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A:"Lista Dinamicas" <dinamicas@yahoogrupos.com.mx>


De:"ACM" <acm_mex@hotmail.com>
Fecha:Tue, 11 Jun 2002 22:27:50 -0500
Asunto:[dinamicas] Sobre el noviazgo

EL NOVIAZGO

REQUISITOS.

Se dice que el noviazgo es la antesala del matrimonio; y como la Biblia dice que el matrimonio es para toda la
vida, entonces el noviazgo debe ser algo sumamente serio.

Si bien es cieno que la Biblia no tiene pasajes que se refieran específicamente al noviazgo, sí presenta algunos
principios que podemos aplicar. Basados en ellos, estudiaremos algunos requisitos que se han de llenar antes de
iniciar un noviazgo.

Orar

¿Por qué no oramos para iniciar un noviazgo? ¿Por qu é no pedimos la dirección divina en este paso tan delicado
de nuestra vida? Tal vez sea porque algunos de nosotros pensamos (sin decirlo) que el Señor no sabe nuestros
gustos y si le pedimos una novia o un novio puede ser que vaya a darnos a alguien que no nos guste. Por lo
tanto, preferimos escoger por nosotros mismos y ya después oramos para que Dios vaya resolviendo todos los
problemas que se van presentando. Pero, la verdad es que nadie mejor que el Creador sabe quién es la persona
que realmente nos conviene y que llenará no sólo nuestros gustos, sino también nuestras necesidades más
íntimas. El nos creó, por lo tanto, él sabe mejor que nosotros mismos qué es lo que realmente necesitamos.
Muchas veces a los ojos de los demás, y a nuestros propios ojos, no nos parece adecuada una persona, pero si
el Señor nos guía al noviazgo e inclusive al matrimonio con ella, nos podremos dar cuenta e ir comprobando día
a día que nadie más podría llenarnos, satisfacemos y hacemos tan felices como esa persona que Dios guió hacia
nosotros. La clave está en confiar plenamente en el Señor y obedecer lo que dice en Filipenses 4:6. “Por nada
estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oraci ón y ruego, con acci ón de
gracias”, recordando la promesa del Salmo 34. 3-4: "Ten confianza en Yahvéh y obra el bien, vive en la tierra y
crece en paz, ten tus delicias en Yahv éh, y te dará lo que pida tu coraz ón.

Si antes no lo hemos hecho, comencemos ahora. Oremos a Dios por la novia o el novio que él está preparando
para nosotros; démosle gracias por nuestra situaci ón actual y descansemos plenamente en la seguridad de que
él nos concederá todas nuestras peticiones de acuerdo a lo que él sabe que nos conviene, y en el momento
oportuno. Estemos seguros de que el Altísimo nunca se equivoca; y él, antes de que nosotros naciéramos ya
tenía planeada nuestra vida, y si en su plan est á que nos casemos, entonces él ha estado preparando esa
persona con quien vamos a compartir nuestra vida.

Buscar novio entre cristianos.

En 2 Corintios 6:14 dice: “No os un áis en yugo desigual con los incr édulos”. La Biblia es muy clara en este punto
y, aunque en ese pasaje no se refiere al noviazgo, sí sabemos que durante éste comienza a haber una unión
muy especial, que no puede realizarse correctamente si los dos jóvenes no son cristianos. En este requisito

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debemos tener mucho cuidado con una treta de Satanás en la cual nos dice al oído: “No te preocupes, tu vas a
convencerle y convenirle a Cristo”. Pero recordemos que Satanás siempre está diciéndonos lo opuesto a lo que
Dios dice. A este respecto nuestro Señor dice que sólo el Espíritu Santo puede convencer al pecador (Juan 16:7-
8). Ninguno de nosotros, por muy bueno e inteligente que sea, podrá convencer a alguien si el Espíritu Santo no
actúa en su corazón. Además hay que reconocer el riesgo de enamorarse de un inconverso y casarse con él a
pesar de haber dicho tantas veces que jamás lo haría. Por lo tanto, si no queremos sufrir en el noviazgo y
posteriormente en el matrimonio, obedezcamos a lo que Dios nos manda.

Aclarar nuestra intenci ón de pasar a otro nivel de relación.

Muchas veces, cuando hay una amistad entre dos personas de ambos sexos llega un momento en que se
deslizan al siguiente nivel (noviazgo) sin aclarar su intención. Esto sucede porque al pasar el tiempo la intimidad
llega a tal grado que comienzan a tomarse derechos que corresponden al noviazgo. Pero al no aclarar nada, se
están evadiendo responsabilidades. Esa es una posici ón muy cómoda, pero equivocada, ya que como decíamos,
el noviazgo se ha de tomar en serio. Si queremos gozar de sus privilegios, también hemos de asumir
responsabilidades. Así que debemos aclarar en qué nivel nos encontramos.

Mantener una actitud responsable.

