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LOS 7 PRINICPIOS BIBLICOS COMO BASE DE LA ETICA Y DESARROLLO

PROFESIONAL.

Estos principios describen de una forma muy profunda las características de Dios, basándose
en el nuevo y antiguo testamento, es la representación de las normas de convivencia para
convivir en armonía y paz.
Estos siete principios nos indican como debe ser la formación del ser humano en los distintos
ámbitos de su vida, profesional, laboral y personal. Es importante tomar en cuenta que son
bases solidas para cada profesional vaya cambiando y transformándose según los preceptos
guiados por Dios.
Como profesionales de la salud mental, es importante mantener una estructura ética, la cual
nos vaya redirigiendo, a encontrarnos con nosotros mismos, como para guiar de una forma
adecuada sin corromper nuestros valores morales y espirituales, sino todo lo contrario aportar y
apoyar a cada paciente, para incorporarlo emocionalmente a cualquier ámbito de su vida.

Principio de Dios de Individualidad:


Dios creó al hombre a su propia imagen. Sin embargo, con una marca distinta de personalidad,
talentos y habilidades, haciéndolo distinto de cualquier otro ser humano social y físicamente.
“Todo lo que hay en el universo de Dios es revelación de la infinidad de Dios, de su diversidad y
de su individualidad. Dios crea individuos distintos. El mantiene su identidad en la individualidad
de cada cosa que ha creado.” Ver 1ª. De Corintios 12:12-27 y Juan 17:12-26.
Dios no colectiviza su creación. Cada cosa ha sido creada en forma diferente y con un propósito.
De todas maneras, la creación se unifica con el sello del creador.
Veamos en la creación:
• Dios es infinito. Ver 1ª. De Reyes 8:27 y Jeremías 23:24.
• La creación revela unidad con diversidad. Ver Génesis 1 y Juan 1:3.
• Dios mismo es unidad con diversidad (su trinidad). Ver Deuteronomio 6:4 y Mateo 28:19.
• El cuerpo de Cristo es un cuadro de individualidad. Ver 1ª. Corintios 12 y Romanos 12:3-6.
• La palabra de Dios es un cuadro de la individualidad. Ver 2ª. Pedro 1:20-21 y 2ª. Timoteo 3:14-
17. Dios no quiere alterar la individualidad en la creación.
• En la eternidad conservaremos nuestra identidad. Ver Salmos 139:13-16 y 1ª. Corintios 15:38.

Como personas tenemos nuestra propia personalidad la cual nos hace distintos y únicos, Dios
nos permitió esa individualidad, para que de ella tomáramos el mayor provecho, al tener
iniciativa para poder tomar decisiones, para poder ayudar a nuestro prójimo, incluso estando
rodeados de muchas personas seguimos teniendo nuestra propia individualidad siendo parte
de un grupo, de una sociedad. Un ejemplo de este principio seria, que en el lugar donde
trabajamos encontraremos a muchas personas con muchas formas de pensar ideología y
prejuicios, algunos incluso tratan de influir en nuestra persona, para realizar cosas positivas y
negativas y debemos mantener nuestra propia esencia.

Principio de Autogobierno:
Definición: es el gobierno de uno mismo en espíritu, alma y cuerpo. El deseo y la capacidad de
someterse voluntariamente a la autoridad ordenada por Dios, sin ser forzado, coaccionado ni
constantemente recordado de hacerlo.
“Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; y el que se enseñorea de su espíritu, que el que
toma una ciudad.” (Proverbios 16:32).
Solamente el hombre que ha entregado su vida a Cristo Jesús, es realmente libre y por ello es
capaz de ejercer apropiadamente el AUTOGOBIERNO.
Jesús dijo:
“… y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.” (Juan 8:32)
“Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.” (Juan 8:36). Seréis
verdaderamente libres.” (Juan 8:36).
Si somos libres en ESPIRITU, ALMA Y CUERPO, será fácil gobernarnos a nosotros mismos.
¿Por qué razón es necesario que el individuo posea autogobierno?
“Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿Quién lo conocerá? (Jeremías
17:9)
“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la
voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿No
profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos
muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca los conocí; apartaos de mí, hacedores de
maldad.” (Mateo 7:21-23).

