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Las consecuencias de la guerra para España serán desastrosas. Sin embargo, será un
conflicto decisivo en la derrota de Napoleón en Europa.
ANTECEDENTES (4 minutos)
En las últimas décadas del siglo XVIII y los primeros años del siglo XIX, Carlos IV ocupa el
trono demostrando escasa capacidad de gobierno junto a su mujer Mª Luisa de Parma. El monarca
delega el poder en sus válidos: el conde de Floridablanca primero, y el conde de Aranda después.
Bajo su reinado, España se sume en una profunda crisis económica, social y política.
Conde de Floridablanca, valido de Carlos IV: “Lo primordial para que no se produzca una situación
semejante en España es evitar la difusión del ideal revolucionario. Por ello, es necesario implantar
la censura de la propaganda revolucionaria francesa.”
Conde de Aranda, valido de Carlos IV: “La influencia de los enemigos fue clave en mi caída del
cargo.”
Godoy tiene que enfrentarse con el problema de intentar salvar la vida del monarca francés
Luis XVI, intentando no entrar en guerra con Francia. En 1792 se produce la ejecución de Luis
XVI.
El conflicto con Francia se produce al año siguiente. En la Guerra de los Pirineos (marzo de
1793) las tropas francesas ocupan focos de la Península y de América. La guerra termina con la
derrota de España. Se firma la paz de Basilea en 1795, por la que los franceses reciben la parte
española de Santo Domingo a cambio de devolver las conquistas peninsulares. Por ello, Godoy es
nombrado Príncipe de la Paz, un título nobiliario español con carácter hereditario. creado por el rey
Carlos IV en 1795 a favor de Manuel Godoy, primer ministro, y Álvarez de Faria, favorito del
monarca. En 1800, se firma el segundo Tratado de San Ildefonso entre Mariano Luis de Urquijo y
Louis Alexandre Berthier.
Manuel Godoy, valido de Carlos IV: “En 1796 reanudamos la amistad con Francia. Firmo el Pacto
de San Ildefonso en 1796 con el mariscal Catherine-Dominique de Pérignon. Esto supone la
renovación de los antiguos Pactos de Familia frente a Inglaterra. Lamentablemente, se salda con la
derrota en el cabo de San Vicente en febrero de 1797.”
Simultáneamente, se produce un hecho fundamental para Francia: el ascenso del militar Napoleón I
Bonaparte. Asume el poder en Francia, y España se involucra en las guerras que mantiene Napoleón
contra Inglaterra, su principal adversario.
En 1801 estalla la guerra de las Naranjas entre España y Francia frente a Portugal, aliada de
Inglaterra, que termina con la derrota portuguesa.
En 1803 estalla de nuevo la guerra contra Inglaterra, que acaba con la derrota hispano-
francesa de Trafalgar en 1805. Supone la destrucción de la armada española y el fin de la potencia
naval y de la pérdida del control del comercio marítimo español con las colonias americanas. Se
forma un núcleo de oposición entorno al príncipe Fernando, frente a Godoy y el propio Rey.
Tras la derrota de Trafalgar en 1805, el 21 de noviembre de 1806 entran en vigor una serie
de decretos promulgados por Napoleón en Berlín, llevando a efecto un Bloqueo Continental contra
la amenaza británica a través de la imposición de medidas económicas.
Napoleón I Bonaparte, emperador de Francia: “Nuestra rivalidad con Gran Bretaña e Irlanda es
evidente. El Bloqueo Continental consiste en un aislamiento económico y comercial impuesto al
resto de estados por el cual se excluye a Gran Bretaña de todo intercambio mercantil con el resto de
Europa. Obviamente, la finalidad es arruinar las finanzas de los británicos.”
Manuel Godoy, valido de Carlos IV: “Napoleón es un gran estratega. Consciente de la situación de
caos y de inestabilidad en España, trata de invadirnos intentando levantar las mínimas sospechas
posibles. La escasa capacidad del monarca Carlos, la cual es evidente, puede haber animado a
Napoleón a intentar la conquista.”
Napoleón I Bonaparte, emperador de Francia: “La caída de monarca y de Godoy es una situación
favorable para nosotros. A pesar de que hay gente en España que ve a Fernando como un salvador,
la situación de crisis empeora y eso nos permite hacernos con la corono española.”
