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CHICLAYO
OBJETIVOS:
1. Dar a conocer la historia de la medicina
peruana, como se realizó los tipos de
medicina en aquella época, donde se
caracterizó la magia y la mística.
2. Dar a conocer la variación de tipos de plantas
medicinales utilizado en el Perú antiguo.
3. Reconocer las diferentes técnicas medicinales
y los principales personajes que practicaban
este oficio en el imperio incaico, como
Hampicamayoc que es un personaje ligado al
cuidado de la salud y reconocido tanto por
los incas y españoles.
4. El objetivo de este informe es conocer los
sucesos que se dieron y la debida
interpretación, de la historia de la medicina en
el Perú y las diferentes técnicas empleadas en
el proceso.
5. Conocer cuáles fueron los primeros
protomédicos de nuestro país.
6. Describir los aportes que tuvo Carrión en la
medicina peruana a través de su investigación
Sobre el inicio de la enfermedad de la
verruga.
7. Conocer que hechos y acontecimientos se
dieron en la época de la medicina peruana de
la república e investigar sobre los
afrodescendientes peruanos.
INTRODUCCIÓN
La Historia de la Medicina Peruana se caracterizó por ser mágica y mística.
Además tiene una gran importancia a través del tiempo, como en cada época y
en cada siglo; desde nuestro pasado incaico imperial hasta hoy en día, ya que
ha ido evolucionando en todos sus aspectos y aportando información dentro y
fuera de nuestro país.
Hay muchos más temas que desarrollar cuando estudiamos el Antiguo Perú, se
ha descrito el nivel de desarrollo social y científico que existía a la llegada de
los conquistadores españoles. Este desarrollo se consigue gracias a la inventiva
de los antiguos peruanos para resolver los problemas diarios y el hecho de tener
un territorio desafiante con muchos cambios en su orografía. Socialmente
superiores a los invasores que no llegaron a entender lo que había porque su
visión era otra, buscaban una ruta para el comercio de las especias y
encontraron otro Continente. Los historiadores fueron los que captaron estos
avances que ahora estamos descifrando. Igual sucede con nuestros Arqueólogos
y Antropólogos que cada día nos asombran con sus hallazgos.
Las Matemáticas y la Hidráulica sólo son una parte de este desarrollo. Con ánimo
a tratar otros temas en otros tiempos, completaré esta sección con el desarrollo
de la Medicina en el Antiguo Perú.
Perú es país que tiene una diversidad de plantas para consumo humano y otras
de carácter medicinal. La papa es un ejemplo de contribución a nivel mundial,
capaz de alimentar a gran cantidad de personas y que fue de una gran ayuda
en la última guerra mundial, para algunos países.
- La medicina mágico-religiosa.
La religión también influye mucho con la salud porque los incas pensaban que
las enfermedades eran consecuentes de sus propios pecados, para ello hacían
cultos religiosos como rituales y confesiones. Los dioses para los incas era una
especie de castigadores; una enfermedad era cusa de un castigo divino de estos,
es por eso que los incas trataban de encontrar una armonía con los dioses.
La magia tiene una gran importancia en la medicina de nuestro antiguo Perú,
se dice que cada acto médico era acompañado de rezos y conjuros mágicos.
Los incas tenían un amplio conocimiento sobre la medicina natural, quiere decir
que sabían los beneficios de cada producto mayormente de origen vegetal.
Algunos ejemplos de plantas medicinales son las semillas del huairuro, las
semillas de vilca, la resina del molle contra la depresión y la coca con sus
efectos anestésicos para aliviar el dolor.
Por ejemplo, la TBC: el imperio incaico conocía los climas de altura como
saludables y los climas de la "yunga" o llanas como "pestilentes”, se dice que en
época de guerra en el incanato hubo agresiones climáticas.
Según el cronista Garcilaso de la Vega los posibles hospitales en esta época eran
los llamados los Corapahuasi que eran lugares en donde los caminantes que
enfermaban los cuidaban con grandísimos cuidados y regalos.
Fray Pedro de Aguado dice que cualquier hinchazón o dolor que ocurría. Lo
restregaban con la mano, luego soplaban al aire y tornaban a restregar con la
mano y a soplar o chupar por repetidas ocasiones; en el caso de las heridas eran
lavadas con agua tibia y las partes maceradas las quitaban con cuchillo de
pedernal acompañada de las plantas medicinales que se utilizaban de modo
oral.
"También hubo hombres y mujeres que daban ponzoña, así para matar con
ella presto o despacio como para sacar de juicio o atontar los que querían y
para afearlos en sus rostros y cuerpos, que los dejaban remendados de blanco
y negro y albarazados y tullidos de
sus miembros".
