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Periodicidad Química y Enlaces Químicos.

Alumna: Ingrid Candelaria Catzin Tajer.


1A I.B.Q. Ambiental.
Docente: M. en C. Primavera García Pérez.

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ÍNDICE.

Introducción.
1. Periodicidad Química.
1.1. La teoría atómica.
1.2. La estructura del átomo.
1.3. Número Atómico, número de masa e isótopos.
1.4. Números cuánticos: orbitales y niveles de energía.
1.5. Configuración electrónica y llenado de orbitales.
1.6. Tabla Periódica.
1.7. Propiedades periódicas: radio atómico, energía de ionización, radio iónico, afinidad
electrónica y número de oxidación.
1.8. Apareamiento electrónico y formulación de compuestos.
2. Enlaces Químicos.
2.1. Introducción.
2.2. Concepto y clasificación de enlace químico.
2.3. Aplicaciones y limitaciones de la regla del octeto.
2.4. Enlace covalente.
2.5. Teorías para explicar el enlace covalente y sus alcances.
2.6. Teorías del enlace de valencia.
2.7. Hibridación y geometría molecular.
2.8. Teoría del orbital molecular.
2.9. Enlace iónico.
2.10. Formación y propiedades de los compuestos iónicos.
2.11. Redes cristalinas.
3. Análisis.
4. Conclusión.
5. Bibliografía.

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Introducción.
Desde épocas remotas, los humanos se han interesado por la naturaleza de la materia. Nuestras ideas
modernas sobre la estructura de la materia se basan en la teoría atómica de Dalton, de principios del siglo
xix. En la actualidad sabemos que toda la materia está formada por átomos, moléculas e iones. La química
siempre se relaciona, de una u otra forma, con estas especies.

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1. Periodicidad Química.
1.1. Teoría atómica.
En el siglo V a.C., el filósofo griego Demócrito expresó la idea de que toda la materia estaba formada por
muchas partículas pequeñas e indivisibles que llamó átomos (que significa indestructible o indivisible). A
pesar de que la idea de Demócrito no fue aceptada por muchos de sus contemporáneos (entre ellos platón
y Aristóteles), ésta se mantuvo. Las evidencias experimentales de algunas investigaciones científicas
apoyaron el concepto del “atomismo”, lo que condujo, de manera gradual, a las definiciones modernas de
elementos y compuestos. En 1808, el científico inglés, profesor John Dalton, formuló una definición precisa
de las unidades indivisibles con las que está formada la materia y que llamamos átomos.

El trabajo de Dalton marcó el principio de la era de la química moderna. Las hipótesis sobre la naturaleza
de la materia, en las que se basa la teoría atómica de Dalton, pueden resumirse como sigue:

1. Los elementos están formados por partículas extremadamente pequeñas llamadas átomos.

2. Todos los átomos de un mismo elemento son idénticos, tienen igual tamaño, masa y propiedades
químicas. Los átomos de un elemento son diferentes a los átomos de todos los demás elementos.

3. Los compuestos están formados por átomos de más de un elemento. En cualquier compuesto, la
relación del número de átomos entre dos de los elementos presentes siempre es un número entero
o una fracción sencilla.

4. una reacción química implica sólo la separación, combinación o reordenamiento de los átomos;
nunca supone la creación o destrucción de los mismos.

El concepto de Dalton sobre un átomo es mucho más detallado y específico que el concepto de Demócrito.
La segunda hipótesis establece que los átomos de un elemento son diferentes de los átomos de todos los
demás elementos. Dalton no intentó describir la estructura o composición de los átomos. Tampoco tenía
idea de cómo era un átomo, pero se dio cuenta de que la diferencia en las propiedades mostradas por
elementos como el hidrógeno y el oxígeno sólo se puede explicar a partir de la idea de que los átomos de
hidrógeno son distintos de los átomos de oxígeno.

La tercera hipótesis sugiere que para formar determinado compuesto no sólo se necesitan los átomos de
los elementos correctos, sino que es indispensable un número específico de dichos átomos. Esta idea es
una extensión de una ley publicada en 1799 por el químico francés Joseph Proust. La ley de las
proporciones definidas de Proust establece que muestras diferentes de un mismo compuesto siempre
contienen los mismos elementos y en la misma proporción de masa. Así, si se analizan muestras de dióxido
de carbono gaseoso obtenidas de diferentes fuentes, en todas las muestras se encontrará la misma
proporción de masa de carbono y oxígeno. Entonces, si la proporción de las masas de los diferentes
elementos de un compuesto es una cantidad fija, la proporción de los átomos de los elementos en dicho
compuesto también debe ser constante.

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La tercera hipótesis de Dalton confirma otra importante ley, la ley de las proporciones múltiples. Según
esta ley, si dos elementos pueden combinarse para formar más de un compuesto, la masa de uno de los
elementos que se combina con una masa fija del otro mantiene una relación de números enteros pequeños.
La teoría de Dalton explica la ley de las proporciones múltiples de manera muy sencilla: diferentes
compuestos formados por los mismos elementos difieren en el número
de átomos de cada clase. Por ejemplo, el carbono forma dos
compuestos estables con el oxígeno, llamados monóxido de carbono y
dióxido de carbono.

Las técnicas modernas de medición indican que un átomo de carbono


se combina con un átomo de oxígeno en el monóxido de carbono, y con
dos átomos de oxígeno en el dióxido de carbono. De esta manera, la
proporción de oxígeno en el monóxido de carbono y en el dióxido de
carbono es 1:2. Este resultado concuerda con la ley de las proporciones
múltiples.

La cuarta hipótesis de Dalton es una forma de enunciar la ley de la


conservación de la masa, la cual establece que la materia no se crea
ni se destruye. Debido a que la materia está formada por átomos, que
no cambian en una reacción química, se concluye que la masa también
se debe conservar. La brillante idea de Dalton sobre la naturaleza de la materia fue el principal estímulo
para el rápido progreso de la química durante el siglo xix.

1.2. La estructura del átomo.


Con base en la teoría atómica de Dalton, un átomo se define como la unidad básica de un elemento que
puede intervenir en una combinación química. Dalton describió un átomo como una partícula
extremadamente pequeña e indivisible. Sin embargo, una serie de investigaciones iniciadas alrededor de
1850, y que continuaron hasta el siglo xx, demostraron claramente que los átomos tienen una estructura
interna, es decir, que están formados por partículas aún más pequeñas, llamadas partículas subatómicas.
Estas investigaciones condujeron al descubrimiento de tres partículas: electrones, protones y neutrones.

El electrón.
En la década de 1890, muchos científicos estaban interesados en el estudio de la radiación, la emisión y
transmisión de la energía a través del espacio en forma de ondas.
La información obtenida por estas investigaciones contribuyó al
conocimiento de la estructura atómica. Para investigar este
fenómeno se utilizó un tubo de rayos catódicos, precursor de los
tubos utilizados en los televisores. Consta de un tubo de vidrio del
cual se ha evacuado casi todo el aire. Si se colocan dos placas
metálicas y se conectan a una fuente de alto voltaje, la placa con
carga negativa, llamada cátodo, emite un rayo invisible. Este rayo
catódico se dirige hacia la placa con carga positiva, llamada
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ánodo, que pasa por una perforación y continúa su trayectoria hasta el otro extremo del tubo. Cuando dicho
rayo alcanza la superficie, recubierta de una manera especial, produce una fuerte fluorescencia o luz
brillante.

En algunos experimentos se colocaron, por fuera del tubo de rayos catódicos, dos placas cargadas
eléctricamente y un electroimán. Cuando se conecta el campo magnético y el campo eléctrico permanece
desconectado, los rayos catódicos alcanzan el punto A del tubo. Cuando está conectado solamente el
campo eléctrico, los rayos llegan al punto c. cuando tanto el campo magnético como el eléctrico están
desconectados, o bien cuando ambos están conectados pero se balancean de forma que se cancelan
mutuamente, los rayos alcanzan el punto B. De acuerdo con la teoría electromagnética, un cuerpo cargado,
en movimiento, se comporta como un imán y puede interactuar con los campos magnéticos y eléctricos
que atraviesa. Debido a que los rayos catódicos son atraídos por la placa con carga positiva y repelidos
por la placa con carga negativa, deben consistir en partículas con carga negativa. Actualmente, estas
partículas con carga negativa se conocen como electrones.

