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El Arco Minero nace en el sur de

Venezuela y termina en la isla de


Barbados
Bajo el esquema de empresas mixtas, el gobierno pactó con compañías poco conocidas
en la industria extractivista como la Corporación Faoz. Entre las beneficiadas también
figura Gold Reserve



Por ROBERTO DENIZ


17 de diciembre de 2017 01:20 AM | Actualizado el 17 de diciembre de 2017 08:49 AM

El yacimiento minero más grande de Venezuela y la pequeña isla de Barbados están


conectados. Aunque separados por más de mil kilómetros de distancia, ambos puntos
geográficos están unidos en el negocio surgido de la delimitación del Arco Minero del
Orinoco por parte del gobierno de Nicolás Maduro en febrero de 2016. Si en el sur de
Venezuela reinó durante años el contrabando, así como la minería artesanal e informal,
ahora se levantan las bases de una apresurada explotación con empresas mixtas entre el
Estado y compañías privadas con sociedades en la isla caribeña.

Por alguna razón, no del todo clara, esa actividad en un área de casi 112.000
kilómetros cuadrados en el norte del estado Bolívar y en el sur del río Orinoco, según el
decreto presidencial 2248 publiado en la Gaceta Oficial 40855 del 24 de febrero de
2016, y con la que el gobierno de Venezuela pretende suplir el declive de los precios
petroleros y el desplome de la producción de crudo, ha terminado ligada a empresas
registradas en ese pequeño paraíso fiscal llamado Barbados. Es el caso de Corporación
Faoz, una desconocida compañía venezolana que en agosto de 2016 firmó un acuerdo
con el Ejecutivo para la explotación de coltán, un mineral estratégico conocido como el
“oro azul” y anhelado por industrias como la de telecomunicaciones.

“En el año 2013-2014 participaron en la exploración de yacimientos de fosfato en el


estado Táchira y en 2016 presentaron el proyecto de empresa mixta con la República
Bolivariana de Venezuela para la exploración y explotación del yacimiento de tantalio y
niobio en el estado Bolívar”, dijo a modo de justificación el presentador sobre
Corporación Faoz en un acto celebrado el 5 de agosto de 2016 en el Banco Central de
Venezuela.

Ahora la filtración Paradise Papers permite conocer que tres años antes de que adoptara
el nombre de Corporación Faoz la empresa había creado una sociedad homónima en
Barbados, como si anticipara lo que estaba por venir. Se trata de Faoz Corp, inscrita el
13 de mayo de 2013, apenas dos meses después de la muerte de Hugo Chávez y a uno
de la elección de Nicolás Maduro como presidente de la República. El Arco Minero del
Orinoco aún no aparecía en el horizonte.

En busca del coltán. El 5 de agosto de 2016 fue Luisa Herminia Alcalá Otero quien
firmó un acuerdo con el gobierno a nombre de la compañía, representado por el
entonces ministro del Desarrollo Minero Ecológico, Roberto Mirabal. Aquel convenio
se oficializó casi tres meses después con el decreto presidencial 2359, publicado en
la Gaceta Oficial 41026. Allí nació la sociedad Empresa Mixta Minera Ecosocialista
Parguaza (Emmepsa), cuyo 55% del capital accionario pertenece a la estatal
Corporación Venezolana de Minería y el resto 45% a Corporación Faoz. Como director
de la sociedad en Barbados figura otro integrante de la familia Alcalá: Rafael Enrique
Solórzano Alcalá.

Los papeles de registro indican que la compañía fue creada para dedicarse a la
consultoría, inversiones y desarrollo de proyectos en la industria minera. La empresa no
respondió a la solicitud enviada por correo electrónico, ni a la petición que se realizó en
las oficinas de Emmepsa, en la Torre Hener en El Rosal. Hasta allí redirigen a quienes
llegan a la Torre Teaca, en la misma urbanización capitalina, y donde quedan las
oficinas de Corporación Faoz, según su sitio electrónico. “Por ser una compañía mixta
debemos solicitar la autorización del ministerio”, advirtió uno de los empleados.