-Garcilaso de la Vega
Trepanaciones Craneanas
A lo largo de la Historia la medicina y el valor de las pócimas ha sido uno de los
conocimientos más importantes que han existido en todas las culturas. Médicos
famosos, como el incluso consagrado Dios Imhotep, dentro del viejo Egipto,
dejaron un legado que es muy posible que se perdiera en gran medida.
Pero sin duda uno de los mayores misterios que nos dejaron los antiguos
cirujanos, fue de que manera eran capaces de curar los cráneos de heridos en
la guerra: Las Trepanaciones Craneanas.
Los primitivos cirujanos de la costa del Perú (Cultura Paracas) practicaron hace
más de 1000 años (aprox. Siglo V d.C.) operaciones casi imposibles sobre las
cabezas de los mutilados en la batalla, heridas que hoy en día, en un alto
porcentaje, provocarían la muerte; y que en cambio, fueron sanadas con éxitos
hace más de 10 siglos. Aparentemente las técnicas exitosas que usaban incluían
orificios circulares obtenidos por fricción, ello debido a que los cráneos
encontrados evidenciaban crecimiento óseo alrededor de la zona de
craneotomía (trépano).
Médicos Mochicas
La defensa y la prolongación de la vida ha sido la principal preocupación del
hombre de todos los tiempos, atrajo la atención y suscitó los esfuerzos de los
antiguos peruanos de la costa norte del Perú (Ancash, Lambayeque, La
Libertad), donde desarrollaron la Cultura Mochica (siglos I al VI d.C.), quienes,
con espíritu científico, descubrieran las propiedades curativas de los metales,
plantas y animales, hasta lograr establecer instituciones o profesionales
exclusivamente dedicados a la defensa de la salud. Los ceramios nos han
reservado noticias interesantes acerca de las enfermedades que los aquejaban
y los procedimientos de curación que empleaban, los mismos que por sí solos
revelan el alto nivel de su medicina.
El Hampicamayoc
Inca Garcilaso de la Vega (1539-1616), ilustre
escritor e historiador peruano de la época de la
conquista, de antepasados incas y españoles,
describió a los llamados Hampicamayoc como
personajes ligados al cuidado de la salud de la
época más representativa del imperio incaico;
fueron tenidos por médicos, no para curar a todos,
sino sólo a los Reyes (Incas) y a los de su sangre y
a los curacas y a sus parientes (Comentarios Reales
de los Incas).
Para aplicar las purgas tampoco procedían siguiendo un conocimiento sobre los
humores, ni observando la orina, tampoco conocían la melancolía, la flema o la
cólera. La purga se realizaba más bien teniendo salud que estando enfermos, y
lo hacían ordinariamente cuando tenían síntomas de pesadez y sensación de
llenura (apesgados y cargados).
Estos síntomas fueron descritos literalmente por el mismo Inca Garcilaso, quien
tuvo que purgarse dos veces por un dolor de estómago que padeció en
diferentes oportunidades.
La medicina de los incas tenía carácter primitivo y mágico. Creían que las
enfermedades eran debidas bien a un pecado cometido, bien a la pérdida del
alma como consecuencia de un susto o bien al ataque invisible de un hechicero.
Los médicos o Hampicamayoc debían ser adivinos para hallar la causa de la
enfermedad y adivinos para curarla. Las curas con hierbas eran lo más
frecuente, pero los Hampicamayoc también realizaban intervenciones
quirúrgicas como la trepanación.
Amauta: Era el sabio depositario oficial de la ciencia, conocía la medicina, pero
no la practicaba, salvo en raras ocasiones.
Ripiac: hechicero que hacia el examen de los músculos para pronosticar las
enfermedades y adivinar.
Además, las trepanaciones craneanas han sido las más destacadas en este
periodo, estas se practicaban en las lesiones producidas por las armas y
posiblemente también por motivos místicos y religiosos. El instrumento
quirúrgico en este entonces era el Tuma que es un objeto en forma de "T" cuyo
extremo afilado al imprimirle movimiento de rotación o vaivén cortaba las
partes blandas o en el hueso, especialmente s reutilizaban en las trepanaciones
craneanas.
Una muestra de eso fue encontrada por Tello en la necrópolis de Paracas,
además de hilas de algodón que es similar a la gasa actual.
Uno de los sucesos más importantes en esta época fue la experiencia de Daniel
A. Carrión quien el 27 de agosto de 1885 hizo su inoculación con sangre
verrugosa. Por la cual falleció el 5 de octubre del mismo año.