El físico inglés J. J. Thomson utilizó un tubo de rayos catódicos y su conocimiento de la teoría


electromagnética para determinar la relación entre la carga eléctrica y la masa de un electrón. El número
que obtuvo fue de –1.76 × 108 c/g, en donde c corresponde a coulombs, la unidad de carga eléctrica. Más
tarde, entre 1908 y 1917, R. A. Millikan llevó a cabo una serie de experimentos para medir la carga del
electrón con gran precisión. Su trabajo demostró que la carga de cada electrón era exactamente la misma.
En su experimento, Millikan analizó el movimiento de minúsculas gotas de aceite que adquirían carga
estática a partir de los iones del aire. Suspendía en el aire las gotas cargadas mediante la aplicación de un
campo eléctrico y seguía su movimiento con un microscopio). Al aplicar sus conocimientos sobre
electrostática, Millikan encontró que la carga de un electrón es de –1.6022 × 10–19 c. A partir de estos
datos calculó la masa de un electrón:
𝑐𝑎𝑟𝑔𝑎
𝑚𝑎𝑠𝑎 𝑑𝑒𝑙 𝑒𝑙𝑒𝑐𝑡𝑟𝑜𝑛 =
𝑐𝑎𝑟𝑔𝑎/𝑚𝑎𝑠𝑎
−1.6022𝑥10−19 𝐶
=
−1.76𝑥108 𝐶/𝑔
= 9.10𝑥10−28 𝑔
Éste es un valor de masa extremadamente pequeño.

El protón y el núcleo

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Desde principios de 1900 ya se conocían dos características de los átomos: que contienen electrones y
que son eléctricamente neutros. Para que un átomo sea neutro debe contener
el mismo número de cargas positivas y negativas. Thomson propuso que un
átomo podía visualizarse como una esfera uniforme cargada positivamente,
dentro de la cual se encontraban los electrones como si fueran las pasas en un
pastel. Este modelo, llamado “modelo del pudín de pasas”, se aceptó como una
teoría durante algunos años.

En 1910, el físico neozelandés Ernest Rutherford, quien estudió con Thomson


en la universidad de Cambridge, utilizó partículas α para demostrar la
estructura de los átomos. Junto con su colega Hans Geiger y un estudiante de
licenciatura llamado Ernest Marsden, Rutherford efectuó una serie de
experimentos utilizando láminas muy delgadas de oro y de otros metales, como
blanco de partículas α provenientes de una fuente radiactiva. Observaron que
la mayoría de las partículas atravesaban la lámina sin desviarse, o bien con
una ligera desviación. De cuando en cuando, algunas partículas α eran
dispersadas (o desviadas) de su trayectoria con un gran ángulo. ¡En algunos
casos, las partículas α regresaban por la misma trayectoria hacia la fuente
radiactiva! Éste fue el descubrimiento más sorprendente, pues según el modelo
de Thomson, la carga positiva del átomo era tan difusa que se esperaría que
las partículas α atravesaran las láminas sin desviarse o con una desviación
mínima. El comentario de Rutherford sobre este descubrimiento fue el
siguiente: “Resultó tan increíble como si usted hubiera lanzado una bala de 15 pulgadas hacia un trozo de
papel de seda y la bala se hubiera regresado hacia usted.”

Tiempo después, Rutherford pudo explicar los resultados del experimento de la dispersión de partículas α
utilizando un nuevo modelo de átomo. De acuerdo con Rutherford, la mayor parte de los átomos debe ser
espacio vacío. Esto explica por qué la mayoría de las partículas α atravesaron la lámina de oro sufriendo
poca o ninguna desviación. Rutherford propuso que las cargas positivas de los átomos estaban
concentradas en un denso conglomerado central dentro del átomo, que llamó núcleo. Cuando una partícula
α pasaba cerca del núcleo en el experimento, actuaba sobre ella una gran fuerza de repulsión, lo que
originaba una gran desviación. Además, cuando una partícula α incidía directamente sobre el núcleo,
experimentaba una repulsión tan grande que su trayectoria se invertía por completo.

Las partículas del núcleo que tienen carga positiva


reciben el nombre de protones. En otros
experimentos se encontró que los protones tienen la
misma cantidad de carga que los electrones y que su
masa es de 1.67262 × 10–24 g, aproximadamente 1
840 veces la masa del electrón con carga opuesta.

Hasta este punto, los científicos visualizaban el


átomo de la siguiente manera: la masa del núcleo constituye la mayor parte de la masa total del átomo,
pero el núcleo ocupa sólo 1/1013 del volumen total del átomo. Las dimensiones atómicas (y moleculares)
se expresarán aquí de acuerdo con la unidad del sistema internacional de medidas llamado picómetro (pm),
donde
1 𝑝𝑚 = 1 𝑥 10−12 𝑚

El radio típico de un átomo es aproximadamente de 100 pm, en tanto que el radio del núcleo atómico es
sólo de 5 × 10–3 pm. Se puede apreciar la diferencia relativa entre el tamaño de un átomo y su núcleo
imaginando que si un átomo tuviera el tamaño de un estadio olímpico, el volumen de su núcleo sería
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comparable con el de una pequeña canica. Mientras que los protones están confinados en el núcleo del
átomo, se considera que los electrones están esparcidos alrededor del núcleo y a cierta distancia de él.

El concepto de radio atómico tiene utilidad experimental, pero no debe suponerse que los átomos tienen
dimensiones o superficies bien definidas. Más adelante aprenderemos que las regiones externas de los
átomos son relativamente “difusas”.

El neutrón
El modelo de Rutherford de la estructura atómica dejaba un importante problema sin resolver. Se sabía
que el hidrógeno, el átomo más sencillo, contenía
sólo un protón, y que el átomo de helio contenía
dos protones. Por tanto, la relación entre la masa de
un átomo de helio y un átomo de hidrógeno
debería ser 2:1. (Debido a que los electrones
son mucho más ligeros que los protones,
se puede ignorar su contribución a la masa
atómica.) Sin embargo, en realidad la relación es
4:1. Rutherford y otros investigadores habían
propuesto que debería existir otro tipo de
partícula subatómica en el núcleo, hecho que el físico inglés James Chadwick probó en 1932. Cuando
Chadwick bombardeó una delgada lámina de berilio con partículas α, el metal emitió una radiación de muy
alta energía, similar a los rayos γ. Experimentos posteriores demostraron que esos rayos en realidad
constan de un tercer tipo de partículas subatómicas, que Chadwick llamó neutrones, debido a que se
demostró que eran partículas eléctricamente neutras con una masa ligeramente mayor que la masa de los
protones. El misterio de la relación de las masas ahora se podía explicar. En el núcleo de helio existen dos
protones y dos neutrones, en tanto que en el núcleo de hidrógeno hay sólo un protón y no hay neutrones;
por tanto, la relación es 4:1.

En la figura se muestra la localización de las partículas elementales (protones, neutrones y electrones) en


un átomo. Existen otras partículas subatómicas, pero el electrón, el protón y el neutrón son los tres
componentes fundamentales del átomo que son importantes para la química. En la tabla se muestran los
valores de carga y de masa de estas tres partículas elementales.

1.3. Número atómico, número de masa e isótopos


Todos los átomos se pueden identificar por el número de protones y neutrones que contienen.

El número atómico (Z) es el número de protones en el núcleo del átomo de un elemento. En un átomo
neutro el número de protones es igual al número de electrones, de manera que el número atómico también
indica el número de electrones presentes en un átomo. La identidad química de un átomo queda
determinada por su número atómico. Por ejemplo, el número

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Atómico del flúor es 9. Esto significa que cada átomo de flúor tiene 9 protones y 9 electrones. O bien, visto
de otra forma, cada átomo en el universo que contenga 9 protones se llamará de manera correcta “flúor”.

El número de masa (A) es el número total de neutrones y protones presentes en el núcleo de un átomo
de un elemento. Con excepción de la forma más común del hidrógeno, que tiene un protón y no tiene
neutrones, todos los núcleos atómicos contienen tanto protones como neutrones. En general, el número
de masa está dado por

El número de neutrones en un átomo es igual a la diferencia entre el número de masa y el número atómico
(A – Z). Por ejemplo, si el número de masa de un átomo específico de boro es 12 y su número atómico es
5 (que indica 5 protones en el núcleo), entonces el número de neutrones es 12 – 5 = 7. Observe que las
tres cantidades (número atómico, número de neutrones y número de masa) deben ser enteros positivos o
números enteros.

