ahora deberemos
constituirnos como sujetos sujetados a nuestras afectaciones, como corporalidad que siente,
construye ideas en una actividad que no es solo racional. Donde el sentir, el “lenguajear”
del cuerpo afectivo percibe. Un cuerpo que demanda que lo escuchemos porque lo que nos
afecta deviene afectos y de allí, en el lenguajear, las palabras con que construimos,
interpretamos, inventamos la realidad.
Mis aportes serán confusos, en mucho erróneos. No tienen pretensión de verdad. Son más
una corajeada disruptiva que prefiere lo controvertido, lo arriesgado de un pensamiento en
devenir a la batalla perdida de un pensamiento que pretende ser – ser verdadero – y por ello
corre el riego de ser estereotipado reproductor de un sistema vincular, afectivo, pensante
cuyas estrategias deben ser elucidadas “entre” los grupos que habitamos. La psicología
social tiene aquí un campo de problemas actual y preocupante para constituirnos como
copensantes implicados en lo que hace dolor, desconcierto, estupefacción, exclusión como
vectores transversales de las grupalidades.
Comprendo con Don Tomás Ibáñez que la tensión esencial de la psicología social es la
tensión esencial de las ciencias sociales y que se dirime en el terreno de la epistemología:
estos problemas nos incumben a todos.
Deberemos pensar, ya no una tensión entre teorías, sino una tensión “entre” paradigmas.
Tendremos que pensar con Tomas Khun que se constituye como condición de posibilidad
de una revolución científica. Que mutaciones, que declinaciones, que desfondamientos del
paradigma que heredamos de la modernidad se nos hacen evidentes en esta modernidad
tardía, actual. La tensión existente entre “un viejo” y un “nuevo” paradigma. Deberemos
intentarlo. Con la condición de no diluir esa tensión, de no integrarla, de no superarla sino
de transitarla, conocerla, pensarla y pensarnos a nosotros mismos como
productores/producidos por ella.
Propongo la idea de que en la tensión el otro es un acompañante necesario. Si tensiono solo
me caigo. No hay tensión posible sin otros que fuercen en múltiples direcciones.
Poner en tensión el paradigma hegemónico, el que tantos cientistas sociales sostienen está
en crisis, desfondado, licuado, en declinación o estallado. Pensar colectivamente un
paradigma en permanente construcción. Que vaya siendo sin pretenciones de solidificarse
en un ser. Un paradigma que va siendo. Un paradigma donde el gerundio sea introductor de
la acción. De hacer. Cuestiones del infinitivo con el gerundio. Ser o ir siendo. Retorno del
“Negro” Heráclito.
Lo molar y lo molecular.
En la macro política, es evidente el lugar que ocupa esta cuestión de la relación compleja
entre comunicación masiva y constitución de subjetividad en el planeta. En Italia, Brasil,
12
EE.UU., Ecuador, Argentina, etc. etc. Las corporaciones multimediáticas se han
transformado en manipuladores de los procesos de subjetivación.
Los vectores de construcción de subjetividad colectiva adquieren cada vez mayor
importancia en la alteración de las posibilidades de multiplicidad ideatoria, que viene
haciendo evidente que entre otras cosas es factor determinante en la democracia. En lo
macro, entonces, el poder se arroga el saber a expensas de un mensaje monocorde que
aspira devenir “sentido común”, “verdad” comunitaria, representación social, imaginario
social, subjetividad colectiva (deberemos los psicólogos sociales, los cientistas sociales,
pensar los sentidos que transportan, contienen, instauran estos conceptos. Pensarlos en sus
diferencias, sus afinidades, sus aporías, sus aportes).
Tendremos que incluir en este paneo por las instituciones disciplinarias de la modernidad la
cuestión, no menor, de la mutación de la estructura familiar.
