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Apuntes de Historia Contemporánea  2000, Mariano Santos La Rosa Editores, S. no A.


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la reprografía o el tratamiento informático y la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamos públicos.

APUNTES DE CLASE PARA EL 2º PARCIAL - HISTORIA CONTEMPORÁNEA

2. INTENTOS DE RESTAURACIÓN ABSOLUTISTA Y


NUEVAS OLEADAS REVOLUCIONARIAS (1815-1848)
2.1) El Congreso de Viena: reacción e intervención. Principios de "legitimidad" y
"equilibrio". La Santa Alianza: alcances y limitaciones. Los intentos de control social y político
a través de los Congresos
2.2) Las primeras revueltas nacionalistas y liberales. Influencia del Romanticismo. Etapa
formativa de las nacionalidades
2.3) La revolución de Julio. Características esenciales de los movimientos nacionales. La
crisis económica de la década del '40. 1848: la "Primavera de los pueblos".

2.1- EL CONGRESO DE VIENA:


En 1814, las potencias europeas ya habían firmado un primer acuerdo en Chaumont (1/3/1814),
con el fin de controlar a Francia, considerada como la cuna de todas las ideologías revolucionarias. En el
mismo, se reconocía a Luis XVIII como legítimo rey de Francia, aunque poco después se produjo el
retorno de Napoleón y los "100 días". También convertía al "establecimiento de un equilibrio justo entre
las potencias" en uno de los objetivos de la paz.
El Congreso de Viena nunca se inauguró oficialmente. Sin embargo, los representantes de toda
Europa (216 delegaciones) participaron en un conjunto de reuniones parciales de las potencias
vencedoras, pero en ninguno de estos encuentros estuvieron presentes todas las delegaciones. Las
negociaciones duraron desde principios de noviembre de 1814 hasta el 9 de junio de 1815. Un documento
general, firmado el 9 de junio de 1815, constituye el acta final del Congreso. Esta Acta, así como los dos
tratados de París, del 30 de mayo de 1814 y del 20 de noviembre de 1815 (que reglamentan el caso de
Francia) establecen el estatuto de territorial de un mundo restaurado. Completan la labor las reuniones de
Aquisgrán (1818), Troppan (1819), Laybach (1820), Verona (1822).
Con el fin de asegurar el orden restaurado, se propone la creación de un Consejo permanente, una
especie de organización permanente en la cual participarán los distintos estados europeos sobre la base de
la reciprocidad y la solidaridad. Esta solidaridad implica la obligación de luchar contra todo lo que pueda
perjudicar al vecino: las teorías subversivas, los movimientos antisociales y revolucionarios, etc. Nada se
opone a una colaboración entre vencedores y vencidos en el marco de la nueva Europa. Unos y otros
trabajarán para restablecer los antiguos valores y para restaurar la civilización. La tesis oficial de las
buenas intenciones del invasor es adoptada oficialmente por Luis XVIII.

2.1.1) Principios de Legitimidad y Equilibrio:


Las resoluciones del Congreso de Viena se basaron en el criterio de equilibrio y el de legitimidad:
- Criterio de Equilibrio: quería significar que cada gobernante debía mantenerse dentro de los
límites de su propio territorio. Ninguno debía tener ambiciones sobre las posesiones del otro. Para lograr
esto, las naciones más poderosas participantes del Congreso de Viena debieron consultarse y ponerse de
acuerdo en la redistribución de los territorios. Esta nueva configuración del mapa europeo fue establecida
sin tener en cuenta los principios del nacionalismo y el liberalismo.
- Criterio de Legitimidad: presupone la devolución de los territorios, idénticos o equivalentes, a su
legítimo dueño, según el antiguo derecho monárquico. Bajo ciertos aspectos, la soberanía es un bien
patrimonial, una propiedad inconmutable.
También sostenía que cada país debía estar gobernado por el rey legítimo. Sin embargo, en algunas
ocasiones aceptaron el establecimiento de gobiernos ilegítimos, como en el caso de Suecia.
Ambos principios actúan en un sentido conservador. No tienen en cuenta el deseo de los pueblos,
incluso negado por la misma Revolución Francesa

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2.1.1.1. Redistribución de los territorios:

- Francia:
El segundo tratado de París (20/11/1815) reduce a Francia a sus fronteras de 1791. Pierde también
Santo Domingo, colonia que por sí sola garantizaba el equilibrio de la balanza comercial, gracias a las
reexportaciones de sus productos por la metrópoli francesa. Además, Francia debería pagar una
indemnización de 700 millones, o sea, el equivalente de los ingresos de un año de presupuesto normal.
Este tratado establecía una Francia vigilada tanto desde el interior como desde el exterior. Vigilada por
ejércitos de ocupación que debían permanecer cinco años en su suelo. Contenida, encauzada por una
barrera de estados: al norte, el reino de los Países Bajos que comprendía también a Bélgica. Al nordeste
Prusia, que incorporó casi toda la orilla izquierda del Rin. Al este, la nueva Confederación Germánica,
que incorporaba territorios de Austria y Prusia. Al sudeste, el reino de Cerdeña, que ha recuperado Saboya
y el condado de Niza y se ha ampliado gracias a los territorios de la antigua República de Génova.

- Prusia:
Devuelve un enorme pedazo de Polonia y renuncia a Varsovia, pero se extiende hacia el oeste.
Sólo el estrecho pasillo de Hesse-Hanover separa los dos bloques de sus posesiones. El país no sólo ha
ganado en homogeneidad geográfica sino también en homogeneidad humana. La Prusia anterior contaba
casi con 1/3 de población eslava. La nueva Prusia comprende 6/7 de población alemana.

- Austria:
Logra un débil aumento de población y de superficie. Incorpora por el lado de Venecia e Iliria
aproximadamente lo mismo que pierde con los antiguos países bajos austríacos (Bélgica) Pero sus
territorios forman ahora un bloque y gracias al aniquilamiento de la república de Venecia vuelve a ser una
gran potencia italiana. Los borbones son desplazados de Parma, en cuyo ducado es instalada María Luisa.
Además, preside la dieta de la nueva Confederación Germánica, que ha pasado de 360 estados a sólo 39.
El documento confederal del 8 de junio de 1815 declara que el fin de esta Confederación es "mantener la
seguridad exterior e interior de Alemania". Si en un estado confederado estallan desórdenes que
amenacen a los vecinos, la Dieta deberá aportar los auxilios necesarios para restablecer el orden legal.

- Rusia:
El gran vencedor fue Rusia. Se queda con la mayor parte de la Polonia prusiana y austríaca. Si
bien el Congreso de Viena creó un reino autónomo de Polonia, su rey es el zar. También incorpora a
Finlandia, que le es quitada a Suecia, y se expande hacia Georgia y el Mar Caspio.

- Inglaterra:
Se apodera de nuevas bases estratégicas en Europa: la isla de Heligoland, Malta y las islas Jónicas.
Pero donde más territorios obtiene es en el mundo colonial, en detrimento del dominio colonial francés y
de sus antiguos aliados. En las Antillas obtiene Santa Lucía, Trinidad, Tobago; en Africa el Cabo; en Asia
la isla de Ceilán. Pero a todo esto debe sumar las enormes ventajas comerciales logradas en América
Latina

- Otras modificaciones territoriales en las potencias menores


- Bélgica es unida a Holanda
- Noruega es separada de Dinamarca e incorporada a Suecia.
- Se crea el estado de Piamonte-Cerdeña, sobre el antiguo territorio de Génova
- Nápoles y Sicilia permanecen en manos de los Borbones italianos

- Conclusión:
Por consiguiente, el "equilibrio" de 1815 no desemboca en modo alguno en una paz de equilibrio
entre vencedores y vencidos. Comparada con la paz de Utrecht, la paz de Viena es una paz de
aplastamiento.

2.1.2) La Santa Alianza:


Esta unión fue propuesta por el zar ruso, que estaría conformada por las 4 principales potencias
que vencieron a Francia: Rusia, Prusia, Austria e Inglaterra, pero esta última no acepta. Esta alianza tenía
como objetivo el control revolucionario en cualquier parte del mundo, lo que podría significar la
injerencia de Europa en lugares donde Inglaterra disfrutaba de la supremacía indiscutida. Por ejemplo,
Inglaterra trata de evitar la intervención de la Santa Alianza en la América Española. Otra razón para

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negarse es que Rusia deseaba avanzar sobre los Balcanes. Inglaterra trata de oponerse a esto debido a que
Rusia se está desarrollando mucho, sobre todo en Asia central, por lo que los ingleses temen que amenace
su dominio en la India.
Se la denomina Santa porque integra a potencias cristianas de diversas confesiones: Austria
(católica), Prusia (protestante) y Rusia (ortodoxa) y desde la óptica rusa, podría ser una alianza dirigida
contra los turcos. Pero Inglaterra veía al Imperio Turco como un estado tapón para frenar el avance ruso,
por lo que mediante su ayuda, los ingleses aspiraban a controlar a Turquía.
Esta alianza afirma el deber de asistencia mutua de os soberanos de derecho divino, delegados por
la Providencia para gobernar a sus pueblos.

2.1.2.1. La Cuádruple alianza:


El 20 de noviembre de 1815 se firma un tratado de tipo más tradicional entre Inglaterra, Austria,
Prusia y Rusia, el mismo día en que se firma el segundo tratado de paz con Francia. En el terreno europeo
y mundial, los aliados tienen intereses divergentes, pero contra Francia y lo que representa, la política de
todos ellos concuerda.

2.1.3) Los intentos de control social y político a través de los Congresos:


En 1818, en el Congreso de Aquisgrán, se reconoció a Francia en el concierto de las naciones
europeas. Se va a insistir en la política de freno a las revoluciones y se sostiene que las monarquías son
una demostración de la voluntad de Dios, de esta manera se establece la unión del trono y del altar. El
Estado se ha formado de arriba hacia abajo, no por la voluntad popular a través de un contrato social.
Incluso se llega al punto de considerar al progreso como revolucionario, por lo que se toman varias
medidas reaccionarias como la del Papa, quien se expide contra las vacunas, contra la iluminación a gas,
etc.
Se intenta volver a un orden social estamental. Se reconoce la nobleza de sangre y de espada, pero
no la de toga, que había sido revolucionaria. Esto se da principalmente en Rusia, Prusia y Austria.
Por todo esto, podemos decir que el Congreso de Viena desconoció las nacionalidades (unión de
Bélgica con Holanda), los reclamos de proyectos liberales y los problemas sociales (que comienzan a
manifestarse claramente a partir de 1830). Se idea el Sistema Metternich para reprimir los focos de
subversión

2.1.4) Las restauraciones interiores:


2.1.4.1. La restauración política:

- En Francia:
La carta francesa de junio de 1814 instauraba un compromiso entre el antiguo y el nuevo régimen,
en el que figuraban las grandes conquistas sociales de la Revolución. Si bien todo la autoridad residía en
la persona del rey, éste concedía una carta irrevocable.
Esta carta establecía que el poder legislativo le correspondía al rey, a la Cámara de los Pares y a la
Cámara de Diputados, ésta última elegible. Los impuestos debían contar con el acuerdo de ambas
cámaras. Se establecía un censo electoral menos riguroso que durante el Imperio, pero más que el de la
Constitución del año III.
El rey podía prorrogar o disolver la Cámara, con tal de que convoque a otra nueva en el plazo de 3
meses. Nombra a los pares, en número ilimitado, cuyos cargos serían vitalicios y hereditarios. Al rey
corresponde la iniciativa y la sanción y promulgación de las leyes. Ejerce el poder ejecutivo, tiene
derecho a declarar la guerra, etc.
Queda confirmada la libertad de prensa y la libertad de culto, aunque la religión católica es
proclamada religión del estado. Esta carta parece reconocer ampliamente la sociedad surgida de la
Revolución Francesa. Sus tres primeros artículos proclaman la igualdad civil: igualdad ante la ley,
igualdad fiscal, admisión a los cargos civiles y militares. El Código Civil napoleónico se mantiene en
vigor

- En el resto de Europa:
Muchos de los estados satélites de la Francia napoleónica se transforman en estados
constitucionales: los Países Bajos, la Confederación Helvética, Polonia y Noruega. Pero casi todo el resto
de Europa vuelve al régimen del absolutismo.

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La mayoría de los países de la Confederación Germánica conservan el absolutismo, aunque el gran


ducado de Sajonia-Weimar es una anomalía liberal. Lo mismo sucede en Italia
Pero no sólo se intenta una restauración política sino también social, religiosa y moral. Todo el mal
revolucionario era considerado como una consecuencia de un "siglo de irreligión". Divinidad, herencia y
fidelidad son los principios de la restauración moral.

2.1.4.2. La restauración social:


La Iglesia quedará en el estado como antes, pero no ya como sospechosa o rival sino como
insustituible colaboradora. Incluso para la Iglesia Anglicana el anticristo ya no es el Papa sino Napoleón.
Se ha acabado ya con el jansenismo, el galicanismo, disputas que pasan a segundo plano. Pío VII
restablece en 1814 la compañía de Jesús, suprimida en 1773 ante la hostilidad general de las cortes
europeas.
Se afirma que la sociedad no es contractual sino que Dios la ha creado y le ha dado sus
instituciones que el hombre no puede cambiar. El Estado no ha sido formado de abajo hacia arriba sino de
arriba hacia abajo. La fidelidad aparece como la mayor virtud social: al soberano, al patrono, a la
profesión, a las costumbres, a la tradición, a los valores morales.
Se trata de poner un freno al progreso material, en cuanto presupone un peligro de contaminación
revolucionaria. La discusión, en Roma, de novedades francesas como la vacuna y la iluminación de las
calles, la destrucción por orden del rey de Cerdeña del jardín botánico de Turín, etc.

- El Romanticismo:
Surgido como una fuerte reacción antirracionalista, como una liberación de la sensibilidad, el
romanticismo proclama a su manera los valores de la restauración. Su religiosidad facilita este regreso a
la religión. Sus nuevos temas de inspiración son la vida rústica, la sencillez, de las épocas primitivas, la
leyenda épica y lejana, son causa de que sea vulnerable a la llamada de al tradición. En la poesía alemana
se da el triunfo de lo irracional, la apología del misticismo, del catolicismo y del monarquismo.

2.2- LAS PRIMERAS REVUELTAS NACIONALISTAS Y LIBERALES:


La revolución francesa fue vencida, pero los ideales revolucionarios se mantienen y van a rebrotar
en distintas oleadas revolucionarias (1820 - 1830 - 1848), que afectarán de distinta forma a los diversos
países de Europa.
Sin embargo, bien pronto comienzan a surgir amenazas contra la sociedad restaurada. La nueva
coyuntura beneficia especialmente a la burguesía. Así, los planteos liberales y los nacionalismos
amenazan directamente a la Europa del Congreso de Viena. De esta manera, trabajan en pro de la
revolución burguesa, las más poderosas fuerzas del siglo XIX: el sentimiento nacional y el sentido
burgués de clase. Uno y otro sublevan ya, silenciosamente, a Francia y al resto de Europa contra los
tratados y los pactos de 1815.
Pese a que el objetivo supremo de todas las potencias era evitar una segunda revolución francesa,
el "morbo revolucionario" jamás ha sido tan endémico, tan dispuesto a extenderse por contagio
espontáneo.

2.2.1) Las revoluciones de la década de 1820:


Pese a que se producen algunos disturbios en Inglaterra, Francia y Alemania, las verdaderas
revoluciones de esta década se van a dar en las tres penínsulas europeas: España, Italia y Grecia, aunque
con características diversas. En el caso de España y Portugal se dan revoluciones liberales, mientras que
en Italia y Grecia son revoluciones nacionalistas. Excepto en Grecia, todos estos movimientos fueron
sofocados.

2.2.1.1. La revolución del '20 en Inglaterra:


Entre 1817 y 1819, se producen en Inglaterra varias manifestaciones radicales, obreras y de
desocupados (producto del maquinismo y del final de las guerras napoleónicas). Ante los disturbios, el
gobierno inglés decide adoptar una política represiva y levanta la vigencia del Hábeas Corpus y sanciona
las Six Acts. Para algunos autores, estas serían las manifestaciones inglesas de las revoluciones del '20.

2.2.1.2. La revolución del '20 en la Confederación Germánica:


En 1819 se produce una manifestación de estudiantes de dos universidades alemanas: la de Jena y
la de Giessen. En estas se realizan reclamos como la sanción de una constitución y la unificación
alemana, por lo que adoptan una bandera tricolor como símbolo de la unificación. Para los miembros del

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Congreso de Viena, esto sonó a revolución, por lo que enviaron tropas para suprimir las manifestaciones
estudiantiles.

2.2.1.3. En Francia:
Las manifestaciones de esta oleada se dieron a pesar de que la política llevada a cabo por el rey
Luis XVIII había sido bastante prudente. En 1820, tiene lugar el asesinato del aspirante al trono, el duque
de Berry. Se pensó que detrás de este asesinato estaban los revolucionarios republicanos y bonapartistas,
por lo que se desata una oleada de represión contra estos grupos, conocida como un nuevo Terror Blanco.
En esta época, surge el movimiento carbonario francés.

2.2.1.4. La revolución del '20 en España:


Las Cortes, reunidas en Cádiz durante la prisión de Fernando VII, habían sancionado una
constitución liberal en 1812. Cuando el rey vuelve al trono, en 1814, inmediatamente anula la
constitución, restableciendo el absolutismo.
En 1821, Fernando VII proyecta enviar una flota para aplastar los movimientos revolucionarios
americanos. Pero antes de zarpar, ésta se subleva, a las órdenes del general Riego, obligando al rey a jurar
la constitución de 1812. Entonces, Fernando solicita la ayuda de la Santa Alianza y Francia, deseosa de
consolidar su nueva posición entre el concierto de naciones europeas, acude al llamado y envía unos
60.000 soldados que aplastan la revolución en 1823, por lo que el rey desata una persecución contra los
liberales. Pero esta revolución liberal reavivó el movimiento de liberación de las colonias americanas, que
había sido aplastado después de 1815.

2.2.1.5. La revolución del '20 en Portugal:


También aquí se produce una revolución liberal, que obliga al rey Juan VI a dar una constitución.
Pero se produce una reacción por parte de los sectores cortesanos, por lo que la revolución se exporta al
Brasil, que declara su independencia en 1822 bajo el gobierno del príncipe Pedro, hijo de Juan VI
Sin embargo, como Inglaterra se muestra interesada en que se establezca un gobierno liberal en
Portugal, la revolución logrará consolidarse y triunfar. En 1828, cuando se produce la muerte de Juan VI
y ante la posible sucesión de su hija María, su tío Miguel (hermano del rey) se apodera del trono pero con
ayuda de Inglaterra, María logra recuperarlo en 1834.

2.2.1.6. La revolución del '20 en Italia:


Los revolucionarios italianos buscan la unificación y se manifiestan en contra de las dominaciones
extranjeras: la de los Borbones, la de Austria y la del Papado.
- En Piamonte-Cerdeña, los movimientos revolucionarios no son de carácter nacionalista (su
monarca era italiano) sino liberal, dirigido por la burguesía. Este movimiento lleva a la abdicación del rey
a favor de su hijo Carlos Félix, quien pide ayuda a los austríacos. Estos intervienen y aplastan la
revolución.
- Estallan revueltas en el sur contra los Borbones. El rey debe acceder en primer término a las
demandas, por lo que jura una constitución liberal. Pero poco después solicita ayuda a Austria, gracias a
la cual logra aplastar el movimiento revolucionario.
De esta manera, podemos ver cómo Austria se transforma en el gendarme de Europa.

2.2.1.7. La revolución del '20 en Grecia:


Sólo una de las revoluciones de 1820-1822 se mantuvo, gracias en parte a su éxito al desencadenar
una genuina insurrección popular y a una situación diplomática favorable: el alzamiento griego de 1821.
Por ello, Grecia se convirtió en la inspiradora del liberalismo internacional.
Esta es una revolución de carácter eminentemente nacionalista y con el tiempo, la lucha griega va
a despertar simpatías en toda Europa. Desde las Islas Jónicas, los ingleses permiten la difusión de ideas
independentistas.
Los rusos van a ayudar a los griegos, pese a ser un movimiento revolucionario, en la medida que
esto ayudara a debilitar a los turcos. Los ingleses también deciden intervenir a favor de Grecia, para no
quedarse atrás de Rusia. De igual forma actúa Francia.
Esta guerra termina con la victoria de Navarino, en 1827. Las naciones aliadas de Grecia le
imponen como gobernante a un príncipe alemán, Otón I.

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2.2.1.8. El movimiento Carbonario y la oleada revolucionaria del '20:


Todos los revolucionarios se consideraban como pequeñas minorías selectas de la emancipación y
el progreso, trabajando a favor de una vasta masa de gentes ignorantes y despistadas que sin duda
recibirían bien la liberación cuando llegase, pero de las que no podía esperarse que tomasen mucha parte
en su preparación. Concebían la revolución como algo único e indivisible, como un fenómeno europeo.
Todos ellos tendían a adoptar el mismo tipo de organización revolucionaria: la hermandad insurreccional
secreta. Tales hermandades, copiadas de los modelos masónicos, brotaron hacia finales del período
napoleónico. La más conocida fue la de los carbonarios, que alcanzó su apogeo en 1820-1821 cuando una
serie de insurrecciones de tipo carbonario estallaron. Estas fracasaron por completo en Francia, en donde
faltaban las condiciones políticas para la revolución y los conspiradores no tenían acceso a las únicas
efectivas palancas de la insurrección en una situación inmadura: el ejército.
Si fracasaron en Francia, triunfaron transitoriamente en algunos estados italianos y sobre todo en
España, donde los coroneles liberales, organizados en hermandades, ordenaron a sus regimientos que les
siguieran en su insurrección, cosa que hicieron sin vacilar. La sociedad secreta ritualizada y jerarquizada
como la masonería, atraía fuertemente a los militares.
Por esto, muchas de sus hermandades fueron destruidas en 1823. Subsistió por su misión de
ayudar a los griegos a recobrar su independencia y después del fracaso de las revoluciones del '30, los
emigrados políticos de Polonia e Italia lo difundieron todavía más. Ideológicamente, los carbonarios y sus
afines eran grupos formados por gentes muy distintas.

2.3- LA OLEADA REVOLUCIONARIA DEL '30:


La segunda oleada revolucionaria se produjo en 1829-1834 y afectó a toda Europa, excepto a
Rusia. La caída de los borbones de Francia estimuló diferentes alzamientos. A diferencia de la oleada del
'20, en la del '30 la política y la revolución de masas sobre el modelo de 1789 se hicieron posibles otra
vez, haciendo menos necesaria la exclusiva actividad de las hermandades secretas.
Hasta 1830, todos los gabinetes europeos se habían esforzado por mantener el statu quo de 1815
en cuestiones de política interior y exterior. Pero en 1830 la revolución estalló en donde había comenzado
y por tratarse de una gran potencia, las restantes se negaron a intervenir

2.3.1) La Revolución de Julio:

2.3.1.1. Antecedentes:
Durante el período de la Restauración (1815-1830) el manto de la reacción cubría por igual a todos
los disidentes y bajo su sombra las diferencias entre bonapartistas y republicanos, moderados y radicales
apenas era perceptible. Todavía no existía una clase trabajadora revolucionaria o socialista.
Luis XVIII había muerto en 1825 y fue sucedido por Carlos X, quien continúa con una política de
persecución a los republicanos y bonapartistas. Para esto, se apoya en los monárquicos, el clero y la
nobleza. Incluso pretende devolver a la Iglesia los bienes nacionalizados, así como los bienes confiscados
a los exiliados. Estas tierras ahora se encuentran en manos de la burguesía y los campesinos.
Carlos X había tratado de frenar el ascenso de la burguesía, primero mediante la maniobra de
distracción de la invasión a Argelia (en julio de 1830). Las elecciones de 1830 establecieron una cámara
desafiante para el poder del rey. En vez de ceder, Carlos recurrió al gobierno por ordenanza, disolvió la
cámara, redujo el voto, suspendió la libertad de prensa y decretó una nueva elección. Era un golpe de
estado desde arriba, contra el cual la población de París desencadenó la revolución desde abajo.
Esta violación de la carta constitucional provocó una revolución del pueblo parisino, que el rey no
había prevenido.