No todos los átomos de un elemento determinado tienen la misma masa. La mayoría de los elementos
tiene dos o más isótopos, átomos que tienen el mismo número atómico pero diferente número de masa.
Por ejemplo, existen tres isótopos de hidrógeno. Uno de ellos, que se conoce como hidrógeno, tiene un
protón y no tiene neutrones. El isótopo llamado deuterio contiene un protón y un neutrón, y el tritio tiene un
protón y dos neutrones. La forma aceptada para denotar el número atómico y el número de masa de un
elemento (X) es como sigue:

Así, para los isótopos de hidrógeno escribimos:


1 2 3
1𝐻 1𝐻 1𝐻

Hidrógeno Deuterio Tritio

Como otro ejemplo, considere dos isótopos comunes del uranio, con números de masa 235 y 238,
respectivamente:
235 238
92𝑈 92𝑈

El primer isótopo se utiliza en reactores nucleares y en bombas atómicas, en tanto que el segundo carece
de las propiedades necesarias para tener tales aplicaciones. Con excepción del hidrógeno, que tiene un
nombre diferente para cada uno de los isótopos, los isótopos de los elementos se identifican por su número
de masa. Así, los isótopos anteriores se llaman uranio- 235 (uranio doscientos treinta y cinco) y uranio-238
(uranio doscientos treinta y ocho). Las propiedades químicas de un elemento están determinadas,
principalmente, por los protones y electrones de sus átomos; los neutrones no participan en los cambios
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químicos en condiciones normales. En consecuencia, los isótopos del mismo elemento tienen un
comportamiento químico semejante, forman el mismo tipo de compuestos y presentan reactividades
semejantes.
1.4. Números cuánticos: orbitales y niveles de energía.
Los números cuánticos son valores numéricos que indican las características de los electrones de los
átomos. El estudio del átomo debe efectuarse con base en los últimos adelantos científicos, y aunque el
modelo actual es matemático y de alta complejidad, trataremos de lograr su representación visual lo más
fielmente posible.

¿Cómo existen los electrones en los orbitales? Esto lo explicaremos al describir los cuatro números que se
indican con las letras: n, l, m, s.

Número cuántico principal.


Como resultado de la investigación continua durante el siglo xx, en la actualidad los científicos han
comprobado que los niveles energéticos no son exactamente órbitas, como las de los planetas, alrededor
del núcleo de un átomo. En lugar de ello, se puede decir que son regiones espaciales esféricas alrededor
del núcleo, en las cuales es más probable encontrar los electrones. El número cuántico principal se
representa con la letra n e indica el nivel de energía en el que se encuentra el electrón. Sus valores son
enteros positivos del 1 en adelante.
n = 1, 2, 3, 4...

Ahora bien, cada nivel energético puede contener un número limitado de electrones dado por la expresión
2n2.

El nivel energético menor (n = 1) es el más pequeño y el más cercano al núcleo. Este nivel energético
puede contener un máximo de 2 electrones. El segundo nivel energético, que es más grande porque está
más alejado del núcleo, puede contener un máximo de 8 electrones.

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Número cuántico por forma.
Cuando los científicos investigaron los átomos multielectrónicos descubrieron que los espectros eran
mucho más complejos de lo que esperaban por la sencilla serie de niveles energéticos supuestos del
hidrógeno.

Esta complejidad indica que existen subniveles —divisiones de un nivel— en


determinados niveles energéticos. Un nivel está formado por subniveles con
energía muy parecida. Cada nivel energético tiene un número específico de
subniveles, que es el mismo que el número del nivel energético.
El número cuántico por forma determina el subnivel y se relaciona con la forma
del orbital, se representa con la letra l.
A los subniveles se les asignan las letras s, p, d, f. Los subniveles tienen
valores numéricos obtenidos de acuerdo con el número del nivel energético al
que pertenece, estos valores comienzan con 0 y terminan con el valor de (n –
1).
Por ejemplo, para el primer nivel energético (n = 1) el valor del (subnivel) se
obtendrá restándole uno al número del nivel; esto es 1 – 1: que es igual a 0.
Entonces si n = 1, l = 0, a este subnivel, cuyo valor es 0, se le asigna la letra s y la forma del orbital es de
esfera.
Para el segundo nivel (n = 2), los valores del comenzarán con 0 y terminarán con 1, ya que 2 – 1 = 1.
Esto es, en el segundo nivel, los valores del serán 0 y 1. Cuando l es igual a 1 se le asigna la letra p y la
forma del orbital es como lóbulos.

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En el tercer nivel (n = 3), los valores del comenzarán con 0 y terminarán con 2, ya que 3 – 1 = 2. De acuerdo
con esto, en el tercer nivel los valores del serán 0, 1 y 2. Cuando l = 2 se le asigna la letra d. De igual forma
cuando n = 4, los valores del comenzarán con 0 y terminarán con 4 – 1 = 3. Esto es, en el cuarto nivel l
tendrá los valores 0, 1, 2 y 3. Cuando l = 3 se le asigna la letra f. Para representar un subnivel se indica el
número del nivel seguido de la letra que representa la forma del orbital.

Número cuántico por orientación o magnético.


Este número cuántico indica la orientación de un orbital atómico y se representa con la letra m.

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Los valores del número cuántico por orientación (m) dependen de los valores del número cuántico por
forma (l). Son números enteros que empiezan con el valor de −l, pasan por 0 y terminan en el valor de +l,
esto es:
−lm = −l... 0... + l
Ejemplifiquemos:
Si l = 0 (al que se le asigna la letra s) entonces m = −0... 0... +0, sabemos que el −0 y el +0 no existen,
luego m = 0, esto significa que en el subnivel s solamente hay un orbital. Si l = 1 (al que se le asigna la letra
p) m = −1... 0... +1, esto indica que cuando l = 1, m tiene tres valores –1, 0 y +1, lo que significa que en el
subnivel p hay tres orbitales. Si l = 2 (al que se le asigna la letra d):
m = −2... 0... +2,
Esto significa que cuando l = 2, m tiene cinco valores −2, −1, 0, +1, +2, lo que indica que el subnivel d tiene
cinco orbitales.

Número cuántico por giro (espín).


Se relaciona con el giro o movimiento de rotación que el electrón efectúa sobre su propio eje.

Como el giro del electrón solamente podrá ser en un sentido o en contrasentido, este número cuántico se
relaciona con la posibilidad de que una orientación del orbital acepte o no al electrón diferencial. Se

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representa por s, sus valores son +1/2 y –1/2 o ↑↓. Esto nos lleva a la conclusión de que en un orbital sólo
puede haber 2e– con espines opuestos.

1.5. Configuración electrónica y llenado de orbitales.


Principio de aufbau.
Con los conceptos tratados en el tema anterior, se puede desarrollar la estructura electrónica de los átomos,
este proceso de llenado de los niveles recibe el nombre de aufbau (del alemán “arquitectura”) o de
construcción, y se basa en tres principios fundamentales: de exclusión, de máxima sencillez y de máxima
multiplicidad.

Principio de exclusión de Pauli.


El principio de exclusión de Pauli establece que dos electrones en un átomo dado no pueden tener iguales
sus cuatro números cuánticos.

Principio de máxima sencillez de Yeou-Ta.


El orden que se sigue para estructurar los distintos subniveles se basa en el principio de máxima sencillez
de Yeou-Ta, el cual indica que en un átomo primero se estructuran aquellos subniveles cuya suma de n +
l sea menor y si en varios es igual, se estructuran primero aquellos en donde n sea menor. Te resultará de
gran utilidad recordar lo siguiente:

Como se puede observar, primero se estructura el subnivel 1s, luego el 2 s y en seguida están 2p y 3s que
suman lo mismo. De estos dos últimos subniveles, 2p se estructurará primero porque tiene menor valor de
n. Si comparas 3d con 4s, estructurarás primero 4s porque en él la suma (n + l) es menor. En general, se
sigue el orden que indican las flechas según la ilustración:

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El exponente 5 indica que en ese subnivel hay 5 electrones (los orbitales p pueden tener de 1 a 6 electrones
como máximo).

