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Derecho Penal (privado)

Derecho Penal I (Universidad de San Carlos de Guatemala)

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DERECHO PENAL

Desde el punto de vista subjetivo (JUS PUNIENDI)


Es la facultad de imponer penas, que tiene el Estado como ente soberano. Es
el derecho del Estado a determinar los delitos, señalar, imponer y ejecutar las penas
correspondientes o las medidas de seguridad en su caso.

Desde el punto de vista objetivo (JUS POENALE)


Es el conjunto de normas jurídico-penales que regulan la actividad punitiva
del Estado; que determinan en abstracto los delitos, las penas y las medidas de
seguridad, actuando a su vez como un dispositivo legal que limita la facultada de
castigar del Estado, a través del principio de legalidad, de defensa o de reserva.

“El Derecho Penal -Sustantivo o Material- es la rama del Derecho compuesta por un
conjunto de normas establecidas por el Estado que determinan los delitos y fijan las
penas y/o las medidas de seguridad que han de aplicarse a quienes los cometen”.

Naturaleza jurídica del Derecho Penal


El Derecho Penal es una rama del derecho público interno que tiende a
proteger intereses individuales y colectivos (públicos o sociales); la tarea de penar o
imponer una medida de seguridad es una función típicamente pública que solo
corresponde al Estado como expresión de su poder interno, producto de su
soberanía, además de que la comisión de cualquier delito (privado, público o
mixto) genera una relación directa entre el infractor y el Estado que es el único
titular del poder punitivo, en tal sentido, consideramos que el Derecho Penal sigue
siendo de naturaleza jurídica pública.

Contenido del Derecho Penal


Es importante observar técnicamente, una diferencia entre el “Derecho
Penal” y la “Ciencia del Derecho Penal”; y se hace precisamente delimitando su

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contenido. Mientras que el Derecho Penal se refiere a un conjunto de normas


jurídico-penales creadas por e Estado para determinar los delitos, las penas y las
medidas de seguridad; la Ciencia del Derecho Penal se refiere a un conjunto
sistemático de principios, doctrinas y escuelas relativas al delito, al delincuente, a la
pena y a las medidas de seguridad.

Partes del Derecho Penal


1. La parte general del Derecho Penal: Se ocupa de las distintas instituciones,
conceptos, principios, categorías y doctrinas relativas al delito, al delincuente,
a las penas y las medidas de seguridad, tal es el caso del Libro Primero del
Código Penal.
2. La parte especial del Derecho Penal: Se ocupa de los ilícitos penales
propiamente dichos (delitos y faltas) y de las penas y las medidas de
seguridad que han de aplicarse a quienes los cometen, tal es el caso del Libro
Segundo del Código Penal.

Ramas del Derecho Penal


1. El Derecho Penal material o sustantivo: Se refiere a la “sustancia” misma que
conforma el objeto de estudio de la Ciencia del Derecho Penal, como es el
delito, el delincuente, la pena y las medidas de seguridad; y que legalmente
se manifiesta contemplado en el Código Penal vigente y otras leyes penales
de tipo especial.
2. El Derecho Penal procesal o adjetivo: Busca la aplicación de las leyes del
Derecho Penal sustantivo a través de un proceso, para llegar a la emisión de
una sentencia y consecuentemente a la deducción de la responsabilidad penal
imponiendo una pena o medida de seguridad y ordenando su ejecución.
Legalmente se manifiesta en el Código Procesal Penal vigente.
3. El Derecho Penal ejecutivo o penitenciario: Se refiere al conjunto de normas
y doctrinas que tienden a regular la ejecución de la pena en los centros
penales o penitenciarios destinados para tal efecto, y que por cierto en

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nuestro país no se encuentra codificado, sólo existen normas carcelarias de


tipo reglamentario.

Fines del Derecho Penal


El Derecho Penal o Criminal ha tenido tradicionalmente como fin el
mantenimiento del orden jurídico previamente establecido y su restauración a través
de la imposición y la ejecución de la pena, cuando es afectado o menoscabado por
la comisión de un delito. Castiga los actos delictivos que lesionan o ponen en
peligro intereses individuales, sociales o colectivos, sin embargo, con las medidas de
seguridad incluye dentro de sus fines la objetiva prevención del delito y la efectiva
rehabilitación del delincuente para devolverlo a la sociedad como un ente útil a
ella.

Características del Derecho Penal


a) Es una ciencia social y cultural: Atendiendo a que el campo del conocimiento
científico aparece dividido en dos clases de ciencias: las ciencias naturales por
un lado y las ciencias sociales o culturales por el otro, se hace necesario ubicar
a nuestra disciplina en una de ambos campos; de tal manera que el Derecho
Penal es una ciencia social, cultural o del espíritu, debido a que no estudia
fenómenos naturales enlazadas por la causalidad, sino regula conductas en
atención a un fin considerado como valioso; es una ciencia del deber ser y no
del ser.
b) Es normativo: Está compuesto por normas (jurídico-penales), que son
preceptos que contienen mandatos o prohibiciones encaminadas a regular la
conducta humana.
c) Es de carácter positivo: Porque es fundamentalmente jurídico, ya que el
Derecho Penal vigente es solamente aquél que el Estado ha promulgado con
ese carácter.

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d) Pertenece al derecho público: Porque siendo el Estado único titular del


Derecho Penal, solamente a él corresponde la facultad de establecer delitos y
las penas o medidas de seguridad correspondientes.
e) Es valorativo: Se ha dicho que toda norma presupone una valoración, esta
cualidad de toda norma es particularmente manifiesta en las leyes penales, ya
que carecerían de todo sentido las amenazas penales si no se entendiera que
mediante ellas son protegidos ciertos bienes e intereses jurídicamente
apreciados. Es decir, que el Derecho Penal está subordinado a un orden
valorativo en cuanto que califica los actos humanos con arreglo a una
valoración; valorar la conducta de los hombres es tarea fundamental del juez
penal.
f) Es finalista: Porque siendo una ciencia teleológica1, su fin primordial es
resguardar el orden jurídicamente establecido, a través de la protección
contra el crimen. La ley regula la conducta que los hombres deberán
observar con relación a esas realidades, en función de un fin colectivamente
perseguido y de una valoración de esos hechos.
g) Es fundamentalmente sancionador: El Derecho Penal se ha caracterizado por
castigar, reprimir, imponer una pena con carácter retributivo a la comisión de
un delito. No obstante que además es preventivo y rehabilitador, mientras
exista el Derecho Penal no puede dejar de ser sancionador porque jamás
podrá prescindir de la aplicación de la pena, aún y cuando existan otras
consecuencias del delito.
h) Debe ser preventivo y rehabilitador: Con el aparecimiento de las “medidas
de seguridad”, el Derecho Penal deja de ser eminentemente sancionador y da
paso a una nueva característica, la de ser preventivo, rehabilitador,
reeducador y reformador del delincuente. Es decir, que además de
sancionar, debe pretender la prevención del delito y la rehabilitación del
delincuente.

1Teleología: Rama de la metafísica que se refiere al estudio de los fines o propósitos de algún objeto
o algún ser, o bien literalmente, a la doctrina filosófica de las causas finales.

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i) Es fragmentario, subsidiario y de intervención mínima: El carácter


fragmentario se debe a que el Derecho Penal es solamente una parte de los
medios de control con el que el Estado cuenta en su lucha contra el delito.
Se dice que es subsidiario porque se debe utilizar únicamente en caso de que
los demás medios de control social no hayan servido para neutralizar las
conductas antisociales. Su carácter mínimo reside en que solamente puede
actuar en los casos en que se hayan definido previamente en la ley penal tales
conductas como delitos.

Evolución histórica del Derecho Penal


Se ha dicho que el Derecho Penal es tan antiguo como la humanidad misma,
ya que don los hombres los únicos protagonistas de esta disciplina, de tal manera
que las ideas penales han evolucionado a la par de la sociedad. Todas las
expresiones humanas con algún significado social, surgen en la vida de relación, en
la convivencia humana, en el trato diario de unos con otros; es al entrar en relación
unos con otros que se exterioriza la conducta del ser humano, y es a través de la
manifestación de su conducta que el hombre realiza acciones u omisiones que le
permiten expresarse,, es decir, actúa o se abstiene de actuar según su voluntad, estas
acciones y omisiones cuando son ofensivas, cuando no son socialmente relevantes,
son aceptadas y permitidas por el Estado en cuando que no lesionan ni ponen en
peligro un bien jurídico tuteado; sin embargo, cuando estas acciones u omisiones
dañan o ponen en peligro un interés jurídicamente tutelado, son reprobadas y
reprimidas por el Derecho Penal, en nombre del Estado y de una sociedad
jurídicamente organizada, como la nuestra. El Derecho Penal funciona, en general,
como sistema tutelar de los valores más altos, ello es, interviene solamente ante la
vulneración de valores que una sociedad, en un momento dado, reputa
fundamentales.
En el devenir histórico de las ideas penales, la función de castigar ha tenido
diversos fundamentos en diferentes épocas y la mayor parte de tratadistas para su
análisis las han planteado de la manera siguiente:

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Época de la venganza privada


Se afirma que en los primeros grupos humanos, cuando el poder público
(poder estatal) no poseía aún el vigor necesario para imponerse a los particulares, la
función penal revestía el aspecto de una venganza; la venganza particular entonces
se ha tomado como el inicio de la retribución penal, aunque no se trate de un
sistema penal en sí, sino e una forma de manifestación individual.
La época de la venganza privada es la época bárbara, puesto que se accede al
impulso de un instinto de defensa, ante la reacción provocada por un ataque que se
considera injusto. Como en dicha época no se encontraba organizada jurídicamente
la sociedad, es decir, no se encontraba organizado el Estado, los individuos que se
sentían ofendidos en sus derechos acudían a una defensa individual y cada quien se
hacía “justicia” por su propia mano; esto dio origen a graves males, a sangrientas
guerras privadas que produjeron el exterminio de numerosas familias, ya que los
vengadores al ejercitar su derecho no reconocían limitación alguna y causaban al
ofensor o a su familia todo el mal posible. Las perniciosas consecuencias de una
reacción ilimitada, fueron atenuadas por la Ley del Talión, según el cual no podía
devolverse al delincuente un mal mayor que el inferido a su víctima -ojo por ojo,
diente por diente- reconociendo así el grupo o la colectividad que el ofendido sólo
tenía derecho a una venganza de igual magnitud al mal sufrido; de tal manera que
“no toda venganza puede estimarse como antecedente de la represión penal
moderna, solo tiene relevancia como equivalente de la pena actual la actividad
vengadora que contaba con el apoyo de la colectividad misma, mediante la ayuda
material y el respaldo moral hacia el ofendido, reconociendo su derecho a
ejercitarla”. Además de la Ley del Talión, aparece como otra limitación de la
venganza privada la “composición” a través de la cual el ofensor o su familia
entregaban al ofendido y los suyos cierta cantidad par que éstos no ejercitaran el
derecho de venganza.

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Época de la venganza divina


En la época teocrática, se sustituye la voluntad individual del vengador por
una voluntad divina a la que corresponde la defensa de los intereses colectivos
lesionados por el delito. La justicia penal se ejercita en el nombre de Dios, los jueces
juzgan en su nombre (generalmente eran sacerdotes, los que representando a la
voluntad divina administraban justicia), y las penas se imponían para que el
delincuente expíe su delito y la voluntad divina deponga su cólera. Es el espíritu del
Derecho Penal del antiquísimo pueblo hebreo. También es posible encontrar
resabios de tal sistema en la edad media, en la que algunos estados asumieron la
lucha contra el delito, pero en la que en algunos tiempos se confundieron los
poderes estatales y eclesiásticos.

Época de la venganza pública


Se deposita en el poder público la representación de la vindicta social
respecto de la comisión de un delito. El poder público (representado por el
Estado), ejerce la venganza en nombre de la colectividad o de los individuos cuyos
bienes jurídicos han sido lesionados o puestos en peligro. La represión penal que
pretendía mantener a toda costa la tranquilidad pública, se convirtió en una
verdadera venganza pública que llego a excesos, caracterizándose por la aplicación
de penas inhumanas y totalmente desproporcionadas con relación al daño causado,
la pena era sinónimo de tormento y se castigaba con severidad y crueldad aun
hechos que hoy día son indiferentes como los delitos de “magia y hechicería” que
eran juzgados por “tribunales especiales” con rigor inhumano; esta etapa constituye
uno de los episodios más sangrientos del Derecho Penal europeo, especialmente en
los siglos XV XVIII. Comenta al respecto Cuello Calón que para luchar contra la
criminalidad desbordante de aquellos tiempos, el poder público no vaciló en aplicar
las penas más crueles, la muerte acompañada de formas de agravación
espeluznante, las corporales consistentes en terribles mutilaciones, las infames, las
pecuniarias impuestas en forma de confiscación. La pena para ciertos delitos
trascendía a los descendientes del reo y ni la tranquilidad de las tumbas se respetaba,

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pues se desenterraban los cadáveres y se les procesaba; reinaba en la administración


de justicia una completa desigualdad, mientras a los nobles y a los poderosos se les
imponían las penas más suaves y eran objeto de una protección eficaz, para los
plebeyos y los siervos se reservaban los castigos más duros y su protección era en
muchos casos tan sólo una caricatura de la justicia, y por último, dominaba una
completa arbitrariedad, los jueces y tribunales tenían la facultad de imponer penas
no previstas en la ley, incluso podían incriminar hechos no penados como delitos.

Período humanitario
La excesiva crueldad de la época de la venganza pública dio como resultado
un movimiento a favor de la humanización no sólo de las penas sino del
procedimiento penal, toda vez que en la época de la venganza pública se iniciaron
las torturas, los calabozos y toda clase de tormentos con al finalidad de castigar y
obtener confesiones. La etapa humanitaria del Derecho Penal comienza a fines del
siglo XVIII con la corriente intelectual de “Iluminismo” y los escritos de
Montesquieu, D Alambert, Voltaire y Rousseau, pero es indiscutible y aceptado
unánimemente que su precursor fue el milanés César Bonnesana, el Marqués de
Beccaria, que en el año 1764 publicó su famosa obra denominada “Del Delliti e
Delle Pene (De los Delitos y de las Penas), en la cual se pronunció abiertamente
contra el tormento de la pena para castigar los delitos cometidos; el fin de las penas
dijo, no es atormentar y afligir a un ente sensible, ni deshacer un delito ya
cometido, el fin no es otro que impedir al reo causar nuevos daños a sus
ciudadanos, y retraer a los demás de la comisión de otros iguales, luego deberán ser
escogidas aquellas penas y aquel método de imponerlas que guardada la
proporción, hagan una impresión más eficaz y más durable sobre los ánimos de los
hombres y la menos dolorosa sobre el cuerpo del reo. El tormento resulta el medio
más eficaz para absolver a los robustos malvados y condenar a los flacos inocentes.
Consideró que la pena es tanto más justa y útil cuanto más pronta y más vecina al
delito cometido se encuentre; es más justa porque evita en el reo los inútiles y fieros
tormentos de la incertidumbre que crece con el vigor de la imaginación y la propia

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flaqueza, y es más útil porque cuando es menor la distancia de tiempo que pasa
entre la pena y el delito, tanto es más fuerte y durable en el ánimo la asociación de
las ideas, delito y pena, de tal modo que funcionan el uno como causa la otra como
efecto consiguiente y necesario.
De esta manera pues, la brillante obra del noble milanés de Beccaria, se ha
dicho, tiene mérito de haber cerrado un capítulo del Derecho Penal, que podríamos
pensar fue el primero y que le han llamado “antiguo” y de abrir otro que los
especialistas han denominado “Edad de Oro del Derecho Penal”, a esto hay que
agregar que Eugenio Florián dio a Beccaria la gloria de haber elevado a la dignidad
de Ciencia al Derecho Penal, ya que hasta es época aún no podía hablarse de un
verdadero Derecho Penal Científico.

