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ELECTRICIDAD
La energía eléctrica se ha convertido en parte de nuestra vida diaria. Sin ella, difícilmente
podríamos imaginarnos los niveles de progreso que el mundo ha alcanzado, pero ¿qué es la
electricidad, cómo se produce y cómo llega a nuestros hogares?
Ya vimos que la energía puede ser conducida de un lugar o de un objeto a otro (conducción).
Eso mismo ocurre con la electricidad. Es válido hablar de la "corriente eléctrica", pues a través
de un elemento conductor, la energía fluye y llega a nuestras lámparas, televisores,
refrigeradores y demás equipos domésticos que la consumen.
También conviene tener presente que la energía eléctrica que utilizamos está sujeta a
distintos procesos de generación, transformación, transmisión y distribución, ya que no
es lo mismo generar electricidad mediante combustibles fósiles que con energía solar o
nuclear. Tampoco es lo mismo transmitir la electricidad generada por pequeños sistemas
eólicos y/o fotovoltaicos que la producida en las grandes hidroeléctricas, que debe ser llevada
a cientos de kilómetros de distancia y a muy altos voltajes.
Pero ¿qué es la electricidad? Toda la materia está compuesta por átomos y éstos por
partículas más pequeñas, una de las cuales es el electrón. Un modelo muy utilizado para
ilustrar la conformación del átomo (ver figura) lo representa con los electrones girando en
torno al núcleo del átomo, como lo hace la Luna alrededor de la Tierra.
El núcleo del átomo está integrado por neutrones y protones. Los electrones tienen una
carga negativa, los protones una carga positiva y los neutrones, como su nombre lo indica,
son neutros: carecen de carga positiva o negativa. (Por cierto, el átomo, según los antiguos
filósofos griegos, era la parte más pequeña en que se podía dividir o fraccionar la materia;
ahora sabemos que existen partículas subatómicas y la ciencia ha descubierto que también
hay partículas de "antimateria": positrón, antiprotón, etc., que al unirse a las primeras se
aniquilan recíprocamente).
Pues bien, algunos tipos de materiales están compuestos por átomos que pierden fácilmente
sus electrones, y éstos pueden pasar de un átomo a otro. En términos sencillos, la electricidad
no es otra cosa que electrones en movimiento. Así, cuando éstos se mueven entre los átomos
de la materia, se crea una corriente de electricidad. Es lo que sucede en los cables que llevan
la electricidad a su hogar: a través de ellos van pasando los electrones, y lo hacen casi a la
velocidad de la luz.
Sin embargo, es conveniente saber que la electricidad fluye mejor en algunos materiales
que en otros. Antes vimos que esto mismo sucede con el calor, pues en ambos casos hay
buenos o malos conductores de la energía. Por ejemplo, la resistencia que un cable ofrece al
paso de la corriente eléctrica depende y se mide por su grosor, longitud y el metal de que está
hecho. A menor resistencia del cable, mejor será la conducción de la electricidad en el
mismo. El oro, la plata, el cobre y el aluminio son excelentes conductores de electricidad.
Los dos primeros resultarían demasiado caros para ser utilizados en los millones de kilómetros
de líneas eléctricas que existen en el planeta; de ahí que el cobre sea utilizado más que
cualquier otro metal en las instalaciones eléctricas.
La fuerza eléctrica que "empuja" los electrones es medida en Voltios. (La primera pila
eléctrica fue inventada por el científico italiano Alejandro Volta, y en su honor se le denominó
"Voltio" a esta medida eléctrica). En México utilizamos energía eléctrica de 110 voltios en
nuestros hogares, pero en la industria y otras actividades se emplean, en ciertos casos, 220
voltios e incluso voltajes superiores para mover maquinaria y grandes equipos. En países
europeos lo normal es el uso de 220 voltios para todos los aparatos eléctricos del hogar.