Luego. La escuela, institución que más niños y jóvenes reúne y contiene, no ha modificado
su estructura, sus estrategias, sus técnicas. Sus métodos. Los adultos las habitamos
desconcertados, perplejos. Muchas veces sufrientes. Los estudiantes muchas veces
aburridos. Generalmente desinteresados. Ambos padecemos los efectos de unos desacoples
subjetivos que son producidos y a su vez son, también, la expresión sintomática de unas
diferencias subjetivas que suelen generar tensiones vinculares. Desencuentros. No nos
comprendemos los protagonistas de las aulas (docentes y alumnos). Los integrantes de la
comunidad educativa no podemos pensar los problemas de la educación como problemas
de un colectivo al que pertenecemos. Rumiamos que la culpa es del otro. No de un nosotros
que nos incluye y que incluye a los otros con el atravesamiento de cuestiones de poder que
deberemos tener en cuenta dándole importancia porque no es lo mismo el poder que
tenemos unos y otros. Pensar esto quizás nos ponga en el camino de saber que podemos
13
hacer y que podemos hacer hacer a quienes manejan el presupuesto, las decisiones
políticas, los modos pedagógicos y el lugar mismo y la importancia del dispositivo escolar.
La escuela, debería ser el ámbito que posibilite condiciones que propicien el ejercicio de
pensar. Los contenidos están en la biblioteca inmensa de la red. Aprender a buscar lo que
necesitamos diferenciando linajes teóricos, perspectivas y como buscarlos, pensar como
pensarlos he aquí la cuestión. Evaluar lo que leemos más por lo que posibilitan o habilitan
pensar. Más por lo disruptivo, lo movilizante, lo disonante. Por lo que alimentan nuestra
curiosidad, nuestro afán de generar preguntas que respondan a las preguntas. Por lo que
posibiliten comprender nuestros comportamientos interrelacionales y nuestro pensamiento
crítico.
Llegando a estos puntos creo se nos va haciendo evidente la necesariedad de repensar las
diferencias, las potencias, las entramadas relaciones, las tensiones, las aporías que la
relación psiquis – sociedad nos impone como punto de partida para la construcción de una
psicología social, de unas ciencias sociales que no debieran omitir ocuparse, entre otras, de
cuestiones que están en el aire de época que respiramos.
14
Pensar la Neutralidad como cuestión ético-política. Decidirnos a propiciar la generación de
espacios que favorezcan la posibilidad de que el pensamiento advenga.
La acción, sí la acción de pensar, NO lo que esa “técnica” produzca. El pensar como una
experiencia, como a cada quien sus inferencias como pensamientos de sujetos entramados,
solidarios y singulares. Como sujetos sujetados a una cultura que favorece ir imaginando y
decidir buscar las maneras de construir trabajosamente un pensamiento adecuado.
Deberemos elucidar acerca del uso (ab-uso) de dispositivos, técnicas y estrategias para la
construcción de subjetividad. Mirar cuales son las condiciones que potencian los sesgos
deseados por los “dueños” de los mensajes en la recepción.
Eso, ocuparnos de nosotros, de nuestros “coordinados”, de los colectivos, como Receptores
de tanta información.
Así como también el camino, las maneras, los vericuetos con que llegan a cada uno los
mensajes persistentes, mayoritarios, masivos con que el saber de quienes poseen las
máquinas de producción masiva de subjetividad se transforma en “sentido común”, Commented [J3]: Muchas veces intentamos no ser
contaminados por los medios tecnológicos, dejamos de ver
representación social, imaginario colectivo, inconsciente colectivo, subjetividad colectiva. televisión, escuchar radio, leer los diarios y suele pasársenos
Habrá que coordinar favoreciendo la autonomía solidaria de unas subjetividades singulares inadvertidos los mediadores con que esas construcciones nos
entramadas en lo colectivo. Aún la propia. Señalando que es inevitable que la construcción constituyen como subjetividad sojuzgada.
Las nuevas tecnologías también contienen, allí donde hay aspiraciones de dominación, la
posibilidad de crear y ejercer formas de pensar como acto colectivo. El o los riesgos a los
que estamos sometidos nos desafían a inventar formas de desarmar estrategias de
dominación. Habrá que desnaturalizar sus mecanismos, sus entresijos, sus vericuetos.
Intentar hacer visibles las bifurcaciones de los caminos y elegir cada vez que podamos.
La Psicología Social, mejor los Psicólogos Sociales deberemos pelear contra nuestra inercia
mental y nuestros intereses personales que siempre han sido, a lo largo de la historia de la
ciencia, los dos grandes obstáculos que han frenado el cambio, la innovación y el progreso.