Al entrar al noviazgo debemos tener en mente la intenci ón de casarnos con esa persona. No debemos tomar el
noviazgo como un juego. Sin embargo, el hecho de ser responsables y tener en mente casamos, no quiere decir
que indiscutiblemente lo haremos. Nosotros no sabemos el futuro. Puede ser que Dios, por alguna razón,
después de un tiempo de noviazgo nos indique que nos separemos. Aunque esto sea doloroso, nuestra
responsabilidad es obedecerle a él antes que nada, aun cuando no comprendamos tal cosa. Puede ser que el
Señor quiera damos ciertas experiencias por un tiempo, pero sea otra la persona con quien realmente nos vamos
a casar. Sin embargo, como nuestra mente no alcanza a ver el futuro, nuestro deber es tener una actitud
responsable.

Hacernos algunas preguntas

¿Es esa la persona que Dios ha preparado para mí? Recordemos que, si hemos de casarnos, el Padre Celestial
ha estado preparando una persona para nosotros, la cual no solo satisfará todas nuestras necesidades, sino que
junto con ella podremos cumplir con exactitud y gozo el propósito que Dios tiene para nuestra vida. En cambio, si
no es la persona preparada por el Señor, puede resultar en una vida de dolor, frustraci ón, decepci ón y amargura.
No nos apresuremos; es preferible esperar un poco y no sufrir toda la vida.

¿Soy yo la persona que Dios ha preparado para ella o él? Esta pregunta es más difícil de contestar;
generalmente creemos que nosotros le convenimos a cualquier persona. No estamos acostumbrados a ser
sinceros con nosotros mismos. Pero debemos pensar que aun cuando seamos la mejor persona del mundo, si
Dios no nos une con determinada persona, no cumpliremos el propósito divino para nuestra vida. No
experimentaremos lo mejor que el Señor nos quiere ofrecer. A la vez, reconocemos la gracia del perdón del
Padre Celestial. El puede lograr cambios milagrosos. Pero uno no debe creer que tiene obligaci ón de hacerlo.

La amistad es el medio por el cual podremos dar respuesta a esta pregunta. En ese tiempo nos podemos dar
cuenta quién es esa persona, cómo piensa, qué anhela; y determinar si podríamos vivir unidos toda la vida
Tenemos que ser realistas. Aunque las metas y propósitos de ambos sean muy loables, si no concuerdan, su
vida juntos no será muy feliz. Para el noviazgo y posteriormente para el matrimonio, es muy importante que
ambos tengan el mismo propósito en la vida, o por lo menos, que la mujer est é de acuerdo con el propósito de él,
y dispuesta a ayudarlo en todo para llegar a la realización de dicho propósito. Cuidado con dejamos llevar
solamente por los sentimientos. Dios quiere que sintamos, pero también que usemos nuestra mente y voluntad
(todo lo cual es parte de la imagen divina en nosotros). Recordemos que nuestro Señor es un Dios de orden y
perfecci ón, así que cuando él prepara a dos personas para compartir juntos su vida, les da el mismo propósito, la
misma visión, para que así se puedan apoyar y estimular con el fin de agradarle y cumplir su propósito.

¿Me gustaría que ella (él) fuera la madre (el padre) de mis hijos? Hay la posibilidad de que no tengamos hijos,
pero la generalidad es que silos tendremos, as í que es muy importante que pensemos en este punto. Muchas
veces ella o él son muy atractivos y simpáticos, pero cuando nos ponemos a pensar en su educación, sus

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principios, su carácter, realmente nos asusta que ella vaya a ser la madre de nuestros hijos y los críe con sus
principios o los descuide con su negligencia, o que él sea el padre que en lugar de orientar a nuestros hijos, los
maltrate debido a su mal carácter y los mal eduque por su falta de sabiduría.

Seguramente si contestamos con sinceridad esta pregunta, muchas personas tendrán que ser eliminadas
inmediatamente. Pero, vale la pena hacerlo cuando todavía es tiempo. Las señoritas deben preguntarse: ¿Es
este el hombre a quien yo me someterla totalmente? La Biblia claramente dice que el hombre es la cabeza de la
mujer; por lo tanto, debe somet érsele (Efesios 5:21, 23). Y, aunque este pasaje se refiere al matrimonio, la
pregunta debe hacerse antes de ir iniciar el noviazgo ya que, probablemente con ese hombre nos casaremos.
¿Es un hombre tan digno que vale la pena que le entreguemos nuestra vida para que la controle, dirija y proteja?
¿Las decisiones que hace son tales que no tendré ningún reparo en aceptarlas? ¿Estoy dispuesta a dejar todo
por él? Como cristianas que somos, esto es algo que tenemos que obedecer si realmente amarnos a Dios y
queremos acatar su voluntad. Si así lo hacemos, gozaremos de la plenitud y felicidad que Dios desea para
nosotros.

Los varones deben preguntarse: ¿Es la mujer con quien yo compartirla todo lo que tengo y todo lo que soy, sin
reserva alguna? En Efesios 5:25 dice: “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se
entregó a si mismo por ella”. Es decir, si Cristo se entregó completamente por la iglesia, el hombre debe seguir
con exactitud su ejemplo. Algunos varones consideran que “no es de hombre entregarse totalmente”, pero como
cristianos sabemos que Jes ús es nuestro ejemplo y él no tuvo reservas al entregarse por todos nosotros. Por lo
tanto, los varones son llamados a dar todo lo que son y compartir con su mujer todos sus pensamientos, anhelos,
éxitos y fracasos, debilidades y fortalezas. Antes de iniciar el noviazgo debemos preguntarnos seriamente si ella
es la mujer indicada a quien estamos dispuestos a entregarle todo lo que somos y lo que tenemos. Una vez que
hayamos cumplido con todos estos requisitos podemos estar seguros de que hemos alcanzado un gran
porcentaje de éxito para nuestro noviazgo y nuestro posterior matrimonio. Por lo tanto, ya estamos preparados
para dar un paso firme, e iniciar un noviazgo agradable a los ojos de Dios.

