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Acompañamiento y maduración en la fe de

preadolescentes, adolescentes y jóvenes


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Acompañamiento y maduración en la fe de
preadolescente, adolescentes y jóvenes

A.  OBJETIVO
Acompañar la maduración de la fe de los jóvenes de nuestras posiciones,
guiándoles hacia el encuentro con Dios que llama y transforma la vida.

B.  DESTINATARIOS
Preadolescentes, adolescentes y jóvenes. Desde la edad en que ter-
minan las catequesis de preparación a la Primera Comunión (general-
mente 5º Educación Primaria - 10 años) hasta que, realizado un dis-
cernimiento, toman una decisión vocacional incorporándose a alguna
comunidad, preferentemente dentro de la Familia Claretiana. Aunque
esta decisión pueda darse más tarde, consideramos que el proyecto
termina cuando el joven tiene 21/22 años.

Son jóvenes que acuden a nuestros centros y que, por tanto, han
dado una respuesta a la llamada de la fe. En este perfil se incluye un
amplio espectro de posibles destinatarios:

•  Aquellos que vienen de una familia que les ha educado en


la fe y ha cuidado su participación en los sacramentos y en la
vida de la Iglesia.

•  Aquellos que, sin tener una familia que haya cuidado su fe,
han sido educados en la misma desde la catequesis, la vida pa-
rroquial, la pastoral colegial…
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•  Aquellos que, procedentes de cualquier ambiente, acuden
a nuestras convocatorias, a una propuesta, a la invitación de un
amigo… Puede que no hayan sido educados en la fe, no hayan
hecho la primera comunión o, incluso, no estar bautizados.

Todos ellos tienen en común que, de manera implícita o explícita,


aceptan vincularse a un grupo –vincularse a la Iglesia- y dejarse acom-
pañar en el conocimiento de Jesucristo y en el crecimiento de su fe.

C.  EL JOVEN QUE SURGE DE ESTE PROYECTO


El joven que pasa por el Proyecto Claret Joven queremos que se
vaya convirtiendo en un joven…

•  Cristiano: que ha decidido seguir a Jesús y se ha encontrado


con el Dios que Él anuncia.

•  Llamado: Ha discernido la voluntad de Dios sobre él y ha


optado por vivir según esa voluntad, eligiendo una forma de vida
y compartiendo la fe en una comunidad, preferentemente del
carisma claretiano.

•  Fiel: Es consciente de la necesidad de transformar conti-


nuamente su vida desde el Evangelio. Por ello, busca la voluntad
de Dios también en los detalles cotidianos de su vida, desde un
discernimiento adecuado. Fortalece esta vida de fe con los sacra-
mentos y con las herramientas de la espiritualidad cristiana.

•  Eclesial: Se siente Iglesia. Intenta vivir en comunión con la


Iglesia y le afecta todo lo que a ella le afecta.

•  Misionero: Acoge la dimensión misionera como un elemen-


to fundamental de su forma de vivir la fe. Reconoce que ha de
ser misionero y anunciar el Evangelio explícitamente, ayudando a
la Iglesia en esta tarea. Se implica en la sociedad y en su trans-
formación como forma de vivir esta dimensión misionera.

•  Claretiano: Conoce el carisma claretiano, se ha enriquecido


con él y, en la medida en que se siente llamado, lo vive como

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algo propio. Siente una cercanía especial al Corazón de María,
descubriendo en ella un modelo de cómo ha de ser su vida.

•  Fraterno: Se siente hermano de todos los hombres, y hace


suyas las alegrías, esperanzas, angustias y tristezas de la huma-
nidad. Vive la fe en su dimensión fraterna y solidaria, procurando
situarse en el mundo teniendo presente las necesidades de sus
hermanos.

D.  AGENTES
Los agentes de este proyecto son los Agentes de Pastoral Juvenil
(APJ). Son jóvenes y adultos que se sienten animados a anunciar el
Evangelio y a quienes Dios ha concedido el mismo espíritu que conce-
dió a Claret1. Algunas exigencias para los APJ:

1.  Madurez y formación. Los APJ han de tener una cierta madurez,
coherencia y estabilidad personal y de fe, lo que hace que de ningu-
na manera puedan ser menores de 18 años. Pueden comenzar a for-
marse desde los 16 años, acompañados y evaluados por el claretiano
responsable de dicha formación. Aquellos que están en formación
inicial son los Neo-APJ. Han de seguir la formación según se estipu-
la en el Proyecto Corazón. Han de vivir su fe insertos en un grupo
de este mismo Proyecto Claret Joven o en una comunidad cristiana.

2.  Vivencia de la fe. La pastoral de hoy necesita que los APJ sean
auténticos transmisores de una vida que ellos mismos intentan vi-
vir. No educamos y acompañamos en la fe sólo por hablar bien,
organizar reuniones o preparar un momento de oración. La fe es
vida y, como tal, se traduce en una forma de vivir que tiene unos
rasgos elementales bien señalados: participación en la eucaristía do-
minical, práctica habitual de la reconciliación, oración personal, vida
comunitaria y compromiso, esfuerzo por actuar según los criterios
morales de la Iglesia... Los APJ, aun conscientes de sus limitaciones,
procuran con todo su corazón vivir esta vida de la fe. Transforman
su vida cotidiana desde la vida que ofrece el Evangelio, y entonces
comprueban que esta vida llena de sentido, que merece la pena y
que puede dar fruto. Y, por ello, se descubren llamados a transmitir-
la. La coherencia y la integración entre la vida y la fe son esenciales,
por tanto, en la vida del APJ.
1  Cfr. Autobiografía 489. 5
3.  Transmisión de la fe. El APJ transmite la fe. La fe, el Evange-
lio, no es algo de lo que hable ni unos conocimientos que inculca.
Es una vida que se transmite. Y ésta ha de ser una preocupación
principal del APJ: ser transmisor de la fe. Para transmitirla, la vive.
Además, para transmitirla, su ser APJ no puede reducirse a un tiem-
po semanal en el que está con los jóvenes a los que acompaña;
es una responsabilidad y una labor constante, que se refleja en su
preocupación, en la capacidad de acompañar lo que el joven va vi-
viendo y estar presente en su vida, en su inquietud por encontrar
los mejores medios para hacer comprender el mensaje que anuncia
y la importancia que ha de tener para el joven, lo prioritario que ha
de ser para él, la radicalidad con que debe afrontar su vida desde el
Evangelio, la seriedad y profundidad con que debe tomarse todo lo
referido a su fe.