Etapa científica
Podemos decir que se inicia con la obra de César Bonnesana, el Marqués de
Beccaria, y subsiste hasta la crisis del Derecho Penal Clásico con el aparecimiento de
la Escuela Positivista. La labor de sistematización que realizaron Francesco Carrara y
los demás protagonistas de la Escuela Clásica, llevaron a considerar al Derecho Penal
como una disciplina única, general e independiente, cuyo objetivo era el estudio del
delito y de la pena desde el punto de vista estrictamente jurídico. Luego de la
Escuela Clásica aparece la Escuela Positiva del Derecho Penal, con ideas totalmente
opuestas, al extremo de que Enrico Ferri, consideró que el Derecho Penal debía
desaparecer totalmente como ciencia autónoma para convertirse en una rama de la
Sociología Criminal, auxiliándose, para su estudio, del método positivista o
experimental, contrapuesto al lógico abstracto de la Escuela Clásica. En este período
del Derecho Penal sufre una profunda transformación a causa de la irrupción de las
ciencias penales. Enrico Ferri estudia la etiología de la delincuencia y pone de
relieve el influjo de los factores individuales, antropológicos, físicos y sociales en los
que se condensa la etiología de la criminalidad; de esta manera se deja de
considerar el delito como una entidad jurídica, para convertirse en una
manifestación de la personalidad del delincuente; la pena deja de tener un fin

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puramente retributivo y se convierte en un medio de corrección social o de defensa


social.
Luego de esta etapa, Eugenio Cuello Calón, considera que surge el llamado
“Derecho Penal Autoritario” producto de la aparición de regímenes políticos
totalitarios, con rasgos netamente peculiares que por su espíritu y orientación
presentaba un vivo contraste con el Derecho Penal Liberal-Individualista
proveniente de las ideas del “siglo de las luces” y de la Revolución Francesa. Su
principal característica era proteger al Estado, por lo cual los delitos de tipo político,
que en regímenes democráticos tuvieron trato benévolo en grado sumo, fueron
considerados como infracciones de especial gravedad y castigados severamente.

Época moderna
Actualmente existe unidad de criterio en toda la doctrina en cuanto a que el
Derecho Penal es una ciencia eminentemente jurídica, para tratar los problemas
relativos al delito, al delincuente, a la pena y a las medidas de seguridad; mientras
que las ciencias penales o criminológicas, que tienen el mismo objeto de estudio, lo
deben hacer desde el punto de vista antropológico y sociológico. Es más, algunos
especialistas sostiene que el Derecho Penal debe circunscribirse con alguna
exclusividad a lo que se denomina “Dogmática Jurídica Penal” que consiste en la
reconstrucción del Derecho Penal vigente con base científica, alejándolo, incluso, de
las consideraciones filosóficas y críticas.

Clases de Derecho Penal


En la doctrina se ha discutido la autonomía de una serie de derechos penales de
tipo particular, que hasta la fecha no han logrado su independencia del Derecho
Penal común o material:
1. Derecho penal administrativo: Está compuesto por un conjunto de normas o
disposiciones administrativas, que bajo la amenaza de una sanción tratan de
garantizar el cumplimiento de un deber de los particulares frente a la
administración pública.

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2. Derecho penal disciplinario: Está compuesto por un conjunto de


disposiciones que bajo amenaza de una sanción, regulan el comportamiento
de los empleados de la administración pública en el desenvolvimiento de sus
funciones.2
3. Derecho penal fiscal o tributario: Está compuesto por un conjunto de
disposiciones que bajo amenaza de una pena (sanción), protege intereses
puramente fiscales, hacendarios o tributarios.

Relación del Derecho Penal con otras disciplinas jurídicas


1. Con el Derecho Constitucional: El Derecho Penal como cualquier institución
en un Estado de Derecho, debe tener su fundamento en la Constitución
Política, que señala generalmente las bases y establece las garantías a que
debe sujetarse el Derecho Penal y éste debe ajustar sus preceptos al marco
constitucional del Estado; en ese orden de ideas la abrogación, la derogación
y la creación de leyes penales, responde de alguna manera a la organización
y a la filosofía de un Estado en un momento determinado, plasmada en su
ley fundamental, tal es la Constitución de la República.
2. Con el Derecho Civil: Ambos tienden a regular las relaciones de los hombres
en la vida social y a proteger sus intereses, estableciendo sanciones para
asegurar su respeto. Las establecidas por el Derecho Civil son de carácter
reparatorio, aspiran a destruir el estado antijurídico creado, a anular los actos
antijurídicos y a repara los daños causados por estos actos. La sanción penal
es retributiva atendiendo a la magnitud del daño causado y a la peligrosidad
social del sujeto activo.
3. Con el Derecho Internacional: En la época contemporánea la facilidad de
comunicación entre los diferentes países y las crecientes relaciones
internacionales, son propicias para la comisión de delitos que revisten
características de tipo internacional, como la trata de personas, la falsificación

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El Derecho Penal Administrativo se distingue al Derecho Penal Disciplinario, por cuanto que este
último tiene como destinatario únicamente a los empleados de la administración pública, mientras
que el primero se refiere a los habitantes en general.

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de moneda, el terrorismo, etc., todo lo cual hace indispensable una


mancomunada acción de diversos Estados para la prevención y el castigo de
estos delitos, surgiendo así una legislación penal, creada por acuerdos y
tratados internacionales, cuyos preceptos son comunes en las distintas
legislaciones, dando paso a lo que se ha dado en llamar “Derecho Penal
Internacional”, que tiene estrecha relación con el Derecho Penal Interno de
cada país, en temas y problemas que le son propios como el conflicto de
leyes en el espacio, la extradición, la reincidencia internacional, el
reconocimiento de sentencias dictadas en el extranjero, etc.
4. Con la legislación comparada: Se refiere al estudio, análisis y comparación de
las legislaciones de diversos países que se ha convertido en un medio
importante para la reforma de la legislación penal de otros países,
adoptando aquellas leyes e instituciones que mayor éxito han alcanzado en la
lucha contra la criminalidad. Esto se debe al hecho de que hombres de
estudio nacidos en aquellas tierras viajan por el mundo, y después vueltos a
su patria, introducen las nuevas ideas (producto de la comparación de
legislaciones de distintos países), de modo que como observa Bernardino
Alimena, algunos pueblos comienzan la elaboración de su legislación en el
mismo punto al que otros llegaron.

Escuelas del Derecho Penal


La escuela del Derecho Penal son un conjunto de doctrinas y principios que a
través de un método, tienen por objeto investigar la filosofía del derecho de penar,
la legitimidad del Jus Puniendi, la naturaleza del delito y los fines de la pena.

Escuela Clásica del Derecho Penal


Es evidente, aún en nuestros días, que la obra de Beccaria suele ser el
antecedente inmediato más importante que impulsó a la corriente clásica del
Derecho Penal, esta corriente de pensamiento auténticamente jurídico-penal, se
inicia a principios del siglo XIX en la “Escuela de Juristas” como originalmente se

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denominó a la Escuela Clásica de nuestra ciencia, siendo sus más connotados


representantes: Giandoménico Romagnosi, Luigi Luchini, Enrico Pessina y Francesco
Carrara. Es sin duda la Escuela Clásica la que en aquella época subrayó el carácter
eminentemente científico de nuestra ciencia, cuya idea fundamental era la tutela
jurídica. Sin embargo, no se puede hablar de un Derecho Penal Clásico, sin exaltar
la personalidad de su más grande, prodigioso y genuino representante, cual fue el
maestro de la Real Universidad de Pisa: Francesco Carrara, a quien pueden
resumirse los más importantes logros de aquella escuela. Según lo explica el Doctor
Sebastián Soler, con la doctrina de Carrara alcanza el Derecho Penal un punto en el
cual ya no solamente el juez, sino el legislador mismo no puede apartarse sin
incurrir en tiranía, es decir, en la negación misma del Derecho. Con la construcción
de Carrara quedan separadas las esferas de responsabilidad tradicionalmente
confundidas por la religión, por la moral y por el Derecho; éste es talvez, el
significado histórico-político más importante de la obra Carrariana, pues si bien, el
movimiento de liberación del Derecho Penal comienza con la obra del Marqués de
Beccaria, la total construcción de un sistema completo no fue realizada sino por
Carrara, recogiendo la doctrina de las fuerzas del delito, enunciada por Carmignani,
su maestro inmediato, en quien faltó talvez, esa solidez de pensamiento y firmeza
de ideas que caracteriza la grandeza del discípulo. Lo decisivo para el acierto de la
construcción fue el hecho de que Carrara situara al delito en la esfera ontológica
correcta, como un ente jurídico, y no como un puro hecho natural. La circunstancia
de que se manejen como ideales los objetos jurídicos, reconociendo en ellos la
preexistencia e ceritas cualidades, independientemente del hecho de que ellas sean o
no, efectivamente pensadas por quien las considera, eleva el pensamiento
Carrariano al nivel de una ontología jurídica ideal, dotándola de las más
insospechadas conexiones con puntos de vista jurídicos modernísimamente
alcanzados por la aplicación del método fenómeno-lógico al estudio de los
conceptos jurídicos.
Para la Escuela Clásica y la doctrina Carrariana, el fundamento del Jus
Puniendi es la sola justicia. Se equivoca, dice: El que ve el origen del derecho de

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castigar en la sola necesidad de la defensa, desconociendo el primer origen de ella


en la justicia. Yerra, quien ve el fundamento del derecho de castigar tan sólo en el
principio de justicia, sin restringirlo a los límites de la necesidad de la defensa. De
ahí, pues, que tal fundamento debe buscarse en la justicia, pero restringido por la
necesidad de la defensa. La Ley Penal no puede entrar a considerar sino aquellos
hechos que se han realizado por un hombre, en violación de la ley, con plena
conciencia. Es decir, con pleno discernimiento, voluntad y libertad. Para que una
acción pueda por la autoridad social, ser legítimamente declarada imputable a su
autor como delito sin indispensablemente necesarios: que le sea imputable
moralmente, que pueda imputarse como acto reprochable; que sea dañosa a la
sociedad; y, precisamente que esté promulgada la ley que los prohíbe.

Postulados de la Escuela Clásica


1. Respecto al Derecho Penal: Se consideró como una ciencia jurídica que debía
estar incluida dentro de los límites que marca le ley, sin dejar nada al arbitrio
del juez, cuyo fundamento debía ser la justicia limitada a las necesidades de
defensa, buscando con ello la tutela jurídica, a través del estudio de tres
temas fundamentales: el delito, la pena y el juicio penal.
2. Respecto al Método: Consideraron que el método más apropiado para el
estudio de su construcción jurídica era el “Racionalista o Especulativo” del
cual se sirven las ciencias jurídico-sociales.
3. Respecto del Delito: Sostuvieron que no era un ente de hecho, sino un “Ente
Jurídico”, una infracción a la ley del Estado; considerando que al definir el
delito como un ente jurídico, quedaba establecido, de una vez para siempre,
el límite perpetuo de lo prohibido, distinguiéndolo, además, de lo que podía
ser una infracción a la ley moral o a la ley divina, que no son delito.
4. Respecto de la Pena: La consideraron como un mal, a través del cual, se
realiza la tutela jurídica, siendo la única consecuencia del delito.

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5. Respecto del Delincuente: No profundizaron en el estudio del delincuente,


más que como autor del delito, afirmando que la imputabilidad moral y el
libre albedrío son la base de su responsabilidad penal.

Escuela Positiva del Derecho Penal


A mediados del siglo XIX, cuando la corriente clásica del Derecho Penal,
consideraba haber alcanzado su más alto grado de perfeccionamiento, en relación a
la majestuosa construcción Jurídica Carrariana, que ya brillaba deslumbrantemente
por toda Europa, aparece en Italia una nueva corriente de pensamiento en la ciencia
del Derecho Penal, que apartándose radicalmente de los principios y postulados
clásicos hasta entonces aceptados, provocó una verdadera revolución en el campo
jurídico penal, minando su estructura desde los cimientos hasta su niveles más
elevados; tal es el surgimiento de la Escuela Positiva del Derecho Penal, que
atacando impetuosamente los más consagrados principios de la Escuela Clásica, creó
una profunda confusión en las ideas penales de esa época que no podemos más que
denominarle “la crisis del Derecho Penal Clásico”, por cuanto que hicieron caer a
nuestra ciencia en una desubicación que duró casi más de medio siglo.
La corriente positiva del Derecho Penal, representada por Cesare Lombroso,
Rafael Garófalo y Enrico Ferri, justificados por haber comprobado la inutilidad de
los principios clásicos para la reforma del delincuente, la ineficiencia de las penas
para contener la delincuencia, el aumento de la criminalidad, de la reincidencia y la
delincuencia infantil y advirtiendo el peligroso contraste entre los datos psiquiátricos
y “las teorías místicas de la imputabilidad moral del hombre”, plantearon una nueva
corriente conformada de investigaciones antropológicas, psiquicas, sociales y
estadísticas que apartaron a la disciplina penal del carácter especulativo que había
tenido en la corriente Clásica convirtiéndola en una disciplina experimental que
formaba parte de las ciencias naturales o fenómeno-lógicas.
Según explicaciones del profesor argentino Juan Ramos, la Escuela Positiva
del Derecho Penal evolucionó en tres etapas: La primera etapa “Antropológica”,
está representaba por Cesare Lombroso, y, dentro de ella, la preocupación

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dominante es el estudio del delincuente en sus particularidades anatómicas, o


morfológicas. Pero, en tal época se ignoraba al Derecho Penal, puesto que
Lombroso era Médico y sentía por el Derecho “el desapego habitual de quien no lo
entiende”.
La segunda etapa “Jurídica” está representada por Rafael Garófalo quien,
como jurista y magistrado, se preocupó de injertar en el Derecho las teorías
anatómicas lombrosianas. La tercera se preocupó de hacer notar la influencia del
medio social sobre el delincuente apartándose ya de la tesis del “Delincuente Nato”
creada por Lombroso.
El notable jurisconsulto y remembrado profesor de nuestra Carolingia, don
Rafael Cuevas del Cid, al analizar las bases generales del Derecho Penal en la Escuela
Positiva, explica que mientras la Escuela Clásica había excluido al delincuente de su
construcción sistemática, la Escuela Positiva lo colocó en primer lugar y estableció
respecto a él nuevas y revolucionarias teorías.
El Derecho Penal en esta nueva escuela no se asienta ya sobre la
responsabilidad moral, sino es predominantemente determinista y se asienta sobre la
responsabilidad social. Por otra parte, la razón de la existencia del Derecho Penal
ya no se busca en la tutela jurídica, sino en la defensa social indirecta. De acuerdo
con la responsabilidad social, el hombre es imputable, no porque sea un ser
conciente, inteligente y libre, sino sencillamente por la razón de que vive en
sociedad y ésta debe defenderse contra los que la atacan, sean éstos normales o
anormales.
El delito deja de ser un “ente jurídico” para convertirse en una realidad
humana constituida por toda acción contrapuesta a las exigencias de la seguridad
social.
El fin principal de las penas deja de ser el restablecimiento del derecho
violado y pasa a ser el de la prevención y, en esa virtud, las penas ya no son
determinadas y proporcionales al daño causado por el delito, sino más bien
indeterminadas y proporcionadas a la temibilidad del delincuente. La pena era la
sanción única que admitía el Derecho Penal Clásico; la Escuela Positiva cree haber

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comprobado la inutilidad el a pena, que no puede reformar al delincuente, y


propone una serie de medidas de seguridad que llevan por fin principal la reforma
del delincuente (o su curación), para devolver a la sociedad a un miembro no
peligroso.
La Escuela Clásica no dejaba librado absolutamente nada al arbitrio del
juzgador, por el contrario los positivistas dejan un amplio arbitrio al juez para que
pueda ajustar la pena a la personalidad del delincuente. Por otra parte, la pena
siendo indeterminada, cesará cuando así lo exija la conducta del delincuente, es
decir, cuando su reforma y su falta de peligrosidad sean evidentes.

Postulados de la Escuela Positivista


1. Respecto del Derecho Penal: Nuestra disciplina pierda autonomía, como
ciencia jurídica y es considerada como parte las ciencias fenomenalistas,
especialmente como una simple rama de la Sociología Criminal.
2. Respecto al Método: Para su construcción utilizaron el método de
“observación y experimentación”, propio de las ciencias naturales, al cual
denominaron “Método Positivo” y del que tomó su nombre la Escuela
Positiva del Derecho Penal.
3. Respecto al Delito: Se consideró al delito como un fenómeno natural o
social; definiéndolo como una lesión a aquella parte del sentimiento moral
que consiste en la violación de los sentimientos altruistas fundamentales, o
sea, la piedad y la probidad, en la medida en que estos sentimientos son
poseídos por una comunidad: o bien, el delito debe considerarse como
acción punible determinada por aquellas acciones encaminadas por móviles
individuales y antisociales que turban las condiciones de vida y contravienen
la moralidad media de un pueblo en un momento dado.
4. Respecto de la Pena: Consideraron que la pena era un medio de defensa
social, que se realizaba mediante la prevención general (amenaza de pena a
todos los ciudadanos) y la prevención especial (ampliación de dicha amenaza
al delincuente); sosteniendo que la pena no era la única consecuencia del

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delito, ya que debía aplicarse una serie de sanciones y medidas de seguridad,


de acuerdo con la personalidad del delincuente.
5. Respecto del Delincuente: Fue considerado un ser anormal, relegándolo de la
especie humana, por cuanto decían era un ser atávico3, con fondo epiléptico,
idéntico al loco moral y con caracteres anatómicos, psíquicos y funcionales
especiales, que delinque no solamente por sus características biopsíquicas sino
por las poderosas influencias del ambiente y de la sociedad, en tal sentido, el
hombre es responsable criminalmente por cualquier acto antijurídico
realizado, tan sólo por el hecho de vivir en sociedad, ya que la sociedad
tiene que defenderse de quienes la atacan.