Preguntas

• Enumera los requisitos para el noviazgo.

• ¿Por qu é se ha de tomar en serio el noviazgo?

• ¿Qué problemas surgen cuando la otra persona no es cristiana?

• ¿Por qu é los novios deben tener el mismo propósito en la vida?

• ¿Qué papel juega la amistad en el noviazgo?

• ¿Cuántos requisitos has cumplido tu?

• ¿Qué debes hacer para cumplir los demás?

CARACTERÍSTICAS.

Todas las personas anhelan llegar a tener un noviazgo de alta calidad. Como cristianos no solo podemos
anhelarlo, sino también realizarlo, porque poseemos una ayuda que nadie más tiene: la de Cristo, nuestro
Salvador, quien siempre está a nuestro lado (Mateo 28:20), dándonos el poder necesario para hacer todas las
cosas (Filipenses 4:13), de acuerdo a la dignidad y perfección de Dios nuestro Padre. Como cristianos somos
llamados a ser santos como Dios es santo (1 Pedro 1:16). En nuestro vocabulario no debe existir la frase “no
puedo”, sino que siempre debemos estar dispuestos a seguir las pautas que él nos da para cumplir su voluntad.

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En este capítulo estudiaremos algunas características que debe poseer nuestro noviazgo para que sea
agradable a los ojos de Dios.

Tener como antecedente un período de amistad.

Este período normalmente debe ser de por lo menos 4 a 6 meses. La amistad es indispensable para que nos
conozcamos y estemos seguros de que tenemos el mismo propósito en la vida, que nuestras personalidades no
chocan y que ambos hemos sido preparados el uno para el otro por Dios mismo.

Establecer tres bases fundaméntales.

Sinceridad. En todo noviazgo ambos se deben quitar las m áscaras, mostrarse tal como son, para conocer y ser
conocidos profunda y completamente. Cualquier pareja que dice amarse mucho sin ser sinceros el uno con el
otro, anda mal. O se están autoengañando, o se están dejando llevar solamente por sus emociones (“porque el
coraz ón les palpita”), o por la atracción física. Cuidado, al final esto traerá consecuencias desastrosas para
ambos, y tal vez para terceros (los hijos, si llegan a casarse).

Confianza. Esta cualidad es indispensable para compartir con esa persona todos mis anhelos, sufrimientos,
gozos, fracasos, frustraciones, esperanzas, etc. También para hablar de todos los temas sin avergonzarme.
Acordémonos de que el noviazgo es el preámbulo del matrimonio; y en el matrimonio habremos de compartir
todo, y platicar de todo. Por tanto, en el noviazgo debemos ir aprendiendo como hacerlo.

Aceptaci ón. Es decir, aceptar a la otra persona tal como es. No es l ícito desear cambiar a la otra persona y’
hacerla como a nosotros nos plazca, o de acuerdo a la imagen ideal que desde pequeños hemos soñado. No
cometamos el error de iniciar el noviazgo pensando “voy a cambiarla(o)”. Esto, además de ser pura ilusión
(puede ser que nunca cambie), está demostrando que no estamos amando genuinamente, sino pensando
únicamente en nuestra satisfacci ón, y no en respetar la personalidad de ese ser a quien decimos amar. Aunque
por otro lado, sí es licito orar y aun estimular a que haya alg ún cambio en nuestro amigo especial en algunas
áreas de debilidad que le estén perjudicando. Pero esto nunca debe ser con presión y exigencia, sino con
sabiduría y amor.

Si a los noviazgos les falta alguno de los tres elementos anteriores, no debemos iniciarlos hasta que se
introduzca dicho elemento. Si no lo hacemos así, estaremos jugando y labrando nuestra desdicha.

Tener la libertad de decir “ya no”

Es cieno que debemos iniciar el noviazgo con la actitud responsable de queremos casar con la otra persona.
Pero al mismo tiempo debemos tener en mente que el noviazgo todavía no es el matrimonio, así que aun existe
la oportunidad de reconocer que nos hemos equivocado y enmendar dicho error. Si en el transcurso del
noviazgo, él o ella se dan cuenta de que Dios les está mostrando otro camino, entonces primero se debe
obedecer al Señor. Pero ¡cuidado con tomar a Dios de pretexto para cubrir nuestra irresponsabilidad!

Si es a nosotros a quienes nos toca decir “ya no”, aunque sea duro, debemos ser sinceros. Es preferible hacer
sufrir ahora, por un tiempo cono y no sufrir juntos toda la vida. Si es la otra persona a quien le toca decir “ya no”,
nuestra actitud no debe ser de reproche, resentimiento o rencor1 sino al contrario, debemos agradecer su
sinceridad y darle la libertad, confiados en que Dios sabe mejor que nosotros lo que hace y lo que nos conviene.

