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También es "más frecuente a partir de los 60 años y en los varones, aunque la prevalencia
de la enfermedad es igual en ambos sexos a partir de que la mujer entra en la
menopausia", explica la doctora Martel. Asimismo, se trata de un trastorno hereditario,
por lo que es muy probable que varias personas de una misma familia lo padezcan.
Cuidarnos es fundamental Las causas que pueden llevarnos a sufrir esta enfermedad
son desconocidas, no obstante, sí que queda claro que "existe una predisposición genética
a ser hipertenso, aunque será el estilo de vida que llevemos lo que hará que se manifieste
antes o después", aclara la especialista. O lo que es lo mismo, si llevamos un ritmo menos
sedentario, cuidamos de nuestra alimentación y no vivimos sometidos a demasiado estrés,
es probable que la hipertensión tarde más en aparecer.
Por tanto, cuidar nuestra dieta y nuestro modo de vivir, debe ser el primer punto dentro
del tratamiento para la hipertensión. Igualmente, al ser una enfermedad crónica,
concienciar al paciente de que ha de modificar sus hábitos por completo y de por vida es
lo más importante. Éstos han de ajustarse a su caso y, además, deberán "complementarse
con la medicación antihipertensiva que el médico recomiende", añade Nieves Martel.
La doctora incide en que si esto no se tuviese en cuenta con el rigor necesario, el paciente
"podría padecer una complicación cardiovascular grave".
Tener una presión arterial por encima de los valores normales puede desencadenar que
nuestro sistema circulatorio se colapse. Dicho esto, si una persona hipertensa no se cuida
lo suficiente, las posibilidades de infarto, angina de pecho, de accidentes
cerebrovasculares o de trombosis se multiplican. También puede ser muy perjudicial para
los riñones, llegando en algunos casos a ser necesaria la diálisis.
Para disminuir la incidencia que pueda tener en una persona este trastorno crónico, el
primer paso es reducir la ingesta de sal, de alimentos altos en colesterol y de café. Una
dieta sana y equilibrada y un programa de ejercicio aeróbico nos ayudarán a fortalecer
el corazón y a bajar peso. Los especialistas recomiendan caminar al menos 30 minutos
diarios o carrera suave, sobre todo para las personas mayores. Asimismo, el tabaco y el
alcohol son los enemigos de nuestras arterias, por lo que su uso se debe evitar. Teniendo
esto en cuenta, el mejor tratamiento para esta enfermedad así como para prolongar y
mejorar nuestra calidad de vida, está en nuestra mano.