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Ética y Valores

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La ética se define como una disciplina filosófica que estudia los actos humanos en cuanto a
su bondad o maldad moral (moral en su significado real).

Al estudiar ética, podemos darnos cuenta de que hay dos tipos de actos: los actos del hombre,
como pueden ser respirar, dormir, hacer la digestión, que no son típicamente humanos, pero que el
hombre realiza; y los actos humanos, que si son típicamente (específicamente) humanos por que los
realizamos con conocimientos y con la voluntad de hacerlos. Como dicen los niños, son “a propósito”.
Estos actos tienen calificativo moral.

Si un señor tiene una enfermedad por la que ya no funcionan sus facultades mentales y estafa
a una persona, como el hombre no está consciente de sus actos, estos no son inmorales, pues la
persona no estaba consciente de sus actos, estos no son inmorales, pues la persona no estaba
consciente de lo que hacía. Ese fue un acto del hombre (lo realizo un ser humano), pero no un acto
humano, porque lo que es específicamente humano y nos hace eso, es vuestra razón y nuestra
libertad.

Por tanto, la ética estudia los actos humanos, los que se realizan con conocimiento de lo que
estamos haciendo y lo hacemos libremente.

De esos actos humanos, se pueden analizar muchos aspectos. Como sabes muchas ciencias
estudian al hombre, pero cada una aborda un aspecto distinto de la realidad. Las ciencias se hacen
distintas unas de otras por su objeto formal.

El objeto formal de la ética es la bondad o maldad moral de los actos humanos, si respetaron
las normas morales, como son los derechos humanos, o si no lo hicieron.

Ahora, tenemos que investigar que significa el término bondad. ¿Cuándo dices que una
comida es buena? Puede ser cuando esta sabrosa, o el precio estaban de acuerdo con la calidad, o
tal vez la comida fue una reunión y te divertiste. Decimos que algo es bueno cuando le encontramos
alguna perfección. En el ejemplo, lo sabroso, lo divertido y la calidad son perfecciones.

Si buscas ropa, tratas de encontrar algo que te agrada. Si la encuentras a un precio que te
parece justo, la compras. Hay distintos tipos de perfección, por eso hay distintos tipos de bien.

Todo lo que existe tiene una perfección: el sol, la luna, la sal, los seres vivos. A la perfección
que teneos solamente por el hecho de existir la llamamos bondad ontológica.

También hay un bien al que se le llama deleitable. Es el que te produce un placer, como un
refresco frio cuando tienes mucho calos.

Un bien es útil cuando te sirve para algo, como un abrelatas, o el dinero que sirve para muchas
cosas.

El bien técnico, como ya vimos, es el que busca que lo que haces quede bien hecho. El chico
que corre para robar y corre bien, es técnicamente bueno y moralmente malo. En la vida hay que
procurar ser técnica y moralmente buenos.

El bien moral, como hemos mencionado, es el que busca que nuestros actos estén de acuerdo
con las normas, principios y valores morales.

La moral y la ética tienen así un carácter normativo, es decir, nos dan normas de conducta,
como las que tus padres te han enseñado.

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La ética, como disciplina filosófica, tiene características propias que las distinguen de la moral,
como estudio de las costumbres. Aristóteles decía que la ciencia es un conocimiento cierto de las
cosas por sus causas. La ética investiga las causas de la actividad humana. Como disciplina
filosófica que es, las causas nos explican el origen de algo (eficiente), su finalidad o intención y como
y de que está hecho. Todas las ciencias buscan estas causas, de diversas maneras y en distintas
realidades. Un poco más adelante veremos un cuadro sinóptico de las causas.

La moral, como estudio de las costumbres, describe como son estas. Detrás de las
costumbres podemos encontrar valores morales que los pueblos quieren preservar para su beneficio.

La ética es una disciplina filosófica, por lo que para comprender que es la ética te ayudara mucho
saber que es la filosofía.

