EL OBJETIVO, ESTRUCTURA Y MÉTODO DE LOS
EJERCICIOS ESPIRITUALES VERBUM DEI 1.2. ESTRUCTURA INTERNA.
1- ESTRUCTURA DE LOS EEVD.
Los EE son para llevar a la persona a la unión con Dios, por medio
del diálogo interpersonal, que se concreta en que haga su voluntad.
Nos interesa, pues, considerar ahora la estructura de los mismos,
recordando que tanto el método como la estructura, tienen como fin,
que las personas tengan un ritmo y espacio adecuado para que se
logre el objetivo de su apertura al Espíritu Santo, disponerse para
recibir su luz, consuelo, e inspiraciones.
1.1. ESTRUCTURA EXTERNA.
- Ciertamente se requiere de una serie de condiciones y detalles tanto
como del espacio físico donde se realicen los EE, tales como:
alimentación, orden, higiene, silencio exterior, para propiciar la vida
y ritmo de oración contemplativo-activa de las personas que los
realizan.
- Todo ello sería inútil si no se colabora con las actitudes personales
adecuadas que a su vez disponen para que el fruto de los EE se logre,
tales como: Respetar el silencio de los demás reservándose
conversaciones que distraen la voz del Espíritu Santo, atender a
demasiadas cosas, como teléfono, internet, demasiados turnos,
preocupaciones u ocupaciones que merman el tiempo de meditación
personal, o tener que interrumpir los días de retiro por atender a otras
ocupaciones, por tanto, se sugiere que si se destina un tiempo
adecuado para los EE, se respete y se viva a fondo, por Ej. Si son EE
de mes, hacerlos el mes entero, precisamente porque el Espíritu Santo
lleva su propio proceso en cada persona y sería una pena que por
actividades que no son tan urgentes, se detenga el trabajo urgente que
Espíritu quiere realizar, en la vida y vocación de la persona.
También nos encontramos con gran variedad de estructuras y formas
de llevar los EE, dado que todo depende del grupo que realice los
Ejercicios, (si son religiosos, para gente de parroquias, para
discípulos específicamente Verbum Dei, o para miembros
consagrados de la Fraternidad, dentro de ésta, es distinto los EE para
cursos de formación, para estudiantes de teología, etc.) y otro aspecto
importante es el tiempo de los EE, ya que pueden ser de una semana,
de quince días o de mes. Dada la variedad ciertamente el método, el
ritmo y la temática se adecuarán al público que se tenga, ahora bien,
el método es la forma de combinar y adecuar los elementos que
constituyen el Carisma Específico Verbum Dei:
-La Palabra de Dios orada y predicada.
-Las fuentes de nuestra espiritualidad: Inhabitación de la Trinidad, La
Eucaristía, El Cuerpo Místico de Cristo y María.
-El dinamismo de la Palabra: Escuchada, Asimilada, vivida y
anunciada
-Los cuatro Ejercicios: Oración, Cruz, Fraternidad, Misión
-Los Consejos Evangélicos: Pobreza, Castidad, Obediencia.
Un aspecto importante a considerar es la sugerencia de que los EE los
dirija un equipo, que sean miembros de la Fraternidad Verbum Dei,
el número puede variar, aunque para predicar los mismos, pueden
ser dos personas que los lleven, la finalidad del equipo sería
sustentar los diversos aspectos que conlleva unos EE, tales como la
revisión de la oración, el acompañamiento espiritual, la
infraestructura. etc.
«Cómo se ve, estos elementos son multiformes y están todos
implicados e interrelacionados entre sí, de forma que es difícil
separarlos o desligarlos completamente los unos de los otros. La
forma de combinarlos está lógicamente en función del grupo que va a
vivir los EE, según su preparación, experiencia de oración, edad, etc.
Aunque ya hayan salido muchos rasgos y características de los
mismos, conviene señalar algunos aspectos prácticos:
Ritmo diario: Se puede seguir el ritmo que normalmente tenemos en
EE para los miembros de la Fraternidad, porque da muy buen
resultado, ya que, acompaña e introduce a la persona en una
experiencia de Dios que le abarca por completo.
Por lo demás, aunque de la predicación en los EE ya hemos señalado
algunos aspectos importantes, queremos remarcar aquí que otro
objetivo que se pretende con la misma, es motivar el trabajo personal
para el encuentro con Jesús, ya que se realizan auténticamente unos
EE cuando la persona pone de su parte todo para este encuentro.
