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Renta y gasto

SEA PATRIOTA Y GASTE


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ras los ataques terroristas del 11 de consumo la hubiera agravado aun más. Por
septiembre de 2001, varios líderes de suerte, no sucedió así. El consumo de algunos
la sociedad estadounidense arenga- bienes y servicios, como el transporte aéreo, dis-
ron a la conmocionada nación animándola a minuyó, pero se incrementó el de otros.
mostrar fortaleza (y a seguir comprando bienes Como explicamos en el capítulo 10, la
de consumo). "Haga sus negocios en el país. práctica totalidad de las recesiones conocidas
Vuele a los mejores destinos turísticos del país desde la JI Guerra Mundial estaban originadas
y disfrute de ellos", exhortaba George Bush. por perturbaciones negativas de la demanda,
"Vayan de compras", instaba Bill Clinton. es decir, desplazamientos hacia la izquierda de
Tales palabras fueron muy diferentes de las la curva de demanda agregada. En éste y en los
que pronunciara en 1940 el primer ministro tres próximos capítulos, seguiremos estudian-
británico, Winston Churchill, ante la inminen- do el comportamiento de la economía a corto
te invasión nazi del Reino Unido. En su conoci- plazo y analizaremos en profundidad los fac-
da declaración, dijo que sólo podía ofrecer tores que causan tales desplazamientos en la
"sangre, trabajo, sudor y lágrimas". Pero había curva de demanda agregada. Comenzaremos
una razón para que los dos partidos instaran al en este capítulo con el análisis de los factores
gasto y no al ahorro: la economía estaba ya en que influyen en el consumo y la inversión.
recesión, debido principalmente al descenso del Estudiaremos con más detalle el concepto de
14% de la inversión real, y un desplome del multiplicador que ya vimos en el capítulo 10,

Oespufs dtl u de u ptlembre,los utidounldenHS vi•l•ban mt nos. Pff'O compt¡ban mH cosas q~ podi.an dfs·
frutar en us.a. tomo pJHrlllas ~,. birbacoas y pJsclnu.

que es el proceso a través del cual la contrac- varias etapas conducirá finalmente a un
ción o la expansión del consumo y de la inver- nuevo equ!Ubrto macroeconómico. Gracias a
sión se transmiten por la economía durante este análisis, llegaremos a comprender por qué
un periodo de tiempo. Veremos la importan- se considera que la inversión y los niveles de
cia que tienen las variaciones de la inversión existencias son indicadores clave del estado
para el proceso multiplicador, que a través de futuro de la economía.

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Consumo
lDebería usted derrochar en una comida en un restaurante o ahorrar comiendo en casa?
lDebería comprar un automóvil nuevo? Y en tal caso, lcuánto debería gastarse en él? lOe-
hería reformar el aseo o dejarlo así un año más? En la vida diaria las personas se enfren-
tan a este tipo de decisiones constantemente. No sólo estructuran la composición de su
consumo, sino que también calculan cuál debe ser el gasto total. Estas decisiones tienen
un gran efecto en la economía: el consumo supone generalmente dos tercios del gasto
total en bienes y servicios finales. De modo que las variaciones en el consumo pueden pro-
vocar desplazamientos significativos de la curva de demanda agregada y, como ya vimos
en el capítulo 10, la posición de la curva de demanda agregada, junto con la posición de
la curva de oferta agregada a corto plazo, determinan a corto plazo la producción agrega-
da y el nivel de precios de la economía.
Sin embargo, lqué influye en el consumo? Nos centraremos en tres factores: la renta
disponible, la renta esperada y la riqueza.

Renta disponible y consumo


De entre todos los factores que influyen en el consumo de una familia el más importan-
te es la renta disponible (renta resultante tras haber recibido las transferencias y pagado
los impuestos). Es obvio que las personas con una renta disponible superior a la media
conducen vehículos más caros, viven en mejores casas y gastan más en alimentos y vesti-
menta que las que tienen una renta disponible inferior. La relación entre renta disponible
y gasto se ve claramente en los datos.
El Bureau of Labor Statistics (BLS) recoge anualmente datos sobre la renta y el gasto de
las familias. Éstas son agrupadas por niveles de renta antes de impuestos y después de
impuestos. Los datos incluyen las transferencias, es decir, lo que el BLS llama renta tras la
deducción de impuestos es equivalente a la renta disponible.

Resulta muy útil utilizar una ecuación para representar la relación entre la renta dis-
ponible y el consumo de un hogar. La función de consumo es una ecuación que mues-
tra la variación del consumo de una familia en relación con la variación de su renta
disponible. La versión más sencilla de esta función es una ecuación lineal:

(11-1) c~a+PMCxyd

En la que e es el consumo de un hogar e yd es la renta disponible del mismo. Como


vimos en el capítulo 10, PMC es la propensión marginal al consumo (la cantidad en la
que aumenta el consumo si la renta disponible aumenta en una unidad). Por último, a es
una constante: el consumo aut6nomo, que es el gasto que tendría un hogar si su renta dis-
ponible fuera O. Se asume que a es mayor que Oya que un hogar que no disponga de renta
puede consumir pidiendo préstamos, o usando su ahorro acumulado.
Recuerde la ecuación 10-3 (que vu.elve a aparecer en este capítulo como 11-2), que
expresaba PMC como un cociente entre una variación del consumo y la variación de la
renta disponible:

{11-2) PMC - t.cl t.yd

80
Si multiplicamos los dos términos de la ecuación 11-2 por áyd:

(11-3) PMC x áyd • flc

La ecuación 11-3 nos muestra que cuando yd aumenta en una unidad monetaria e aumen-
ta en PMC x 1. Fíjese en que el símbolo de la renta es y. Es una práctica habitual en macro-
economía, a pesar de que income, en inglés, no se escriba yneome. La razón reside en que I
se reserva para designar la inversión.
La ilustración 11-2 muestra la ecuación 11-1, con yd en el eje de abscisas y e en el de
ordenadas. El gasto autónomo individual, a, es el valor de e cuando yd es O (la intersec-
ción de la función de consumo, fe, con el eje de abscisas). PMC es la pendiente de la
recta, que es su grado de inclinación. Si la renta disponible aumenta en áyd, el consu-
mo de los hogares, e, aumenta en PMC x áyd, de modo que la pendiente de la función
de consumo es:

(11-4) Pendiente de la función de consumo


- áeláyd
= PMC x áyd/6yd
=PMC

Los datos empíricos nunca encajan de manera exacta en la ecuación 11-1. Sin embar-
go, se les puede ajustar una recta. En la ilustración 11-3 se vuelven a mostrar los datos de
la ilustración 11-1, pero esta vez aparece una línea que une los puntos de la manera más
fiel posible. Según los datos sobre el gasto y la renta de los hogares, la estimación más ade-
cuada para a es 14 184 $y para PMC es 0,597. De modo que si introducimos estos datos
en la función de consumo obtenemos:

e •14184 + 0,597 xyd


llustrad6n 11-2

la fund6n de consumo
.......
C4tu,..

1.> fund6n de '""'"mo rtl>clono t. rtnt> disponlblt de hogoros. e


un hoga.r con su consumo. U ordtnidi en tl oñgen o,
represenu el gasto ¡utónomo, es decir, el con51Jmo dtt
hog.ar cuando su reRta disponibte es O. U pendiente de
la recta de la función de coMumo es la ptopensi6n
marginat al consumo o PHC. es dtdt, la pa.rU destinada
al gasto dt c.adl unidad adidonal de renta dfsponibt..

-~ ...............,.
De los datos se desprende que PMC es aproximadamente 0,6. Por lo tanto, la propen-
sión marginal al ahorro (PMA) (la fracción de la unidad adicional de renta disponible des-
tinada al ahorro) es, más o menos, 0,4.
Es importante percatarse de que la ilustración 11-3 muestra una relación microeeonó-
mica: la relación entre la renta disponible y el gasto en bienes y servicios finales de una
única familia. Sin embargo, se asume que existe una relación macroeconómica similar, es
decir, que existe la misma relación entre la renta disponible agregada y el consumo agre-
gado. Esta relación recibe el nombre de función de consumo agregado. Supondremos
entonces que tiene la misma forma que la función de consumo, C =A + PMC x YD, en la
que Ces el consumo agregado (para lo que antes habíamos denominado "consumo"), YD
es la renta disponible agregada (antes denominada "renta disponible") y A es el consumo
autónomo, es decir, el consumo cuando YD es O. Ésta es la relación que representa FC en
la ilustración 11-4, análoga a fe de la ilustración 11-3.

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llustradón 11-3

Ajuste de la fundón de consumo (OMUIOO


a datos reales dolos
llopros.c(S)
Vol~tmos a rtprodud.- tos ditos de Li iWstfi..
ción 1 1· 1. péi'O esta vez trazamos una rKta
que se 1jusu 1 los datos de lJ milntl'l mas fiel
posible. LJ m,¡., tsri.,.ci6n dt a ,.,. lo•
hogires estidouni6tnses en 2003 es de
14 184 S y l>lfO PIIC., do O.S97, es dtclr, c¡sl
un 0,6.

20 000 40 000 60 000 80 000 100 000 120 000


- ..,....bla do los...,._ 111(S)

Desplazamientos de la función de consumo agregado


La función de consumo agregado muestra la relación macroeconómica entre la renta dis-
ponible y el consumo, si el resto de variables permanece constante. Si estas otras variables
varían la función de consumo agregado se desplaza. Existen dos causas principales para los
desplazamientos de la función: "variaciones en la renta disponible esperada y variaciones
en la riqueza (agregada).

Cambios en la renta esperada Suponga que consigue un trabajo muy bueno ybien
pagado justo al acabar la universidad. Aunque no empieza a trabajar hasta septiembre, con
lo que su renta disponible no ha aumentado todavía, sin embargo, es posible que a partir
de ahora empiece a gastar más en bienes y servicios finales (quizás se gaste más en ropa
de lo que tenía pensado) , puesto que sabe que pronto tendrá ingresos.