Los seres humanos de todos los tiempos se han hecho preguntas sobre por qué suceden las
cosas y como es que suceden. Entre sus inquietudes esta determinar las causas de la lluvia, del día
y de la noche, como localizar las estrellas y muchas otras. Algunas preguntas tienen la intención
práctica de obtener un beneficio. Así por ejemplo, saber cómo transcurre el tiempo y se suceden las
estaciones del año, permite que el campesino decida cuando sembrar y cosechar.

Pero también los seres humanos nos hemos hecho preguntas que sirven para encontrar los
objetivos de nuestra vida, por ejemplo: ¿Qué sentido tiene la vida?, ¿Qué es la muerte?, ¿Qué es lo
justo?, ¿existe el alma?, ¿Cómo distinguir lo bueno de lo malo?, ¿es posible la libertad?, ¿Cuál es
el origen de todas las cosas?, ¿podemos conocer la verdad?, ¿Qué es lo bueno?, ¿existe el amor?,
¿Qué importancia tiene el amor en nuestra vida?

Dado que estas últimas son interrogantes muy importantes en nuestra vida, se han llamado
preguntas fundamentales del ser humano, porque tienen que ver con la manera como damos a
nuestra vida un sentido y como perseguimos nuestros objetivos existenciales.

En la época en que se formaron las primeras civilizaciones, los pueblos fueron buscando sus
propias explicaciones, que muchas veces se mezclaron con creencias, misterio y se basaron
parcialmente en la imaginación.

Con el paso del tiempo, y como consecuencia de la madures del pensamiento humano surgió
la filosofía, que es una explicación racional y objetiva cuya finalidad es conocer como son las cosas
en la realidad. Grecia tiene el honor de ser la cuna de la filosofía. La palabra filosofía procede del
griego. Es un vocablo compuesto de filos, que significa amor, y Sofía, sabiduría. Así que en sentido
etimológico, la filosofía es el amor a la sabiduría.

No todos los filósofos tienen la misma visión del hombre y del mundo, sin embargo, hay un
acuerdo en que la filosofía quiere explicar el mundo, aunque también quiere analizar lo que pasa en
el ser humano, en su vida individual y en sus relaciones con los demás.

Podemos definir la filosofía como un saber que estudia todas las cosas por sus últimas causas,
a la luz de la razón. ¿Pero qué significa eso de las últimas causas? Intentaremos explicártelo: todas
las ciencias buscan descubrir causas, es decir, el porqué de las cosas, y por ello formulan preguntas.

Hemos hablado de ética y de moral. Será necesario que definamos estos conceptos para
comprenderlos y aplicarlos correctamente.

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Tú sabes bien que hay dos formas de definir: la etimología, que nos señala el origen de la
palabra, y la definición real, que nos dice con precisión cual es el significado de la palabra.

La palabra moral, en su sentido etimológico, significa costumbre, y de esa manera se refiere


a las costumbres que cada pueblo o sociedad tiene. Como te das cuenta, en nuestra sociedad no
todas las personas tienen las mismas costumbres pero más o menos podemos decir que estamos
de acuerdo, la mayoría, en algunas cosas, por ejemplo, que robar es malo.

La moralidad, entendida como costumbres, recogerá muchas formas de vida en numerosas


sociedades. Tu moral, o código de conducta, la aprendiste principalmente de tu familia, y puede tener
influencia, si tú así lo quieres, de la sociedad en que te desarrollas, de la televisión o de internet.

En su significado real, muchos filósofos definen la moral como una característica o un


aspecto que tiene el acto humano, en cuanto que está de acuerdo con las normas o criterios
morales.

Vamos a explicarlo con algunos ejemplos:

Juan sale a correr todas las mañanas: corre rapidísimos para escapar cuando les roba a las
señoras su bolsa, y diariamente roba varias bolsas. El aspecto moral del acto es malo. Hay
otro aspecto al que llamaremos técnico o eficaz. En ese sentido, Juan consigue lo que quiere,
técnicamente es bueno, pero moralmente es muy malo.

Si tú quieres conseguir dinero para salir con tus amigos el viernes y haces pasteles que
quedan bien sabrosos y todos los vendes, técnicamente los hiciste bien, supiste venderlos
el acto es bueno técnicamente y moralmente también.