2.3.1.2. La Revolución de Julio:


Por estas razones, el movimiento revolucionario va a ser liderado por integrantes de sectores
populares, de la burguesía media y de la pequeña burguesía. La revolución estalla durante los "3 días
gloriosos" (29, 30 y 31 de julio). París se llena de barricadas, debido a que las estrechas calles favorecían
la lucha en las mismas, por lo que el movimiento triunfa.
Pero los moderados no deseaban realmente una revolución ni el retorno del régimen republicano.
La mayoría liberal de la cámara, las altas finanzas y Luis Felipe de Orleans se coaligaron para excluir al
"pueblo".

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2.3.1.3. La coronación de Luis Felipe:


Los revolucionarios quieren establecer una República, pero la alta burguesía toma la delantera.
Inmediatamente formaron una Asamblea Constituyente y nombra como nuevo rey a Luis Felipe de
Orleans, cabeza de una rama colateral de la casa real. Estos burgueses temían las demandas de un
proletariado armado y victorioso más que los designios de un rey.
Estos grupos concluyeron un pacto que instituía al rey en interés y no en nombre del pueblo. La
carta constitucional de 1814 fue redactada de nuevo para eliminar cláusulas ambiguas y redefinir el
gobierno como monarquía limitada, constitucional, representativo y responsable. El derecho del rey a
decretar leyes de emergencia fue suprimido, se introdujo el derecho de iniciativa en las cámaras y se hizo
extensivo el censo a la alta burguesía (el derecho al voto se extendió a 250.000 electores en vez de los
100.000 anteriores). La compatibilidad entre los cargos de funcionario público y diputado permitía
conseguir mayorías adictas al gobierno.

2.3.1.4. El reconocimiento de Luis Felipe:


Mientras tanto, los revolucionarios belgas, polacos e italianos pusieron sus esperanzas en la ayuda
de Francia, así como en París los radicales, ante un avance en las fronteras del Rin, prometían declarar la
guerra. Inglaterra y Prusia trataron de adelantarse diplomáticamente a este peligro, por lo que
reconocieron en seguida al nuevo rey Luis Felipe, al que luego tuvieron que reconocer también
Metternich y el zar Nicolás. Mediante esta legalización se intentaba atajar la revolución en Francia.
El nuevo rey invocó el principio de la no intervención, según la cual una revolución, una vez
desencadenada, no debía ser interferida desde el exterior. Inglaterra se adhirió a este concepto.
Pero la cauta política exterior de la monarquía decepcionó a los republicanos y a los
revolucionarios italianos, alemanes y polacos que habían organizado revueltas con la esperanza de
obtener apoyo francés.

2.3.1.5. El gobierno de Luis Felipe:


Luis Felipe procedía de una familia liberal y se lo conoce como el "rey burgués". Con el cambio de
dinastía, comienza para Francia una nueva etapa donde se produce el auge de la alta burguesía, ligada al
sector de las finanzas. Los trabajadores, que no se ven beneficiados por este tipo de gobierno, realizan
manifestaciones en Lyon y París en 1831 y 1834, uniéndose a los republicanos. Pero estos levantamientos
fueron duramente reprimidos y a partir de 1835, se consolidó el régimen del justo medio, que entre las
reivindicaciones de legitimidad de los borbónicos y los bonapartistas, los republicanos y los socialistas
trataba de mantener una postura intermedia.
La revolución de Julio fue una revolución política que determinó cambios en las capas sociales
dirigentes. La gran burguesía sustituyó a la nobleza en los puestos clave, el soberano legítimo fue
sustituido por el rey burgués, pero la organización constitucional y la estructura social permanecieron
relativamente intactas.

2.3.2) La Revolución del '30 en el resto de Europa:


La revolución de julio se contagia rápidamente por toda Europa. Los movimientos revolucionarios
de esta oleada fueron más importantes que los de la del '20.

2.3.2.1. La revolución del '30 en Bélgica:


La chispa revolucionaria prendió en Bélgica en agosto de 1830, estallando una revolución con
características nacionalistas, ya que esta región intenta separarse de Holanda. También es una revolución
liberal porque pretende el establecimiento de una monarquía constitucional.
Bélgica tenía un desarrollo industrial desde la época de Carlos V, por lo que éste chocaba con los
intereses comerciales de Holanda y el rey favorecía a esta última región
En esta revolución, la cuestión religiosa adquiere importancia porque el clero católico belga apoya
la revolución contra la Holanda protestante. El alto clero esperaba la restitución de sus privilegios
perdidos y opuso desde el principio una firme resistencia a una autoridad política que de manera creciente
había intensificado su intervención en la administración de la Iglesia y los órganos educativos clericales.
Por esto, la Iglesia católica se alió por primera vez en la historia con los liberales, en 1828. Pese a la
condena papal de 1832, esta no tuvo repercusión en el clero belga.
Inglaterra decide apoyar a los revolucionarios belgas ya que la industria de la región era de lujo y
no constituía una competencia para Inglaterra. De esta manera, intentaba debilitar a Holanda y conseguir
que el río Escalda dejara de ser un punto de navegación exterior. Mientras los gobiernos absolutistas

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europeos no pudieron ayudar a Holanda, las potencias occidentales apoyaron a los separatistas belgas y
esto decidió la cuestión.
La separación de Bélgica de los Países Bajos fue legitimada internacionalmente en el espacio de
tres meses por una conferencia rápidamente reunida en Londres. Las grandes potencias se
comprometieron a la moderación, pero el rey holandés trató de recuperar por la fuerza a las provincias
perdidas. De esta manera, los franceses pudieron condicionar su retirada de Bélgica al desmantelamiento
de algunas plazas fuertes belgas. Las grandes potencias entonces acordaron la neutralización de Bélgica
La constitución belga de 1831 sirvió de modelo al resto de las constituciones revolucionarias de
1848. Se caracterizaba por:
- Declarar abiertamente el principio de soberanía del pueblo y la supremacía del poder legislativo
sobre el ejecutivo. El rey era considerado sólo como un órgano ejecutivo dentro del marco de las leyes,
por lo tanto sus atribuciones sufrían restricciones
- Se introdujo la responsabilidad de los ministros ante la Cámara.
- El derecho de voto estaba todavía limitado a una minoría de ciudadanos que reunieran los
requisitos de propiedad necesario, pero la ampliación del derecho al voto era mucho mayor que en la
Inglaterra y Francia de 1830. El hecho de que el sufragio fuera ampliado sin precipitar una
revolución social, motivó que el año de 1830 fuese decisivo en la historia del siglo XIX. Durante dos
generaciones, las clases gobernantes de Europa habían vivido aferradas por recuerdos de 1789 y el
miedo a que la menor concesión a las demandas populares fuese una invitación al caos, convirtió a
los estadistas y eclesiásticos en firmes enemigos del cambio político (Bruun, p. 50)
- Se introdujo la libertad general de prensa, la jurisdicción de los jurados, la libertad de enseñanza,
la libertad religiosa. El Estado asumiría la retribución permanente del clero. La alianza con los sectores
liberales había proporcionado al clero la libertad más absoluta en todo el sector de la enseñanza, donde se
encontraba protegida por las leyes y financiada por el Estado. La tolerancia liberal se convertía de hecho
en una ventaja para la religión dominante.

2.3.2.2. La revolución del '30 en Inglaterra:


Para Hobsbawm, hasta Inglaterra se vio involucrada en esta oleada revolucionaria. Irlanda
consiguió la emancipación católica en 1829 y se dio la reaparición de la agitación reformista.
Las confederaciones que unían sindicatos de varios oficios comenzaron a surgir hacia 1830, en la
atmósfera revolucionaria que crearon de nuevo las crisis agrícolas e industriales de 1825-1832 y luego las
noticias de la revolución de julio, en Francia. También se da la destrucción de las primeras trilladoras por
los jornaleros agrícolas, bajo el mando del "capitán Swing".
De alguna manera, el Acta de Reforma de 1832 correspondió a la revolución de julio de 1830 en
Francia, aunque el significado de la reforma consistió en que sustrajo el poder a la aristocracia agrícola y
comercial que lo había monopolizado desde 1689 y se lo dio a la nueva aristocracia industrial y a la alta
burguesía. También estableció el principio de que ningún gabinete podía permanecer en el poder si perdía
la confianza de una mayoría en la Cámara de los Comunes.
Esto llevó al fortalecimiento de la central obrera owenista. Sin embargo, pese a que la burguesía
industrial había logrado la victoria con el apoyo de los obreros, comenzó a actuar en contra de sus
antiguos aliados. En 1834 es sancionada una nueva Ley de Pobres que significaba terminar con el
paternalismo del sistema de Speenhamland.
Como consecuencia de la decepción por la reforma electoral y el fracaso del sindicalismo de
Owen, los obreros forman el movimiento político cartista

2.3.2.3. La revolución del '30 en Alemania:


- En la Confederación del Rin: la generación de estudiantes radicales de 1819, había iniciado su
vida profesional para este entonces. En estos círculos se reclutaron aquellos profesores que junto con los
estudiantes ocuparon temporalmente en 1831 la ciudad universitaria de Gotinga. Entonces, el gobierno
decidió controlar la situación, procediendo a la expulsión de varios profesores universitarios que
participaron del acto.
En 1833, se intentó por primera vez hacer una revolución en vez de esperarla. En Francfort fue
asaltado el cuartel centeral y emigrantes polacos trataron de atravesar las fronteras alsacianas para apoyar
el esperado levantamiento popular, pero la insatisfacción de amplios sectores de la población no fue
suficiente para transformar una revuelta de estudiantes en un movimiento de masas (Furet, 265).
Entonces, entre 1832 y 1834 se promulgó mediante decretos federales una serie de medidas y leyes
para suprimir la libertad de asociación, abolir los restos de la libertad de prensa y crear una nueva
comisión de investigación contra prófugos y alborotadores, vigilar rigurosamente las universidades

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recortar los derechos regionales de cada estado en beneficio de la jurisdicción federal. Por lo tanto, en
nombre de la reacción se reforzó notablemente la autoridad federal.
- En Prusia, desde 1818 se había comenzado a eliminar las aduanas interiores. En 1829 su alianza
con Hesse le permitió llevar a cabo la unión económica y política de sus territorios orientales y
occidentales. Luego, la administración prusiana consiguió fusionar la unión aduanera de Alemania
meridional y la de Alemania central con la suya propia, en 1834. Prusia renunció a unos beneficios
directos (perdió un 25% de sus ingresos aduaneros) canjeándolos por la ventaja a largo plazo.
La Zollverein se arrogaba derechos de soberanía económica. Una conferencia general que se
reunía en distintos sitios podía decidir sólo por unanimidad, de forma tal que la soberanía de los Estados
miembros quedaba a salvo aparentemente, mientras la hegemonía de Prusia no adquiría un aspecto
ofensivo. No obstante, Prusia tenía responsabilidades particulares para estipular tratados comerciales con
el exterior y albergaba también el aparato burocrático en Berlín. De esta forma, se fue conformando un
verdadero mercado alemán, propiciado desde Prusia. Con el tiempo, la unión económica iba a facilitar la
unión política. No sin motivo Metternich veía en la Zollverein el primer paso hacia una futura revolución
que se abría camino silenciosamente.
La paradoja de Prusia estaba en que este país, que con tenaz energía había creado un área
económica liberal, seguía siendo políticamente conservador. Los mismos burgueses seguían excluidos de
cualquier decisión política, aún en materia de política aduanera. De esta manera, poco faltaba para que la
burguesía industrial comenzara a insistir en participar en el gobierno, en un intento de transformar en
influjo político el poder económico alcanzado.

2.3.2.4. La revolución del '30 en Italia:


Las insurrecciones en los Estados del centro de Italia: Módena, Parma, Bolonia y los Estados
Papales, que estallaron en 1831, fueron apoyadas por una clase de notables burgueses, aliada con la
nobleza liberal. Estos movimientos nacionalistas eran generados por grupos carbonarios (surgidos en la
época napoleónica) que buscaban la unificación. Abogados, comerciantes, oficiales, industriales, todos
ellos buscaban con sus organizaciones secretas la forma de avanzar hacia una constitución representativa.
Pero fracasaron en su intento de lograr la unidad de acción en el centro de Italia y en contagiar la rebelión
a los estados en los que la revolución de 1820 había fracasado.
En Piamonte, también se produjeron movimientos revolucionarios contra Carlos Félix, quien
vuelve a llamar a los austríacos para restablecer el orden. Luego de esto, renuncia al trono y asume el
poder su hijo, Carlos Alberto. Los movimientos que habían estallado en los estados del centro y sur de
Italia también fueron aplastados por los ejércitos austríacos.
Pero los italianos comprendieron en primer lugar que las dinastías reinantes no estaban en
condiciones de impedir el estallido de la revolución y en segundo lugar, que los esfuerzos individuales no
bastaban para lograr el éxito de una revolución. Tenían que resolver la cuestión de cómo se podía recoger
bajo una única constitución la variedad de los principados italianos existentes. Mazzini convirtió la
experiencia fracasada en un programa unitario y republicano que sirvió de estatuto para la Joven Italia y
luego la Joven Europa, como una formar de fomentar la liberación de toda las naciones sometidas a
dominaciones extranjeras: Irlanda, Italia, Alemania y Polonia.
La lucha ya no podía reducirse a las sociedades secretas, era preciso crear una clara organización
política. Este programa de acción se hallaba inserto en una filosofía de la historia, que aspiraba a
reorganizar a toda la humanidad en una federación de repúblicas.
Otros grupos nacionalistas como el Resorgimiento son más realistas que Mazzini y sólo plantean
una unificación económica, a semejanza de la lograda en Alemania. Se oponen al republicanismo unitario
de Mazzini, cuya realización les parecía sumamente improbable, agrupando a los federalistas que se
atenían de modo más realista a la situación de hecho de los muchos estados italianos. Gioberti era su
miembro más destacado, quien sostenía que el Papado y la común fe católica unificaban al país. Pero la
iglesia no podía identificarse en Italia con una política nacional, a diferencia de lo que había sucedido en
Bélgica, Irlanda y Polonia

2.3.2.5. La revolución del '30 en Polonia:


En noviembre de 1830 la ola revolucionaria alcanzaba a Polonia. Se produce una sublevación
liderada por los sectores nacionalistas, conservadores (como el aristócrata Czatoriski, representante de la
lata nobleza) y otros más radicales (como Lelevell, exponente de la burguesía liberal democrática).
La revolución se malogró cuando en marzo de 1831 no supo decidirse a repartir la tierra entre los
campesinos ni a suprimir las cargas que los oprimían, por lo que esta indecisión le restó el apoyo del

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campesinado. Además, los polacos habían completamente abandonados por el resto de Europa, a pesar de
todas las simpatías europeas. Después de una lucha de 9 meses, en septiembre de 1831, la insurrección
fue sofocada. Estos líderes se exilan y forman grupos de resistencia en el exilio.
La derrota tuvo consecuencias desastrosas. Este levantamiento confirmó al zar Nicolás I su
convicción de que todo aflojamiento de la autocracia era una incitación a la rebelión. Entonces abolió la
constitución que Alejandro I había concedido a la Polonia rusa en 1815, por lo que la relativa autonomía
de la Polonia del Congreso fue suprimida casi totalmente. El ejército y la Dieta polacas fueron abolidas,
las universidades cerradas y la administración rusificada. Fueron expulsadas las capas superiores de la
nobleza. Entonces, el nacionalismo polaco asociado al dominio de la nobleza perdió su sustrato social,
pero en cambio se formó una conciencia nacional polaca que habría de orientarse contra todo predominio
nobiliario. Las asociaciones de prófugos se escindieron en las dos grandes tendencias, representadas por
Lelevel y Czartoryski.
En 1846 se produce una nueva rebelión que también es derrotada, y que genera como
consecuencia el inicio del proceso de rusificación de Polonia.

2.3.2.6. La revolución del '30 en España y Portugal:


En estos países se abrió un período de guerras civiles entre liberales y clericales. La cuádruple
alianza sirvió para terminar en un sentido liberal las guerras civiles de la península ibérica. Don Miguel y
Don Carlos, adversarios absolutistas de la reina María da Gloria de Portugal y de la regente María
Cristina de España, tuvieron que abandonar la península ibérica bajo la presión de las potencias
occidentales. Pero ni siquiera el retorno de la antigua institución de las Cortes españolas mediante el
estatuto real de 1834 pudo impedir que la guerra de sucesión entre carlistas y cristinos estallara de nuevo
y envulviera a España en una guerra civil durante más de 7 años. Los esfuerzos internacionales, por su
parte, contribuyeron a prolongar la terrible guerra civil, en lugar de abreviarla. Y cuanto más se
prolongaba la guerra, más se enfrentaban Inglaterra y Francia entre sí.
Finalmente, un pronunciamiento militar impuso por la fuerza en 1836 una constitución más
radical, que se remitía a la de 1812 así como a la constitución belga de 1831.

2.3.2.7. Conclusión de la ola revolucionaria de 1830:


Esta segunda ola marcó la derrota definitiva del poder aristocrático en la Europa Occidental. La
clase dirigente de los próximos 50 años va a ser la gran burguesía de banqueros, industriales y altos
funcionarios civiles, aunque se ve acosada por la pequeña burguesía y los primeros movimientos
laborales.
El segundo resultado fue que con el progreso del capitalismo, el "pueblo" comenzó a identificarse
cada vez más con el nuevo proletario industrial, transformado en "la" clase trabajadora.. Por tanto, un
movimiento revolucionario proletario-socialista empezó su existencia.
Al oeste del Rin se rompió la influencia de los poderes reaccionarios unidos. El liberalismo
moderado triunfó en Francia, Inglaterra y Bélgica, aunque no lo hizo del todo en Suiza y la península
Ibérica, en donde se enfrentaron movimientos de base popular liberal y antiliberal católica. Pero ya la
Santa Alianza no pudo intervenir más en esas naciones, como aún lo haría en la orilla oriental del Rin. En
el oeste, los liberales moderados habían pasado de la oposición a la Restauración al gobierno. Pero
habiendo ganado el poder con el apoyo de los radicales, los traicionaron inmediatamente. En
Francia, la represión del alzamiento republicano de 1834 marcó un punto crítico. Por tanto, los
movimientos radicales, republicanos y los nuevos proletarios dejaron de alinearse con los liberales.
En cambio, al este del Rin la situación seguía siendo poco más o menos como antes de 1830, ya
que todas las revoluciones fueron suprimidas: los alzamientos alemanes e italianos por los austríacos, los
polacos por los rusos. La revolución no obtuvo resultados positivos en aquellos países cuya estructura
agraria permanecía estancada, donde la burguesía era débil y la Iglesia y la nobleza eran relativamente
fuertes, como Italia y Polonia. Dado que la monarquía de julio, con la proclamación de la no intervención
parecía querer proteger también estos levantamientos, se sintieron traicionados cuando Francia, para
evitar una radicalización interior, no se opuso a que Austria restableciera de nuevo en sus derechos a los
príncipes italianos y al papa.
La consolidación de ambas posiciones (la de las potencias liberales al oeste y la de las potencias
contrarrevolucionarias al este) influyó en la política exterior. En 1833, Rusia, Austria y Prusia firmaron un
nuevo tratado de ayuda mutua, sobre el que se apoyó Palmerston, el ministro de relaciones exteriores del
gobierno whig para sellar la cuádruple alianza de 1834 con Francia, Portugal y España.
Éxito y fracaso de las diferentes sublevaciones dependieron de dos componentes que en cada caso
condicionaron el resultado de manera distinta según las circunstancias. Por una parte estaba la disposición

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de cada país para acoger un cambio de constitución, por otra el juego de las fuerzas de las grandes
potencias cuyo respectivo peso actuaba en direcciones opuestas.
Los revolucionarios de 1830-1848 conservaban muchas cosas en común. Seguían siendo en su
mayor parte organizaciones de conspiradores de clase media e intelectuales, con frecuencia exiliados.
Fuera de Inglaterra, nadie hubiera pensado seriamente en conseguir o tratar de abolir una ley impopular
por medio de una presión de masas, como respectivamente trataron de hacer el cartismo y la liga anti
Corn-Law.

2.4- LA OLEADA REVOLUCIONARIA DE 1848:


Nuca se estuvo más cerca de la revolución mundial como en 1848. Lo que en 1789 fue el
alzamiento de una sola nación era ahora la "primavera de los pueblos", de todo un continente.

2.4.1) La Crisis de la década de 1840:

2.4.1.1. La crisis agraria:


Esta década fue muy difícil, ya que se inició con una serie de malas cosechas y plagas en la
agricultura (principalmente en la papa) que se prolongan hasta 1847. Se dice que esta es la última crisis de
Antiguo Régimen. La crisis agraria repercute negativamente en el ámbito industrial y luego en el
financiero. En 1847 se producen grandes movimientos especulativos.
Esta es una crisis típica de Antiguo Régimen: después de una o varias malas cosechas se produjo
un descenso en la producción agrícola que provocaba una súbita alza de los precios en el mercado. Esto
llevaba a que los sectores de bajos recursos restringieran sus compras menos indispensables, por lo que se
producía un repliegue en el consumo de ramas industriales como la industria textil y la construcción,
provocando la baja de salarios y el desempleo.
La crisis agraria comenzó en 1845, en Irlanda y Flandes con la enfermedad de la patata. En 1846
se generalizó con la drástica reducción de las cosechas de cereales, difícil de compensar eficazmente
mediante importación por la escasa capacidad de los medios de transporte. El país más afectado por el
hambre de 1845-1846 fue Irlanda, en la que se perdió toda la cosecha de papas. Miles murieron de
hambre y miles emigraron . Entre 1740 y 1840 la población de Irlanda se había cuadruplicado y se había
elevado de 2.000.000 a 8.000.000 gracias a la introducción del cultivo de la papa. Pero desde 1845, la
población descendió casi un 50%, pues en 1914 era de 4.334.000

2.4.1.2. La crisis industrial:


La industria textil ya no genera grandes ganancias en la década del '40, por lo que las grandes
inversiones se orientan hacia el ferrocarril. Pero cuando sobreviene la crisis, gran cantidad de ahorristas se
encuentran sin liquidez al no poder disponer de su capital, inmovilizado en las inversiones ferroviarias.
Al consumirse menos productos industriales, baja la producción y se producen despidos, por lo
que los sectores populares son los que se ven más perjudicados por la crisis. Esto se ve principalmente en
Inglaterra, aunque Francia y Alemania también se ven muy afectadas porque, si bien no disponen de
fábricas, sí cuentan con una industria manufacturera muy desarrollada, de producción masiva (y por lo
tanto barata). Así sobrevino durante el año 1847 una segunda fase de la crisis, marcada por el
hundimiento bursátil y bancario, el atasco industrial y las quiebras en cadena

2.4.2) El Romanticismo:
La ciencia, con su manera racional y positivista de ver las cosas no logró captar la imaginación
popular. El romanticismo, al hacer incapié en lo emocional, lo imaginativo, lo supersensorial y lo
sobrenatural, dominó en la literatura y en las artes y el mundo occidental se abandonó a los placeres de la
idealización y de la fantasía. Fue un estado de ánimo que se desentendió en buena parte del mundo
de los asuntos prácticos, estado de ánimo que, cuando invadiera la política, habría de inspirar
programas idealistas (Brunn, p. 77)
La mayoría de los pensadores sociales de esta épcoa preferían exponer soluciones románticas. Sus
sistemas eran ejercicios intelectuales que fracasaban al ser aplicados y que les dieron el título de
"socialistas utópicos".
La pintura romántica en Francia fue anunciada por Géricault y encontró su mejor expresión en las
telas de Delacroix

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2.4.3) La Revolución de Febrero:


Desde 1847 la oposición a Luis Felipe y a la alta burguesía financiera se congregaba en forma de
banquetes, en los que participaban sectores republicanos y bonapartistas que reclamaban una mayor
participación del resto de la burguesía en el poder. También existían grupos de oposición que eran
partidarios de los borbones: estos eran conocidos como los "legitimistas".
El 22 de febrero de 1848, el gobierno decidió prohibir la realización de uno de estos banquetes,
por lo que se generó un levantamiento en París.
El 23, la multitud hizo demostraciones desordenadas ante la casa del impopular ministro Guizot.
Alguien disparó una pistola y las tropas respondieron con una andanada y los manifestantes pasearon los
cuerpos de los muertos por las calles de París para enardecer al pueblo.
Las tropas enviadas a reprimir la manifestación se unen a los revoltosos, por lo que Luis Felipe
tuvo que renunciar el 24 de febrero. Inmediatamente la Cámara de Diputados proclamó la República
Francesa y designó a un gobierno provisional. Sin embargo, los integrantes de este gobierno no mantenían
una posición unánime. Entre los revolucionarios se encontraban:
- Sectores de derecha: representados por figuras como Lamartine, deseaban una república
moderada de clase media
- Sectores de la centro izquierda: representados por figuras como Luis Blanc, deseaban reformas
sociales y económicas de gran envergadura.

