Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
POSICIÓN ESTADOUNIDENSE.
La distancia con respecto a un suceso permite realizar un juicio más equilibrado, justo,
quizá más certero. Durante el siglo XX la política exterior mexicana sufrió vaivenes,
por intereses y realineamientos, tanto internos cuanto al nivel del sistema internacional, la
política exterior reflejó siempre los “alcances y límites” a los que se veía sujeta.1 Entre los
que, además de ser un punto de tensión regional, a ojos de algunos apuntaban a ser un
posible foco de disputa internacional (parte del conflicto entre Este-Oeste). Visto de esta
manera, México tuvo la determinación de participar como mediador y buscar, por la vía
diplomática, la paz. Así, como apunta Mario Ojeda, “en el caso de México, tal acción
El texto se divide en 4 partes: una mirada sucinta a los antecedentes del conflicto
centroamericano, una explicación sobre los esfuerzos diplomáticos mexicanos y la idea que
estaba detrás de ellos, una dilucidación sobre las percepciones y motivos detrás de la
ANTECEDENTES
Ya desde 1977 existían precedentes en la región de que era posible conciliar las relaciones
entre estados americanos. Fue en ese año que se firmaron los tratados Torrijos-Carter
entre Panamá y Estados Unidos. Así, la negociación para resolver un conflicto aparecía en
el horizonte como una solución plausible. Las negociaciones que sirvieron de antesala a los
tratados fueron llevadas en Contadora, una pequeña isla de Panamá, símbolo desde
política exterior mexicana tuvo un viraje. Se empezó a prestar mayor atención al área
costarricense Rodrigo Carazo llamó la atención de López Portillo a propósito del eventual
relaciones con la Nicaragua de Somoza. Siguiendo a Carlos Rico esta política no fue tanto
3 Entre otros, el embajador Ricardo Valero hace una exposición personal y completa de los
acontecimientos, tanto en la región cuanto en México, que llevaron hacia la creación de Contadora
como un mecanismo de concertación informal y ad hoc para la resolución del conflicto
centroamericano. Véase Ricardo Valero, Valero, Ricardo, “Contadora: la búsqueda de la
pacificación en Centroamérica”, Foro Internacional, 26 (1985), pp. 125-156.
una “reacción a acciones norteamericanas sino que plantea una toma de iniciativa por
el que ambos países “se comprometen a abastecer de petróleo conjuntamente a los países
de Centroamérica y el Caribe”.5 Según Ojeda la idea detrás del Acuerdo era proveer el
Con la mediación de López Portillo se logra que Daniel Ortega (coordinador de la Junta de
se suponía que Nicaragua apoyaría los esfuerzos de Costa Rica en convocar a una reunión
muerte de Omar Torrijos fue otro factor que detuvo los procesos de negociación.7
Una primera divergencia entre las posiciones de México y Estados Unidos se puede
observar en mayo de 1980, cuando Washington propuso la Iniciativa para la Cuenca del
acepta la idea, siempre y cuando no se excluya a un país por sus posturas ideológicas
comunicado conjunto con Francia en la ONU. Entre otras cosas el comunicado franco-
entre las fuerzas políticas en disputa con el fin de evitar la guerra y la injerencia externa.8
El comunicado produjo una extraña polarización entre las opiniones de los países
latinoamericanos
Según Carlos Rico en este hecho puede apreciarse una novedad en la política
exterior mexicana que habría de marcar la evolución de la misma en los años por venir: “la
visita a Managua, presentó un plan para la pacificación que tenía tres ejes:
Continuación del diálogo entre Cuba y Estados Unidos; segundo, una solución
negociada para El Salvador, en la que México y otros países amigos y aun aliados de
Estados Unidos otorgaran seguridades a Washington en cuanto a sus preocupaciones
sobre las consecuencias de una paz negociada, y tercero, una serie de pactos de no
agresión entre Nicaragua y Estados Unidos por una parte, y entre Nicaragua y sus
vecinos por la otra. Finalmente, para poner en práctica el plan, México se ofrecía como
conducto.10
Si bien el plan de México no tuvo la recepción esperada, sentó un precedente. En
8 Carlos Rico llama la atención hacia ése último punto por la ironía que hay en llamar a
evitar la injerencia. Pese a los reproches y acusaciones de injerencia, el canciller Castañeda sostuvo
que en todo caso era Estados Unidos que “con su envío de armas y ayuda a una de las partes en el
conflicto” intervenía. Torres op. cit. p. 92.
9 Ibid. p. 94.
10 Ibid. p. 25.
de Miguel de la Madrid a la presidencia se muestra continuidad en el proyecto de política
divergencias con la posición estadounidense en una variedad de temas; entre ellos uno de
los más acuciantes era, sin duda, Centroamérica. Siguiendo a Claude Heller: “México no
era nítida expresión del conflicto Este-Oeste -, sino que además adoptó iniciativas que
no sería sino una extensión del conflicto Este-Oeste. Siguiendo la interpretación clásica de
los motivos de Estados Unidos, lo que los países latinoamericanos (y, en especial los
miembros de Contadora) temían era que el apoyo de Estados Unidos a los contras
integrado por Panamá, México, Colombia y Venezuela- se logró que la negociación política
informal de concertación entre distintos países de la región - cuidando siempre evitar que
La idea que tenía México sobre la raíz de los conflictos centroamericanos divergía de
mas bien estructurales y de larga data cuya causa serían políticas ineficaces para abatir las
desigualdades económicas.14 En ese sentido, como anoto Mario Ojeda “los conflictos
meramente atacando sus síntomas externos”.15 Así, la fórmula que siguió la política
exterior fue la de lograr disociar el conflicto centroamericano del marco del conflicto Este-
Oeste que marcó las relaciones internacionales durante la guerra fría, así como resolverlo
Unidos).