La realidad y la estructura visible de la PJV de un centro ayudan a esta


transmisión. Cuando un joven ve que delante de él hay otros grupos de
jóvenes que crecen en la fe, que viven de forma distinta a los demás
jóvenes, que algunos de ellos son APJ, que se incorporan a una comu-
nidad cristiana… está recibiendo ya una propuesta de vida.

4.  Corazón de María. Los APJ son el corazón de todo el Proyecto


de PJV, también del Proyecto Claret Joven. Aprenden a ser corazón
contemplando al Corazón de María. Son pastores según el Corazón
de María, que es nuestra forma de acercarnos al Corazón del mismo
Dios. El Corazón de María les señala algunas de las características
que han de configurar tanto su vida como su acción evangelizadora2:

-- Interioridad. El APJ está llamado a “vivir dentro”, frente al cons-


tante peligro de vivir en la superficie o fuera de uno mismo. Para
ello se hace necesario el silencio profundo, que es presencia de
Dios. Silencio para encontrarse con él y dejarse transformar por
él. El APJ busca espacios vitales (y físicos) de silencio, soledad y
recogimiento. Y procura que, en su acción pastoral, los jóvenes
crezcan en la interioridad.

-- Conversión. El APJ siente la necesidad de una profunda con-


versión, que es cambiar el corazón. Se siente transformado en
2  Cfr. Severino María Alonso cmf, Algunos rasgos de la espiritualidad cordimariana. Aportación a: José Mª Hernández cmf,
Ex Abundantia Cordis. Estudio de la espiritualidad cordimariana de los Misioneros Claretianos, Secretariado del Corazón de María,
1991 Roma.

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toda su persona desde sus mismas raíces. Y traslada esa conver-
sión del corazón a su vivir cotidiano, constantemente afectado
por el Evangelio, dejando que la fe transforme, aunque en esa
transformación tenga que sentir el dolor de quien deja que muera
el hombre viejo para que nazca el hombre nuevo.

-- Intimidad y comunión con Dios. El corazón es el lugar donde


Dios se comunica y decide habitar. El APJ descubre en el Corazón
de María una llamada a la intimidad y a la comunión con Dios. La
busca desde la oración. Le expresa constantemente su deseo de
vivir por Él, con Él y en Él, transformado en una petición cons-
tante: “¡Haznos tuyos, Señor!”. El APJ, como María, conserva
todas las cosas en el corazón: cada persona, cada reunión, cada
entrevista, cada duda, cada dificultad… dejando que la presencia
de Dios venga sobre ellas.

-- Docilidad activa al Espíritu Santo. El corazón, en el que Dios


habita y al que él habla, se rinde a la acción del Espíritu que le
hace conocer la voluntad del Padre. El APJ busca o ha buscado
cuál es su vocación, el deseo de Dios para él. Busca también la
voluntad de Dios en su vida cotidiana, en los acontecimientos de
cada día. Imita el sí de María: apertura incondicional y decisión
absoluta de cumplir la voluntad de Dios.

-- Preocupación por cada persona concreta. El APJ está pendien-


te de las necesidades de las personas, de la situación que vive
cada joven o cada APJ, de su estado de ánimo. Centra su aten-
ción en todos y, especialmente, lucha por los más débiles: por
quien llega nuevo, por el más despistado, por quien avanza más
despacio, por quien se siente perdido, por quien duda en su fe…

-- “Cordialidad”. El corazón añade a la misión del APJ una nota de


entrañable afecto, de calor, de ternura, de delicadeza en el amor.
Es una actitud compasiva, contraria a toda indiferencia, distancia
afectiva o frialdad en nuestra relación con Dios y con los hom-
bres. Cordialidad equivale a fina sensibilidad, a exquisita delica-
deza, a intensa vi¬bración humana. Es mantener la firmeza, pero
con amabilidad. Es ser eficaces y exigentes, pero desde la exi-
gencia del Evangelio, desde el Dios que nos llama a la santidad.

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-- Dimensión apostólica. En el corazón está el impulso de la vida.
El APJ descubre en el Corazón de María la necesidad de salir de
sí para llevar a otros la presencia de Dios y la Buena Noticia de
su amor. Y la necesidad de hacerlo con una impronta peculiar, en
la que el corazón, la ternura y el amor son signos de credibilidad
del anuncio realizado3. Entiende toda su labor como servicio, y
por ello está siempre disponible para cualquier tarea, sin reclamar
ni exigir nada. Se preocupa responsablemente de que todo esté
preparado con detalle. Se siente feliz por dar la vida en el anuncio
del Evangelio.

E.  CLAVES

• Clave 1: Anuncio misionero del Evangelio

Este proyecto se estructura desde una clave misionera en la evange-


lización. La realidad en la que viven actualmente los jóvenes convierte
la transmisión de la fe en una tarea compleja: la introducción en una
atmósfera de fe por la familia o por el ambiente social y cultural es
cada vez algo más extraño; difícilmente se siguen procesos lineales
de crecimiento progresivo; no hay momentos estipulados para incor-
porarse al recorrido de la fe, sino que cada persona lo hace cuando le
llega la ocasión; la asimilación de los contenidos que se van intentando
transmitir no es evidente… Estos ejemplos, y otros tantos, hacen ne-
cesario que nuestra acción pastoral tenga una clave misionera, que se
adapte a esta realidad y que vuelva una y otra vez a presentar la fe en
Jesucristo. Por ello, optamos por un proceso cíclico.

Esta clave misionera también nos hace estructurar nuestra evangeli-


zación centrándonos en el anuncio del núcleo de la fe. Hemos de pre-
sentar “un mensaje sencillo, profundo, comprensible, (…) un mensaje
universal de que Dios existe, que Dios tiene que ver con nosotros, que
nos conoce y nos ama4” .

