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TÍTULO: A orillas del rio piedra me senté y lloré.

INTRODUCCION:
Paulo Coelho nació en Rio de Janeiro en 1947 inició su carrera en la literatura
en el teatro, con obras teatrales que están más centradas en la literatura, empezó
a escribir con sus primeros libros que son el peregrino (diario de un mago) y el
alquimista este último es uno de los más conocidos de él, sus libros se han
vendido en varias partes del mundo y han sido traducidos a varios idiomas sus
obras han sido tan buenas que ha recibido varios premios y reconocimientos. Su
educación la recibió por parte de los jesuitas, por eso varias de sus obras
literarias tienen mucho que ver con la religión. Era de una familia acomodada.
A orillas del río Piedra me senté y lloré se sitúa en el año 1993, hacia Diciembre
aproximadamente. Los hechos acontecen en España y en Francia. El narrador
(protagonista) comienza a relatar la historia una semana después de que sucede,
por lo que en la obra se mezclan el tiempo real, y el tiempo que pertenece al
recuerdo. Los acontecimientos se desarrollan en 1993, entre Diciembre y Enero
de ese año, los personajes pasan una estación fría, en Europa. Al principio del
relato se aclara que los acontecimientos sucedieron durante algunos días
festivos. Además, se destaca y se le da gran importancia al día de La Inmaculada
Concepción (8 de Diciembre).

