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Las preguntas para comprender

Te ha pasado que deseas arreglar algún desperfecto en casa que es hasta cierto punto algo
sencillo; como por ejemplo apretar el tornillo de una puerta para que esta pueda cerrar
correctamente; tomas un desarmador y vas a la puerta a arreglar el desperfecto y te encuentras que
el tornillo es de cabeza plana y tu desarmador es de cruz; y para tu desgracia es el único que tienes.

Leer la Biblia selectivamente quiere decir usar la herramienta adecuada para cada trabajo.
Aquí tenemos seis “desarmadores” que puedes usar prácticamente con cualquier texto; seis
preguntas a responder a cada pasaje de la Escritura. Les hemos denominado las preguntas del
reportero.

Recuerda que el propósito de la observación es “abrir el sentido del texto” es decir: descubrir
la idea o pensamiento original del escritor; y cada una de estas preguntas del reportero son como
llaves con las cuales abriremos los pequeños “candados” que encontraremos en nuestro camino
hacia el conocimiento de la verdad.

¿Quién?
¿Quiénes son las personas en el texto? Es una pregunta simple de contestar. Solo lee el texto. Pero
una vez identificadas las personas en el texto, sugiero observar dos cosas.

Primero, ¿qué se dice de la(s) persona(s)? Por ejemplo, Josué 2.1 nos presenta a Rahab,
pero aquí se le identifica como “una ramera llamada Rahab” y de ahí en adelante se le conoce así,
como Rahab la ramera. ¿Cómo verías que se te colgara del cuello? Nunca se le ve de nuevo en la
Escritura sin el título completo (incluso en el nuevo testamento).

Que tal Andrés, el hermano de Simón Pedro. Conoces a alguien que tenga un hermano(a) o
pariente famoso? La presentación de Andrés siempre era algo así como, “El es Andrés, tú sabes, el
hermano de Pedro” Es como si no tuviera identidad propia. Este era el predicamento de Andrés. El
punto es, hacer notar lo que nunca se dice de una persona.

Es necesario consultar otros pasajes para aprender todo lo que podamos acerca de las
personas de la Biblia. Hay incluso ayudas externas que nos pueden auxiliar en esta tarea como el
libro de Josefo, o Eusebio Historia de la Iglesia Cristiana entre otros.

En segundo lugar, ¿qué dice la persona? Por ejemplo, en Mateo 14.22 donde se nos relata a
Jesús caminando sobre las aguas, Pedro dice: “Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las
aguas” ¿Vez? Pedro era de los que decían: No me conformo con mirar, quiero ser parte del paquete.

¿Quién? Por ejemplo, si están considerando Efesios en el capítulo 6 se menciona a un tal


Tíquico. ¿Quién es Tíquico? ¿Qué más se sabe de él? ¿Qué relación tenía con Pablo? ¿Qué otras
cartas le mencionan? O también pudieras aplicar esa pregunta a los mismos efesios (los
destinatarios de la carta) ¿Quiénes son ellos? ¿Cuál es su cultura? Etc….

¿Qué?
Una segunda pregunta a responder es ¿Qué está pasando en el texto? ¿Qué eventos están
sucediendo? ¿En qué orden? ¿Qué sucede después? ¿Qué es lo que el escritor trata de comunicar?

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Otro ¿qué? es ¿qué está mal en este asunto? Hay muchas de esas en el Antiguo
Testamento. Por ejemplo, el Rey Saúl hizo guerra a los amalecitas en I Sa.15; mató a todos; capturó
a su rey; reservó algún ganado; y se preparó para ofrecer sacrificio al Señor. Pero, ¿qué está mal en
este asunto? Samuel puso el dedo en el problema (15.19) “¿Por qué no obedeciste al Señor?” Saúl
obedeció al Señor, pero no completamente. Y en la economía de Dios, la obediencia parcial es
desobediencia.

¿Dónde?
Esto nos da una ubicación. ¿Dónde está tomando lugar la narrativa? ¿Dónde está la gente de
la que se está hablando? ¿De dónde son? ¿A dónde van? ¿Dónde está el escritor? ¿Dónde están
los lectores originales del texto?