La especialización
En España, y solo allí, las profesiones médicas se clasificaron como: doctores o
físicos –el grado máximo–, eran sometidos a examen después de estudiar en la
universidad; cirujanos latinos: obtenían grado de bachiller en una universidad
con dominio del latín –la lengua académica–, además, aprendían anatomía y la
supuesta curación de las enfermedades de la piel; cirujanos romancistas: una
suerte de enfermeros sin autorización para recetar ni manejar el latín;
finalmente los sangradores: que seguían un curso de reconocimiento de las
venas superficiales para extraer sangre del sitio escogido y en la cantidad
indicada por el médico tratante. Esto diferenció a los españoles del resto de
países en los que cirujanos podían ser barberos.
El doctor Espejo
El doctor Eugenio Espejo, de nombre
“remodelado” para bautizarlo (en realidad
Eugenio Francisco Xavier de Santa Cruz y
Espejo), fue un sobresaliente hombre –
mitificado y desfigurado– que hasta en sus
retratos aparece cambiada su apariencia
facial.
Profundizar estudios
Hay pocos datos concretos sobre los médicos de ascendencia africana. El
primero que se encuentra –gracias al gran historiador Guillermo Lohmann
Villena– es el doctor Juan Llano Jaraba, quien en 1695 obtuvo la borla doctoral.
Era hijo ilegítimo de un noble español y de madre cuarterona (hija de español
con mestiza).
El gran Dávalos
José Manuel Dávalos (1758-1821), hijo de un importante español con una
esclava liberta, fue –como Hipólito Unanue– seminarista y cursó latinidad,
filosofía y artes. Pasó a San Marcos para cursar la carrera de cirujano latino (la
única que podía seguir). Su padre pidió permiso para que viajase a Europa,
donde ingresó a la prestigiosa Universidad de Montpellier, Francia, y fue
discípulo de prominentes figuras científicas, como Lavoisier.
Iniciamos nuestra recopilación a partir de fines del siglo XVIII para completar
los doscientos años fijados.
1803 Llegada al Callao del fluido vacuno gracias a la inter-vención de los Drs.
Miguel Tafur, José Dávalos y Salvani.
En este mismo año aparece la Rabia. Por primera vez se ven perros atacados
por hidrofobia en la época del Virrey Avilés. Don Ricardo Palma señala la fecha
de 1800 en su tradición «El mejor amigo, un perro».
1806 Por primera vez se inician los llamados ahora viajes de asesoría y
supervisión. El Dr. Salvani viaja a Maynas, Lambayeque y Huamanga llevando el
fluido vacuno y en campaña de vacunación antivariólica.
1821 El Real Colegio de Medicina y Cirugía de San Fernando pasa a ser el Colegio
de la Independencia.
1843 Con la muerte de José Gregorio Paredes termina la gran labor clínica que
desempeñaron desde 1800 el mencionado y el Dr. José Manuel Valdés.
1847 El Dr. Julián Sandoval futuro profesor de Patología Externa y médico del
Mariscal Don Ramón Castilla introduce el uso de la anestesia en las
intervenciones quirúrgicas.
1851 Se inician epidemias de fiebre amarilla. Ésta había sido introducida al Perú
desde mediados –o antes– en el siglo XVIII (1736 más o menos). Don Ricardo
Palma la menciona en su tradición «Pepe Bandos».
1854 Fundación de la Sociedad Médica de Lima por los Drs. Cayetano Heredia y
Miguel Evaristo de los Ríos.
1867 Nuevo brote de fiebre amarilla donde se consagra la figura del Dr. José
Mariano Macedo en su lucha contra la enfermedad.
1887 Llegada del primer equipo de rayos X al Perú. Lo trae el Dr. Constantino
Carvallo.
1900 Se inicia la verdadera cirugía en el Perú, bajo el impulso del pionero el
Dr. Guillermo Gastañeta.
1903 Ese mismo año se introduce la peste en el Perú a partir del mes de abril
en casos de San Clemente en Pisco, descritos por el Dr. Enrique Mestanza,
compañero de Daniel A. Carrión.
1916 Juan Voto Bernales describe el primer caso de lepra autóctono de Lima en
el Hospital Dos de Mayo.
1926 Se inaugura el Asilo Colonia de San Pablo en Loreto, para enfermos del Mal
de Hansen (lepra).
1958 Cirugía de válvula aorta a cielo abierto con paro de circulación mediante
el frío a 28ºC, por Marino Molina.
Extracción de cataratas con el Crioextractor, usando por primera vez hielo, por
Roque Bellido Tagle.
1964 Roque Bellido Tagle trata las equímosis conjuntivales, con ligera
aplicación superficial del electrocauterio (fulguración), desapareciendo en 24
hrs. la equímosis.
1969 Raúl Romero Torres inicia los trasplantes renales aunque algunos años
antes los había hecho en pequeña escala el Dr. Augusto Hernández en Ica.
1983 1985 Raúl Patrucco y Wenceslao Castillo describen los primeros casos de
SIDA en el Perú.