3  Cfr. XXII Capítulo General CMF, En Misión Profética, 20, 1997 Roma.
4  Benedicto XVI en viaje a Benín, 18.11.2011.

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• Clave 2: Personalización de la fe

La clave misionera trae unida la personalización. Reconocemos que


hoy no se crece en la fe por entrar en un camino de grupo, de ma-
sas, sino por un itinerario siempre personal y siempre acompañado.
Un itinerario a veces brusco, con subidas y bajadas, con experiencias
importantes y con alejamientos de la comunidad. “Para los jóvenes y
para muchos creyentes la fe ya no se presenta como un gran camino
ya señalizado de antemano, con sus etapas y sus cruces obligados. No.
Más bien la fe se descubre a modo de «trechos de camino» que se
recorren en compañía de otros. (…) Esto da lugar, cada vez con más
frecuencia, a trazos discontinuos, desconcertantes, imprevisibles... pero
mucho más abiertos al viento y las sorpresas del Espíritu”5.

• Clave 3: Encuentro con Dios

La fe es respuesta personal al Dios que se revela. Por ello, el Pro-


yecto Claret Joven busca como su principal objetivo favorecer un en-
cuentro del joven con Dios. En ese encuentro, Dios se mostrará al joven
y éste podrá responderle en libertad.

Este encuentro con Dios se provoca a través de muchos momentos


y actividades del Proyecto: celebración de los sacramentos, encuentro
con los necesitados y excluidos, iniciación a la oración, contacto con la
Palabra de Dios, integración en la comunidad cristiana… Dos sesiones
al trimestre se dedican exclusivamente a proponer un encuentro con
Dios afectivo, no doctrinal; una vez al año, en el primer trimestre, se
propone una experiencia intensa de “ejercicios espirituales”, adaptados
a la edad de cada ciclo. En otros momentos se propone y acompaña el
aprendizaje y la práctica de la oración y la relación con la Palabra de
Dios; se cuida el conocimiento y el contacto asiduo con los sacramen-
tos como espacios preferentes de encuentro con Dios…

Algunas herramientas, como el diario, el proyecto personal y el acom-


pañamiento sirven de guía para la iniciación en esta clave. El cuidado del
silencio y de los momentos habituales de oración es también necesario.

5 Asamblea de Obispos de Québec, Proponer hoy la fe a los jóvenes. Una fuerza para vivir, en Donaciano Martínez-Pelayo
González-José Luis Saborido (comp), Proponer la fe hoy. De lo heredado a lo propuesto, Sal Terrae, 2005 Santander, pg 173.

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• Clave 4: Transformación de la vida desde la fe

La fe, para que sea significativa, ha de afectar y transformar la vida


del joven, que progresivamente va pareciéndose más a Jesús. De no
ser así, dicha fe se convierte en algo de lo que se puede prescindir. Y
el joven deja de estar capacitado para ser también él misionero, trans-
misor del Evangelio.

Este principio choca con algo que constatamos en la relación cotidia-


na con los jóvenes: frecuentemente caen en la tentación de comparti-
mentar la vida hasta el punto de que, viviendo a fondo los “momentos
de fe” (implicación en el grupo, convivencias, experiencias importantes,
incluso ser APJ…), su vida en el resto de momentos es muy similar a la
de los jóvenes indiferentes o increyentes. Su vida y su concepción de
la misma, así como sus criterios morales, sociales o políticos, forma de
relacionarse o de juzgar la realidad… Es necesario, pues, insistir desde
los primeros ciclos del Proyecto en la transformación de la vida y en la
configuración con Jesús que se operan cuando se va creciendo en la fe.

En conexión con este deseo, queremos potenciar la conciencia de


que la fe ocupa todo el tiempo de la vida, todo el año, y debe seguir
siendo importante para cada uno incluso en los tiempos no académi-
cos: vivir y cuidar la fe en verano, participar en las celebraciones de
Semana Santa, aprovechar el tiempo de Navidad…

• Clave 5: Sentido eclesial y claretiano

Este proyecto intenta estar inserto en el año litúrgico, de forma


que en los momentos litúrgicos especiales los contenidos que se ven
tienen relación con lo que toda la Iglesia está celebrando. Igualmente,
queremos dar cabida a la presencia de los acontecimientos eclesiales
extraordinarios que puede vivir la Iglesia universal o local, fortaleciendo
así el sentido de comunión. Un sentido de comunión que está presen-
te como algo transversal, en cada momento: comunión con la Iglesia
universal y comunión con la Iglesia local, cuidando que se vaya dando
una identificación cada vez mayor con la Parroquia o Templo claretiano
en el que los jóvenes van a desarrollar su vida de fe y una adecuada
coordinación con la pastoral diocesana.

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El carisma claretiano está muy presente en este proyecto. Su nom-
bre y el nombre de cada uno de los ciclos son una muestra de este
deseo. La orientación del mismo y los contenidos que se desarrollan
quieren tener muy presente la dimensión misionera, esencial a nuestro
carisma. El Corazón de María, Claret, la Familia Claretiana y la misión
universal estarán también presentes de forma explícita. El objetivo final
y deseado es que el joven discierna su vocación y se incorpore a vivir
su fe en comunidad en la Familia Claretiana.

• Clave 6: Dimensión fraterna de la fe

El crecimiento en la fe que queremos acompañar ha de enseñar


progresivamente a mirar el mundo con una mirada orientada desde el
Evangelio.

Queremos que los jóvenes que realizan este proyecto aprendan a


vivir con la mirada evangélica de Jesús que, desde la misericordia de
Dios, pone en el centro al pobre y al excluido y, con esa perspectiva,
interpreta todo lo que acontece6. Que sean sensibles ante el dolor y se
acerquen a quien sufre para dejarse tocar por él y transformar aspectos
concretos de la propia vida. Que tomen conciencia de la importancia
de su implicación para que este mundo –comenzando por su realidad
cercana- sea algo más parecido al proyecto de Dios.

F.  ELEMENTOS PEDAGÓGICOS

a.  Grupos

Los jóvenes se organizan en grupos que se reúnen semanalmente.