Los antecedentes más cercanos a la evolución del Derecho Penal


Contemporáneo pueden encontrarse en las mismas contradicciones que sostuvieron
las corrientes anteriormente planteadas, toda vez que la lucha intelectual
encarnizada por las dos famosas escuelas de antaño, no sólo fue un estímulo para la
realización de nuevas concepciones en el campo jurídico-penal-criminológico, sino
que sirvió de base y punto de partida para lo que después se denominó Dogmática
y Técnica Jurídica del Derecho Penal por un lado, y la enciclopedia de las Ciencias
Penales o Criminológicas, por otro lado.
Es innegable que ambas escuelas aportaron grandes avances para nuestra
disciplina, como innegable es que cometieron grandes errores, así por ejemplo:
mientras la Escuela Clásica dio un carácter definitivamente científico al Derecho
Penal desde el punto de vista jurídico, hilando un sistema de acabada perfección
sobre la tesis del delito como “ente jurídico”, buscando siempre un criterio de
justicia absoluta, olvidó o no quiso recordar que el delito antes que una fría
creación legal, es un hecho del hombre, y postergó el estudio del delincuente. La
Escuela Positiva que reivindicó al delincuente exigiendo que se le estudiara más
profundamente y que se le tratara con medidas adecuadas a su personalidad,

3
Se aplica al comportamiento que imita o mantiene costumbres o formas de vida propias de otras
épocas. Que imita comportamientos antiguos.

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castigando al delito no en relación al daño causado, sino en relación a la


peligrosidad social del delincuente, creando las famosas medidas de seguridad para
la prevención del delito y la rehabilitación del delincuente, postergó el estudio del
Derecho anteponiendo el estudio de las ciencias naturales o criminológicas, negando
también la libertad moral del delincuente.

Escuelas Intermedias del Derecho Penal


Después de aquella etapa crítica por la que atravesó nuestra ciencia,
aparecieron nuevas corrientes que con el fin de conciliar los postulados de las dos
grandes escuelas, fueron tomando partido, situándose en puntos equidistantes entre
las corrientes en pugna, por tal razón se les ha denominado “Escuelas Intermedias
del Derecho Penal”, tal es el aso de la “Terza Scuola Italiana” representada por
Manuel Carnevale y Bernardino Alimena; la “Escuela de la Política Criminal” que
más tarde se convirtió en la “Escuela Sociológica Alemana” representada por Franz
Von Liszt; y la “Escuela Sociológica Francesa” representada por Alejandro Lacassegne
y Gabriel Tarde. Podemos citar también aquí a la “Escuela Correccionista” que no
se incluye entre las intermedias, pero que aparece al lado de ellas representada por
los alemanes Krause y Roedor, quienes la crearon, pero, sus postulados adquieren
precisión a través del preclaro profesor de Salamanca, Pedro Dorado Montero,
quien en su obra “El Derecho Protector de los Criminales”, asienta que el delito es
una concepción artificial que responde a los intereses perseguidos por el ordenador
del Derecho. Consideró que lo justo y lo injusto son creaciones humanas, y que no
existe ningún hecho que sea en sí mismo conveniente o inconveniente, lícito o
ilícito, moral o inmoral; no hay delito, como tampoco hay derecho, sino porque los
hombres lo hacen. En síntesis, Dorado Montero concibe el Derecho Penal como un
derecho protector de los delincuentes, desprovisto de sentido represivo y doloroso,
animado tan sólo de una finalidad tutelar y protectora.
Las llamadas Escuelas Intermedias, plantearon sus más importantes postulados
en forma ecléctica, retomando principios fundamentales, tanto de la Escuela Clásica
como de la Escuela Positiva del Derecho Penal, iniciando así una nueva etapa en el

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estudio de nuestra ciencia que podrían catalogarse como antecedentes del Derecho
Penal contemporáneo, que principia a perfilarse en los primeros años del siglo XX.

TENER PRESENTE LOS TEMAS: “EL POSITIVISMO JURÍDICO Y LA DIRECCIÓN


TÉCNICA JURÍDICA DEL DERECHO PENAL” (P. 54) Y “CRISIS DEL DERECHO
PENAL CONTEMPORÁNEO” (P. 59).

Fuentes del Derecho Penal


Se denomina “fuente” desde el punto de vista amplio, al manantial natural de
donde brota algo; y desde el punto de vista estrictamente jurídico, nos referimos en
sentido figurado al lugar donde se origina, de donde emana, donde se produce el
Derecho; y en este caso, el Derecho Penal.

1. Fuentes reales o materiales (substanciales)


Tienen su fundamento en la realidad social de los hombres y por ende de los
pueblos, son las expresiones humanas, los hechos naturales o los actos sociales que
determina el contenido de las normas jurídico-penales, es decir, son las expresiones
y manifestaciones socio-naturales previas a la formalización de una ley penal.

2. Fuentes formales
Se refiere al proceso de creación jurídica de las normas penales y a los órganos
donde se realiza el mencionado proceso legislativo que de acuerdo a la
organización política del Estado de Guatemala, corresponde al Congreso de la
República básicamente, con participación del Poder Ejecutivo, que en última
instancia ordena su publicación.

3. Fuentes directas
Son aquellas que por sí mismas tienen la virtud suficiente para crear normas jurídicas
con carácter obligatorio, son aquellas de donde emana directamente el Derecho
Penal. La ley es la única fuente directa del Derecho Penal, por cuanto que sólo ésta

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puede tener el privilegio y al virtud necesaria para crear figuras delictivas y las penas
o medidas de seguridad correspondientes. Las fuentes directas suelen dividirse en
fuentes de producción y fuentes de cognición del Derecho Penal.

a. Fuentes directas de producción: Son las integradas por la autoridad


que declara el derecho, a través del Organismo Legislativo,
representado por el Congreso de la República que es el lugar donde se
producen las leyes.
b. Fuentes directas de cognición: Son las manifestaciones de la voluntad
estatal, la expresión de la voluntad del legislador, la forma que el
Derecho Objetivo asume en la vida social, es decir, la fuente de
conocimiento que es precisamente el Código Penal y las leyes penales
especiales. La única fuente directa del Derecho Penal es la ley.

4. Fuentes indirectas
Son aquellas que sólo en forma indirecta pueden coadyuvar en la proyección de
nuevas normas jurídico penales, e incluso pueden ser útiles tanto en la
interpretación como en la sanción de la Ley Penal, pero no pueden ser fuente de
Derecho Penal, ya que por sí solas carecen de eficacia para obligar, entre ellas
tenemos: La costumbre, la jurisprudencia, la doctrina y los principios generales del
derecho.
a. La costumbre: Como fuente del Derecho General, no es más que un
conjunto de normas jurídicas, no escritas, impuestos por el uso.
Actualmente aceptar la costumbre como fuente de derecho punitivo,
sería entrar en franca contradicción con el principio de legalidad y de
exclusión de analogía.
b. La jurisprudencia: Que consiste en la reiteración de fallos de los
tribunales en un mismo sentido. La jurisprudencia es de mucha
importancia para interpretar las leyes penales y también para el

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nacimiento de un nuevo derecho, pero no es fuente independiente, ni


productora de Derecho Penal.
c. La doctrina: Es el denominado “derecho científico” y consiste en el
conjunto de teoría, opiniones y aún especulaciones que realizan en
una materia o acerca de un punto los juspenalistas, los doctos, los
especialistas en Derecho Penal.
d. Los principios generales del derecho: Que son los valores máximos a
que aspiran las ciencias jurídicas –la justicia, la equidad y el bien
común –, tienen primordial importancia en la interpretación y
aplicación de la ley penal, pero no pueden ser fuente directa del
Derecho Penal, sencillamente porque para tratar de alcanzarlos deben
cristalizarse en la misma ley penal del Estado.

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ENCICLOPEDIA DE LAS CIENCIAS PENALES

Conjunto de ciencias que se consagran al estudio del delito, del delincuente,


de las penas y las medidas de seguridad, desde distintos puntos de vista, en forma
multidisciplinaria.

Enciclopedia de las Ciencias Penales de Luís Jiménez de Asúa

a) Filosofía del Derecho e Historia, que comprende


1. Filosofía del Derecho Penal
2. Historia del Derecho Penal
3. Legislación Penal Comparad

b) Ciencias Causal-Explicativas (que llama Criminología), y comprende


1. Antropología Criminal
2. Biología Criminal
3. Psicología Criminal (que incluye el psicoanálisis criminal)
4. Sociología Criminal
5. Penalogía

c) Ciencias Jurídico-Represivas que comprenden:


1. Derecho Penal (Dogmática Jurídica)
2. Derecho Procesal Penal
3. Derecho Penitenciario
4. Política Criminal

d) Ciencias de la Pesquisa
1. Criminalística
2. Policía Científica o Judicial

e) Ciencias Auxiliares, que comprende:


1. Estadística Criminal
2. Medicina Forense o Legal
3. Psiquiatría Forense

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Filosofía del Derecho Penal:


Es una rama de la Filosofía del Derecho, que se ocupa del estudio de las
cuestiones penales desde el punto de vista filosófico, conectando las normas penales
con el orden universal, indicando en qué medida el fenómeno de la pena y el delito
tiene carácter universal, buscando su legitimación sobre la base de la naturaleza y de
los fines del Estado y del valor moral y legal de la personalidad del individuo.

Historia del Derecho Penal:


Es una rama de la Historia del Derecho, que se ocupa del estudio de la
evolución en el tiempo de las ideas e instituciones penales y sus resultados prácticos
ayudando a evitar abstracciones alejadas de la realidad social concreta de la cual –
según Grispigni– “El Derecho nace y toma vida”.

La legislación penal comparada:


Es una rama de la legislación comparada en general, consiste en un método
encaminado, entre otras cosas, a mejorar la propia legislación (con ideas e
instituciones importadas de otras legislaciones), y busca la uniformidad del
ordenamiento jurídico en la medida de lo posible entre los distintos países del
mundo.

Antropología Criminal:
Filippo Grispigni considera que la Antropología Criminal es la ciencia que
estudia los caracteres fisiopsíquicos del hombre delincuente, y, sobre la base de
éstos, juntamente con las influencias del ambiente y de las circunstancias, apunta a
explicar la génesis de los hechos criminosos particulares y añada que, así como la
antropología general es el estudio del hombre en su unidad de espíritu y cuerpo, así,
también la Antropología Criminal estudia ambos aspectos de la personalidad del
delincuente en sus relaciones recíprocas.

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La Psicología Criminal:
La Psicología Criminal se ocupa del estudio del delito como un acto en el
estado normal del hombre entro de las regularidades de su vida psíquica, dejando el
estudio de lo anormal y de los anormales para el campo de la Psiquiatría.

Sociología Criminal
Fue creada por el Sociólogo Enrico Ferri durante la época de la Escuela
Positiva del Derecho Penal, a pesar de que Rousseau ya había hablado del factor
social sobre el crimen, y se ocupa del estudio del delito, la pena y la criminalidad
como un fenómeno puramente social. En principio Ferri planteó la desaparición del
Derecho Penal como una ciencia autónoma y propuso pasara a ser una rama de la
denominada “Sociología Criminal”; sin embargo eso no llegó a suceder; y
actualmente el Derecho Penal es una ciencia eminentemente normativa, mientras la
Sociología Criminal es una ciencia eminentemente causal-explicativa, que tienen el
mismo objeto de estudio desde distintos puntos de vista.

La Penología:
Se ha discutido largamente la independencia de esta disciplina del Derecho
Penal; uno de los más decididos defensores fue Cuello Calón, para quien la
Penología se ocupa del estudio de las penas y las medidas de seguridad, así como de
las instituciones poscarcelarias. Hay quienes hablan de Penología, como sinónimo
de Derecho Penitenciario o Derecho de Ejecución Penal, por cuanto que su objeto
de estudio es el mismo, todo régimen de la aplicación de las penas y medidas de
seguridad, empero, la diferencia radica en que el Derecho Penitenciario es una
ciencia jurídica y la Penología es causal-explicativa o naturalista.

El Derecho Penitenciario:
Es una ciencia jurídica compuesta por un conjunto de normas que tienden a
regular la aplicación de las penas y medidas de seguridad y velar por la vida del reo
dentro y muchas veces fuera de la prisión.

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El Derecho Penal:
Es una ciencia eminentemente jurídica, que regula el deber ser de las personas
en la sociedad, y cuando se reduce al campo de la Dogmática Jurídica Penal, no es
más que la reconstrucción del Derecho Vigente con base científica, desprovisto de su
aspecto filosófico, histórico, crítico, etc.

La Política Criminal:
Basada en la Antropología Criminal, en la Sociología Criminal y en la Ciencia
Penitenciaria, la Política Criminal se encamina hacia su fin, que es la lucha y
prevención consciente contra el delito; ella debe ser la maestra y la guía del
legislador en la lucha contra el delito.

La Criminalística:
Es una disciplina esencialmente práctica, cuya finalidad, es obtener una mayor
eficiencia en el descubrimiento de delincuente y en la investigación del delito.

Estadística Criminal:
Que es un método para las investigaciones sociológico-criminales, y sirve para
revelar la influencia de los factores externos, físicos y sociales, sobre el aumento o
disminución de la delincuencia.

La Medicina Legal o Forense:


Es la disciplina que nos permite utilizar los conocimientos de las Ciencias Médicas
en la solución de algunos problemas del Derecho Penal. Comprende:
 Tanatología Forense: Que estudia las causas que produjeron la muerte de
una persona.
 Traumatología Forense: Que estudia las diferentes lesiones que existen.
 Toxicología Forense: Que se ocupa del estudio de las lesiones o muertes
producidas por envenenamientos.

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 Sexología Forense: Que estudia los aspectos médicos relacionados con los
delitos de tipo sexual, además del aborto y el infanticidio.

La Psiquiatría Forense
Como auxiliar del Derecho Penal, al igual que la Psicología Forense, tiene por
objeto establecer el estado de salud mental del procesado o reo.

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LA CRIMINOLOGÍA COMO CIENCIA

Etimológicamente “criminología” se deriva del latín “criminis” que significa


crimen; y, del griego “logos” que significa tratado, por lo que podríamos decir
“tratado del crimen”. Se atribuye al antropólogo francés Pablo Topinard, haber
sido el primero en utilizar el término criminología, sin embargo, quien acuñó el
término para que llegara a ser verdaderamente internacional y aceptado por todos
fue el jurista italiano Rafael Garófalo, quien junto con sus compatriotas Cesare
Lombroso (Antropología Criminal) y Enrico Ferri (Sociología Criminal), pueden
considerarse los tres grandes que fundan la “Criminología”. No es pues la
criminología el estudio de los criminales tomando como criminal al asesino, sino
que es el estudio de los criminales, tomando como tales a todos aquellos que
comenten alguna conducta antisocial.

Concepto y fines de la Criminología


Esta ciencia sintética, se propone, hoy como ayer, la disminución de la
criminalidad, y en el terreno teórico que debe permitir llegar a este fin práctico,
propone el estudio completo del criminal y del crimen, considerado este último
como un hecho natural y social. El método utilizado por la Criminología es el de
observación y de experimentación empleado en el marco de una verdadera clínica
social4.

Criminología y Derecho Penal en el esquema de las Ciencias Criminológicas


Autor y víctima son la realidad que encara el derecho penal, realidad ante la
cual se presenta como solución, la norma penal. El Derecho Penal ofrece la
descripción de lo que es un hurto, un robo, una violación. Posteriormente ofrece
para ellos, y para los otros actores, papeles normativos, como denunciantes, o
como testigos. Sin embargo, el penalista no se acerca al conocimiento de la
personalidad del ladrón, de la víctima del hurto, de la mujer violada.