Los actos humanos entonces tienen 2 aspectos: uno técnico o eficaz, que es el que busca que quede
bien hecho lo que se hace: como la venta de los pasteles, y el aspecto moral, que cumple con las
normas o criterios morales.

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ASPECTO ASPECTO
TÉCNICO MORAL

Busca que el trabajo o lo que Que el acto que se hace y


se hace quede bien hecho: la intención sean buenos:
saber hacer pasteles tener una sana diversión
sabrosos y saber hacer la con tus amigos.
venta.

Por tanto, la moralidad es el aspecto o característica del acto moral que está de acuerdo con las
normas morales y ayuda al hombre a ser feliz, que es su fin último.

A veces se habla de moral en el sentido etimológico, como cuando se mencionan las normas
morales que los pueblos mexica y egipcio enseñaban a sus hijos.

A veces se habla de moralidad como el aspecto del acto que se relaciona con el bien moral.

Para evitar confusiones, en este libro indicaremos en qué sentido estamos usando la palabra,
si el etimológico (de costumbre) o en su sentido estricto filosófico, como aspecto del acto humano
que está de acuerdo con las normas morales.

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EJERCICIO: De la siguiente lectura realiza un mapa conceptual y una conclusión de


manera personal. Después con indicación de tu maestro comparte tu conclusión al
grupo.

LA ÉTICA

A pesar de cierto amoralismo, más bien inmoralismo, que se ve en el ambiente en que vivimos,
nadie puede evitar enfrentarse con problemas de índole ética en la vida cotidiana. Tales problemas
afectan íntimamente a la persona que se los plantea porque se refiere a su actuación y a sus
relaciones para con sus semejantes.

Toda persona consciente se ha visto muchas veces en la necesidad de preguntarse, por ejemplo,
¿debo cumplir las promesas hechas en cualquier circunstancia? ¿Es siempre malo mentir? ¿Hay
obligación de delatar al traidor? ¿Debo cumplir una orden aunque esté convencido de que lo que se
manda es malo? ¿Por qué tengo que obedecer a mis padres? ¿Por qué debo respetar la vida ajena?
¿Es ilícito cometer fraude en los contratos? ¿Por qué tengo que pagar los impuestos? ¿Por qué se
castiga al que se droga? En estas situaciones –y otras muchas que se presentan− se advierte
claramente que la persona se encuentra en la necesidad de ajustar su conducta a ciertas normas
que se reconocen como obligatorias o, por lo menos, como dignas de tomarse en cuenta. Quien
actúa de acuerdo con tales normas se comporta éticamente y merece la aprobación de los demás.
Por ello distinguimos claramente acciones que están por completo al margen del orden ético, y
acciones que pertenecen a tal orden.

En todo caso y suponiendo que no haya personas que no se planteen problemas de índole ética, es
un hecho indubitable que todos juzgamos éticamente las acciones de los demás y las situaciones
que se van presentando. Ésta es una práctica universal y constante. Lo hacen aun aquellos que
niegan validez a la Ética.

Las nociones de bueno, malo, justo, injusto, obligación, norma, ley, etc…, son precisamente
nociones éticas. Entonces la Ética es de uso cotidiano. Se pueden distinguir de inmediato dos clases
de Ética: Ética espontánea, natural, y Ética sistemática, filosófica.

1. Definición etimológica.−La palabra Ética se deriva de dos palabras griegas ἔθος y ἦθος.
ἔθος significa costumbre. Se daba este nombre a los nombres usos y modos de actuar de un grupo
étnico. En los pueblos primitivos las costumbres regulaban la actividad humana. Así la Ética y el
Derecho se reducían a costumbres.

Si derivamos la Ética de ἔθος entonces etimológicamente significa la ciencia de las costumbres. Sin
embargo, esta etimología nos lleva a hacer de la Ética una ciencia puramente descriptiva. En este
caso la Ética se reduce a describir las costumbres, los sentimientos éticos de alguna sociedad, y a
determinar las leyes de su aparición, de su desarrollo y de su desaparición.

