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HUMO: “CAPTURA DEL ESTADO” Y DEFENSA DE LOS “DERECHOS

ADQUIRIDOS”

Desde que el presidente García asumió por segunda vez el poder el 28 de julio del 2006,
hasta el día que estalló el escándalo de los “pretroaudios” en octubre del 2008, recibió en
palacio de gobierno a 1186 inversionistas, a una tasa de 44 al mes. Otro caso significativo
es que antes y después del escándalo escribió cartas personales a capitalistas chilenos
invitándolos a visitar el Perú e invertir luego de hablar con el presidente. En el primer
párrafo de la inusual misiva el presidente, les decía: “ofrecemos estabilidad y respeto a
las reglas, ofrecemos un escenario de crecimiento sostenido, además de una exportación
diversificada y el aumento del mercado interno”. Entre los empresarios chilenos estaban
Luis enrique Yarur del banco BCI, Horts Paulmann de Cencosud, Eliodoro Matte de
empresas CMPC, Reynaldo Solari de Falabella, etc.
La imagen que se proyecta, desde 1990, es que el nombre de Perú se había convertido en
una marca que debía ser promocionada, y el país en un campo de inversiones al cual todos
estaban invitados. Hacia el 2009, las inversiones chilenas en el Perú llegaban a los US$
7.200 millones mientras las peruanas solo eran US$ 2.500. entre ellas se encontraban a
Brescia, el grupo Wong y el grupo Romero.
El gobierno más neoliberal de todos desde 1990 (gobierno de García) no prestaba atención
a temas de seguridad nacional ya que veía exclusivamente cuestiones de mercado y
promoción de inversiones. Para salir airosamente de la trampa en que se había metido, el
gobierno planteó hacer una demanda en la corte internacional de la Haya mientras al
mismo tiempo se invitaba a los GPE chilenos a invertir en el país, política que se dio en
llamar de “cuerdas separadas”. Incluso el gobierno se apuró a negociar un acuerdo de
complementación económica con Chile el 2007 que era de particular interés para los
grupos chilenos, porque les brinda garantías especiales, negándose a que fuera descuido
en el congreso, con lo cual se evitaba un debate público.
Hasta ahora, no existe una empresa privada que no piense que es deber del estado ayudarla
en caso de emergencia, licitaciones, negocios varios y cualquier otra decisión que
aumente sus ganancias. Destacan tres casos del comportamiento paradójico de fuerzas del
mercado:
 El primero fue el salvaje bancario de 1998-1999, reclamado como necesario
inevitable “para evitar el pánico financiero”.
 El segundo se dio con la sustancial rebaja del pago del impuesto a la renta
facilitada por la ley de fusiones y el DS 120-94-EF
 El tercero estuvo dado por las millonarias exoneraciones para el pago del impuesto
a las ventas.
Al 2009, todavía se debaten algunos de ellos, e tercero en particular, en tanto la
recaudación tributaria se ha estancado en alrededor del 13% como porcentaje del PBI,
cuando el promedio latinoamericano se encuentra varios puntos por encima. La imagen
que sugiere el estudio de casos es que la situación de “captura del estado” hace que, dentro
del propio estado, ramas claves del ejecutivo, principal pero no únicamente el MEF, se
convierten en el aliado principal del sector privado ejecutivo, y frente al congreso y la
opinión pública. Palacio de gobierno, el centro del poder, está abierto a los inversionistas
y cerrado a los pobres. Sin embargo, solo un sector minoritario de asalariados trabaja para
ellos. La nueva elite económica también administra puertos y aeropuertos, hasta
cementerios, y si sigue la tendencia, tendrá a su cargo todos o gran parte de los servicios
públicos, quizá incluyendo las cárceles, si es que son fuente de renta como en algunos
países desarrollados.
La captura se hace posible cuando se combinan los siguientes factores: 1) alta
concentración del poder económico; 2) presidencialismo y decretismo; 3) una sociedad
civil incapaz de hacer frente al poder empresarial.
NUEVO SISTEMA DE REPRESENTACION DE INTERES ECONOMICOS
Al incorporarse las nuevas empresas a los gremios y desaparecer aquellas que
sucumbieron, se ha alterado la composición interna gremial. Antes, n los años 198, se
decía “no existe poder exportador”, treinta años después es todo lo contrario, al punto que
el Perú se define a veces como “país minero”. En realidad, es tanto o más un “país
financiero” debido a que los bancos, empresas d seguros y AFP son el corazón de la nueva
economía, al operar muy cerca del sector extractivo-exportador liderado por la minería.
Con la reprivatización de las tierras y la repartición de empresarios agrícolas, la vieja
organización nacional agraria (ONA) ha quedado debilitada y ha surgido, como
desprendimiento de ella, la asociación de empresarios agrarios del Perú, fundad en 1993.
Asimismo, se ha reforzado considerablemente la vieja American Chamber of Commerce
(AMCHAM) al aumentar el número de numero de EMN de los EUA y de empresas
peruanas que comercian con este país.

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