Así como se miden y se pesan las cosas que usamos o consumimos normalmente, también la
energía eléctrica se mide en Watts-hora. El Watt es una unidad de potencia y equivale a un
Joule por segundo. Para efectos prácticos, en nuestra factura de consumo de energía eléctrica
se nos cobra por la cantidad de kiloWatts-hora (kWh) que hayamos consumido durante un
periodo determinado (generalmente, dos meses). Un kiloWatt-hora equivale a la energía que
consumen:
Un foco de 100 watts encendido durante diez horas
10 focos de 100 watts encendidos durante una hora
Una plancha utilizada durante una hora
Un televisor encendido durante veinte horas
Un refrigerador pequeño en un día
Una computadora utilizada un poco más de 6 horas y media
Recuerde que "kilo" significa mil, por lo que un "kiloWatt"-hora equivale a mil Watts-hora. En
los campos de la generación y consumo de electricidad, se utilizan los megaWatts (MW),
equivalentes a millones de Watts; los gigaWatts (GW), miles de millones; y los teraWatts (TW),
billones de Watts).
Electricidad estática.
Vimos antes que la corriente eléctrica fluye, es decir, que se mueve de un lugar a otro a través
de un conductor, y lo hace a una gran velocidad; pero hay otro tipo de energía eléctrica, que
es la electricidad estática, la cual, como su nombre lo indica, permanece en un lugar. Un
ejemplo: Si usted frota en su ropa un globo inflado (de preferencia un suéter de lana) o en su
propio cabello, puede poner el globo contra la pared y ahí permanecerá. ¿Por qué? Cuando es
frotado, el globo toma electrones del suéter o del cabello y adquiere una ligera carga negativa,
la cual es atraída por la carga positiva de la pared.
Ahora, de la manera indicada, frote usted dos globos inflados, a cada uno de ellos áteles un
hilo y trate de que se acerquen uno al otro. ¿Qué ocurre? Los globos evitan tocarse entre sí.
¿Por qué? La explicación es que ambos tienen cargas negativas y éstas se repelen. Las
cargas positivas se repelen y las cargas negativas también. En cambio, las cargas
diferentes se atraen. Esto mismo ocurre con los polos de cualquier imán: el "norte" tiende a
unirse con el "sur", pero los polos iguales siempre se repelen entre sí.
La electricidad estática puede ocasionarnos descargas o lo que llamamos "toques". Si usted
camina sobre una alfombra o tapete, su cuerpo recoge electrones y cuando toca algo
metálico, como es el picaporte de la puerta o cualquier otra cosa con carga positiva, la
electricidad produce una pequeña descarga entre el objeto y sus dedos, lo que, además de
sorpresivo, a veces, resulta un tanto doloroso.
Otra manifestación de la electricidad estática son los relámpagos y truenos de una tormenta
eléctrica: las nubes adquieren cargas eléctricas por la fricción de los cristales de hielo que se
mueven en su interior, y esas cargas de electrones llegan a ser tan grandes que éstos se
precipitan hacia el suelo o hacia otra nube, lo cual provoca el relámpago y éste el trueno. El
relámpago viaja a la velocidad de la luz (más de 300 mil kilómetros por segundo) y el trueno a
la velocidad del sonido (poco más de 300 metros por segundo). Por esta razón es que primero
vemos el relámpago y después escuchamos el trueno.
¿Cómo se genera la electricidad?
Hasta aquí hemos visto que la electricidad fluye a través de los cables, generalmente de cobre
o aluminio, hasta llegar a nuestras lámparas, televisores, radios y cualquier otro aparato que
tengamos en casa. Pero ¿cómo se produce la electricidad y de dónde nos llega?
Veamos, pues, cómo se genera la electricidad que consumimos en el hogar, pero antes es
conveniente señalar que hay varias fuentes que se utilizan para generar electricidad: el
movimiento del agua que corre o cae, el calor para producir vapor y mover turbinas,
la geotermia (el calor interior de la Tierra), la energía nuclear (del átomo) y las energías
renovables: solar, eólica (de los vientos) y de la biomasa (leña, carbón, basura y rastrojos
del campo).