Una resolución del Ministerio del Desarrollo Minero Ecológico, publicada el 6 de


diciembre de 2016 en la Gaceta Oficial41046, determinó que la empresa mixta tendría
derecho a la “exploración y explotación de minas y yacimientos de tantalio-niobio
(coltán), ilmenita, casiterita, estaño, circón, cuarzo, granito, diamantes y oro, incluso su
aprovechamiento”, en una superficie de 10.201 hectáreas ubicada en el municipio
Cedeño en el estado Bolívar. En esa Gaceta Oficial también quedó claro que a la
Corporación Faoz apenas le bastó inyectar 450.000 bolívares –45% del capital
accionario de la empresa mixta– para entrar en el negocio, de acuerdo con el acta de la
asamblea de accionistas publicada allí.

Precisamente en esa y otras actas de las asambleas de los accionistas quedan en


evidencia aspectos llamativos sobre la ahora socia del Estado venezolano.
Originalmente Corporación Faoz, creada en 1992, se llamó Construcciones Faría y solo
adoptó el nuevo nombre el 29 de julio de 2016, apenas días antes de cerrar el acuerdo
con el gobierno de Venezuela para entrar en el Arco Minero del Orinoco. En su web la
compañía simplemente explica: “Somos una empresa fundada en 1992 dedicada al área
de la construcción. Prontamente diversificamos nuestras operaciones hacia el ámbito de
la minería, llevando a cabo proyectos de investigación, exploración y explotación de
minerales metálicos y no metálicos”.

El negocio de Corporación Faoz no termina allí. También está relacionada con la


Empresa Conjunta Minera de Nueva Esparta, que en el acto celebrado el 5 de agosto de
2016 en el BCV, selló otro convenio con el gobierno. Por Ecomine firmó otro Alcalá,
esta vez, Félix Ángel Oliveros Alcalá, quien también aparece como presidente de
Corporación Faoz en algunas actas de las asambleas de accionistas de Emmepsa.

El 9 de septiembre la Agencia Venezolana de Noticias informó que la empresa mixta


Emmepsa logró producir la “primera tonelada de coltán”, noticia que también fue
divulgada por Corporación Faoz en su web. De acuerdo con la reseña, los1.000
kilogramos del mineral fueron extraídos “a la par que se calibraba la maquinaria y el
sistema mecánico que regirá las operaciones en las minas situadas en el sector Los
Pijiguaos, en el estado Bolívar”.

Sobre la comercialización del mineral, el presidente de la compañía, César Sanguinetti,


dijo a AVN: “Estamos esperando el aspecto legal para proceder a la primera venta que
es un hecho histórico del pueblo venezolano, ya que por primera vez incursionamos en
este campo que es el mineral del coltán”. Años atrás, en 2009, el propio Hugo Chávez
admitió que descubrieron mafias dedicadas al contrabando del mineral. “Ahora apareció
un mineral estratégico que se llama coltán y hemos tomado la zona militarmente porque
se lo estaban llevando de contrabando para Colombia, explotándolo de manera ilegal.
Todavía no sabemos la cantidad de reserva que tenemos, pero por las informaciones que
llegan es una reserva grande”, manifestó Chávez hace ocho años.

El asunto todavía no parece resuelto del todo, pese al apuro del gobierno para obtener
con la explotación minera los recursos que el petróleo no está aportando a las
menguadas arcas venezolanas. “Palestina está invirtiendo en coltán”, soltó Maduro a
comienzos de diciembre mientras anunciaba un “plan de ordenamiento del Arco Minero
del Orinoco”. “¡Vengan ustedes! Diamante, oro. Empresarios palestinos del mundo
entero vengan a Venezuela, esta es su patria, esta es la Jerusalén de América,
Venezuela”, insistió.

