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Núm. 3: Aarón. Aspectos en los que Aarón fue un buen ejemplo para los cristianos (it-1 pág. 9 párr.

1–pág. 10 párr. 4)

Nadie lo conoce, nadie sabe nada acerca de él, la primera vez que su nombre aparece es en Ex 4:14.
Cuando Moisés, durante la visión en Monte Horeb, intenta rechazar la peligrosa misión que se le impone,
alegando ser lento de lenguaje y carente de elocuencia. Jehova le dice: “Sé con certeza que él sí puede
hablar”. Aarón fue al monte Sinaí a encontrarse con Moisés, y allí se le informó sobre el trascendental alcance
del propósito divino con respecto a Israel y Egipto. Después los dos hermanos regresaron a Egipto a cumplir su
comision. (Éx 4:14-16, 27-30.).
Aaron (Nombre masculino de origen hebreo, aunque de raiz egipcio "Aha Rw" (león guerrero) tiene 83
años, nacido en el seno de una nacion esclava, profundamente oprimida, es bisnieto de Levi, hijo según se dice
de Amram y Jokébed. Tiene una hermana mayor que él, Míriam, y un hermano tres años más joven, Moisés.
(Éx 2:1-4; 7:7.) Esta casado con Eliseba, con quien tendrá cuatro hijos: Nadab, Abihú, Eleazar e Itamar. (Éx
6:23.)
Sin duda, transmitir el mensaje de Dios al Rey era una tarea muy complicada. El Faraón reprendió
duramente a Moisés y a Aarón, cuya intervención resultó ser desastrosa para los israelitas (Ex. 5). Éstos
últimos, abrumados por los duros trabajos a que fueron sometidos, murmuraban amargamente de sus líderes.
Sin embargo, Jehová le explicó a Moisés: “Mira, te he hecho Dios para Faraón, y Aarón tu propio hermano
llegará a ser tu profeta”. (Éx 7:1, 7.) Fue Aarón quien ejecutó la primera señal milagrosa ante Faraón y sus
sacerdotes practicantes de magia, y, más tarde, fue él quien, por orden de Moisés, extendió la vara de este,
señalando así el comienzo de las diez plagas. (Éx 7:9-12, 19, 20.) Continuó colaborando estrechamente con
Moisés y obedeciendo a Dios durante el transcurso de las plagas hasta que llegó la liberación. En el
desempeño de este papel fue un buen ejemplo (hombre fiel, elocuente, valeroso, obediente y resolutivo)
para los cristianos, quienes sirven de ‘embajadores en sustitución de Cristo, como si Dios estuviera
suplicando mediante ellos’. (Éx 7:6; 2Co 5:20).
Su labor como vocero de Moisés debió ir disminuyendo durante los cuarenta años que los israelitas vagaron
por el desierto, pues parece ser que Moisés cada vez habló más por sí mismo al pueblo. Sin embargo, Jehová
por lo general siguió tratando con los dos cuando dio instrucciones, y ambos sirvieron al pueblo y le dirigieron la
palabra juntos hasta el mismo momento de la muerte de Aarón. (Nú 20:6-12.)

Jehova asigna una nueva mision a Aaron. Dios estableció un sacerdocio con el Israel de la antigüedad,
principalmente para prefigurar su verdadero sacerdocio celestial. Seleccionó a Aarón el hermano de Moisés, de
la tribu de Leví, como sumo sacerdote. Moisés ungió a Aarón con aceite. Entonces a Aarón se le pudo llamar
“el ungido” o “Mesías.” Después de esto Moisés procedió a ungir a los cuatro hijos de Aarón como
subsacerdotes. (Éxo. 40:1, 2, 12-16)

Aaron cumplio con devocion su dificil mision, en circunstancias muy complicadas: la muerte de sus hijos Nadab
y Abihú Cuando a él y a sus otros dos hijos se les mandó que no se lamentaran por la muerte de los
transgresores, “hicieron conforme a la palabra de Moisés”. (Le 10:1-11.) Asi mismo se mantuvo integro ante la
rebelion de Core y los 250, y las murmuraciones de la congregacion, Aarón mostró gran fe y valor al salir
obedientemente con el braserillo para hacer expiación por el pueblo, “parado entre los muertos y los vivos”,
hasta que el azote se detuvo. (Nú 16:46-50.)

Aaron a pesar de su increible biografia cometio errores, pero aprendio de ellos. Aarón cometió tres graves
males. Hizo el becerro de oro, se unió a su hermana Míriam en criticar a Moisés y no santificó ni honró a Dios
en Meribá. Sin embargo el ejemplo, de Aarón, rebate la idea de que Dios siempre esté buscando faltas en la
gente y de que nadie sea capaz de complacerlo. Jehová vio que tenía buenas cualidades y permitió que
continuara siendo sumo sacerdote hasta el día en que murió a los 123 años. (Éxodo 32:3, 4; Números 12:1, 2;
20:9-13).

Sin duda un excelente ejemplo para todos nosotros, alguien pensando en Aaron (y yo en mi hijo, del cual estoy
muy orgulloso), hizo una oracion que quiero compartir con vosotros.

Concédeme, Señor, serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valentía para cambiar las cosas
que puedo cambiar, y sabiduría para conocer siempre la diferencia (Kurt Vonnegut)

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