También debemos estar alertas ante las presiones, ya sea de parte de la familia, o del grupo de compañeros en
el cual nos movemos. Algunas parejas han descubierto que ya no quieren casarse, pero la familia o los amigos
los han presionado de tal manera que no tienen el valor suficiente de defraudarlos y se han casado sin amor.

Otro tipo de presión es cuando la pareja ha llegado a caricias demasiado intimas, e incluso a tener relaciones
sexuales, de tal manera que aunque ya no quieren casarse, ahora “tienen que casarse”. Pero todo esto sólo los
conduce a una vida de desilusión, resentimiento y amargura.

Controlar las expresiones de cariño.

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El concepto general que se tiene del noviazgo es que es la oportunidad de abrazarse, besarse y acariciarse
constantemente, sin temor a que los juzguen o regañen. Desafortunadamente, muchos novios no platican entre
sí, sino que pasan el tiempo acariciándose y excitándose mutuamente. Esas personas llegan al matrimonio
siendo extraños el uno para el otro; han descuidado tanto la comunicaci ón que ya no se conocen.

Por esto, y por algunos peligros a los que se exponen los novios, es recomendable que las expresiones de cariño
posean las mismas características que en la amistad: espontaneidad, casualidad y causalidad. Por supuesto, en
el noviazgo hay más causas para expresar el cariño, m ás ocasiones y más oportunidad para la espontaneidad.
Precisamente debido a ello hay que tener sumo cuidado de mantener la pureza.

Algunos peligros a los que nos enfrentamos si no seguimos estas pautas son:

(1) Las caricias ocupan el primer lugar en nuestra relación. El novio o la novia llega a importar no como
persona, sino meramente como un objeto sexual que nos satisface.

(2) Nuestra motivación para vemos ya no es platicar y así conocemos y comprendemos cada día más, sino
relajar nuestra tensión sexual.

(3) Se puede llegar a un grado de excitación en el cual sea imposible detenerse y nos lleve a realizar la relación
sexual, misma que según la Biblia, está limitada al matrimonio. Por lo tanto, realizarla en el noviazgo es un
pecado a los ojos de Dios. Por otro lado, daña a ambos y probablemente a otros más, si es que ella queda
embarazada. Además deshonra y lastima a los padres de ambos.

Todos nosotros somos responsables de la forma en que tratamos a nuestra novia o novio. No tenemos derecho
de abusar y tratarlos como meros objetos. Ni nosotros debemos permitir que se nos trate así. El amor genuino no
se demuestra pidiendo o dando algo más de lo que es permitido dentro del noviazgo. No nos engañemos, los
que actúan as í no están amando, sino jugando con y abusando de la otra persona.

Hablar de todos los temas.

Esto incluye religión, política, cultura, sexo, hijos, educación, economía del hogar, etc. Pero esto se debe hacer
sin avergonzarse o pelearse. Pueden exponer y discutir las diferencias de opinión, pero no regañarse u
ofenderse por ellas. Ambos deben estar siempre dispuestos a analizar y aceptar el punto de vista del otro.

Edad.

¿A qué edad podemos iniciar un noviazgo? Debido al desarrollo y madurez integral de las personas,
generalmente se sugiere que no sea antes de los 18 años en las mujeres, y los 20 años en los hombres. Esto,
por supuesto, tomando en cuenta que el noviazgo no es un juego, y que pronto han de pensar en su matrimonio.

Cabe aclarar que, aunque la edad es importante, más lo es la madurez global (ffsica, emocional y espiritual) de
ambos, la cual algunas veces no concuerda con la edad. Pero no tomemos esto de pretexto para iniciar un
noviazgo a temprana edad.

Tiempo.

¿Cuánto debe durar un noviazgo? No debe ser ni muy largo ni muy corto. Ni tan largo que empecemos a buscar
pretextos para ya no casamos, por eludir las responsabilidades del matrimonio. Es cieno, a veces hay
circunstancias especiales y fuera de nuestro control, que alargan un noviazgo, pero nuestro deber es ser
sinceros y exponer claramente nuestras verdaderas intenciones. El noviazgo tampoco debe ser muy cono. Es
conveniente y muy benéfico que los novios se lleguen a conocer bien en el mayor número de circunstancias
posibles (tristes, alegres, enojados, fracasados, victoriosos, etc.)

Amarse con amor amplio.

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Eros. Esta palabra griega describe el amor físico, hasta cieno punto egoísta porque piensa en su satisfacci ón.
Pero es un amor que debe formar parte normal y sana del noviazgo. Este tipo de amor nos hace amar la
apariencia física del otro y buscar la satisfacción sexual. Debemos ser sinceros y aceptar que la atracción física,
si no es lo único, s í es importante en el amor, ya que la persona amada estará junto a nosotros una gran parte
del día, y si su apariencia física no nos agrada, llegará un momento en que se tendrán serios problemas.
Recuerda, no importa que para los demás ella o él sea la persona “más horrible del mundo”, pero para nosotros
ha de ser atractiva.

Algunos llaman a este amor el amor condicional: “Te amo si...” me satisfaces, si me gustas físicamente, etc.