Para elaborar la configuración electrónica de los átomos, se sigue el orden que se indica en el diagrama
de configuración electrónica anterior, procurando estructurar cada subnivel con el máximo de electrones
permitido.
Recordemos el número de electrones que admite, como máximo, cada orbital.
Orbital s 2e– (s 2)
Orbital p 6e– (p6)
Orbital d 10e– (d 10)
Orbital f 14e– (f 14)

3p5 significa:
n=3
l = 1 (se le asigna la letra p)

El exponente 5 indica que en ese subnivel hay 5 electrones (los orbitales p pueden tener de 1 a 6 electrones
como máximo).

Para elaborar la configuración electrónica de los átomos, se sigue el orden que se indica en el diagrama
de configuración electrónica anterior, procurando estructurar cada subnivel con el máximo de electrones
permitido.

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Para elaborar la configuración electrónica de átomos con un gran número de electrones se emplean los
gases raros (He, Ne, Ar, Kr, Ke y Rn), ya que la configuración electrónica es estable (el último nivel completo
con 8e –, excepto el He que contiene 2e –). La configuración electrónica de los gases raros es la siguiente:
Las configuraciones electrónicas anteriores se representan con el símbolo de cada gas raro dentro de un
paréntesis rectangular, así:

[He] representa la configuración electrónica del helio,


Ne] la del neón,
[Ar] la del argón, etcétera.

Si distribuimos los electrones considerando todos los orbitales quedaría:

En este renglón se puede localizar el último orbital de cada gas raro.

Principio de máxima multiplicidad de Hund.


La representación gráfica de un átomo se hace sustituyendo los exponentes (número de electrones) por
vectores (flechas), atendiendo al principio de máxima multiplicidad de Hund: los electrones de un mismo
orbital ocuparán el máximo de orientaciones permitidas en ese orbital.

A continuación te mostramos algunos ejemplos de representación gráfica. Configuración electrónica:


Observa que los tres electrones del subnivel 2p se distribuyen en los tres orbitales que les corresponden.

Además, cuando hay 2 electrones en un orbital debe indicarse que su sentido es opuesto (↑↓), esto significa
que tienen espín (giro) opuesto.

16S

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La representación gráfica también se puede hacer en forma abreviada, como en el ejemplo siguiente:
Se da el nombre de kernel al núcleo atómico y a todos los niveles energéticos completos, excepto al nivel

que contiene a los electrones de valencia; es decir, a los que se encuentran en el nivel exterior. El kernel
se representa con el símbolo del elemento y alrededor de él se colocan puntos o cruces que simbolizan a
los electrones de valencia. Observa los siguientes ejemplos:

Estructuras de Lewis.
Los electrones de valencia son aquellos que sobran o faltan en los orbitales s y p exteriores para alcanzar
una configuración estable de 8 electrones. Esta forma abreviada se llama estructura de Lewis.

Para realizar las estructuras de Lewis de los diferentes átomos, debemos conocer su estructura electrónica
y así poder determinar cuántos electrones contiene cada uno en su último nivel energético (n).
1.6. Tabla periódica.
Más de la mitad de los elementos que se conocen en la actualidad se descubrieron entre 1800 y 1900.
Durante este periodo los químicos observaron que muchos elementos mostraban grandes semejanzas
entre ellos. El reconocimiento de las regularidades periódicas en las propiedades físicas y en el
comportamiento químico, así como la necesidad de organizar la gran cantidad de información disponible
sobre la estructura y propiedades de las sustancias elementales, condujeron al desarrollo de la tabla
periódica, una tabla en la que se encuentran agrupados los elementos que tienen propiedades químicas
y físicas semejantes. En la figura de abajo se muestra la tabla periódica moderna, en la cual los elementos
están acomodados de acuerdo con su número atómico (que aparece sobre el símbolo del elemento), en
filas horizontales, llamadas periodos, y en columnas verticales, conocidas como grupos o familias, de
acuerdo con sus semejanzas en las propiedades químicas. Observe que los elementos 112 a 116 y 118 se
han sintetizado recientemente, razón por la cual aún carecen de nombre.

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Los elementos se dividen en tres categorías: metales, no metales y metaloides. Un metal es un buen
conductor del calor y la electricidad, en tanto que un no metal generalmente es mal conductor del calor y
la electricidad. Un metaloide presenta propiedades intermedias entre los metales y los no metales. En la
figura 2.10 se observa que la mayoría de los elementos que se conocen son metales; sólo 17 elementos
son no metales y ocho son metaloides. De

izquierda a derecha, a lo largo de cualquier periodo, las propiedades físicas y químicas de los elementos
cambian en forma gradual de metálicas a no metálicas.

En general, se hace referencia a los elementos en forma colectiva, mediante su número de grupo en la
tabla periódica (grupo 1A, grupo 2A, y así sucesivamente). Sin embargo, por conveniencia, algunos grupos
de elementos tienen nombres especiales. Los elementos del grupo 1A (Li, Na, K, Rb, Cs y Fr) se llaman
metales alcalinos, y los elementos del grupo 2A (Be, Mg, Ca, Sr, Ba y Ra) reciben el nombre de metales
alcalinotérreos. Los elementos del grupo 7A (F, Cl, Br, I y At) se conocen como halógenos, y los
elementos del grupo 8A (He, Ne, Ar, Kr, Xe y Rn) son los gases nobles o gases raros.

La tabla periódica es una herramienta útil que correlaciona las propiedades de los elementos en forma
sistemática y ayuda a hacer predicciones respecto del comportamiento químico.

1.7. Propiedades periódicas: radio atómico, energía de ionización, radio iónico, afinidad
electrónica y número de oxidación.
Símbolos químicos.
Los símbolos químicos son la representación de los elementos en forma clara y sencilla, fácil de recordar,
ideada por Berzelius en 1814.

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Para ello empleó las letras del alfabeto, usando la inicial del nombre del elemento o la inicial y otra letra
representativa de dicho nombre.

Los símbolos de los elementos químicos constan de una o dos letras como máximo. Si es una letra, debe
ser mayúscula y si son dos, la primera es mayúscula y la segunda minúscula, invariablemente. Se
exceptúan, en el presente, los elementos 104 a 109, pues en 1976 se propuso un sistema para nombrar
en forma provisional a estos elementos: su nombre es su número en latín: 0 (nil), 1 (un), 2 (bi), 3 (tri), 4
(quad), 5 (pent), 6 (hex), 7 (sept), 8 (oct) y 9 (en); así, el nombre del elemento 105 es unnilpentio; un (1),
nil (0), pent (5),con la terminación io (del latín ium). En agosto de 1994, la iupac propuso los siguientes
nombres para los elementos 104 al 109:

• 104 dubnio.
• 105 joliotio.
• 106 rutherfordio.
• 107 bohrio.
• 108 hahnio.
• 109 meitnerio.

Así, los elementos 104 y 105 cambian el nombre usado por más de 20 años.

Como se indica renglones arriba, el nombre en latín es provisional hasta que se lleve a cabo un consenso
acerca de estos nombres.

Como ya lo mencionamos, hay símbolos de elementos que se representan con una letra, observa el
siguiente ejemplo:

Carbono C
Hidrógeno H
Oxígeno O
Nitrógeno N

Pero como existen v arios elementos cuyos nombres tienen la misma inicial, entonces se usa una segunda
letra representativa del nombre del elemento.

Cadmio Cd
Bario Ba
Calcio Ca
Bromo Br
Cloro Cl
Cromo Cr

20
En la época en que vivió Berzelius ya se conocían algunos elementos con distintos nombres en los
diferentes idiomas, y para simbolizarlos recurrió a su nombre en latín. (En esa época el latín era el idioma
científico aceptado universalmente.)

Cuando hablamos de la nomenclatura de los elementos, nos referimos a su nombre. Estos nombres han
tenido orígenes diversos, y varios se refieren a alguna característica del elemento:

Hidrógeno significa “productor de agua”.


Bromo significa “de olor fétido, desagradable”.
Plomo quiere decir “pesado”.