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Por otra parte la palabra costumbres es un tanto ambigua pues se puede también aplicar –y de
hecho se aplica− al comportamiento de los animales. Costumbres, “conjunto de aplicaciones y usos
que caracterizan a una persona o a un pueblo”, se lee en los Diccionarios. Y aunque las costumbres
es el resultado de la repetición de actos connota más bien algo ya hecho. Por ello es mejor derivar
la Ética del segundo término.

Entonces Ética proviene de ἦθος, que tiene dos significados fundamentales. Primero significa
morada, residencia, lugar donde se vive. En la literatura griega se usaba para designar las cuadras
de los animales o las guaridas donde acostumbran habitar las fieras. Después se empleó para
designar el país donde habitan los hombres.

En este sentido dice Heidegger: “si pues, conforme al sentido fundamental de la palabra ἦθος, el
nombre Ética debe indicar que esta disciplina piensa la morada del hombre, se puede decir que este
pensamiento que piensa la verdad del Ser como el elemento original del hombre en tanto que ek-
sistente, es ya en sí misma la Ética original”.1

1
Veber den humanismus, Ed. R. Mounier. Aubier, Paris, 1964, p. 150.

Entonces ya no se trata del lugar exterior, del país donde vive el hombre, sino del lugar interior, de
su actitud, de su referirse a sí mismo y a los demás. Es la estancia, la morada, la raíz de donde
proceden todos los actos del hombre.

La palabra êthos pasó por fin a significar el carácter, el modo de ser de una persona.

El vocablo carácter (kharaktér) significó al principio la marca, el sello que se ponía a los animales –
al ganado, por ejemplo− para distinguirlos de otros. Posteriormente se usó para designar los rasgos
distintivos de una persona. En este caso la Ética es la ciencia que nos indica cómo formarnos el
carácter. Carácter, no en el sentido biológico de temperamento, sino en el sentido integral de modo
de ser, forma de vida que se va adquiriendo día a día a lo largo de la existencia.

Claro que ni así llegamos al significado exacto de la Ética que abarca –debe abarcar− a toda la
persona y no solo a su carácter. Por eso dice Zubiri: “el vocablo griego êthos tiene un sentido
infinitamente más amplio que el que damos hoy a la palabra “Ética”. Lo ético comprende, ante todo,
las disposiciones del hombre en la vida, su carácter, sus costumbres y, naturalmente, también lo
moral. En realidad, se podría traducir por “modo o forma” de vida, en el sentido honrado de la
palabra, a diferencia de la simple manera”2.

2
Naturaleza, Historia, Dios, Poblet, Buenos Aires, 1948, p. 223.

Carácter, pues, significa el conjunto de cualidades y disposiciones que definen a una persona y la
distinguen de las demás. El modo de ser −carácter− de una persona depende fundamentalmente de
sus hábitos, porque el acto es momentáneo –una golondrina no hace verano− en tanto que el hábito
es, de suyo, permanente. Por ello aunque se hable de acciones buenas y de acciones malas, lo
importante es la vida.

Los hábitos constituyen una segunda naturaleza porque están enraizados en la vida. Así se dice que
una persona es buena cuando su vida es virtuosa, cuando lleva una vida buena; y que una persona
es mala cuando su vida es viciosa, cuando lleva una vida mala.
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De las acciones pasamos a los hábitos; de los hábitos pasamos a la vida real. Pero esto no quiere
decir que el hábito siempre valga más que el acto pues a veces un solo acto –un acto decisivo− vale
más que cualquier hábito por arraigado que esté. Y es que tal acto no se toma aisladamente sino
que en él se manifiesta el auténtico y definitivo modo de ser de una persona. Porque en última
instancia lo que cuenta no es el acto bueno sino la persona buena que se revela en los actos decisivos
de su vida.

De esta manera surge el êthos, el modo de ser y de actuar, definidos por las características que los
hábitos dejaron en el ser. El hombre constantemente va construyendo su forma de ser –y de
actuar−, su carácter, que se convierte en su êthos, en la morada habitual en el ser.

2. Definición real.−De todo lo dicho podemos ya dar la definición real de la Ética. Y decimos:
la Ética es la ciencia normativa de la actividad humana en orden al bien.