Supongamos al contrario que tiene un buen traoajo, pero sabe que la empresa planea
reducir la plantilla de su departamento y existe la posibilidad de que pierda su empleo y
tenga que aceptar un sueldo inferior en otra empresa. Aunque su renta disponible no haya
disminuido todavía, es probable que reduzca el gasto a partir de ese momento y empiece a
ahorrar para cuando lleguen las vacas flacas.
Ambos ejemplos son una muestra de cómo pueden influir las expectativas sobre la
renta disponible en el consumo. En las dos gráficas de la ilustración 11-4 aparece la renta
disponible y el consumo, y se muestra de qué manera influyen los cambios de la renta
esperada en la función de con sumo. En ambas gráficas, FC1 es la función de consumo
inicial. En la gráfica (a) se muestra el efecto de buenas noticias: esta información incita
a los consumidores a gastar una proporción de su renta disponible más elevada que la
actual. Los con sumidores gastarán más a cualquier nivel de renta disponible, YD, lo que
llustradón 11-4 Desplazamientos de la función de consumo agregado
(a) DH¡IIua,.lento hoda ambo (b) Onplauwritnto ~ocio obojo
de la fund6n de COMOl.,o ogrogadoo do la fund6n do consumo ogrogldo
Consumo. C Consumo. C

función función
de consumo dt consumo
agreg.ado, fC, agregado, fC,
funci6n función
de consumo de consumo
agregado, FC, •gregodo. FC,

l
Az

Renta disponible. YD Renb disponible, YD

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producirá un incremento de A, el consumo autónomo, de A1 a A2 . En consecuencia, la
función de consumo agregado se desplaza hacia arriba, de FC 1 a FC2 . En la gráfica (b)
se puede observar los efectos que provocan las malas noticias, es decir, las expectativas
de reducción de la renta disponible. Los consumidores gastarán menos a cualquier nivel
de renta disponible, YD, provocando una reducción en A, que se desplazará de A1 a A2 .
Como consecuencia, la función de consumo agregado se desplaza hacia abajo, de FC1
afC2 •

Cambios en la riqueza agregada Como analizamos en el capítulo 10, la riqueza


de un hogar influye en la proporción de renta disponible que gasta. Esta observación
forma parte de un modelo denominado hipótesis del ciclo vital que explica cómo toman los
consumidores sus decisiones sobre el ahorro y el consumo. Según esta hipótesis los con-
sumidores planifican el gasto teniendo en cuenta su vida entera y no sólo su renta dispo-
nible en un momento dado. Así pues intentan distribuir su consumo a lo largo de la vida:
ahorran parte de su renta disponible durante los años de mayores ganancias (general-
mente cuando tienen entre cuarenta y sesenta años) y durante su jubilación viven de la
riqueza que han acumulado. No profundizaremos en los detalles de esta hipótesis, pero es
importante subrayar el importante papel de la riqueza a la hora de fijar el consumo. Por
ejemplo, una pareja de mediana edad que haya acumulado una gran riqueza (ha pagado
la hipoteca de la casa y tiene además una gran cantidad invertida en acciones y bonos)
gastará más en bienes y servicios que otra pareja con la misma renta, pero que todavía
necesite ahorrar para su jubílación.
Puesto que la riqueza influye en el consumo, las variaciones en la riqueza de una eco-
nomía pueden desplazar la función de consumo agregado. Un aumento de la riqueza
agregada (producido, por ejemplo, por un incremento del precio de la vivienda que hace
que los propietarios sean más ricos) aumenta la ordenada en el origen (el consumo autó-
nomo, A). Esto eleva la función de consumo agregado al igual que lo hadan las expecta-
tivas de aumento de la renta. Una disminución de la riqueza agregada (digamos que a
causa de un crac bursátil, por ejemplo) reduce A y desplaza hacia abajo la función de con-
sumo agregado.
M«nnQillll:ll.illeiiJ!II~iilmli.X.IIIII
1. Suponga que la economía se basa sólo en tres personas: Angelina, Felicia y Marina. La tabla
siguiente muestra cómo varia su gasto al aumentar su renta disponible en 10 000 S.
a. Obtenga la función de consumo de cada una. PMC se calcula para un cambio de 10 000 S en la
renta disponible.
b. Obtenga la función de consumo agregado.
1. Suponga que debido a contratiempos en los
Renta
mercados de capitales, los consumidores no tflsponible Consumo($)
pueden ni pedir préstamos ni ahorrar. ¿Qué actual($) Angelf~ Felfda Marina
implicaciones tiene este hecho en relación
con los efectos de la renta esperada sobre el
o 8000 6500 7250
consumo? 10 000 12 000 14 500 14 250

La inversión
Una de las principales razones por la que los economistas estaban preocupados por una
posible calda del consumo tras el 11 de septiembre era que no existía una fuente alterna-
tiva de demanda agregada que pudiera contrarrestar la caída y evitar el hundimiento de la
economía. En aquellas fechas, la inversión se encontraba en medio de una caída que dura-
ría 18 meses y mostraba pocos signos de recuperación. Un aumento del gasto público
hubiera requerido mucho tiempo para su aprobación y puesta en marcha. Y no existía nin-
gún modo de estimular la demanda exterior de bienes y servicios estadounidenses.

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Jlustrad6n 11-6

Fluctuadones de la inversión • (oruumo


y del consumo
El diagrama de barros ilustra el porcentaje de
Yirildón ilnuil de li invefSi6n y el consumo
duranto los últimts dnco ...,.,..-.El taml\o
de los Nrras demuestra que el porte<>toje de
vañaci6n era mucho mayor poro lo lnvers16n que -10
pora ti consumo. Esto ha tlovodo • pensor que.
habiblalmento, lo< N<e<lones tienen su origen - 15
en una dlsminud6n man:ada dt lo inversl6n.
-20
-25
- lO 1 1 1 1
197).-1975 1980 1911-1982 1990-1991 2001
Aloo
Muchos economistas pensaron que la caída de la inversión que se estaba viviendo era
la causa de la recesión, que había comenzado seis meses antes, en marzo de 2001. Como
aprendimos en el modelo de oferta agregada-demanda agregada del capítulo 10, una caída
de la inversión desplaza la curva de demanda agregada hacia la izquierda, provocando una
recesión. De hecho, la mayoría de las recesiones se originan por una disminución de la
inversión. En la ilustración 11-6 se muestra el porcentaje de variación anual de la inver-
sión y del consumo en los Estados Unidos de las últimas cinco recesiones, ambos medidos
en dólares de 2000. Podemos apreciar que las variaciones de la inversión son muy supe-
riores a las del consumo. Además, debido al proceso multiplicador del que hablamos en el
capítulo 10, los economistas aceptan que de forma general el descenso del consumo es el
resultado de un proceso que comienza con una caída de la inversión. Muy pronto veremos
cómo esta caída provoca la disminución del consumo a través del proceso multiplicador.
Pero antes, analicemos los factores que influyen en la inversión ya que no se trata de los
mismos que definen el consumo. Destacan dos: el tipo de interés y el PIB real esperado.
También repasaremos lo visto en la sección "Para mentes inquietas" de la página 216: en
ocasiones el nivel de inversión que las empresas habían planeado no es el mismo que el
que realizan.

El tipo de interés y la inversión


La inversión planeada es el gasto de que las compañías .Planean destinar a la inversión
en un periodo de tiempo determinado, mientras que la inversión no planeada es el gasto
que se produce sin haber sido previsto. La Inversión planeada depende de tres factores: el
tipo de interés, el PIB real esperado y el nivel actual de capacidad productiva. Analizaremos
primero el efecto del tipo de interés sobre la inversión.
Antes de empezar, recordemos el modelo del mercado de préstamos del capítulo 9, que
mostraba de qué manera se igualan los fondos de los prestamistas con los de los prestatarios.
Los prestamistas potenciales son hogares que toman la decisión de ahorrar parte de su renta
disponible, prestarla y ganar intereses o de gastarla en consumo. La curva de oferta de prés-
tamos tiene pendiente positiva ya que a mayor tipo de interés, mayor es la disposición de los
hogares a prestar, renunciando al consumo. Por otro lado, las compañías con proyectos de
inversión son los prestatarios poten.ciales, que pedirán un préstamo sólo en el caso de que la
tasa de rendimiento del proyecto sea igual o superior al tipo de interés del préstamo, ya que
de otro modo supondría pérdidas para la empresa. La curva de demanda de préstamos tiene
pendiente negativa. Si los tipos de interés suben, los proyectos con una tasa de rendimiento
igual o superior al tipo de interés disminuyen. El equilibrio del mercado de préstamos está
determinado por la intersección de las curvas de oferta y demanda de préstamos. Al tipo de
interés de equilibrio, los fondos ofrecidos igualan a los demandados. Los proyectos de inver-
sión con una tasa de rendimiento igual o superior al tipo de interés de equilibrio encuentran
financiación. Los que tienen una tasa de rendimiento inferior al tipo de interés de equilibrio
no son financiados.

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Tal vez piense que la decisión a la que se enfrenta una empresa que puede financiar su
inversión gracias a sus beneficios de años anteriores es diferente. Los beneficios acumula-
dos que se invierten en la financiación de un proyecto se denominan reservas. Pero aun-
que una empresa financie así su inversión, el elemento clave de viabilidad del proyecto
sigue siendo el tipo de interés, ya que la empresa tiene que tener en cuenta el coste de
oportunidad de sus propias reservas. Si en vez de invertir en equipamiento, prestara sus
fondos obtendría intereses. De modo que el coste de oportunidad de invertir las reservas
en un proyecto es la renuncia a dichos intereses, por lo que la necesidad de que la tasa de
rendimiento del proyecto sea igual o superior al tipo de interés del mercado existe siem-
pre, se financie con reservas o con un préstamo.
El resultado es que, independientemente del tipo de financiación (reservas o présta-
mo), una subida de los tipos de interés de mercado hace que cualquier proyecto resulte
menos rentable. (Y si el proyecto no era rentable, una subida de los tipos lo convierte en
aún menos rentable.) Por ejemplo, imagine que se da una subida de los tipos de interés
provocada por un desplazamiento hacia la izquierda de la curva de oferta de préstamos,
por ejemplo porque el miedo a una crisis bancaria lleva a los hogares a no depositar sus
ahorros en bancos que conceden préstamos a empresas. Algunos de los proyectos que
habrían obtenido financiación con un tipo de interés inferior, no la obtendrán tras la subi-
da de los tipos de interés, ya que ahora su tasa de rendimiento está por debajo del nuevo
tipo. Por el contrario, un descenso de los tipos de interés hace que cualquier proyecto sea
más rentable. Algunos proyectos de inversión que no obtenían financiación con los tipos
de interés anteriores la conseguirán ahora.
Así pues, la relación existente entre tipos de interés e inversión planeada, es decir, los
proyectos de inversión cuya realización se decide libremente, es inversa. Si el resto de
variables permanece constante, un tipo de interés alto conduce a un nivel inferior de
inversión planeada.