RESUMEN:
En toda historia de amor siempre hay algo que nos acerca a la eternidad y a la
esencia de la vida, porque las historias de amor encierran en sí todos los
secretos del mundo. Pero ¿qué ocurre cuando la timidez sacrifica un amor
adolescente? ¿Y qué sucede cuando, al cabo de los años, el destino hace que
una mujer reencuentre a su amado? A ella, la vida le ha enseñado a ser fuerte y
a dominar sus sentimientos. A él, que posee el don de la curación, la religión le
ha servido como refugio de sus conflictos interiores. Pero a ambos les une un
solo deseo: el de cumplir sus sueños. El camino que habrán de recorrer es
escabroso, y el sentimiento de culpa un obstáculo casi insalvable. Pero será a
orillas del río Piedra, en un pueblecito del Pirineo, donde ambos descubrirán su
propia verdad.
Este libro trata de una historia de dos amigos de la infancia, una mujer de nombre
Pilar y un hombre que en el paso del tiempo se dejan de ver debido a que Pilar
se queda en su lugar de nacimiento que es Zaragoza y su amigo decide que
debe salir de ahí, su amigo se va pero sigue teniendo contacto con Pilar, le
manda mensajes siempre en un lugar distinto que el anterior lo que hace sentir
un poco mal a Pilar porque siente que ella no hizo nada y en cambio su amigo
cumplió su sueño de viajar por el mundo. Se entera de que su amigo se va a
volver seminarista, y en una carta que él le escribe le dice; “que iría a hablar ante
un pequeño grupo en Madrid, y que deseaba contar con su presencia”. Ella
decide ir a Madrid, al verlo se le hace atractivo y ve cómo cambio demasiado en
todo el tiempo que lo dejo de ver.
Empezó a hablar acerca de la religión, diciendo: “Es necesario correr riesgos.
Solo entendemos del todo el milagro de la vida cuando dejamos que suceda lo
inesperado”, ella se siente asombrada y solo espera el momento para poder
hablar con él. Cuando habla con el siente que no le interesa más recordar cosas
de su pasado. En ese momento saca una medalla que le pertenecía a ella y le
dice “un día de otoño como este, cuando teníamos unos diez años, me senté
contigo en la plaza que tiene el roble grande. Yo quería decir algo que había
ensayado durante semanas. En cuanto comencé, me dijiste que habías perdido
la medalla en la ermita de San Saturio, y me pediste que fuera a buscarla. Logre
encontrarla, pero cuando regrese a la plaza ya no tenía coraje para decir lo que
había ensayado, entonces me prometí que solo te la entregaría cuando pudiese
terminar la frase que había comenzado a decir aquel día, hace casi 20 años” y
la frase era “te quiero”. La invita a seguir su gira junto a él ella un poco indecisa
acepta la propuesta de su amigo, empiezan a viajar juntos por Francia y entonces
conforme él le empieza a contar un poco de su vida le intriga más saber qué es
lo que él hace en realidad, y a lo largo del tiempo ella se empieza a dar cuenta
de que a él le gusta ella y conforme pasa el tiempo a ella también le empieza a
gustar. Pero siempre que ella le quiere decir algo relacionado con eso la esquiva
y elude esa conversación, después de mucho insistir él le dice que hay una casa
que pueden habitar.
Ella decide ir a verla un día que el sale y ahí se encuentra a un sacerdote que le
termina de explicar lo que hace su amigo, le saca la duda de lo que lo que paso
la otra vez que una mujer dijo que un joven había curado a su amigo; y él le dice
que si fue su amigo, la trata de persuadir diciéndole que lo deje ir pero al final al
ver que ella no aceptaría la apoya y le da su consentimiento, después de un rato
de ir caminando se lo encuentran en cuclillas meditando, el padre dice que va a
ir a decirle que aprueba y bendice su unión ella se siente insegura y le dice que
mejor espere a que termine de hacer lo que está haciendo, el padre le dice que
no que lo quiere bendecir en el lugar que el más admira, para esto el padre
también tenía un don que era el de poder leer la mente de los demás, a lo que
él llamaba una especie de fe, que entre más fe tuvieras más confianza tendrías
en ti mismo.
Luego habla con él y le dice que hablo con la Gran Madre y le dijo “si fuese
posible apartar este cáliz de mi vida, yo prometía servir al mundo mediante mi
amor por ti” que ha renunciado a su don pidiéndole “le pedí un milagro a la Virgen,
que me retirase mi don. Y en el momento en que le pedí a la Virgen que me
retirase mi don, empecé a hablar las lenguas” y le dijeron “Coloca las manos en
la tierra. Tu don saldrá de ti, y regresara al seno de la madre”, para poder estar
con ella y Pilar se enoja, ya que piensa que el debería de estar curando a gente
que necesitara de él y que la hace sentir culpable porque siente que por ella ya
no va a hacer su vocación que es ayudar a la gente, pero él le explica que lo hizo
por ella, que dejo su don tocando la tierra esperando a que otra persona
merecedora de esto lo reciba y siga ayudando a la gente como él lo hizo. Ella se
molesta y sale corriendo del lugar donde estaban. Siguió todo un día caminando
y la encontraron en un monasterio, donde la ayudaron y le dieron agua y la tuvo
ella no tenía dinero así que esperaba ahí. Hasta que un día oyó un coche
estacionarse fuera del convento y no sabía que hacer hasta que oyó que la llamo
por su nombre, ella no sabía qué hacer, entonces el al ver que ella no iba a hablar
le dijo que la había ido a buscar a Zaragoza y a todos los lugares que se imaginó
que podría estar, hasta que regreso y una mujer le dijo dónde estaba. Y ahí le
dice el a Pilar “Me quedare sentado a tu lado mientras estés aquí junto al río.
Y si te vas a dormir, dormiré delante de tu casa. Y si viajas lejos, te seguiré los
pasos. Hasta que me digas: vete. Entonces me iré. Pero te amare por el resto de
mi vida.” Entonces ella le da los papeles que había escrito mientras no estaba
con él y así lo perdona y salen juntos de ese lugar.

CONCLUSIÓN:
A orillas del río Piedra me senté y lloré es una obra en la que narra una historia
de amor que por timidez no se pudo realizar, once años después el destino los
vuelve a reunir. A ella la vida le ha enseñado a ser una mujer fuerte y a ocultar
sus sentimientos, a él la religión lo ayudó a refugiarse de sus luchas internas,
ahora es maestro espiritual, quien se dice realiza milagros.
En este libro el autor hace mención de cómo el amor está relacionado con la
espiritualidad, la religión; cómo el corazón siempre tomará la última decisión.
Este libro en lo personal me ayudó a darme cuenta de cómo funcionan las
relaciones, las frases que contiene el libro se acercan mucho a la realidad, pero
nos cuesta darnos cuenta que es así, también habla sobre el sufrimiento por
causa del amor, como sufrimos por el hecho de amar y no ser correspondidos o
amar “más” de lo que nos aman, la solución que da el autor a este sufrimiento
es acercarnos a Dios.

BIBLIOGRAFÍA:
 Coelho, P. (1994). A orillas del río Piedra me senté y lloré.

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