Otros nombres se refieren o tienen relación con alguna región o país:

Galio Francia (las Galias)


Germanio Alemania
Europio Europa
Californio California

Algunos se relacionan con los astros:

Helio Sol (el dios Helios)


Teluro Tierra
Selenio Luna (Selene)
Uranio Urano

Otros tienen su nombre en honor a algún científico:

Einstenio Einstein
Mendelevio Mendeleiev
Un símbolo de ninguna manera debe considerarse como una abr eviatura del nombre del elemento, ya que
con él se representa:

 El elemento en general
 Un átomo de este elemento
 Su masa atómica

Número atómico.
El número atómico fue descubierto por Moseley (1913) al estudiar las longitudes de onda de los rayos X,
emitidos por tubos de rayos catódicos en los que usó diferentes elementos como blanco (ánodo) del haz
de electrones; así, observó que la longitud de onda depende del elemento usado como ánodo.
21
En síntesis, el número atómico indica el número de protones que hay en el núcleo del átomo y es igual al
de electrones cuando el átomo es neutro.

El número atómico se representa con la letra Z y se escribe en la parte inferior izquierda del símbolo del
elemento (zX); así, por ejemplo, 1H indica que el número atómico del hidrógeno es 1 (z = 1), por lo que
este átomo tendrá un protón en su núcleo y un electrón en la envoltura:

O 8p+ y 8e– 17
Cl 17p+ y 17e– 26
Fe 26p+ y 26e– 47
Ag 47p+ y 47e– 92
U 92p+ y 92e–

Número de masa.
Por número de masa se entiende la suma de nucleones, es decir, protones más neutrones.

El número de masa se representa con la letra A y se escribe en la parte superior izquierda del símbolo del
elemento (AX). En ocasiones se coloca en la parte superior derecha.

Conociendo lo que indica tanto el número atómico como el de masa, se puede obtener el número de
neutrones restando al número de masa el número atómico (N = A – Z).

Este número de neutrones se escribe en la parte inferior derecha del símbolo del elemento (XN).

Por ejemplo:
35
17𝐶𝑙 18

Indica que el átomo de uranio en su núcleo contiene 92 protones, 146 neutrones y que la suma de ambos
(número de masa) es igual a 238.

22
Masa atómica.
El número de masa y la masa atómica son dos conceptos distintos, aunque numéricamente son casi
iguales. E l número de masa se refiere al número de partículas (protones y neutrones) de un átomo,
mientras que la masa atómica indica la cantidad de materia que hay en los átomos, es decir, la masa
23
promedio de la mezcla de los isótopos del elemento. Dalton destacó la importancia de este concepto (véase
Modelo atómico de Dalton) al indicar que los átomos de distintos elementos sólo diferían en su masa (peso
atómico).

No resulta práctico medir la masa de los átomos en unidades convencionales, gramos, por ejemplo, ya que
la masa del átomo de hidrógeno sería:

0.0 000 000 000 000 000 000 001 6 g = 1.6 × 10–24 g

Para medir la masa de los átomos hay que emplear una unidad adecuada. Originalmente se tomó como
base de comparación la masa del hidrógeno (H1); después se relacionó con la masa del oxígeno (O16) y
en la actualidad, a partir de 1961, se toma como unidad de masa atómica (u) la doceava parte de la masa
del isótopo 12 del carbono (C12). De esta manera, la masa atómica relativa de un elemento se define como
la masa de ese elemento, comparada con la masa de un átomo del isótopo del carbono 12.

Para determinar las masas atómicas se pueden seguir varios procedimientos, entre éstos tenemos:

Método del máximo común divisor. Este procedimiento consiste en escoger v arios compuestos que
contengan al elemento cuya masa atómica se desea conocer; en seguida se determinan las masas
molecular es de tales compuestos y mediante análisis químico cuantitativo se establece la proporción del
elemento problema en cada uno de ellos.

Método de los calores específicos Se basa en la ley de Dulong y Petit, que establece que a temperatura
suficientemente elevada, el producto del calor específico (Ce) de diversos elementos sólidos por su peso
atómico (masa atómica) (Ma) es una cantidad aproximadamente igual a 6.4. Es decir:

(Ce)(Ma) = 6·4

Donde:

Ma = 6–4/C e

24
Como se observa en la segunda fórmula, al conocer el calor específico de un elemento, por sustitución
puede obtenerse su masa atómica.

Este método no es muy exacto y no puede aplicarse a elementos de peso atómico bajo, como carbono,
berilio, boro, silicio, etcétera.

El calor específico de una sustancia es la cantidad de calor necesaria, medida en calorías, para elevar un
grado Celsius la temperatura de un gramo de dicha sustancia (cal/g °C).

Por ejemplo, si el calor específico del plomo es 0.031 cal/g °C, su masa atómica será:

Ma = 6.4/0.031 = 206.4

Espectrógrafo de masas. Es un aparato empleado para determinar con gran exactitud las masas
atómicas; fue inventado por F. W. Aston en 1920.

El principio en que se basa este aparato es muy simple. Supongamos que se dejan caer de cierta altura
tres esferas del mismo tamaño per o de diferente material (corcho, madera, hierro), y que sobre ellas actúa
una corriente de aire tal que las desvía antes de llegar al suelo; la esfera que presenta mayor desviación
será la de cor cho, mientras que la de hierro sufre una desviación menor.

En el espectrógrafo de masas, los átomos y las moléculas sustituyen a las esferas del ejemplo anterior.
Estas partículas se electrizan con carga
positiva al perder uno o más
electrones, se aceleran a
velocidad elevada y se desvían por
medio de un campo magnético.

Los átomos de masa diferente se


separan y llegan a distintos
puntos sobre una placa
fotográfica. Según el grado de
desviación y la fuerza del campo
magnético, es posible calcular la masa atómica.
Isótopos.

25
Al estudiar la desviación de los átomos con espectrógrafos de masas, se demostró que algunos núcleos
del mismo número atómico pueden tener masas diferentes. Los isótopos son átomos de un mismo
elemento con distinto número de masa. Los isótopos de un mismo elemento son átomos cuyo núcleo es
idéntico en cuanto al número de protones, pero tienen diferente número de neutrones.

Para distinguir a los isótopos entre sí, se escribe el símbolo y como exponente la masa atómica aproximada;
por ejemplo, H1 (protio), H2 (deuterio) y H3 (tritio) son los tres isótopos del hidrógeno.

El flúor está constituido por un solo isótopo natural; el oxígeno, por los isótopos naturales O16, O17 y O18;
el estaño por un total de diez isótopos naturales; el uranio por U234, U235 y U238. Las masas atómicas de
los diferentes elementos son realmente el promedio de las masas de sus isótopos.

Las masas de los isótopos de litio son 6 y 7, pero la masa ató- mica de este elemento es 6.941 que resulta
de promediar las masas de los dos isótopos y, como se observa, los isótopos de litio de masa 6 son los
más abundantes porque el promedio (6.941) está más próximo al 7.

Para determinar la masa atómica promedio de un elemento, se multiplican las masas de sus isótopos por
el porcentaje de abundancia y estos productos se suman: el resultado es la masa atómica del elemento.

26
Propiedades y tendencias periódicas.
Las tendencias periódicas, como el volumen atómico, se deben principalmente a la configuración
electrónica de los niveles exteriores.

El volumen atómico de los elementos de un mismo grupo o familia, aumenta a medida que se incrementa
el número atómico; lo anterior se explica debido a que al incrementarse el número atómico, aumenta el
número de niveles energéticos.

En los periodos, los volúmenes atómicos varían en forma cíclica de un valor grande a otro pequeño y
nuevamente a uno grande, a medida que aumenta el número atómico.

Los radios atómicos de los distintos elementos y de sus


iones varían periódicamente en función del número
atómico.

El tamaño de los átomos es difícil de establecer, ya que


los electrones no se encuentran a distancias fijas del
núcleo; además, cada átomo está influenciado por
otros y su tamaño varía según esté libre o no. A pesar
de esto, es posible asignar a los átomos radios
atómicos que indican su tamaño aproximado.

Este aumento también se observa en los radios


iónicos. Los radios de los iones negativos son mayores que los radios de los átomos neutros, debido a que
el átomo se convierte en ion negativo ganando electrones en el nivel energético exterior. En cambio, los
iones positivos son menores que los átomos neutros, ya que éstos se ionizan en forma positiva al perder
electrones.