Filos. A este amor no le atrae lo físico. Es el amor de amistad, de fraternidad. Se fija en las caracter ísticas
personales del ser amado: “Esos gestos, esas miradas, ese tono de voz, esa caballerosidad o femineidad que
me hace tan feliz”. A este amor se le suele llamar de razón: “Te amo porque... ” me agradan tus ojos, tu forma de
caminar, tu manera de comportarte”.

Agape. Esta palabra describe el amor divino, el cual ama a la persona tal como es, por su sola existencia. Este
amor se le conoce como el amor “A pesar de...”, pues para él no son obstáculos las limitaciones y defectos de la
otra persona. Reconoce las debilidades del individuo pero éstas no son una barrera a su amor por él. “Te amo a
pesar de que no piensas y actúas igual que yo” Este es el amor que Dios nos tiene por el cual “Cristo, cuando
aún éramos d ébiles, a su tiempo murió por los impíos ” (Romanos 5:6). Este amor es el que se entrega totalmente
sin reservas (aunque no es un amor ciego).

Como humanos, si somos realistas y sinceros, hemos de amar a la novia o al novio con los tres tipos de amor. Si
falta uno de ellos, algo anda mal y van a surgir problemas grandes en el matrimonio. Los tres tipos de amor
debemos sentirlos en forma equilibrada, de tal manera que la persona nos satisfaga plenamente, que ambos nos
admiremos y respetemos a lo sumo.

Si nuestro noviazgo llega a poseer todas estas características, no dudemos de que estaremos agradando a Dios,
y seremos sumamente felices, tanto en el noviazgo como en nuestro posterior matrimonio.

Preguntas

Enumera las características del noviazgo.

• ¿Cuál es la ventaja de la libertad para decir “ya no”?

• ¿Cuáles son los límites de las expresiones de cariño? ¿Por qué?

• ¿Para qué deben hablar de todos los temas?

• ¿Qué tan importante es la edad de ambos?

• ¿Por qu é no debe ser muy corto el noviazgo?

• Explica los tres tipos de amor

• ¿Cuál de esos tipos de amor es el que se te dificulta m ás? ¿Qué debes hacer para experimentar los tres
tipos de amor?

SUS LIMITES FISICOS

Hemos estudiado los requisitos para el buen noviazgo que coloca a Cristo en primer lugar. Estos requisitos se

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tienen que tomar en serio para que cada joven y señorita pueda realizar la relaci ón que Dios desea que tenga.
Tenemos que pedirle en oración a nuestro Señor que él nos ayude a obedecerle como aut énticos cristianos.
También hemos analizado las características fundamentales para un buen noviazgo. Te sugiero que repases
estos elementos tan importantes aun antes de seguir leyendo.

Ahora nos toca evaluar el tema emocionante y aun candente de la relaci ón física, y específicamente de los
límites de ella. Muy obviamente, el noviazgo introduce una nueva dimensión romántica a la amistad. Antes, en el
compañerismo y la amistad, la expresión física tenía muchas limitaciones y con razón, porque toda expresi ón
física implica cieno grado de compromiso, cariño y conocimiento. En la amistad el elemento físico era netamente
casual, espontáneo y disciplinado por la causalidad. No se experimentaba el factor sensual er ótico.

Pero ahora, la situación ha cambiado. Se ha iniciado el noviazgo serio que implica una entrega introductoria de
un joven y una señorita. Escuché a un hombre felizmente casado contar lo siguiente:

“Recuerdo muy bien, como si fuera ayer, la primera vez que toqué la mano de la señorita con quien me cas é
cuatro años después. Fue una noche, hace ya muchos años. Los dos nos encontrábamos platicando frente a su
casa. ¿De qué platicábamos? No recuerdo el tema. Lo que s í recuerdo es que en un momento nuestras manos
se tocaron casualmente, pero al poco tiempo ya no fue casual. Fue deliberado. Sentí una serie de escalofríos
pasar por mi cuerpo entero. ¡Nunca antes habla yo tocado una mano tan preciosa como esa!”

Pero el mismo amigo siguió explicando que no había pasado mucho tiempo cuando los dos, él y su novia
deseaban expresar sus emociones en una manera m ás intensa. Comenzaron a besarse. Primero con besos
“elementales”, “tentativos”. Al pasar las semanas, entraron a los “besos de kilometraje ” que involucraban las
fibras más intimas de su ser pero el cuerpo quería más y m ás. Y fue en esa relación que ambos, el joven y su
novia, se dieron cuenta del gran peligro que exist ía de que cayeran en un desenfreno emocional. Tuvieron que
analizar su situación como novios, platicar de sus problemas y pedir la ayuda del Señor Jesucristo para poder
controlarse.

Es importante destacar los niveles de la expresión física romántica dentro de la relaci ón hombre y mujer.

Tomados de la mano ⇒ abrazos ⇒ caricias ⇒ besos ⇒ Juego sexual previo a la relación íntima o el manoseo ⇒
relaciones sexuales

Como pueden observar, es una escalera que aumenta en intensidad y avance físico. Es necesario entender que
cada paso de contacto f ísico implica un grado de responsabilidad y compromiso. Somos responsables por el
control de nuestro cuerpo, y por lo que hacemos de nuestro noviazgo con la otra persona. También es importante
ver el elemento de compromiso. Uno nunca debe participar del aspecto físico-romántico con el novio(a) sin
reconocer que nos estamos entregando el uno al otro, y este factor de compromiso tiene que respetarse.