El número de jóvenes que formen un grupo dependerá de las circuns-
tancias de cada lugar: número total de chicos, características de los
mismos, número de APJ… Los chicos que están en el mismo ciclo,
aunque sean de dos edades distintas, pueden formar un único grupo.
En el caso contrario, si hay condiciones para hacer un grupo de cada
edad o, incluso varios grupos de cada edad, dentro del mismo ciclo,
también puede hacerse.

6  Cfr. XVII Cap. Prov. 39. 52-53.

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b.  Reuniones semanales

Forman la rutina cotidiana del desarrollo del proyecto. Los jóvenes


se reúnen semanalmente a la hora que se haya programado, y es tarea
de los APJ preocuparse por la asistencia de todos, por la acogida a los
nuevos chicos que lleguen, por interesarse por los que falten…

La duración de estas reuniones viene a ser de entre una hora y una


hora y media. Al menos, será necesaria una hora de trabajo real.

c.  Sesiones de Encuentro con Dios

Una de las claves de este Proyecto es favorecer una profunda expe-


riencia de Dios. Para ello se establecen herramientas concretas.

De todas las sesiones de un trimestre, dos están destinadas exclu-


sivamente a proponer una experiencia de encuentro con Dios que sea
afectivo y no doctrinal: desde una adecuada pedagogía, se va introdu-
ciendo a los chicos en la presencia de Dios y en el encuentro con Él,
reconociéndolo. Es importante no reducir estas sesiones a preparar una
oración, sino tener en cuenta todo un proceso de preparación, ambien-
tación e iniciación para que se pueda producir el encuentro con Dios.

Además, la oración será algo que tenga su lugar en cada reunión


con los jóvenes, que se aborde en momentos concretos de cada ciclo y
en lo que se intente educar y crear hábitos adecuados.

d.  Palabra de Dios

La Palabra de Dios está presente en este proyecto en todo momen-


to. Entendemos que nuestra misión es la de anunciar la Palabra, y que
ésta ha de alentar nuestra misión en todas sus expresiones7. Por ello:

•  Los contenidos catequéticos se abordan habitualmente des-


de la iluminación de la Palabra, especialmente desde los Evan-
gelios.

7  Cfr. HAC 59.

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•  Los momentos especiales de experiencia de Dios (encuen-
tros con Dios, ejercicios espirituales…) toman su base en un acer-
camiento a la Palabra.

•  La oración que enseñamos en el proyecto usa habitualmen-


te de la Palabra.

•  En cada ciclo, uno de los temas que se aborda trata expre-


samente de la Palabra de Dios.

•  La forma de proclamar la Palabra, de prepararnos para escuchar-


la, de ubicarla… manifiesta ya la importancia que tiene para nosotros.

e.  Acciones misioneras

Cada trimestre se realiza una acción misionera. Entendemos como tal:

•  Un momento que rompe la rutina del trimestre

•  Se realiza fuera de los lugares habituales de reunión

•  Los jóvenes son activos: tienen que hacer algo, ser ellos los
actores

•  El grupo de jóvenes se hace visible ante otros jóvenes y


otros ambientes, de forma que puede incluso servir como ocasión
para que nuevos jóvenes se sumen al Proyecto

•  Puede hacerse conjuntamente entre todos los jóvenes del


centro o hacerlo cada grupo por su cuenta

En el primer trimestre se puede hacer con motivo del Octubre Mi-


sionero Claretiano y de las celebraciones del Domund y del P. Claret.
En el segundo trimestre, puede unirse al día de la Campaña contra el
Hambre. En el tercer trimestre, en torno al mes de mayo, se puede
buscar una acción en la que todos los centros de la Provincia se conec-
ten entre sí y se animen unos a otros.

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f.  Diario
Es necesario interiorizar lo que se va transmitiendo y que el joven
lo pueda formular y verbalizar por sí mismo. Para ello, cada uno dis-
pone de un diario que se utiliza cada semana al final de la sesión para
plasmar lo vivido en la reunión respondiendo a una o dos preguntas
sencillas que ayuden a ello. Cada reunión, por tanto, contempla unos
minutos para esta tarea.

Este diario se prepara desde el Equipo de PJV con un diseño común


para toda la Provincia, adaptado para cada ciclo, y con motivos refe-
rentes a las circunstancias eclesiales o congregacionales que estarán
presentes a lo largo del año.

En el comienzo de curso se tiene una celebración significativa de


entrega del diario, que será como el arranque oficial de todo. Al final
de curso se ofrece este diario –lo vivido durante el año- al Corazón de
María, en torno a su fiesta.

Los diarios los guardan los APJ de una semana para otra, al menos
hasta que la madurez de los jóvenes asegure que lo van a traer cada
semana y no lo van a olvidar.

g.  Proyecto personal de vida

En todo momento se ha de transmitir la idea de que la fe ha de


transformar la vida de la persona –del joven- y hay que ayudarles a ex-
perimentar esto como algo real y positivo, que ayuda a crecer hacia el
ideal del Evangelio. Una herramienta para ello es el proyecto de vida:
la plasmación de lo que se invita a vivir a los jóvenes en pequeños
compromisos o pasos que cada uno se marca en diálogo con su APJ y
que afectan a su forma cotidiana de vivir.

No es necesario que sea un gran proyecto desarrollado, sino dos o


tres compromisos, siempre adaptados a la edad del joven y a su situa-
ción personal y de fe. La duración de los mismos puede ser para unos
meses o para todo un curso, según edad, situaciones y alcance de los
compromisos. La catequesis puede dar pie a incorporar nuevos com-
promisos a este proyecto personal. Son materia de la entrevista perso-
nal del joven con el APJ. Pueden ser una ayuda a la hora de preparar el
examen de conciencia cuando celebren el sacramento de la penitencia.
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En el diario que usan durante el curso se reserva un lugar para este
proyecto de vida, donde pueden escribirlo y donde pueden ir revisán-
dolo. Según aumente la edad de los jóvenes, la elaboración del proyec-
to debe profundizar con mayor hondura en su vida. A principio de curso
se reserva una sesión para elaborarlo, teniendo presente el del curso
anterior, si lo hubiera. A mediados de curso (por ejemplo, en la convi-
vencia del segundo trimestre) y a final del mismo (antes de ofrecerlo al
Corazón de María), se dedica algún tiempo a revisarlo.

h.  Acompañamiento

Otra herramienta necesaria para la adecuada personalización de la


fe es el acompañamiento. Todo el recorrido de fe que realiza un joven
ha de estar acompañado.