Napoleón que logra atraer a la familia real a la localidad francesa de Bayona entre los días
21 de abril y 10 de mayo de 1808. Allí, obtiene las abdicaciones de los monarcas Carlos IV y
Fernando VII, renunciando a sus derechos a la corona española. Napoleón decide entregar el reino
de España a su hermano José I Bonaparte.
José I Bonaparte, rey de España: “Soy consciente de los efectos de mi ascenso al trono. El pueblo
español no se encuentra conforme y por ello se inicia la Guerra de Independencia.”
Las guarniciones militares en Madrid tienen la orden de no intervenir contra los franceses;
solo algunos oficiales, como los capitanes Luis Daoiz y Pedro Velarde desobedecen las órdenes y se
unen a la rebelión.
Francisco de Goya, pintor reportero de guerra: “Tal y como reflejo en mi óleo, en la noche del 2 al 3
de mayo decenas de prisioneros son fusilados en la montaña de Príncipe Pío.”
Pese a la represión, la reacción popular es muy distinta a las del estamento privilegiado. La
renuncia de Fernando VII se interpreta como impuesta por la fuerza. En la misma tarde del día 2 el
alcalde de Móstoles dicta su famoso bando llamando a las armas contra los franceses. En los días
siguientes la rebelión se extiende por todas las ciudades del país y se van constituyendo la Juntas
locales y provinciales en junio (Sevilla, La Coruña, Zaragoza, Valencia, Oviedo, Toledo, Albacete,
Cuenca….) que asumen la soberanía nacional, cuyo fin será organizar la resistencia y reformar las
instituciones del Antiguo Régimen iniciándose así la revolución burguesa o liberal. Sus
componentes son en su mayoría nobles, burgueses o personas con profesiones liberales, ilustrados.
Para mejorar la coordinación se crea una Junta Suprema Central que tiene plena soberanía
sobre el resto. La Junta Central, que se estableció primero en Aranjuez y luego en Sevilla mantuvo
desde septiembre de 1808 a enero de 1810, traspasando los poderes a una Regencia establecida en
Cádiz que actuaba en nombre de Fernando VII.
Tácticas de guerra
En la guerra participan españoles, portugueses e ingleses contra Francia. Se distinguen tres tácticas:
•Guerra regular. Se trata del enfrentamiento entre los ejércitos. Inicialmente, la relación de fuerzas
se inclina a favor de los franceses por el mayor número de unidades (soldados, llegaron a 400.000),
de armamento y de cuadros de mando. La Grand Armée está presente en la Península en 1808. El
resto de la contienda, los soldados son de segunda fila, extranjeros en su mayoría, sin experiencia en
el combate. El ejército español, inferior (inicialmente unos 100.000), demuestra un alto nivel moral
y capacidad de lucha superior a las esperadas, y unos mandos profesionales al que se unen soldados
ingleses y portugueses.
•La guerrillas o "petit guerre”. Son resistencias civiles. Aparecen en 1808, esporádicas al principio y
poco numerosas (docenas de hombres), para crecer progresivamente y convertirse algunas en
auténticas divisiones ( la de Espoz y Mina, 3500 hombres). Formadas por población de toda
condición (incluso delincuentes, militares…) Su importancia radica en su táctica de lucha basada en
el conocimiento del terreno, en emboscadas contra el enemigo y rápida huída; nunca en ataques
frontales. Sus objetivos son las líneas de comunicación (correos), la retaguardia, los abastecimientos
y los convoyes de armas del enemigo. Consiguen un efecto doble: m i n a n l a m o r a l d e l e n e m
igo,queenvivenentensiónantelaimprevisibilidaddelosataquesy
obliga a mantener un número de hombres dedicados a misiones de escolta, vigilancia y control de la
retaguardia. El mando francés no previó la resistencia popular y la acción guerrillera y no supieron
responder coordinadamente, los generales actuaron descoordinados, por su cuenta, desobedeciendo
las órdenes de José I y Napoleón.
La primera de ellas tiene lugar entre los meses de junio y noviembre del año 1808, tras el fracaso
del levantamiento de Madrid. En este período los soldados franceses se emplean en sofocar los
alzamientos urbanos que se han extendido por las ciudades más importantes del país.
José de Palafox, militar español y Duque de Zaragoza: “En junio iniciamos el primer sitio a la
ciudad de Zaragoza. Se trataba de un punto estratégico, pues permitía el control de la comunicación
del valle del Ebro”.