Doy otras dos definiciones. Una de un tomista; otra de un marxista. La Ética –escribe el tomista R.
Simon− es “la ciencia de los actos humanos considerados en su orientación hacia el fin último, o
también, la ciencia normativa de la conducta humana a la luz de la razón”.3

3
Moral. trad. esp. Herder, Barcelona, 1968, p. 37.

Por su parte el marxista A. Sánchez Vázquez dice: “la Ética es la teoría o ciencia del comportamiento
moral de los hombres en sociedad”.4

4
Ética, Crítica, Barcelona, 1979, p. 16.

En lo fundamental las tres definiciones coinciden, aunque la de Sánchez Vázquez deja entender que
el hombre sólo tiene Ética cuando está en sociedad, es decir, que sólo se da Ética colectiva y no
individual.

La Ética es ciencia porque es una disciplina racional; parte de los actos humanos y los trasciende
para llegar a sus principios. Es un conjunto de conocimientos sistemáticos, metódicos, racionales,
basados en la experiencia y fundados en principios.

Es una ciencia práctica, o mejor, teórico-práctica. Desde los tiempos de Aristóteles se distingue entre
ciencia especulativa y ciencia práctica. La primera se queda en la pura contemplación de la verdad.
Es el saber por el saber. La segunda tiende a que se realice lo conocido. Es el saber para actuar. Es
la encarnación de lo contemplado. Por ello decíamos que la Ética es una ciencia teórico-práctica
pues por ella se realiza en la vida lo conocido por los principios. Quien vive éticamente está actuando
lo que conoció que debía hacer.

Entonces la Ética es una ciencia normativa porque establece leyes −normas− para que el hombre
sepa elegir el bien. Es la ciencia normativa de la actividad humana y por ello de la existencia humana
en cuanto a ello (la Ética) “comporta una regla que vale por sí misma, un deber propiamente dicho,
una obligación absoluta o categórica (sin pretender, sin embargo que esta obligación sea el
elemento esencial de la moralidad). La Ética es la ciencia de lo que el hombre debe hacer para vivir
como debe vivir, para ser lo que tiene que llegar a ser, para alcanzar su valor supremo, para realizar

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en su naturaleza lo que se presenta como la justificación de su existencia, aquello hacia lo que y por
lo que existe. En dos palabras: la Ética es una ciencia categóricamente normativa”.5

5
J. de Finance, Ethique Générale, Pres. Univ. Grégor. Rome, 1967. pp. 12-13.

3. Hay varias clases de normas: normas jurídicas, normas sociales, normas religiosas,
normas técnicas y normas éticas.

a) Normas jurídicas son las que regulan la actividad externa de la persona para evitar
conflictos con otras personas. Se refieren a la organización de un conglomerado de personas, a la
convivencia social. Su violación implica sanción extrema. Y son de suyo transitorias, de acuerdo con
las circunstancias de las sociedades y entidades.

b) Normas sociales son las que regulan nuestro comportamiento en determinadas


circunstancias de la vida, de acuerdo con las costumbres de la época, de la sociedad, de la opinión
de los demás, del orden social. Por ejemplo, la forma de vestir, de ir a un concierto o a un sepelio,
etcétera. Tales normas son en cierto modo obligatorias, pero su violación no implica sanción ni
interna ni externa. Quien viola estas normas estará fuera de ambiente, hará el ridículo, pero no se
considerará inmoral ni merecerá castigo.

c) Normas religiosas son las que determinan los actos a realizar –o a evitar− como
reconocimiento de la persona con un Ser Absoluto, personal y trascendente. La dimensión religiosa
es un elemento propio de la naturaleza humana, como lo atestiguan la historia y la etnología. Por
eso las Constituciones de todos los países defienden la libertad de religión y de culto. En todas las
religiones hay preceptos –por ejemplo: los diez mandamientos del cristianismo−, prácticas
penitenciales y normas de culto. La violación de las normas religiosas lleva consigo sanción interna.