2.4.3.1. La obra del gobierno provisional:


Una de las primeras medidas del gobierno es adoptar la propuesta de Blanc de crear Talleres
Nacionales para paliar la crisis de desocupación que vive el país. Estos eran talleres de beneficencia, que
darían ocupación a los obreros sin trabajo, mediante la realización de obras públicas. Estos talleres se
financiarían a través de impuestos. Esta medida provocó fracturas en el gobierno, a partir de marzo de
1848.
Entonces, los republicanos moderados, confiando en el espíritu más conservador de la nación,
aceleraron la elección de una asamblea nacional constituyente, que fue elegida por sufragio universal el
23 de abril. Fue una clara victoria para el centro y la derecha: los republicanos moderados contaron con
500 de los 900 diputados. El segundo grupo estaba constituido por los monárquicos, pero se hallaban
divididos entre 200 orleanistas, 100 legitimistas y unos cuantos bonapartistas. El ala izquierda de Luis
Blanc obtuvo menos de 100 diputados. La nación había aceptado la revolución política pero la revolución
social no contaba con un apoyo real fuera de los barrios obreros de París y de las ciudades grandes.
Reforzada por estos resultados, la burguesía decidió cerrar los talleres nacionales. Ante esto, el
proletariado parisiense se lanzó a una nueva insurrección en lo que se conoce como las jornadas de junio
(del 23 al 26) y la aterrada burguesía nombró por aclamación al general Cavaignac como dictador
provisorio, con órdenes de someter al populacho. Lo logró y miles murieron. La represión fue una
verdadera masacre, por lo que el pueblo parisino no vuelve a aparecer hasta 1870.
Aprovechando la situación, la Asamblea Constituyente el 4 de noviembre de 1848 sanciona una
constitución que establece una sola Cámara Legislativa y un ejecutivo unipersonal elegido mediante
sufragio universal, con mandato por 4 años y no reelegible. Se presenta a las elecciones Luis Napoleón
Bonaparte, sobrino de Napoleón, quien vence por amplia mayoría el 10 de diciembre de 1848.

2.4.3.2. El gobierno de Luis Napoleón:


Durante su gobierno, Luis Napoleón desacreditó a los legisladores al apelar directamente al pueblo
por encima de sus cabezas. La Cámara, con la que tenía muy mala relación, se negó a realizar una
enmienda que habilitara a Luis Napoleón para ser reelegido. Entonces, el Presidente y sus consejeros
íntimos prepararon un golpe de estado que estalló el 2 de diciembre de 1851. Un levantamiento popular
en el barrio de Saint Antoine en contra del golpe, fue aplastado con gran derramamiento de sangre y Luis
Napoleón proclamó el estado de sitio.
Tres semanas más tarde se convocó a un plebiscito para tratar de legitimar el golpe de estado. En
éste se preguntaba si se deseaba que el Presidente continuara en su cargo o en cambio Francia quedaba sin
gobierno o la anarquía (es decir, la llegada al poder de los socialistas y anarquistas). Planteada la situación
en estos términos, Luis Napoleón no tuvo dificultad en lograr la reelección por un término de 10 años
más.
Al año siguiente, decide disolver la Legislatura y gobernar por medio de una dictadura. Hacia fines
de 1852 y mediante otro plebiscito, se le consulta al pueblo si desea restablecer el Imperio. El 2 de
diciembre de 1852, Luis Napoleón es coronado bajo el nombre de Napoleón III. De esta forma, en
Francia la revolución republicana de 1848 terminó con la proclamación del Segundo Imperio.

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2.4.4) La "Primavera de los Pueblos":

2.4.4.1. La revolución del '48 en Inglaterra:


Aquí se da bajo la forma de la última manifestación del cartismo.

2.4.4.2. La revolución del '48 en Italia:


Después de 1830 se sucedieron varios proyectos para lograr la unificación de Italia.
- Mazzini se había consagrado junto con su "Joven Italia" al sueño de una república unitaria y
secular
- Giobert que planteaba la unificación italiana bajo una confederación de estados italianos
presidida por el papa
- Un tercer programa para la unificación estaba a medio camino entre los dos anteriores. Proponía
la formación de un estado monárquico nacional, que tendría por rey al cabeza de la casa de Saboya. Este
plan contó con las simpatías de muchos intelectuales liberales y hombres de negocios que se daban cuenta
de que el Estado de Piamonte-Cerdeña era el más avanzado económicamente de Italia.

- Situación en el sur de Italia:


En enero de 1848, los sicilianos se levantaron contra la tutela centralizadora de Nápoles. La
revolución, planeada y proclamada abiertamente, triunfó y su ejemplo tuvo numerosas consecuencias en
toda Europa. En Nápoles, poco después Fernando II tuvo que conceder una constitución
Poco después vuelve al absolutismo gracias a la ayuda de las tropas austríacas.

- Situación en los Estados Papales:


En 1846 llegó al trono de la Santa Sede Pío IX, un papa que parecía responder a las aspiraciones
liberales y que fue recibido espontáneamente por todo el pueblo italiano como el esperado salvador de la
crisis nacional. Algunas reformas en los Estados Pontificios se propagaron a otros estados, como la
participación de los laicos en el gobierno de los estados papales, el establecimiento de consejos estatales y
cuerpos de guardias cívicos, la mitigación de la censura y la introducción de la iluminación a gas en
Roma. Incluso, al principio el papa se muestra partidario del proyecto de Gioberti. Pero cuando estalla la
revolución en Roma, es contra el papa y con la idea de establecer una república.
En 1847, se creó entre los Estados Pontificios, Toscana y Piamonte una unión aduanera, según el
modelo alemán.

- Situación en la Italia Austríaca:


Cuando en marzo de 1848 llegaron las noticias de que Metternich había huido de Viena y Austria
se hallaba en camino de disolverse, se produjeron levantamientos espontáneos en Venecia y Milán que
arrojaron de su territorio a las tropas austríacas y enseguida se crearon las repúblicas de Venencia y
Lombardía. Pero mientras se lograba sofocar la revolución de Bohemia, el mariscal Radetzky reafirmaba
el poder austríaco en Lombardía y Venecia hasta obtener la victoria de Custozza (24/7/1848) sobre el
ejército piamontés.

- El intento de unificación de Carlos Alberto:


Luego del levantamiento de Sicilia, el rey de Piamonte, Carlos Alberto, accede a la sanción de una
constitución liberal y se hace eco de los deseos de unificación, decidiendo encabezar la lucha contra los
austríacos ya que él era el gobernante más italiano de toda la península. Entonces ordena al ejército de
Cerdeña que apoye la cruzada nacional. Algo similar ocurrió en el resto de Italia: el entusiasmo popular
en Roma y en Nápoles impulsó al Papa y a Fernando II a enviar destacamentos para acosar a los
austríacos que se retiraban. Pero a medida que pasaban las semanas, los revolucionarios moderados se
espantaban por la creciente violencia de los radicales.
Entonces, no le costó mucho al general austríaco Radeztky convocar a las columnas papales y
napolitanas en mayo y junto con las austríacas derrotar a Carlos Alberto en Custozza (24 de julio de
1848). Poco después, una insurrección popular en Roma echó de la ciudad al Papa y proclamó la
República, detrás de la cual estaban Mazzini y Garibaldi. Por su parte, Nápoles ya se había rendido a la
reacción y los ejércitos franceses y austríacos se preparaban para disputarse el dominio de una Italia
dividida.
El 23 de marzo de 1849, Radetzky infligió en Novara una segunda y más aplastante derrota a
Carlos Alberto, quien abdicó a favor de su hijo Victor Manuel II. En abril, una expedición francesa

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desembarcó y puso sitio a Roma. Los republicanos fueron expulsados y Pío IX regresó, curado de sus
simpatías liberales. En mayo, refuerzos austríacos restablecieron en el poder al Gran Duque Leopoldo y
en julio, una segunda fuerza austríaca bombardeó Venecia hasta que se rindió. De esta forma
desaparecieron las repúblicas de Lombardía y Venecia.

2.4.4.3. La revolución del '48 en Austria:


En el caso de Austria, las revoluciones que estallan también son nacionalistas pero en vez de tener
un efecto unificador como en Italia, tienden a la disgregación del Imperio. En los territorios de los
Habsburgo existían pocos órganos a través de los cuales pudiera expresarse legítimamente los reclamos
reformistas o el descontento popular. Los estados provinciales representaban sólo a grupos privilegiados.

1- La revolución liberal de Viena:


En Viena, una muchedumbre se metió por la fuerza en la Dieta, el 13 de marzo. El débil Fernando
I se apresuró a apaciguarlos. Después de aceptar la renuncia de Metternich, el emperador abolió la
censura, aprobó la formación de una guardia nacional y prometió una constitución a sus súbditos. Pero la
reaparición de desórdenes populares en mayo lo alarmó todavía más. Entonces huyó con la familia
imperial a Innsbruck y un comité de seguridad pública tomó el poder en Viena.
Pero luego de la derrota del movimiento nacionalista en bohemia, el gobernador de Croacia decide
unirse a las fuerzas de Gratz y juntas bombardearon Viena el 31 de octubre de 1848 y ejecutaron a los
jefes radicales. Entonces, Radetzky obligó a Fernando a abdicar a favor de su sobrino de 18 años,
Francisco José, que ascendió al trono imperial liberado de cualquier compromiso constitucional

2- Las revoluciones nacionalistas:


El despertar del espíritu nacionalista, intensificado por la propagación del romanticismo con su
glorificación del pasado histórico, estimuló el deseo de completa autonomía. El renacimiento húngaro y el
resurgimiento eslavo se alimentaron del folklore del pueblo, renovado por los eruditos e idealizado por
los escritores.
Los grupos nacionales más conflictivos son los húngaros, quienes se consideran un pueblo
superior y aspiran a lograr dentro del Imperio, la misma categoría que los austríacos. La Dieta Húngara
decidió adoptar una constitución independiente en marzo de 1848, que fue aprobada por el emperador.
Ante esta situación, los croatas organizaron un comité nacional para luchar a favor de su autonomía, los
checos exigieron una asamblea constituyente y un congreso paneslavo se reunió en Praga. El príncipe
Alfred Gratz, que mandaba los regimientos imperiales de Praga, derrocó al régimen revolucionario checo
y estableció un gobierno militar el 17 de junio.
Pero en enero de 1849, las fuerzas imperiales entraron de nuevo en Budapest y la Dieta Húngara se
trasladó a otro sitio y proclamó la República, eligiendo como presidente a Kossuth. pero la revolución
fracasa por falta de unidad entre la nobleza y los campesinos. Finalmente, este movimiento fue derrotado
con el apoyo del zar Nicolás I, quien envió un ejército para colaborar con las fuerzas austríacas,
derrotando a los húngaros en Temesvar, el 9 de agosto de 1849.
Finalmente, lo único que logran estas revoluciones del '48 es la abolición del sistema señorial.

2.4.4.4. La revolución del '48 en Alemania:

- La situación en Prusia:
Al principio de su reinado, Federico Guillermo IV despertó infundadas esperanzas de reforma
entre sus súbditos más liberales y patrióticos. Encantó a la gente con promesas seductoras y luego los
desengañó con repetidos aplazamientos. Pero detrás de su pose de seudoliberalsimo, de su humanitaria
religiosidad, había una honda desconfianza ancestral por los movimientos populares y el régimen
parlamentario.
En 1847 convocó a los estados provinciales de los dominios de los Hohenzollern para que se
reuniera en un Landtag unido. Los liberales y nacionalistas se hicieron grandes ilusiones pero en la sesión
inaugural el monarca anunció que sus prerrogativas reales debían quedar intactas y que nunca permitiría a
los delegados que se arrogaran la autoridad de representantes del pueblo.
Cuando llegaron las noticias de la revolución de febrero, en marzo de 1848 se produjeron
manifestaciones de trabajadores en Berlín, reclamando la instalación de un sistema más liberal, aunque
también aspiran a la unificación alemana. En este reclamo marcharon junto con estudiantes e
intelectuales. Entonces, Federico Guillermo IV se deshizo en promesas y ofreció que Prusia se "fundiría
en Alemania", bajo una constitución nacional.

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Luego del fracaso del Congreso de Francfort, Federico Guillermo sancionó una constitución que
dispuso la creación de una legislatura bicameral, cuya cámara baja sería elegida por sufragio universal.
Pero los votantes se dividieron en tres clases, conforme a su capacidad de pagar impuestos. Los dos
grupos más ricos, pese a constituir tan sólo el 17% del electorado, eligieron a dos tercios de los diputados.
Este Ladstag prusiano podía aprobar nuevas leyes, pero no estaba facultado para elegir a los ministros del
rey. Finalmente, el rey podía gobernar por decreto cuando el Parlamento no estuviese en sesiones.

- El Parlamento de Francfort:
Luego de la promesa de Federico Guillermo, en mayo de 1848 un parlamento alemán elegido por
sufragio directo se reunió en Francfort. Este trató de forjar una constitución y un gobierno para una
Alemania unida, discutiendo cuestiones fundamentales como:
¿Debería el nuevo Reich abarcar las provincias alemanas de Austria o debería omitirlas?
¿Debería incorporar zonas no alemanas?
¿Se crearía una débil confederación de estados o un gobierno federal fuertemente centralizado?
¿El nuevo Reich debería ser una monarquía hereditaria o una república basada en la soberanía del
pueblo?
Así comienza a discutirse la forma en que se lograría la unificación, si sería alrededor de Prusia
(conformando la "pequeña Alemania") o alrededor de Austria (generando la "Gran Alemania"). Este
parlamento negaba el derecho de autodeterminación a los pueblos eslavos, puso en evidencia lo que
constituía una grave contradicción de los ideales ya que esta asamblea fundaba su autoridad en un
mandato popular (Bruun, , p. 88).
Cuando la recuperación austríaca hizo evidente que la corte de los Habsburgo se opondría a
cualquier unión germánica a la que no pudiera dominar, el Parlamento decidió que la mejor opción es la
conformación de una monarquía hereditaria nucleada en torno a Prusia. La constitución del 27 de marzo
de 1849 propuso la creación de un Reich Federal, con un parlamento nacional presidido por un emperador
hereditario de los alemanes y eligió para este cargo a Federico Guillermo IV, pero éste la rechaza. Su
renuencia a aceptar una corona imperial ofrecida por una asamblea popular le dio un golpe final a todo el
proyecto y desacreditó al Parlamento de Francfort. La planeada Unión Prusiana fue entonces disuelta y la
Dieta de la Confederación Alemana se restableció. De esta forma, fracasa la solución parlamentaria al
problema de la unificación alemana. Las esperanzas liberales y nacionales habían abortado tan
completamente que una profunda amargura y desilusión se apoderó de los círculos intelectuales alemanes

2.4.4.5. Conclusiones Finales:


Las reivindicaciones nacionales y constitucionales fueron los dos temas dejados de lado en 1815 y
que quedaron pendientes hasta 1848. La herencia más formidable de la Revolución Francesa fue la
creación de modelos y patrones de levantamientos políticos para uso general de los rebeles de todas
partes.
Sin embargo, se había producido un perceptible desplazamiento del centro de autoridad. La
monarquía absoluta estábase transformando en monarquía constitucional. Además, mientras el poder de la
aristocracia terrateniente iba en decadencia, el poder de la burguesía iba en aumento. Esta burguesía podía
defender la igualdad política en teoría, pero de hecho no estaba dispuesta a fomentar el igualitarismo
económico.
Hubo varios modelos, todos procedentes de al experiencia francesa entre 1789 y 1797:
- El modelo liberal moderado, correspondiente a la aristocracia liberal y la alta clase media. Su
inspiración fue la revolución durante su etapa de 1789-1791. Su ideal político, una suerte de monarquía
constitucional con un sistema parlamentario oligárquico basado en la capacidad económica de los
electores.
- El modelo radical-democráta, integrada por la clase media baja, una parte de los nuevos
fabricantes, los intelectuales, etc. Se inspiraron en la fase de 1792-1793. Su ideal político era una
república democrática orientada hacia un estado de bienestar.
- El modelo socialista, conformado por la nueva clase social de obreros industriales. Su inspiración
era la de la Convención Jacobina y los alzamientos postermidorianos, sobre todo la "conspiración de los
Iguales" de Babeuf. El comunismo fue el hijo del sansculottismo y el ala izquierda del roberpierrismo y
heredero del fuerte odio de las clases medias y los ricos. El modelo revolucionario babuvista estaba en la
línea de Robespierre y Saint Just.
Las tentativas de crear organismos revolucionarios internacionales nunca cesaron desde la creación
de la "Joven Europa" de Mazzini. Pero entre los movimientos nacionalistas, tal internacionalismo tendía a
perder importancia, pues los países que ganaban su independencia y entablaban relaciones con los demás

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pueblos, veían que éstas eran mucho menos fraternales de lo que habían supuesto. En cambio, entre los
revolucionarios proletarios, ese internacionalismo ganaba fuerza. Un factor que reforzaría el
internacionalismo fue el exilio, ya que la mayoría de los militantes de izquierda se encontraban reunidos
en las escasas zonas de refugio o asilo: Francia, Suiza, Inglaterra y Bélgica. El mayor contingente de
emigrados lo proporcionó Polonia.
En la mayoría de estos movimientos revolucionarios, la burguesía no logra sus objetivos, aunque
logra experiencia política, que le será de utilidad en un futuro próximo. Además, después de 1848
comienza un período de bonanza capitalista.
En Europa Oriental, la modernización de estas zonas exigía una reforma agraria o cuando menos la
abolición de la servidumbre. Si los revolucionarios no atraían a su lado a los campesinos, lo harían los
reaccionarios (la monarquía y la iglesia). En tales países, los radicales se dividieron en dos grupos:
- Los demócratas: representados en Hungría por Kossuth, en Italia por los mazzinianos, reconocían
la necesidad de atraer a los campesinos a la causa revolucionaria, aboliendo la servidumbre y otorgando la
concesión de los derechos de propiedad a los pequeños cultivadores. Sin embargo, los demócratas
descuidaron el proveerse de un programa social y agrario, prefiriendo predicar las generalidades de la
democracia política y la liberación nacional.
- La extrema izquierda: concebía la lucha revolucionaria como una lucha de masas,
simultáneamente contra los gobiernos extranjeros y los explotadores domésticos. Dudaban de la
capacidad de la nobleza y de la débil clase media, con sus intereses ligados a los del gobierno, para guiar
a la nueva nación hacia su independencia y modernización. Su programa estaba fuertemente influido por
el naciente socialismo occidental, aunque a diferencia de los socialistas utópicos premarxistas, eran
revolucionarios políticos y críticos sociales. Pero esta corriente de pensamiento fue relativamente débil y
su influencia disminuyó mucho por el fracaso de los movimientos compuestos por estudiantes e
intelectuales en su intento de movilizar a los campesinos que querían reclutar. Los campesinos eslavos,
vistiendo uniformes de soldados imperiales, fueron los que reprimieron a los revolucionarios germanos y
magiares.
Al aparecer el Manifiesto Comunista, comenzó el ocaso del socialismo utópico y las clases
medias cobraron conciencia más aguda de la creciente amenaza que venía desde abajo. Se dieron cuenta
de que al debilitar la autoridad de la religión organizada, habían reducido la influencia del clero, de los
"gendarmes espirituales" que podrían haber guardado al populacho de la contaminación de las "herejías
sociales". Los grupos dominantes comenzaron a ver con mejores ojos a la Iglesia católica romana después
de 1848. Luis Napoleón fortaleció la influencia de la Iglesia en Francia y las jerarquías católicas fueron
restablecidas en Inglaterra (1850) y en los Países Bajos (1853) (Bruun, p.95).
Otro antídoto más efectivo para protegerse del descontento popular fue el rápido mejoramiento de
las condiciones económicas que se produjo después de 1848.

3. DESARROLLO CAPITALISTA, LIBERALISMO Y


MOVIMIENTOS NACIONALISTAS (1815-1873)
3.1) Consolidación del capitalismo en Inglaterra: ámbito urbano y rural. Los ferrocarriles.
Crecimiento de las ciudades industriales. Disciplinamiento de la mano de obra fabril.
Repercusiones políticas y sociales: reformas democráticas y rebeliones populares. Primeras
organizaciones obreras: el Cartismo.
3.2) El desarrollo del capitalismo en el continente. Prosperidad y depresión: las respuestas
del sistema económico. Segunda etapa de la industrialización.
3.3) El Segundo Imperio en Francia. Política interior y exterior. Desarrollo industrial.
3.4) El proceso de unificación nacional en Italia y Alemania.

3.1- LA CONSOLIDACIÓN DEL CAPITALISMO EN INGLATERRA:


A cambio de un ligero retroceso en su expansión, Inglaterra eliminó del mercado mundial a
Francia, el único país que podía hacer peligrar su hegemonía económica. A partir de 1815, el capitalismo
inglés amplió considerablemente sus mercados coloniales.
En lo que se refiere a la demanda interna de bienes de consumo, si bien aumentó con el
crecimiento de la población y con su progresiva concentración en las ciudades, se vio frenada por las
miserables condiciones de vida y los escasos ingresos que caracterizaban a esas nuevas masas urbanas.

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Por lo tanto, el crecimiento de las industrias destinadas a la producción de bienes de consumo, aunque
importante, no era suficiente.
Los años posteriores a la guerra fueron años de consolidación del capitalismo industrial, en lucha
con el capitalismo agrario. Pero el desarrollo económico de Inglaterra de postguerra no fue regular. El
capitalismo industrial debió afrontar serios problemas de crecimiento que se tradujeron en crisis
periódicas y en una constante disminución de la tasa de ganancia. Se produjeron cíclicamente crisis más o
menos violentas (1815-1818; 1825-1826; 1836-1837; 1839-1842; 1846-1848)

3.1.1) Ambito rural:


Desde la crisis económica de 1812 a la de 1817, Inglaterra se embarca en una etapa de dificultades
que coincide, paradójicamente, con el retorno de la paz. Dificultades económicas de una agricultura
habituada a los precios altos, de una industria que busca mercados y pierde beneficios, dificultades
políticas y sociales, etc.
Las dificultades de las década del '20, '30 y '40 también se manifiestan en disturbios en las
ciudades y los campos.
El campesinado deja de existir como estamento y como clase, mientras por otro lado se consolida
la figura del arrendatario, así como se generaliza la figura del inquilino en las ciudades.
La nobleza sigue existiendo pero se va aburguesando y no ya no goza de privilegios especiales.
Dentro de este grupo, los terratenientes son los que mejor expresan la posición nobiliaria. Hasta 1850, la
clase política de los terratenientes es muy importante.