4
UNESCO, Las Ciencias Sociales en al Enseñanza Superior, “Criminología”: 13.

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El ámbito de la realidad del derecho penal, es mayor que el simple


conocimiento normativo. El fenómeno criminal necesita de otras disciplinas que,
más allá del saber normativo, expliquen, critiquen y formulen propuestas desde
otros ángulos del saber humano, para su detección. Es necesario pues, que a la par
de ese fragmentado, que es el saber normativo, se utilice el saber empírico sobre los
actores del hecho criminal.
Los primeros estudios sobre autor del delito, son los ue en general se conocen
como criminología. Lombroso en L-Umo delincuente, realizó los estudios a partir
de los cuales, en la actualidad se condensa ya una disciplina, que hace aparecer las
referencias al delincuente nato, como una mera anécdota. El error según los
expertos, de las teorías biológicas del delito, es querer hacer de sus descubrimientos
un sistema en vez de tomarlos como lo que realmente son, un elemento parcial
dentro del amplio sistema explicativo de la criminalidad.
Las teorías contemporáneas que tienen mejores perspectivas son las que
localizan la aparición y desarrollo de la conducta delictiva en factores que actúan en
una zona intermedia entre lo individual y lo social. Para éstas, denominadas en
general, de la socialización deficiente, la conducta criminal es aprendida en el
proceso de socialización. Las instituciones sociales que pueden sembrar
tempranamente el germen de la desviación delictiva son la familia, la escuela (o su
falta), compañías, vecindario, entorno laboral, etc.

Teoría de la socialización deficiente


Hay gran cantidad de teorías y subteorías dentro de la concepción de la
socialización deficiente, por ejemplo las siguientes:
1. Los broken home, de los glueck, referente a la mutación práctica de la
delincuencia juvenil: La crítica indica que esta teoría opera desde un punto de
vista limitado. Sin embargo su aporte para la Criminología ha de
considerarse desde el punto de vista de que la delincuencia no puede seguir
viéndose como resultado de hechos y procesos en el interior de un individuo

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desviado, sino como resultado de interacción de influencias recíprocas entre


los hombres.
2. Teoría de los contactos diferenciales: En términos muy concretos esta teoría,
expresa que la oportunidad para que la persona se convierta en delincuente
depende del modo, la intensidad y duración de los contactos del individuo
con otras personas. Lleva a la conclusión que la conducta delictiva es
aprendida. Podemos decir, que son producto de las teorías de la
socialización las medidas consideradas como verdadera palanca de
transformación de la política criminal, como asistencia educativa voluntaria,
imposición de reglas de conducta en los supuestos de suspensión a prueba,
probation, asistencia a inmigrantes, etc.
3. Teoría de la estructura social defectuosa: Fundamenta las condiciones de
desviación del autor en las deficiencias socioestructurales. Indica que la
estructura social actúa o favoreciendo reteniendo la realización de las
expectativas culturales. Cuando la estructura cultural y la social están mal
acompasadas, cuando la primera exige comportamiento y actitudes que la
segunda impide se produce una tendencia a la ruptura a la carencia de
normas concluye en que el sujeto no se convierte en delincuente en tanto
que participe activo en procesos de interacción social sino producto o víctima
de la estructura sociocultural.
4. Teorías que critica n el modo tradicional de la investigación criminal:
a. Labelling approach: La criminalidad es una etiqueta que se aplica por
la policía, los fiscales y los tribunales penales, es decir, por las
instancias formales de control social.
b. La Criminología crítica: Constituye esta criminología, el trabajo que se
está haciendo para la construcción de una teoría materialista, es decir,
económico política, de la desviación, de los comportamientos
socialmente negativos y de la criminalización. Han sido dos las vías
que han llevado a los umbrales de la Criminología Crítica:

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i. El desplazamiento del enfoque teórico del autor a las


condiciones objetivas, estructurales y funcionales que se hallan
en el origen de los fenómenos de la desviación.
ii. El desplazamiento del interés cognoscitivo desde las causas de
la desviación criminal hasta los mecanismos sociales e
institucionales mediante los cuales se crean y aplican
definiciones de desviación y de criminalidad y se realizan
procesos de criminalización. Llega a su punto culminante en la
actualidad, en que se transforma cada vez más en una Crítica
del Derecho Penal.
5. La victimología: Esta teoría criminológica sobre la víctima del delito ha
venido elaborándose a partir de la Segunda Guerra Mundial. Los estudios se
han desarrollado paralelamente en cuanto a las teorías relativas al
delincuente y a su amplia temática se refiere especialmente a las siguientes
cuestiones: aptitud y propensión de los sujetos para convertirse en víctima
del delito, relaciones entre delincuente y víctima, daños y su reparación,
profilaxis5 criminal por parte de la víctima, influencias sociales en el proceso
de victimización específicos de víctimas, etc.

5
Prevención.

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LA LEY PENAL
La facultad de castigar que corresponde con exclusividad al Estado ( Jus
Puniendi), se manifiesta para la aplicación a través de un conjunto de normas
jurídico-penales (Jus Poenale), que tienden a regular la conducta humana en una
sociedad jurídicamente organizada; ese conjunto de normas penales que tienen un
doble contenido: la descripción de una conducta antijurídica (delictiva) y, la
descripción de las consecuencias penales (penas y/o medidas de seguridad),
constituyen lo que denominamos la ley penal del Estado, y decimos del Estado,
porque la ley penal es patrimonio únicamente del poder público representado por
el Estado (como ente soberano), y a diferencia de otros derechos, sólo el Estado
produce Derecho Penal.
En nuestro país, la ley del Estado se manifiesta ordinariamente en el Código
Penal (Decreto 17-73 del Congreso de la República), y en otras leyes penales de tipo
especial.

El principio de legalidad
El principio de legalidad en materia penal, ha sufrido a lo largo del tiempo
transformaciones que caracteriza la más sólida garantía conferida a la libertad
individual dentro de un Estado de régimen democrático. Este principio está
expresamente proclamado en el Artículo 17 de la Constitución (No son punibles las
acciones u omisiones que no estén calificadas como delito o falta y penadas por ley
anterior a su perpetración).
Su primer sentido: nullum crimen nulla poema sine lege, deriva en el nullum
crimen nulla poema sine lege previa. En esta idea, ya se reconocen las ideas
garantistas del principio de retroactividad de la ley penal incriminadota y del de
retroactividad de la ley penal más benigna, siendo ambos fases, cuando no efectos
del principio de legalidad.
Con el desdoblamiento hacia el nullum crimen nulla poena sine lege stricta se
descarta la elección consuetudinaria de comportamientos penales típicos. No tardó
en asomar un tercer principio: nullum crimen nulla poena sine lege stricta, que

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prohibe el empleo de la analogía para crear figuras delictivas o justificar,


fundamentar o agravar las penas.
Más recientemente se ha desenvuelto por la doctrina la prohibición de
incriminaciones nuevas e indeterminadas a través del principio nullum crimen nula
poena sine lege certa o principio de taxatividad.
Con la actuación del principio de legalidad se busca impedir la actuación del
Estado de forma absoluta y arbitraria, reservándose al individuo una esfera de
defensa de su libertad cuya garantía inicial da la ley.

Principio de legalidad penal


El principio de legalidad penal se presenta en la doctrina con distintas
denominaciones, pero desde luego, de semejante contenido. En términos muy
generales el principio se refiere a la previsión legal de toda conducta humana que
pretenda ser incriminada, y a esto en puridad se le llama principio de legalidad. Sin
embargo, hay otros que prefieren adjetivarlo como forma de reafirmación de las
prohibiciones extensivas, y hablan de principio de estricta legalidad. Tal expresión
adjetivada puede servir para ocultar la idea de que la estricta observancia de la ley
se halla limitada a lo que defina la incriminación a la que corresponda una pena, ni
generando efectos sobre los llamados tipos permisivos, que admiten analogía u otras
formas de interpretación.

Definición de la Ley Penal


 Es aquella disposición por virtud de la cual el Estado crea Derecho con
carácter de generalidad, estableciendo las penas correspondientes a los
delitos que define6.
 Conjunto de normas jurídicas que definen los delitos y las faltas, determinan
las responsabilidades o las exenciones y establecen las penas o medidas de
seguridad, que corresponden a las figuras delictivas7.

6 Puig Peña, 1959: volumen I, 139.


7 Palacios Motta, 1980: 99.

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Características de la Ley Penal


 Generalidad, obligatoriedad e igualdad: Se refiere a que la ley penal se dirige
a todas las personas (naturales o jurídicas), que habitan un país, y por
supuesto todos tienen la obligación de acatarla; la ley penal entonces, resulta
ser “general y oblgatoria” para todos los individuos dentro del territorio de
la república, sin discriminación de raza, color, sexo, religión, nacimiento,
posición económica, social o política; y esto nos lleva a la “igualdad” de
todas las personas frente a la ley penal, con excepción de manera “parcial”
de las personas que por disposición de la ley y razón del cargo que
desempeñan gozan de ciertos privilegios como la inmunidad y el antejuicio.
 Exclusividad de la Ley Penal: Se refiere a la exclusividad de la ley en la
creación de Derecho Penal, ya que de acuerdo con el principio de legalidad,
de defensa o de reserva, que contiene el artículo 1º del Código Penal “nadie
podrá ser penado por hechos que no estén expresamente calificados como
delitos o faltas, por ley anterior a su perpetración; ni se impondrán otras
penas que no sean las previamente establecidas en la ley”. La exclusividad se
deriva del origen de la ley y de que solo ella puede definir los delitos. En
cuanto al origen el artículo 157 de la Constitución establece que “la potestad
legislativa corresponde al Congreso de la República, compuesto por
diputados electos directamente por el pueblo en sufragio universal y
secreto…” Es decir, que sólo la ley penal puede crear delitos y establecer las
penas y medidas de seguridad para los mismos.
 Permanencia e ineludibilidad de la Ley Penal: Se refiere a que la ley penal
permanece en el tiempo y en el espacio hasta que otra ley la abrogue8 o la
derogue9, y mientras ésta permanezca debe ser ineludible para todos los que
habitan el territorio nacional, salvo las limitaciones de inmunidad y antejuicio
a que nos referimos anteriormente.

8 Abrogar: Abolición total de una ley.


9 Derogar: Abolición parcial de una ley.

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 Imperatividad de la Ley Penal: Se refiere a que las normas penales, a


contrario sensu de otro tipo de normas, contienen generalmente
prohibiciones o mandatos que todos deben cumplir, no deja librado nada a
la voluntad de las personas, manda hacer o prohíbe hacer, sin contar con la
anuencia de la persona que sólo debe acatarla, y en caso contrario, la
amenaza con la imposición de una pena.
 Es sancionadora: A pesar de que actualmente se habla de un Derecho Penal
preventivo, reeducador, reformador y rehabilitador, lo que realmente
distingue a la norma penal es la “sanción” que bien puede ser una pena o
una medida de seguridad, en ese sentido se dice que la ley penal es siempre
sancionadora.
 Es constitucional: Se refiere a que indiscutiblemente, la ley penal no sólo
debe tener su fundamento en la Ley Suprema que es la Constitución de la
República, sino debe responder a sus postulados y lineamientos políticos.

Formas de la Ley Penal


Cuando nos referimos a las formas de Ley Penal, tomamos como base el
órgano u organismos del cual tomó vida, en ese sentido, hablamos de ley penal
formal y ley penal material.
 Ley penal formal: Es todo precepto jurídico-penal que nace del organismo (o
sistema político) técnicamente facultado para crearla, que en nuestro país es
el Congreso de la República, tal es el caso del Código Penal.
 Ley penal material: Es toda disposición o precepto de carácter general
acompañado de una sanción punitiva, que precisamente no ha emanado del
órgano constitucionalmente establecido para crearla, tal es el caso de los
“Decretos-Leyes”. También se llaman así las leyes que teniendo contenido
penal, no se encuentran en el código penal.

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Especies de la Ley Penal


Cuando nos referimos a las “especies” de ley penal, partimos de que en un
sistema jurídico como el nuestro, aparte del Código Penal que es nuestra ley penal
ordinaria, existen otros cuerpos legales que indudablemente se han convertido en
especies de ley penal.
 Leyes penales especiales: Es el conjunto de normas jurídico penales que no
estando contenidas precisamente en el Código Penal, regulan la conducta de
personas pertenecientes a cierto fuero, o tutelan bienes o valores jurídicos
específicos, convirtiéndose en Leyes Penales especiales, tal es el caso del
Código Penal Militar, la Ley de Contrabando y Defraudación Aduaneras, etc.
 Convenios internacionales: Son acuerdos o tratados que se llevan a cabo
entre distintos países, que contienen normas de tipo jurídico-penal, y que se
convierten en leyes obligatorias para los habitantes de un país, cuando una
ley interna los convierte en legislación del Estado, por ser países signatarios o
suscriptores del mismo, tal es el caso del Código de Bustamante, el Pacto de
San José.
 Los decretos leyes: Son disposiciones jurídicas que emanan con carácter de
leyes del Organismo Ejecutivo, cuando por cualquier razón no se encuentra
reunido o no existe el Congreso de la República. Estos decretos leyes nacen
regularmente en un estado de emergencia o en un gobierno de facto.

Leyes Penales en Blanco o Abiertas


Su nominativo se atribuye al tratadista alemán Kart Binding; y son
disposiciones penales cuyo precepto es incompleto y variable en cuanto a su
contenido, y no así en cuanto a la sanción que está bien determinada; es decir, que
son leyes penales en blanco o abiertas aquellas en que aparece en el Código Penal
bien señalada la pena, empero la descripción de la figura delictiva debe buscarse en
una ley distinta o reglamento de autoridad competente, a los que queda remitida la
ley penal. Ejemplo: Artículos 305, 311, 426, 427 del Código Penal.

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Es importante advertir que las leyes penales en blanco o abiertas son


estrictamente distintas a las que se denominan Leyes Penales Incompletas porque
éstas no dependen precisamente el auxilio de otra ley o reglamento, sino más bien
de una interpretación extensiva (sin caer en la analogía) ya que en su conformación
son deficientes y muy poco limitadas, no expresan todo lo que el legislador
realmente quiso decir. Por otro lado, tanto las leyes penales en blanco y las leyes
penales incompletas son esencialmente diferentes con las denominaciones Lagunas
Legales por cuanto que en estas últimas existe carencia absoluta de regulación legal,
es decir, no existe ninguna norma legal que regule determinado tipo de conducta,
entonces decimos que estamos frente a una laguna legal.

Exégesis o Interpretación de la Ley Penal


La exégesis de la ley penal es un proceso mental que tiene como objeto,
descubrir el verdadero pensamiento del legislador, o bien explicar el verdadero
sentido de una disposición legal.

Clases de interpretación de la ley penal

1. Desde el punto de vista del intérprete


a. Interpretación auténtica: Es la que hace el propio legislador, en forma
simultánea o posteriormente a la creación de la ley; es simultánea la
que hace en la propia ley, ya sea en la exposición de motivos o en el
propio cuerpo legal. Tiene la particularidad de que es obligatoria para
todos. Ej.: Art. 27 incisos 2, 3, 14, 23 y 24.
b. Interpretación doctrinaria: Es la que hacen los juspenalistas, los doctos,
los expertos. Los especialistas en Derecho Penal, en sus tratados
científicos, o dictámenes científicos o técnicos que emiten. Tienen la
particularidad de que no obliga a nadie a acatarla, pero es importante
porque los penalistas que conocen y manejan la dogmática jurídica
mantienen entrelazada la doctrina con la ley.

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c. Interpretación judicial o usual: Es la que hace diariamente el juez al


aplicar la ley a un caso concreto. Esta interpretación corresponde con
exclusividad a los órganos jurisdiccionales y la ejercitan
constantemente al juzgar cada caso por cuanto resulta ser obligatoria
por lo menos para las partes.

2. Desde el punto de vista de los medios para realizarla


a. Interpretación gramatical: Es la que se hace analizando el verdadero
sentido de las palabras en sus acepciones común y técnica, de acuerdo
a su uso y al diccionario de la Real Academia Española.
b. Interpretación lógica o teleológica: Excede el marco de lo puramente
gramatical, constituye una interpretación más intima y profunda que
sobrepasa la letra del texto de la ley para llegar a través de idversos
procedimientos teleológicos, racionales, sistemáticos, históricos,
político-sociales, etc., al conocimiento de la ratio legis (razón legal),
para la cual fue creada la ley, es decir, el fin que la ley se propone
alcanzar, lo cual es tarea del juzgador. La interpretación tiene carácter
teleológico, no porque el interprete se proponga fines al aplicar la ley,
sino porque trata de conocer y realizar los fines que la ley contiene,
que son valores objetivos.

