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VULNERABILIDAD, RIESGO CLIMÁTICO Y DESASTRES

GESTIÓN Y PREVENCIÓN DE RIESGOS

El objetivo del presente ensayo es conocer la vulnerabilidad, riesgo, desastres y gestiones de prevencion
para prevenir los efectos del Cambio Climático en el ámbito mundial, nacional y local, para este propósito
en primera instancia debemos conceptualizar la vulnerabilidad, el riesgo climático, desastres y prevencion.

La vulnerabilidad es la incapacidad de un sistema sea una región, comunidad, familia o un sistema


natural de afrontar los efectos adversos del Cambio Climático, como es la variabilidad climática o los
eventos extremos.

El Riesgo Climático, implica la presencia de un acontecimiento natural extremo, pero en absoluto


imprevisible y una actividad humana susceptible de ser dañada por dicho acontecimiento. Es decir no
existen riesgos naturales y riesgos debidos a la actividad humana, sino que existe una mala adaptación del
hombre a la naturaleza. Si bien la caracterización del clima de una región se basa en los valores medios de
los elementos climáticos, la sucesión habitual de estados atmosféricos cercanos a la media se ve alterada
frecuentemente por episodios meteorológicos extremos, pero no excepcionales. Los riesgos climáticos
más importantes se pueden considerar los siguientes: Ciclones tropicales, Sequías, Inundaciones por
lluvias tormentosas, tormentas tropicales o ciclónicas, Olas de frío y heladas, Olas de calor, Temporales
de viento, Tornados y Pedrisco.

En cambio los desastres son considerados como la sumatoria de vulnerabilidad más riesgo y los riesgos
no controlados provocan desastres naturales y/o antrópicos como son: las inundaciones, sequias, heladas
y otros desastres.

La Gestión de Prevención del Riesgo Climático se refiere a los gestiones que se han realizado para
disminuir los Efectos del Gas Invernadero (EGI), gases generados por las fábricas de grandes industrias de
los países desarrollados, emisión de gases por los automóviles, deforestaciones, ampliación de la frontera
agrícola, urbanizaciones y uso de productos sintéticos (aerosoles, urea). Estas Gestiones para prevenir la
emisión de gases se refieren a los diferentes procesos de dialogo internacional sobre efectos del Cambio
Climático como son las convenciones, protocolos, acuerdos y cumbres. Entre las que podemos citar:
Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), Protocolo de Kioto,
Acuerdo de Cophanague, Acuerdo de Cancum, Cumbre de Durban, Cumbre de Tiquipaya realizado en
Bolivia.

En nuestros días, los esfuerzos para lograr un desarrollo sustentable enfrentan el reto del Cambio
Climático y sus impactos, en todos los aspectos de nuestras vidas. Ante esto, las dos respuestas de la
comunidad internacional para enfrentar el Cambio Climático son: la adaptación y mitigación.

La mitigación del Cambio Climático se refiere a la reducción de las emisiones de las fuentes de Gases de
Efecto Invernadero, o la captura de los mismos principalmente en los bosques, buscando reducir el
calentamiento global y con ello el Cambio Climático. En tanto que la adaptación al Cambio Climático busca
reducir los impactos del Cambio Climático, o en algunos pocos casos, aprovechar sus oportunidades.
Los países más vulnerables a los efectos del cambio climático son los países en desarrollo debido a que sus
actividades económicas obedecen a los factores de la naturaleza como la agricultura y pecuaria dependientes de las
precipitaciones pluviales, cualquier desequilibrios en la naturaleza afecta a la producción agropecuaria, los mismos
generan problemas económicos en las familias y la inseguridad alimentaria en las familias de escasos recurso
económicos. Los impactos del Cambio Climático en la actividad agropecuaria son en su generalidad negativos, ya
que gran parte de la producción agrícola en los países se realiza a secano o temporal; es decir, haciendo uso del
agua de lluvia para el riego de los cultivos, por lo que la producción depende directamente del clima en determinadas
zonas.