PIB esperado, capaddad productiva e inversión


Suponga que una empresa tiene suficiente capacidad productiva para continuar produ-
ciendo el volumen que vende en ese momento, y que no espera que sus ventas aumenten
en el futuro. En tal caso, su gasto de inversión se basará únicamente en reponer el equipo
y las instalaciones que estén desgastadas o se hayan quedado obsoletas. Pero si por el con-
trario la empresa espera que sus ventas crezcan en un futuro inmediato, encontrará que
su capacidad productiva actual es insuficiente, de modo que invertirá para que en un futu-
ro se cubran las necesidades de producción. Podemos llegar a la conclusión, si el resto de
las variables permanece constante, que las empresas invertirán más cuando esperen que
sus ventas crezcan. Ahora, suponga que la empresa ya cuenta con más capacidad de la
necesaria para cubrir los requisit os de producción. Aún en el caso de que espere que sus
ventas aumenten, no necesitará invertir por el momento, al menos hasta que su capaci-
dad productiva se vea superada por las ventas. Este ejemplo sirve para entender que la rela-
ción entre el nivel actual de la capacidad productiva y la inversión es negativa: si el resto
de las variables permanece constante, cuanto mayor es la capacidad actual, menor es la
inversión.
Si aunamos los efectos que tienen el crecimiento en las ventas esperadas y la capacidad
productiva actual sobre la inversión, se puede afirmar con bastante seguridad que existe
una situación en la que las empresas harán una gran inversión: si sus ventas aumentan a
un ritmo vertiginoso. En tal caso, incluso un exceso de capacidad productiva sería pronto
insuficiente y las empresas planearían invertir. Pero, l cuál es el in dicador de un gran ere-

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cimiento de las ventas? La tasa de crecimiento del PIB real. Una mayor tasa de crecimien-
to del PIB real implica una mayor inversión. Esta relación se resume en el denominado
acelerador. Como se explica en la próxima sección de "La economía en acción", éste
desempeña un importante papel en las caídas de la inversión, periodos en los que el gasto
de inversión es bajo.

Existencias e inversión no planeada


La mayoría de las empresas mantienen existencias con objeto de satisfacer las ventas
futuras . De este modo, las empresas pueden proveer a los compradores con rapidez y éstos
no tienen que esperar a que se manufacture el producto. Mantienen también existencias
de materias primas y piezas de repuesto. En 2004 se calculó que el valor total de las exis-
tencias de la economía estadounidense era de 1,7 billones de dólares, aproximadamente el
13% del PIB de ese año.
Como vimos en el capítulo 7, una empresa que aumenta sus existencias está realizan-
do una inversión. Supongamos, por ejemplo, que la industria automovilística de Estados
Unidos produce 800 000 vehículos al mes y vende 700 000. Los 100 000 vehículos res-
tantes se incluyen en las existencias de las empresas o de los concesionarios, listas para
venderse en un futuro. La inversión en existencias es el valor de la variación en las exis-
tencias totales de una economía durante un periodo de tiempo determinado. Al contrario
que otras formas de inversión, la inversión en existencias puede ser negativa. Si la indus-
tria automovilística reduce su inventario en un mes se dice que ha tenido una inversión
en existencias negativa.
Para comprender la inversión en existencias imagine el caso de los productos enlata-
dos de un supermercado. El encargado quiere un almacén repleto para que los compra-
dores encuentren siempre lo que buscan, pero no quiere que las estanterías estén
sobrecargadas porque el espacio es limitado y los productos se pueden estropear. Las
empresas tienen en cuenta este tipo de consideraciones para gestionar sus existencias. Sin
embargo, como la fluctuación de las ventas no se puede predecir con precisión, las exis-
tencias reales de las empresas son inferiores o superiores a las previstas. Los cambios de
las existencias debidos a variaciones imprevistas de las ventas se denominan inversión
en existencias no planeada y representan la inversión, positiva o negativa, que se rea-
liza sin estar prevista.
Así pues, en un periodo determinado, la inversión realizada es igual a la suma de la
inversión planeada y de la inversión en existencias no planeada. Si INo planeada es la inver-
sión en existencias no planeada, !Planeada• la inversión planeada e 1 la inversión realizada,
la relación entre las tres variables se puede representar del siguiente modo:

(11-5} 1 = INo planeada + 1Planeasla

Para ver cómo se produce la inversión en existencias no planeada vamos a continuar


haciendo algunas suposiciones con el ejemplo del sector automovilístico. Para empezar,
supongamos que la industria fija el volumen de producción mensual antes de conocer
el volumen de ventas. Además, supongamos que prevé vender 800 000 automóviles y
que no planea modificar las existencias. En tal caso, producirá 800 000 vehículos.
Suponga que las ventas realizadas del mes siguiente son inferiores a las previstas y se
venden 700 000 vehículos. El valor de los 100 000 de m~s se añadirá a la inversión como
inversión en existencias no planeada.

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>>COMPRUEBE SI LO HA ENTENDIDO 11-2
1. Explique si la inversión planeada y la no planeada cambiarán en las siguientes situaciones. En el
caso afirmativo, ¿la variación será positiva o negativa?
a. Un aumento imprevisto del consumo.
b. Una brusca subida del coste de los préstamos a las empresas.
c. Un marcado aumento de la tasa de crecimiento del PIB reaL
d. Una caída imprevista de las ventas.
2. Históricamente, la inversión ha registrado variaciones mlís intensas que el consumo, tanto positiva.s
como negativas. ¿Por qué cree que ha sido asi? (Pista: tenga en cuenta la PMC y el acelerador.)
3. Durante el año 2002, la demanda de consumo fue muy floja y los economistas temían que un exce-
so de existencias, es decir, un alto nivel de inversión no planeada en existencias, dificultara la
pronta recuperación de la economía. Explique por qué un excedente de existencias o el exceso de
capacidad productiva podrían deprimir la economía.

Detrás de los desplazamientos de la curva


de demanda agregada: el modelo de la renta
y el gasto
Comenzamos este capítulo describiendo la preocupación de los políticos estadounidense.s
con respecto a una posible recesión tras los atentados del 11 de septiembre. Podemos
entender esta actitud gracias al análisis que desarrollamos en el capítulo 10 a propósito de
las fluctuaciones económicas a corto .plazo, en el que aprendimos que la mayoría de las
recesiones tienen su origen en perturbaciones negativas de demanda (desplazamientos
hacia la izquierda de la curva de demanda agregada). Tras el 11-S se temía que pudiera
producirse una nueva perturbación negativa de demanda.
En el capítulo 10 también vimos cómo usar el multiplicador para calcular la magni-
tud del desplazamiento de la curva provocado por la perturbación de demanda. Vimos
que debido al proceso por etapas que provoca una variación de la demanda agregada, que
a su vez provoca variaciones en el PIB real, la renta disponible y el consumo, la magni-
tud del desplazamiento final de la curva de demanda es una cifra múltiplo de la magni-
tud de la perturbación de demanda original. En esta sección analizaremos más
exhaustivamente este proceso de reajuste por etapas. Veremos de qué manera las empre-
sas, al responder mediante variaciones en su volumen de producción a los altibajos que
experimentan sus existencias, provocan sucesivas variaciones en el PIB real. A partir de
ahi, entenderemos por qué las existencias desempeñan un papel fundamental en los
modelos macroeconómicos a corto plazo y por qué los economistas prestan una aten-
ción particular al comportamiento de las existencias de las empresas a la hora de prever
el futuro de la economía.
Antes de comenzar, recapitulemos las nociones básicas del proceso multiplicador.
1. El nivel de predos agregado es fijo. En otras palabras, analizaremos el cálculo de la pro-
ducción agregada como si ~RAS, la curva de oferta agregada a corto plazo, fuera hori-
zontal a cualquier nivel de precios dado. Esto contrasta con la pendiente positiva de
la curva de oferta agregada a corto plazo del modelo de oferta agregada-demanda
agregada. Un nivel agregado de precios fijo también implica que no hay diferencia
entre el PIB nominal y el PIB real. En consecuencia, en este capítulo utilizaremos uno
u otro concepto sin mayor problema.
2. El tipo de interés es fijo. Trataremos el tipo de interés como si estuviera predetermi-
nado y no se viera afectado por los factores que analizamos en el modelo. Como para
el caso del nivel de precios agregado, lo que estamos haciendo en realidad es no con-
siderar en el modelo los factores que influyen en tipo de interés. Aún así, veremos
que el modelo sí se puede utilizar para estudiar los efectos de un cambio del tipo de
interés.
3. Los impuestos, las transferencias y el gasto público son iguales a cero.
4. No hay comercio exterior.

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Gasto agregado planeado y PIB real
En una economía en la que no hay ni comercio exterior, existen tan sólo dos fuentes de
demanda agregada: el consumo, C, y la inversión, I. Al no haber impuestos ni transfe-
rencias, la renta disponible agregada es igual al PIB (y como el nivel de precios agregado
tampoco varia, dicho PIB es el PIB real): el valor total de las ventas finales de bienes y ser-
vicios en última instancia se transforma en renta de los hogares. De modo que en esta
economía, sumamente simplificada, existen dos ecuaciones básicas para calcular la renta
nacional:

(11-6) PIB = e+ 1
(11-7) YD = PIB

Como aprendimos al comienzo de este capítulo, la función de consumo agregado mues-


tra la relación existente entre la renta disponible y el consumo. Supongamos que la fun-
ción de consumo agregado tiene esta forma: ~

(11-8) e = A + PMe x YD

En nuestro modelo simplificado, también asumiremos que la inversión planeada,


es fija.
/Planeada·
Necesitamos un último concepto antes de unificar el modelo: el gasto agregado pla-
neado, que es la cantidad total de gasto planeado de una economía. A diferencia de las
empresas, los hogares no mantienen existencias que varíen de forma imprevista, de modo
que el gasto agregado planeado es la suma del consumo y de la inversión planeada.
llamamos al gasto agregado planeado GAPianeado• de manera que:

(11-9) GAPI<meado =e+ ¡Planeada

El nivel de gasto agregado planeado de un año dado depende del nivel del PIB en dicho
año. Para ver el porqué, analicemos el ejemplo concreto de la tabla 11-1 de la página 282.
Supongamos que la función de consumo es:

(11-10) e= 300 + 0,6 X YD

PIB real e ¡,.,._,. GA,.,.,.


(en miles de miUones de ~res)
o o 300 500 800
500 500 600 500 1100
1000 1000 900 500 1400
1500 1500 1200 500 1700
2COCt 2000 150& 2080
2500 2500 1800 500 2300
3000 3000 2100 500 2600
3500 3500 2400 500 2900

88
En la tabla, tanto el PIB real, YD, C, lpJaneada y GAP!aneado están medidos en
miles de millones de dólares, y suponemos que el nivel de inversión planeada,
IPlamada• es 500. La primera columna muestra los posibles niveles de PIB real;
la segunda, la renta disponible, YD, que en nuestra economía simplificada
coincide con el PIB real. La tercera muestra el consumo, e, que es igual una
constante (por valor de 300) más 0,6 veces la renta disponible, YD. La cuarta
columna muestra la inversión planeada, lprcmeada que asciende 500, indepen-
dientemente del nivel del PIB. Por último, la quinta columna refleja el gasto
agregado planeado, GApraneado• que es la suma del consumo agregado, C, y la
inversión planeada, !Planeada· (Para facilitar la notación, daremos por sentado
que todas las variables del la tabla 11-1 están medidas en miles de millones de
dólares.) Como puede ver, cuanto mayor es el PIB real mayor es la renta dis-
ponible: cada incremento de 500 del PIB real aumenta YD en 500, lo que a su
vez provoca un aumento de e en 500 x 0,6 = 300 y de GAPrantado en 300.