3.1.1.1. Protestas en el ámbito rural:


En el campo se producen manifestaciones por parte de los campesinos y los arrendatarios en
contra de la maquinización y contra el pago de diezmos a la Iglesia Anglicana. El capitalismo ha
significado la mecanización de las actividades agrícolas, mediante la utilización de trilladoras. A partir de
1830, las protestas se canalizaron mediante la destrucción de las trilladoras, el incendio de los depósitos
de cereales y el ataque a las viviendas de los propietarios rurales, así como también se efectuaban
extorsiones. Estos ataques eran dirigidos por el Capitan Swing (que es el nombre de una herramienta
agrícola).
Otro motín es el conocido como el de Rebecca y sus hermanas, iniciado como protesta por el pago
de cereales, atacándose los puestos de peaje.

3.1.2) Ambito Urbano:


La novela inglesa clásica (Dickens, etc.) se colocó en primera fila para denunciar la disgregación
de las viejas tradiciones rurales, los males y las miserias de la fábrica y las casuchas urbanas. En
definitiva, la profunda inestabilidad de la sociedad industrial
Hacia 1850, el Reino Unido es el primer estado del mundo moderno que conoce una distribución
igual entre ciudad y campo. De 1801 a 1831 la parte del sector agrícola en la población activa británica
había disminuido de 35,9% a 24,6% y la del sector industrial y minero había aumentado del 29,7% a
40,8%

3.1.2.1. Crecimiento de la población:


Aunque las innovaciones técnicas habían abreviado el tiempo de trabajo humano necesario para la
producción de cada mercancía, el inmenso impulso que dieron al aumento de las inversiones provocó un
incremento considerable de la demanda de mano de obra.
Durante las últimas décadas del siglo XVIII, mientras la tasa de nacimientos permaneció en un
nivel elevado, su produjo un descenso de la tasa de mortalidad. Pero esta tasa de mortalidad comenzó a
ascender una vez finalizadas las guerras napoleónicas, y esta tendencia prosiguió hasta fines de la década
de 1830. Este ascenso fue evidentemente el producto de la miseria y de las condiciones de vida
imperantes en las nuevas ciudades fabriles, debido a las enfermedades que se propagaban por el
hacinamiento, etc. (Belmartino, p. 169)
Hacia fines de 1830, también comenzó a descender la tasa de nacimientos, pero esto se vio
compensado por la llegada de grandes contingentes de irlandeses que pasaron a constituir una importante
reserva de mano de obra no calificada, absorbida en Londres por la industria de la construcción u ocupada
en otras zonas en la construcción de ferrocarriles, especialmente entre 1840 y 1850.

3.1.2.2. Situación de la industria textil:

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A pesar de que los precios de sus productos bajaron, los industriales atravesaron los años de la
guerra sin grandes dificultades. La industria algodonera suponía al final de la guerra un 40% del valor de
las exportaciones británicas. La metalurgia llegó a quintuplicar la producción entre 1788 y 1812, en
función directa con las necesidades militares. Pero el progreso tecnológico se resintió de una menor
intensidad de las inversiones. Las guerras sustrajeron capitales a la industrial, encaminándolos hacia la
agricultura (favorecida por sus elevados precios) y hacia la construcción naval y portuaria. El único
acontecimiento notable fue al creación, alrededor de 1810, de las primeras fábricas de tejeduría mecánica
del algodón.
La característica principal de 1793 a 1815 fue la mecanización integral de la hilatura del algodón,
con la difusión de las potentes mules, cada una de las cuales tenía corrientemente varios centenares de
husos. La tejeduría, en cambio, siguió siendo casi enteramente manual pero ello se debió sin duda a que la
gran abundancia de la mano de obra y su bajo precio mantuvieron en esta rama un estancamiento técnico.

3.1.2.3. Cambios en la industria: la mecanización del tejido:


La industria comienza a salir del atolladero gracias a la eliminación de la competencia comercial y
colonial francesa, que permite a Inglaterra conseguir el monopolio del comercio con los países
subdesarrollados. Esto tiene que ver con el progreso de la inversión, que puede observarse en la industria
algodonera hacia 1823-1826 y luego hacia 1833-1836. No sólo se multiplican los establecimientos
industriales por decenas sino que además se reanuda la innovación técnica. Hacia 1825 se mecaniza el
tejido del algodón y a partir de 1830-1840 comienza a conquistar el tejido de la lana.
Con esta mecanización se asiste a la verdadera destrucción de una clase de trabajadores, ya que el
tejedor a mano era un hombre mientras que las que trabajaban en los telares mecánicos son mujeres.
Las confederaciones que unían sindicatos de varios oficios comenzaron a surgir hacia 1830, en la
atmósfera revolucionaria que crearon de nuevo las crisis agrícolas e industriales de 1825-1832 y luego las
noticias de la revolución de julio, en Francia. También se da la destrucción de las primeras trilladoras por
los jornaleros agrícolas, bajo el mando del "capitán Swing".
El quinquenio de prosperidad a partir de 1833-1837 calmará un poco la situación, pero en 1838
comienza una aguda depresión, lo que potencia al movimiento cartista.

3.1.3) Progresos de la metalurgia y la minería:


Los veinticinco años de trastornos internacionales, producto de las guerras revolucionarias, habían
dificultado o interrumpido las preocupaciones técnicas del siglo XVIII.
Hacia 1810, todavía la producción de carbón era absorbida fundamentalmente por el consumo
doméstico, aunque su demanda había aumentado mucho como consecuencia del crecimiento de las
nuevas ciudades industriales.
Mientras tanto, el aumento de la demanda de hierro, debido inicialmente al refuerzo de la flota
había comenzado a declinar con la caída de las necesidades de guerra, al concluirse el conflicto con
Francia. A fines del conflicto se produjo una fuerte depresión y la recuperación no comenzó hasta que la
demanda de pertrechos de guerra no fue reemplazada por la demanda de otros bienes como el ferrocarril.
Sería esa creciente demanda de carbón la destinada a constituir el estímulo para una mayor
producción de hierro. Las minas carboníferas no solamente requerían en grandes cantidades de
máquinas de vapor sino también eficientes medios de transporte para su producción. Y eso hizo que
la industria carbonífera estimulara una invención que abriría mercados incalculables para la
elaboración del hierro: el ferrocarril.
Desde el punto de vista del desarrollo económico, el surgimiento del ferrocarril y su rápida
expansión produjo una enorme demanda de hierro y acero, de carbón y maquinaria pesada, de trabajo e
inversiones de capital.

3.1.4) Los Ferrocarriles:


Los ferrocarriles se convirtieron no sólo en un medio de transporte masivo sino también un
símbolo de la época. Despertaron la admiración, el temor y la sorpresa de los contemporáneos.

3.1.4.1. Orígenes del ferrocarril:


Para 1840 ya se había concluido el período de mayores inversiones en la industria algodonera,
mientras que en la lanera y en la industria alimenticia la mecanización del trabajo y la concentración de
mano de obra todavía vacilaban en asumir dimensiones relevantes. El proceso de acumulación del capital
corría el riesgo de detenerse. La carencia de alternativas adecuadas de colocación para una masa creciente

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de ahorros y la disponibilidad de capitales en otros sectores industriales presionaban sobre el mercado


financiero en busca de nuevas inversiones.
Técnicamente son las minas de carbón las que proporcionan estas condiciones: el aumento de su
producción (que constituye el 90% de la producción mundial) exige un potente medio de transporte para
llevar el carbón desde la mina hasta el punto de embarque
Si bien desde principios del siglo XIX se realizaron experiencias para crear una locomotora (en
1803, Hedely construyó su primera locomotora), fue Stepheson el creador del ferrocarril. En 1810 inició
sus trabajos y poco a poco, los railes mecánicos sustituyeron a los railes de madera que ya se usaban para
transportar el carbón de la cuenca de Newcastle. El primer ferrocarril, una línea de 17 km. que unía a
Stockton y Darlington se inauguró en 1825. Ya en 1829 comenzaron a operar los primeros ferrocarriles
construidos en Francia y en los Estados Unidos (Brunn, p. 74).
El primer "boom" del ferrocarril (1825-1830) sólo había logrado la construcción de 70 millas. Sin
embargo, existía una masa de circulante y de ahorros, una reserva de recursos suficientemente grande,
provenientes de la industria algodonera o de la agricultura, no reinvertidos en su totalidad o reimportados
del exterior después de 1820, a los que podía recurrirse para poner en marcha nuevas empresas societarias
y emisiones públicas de acciones. Este fue el camino seguido por los promotores de las compañías
ferroviarias, a diferencia de lo que había sucedido 40 años antes para la construcción de canales, cuando
el grueso de capitales había sido aportado por hombres de negocios e industriales. La construcción de vías
férreas fue obra de empresas privadas. El Estado se limitaba a autorizar la construcción de las líneas
Los siguientes booms del ferrocarril (1836-1837 y 1845-1847) se vieron favorecidos por la
abundancia y facilidad del crédito. Puede sorprender la importancia de la inversión en ferrocarriles, sobre
todo porque proporcionaba beneficios modestos al inversor corriente, aunque no a los promotores y
especuladores que habían obtenido con él importantes ganancias. La explicación se encuentra en la
enorme cantidad de rentas que habían acumulado las clases poseedoras durante la primera época de la
revolución industrial. Gran parte de esos beneficios se invirtieron en lujosas construcciones tanto públicas
como privadas, que contrastaban con una población hambrienta, cuya miseria era el precio de esa
acumulación. También se invirtió en empréstitos al extranjero, pero estos empréstitos, concertados con
países americanos a partir de 1820, resultaron un fracaso en su mayor parte. Esto explica el hecho de que
la inversión en ferrocarriles fuera vista por los inversores como más segura (Belmartino, p. 166).
En este lapso, el volumen de los ahorros se había duplicado, con el agregado de contar con una red
ferroviaria. Para mediados del siglo XIX, la red ferroviaria inglesa, con un tendido de más de 8.000 km.,
se hallaba acabada en sus líneas principales. La construcción se había llevado a cabo principalmente en
dos fases: 1839-1841 y 1844-1847. Incluso aparecieron tendidos paralelos, pertenecientes a compañías
competidoras debido a que el Estado no intervino en la regulación de este tipo de transporte.

3.1.4.2. Importancia del ferrocarril:


Los ferrocarriles ofrecieron un inestimable apoyo para el crecimiento del capitalismo: absorbieron
capitales en proporciones enormes. Como la industria textil comienza a sufrir cierto estancamiento a
partir de la década de 1820, muchos ahorristas decidieron invertir en el ferrocarril a partir de 1830. De
esta forma, los capitales acumulados en Gran Bretaña encontraron en las acciones de las compañías
ferroviarias un empleo seguro y remunerador.
El ferrocarril permitía transportar gran cantidad de personas de modo tal que no lo podía hacer
ningún otro transporte terrestre. Facilitó enormemente las comunicaciones entre zonas alejadas,
uniéndolas en un corto lapso de tiempo. También permitió la ampliación de la variedad de la alimentación
de los ingleses, ya que permitía trasladar alimentos perecederos.
Permitió ampliar la demanda de fuerza de trabajo, reclutándola justo en un momento en que la
ocupación de los distritos textiles estaba a punto de estabilizarse. Empleaba a casi 260.000 obreros
(alrededor del 4% de la población activa masculina) y permitió absorber una parte de la inmigración
irlandesa, escocesa y de los excedentes de la mano de obra rural.
Sobre todo, creó una demanda suplementaria y masiva en las industrias mineras, metalúrgicas y
mecánicas. El establecimiento de un solo kilómetro de vía férrea exigía cerca de 200 toneladas de hierro.
De esta forma, el ferrocarril desarrolló las industrias de base, por que era un gran demandante de hierro y
carbón. Los países del continente acudían a la siderurgia británica para la construcción de sus propios
ferrocarriles. Por todo esto generó gran cantidad de mano de obra.
El desarrollo del ferrocarril influyó en los otros medios de comunicación, que para competir
debieron modernizarse, como sucedió con las empresas que explotaban la navegación por los
canales. Son múltiples los efectos que, a partir de ese momento, tuvieron los avances en los medios
de comunicación (Belmartino, p. 164).

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El telégrafo eléctrico, al que le dio forma práctica el inventor norteamericano Samuel Morse entre
1832 y 1844 prestó una ayuda valiosísima para regular el tránsito ferroviario.

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3.1.4.3. La exportación del ferrocarril al resto del mundo:


Los ferrocarriles lograron absorber capitales en una medida enorme y cumplir la doble función de
conformar un desemboque conveniente para los recursos financieros ingleses proporcionando una
colocación rentable al capital y por ende, estimular tanto las inversiones británicas en el exterior como las
exportaciones de bienes de capital ingleses.
Una vez concluida la red ferroviaria en Inglaterra, los ahorristas ingleses tuvieron la gran
oportunidad de invertir en la construcción de ferrocarriles en otros países. Inglaterra comienza a exportar
su capital especialmente en forma de participaciones en las compañías ferroviarias francesas, belgas y
americanas. Así empieza a funcionar un mecanismo de inversión en el extranjero que, en fases ulteriores
del desarrollo industrial inglés, se convertirá en un factor esencial de su prosperidad.
Para 1848 toda la Europa septentrional había quedado unida por líneas férreas, siendo posible
viajar por tren desde París hasta Hamburgo, Berlín, Varsovia y Viena.
Cuando comenzaron a establecerse limitaciones a la inversión inglesa en el continente europeo, a
partir de 1873, se comenzó a exportar capital, técnica y hombres al resto de los continentes. En este
aspecto, Francia ocupó un segundo lugar en la transferencia de tecnología a otras regiones.

3.1.5) Crecimiento de las ciudades industriales:


Manchester, en el condado de Lancashire, se convierte en el centro industrial más importante del
mundo, debido a su cercanía a Liverpool, puerto colonial y centro del comercio triangular. Otras ciudades
industriales importantes eran Leeds, Birmingham y Sheffield.
Estas ciudades surgieron rápidamente y pronto se vieron superpobladas. El crecimiento de la
población lleva al alza de los alquileres y a la proliferación de tugurios. Su urbanización era caótica,
aparecen barrios obreros conformados por viviendas de tamaño minúsculo, insalubres y mal construidas.
Además, las fábricas se transforman en un foco de infecciones. Los contemporáneos estaban horrorizados
ante las consecuencias del progreso industrial y los torys se escandalizaban por las condiciones de vida.
Por esto van a intentar volver a un modo de vida agrícola y artesanal, situación que era imposible, aunque
intentan obstaculizar por todos los medios el progreso industrial.

3.1.6) Disciplinamiento de la mano de obra fabril:

3.1.6.1. Los problemas de disciplinamiento de la mano de obra:


Los hombres que habían sido no-acumulativos, no-adquisitivos, acostumbrados a trabajar por la
subsistencia, no para maximizar los ingresos, debían ser obedientes al estímulo del dinero en efectivo y
obedientes de manera de reaccionar precisamente al estímulo de lo previsto. La mano de obra proveniente
de la agricultura o de la industria doméstica, al principio rechazan la monotonía de la vida fabril. Eran
descritos como volátiles, con espíritu inquieto o migratorio.
Ante la introducción de los primeros talleres, la gente se hallaba mal dispuesta a someterse al largo
confinamiento y laboriosidad regular que se le requería. Ya no podían moverse como les gustaba ni
tomarse vacaciones cuando quisieran, como estaban acostumbrados a hacerlo.
En los primeros días de la industrialización era muy difícil controlar a los obreros: faltaban al
trabajo sin aviso alguno y enviaban a alguien para percibir sus salarios a fin de semana. El "santo lunes" y
los días de fiesta, tradiciones comunes en la industria doméstica, eran problemas persistentes. Los
hiladores hasta 1800 desaparecían de las fábricas los lunes y martes y cuando retornaban, debían trabajar
hasta muy tarde el jueves y viernes para poder recuperar el tiempo perdido y poder pagar la deuda de la
taberna y obtener más dinero para gastar en diversiones, según la crítica de la época.
Los industriales tuvieron que luchar contra viejas tradiciones al introducir la puntualidad, la
atención constante, horas fijas, el cuidado y limpieza en las obras, evitar el derroche y prohibir la bebida,
todo ello para obtener una alta calidad en la producción. Las reglas de trabajo fueron el símbolo de nuevas
relaciones industriales. Las instrucciones eran muy estrictas y su inobservancia conducía a multas y
despidos.
Con la difusión del farol a gas, la jornada de trabajo se prolonga hasta alcanzar 16 a 17 horas. Así
se explica el desarrollo del alcoholismo en un mundo de desarraigados.
El metodismo apeló al trabajo, al ahorro, por lo que influyó mucho en el movimiento obrero,
contribuyendo a su disciplinamiento. Era necesario introducir en el obrero la noción de ahorro del tiempo.
La impuntualidad era castigada con severas multas y frecuentemente se cerraban las entradas a la fábrica,
excluyendo a aquellos que llegaban uno o dos minutos tarde.

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Los hombres debían comenzar a identificarse con la monótona regularidad del complejo mecánico.
Se debía lograr de los obreros una precisión y asiduidad totalmente desconocidas. Para los industriales,
era la misma máquina a través de sus complejos mecanismos, la que obligaba al obrero a aceptar la
disciplina de la fábrica.
El trabajo infantil complejizó el problema. Los talleres textiles de la seda dependían casi
totalmente de la mano de obra infantil. Allí comenzaban a trabajar particularmente los jóvenes, a los 6 y 7
años, comparado con 9 o 10 en los talleres de algodón. En las industrias de lino y lana, la proporción de
obreros jóvenes era del 50%.
En un primer momento, los empresarios estaban convencidos que el recibir un salario, iba a actuar
como un estímulo para los trabajadores. La burguesía asumía que el resto de la sociedad compartía sus
formas de pensar y sus deseos. Sin embargo esto no fue así y la costumbre de no ir a trabajar el lunes
demostraba la inexistencia de un afán acumulativo en los asalariados, ya que mientras conservaran algo
de su sueldo preferían disfrutar del descanso.
Entonces, los capitalistas van a ejercer su poder para tratar de modificar la mentalidad del
trabajador. Para esto establecen el sistema de trabajo a destajo, por el cual se paga de acuerdo a las
unidades producidas.
Las discusiones sobre las técnicas de mantenimiento de la disciplina recién comenzaron a darse a
partir de 1830.

3.6.1.2. Los sistemas de disciplinamiento:


El mantenimiento de la disciplina era considerado como un asunto que dependía del carácter
individual y la habilidad del empresario. Las nuevas ideas no se difundían y la más cruda forma de
disuasión se mantuvo en regla.
Según Pollard, se implementaron tres sistemas de disciplinamiento de la mano de obra:
1- El "garrote proverbial":
2- El estímulo proverbial
3- El intento de crear un nuevo carácter de orden y obediencia laboral
1- El castigo: que es la manera más tradicional de disciplinar y por lejos la más frecuente. El
trabajo insatisfactorio era penado con castigos corporales, multas o despidos.
Los despidos y la amenaza de despidos fueron los principales instrumentos de disuasión para hacer
cumplir la disciplina en las fábricas. En épocas de escasez de mano de obra no eran tan efectivos, pero
cuando el mercado operario era abundante, retornaba y los empleadores restauraban su poder.
Las multas era comunes tanto en las industrias que empleaban hombres especializados como
aquéllas que utilizaban sobre todo mujeres y niños. Su nivel general era alto: desde dos horas a un día de
salario. Eran aplicadas por ofender, blasfemar, cantar, emborracharse o no ir a trabajar el lunes por la
mañana
También se aplicaban castigos como obligar a los niños a usar un vestido degradante, que exponía
a las burlas de los demás. Los golpes se aplicaban sobre todo con la mano de obra infantil.
2- El estímulo providencial: para los adultos, hubo dos métodos positivos. Uno era el subcontrato,
la transferencia de responsabilidad para hacer del obrero industrioso un capataz, un líder o subcontratista
de diferentes tipos. El otro era el método de la variante de pago por los resultados, lo que anunciaba la
importancia del dinero en efectivo. En 1833, el 47% de los obreros de los talleres algodoneros cobraban
por pieza o a destajo.
El aumento de la creencia en la eficacia del pago a destajo coincidió con la declinación de la
creencia en la eficacia de los contratos a largo término. Estos eran una supervivencia de la era
preindustrial, adoptada por muchos empresarios durante la Revolución Industrial, en épocas de escasez
aguda de mano de obra.
En los talleres de seda a los niños se les entregaba ropa como premio al buen trabajo, o también se
les daba tocino y tres raciones de papas, mientras que una muñeca para las niñas.
Luego, las bonificaciones se fueron condicionando a un largo período satisfactorio de trabajo. La
promoción a capataces también funcionó como estímulo. Owen desarrolló un sistema que indicaba
mediante marcas el rendimiento diario del obrero. Estos métodos eran exitosos, sobre todo el de Owen,
quien ganó la cooperación voluntaria de sus obreros.
3- El adoctrinamiento y educación de los obreros: la idea era modificar su pensamiento y adaptarlo
a la forma burguesa. Adecuar sus valores a través del puritanismo: frugalidad, trabajo permanente,
templanza, ahorro, limpieza.

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Se va a poner especial énfasis en la educación de los niños proletarios, a través del desarrollo de
las escuelas dominicales sostenidas por los empresarios. Estas tuvieron un importante papel de
adoctrinamiento a través de la religión (por medio del "temor a Dios") estimulando tanto la educación
moral como la obediencia. Este era el único día en que los chicos que trabajaban podían acudir a la
escuela.
En este proceso, gran parte de la cultura aldeana cayó bajo los ataques. Dos campañas merecen
especial atención: una dirigida contra el ocio en los sábados y domingos. Se recogía a los niños y se los
enviaba a la escuela los domingos. La otra campaña fue contra el uso de malas palabras, maldiciones,
discusiones, blasfemias, lenguaje obsceno, etc. que eran penadas con multas.
Pero el código ético con el que se manejaban los empresarios era limitado. Las advertencias contra
la gula, el egoísmo, el materialismo o el orgullo rara vez jugaron un papel importante. La moral sexual
tampoco fue un principio importante. La campaña para elevar el nivel de respetabilidad y moralidad entre
las clases trabajadoras no fue emprendida por su propio bien sino ante todo como un aspecto para lograr
una nueva disciplina en las fábricas (Pollard, p. 7)
La asimilación de los primeros trabajadores independientes a las exigencias de la rutina fabril llevó
más de una generación y fue acompañada por la ayuda de la tradición, por un sistema educacional y de
valores diferenciado.

3.1.7) Repercusiones políticas y sociales:


Las guerras de la época revolucionaria tuvieron un efecto favorable para la economía
inglesa. Pero ejercieron una influencia conservadora sobre las instituciones políticas y sociales,
suscitando una reacción nacional e ideológica que frenó la evolución interior durante cerca de
medio siglo.
En 1815, Inglaterra completa su evolución hacia un régimen parlamentario. La larga enfermedad
de Jorge III y la ineptitud de su regente, Jorge IV, debilitaron la autoridad de la Corona. En la práctica, la
formación y el mantenimiento de los ministerios quedó en manos del Parlamento, ante el cual los
ministros eran responsables judicial y políticamente.
El Partido Tory, representante de la aristocracia latifundista y el Partido Whig, también
aristocrático pero íntimamente relacionado con las capas superiores de la burguesía comercial y finaciera,
se disputaban el poder.