Es tarea del APJ acompañar al grupo de jóvenes que se mueve den-


tro del Proyecto.

Es también tarea suya acompañar personalmente a cada joven del


grupo mientras es APJ suyo. Este acompañamiento, en numerosas oca-
siones, es informal: estar cerca de la vida del joven, conociendo lo que
vive y haciéndose presente en momentos importantes. Sin confundir
esta cercanía con el “colegueo”, siendo consciente de que ha de ser
punto de referencia, transmisor de una fe que ha transformado su vida.
En otras ocasiones, este acompañamiento es formal, y se concreta en
entrevistas personales, adaptadas a la edad del acompañado y con un
objetivo determinado según el ciclo en el que se encuentre. Han de
realizarse una vez al trimestre, y en ellas se realizan sólo tres tareas:

•  Conocer más directamente la situación personal del joven


•  Ayudarle a personalizar la fe que se le está transmitiendo
•  Revisar o evaluar el proyecto personal.

En los centros educativos los responsables de pastoral realizan un


acompañamiento de los jóvenes que ha de ser también una ayuda para
la personalización de la fe. Es necesario que el responsable de pastoral
conozca el itinerario que siguen los jóvenes que están en este Proyecto
Claret Joven y que haya un adecuado diálogo y coordinación con los
APJ, para trabajar todos en una misma dirección.

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El acompañamiento lo realizan también los Misioneros Claretianos
que trabajan el proyecto en cada posición o desde el Equipo de PJV. Es
un acompañamiento de todo el funcionamiento del Proyecto y de los
jóvenes que lo realizan. Se traduce también en entrevistas personales
con ellos, que han de hacerse con la mayor frecuencia posible.

Siempre que un APJ detecte que un joven está viviendo una situa-
ción compleja –humana o de fe- es necesario que lo comunique al
Misionero Claretiano y que éste procure tener una entrevista personal
con dicho joven.

El acompañamiento del que aquí hemos hablado es el que asegura


la personalización del proyecto y, por tanto, una herramienta del mis-
mo. Es distinto de la conveniencia de que un joven que va creciendo,
llegado el momento, tenga un acompañante personal con quien realiza
un seguimiento constante, de todos los aspectos de su vida, de sus
búsquedas, de su fe… La formación que necesita este acompañante
hace que sólo puedan ejercer ese papel los claretianos y algún APJ
expresamente preparado, nombrado y enviado para ello por el centro
pastoral. Nadie se puede considerar acompañante si no se lo dicen los
responsables de PJV. A partir de la etapa de Compás conviene invitar
a los jóvenes a iniciar y cuidar esta nueva forma del acompañamiento
personal que les será de utilidad para el resto de su vida, sin que esto
entre en conflicto con el acompañamiento propio del proyecto que en
los párrafos anteriores se ha explicado.

i.  Experiencias significativas

El ritmo cotidiano del proyecto está apoyado por experiencias espe-


ciales, llamadas a tener un peso específico en el camino de la fe, que
ofrecen al joven la posibilidad de asimilar algún elemento importante
de la fe que se le transmite. Son experiencias que se centran en un
aspecto concreto y que, por ello, pueden ser positivas incluso si el jo-
ven está fallando en su regularidad al Proyecto y las vive como algo
puntual. También puede ser motivo de incorporación al Proyecto.

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•  Convivencias Cristianas de Verano

Durante el verano se convocan experiencias provinciales de


una duración aproximada de una semana. Son encuentros des-
tinados a afianzar un aspecto importante de la fe, en una ex-
periencia significativa en la que la fe se ayuda de la convivencia
con otros jóvenes, del contacto con la naturaleza, de la ausencia
de ofertas o actividades que distraigan de lo que se transmite,
del cuidado continuo por parte de un grupo de APJ y Misioneros
Claretianos… Las experiencias, contenido central de las mismas y
edad de los destinatarios son los siguientes:

EXPERIENCIA EDAD CONTENIDO

Acercarse vivencialmente a la figura y al caris-


El Padrito 13-14 ma del P. Claret.

Descubrir que amar es dar la vida. Acercarse a


Barbastro 13-14 la figura de los Mártires de Barbastro y a ele-
mentos nucleares de la espiritualidad claretiana.

Acoger el don de la fe que hace posible un


Génesis 15 mundo nuevo.

Vivir la experiencia de un Dios que libera de


Éxodo 16 nuestras esclavitudes y que hace alianza con
su pueblo.

Experimentar la alegría del Evangelio: Jesús nos


habla del amor del Padre, nos ama hasta dar la
Gospel 17 vida por nosotros y, por ese amor, nos invita a
seguirlo. ¡Y está vivo!

Salir al encuentro del Dios que nos busca para


Campo de 18 hacer alianza con nosotros y optar por él.
Silencio Aprender a mantener este encuentro con Dios
en la vida cotidiana.

Campo de Reconocer que la comunidad surge por la lla-


Comunión y 19-21 mada a seguir a Jesús y vivir como él y se edi-
Servicio fica desde el servicio.

Campo de 19-21
Tomar conciencia y experimentar que la comu-
nidad está llamada a implicarse en la transfor-
Compromiso mación del mundo desde el Evangelio.

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Además de estas experiencias, desde los Claretianos de Iberia
se ofrecen algunas actividades que pueden ser ofertadas también
a los jóvenes mayores de 19 años. Nos referimos al Camino de
Santiago, que se realiza cada tres años, y a otras posibles expe-
riencias que se acuerden y que han de ser discernidas adecuada-
mente. También a nivel local, desde las posiciones, se organizan
actividades especiales de verano que es conveniente mantener y
coordinar con estas acciones provinciales.