los intereses de seguridad del vecino del norte en la región. Ella considera que su unión de
De tal forma podemos observar que, como una continuidad en la política exterior, se
14 Así, dentro de las consideraciones de Contadora estaba el hecho de que se tenía que
resolver cada conflicto desde una “óptica integral [para evitar] la trampa de ver los problemas en el
prisma distorsionador de la pugna entre el Este y el Oeste”. Ricardo Valero, op. cit., p. 129.
15 Retrospección, p. 33.
16 Kaufman, op cit., p. 76.
17 No hay que idealizar la participación mexicana, como señala Heller el gobierno tuvo
siempre en cuenta sus intereses en la formulación de su participación. Entre otros “el
quebrantamiento del orden jurídico internacional, la inestabilidad política más sus consecuencias
sociales (flujos de refugiados), la presencia militar extranjera y los riesgos de una intervención
foránea de grandes proporciones afectaban el desarrollo nacional”. Heller, op. cit. p. 386.
dentro del marco multilateral la resolución del conflicto al cambio de régimen (lo cual
Miguel de la Madrid consideró que en este esfuerzo era necesario contar con la
participación de otros países de la región.19 De tal forma que se contactó a los gobiernos de
Venezuela (con quien ya había una relación de concertación), Panamá y Colombia. Así, los
Entre estos países, así como con otros gobiernos latinoamericanos, hubo una
convergencia en la idea de que las raíces eran problemas estructurales y que la salida del
laberinto era buscar reducir las escaramuzas y la militarización del conflicto.20 Claude
Heller nota dos ámbitos que se privilegiaron durante la negociación: anular la presencia
militar extranjera; poner énfasis en los compromisos que adquirieran los gobiernos
perspectiva bilateral que “que había caracterizado a las relaciones con Nicaragua y
A su vez, Contadora parecía ser el mecanismo mediador por excelencia. La OEA era,
a ojos de los nicaragüenses por ejemplo, una organización en la que no se podía confiar
debido al enorme peso que tenía Estados Unidos en ella. De igual forma Estados Unidos no
18Aún cuando Carlos Rico explica que la política exterior de México hacia Centroamérica
era una prueba de los límites al modelo “proteccionista-intervencionista”, Véase Torres op cit., p.
118.
19La hipótesis de Mario Ojeda es que México era visto con recelo debido a su apoyo retórico
y material a la revolución nicaragüense. Véase Retrospección p. 36.
20 Según Valero Contadora pondría el “énfasis en la raíz de la situación, que se localiza en la
necesidad de las sociedades en desarrollo de superar su atraso económico y social y crear, además,
estructuras o instituciones políticas que permitan la participación popular y democrática en las
tareas y decisiones gubernamentales”. Valero op. cit., p. 129.
21 Heller, op. cit., p. 393.
puntos al que nombran Bases para la paz en Centroamérica.24 A su vez estos puntos
fueron incluidos en 1984 en el borrador del Tratado conocido como “Acta” que, como
subraya Kaufman, “Nicaragua rápidamente aceptó y Estados Unidos casi tan rápido
que en realidad eran muy vagas o imposibles de cumplir en el corto plazo. Ello da muestra
de una divergencia más entre los procesos para lograr terminar el conflicto
centroamericano.
México en Contadora buscó un acuerdo negociado para la paz, en el que los países
involucrados en el conflicto tuviesen voz y voto, que excluyese a Estados Unidos (debido al
temor, infundado o no, de una escalada militar dentro del conflicto Este-Oeste) y su acción
unilateral.
Kaufman observa que, aunque México estuve en las antípodas con respecto a la política
norteamericana, no actúo muy distinto hacia los regímenes de sus vecinos del sur. De
hecho, subraya la autora, México no rompió relaciones con las dictaduras hasta 1979
cuando desconoció a Somoza por lo que según ella México descubrió a Centroamérica al
23 Esta es la interpretación que hace, entre otras, Susan Kaufman op cit., p. 75.
24 Manuel Chavarría y René Herrera realizan una reconstrucción pormenorizada mes por
mes del proceso de Contadora. Véase Chavarría y Herrera op cit., pp. 472-475
25 Kaufman op cit., p. 77.
26 Ibid., pp. 79-80.
Una divergencia, acaso que tiene que ver más con la interpretación, es la que supone
que México era ‘amistoso’ con el régimen sandinista (o que lo hubiese sido con el
perceptible que las divergencias en las posiciones entre Estados Unidos y México superan
por mucho a las coincidencias. Acaso las explicaciones son muchas pero es innegable que
el contexto de guerra fría impregnó con su espíritu los ‘alcances y límites’ de nuestra
política exterior.
Bagley, Bruce (ed.), Contadora and the Diplomacy of Peace in Central America. Vol
1: The United States, Central America and Contadora, Boulder, Westview Press, 1987.