3.1.7.1. Las Leyes de Cereales (1815):


La guerra, al cerrar las importaciones, había permitido mantener estables los precios de sus
productos e incluso aumentarlos, como ocurrió con el trigo en 1812. Pero cuando terminó la guerra, la
aristocracia terrateniente (que domina el Parlamento), ante la posibilidad de que disminuya el precio de
los cereales por la apertura de las importaciones, y ante un posible aumento de la producción, producto
del incremento de la mano de obra disponible por el fin de la guerra, obtiene la promulgación de la Ley de
Esta ley permitía la importación del grano extranjero siempre y cuando el precio del grano inglés
se mantuviera sobre un costo dado (82 chelines sobre el cuarto de tonelada). Esta medida perjudicaba a
los asalariados e industriales ya que el salario mínimo de subsistencia era ahora muy alto, en un momento
complicado para la industria debido a la libre competencia capitalista. Ante esto, los industriales van a
pedir una reforma electoral, para sancionar leyes que favorecieran sus intereses.

3.1.7.2. Derogación de las Combinations Acts (1824):


Así, hacia fines de la década del '20 se forman sociedades políticas integradas por obreros e
industriales y en 1824 se derogan las Combinations Acts.

3.1.7.3. La Reforma Electoral de 1832:


Mientras duraron las guerras napoleónicas, la burguesía industrial renunció a toda clase de lucha
contra la aristocracia, pero luego de la sanción de la Ley de Cereales, los industriales arrastraron a las
campañas por la reforma electoral a otros grupos sociales.
Las crisis periódicas provocaban la disminución constante de las tasas de ganancia de la burguesía
industrial. Para que las ganancias aumentaran era necesario reducir los costos y dentro de estos, el que
correspondía a los jornales parecía ser el más fácilmente reducible. Pero mientras el precio de los granos
se mantuviera artificialmente alto para beneficiar los intereses de los latifundistas, los salarios de los
obreros no podían descender más allá de cierto límite, sin riesgo de hacer peligrar su misma subsistencia.
Además, esta ley también impedía el aumento de las exportaciones inglesas. Era necesario que el
mundo no industrializado pudiera vender su producción agrícola a Inglaterra para que estuviera en

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condiciones de comprar las manufacturas inglesas. Entonces, un primer paso para lograr la eliminación de
la Ley de Cereales era lograr la representación industrial en el Parlamento (Belmartino, p. 173).

- El antiguo sistema electoral inglés:


El sistema electoral inglés era de base aristocrática y obsoleta. No respondía a la realidad
económica y social de la Inglaterra del siglo XIX, donde la burguesía industrial reclamaba una
representación y una participación política que los grupos dominantes le negaban.
Cada condado enviaba a la Cámara de los Comunes dos diputados, cualquiera sea su población.
Esto otorgaba una creciente ventaja a la Inglaterra del sudeste rural que declina, sobre la Inglaterra del
noroeste industrial. Además, en los condados los electores eran obligados a expresar su voto en un
registro, en presencia de un delegado de la gran propiedad.
Mientras los condados designaban a 80 diputados, las ciudades (burgos) a 405. Muchos de estos
burgos (los llamados podridos) para el siglo XIX ya estaban casi desiertos aunque mantenían su
representación en la Cámara, mientras que centros comerciales e industriales como Liverpool,
Manchester y Leeds no tenían diputación propia.
Reclutada así la Cámara de los Comunes que supuestamente debería representar a la nación, se
parecía extrañamente a la de los lores.

- Las Uniones Políticas:


El objetivo de la burguesía industrial era que la reforma electoral se convirtiera en la consigna de
una gran alianza de clases, destinada a hacer frente a la aristocracia terrateniente que monopolizaba el
poder. Con este firn, formó a principios de 1830 la Unión Política de Birmingham, dirigida por los
industriales y que contaban con el apoyo de muchos grupos de obreros. Otras ciudades siguieron su
ejemplo y se organizó una importante red de uniones políticas en todo el país.

- Los diversos grupos que reclamaban la reforma:


1- La burguesía industrial
2- La burguesía radical: deseaban una redistribución de los escaños en la Cámara de los Comunes,
porque el desplazamiento de la población desde el sureste hacia es noroeste industrial significaba que
gran número de pueblos escasamente habitados aún tenían derecho a representación en el Parlamento,
mientras que grandes ciudades industriales de reciente crecimiento como Manchester y Liverpool
carecían de representación.
3- La clase trabajadora: que realizaba reivindicaciones más completas. Querían una ampliación del
sufragio que concediera el voto universal. Los trabajadores que participan eran pequeños patrones,
propietarios de pequeños talleres.

- La reforma electoral de 1832:


Ante el descontento popular generalizado, se produjo entonces una escisión en las filas de la
aristocracia dirigente y un grupo de whigs liberales, apoyados por una fracción de los tories, asumió la
iniciativa en la lucha por la reforma. Cuando se realizaron las elecciones de julio de 1830, este sector
logró una importante mayoría en el Parlamento. En marzo de 1831 se presentó un proyecto de reforma
electoral pero la Cámara de los Lores se negó una vez más a aprobar la ley enviada desde la Cámara de
los Comunes, ahora dominada por los whigs.
El rechazo del proyecto provocó enormes manifestaciones en todo el país. En Londres, la multitud
atacó a obispos y lores en las calles, incendió el palacio arzobispal de Bristol, etc. Entonces, la burguesía
utilizó la cólera popular para presionar y obtener la sanción del proyecto. La negativa no terminó hasta
que el jefe liberal Lord Grey obtuvo del rey Guillermo IV la seguridad de que nombraría a un número
suficiente de nuevos pares para imponerse a la oposición en la Cámara de los Comunes. Bastó con la
amenaza y el 7 de julio de 1832, un número suficiente de nobles y obispos conservadores recalcitrantes se
abstuvieron de votar para permitir que la Cámara Alta aprobara la ley.
Finalmente, 143 bancas les fueron retiradas a los burgos podridos y poco poblados y fueron
adjudicadas a condados y ciudades con poca o ninguna representación. En los burgos, todo ocupante de
un inmueble que pagara 10 libras de alquiler, se convirtió en elector, pero igual el sufragio siguió siendo
el privilegio de unos pocos ya que sólo se extendió el sufragio a cerca de 813.000 votantes, mientras que
antes su número ascendía a 500.000.

- Consecuencias de la reforma electoral:


La reforma electoral de 1832 generó que las grandes ciudades industriales obtuvieran la ansiada
representación. De esta manera, la Cámara Baja pasó a representar los intereses industriales, pero esto

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eran una transacción moderada que desilusionó a los jefes radicales que habían respaldado a los whigs en
espera de amplias reformas, mientras la Cámara Alta seguía en poder de los terratenientes. Por esto no
logran derogar las Corn Laws, pero sancionan otras leyes favorables a sus intereses:
La ampliación del cuerpo electoral y la redistribución de las bancas reforzaron la posición de los
whigs, logrando que se equilibraran los dos partidos. Después de la reforma de 1832, la burguesía se
convirtió en el sector más importante desde el punto de vista político.
Pero esta fue la última vez que el grueso de los trabajadores siguió a la burguesía radical en las
luchas políticas y al mismo tiempo, la primera vez que un importante sector de la clase obrera se lanzaba
a las luchas políticas como fuerza independiente, como fue el caso de la Unión Nacional de Clases
Obreras.

3.1.7.4. El Factory Act (1833):


El Factory Act de 1833 proporcionó a los obreros la primera ley sobre la protección del trabajo de
un cierto alcance. Esta ley estaba inspirada en le espíritu filantrópico evangélico aunque se mostró
inoperante por falta de órganos de control.
Prohibía en toda la industria textil el trabajo nocturno, se limita la jornada de trabajo a 8 horas para
los menores de 13 años y a 12 horas para los jóvenes entre 13 y 18 años. Pero sólo se crean 4 inspectores
de trabajo.

3.1.7.6. La nueva Ley de Pobres (1834):

- El Sistema de Speehamland
La reforma del sistema de asistencia pública en 1795 autorizó la asistencia a domicilio a los
pobres, fuera de las workhouses. Tuvo un doble efecto: mantenía los campos un muy bajo nivel de
salarios ya que las cuotas de asistencia incidían sobre el salario propiamente dicho.
Este sistema de subsidios permitía a los tejedores a mano y a los artesanos sobrevivir aunque
obtuvieran una ganancia mínima y lo mismo sucedía con los jornaleros agrícolas, fijando en los campos
(a causa de la seguridad de la asistencia) a toda una población proletaria y con frecuencia incluso
emigrada, que no deseaban buscar un trabajo mejor pago en las regiones en vías de industrialización
situadas más al norte. Este era el sistema conocido como de Speenhamland, que había contribuido de
algún modo a retrasar la formación del mercado de trabajo.

- La Nueva Ley de Pobres:


En 1834 el Parlamento sanciona una nueva ley de pobres que eliminaba el sistema de
Speenhamland, bajo la idea de que este sistema mantenía artificialmente ocupada a la mano de obra. Se
sostiene que el pobre es pobre por su propia responsabilidad. Se dice que es haragán y si no trabaja es
porque no quiere.
La nueva ley suprimió los socorros domiciliarios y pasó a manos de comisarios la administración
de la ayuda a los pobres. Aquellos que no podían mantenerse a sí mismos y no tuvieran trabajo eran
separados de su familia y debían ingresar en las Workhouses, convirtiéndolas en verdaderas cárceles. Allí
se los obligaba a vivir en condiciones tan malas que estaban dispuestos a realizar cualquier trabajo con tal
de recuperar la libertad.
Estableció un régimen tan duro en los hospicios, que hizo parecer como un crimen la pobreza. Así
lo consideraban muchos patronos que carecían de mano de obra y consideraban que a todas las personas
indigentes capaces de trabajar debería persuadírseles para que buscaran empleo, convenciéndolas que las
condiciones en los hospicios eran peores que en las fábricas. De esta forma, el último obstáculo para el
logro de una oferta de mano de obra móvil y abundante fue suprimido
La eliminación del sistema de Speenhamland provoca el incremento de mano de obra disponible,
al desaparecer esta red de contención. Esta medida perjudica a los terratenientes y beneficia a los
industriales y provoca la ruptura de la alianza entre los trabajadores y los industriales, además que
restablecía la movilidad geográfica de la mano de obra.
Con esta ley, se reinicia la separación entre los obreros y la burguesía industrial.

3.1.7.7. La Liga contra la Ley de Cereales (1836-1849):


Luego de la decepción de 1832, el proletariado volvería a ser utilizado por la burguesía industrial a
favor de sus intereses.
La Liga contra la Ley de Cereales, fundada en 1836 por los industriales Cobden y Bright, aliada al
movimiento popular cartista, ejerció sobre el Parlamento una presión suficiente para hacerle abrogar por

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dos etapas, desde 1842 hasta 1846 y 1849 los aranceles sobre la importación de cereales y otros productos
alimenticios, así como sobre la de materias primas y productos manufacturados.
El libre cambio permitía a los industriales británicos procurarse materias primas al precio más
ventajoso, mientras que su avance técnico les ponía al abrigo de cualquier competencia en los productos
manufacturados. Convertía así el libre cambio en un instrumento de dominación, en un medio para
imponer la división mundial del trabajo, concebida en función de la expansión industrial de Inglaterra.

3.1.7.8. La derogación de las Leyes de Cereales (1846):


La presión popular y la campaña de la Liga contra la Ley de Cereales, encabezada por Richard
Cobden, hizo que en 1846, las Corn Laws fueran finalmente derogadas. Cuando el jefe tory, Sir Robert
Peel (que había encabezado el ministerio conservador desde 1841) promulgó una ley para establecer el
libre comercio de granos, escindió el partido tory. Pero los whigs apoyaron la medida y las Leyes de
Granos fueron abolidas. La derogación otras leyes proteccionistas como las actas de navegación en 1849
fueron el paso siguiente hacia el liberalismo económico.
Luego de la derogación de las leyes de cereales, los industriales decidieron bajar los salarios de los
obreros. Por esto, el mejoramiento de la clase obrera recién se va a dar a partir de 1880, como
consecuencia de los enormes beneficios proporcionados por la expansión imperialista inglesa. De 1850 a
1880 sólo mejoran su situación los sectores obreros calificados "la aristocracia obrera".

3.1.8) Primeras organizaciones obreras:

3.1.8.1. Las Corresponding Society (1792-1793):


La radicalización de la Revolución Francesa a lo largo de 1792 provocó un entusiasmo indudable
en las clases trabajadoras inglesas. Surgió un jacobinismo inglés que se apoyaba en la clase artesana y
obrera, y encontró su expresión en la aparición de sociedades que imitaban a los clubs franceses: la
London Corresponding Society, fundada el 25 de enero de 1792 se puso a la cabeza de una red de
sociedades afiliadas. Estas sociedades reivindicaban la extensión de las libertades políticas y civiles, la
ampliación del sufragio, la reforma parlamentaria, etc.

3.1.8.2. La represión durante las guerras revolucionarias:


Pero este movimiento no fue ni lo suficientemente amplio ni estuvo muy arraigado en la
conciencia colectiva como para resistir la represión que se abatió sobre él en 1793. La guerra se convirtió
en la ocasión de una rigurosa reacción política, social y colonial en nombre de la defensa contra la Francia
revolucionaria. En 1793 Pitt cerraba los clubs; en 1794 suspendía el Hábeas Corpus, lo que permitió la
aceleración de las condenas contra los escritores y agitadores jacobinos.
El pueblo inglés de fines de siglo, que estaba relativamente bien alimentado y en el que las
aspiraciones indudables a una mayor igualdad se encontraban limitadas por un moralismo conformista
ampliamente difundido por el revival metodista, no necesitaba más para despreciar al sans culotte
hambriento, terrorista y antirreligioso. Inglaterra pareció encontrar en Burke al doctrinario de la
conservación. Al condenar los derechos del hombre, el contrato social y la igualdad como abstracciones
erróneas y nocivas, Burke hacía una apología de la monarquía, centro de la adhesión personal de los
súbditos, del gobierno por una clase dominante, la única capaz de comprender el interés general.
El período crítico de 1797-1800 fue testigo del aplastamiento de los irlandeses unidos de Wolf
Tone (1798), el sometimiento político de Irlanda por el Acta de Unión de 1800 y la represión de la
agitación obrera mediante las Combinations Acts (1799-1800)
En 1811-1812, los ataques de los ludditas demostraron que la protesta obrera seguía activa. A
partir de 1815, comienzan problemas internos y económicos, debido a la baja de los precios de los
cereales y a la incorporación de los ex combatientes al mercado laboral.

3.1.8.3. La crisis industrial luego de la guerra:


El fin de la guerra y los primeros años de la paz proporcionaron a la economía inglesa serias
dificultades, relacionadas sobre todo con el penoso reajuste de aquella a condiciones normales. Así como
descendió el precio de los cereales, las industrias afectadas por la Revolución industrial atravesaron una
grave crisis.
Las exportaciones británicas después de haber hecho irrupción sobre el continente europeo
sufrieron la ofensiva de los proteccionismos europeos, que se esforzaban por hacer revivir el bloqueo en
plena paz para salvaguardar las nacientes industrias continentales. En la metalurgia, al boom ocasional de

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los tiempos de guerra sucedió una fase de verdadera desinversión. Numerosas fábricas fueron cerradas e
incluso demolidas.
El mercado de trabajo se dirigía hacia la saturación. La desmovilización había devuelto unos
150.000 hombres, mientras la inmigración irlandesa se acentuaba. El hacinamiento era particularmente
sensible en el mundo de los tejedores.
Pero lo que caracteriza los años posteriores a 1820 es la deflación de precios, que en la industria es
quizá ante todo el efecto de la competencia y de la producción masiva y que engendra la deflación de los
beneficios, cuyo nivel era tan elevado en los primeros tiempos de la Revolución Industrial.
La crisis de posguerra y el aumento de la desocupación hicieron que creciera el descontento entre
los obreros.
Las masas obreras urbanas todavía siguen siendo muy heterogéneas. Comprenden a verdaderos
proletarios industriales, un gran número de artesano y obreros que pertenecen a sectores en vías de
industrialización y a profesiones que todavía no se ven afectadas por la Revolución Industrial, tales como
la construcción, el vestido, la imprenta, etc.
El rasgo más novedoso de la vida social y política hacia 1815-1850 es la conciencia que las masas
populares van adquiriendo de sus precarias condiciones, su esfuerzo de organización y de lucha contra la
sociedad capitalista y su presión efectiva sobre el Parlamento.

3.1.8.4. Los inicios del movimiento radical (1815-1819):


El radicalismo inglés fue una ideología política desarrollada durante la revolución francesa, pero
con raíces en la Ilustración, retomando las ideas de libertad, igualdad, importancia de la educación. Pero
no tenían una visión universalista sino particularista. Sostenían que los ingleses eran libres e iguales por
naturaleza. Vinculaban el "yugo normando" con el absolutismo y la monarquía. Por esto eran partidarios
de la república. Son perseguidos como traidores a la patria y pro-franceses, aunque muchos radicales se
mantienen tranquilos durante las guerras contra Francia y no actuaron en contra del gobierno. Pero pronto
se produce un acercamiento entre los radicales burgueses y los obreros. Como aspiran al poder y no
tienen base, plantean el voto universal.
Después de 1815, el partido radical reunía, además de los sobrevivientes del jacobinismo burgués
de fines del siglo XVIII, algunos elementos de origen popular. La crisis de 1815-1819, caracterizada por
el encarecimiento del pan debido a las leyes de cereal, provocan un descontento general contra el
capitalismo agrario y su mandatario, el gobierno tory. Los terratenientes se apoyaban en el sistema de
Speenhamland y en las Leyes de Cereales para mantener su predominio social, que comenzaba a ser
atacado por la nueva burguesía industrial
Durante los años de crisis de 1816-1819 fue el apoyo popular el que dio toda su amplitud a la
agitación radical, cuyos jefes continuaban perteneciendo, salvo excepciones, a la pequeña y
mediana burguesía, aunque con William Cobbett el partido radical se extiende a los proletarios del
campo y las ciudades. El programa de aquella agitación consistía de nuevo en el sufragio universal y la
reforma parlamentaria, pero también en la abolición de las leyes de cereales y la fijación de los precios.
Este programa atraía a grandes multitudes. El descontento obrero los llevó a adherirse a los movimientos
radicales, pero es necesario aclarar que en estos momentos la gran industria fabril no se había difundido
en toda Inglaterra. Se limitaba fundamentalmente a la zona algodonera del Lancashire. Todavía la gran
cantidad de trabajadores ingleses estaba constituida por braceros agrícolas y por los que trabajaban en el
servicio doméstico y en la industria domiciliada o en los pequeños talleres. En el otro extremo se
encontraban los maquinistas y mecánicos, la elite obrera de la revolución industrial. Mejor pagados y más
instruidos, son los que se colocan al frente de las asociaciones obreras.
A partir de 1816 comienzan a sucederse las manifestaciones obreras. En 1817 surgen clubes
políticos que reúnen a los disconformes y comienzan a plantear la conformación de un Comité de
Salvación Pública. Pero las huelgas, las marchas organizadas por los desocupados, las formas
revolucionarias de agitación (clubs políticos, Comité de Salvación Pública en Londres, en 1817 la
utilización del gorro frigio y la bandera tricolor) provocaron una violenta represión.
La agitación persiste hasta el 16 de agosto de 1819, cuando se produce una manifestación de
50.000 obreros en Saint Peter's Field (cerca de Manchester), que es reprimida por Wellington, en lo que se
denominó la masacre de Peterloo, donde mueren 11 obreros y son heridos centenares. Como consecuencia
de esto, el gobierno establece las Six Acts, que limitaron estrictamente el derecho de reunión y
reglamentaron las marchas. Una de estas leyes suspendía la vigencia del Hábeas Corpus.

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3.1.8.5. Las primeras confederaciones sindicales:


El movimiento sindical, que se mantuvo alejado de la agitación política, sale fortalecido del
fracaso radical. Las unions existían desde el siglo XVIII y eran sociedades de socorros mutuos pero
también sindicatos. En el primer caso, la legislación favorecía su actividad, en el segundo, la prohibía. En
1824-1825 el gobierno decide derogar las Combinations Acts, permitiendo el derecho de coalición en las
cuestiones relativas a salarios y duración del trabajo. Ciertamente la existencia de trade-unions era ya
antigua, pero la novedad fue la aparición del sindicalismo dentro de las profesiones de la industria
moderna.
Pero la diversidad de situaciones laborales y las actitudes individualistas como la de los artesanos
que aspiraban a convertirse en pequeños patrones, limitaron el crecimiento sindical y la formación de una
conciencia de clase y dejaron su marca en el movimiento obrero de la época (Belmartino, p. 175)
Pero la crisis económica que se inició en 1825, seguida por la depresión industrial que se prolongó
hasta 1829, puso en evidencia, después del fracaso de toda una serie de huelgas, que las uniones
sindicales dispersas no podían enfrentar con éxito la política de los patrones. Los obreros comenzaron a
luchar entonces por la centralización de los sindicatos locales en organismos nacionales.
- En 1829 John Doherty agrupa a todos los hiladores del Reino Unido en una "Gran Unión
General de los Hilanderos y Tejedores a Destajo".
- En 1830 va más lejos y reagrupa a 100.000 obreros pertenecientes al sector metalúrgico, textil y
minero en su "Asociación Nacional para la Protección de los Trabajadores" cuyo objetivo era actuar
como una federación de todos los sindicatos existentes y su función era resistir ante las disminuciones de
salarios y dar socorros de huelga. Imprimía un periódico, la "Voz del Pueblo"
Esta Asociación apoya la campaña de las Uniones Políticas en favor de la reforma electoral,
aunque las viejas unions vacilaban como antes a comprometerse en la acción política.
Esta asociación fracasó por falta de recursos y desapareció a mediados de 1832.

3.1.8.6. La Unión Nacional de Clases Obreras (1831-1832):


Pese a que en julio de 1830 los liberales whigs habían obtenido la victoria, un sector de la clase
obrera decide no seguir apoyando a los radicales e industriales burgueses e inician un movimiento político
independiente. Estos grupos están fuertemente influidos por las ideas socialistas que difunde un periódico
de reciente creación, "el Defensor del Pobre", dirigido por O'Brien. Su planteo central era que siendo el
trabajo la única fuente de valor, por consiguiente los trabajadores eran los únicos creadores de riqueza,
por lo que debía reconocérseles el derecho de adueñarse del valor total de lo producido por ellos. El
Defensor del Pobre se apoyaba en estas ideas para afirmar que de ninguna manera la alianza con la
burguesía podía ser beneficiosa para la clase obrera. Esta no podía esperar que la burguesía se despojara
voluntariamente de su monopolio para devolver a los obreros el producto íntegro de su trabajo.
Los que abogaban a favor de un movimiento político obrero independiente organizaron en
noviembre de 1831 la Unión Nacional de Clases Obreras, que también pretende agrupar a todos los
oficios. Su fundador, William Lovett y sus seguidores reivindicaban el sufragio universal y la democracia
política como medios para llegar a la democracia social. Buscaban llegar al Parlamento utilizando como
medio el sufragio universal.
La U.N.C.O. centró su actividad en la oposición al Proyecto de Reforma Electoral auspiciado por
la burguesía y presentado al Parlamento en marzo de 1831. Este proyecto no constituía más que una
extensión del privilegio del voto y no el sufragio universal reclamado por los obreros.