La ilustración 11-8 ilustra de forma gráfica la información de la tabla 11-1.


El PIB real aparece en el eje de abscisas. FC es la función de consumo agregado y muestra
de qué manera el consumo depende del PIB real. GAPlamado• la recta del gasto agregado pla-
neado, muestra de qué manera el gasto agregado planeado depende del PIB real. Es igual
a la función de consumo agregado, pero con una constante superior en 500 (la cantidad
de !Planeada). Ambas rectas tienen una pendiente de 0,6, es decir, la pendiente de las rectas
es la propensión marginal al consumo, PMC.
Pero la historia no acaba aquí. La tabla 11-1 deja ver que en todos los niveles de PIB
real, excepto en uno solo, cuando el PIB real es 2000, el gasto agregado planeado,
GAPlaneado• no coincide con el correspondiente nivel de PIB real. ¿Es posible? ¿Acaso no
aprendimos en el capítulo 7, gracias al diagrama de flujo circular, que el gasto total en bie-
nes y servidos finales de la economía coincide con el valor total de la producción de bie-
nes y servicios finales ? La respuesta es que en periodos de tiempo breves, el gasto planeado
agregado puede diferir del PIB real debido al comportamiento del gasto agregado no pla-
neado UNo planeada. inversión no planeada en existencias). Sin embargo, como veremos en
la próxima sección, con el tiempo la economía se desplaza hacia una situación llamada
equilibrio renta-gasto, en la que no hay inversión en existencias no planeada. Cuando la
economía se encuentra en el equilibrio renta-gasto, el gasto agregado en bienes y servicios
finales coincide con la producción agregada.

llustrad6n 11-8
4000
Ll funct6n u consumo
agrepdo y el gasto plantado 3500
agregado
GAPloneodo
Lo recta situada on una pos1cí6n infe-
rior, FC. es la funci6n do consumo ag .... FC
gado trmda con los datos do la tabla
11·1. Lo recta superior, ~- os
la recta dolgasto planeado agregado
corrospond;onte • los clitos dt la misma
tabla. Coincide con IJ recta de IJ fun.
ci6n de consumo ag'"ljado, pero elmocli
• • 500 miles de miiiDne< do d61aros,
...,.
El gastD

piiiMOdo
la magnitud clo la invonl6n planeada.

""'-·-
u igual«
1- 11...
1-.
'~"'" 500 mlle$
do millones o 500 1000 1500 2000 2500 3000 3500 4000
Pllrul
(mUes de millones dt d611m)(S)

89
Equilibrio renta-gasto
En todos los valores de la tabla 11-1 excepto en uno el PIB real es distinto al GAPianeado (la
suma del consumo y la inversión planeada). Por ejemplo, cuando el PIB real es 1000, el
consumo es 900 y la inversión planeada 500, de modo que el gasto agregado planeado es
1400. Esto supone que es superior en 400 al correspondiente nivel de PIB real. Ahora con-
sidere qué ocurre cuando el PIB real es 2500; el consumo es 1800 y la inversión planeada,
500. De manera que el gasto agregado planeado es 2300, 200 menos que el PIB real.
Como acabamos de explicar, el gasto planeado agregado puede ser diferente del PIB real
sólo en el caso de que en la economía se produzca inversión no planeada en existencias,
INo planMda· Analicemos la tabla 11-2, que recoge las cantidades de PIB real y de gasto agre-
gado planeado de la tabla 11-1 y además el nivel de inversión no planeada en existencias,
INo planeada• que surge de cada combinación de PIB real y gasto agregado planeado. Por
ejemplo, si el PIB real es 2500, el gasto agregado glaneado es tan sólo de 2300. Esta dife-
rencia en 200 tiene que ser una inversión no planeada en existencias positiva, que se pro-
duce únicamente si las empresas han sobrestimado las ventas y han producido en exceso,
provocando incrementos no planeados de las existencias. Generalizando, cualquier nivel
de PIB que exceda de 2000 refleja una situación en la que las empresas producen más de
lo que los consumidores y las otras empresas quieren comprar, provocando un aumento
no intencionado de existencias.
A la inversa, un nivel de PIB real inferior a 2000 implica que el gasto agregado pla-
neado es mayor que el PIB real. Por ejemplo, cuando el PIB real es 1000, el gasto agre-
gado planeado es mucho mayor y alcanza los 1400. Que el gasto planeado agregado
sobrepase el nivel de PIB en 400 corresponde a una inversión no planeada en existen-
cias negativa de -400. Generalizando, un nivel de PIB por debajo de 2000 implica que
las empresas han subestimado las ventas y se ha producido una inversión no planeada
en existencias negativa.
Si analizamos conjuntamente las ecuaciones 11-5, 11-6 y 11-9, podemos plantear la
relación que existe entre PIB real, gasto agregado planeado e inversión no planeada en
existencias:

(11-11) PIB • e+ I
- e + IPianMda + INo planeada
= GAPianeado + INo planeado

De modo que cuando el PIB real excede el GAPianMdo• la INo planeada es positiva, mientras
que si el PIB real es inferior al GAPianeado• la INo planeada es negativa.
Sin embargo, las empresas actuarán para corregir sus errores: reducirán la producción
si han registrado un incremento no planeado en sus existencias y la aumentarán si han
disminuido de forma imprevista. En última instancia estas respuestas neutralizarán los
cambios imprevistos en las existencias y harán que la economía vuelva a 4!1a situación en
la que el PIB real coincida con el gasto agregado planeado. Siguiendo con el mismo ejem-
plo, si el PIB real es 1000, la inversión no planeada negativa hará que las empresas aumen-
ten la producción, provocando un incremento del PIB real. De hecho, esto ocurrirá
siempre que el PIB sea inferior a 2000, es decir, mientras que el PIB real sea inferior al
gasto agregado planeado. Por el contrario, si el PIB es 2500, la inversión no planeada posi-
tiva llevará a las empresas a reducir la producción, provocando una caída del PIB real. Esto
ocurrirá siempre que el PIB real sea mayor al gasto agregado planeado.

90
La única situación en la que las empresas no tienen motivo para variar la producción
es cuando el PIB real coincide con el gasto agregado planeado, lo que se conoce como
equilibrio renta-gasto. En la tabla 11-2, tal equilibrio se alcanza cuando el PIB real es
2000, el único nivel de PIB en el que la inversión no planeada es cero. A partir de ahora,
denotaremos el nivel de PIB real en el que se produce el equilibrio renta-gasto como Y* y
le llamaremos PIB del equilibrio renta-gasto.
En la ilustración 11-9 de la página 284 se ilustra de forma gráfica el concepto de equi-
librio renta-gasto. En el eje de abscisas aparece el PIB real y en el eje de ordenadas el gasto
agregado planeado, GAPian~ado· Hay dos rectas en el gráfico. La recta continua es el gasto
agregado planeado y muestra de qué manera dicho gasto planeado, es decir, C + IPian~ada•
depende del PIB real. Tiene una pendiente de 0,6, igual a ·PMC, y corta con el eje vertical
llurtrad6n 11-9

(qullfbrio renta-gasto
.."""'
'"9011. 40110
O~litlrio rti'W_.,sto M MC~J tri l. t( tnndo, )~

PIB real G A - r,.,_,_ P'JntD 111 !l que C. IWrtl dr psto 19~


~==:;.:;~:e~~~~&.
(•11 •lln~lleM~
dt~ltK)(l) )000
(en mflls de mfUones de dMIIes) Ot t11lllolles ctt clóbm M~.oWt. y u tt 6nic:o
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500 1100 -QOO a.lrw~f\tOn no


l,.,.,....,tt
pi,.""*"" n•~\el'lcl.M.
cCf'O. nttm.... tlt na
)9u.M~

. . ~libriO """"" fl~tet. l'" A nalf~P'tt


1000 1400 -400 ni....Cd•Pie~.l~.r·.~ ,,
""}'}filfJire.... (.,c:CMt~.a.•nwr
1500 1700 - 200 t;l~ll ftO plntdltft cxh.llnáts ft ~v¡
, ,
2000 o
'1 1.111 ~mpondrft~Y,....
Md6n. A c:ültq~Aw n•llll di Pll ... l4tPif\Of
• )'", tiPJIUb ~~tmr•l r..,....,.... , ,,
2500 2300 200 &a lnven.o~~ N pl.INH.t ti\ t.ktitHC\M. 100 1000 1!00 1(100 1100 lOOO )'00 4000 Pll ,..,
poJI~ )' ..,
3000 2600 400 ..... ....,_¡, ........
,.,......,. "
6oo
tiiJWf'IM"'"'"
iiiO... ~. (111 M1tllcH JlllUO...S H d4a..t)(l)

3500 2900 600

en A+ !Planeada (300 + 500 = 800) . La recta discontinua que parte


desde el origen con una pendiente de 1 (a menudo llamada recta
de 45 grados) muestra todos los puntos en los que el gasto pla-
neado agregado coincide con el PIB real. Esta recta nos permite
distinguir con facilidad el punto de equilibrio renta-gasto, que
debe encontrarse sobre ambas rectas, la recta de 45 grados y la del
gasto agregado planeado. De manera que el punto de equilibrio
renta-gasto está en E, punto de corte de ambas rectas, y el PIB de
equilibrio renta-gasto, Y*, es igual a 2000 (el mismo resultado
que obtuvimos en la tabla 11-2).
Ahora considere qué ocurre si la economía no se encuentra en
el equilibrio renta-gasto. Podemos apreciar en la ilustración 11-9
que cuando el PIB es inferior a Y*, la recta del gasto planeado
agregado se encuentra por encima de la recta de 45 grados y el
gasto agregado planeado excede al PIB real. En esta situación,
!No planeada es negativa: como se muestra en la ilustracíón, si el PIB
real es 1000, INo planeada es -400. En consecuencia, el PIB aumen-
tará. Sin embargo, cuando el PIB es superior a Y*, la recta del
gasto planeado se encuentra por debajo de la recta de 45 grados.
En ese caso, !No planeada es positiva: como se puede ver, si el PIB
real es 2500, INo planeada es 200. El acopio no planeado de exis-
tencias provoca una caída del PIB real.
El tipo de diagrama de la ilustración 11-9, que sitúa el equili-
brio renta-gasto en el punto en el que la recta del gasto agrega-
do planeado corta la recta de 45 grados, ocupa un lugar especial
en la historia del pensamiento económico. Se conoce como la

91
cruz keynesiana y fue desarrollada por !Paul Samuelson (uno de los mejores economis-
tas del siglo xx y galardonado con un premio Nobel) para explicar el pensamiento eco-
nómico de John Maynard Keynes, el fundador de la macroeconomía tal como la
entendemos hoy en día.