Otra propiedad periódica es el potencial de ionización o energía de ionización. El potencial de ionización lo


podemos definir como la energía necesaria para arrancar 1 electrón a un átomo neutro, convirtiéndolo en
ion positivo o catión.

27
Ejemplo:
Na → Na+ + 1e–

La unidad de medida para el potencial


o energía de ionización es el
electrónvolt (ev).

1ev = 1.60 × 10–12 erg.

El potencial de ionización disminuye en


un mismo gr upo hacia abajo y en un
mismo periodo, hacia la izquierda.

Una propiedad periódica más es la afinidad electrónica y es la tendencia que tienen los átomos a ganar
electrones convirtiéndose en iones negativos o aniones. Por ejemplo:

Cl10 + 1e – → Cl–

28
La afinidad electrónica es la energía desprendida cuando se introduce 1 electrón en un átomo neutro y al
igual que la energía de ionización, su unidad es el ev.

La electronegatividad es un número positivo que se asigna a cada elemento y muestra la capacidad del
átomo para atraer y retener electrones de enlace. En la tabla periódica estos números aumentan de
izquierda a derecha, ya que los halógenos son los más electronegativos, y el más electronegativo de todos
los elementos es el flúor (F) al cual, en la escala de electronegatividad, se le asigna el número 4. Los menos
electronegativos (más electropositivos) son Cs y Fr.

En los grupos A de la tabla periódica larga, la electronegatividad disminuye hacia abajo.

1.8. Apareamiento electrónico y formulación de compuestos.


Estructuras de Lewis.
Los electrones de valencia son aquellos que sobran o faltan en los orbitales s y p exteriores para
alcanzar una configuración estable de 8 electrones. Esta forma abreviada se llama estructura de
Lewis.

Para realizar las estructuras de Lewis de los diferentes átomos, debemos conocer su estructura
electrónica y así poder determinar cuántos electrones contiene cada uno en su último nivel energético
(n).

29
Aquí, el último orbital es el 3d pero el último nivel, que es el que nos interesa, es el 4(n = 4) con el
orbital s que contiene 2 electrones; luego, su estructura de Lewis será: 𝐶𝑢−+

78Pt – [Xe] 6s 2, 4f 14, 5d 8

Último nivel 6

Orbital s e – 2

(Es importante no confundir el último nivel con el último orbital).

17Cl – [Ne] 3s 2, 3p5

Último nivel –3

Orbitales en ese nivel –s y p

Electrones = 2 + 5 = 7

33As – [Ar] 4s 2, 3d10, 4p3

Último nivel –4

Orbitales –s y p

Electrones = 2 + 3 = 5

Formulación química.
Los químicos utilizan fórmulas químicas para expresar la composición de las moléculas y los compuestos
iónicos por medio de los símbolos químicos. Composición significa no solamente los elementos presentes,
sino también la proporción en la cual se combinan los átomos. En este punto se consideran dos tipos de
fórmulas: fórmulas moleculares y fórmulas empíricas.

Fórmulas moleculares.
Una fórmula molecular indica el número exacto de átomos de cada elemento que están presentes en la
unidad más pequeña de una sustancia. En el análisis sobre moléculas, cada ejemplo se presenta con su
fórmula molecular entre paréntesis. Así, H2 es la fórmula molecular del hidrógeno, O2 representa al
oxígeno, O3 es el ozono y H2O representa al agua. El subíndice numérico indica el número de átomos de
cada elemento que están presentes. En el caso del H2O no aparece un subíndice para el O debido a que
30
sólo hay un átomo de oxígeno en una molécula de agua; de esta manera se omite el subíndice “uno” de
las fórmulas. Obsérvese que oxígeno (O2) y ozono (O3) son alótropos del oxígeno. Un alótropo es una de
dos o más formas diferentes de un elemento. Dos formas alotrópicas del elemento carbono: diamante y
grafito, son completamente diferentes no sólo en sus propiedades químicas, sino también en su costo
relativo.

Modelos moleculares.
Las moléculas son demasiado pequeñas como para poder observarlas de manera directa. Una forma
efectiva para visualizarlas es mediante el uso de modelos moleculares. Por lo común se utilizan dos tipos
de modelos moleculares: los modelos de esferas y
barras, y los modelos espaciales. En los modelos de
esferas y barras los átomos están representados
por esferas de madera o de plástico con orificios
perforados en ellas. Para representar los enlaces
químicos se utilizan barras o resortes. Los ángulos
que se forman entre los átomos en los modelos se
aproximan a los ángulos de enlace reales de las
moléculas. Con excepción del átomo de H, todas las
esferas son del mismo tamaño y cada tipo de átomo
está representado por un color específico. En los
modelos espaciales, los átomos están
representados por esferas truncadas que se mantienen unidas a presión, de manera que los enlaces no se
ven. El tamaño de las esferas es proporcional al tamaño de los átomos. El primer paso para construir un
modelo molecular consiste en escribir la fórmula estructural, que muestra cómo están unidos entre sí los
átomos de una molécula. por ejemplo, se sabe que en la molécula de agua cada uno de los dos átomos de
H está unido a un átomo de O. por tanto, la fórmula estructural del agua es H–O–H. una línea que une dos
símbolos atómicos representa un enlace químico.

Los modelos de esferas y barras muestran con claridad la distribución tridimensional de los átomos y son
relativamente fáciles de construir. Sin embargo, el tamaño de las esferas no es proporcional al tamaño de
los átomos. Como consecuencia, las barras por lo general exageran la distancia entre los átomos de una
molécula. Los modelos espaciales son más exactos porque muestran la diferencia del tamaño de los
átomos. El inconveniente es que su construcción requiere de más tiempo y no muestran bien la posición
tridimensional de los átomos.

31
ENLACES QUÍMICOS.
CONCEPTO DE ENLACE
 La unión entre átomos y la formación de un enlace es un proceso
químico que va acompañado de una cierta disminución de energía,
la energía potencial electrostática, que implica un aumento de la
estabilidad.
 La fuerza de atracción que mantienen los átomos unidos se
denomina fuerza de enlace. Las fuerzas de enlace son siempre
de origen eléctrico (fuerzas electromagnéticas). Además, existe
otro tipo de interacciones más débiles llamadas fuerzas
intermoleculares, que se establecen entre moléculas y entre los
átomos de los gases nobles.

 CLASIFIACION DE ENLACES QUIMICOS


 <<ENLACE IONICO>>
 El enlace iónico: se forma por transferencia de electrones entre átomos que le permite adquirir
configuraciones electrónicas más estables. Este tipo de enlace ser da entre elementos que poseen
electronegatividades muy diferentes, es decir, entre elementos muy electronegativos y elementos
electropositivos.
Por lo tanto, será el enlace que se formará en muchas combinaciones entre metales y no metales,
o en la unión entre cationes y aniones complejos como el NO3 - , SO4 2-, etc. El resultado es la
formación de una red cristalina compacta y tridimensional llamada red cristalina iónica.

<<ENLACE COVALENTE>>
Polaridad
Cuando se forma un enlace covalente entre dos
átomos iguales, los electrones del enlace están
atraídos por los dos núcleos con la misma
intensidad y el centro geométrico de las cargas
positivas coincide con el de las cargas negativas
→ se trata de un enlace APOLAR (enlace
covalente puro). Ejemplo: H2.

Si los átomos son distintos, los electrones


están atraídos por el átomo más
electronegativo y la nube electrónica se desplaza cara él, generando una carga parcial negativa (-
δ), mientras que el otro átomo queda con una deficiencia electrónica y, por lo tanto, con una carga
parcial positiva (+δ) de igual valor absoluto que la negativa → se trata de un enlace POLAR (enlace
covalente con carácter iónico). Ejemplo: HCl.
32
<<ENLACE MÉTALICO>>
Se forma por compartición de electrones entre átomos electropositivos
entre sí de forma que, los electrones de valencia no pertenecen a átomos
individuales, están deslocalizados. Los electrones se mueven con libertad
entre los iones positivos. Dan lugar a la formación de redes.
Propiedades de los compuestos metálicos
✓ Tienen sus átomos agrupados en redes cristalinas muy compactas.
Tienen densidades altas porque, al ser iguales todos sus iones, se pueden
empaquetar bien.

✓ Sus puntos de fusión y ebullición son muy variables de unos metales a


otros.