Los problemas comunes como efecto del Cambio Climático se presentan en los países en vías de desarrollo que
tiene limitados recursos humanos y financieros, instituciones débiles explican su vulnerabilidad. Pero otros factores,
asociados con su geografía e historia. Seguidamente analizaremos la vulnerabilidad y los efectos del Cambio
Climático en el ámbito mundial, los continentes vulnerables son:

África al sur del Sahara sufre los efectos de su fragilidad natural (dos tercios de su superficie terrestre son desiertos
o tierras secas) y de la gran exposición a las sequías e inundaciones, que según los pronósticos aumentarán a
medida que cambia el clima. Las economías de la región dependen fuertemente de los recursos naturales. La
biomasa representa el 80% del suministro de energía doméstica primaria. La agricultura de secano aporta
aproximadamente el 23% del PIB (con exclusión de Sudáfrica) y da empleo a cerca del 70% de la población. Los
problemas de infraestructura podrían obstaculizar las medidas de adaptación, y la capacidad de almacenamiento de
agua se mantendría limitada a pesar de la abundancia de recursos. El paludismo, que es ya la principal causa de
mortalidad en la región, está llegando a zonas más altas, anteriormente libres de esta enfermedad.
En Asia oriental y el Pacífico un factor importante de vulnerabilidad es el gran número de personas que viven en la
costa y en islas de litoral bajo: más de 130 millones de personas en China y unos 40 millones, es decir, más de la
mitad de toda la población, en Vietnam. Un segundo factor es la constante dependencia, en particular en los países
más pobres, de la agricultura como fuente de ingresos y empleo. A medida que aumentan las presiones sobre la
tierra, el agua y los bosques —como consecuencia del crecimiento demográfico, la urbanización y la degradación
ambiental provocada por una industrialización rápida—, la mayor variabilidad y el mayor número de episodios
extremos complicarán su gestión. En la cuenca del río Mekong, la estación de las lluvias tendrá precipitaciones más
intensas, mientras que la estación seca durará dos meses más. Un tercer factor es el hecho de que las economías
de la región dependen fuertemente de los recursos marinos —el valor de los recursos de coral bien gestionados es
de US$ 13.000 millones.
En América Latina y el Caribe los ecosistemas más importantes están amenazados. En primer lugar, se prevé la
desaparición de los glaciares tropicales de los Andes, lo que modificaría el calendario e intensidad del agua a
disposición de varios países y provocaría estrés hídrico por falta de agua para al menos 77 millones de personas ya
en el año 2020, así como una amenaza para la energía hidroeléctrica, fuente de más de la mitad de la electricidad en
muchos países de América del Sur. En segundo lugar, el calentamiento y la acidificación de los océanos darán lugar
a episodios frecuentes de blanqueamiento y posible extinción progresiva de los arrecifes de coral en el Caribe, que
cuentan con los criaderos de aproximadamente el 65% de todas las especies ictícolas de la cuenca, ofrecen
protección natural frente a las mareas de tormenta y son un activo fundamental para el turismo. En tercer lugar, los
daños en los humedales del Golfo de México harán que esta costa sea más vulnerable a los huracanes más intensos
y más frecuentes. En cuarto lugar, el impacto más desastroso podría ser la extinción dramática del bosque
amazónico y la transformación de grandes extensiones en sabana, con graves consecuencias para el clima de la
región, y quizá de todo el mundo.
El agua representa la mayor vulnerabilidad en el Oriente Medio y Norte de África, la región más seca del mundo,
donde la disponibilidad de agua per cápita se reducirá a la mitad para 2050, sin tener en cuenta los efectos del
cambio climático. La región tiene pocas opciones atractivas para aumentar el almacenamiento de agua, pues casi el
90% de sus recursos de agua dulce están ya almacenados en embalses. La mayor escasez de agua, junto con una
mayor variabilidad, constituirá una amenaza para la agricultura, que representa en torno al 85% del uso de agua de
la región. La vulnerabilidad se agrava por una fuerte concentración de la población y de la actividad económica en
las zonas costeras expuestas a inundaciones y por las tensiones sociales y políticas que podría fomentar la
escasez de agua. Asia sudoriental sufre los efectos de una base de recursos naturales ya sometida a fuerte presión
y degradada en buena parte como consecuencia de factores geográficos y del alto nivel de pobreza y de densidad
de población. Es probable que los recursos hídricos se vean afectados por el cambio climático, debido a su efecto
en el monzón, que aporta el 70% de las precipitaciones anuales en sólo cuatro meses, y en el derretimiento de los
glaciares del Himalaya. La subida del nivel del mar es un grave motivo de preocupación en esta región, que cuenta
con un litoral largo y densamente poblado, llanuras agrícolas amenazadas por la intrusión de agua salada y muchas
islas de litoral bajo. En los escenarios donde se contempla un cambio climático más pronunciado, la subida del nivel
del mar sumergiría gran parte de las Maldivas e inundaría el 18% de la tierra de Bangladesh.