d) Normas técnicas son las que dirigen la actividad humana en orden a la habilidad y eficacia
en la productividad. De la palabra griega techne, arte. Y así tenemos técnicas musicales, técnicas de
difusión, técnicas operatorias, técnicas literarias, etc... Estas normas tienen por fin el bienestar y el
confort del hombre, y el perfeccionamiento de instrumentos y máquinas para el servicio del
hombre. Si no se usan racionalmente estas técnicas pueden propiciar la tecnocracia. La violación de
estas normas es, cuando mucho, falta de habilidad, ineficacia, dificultad.

e) Normas éticas son las que dirigen la actividad humana en orden al bien. Abarcan los
diferentes estratos de la persona: a su vida, su relación con la Ser absoluto, y con las demás
personas. Estas normas éticas comprometen a la persona porque se dirigen al núcleo mismo de su
ser: suponen y eligen el uso de la libertad; se refieren a su interioridad personal.

La obligatoriedad de estas normas es una invitación del valor y una exigencia de realización
perfectiva. Su violación lleva consigo la sanción interna: el remordimiento, el reproche de da
conciencia.

En muchas personas las normas éticas tienen carácter religioso porque se consideran prescripciones
de la divinidad; sin embargo, norman técnicas y normas éticas no se identifican. Una persona puede
seguir algunas normas éticas y no admitir ninguna religión. Claro que en este caso las normas éticas
no tendrían verdadero fundamento ontológico, pero siguen siendo normas éticas.

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Las normas éticas se presentan de una manera imperativa. Este imperativo −debes− reviste un
carácter especial, es un imperativo absoluto, pues a diferencia de otras disciplinas normativas, por
ejemplo el Derecho, la Estética, la Ética prescribe: debes ser bueno, y para ello debes actuar de tal
manera. Por eso las demás normas, las demás disciplinas prácticas −normativas−, están, en cierto
modo, subordinadas a la Ética “porque la Ética trata del fin y del valor que trascienden y juzgan
todos los otros valores y los otros fines, es ella, en última instancia, la que tiene que regular el
ejercicio de todas las actividades humanas y por consiguiente el uso de las normas específicas que
las rigen. Esta subordinación es tanto más estrecha, tanto más intrínseca, cuanto la ciencia
normativa en cuestión interesa más al hombre como tal”.6

6
J. de Finance, op. cit., p. 22.

Los neokantianos distinguen entre norma y ley. La ley −dicen− se refiere a los hechos naturales, a
los fenómenos de la naturaleza que acaecen por necesidad. Y así se habla de la ley de refracción de
la luz, de la ley de la gravitación, de las leyes genéticas, etc... La norma, en cambio, se refiere a las
acciones humanas que implican libertad. Por ejemplo, debemos respetar a nuestros padres. Hay
aquí una exigencia, pero no una necesidad. Es decir, la ley manifiesta el tener que ser (necesidad
física); la norma manifiesta el deber hacer (necesidad moral, exigencia).7

7
Ordinariamente se habla de la norma como sinónimo de ley y viceversa. Así se dice ley de tránsito, ley federal
de caminos, etc...

4. De la definición de la Ética resultan sus objetos. Entonces el objeto material de la Ética –


lo que estudia− son los actos humanos, la actividad específicamente humana.

El objeto formal –un determinado aspecto del objeto material− es el bien, es la relación de la
actividad humana a la norma ética. Esta referencia nos da le bien en general. Si la relación es de
conformidad con la norma, el acto es éticamente bueno; si es de disconformidad, el acto es
éticamente no bueno.

Todo acto humano implica esta relación porque el hombre al actuar, conscientemente advierte que
su acto está de acuerdo o no con la norma. Por tanto, el objeto formal es el aspecto ético de la
actividad humana, lo bueno o lo malo, lo justo o lo injusto, lo honesto o lo inhonesto.

El bien o lo bueno es el ser en cuanto objeto de una tendencia; es la capacidad que tiene el ser para
mover a la voluntad o a una tendencia cualquiera a su consecución. Aristóteles dice: “bien es aquello
a que tienden todas las cosas” (Et. Nic. I, 1). El ser es apetecible porque es perfecto. Este bien es el
bien ontológico. El bien ético es el que califica la actividad humana en cuanto humana. De él se
hablará ampliamente después.