3. Desde el punto de vista del resultado


a. Interpretación declarativa: Se dice que la interpretación es declarativa,
cuando no se advierte discrepancia de fondo ni forma entre la letra de
la ley y su propio espíritu; de tal manera que la tarea de intérprete
aquí, es encontrar plena identificación y absoluto acuerdo entre la
letra de la ley y el espíritu para la cual fue creada. Debe concordar la
interpretación gramatical con la interpretación lógica.
b. Interpretación restrictiva: Se da cuando el texto legal dice mucho más
de lo que el legislador realmente quiso decir; con el fin de buscar

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verdadero espíritu de la ley, ha de interpretarse restrictivamente,


limitando o restringiendo el alcance de las palabras de modo que el
texto legal se adecue a los límites que su espíritu exige. (Art. 14 párrafo
2 del CPP)
c. Interpretación extensiva: Se da cuando el texto legal dice mucho
menos de lo que el legislador realmente quiso decir; con el fin de
buscar el verdadero espíritu de la ley, ha de interpretarse
extensivamente, dando al texto legal un significado más amplio
(extenso) que el estrictamente gramatical.
d. Interpretación progresiva: Se da cuando se hace necesario establecer
una relación lógica e identificar el espíritu de la ley del pasado con las
necesidades y concepciones presentes, de tal manera que sea posible
acoger al seno de la ley información proporcionada por el progreso
del tiempo, (esto mientras no sea necesario reformar, derogar o
abrogar la ley) ya que la “ratio” de la ley siempre debe actualizarse.

La Analogía y la Interpretación Analógica


La analogía es la semejanza entre cosas e ideas distintas, cuya aplicación se
admite en algunas ramas del Derecho (civil, mercantil, administrativo) para resolver
un caso no previsto por la ley, mediante otro que siendo análogo o similar si está
previsto. Para que exista analogía se requiere entonces de una “laguna legal”, es
decir, de un caso que no esté previsto en la ley penal como delito o falta; y luego
que exista otro que si estando previsto, sea similar o análogo al no previsto y se
pretenda juzgarlo de la misma manera, tratando de integrar (no interpretar) la ley
penal.
En Guatemala, el artículo 7º del Código Penal establece: “Exclusión de
Analogía. Por analogía, los jueces no podrán crear figuras delictivas ni aplicar
sanciones.” Tiene como fundamento el principio de legalidad del artículo 1º, de tal
manera que usar la analogía como un recurso para integrar la ley penal frente a un
laguna legal (caso atípico), es absolutamente prohibido porque vulnera el principio

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de defensa o de reserva que es la base de nuestro ordenamiento jurídico penal10. A


pesar de ello, aceptamos comprensiblemente que la doctrina y la jurisprudencia se
muestren favorables a la aceptación de la analogía en el campo de las eximentes y
atenuantes de la responsabilidad penal y en las causas que extinguen el delito o la
pena, por cuanto se trata de normas que no afectan las garantías jurídico penales de
la persona (analogía Ad Bonam Partem).
En cuanto a la interpretación analógica, ésta es permitida como un recurso
interpretativo, que consiste en una interpretación extensiva de la ley penal cuando
buscando el espíritu de la misma encontramos que el legislador se quedó muy corto
en la exposición del precepto legal.
En ese orden de ideas existe una sustancial diferencia entre la “analogía” y la
“interpretación analógica”. En la analogía existe ausencia absoluta de una
disposición legal que regule el caso concreto, mientras que en la interpretación
analógica si existe un precepto legal que regula el caso pero de manera restringid, lo
cual se desprende de su espíritu, por lo que debe interpretase extensivamente sin
caer en la analogía. La analogía por sí sola pretende integrar la ley penal cuando no
existe regulación penal para el caso concreto; lo cual es prohibido; mientras que la
interpretación analógica pretende interpretar la ley penal cuando el caso está
previsto, lo cual es permitido.

Concurso Aparente de leyes o Normas Penales


Hay concurso aparente de leyes o normas penales, cuando una misma conducta
delictiva cae o está comprendida por dos o más preceptos legales que la regulan,
pero un precepto excluye a los otros en su aplicación al caso concreto. De aquí se
deducen los dos supuestos para que exista el aparente concurso de normas:
a) Que una misma acción sea regulada o caiga bajo esfera de influencia de dos o
más preceptos legales; y

10
Se dice históricamente que la analogía fue admitida en el Derecho Penal Antiguo, principalmente
en el Romano y Canónico; actualmente todavía es admitida en legislaciones penales como las de
Rusia, Dinamarca, Rumania, Albania, China Popular, Corea del Norte y Hungría.

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b) Que uno de estos preceptos excluya la aplicación de los otros al aplicarlo al


caso concreto.

Principios doctrinarios para resolver el conflicto


1. Principio de alternatividad: Filippo Grispigni, ha hecho la crítica más seria al
principio de alternatividad y niega la existencia de los casos alternativos de
leyes penales. Grispigni dice que sólo existe aparente concurso de
disposiciones penales respecto a un hecho único y que tal concurso se da:
“Cuando dos o más disposicones de un ordenamiento jurídico vigente en el
mismo tiempo y en el mismo lugar se presenta prima facie11 como igualmente
aplicables a un mismo hecho, pero siendo de tal naturaleza que la aplicación
de una excluye la aplicación de la otra”. En nuestra legislación es posible
encontrar la aplicación de este principio en el artículo 69 del Código Penal
en la parte que se refiere: “Se le impondrán todas las penas correspondientes
a las infracciones que haya cometido a fin de que las cumpla sucesivamente,
principiando por las más graves”.
2. Principio de especialidad (Lex Specialis Derogat Legi Generali): En caso de
que una misma materia sea regulada por dos leyes o disposiciones, una
general y otra especial; la especial debe aplicarse al caso concreto. Ej.: El
delito de monopolio (Art. 341 inciso 1º del Código Penal) y la Ley de
Protección al Consumidor.
3. Principio de subsidiaridad (Lex Primarie, Derogat Legi Subsidiarie): Una ley o
disposición es subsidiaria de otra, cuando ésta excluye la aplicación de
aquella. Tiene aplicación preferente la ley principal; tanto la ley principal
como la subsidiaria describen estadios o grados diversos de violación del
mismo bien jurídico, pero el descrito por la ley subsidiaria es menos grave,
que el descrito por la ley principal, y por esa razón, la ley principal absorbe a
la ley subsidiaria.

11
A primera vista.

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4. Principio de consunción, absorción o exclusividad (Lex consumens Derogat


Legi Consumtae): Surge cuando un hecho previsto por la ley o por una
disposición legal está comprendido en el tipo descrito en otra, y puesto que
ésta es de más amplio alcance, se aplica con exclusión de la primera. En este
caso, el precepto de mayor amplitud comprende el hecho previsto por otro
de menor alcance, y en consecuencia debe prevalecer para su aplicación el
precepto más amplio.

Ámbito de Validez Temporal de la Ley Penal


Cuando la doctrina se refiere a la ley penal en el tiempo, lo hace con el fin de
explicar el tiempo de duración de la misma y los hechos que debe regular bajo su
imperio. Las normas penales, lo mismo que las demás normas legales, nacen y se
proyectan siempre hacia el futuro, regulando únicamente hechos o actos humanos
nacidos con posterioridad a su vigencia; es decir, miran al provenir no al pasado.
Sólo el derecho natural, se ha dicho, está integrado por normas permanentes o
inmutables, pues todas las normas legislativas, es decir, las normas dictadas por los
hombres nacen, desarrollan su eficacia y mueren.

Extractividad de la Ley Penal


La denominada extractividad de la ley penal contiene una particular
excepción al principio general de la irretroactividad en cualquier clase de ley, por el
cual una ley sólo debe aplicarse a los hechos ocurridos bajo su imperio, es decir,
bajo su eficiencia temporal de validez. Quiere decir entonces, que la ley penal,
tanto formal como materialmente, tiene lugar durante la época de vigencia; y para
explicar la extractividad de la misma cabe preguntarnos: ¿Es posible aplicar la ley
penal fuera de la época de su vigencia? La respuesta es afirmativa y la encontramos
en el artículo 2º del Código Penal que dice: “si la ley vigente al tiempo en que fue
cometido el delito fuere distinta de cualquier ley posterior, se aplicará aquella cuyas
disposiciones sean favorables al reo, aun cuando haya recaído sentencia firme y
aquél se halle cumpliendo su condena”.

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a) Retroactividad de la ley penal: En nuestro país la retroactividad de la ley


penal ha tenido rango de garantía constitucional, así el artículo 15 de nuestro
Constitución Política establece: “La ley no tiene efecto retroactivo, salvo en
materia penal cuando favorezca al reo”. La retroactividad consiste en aplicar
una ley vigente con efecto hacia el pasado, a pesar de que se haya cometido
el hecho bajo el imperio de una ley distinta y ya se haya dictado sentencia.
Cuando la ley posterior al hecho se vuelve hacia atrás para juzgar dicho
hecho nacido con anterioridad a su vigencia, estamos en el caso de la
retroactividad.
b) Ultractividad de la ley penal: Con las mismas bases y principios de la
retroactividad, nace la ultractividad, que es el caso contrario siempre que
favorezca al reo; así decimos que en caso de que una ley posterior al hecho
sea perjudicial al reo, entonces seguirá teniendo vigencia la anterior, es decir,
que cuando una ley ya abrogada se lleva o utiliza para aplicarla a un caso
nacido bajo su vigencia, estamos frente a la ultractividad.

Casos que pueden presentarse en la sucesión de leyes penales


a) La nueva ley crea un tipo penal nuevo: Quiere decir que una conducta que
con anterioridad carecía de relevancia penal (era atípica), resulta castigada
por la nueva ley. En este caso la ley penal nueva es irretroactiva, es decir, no
puede aplicarse al caso concreto porque perjudica al sujeto activo.
b) La nueva ley destipifica un hecho delictuoso: Quiere decir que una ley nueva
le quita tácita o expresamente el carácter delictivo a una conducta reprimida
o sancionada por una ley anterior. En este caso la ley penal nueva es
retroactiva, es decir, debe aplicarse al caso concreto porque favorece al reo.
c) La nueva ley mantiene la tipificación del hecho delictivo y es más severa: Se
trata de una ley nueva que castiga más severamente la conducta delictiva que
la ley anterior. En este caso la ley penal nueva resulta irretroactiva, es decir
no puede aplicarse al caso concreto porque es perjudicial para el reo.

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d) La ley nueva mantiene la tipificación del hecho delictivo y es menos severa:


Se trata de una ley nueva que castiga más levemente la conducta delictiva
que la ley anterior. En este caso la ley penal nueva es retroactiva, es decir,
que puede aplicarse al caso concreto porque favorece al reo.

La retroactividad de la ley penal y la cosa juzgada


En nuestro país ha sido motivo de discusión la existencia de una posible
contradicción entre la retroactividad de la ley penal y la cosa juzgada, que según
dicen se convierte en un obstáculo para la aplicación de la ley más benigna al
condenado, por cuanto el caso ya está cerrado por una sentencia ejecutoriada,
criterio que se fundamenta en el artículo 18 del Código Procesal Penal.
Al respecto consideramos que sí es procedente aplicar retroactivamente la ley
penal más benigna al condenado aún existiendo cosa juzgada, no solo porque
científicamente prevalece la norma sustantiva sobre la adjetiva, sino porque la
retroactividad de la ley penal favorable al reo tiene rango constituicional.

Leyes excepcionales o temporales


Son las que fijan por sí mismas su ámbito de validez temporal, es decir, que
en ellas mismas se fija su tiempo de duración y regula determinadas conductas
sancionadas temporalmente, tal es el caso de las leyes de emergencia y las leyes
extraordinarias de policía. (Art. 3 CP)

Dentro de la teoría de la ley penal también suele hablarse de las llamadas


Leyes Penales Intermedias, que siendo leyes temporarias se aplican a determinados
casos ocurridos con anterioridad a su vigencia, y que son juzgados con otra ley
vigente cuando la ley intermedia ya ha desaparecido; esta aplicación sólo se hace en
caso de que se favorezca al reo, que es el principio fundamental.

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Ámbito espacial de validez de la ley penal


Cuando la doctrina se refiere a la ley penal en el espacio, lo hace con el fin
de explicar el campo de aplicación que puede tener la ley penal de un país
determinado. La determinación del ámbito espacial de la ley penal es el resultado
de un conjunto de principios jurídicos que fijan el alcance de la validez de las leyes
penales del Estado con relación al espacio. El ámbito espacial de validez de una ley,
es mucho más amplio que el denominado territorio (como concepto jurídico, no
natural), que está limitado por las fronteras; la ley penal de un país regularmente
trasciende a regular hechos cometidos fuera de su territorio.

Problema de la eficacia espacial de la ley penal: El problema de mérito, lo


podemos plantear a través de la siguiente interrogante: ¿Se puede aplicar la ley
penal a un territorio distinto del país al cual pertenece, es decir, se puede aplicar
tanto en el espacio territorial del país a que pertenece, como en el espacio territorial
de un país extranjero?

Principios para resolver el problema


1. Principio de territorialidad: Es el dominante para explicar el alcance espacial
de la ley penal, y sostiene que la ley penal debe aplicarse únicamente a los
hechos cometidos dentro de los límites del territorio del Estado que la pide, y
dentro de esos límites la ley penal debe aplicarse a autores cómplices de los
delitos, sin importar su condición de nacional o extranjero, de residente o
transeúnte, ni la pretensión punitiva de otros Estados. Art. 4, CP.
2. Principio de extraterritorialidad: Es una particular excepción al principio de
territorialidad y sostiene que la ley penal de un país, sí puede aplicarse a
delitos cometidos fuera de su territorio, teniendo como base los siguientes
principios:
a. Principio de la Nacionalidad o de la Personalidad: Por este principio,
la ley del Estado sigue al nacional donde quiera que éste vaya, de
modo que la competencia se determina por la nacionalidad del autor

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del delito y tiene en la actualidad aplicación cuando se dan las


siguientes circunstancias: que el delincuente nacional no haya sido
penado en el extranjero, y que se encuentre en su propio país. Se
fundamenta en un recelo existente respecto a una posible falta de
garantías al enjuiciar el hecho cometido por un nacional en un país
extranjero. Art. 5, inciso 3 CP.
b. Principio Real, de Protección o de Defensa: Fundamenta la
extraterritorialidad de la ley penal, diciendo que un Estado no puede
permanecer aislado frente a ataques contra la comunidad que
representa por el solo hecho de que se realicen en el extranjero; de tal
manera que la competencia de un Estado para el ejercicio de la
actividad punitiva, está determinada porque el interés lesionado o
puesto en peligro por el delito sea nacional. Típico ejemplo es la
falsificación de moneda nacional en el extranjero, su finalidad es la
defensa o protección de los intereses nacionales por ataques venidos
desde el extranjero. Art. 5, incisos 1, 2 y 6 CP.
c. Principio Universal o de la Comunidad de Intereses: Sostiene que la
ley penal de cada Estado tiene validez universal, por lo que todas las
naciones tienen derecho a sancionar a los autores de determinados
delitos, no importando su nacionalidad, el lugar de comisión del
delito ni el interés jurídico vulnerado, la única condición es que el
delincuente se encuentre en territorio de su Estado y que no haya sido
castigado por este delito. Art. 5 CP.
d. Justicia Penal Internacional: Al tratar las relaciones del derecho penal
con el derecho internacional, siempre ha existido interés en la
comunidad internacional por una legislación penal internacional a la
que esté sometidos los ciudadanos de todas las naciones.

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La extradición
Es el acto en virtud del cual el gobierno de un Estado entrega al de otro, un
sujeto a quien se le atribuye la comisión de un determinado delito, para someterlo a
la acción de los tribunales de justicia de éste.