Como individuos tenemos el libre albedrio de elegir lo mejor, Para nuestras vidas, el cambio
debe realizarse de adentro hacia afuera, cada persona tiene el control de ponerse limites, en
las situaciones positivas como negativas, muchas veces nos vemos influenciados por los
medios de comunicación, por nuestras familias, por el ambiente laboral y profesional, sin
embargo como individuos debemos tomar el control de nuestra vida de nuestras emociones,
como cuando Dios puso Adán y Eva sobre el paraíso y les indico que podrían comer y hacer
uso de todo lo que allí estaba mas no podrían comer del fruto del bien y del mal y de la
ciencia, Dios no puso guardias, ni cercas gigantescas alrededor del fruto prohibido, era el
autogobierno lo que debía regir Adán para no ser influenciado ni tomarlo, porque él había
aceptado el mandato de Dios, así mismo nos pasa, que se nos indica que hay reglamentos leyes
que cumplirlas y que rigen la convivencia pacífica y armónica, y a pesar de eso se corrompen
por no tener autogobierno autocontrol de sí mismo y de las emociones.

Principio de carácter cristiano:


Definición: “Raspar, cortar, grabar, cincelar, estampar y sellar.” Estos términos están
relacionados íntimamente cuando se habla de formar carácter, que es una marca hecha por
medio de cortar o grabar. Se refiere también a los hábitos o cualidades peculiares impresas por
la naturaleza de una persona, los cuales le distinguen de otros.
La estampa y marca de Cristo en el corazón del individuo a su tiempo empezará a desplegar la
imagen de Cristo o el fruto del Espíritu. Este fruto que tiene muchas facetas, está formado a
través de presión y conflicto, ambos interno y externo, con las fuerzas naturales y espirituales
alrededor nuestro que nos exprimirán en el molde de pasividad, debilidad y dependencia y
conformidad externa. El fruto del Espíritu es el estado de un constante subyugar el medio
ambiente en lugar de conformarse a él y mantenerse fiel a Cristo a través de paciencia, presión,
conflicto y una necesidad de perseverancia.
Base bíblica: Romanos 12:1,2; Filipenses 2:1-17; 3:7-14; Gálatas 4:19; 5:22; Efesios 6:10-18; 2ª.
Timoteo 2:15 y Colosenses 1:27-29.
El fruto del Espíritu es el carácter de Cristo siendo vivo en y a través de un individuo. Este fruto
lo hace a uno dependiente de Cristo, a quien tenemos dentro, e independiente del mundo
afuera.
Cualidad de Dios: la naturaleza de nuestro Dios es incombinable y ninguna cantidad de presión
puede alterar su carácter. Los atributos del fruto del espíritu son parte de su naturaleza como
fueron expresados en la persona de Cristo.
Aplicación a la Educación:
El currículo y el ambiente del aula deben ser construidos de forma que ayuden a formar carácter
interno en el alumno.
El maestro debe guiar el camino siendo un ejemplo de carácter frente a los alumnos. A través de
la obediencia al detalle en los cuadernos y tareas, los alumnos aprenderán que el trabajo de
calidad es una expresión de buen carácter. Cada área académica también ilustra los aspectos de
presión, conflicto y vigor interno.

Principio de mayordomía:
Definición: es el oficio que hace un mayordomo, este puede ser un oficial de Estado, un hombre
empleado por una familia prominente, un siervo o un ministro de Cristo.
La propiedad más importante que Dios le ha entregado al hombre es su propia conciencia. En la
conciencia son expresadas las leyes morales de Dios. La conciencia, cuando ha sido entrenada
en las verdades de la palabra de Dios y activada por el Espíritu Santo dentro del individuo se
mantendrá sensitiva a la convicción y corrección, discerniendo entre lo verdadero y lo falso.
Mientras el hombre sea buen mayordomo de su conciencia, ejercitándola y manteniéndola libre
e inmaculada, tiene verdadera libertad, no importando las condiciones externas. Cada quien es
responsable de su condición externa que es la propiedad privada.
Base bíblica: Hechos 24:16, 1ª. Timoteo 1:5; 4:1-2, Hebreos 9:14, y Efesios 2:10.