•  Tiempo de Profundidad

Cada año, en el primer trimestre, los jóvenes viven una expe-


riencia de profundidad que, en los ciclos mayores, se estructura
a modo de “ejercicios espirituales”. Se trata en cualquier caso de
posibilitar una experiencia profunda, adaptada a su edad, que
ayude a ordenar la propia vida desde Dios y reforzar el deseo de
vivir según Él quiere. Es importante vivir la experiencia de “apar-
tarse”, de una cierta ruptura con los lugares y ritmos habituales,
aunque esta experiencia debe ser progresiva y adecuarse a la
edad y realidad de los jóvenes. Las edades más pequeñas son las
más delicadas para ello y, por tanto, las que mejor preparación
necesitan.

Hay que transmitir a los jóvenes la importancia de este Tiempo


de Profundidad, y organizarlo de forma que cuenten con ello des-
de el comienzo de curso como algo especialmente importante.
Para estas experiencias, siempre que es posible, se hace presente
el Equipo de PJV.

•  Convivencias durante el curso

Las convivencias son oportunidades para abordar de forma


cualificada alguno de los contenidos que hay que ver durante el año,
propiciando una experiencia intensa y agradable, y fortaleciendo los
lazos entre los miembros de un grupo. Sirven también para abordar
necesidades concretas de un determinado grupo de jóvenes. Se ha-
rán preferentemente en el segundo o tercer trimestre.

Cada centro fija las convivencias que considera necesarias en


cada momento y estudia si cada ciclo la hace por su cuenta o si
se agrupan varios ciclos en la misma convivencia.
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•  Experiencias misioneras y experiencias en el mundo de la
pobreza y marginación

Como apoyo para asimilar, interiorizar y aplicar a la propia vida


algunos contenidos del Proyecto, tienen cabida en él experiencias
intensas que acerquen a la universalidad de la misión de la Iglesia
y a la necesidad de la evangelización, así como experiencias de
contacto con realidades de pobreza y marginación. El contacto
directo con algunas de estas realidades ayuda a que la propia
vida se sienta afectada y resulta más fácil la transformación de la
misma desde esa perspectiva.

Estas experiencias deben ser acompañadas, a ser posible por


un Misionero Claretiano. Dicho acompañamiento pretende ayudar
a descubrir la presencia de Dios en la experiencia que se va vi-
viendo, conectarla con la situación personal y cotidiana de cada
joven, y ayudarle a avanzar en su itinerario de fe.

Han de ser experiencias adecuadamente preparadas, realiza-


das y evaluadas, bien desde cada posición o bien desde el Equipo
de PJV. Pueden realizarse en coordinación y colaboración con
otras instancias de la Provincia que trabajan en estos campos,
siempre que se aseguren los objetivos propios de este Proyecto.

G.  ESTRUCTURA
Las claves misionera y de personalización que fundamentan este
proyecto nos hacen optar por un proceso en espiral, de carácter repe-
titivo. Vamos mirando continuamente al núcleo de la fe, dando vueltas
en torno a él. Al ser en espiral, cada acercamiento que hacemos se
realiza desde una perspectiva distinta y con una profundidad cada vez
mayor.

Estructuramos el Proyecto en ciclos de dos años. A cada ciclo se le


asigna un objetivo central que resume lo que se quiere conseguir con el
joven durante ese tiempo. También se ha dado a cada ciclo el nombre
de alguno de los ejemplos y alegorías que utiliza el Padre Claret en sus
escritos. Son los siguientes:

19
•  ANCLA: 5º y 6º EP (10-12 años)
“El joven es como un buque que ha de navegar por el mar de este mundo, y así
como en el buque hay dos áncoras siempre preparadas, y a la vista y a mano
para echarlas cuando convenga, lo mismo el joven que ha de tener siempre a la
vista dos áncoras, la una es el santo temor de Dios, la otra la firme resolución
de querer salvar su alma, y morir antes que pecar”8

Objetivo central: Cuidar la práctica de la fe que se ha adquirido en


la preparación a la primera comunión. Atender a la dimensión perso-
nal de la relación con Dios y a la educación del sentido de lo sagrado.

•  BRÚJULA: 1º y 2º de la ESO (12-14 años)


“El mundo en que vivimos es como un grande mar en que navegamos; el hom-
bre es como un buque que navega, y así como todo capitán de buque que ha de
hacer un largo viaje, que desea llegar felizmente al puerto, procura una buena
brújula y un buen timón, así también el hombre que desea llegar velozmente al
puerto de la gloria ha de procurar tener una intención buena, pura y recta, que
como buena brújula mire siempre al Norte, fin o centro, que es Dios, para hacer
en todas las cosas su santísima voluntad”9.

Objetivo central: Acompañar la relación con lo religioso y los cambios


que puedan producirse. Para ello, acentuar la relación personal del APJ
con el chico, y la dimensión personal de la relación con Dios. Propuesta
vocacional.

•  RUMBO: 3º y 4º de la ESO (14-16 años)


“Además, así como el buque necesita timón que esté al último del buque, y por
medio de éste lo aparta el capitán de los escollos y lo dirige por el buen rumbo,
así también el hombre”10.

Objetivo central: Acompañar la vivencia de la fe y de la relación per-


sonal con Dios con una cierta hondura. Identificación con el centro pas-
toral. Propuesta vocacional.

•  VUELO: 1º y 2º de Bachillerato o similar (16-18 años)


“El joven estudiante ha de mover a la vez el ala de la devoción y el ala de la
aplicación al estudio. La paloma con una sola ala no puede volar; así tampoco
volará al cumplimiento de sus deberes aquel estudiante que no practica a la vez
la piedad y la aplicación al estudio”11.

8  San Antonio Mª Claret, Antología Espiritual, n. 221.


9  Ídem, n. 183.
10  Ídem, n. 183.
11  Ídem, n. 222.

20
Objetivo central: Plantear una vida cristiana seria, profunda y cohe-
rente, que les lleva a optar por un determinado estilo de vida. Proponer
experiencias solidarias significativas acompañadas desde la fe.