✓ Son buenos conductores de la electricidad y del calor, debido a la libertad del movimiento de los
electrones de valencia.

✓ Son resistentes a la rotura y fáciles de deformar, la mayoría son dúctiles (se pueden estirar en hilos) y
maleables (se pueden laminar).

✓ Acostumbran a tener brillo metálico por su capacidad de absorber y remitir la radiación visible.
Aplicaciones y limitaciones de la regla del octeto.
La regla del octeto funciona principalmente para los
elementos del segundo periodo de la tabla periódica.
Estos elementos solo tienen subniveles 2s 2p, los
cuales pueden contener un total de ocho electrones.
Cuando unos átomos de uno de estos elementos
forman un compuesto covalente, pueden obtener la
configuración electrónica de gas noble [Ne] al compartir
electrones con otros átomos del mismo compuesto.

Limitaciones de las reglas de octeto para las


fórmulas de Lewis.
Las fórmulas de Lewis normalmente no se escriben
para compuestos que contienen metales de transición d y f. los metales de transición d y f utilizan en el
enlace orbítales s y p.

I. La mayoría de los compuestos covalentes del berilio, Be. Debido a que Be contiene solo dos electrones
en la capa de valencia, habitualmente forma solo dos enlaces covalentes cuando se enlaza con otros dos
átomos. Por lo tanto, se usa cuatro electrones como el número necesario para Be en la etapa 2, en la etapa
5 y 6 se usa solo dos pares de electrones para Be.
II. La mayoría de los compuestos covalentes de los elementos del Grupo IIIA, especialmente boro, B. Estos
elementos contienen solo tres electrones en la capa de valencia, así que a menudo forman tres enlaces
covalentes cuando se enlazan a otros tres átomos. Por lo tanto, se usa seis electrones como el número
necesario para los elementos IIIA contiene solo tres electrones en la etapa 2; y en las etapas 5 y 6 se usa
solo tres pares de electrones para los elementos IIIA.

33
III. Los compuestos o iones que contienen un número impar de
electrones ejemplos son NO, con 11 electrones en la capa de
valencia, y NO2, con 17 electrones en la capa de valencia.

IV. Compuestos o iones en los que el elemento central necesita más


de ocho electrones en la capa de valencia para mantener todos los
electrones disponibles, D. cuando uno se encuentra con esto, se
añaden las reglas extra a las etapas 4 y 6.

V. Etapa 4a: si C, el número de electrones compartidos, es menor que el número necesario para enlazar
todos los átomos al átomo central, entonces C se aumenta el número de electrones necesario.

VI. Etapa 6a: si C debe aumentarse en la etapa 4a,


entonces los octetos de todos los átomos podrían
satisfacerse antes de que todos los electrones D hayan
sido añadidos. Colocar los electrones extra sobre el
elemento central.

Enlace covalente.
Es la fuerza electromagnética que mantiene unidos a átomos que comparten electrones, los cuales tienen
espines o giros opuestos. Los átomos enlazados se encuentran neutros y generalmente son no metálicos.

Propiedades de los Enlaces Covalentes:


 A temperatura ambiental pueden ser sólidos, líquidos o gaseosos.
 Algunos pueden ser sólidos cristalinos.
 Generalmente tienen baja temperatura de fusión y ebullición.
 Generalmente son insolubles en agua, pero si son solubles en solventes apolares.
 Son aislantes, es decir, son malos conductores eléctricos.

Se clasifican en:
1. Enlace Simple: Cuando entre los átomos
enlazados se comparten un par de electrones.
Ejemplo: Sulfuro de Hidrógeno (H2S)
2. Enlace Múltiple: Cuando los átomos enlazados
comparten más de un par de electrones, estos
pueden ser:

34
3. a) Enlace doble: Compartición de dos pares de
electrones. ejemplo: el oxígeno (O2).

b) Enlace triple: Compartición de tres pares de electrones. ejemplo: Nitrógeno (N2)

Según su polaridad

1. Enlace Covalente Apolar o Puro: Es

Cuando los átomos comparten equitativamente a los


electrones. Generalmente participan átomo del mismo
elemento no metálico.

Se cumple que la diferencia de electronegatividades es cero: ∆EN = 0

Ejemplo: Hidrogeno (H2)

2. Enlace Covalente Polar: Es cuando los electrones enlazantes no son compartidos en forma
equitativa por los átomos, esto debido a que uno de los átomos es mas negativo que otro.

Se cumple que la diferencia de electronegatividades es diferente de cero: ∆EN ≠

0
Ejemplo: Yoduro de Hidrógeno

donde:

+/- δ : carga parcial

μ: momento dipolar del enlace, es aquel parámetro que mide el grado de polaridad de un enlace.
Normal.

35
Se define de la siguiente manera: "Es el fenómeno químico mediante el cual dos átomos se unen
compartiendo una o varias parejas de electrones; por lo tanto, no pierden ni ganan electrones, sino que
los comparten".

Un átomo puede completar su capa externa compartiendo electrones con otro átomo.

Cada par de electrones comunes a dos átomos se llama doblete electrónico. Esta clase de enlace
químico se llama covalente, y se encuentra en todas las moléculas constituidas por elementos no
metálicos, combinaciones binarias que estos elementos forman entre sí, tales como hidruros gaseosos
y en la mayoría de compuestos de carbono.

Cada doblete de electrones (representado por el signo :) Intercalado entre los

símbolos de los átomos, indica un enlace covalente sencillo y equivale al guión

de las fórmulas de

estructura.

En enlace covalente puede ser: sencillo,


doble

o triple, según se compartan uno, dos o tres pares de electrones.

Coordinado

Se define de la siguiente forma: "Es el enlace que se produce cuando dos átomos comparten una pareja
de electrones, pero dicha pareja procede solamente de uno de los átomos combinados.

En este caso el enlace se llama covalente dativo o coordinado. El átomo que aporta la pareja de electrones
recibe el nombre de donante, y el que los recibe, aceptor. Cuando queremos simplificar la formula
electrónica se pone una flecha que va del donante al aceptor.
Teorías del enlace de valencia.

36
La teoría del enlace de valencia intenta explicar cómo dos átomos se enlazan entre si, buscando así
presentar una interpretación satisfactoria para los enlaces covalentes.

En esta teoría lo que está incluido es la combinación de dos orbitales atómicos de dos átomos distintos.

Siendo así, se busca estudiar y explicar cómo se da un enlace covalente. Actualmente hay diversos
modelos y teorías que explican un enlace covalente, sin embargo, históricamente esta fue la primera
teoría en hacer esto.

Cuando los átomos están muy alejados la interacción entre ambos es nula, pero a medida que se van
acercando comienzan a interaccionar. Por una parte, se produce una atracción mutua entre el electrón
de cada uno de los átomos por parte del núcleo del otro y, por otra, comienza a establecerse una
repulsión entre las partículas con carga eléctrica del mismo signo de ambos átomos, especialmente entre
sus núcleos. Al principio predominan las fuerzas atractivas electrón-núcleo lo que favorece el
acercamiento de ambos átomos, pero a medida que éste se produce, aumentan las fuerzas repulsivas
entre los núcleos hasta igualarse con las atractivas. En este momento se alcanza un mínimo de energía
y un máximo de estabilidad del conjunto formado por los dos átomos de hidrógeno. Se ha formado el
enlace y, como consecuencia, la molécula de hidrógeno.

Existe un grave problema con esta explicación de la formación de enlaces. Se supuso que los electrones
están inmóviles y que a medida que los núcleos se aproximan estarán estacionarios en la región entre los
dos núcleos. Los electrones no se comportan de esta forma. Los electrones se mueven y, de acuerdo con
el principio de incertidumbre de Heisenberg, no es posible saber de forma simultánea la posición y la
cantidad de movimiento de un electrón. Es decir, no podemos localizar a los electrones en forma tan

37
precisa como la explicación sugiere, en su lugar se habla de si la densidad de probabilidad de encontrar
electrones en sitios particulares es alta o baja.