La pregunta ¿dónde? Es una buena razón para tener un set de mapas o un atlas siempre que
estudiemos la Biblia. Es por eso que al final de la mayoría de las Biblias está una sección de estos.
No están porque los editores no supieran el camino; sino para mostrarnos donde tuvieron lugar los
eventos bíblicos.

Un maestro de la Biblia cuenta la siguiente anécdota:


“Estaba en una sesión y a la mitad de esta, una mujer levanta la mano y pregunta:
Disculpe Doctor, ¿en qué parte de Sudamérica sucedió esto? Estábamos estudiando el
evangelio de Marcos”

Obviamente no tenía idea de la geografía bíblica; pero lamentablemente no está sola. Eso se
ha vuelto común en muchos de nosotros. Cuando leas acerca de un lugar en la Biblia, no asumas
nada si no estás plenamente seguro de que lo conoces; podrías decepcionarte.

Dinámica
¿Qué libro o carta estás estudiando? Conoces la ubicación de los lugares que se mencionan?
Considera los mapas al final de tu Biblia e identifica el lugar.

¿Cuándo?
Esta es la pregunta del tiempo. ¿Cuándo tuvieron lugar estos eventos? ¿Cuándo ocurrieron
en relación con otros eventos en la Biblia?

En pocas palabras, determinemos qué hora era. Por ejemplo en Marcos 1.35 leemos:
“Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto y allí
oraba” Parece que es fácil determinar a qué hora sucedió esto; muy temprano. Pero, ¿en qué
mañana? Era la mañana después de un día muy ocupado en la vida de nuestro Señor. Hay
solamente 52 de esos en los evangelios. Este en particular está lleno de milagros, sanidades, y
enseñanza.

Me gustaría decir reverentemente que Jesús tenía tantas razones para dormir esa mañana
hasta un poco más tarde. Pudo incluso usar esta excusa “Padre, he estado bastante ocupado en tus
negocios y quiero descansar hasta las 12” pero en su lista de prioridades estaba una mayor, hablar
con el Dios infinito; así que se levantó muy temprano y fue a un lugar solitario y oraba. Ahora, si
Jesucristo que tenía una comunión inquebrantable con el Padre necesitaba orar, ¿cuánta será mi
necesidad? ¿Cuánta será tu necesidad?
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Aprendemos esto por el simple hecho de hacer la pregunta: ¿Cuándo tomó lugar esto?
Aplícalo si es que el texto lo permite a la lectura que estés considerando.

¿Por qué?

Hay una infinidad de ¿por qué? ¿Por qué se incluye? ¿Por qué está puesto aquí? ¿Por qué
este personaje dijo esto? ¿Por qué nadie dijo nada? ¿Por qué sucedió así? ¿Por qué? Es una
pregunta que busca y abre el sentido del texto.

Por ejemplo, la parábola del hijo pródigo es encontrada sólo en el evangelio de Lucas –no en
Mateo, no en Marcos, no en Juan- ¿Por qué? ¿Por qué sólo Lucas relata esta poderosa parábola?

O vayamos al libro de los Hechos, y francamente, no hay final. Pablo está en Roma,
enseñando y predicando. Pero nunca sabemos qué sucede después; o a la iglesia primitiva; o a los
otros apóstoles. ¿Por qué? ¿Por qué Lucas no continuó la narración? ¿Por qué nadie más continuó
lo que él comenzó?

La pregunta ¿Por qué? sondea el texto más que ninguna otra. Contestar esta pregunta
inevitablemente nos guiará a nuevas profundidades.

¿Cómo?

Esta pregunta está más relacionada con la aplicación del texto a mi vida, que la observación
del mismo para obtener información. ¿Cómo aplica esto a mi vida? ¿Cómo repercute en mi manera
de pensar? ¿Cómo afecta mi manera de vivir? ¿Cómo me confronta? ¿Cómo me exhorta? ¿Cómo
me anima? Y un sin número de ¿Cómo? que tienen que ver conmigo mismo. Esta pregunta se
puede parafrasear así: ¿y entonces qué?

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