•  COMPÁS: 1º-2º UNIVERSIDAD o similar (18-20 años)


“Cada cristiano ha de hacer como un compás, que de las dos puntas fija la una
en el centro y con la otra se pone en movimiento hasta describir un círculo per-
fecto. Así el cristiano fijará su atención y cuidado interior en Dios, a quien nunca
perderá de vista. Esta será la vida contemplativa. Con el cumplimiento de las
obligaciones de su estado irá dando la vuelta, como la otra punta del compás, y
de esta manera hará todas las cosas bien y con perfección”12.

Objetivo central: Acompañar la coherencia de vida en su nuevo con-


texto vital y favorecer la capacidad de dar razón de su fe. Reforzar el
acompañamiento personal y el planteamiento vocacional.

•  FRAGUA: 2º-3º UNIVERSIDAD o similar (20-22 años)


“En un principio que estaba en Vich pasaba en mí lo que en un taller de ce-
rrajero, que el Director mete la barra de hierro en la fragua y cuando está bien
caldeado lo saca y le pone sobre el yunque y empieza a descargar golpes con el
martillo; el ayudante hace lo mismo, y los dos van alternando y como a compás
van descargando martillazos y van machacando hasta que toma la forma que
se ha propuesto el director. Vos, Señor mío y Maestro mío, pusisteis mi corazón
en la fragua de los santos Ejercicios espirituales y frecuencia de Sacramentos, y
así, caldeado mi corazón en el fuego del amor a Vos y a María Sma. empezas-
teis a dar golpes de humillaciones, y yo también daba los míos con el examen
particular que hacía de esta virtud, para mí tan necesaria”13.

Objetivo central: Acompañar una vivencia estable de la fe apoyada


en las herramientas de la espiritualidad cristiana. Favorecer un discer-
nimiento vocacional desde el carisma claretiano y el discernimiento en
su vida cotidiana, así como la integración y opción por la comunidad
cristiana.

A lo largo de los dos años que dura un ciclo se abordan todos los
contenidos de la fe. Al abordar un tema concreto, en cada ciclo se hace
desde una perspectiva diferente y desde una profundidad adaptada a la
edad y capacidad de los destinatarios, y teniendo en cuenta su objetivo
central.

12  Ídem, n. 200.


13  Autobiografía, n.342.

21
Existe también una columna vertebral al proyecto, que son los con-
tenidos y experiencias que se repiten constantemente, todos los años,
e incluso todos los trimestres. Están expresados gráficamente más aba-
jo, en el esquema del Proyecto.

H.  CONTENIDOS
Los contenidos que se abordan en cada uno de los ciclos son los
contenidos básicos de la fe y de nuestra forma carismática de vivirla.
En síntesis, son los siguientes:

Teología:
-- El Dios trinitario: Padre, Hijo, Espíritu Santo. El misterio de la encar-
nación y de la muerte y resurrección del Hijo.
-- Las virtudes teologales: Fe, Esperanza, Caridad.
-- La Iglesia y la comunidad cristiana.
-- Los sacramentos.
-- La Palabra de Dios.

Vida Cristiana:
-- La oración.
-- La moral.
-- El compromiso cristiano.
-- La evangelización. Misión y misión universal de la Iglesia.
-- La dimensión caritativa de la fe.
-- La familia.
-- La vocación.
-- La vida consagrada.
-- La vocación seglar.
-- El proyecto de vida.
-- La opción por la comunidad cristiana.

Carisma claretiano:
-- Corazón de María.
-- Claret.
-- Espiritualidad claretiana.
-- Familia Claretiana.
22
I.  DISTRIBUCIÓN PROGRESIVA DE LOS CONTENIDOS
Estos contenidos que se han señalado se abordan en todos los ci-
clos. En cada ciclo, el mismo contenido se aborda desde una pers-
pectiva diferente del anterior que, al mismo tiempo, intenta ser más
profunda, adaptándose a la madurez del joven.

La perspectiva y hondura con que se aborda cada contenido en cada


ciclo no depende sólo de la madurez de los jóvenes, sino también de
otras circunstancias que los rodean: si son niños que acaban de hacer
la comunión; si son jóvenes que se incorporan a la universidad y son
muy cuestionados en su fe; si están viviendo una etapa de especial
sensibilidad solidaria…

Para cada ciclo están definidos los objetivos que se persiguen al


abordar cada contenido, y se acompaña de una breve explicación so-
bre cómo hacerlo, en qué conviene centrarse y en qué no hace falta
entrar. Es importante que los APJ sean fieles a lo que se indica en
cada momento, para evitar quemar etapas o caer en repeticiones por
descoordinación.

Los objetivos determinados para cada ciclo hay que abordarlos en


las sesiones que se hayan podido reservar para ello al hacer la progra-
mación. Serán pocas, dos o tres. Por tanto, los APJ deben ir al grano a
la hora de preparar la catequesis.

Debemos huir de la tentación de querer transmitirlo todo en una


sola catequesis y agotar un contenido. En algún momento los APJ
pueden tener la sensación de que se está abordando sólo un aspecto
muy parcial de un tema importante. Es así, pero es parte de la esencia
de un proyecto que crece en espiral. En cada momento nos debemos
preocupar de transmitir lo que se pretende, aunque parezca incomple-
to. Y hacerlo de tal forma que el joven quede enganchado y deseando
conocer más. Si el joven sigue en el proyecto los años siguientes, irá
descubriendo nuevas perspectivas de ese tema y completando su co-
nocimiento y su vivencia. Si el joven no siguiera, hemos intentado al
menos que se lleve una idea y una propuesta clara, que es más fácil de
asimilar que muchas ideas juntas.

En algunos casos, se indican varios objetivos dentro de un mismo


ciclo para un determinado contenido, y puede darse la circunstancia de
23
que no se puede abordar todo; a veces viene indicado expresamente en
la tabla de objetivos. De ser así, el Responsable de PJV del centro junto
con el Equipo de APJ seleccionan aquello en lo que es más adecuado
centrarse en ese momento, aunque esto suponga dejar de abordar otros
temas también buenos, pero menos necesarios en esa ocasión.

