Sei sulla pagina 1di 1

Cuando no encuentramos respuestas inmediatas

Nos gusta encontrar respuestas para todo, aunque muchas veces Dios reserva para si algunas
de ellas.
Hay ocasiones cuando pedimos a Dios una respuesta, una salida, alguna solución para nuestro
conflicto, y aunque intentamos de muchas maneras recibir alguna señal, todo permanece igual y
nada parece suceder.Es allí cuando comienzan a aparecer en nosotros la desconfianza, que
tratan de opacar la luz , el brillo de la fidelidad y el amor de Dios hacia nuestras vidas.

El conflicto surge debido a un problema de tiempo, Dios tiene sus tiempos y


nosotros el nuestro. Nuestro tiempo es limitado, el de Dios es eterno. Nuestro tiempo responde
a la necesidad de lo que se necesita , debido a esto muchos, vivimos una carrera frenética
,carrera que Dios no corre. Dios no se desespera por nada, él tiene todo bajo
control.

En el plano de lo espiritual a veces recibimos respuestas inmediatas a nuestras necesidades y


pensamos que siempre debería ser así, en cambio Dios demora las respuestas para enseñarnos
a ser pacientes y a esperar el tiempo de Él.

El tiempo de Dios no es como el nuestro, su calendario es eterno, por tanto para el no hay
pasado, ni futuro o presente (Eclesiastés 3:15).

Nosotros utilizamos para medir nuestros días un calendario a fin de poner un orden a nuestro
tiempo o darle algún tipo de interpretación, en cambio Dios interpreta los espacios de tiempo en
forma diferente. Para él un día es como mil años y mil años como un día (2 Pedro 3:8).

"Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora" (Ec 3:1). Es decir
que hay un momento apropiado, correcto, y preciso para cada cosa.

Las respuestas otorgadas en el momento justo son más productivas, beneficiosas y de gran
valor para nuestra vida. En su gran sabiduría, Dios nos concede el privilegio de recibir las
respuestas en el momento apropiado, en el momento exacto , cuando el milagro, la salida o la
victoria que necesitamos adquiere mayor importancia, significado e impacto.

Dios en su gran amor y sabiduría reserva la respuesta para un momento más propicio pues se
da cuenta de que todavía no estamos preparados para acceder a su favor.Cuando esto ocurre
nos comenzamos a impacientar permitiendo que la preocupación domine nuestras vidas. Cuando
esto ocurre bajamos los brazos y abandonamos nuestros anhelos.

Aunque nos cueste esperar es importante entender que al final el tiempo de Dios y su respuesta
son precisas y muy a pesar de las dificultades que podamos estar experimentando , Dios
siempre será bueno con sus hijos.

“Bueno es Jehova a los que en el esperan, al alma que le busca “ (Lamentaciones 3:25).

Potrebbero piacerti anche