También es importante saber que en México el 75% de la electricidad se genera a base de
combustibles fósiles utilizados en plantas o centrales termoeléctricas (que producen calor y
vapor para mover los generadores), las cuales consumen gas natural, combustóleo y carbón.
(Si la central consume carbón, se le denomina carboeléctrica). "Dual" es un término que se
aplica a las plantas que pueden consumir indistintamente dos de estos combustibles.
La mayoría de las plantas generadoras de electricidad queman alguno de esos combustibles
fósiles para producir calor y vapor de agua en una caldera. El vapor es elevado a una gran
presión y llevado a una turbina, la cual está conectada a un generador y cuando éste
gira, convierte ese movimiento giratorio en electricidad. Después de que el vapor pasa a
través de la turbina, es llevado a una torre de enfriamiento, donde se condensa y se convierte
nuevamente en agua líquida para ser utilizada otra vez en la caldera y repetir el proceso
indefinidamente. (Ver el diagrama).
Por ejemplo en una línea cuya tensión nominal es de 6 kV, y aumenta la tensión hasta 15 kV,
el factor de sobretensión vale :
Muchas veces es posible calcular el factor de sobretensión y, por lo tanto, prever la magnitud
de las posibles sobretensiones que pueden presentarse en la instalación.
Las sobretensiones pueden producir descargas que, además de destruir o averiar seriamente
el material, también pueden ser la causa de nuevas sobretensiones. Muchas veces, los
peligros de las sobretensiones no se deben solamente a su magnitud, sino también a la forma
de onda. Si se realizan correctamente la instalación y las líneas de conexión están en buenas
condiciones es poco probable que se produzcan sobretensiones. Si, a pesar de todas las
precauciones, en una instalación se producen sobretensiones debe procurarse que
descarguen a tierra lo más rápidamente posible, por medio de los correspondientes
dispositivos de protección denominados, en general, descargadores de sobretensión. Estas
protecciones deben regularse a un factor de sobretensión que sea menor que el grado de
seguridad de la instalación pero que, por otra parte, no se aproxime demasiado al valor de la
tensión de servicio ya que de lo contrario entraría muchas veces en funcionamiento haciendo
inestables las condiciones de la instalación. Las sobretensiones se producen tanto en
instalaciones de baja como de alta tensión aunque, generalmente, en las primeras tienen
menos importancia que en las últimas, debido a que en las instalaciones de alta tensión las
propias condiciones de funcionamiento y de aislamiento favorecen la aparición de
sobretensiones.
Las tensiones anormales o sobretensiones pueden clasificarse, según su origen, en dos
grupos: las sobretensiones internas y las atmosféricas.
a) Las sobretensiones internas se forman como consecuencia de las oscilaciones entre las
energías de los campos magnético y eléctrico producidas por un arco intermitente, es decir
arcos que se apagan al pasar la corriente alterna por cero, pero se vuelven a encender
cuando la sinusoide de la tensión toma mayores valores. Son las producidas al variar las
propias condiciones de servicio de la instalación. Estos no se producen solamente por arqueo
de aisladores sino también en los interruptores cuando desconectan altas intensidades.
A este grupo pertenecen las oscilaciones de intensidad de corriente, las variaciones de carga,
las descargas a tierra, etc.. En todos estos procesos, la energía acumulada en los elementos
inductivos y capacitivos de los circuitos que comprenden una instalación, pueden llegar a
descargar de tal modo que originen perjudiciales aumentos de la tensión. Esta clase de
sobretensiones pueden preverse en gran parte y, por lo tanto, evitarse . Las sobretensiones de
origen interno pueden, a su vez, clasificarse en dos categorías:
1) sobretensiones de maniobra que designan los fenómenos transitorios que acompañan a
los bruscos cambios de estado de una red, por ejemplo, maniobras de disyuntores, descargas
a tierra, etc...