Las meditaciones pueden variar en número y duración de tiempo
dependiendo al grupo al que se predica, aquí señalamos dos, como
generalmente se hacen para grupos que tienen experiencia ya en
nuestros ejercicios. Otro aspecto importante a señalar son las
herramientas o instrucciones que ayudan al trabajo personal del que
realiza los EE, también aquí puede variar según el grupo, pero
conviene en las distintas meditaciones, recordar aquel elemento que
pueda servir para el trabajo de oración de ese momento.
La primera meditación puede ser en un tono más kerigmático, para
situar a la persona en un ambiente de fe, que debe predominar ya en
toda la jornada, motivándole a querer vivir y practicar el primer
momento del día, el tema o la verdad de fe que se le propone. Como
la persona está despejada y motivada, un primer impacto fuerte e
incisivo provocará la actitud de querer vivir el día con recogimiento
y queriendo asimilar la verdad de fe que se predica.
El Rosario al final de la mañana es un momento privilegiado de
oración sencilla, reposada, atenta, donde prima más el sentir con
María de la verdad, que el meditar y en este ambiente cala más
profundamente en la persona.
Después la comida y un rato libre, de descanso, paseo.
La tercera meditación, que deberá ser según convenga en cada
circunstancia, pero que en general podrá consistir en una meditación
a cerca del tema en la que se recogen los elementos que ya se han
dado, y se motiva a un trabajo reposado y profundo, o se avanza en
el tema dado por la mañana, secundándolo en esta meditación, lo
mejor, es dejar que tras la tercera meditación venga un rato largo de
oración en que se pueda profundizar y asimilar personalmente la
vedad de fe que se ha predicado.
Entre la meditación o meditaciones de la mañana y de la tarde es
conveniente reservar un cierto espacio para que la persona que realiza
los ejercicios pueda acudir a la revisión de la oración con las personas
que para ello se disponen, y así se pueda avanzar más en la vivencia
de los mismos y el fruto sea más abundante.
Al final de la tarde se celebra la Eucaristía y también el tono de la
predicación es muy variada, puede ser una homilía breve en que se
proponga el celebrar la fe, una charla donde se vaya al corazón,
motivado el encuentro sacramental que se va a tener, sabiendo que
los primeros interesados son Ellos etc.
Para terminar la jornada se puede dar el resumen cuyo objetivo es
suscitar en la persona el fruto que debía haber recogido en el día y
que a lo mejor no consiguió o no lo suficiente y si lo consiguió
afianzarlo y multiplicarlo. Pero éste se puede hacer también en el
espacio de la Homilía.
1.3. TRABAJO PERSONAL.
.
«No se ejercita espiritualmente quien escucha la Palabra de Dios, aún
prestándole toda la atención y sintiéndose conmovido por lo que oye,
ni quien lee con atención o interés libros espirituales, si él no trabaja
después con sus facultades de entendimiento y voluntad poniendo
actos personales» (Padre Calveras)
Esta actitud de trabajo y esfuerzo personal es la que lo domina todo y
hace que los ejercicios sean lo que son: verdaderos ejercicios,
entrenamientos, adiestramiento, en el seguimiento de Cristo en su
espiritualidad (EFMVD, 205) Cabe destacar que gran parte de éste
trabajo personal se lo llevan los exámenes de la oración y del día,
precisamente porque es la forma de valorar si hay ejercicio o no de
oración, de trato vivo con las Divinas Personas, si hay avance, en el
Espíritu, o si hay tentaciones dificultades. Etc.
1.4. EXAMEN DE LA ORACIÓN Y DEL DÍA.1
Los exámenes de la oración y del día van dirigidos a comprobar si
realmente se está logrando el objetivo de los EE y si hay un auténtico
1
Los Siguientes elementos sobre el examen han sido sacados de los EE dados por
Jaime Bonet, en México. Marzo-Abril 2000 pp. 12-22.
Presupuesto importante: Tanto el examen de la oración, como el del día en EE,
como en el cotidiano de cada día, variará SEGÚN EL PROCESO DE LA
PERSONA.