!La paradoja del ahorro Quizás recuerde que en el capítulo 6 mencionamos la


paradoja del ahorro para ilustrar el hecho de que, en macroeconomía, el resultad!o de
muchas acciones individuales puede ser diferente y peor al resultado de la suma de
dichas acciones individuales. En la paradoja del ahorro, hogares y empresas recortan su
gasto, anticipándose así a un futuro económico adverso. Estas acciones deprimen la eco-
nomía, dejando a hogares y empresas peo-r de lo que estarían si no hubieran actuado de
manera virtuosa (prepararse para tiempos peores). Se dice que es una paradoja porque
lo que de forma habitual es "bueno" (ahorrar para poder mantener a su familia en tiem-
pos malos) se vuelve "malo" (porque puede provocar un empeoramiento en la situación
general).
Utilizando el multiplicador, podemos saber con exactitud cómo se desarrolla esta situa-
ción. Comienza con una caída del consumo, de la inversión o de ambos, que a su vez pro-
voca una caída del PIB de equilibrio renta-gasto que es varias veces mayor a la caída inicial
del gasto. La disminución del PIB real provoca un empeoramiento más grave de la situa-
ción de hogares y empresas que el que se habría producido si éstos no hubieran reducido
el gasto. Es más, un comportamiento consumista se hubiera visto recompensado: si con-
sumidores y empresas hubieran aumentado el gasto, el proceso multiplicador resultante
habría incrementado el PIB de equilibrio renta-gasto varias veces más que el aumento ini-
cial del gasto. De modo que un gasto pródigo habría mejorado más la situación de consu-
midores y empresas que un gasto prudente.
Es importante percatarse de que al decir que el multiplicador es 1/(1- PMC) estamos
basándonos en nuestro modelo económico simplificado, en el que no hay impuestos ni
transferencias y por ello la renta disponible es igual al PIB real. En el apéndice del capítu-
lo 12 incluimos los impuestos en el modelo, lo que complica la expresión del multiplica-
dor y hace que sea inferior. Sin embargo, el principio general que acabamos de aprender
:sigue siendo válido, es decir, un cambio autónomo del gasto agregado planeado hace variar
el PIB de equilibrio renta-ga:sto, Y*, tanto de forma directa como a través de los cambios
inducidos en el consumo.
Como ya hemos señalado con anterioridad, las caídas de la inversión planeada son
en general el principal factor desencadenante de las recesiones. Históricamente, han
sido la mayor fuente de disminuciones autónomas del gasto agregado. La tendencia de
la función de consumo a desplazarse gradualmente hacia arriba a lo largo del tic:mpo

111AIM:IIII:Ia11111jJ;IIglllgl•lltllWIDI
1. A pesar de que los economistas creen que las recesiones se originan a partir de una caída de la
inversión, también afirman que el consumo acabará cayendo durante la recesión. Explique por qué.
2. a. Utilice un diagrama como el de la ilustración 11-10 para ilustrar lo que sucede cuando se produ-
ce un descenso autónomo del gasto agregado. Describa el proceso de regulación de la economía
para alcanzar un nuevo equilibrio renta-gasto.
b. Suponga que Y* inicial es 500 miles de millones de dólares, la disminución autónoma del gasto
agregado planeado es 300 millones y PMC = 0,5. Calcule Y* tras dicha disminución del gasto.

92
La política fiscal - -12
E N 1998 EL ESTADO JAPONÉS CONCLU-
yó la construcción del puente colgan-
te más largo del mundo, que une la
isla de Awaji con la ciudad de Kobe. Este puen-
te mide 3911 metros y costó 7300 millones de
países que tratan de gestionar la demanda agre-
gada utilizando políticas fiscales discrecionales
y también los que modifican los impuestos con
el mismo objetivo. En ocasiones reducen los
impuestos en un intento de estimular la eco-
dólares. Sin embargo, como los más escépticos nomía o los suben cuando consideran que la
predijeron, en general soporta muy poco tráfi- demanda agregada es demasiado fuerte.
co, unos 4000 vehículos diarios. En compara- En este capítulo veremos de qué manera
ción, 300 000 automóviles cruzan a diario el encaja la política fiscal discrecional en el
puente Verrazano, el puente colgante más largo modelo de las fluctuaciones a corto plazo que
de los Estados Unidos, que une Staten Island estudiamos en el capítulo 10. Veremos de qué
con Brooklyn, en la ciudad de Nueva York. forma los cambios deliberados del gasto públi-
En Japón, este tipo de gasto es habitual. co y de las políticas impositivas afectan al PIB
Durante los noventa, el Estado japonés gastó real. También veremos de qué manera pueden
unos 1,4 billones de dólares en infraestructuras ayudar a estabilizar la economía aquellas varia-
entre las que aparecían varios proyectos de ciones de la recaudación tributaria motivadas
dudosa utilidad. Sin embargo, el principal
propósito de este gasto en construcción no
era crear unas infraestructuras necesarias
sino tratar de sostener la demanda agregada.
Durante los noventa, el Estado japonés
construyó puentes, presas, carreteras, rom-
peolas e incluso estacionamientos como
forma de luchar contra las caídas de la
demanda agregada, que de manera persis-
tente se mantenía por debajo de lo espera-
do. El uso que el Estado japonés hizo del
gasto en Infraestructuras como forma de En los años noventa la construccíón del puente
estimular la economía es un ejemplo de Akashi Kaikyo formaba parte de los esfuerzos del Estado
japonés por sostener la demanda agregada.
política [!Sea! discrecional, es decir, aquella
que utiliza de forma deliberada el gasto público por las fluctuaciones a corto plazo del PIB, que
o el sistema impositivo como herramienta de son una respuesta automática que se produce
gestión de la demanda agregada. Aunque a sin que se hayan tomado decisiones deliberadas
menor escala, también en los Estados Unidos de polftica fiscal. Concluiremos el capítulo
se ha intentado esta técnica para salir de una estudiando Las consecuencias a largo plazo de la
recesión económica. De hecho, son muchos los deuda pública y del déficit presupuestario.

93
Politica fiscal: nodones básicas
Empecemos por lo evidente: los Estados actuales recaudan y gastan cantidades muy impor-
tantes de dinero. En la ilustración 12-1 se muestra el gasto público y la recaudación tri-
butaria del año 2003 (expresados en porcentaje del PIB) de una serie de países
desarrollados. Como puede ver, el sector público sueco es relativamente grande y repre-
senta cerca del 60% de la economía sueca. El Estado americano, aunque de menor tamaño
que el canadiense o que la mayoría de los europeos, tiene sin embargo un papel conside-
rable v es uno de los principales actores de la economía estadounidense. Variaciones del
presupuesto federal (como pueden ser cambios del gasto público o del
sistema impositivo) pueden tener efectos significativos en la econo-
mía del país.
Para analizar dichos efectos, empezaremos por mostrar cómo los
impuestos y el gasto públíco afectan al flujo de ingresos de una eco-
nomía. Acto seguido, veremos cómo las variaciones del gasto y de los
impuestos afectan a la demanda agregada.

Impuestos, gasto público en bienes y servicios,


transferendas y empréstitos públicos
En la ilustración 7-1 mostrábamos el flujo circular de ingresos y gas-
tos del conjunto de la economía. Uno de los sectores representados en
dicha ilustración era el Estado. Los flujos entran en el Estado en forma
de recaudación impositiva y de empréstitos públicos y salen en forma
de gasto público en bienes y servicios y de transferencias a los hogares.
¿cuáles son los impuestos que pagan los estadounidenses y dónde
van a parar? En la ilustración 12-2 se muestra la composición de la
recaudación impositiva estadounidense del año 2004. Los impuestos,
evidentemente, son pagos obligatorios que se hacen al Estado. En los
Estados Unidos, a nivel nacional, los impuestos los recauda el gobier-
no federal. A nivel de los estados, el gobierno de cada estado, y a nivel
local, los condados, ciudades y municipios. A nivel federal, los
impuestos principales son los impuestos sobre la renta de las perso-
nas físicas y los beneficios empresariales, así como las cotizaciones a la
Seguridad Social, que explicaremos en breve. A nivel de los estados y a

94
nivel local, la cosa se complica ya que a estos niveles el gasto público se
financia con una combinación de impuestos sobre ventas, impuestos
sobre la propiedad, impuestos sobre la renta y tasas de muy diversa índo-
le. De manera global, en el año 2004 los impuestos sobre la renta de las
personas físicas y los beneficios empresariales alcanzaron el 43% de la
recaudación tributaria total. Las cotizaciones a la Seguddad Social repre-
sentaron el28% y los otros impuestos (que se recaudan sobre todo a nivel
de los estados y a nivel local) el 29% restante.
En la ilustración 12-3 se muestra la composición del gasto púb lico
estadounidense para el año 2004. Este gasto es de dos tipos: uno es la
compra de bienes y servicios, que incluye cualquier adquisición, desde
las municiones del ejército hasta los salarios del profesorado de la
escuela pública (que en la contabilidad nacional son una partida de
proveedores del servicio "educación") . Las partidas más importantes
son defensa y educación. La categoría "Otros bienes y servicios" agru-
pa el gasto de los estados y gasto local en un amplio abanico de servi-
cios, como policía, bomberos, construcción y mantenimiento de vías
públicas, etc.
El segundo tipo de gasto público son las transferencias, que son los
subsidios que paga el Estado a los hogares sin que haya una contrapar-
tida de bienes y servicios de ningún tipo. En la economía actual de los
países occidentales, las transferencias representan una parte importan-
te del presupuesto. En los Estados Unidos, la mayor parte del gasto
público en trasferencias corresponde a tres programas.
• La Seguridad Social (sólo incluye el sistema de pensiones), que garanti-
za los ingresos de jubilados y discapacitados, y de sus cónyuges e hijos
dependientes en caso de fallecimiento del beneficiario.
• Medicare, que cubre buena parte del coste sanitario de las personas mayores de 65 años.