(Zemelman; 2000)
Constituirnos en sujetos pensantes a partir de contactar con nuestras formas de vibrar,
emocionarnos, resonar. Rescatar del ninguneo nuestros afectos y desde allí nuestras ideas
para estar en condiciones de acompañar y ser acompañados en estos procesos que requieren
no una cercanía, menos una distancia sino una implicación extranjera. La extranjería
implicada en la situación, en la singularidad de cada aquí y ahora contigo. Una vivencia
propiamente humana. No tan centrada en la experticia como en la convivencia que
pregunta. Porque? Cómo? Quienes?
Para el pensamiento. Para que la innovación trabaje en los desacoples subjetivos apostando
al encuentro.
10
Tiqqun. Primeros materiales para una TEORÍA DE LA JOVENCITA. Acuarela & Machado.
11
2 Virno, P. Y así sucesivamente, al infinito. Lógica y antropología. FCE. Bs. As. 2013. Página 32.
16
Pensar que es preferible intentar un camino autónomo, propio, nuestro, aun cuando
corramos el riesgo de que a lo mejor en principio sea tan incorrecto, o más que el otro.
Pero, por lo menos, nuestro12.
Pero, como la luz de las estrellas estalladas, sigue visible en la luminosidad que está todavía
viajando por el cosmos. O, como el Cid Campeador en su última batalla, los epígonos de
esa modernidad “temprana” la han sujetado a su cabalgadura y, muerta, sigue aquí librando
su batalla.
Modernidad “tardía”.
Pero las nuevas alternativas interpretativas donan sentidos novedosos a lo que interpretan.
Transforman aquello de lo que se ocupan. Por ejemplo, las relaciones familiares no son lo
mismo que eran antes (en siglo XIX y mitad del S.XX) cuando las pensábamos con el
complejo de Edipo. Al instalarse en la cultura, al devenir sentido común, este drama de la
literatura griega intercepta la mirada, la tiñe, transformando lo que vemos, construimos y
pensamos cuando nos referimos a mamá, papá y su progenie. Así, nuestra mirada está
siendo modificada por construcciones teóricas que evidencian claramente, si no
insatisfacción, sí claras señales del agotamiento del paradigma de la modernidad.
Y, el agotamiento aparece como promotor y emergente de ésta, la más profunda crisis de
las ciencias contemporáneas. Crisis que parece haber llegado para quedarse y que, por ello,
habría perdido su carácter de cuestión momentánea.
Este declinar se ha ido configurando a lo largo de las últimas tres cuartas partes del siglo
XX.
Con los tres maestros de la sospecha: Niestzche, Freud y Marx se ha levantado la ola que
está borrando la idea de hombre de las arenas de la modernidad, diría Michel Foucault.
A fines del siglo XIX, comienza la instalación de una bomba de profundidad.
12
Fernandez Christlief, P.
17
Con la construcción del psicoanálisis, Sigmund Freud comienza a minar el lugar entronado
de la razón infligiendo a la humanidad una herida narcisista formidable, postulando que no
era la razón la determinante principal de nuestra conducta.
Carlos Marx hubo con la idea del fetichismo, entre otras, mostrado lo laberíntico del
conocimiento.
Y la cuestión del poder, que nos permite ir pensando que la hegemonía no es producto sólo
de la coerción física, sino que necesita construir imaginarios que justifiquen y den estatus,
que encubran injustificadas dominaciones, que oculten débiles supuestos. Epistemes y
paradigmas se hacen visibles campos de batalla por la apropiación del capital simbólico.
Los sueños de hegemonía se libran en la apropiación de capital simbólico para desde allí
imponer las certezas convenientes. El territorio como objetivo de captura de los
imperialismos ha dejado de ser solamente la tierra donde apoyamos nuestros pies. Les
interesan otras geografías, otros territorios. Otros campos que les permitan apropiarse y
acumular capital simbólico. El biopoder. La biopolítica. El disciplinamiento de los cuerpos.
La psicopolítica. Las neurociencias.
Hace mucho que sabemos que se pueden hacer cosas con las palabras.
Afectar. Conmover. Convencer. Conversar.