3.1.8.7. El movimiento sindical-cooperativo:


El socialismo británico o "cooperación" siguió otro camino. Robert Owen había condenado la
agitación por la reforma electoral, a la que consideraba una estafa. Los obreros no deben contar con más
que con ellos mismos. La decepción que experimentaron los trabajadores por la reforma electoral de 1832
contribuyó al éxito pasajero de la campaña de Robert Owen. Como patrono se había esforzado en New
Lanark por distribuir una parte de los beneficios a través de instituciones de tipo paternalista:
alojamientos obreros con jardines, comedores, almacenes, cajas de ahorro, escuelas. La jornada de trabajo
es reducida a 10 horas para los adultos y no se admiten niños menores de 10 años. Trata de convencer al
resto de los industriales de los beneficios de otorgar una buena paga a los obreros.
Luego busca un sistema de control de la producción que pusiera el capital y la máquina al servicio
del trabajador y de la colectividad: este sistema fue la asociación y la cooperación. Intentó de 1824 a 1829
una experiencia de idea cooperativa en New Harmony (Indiana), fue la fase utopista de su carrera.
Este es un sistema socialista porque apela a la producción en común.

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- La Gran Unión Consolidada de los Oficios (1833-1834):


El fracaso del movimiento político obrero de la Unión Nacional de las Clases Obreras en 1832,
estimuló las actividades sindicales. En 1833 hubo un intento de crear una unión general de trabajadores
que no sólo apoyase a los obreros en su lucha por mejoras laborales sino que también actuaron como
instrumento para llevar adelante el nuevo orden social, derivado de las cooperativas obreras de
producción. De esta manera trataba de ganar a las trade-unions al socialismo cooperativo y preparar la
revolución de las estructuras económicas, haciendo de cada unión el marco futuro de una cooperativa de
producción. Owen imaginó una sociedad donde los sindicatos se convirtieran en grandes organismos
productores que terminarían reemplazando al Estado por una red de cooperativas relacionadas entre ellas.
Creía que esto podría hacerse en forma completamente pacífica y se oponía a toda idea de lucha de clases.
La propuesta, surgida del movimiento cooperativo-sindicalista, de crear una unión general de todas
las asociaciones obreras encontró rápido eco. A partir de diciembre de 1833, las sociedades obreras se
afiliaron en la "Gran Unión Consolidada de los Oficios", que fue el primer ejemplo de un sindicalismo
revolucionario apolítico. Lovett, decide unirse al movimiento de Owen.
En 1834, la central obrera de Owen agrupaba a 500.000 afiliados británicos, a quienes se les
enseña que la huelga general es capaz de asegurar el triunfo de la revolución socialista. Pero el
crecimiento del movimiento sindical provoca la reacción de los patrones, que se organizan y que obligan
a los obreros a firmar documentos en los cuales se los compromete a no participar en las nuevas
asociaciones. A las huelgas que desencadenan en toda Inglaterra, los patrones responden con el lock out
(rechazo de contratación, lock out) y encuentran en los poderes públicos, aterrorizados por la agitación
social, un apoyo incondicional. El gobierno da directivas de reprimir cualquier tentativa de subvertir el
orden.
La Gran Unión Consolidada de Oficios se dedicó a sostener las huelgas que estallaban en todas
partes, pero a medida que el movimiento se extendía, se hacía más difícil obtener dinero de las sociedades
obreras. Al mismo tiempo comenzaron a producirse disensiones internas y en el mes de agosto de 1834,
una conferencia de delegados decidió disolver la Unión, por lo que los sindicatos continuaron
separadamente.
Este fracaso redujo a los socialistas de Owen a una modesta cooperación en forma de tiendas
cooperativas, iniciada en Rochdale, Lancashire, en 1844. Esta era una cooperativa de consumo sobre la
base de una evaluación rigurosa del valor del trabajo.

3.1.8.8. El Cartismo (1838-1848):

- La crisis económica de 1836:


En 1836 se produjo una nueva crisis que llevó al hambre y al paro masivo a las regiones
industriales. Los sindicatos que pagaban a sus miembros subsidios de paro veían agotarse los fondos de
que disponían.
El voto de la nueva ley de pobres había puesto en duda los métodos de Owen, por lo que ante
la crisis económica vuelve a progresar la idea de que la suerte de los trabajadores seguirá siendo
precaria mientras la Cámara de los Comunes represente sólo los intereses de los poseedores.
Entonces, los obreros decidieron retomar la lucha política, considerando que la situación exigía un
movimiento que luchara por todas sus reivindicaciones: sufragio universal, oposición a la Ley de Pobres,
libertad de prensa, diminución de la jornada laboral, etc. Volvió a fortalecerse la idea de que la
democracia política estaba estrechamente ligada a la democracia social.

- La Asociación de Trabajadores de Londres (1836):


La "Asociación de Trabajadores" fue fundada en Londres, el 28 de febrero de 1836 por Lovett,
Heterington, Vincent y otros. Todos pertenecían al grupo de los obreros que habían experimentado el
fracaso del movimiento en pro del sufragio universal en 1832 y la derrota del movimiento sindical y
cooperativista en 1834. Limitaron el movimiento a las fuerzas obreras con el objetivo de que la clase
obrera se manejara en la esfera política con absoluta independencia, siguiendo los lineamientos
establecidos en 1831 por la Unión Nacional de Clases Obreras.
La Asociación sería una escuela donde los obreros podrían instruirse y darse a sí mismos una
educación política, aunque no basó su política en el principio de la lucha de clases y admitió la
posibilidad de una alianza con los radicales burgueses.

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- El surgimiento del Cartismo:


El cartismo fue el primer movimiento político nacional de la clase obrera. Este movimiento es
político en sus principios. No es socialista ni sindicalista, ya que las unions se mantienen ante todo en
reserva, como en la época de la agitación radical. Reviviendo la tradición del jacobinismo y del
radicalismo inglés se abrió ampliamente a la ideología revolucionaria francesa. Pero no sólo realiza
reclamos políticos sino también sociales.
A principios de 1837 la "Asociación de Trabajadores de Londres" elaboró la "Carta del Pueblo",
documento que sintetizaba su programa político en seis puntos fundamentales:
1- El sufragio universal
2- El voto secreto
3- Elecciones parlamentarias anuales
4- La igualdad de las circunscripciones electorales
5- La dieta parlamentaria para los miembros de las Cámaras
6- La abolición de los requisitos de propiedad para quienes se presentaban a una elección
La Carta era una respuesta a la nueva ley de pobres y a la ley de reforma electoral. En los puntos
de la carta sólo se hablaba de reforma electoral y parlamentaria. La democracia política seguía siendo
para ellos el medio de plasmar en la ley las aspiraciones a la justicia social de la clase obrara. Para
algunos historiadores, la naturaleza puramente política de los puntos de la Carta, dedicada enteramente a
la representación parlamentaria, era la más extraña de todas las anomalías del cartismo. Un historiador ha
comentado esta "paradoja" de un movimiento de la clase trabajadora totalmente incapaz de ponerse de
acuerdo sobre cualquier programa de cambio social y económico, pero que logró producir un programa
muy preciso de reforma política.
El sufragio era el principio básico del cartismo y el único principio cohesivo, que unificaba al
movimiento. Hasta O'Brien insistió en que los pobres eran pobres porque no tenían derecho a voto.
Incluso en un primer momento, Lovett incluyó el sufragio femenino en la redacción original de la Carta y
fue persuadido de suprimirlo sólo cuando el resto del comité insistió en que sería inaceptable hasta para
las clases trabajadoras. (Himmelfarb, p. 310).
Pero el sufragio no era sólo un medio para lograr un fin, también era un fin en sí, una demanda de
igualdad política y una afirmación de la igualdad humana. Si el ideal provenía del radicalismo
individualista, los métodos eran más que nunca los del metodismo, transferidos al plano de la acción civil:
los mitines. No es sorprendente que las reuniones cartistas se desarrollaran a menudo en iglesias
metodistas, que muchos himnos cartistas fueran adaptaciones de los himnos metodistas y que algunos de
los cartistas más activos como Lovett, fueran metodistas prominentes. Si los grupos metodistas se habían
vuelto cada vez más tranquilos y conservadores, puede ser significativo que el cartismo surgiera
exactamente en la misma época para manifestar el temperamento radical que no podía encontrar
satisfacción en la religión. Por otra parte, la existencia de algunos pequeños metodistas radicales y el
hecho de que a veces florecieran en los mismos lugares y al mismo tiempo que el cartismo, sugiere que
los dos se reforzaban mutuamente. Así como el metodismo fomentaba un sentimiento de fraternidad que
sólo tenía una relación periférica con su teología, el cartismo ofrecía un sentimiento de camaradería que
superaba su programa oficial (Himmerfalb, p. 302).
En el movimiento cartista había muchos "intrusos", hombres que no pertenecían a las clases
trabajadoras como O'Connor y O'Brien. A pesar de esto, el cartismo se concebía a sí mismo como un
movimiento de la clase trabajadora y era aceptado como tal por la mayoría de los contemporáneos. A
diferencia de los torys, whigs o radicales, los cartistas nunca pretendieron representar a toda la nación. Se
jactaban de representar sólo a la parte sin representación del país. Pero no era un partido de clase definido
por una ideología (como luego lo serían los partidos socialistas). El cartismo era más un movimiento que
un partido
El cartismo era una repetición de todo lo que había preocupado a los radicales. Heredó hasta a los
líderes de los primeros movimientos radicales: O'Brien, Hartwell, Lee, etc. Lo nuevo del cartismo era su
evidente magnitud. Surgió como una amalgama de dos organizaciones diferentes: la Asociación de
Trabajadores de Londres y la Unión Política de Birmingham, pero pronto se convirtió en una asociación
indefinida cuyo punto de coincidencia era la "Carta del pueblo". El hecho de que fuera un movimiento tan
amplio y amorfo significó que cualquier hecho, discurso o manifestación se amplificara, considerándose
parte de una conspiración nacional organizada.

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- La alianza con la Unión Política y el surgimiento de las primeras disidencias:


Mientras tanto, también los radicales renovaron su propia agitación. La reforma de 1832 era
considerada insuficiente porque no permitía derogar las Leyes de Cereales, lo cual constituía el punto
básico de su programa. Esto llevó a la Unión Política de Birmingham (creada en 1830) a reanudar su
actividad en 1837. Thomas Attwood, miembro del Parlamento, se puso a la cabeza del nuevo movimiento
burgués.
A fines de 1837, la Unión Política de Birmingham decidió unir sus esfuerzos a los de la Asociación
de Trabajadores de Londres. Se elaboró un programa político común y se organizó una petición de
carácter nacional, dirigida al Parlamento.
Pronto surgieron divisiones en el seno del cartismo:
- Tanto Lovett como Attwood se declaraban partidarios de encauzar la acción por vías pacíficas,
por lo que se los consideró partidarios de la "fuerza moral". Estaban convencidos de la fuerza moral del
petitorio, por esto rechazan la violencia y la lucha de clases.
- Por otra parte, los líderes obreros del norte (O'Connor, O'Brien, Harney) sostenían que era una
ingenuidad pensar que el Parlamento va a acceder tranquilamente a las demandas. Proponen presionar al
gobierno por medio de la huelga general, la violencia y la lucha de clases.

- La Asociación Democrática:
Entonces, O'Brien y O'Connor deciden organizar en Londres un grupo opuesto a la Asociación de
Trabajadores, fundando la "Asociación Democrática". Se declaraban socialistas revolucionarios y
criticaron las actitudes reformistas y la tendencia de los partidarios de Lovett a apoyar la alianza entre la
clase media y el movimiento obrero. Advierten que la derogación de la ley de cereales no beneficiará a los
obreros porque la disminución del costo de la vida traerá apareada la disminución de los salarios,
por lo que agregan a la reivindicación política una vehemente campaña por la abolición de la ley de
pobres.
Pero mientras O'Brien intenta conciliar la enseñanza de Owen y las tradiciones jacobinas y de
Babeuf, O'Connor se perdía en utopías agrarias retrógradas. Pretende reducir el paro industrial mediante
el retorno al campo, donde las cooperativas obreras adquirirían grandes propiedades para repartirlas en
lotes pequeños.
O'Connor fundó el periódico "Northern Star" que se convirtió en el vocero del cartismo
revolucionario. En sus páginas dominaba la idea de insurrección y huelga general y en ellas definieron la
teoría del ejército industrial de reserva, luego retomada por Marx.

- La I Convención Cartista:
Se realizaron mitines en todo el país para apoyar la Carta y elegir a los delegados de una
convención nacional que presentaría la Carta en forma de petición al Parlamento. El 14 de febrero de
1838 se reunió en Londres la primera convención cartista. En ella se enfrentaron los partidarios de la
fuerza moral y la fuerza física.
La convención terminó por afirmar el derecho del pueblo a armarse y defendió la utilización de la
violencia y la huelga general en el caso de que el Parlamento se negara a apoyar la carta. Attwood y otros
moderados consideraron que esta medida era excesivamente revolucionaria y se retiraron de la
convención en mayo. Finalmente, el 12 de julio de 1838 el Parlamento rechazó la petición cartista. Esto
provocó un motín en Birmingham, donde las tiendas y almacenes fueron incendiados.
Se lanza la orden de huelga general en agosto. Las unions, hostiles a toda agitación política
arriesgada, no participan y el fracaso es total. El 6 de septiembre, la convención cartista se disolvió. La
represión cae sobre los cuadros del cartismo y O'Connor, O'Brien, Lovett y Vicent son encarcelados, y
varios periódicos dejan de circular. El cartismo aparentemente había sido vencido.
Pero los temores de las autoridades de que se generara violencia y una revolución fueron
exagerados. El único episodio que podía calificarse como rebelión fue el que ocurrió en Newport en
noviembre de 1839. Además, los muy famosos "motines de Rebeca" a mediados de 1839 y los de fines de
1842-1843 incluyeron sólo la destrucción de algunas barreras de peaje en los caminos y esto nunca
ocurría en domingo, porque las "Hijas de Rebeca" celebraban el Sabbath (Himmerlfarb, p. 298)

- La Asociación Nacional de la Carta:


Pero en 1840, 23 delegados cartistas reunidos en Manchester organizaron la "Asociación Nacional
de la Carta", primer partido político de la clase obrera. En 1841 comenzaron a recuperar la libertad
los dirigentes cartistas y O'Connor se colocó a la cabeza del movimiento.

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Nuevamente se planteó el problema de una posible alianza con los sectores burgueses, en este caso
con la Liga contra la Ley de Cereales (fundada en 1836). Los miembros sostenían que el sufrimiento de la
clase obrera era consecuencia del proteccionismo de la ley de cereales, y no consecuencia del sistema
fabril. Pero los obreros eran plenamente conscientes de que la burguesía quería derogar los impuestos
sobre los granos para rebajar aún más los salarios (Belmartino, p. 189).

- La II Convención Cartista:
1839, 1840 y 1841 son años donde se generaliza el hambre. 1842 es el año culminante de las malas
cosechas. Sube el precio del pan, las fábricas cierran sus puertas.
El 12 de abril de 1842 se reunió en Londres la Segunda Convención Cartista y se presentó una
segunda petición preparada por la Asociación Nacional de la Carta que se encontraba bajo la jefatura
centralizada de O'Connor. El 2 de mayo se presentó la petición al Parlamento.
Esta segunda petición tenía un carácter mucho más revolucionario que la anterior. Esta vez se
solicita la supresión privada de los medios de producción, que debían ser socializados. Pese a que se
recogen más de 3 millones de firmas, la Cámara de los Comunes se niega a tomarlas en consideración.
A mediados de año las huelgas se suceden sin interrupción y configuran un movimiento que se
conoció como el complot de las clavijas que consistió en sacar las clavijas de las calderas de las máquinas
de vapor, método que recuerda al de la destrucción de máquinas. Algunos dirigentes cartistas como Lovett
repudian la violencia y declaran que detrás de la violencia estaba la burguesía industrial que incitaba a los
obreros para que el Parlamento derogara las leyes de cereales.
Si bien los cartistas aceptaron el apoyo que les brindaba el movimiento huelguístico, esta vez no lo
habían provocado. Las huelgas se habían originado por razones puramente económicas, en particular por
las reducciones de los salarios. Existía la presunción de que fueron los industriales pertenecientes a la
Liga los que habrían reducido los salarios a un nivel insostenible para utilizar la cólera obrera como
medio de presión ante el gobierno.
El 17 de agosto, la "Asociación Nacional de la Carta" trató el tema de las huelgas. Muchos
dirigentes pensaban que se debía desalentar el movimiento pues consideraban que se debía a la
instigación de los miembros de la "Liga contra la ley de granos", así que para fines de agosto muchos
obreros volvieron al trabajo. Finalmente, a fines de 1842, la buena cosecha disminuyó la crisis económica
y redujo la tensión.

- La III Convención Cartista


Después del fracaso de las huelgas del '42, O'Connor abandonó la lucha política y se dedicó a
organizar colonias agrícolas de trabajadores.
En 1845, Harney y Jones organizan la "Sociedad de los Demócratas Fraternales", que conduciría al
cartismo a su etapa de mayor claridad ideológica, tratando de encauzar el movimiento obrero hacia la
revolución proletaria.
En 1848, la noticia de las revoluciones en el continente alentó el surgimiento de la agitación
política. Entonces, la Asociación Nacional de la Carta comenzó a organizar una nueva petición, en la que
esta vez se reclamaba el establecimiento de una república.
La III Convención cartista se reunió en Londres el 4 de abril de 1848 y el 10 de ese mismo mes
elevó una nueva petición al Parlamento, esta vez solicitando el establecimiento de la República. Esto
asustó tanto a las autoridades que el gobierno designó a 170.000 policías especiales para frenar las
manifestaciones. Pero la agitación cartista tenía más ruido que furia y cuando la última petición fue
rechazada por el Parlamento, el movimiento tuvo que disolverse ante la enorme concentración de fuerzas
del orden público. En junio comenzó una ola de detenciones en la que cayeron la mayor parte de los
dirigentes y para septiembre, el movimiento había sido completamente aplastado

- Conclusiones:
Este fue el primer movimiento político obrero independiente, en el cual se produjo la transición de
las antiguas formas de lucha popular a las más modernas. Como típicos exponentes de una época de
transición, los líderes obreros a veces oscilaron entre la visión nostálgica del pasado y una idea no del
todo clara del futuro:
- Los obreros de la industria domiciliada miraban con horror los progresos del industrialismo y
anhelaban una sociedad de pequeños productores independientes.
- En cambio, los obreros de las nuevas zonas industriales habían llegado a aceptar las maquinarias
y la sociedad industrial.

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- Por su parte, los artesanos londinenses, que gozaban de una situación relativamente privilegiada
y tenían aspiraciones de ascenso social, creían posible llevar adelante su acción por las causas legales y se
mostraban reticentes a colaborar con los obreros del norte, menos instruidos y más combativos.
En los conflictos dentro del cartismo estaban los diferentes intereses y tradiciones de los mineros y
tejedores, de los obreros de las fábricas y los trabajadores agrícolas, de los habitantes de Londres y los del
norte del país.
La mayor anomalía del cartismo fue su mayor fuerza: el hecho de que podía incluir intereses,
ideologías y personalidades tan distintas y aún continuar siendo un movimiento característico. Quizá el
único y más importante factor que produjo la unidad en la diversidad fue el Northern Star, que contribuyó
a integrar el movimiento precisamente porque no trató de interrogarlo ideológicamente.
A pesar del rechazo de las peticiones, alcanzó lo que podría haber sido su meta más importante.
Generó una conciencia entre una gran parte de la clase trabajadora, un sentimiento de causa común que
superó las quejas, demandas o intereses específicos y que se conservó después del fracaso del programa y
la desaparición del movimiento.
La privación esencial que compartían todos los pobres era su falta de derechos políticos. Según los
términos de la Carta, ésta era la característica que definía a los pobres. Este fue el logro histórico del
cartismo. El problema social era redefinido para convertirlo en un problema político, cuya solución no era
el restablecimiento de la antigua sociedad ni la creación de una nueva sino integrar a los pobres a la
política (Himmelfarb, p. 312).

3.1.8.9. El nuevo movimiento obrero:


Las desilusiones provocadas por la acción política no habían afectado la autoridad de las unions,
que se mantuvieron prudentemente alejadas del cartismo. El sindicalismo de los años 1843-1845 rompe
con el sindicalismo socialista y revolucionario de Owen y con el sindicalismo tradicional y regional,
mientras se esfuerza por agrupar a las unions en poderosas centrales obreras, tal como lo había intentado
Doherty en la década del '30.
En 1842 aparece la Asociación de mineros de Gran Bretaña e Irlanda y en 1845, con la Asociación
Nacional de oficios unidos para la protección del trabajo se abre una nueva etapa hacia el sindicalismo
unitario y reformista. Esta confederación reclama la jornada de diez horas y salarios más elevados. Cree
posible obtener, mediante la negociación, la institución de procedimientos de arbitraje. Estos puntos de
vista estaban de acuerdo con el estado de ánimo de la mayoría de los trabajadores británicos.
Además, los tiempos duros de la revolución industrial comienzan a esfumarse ante al
prosperidad de la era de los ferrocarriles. La nueva estrategia obrera se ha transformado con la
derrota del cartismo. Nuevas confederaciones profesionales y una nueva central sindical renuncian
en los años '40 a querer hacer triunfar una teoría general de la sociedad, para atenerse en adelante
a objetivos prácticos y limitados.
A partir de 1849 la situación económica mejora, por lo que el marxismo no prende y los
movimientos socialistas que surgen son reformistas. La minoría obrera marxista surge luego de la
disolución del cartismo, cuando Harney y Jones se ponen en contacto con revolucionarios del continente,
entre ellos Marx y Engels. De esta manera crean la rama inglesa de la I Internacional
Pero a partir de la década del '50 comenzó un período de gran expansión capitalista. La expansión
de los ferrocarriles, el crecimiento de la producción y el aumento constante de las exportaciones produjo
una creciente prosperidad en el sector industrial. Ya a partir de 1845 se había registrado un aumento en los
salarios de los obreros calificados y organizados. Estas condiciones debilitaron a las fuerzas
revolucionarias del proletariado inglés.
Si bien las condiciones de vida de los obreros no calificados continuaron siendo miserables, esta
masa estaba desorganizada y no se incorporó al movimiento revolucionario hasta tiempo después.

3.2- EL DESARROLLO DEL CAPITALISMO EN EL CONTINENTE:

3.2.1) El desarrollo del capitalismo en el continente


En Europa se diferencian cada vez más la región occidental de la mediterránea y oriental. Los
países ricos se enriquecen cada vez más, mientras los países pobres son cada vez más pobres. En la
occidental, Francia, Alemania y Bélgica van a lograr un apogeo industrial, mientras que Italia va a tener
dificultades para lograr lo mismo.

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Los países de Europa Oriental sufren cada vez más la competencia que significan los países
subdesarrollados. El cereal americano ahora llega rápidamente a Europa y puede competir con el de
Europa Oriental.

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3.2.1.1. Desarrollo del capitalismo en Francia:


Recién en el período 1815-1848 Francia había presenciado la preparación y la primera fase de la
industrialización, pero a mitad de siglo, era todavía un país fundamentalmente agrícola. En 1851, el 75%
de la población vivía todavía en el campo y en aldeas de menos de 10.000 habitantes.
La pequeña propiedad campesina, producida por la revolución de 1789 había bloqueado durante
muchos años a gran parte de la población en el campo y la extensión del sistema doméstico la había
vinculado aún más a la aldea y a las industrias rurales. Sólo a partir de la crisis económica de 1848, que
contribuyó a agravar los efectos de las precedentes (1826-1828; 1837-1839) la combinación entre trabajo
agrícola e industria rural que había desempeñado una función de equilibrio social y político, comenzó a
disgregarse gradualmente para dar paso al desarrollo de la tejeduría mecánica y la expansión de la
metalurgia, así como a un moderno sistema productivo de tipo urbano. Por otra parte, la reorganización
del crédito bancario, dominado pocos años atrás por la banca familiar, ampliará las dimensiones del
mercado francés.
Recién durante el Segundo Imperio, Francia logró conformar una estructura industrial moderna
con el pasaje definitivo a la utilización del carbón de piedra, la difusión del vapor y la mecanización del
trabajo en la industria metalúrgica, en la química y la textil.