5. Se dice que un acto es humano cuando se realiza:

a) con deliberación de la razón, y b) con libertad de la voluntad.

Siendo el acto humano deliberado y libre, todo lo que quita o disminuye alguno de sus elementos
anula o disminuye el acto humano.

Los principales impedimentos del acto humano son: la ignorancia, la pasión, la violencia y el miedo.
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a) La ignorancia es la carencia de un conocimiento que debía tenerse. Y puede ser
antecedente y consecuente.

Es antecedente si precede al acto de la voluntad y es causa de que la voluntad actúe de tal o cual
manera. Ejemplo: el chofer de un autobús ignora que en la carretera unos bandidos colocaron
piedras para que el autobús se detenga; cuando el autobús se detiene salen del bosque los
asaltantes, despojan a los pasajeros de sus pertenencias y los golpean. Estos daños son
completamente involuntarios para el chofer.

Es consecuente cuando es voluntaria: la voluntad es la causa de la ignorancia que, por lo mismo, es


culpable. Ejemplo: un médico negligente ha olvidado los conocimientos adquiridos y es llevado a
ver a un enfermo; por ignorancia receta una medicina que causa la muerte del enfermo. El médico
es culpable de la muerte del enfermo porque ésta se debió a ignorancia voluntaria .A primera vista
el médico no es culpable de la muerte del enfermo, pero en realidad lo es, porque la ignorancia
consecuente produce lo voluntario en su causa: es lo que la voluntad no quiere directamente, pero
en consecuencia de una causa querida por la voluntad. En el ejemplo, el médico es culpable porque
al no estudiar, quiere su ignorancia.

b) La pasión es una perturbación psicosomática que nos impulsa a realizar algo captado
por los sentidos. Por consiguiente, la pasión se funda en las percepciones sensoriales e imaginativas.

La pasión también puede ser antecedente y consecuente.

Es antecedente si es anterior al acto de voluntad. La pasión es la causa que mueve a la voluntad a


actuar. Por ejemplo, un repentino acceso de ira mueve a una persona a vengarse.

Es consecuente si es posterior al acto de voluntad. Es decir, la voluntad excita intencionalmente a la


pasión para obtener más plenamente su objeto. Por ejemplo, si alguien para vengarse de su
enemigo se toma algunas copas.

Como es lógico la Ética puede encauzar y controlar las pasiones que son movimientos que se pueden
orientar hacia el bien.

c) La violencia es una coacción o fuerza externa a la que no se puede resistir. Generalmente


quien actúa obligado por violencia es inculpable porque la violencia produce miedo y por lo menos
disminuye la libertad. Por tanto, la acción provocada por violencia es culpable o no según que
perturbe o no los elementos del acto voluntario. Es natural que si se puede oponer resistencia hay
que hacerlo.

d) El miedo es una perturbación del orden principalmente emocional causado por un peligro
inminente.

Aquí se trata del miedo que es la causa de la acción, es decir, del miedo antecedente que puede ser
tan extraordinario que perturbe el uso de la razón, y en ese caso la acción es involuntaria. El miedo
concomitante no disminuye la voluntariedad del acto. El ladrón va a robar no por miedo sino con
miedo. De suyo el miedo antecedente no anula los elementos del acto humano.

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NOTA. Hay autores que distinguen entre lo ético y lo moral. Aclaremos el significado de
moral.

En el vocabulario popular se usa la palabra moral en un sentido meramente psicológico, como un


estado de ánimo. Así se dice que una persona tiene “la moral muy en alto” o que tiene “una gran
moral”, es decir que está animada para trabajar, para luchar; también se dice que una persona tiene
“la moral baja”, que está “desmoralizada”. A veces se emplea la palabra “moral” como sinónimo de
“humano” como aquello donde intervienen la razón y la libertad. En este sentido se habla de unión
“moral”, de facultad “moral”, etc…

Pero en sentido estricto “moral” se aplica al acto humano en su relación a la norma del bien. Y en
este caso moral se identifica con ético. Moral es un término que proviene del latín mos, moris,
costumbre y, por extensión, carácter. O sea que lo que los griegos llamaron êthos, los latinos
llamaron mores. Así consta, por ejemplo, en el De amicitia de Cicerón: quid dicam de moribus
facillimis? ¿qué diré de la dulzura de su carácter?; 8mutari etiam mores hominum saepe dicebat:
decía que con frecuencia cambian los caracteres de los hombres.9

8 9
De amicitia, III, II. Ibid., XI, 22.