Y que el capital simbólico, producido entre todos, también es codiciado como propiedad
privada pasible de ser acumulada. Recordemos como ejemplo práctico y experiencia vívida
lo que pasa con la apropiación de conceptos del campo simbólico psi tales como: terapia,
consultorio, clínica, salud, etc. Los Psicólogos Sociales sabemos de eso. Y el campo psi
sabe de pretensiones hegemónicas.
Así como el campo de la salud lo sabe.
¿Y cuál no?
Ser otros
Algunos sostienen que la aparición del libro modificó las subjetividades. Aun la de quienes
no leían.
El devenir hipertexto de lo textual está demandando nuevas estrategias de lectura.
Las nuevas tecnologías han modificado el formato, la cantidad, la velocidad de los
estímulos que recibimos. Han ido generando saturación, afectaciones suplantables en lugar
de marcas.
Digo, insisto, estamos viviendo escenarios novedosos.
Si pensamos en el hombre y sus circunstancias, si éstas han cambiado y/o han mutado,
podemos sospechar que estas otras circunstancias constituyen, hoy, otras subjetividades.
No somos los mismos en estas circunstancias.
Estos cambios demandan que cambiemos.
Si fuera así, los sujetos, los grupos, las organizaciones, las instituciones imaginarias, la
comunidad ya no son los mismos que eran, éramos, antes de esta tormenta que no cesa.
¿Hemos mutado? ¿Cambiamos? ¿Nos somos los que éramos? Los Grupos a los que
pertenecemos, las Instituciones, nuestras comunidades ¿han cambiado? ¿Hemos cambiado?
¿Somos otros?
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¿Psicología Social?
Filosofía y contemporaneidad.
Para Anastasio Ovejero Bernal, “La psicología social es una empresa colectiva que se ha
ido constituyendo a lo largo de los últimos siglos, siempre al hilo del pensamiento
filosófico occidental, primero, y en relación con las demás ciencias sociales, después. Sin
embargo, en cuanto se “independizó” como ciencia particular intentó desasirse totalmente
de la filosofía, lo que por fuerza le ocasionó serios problemas de constitución, problemas
que se agravan “, dice, “al ir aislándose paulatinamente nuestra disciplinas de las demás
ciencias sociales. Pues, a mi juicio, todo intento de reconstrucción de la psicología social
debería pasar, por una parte, por inscrustarla adecuadamente dentro del pensamiento
occidental del que surgió y del que nunca debió aislarse. Y debería también, por otra parte,
estar siempre atenta a los avatares sociales de la sociedad de la que forma parte”.13
Podemos pensar, con Ovejero, que algunas de las dificultades de la psicología social, su
crisis, la falta de innovaciones, la tendencia a generar islas en disputa, competencias
comerciales, etc. tienen relación con el abandono del recurso a la filosofía, a la
antropología, a la sociología, a la psicología social del sur y más puede hacerse siguiendo el
ejemplo del esfuerzo lector de Pichón.
Nuestra disciplina se ha instalado muchas veces en el territorio de los binarismos tratando
de resolver la relación que vincula psicología y sociología, individual y masivo, singular y
colectivo.
Sabemos, en las preguntas esta la modalidad de plantear los problemas. Esta la condición
de la respuesta puesto que es la pregunta la de señala y delimita el lugar desde el cual se
responderá. Cuando la pregunta separa relacionando con una “y” está condicionando una
respuesta en el territorio de la fragmentación. Esta ubicando el problema a pensar en el
territorio de los dualismos allí donde se pierde la posibilidad de ocuparnos de la
multiplicidad que es procesual, rizomática, que se resuelve en magmática combinación.
Esta apelación a los binarismos como técnica para pensar nace junto con la cultura
Occidental en la Grecia de Platón. Es, entonces, la invención de la fragmentación binaria la
que se pone en tensión. Tensión que nos atrae como si quisiéramos reparar el mundo
dañado, la realidad oriental fragmentada. Este movimiento que funda una cultura inventa
también un sujeto fragmentado: en cuerpo/alma; interioridad/exterioridad,
individuo/colectivo, sujeto/objeto.
Entonces, la preocupación que construye el suelo de lo que señalamos como psicología
social cada vez que intentamos genealogizarla, consiste en retomar una pregunta que
desnaturaliza tanta dicotomía, binarismo, dualismo.