3.2.1.2. El movimiento obrero en Francia:


En Francia no existía un movimiento de masas trabajadoras parecido al inglés. Los militantes
franceses entre 1830 y 1848 eran anticuados artesanos y jornaleros urbanos, procedentes de los centros de
la tradicional industria doméstica como las sederías de Lyon. Los archirrevolucionarios canuts de Lyon no
eran ni siquiera jornaleros, sino una especie de pequeños patronos.
Pero por otro lado, Francia poseía una tradición política muy desarrollada por parte del ala
izquierda jacobina y babuvista, una gran parte de la cual se hizo comunista después de 1830. Su caudillo
más formidable fue Augusto Blanqui, discípulo de Bounarroti. El blanquismo adaptó a la causa de los
trabajadores el sistema de hermandad secreta y conspiradora, aunque despojándola de mucho de su
ritualismo. También gracias al blanquismo, el movimiento socialista adquirió el convencimiento de que su
objetivo debía ser apoderarse del poder e instaurar "la dictadura del proletariado".
Pero la debilidad del blanquismo era la debilidad de la clase trabajadora. A falta de un movimiento
de masas, conservaba la particularidad de ser una elite que planeaba las insurrecciones un poco en el
vacío, por lo que solían fracasar como en el frustrado levantamiento de 1839. Por otro lado, la población
rural no estaba en condiciones de estimular a los revolucionarios o asustar a los gobernantes. El aspecto
exclusivamente urbano de la mayor parte de los revolucionarios carecía de aliciente a los campesinos. Por
otro lado, la descontenta pequeña burguesía de artesanos independientes y tenderos era un componente
vacilante de todos los frentes populares.

3.2.1.3. Desarrollo del capitalismo en Alemania:


En Alemania, las supervivencias estructurales y políticas feudales fueron las que obstaculizaron la
revolución industrial. En algunas regiones, las corporaciones todavía impedían el empleo de maquinarias.
En otras, las fuerzas de la burocracia estatal y municipal continuaban oponíendose a la fábrica, debido al
poder de los junkers y grandes propietarios terratenientes.
La transferencia de población desde el campo a la ciudad fue obstaculizada hasta la década de
1840 por un conjunto de vínculos restrictivos. En realidad, el proceso de industrialización alemana
comenzó bastante tarde, alrededor de 1850-1860, después de que el Zollverein y la construcción de
ferrocarriles le abrieran paso. Pero en compensación, se alcanzó la maduración en pocos años y con
rasgos monopolistas y concentrados. A tal punto que ya en 1880 superaba en determinados sectores
(industria siderúrgica, química) a los logros alcanzados por Francia, que había iniciado su
industrialización 30 años antes.
A partir de 1870, la industrialización tiene que ver con el desarrollo de la investigación científica.
El capitalismo necesita de la invención constante para transformar la industria. Ahora se busca la
invención deliberada, en relación estrecha con las universidades y el apoyo económico de las grandes
empresas como Bayern, Solvay, Siemens, etc.. Ya no son pequeños empresarios los protagonistas de los
avances tecnológicos porque ahora se necesitan grandes capitales.
Alemania es la nación europea que logra un desarrollo industrial más rápido y notable, en sólo 30
años, mostrando su liderazgo sobre todo en la industria química.
Bessemer logra en 1885 una excelente fundición de hierro. Aparecen nuevas sustancias químicas,
que son utilizadas en la industria textil (como las fibras sintéticas). Comienza a ser aprovechado el
petróleo.

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3.2.2) Prosperidad y depresión: las respuestas del sistema económico:


Se dan dos fases en el desarrollo del capitalismo en el continente europeo:
- La etapa del apogeo del capitalismo liberal (1850-1873): época de prosperidad económica, en
que las relaciones económicas entre los países están determinadas por el liberalismo. Se da un amplio
intercambio de bienes entre los países, por lo que el comercio mundial aumenta con insólita rapidez. No
se observan elementos negativos en el sistema económico y sólo se producen pequeñas crisis como la de
1857 y la de 1866.
- La etapa del capitalismo proteccionista (1873-1895): a partir de la crisis de 1873 la mayoría de
las naciones desarrollan una política proteccionista, caracterizada por la agresión y desconfianza entre las
naciones. Pero el nacionalismo de la segunda mitad del siglo XIX no se va a quedar sólo la adopción de
una política económica proteccionista sino que se expresa como una tendencia xenófoba, conservadora (a
diferencia del nacionalismo revolucionario de la primera mitad de siglo). Se desarrolla un gran racismo
contra los judíos, luego de la crisis de 1873, ya que se los culpa de ser los causantes de la misma.

3.2.2.1. Características del crecimiento económico entre 1850 y 1873:


Etapa de gran concentración económica y financiera, caracterizada por el liberalismo económico .
Sus características son el:
1) Exodo rural por el desarrollo tecnológico. Este éxodo tiene como destino las ciudades
industriales y las regiones ultramarinas. Esto condujo a la desocupación de gran parte de mano de obra
campesina. Este éxodo también se vio favorecido por algunas crisis como epidemias en las cosechas, etc.
En Francia, pese a que estaba muy extendida la pequeña propiedad campesina, la expansión colonial
sobre Argelia hizo que los vinos africanos compitieran con el francés, colaborando en la crisis agrícola.
2) Gran desarrollo de las ciudades, sobre todo las industriales. Dentro de estas ciudades surgen
barrios obreros y burgueses, estableciéndose una separación espacial de clases. Mientras los barrios
obreros se encontraban cerca de los centros de producción, los barrios burgueses se encontraban alejados
de los núcleos urbanos, en zonas cercanas al campo.
Se impone la moda de tener gran cantidad de criadas, ya que la burguesía comienza a tener gran
cantidad de hijos. La contratación de mano de obra asalariada en el ámbito doméstico es un indicio de
status social
3) Desarrollo de los transportes, ya que es una necesidad obvia del capitalismo. La producción
masiva no tendría razón de ser si no se contara con buenos sistemas de transporte, los cuales no son tan
necesarios en una economía de subsistencia. Esto consolida la división internacional del trabajo.
- Se desarrollan las carreteras, sobre todo en Francia.
- Se crea el automóvil, las ruedas de caucho.
- También se da un gran desarrollo del transporte por canales, no sólo en Inglaterra sino también en
el continente.
Pero los medios de transporte más importantes son el ferrocarril y el barco de vapor. Las flotas
mercantes están en íntima relación con ferrocarriles y puertos
- El ferrocarril es un gran demandante de mano de obra, mantenimiento, infraestructura, etc. Los
trabajadores relacionados con el ferrocarril son parte de la aristocracia obrera. Inglaterra exporta capitales
y tecnología (ferrocarril) al resto del mundo. Se dan inversiones inglesas en Francia, Bélgica. Mientras los
países centrales exportan capitales, mientras que los mediterráneos exportan mano de obra principalmente
hacia América.
- El hierro en la construcción de barcos se introdujo por primera vez en Glasgow en 1818 y la
primera hélice de propulsión en 1836. En 1840 Cunard inaugura con el Britannia una línea transatlántica
de barcos a vapor, pero hasta 1870 los veleros conservan su primacía. El uso del proceso del horno de
reverbero inició una verdadera era del acero. El primer barco de guerra acorazado fue construido para
Napoleón III en 1859.
A partir de 1880, los barcos a vapor comienzan a desempeñar un papel muy importante en el
transporte de mercancías desde Europa al resto del mundo. Como este tipo de naves son
construidas con dimensiones cada vez mayores, permitieron la baja del costo del flete y del pasaje
(favoreciendo la inmigración europea), pero también el precio de la materias primas. La baja del
precio de los cereales por la competencia entre Europa Oriental y América permitió a los patrones
bajar aún más los salarios. Entonces comienzan a proliferar los movimientos socialistas,
anarquistas, así como los atentados.

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- La construcción de grandes buques lleva al desarrollo de grandes astilleros y grandes puertos


- Desarrollo del telégrafo y del teléfono. El primer telégrafo eléctrico submarino se tendió entre
Dover y Calais en 1851. En 1857 se completó un cable transatlantico, pero no se estableció un servicio
permanente hasta 1866.
4) Gran desarrollo de los bancos y entidades financieras. Todos estos avances fueron posibles
gracias a empréstitos bancarios.
5) Gran desarrollo de la tecnificación agrícola, sobre todo en Europa Occidental. Casi todas las
actividades rurales se mecanizan, generalizándose el uso de trilladoras, cosechadoras, etc.
Una de las explicaciones que se han dado a la repentina expansión a comienzos de la década de
1850 ha sido la del descubrimiento de los yacimientos de oro de California (1848) y de Austria (1851)
que incrementó un 5% anual las existencias de oro, desde 1848 hasta 1857.
La extracción de carbón, la fundición de hierro, el tendido de ferrocarriles se llevaron a cabo con
extraordinaria energía y las ganancias de los industriales fueron incrementadas por los grandes gastos de
los gobiernos francés e inglés, como consecuencia de la Guerra de Crimea. Después de terminada la
guerra, el período de prosperidad culminó repentinamente, en 1857, con una recesión muy violenta que
afectó a Europa y los Estados Unidos simultáneamente y fue el primer pánico financiero que puede
llamarse realmente crisis económica mundial. Fue una prueba de la creciente dependencia recíproca de
los mercados mundiales y un aviso de las graves depresiones que habrían de seguir a períodos de excesiva
expansión en el futuro. (Bruun, p. 96)

3.2.2.2. La Crisis de 1873 y características del capitalismo hasta 1895:


En 1873 se produce la primera gran crisis de sobreproducción del sistema capitalista. Los
beneficios comienzan a disminuir, la oferta de mercancías supera a la demanda. El mercado parece no
poder absorber las mercancías que produce. Esto se debe a que el mercado interno no es fuerte. El nivel
adquisitivo de la mayoría de la población es muy bajo, tendiendo al nivel de subsistencia.
Esta crisis provoca la transformación de las relaciones internacionales. Inglaterra pasa
relativamente bien la crisis (debido a sus grandes mercados coloniales) e insiste en el liberalismo, pero el
resto del continente sufre mucho más la crisis (al carecer de mercados coloniales) , por lo que comienza a
adoptar medidas proteccionistas. De esta forma desaparecen los tratados de libre comercio, de nación más
favorecida, etc.
Alemania desarrolla como política económica el dumping, que consiste en vender por debajo del
costo para destruir la competencia económica en los mercados exteriores.
Esta crisis también provoca la desaparición de toda la pequeña propiedad, generando un
capitalismo de concentración y concertación.
Se manifiestan concentraciones verticales u horizontales:
- Concentración vertical: liga a las distintas etapas del proceso productivo. Por ejemplo: la
extracción de hierro, fundición y elaboración de vías férreas.
- Concentración horizontal: une a los que explotan un mismo renglón de la actividad productiva.
Por ejemplo: tener el monopolio de todas las minas de carbón de una región determinada.
Los grandes empresarios comienzan a construir monopolios u oligopolios. Se dan dos tipos de
concentración:
- Trusts: son consorcios de inversionistas que aportan capitales a una empresa monopolística.
- Cartel: no hay monopolio ya que la producción y distribución del producto permanece en forma
individual, aunque los distintos productores se ponen de acuerdo en el precio de venta.

3.2.3) La Segunda Revolución Industrial:


De 1780 a 1850 se dio el fenómeno de la primera revolución industrial. La Segunda Revolución
Industrial se inicia en 1850 pero se manifiesta claramente a partir de 1870-1880 y los países que se
industrializan claramente en este período son: Francia, Alemania, Estados Unidos y Japón.
Hacia 1830, las condiciones técnicas y económicas ya eran adecuadas para dar un nuevo impulso a
la producción metalúrgica. De este modo, la Revolución Industrial va a entrar en su segunda etapa.
El creciente papel de la metalurgia pone fin al predominio exclusivo de los bienes de consumo en
la economía.
Lo que proporcionó un respiro al presupuesto de la familia obrera inglesa fue el tránsito de algunos
sectores obreros a actividades más especializadas y mejor retribuidas, pero sobre todo la reducción de la

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desocupación y la mayor estabilidad del trabajo, asegurada por la segunda etapa de la revolución
industrial.

3.3- EL SEGUNDO IMPERIO EN FRANCIA:


El Segundo Imperio se prolonga desde 1852 hasta 1870, son 18 años divididos en dos etapas:
- El período autoritario (1852-1860)
- El período liberal (1860-1870)

3.3.1) Política Interior:

3.3.1.1. La Década Autoritaria:


En este primer período recibe el apoyo de la mayoría del pueblo. Muchos consideraban que
Napoleón era la garantía para los sectores propietarios. La mayoría de los franceses no se lamentaron por
la desaparición de la república en 1851. Napoleón III había llegado al poder con el voto campesino,
debido a que pensaban que iba a respetar a la pequeña propiedad rural.
Los sectores trabajadores no se oponen abiertamente porque todavía no han podido recuperarse de
la represión constante luego de las jornadas de junio de 1848. Además, casi no existe el proletariado
industrial fuera de París y Lyon.
Como emperador, Napoleón III lleva a cabo una política represiva hasta 1860, tanto contra la
derecha como contra la izquierda. No admite posturas de oposición política ni críticas de la prensa.
Sostiene que sólo él representa a Francia, que gobierna en nombre del pueblo. Por lo tanto, no puede
justificarse ningún tipo de oposición ni crítica.
Los primeros tres meses del gobierno de Luis Napoleón después del golpe fueron personales y
dictatoriales. Unas 25.000 personas fueron detenidas y unos 9.000 enviados a Argelia. No obstante, tan
pronto como se sintió seguro creó una comisión judicial para revisar las sentencias ya dictadas y unos
3000 prisioneros fueron rápidamente liberados. Durante el curso de la década, la mayor parte de los
presos políticos fueron puestos en libertad
Durante la década del '50 la oposición fue silenciada y disfrutó de poco apoyo popular. Muchos
orleanistas entraron al servicio de Napoleón.
Se estableció una estricta censura de prensa y ningún periódico de París o de las provincias podía
ser publicado sin permiso del gobierno.
Aumentó la riqueza e influencia de la Iglesia. A cambio, los curas guiaban a los campesinos para
que en las votaciones apoyaran al emperador y aceptaran su benévolo gobierno.
Los franceses consideraban como necesidades primordiales la estabilidad política y el orden.
Napoleón III satisfizo estas necesidades Su autoridad significaba una garantía para la propiedad y la
riqueza, una seguridad política y económica basada en la ley y el orden. Pero también se le veía como el
garante de las conquistas de la revolución francesa: la igualdad de todos los ciudadanos y la oportunidad
de que las personas de talento hicieran carrera.

- La Constitución de 1852:
La nueva constitución de enero de 1852, preparada días después del golpe, le concedió inmensos
poderes. Era una copia de la constitución del Año VIII y se hacía todo lo posible para revocar el principio
de separación de poderes, aunque se mantenía el sufragio universal.
El poder del parlamento era reducido drásticamente. El senado actuaba como guardián de la
constitución y sus miembros eran prácticamente nombrados por Napoleón III. La Cámara Baja, formada
por 260 miembros, podía reunirse únicamente durante tres meses al año. A sus miembros se les permitía
simplemente discutir la legislación que les presentaba el Consejo de Estado.
Los ministros no dependían de la mayoría de la Cámara Baja sino que eran subordinados de
Napoleón III. El nuevo sistema dependía (al igual que el del I Imperio) de una administración
centralizada. Bajo la dirección del ministro del Interior, los prefectos de los departamentos ejercían
mayores poderes que antes y disfrutaban de más prestigio y salarios más elevados. Eran apoyados por la
policía, cuya plantilla, poder y funciones fueron ampliadas. Napoleón III realzó la posición social de los
militares, aumentó sus sueldos.

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- Las motivaciones de Napoleón III:


Si bien su gobierno fue autoritario, no intentó crear un partido bonapartista leal. A sus
contemporáneos, les resultaba difícil comprender sus motivaciones y dijeron que era una esfinge.
Napoleón pareció aceptar el cambio como algo necesario y constructivo, no como algo a lo que había que
oponerse ciegamente (Grenville, p. 213).
Creía sinceramente que podía acabar con el ciclo de la revolución - restauración - revolución.
Deseaba que Francia siguiera un curso evolutivo de instituciones cambiantes que produciría, como
beneficio, orden, prosperidad y a largo plazo, libertades políticas y civiles. Pero no tenía ningún plan ni
proyecto concreto para conseguir esto, no tenía una ideología fija ni temía a las contradicciones y se
sentía libre de cambiar de política cuando la ocasión lo exigiera (Grenville, p. 215).
El nacionalismo estaba cambiando a Europa, de modo que se alió con él. Otra fuerza era la de las
masas populares. Explotó esos deseos populares e intentó satisfacer las crecientes esperanzas aumentando
el bienestar del campesinado y de los trabajadores urbanos. Las masas podían tener la sensación de que
participaban al serles pedido su consentimiento para lo que había sido hecho en su nombre.

- Obra de gobierno:
El Estado debía ocuparse del bienestar de los pobres. Napoleón III había llegado a la conclusión de
que la prosperidad era más importante para las masas que la posesión de derechos políticos abstractos. A
través de las obras públicas y otros medios trató de ayudar a los campesinos y trabajadores urbanos. Su
política a favor de los sectores más desprotegidos se basó en:
- La creación de hospitales
- El establecimiento de mejores condiciones de trabajo
- La creación de sociedades de socorros mutuos, aunque mantiene la vigencia de la Ley Le
Chapellier.
- Se crean cajas de jubilación y escuelas públicas para los niños de obreros.
Pese a esto, los sectores obreros nunca fueron bonapartistas, sino que siguieron siendo
republicanos, aunque no exteriorizaron su oposición al régimen.
Una década de bajos tipos de interés y abundantes créditos ayudaron a los campesinos a saldar sus
deudas. Pero por lo que se refiere a la industrialización, estos créditos no facilitaron una expansión rápida
y súbita durante el Segundo Imperio, como han supuesto muchos historiadores (Grenville, p. 218)
Napoleón III sostenía que las obras públicas iniciadas durante el I Imperio habían sido una de las
causas principales de la prosperidad nacional. Entonces ayudó a promover un período de rápida expansión
del ferrocarril durante las décadas de 1850-1860. Al terminar el Segundo Imperio había una red
ferroviaria de 17.000 km. Esto no sólo estimuló la industria metalúrgica sino que también creó un
mercado francés más amplio y unificado, fomentando un aumento de la producción. Todas estas obras
fueron grandes demandantes de mano de obra.
También desarrolló las carreteras, las grandes compañías marítimas, los correos, las entidades
financieras, etc. La política de obras públicas se vio favorecida por la libre disponibilidad de capitales.
Financieros y banqueros formaban un grupo que consiguió espectaculares éxitos. Se envió mucho capital
al exterior. El papel que desempeñaron estos bancos en los proyectos públicos de remodelación de París,
en la construcción de ferrocarriles fue importante, pero se ha exagerado en su contribución a la
industrialización. La industria francesa a fines del Segundo Imperio seguía estando constituida por
pequeños negocios familiares que aportaban su propio capital y por lo tanto no dependían de los bancos
(Grenville, p. 220)
Napoleón III nombró al barón Haussmann como prefecto del Sena y encargado de realizar la total
remodelación del centro de París entre 1853 y 1870. Se construyeron grandes bulevares arbolados,
amplias calles con veredas muy amplias, plazas, parques, puentes, pero los pobres se aglomeraron en los
deteriorados arrabales de la ciudad. Tras los grandes bulevares todavía estaba en pie el viejo e insalubre
París, carente de alcantarillado y los servicios de una ciudad moderna. Pero al destruir las calles angostas
del centro, impidió la posibilidad de formación de barricadas y favoreció la intervención del ejército y su
maniobrabilidad. Su intención también era transformar a París en la capital de Europa.

3.3.1.2. La Década Liberal:


En 1859, Napoleón III concedió una amnistía general a sus adversarios políticos. El Imperio debía
representar la conciliación de todos, salvo los extremistas. Debía ser un gran paraguas bajo el cual los
legitimistas, orleanistas, republicanos y bonapartistas pudieran encontrar refugio, a condición de que
antepusieran los intereses de Francia a los de cualquier partido. El Imperio se debía convertir en la forma
de gobierno que menos dividiera a los franceses.

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- Tratados de librecambio:
En 1859 y 1860 comenzó a abandonar su posición autocrática para buscar el apoyo de grupos
hasta entonces opuestos a él: los trabajadores de las ciudades. En 1860 se sintió lo suficientemente fuerte
como para desafiar a los industriales en su búsqueda de un apoyo político más amplio para el Imperio. La
paz y la prosperidad reconciliarían a las masas con el Imperio. Napoleón III creía que la libertad de
comercio contribuiría a este fin. Para esto decidió establecer un tratado comercial con Inglaterra,
conocido como tratado Cobden, en enero de 1860. Posteriormente, firmó tratados de librecambio con
Prusia y otros países europeos.
Con la aplicación de medidas liberales comenzó a cosechar una serie de oposiciones que
paradójicamente durante su etapa autoritaria no había tenido. Estas medidas significaron el fin de las
políticas proteccionistas del Segundo Imperio. Por este motivo, los industriales pasaron a la oposición
política, pese a que las exportaciones crecieron un 85% y las importaciones un 55%.
En 1862, al ver que pierde el apoyo de los industriales se acerca a los obreros y les permite
participar de la exposición universal que se realizaba en Londres. Allí, los obreros franceses se ponen en
contacto con las organizaciones obreras inglesas y vuelven muy impactados por el sindicalismo.
Napoleón III afianzó su apoyo a los obreros al derogar la ley Le Chapellier en 1864, permitiendo
la formación de sindicatos. Con esto cree encontrar nuevos aliados pero comienzan a haber huelgas.
Hacia fines de los '60, se forma un movimiento obrero fuerte e importante numéricamente, ya que ahora
las regiones de Normandía, las Ardenas y el Cresout se transforman en las nuevas regiones industriales de
Francia.

- La liberalización de la política:
En 1861 se introdujeron medidas que permitían a la legislatura un control más estricto del
presupuesto y concedían más libertad a la prensa. Napoleón III estaba intelectualmente convencido de que
llegaría un momento en que tendría que ceder algo de su autoridad, ya que el cambio era una condición
inevitable en la historia. Pero al mismo tiempo, cuando llegaba el momento, se resistía a actuar. Dio su
siguiente paso tras el fracaso de su política exterior y por tanto, fue considerado como algo concedido de
mala gana, más que como algo dado libremente.

- La oposición de la Iglesia y la Prensa:


En 1860 Napoleón III no estaba dispuesto a arriesgar más vidas para mantener intactos los
dominios papales. Salvó para el papa todo lo que podía ser salvado. Pero en vez de recibir la gratitud de la
Iglesia, se vio atacado de modo injusto por los ultramontanos. A medida que Pío IX adoptaba una postura
más extrema, el emperador volvía a apoyar el espíritu tradicional de independencia de la Iglesia galicana.
Aumentó el número de escuelas estatales, en comparación con las religiosas y las órdenes religiosas
dejaron de disfrutar de las ventajas anteriores.
Sus fracasos en los asuntos internacionales a partir de 1865 dañaron su prestigio, hicieron más
destemplada a la oposición y le persuadieron hacia finales de la década de que había llegado el momento
de iniciar un cambio.
La prensa, liberada de muchas restricciones en 1868, criticaba y satirizaba ferozmente al
emperador.