- Antes del Ejercicio propiamente de Oración:
Tiene que haber clima de recogimiento interior y exterior, “Olvido de lo creado,
memoria del Creador”, cuidar la dispersión de la mente: imaginación,
pensamientos, intenciones, y también del corazón: los afectos, preocupaciones,
personas, cosas. Si hay mucha dispersión interior la persona tendrá que hacer más
esfuerzo para entrar a solas con Dios.
Se precisa un recogimiento exterior, de tus ojos, de tus oídos, de cada uno de tus
sentidos. Porque nuestro fin es dar lo contemplado, todo lo que predico, antes tengo
que haberlo contemplado, por eso uno tiene que acostumbrarse a estar A SOLAS
CON ELLOS PARA LLENARSE DE ELLOS. Por tanto, rechazar toda distracción
de los sentidos que me distraiga del tema meditado anteriormente, y más durante
los EE, procurar no salir para nada salvo en casos muy urgentes, para no distraerse.
Recogemos los sentidos para tener el interior a punto, y sacarle el mayor provecho
y vida a la Palabra de Dios que se medita, se gusta, se contempla y se trata
familiarmente con Dios, se trata de rumiar la Palabra. Podría resumir que todo se
juega en dónde tiene puesta la mente la persona, porque ahí va su corazón y su
voluntad, por eso, cuidar de manera especial la mente.
-En el momento propiamente del Ejercicio de oración:
Renovar al vivo la Presencia de las divinas personas, con las que ya vas y estas
durante todo el día y la noche. Pero aquí te pones más tú a tú con Ellos, es UN
ACTO DE FE VIVA ANTE ELLOS, un DIALOGO INTERPERSONAL con Ellos
por medio de María.
Escuchar con atención la meditación que se da, y sacar lo más nuclear y esencial de
la misma, tratar de entender bien las palabras de la meditación, razonarlas, y TU
MISMO CONVENCERTE de ellas, para disponerte a vivirlas, aplicarlas. Implica
guardarlas en tu corazón, y no dar entrada a otras cosas que pueden distraer, sea
pasar a otros temas o alusiones al mismo que vengan porque al distraerse la persona
puede perder la esencia y vitalidad del tema expuesto, porque las verdades van
ejercicio, para evitar que pase el tiempo sin más y la gracia no rinda
el fruto que pudiera si se pusieran los medios para ello. Además, la
práctica consciente de los EE es la mejor escuela de oración, de vida
espiritual donde se forjan los discípulos de Cristo, para que después
puedan acompañar a los demás en su camino de seguimiento. Se
trata de un ejercicio de introspección, de conocimiento propio y de
Dios que nos hace crecer en humildad y agradecimiento a la
misericordia de Dios y en fidelidad a él, a las inspiraciones del
Espíritu Santo, por tanto, en el seguimiento y el apostolado.
- El examen del día, abarca el estado de ánimo en que se ha vivido en
general, la actitud en los estados de la jornada, el fruto que ha
rendido la jornada en conjunto. Su fin, es evitar que la falta de
conectas entre sí y llevan un proceso, una lógica, y van a un fruto específico.
Si la cabeza no tira y el corazón tampoco, pedir humildemente la ayuda al Espíritu
Santo, poner de tu parte todo, pero habrá días que tocará pedir humildemente para
darse cuenta que todo es don y gracia de Dios. Pedir ayuda a Dios Padre, a María, a
Jesús mismo. Si para esto ayuda más a escribir hasta que uno alcanza la
contemplación de la verdad, cara a cara con las divinas Persona, hacerlo, para
ejercitarse.
- Examen después de la meditación:
Después del tiempo de meditación hacer un cuarto de examen, que decía Sn.
Ignacio que puede hacerse en la capilla o paseando, preguntarse: ¿me he distraído?
¿he continuado? ¿he dejado enraizar la gracia, me he empapado des amor-vida de
Dios en mi corazón?
- Entre meditación y meditación y el examen de la noche:
Después de la anterior meditación ¿he seguido el diálogo suave y dulcemente, entre
meditación y meditación? ¿suavemente lo saboreo para que se vaya sedimentando?
Entonces me voy habituando a vivir la consagración. Por mucho que me
entusiasme en EE si no acojo la fe, de nada sirve todo. ¿he escuchado atentamente
la Palabra de Dios, procurando acoger todo su sentido y profundidad, anotándolo
para no perder la buena semilla ¿he saludado afablemente a cada una de las divinas
Personas y a María y les he preguntado qué quieren hoy de mí, cuál su voluntad,
cómo les gustaría que mejor la hiciera? ¿sé lo que más les agrada?