Su importancia y naturaleza
La extradición, como una institución jurídico penal internacional, juega un
papel de primer orden por cuanto los países del mundo cada vez tienden a no
ejecutar las sentencias extranjeras, por un lado, y por otro, dada la rapidez y
multiplicidad de medios de comunicación existentes, sin la extradición los
delincuentes escaparían a la justicia penal fácilmente, con solo refugiarse en un país
distinto.
Contemporáneamente y para la mayoría de los Estados modernos, la
extradición es una verdadera institución de Derecho, basada en tratados y
convenios internacionales y en leyes especiales sobre la materia. En Guatemala esta
institución se fundamenta en lo que establecen: el artículo 27 de la Constitución
Política de la República, el artículo 8 del Código Penal, los artículos 34 y 381 del
Código de Derecho Internacional Privado o Código de Bustamante.

Clases de extradición
1. Extradición activa: Se da cuando el gobierno de un Estado, solicita al otro, la
entrega de un delincuente (extradición propia).
2. Extradición pasiva: Se da cuando el gobierno de un Estado, mediante la
solicitud de otro, entrega a un delincuente para que sea juzgado en el país
requirente (extradición propia).
3. Extradición voluntaria: Se da cuando el delincuente voluntariamente se
entrega al gobierno del Estado que lo busca para someterse a la justicia penal
(extradición impropia).

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4. Extradición espontánea: Se da cuando el gobierno del Estado donde se


encuentra el delincuente, lo entrega espontáneamente sin haber sido
requerido para ello con anterioridad.
5. Extradición en tránsito: No es más que el “permiso” que concede el gobierno
de un Estado para que uno o más delincuentes extraditados pasen por su
territorio, por lo que el Código de Bustamante lo considera como un mero
trámite administrativo (Art. 375)12
6. La reextradición: Surge cuando un tercer Estado pide la entrega al país que lo
había extraído, basándose (el tercer Estado), en que el delincuente cometió
un delito en su territorio antes de cometerlo en el país que primero logró su
extradición.

Fuentes de extradición
a) Derecho interno: Dentro de este derecho, la extradición tiene su fuente en
los Códigos Penales (Art. 8) y en las leyes penales especiales.
b) Derecho internacional: Dentro de este derecho tenemos:
I. Los tratados de extradición: Constituyen la más importe fuente
ordinaria, que consiste en acuerdos o convenios que se llevan a cabo
entre los gobiernos de diferentes Estados, y por el cual se obligan
recíprocamente a entregarse determinados delincuentes previo a cumplir
ciertos trámites; y
II. Las declaraciones de reciprocidad: Generalmente surgen cuando no
existen tratados de extradición, en las cuales se conviene en que el
Estado demandante (de la extradición), se compromete con el
requerido conceder la extradición cuando exista un caso análogo.

12
El tránsito de la persona extraditada y de sus custodios por el territorio de un tercer
Estado contratante se permitirá mediante la exhibición del ejemplar original o de una
copia auténtica del documento que concede la extradición.

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Principios que rigen la extradición que son comunes a todos los tratados
1. La no entrega de nacionales (por razones de dignidad, salvo pacto de
reciprocidad).
2. La exclusión de faltas o contravenciones, es decir, sólo opera para los delitos
o crímenes.
3. La exclusión de los delitos políticos o comunes conexos.
4. La exclusión de delincuentes político-sociales.
5. La exclusión de desertores.
6. La no aplicación de pena distinta al extraditado, de la que dice la ley penal
interna.
Los países que han celebrado tratados de extradición con Guatemala son los
siguientes: Bélgica, España, Estados Unidos, México y las Repúblicas
Centroamericanas.

Principios observados en los tratados firmados por Guatemala


Con respecto al delito
a) Fuera del tratado no hay delito por los que puede concederse la extradición
(Nulla Traditio Sine Lege); doctrina dominante, considera que cuando el
delito por que se persigue al delincuente no esté consignado expresamente en
el tratado, basta el exilio a que se somete el propio delincuente como pena
para el mismo.
b) No podrá concederse la extradición cuando el hecho no esté calificado como
delito por la ley nacional y la ley de los países suscriptores.
c) Podrán ser objeto de extradición sólo los procesados por delitos cuya pena se
mayor de un año de prisión. Y, generalmente se concede u otorga en delitos
que atentan contra la vida, contra la propiedad, contra el pudor, contra la fe
pública, contra la libertad y seguridad individual.
d) Sólo procede la extradición en caso de delitos comunes, se excluyen los
delitos políticos y comunes conexos.

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e) No se concede la extradición por delitos sociales; considerándose como


delincuente social aquel que atenta contra la organización institucional del
Estado. Un fuerte sector de la doctrina considera que estos delitos si deben
ser objeto de extradición.
f) La deserción como delito del fuero penal militar no puede ser objeto de
extradición.
g) No se puede conceder la extradición por faltas.

Con respecto al delincuente


a) Por la extradición se pueden entregar a los autores y cómplices de los deltos
comunes, se exceptúan los desertores, los delincuentes políticos y ante todo,
la entrega de connacionales.
b) Los delincuentes militares tampoco pueden ser extraídos cuando sus hechos
se asimilen o asemejen a la delincuencia política.
c) Quedan excluidos los delincuentes políticos.

Con respecto a la pena


a) En ningún caso se impondrá o se ejecutará la pena de muerte por delito que
hubiese sido causa de extradición. Los países que han suprimido la pena de
muerte de su legislación penal interna, al firmar un tratado de extradición
condicionan la entrega del delincuente a que se conmute dicha pena por la
inmediata inferior, en caso contrario la extradición no se concede.
b) La extradición no se concede cuando el acusado ha sido absuelto o cuando la
acción penal para perseguir el delito o para ejecutar la pena ya prescribió, o
cuando la pretensión penal del Estado se extinguió por cualquier motivo.

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DEL DELITO

Refiriéndose al delito, en la primigenia Roma se habló de Noxa o Noxia que


significa daño, apareciendo después en la culta Roma para identificar a la acción
penal, los términos de: Flagitium, Scelus, Facinus, Delctum, Graus y otros; teniendo
mayor aceptación hasta la Edad Media los términos “Crimen y Delictum”. El
primero exprofesamente para identificar a las infracciones o delitos revestidos de
mayor gravedad y castigados con mayor pena, y el segundo para señalar una
infracción leve, con menos penalidad.
Actualmente en el Derecho Penal Moderno y especialmente en nuestro
medio de cultura jurídica se habla de: delito, crimen, infracción penal, hecho o act
punible, conducta delictiva, acto o hecho antijurídico, hecho o acto delictuoso,
ilícito penal, hecho penal, hecho criminal, contravenciones o faltas.
Con respecto a esta terminología la técnica moderna plantea dos sistemas: el
sistema bipartito que emplea un solo término para las transgresiones a la ley penal
graves o menos graves, utilizándose la expresión “Delito” en las legislaciones
europeas, principalmente germanas e italianas; y se emplea el término “Falta” o
“contravención” para designar las infracciones leves a la ley penal, castigadas con
menor penalidad que los delitos o crímenes. El segundo sistema utiliza un solo
termino para designar todas las infracciones o transgresiones a la ley penal, graves,
menos graves o leves (crímenes o delitos, y faltas o contravenciones), siendo la
técnica italiana la que ha predominado al respecto utilizando la expresión “Reato”.
Tomando en consideración la división que plantea el Código Penal vigente en
Guatemala podemos afirmar que se adscribe al “Sistema Bipartito”, al clasificar las
infracciones a la ley penal del Estado en “Delitos y Faltas”.

Naturaleza del delito


Muchos criminalistas han intentado formular una noción del delito en sí, en
su esencia, una noción de tipo filosófico que sirva en todos los tiempos y en todos
los países para determinar si un hecho es o no delictivo. Tales tentativas han sido

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estériles, pues hallándose la noción del delito en íntima conexión con la vida social
y jurídica de cada pueblo y cada siglo, aquella ha de seguir forzosamente los
cambios de éstas, y por consiguiente, es muy posible que lo penado ayer como
delito se considere hoy como lícito y viceversa. Es pues, inútil buscar una noción
del delito en sí.
Para tratar de establecer la naturaleza del delito es menester remontarnos a
los postulados de las dos más importantes Escuelas del Derecho Penal que han
existido, ya que siendo éstas el conjunto de doctrinas y principios que tienen por
objeto investigar, entre otras cosas, la naturaleza del delito y las condiciones que
influyen en su comisión, pueden orientarnos en un marco teórico conceptual para
ubicar de alguna forma la naturaleza del delito.

Con los planteamientos de la Escuela Positivista, es evidente que el Derecho


Penal pierde su autonomía al considerarlo como parte de las Ciencias Naturales o
Fenomenalistas, postura que en la actualidad no puede mantenerse, por cuanto el
Derecho Penal es una ciencia eminentemente jurídica compuesta por un conjunto de
normas que tienden a regular el comportamiento humano para lograr la protección
de ciertos valores que se consideran esenciales para la convivencia y desarrollo
social, en tal sentido, el objeto de estas normas pertenecen al campo del “Deber
Ser” que llevan consigo un juicio valorativo, mientras que las ciencias criminológicas
o fenomenalistas, efectivamente estudian fenómenos naturales o reales que está
sujetos a la relación de causa y efecto por lo que pertenecen al campo del “Ser”.
Si bien es cierto que las disciplinas criminológicas tiene por objeto de estudio
el delito o el crimen, en sus distintas acepciones también lo es que éstas están
constituidas por dos clases de conocimientos. Los normativos que pertenecen al
mundo del “Deber Ser” y los causal-explicativos que pertenecen al mundo del “Ser”;
al primer grupo pertenecen las disciplinas esencialmente jurídicas (como el derecho
penal), y al segundo los fenomenalistas (como la criminología); es decir, que el
estudio del hombre como sujeto capaz de cometer delitos es objeto de la
criminología mientras que el delito como norma y como acción punible es objeto

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del Derecho Penal. La criminología estudia al criminal como un individuo antisocial,


el Derecho Penal estudia al crimen como delito; con este razonamiento dejamos
clara la independencia del Derecho Penal y la necesidad de su estudio, aparte de las
demás disciplinas que componen la Enciclopedia de las Ciencias Penales, y como
consecuencia entendemos que el delito no debemos estudiarlo únicamente como un
fenómeno natural o social resultante de la personalidad humana, sino también
como un fenómeno jurídico.
El planteamiento de la Escuela Clásica, basado sobre la construcción
carrariana que concibe el delito como un ente jurídico, producto de la relación de
contradicción, entre la conducta del hombre y la ley del Estado, plantea desde ya
una concepción netamente legalista, por cuanto circunscribe a la existencia de la ley
penal toda la dogmática del delito, intentado fijar, como muchas veces se ha dicho
el límite eterno de le ilicitud. Esta concepción ha sido drásticamente criticada por
no considerar los elementos que determinan y producen el hecho antijurídico que
son ajenos a la ley penal del Estado; sin embargo ante la imposibilidad de encontrar
una noción filosófica del delito, que sea satisfactoria y valedera para todas las
corrientes de pensamiento dentro del campo del Derecho Penal, es recomendable
tener presente la concepción de la Escuela Clásica, que si bien es cierto, no
constituye una noción filosófica, sí es esencialmente formal, ya que en todas las
legislaciones penales del mundo, el delito está supeditado a la ley; al respecto el
notable penalista español Pedro Dorado Montero sostiene que todos los delitos son
artificiales, la idea y la noción del delito viene de la ley, de modo que, suprimida
ésta, el delito quedaría suprimido.
En idéntica forma razona Eugenio Cuello Calón, cuando dice que una noción
verdadera del delito la suministra la ley al destacar la amenaza penal, sin la ley que
lo sancione no hay delito, por muy inmoral y socialmente dañosa que sea una
acción, si su ejecución no ha sido prohibida por la ley bajo la amenaza de una pena,
no constituiría delito. Claro está que el hecho de supeditar el delito a la ley, es
reconocer el monopolio de la ley para la creación de los delitos, con lo cual se está
sellando el destino de la concepción jurídica del delito, como bien lo plantea el

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extinto catedrático de Derecho Penal de la Universidad Complutense de Madrid,


José María Rodríguez Devesa, al sostener que el principio de legalidad ( Nullum
Crimen, Sine Poena, Sine Lege), predetermina todo el sistema posterior, ya que una
vez admitido como axioma inconcuso, que sin ley no hay delito, y que las
conductas que quedan fuera de la ley son impunes, sólo se pueden averiguar lo que
el delito es, interrogando a la misma ley, es decir, no queda otra posibilidad que la
de un concepto legal. Claro está, circunscribir el delito a los que castiga la ley no
significa, ni puede significar la renuncia a la crítica.

Criterios para definir el delito


1. Criterio Legalista: Desde la denominada Edad de Oro del Derecho Penal
(principios del siglo XIX) se deja ver un criterio puramente legalista para
definir al delito; así Tiberio Deciano, Giandoménico Romagnosi, Enrico
Pessina, Orlatán y otros plantean sus definiciones sobre la base de que: “El
delito es lo prohibido por la ley”.
2. Criterio filosófico: El sendero filosófico es tomado desde diversos aspectos:
primeramente se hace alusión al aspecto moral, por parte de los teólogos que
identificaban al delito con el “pecado”, así se dice que Alfonso de Castro ni
siquiera utilizaba el verbo “delinquir”, sino habla de “pecar” y seguidamente
Francisco Julián Oudot y Pedro José Proudhom, definen el delito como “una
conducta contraria a la moral y a la justicia”, enfocándolo inmediatamente
después como violación o quebrantamiento del deber; así, Rossi sostiene que
el delito es “la violación de un deber” y Pacheco dice que es “un
quebrantamiento libre e intencional de nuestros deberes”.
3. Criterio natural sociológico: Después de realizar un estudio casi exhaustivo
del delincuente desde el punto de vista antropológico, los positivistas
italianos, se ven en la imperiosa necesidad de definir el delito, ya que era el
presupuesto para que existiera el delincuente. La postura más notable al
respecto, quizás es la adoptada por Rafael Garófalo, al plantear la “Teoría
del Delito Natural” tomando como base dos clases de sentimientos, que para

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él fueron los más importantes (el sentimiento de piedad y el sentimiento de


prohibidad), sobre los cuales construye la definición del delito natural así:
“ofensa a los sentimientos altruistas fundamentales de piedad y prohibidad
en la medida en que son poseídos por un grupo social determinado ”. Con
ese mismo criterio lo definen tratadistas como: Colajani, Drukheim, y Enrico
Ferri, éste último como creador de la Sociología Criminal, le da na
orientación más sociológica con el objeto de desvirtuar en parte la teoría del
delito natural, aunque en el fondo son análogas, por cuanto considera que el
delito se refiere a las “Acciones determinadas por motivos individuales y
antisociales que alteran las condiciones de existencia y lesionan la moralidad
media de un pueblo en un momento determinado”.
4. Criterio Técnico Jurídico: Una vez superada la crisis por la que atravesó el
Derecho Penal en la segunda mitad del siglo XIX, cuando estuvo sometido a
las más exageradas especulaciones del positivismo, principia a renacer la
noción jurídica del delito, con el movimiento denominado “Técnico
Jurídico”, que nació en Alemania y más tarde se extendió a Italia y luego a
otros países de Europa. Dicho movimiento, fruto de la dogmática alemana y
del empleo del método analítico, se aparta de los extremos positivistas, para
dedicarse de lleno al examen lógico del delito, dando vida a lo que en la
doctrina se ha denominado “La construcción técnico jurídica de la infracción”
se sintetiza maravillosamente en la “Teoría Jurídica del Delito”, que alcanza
plena relevancia dentro del Derecho Penal, hasta el extremo de que casi ha
venido a resumirse en ella.

En nuestro medio de cultura jurídica, el criterio que mayor trascendencia ha


tenido para la definición del delito, por considerarse el más aceptable dentro del
campo penal, aún en nuestros días, ha sido el aportado por el movimiento técnico-
jurídico, en la primera mitad del presente siglo; sobre la base, los más prodigiosos
penalistas de la época han construido sus definiciones variando únicamente la
forma de plantearlas, algunas veces prescinden de la pena, de algún elemento

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característico, o bien, se añaden otros y casi siempre se altera el orden en que


quedan enunciados; pero a la postre, todas responden al mismo criterio. Dejamos
planteadas algunas de ellas:

“El delito es un acto típicamente antijurídico, imputable al culpable, sometido a


veces a condiciones objetivas de penalidad y que se haya conminado con una pena,
o en ciertos casos, con determinada medida de seguridad en reemplazo de ella”.
Luís Jiménez de Asúa.

“El delito es una acción típicamente antijurídica y culpable, a la que está señala una
pena.” José María Rodríguez Devesa.