2) sobretensiones de servicio que comprenden los estados estacionarios que pueden
resultar durante la puesta en servicio o fuera de servicio de una carga, sobre todo, cuando la
red comprende líneas de gran longitud; también se incluyen en este grupo las sobretensiones
permanentes provocadas por los defectos a tierra
El carácter de las sobretensiones producidas por tales oscilaciones, llamadas sobretensiones
internas, es completamente distinta del de la elevación de la tensión debida a la autoexcitación
de máquinas sincrónicas o al efecto Ferranti, pues en estos dos casos se trata de la elevación
de la tensión de 50 Hz ( ó 60 Hz. Según el país ), mientras que las sobretensiones internas
están caracterizadas por ondas de otra frecuencia que se superponen a la frecuencia básica .
El transitorio es, casi siempre, una oscilación amortiguada de frecuencia media y escasa
duración. Por el contrario, la forma de onda de las sobretensiones producidas por fenómenos
estacionarios tienen una amplitud constante o casi constante; estas sobretensiones se
desplazan por las líneas y aparatos en forma de ondas de choque, llamadas también ondas
errantes.
Final del formulario
La frecuencia de las sobretensiones internas está definida por la frecuencia natural del
sistema siendo :
Ondas errantes
Se llaman así las ondas de tensión que se desplazan con gran velocidad a lo largo de los
conductores. Estas ondas pueden provocar elevadas sobretensiones, unas veces porque su
propia amplitud sea mayor que la tensión de servicio, otras veces porque el valor de su
amplitud se incremente por reflexión o por cualquier otra causa. Generalmente, estas ondas
tienen forma periódica, con crecimiento rápido hasta el valor de cresta, que después decrece
lentamente. Veamos como se forman las ondas errantes.
Cuando se aplica instantáneamente una tensión a un conductor, se produce una corriente de
carga en dicho conductor; al mismo tiempo, progresa la tensión a lo largo del conductor, es
decir, que en el conductor se origina una onda de tensión. Una onda de esta clase puede
producirse, por ejemplo, a causa del efecto de un rayo descargado en la proximidad de la
línea. Para el estudio simplificado de las ondas errantes se supone que, en toda la longitud del
conductor, existen las mismas condiciones, es decir, que la capacidad y la inductividad están.
uniformemente repartida en toda su longitud. Un conductor en estas condiciones se denomina
conductor homogéneo. Si llamamos
Cl = capacidad por unidad de longitud
Ll = inductividad por unidad de longitud
Además, hay que tener en cuenta que todo conductor eléctrico tiene una resistencia óhmica
propia, la cual actúa amortiguando gradualmente la onda errante, tal como se expresa en la
figura siguiente :
Amortiguación de una onda errante por efecto de la resistencia óhmica de un circuito.
Si cualquiera de estas dos ondas que parten del punto donde se ha originado la sobretensión,
pasa de un conductor aéreo a un cable subterráneo o, de forma general, de un conductor a
otro con distinta impedancia característica, en el punto de transición se produce una nueva
onda en un sentido y una nueva onda en el otro sentido. En lo que sigue, examinaremos los
casos más importantes y, para mayor simplicidad, supondremos que se trata de ondas
rectangulares, de frente completamente escarpado.
Punto de transición. Cuando una onda de tensión alcanza el punto de enlace de dos líneas de
diferente impedancia característica , las tensiones y las corrientes de las dos líneas deben
concordar en este punto de enlace. Por otra parte, en cada una de estas dos líneas, la tensión
y la corriente están ligadas por su impedancia característica. De estas relaciones se deducen
leyes de refracción y de reflexión para las ondas de frente escarpado.