• Medicaid, que cubre buena parte del coste sanitario de las personas con dificultades
económicas.
El término Seguridad Social se usa para describir aquellos programas públicos cuya
misión es proteger a las familias de las dificultades económicas. Esto incluye pensiones de
jubilación y discapacidad y servicios sanitarios (Medicare y Medicaid). En los Estados
Unidos estos servicios se pagan a través de impuestos específicos sobre los salarios, que son
las cotizaciones a la Seguridad Social que mencionamos antes.
Sin embargo, ¿de qué manera afectan la política impositiva y el gasto público a la eco-
nomía? La respuesta es que ambos tienen una gran influencia sobre el gasto agregado total
de la economía.

95
El presupuesto público y el gasto total
Recordemos la ecuación básica de la cohtabilidad nacional:
(12-1) PIB = C + I + G +X - IM

A la izquierda del igual aparece el PIB, el valor de todos los bienes y servicios finales pro-
ducidos en la economía. A la derecha del igual aparece el gasto agregado, es decir, el gasto
total en bienes y servicios producidos en la economía. El gasto agregado es la suma del
consumo privado (C), la inversión (I), el gasto público en bienes y servicios (G) más la
diferencia entre el valor de las exportaciones (X) y el de las importaciones (IM). Incluye
pues todas las fuentes de demanda agregada.
En la ecuación 12-1, el Estado controla de forma directa una de las variables a la dere-
cha del igual: el gasto público en bienes y servicios (G). Sin embargo, éste no es el único
efecto que la política fi scal tiene sobre el gasto agregado del conjunto de la economía.
Mediante modificaciones en los impuestos y las transferencias, también influye sobre el
consumo (C) y, en ciertos casos, sobre la inversión (!).
Para entender por qué el presupuesto afecta al consumo privado, recordemos el con-
cepto de renta disponible, que es la renta total de la que disponen las familias para dedi-
carla al gasto y que es igual a los ingresos totales que reciben en forma de salarios,
dividendos, intereses y arrendamientos, más las transferencias meno.s los impuestos. Así
pues, tanto un incremento de los impuestos como una disminución de las transferencias
reducen la renta disponible. Y si las demás variables permanecen constantes, una dismi-
nución de la renta disponible provoca una disminución del consumo. A la inversa, tanto
una reducción de los impuestos como un aumento de las transferencias aumentan la renta
disponible. Y si las demás variables permanecen constantes, un aumento de la renta dis-
ponible provoca un incremento del consumo.
La capacidad del Estado para modificar la inversión es bastante más compleja y no
vamos a entrar en detalles ahora (puede leer la sección "Para mentes inquietas" más arri-
ba). La idea básica es que existen impuestos sobre el beneficio de las empresas y que cam-
bios en las normas que determinan la suma que debe pagar una empresa pueden modificar
los incentivos que tiene dicha empresa para realizar gastos de inversión.
Dado que el Estado es en sí mismo una fuente de demanda agregada y debido a que los
impuestos y las transferencias tienen la capacidad de afectar al gasto de empresas y con-
sumidores, el Estado puede utilizar las modificaciones en impuestos y trasferencias para
desplazar la curva de demanda agregada. Por ejemplo, el Estado japonés ha gastado billones
de dólares en su intento de aumentar la demanda agregada. El ingente gasto en infraes-
tructuras que desarrolló Japón en los noventa con el objeto de sostener la economía es un
ejemplo clásico de política jisall, que se define como la utilización de los impuestos, las
transferencias o el gasto público en bienes y servicios con objeto de estabilizar la econo-
mía mediante un desplazamiento de la curva de demanda agregada.

llustradón 12-4
Hlvel dt
La polftlca fiscal expansiva puede acabar con predos
una recesión ogregodo LRAS

En e-l punto ( 1 la Kooomfa se: encuenttl tn tqvllibrio macroeco·


nómico a corto p(¡to, tn ~l que Ll curva de demanda agrt91da DA 1
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96
Polftica fiscal expansiva y contractiva
lPor qué razones querría un Estado desplazar la curva de demanda agregada? Porque desea
acabar con una recesión, que surge cuando la producción agregada cae por debajo de la
producción potencial, o para acabar con una brecha inflacionista, que aparece cuando la
producción agregada excede la producción potencial.
En la ilustración 12-4 se muestra el ejemplo de una economía durante un periodo de
recesión. SRAS es la curva de la oferta agregada a corto plazo, LRAS es la curva de la ofer-
ta agregada a largo plazo y DA1 es la curva de demanda agregada inicial. En el punto de
equilibrio macroeconómico inicial a corto plazo, E1 , la producción agregada es Y1 y está
por debajo de la producción potencial Yp. Lo que desearía el Estado es incrementar la
demanda agregada, desplazando la curva de demanda agregada hacia la derecha, de DA1 a
DA 2 , lo cual aumentaría la producción agregada, igualándola a la producción potencial.

Se denomina política fiscal expansiva a la política fiscal que aumenta la demanda agre-
gada y normalmente toma una de las tres formas siguientes:
• Un incremento del gasto público de bienes y servicios, como la decisión japonesa de
acometer un programa de construcción de infraestructuras de enormes proporciones.

• Una reducción de los impuestos, como la llevada a cabo en los Estados Unidos en 2001.

• Un incremento de las transferencias, como los subsidios por desempleo.


En la ilustración 12-5 se muestra el caso contrario, el de una economía durante una
brecha inflacionista. De nuevo, SRAS es la curva de la oferta agregada a corto plazo, LRAS
es la curva de la oferta agregada a largo plazo y DA1 es la curva de demanda agregada ini-
cial. En el punto de equilibrio macroeconómico a corto plazo inicial, E1 , Y1 , la producción
agregada, es mayor que la producción potencial Yp. Como veremos en los próximos capí-
tulos, los responsables de política económica a menudo tratan de frenar la inflación eli-
minando las brechas inflacionistas. Para eliminar la brecha que se muestra en la ilustra-
ción 12-5 la política fiscal tiene que reducir la demanda agregada, desplazando la curva de
demanda agregada hada la izquierda hasta DA2 . Este desplazamiento reduce la producción
agregada y la iguala a la producción potencial. Se denomina política fiscal contractiva a
la política fiscal que reduce la demanda agregada y es el tipo de política opuesta a la polí-
tica fiscal expansiva. En la práctica se consigue mediante una disminución del gasto públi-
co en bienes y servicios, un aumento de los impuestos o una disminución de las
transferencias. En 1968 se produjo en los Estados Unidos un ejemplo clásico de política
fiscal contractiva. En aquella época los responsables políticos estaban preocupados por la
inflación creciente. El presidente Lyndon Johnson impuso un recargo temporal del 10%
sobre el impuesto sobre la renta (el impuesto sobre la renta de todos los contribuyentes
aumentó en un 10%). También trató de reducir el gasto público, que había aumentado de
forma espectacular debido al coste de la guerra de Vietnam.
@luMR3114:1411!ellt!J*U*IolateltAI
t. En cada uno de los casos siguientes, decida si se trata de una polftica fiscal expansiva o contractiva.
a. Se cierran varias bases militares del pafs, que en su conjunto emplean a decenas de miles de
personas.
b. Se alarga la duración del subsidio de desempleo.
c. Sube el impuesto federal sobre los carburantes.
2. Explique por qué motivos la ayuda federal en caso de catástrofe, que desbloquea rápidamente fon-
dos destinados a las víctimas de desastres naturales (huracanes, inundaciones o pérdidas de las
cosechas), será más eficaz en la estabilización de la economía que si tras cada catástrofe las ayu-
das tuvíeran que aprobarse por ley.

97
llustrad6n 12· 5
La política fiscal contractiva puede acabar con
una brecha inflacionista
En el punto f 1 la economfa se tneuentra t l ~uitibrio mu:ro«o-
nt6mico a corto ptuo. tn tl qut ~ curva dt dema.ndi agrtg1d1
IM, cofta a 1> curva SRAS. En E, hay una brecha inftadonista,
Y, - r,. Una polltica fiscal contJactiva (una reducción del gasm
Í'P, t
pllblico, una subida de: tos impuestos o una disminución de W
transferencias), dt>plua lA rurva d<t domonda agrogada hacia lA
Izquierda. Ali, put df wNr con 1.1 bncha lnfladonlstJ al do!·
plan r La cum de DA 1 1 DA2 y alc.ann.r un nuevo punto de equl-
ti bño m~<roecon ómlco a corto p!Alo, E1, que ts tombttn tl
puniD da equitibño ~N<roocon6mlco 1 torgo p!Alo. .........

La politica fiscal y el multipt;cador


Una política fiscal expansiva, como el programa nipón de obras públicas, desplaza la curva
de demanda agregada hacia la derecha. Una política fiscal contractiva, como el recargo
impositivo de Lyndon Johnson, desplaza la curva de demanda agregada hacia la izquierda.
Sin embargo, a los responsables de politica económica no les basta con saber el sentido del
desplazamiento: necesitan además calcular cuánto se va a desplazar la curva en respuesta
a una determinada medida. Para realizar este cálculo, se basan en el concepto del multi-
plicador, del que ya hablamos en el capítulo 10.

El efecto multiplicador del incremento del gasto público


en bienes y servidos
Suponga que el Estado decide gastar 50 000 millones de dólares en obras públicas. Esta
medida aumentará de forma directa el gasto total en bienes y servicios por valor de 50 000
millones de dólares. Sin embargo, como vimos en el capítulo 10, también provocará un efec-
to indirecto, pues dicho gasto iniciará una reacción en cadena en el conjunto de la econo-
nustrad ón 12-6 lllwl de
prKios
El efecto multiplicador de un incremento og'*do
del gasto público en bienes y servid os
Un incromento del gas!D publico en b~nes y "'MCios por
valor de SO 000 miUones dE dólares tiene un efecto directo
sobre la curva de dem¡nda agregada y 1> desplaza a li dere·
cha por valor de SO 000 mitlo•es de d6larts. Sin tmbargo,
las consecuencias no aeaNn ahl. El aumento ~1 PIB provo-
ca un incremento de la renta disponible, que a su .,., induce
un aumtnto del consumo, que a tu vez genera un nuevo
incremtnto del PIS, que de nuevo provoca un oumento del
consumo, y ul tndofinid¡mente. El despl>zam~nto finaL de
r, r, Pll real
ftterriMI1tD ltJCflfMf!ID
DA, a DA,, es una cifra múltiplo delaumenlo dtl gasto
rnraot- 50 000 utr,;, - lsODO
público de bienes y srrvicios inícl.lt. millorra do d614ros ,.,,lloncsded61oi'CI

mía. Las empresas que producen los bienes y servicios que compra el Estado ingresarán flu-
jos monetarios que a su vez fluirán hacia los hogares en forma de salarios, dividendos, inte-
reses y arrendamientos. El incremento de la renta disponible de los hogares conllevará un
aumento del consumo. A su vez, el aumento del consumo será un incentivo para que las
empresas incrementen su producción, lo que a su vez provocará un nuevo aumento de la
renta disponible, que aumentará de n uevo el consumo, y así sucesivam ente.
En el capítulo 10 presentamos el concepto del multiplicador: el cociente entre la varia-
ción del PlB real provocada por un cambio autónomo del gasto agregado y dicho cambio
autónomo del gasto agregado . Vimos que en el caso más sencillo el multiplicador es
1/(1 - PMC) . (No hay impuestos ni comercio exterior, con lo que cualquier variación del
PIB real repercute en su totalidad sobre los hogares, y el nivel de precios y el tipo de inte-