Esas prisas que desde el año pasado muestra Maduro por la explotación de una de las
zonas naturales más importantes de Venezuela ha sido cuestionada fervientemente por
movimientos ecologistas y por funcionarios del gobierno de Hugo Chávez, como los ex
ministros Ana Elisa Osorio, Héctor Navarro o el ex comandante de la Región
Estratégica de Defensa Integral de Guayana, Clíver Alcalá Cordones, que han intentado
acciones legales, infructuosamente ante el Tribunal Supremo de Justicia, contra los
decretos presidenciales asociados al Arco Minero del Orinoco.

Chávez los expulsó, Maduro pactó. Curiosamente Corporación Faoz no es la única


empresa favorecida por el gobierno que cuenta con sociedades registradas en la isla de
Barbados. A esa jurisdicción también acudió la minera canadiense Gold Reserve, a la
que Chávez suspendió en 2009 una concesión para explotar las minas de Las Brisas y
Las Cristinas en el estado Bolívar, para integrar la Empresa Mixta Ecosocialista
Siembra Minera. Esa compañía fue parte del acuerdo al que llegó Maduro luego de que
en 2014 la minera obtuvo en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias
Relativas a Inversiones un laudo arbitral por poco más de 700 millones de dólares como
indemnización por aquella decisión de Chávez.

“De un conflicto y un pleito que teníamos, ahora somos socios para el desarrollo de un
proyecto de más de 5 millardos de dólares”, argumentó Maduro en febrero de 2016
cuando aprobó el decreto del Arco Minero del Orinoco. El pacto en realidad obliga a
Venezuela a saldar el laudo que ascendió a casi 800 millones de dólares por los
intereses que corrieron hasta 2016, con erogaciones mensuales hasta mediados de 2019.
Además, Venezuela deberá pagar otros 240 millones de dólares por la información
técnica de las minas que Gold Reserve levantó durante años y que servirá para la
operación de la Empresa Mixta Ecosocialista Siembra Minera.

Formalmente la compañía se constituyó el 30 de septiembre de 2016, de acuerdo con el


decreto presidencial 2465 publicado en la Gaceta Oficial 41000, en la que quedó
establecido que la alianza era entre la Corporación Venezolana de Minería y la sociedad
GR Mining, Inc. de Barbados.

Los Paradise Papers muestran que esa empresa fue creada en la isla caribeña el 15 de
abril de 2016 y tiene como directores a Alexander D. Belanger y a Robert A.
Mcguinness, ambos directivos de Gold Reserve. Ese mismo día la minera canadiense
también inscribió en esa jurisdicción a la sociedad GR Engineering, Inc. “GR
Engineering, Inc. brinda servicios de ingeniería, adquisición y construcción a Siembra
Minera con un arancel de 5% sobre todos los costos de construcción y desarrollo, y una
comisión de 5% sobre los costos operativos durante las operaciones”, explica la el sitio
web de Gold Reserve.

Hasta el 30 de junio de 2017 Gold Reserve había gastado aproximadamente 7 millones


de dólares en el proceso de integración de la Empresa Mixta Siembra Minera. Una
resolución del Ministerio del Desarrollo Ecológico Minero, fechada el 2 de noviembre
de 2016, confirmó que la compañía tendría el derecho a la explotación minera en un
área de 18.951 hectáreas en el municipio Sifontes en el estado Bolívar. Finalmente, en
marzo de este año otro decreto presidencial terminó por confirmar el derecho de la
empresa a la extracción de las minas de oro en el área delimitada.

Mientras el gobierno y las empresas apuestan por captar recursos, organizaciones como
la Sociedad Venezolana de Ingenieros de Minas y Metalúrgicos alertan que el Arco
Minero del Orinoco va del “tumbo al tambo” y que es necesario elaborar un “legítimo e
indiscutible plan minero nacional a largo plazo”.

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