La psicología social nace como un conjunto de notas y comentarios en los márgenes de los
diálogos platónicos y es en la deriva de un encuentro con Baruch Spinoza donde quizás
podamos torcerle la mano al binarismo que parte en dos lo que va siendo múltiple a partir
de uno. Allí en el mundo de los atributos de la naturaleza toda es que encontramos en la
filosofía de Spinoza la posibilidad de evitar la simplificación empobrecedora que supone a
la psicología social como el punto de intercepción de la sociología y la psicología. Entonces
13
Ovejero Bernal, A. La nueva Psicología social y la actual postmodernidad. Raíces, constitución y desarrollo histórico. Universidad de Oviedo. Servi cio de Publicaciones. Pág. 11
19
“cualquiera que pueda juntar la palabra psicología con la palabra social tiene ya una
ocurrencia de lo que es la psicología social, con lo cual se queda contento.”14
Es Baruch Spinoza quien puede ayudarnos desde la filosofía a pensar como interfaces lo
que el platonismo nos invita a ver como dos polos. Cuerpo alma, singular colectivo, arriba
abajo, adentro afuera requiriéndose mutuamente para existir.
La grafica tópica de la cinta de Moebius resulta realmente útil para pensar esta cuestión.
Las cosas cobran existencia en lo que generan en el encuentro. No habría entonces realidad
objetiva sin un sujeto que la construya desde su subjetividad. Y esa subjetividad es el
producto singular de una subjetividad colectiva. Es singular porque produce y es producida
por un plural.
Construir el porvenir
El tiempo que fue aún no pasó y el porvenir no es sino sólo anuncio y desafío.
Cuenta Marcelo Percia que su amigo dice: “Vivo un tiempo desesperante. El pensamiento
que me abriga no me abriga. Y el pensamiento por venir aún no se anuncia.”15
Desfondamiento, declinación, caída, estallido, entre otras, se postulan como metáforas para
evidenciar lo que parece ser la más profunda crisis de los supuestos de nuestra vida
cotidiana. De las lógicas, las estrategias y las erogeneídades.
De la estética. De la ética.
Lo Psicosocial
14
Fernández Christlieb, P. Lo psicosocial. En: Ovejero, A. y Ramos, J. Psicología Social Crítica. Biblioteca Nueva- Universidad Autónoma de Querétaro. Universidad Michoacana San
Nicolás Hidalgo. Madrid. 2011. Pág. 48
15
Percia, M. Una subjetividad que se inventa. Diálogo demora recepción. Lugar Editorial. Bs. As. 2002.
Página 7.
20
¿Somos testigos con los ojos abiertos?
¿La perplejidad nos paraliza?
¿Las transformaciones nos anonadan?
¿Hacer visibles las novedades demanda que nos pongamos a trabajar?
¿Habrá que volver a construir?
Entonces, habrá que pensar.
Pensar cada vez. Pensar cada cosa. Y, sabemos, pensar es cambiar.
Hay mucho para hacer.
Dice Anastasio Ovejero Bernal: “La psicología y la psicología social no pueden, de ninguna
manera, seguir encerradas en sus torres de marfil, que son sus laboratorios, que son sus
cátedras, que son sus obsoletas y decimonónicas prácticas profesionales, colocándose de
espaldas a las exigencias que la nueva sociedad y las nuevas circunstancias nos están
planteando a todos, y tal vez a los psicólogos sociales más que a nadie, porque la psicología
social es un genuino producto de la Modernidad, es decir, de una época que, al acabar, nos
pone a los psicólogos sociales en la tesitura de renovarnos en profundidad o morir con
ella”.
He aquí algunas ideas puestas a pensar.
Es una invitación.
Los espero con una gustosa expectativa. Y, siempre, siempre con un abrazo.
NOTAS
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Acuarelas Psicosociales
Pinturas sobre el papel. con colores diluidos por el trabajoTrabajo de la memoria y el
olvido.
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Derivas
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Anexo Formatted: Centered
La suprema corte de justicia confirma la validez y las incumbencias de los títulos de Formatted: Font: Not Bold, Not Italic
Psicología Social
Fallo de la corte suprema de justicia de la provincia de bs. As. Formatted: Font: Not Bold, Not Italic
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