98
rés son fijos.) No olvide que PMC es la propensión marginal al consumo, es decir, la frac-
ción de una unidad monetaria de renta disponible adicional que se dedica al consumo. Por
ejemplo, si PMC es 0,6 el multiplicador es 1/(1 - 0,6) = 1/ 0,4 = 2,5.
Un incremento del gasto público en bienes y servicios es un ejemplo de aumento autó-
nomo del gasto agregado y su efecto se ilustra en la ilustración 12-6. Dado un multiplica-
dor de 2, 5, un incremento del gasto público en bienes y servicios (G) por valor de 50 000
millones de dólares desplazará la curva AD hacia la derecha, de DA1 a DA2 , y dicho des-
plazamiento equivaldrá a un incremento de 125 000 millones de dólares del PIB real, a un
nivel agregado de precios, P*. De los 125 000 míllones de dólares, 50 000 millones de
dólares son el efecto inicial del aumento de G y los 75 000 millones restantes son el efec-
to inducido provocado por un aumento del consumo.
¿Qué ocurriría si, por el contrario, disminuyera el gasto público en bienes y servidos? El
razonamiento matemático es el mismo, con la excepción del signo menos que hay que colo-
car delante: si el gasto público en bienes y servicios disminuye en 50 000 millones de dóla-
res y PMC es 0,6 la curva DA se desplazará hacia la izquierda por valor de 125 000 millones
de dólares.

El efecto multiplicador de una variación de Las transferencias


y de los impuestos
La política fiscal, sea expansiva o contractiva, puede ponerse en práctica no sólo median-
te la variación del gasto público en bienes y servicios que acabamos de ver, sino también
mediante la modificación de las transferencias y los impuestos. Sin embargo, y de forma
general, una variación de las transferencias o de los impuestos provoca un desplazamien-
to de la curva de demanda agregada de menor magnitud que el generado por una varia-
ción de igual importe del gasto público en bienes y servicios.
Para entender el motivo, imaginemos que en lugar de gastar 50 000 millones de dóla-
res en obras públicas, el Estado aumenta en 50 000 millones de dólares las transferencias.
En este caso, no se produce un efecto directo sobre la demanda agregada como el provo-
cado por el gasto púiblico en bienes y servicios. El PIB real sube porque los hogares dedican

al consumo parte de ese dinero. ¿cuánto gastarán? Puesto que la transferencia de 50 000
millones de dólares aumenta la renta disponible, los hogares aumentarán su consumo en
PMC x 50 000 millones. Si como en el caso anterior, PMC = 0,6 el incremento en el con-
sumo será de 30 000 millones de dólares (0,6 x 50 000 millones de dólares). Al igual que
un incremento del gasto público en bienes y servicios, este primer aumento del consumo
provocará una serie de secuencias posteriores en las que el PIB real, la renta disponible y
el consumo también aumentarán. En este ejemplo, aunque la transferencia le cuesta al
Estado la misma suma que el incremento del gasto público de bienes y servicios, el incre-
mento autónomo del gasto agregado producido por la transferencia, es decir, 30 000
millones de dólares, es inferior al incremento autónomo producido por el incremento del
gasto público en bienes y servicios (50 000 millones de dólares) y el efecto total sobre el
PIB real también será menor. En general, una unidad monetaria gastada en transferencias
incrementará el PIB en PMC/(1- PMC) unidades, una cantidad inferior al multiplicador
de los incrementos en gasto público de bienes y servicios, que es 1/(1 - PMC). Por ejem-
plo, si PMC es 0,6 una unidad monetaria gastada en transferencias de renta aumenta el
PIB en 0,6 /(1- 0,6) unidades, mientras que un incremento de una unidad monetaria en
gasto público de bienes y servicios aumenta el PIB real en 1/(1 - 0,6) unidades.
Una bajada de impuestos tiene un efecto semejante al de las transferencias ya que
aumenta la renta disponible, lo que conlleva una serie de aumentos sucesivos del consu-
mo. Sin embargo, el efecto total es menor que el provocado por un incremento de igual
volumen del gasto público en bienes y servicios: el incremento autónomo en el gasto agre-
gado es menor porque los hogares dedican al ahorro una parte del recorte de impuestos.

99
Son numerosos los economistas que opinan que esta disminución del multiplicador que
provocan los impuestos es positiva. En el capítulo. lO, vimos que la mayoría de las recesiones
económicas, aunque no todas, es producto de una perturbaci6n de demanda negativa. El mismo
mecanismo que hace que la recaudación tributaria se incremente durante una expansión
también la hace disminuir cuando la economía se contrae. Puesto que los ingresos impositi-
vos disminuyen cuando el PIB real cae, los efectos de las perturbaciones de demanda negati-
vas son menores que si no existiera el efecto de los impuestos. La caída de la recaudación
tributaria reduce el efecto negativo de la caída inicial de la demanda agregada. Al disminuir la
suma que los hogares pagan en impuestos, el descenso automático de la recaudación provo-
cado por la disminución del PIB real actúa de la misma manera que si se pusiera en marcha
automáticamente una política fiscal expansiva para frenar la recesión. Tam~ién, cuando la
economía crece el Estado de forma automática aumenta la recaudación tributaria, es decir,
pone en marcha una política fiscal contractiva. Se denominan estabilizadores automáticos
al gasto público y a las normas impositivas que tienen un efecto de política fiscal expansiva
cuando la economía se contrae y restrictiva cuando la economía se expande, sin que sean
necesarías decisiones deliberadas por parte los responsables de la. política económica.
Las normas que rigen la recaudación tributaria no son los únicos estabilizadores auto-
máticos, si bien son los más importantes. Algunos tipos de transferencias también actúan
como estabilizadores. Por ejemplo, el número de personas que reciben subsidios de desem-
pleo es mayor cuando la economía está en recesión que cuando está en plena expansión.
Esto es igualmente válido en el caso de los programas de atención sanitaria para personas
con dificultades económicas y en el de los cupones de alimentos. Así pues, las transferencias
tienden a aumentar cuando la economía se contrae y a disminuir cuando la economía está
en expansión. Al igual que las variaciones de la recaudación, estas variaciones de las trans-
ferencias tienden a reducir el tamaño del multiplicador, porque la variación total de
la renta disponible que provoca una variación determinada del PIB real es menor.
Al igual que en el caso de la recaudación tributaria, son muchos los economistas
que opinan que la disminución causada por Las transferencias en el multiplicador es
positiva. De forma más general, las políticas fiscales expansivas y contractivas que
son consecuencia de los estabilizadores automáticos son consideradas como herra-
mientas eficaces en lo que respecta a la estabilización macroeconómica. ¿y qué ocu-
rre con las políticas fiscales que no son consecuencia de los estabilizadores? Las
políticas fiscales discrecionales son aquellas políticas fiscales que resultan de una
serie de medidas deliberadas acordadas por los responsables de política económica.
Por ejemplo, durante una recesión, el gobierno puede aprobar una serie de leyes por
las que se establezcan recortes de impuestos o incrementos del gasto público con
objeto de estimular la economía. El uso de políticas fiscales discrecionales para
luchar contra las recesiones y frenar las expansiones genera más controversia que el
papel de los estabilizadores automáticos.

1. Explique por qué un incremento de 500 000 millones de dólares de gasto público en bienes y servi-
cios producirá un desplazamiento mayor de la curva de demanda agregada que un incremento de
500 000 millones de dólares en transferencias.
2. Explique por qué un descenso de 500 000 miUones de dólares en el gasto público de bienes y servi-
cios producirá un desplazamiento mayor de la curva de demanda agregada que una reducción de
500 000 miUones de dólares en transferencias.

100
El saldo presupuestario
Los titulares a propósito de los presupuestos suelen centrarse en una sola cuestión: si hay
déficit o superávit y, en cada cas_o, su magnitud. En general se cree que los superávit son
buenos: cuando el gobierno federal cerró el año 2000 con un superávit nunca visto fue-
ron muchos los que vieron en este hecho un motivo de celebración. A la inversa, en gene-
ral se cree que los déficit son malos: cuando el gobierno federal cerró el año 2004 con un
déficit nunca visto fueron muchos los que vieron en este hecho un motivo de preocupa-
ción y la Casa Blanca prometió reducirlo a partir de entonces.
lCómo encajan el déficit y el superávit en el análisis de la política fiscal? lHay mon¡en-
tos en los que el déficit es algo positivo? ¿y el superávit, algo negativo? Veamos primero
las causas y las consecuencias de ambos.

El saldo presupuestario como criterio de la politica fiscal


¿Qué significa déficit y superávit? El saldo presupuestario, como vimos en el capítulo 9, es
la diferencia que existe, en un año dado, entre los ingresos públicos (es decir la recaudación
tributaria) y el gasto público tanto en bienes y servicios como en transferencias. Es decir, el
saldo presupuestario es igual al ahorro público, tal y como se define en la ecuación 12-2.
(12-2) Spúbliu> = T - G - TR
en la que T es el valor de la recaudación tributaria, G es el gasto público en bienes y ser-
vicios y TRes el valor de las transferencias. Como vimos en el capítulo 9, un superávit pre-
supuestario es un saldo presupuestario positivo y un déficit presupuestario es un saldo
presupuestario negativo.
una manera rápida y sencilla de ver si la política fiscal del momento es expansiva o con-
tractiva. Sin embargo, no pierden de vista dos razones por las que este enfoque puede lle-
var a engaño:
• Dos modificaciones distintas de la política fiscal, aún teniendo el mismo efecto sobre
el saldo presupuestario pue~n tener efectos muy distintos sobre la demanda agregada.
Como ya hemos visto, las variaciones del gasto público en bienes y servicios tienen una
mayor influencia sobre la demanda agregada que variaciones de igual importe en los
impuestos y las transferencias.

• A menudo, las variaciones del saldo presupuestario son la consecuencia, y no la causa,


de las fluctuaciones de la economía.
Para entender el segundo punto, examinemos los efectos del ciclo económico sobre el
presupuesto.