“El delito es el acto típicamente antijurídico, culpable, sometido a veces a


condiciones objetivas de penalidad, imputable a un hombre y sometido a una
sanción penal.” Raúl Carrancá y Trujillo.

“El delito es una acción típicamente antijurídica, culpable y adecuada a una figura
penal.” Sebastián Soler.

“El delito es la acción típicamente antijurídica y culpable.” Carlos Fontán Palestra.

Elementos característicos del delito


Elementos positivos del delito
a) La acción o conducta humana
b) La tipicidad
c) La antijuridicidad o antijuricidad
d) La culpabilidad
e) La imputabilidad
f) Las condiciones objetivas de punibilidad
g) La punibilidad

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Elementos negativos del delito


a) La falta de acción o conducta humana
b) La atipicidad o ausencia de tipo
c) Las causas de justificación
d) Las causas de inculpabilidad
e) Las causas de inimputabilidad
f) La falta de condiciones objetivas de punibilidad
g) Causas de exclusión de la pena o excusas absolutorias

La legislación penal guatemalteca, en cuanto a elementos negativos se refiere,


habla de “Causas que eximen de Responsabilidad Penal” y las describe así:
Causas de inimputabilidad (art. 23)
 La minoría de edad
 El trastorno mental transitorio

Causas de justificación (art. 24)


 Legítima defensa
 Estado de necesidad
 Legítimo ejercicio de un derecho

Causas de inculpabilidad
 Miedo invencible
 Fuerza exterior
 Error
 Obediencia debida
 Omisión justificada

Respecto a los “Elemntos Accidentales del Delito” nuestro Código Penal presenta
las “Circunstancias que modifican la Responsabilidad Penal” y se refiere a las
circunstancias Atenuantes y circunstancias Agravantes. (Art. 26 y 27).

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Clasificación de los delitos


1. Por su gravedad: Se clasifican en delitos y faltas. Los delitos o crímenes son
infracciones graves a la ley penal, mientras que las faltas o contravenciones
son infracciones leves a la ley penal, de tal manera que los delitos son
sancionados con mayor drasticidad que las faltas. Atendiendo a su mayor
gravedad, los delitos ofenden las condiciones primarias, esenciales y, por
consiguiente, permanentes de la vida social; las contravenciones en cambio,
ofenden las condiciones secundarias, accesorias y por lo tanto, contingentes
de la convivencia humana.
2. Por su estructura: Se clasifican en simples y complejos. Son delitos simples
aquellos que están compuestos de los elementos descritos en el tipo y violan
un solo bien jurídico protegido. Son delitos complejos aquellos que violan
diversos bienes jurídicos y se integran con elementos de diversos tipos
delictivos.
3. Por su resultado: Se clasifican en delitos de daño y de peligro y delitos
instantáneos y permanentes. Son delitos de daño aquellos que efectivamente
lesionan el bien jurídico tutelado, produciendo una modificación en el
mundo exterior (homicidio); son delitos de peligro aquellos que se proyecta
a poner en peligro el bien jurídico tutelado (disparo con arma de fuego).
Son delitos instantáneos aquellos que se perfeccionan en el momento de su
comisión (asesinato); son delitos permanentes aquellos en los cuales la acción
del sujeto activo continúa manifestándose por un tiempo más o menos largo
(secuestro).
4. Por su ilicitud y motivaciones: Se clasifican en comunes, políticos y sociales.
Son delitos comunes todos aquellos que lesionan o ponen en peligro valores
de la persona individual o jurídica (estafa). Son delitos políticos aquellos que
atacan o ponen en peligro el orden político del Estado (revelación de
secretos del Estado). Son delitos sociales aquellos que atacan o ponen en
peligro el régimen social del Estado (terrorismo).

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5. Por la forma de acción: Se clasifican en delitos de comisión, de omisión, de


comisión por omisión, de simple actividad.
6. Por su grado de voluntariedad o culpabilidad: Se clasifican en dolosos,
culposos y preterintencionales. Así se dice que el delito es doloso cuando ha
existido propósito deliberado de causarlo por parte del sujeto, culposo
cuando sí era posible evitar el daño y preterintencional cuando el resultado
producido es mucho más grave que el pretendido por el sujeto.

Pluralidad de delitos
Pluralidad de delitos denomina la doctrina científica a lo que nuestra legislación
penal conoce como “Concurso de Delitos”, y surge cuando el mismo sujeto activo
ejecuta varios hechos delictuosos, de la misma o de diferente índole, en el mismo o
en distinto momento.

1. Concurso real: El concurso real o material, surge cuando el sujeto activo ha


realizado varias acciones, cada una de las cuales por separado es constitutiva
de un delito, es decir, que hay tantos delitos como acciones delictivas se haya
realizado (el sujeto que en una oportunidad roba, en otra mata y en otra
estafa será responsable de los tres delitos cometidos). En cuanto a la
aplicación de la pena, el sistema que sigue es el de la acumulación
matemática o material de las mismas, limitada por el máximo de 50 años de
prisión. (Art. 69 CP)
2. Concurso ideal: El concurso ideal o formal, surge mediante dos supuestos:
cuando un solo hecho o acto delictivo sea constitutivo de dos o más delitos y
cuando un delito sea medio necesario par cometer otro; A este caso se le
denomina también concurso medial. En cuanto a la aplicación de la pena, se
sigue el principio de la pena única mediante la absorción, por el cual la pena
de mayor gravedad absorbe a las menores, aplicándose solamente ésta
aumentada en una tercera parte; sin embargo si a juicio del órgano
jurisdiccional fuera más favorable al reo la aplicación de la fórmula aritmética

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o matemática, se inclinará por ésta, aplicando todas las penas que


correspondan a cada delito.
3. Delito continuado: Con el objeto de atenuar el rigor de la acumulación
aritmética de penas, adoptada por las legislaciones para el concurso real,
surge la figura del delito continuada, ficción jurídica que tiene como
característica la unidad de resolución o de propósito de un mismo sujeto que
ha cometido una serie de acciones constitutivas de ejecuciones parciales de un
solo delito. No es una pluralidad de delitos, sino la comisión de un solo
delito mediante varias acciones.

Elementos Accidentales del Delito


En la doctrina se denomina elementos accidentales del delito a lo que el
Código Penal Guatemalteco llama “Circunstancias que Modifican la Responsabilidad
Penal”, que comprende las circunstancias atenuantes y las circunstancias agravantes.
La antijuridicidad y la culpabilidad como elementos positivos del delito, son
susceptibles de sufrir ciertos cambios y variar en intensidad, según las circunstancias
que concurren en el caso concreto, es decir, que tales elementos pueden ser
graduados en más o menos, del hecho. Tales circunstancias son de carácter
accidental porque se den o no, el delito de todas maneras existe.
Las circunstancias atenuantes que establece y explica la ley son: la inferioridad
psíquica, el exceso de las causas de justificación, el estado emotivo, el
arrepentimiento eficaz, la reparación del perjuicio, la preterintencionalidad, la
presentación a la autoridad, la confesión espontánea, la ignorancia, la dificultad de
prever, la provocación o amenaza, la vindicación de ofensa, la inculpabilidad
incompleta y atenuantes por analogía.
Las circunstancias agravantes que establece la ley son: los motivos fútiles o
abyectos, la alevosía, la premeditación, los medios gravemente peligrosos, el
aprovechamiento de calamidad, el abuso de superioridad, el ensañamiento, la
preparación para la fuga, el artificio para realizar el delito, la cooperación de
menores de edad, el interés lucrativo, el abuso de autoridad, el auxilio de gente

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armada, la cuadrilla, la nocturnidad y el despoblado, el menosprecio de autoridad,


la embriaguez, el menosprecio al ofendido, la vinculación con otros delitos, la
reincidencia y la habitualidad.

Circunstancias modificativas
Las circunstancias modificativas son elementos accidentales nominados o
innominados dentro de la estructura del delito que influyen en la determinación de
la pena. Su carácter accidental implica que no constituyen ni son constitutivas del
injusto ni de la responsabilidad del sujeto.
Su función es determinar el quántum de la pena, afecta su medida, ya sea
para aumentarla o disminuirla.

Sujetos del delito


 Sujeto activo: Es el que realiza la acción, el comportamiento descrito en la
ley.
 Sujeto pasivo: Es el titular del interés jurídicamente protegido, atacado por el
delito.

Objeto del delito


El objeto material del delito u objeto material de la infracción penal, es todo
ente corpóreo hacia el cual se dirige la actividad descrita en el tipo penal; es todo
aquello sobre lo que se concreta el interés jurídico que el legislador pretende tutelar
en cada tipo y al cual se refiere la conducta del sujeto activo.
Contenido: Tomando en consideración la definición apuntada, el objeto
material de la infracción penal puede estar constituido por las personas individuales
vivas o muertas; por las personas jurídicas o colectivas como entes reales que
funcionan en una sociedad y que puedan ser objeto de una infracción penal, por los
animales y aún por los sujetos o cosas inanimadas.
Por la naturaleza misma del objeto material de la infracción penal que
siempre va a ser un ente corpóreo, es lógico que dicho objeto solamente puede

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darse en los delitos de resultado, donde la conducta humana trasciende


produciendo una modificación en el mundo exterior.

El bien jurídico tutelado en el delito


Es el interés que el Estado pretende proteger a través de los distintos tipos
penales, interés que es lesionado o puesto en peligro de la acción del sujeto activo,
cuando esta conducta se ajusta a la descripción legal.
El bien jurídico tutelado o protegido es de vital importancia para la
constitución de las figuras delictivas, a tal extremo que no se puede concebir un
delito que no pretenda la protección de un bien jurídico, todos los delitos tienen un
interés jurídicamente protegido.
Desde otro punto de vista, el objeto jurídico protegido por la norma penal y
que resulta lesionado o puesto en peligro por el sujeto activo, sirve como elemento
directriz de ordenación de las figuras delictivas o tipos penales dentro de un Código
Penal sustantivo en su parte especial, tal es el caso de nuestro Código Penal vigente
en el cual las figuras delictivas están agrupadas atendiendo al bien jurídico
protegido, de la manera siguiente:

Título I De los delitos contra la vida y la integridad de la persona.


Título II De los delitos contra el honor.
Título III De los delitos contra la libertad y la seguridad sexuales y contra el
pudor.
Título IV De los delitos contra la libertad y la seguridad de la persona.
Título V De los delitos contra el orden jurídico familiar y contra el estado civil.
Título VI De los delitos contra el patrimonio.
Título VII De los delitos contra la seguridad colectiva.
Título VIII De los delitos contra la fe pública y el patrimonio nacional.
Título IX De los delitos de falsedad personal.
Título X De los delitos contra la economía nacional, el comercio, la industria y
el régimen tributario.

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Título XI De los delitos contra la seguridad del Estado.


Título XII De los delitos contra el orden institucional.
Título XIII De los delitos contra la administración pública.
Título XIV De los delitos contra la administración de justicia.
Título XV De los juegos ilícitos.

AUTORÍA Y PARTICIPACIÓN13 EN EL DELITO

Autoría
Del artículo 36 del Código Penal se desprende que el autor es quien ha
realizado el tipo de injusto definido en la ley como delito y cuando el hecho no se
hubiere consumado, es decir, cuando haya quedado en grado de tentativa, el autor
es quien ha realizado todos aquellos actos que suponen evidentemente un principio
de la ejecución del mismo.

Teorías
 Objetivas: La teoría formal objetiva afirma que es autor quien realiza un acto
de ejecución, mientras que es cómplice quien realiza un acto preparatorio.
 Objetiva material: Considera también importancia el concepto material de
realización del tipo, la más importante es la del dominio del hecho.
Clases
1. Directa: El autor realiza personalmente el hecho.
2. Mediata: El autor se sirve de otro y otros, que son quienes lo realizan.
3. Coautoría: El dominio del hecho lo tienen diversas personas, que asumen la
responsabilidad de su realización.
4. Accesoria: Varias personas provocan un resultado típico, independientemente
unas de otras.

Actos preparatorios

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La participación puede ser: necesaria, propia, impropia.

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El código penal no castiga toda exteriorización de los procesos subjetivos, solo


determinados efectos preparatorios:
 La conspiración: Cuando dos o más personas se conciertan para la ejecución
de un delito y resuelven cometerlo. En el fondo se trata de una fase inicial
de delito que implica la preparación de una coautoría delictiva.
 La proposición: Existe cuando el que ha resuelto cometer un delito invita a
otra u otras personas a ejecutarlo.

Complicidad
Cómplice es el que con su contribución no decide el sí y el cómo de la
realización del hecho, sino sólo favorece o facilita que se realice.

Actos de ejecución
Cuando se pasa a los actos de ejecución, los preparatorios quedan absorbidos
por éstos. Los actos de ejecución son la tentativa y la consumación.

Tentativa: Se tienen que dar los requisitos exigidos por el tipo respecto a
sujetos, objeto, etc., pero lo determinante es que no se hayan practicado todos los
actos de ejecución que debiera producir el delito.

Coautoría
Se caracteriza por la intervención igualitaria, más o menos, de dos o más
personas, todas como autores inmediatas, sin que sus conductas dependan de la
acción de un tercero, bien que realicen las mismas acciones, o bien que se dividan
las necesarias para la comisión del hecho.

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La Teoría General Del Delito


La teoría general del delito se ocupa de todos aquellos elementos comunes a
todo hecho punible. (Acción, tipicidad, antijuricidad, culpabilidad y su contraparte)

La Acción
La acción es todo comportamiento derivado de la voluntad, y la voluntad
implica siempre una finalidad. El contenido de la voluntad es siempre algo que se
quiere alcanzar, es decir, un fin; la acción es siempre el ejercicio de una voluntad
final.
La dirección final de la acción se realiza en dos fases, una intern ay otra
externa; ambas fases de la acción es lo que se ha conocido como “ iter criminis”, es
decir, el camino del crimen hasta su realización final.
a) Fase interna: Ésta ocurre siempre en la esfera del pensamiento del autor, en
donde se propone la realización de un fin. Para llevar a cabo el fin
selecciona los medios necesarios; la selección sólo ocurre a partir de la
finalidad; cuando el autor está seguro de lo que quiere decide resolver el
problema como lo quiere.
b) Fase externa: Después de la realización interna del autor realiza la actividad
en el mundo externo, ahí pone en marcha conforme a su fin sus actividades,
su proceso de ejecución del acto.

Teorías de la acción
La teoría de la causalidad se subdivide fundamentalmente en dos grandes
corrientes: la de la equivalencia de las condiciones y la de la causalidad adecuada.
La equivalencia obedece a una acción ciega (causa causae est causa causati) y se le
considera sin interferencia alguna de nociones valorativas o subjetivas.
Serán los elementos normativos del delito, la antijuricidad y la culpabilidad
en sentido amplio, los encargados de circunscribir dentro del cuadro puramente
fáctico que ahora examinaremos, aquello que en justicia ha de merecer sanción. No
obstante, hay un definido límite a esa amplitud: los factores que pudieran originar el

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suceso quedan fuera de toda consideración jurídico penal, si no es posible


conectarlos como conditio sine quan non al resultado producido. La causalidad
adecuada en cambio atiende a la eficacia intrínseca de la condición para producir en
abstracto la consecuencia dada. Si juntamos los elementos de argumentación de una
y otra teoría, nos encontramos con lo siguiente: no hay acción ciega, en la acción va
la voluntad (finalismo); si el agente se propone un fin y lo logra es que en su
conducta sólo hubo dolo (finalismo); la acción es ciega, sin interferencia de nociones
valorativas o subjetivas (equivalencia); la antijuricidad y la culpabilidad –elementos
normativos del delito- circunscribirán dentro del cuadro fáctico aquello que en
justicia haya de merecer sanción (equivalente); los factores hipotéticamente causales
del suceso quedan fuera de la consideración jurídico penal si no se les puede
conectar al resultado producido como conditio sine quan non (equivalencia); en el
análisis de la acción hay que atender a la eficacia intrínseca de la condición para
producir en abstracto la consecuencia dada.

Ausencia de acción
Cuando la voluntad falta, no hay acción penalmente relevante, como en los
siguientes casos:
a) Fuerza irresistible: Nuestro código vigente14 indica que la fuerza irresistible es
una causa de inculpabilidad; o sea que este caso lo toma como ausencia de
voluntad, cuando en realidad lo que hay, es que para el Derecho Penal no
tiene ninguna importancia la acción realizada, y en consecuencia no es válido
el examen de la voluntad, puesto que no hay acción. La fuerza exterior es un
hecho que se realiza en forma tal, que no deja al que la sufre ninguna
opción, es decir, su voluntad no tiene nada que ver.
b) Movimientos reflejos: Los reflejos físicos o movimientos instintivos no
constituyen acción, pues tales movimientos no están controlados por la
voluntad, como en la epilepsia.