A veces calificamos a una persona de inmoral y a veces, de amoral. Llamamos a la persona inmoral
a la persona que actúa contra la norma del bien, contra la moral; tiene sentido moral, pero carece
de fuerza moral y es arrastrado por las pasiones, como dice Aranguren.10 En cambio, llamamos
amoral al que no tiene sentido moral, al que tiene ceguera para el valor moral.

10
Ética, Revista de Occidente, Madrid, 1958, p. 36.

De lo dicho en este capítulo se deduce claramente que en la vida cotidiana de todas las personas
van implícitos siempre problemas morales: cuál es el sentido de la existencia, qué dirección hay que
darle, que hay que hacer para realizarse, etc.… Aquí aparece la necesidad de la Ética –que es la
reflexión sobre el problema del hombre− y su dimensión concreta y humana.

6. Hay algunas objeciones al concepto de Ética como queda explicado. No faltan autores
para los que una ciencia normativa es una contradicción porque la función de la ciencia es conocer
lo que es, no lo que debe ser; tiende a descubrir, y descubre, las leyes que rigen los fenómenos de
la naturaleza. Y como la Ética es, por definición, normativa –no conoce, prescribe−, no puede ser
ciencia. Así opinan los positivistas.

Los partidarios del análisis lingüístico piensan que la Ética no es más que una lógica del discurso
moral: se reduce a definir los conceptos morales, a determinar sus relaciones y a codificar las reglas
para usarlos correctamente. Por lo mismo la Ética sólo puede mostrar que determinada prescripción
es coherente o no con los principios admitidos por una persona. Así opina, por ejemplo, J. Hartland-
Swann.11

11
Cfr. An Analysis of Morals, London, 1960, pp. 18-19.

En esta misma línea los neopositivistas lógicos aseguran que los juicios éticos, los mismos que los
estéticos y ontológicos, carecen de significación. En efecto, para que una proposición sea
significativa –cuando no es una tautología− siempre debe ser empíricamente verificable. Ahora bien,
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una proposición ética no es una tautología, pues si digo: es malo robar, no equivale a decir: robar
es robar. Pero tampoco es empíricamente verificable porque en la experiencia nada hay que
corresponda al predicado aparente “mal”. Por tanto, los juicios éticos no son más que una reacción
emotiva –como un grito de dolor o de alegría−. Entonces tales juicios no pueden ser ni verdaderos
ni falsos y por ello la Ética se reduce a la Psicología o a la Sociología.12

12
Cfr. A. J. Ayer, Language, Truth and Logic, London, 1951, pp. 107, ss. Ch. L. Stevenson, Ethics and Language,
Yale, 1944.

La primera objeción –la de los positivistas− carece de valor, pues actualmente se admiten como
ciencias el Derecho, por ejemplo, que es una disciplina normativa. Además, es falso que la ciencia
se concrete a describir. La ciencia tiene que explicar y en algunos casos –en las ciencias normativas−
también prescribir.

Por lo que se refiere a la oposición de los neopositivistas diremos tan solo que nosotros –como todo
el mundo− tenemos experiencias éticas ineludibles y percibimos el valor moral. Afirmar que toda
proposición significativa es empíricamente verificable es desconocer la naturaleza y el valor del
conocimiento y del lenguaje. Por otra parte –y es de sobra conocido− que la afirmación de los
neopositivistas ni es tautológica ni empíricamente verificable, por lo mismo es un sin sentido. La
Ética es una reflexión acerca de los problemas vitales del hombre y no se puede negar con
afirmaciones gratuitas.

DEL LIBRO ÉTICA DEL DR. JOSÉ RUBÉN SANABRIA DE LA PÁG. 17 A LA 28

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