Pierre-Antoine Dupont, general francés: “Francia tiene el control de gran parte del Noreste de la
Península. Nuestra intención era dominarla en su totalidad. Por eso emprendimos una travesía hacia
Andalucía. Tras atravesar Toledo y Ciudad Real, el 6 de junio derrotamos un importante foco de
resistencia en Valdepeñas.”
Francisco Javier Castaños, general español: “La derrota de Bailén tuvo una doble repercusión:
estratégica y propagandística. Por primera vez era derrotado un ejército napoleónico en campo
abierto. Esto suponía un hito. Sus consecuencias fueron importantes. A nivel internacional el
impacto fue enorme. Sirvió para despertar la conciencia nacional de los pueblos franceses
sometidos a los franceses. Si un estado lo había derrotado, no era invencible.”
José I abandona Madrid, donde acaba de llegar, con los pocos afrancesados que han abrazado su
causa y las tropas francesas se retiran al norte del Ebro. Los franceses levantan los sitios de
Zaragoza y Girona. Las juntas se disuelven y se forma la Junta Central negocia con Inglaterra su
ayuda. Las tropas inglesas desembarcan en Lisboa dirigidas por Arthur Wellesley, duque de
Wellington, venciendo a las tropas francesas del General Junot en Lisboa el 30 de Agosto y
abandonan Portugal.
Arthur Wellesley, duque de Wellington: “Comandé a las fuerzas aliadas durante la guerra de la
Independencia y en 1812 fui nombrado general de todas las tropas españolas de la Península.
Conseguimos expulsar al ejército francés de España e invadir el sur de Francia.”
Napoleón I Bonaparte, emperador de Francia: “La fuerte resistencia que estaba mostrando España
hacía tambalearse a mi Imperio. En cierto modo, Francia estaba dando una imagen de debilidad. La
intervención de la Grande Armeé era necesaria.
José I Bonaparte, rey de Francia: “No nos olvidemos de que el francés era uno de los mayores
ejércitos de la época, muy bien organizado y muy moderno. Hablamos de unos 250.000 soldados.”
En noviembre Napoleón atravesó los Pirineos y en una campaña fulgurante, avanzó hacia el
interior en Zornoza, Gamonal, Tudela, Burgos,… Derrotan a los españoles en Somosierra el 30 de
noviembre de 1808, quedando libre el paso para tomar Madrid. La Junta Central abandona Aranjuez
y se traslada hacia el sur. Después de tomar Madrid el 4 de diciembre, Napoleón repone a José I y
decreta reformas políticas y sociales que abolen el Antiguo Régimen.
En enero de 1809 Napoleón dirige sus tropas hacia el Norte, para interceptar al ejército inglés,
dirigido por Moore.
John Moore, general británico: “Mío era el mando de la fuerza expedicionaria británica. Nuestra
misión era romper las comunicaciones francesas con la frontera.”
En Astorga (León), Napoleón precipitadamente, sin terminar la campaña, abandona España, ante
una nueva guerra con Austria. En su lugar, Soult prosigue la campaña. La persecución llevó a los
ingleses a Galicia, donde son derrotados y obligados a reembarcar hacia Portugal. Días después,
Zaragoza, sitiada por segunda vez, se rendía tras sufrir un gran asedio por el ejército francés. Los
ejércitos ingleses desde el Oeste y españoles por el Este intentan avanzar hacia Madrid sin lograrlo,
produciéndose la victoria del ejército anglo-español dirigido por Wellington y el general Cuesta en
Talavera en julio de 1809. Conscientes los franceses de la amenaza que suponía la presencia de
tropas enemigas al sur del Tajo, fuerzan una serie de derrotas del ejército anglo-español en Uclés en
enero de 1809, Almoacid de Toledo en agosto de 1809, la segunda de Consuegra de 1809en
septiembre y Ocaña en noviembre de 1809, abriéndose a los franceses el dominio de Levante y
Andalucía que son ocupadas entre enero y febrero de 1810, menos Cádiz que, abastecida desde el
mar por los ingleses, quedó libre toda la Guerra.
En 1810 el territorio peninsular está prácticamente ocupado por los franceses, menos Lisboa
(defendida por la línea de Torres Vedras), algunas ciudades gallegas, Cádiz y la España insular.
Arthur Wellesley, duque de Wellington: “Las Líneas de Torres Vedras fueron líneas de fortificación
construidas en secreto para la defensa de la península de Lisboa durante la Guerra de la
Independencia. Ordené su construcción. Toman su nombre de la ciudad de Torres Vedras.”