En tercer lugar, tenemos que reconocer que todo el proceso lleva a una sola meta: tener relaciones sexuales
íntimas. Es cieno que el primer nivel es más inocente que el último, pero es parte íntegra del proceso. Cuando se
alcanza un nivel, lo normal y natural es avanzar al siguiente. La satisfacci ón buscada no se logra quedándose en
un

nivel. Hay que progresar. En tanto que uno llega a los pasos más avanzados, se requiere de más fuerza de
voluntad para evitar subir al siguiente. Por espiritual que uno sea, si llega a gozar de besos de largo kilometraje,
será humanamente imposible no avanzar al manoseo y aun a la misma intimidad sexual. Asimismo, habiendo
uno participado de abrazos y caricias, quiere avanzar a los besos. Lo m ás aconsejable es disciplinarse y no
remontar los dos primeros escalones. Avanzar al tercero es jugar con fuego.

Pero antes de seguir adelante, definamos bien estos pasos. El primero es simplemente aquel contacto ffsico-
romántico inicial donde los novios descubren la belleza y la emoci ón de tocarse la mano aunque sea en forma
elemental e inicial. El hecho de permitir que me toque en esta manera una persona del sexo opuesto puede ser

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una cosa muy significativa para el individuo. Es el contacto número uno del proceso.

Seguimos adelante a los abrazos iniciales. Estos no tienen la intensidad de las caricias acompañadas por los
besos. Pero s í es un paso m ás arriba, que conduce a un creciente grado de responsabilidad y compromiso.
Implica mayor entrega de la persona, y debemos evitar los juegos sexuales en público que son tan comunes.

Las caricias del tercer escalón son de índole muy personal y tierna, pero no enfocan los órganos sexuales. Es
más la caricia de la cara y otras partes del cuerpo que no son las zonas eróticas del hombre o de la mujer. Son
expresiones bellas de aprecio y amor y todas ellas significan mayor entrega, responsabilidad y compromiso, pero
aquí cabe hacer una advertencia: Muchas de estas caricias propician la entrada al siguiente nivel.

Los besos son expresiones y experiencias inolvidables, en especial cuando se reservan para el noviazgo serio
entre cristianos. Es una gran lástima ver a tantos j óvenes entrar en un noviazgo sólo por “jugar con las chicas” y
aprovecharse del elemento físico-romántico. Cristo nos llama a la seriedad en la amistad, y no debe existir un
daño a la imagen de Dios en el joven o la señorita. Hay besos de “primera categoría” y de “largo kilometraje”.
Dentro del noviazgo uno debe tener mucho cuidado de no “darse ” demasiado f ácil. Por eso los novios necesitan
controlarse para no permitir que el factor f ísico se tome en el elemento controlador de la relaci ón. El problema
con los besos de mayor intensidad e intimidad es que provocan al manoseo, que también se llama juego sexual
previo a las relaciones íntimas.

Esta quinta etapa es la zona de altísimo peligro para los j óvenes, los novios cristianos jamás deben entrar en el
manoseo. Esto significa en palabras directas, la caricia íntima de las zonas eróticas del hombre y de la mujer En
el hombre el área m ás sensible es la que se centraliza en sus órganos sexuales. Como cristianos esa es una
área prohibida cuando se est á fuera del matrimonio, y explicaremos las razones dentro de poco. En la mujer las
zonas eróticas son los senos y su área genital. En ese sentido, el manoseo es la caricia que se hace por encima
o por debajo de la ropa. Obviamente es una experiencia sumamente intensa para los novios. Pero, ¿por qué se
prohibe? La razón es que a esta práctica se le llama también y más correctamente, el juego sexual que los
prepara para la relación sexual íntima. Y la pura verdad es que muchos jóvenes han pecado sexualmente porque
no podían “poner los frenos ” al entrar en el manoseo. Otros s í han podido parar, pero han luchado con profundos
sentimientos de culpabilidad.

Valdría la pena explicar aquí las Curvas de excitación sexual del hombre y de la mujer Estas curvas representan
las diferencias que existen entre el hombre y la mujer en cuanto a su reacción ante el estímulo sexual. La
diferencia es profunda y significativa. El hombre se excita por pensamiento y por contacto directo físico. La mujer
es excitada primordialmente por el contacto físico, pero también por la dinámica de la relación en su totalidad.
Observen en las curvas que el hombre se puede excitar y satisfacer sexualmente en un espacio de pocos
minutos. Pero con la mujer no es asi Ella necesita m ás tiempo para que crezca su deseo y potencial de
intensidad sexual.

GRADO DE EXCITACIÓN.