%1•Uia¡JIIil:1&11!ellf;li~iiin•II•X•IfAI
l. Cuando sus ingresos de estudiante que trabaja son bajos sus padres le ayudan con los gastos.
Cuando sus ingresos son altos sus padres esperan que contribuya a pagar la matricula y otros gas-
tos. Explique de qué manera este acuerdo tácito fu nciona como un estabilizador automático de su
actividad económica de estudiante.
2. Explique por qué los estados que establecen en sus constituciones que el presupuesto esté en equi-
librio todos los ejercicios tienen más posibilidades de sufrir fluctuaciones económicas más graves
que los estados que no imponen dicha norma. .. . .....

101
¿Tiene el presupuesto que estar en equilibrio?
Como veremos en la siguiente sección, los déficit presupuestarios crónicos pueden causar
problemas tanto al Estado como a la economía en general. Sin embargo, los políticos suelen
tener la tentación de generar déficit, ya que éste les permite satisfacer a los votantes redu-
ciendo los impuestos sin reducir a su vez el gasto público o incrementando el gasto sin tener
que subir los impuestos. En consecuencia, en ocasiones se producen intentos por parte de
los responsables políticos de imponer disciplína fiscal mediante medidas legislativas, e inclu-
so modificaciones constitucionales que prohíban al gobierno de turno acumular déficit. Este
tipo de esfuerzos suelen expresarse como el requerimiento de que el presupuesto esté en
equilibrio, es decir, que los ingresos sean iguales a los gastos en todos y cada uno de los años
fiscales. ¿Es una buena idea exigir que año a año el presupuesto esté en equilibrio?
La mayoría de los economistas no lo creen necesario. Opinan que el presupuesto ten-
dría que estar equilibrado de promedio, es decir, que tendría que permitírsele tener déficit
en los años malos y superávit en los buenos. No creen que se deba obligar al Estado a que
todos los años alcance el equilibrio, porque esto debilitaría la función como estabilizado-
res automáticos de los impuestos y de las transferencias. Como vimos en secciones ante-
riores de este capítulo, la tendencia de la recaudación tributaria a disminuir y de las
transferencias a aumentar cuando la economía se contrae ayuda a limitar la gravedad de
las recesiones. Sin embargo, la recaudación decreciente y los incrementos de las transfe-
rencias empujan el presupuesto hacia el déficit. Si el Estado se viera obligado a mantener
el equilibrio presupuestario, para hacer frente a este déficit debería establecer políticas fis-
cales contractivas que tenderían a agravar la recesión.
Aún así, los responsables de política fiscal , preocupados por los déficit excesivos, en
ocasiones opinan que son necesarias unas normas rígidas que lo prohíban o que al menos
establezcan un límite máximo. En la siguiente sección "La economía en acción" veremos
cómo la Unión Europea ha tenido grandes dificultades para reconciliar las normas sobre
responsabilidad fi scal con los problemas de la política fiscal a corto plazo.

Las consecuendas a largo plazo de la politica fiscal


El Estado japonés construyó el puente a la isla Awaji como parte de una política fiscal que
tenía por objetivo aumentar la demanda agregada. Como hemos visto, dicha medida fiscal
logró en parte sus propósitos: aunque la economía nipona experimentó una ralentización
durante los noventa, evitó caer en una grave depresión similar a la que vivieron muchos paí-
ses en Jos años treinta. Sin embargo, el hecho de que Japón tuviera grandes déficit año tras
año incomodaba a muchos observadores. En el año 2000 los economistas debatían el hecho
de si la deuda pública japonesa estaba empezando a alcanzar niveles alarmantes.
Ningún estudio sobre política fiscal puede considerarse completo si no tiene en cuen-
ta las implicaciones a largo plazo de los superávit y déficit presupuestarios, cuestión que
vamos a analizar en la siguiente sección.

Déficit, superávit y deuda


Cuando en el transcurso de un año una familia gasta más de lo que gana, tiene que obte-
ner fondos suplementarios a través de préstamos o de la venta de activos. Y si una fami-
lia pide prestado año tras año acabará acumulando una deuda enorme.
Esto también es cierto para los Estados. Con unas pocas excepciones, los Estados no
recaudan grandes sumas de dinero a través de la venta de sus activos, como por ejemplo
los parques naturales o los montes públicos. En su lugar, cuando un Estado gasta más de

102
lo que recibe a través de la recaudación tributaria, es decir, cuando tiene
déficit, casi siempre toma prestados los fondos extra. Y los Estados que
tienen déficit crónicos acaban acumulando una enorme deuda.
Para interpretar las cifras que exponemos a continuación, necesita
conocer un aspecto un tanto peculiar de la contabilidad del gobierno
federal estadounidense. Por motivos históricos, los ejercicios fiscales del
gobierno estadounidense no se ajustan al año natural. En su lugar, los
presupuestos se calculan para el año fiscal, que va del uno de octubre al
treinta de septiembre del año siguiente y que se denomina por el año
natural del año en el que acaba. Es decir, el año fiscal 2004 comenzó el
uno de octubre de 2003 y finalizó el treinta de septiembre de 2004.
Al final del año fiscal 2004 el gobierno federal estadounidense acu-
mulaba una deuda total de casi 7,4 billones de dólares. Sin embargo, parte
de esa deuda representaba partidas contables especiales que especifican
que el conjunto del gobierno federal debe fondos para ciertos programas
estatales, sobre todo a la Seguridad Social. Hablaremos de dichas partidas
más adelante. Sin embargo y de momento, centrémonos en la deuda
pública: aquella deuda estatal cuyos propietarios son particulares e insti-
tuciones privadas. A finales del año fiscal 2004 la deuda pública del
gobierno federal era de "sólo" 4,3 billones de dólares, o un 37% del PIB.
Si incluimos la deuda de los estados y las entidades locales, la deuda públi-
ca total ascendía al 44% del PIB. En la ilustración 12-10 se compara, para
el año 2003, el coeficiente de la deuda estadounidense con respecto al PIB
con los coeficientes de otros paises desarrollados. En dicho año el nivel de
deuda era más o menos el habitual.

Los déficit y la deuda en la práctica


En la ilustración 12-11 se muestra la j!Volución del déficit y de la deuda del gobierno fede-
ral estadounidense desde 1939. En la gráfica (a) se muestra el déficit expresado como por-
centaje del PIB. Como puede ver, el gobierno federal tuvo grandes déficit durante la 11
Guerra Mundial. Tras la guerra y durante un corto periodo de tiempo tuvo superávít, pero
desde entonces y de forma habitual ha tenido déficit, sobre todo a partir de los ochenta,
lo que resulta contradictorio con la idea de que los Estados deben compensar el déficit de
los malos años con el superávít de los buenos.
Sin embargo, en la gráfica (b) se ve que dichos déficit no han provocado una deuda
galopante. Para evaluar la capacidad de los Estados para pagar la deuda a menudo se uti-
liza el coeficiente de la deuda con respecto al PIB qúe mide la deuda pública como
porcentaje del PIB. Se utiliza este indicador, en lugar de simplemente observar el volumen
de la deuda, porque el PIB, al medir el tamaño del conjunto de la economía, es un buen
indicador de la recaudación tributaria potencial que puede alcanzar un país. Si la deuda
pública crece más despacio que el PIB, la carga de pagar dicha deuda está en realidad dis-
minuyendo en relación con la recaudación tributaria potencial.
Lo que vemos en la gráfica (b) es que, aunque la deuda federal ha aumentado casi todos
los años, el coeficiente de la deuda con respecto al PIB disminuyó durante los treinta años

103
Uustruión 12-11 El déficit y la deuda fedel'ill de los Estados Unidos
(a) El difldt ft<lttalutldounldtnw dt<clo 1939 (b) El coeficiente clo lo.....,. Htoclouoiclonw""'
10$p<d8 a l l ' l l - 1939
Défidt
Deudo público
presupuestario
(%d•l Pll)
(% dll Pll)
3~ 110
30 100
2S
20 80
1S 6(1
10 40
lO
S 1 1 1 1 1 1 1

........":/' ~~ ~~ ....~"' ......~ ......<f' ~#


AAo Año
que siguieron a la II Guerra mundial. Esto demuestra que el coeficiente de la deuda con
respecto al PIB puede disminuir aunque la deuda aumente en términos absolutos, siempre
y cuando el PIB crezca más deprisa que dicha deuda. En la sección "Para mentes inquie-
tas" de la página 312, que trata sobre la considerable deuda que el gobierno de los Estados
Unidos acumuló durante la 11 Guerra Mundial, se explica de qué manera, en ciertas oca-
siones, el crecimiento y la inflación permiten a un país que mantiene déficit crónicos
tener sin embargo un coeficiente de la deuda con respecto al PIB menguante.
Ahora bien, un Estado que de manera crónica genere grandes déficit tendrá un coefi-
ciente de la deuda con respecto al PIB creciente si dicha deuda crece más deprisa que el PIB.
En la gráfica (a) de la ilustración 12-12 se muestra el déficit presupuestario japonés como
porcentaje de su PIB y la gráfica (b) muestra el coeficiente de la deuda japonesa con respec-
Ilustración 12-12 Défidt y deuda japoneses
(b) El c..fldonto do lo devda ¡.pon... """
(a) El dófl<lt p,.supu•stario J•ponis desde 1991 respecto •1 Pll desdo 1991
Oéfldt Dt<lda pública
presupuestario (% dtl PIB)
('ro del P18)
20 90
80
15
70
10 60
50
4.0
30
zo
10
LJ---L----~--~-----J

~.........."'..... ....<fl" ......"'"' {'.....

to al PIB, en ambos casos a partir de 1991. Como ya hemos dicho, Japón comenzó a gene-
rar grandes déficit a principios de los noventa, consecuencia de sus esfuerzos por sostener la
demanda agregada a través del gasto público. Esto ha conducido a un rápido aumento del
coeficiente de la deuda con respecto al PIB. Por dicho motivo, algunos analistas han empe-
zado a expresar su inquietud con relación a la salud fiscal a largo plazo del estado japonés.

UN PAS1l ADEUtHE'
La política fiscal no es la única medida que los gobiernos pueden aplicar para estimular la
demanda agregada en los momentos en los que la economía se encuentra en recesión o
para frenarla cuando es demasiado fuerte. De hecho, muchos economistas opinan que,
aunque los estabilizadores automáticos resultan útiles, las políticas fiscales discrecionales
no lo son tanto, debido sobre todo a los retrasos que se acumulan entre la formulación de
las medidas y su aplicación real.
Sin embargo, existe una alternativa a considerar: la política monetaria. En los dos próxi-
mos capítulos estudiaremos las instituciones monetarias y veremos el funcionamiento de la
política monetaria.

104

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