- La constitución de 1870:
Las elecciones de mayo de 1869 mostraron que la corriente a favor de las reformas
constitucionales liberales era fuerte. Fueron elegidos diputados que aspiraban a combinar el apoyo al
imperio con la reforma constitucional. Deseaban un gabinete cuya política dependiera de la aprobación de
la legislatura.
La nueva constitución de 1870 conservaba poderes importantes para el Emperador. Seguía siendo
el jefe del gobierno, nombrando a los ministros y presidiendo sus reuniones. También conservaba su
derecho de veto y era directamente responsable ante el pueblo francés, al cual podía recurrir mediante un
plebiscito cuando quisiera.
Las dos cámaras podían ahora elaborar leyes. Sus ministros eran definidos no sólo como
dependientes del emperador sino responsables ante la legislatura. Pero el Senado aún podía vetar la
legislación aprobada por la cámara baja y sus miembros eran elegidos por el emperador.

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3.3.2) Política Exterior:


Al contrario de su tío, Napoleón III no era militarista. Más bien deseaba convertir a Francia en el
centro de la diplomacia europea y este fue el objetivo principal de toda su política exterior. No caería en
el error de enemistarse con Inglaterra, por lo cual la alianza con ella significaba la sustitución del acuerdo
de 1815.
Napoleón III contaba con que las rivalidades de las grandes potencias y los conflictos creados por
el nacionalismo le proporcionarían la oportunidad de cambiar el statu quo europeo.

3.3.2.1. La Guerra de Crimea (1854-1856):


Luego de haberse logrado la independencia de Grecia, los rusos prosiguieron solos la lucha contra
el Imperio Otomano, hasta que el tratado de Unkiar-Skelessi (1833) puso fin a este conflicto. El mismo
establecía que los cristianos ortodoxos quedaban bajo la protección de Rusia. Pero los rusos no se
conformaron con esto e intentaron conseguir mayores ventajas
Desde 1844 existía un acuerdo anglo-ruso de reparto del Imperio Otomano. Inglaterra obtendría
Creta y Egipto como compensación por los territorios que Rusia anexara en Europa.
El apoyo a las nacionalidades oprimidas por el dominio otomano en los Balcanes parecía
proporcionarle a Francia una noble causa. En noviembre de 1849, Luis Napoleón sugirió al zar la
posibilidad de repartir el Imperio otomano como parte de un proyecto para remodelar Europa. El zar
rechazó la idea inmediatamente
El rígido Sistema Nicolás preservó intacta a Rusia a través de los años revolucionarios de 1848-
1849 y el imperio zarista cobró un prestigio que realzó su aparente fuerza y estabilidad. Pero los
gobiernos de Inglaterra, Francia y Austria observaron con inquietud el aumento de la influencia rusa en
los Balcanes. La Segunda República Francesa no podía perseguir una firme política exterior porque era
un régimen provisional y los ingleses, con una poderosa armada, no tenían un gran ejército, por lo que no
podía presionar a las potencias orientales europeas.
El acuerdo anglo-ruso se deshizo repentinamente en marzo de 1853. Sin previo aviso, el Ministerio
de Exterior británico informó al zar que el acuerdo de 1844 no era satisfactorio. El gabinete inglés tomó
esta determinación por la continua evasividad de los rusos en lo que se refería al futuro de Constantinopla
y por la advertencia francesa de que si sus intereses en el Cercano Oriente no eran tenidos en cuenta, un
ejército francés ocuparía Bélgica como compensación. El gobierno inglés tomó una rápida determinación
y envió una escuadra naval para que se sumara a la flota francesa del Mediterráneo, a la entrada de los
Dardanelos. Las dos potencias aconsejaron luego al sultán que desafiara las amenazas rusas. El ejército
ruso estaba concentrado ya en la frontera rusa y hacia julio de 1853, se había apoderado de los
principados del Danubio: Moldovia y Valaquia.
Alentados por el apoyo inglés y francés, los turcos le declararon la guerra a Rusia y las armadas
aliadas entraron en el Mar Negro y el 28 de marzo de 1854, Francia e Inglaterra le declararon la guerra a
Rusia. Entonces, el zar aceptó un ultimatum anterior y retiró sus fuerzas de los principados, pero los
aliados no estaban dispuestos a firmar la paz y trasladaron la guerra a la península de Crimea, donde
pusieron sitio a Sebastopol.
En diciembre de 1854, Austria se sumó a la alianza pero se abstuvo de participar en las
hostilidades y el sitio prosiguió con grandes bajas hasta que los rusos decidieron retirarse de la ciudad el
11 de septiembre de 1855. Nicolás I había muerto y su sucesor Alejandro II era hombre de carácter más
flexible. Una amenaza desde Viena, en el sentido de que Austria participaría de las hostilidades, persuadió
al gobierno ruso de aceptar la paz.
La alianza con Inglaterra significó el final del tratado de 1815 pero esta guerra aportó a Napoleón
III pocos beneficios y grandes pérdidas. Por ello le puso fin tan pronto como pudo hacerlo.
El tratado de paz se negoció en un congreso en París, llevado a cabo entre el 25 de febrero al 30 de
marzo de 1856. Los rusos desistieron de sus conquistas y estuvieron de acuerdo en neutralizar el Mar
Negro prohibiendo la entrada de buques de guerra, pero se eximieron de estas restricciones 14 años
después. El Danubio fue declarado zona de libre navegación y se estableció que las potencias occidentales
también iban a intervenir en los conflictos balcánicos. Finalmente, se reconoció que la protección rusa se
limitaría exclusivamente a cuestiones religiosas.
También en este congreso se trató de la cuestión italiana ya que tropas piamontesas habían
participado de las últimas fases de la guerra. Napoleón III, que había tenido un pasado carbonario, se
proclama a favor de la unificación italiana.
Por la declaración de París de 1856, las potencias fijaron reglas internacionales para establecer el
bloqueo marítimo, proteger los derechos de los neutrales y abolir la piratería. Contribuyó a la creación de

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la Cruz Roja establecida en 1864 por la Convención de Ginebra. El Congreso de París confirmó la nueva
posición dirigente de Francia en Europa.

3.3.2.2. La guerra de unificación italiana


Napoleón III tuvo que enfrentarse con Austria en pos de colaborar con la unificación italiana. Si
Austria era el nuevo enemigo, Napoleón III estaba dispuesto a cambiar de amistades y aliarse con Rusia,
aún a expensas de un empeoramiento temporal de sus relaciones con Inglaterra. Si Rusia mantenía un
gran ejército en la frontera austríaca, ésta se vería forzada a participar en Italia con menos fuerzas. De esta
forma se llegó al acuerdo francorruso de 1859. El zar quería liberar a Rusia de las humillantes
condiciones del tratado de París y sobre todo de las cláusulas referentes al Mar Negro.
Pero Rusia, al igual que Inglaterra, estaba decidida desde 1856 a no dejarse envolver de nuevo en
una guerra europea. Fue este hecho el que dio a Napoleón III su oportunidad de derrotar a Austria en 1859
y no su hábil diplomacia.
En julio de 1858, durante la reunión de Piomberes, Napoleón III y el ministro Cavour hicieron un
trato: Napoleón III apoyaría a Piamonte en caso de que fuera atacada por Austria. A cambio, recibiría
Saboya y Niza. También se hicieron planes para una futura confederación italiana. Piamonte podría
anexionarse Lombardía, el Véneto, Parma, Módena y las Legaciones papales. En el centro de Italia se
constituiría un nuevo reino con Toscana, las Marcas y Umbria, al que Napoleón III esperaba dominar. El
Papa conservaría Roma y la Campaña y el reino de las Dos Sicilias permanecería sin cambios. Luego, los
4 estados podrían unirse en una confederación presidida por el Papa.
Napoleón III no deseaba crear una Italia unida, que se convirtiera en rival de Francia, sino
mantenerla dividida en 4 estados, dependientes de Francia. Austria sería sustituida por Francia, sólo que
esta última se presentaría como libertadora y amiga.
Con la certeza de la ayuda francesa, Cavour provocó a Austria movilizando su ejército. Los
austríacos enviaron un ultimátum exigiendo la desmovilización. En abril de 1859 Cavour rechazó el
ultimátum austríaco y a principios de mayo, las tropas austríacos cruzaron las fronteras de Piamonte. En
mayo, las tropas francesas entraron en Piamonte, dirigidas personalmente por Napoleón III, utilizando las
nuevas líneas férreas. Los franceses triunfaron solos en Magenta, el 4 de junio y junto a los piamonteses
en Solferino, el 24 de julio.
Entonces, las tropas austríacas se atrincheraron tras la línea defensiva del Cuadrilátero. Napoleón
III, temiendo otra situación similar a la de Crimea, y viendo que los prusianos se habían movilizado de
manera amenazadora sobre el Rin, decidió firmar un armisticio en Villafranca, el 11 de julio de 1859, sin
consultar a sus aliados. También podría ser que Napoleón no estuviera interesado en que se lograra la total
unificación italiana en este preciso momento, lo que sería ir en contra de los intereses del Papa, a quien
protege desde 1849.
Por su parte, Cavour quería que Piamonte prosiguiera la guerra por sí sola, por lo que renunció a
su cargo cuando Víctor Manuel II, más realista, aceptó la paz. Lombardía fue cedida a Piamonte, pero
como no consiguió el Véneto, Napoleón III renunció a sus reclamaciones sobre Niza y Saboya.
Cavour volvió al poder en 1860 y preparó la expansión de Piamonte a expensas de los tres ducados
de Italia central y la provincia papal de Romaña. Napoleón III se mostró de acuerdo pero esta vez obtuvo
el precio de Saboya y Niza, que fueron cedidas en marzo de 1860.
En 1865, Napoleón III se había reunido con Bismarck en Biarritz. Francia ofrece su neutralidad
ante el estallido de una posible guerra austro-prusiana si Prusia accedía a que en el tratado de paz que
correspondiera a esa guerra, presionar a Austria para que entregara el Véneto al reino de Italia. Por otro
lado, en forma secreta Napoleón III también se reunió con los austríacos, prometiéndoles su neutralidad
pero con la misma condición de la entrega del Véneto. De esta manera, y pese a que el reino de Italia fue
derrotado en la guerra por los austríacos, al final de la misma lograron la incorporación del territorio del
Véneto.

3.3.2.3. La política colonial y la aventura de México (1862-1867)


Su visión de la política económica era liberal, ya que daba mucha importancia a la expansión del
comercio mundial. Las dependencias coloniales de Francia fueron ampliadas y reorganizadas.
Prosigue la expansión colonial iniciada por Carlos X y prohibe a los franceses la compra de tierras
en Argelia. Con esta medida intentaba atraerse el apoyo de los argelinos.
Completó la conquista de Argelia, intervino en Egipto, donde apoyó a Lesseps que había fundado
la compañía internacional para la construcción del canal de Suez (1859-1869). Amplió mucho sus
posesiones en Africa Occidental y estableció bases en China e Indochina.

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Sin embargo, el proyecto más ambicioso fue la aventura de México. La guerra civil
norteamericana brindaba una oportunidad para la intervención europea, sin riesgo de un choque con los
Estados Unidos. Durante 3 años (1858-1861) Benito Juárez había estado librando la Guerra de Reforma,
que tenía como meta la secularización de las propiedades de la Iglesia, la reducción de los privilegios
militares y el mejoramiento de las condiciones en que vivían los peones. Fue elegido presidente en 1861
pero su negativa a aceptar los préstamos y las inversiones extranjeras iba a dar la excusa perfecta para la
intervención francesa. El pretexto fue la suspención que hizo Juárez del pago de la deuda externa.
Con la conformidad de Inglaterra y España, los franceses realizaron una expedición para obligar al
gobierno mexicano a pagar, pero el objetivo real era derrocar a Juárez y establecer una monarquía,
conformando un imperio latino que frenara el expansionismo de Estados Unidos. En julio de 1862,
Napoleón III ordenó al comandante francés que se apoderara de la ciudad de México y se las arreglara
para que una asamblea mexicana invitara a Maximiliano de Austria a aceptar una corona imperial. En
1864, Maximiliano se instaló en el trono.
Pero las dificultades europeas a partir de 1866 (debido a una inminente guerra austro-prusiana) y
la hostilidad norteamericana, que tras el final de la guerra civil en 1865 había insistido en que no
reconocería a Maximiliano y exigía el retiro de las tropas extranjeras de México, decidieron a Napoleón
III a retirarse. Maximiliano decidió quedarse pero fue derrotado y ejecutado el 19 de junio de 1867 y
Juárez recuperó el poder
Este fracaso fue un gran golpe para el prestigio del emperador francés. Fue acusado de haber
abandonado a Maximiliano. Encima, sus relaciones con los Habsburgo se deterioraron en el momento en
que esperaba su apoyo contra Prusia.

3.3.2.4. La guerra franco-prusiana:


Como Napoleón III estaba a favor del nacionalismo, también va a intervenir en el proceso de
unificación alemana, pero aquí su papel es de neutralidad. Comienza a intervenir a partir de 1866, con
motivo de la guerra austro-prusiana. A cambio de la neutralidad de Francia, Bismarck se había
comprometido a la entrega de compensaciones, pero sin especificar cuáles serían estas.
Cuando Napoleón III reclamó las prometidas compensaciones, en 1867, solicita la entrega de
territorios renanos o en su defecto Luxemburgo o Bélgica. Entonces, Bismarck alerta a Inglaterra sobre
las pretensiones de Francia sobre Bélgica y alerta también a Luxemburgo, que se niega a la posibilidad de
incorporarse a Francia. También aprovecha la situación para presionar a los territorios del sur alemán, que
hasta entonces se habían mostrados reacios a participar del proceso de unificación en torno a Prusia
debido a que eran liberales y católicos y rechazaban el autoritarismo prusiano y su protestantismo.
Bismarck les advierte que si no se incorporan a su Confederación, iban a caer en manos de Francia.
Mientras tanto, un golpe militar había derrocado a Isabel II en España. Entonces comienza a
buscarse algún candidato que quisiera ocupar la corona española y terminan ofreciéndole el trono a
Leopoldo de Hohenzollern. Cuando Francia se entera de esto, Napoleón III protesta y envía a su
embajador a entrevistarse con el kaiser, que decide rechazar el trono español. Pero luego, Napoleón III
insiste en obtener una certeza por escrito de que en el futuro no habría nuevos intentos de aceptar la
corona española, a lo que el rey de Prusia contesta el 13 de julio de 1870 que le resulta imposible dar una
respuesta acerca del futuro, pero Bismarck altera la nota (el telegrama de Ems) para que ésta pareciera
insultante. El 14 de julio, Napoleón da a conocer el contenido del telegrama y el pueblo francés,
indignado, solicita la declaración de guerra a Prusia.
Ante esta situación, los estados del sur de Alemania deciden unirse a Prusia y el 2 de septiembre
de 1870 tiene lugar la batalla de Sedán, donde los franceses son derrotados. El 4 de septiembre, Napoleón
III renuncia al cargo de emperador y se disuelve el Segundo Imperio, conformándose inmediatamente la
III República.
El error más grave que cometió Napoleón III fue el de no reformar el ejército. En 1866 algunos de
sus consejeros militares se habían alarmado ante la inferioridad numérica del ejército profesional de
Francia en comparación con el adiestrado ejército de reclutas de Prusia. Pero los generales tradicionalistas
negaban valor a los reclutas y los prefectos informaban que el reclutamiento sería impopular.

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3.4- LA UNIFICACIÓN NACIONAL EN ITALIA Y ALEMANIA

3.4.1) La unificación Italiana:


La revolución francesa dio a Italia la idea-fuerza de ser una nación unida, una comunidad de
ciudadanos basada en el vínculo contractual y la conciencia cívica, basada en los principios de 1789. Este
movimiento de unificación también tiene raíces románticas, ya que se busca en el pasado las raíces de la
Italia unida.

3.4.1.1. Orígenes del movimiento nacionalista italiano:


Hacia 1818 comenzaron las manifestaciones nacionalistas, que son reprimidas. En 1820 se
producen levantamientos universitarios en Piamonte y en el sur de Nápoles, pero son reprimidos.
En 1830, se vuelven a dar levantamientos nacionalistas protagonizados por los carbonarios, pero
todavía son un grupo que no tiene arraigo en la masa de la población, que se muestra pasiva o indiferente
al reclamo de la unificación. Luego de la derrota del '30, dentro de los carbonarios comienzan a darse
nuevas ideas que apuntan a lograr una mayor inserción del nacionalismo en el pueblo. Se crea entonces la
"Joven Italia", cuyas consignas son republicanas. En 1834 se crea la Joven Europa, en Berna. Este
movimiento idealista y romántico, poseía matices místicos debido a la figura de Mazzini, quien creía que
cada pueblo tenía una misión divina, dada por Dios.
También surge otro grupo, el Resorgimento. Este era un movimiento más concreto, ya que
apuntaba al desarrollo económico de Italia, teniendo en vista el éxito de la Zollverein. Por lo tanto ponía
el acento en el mejoramiento económico, buscando el mejoramiento agrícola, el establecimiento de líneas
férreas, etc. Los partidarios del Resorgimento, a diferencia de los de la Joven Italia, no sufrieron la
persecución.

3.4.1.2. Consecuencias de la revolución de 1848:


En 1848 estallan revoluciones en Piamonte, Venecia, Milán, Roma y Nápoles, con mucha más
violencia que en el '20 y en el '30. Excepto en Piamonte, donde tuvo características liberales más que
nacionalistas, llevan al derrocamiento de las autoridades y al establecimiento de repúblicas o de
monarquías constitucionales. El rey de Piamonte, Carlos Alberto sostiene que Italia se "hará por sí sola",
es decir sin apoyo exterior y por esto decide enfrentar a los austríacos.
Sin embargo, en Custoza y Novara, los patriotas italianos fueron derrotados por un ejército
extranjero, al querer liberar solos, sin apoyo exterior, a Italia. Después de 1848, las tropas austríacas
ocupan las Legaciones (en los Estados Pontificios), Toscana, Parma y Módena. En Nápoles, Fernando II
instaura un régimen policíaco que lleva a cabo una auténtica caza de brujas. Sólo el reino de Piamonte
escapa a la reacción. El nuevo rey Víctor Manuel II anuncia el 27 de marzo de 1849 que conservará la
constitución, frenando así un principio de campaña antimonárquica. También está convencido de que
Piamonte no podrá realizar por sí sola la unificación de Italia. Para esto, deberá buscar ayuda en el
extranjero y un buen candidato es Napoleón III, quien ostenta un pasado carbonario y tiene un discurso
nacionalista.

3.4.1.3. La acción de gobierno de Cavour


En 1850, Cavour entra en el gobierno como ministro de Agricultura y Comercio, pero pronto se
impone como un verdadero jefe del gabinete. Se propone la tarea de modernizar las estructuras
económicas y políticas del país.
Recurre a capitales extranjeros, maniobrando con agilidad entre los bancos franceses e ingleses y
favoreciendo el desarrollo del puerto de Génova, primer puerto italiano. Dota a Piamonte de la mayor red
de ferrocarriles de la península, abre numerosos canales y firma tratados de librecambio con los grandes
países europeos. Reestructura el ejército, al que dota del material más moderno. Desarrolla la marina de
guerra y logra alinear a Piamonte al campo liberal, al lado de Inglaterra y Francia. De esta forma entra a
la guerra de Crimea en 1855 y logra plantear la cuestión de la unificación italiana en el tratado de Paris de
1856, consiguiendo el apoyo de Inglaterra y Francia.

3.4.1.4. La conformación del reino de Italia (1859-1861):


Luego del tratado de Plombieres en julio de 1858, Cavour se sintió con la suficiente fuerza como
para desafiar a Austria. La guerra estalló el 29 de abril de 1859.
Luego de las victorias de Magenta y Solferino, estallan revoluciones en Toscana, Parma y Modena,
que echan a sus duques. Lo mismo ocurre en las Legaciones (territorio papal) y acuden voluntarios de

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toda Italia para alistarse en el ejército piamontés. Preocupado por tanto entusiasmo, Napoleón III decide
firmar, a espaldas de Cavour, la paz de Villafranca el 11 de julio. Austria renuncia a Lombardía pero los
duques de Italia central serían restaurados y se formaría una confederación presidida por el Papa. Ante
esto, Cavour renuncia.
Inmediatamente se forman asambleas constituyentes en los estados de Italia central, que aprueban
en agosto y septiembre de 1859 la unión con Piamonte. En enero de 1860 Cavour vuelve al poder y
organiza plebiscitos en Italia central. Se conforma así el Reino de la Alta Italia, que incluye Piamonte,
Lombardía, Parma, Módena, Toscana y la Romaña pontificia. Entonces, Piamonte cede Saboya y Niza a
Francia, como forma de reforzar los lazos rotos por un momento.
En mayo de 1860, Garibaldi organiza una expedición al reino de las Dos Sicilias, desembarcando
en la isla. Allí son recibidos por las ciudades sublevadas y para lograr al apoyo de los campesinos,
suprimen el impuesto a la molienda de granos. En agosto, Garibaldi cruza el estrecho de Mesina y es
recibido triunfalmente en el sur de Italia y cuando estaba a punto de entrar en Roma cuando Cavour
frustró esta solución de la cuestión romana por temor de que decidiera a la potencias católicas a acudir en
ayuda de Pío IX. El ejército piamontés entra en las Marcas y se reúne con los partidarios de Garibaldi y se
ratifican las nuevas anexiones mediante plebiscitos. Un nuevo parlamento se reúne en Turín en febrero de
1861 y el 17 de marzo se proclamó formalmente la creación del Reino de Italia, que fue reconocido por
Inglaterra y Francia. Ya sólo quedan fuera del reino la región del Véneto y la campiña romana.

3.4.1.5. La unificación definitiva (1866-1870):


Al estallar la guerra austro-prusiana, Italia, aliada con Prusia, ataca a Austria pero es vencida. Pese
a la derrota, al final consigue Venecia.
Finalmente, el conflicto franco-prusiano será el que decida la suerte de Roma. Luego de la caída
de Napoleón III, los italianos envían en ejército a Roma, que ratifica la anexión mediante un plebiscito
con 98% de votos a favor. Una ley de garantías ofrece al Papa más o menos lo mismo que aceptará de
Mussolini 50 años más tarde, pero que entonces rechaza.

3.4.1.6. Conclusiones:
En conjunto, la unidad ha sido obra de una clase burguesa intelectual y moderada y también de los
funcionarios del norte que han sabido insertarse en un juego diplomático a escala europea.
Pero aquí también el liberalismo alcanza rápidamente sus límites: incapacidad para concebir
reformas sociales de las cuales el sur tiene gran necesidad. Esta unidad benefició principalmente a la Italia
del Norte, la única que está integrada al espacio económico industrial de Europa.
Así como el liberalismo belga, holandés y francés es anticlerical, la unidad italiana se hizo contra
el Papa, quien pierde sus Estados y se retira al Vaticano, considerándose prisionero en el nuevo reino.
Como Pío IX prohibe a los católicos participar en las elecciones italianas a partir de 1870, el cuerpo
electoral queda reducido al 15% de los varones adultos. La izquierda anticlerical y liberal que gobierna a
partir de 1876 se lanza a una política de nacionalismo y de colonialismo.

3.4.2) La unificación Alemania:


A diferencia de la italiana, Prusia realizaría la unificación alemana por sí sola, pues el precio de la
ayuda francesa o rusa podría resultar demasiado alto.
En 1862, Otto von Bismarck fue designado por el kaiser como nuevo jefe del consejo de ministros.

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