Muchas veces los novios tienen tensiones en su relación debido a la falta de conocimiento de estas curvas de
excitación sexual. Los dos comienzan a expresar su amor y afecto con abrazos, caricias y besos. Dentro de poco
se dan cuenta que el joven quiere m ás y m ás. Pero la señorita no entiende por qué es que su novio pide tanto.
Una razón es que el joven se ha excitado sexualmente mucho más rápido que la señorita. El no entiende por qué
ella no le da más, y los dos se encuentran en una quiebra de comunicación y muchas veces se pelean por esta
falta de comprensión.

La sexta etapa evidentemente es la cumbre de la relación física entre hombre y mujer. La Biblia siempre describe
esta experiencia como algo que se reserva para el matrimonio (1 Corintios 6:15-18; Hebreos 13:4). La palabra
fornicaci ón en la Biblia generalmente describe el pecado de la relación sexual fuera del matrimonio. Nunca hay
bendición cuando se realiza fuera del marco matrimonial. Dios nos diseñó con un plan maravilloso, y él sabe que
si nosotros violamos su programa sexual, tendremos que sufrir las consecuencias.

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¿Cuáles son algunas de estas consecuencias? Podemos identificar por lo menos seis de ellas. Cuando un joven
cristiano incurre en el pecado, siempre resulta en un sentimiento de culpabilidad. Su comunión con el Señor se
interrumpe hasta que confiesa su pecado. Pero aún después de recibir el perdón, uno se acuerda de su fracaso.
Esta culpabilidad puede afectar las relaciones íntimas de la pareja después del matrimonio.

En segundo lugar, mencionaremos una posible ruptura del noviazgo. Sucede lo mismo que aconteció entre
Amnón y Tamar (2 Samuel 13:1-19). Amn ón la "AMO" tanto, que la forzó, e inmediatamente después la
“aborreció”. Por apresurarse a expresar el amor físico en el coito, se echa a perder toda la relación.

Si el noviazgo persiste, sobreviene otra consecuencia. Se pierde la emoci ón de la luna de miel, misma que tiene
como propósito consumar sexualmente la relación matrimonial. Los dos vienen a ser una sola carne. La pareja
que practica el sexo prematrimonial se priva del privilegio de consumar su matrimonio con una conciencia limpia.

Cuando la relación no resiste el choque y se deshace, ambas partes han sacrificado su virginidad. Nunca podrán
entrar en otro noviazgo y matrimonio siendo sexualmente puros. La posibilidad de ser descubiertos los atormenta
constantemente. Al ser descubiertos, peligra la nueva relaci ón.

El quinto resultado negativo es un posible embarazo. En tal eventualidad, los novios se ven obligados a seguir
adelante y casarse aun cuando se dan cuenta que no quieren hacerlo. Para evitar encarar la vergüenza, muchas
parejas ceden a la tentación de provocar el abono y as í cometen otro pecado muy grave. Si quieren evitar tener
que tomar estas decisiones, mejor es no tener relaciones íntimas antes del matrimonio.

La última consecuencia es la posibilidad de contraer una de las cincuenta y un enfermedades venéreas que se
transmiten por medio de las relaciones sexuales. La más espantosa de ellas es el SIDA. La medida preventiva
más eficaz contra ellas es mantener la pureza sexual.

A pesar de todos estos efectos negativos, hay quienes justifican su conducta inmoral y siguen haciendo la
pregunta: ¿Pero por qué no se puede permitir la relación sexual antes o fuera del matrimonio? La verdad es que
en nuestro medio una enorme mayoría de hombres ya han tenido una experiencia m áxima sexual antes de
cumplir los veinte años. Trágicamente, muchos cristianos auténticos han caído en la misma trampa debido a la
presi ón, el ejemplo o el patrón establecido por compa ñeros, amigos y aun familiares. Y estos “amigos” tienen sus
múltiples argumentos. Por ejemplo, algunos sugieren que se puede provocar un mal físico si uno no tiene
relaciones sexuales antes del matrimonio. Dicen: “Es que si uno espera hasta el matrimonio, se enfermará”. Pero
no existe ninguna evidencia médica que lo apoye, así que podemos descartar esta justificaci ón errónea. Otros
dicen que el hombre tiene mayor necesidad sexual que la mujer y que por eso hay que tener más experiencias
para “nivelarse sexualmente”. Tampoco tiene esta raz ón base científica. Otros dicen que la relación física es
prueba de hombría, así como lo son fumar y tomar licor. Pero para el verdadero hombre y m ás para el que es
cristiano, la aut éntica hombría se demuestra por el control personal y por la obediencia al Se ñor.

Aun otros sugieren que es necesario que a lo menos el hombre tenga experiencia sexual antes del matrimonio
para que los dos no entren en esa relación íntima sin algo de destreza o habilidad. Pero la realidad es que hay
ciertas situaciones en que es mejor que los dos entren “al mismo nivel” y as í juntos vayan creciendo a la misma
vez en sus relaciones sexuales. Existe algo precioso en una pareja que unidos desarrollan su amor íntimo.

Para mencionar una última justificación, hay personas que sugieren que si la pareja en verdad se ama, pues lo
expresarán en la manen más profunda, en la relaci ón sexual.