Famosos guerrilleros que actuaron por tierras castellano-manchegas fueron: Juan Martín “el
Empecinado” o el valdepeñero conocido como “Tío Camuñas”, entre otros.
Juan Martín “el Empecinado”, militar español: “En realidad, las tropas francesas estaban lejos de
dominar el territorio peninsular por la hostilidad de la guerrilla.”
Francisco Sánchez “Tío Camuñas”, militar español: “En esta fase, la guerrilla fue decisiva como
guerra de desgaste frente a las tropas francesas. Esa fue la clave de la victorias manchegas frente al
gran Ejército Napoleónico.”
A partir de 1811, la guerra cambia de rumbo. En marzo, asume el mando francés el general
Masséna, que intenta expulsar a los ingleses de Portugal pero es detenido por el Duque de
Wellington.
Arthur Wellesley, duque de Wellington: “Así, en marzo de 1811 en Torres Vedras deteníamos al
general Masséna .”
El general Suchet toma Tarragona y Sagunto y sitia Valencia, conquistada en enero de 1812.
Wellington inicia una nueva ofensiva desde Lisboa, permitiéndole recuperar Ciudad Rodrigo en
enero de 1812 y Badajoz en abril de 1812. Por entonces, Napoleón decide invadir Rusia.
Napoleón I Bonaparte, emperador de Francia: “En la primavera de 1812 Napoleón tomé la decisión
de invadir Rusia. Para esta campaña me ví obligado a retirar las mejores unidades que tenía en
España.”
En junio las tropas de Wellington entran en Salamanca y un mes después triunfa en la batalla de los
Arapiles en julio de 1812, que abre el camino a los ingleses hacia Madrid. Tras el desastre de Rusia,
Napoleón retira más hombres para asegurar la defensa de Francia.
Arthur Wellesley, duque de Wellington: “De esta manera, Napoleón estaba dejando a las fuerzas
hispano-británicas en superioridad. Las tropas francesas abandonaron Madrid y en consecuencia,
iniciaron el repliegue hacia su país. Era el momento para emprender la ofensiva final.”
En la batalla de Vitoria en junio de 1813 son derrotados los franceses y José I se ve obligado a
cruzar la frontera. Todavía se mantiene Soult ocupando San Sebastián y Pamplona, pero derrotado
en la batalla de San Marcial de agosto de 1813 tiene también que pasar a Francia.
Napoleón I Bonaparte, emperador de Francia: “En este tratado ofrecía la paz y reconocía a
Fernando VII como rey de España ante las derrotas sufridas en la Guerra de la Independencia
Española.”
Sin embargo, el tratado no entra en vigor en España debido a que las Cortes y la Regencia en
Madrid no lo aceptan. Ya estando la guerra perdida para los franceses, Napoleón Bonaparte procede
a liberar a Fernando VII y permite su regreso a España en marzo de 1814. Otro tratado de paz, el
Tratado de París, se firma en París el 30 de mayo de 1814.
Los efectos de la guerra fueron desastrosos para España. Supuso un colapso demográfico, e calcula
que hubo medio millón de muertos, cifra considerable para un país que contaba, en 1808, con unos
once millones de habitantes. A las bajas producidas en combate hay que añadir las debidas a las
epidemias y las hambrunas, sin olvidar el exilio de miles de afrancesados. Los daños materiales no
fueron menores. Ciudades como Zaragoza, Gerona o San Sebastián quedaron arrasadas; en otras se
destruyeron edificios y monumentos artísticos; una parte importante de las obras artísticas fueron
robadas por los franceses. Respecto a los daños económicos. El comercio colonial cayó en picado.
El anterior ritmo de crecimiento industrial se perdió, con máquinas y manufacturas destruidas. El
campo quedó arrasado, con pérdida de cosechas y cabezas de ganado. Además, la Hacienda Pública
quedó todavía más arruinada. En el terreno político se acabó con el Antiguo Régimen con la
legislación francesa y la revolución liberal en Cádiz. En el plano internacional, la guerra española
fue decisiva para la derrota napoleónica. El bloqueo continental quedó roto. Bailen reavivó la
resistencia europea al demostrar que los ejércitos del emperador eran vulnerables. Por último, la
guerra afectó al proceso de independencia de la América española.