Cuando una onda de tensión u, se propaga por la línea de impedancia característica Z1 y
alcanza una línea de impedancia característica Z2, penetra en ella con la tensión u2 que se
expresa por la ecuación :
Estas fórmulas, y su interpretación con ayuda de la figura de arriba , demuestran que el paso
de una línea de pequeña impedancia característica a una línea de elevada impedancia
característica, provoca un aumento de la onda de tensión y una disminución de la onda de
corriente; este es el ejemplo de una onda errante que recorre un cable subterráneo, cuando
este conductor continúa por una línea aérea. De forma inversa, el paso de una elevada
impedancia característica a una impedancia característica menor, provoca una reducción de la
onda de tensión y un aumento de la onda de corriente; el caso más característico es el paso
de una línea aérea a un cable aislado. Vamos a exponer un ejemplo de aplicación:
supongamos una onda errante de 20 kV que recorre un cable cuya impedancia característica
es de 50 ohmios/km, que se continúa por una línea aérea con una impedancia característica
de 400 ohmios/Km. La tensión que penetra en la línea aérea vale :
Línea abierta. Cuando la extremidad de una línea está abierta, se aplican igualmente las
leyes de la refracción y de la reflexión, admitiendo que la línea está seguida por un línea de
impedancia Z2. infinita . Como la corriente no puede seguir progresando, el valor de la onda
de corriente cae a cero. El efecto es como si la onda errante se encontrase con otra de la
misma magnitud, avanzando en sentido opuesto y que la compensara; por lo tanto
Al desaparecer la corriente, es inducida una nueva onda de tensión que se compone con la
onda errante inicial. La tensión al final de la línea abierta será :
Características de una onda errante en la extremidad de una línea abierta .
Esto significa que la corriente en el extremo de la línea resulta nula y que en dicho punto, la
tensión alcanza el doble del valor de la onda de tensión que se dirige hacia la extremidad
abierta. En esta extremidad, las ondas incidentes son completamente reflejadas, la onda de
tensión con el mismo signo y la onda de corriente con signo contrario.
Línea en cortocircuito. Si se expresa el estado de cortocircuito por una impedancia
característica Z2 nula, la aplicación de las leyes da los siguientes resultados:
y recordando que Z2 = 0 el valor de ulr , será ulr = -ul , por otro lado, el valor de la corriente
reflejada será:
Fig. 2 - Efecto de una nube cargada positivamente sobre una línea aérea
Pero si por causas tales a la caída de un rayo entre la nube y otra nube de carga contraria o
entre esta misma nube y tierra, desaparece la carga de la nube repentinamente, entonces las
cargas de la línea quedan libres, puesto que ya no son atraídas por las de la nube. Esta
circunstancia provoca en la línea la aparición de sobretensiones proporcionales a la carga,
que se propagan a ambos lados de la línea en forma de ondas errantes y con la velocidad de
la luz, tal como hemos visto en un parágrafo anterior, que incluso pueden provocar descargas
eléctricas, de naturaleza ondulatoria en los puntos mal aislados de la línea.
Fig. 4 - Reparto de las corrientes a tierra en una línea aérea cuando la descarga directa se
produce sobre un poste.
Si la descarga se produce en un vano entre dos postes, el reparto de las corrientes se realiza
como está indicado en la figura siguiente :
Fig. 5 - Reparto de las corrientes a tierra en una línea aérea cuando la descarga directa se
produce en el centro de un vano entre postes.
Por lo tanto, y de acuerdo con lo dicho en el párrafo anterior, la máxima intensidad en un poste
alcanza un 60 % de la del rayo. En el caso expresado en la figura 4 se han registrado
corrientes de poste de hasta 60 kA de valor de cresta. Si se supone, por ejemplo, que la
resistencia de paso del poste con relación a tierra es de 20 ohmios, esto exige que el poste
soporte un potencial de :
60 x 20 = 1.200 kV
A causa de esta elevadísima tensión, puede suceder que se produzcan descargas de
retroceso desde el poste hacia las líneas. Para evitar estas descargas, la resistencia de paso
del poste debe ser lo más reducida posible, de forma que siempre la resistencia de paso del
poste a tierra resulte menor que la tensión de descarga superficial por choque de los
aisladores. Por ejemplo, si se utilizan aisladores normales, para una línea de 110 kV, la
resistencia de paso ha de ser inferior de 15 ohmios y, para una línea de 50 kV, inferior de 8
ohmios. Es muy difícil obtener las resistencias de derivación a tierra francamente bajas, que
se necesitan para evitar las sobretensiones indicadas; con los medios de protección
actualmente empleados, se consiguen desviar a tierra hasta un 97 % de las descargas.
