Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
En nuestra época de crisis a todos los niveles, produce ansiedad tener que volver a
los maestros del pasado cuando leemos crónicas sobre los recortes en la educación
y en la sanidad, que indudablemente favorecen a quienes prefieren comandar a
reses en vez de a seres humanos.
Parisino por antonomasia, François de La Rochefoucauld (1613-1680) es célebre
por los relatos de sus «Mémoirs» en que analiza los altibajos del pensamiento
occidental en frases como «La Filosofía triunfa siempre sobre los tiempos del
pasado, pero raramente sobre el presente». Hoy traeremos a cuento su análisis de
las tres fases de la ignorancia, que parecen enraizarse igualmente en la época en
que vivimos ahora: «no saber lo que lo que debiera saberse, saber mal lo que se
sabe y saber lo que no debiera saberse». De «esprit fin a la française», su recuerdo
me hace revivir mi época parisina de los primeros años 70, cuando estudiaba
Lingüística en la Sorbonne, y no eran sus monumentos, parques, avenidas o
caminatas a las dos orillas de la Seine, contemplando chipas y renacuajos en los
remansos del río, sino por la apreciación de lo más sutil que existe: el pensamiento
humano.
Y ahora me viene una consideración altruista sobre los comienzos de nuestro
milenio 2.000, que yo llamaría contradictoria para que la claridad se sobreponga a
la ignorancia, por ser ésta siempre la más atrevida según aquel dicho de Aristóteles:
«El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona». En forma de retruécano, yo
describiría este primer siglo de crisis intencionadas para beneficios de una minoría
por medio de un retruécano sin puntales que los sustenten del colapso: Antes los
poderosos controlaban todos los recursos, pero ahora es «Das Kapital» el que se
ha apoderado del poder, lo que crea esta rara sensación de malestar próxima a la
hecatombe de la sabiduría del Occidente.