EL ENFERMERO MARTÍN
Martín debió de empezar su labor como enfermero entre 1604 y 1610. Inició su
aprendizaje de boticario en la casa de Mateo Pastor, quien se casaría con la
hija de su tutora. Esta experiencia sería clave para Martín, conocido luego como
gran herbolario y curador de enfermos, puesto que los boticarios hacían
curaciones menores y administraban remedios para los casos comunes. También
fue aprendiz de barbero, oficio que conllevaba conocimientos de cirugía menor.
Su preocupación por los pobres fue notable. Se sabe que los desvalidos lo
esperaban en la portería para que los curase de sus enfermedades y les diera
de comer. Martín trataba de no exhibirse y hacerlo en la mayor privacidad. La
caridad de Martín no se circunscribía a las personas, sino que también se
proyectaba a los animales, sobre todo cuando los veía heridos o faltos de
alimentos. Tenía separada en la casa de su hermana (que ya estaba casada y en
buena posición social) un lugar donde albergaba a gatos y perros sarnosos,
llagados y enfermos.
Durante la Colonia citamos a Isabel Flores de Oliva (Santa Rosa de Lima), quien
padeció de la enfermedad. Por lo mismo fue designada patrona de los
tuberculosos y el Día del Tisiólogo se celebra el 30 de agosto, día de la santa.
El cuadro pintado por Medoro en 1617 en la Basílica de Santa Rosa, muestran a
Isabel Flores en ese estado de enfermedad.
La Peste en el Perú
Historia de la Peste en el
Mundo
Existe un relato realizado por Carlos Cueto, que relata una Historia en 1903 de
la señora Figueroa, que cuando vestía el cuerpo de su hijo Pedro para el
entierro, muerto por una enfermedad desconocida cuando trabajaba en el
Molino Milne de Lima, palpó una extraña hinchazón en el cuello del cadáver.
Nadie le dio importancia al descubrimiento hasta días después cuando 10 de los
60 trabajadores del Molino donde trabajaba Pedro Figueroa enfermaron
gravemente del mismo mal desconocido que le afectó a Pedro, lengua seca,
hinchazón de ojos, fiebre profusa y bubones del tamaño del huevo de una
paloma en el cuello, la ingle y las axilas. Algunos relacionaron esta enfermedad
de los trabajadores, la muerte de Pedro y el hedor de las decenas de ratas
muertas en el Molino.
El Comercio
Marítimo: Forma de ingreso de la Peste
Esa fue la primera noticia de la llegada de la terrible peste bubónica. Entre
1903 y 1905 la peste se extendió hasta Lima y los principales puertos del país. El
origen de esta peste fue atribuido a una embarcación proveniente del puerto
Tailandés de Bangkok, el foco de la pandemia de peste negra que se extendió
por el mundo desde 1894. La peste acodó en el Callao a fines de diciembre de
1902 con más de 10 mil sacos de arroz para el Molino Milne; entre esos sacos
también viajaban cientos de ratas infectadas. El crecimiento del número de
viajes, pasajeros, mercancías y de ratas entre los puertos peruanos, puso en
contacto a poblaciones sanas con enfermas.
A principios del siglo XX, Lima y otras ciudades de la costa estaban idealmente
ambientadas para cobijar ratas, pericotes y otros roedores. Estos podían
difundirse rápidamente por el hacinamiento de la población, la tugurizarían de
las viviendas, la precariedad de las construcciones, la acumulación de basuras
y la persistencia de conductas antihigiénicas.
La peste llegó en una época cuando no era común que la medicina afectase la
vida cotidiana de las personas. Para ello y la conocida gala “criolla” del limeño
de siempre, se “crearon” insumos que eran vendidos como la salvación de la
peste: como el “Jabón Fénico”, el licor “Fernet Branca”, y la “Lejía Anti-
bubónica”. La
medicina doméstica y
tradicional tenía sus
propias
explicaciones.
Muchos consideraban
a la peste como un ser
maligno que no había
que ofender ni
obstaculizar.
El Lazareto era una instalación sema aislada, utilizado como centro para tratar
a los enfermos de la Peste. Una de estas, el Lazareto de Guía, se levantó en
una pampa árida que existía en la entrada norte de Lima (distrito actual de San
Martín de Porres). El Lazareto contaba con dos pabellones para varones y dos
para mujeres. Los enfermos debían tomar un purgante y mantener una rígida
dieta de leche y agua de grama (una planta medicinal) y llegaban a la
convalecencia muy débiles. Para muchos, recuperarse de la peste era una
antesala para caer víctima de otros males, como la tuberculosis, debido al
estado débil del paciente. El temor popular al lazareto se incrementó por la
mortandad entre sus “pacientes” que, entre 1903 y 1905, llegó al 52%.
(http://sisbib.unmsm.edu.pe/BibVirtual/libros/Medicina/Ima_Histo_Med