Muchas novias se han visto presionadas porque su novio les murmura al oído susurrando con palabras
amorosas: “Pero si me amas, ¿por qué tenemos que esperar hasta el matrimonio? ¡Hagámoslo ya!” Esta es una
tensión tremenda para la señorita, y en algunos casos para el joven, porque de verdad se aman (a lo menos
creen que se aman). Pero la mejor respuesta y por cieno muy sencilla, es simplemente decir: “Pues si tú me
amas tanto como dices, entonces esperarás hasta el matrimonio”. Y si el novio termina el noviazgo porque ella
no cedió, entonces podemos dar gracias a Dios que lo hizo, aunque haya dolido grandemente. Damos gracias al
Señor por dos razones: Una, porque él tendrá alguien mejor para el matrimonio y segundo, porque si la relación
quebró porque ella o él no cedió, entonces el noviazgo no tenía mucha base para el éxito futuro.

Regresemos a nuestra discusión al inicio de este estudio. El sexo es creación divina. Es la expresi ón máxima a
nivel humano, pero es una expresi ón con potencial para construir o destruir. Construye cuando se ejerce dentro

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del plan divino. Destruye cuando no se controla. Sociológicamente, la relaci ón sexual fuera del lazo matrimonial
tiende a debilitar a la persona espiritual y emocionalmente y llega a ser una forma de idolatría. Adoramos al dios
sexo, cayendo en un pecado tremendamente sancionado por Dios a través de la Biblia. El Señor le regala la
relaci ón íntima sexual a la pareja casada como un presente especial y ¿qué regalo m ás precioso que el de
nuestra virginidad sexual ofrecida al inicio del matrimonio?

Amigos jóvenes, Dios nos ama y tiene un plan para nuestra vida sexual. El desea que nos conozcamos como
jóvenes y señoritas, y que tengamos noviazgos serios que le honren en obediencia a su Palabra.

Jóvenes, les pedimos que tengan un alto concepto de las señoritas. Ellas no son objetos, sino personas creadas
a la imagen de Dios. ¡Respétenlas como personas dignas de nuestro amor!

Señoritas, les pedimos que se cuiden de no causar a sus amigos jóvenes a pecar en su pensamiento, ni en
hechos concretos. Chicas, tengan cuidado de su vestido. Esto no significa que tienen que regresar a la moda de
la “Edad Media”, sino que al vestir, sean modestas en su ropa, y en la manera de caminar y sentarse.

Una palabra final a aquellos jóvenes que han ca ído en el pecado sexual. Nuestro consejo es el mismo que Cristo
dio a la mujer sorprendida en adulterio: “Lev ántate (espiritual y moralmente), anda, y no peques m ás”. Es triste
que algunos noviazgos que promet ían mucho terminaran después de haber tenido una relación sexual íntima.
Deseamos que eviten toda posibilidad de mayor problema Conocemos a muchas parejas que se quejaron de no
“esperar ” hasta el matrimonio para la relación sexual, pero no conocemos a ninguna pareja que se queje por
haber esperado. Escuchemos al rey Salomón:

“Bebe el agua de tu misma cisterna, y los raudales de tu propio pozo. ¿Se derramaran tus fuentes por las calles,
y tus corrientes de aguas por las plazas? Sean para ti solo, y no para los extraños contigo. Sea bendito tu
manantial y alégrate con la mujer de tu juventud, como cierva amada y graciosa gacela. Sus caricias te
satisfagan en todo tlempo, y en su amor recréate siempre. ¿Y por qué, hijo mío, andarás ciego con la mujer
ajena, y abrazarás el seno de la extraña? Porque los caminos del hombre están ante los ojos de Yavéh, y él
considera todas sus veredas” (Proverbios 5:15-21).

Aunque Salomón se refiere al pecado con prostitutas, podemos ampliar la aplicaci ón de este pasaje a la pureza
sexual entre hombre y mujer

Preguntas

• ¿Por qu é es emocionante el aspecto fisico-romántico?

• ¿Tienes miedo de tus emociones? ¿Por qué?

• ¿Qué significan los niveles de la expresi ón fisica-romántica?

• ¿Para ti, ¿qué es el manoseo?

• ¿En qué sentido es importante entender las Curvas de Excitaci ón Sexual?

• ¿Por qu é será que Dios preserva la relaci ón íntima sexual para el matrimonio?

• ¿Qué se puede hacer para controlar los deseos sexuales?

Esta información fue tomada del libro de nuestro hermanos separados "La pirámide del Amor"

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se verificaron los textos de la Biblia y se corrigieron algunos, acorde a Biblia de Jerusalén. Lo


envio porque creo que es buen material

Es importante que antes de iniciar, se haga una din ámica de sondeo para conocer, los
conocimientos, dudas, desviaciones de los adolescentes se pueden utilizar las preguntas que
envió Veronica.

En mi experiencias con adolescentes vi que la mujer tienden mas a un noviazgo, por amistad,
quieren un noviazgo para tener en quien confiar, con quien platicar, etc., también los hombres
pero algunos toman a la mujer por objeto, olvidandose de sus sentimientos.

No hay que olvidarse que ya no son niños, traten de dialogar con ellos.

========================

"La Paz de Cristo, en el Reino de Cristo"

Acción Católica Mexicana Querétaro.


http://acm.cjb.net
acm_mex@hotmail.com

Jose Luis Aboytes.


jluis_aboytes@hotmail.com
Moderador

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