En el ámbito nacional (Bolivia) la naturaleza de cambios en los patrones regionales de precipitación, así como la
complejidad de los ecosistemas naturales, limita la capacidad de proyectar cambios hidrológicos en la escala de
la línea divisoria de las aguas. Sin embargo, es razonable generalizar que, para casi todo el país, el cambio
climático dará lugar probablemente a caudales base reducidos en invierno y a flujos más altos en verano
generalmente relacionados con picos debidos a las tormentas. Esto será particularmente válido para los sistemas
hidrológicos que dependen del deshielo de los glaciares en los que se puede asumir que su retroceso provocará una
disminución en los flujos bases de los ríos.

Bajo las condiciones actuales Matos y Crespo (2000), menciona que con base en la evaluación de los
rendimientos hídricos de las 3 unidades hidrográficas más importantes del territorio nacional, se ha definido que la
oferta hídrica total supera los dos mil kilómetros cúbicos al año correspondientes a aproximadamente 50.000
metros cúbicos anuales por habitante. Los antecedentes para dicho estudio fueron las condiciones generales del
balance hídrico nacional, evaluando la vulnerabilidad por disponibilidad de agua que considera la capacidad de
regulación hídrica del conjunto suelo-cobertura vegetal, las presiones por la calidad del agua y la relación
demanda-oferta para condiciones de distribución mensual de la oferta para año medio y año seco.

En general, sobre el conjunto de las cuencas de Bolivia, la precipitación media ha sido estimada en 1,419 mm/año
(Matos, 1997; Van Damme, 2004). Sin embargo, las tres grandes cuencas del país muestran importantes diferencias
en cuanto a su pluviosidad media. La cuenca amazónica recibe 1,814 mm/año, mientras que la del Río de La Plata
no se beneficia más que de 854 mm/año. El Altiplano, en la totalidad de su superficie endorreica, con 421
mm/año, es aún menos favorecido que las anteriores dos. Estos datos muestran que la cuenca amazónica tiene el
doble de precipitación que la del Río de La Plata y cuatro veces más que la del Altiplano (Balance Hídrico de Bolivia,
1990).

En base a la anterior información, se concluye que la disponibilidad de agua se encuentra restringida principalmente
en las cuencas del Plata y Endorreica y en menor magnitud en la cuenca amazónica, por la concentración de la
precipitación en solo una época del año. Esto significa que en los meses de escasez se hace necesario el
almacenamiento del recurso para su utilización, especialmente para uso doméstico e industrial. En el caso de la
agricultura, la mayoría de los cultivos son de secano precisamente por la baja disponibilidad de agua. Por lo tanto, no
es raro observar que las principales demandas por infraestructura productiva estén orientadas a sistemas de riego
y que el factor riesgo sea fundamental a la hora de escoger el tipo de cultivo.
En la actualidad, en Bolivia no se conoce con precisión el impacto del Cambio Climático en el sector agropecuario,
debido a la alta incertidumbre ante la limitada cantidad y calidad de información disponible y los bajos niveles de
resolución de los escenarios climáticos, que son los responsables de mostrar una imagen de las condiciones
climáticas futuras.

Sin embargo, se estima que en el largo plazo el Cambio Climático podría afectar significativamente a este sector, lo
que a su vez generaría mayor vulnerabilidad. Según algunos estudios, se esperan impactos como el incremento
del requerimiento de agua para cultivos, la migración de los agroecosistemas por inviabilidad de sus zonas
originales o la necesidad de habilitación de nuevas zonas agrícolas para mantener los niveles de producción actual.

En este contexto, se prevé que muchas zonas consideradas como áridas, incrementen su aridez. Los ecosistemas
y especies que no logren migrar o adaptarse, pudieran perecer, tal es el caso de los bosques nublados que son
sensibles a sequías estaciona les, que provocan el deterioro de hábitat de diversas especies. A la alta
incertidumbre ante la limitada cantidad y calidad de información disponible y los bajos niveles de resolución de los
escenarios climáticos, que son los responsables de mostrar una imagen de las condiciones climáticas futuras.

En el ámbito Local o Municipal de Quillacollo los

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