Al terminar la jornada, comenzar con una acción de gracias a las Divinas Personas
por todos los dones recibidos, aún cuando todo hubiera ido mal, volver a su
presencia y revisar en dónde estuvo el fallo, para corregirlo, para poner medios, y si
ha ido bien aprovechar más la gracia y preparar el día siguiente.
delicadeza aumentada a lo largo de un día nos vaya alejando y
enfriando el amor. Por eso debe comenzar con una acción de gracias,
reconociendo la bondad de Dios y lo que nos dio en el día y en
contraste con ello, nuestras faltas, para movernos a mayor fidelidad
de amor.
- El examen de la oración, se ciñe tan sólo al ejercicio de oración
precedente, no se trata de examinar qué se ha hecho o si se ha hecho
bien o mal; esto es sólo una parte, respondiendo a la estructura
dialogal lo importante es confrontarlo con el fruto que se pretendía
sacar, ver qué me ha dado el Espíritu Santo como gracia, y aquellos
medios que de mi parte puse para que esa gracia fuera de provecho,
como a su vez revisar aquello que me impedido que la gracia se
aprovechara. Se trata de ver “que tal me ha ido” y examinar hasta
encontrar las causas para arrepentirse y quitarlas cuando ha ido mal, y
pedir ayuda para que se den los elementos necesarios para continuar
o dar gracias a Dios por toda la luz recibida y aprovechar al máximo
para afianzarnos más en la fe.
Los exámenes siguen la estructura dialogal y personal, de trato vivo
con la Trinidad y María, de ahí que el hacerlos bien, son de gran
ayuda para aumentar, la fidelidad y la amistad con Jesús,
estrechándose los lazos de amor y comunión capacitando para un
seguimiento más fiel.
2- SOBRE LA DIRECCIÓN ESPIRITUAL.2
El Evangelio sólo se entiende plenamente si se ve realizado, vivido,
plasmado y concretado. Es el Espíritu Santo el que lleva a la verdad
plena, a la cristificación concreta, actual de la persona. Y el director
espiritual debe colaborar con el Espíritu Santo, por tanto, tiene que
plasmar en su vida lo que los demás tienen que vivir. Dirigir
espiritualmente no se puede hacer desde fuera, diciendo que hay que
2
Aunque actualmente le llamamos acompañamiento espiritual, hemos
querido respetar el nombre de dirección espiritual con que el texto cita este
medio tan vital en los EE.
hacer o qué no, cayendo en un grave dirigismo manipulador en la
vida de las personas, sustituyendo la acción del Espíritu, la dirección
espiritual tiene que ser desde dentro, secundando al Espíritu Santo,
por tanto, el director tiene que ser una persona realmente espiritual
muy íntimamente unida a Jesús, “lleno de Espíritu Santo. Así puede
dirigir a un grupo de personas hacia Cristo, animando,
entusiasmando, exhortando, corrigiendo. Lo demás son métodos
psicológicos o charlas espirituales pero no auténtica dirección
espiritual»3
3- CONCLUSIÓN FINAL.
Recogiendo y recordando el objetivo y finalidad de los EEVD,
podemos concluir que son el instrumento singular con que el Espíritu
Santo nos trabaja para: «Crear Fraternidades de Vida Evangélica,
según las normas y riquezas del Evangelio, formar Fraternidades en
la Vida diaria que oren, que hablen con Dios, que le escuchen, le
obedezcan, y crean en Él. Y enseñen a la vez, a los demás lo mismo
que reciben, Fraternidades de vida evangélica que oren y enseñen a
orar vivencialmente la Palabra de Dios. Nuestra especialidad como
Fraternidad y Familia Misionera Verbum Dei es ésta, nuestra
dedicación exclusiva y a tiempo completo a la oración y predicación
a la Palabra de Dios, que consolide al Pueblo de Dios, que todos nos
vivamos siendo uno, un mundo de hermanos»4
3
Cf. J. MARTINEZ SAEZ; Apuntes de las diferentes profundizaciones
hechas por Jaime Bonet sobre los EE, en Siete Aguas, Valencia. Junio
1993.
4
Cf. J. BONET BONET; Ejercicios Espirituales dados en México, Marzo-Abril
2000. pp. 6-12