En este principio Dios nos invita hacer buen uso de todos los recursos, que él nos proporciono,
haciendo buen uso, administrándolo de una forma consciente, recordando que una buena
mayordomía nos hace más consciente de lo que tenemos de cuidar proteger, los recursos
ambientales, así mismo ser buenos mayordomos de nuestras posesiones, de nuestros talentos y
virtudes que Dios nos proporciona.

Principio de poder y forma o soberanía:


El poder, o fuente de todas las cosas es Dios. Cuando cualquier otro poder empieza a ser la
fuente de nuestras vidas, o de cualquier organización, nos salimos de la soberanía de Dios.
La forma significa la estructura, el marco, un orden de arreglo en relación a todas las partes. El
balance entre el poder y la forma se mantiene a través de representación.
El poder de Dios es representado en diferentes formas. En la forma se centraliza y el poder se
apaga. De otra manera, si hay poder sin forma entonces carece de estructura y usualmente uno
comienza a ser “guiado” por cualquier espíritu. La forma debe ser flexible y consistente, en
orden. Este es el reto de cualquier organización.
Base bíblica: Isaías 33:22; 2ª. Timoteo 3:5, Mateo 9:17; Romanos 1:20; Tito 1:1 y Mateo 22:36-
40.
Cada uno de los principios bíblicos tiene su origen en la naturaleza de Dios, expresada de
diferentes maneras, a través de las Sagradas Escrituras.
Como su nombre lo indica, este principio se enuncia en dos conceptos: el Espíritu y la forma, o
bien el poder y la forma. Al hablar del Espíritu, la palabra de Dios enseña lo que es su poder
soberano. Al hablar de la forma, muestra a la trinidad, un solo Dios que se manifiesta al hombre
en tres formas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
¿De qué manera se ve funcionando este principio en la tierra? En la persona de Jesús, porque él
vino como representante de Dios a la tierra. El Verbo se hizo carne. El poder tomó una forma.
Ver 1 Timoteo 2:³, 6.
Jesús es una manifestación del poder de Dios, de la soberanía de Dios en la tierra y por eso se
constituyó como su representante.

Principio de Sembrar y Cosechar:


La prueba de validez de cualquier esfuerzo es doble: si el esfuerzo se ha llevado a cabo por
principios bíblicos apropiados y, si el esfuerzo pasa la prueba del tiempo.
Toda la verdad debe ser plantada, regada y cultivada antes que produzca fruto y permita una
cosecha que valga la pena. Esta es la diligencia de enseñar y plantar la verdad en otros. Mientras
se vive en los principios de Dios, se establece seguridad y libertad cristiana en la siguiente
generación. La verdadera libertad cristiana debe enseñarse como libertad cristiana en la
siguiente generación. La verdadera libertad cristiana debe enseñarse como libertad con ley o
con principio. El aprendiz depende del ejemplo de su maestro y la meta del maestro es que los
aprendices puedan ser independientes y vivan por principios internos, llevando fruto que
permanezca.
Base bíblica: Gálatas ³;1, 13; 6:6-10; Juan 15:1-17; 12:23-25; Mateo 13:1-9; 18:23 y Salmo 126:6.

En este principio, todo lo que sembremos no solo lo material sino lo espiritual dara frutos, y
en abundancia, es como el agricultor siembra y pueda que la tierra no sea fértil, sin embargo
si no tiene muchas semillas lo que puede hacer es guardarlas o cambiar de tereno donde
sembrar para que Dios multiplique esas semillas en abundacia.
Así suele ser nuestra vida, como profesionales de la salud mental, somos sembradores en
cada pasiente que llega a nuestras manos, habran pacientes que serán como la semilla que
cayo sobre los enredos con espinos, sus problemas y poco apoyo de familia y sus ámbitos, hacen
que todo lo que se ha mejorado en terapia se pierda y no vuelva más el paciente, algunos
pacientes serán como las semillas que cayeron sobre las rocas, llegan una vez haber si les gusta
y no vuelven más, pero aquellos que son como la tierra fértil que cayó la semilla, para
multiplicarse y dar buen fruto así son los pacientes, que son constantes y perseveran pero ante
todo, tuvieron un buen agricultor, que supo cuidarlas guiarlas regarlas, así debemos ser los
terapeutas, buenos agricultores de las emociones, empáticos buena escucha, para que en el
mañana obtener esos buenos frutos, sabiendo que el paciente se reintegra a su ámbito con
buena salud mental.

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