Entonces, se puede dimensionar la tierra del poste para una corriente de 40 a 50 kA.
Cuando un rayo directo cae sobre un poste de madera, generalmente se producen grietas y
resquebrajaduras, con el peligro de que la corriente ulterior de servicio pueda hacer que arda
el poste.
Cuanto más seguras son las líneas, más expuestas están las estaciones de transformación a
perturbaciones, ya que pasan a ser los puntos más débiles de la red. Estas perturbaciones
pueden estar originadas por rayos directos o por ondas errantes debidas a descargas en otros
puntos de la línea. La tensión de la onda incidente corresponde a la tensión de descarga
superficial por choque de los aisladores de la línea aérea. Téngase en cuenta que, tal como se
dijo al estudiar las ondas errantes, en las estaciones de cabecera, la onda se refleja y, por lo
tanto, se dobla la tensión. El efecto corona y la resistencia óhmica de las líneas amortiguan la
onda errante en su camino por la línea. Ocasionalmente, también se producen descargas
directas, con las consiguientes averías, en los cables subterráneos, aunque parezca que están
protegidos por la misma tierra contra los efectos de estas descargas. Sin embargo, estas
perturbaciones debidas a rayos se originan solamente en los cables tendidos en suelos poco
conductores; en estos casos, la descarga se propaga a lo largo de la armadura y de la
envoltura de plomo, en busca de los puntos en que la tierra ofrece una buena conductividad
eléctrica.
Efectos de inducción producidos por descargas atmosféricas.
En el proceso de formación del rayo, se producen numerosas descargas entre nubes con
cargas de signos contrarios, o entre nubes y tierra.
Además de resistencia óhmica, todo circuito eléctrico tiene autoinducción y capacidad, por lo
que al descargar un rayo en la proximidad de un conductor o producirse una descarga entre
las nubes que se hallen sobre él, se modifica el estado eléctrico del conductor, induciéndose
en él, tensiones de carácter oscilante, las cuales provocan la producción de considerables
sobretensiones.
Por otra parte, los rayos presentan muchas veces, numerosas ramificaciones, y estas
descargas laterales actúan induciendo también sobretensiones. Finalmente, hay que tener en
cuenta que la corriente de descarga produce líneas de fuerza que, según la dirección de la
descarga con relación al conductor, inducen en éste tensiones de magnitud variable.
Al contrario de lo que ocurría con otras causas de sobretensión, la debida a ésta que estamos
estudiando tiene carácter oscilante.
Sobretensiones de origen interno
Estas sobretensiones están provocadas por fenómenos dependientes de los elementos de la
instalación. Están producidas por modificaciones de estado en las redes, que pueden resultar
de la presencia de defectos o de maniobras de acoplamiento. Las sobretensiones de origen
interno pueden clasificarse en dos grandes grupos, que estudiaremos separadamente:
a) Sobretensiones de maniobra.
b) Sobretensiones de servicio
Sobretensiones de maniobra
Están producidas por los bruscos cambios de estado de una red, a causa de maniobras
normales de acoplamiento de redes, conexión y desconexión de disyuntores, etc... estando la
instalación a plena marcha. En resumen, cuando un sistema con resistencia óhmica,
inductividad y capacidad pasa bruscamente de un régimen permanente a otro régimen
permanente distinto. Por lo tanto, se trata de fenómenos transitorios y la transición de uno a
otro régimen permanente va siempre acompañada de ondas de tensión que tienen un carácter
oscilatorio amortiguado, desapareciendo cuando han pasado algunos periodos, a causa de las
resistencias óhmicas , las corrientes de Foucault, etc... que actúan como amortiguadores de
las ondas.
La figura 1 representa lo que ocurre en los primeros instantes cuando un conductor no
sometido a tensión ni a corriente se pone bruscamente en comunicación con un circuito de
corriente alterna, de tensión U; este sería el caso, por ejemplo, de un disyuntor que cierra
sobre