Un equipo de APJ que prepara la presentación de un contenido


para un ciclo determinado, ha de observar si ese contenido se ve sólo
en el año en curso o en los dos años del ciclo. Según esto, afronta los
objetivos propuestos teniendo en cuenta las veces que se van a acercar
a él en el ciclo. Los contenidos que se repiten en los dos años de cada
ciclo son: Dios Hijo, la Moral, el Compromiso (de diversas formas), la
Vocación, la familia-pareja y las sesiones móviles sobre el P. Claret y la
Familia Claretiana.

Algunos contenidos no se tratan en todos los ciclos, sino que co-


mienzan a tratarse en los primeros ciclos y, en un momento determina-
do, pasan a tratarse otros que guardan cierta relación y pueden resultar
más adecuados a las nuevas circunstancias. Así, al sacramento de la
confirmación le sucede el sacramento del matrimonio y al tema de la
familia le sucede el de la pareja.

J.  INCORPORACIÓN AL PROYECTO Y CONVOCATORIA


El Proyecto Claret Joven está pensado para que un joven pueda
incorporarse a él en cualquier momento. Por lo tanto, la convocatoria
está permanentemente abierta. Contando con esto, señalamos algunas
cuestiones:

•  Una labor fundamental de convocatoria es procurar la in-


corporación de los jóvenes que vienen desde etapas inferiores.
Quienes han estado en la catequesis de comunión son los llama-
dos a incorporarse en el ciclo Ancla. Es necesario cuidar el trabajo
realizado en estas etapas para dar la mayor continuidad posible
en las etapas posteriores.

•  Al principio de cada curso, se realizan acciones expresas de


convocatoria en los lugares en los que sea posible para cada cen-
tro y de la forma que pueda ser más adecuada y efectiva.

24
•  Cada acción misionera es también oportunidad para invitar a
participar en ellas a otros jóvenes. Aunque sea sólo algo puntual,
hacemos lo posible para que pueda servir como motivación para
incorporarse al proyecto.

•  Implicamos a los propios jóvenes en la convocatoria de sus


amigos y conocidos para sumarse al proyecto.

Esta convocatoria continua exige de los APJ que estén siempre es-
pecialmente atentos a aquellos jóvenes que acuden por vez primera
al grupo o al centro. La acogida que se les ofrece en su primer acer-
camiento es determinante de cara a la continuidad o no en un grupo.

K.  PROGRAMACIÓN
Se realiza partiendo del esquema gráfico que se presenta más ade-
lante. Para programar un curso se toma la columna vertebral y la co-
lumna de contenidos correspondiente al curso que se esté iniciando
(par –si el curso comienza por año par- o impar –si el curso comienza
por año impar). Con ello tenemos todos los elementos que hay que
tratar y vivir en el curso; a partir de ahí, se asignan sesiones a cada uno
de ellos, procurando que coincida aproximadamente en la época que se
indica en el mismo esquema gráfico.

L.  EVALUACIÓN Y SEGUIMIENTO


El proyecto es llevado adelante por los claretianos y equipos de APJ
de cada posición.

El Equipo de PJV realiza una labor de apoyo y seguimiento constan-


te, ayudando en la realización del mismo y cuidando que todo funcione
según las claves y principios establecidos.

En las visitas del Equipo de PJV a las posiciones, se procura tener al-
guna reunión para dialogar sobre la marcha del proyecto. Cada posición
evalúa el funcionamiento del mismo al final de curso.

A nivel provincial, se realiza un seguimiento y evaluación constante


desde el Consejo Permanente de PJV (tres veces al año) y desde el
Encuentro de Responsables de PJV (una vez al año).

25
Acompañamiento y maduración en la fe de
preadolescentes, adolescentes y jóvenes.

Curso Curso Sesiones


(orientativo) litúrgico
septiembre 1
2
3 MSIÓN UNIVERSAL
octubre 4 (compromiso)
OMC
5
6
7 TRINIDAD-DIOS PADRE
noviembre
8

9 PALABRA DE DIOS
ADVIENTO 10
11
diciembre
12
NAVIDAD 13 FAMILIA-PAREJA
14
DIOS HIJO
15
16
enero VOCACIÓN
17
18
POBRES
Manos
febrero 19 (compromiso)
Unidas
20
21 SACRAMENTO PENITENCIA
marzo Cuaresma
22 VIRTUD CARIDAD
23

S.SANTA 24
abril 25
26
MORAL
PASCUA 27
28
mayo
29
Pentecostés 30
IGLESIA (Hch)-ORDEN
31
SACRAMENTO EUCARISTÍA
32
Corpus Christi
17 (sesiones P. CLARET
Corazón de
junio María 18 móviles) FAMILIA CLARETIANA

julio
agosto Verano
26
POS-EXPERIENCIAS de VERANO
Entrega del Diario
ENCUENTRO CON DIOS
PADRE
MSIÓN UNIVERSAL
ACCIÓN MISIONERA (compromiso)
OMC

TIEMPO DE PROFUNDIDAD ORACIÓN


PROYECTO PERSONAL

PENITENCIAL VIRTUD ESPERANZA


ENCUENTRO CON DIOS
ENCARNACIÓN

CELEBRACIONES NAVIDAD
FAMILIA-PAREJA

ENCUENTRO CON DIOS DIOS HIJO


JESÚS-VOCACIÓN

VIDA CONSAGRADA
(2 de Febrero)
ACCIÓN MISIONERA
(común en los dos años)

Manos Unidas

PENITENCIAL SACRAMENTO BAUTISMO


ENCUENTRO CON DIOS MORAL
GETSEMANÍ
CELEBRACIONES S. SANTA
VIRTUD FE
ENCUENTRO CON DIOS VOCACIÓN
IV DOM.-ESPÍRITU-VOCACIÓN DIOS ESPÍRITU
ACCIÓN MISIONERA
V DOMINGO DE PASCUA COMPROMISO-VOCACIÓN SEGLAR

ENCUENTRO CON DIOS SACRAMENTO CONFIRMACIÓN-


EUCARISTÍA MATRIMONIO
(sesiones P. CLARET
móviles) FAMILIA CLARETIANA

CONVIVENCIAS Y EXPERIENCIAS DE VERANO


SEGUIMIENTO Y ENCUENTROS DE VERANO

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