Si en un sistema de coordenadas se representa la variación de la energía potencial (es decir, de toda la


energía del sistema, excepto la cinética) en función de la distancia existente entre los dos átomos que
se aproximan se tiene la siguiente gráfica:

La geometría tridimensional de las moléculas está determinada por la orientación relativa de sus enlaces
covalentes. En 1957 el químico canadiense Ron Gillespie basándose en trabajos previos de Nyholm
desarrolló una herramienta muy simple y sólida para predecir la geometría (forma) de las moléculas. La
teoría por él desarrollada recibe el nombre Teoría de Repulsión de los Pares de Electrones de Valencia
(TRPEV) y se basa en el simple argumento de que los grupos de electrones se repelerán unos con otros
y la forma que adopta la molécula será aquella en la que la repulsión entre los grupos de electrones sea
mínima.

Para la TRPEV grupos de electrones pueden ser:

• un simple enlace

38
• un doble enlace

• un triple enlace

• un par de electrones no enlazante

Para predecir la geometría de una molécula necesitamos conocer solamente cuantos grupos de
electrones están asociados al átomo central para lo cual

debemos escribir la fórmula de Lewis de la molécula. Luego simplemente nos preguntamos cómo los
grupos de electrones se distribuirán espacialmente de modo que la repulsión entre ellos sea mínima.

Es importante recordar que la geometría de la molécula quedará determinada solamente por la


distribución espacial de los enlaces presentes y no por la posición de los pares electrónicos no
enlazantes, los que, si deberán ser tenidos en cuenta en el momento de determinar la disposición
espacial de todos los grupos electrónicos, sean enlaces o no.

39
En química, se habla de hibridación cuando en un átomo se mezcla varios orbitales atómicos para formar
nuevos orbitales híbridos. Los orbitales híbridos explican la forma en que se disponen los electrones en la
formación de los enlaces, dentro de la teoría del enlace de valencia, y justifican la geometría molecular.
Teoría de Orbitales Moleculares
Los orbitales moleculares se forman por una combinación lineal de orbitales atómicos. Como los orbitales
atómicos estaban definidos por una función de onda, las combinaciones entre ellos se tomarán como
interferencias constructivas o destructivas. Esto define tipos de orbitales moleculares enlazantes y anti
enlazantes.

O.M. ENLAZANTE O.M. ANTIENLAZANTE

ENERGÍA MENOR QUE EL


ORBITAL Energía mayor que el orbital de partida
DE PARTIDA

40
INTERFERENCIA
CONSTRUCTIVA Interferencia destructiva

GENERA ENLACE QUÍMICO Orbital Antienlazante (densidad


electrónica baja entre núcleos)

La combinación de ciertos orbitales atómicos dará origen a diferentes tipos de orbitales moleculares.
ASPECTOS ENERGÉTICOS DEL ENLACE IÓNICO
La energía desprendida al formarse un mol de cristal iónico a partir de sus iones en estado gaseoso se
denomina energía reticular o energía de red, U. Dicha energía aumenta (en valor absoluto) al aumentar la
carga de los iones y al disminuir la distancia entre ellos.

Aspectos estructurales del enlace iónico

s de redes cristalinas

catión) anión) plos

Cloruro de cesio 8 8 CsCl, CsBr, CsI

Cloruro de sodio 6 6 NaCl, NaBr, NaI, CaO,


MgO
Blenda-Wurtzita 4 4 ZnS, BeO, BeS

Fluorita 8 4 CaF2, SrF2, BaCl2


Rutilo 6 3 TiO2, SnO2, PbO2

IC: índice de coordinación →nº de iones de un mismo signo que rodean a otro de distinto signo.

41
Formación y propiedades de los compuestos iónicos.
Las sustancias iónicas están constituidas por iones ordenados en el
retículo cristalino; las fuerzas que mantienen esta ordenación son
fuerzas de coulomb, muy intensas. Esto hace que las sustancias
iónicas sean sólidos cristalinos con puntos de fusión elevados. En
efecto, para fundir un cristal iónico hay que deshacer la red cristalina,
separar los iones. El aporte de energía necesario para la fusión, en
forma de energía térmica, ha de igualar al de energía reticular, que es
la energía desprendida en la formación de una mol de compuesto iónico
sólido a partir de los correspondientes iones en estado gaseoso. Esto
hace que haya una relación entre energía reticular y punto de fusión,
siendo este tanto más elevado cuanto mayor es el valor de aquella.

PROPIEDADES DE LOS COMPUESTOS IÓNICOS.

Forman redes cristalinas. Los iones se unen tridimensionalmente formando redes cristalinas.

Tienen puntos de fusión y de ebullición elevados. Debido a las intensas atracciones electrostáticas
entre los iones de carga opuesta. Los compuestos iónicos son sólidos a temperatura ambiente.

Son duros. Es decir, difíciles de rayar.

Son frágiles. Se rompen con facilidad.

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Se disuelven bien en disolventes polares. Cada ión atrae las moléculas del disolvente (principalmente
agua) por el extremo que tiene carga opuesta a la suya y establece enlaces débiles con ellas.

Redes Cristalinas.
ORDEN CRISTALINO Y FORMA

I. Niels Stensen (1669): ley de Steno Los ángulos entre las caras equivalentes de los cristales de
un mismo mineral son constantes

II. René Just Hauy (1743-1822): la morfología de un mineral es un reflejo de su orden interno

Bravais: ley de Bravais la frecuencia con aparece


la cara de un cristal es proporcional al números
de átomos de cristal

ORDEN ATÓMICO

ESTRUCTURA DE

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CORTO ALCANCE

ESTRUCTURA DE

ALCANCE

INTERMEDIO

TIPOS DE SÓLIDOS Amorfos: Orden atómico: de corto


alcance Átomos o moléculas distribuidos al azar o

aleatoriamente obtenidos por enfriamiento rápido del material


fundido (10 3-10 7 ºK/s)

Superficie metálica solidificada rápidamente


bombardeada con haz electrónico

MONOCRISTALINOS (de un solo cristal)

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orden atómico o molecular alto en todo el material

Átomos o moléculas distribuidos regularmente en planos


atómicos.

Forma macroscópica típica de un crista provisto de


elementos de simetría notorios

El sólido crece como cristal muy lento y en condiciones de equilibrio


termodinámico

POLICRISTALINOS.
Orden atómico o molecular de largo alcance en cada grano o
monocristal bordes observados por microscopio

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CRISTALES PERFECTOS ≡ libres de defectos

Defectos cristalinos:

•contaminación (átomos extraños)

•maclas (planos atómicos adicionales)

•vacancias (falta aleatoria de átomos)

•dislocaciones (variaciones locales de distancias interplanares)

•fallas de apilamiento (discontinuidades del orden entre planos)

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CONCLUSIÓN.
Para poder finalizar, debemos entender que los temas vistos están todos
estrechamente relacionados y que no puede ocurrir el uno sin la ayuda del
otro, la periodicidad química es una constante de guía para poder
entender, explicar y conocer tanto la estructura de un elemento como
poder leer el lenguaje de la química a través de los símbolos y expresiones
dadas.

Por otro lado a través del concepto de enlaces químicos podemos aprender de la otra cara de la moneda
y así entender cómo es que los átomos se unen y forman las moléculas que le dan vidas a ciertos
materiales que vemos, comemos y sentimos todos los días. Vimos desde un punto de vista y una
postura diferente las maneras o formas que existen de clasificar los compuestos tanto iónicos como la
pesada teoría del enlace de valencia, con estos conocimientos aprendidos ya tenemos un panorama
más amplio al momento de entrar al mundo de la Periodicidad y los Enlaces químicos.

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Fuentes bibliográficas.

1. Hans Rudolf Christen. (1977). Química General. España: Editorial


Reverté, S.A.

2. Francisco Higinio Recio del Bosque. (2015). Química Inorgánica.


China: Mc Graw Hill Interamericana.

3. M.D. Reboiras. (2008). Química: La ciencia básica. España:


Thomson.

4. Chang Raymond, (2011) Qúmica. China: Mc Graw Hill


Interamericana.

Fuentes de internet:
2. http://dcb.fic.unam.mx/CoordinacionesAcademicas/FisicaQuimica/Quimica/articulos/0a_isotopos.pdf
3. http://www.dcb.unam.mx/cerafin/bancorec/ejenlinea/5_Numeros_cuanticos.pdf
4. http://www.areaciencias.com/quimica/familias-de-la-tabla-periodica.html
5. http://www.ing.unp.edu.ar/asignaturas/quimica/teoria/union_quimica.pdf

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