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Que sigue la teoría causalista.

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c) Estados de inconsciencia: En la situación de un sonámbulo por ejemplo, se


pueden realizar actos que no dependen de la voluntad y en consecuencia no
hay acción, penalmente relevante. Algunos estados de inconsciencia sin
embargo, pueden ser considerados como acción, si la misma fue buscada de
propósito (actione liberae in causa), en estos casos lo penalmente relevante
es el actuar precedente.

Formas de la acción
a) La acción y el resultado: Al realizarse una acción penalmente relevante,
generalmente se modifica una situación en el mundo exterior. Así la acción
como manifestación de la voluntad, produce siempre un resultado en el
mundo externo. Cuando el resultado no se produce, a pesar de la voluntad
y los medios puestos en ello, se da solamente la tentativa. La distinción entre
acción y resultado tiene gran importancia; la acción es simple manifestación e
la voluntad, resultado, es la consecuencia externa derivada de la
manifestación de la voluntad. En los delitos de acción, o simple actividad no
tiene importancia la relación de causalidad, pero en los de resultado sí.
b) La imputación objetiva: En los delitos de resultado siempre hay una relación
de causalidad entre acción y resultado, es decir, una relación que permite, en
el ámbito objetivo, la imputación del resultado producido al autor de la
conducta que lo causa. O sea que la relación entre acción y resultado se
denomina imputación objetiva del resultado. Tiene que haber una relación
de causalidad en los delitos de resultado que permita la imputación del
autor. La relación de causalidad entre acción y resultado es la imputación
objetiva; y es el presupuesto mínimo para exigir responsabilidad, por eso es
un elemento del tipo, especialmente de resultado.
c) Teorías sobre la relación de causalidad: Para resolver los problemas de la
causalidad hay muchas teorías. Las dos mas importantes son:
a. Equivalencia de condiciones. Todas las condiciones de un resultado
son equivalentes.

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b. Adecuación. Sólo es condición aquella generalmente adecuada para


producir el resultado.

La Omisión
En general, el ordenamiento jurídico ordena en las normas penales, que los
ciudadanos se abstengan, sin embargo, hay algunas normas que ordenan acciones, y
la omisión de las mismas pueden producir resultados. Es decir, el ordenamiento
penal, sanciona en algunos casos, la omisión de algunas acciones determinadas. El
autor de una omisión, debe estar en condiciones de realizarla; esto es, la omisión no
es un simple no hacer nada, como en el caso del paralítico que no ayuda a alguien
que se ahoga.

Características de la acción penalmente relevante


La omisión penalmente relevante es la omisión de la acción jurídicamente
esperada. La omisión que importa al derecho penal es aquella que alguien debió
realizar; el delito de omisión consiste siempre en la infracción de un deber impuesto
por la ley en función de la protección de determinados bienes jurídicos. Ejemplo: el
cirujano que opera con instrumental no desinfectado que provoca la muerte,
auxiliar, impedir que se cometa un delito, etc.

Clases de omisión penalmente relevantes


a) Propia: La simple infracción de un deber. (Art. 156 CP)
b) Delitos de omisión con un resultado: En ellos la omisión se conecta a un
resultado. Ej.: peculado.
c) Delitos impropios de omisión: Cuando la forma omisiva puede ser
equiparada a la activa que se menciona concretamente en los tipos.

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La relación de conexidad o causalidad en la omisión


Lo que interesa en los delitos de impropia omisión, es la posibilidad que tuvo
el sujeto de evitar un resultado; es decir, que si el sujeto hubiera realizado la acción
esperada, el resultado no se hubiera producido.

El deber de evitar el resultado


No basta con que el resultado se produzca, es necesario que el sujeto tenga la
obligación de tratar de impedir la producción del resultado, ésta es la llamada
“posición de garante” que convierte al sujeto en garante de que el resultado no se
producirá.

El Finalismo y la Concepción del Delito


La teoría de la acción final ataca el fundamento del sistema causal, su
concepto de acción. Para ella, la acción es final y no causal. La característica final
de la acción se basa en que le hombre, gracias a su saber causal, puede prever,
dentro de ciertos límites, las consecuencias posibles de su actividad, proponerse, por
tanto fines diversos y dirigir su actividad, conforme a su plan. En virtud de su saber
causal previo, puede dirigir los distintos actos de su actividad de tal modo que
oriente al acontecer causal exterior a un fin y así loase finalmente. Actividad final es
un obrar orientado conscientemente a un fin, mientras que el saber causal no está
dirigido desde el fin, sino que resulta de los componentes causales de cada caso.

Crítica a la Teoría Finalista


Como se sabe, en el sistema finalista el dolo como elemento de la acción se
desplaza al tipo y a la conciencia del injusto, que antes se había contemplado como
parte del dolo, se separa de éste y pasa a formar parte de la culpabilidad. De ahí se
origina la teoría del error (el dolo no puede tener nada que ver con las
representaciones mentales del autor sobre licitud o ilicitud de su conducta, esto es
sólo relevante para la culpabilidad) y la denominada teoría estricta de la

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culpabilidad (si el autor no obra con dolo y, por ello, no ha actuado típicamente,
falta el punto de apoyo necesario para la participación).
De lo anterior, aparece la crítica que indica que si bien la teoría de la
culpabilidad es correcta en sus resultados, ello no se debe a la finalidad del
comportamiento doloso, sino a que quien conoce todas las circunstancias
características del injusto sin que de ellas deduzca la ilicitud de su comportamiento,
abandona, al menos por lo que se refiere al núcleo del Derecho Penal, el terreno de
una orientación conforme al Derecho, y por regla general, merece una pena
superior de quien internamente tiene una actitud de respeto al Derecho y solo se
equivoca sobre la situación fáctica. Se indica también que la teoría de la estricta
culpabilidad es errónea en cuanto al resultado a que llega ya que el “que
erróneamente cree que concurren los presupuestos de la legítima defensa y golpea al
presunto agresor con un golpe dirigido finalmente no puede castigarse por un delito
de lesión doloso, pues las reglas jurídicas conforme las que actúa son intachables y el
reproche solo puede formularse frente a la eventual falta de atención con que
apreció la situación”.

Formas de Operar de la Acción o Conducta Delictiva


La conducta humana, “como presupuesto indispensable, para la creación
formal de todas las figuras delictivas, suele operar de dos maneras distintas (obrar
activo y obrar pasivo), dando origen a la clasificación de los delitos atendiendo a las
formas de acción que es la siguiente:
1. Delitos de acción o comisión: En ellos la conducta humana consiste en hacer
algo (en la realización de un movimiento corporal), que infringe una ley
prohibitiva. Ej.: Homicidio.
2. Delitos de pura omisión: En ellos la conducta humana consiste en no hacer
algo, infringiendo una ley perceptiva, que ordena hacer algo. EJ.: Art. 156
CP.
3. Delitos de comisión por omisión: En ellos la conducta humana infringe una
ley prohibitiva, mediante la infracción de una ley perceptiva, es decir, son

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delitos de acción cometidos mediante una omisión. Ej.: La madre que da


muerte a su hijo recién nacido al no proporcionarle los alimentos que éste
por sí solo no puede procurarse, comete parricidio por omisión, si es mayor
de tres días.
4. Delitos de pura actividad: Son aquellos que no requieren un cambio efectivo
en el mundo exterior, es suficiente la simple conducta humana. Ej.:
Asociaciones ilícitas.

Tiempo y Lugar de Comisión del Delito


a) ¿Cuándo se cometió el delito? Según el artículo 19 del Código Penal: “El
delito se considera realizado en el momento en que se ha ejecutado la
acción15. En los delitos de omisión en el momento en que debió realizarse la
acción omitida”.
b) ¿Dónde se cometió el delito? Según el artículo 20 del Código Penal: “El
delito se considera realizado: en el lugar donde se ejecutó la acción, en todo
o en parte; en el lugar donde se produjo o debió producirse el resultado y en
los delitos de omisión, en el lugar donde debió cumplirse la acción
omitida”16. La legislación penal guatemalteca adopta la teoría mixta,
denominada también del conjunto o de la ubicuidad, según esta teoría ha de
tomarse en cuenta tanto el lugar donde se desarrolló la acción, como el lugar
donde se produce el resultado.

El Iter Criminis
En Derecho Penal se conoce con el nombre de “Iter Criminis” a la vida del delito
desde que nace en la mente de su autor hasta la consumación. El Iter Criminis o
camino del crimen que se traduce en el “vía crucis” del delincuente, está constituido

15
Si se tratare de la concurrencia de varias acciones, deberá entenderse que se refiere a
la que, esencialmente o en última instancia haya sido causa directa del resultado
[Hurtado Aguilar, 1974: 37]
16
La plena determinación del lugar de comisión del delito juega un papel muy importante
en cuanto a la delimitación de la competencia de los tribunales de justicia para juzgar los
delitos cometidos.

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por una serie de etapas desde que se concibe la idea de cometer el delito hasta que
el criminal logra conseguir lo que se ha propuesto, dichas etapas pueden tener o no
repercusión jurídica penal.

 Fase interna
Está conformada por las llamadas “voliciones criminales” que no son más que las
ideas delictivas nacidas en la mente del sujeto activo, que mientras no se
manifiesten o exterioricen de manera objetiva, no implican responsabilidad
penal, ya que la mera resolución de delinquir no constituye nunca un delito. La
primera etapa del iter criminis conformada únicamente por meros pensamientos,
voliciones o deseos criminales, mientras no se manifiesten de alguna manera, no
tendrán más importancia que desde el punto de vista criminológico, pero no
jurídico penal desde el punto de vista retributivo.
 Fase externa
La segunda fase del iter criminis, comienza cuando el sujeto activo exterioriza la
conducta tramada durante la fase interna, en este momento principia a atacar o
poner en peligro un bien jurídico protegido, a través de la resolución criminal
manifiesta. Nuestro Código Penal reconoce expresamente dos formas de
resolución criminal en el artículo 17: La proposición y la conspiración.
Una vez iniciada la fase externa en la comisión de un delito, pueden suceder
muchas cosas; nuestro Código Penal contiene las siguientes:
a. Delito consumado (Art. 13): “El delito es consumado, cuando
concurren todos los elementos de su tipificación”; si se han realizado
voluntariamente todos los actos propios del delito y se configuran los
elementos que lo integran, lesionando o poniendo en peligro el bien
jurídico objeto de protección penal.17
b. Tentativa (Art. 14): “Hay tentativa, cuando con el fin de cometer un
delito, se comienza su ejecución por actos exteriores, idóneos y no se
consuma por causas independientes de la voluntad del agente”. Esto

17
Se sanciona de acuerdo al artículo 62 del Código Penal.

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quiere decir que en la tentativa el sujeto activo mantiene la finalidad


de cometer el delito, los actos encaminados a la ejecución deben ser
idóneos y dirigidos a la perpetración del mismo, y si a pesar de todo,
el delito no se consuma, es porque intervienen causas o circunstancias
ajenas a la voluntad del sujeto activo.18
c. Tentativa imposible (Art. 15): “Si la tentativa se efectuare con medios
normalmente inadecuados o sobre un objeto de tal naturaleza, que la
consumación del hecho resulta absolutamente imposible, el autor
solamente quedará sujeto a medidas de seguridad”. Medios
inadecuados: envenenar con azúcar, objeto imposible: matar a un
muerto.
d. Desistimiento (Art. 16): “Cuando comenzada la ejecución de un delito,
el autor desiste voluntariamente de realizar todos los actos necesarios
para consumarlo. Sólo se le aplicará sanción por los actos ejecutados,
si éstos constituyen delito por sí mismos”.19

La Tipicidad en el Delito
La tipicidad es la encuadrabilidad o adecuación de la conducta humana a la
descripción abstracta que contiene una norma penal.

Naturaleza y función
Respecto a su naturaleza, tradicionalmente se ha aceptado en toda la
doctrina dominante, que la tipicidad es un elemento positivo del delito.
Con respecto a su función, la tipicidad siempre ha sido un requisito formal
previo a la antijuricidad, es decir que, para que una conducta humana pueda ser
considerada como antijurídica en el Derecho Penal sustantivo, ésta tiene que ser
típica, lo cual quiere decir que sin la tipicidad la antijuricidad penal no existe. Pero
la tipicidad si puede existir aún sin antijuricidad, cuando en la comisión del hecho

18
Se sanciona de acuerdo a los artículos 63 y 64 del Código Penal.
19
No confundir con el desistimiento procesal.

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delictivo ha imperado una causa que legalmente lo justifique, como en el caso de la


legítima defensa, el estado de necesidad y el legítimo ejercicio de un derecho.
En la doctrina se le ha asignado otras funciones a la tipicidad, como instituto
penal que es, siendo éstas las siguientes:
a) Una función fundamentadora: en virtud de que constituye en sí un
presupuesto de legalidad, que fundamenta la actitud del juzgador para
conminar con una pena o bien con una medida de seguridad, la conducta
delictiva del agente, siempre que no exista una causa que lo libere de
responsabilidad penal.
b) Una función sistematizadora: debido a que por su medio se tiende a
relacionar formalmente la parte general con la parte especial del Derecho
Penal.
c) Una función garantizadora: Ya que la tipicidad resulta una consecuencia
inevitable del principio de legalidad o de reserva, por medio del cual no
puede haber crimen, ni pena si no está previamente establecido en una
ley penal que lo regule.

Tipicidad y tipo
Los tipos penales tienen prevista la forma general en que un comportamiento
puede estar sujeto a una sanción penal. La tipicidad es la adecuación de un hecho
cometido, a la descripción que de ese hecho en la ley penal. El tipo es un concepto,
describe una conducta prohibida que lleva a la imposición de una pena. Tipicidad
es cualidad, es atribuir a un comportamiento determinado tipo, subsumirlo en el
supuesto de la norma penal.

Relación entre tipo y antijuricidad


La antijuricidad es un juicio negativo de valor, que recae sobre una conducta
y que indica que ésta es contraria al ordenamiento jurídico. No todo
comportamiento antijurídico es penalmente relevante; y la tipicidad de una

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conducta no implica que ésta sea antijurídica, como en el caso de las causas de
justificación.

Estructura del tipo


El tipo tiene que estar redactado de modo que de su texto se pueda reducir
con claridad la conducta que se prohíbe.
Se encuentran elementos normativos: son aquellos que implican una
valoración del juzgador. Ej.: insolvencia, amenidad, honestida.
Elementos descriptivos: aquellos que describen en su totalidad la conducta.
Ej.: matar.
a) Un cierto comportamiento.
b) Un resultado, la muerte de una persona.
c) Relación causal entre acción y resultado.
Estos elementos exteriores que deben alcanzarse con la voluntad del autor, se
llaman de tipo objetivo.
El tipo subjetivo, está compuesto por los elementos de la conciencia del autor
que constituye la infracción a la norma.
Otros tipos son: tipo básico, derivados, cualificados, privilegiados,
autónomos. Los elementos generales que siempre están en todos los tipos: sujeto
activo. El qué o quién. Pero hay delitos pluri-subjetivos. En algunos casos se exigen
cualidades especiales para ser sujeto activo.

Funciones del tipo


a) Seleccionadora, de comportamientos humanos penalmente relevantes.
b) De garantía, sólo esos comportamientos pueden ser sancionados penalmente.
c) Motivadora, con la conminación se espera que los ciudadanos se abstengan
de realizar la conducta.

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Tipo y adecuación social


Hay ciertas acciones típicas que carecen de relevancia, Ej.: la entrega de
regalos de poca monta a ciertos funcionarios, como carteros en la época navideña;
la ponderación excesiva de las cualidades de una mercancía en la propaganda
comercial; los golpes en el boxeo, son comportamientos adecuados socialmente. La
adecuación social es un criterio que permite la interpretación restrictiva de algunos
tipos penales.

Clases de Tipos
Tipos activos dolosos (aspecto objetivo)
Conforme el concepto completo del tipo, el tipo doloso tiene dos aspectos,
uno objetivo y uno subjetivo.
Toda conducta tiene una manifestación en el mundo físico. Al individualizar
una conducta, el legislador a veces se vale del requerimiento de un resultado (causar
la muerte), pero a veces se limita a describir la conducta, advirtiendo que el
resultado sea cualquiera con tal que afecto el bien jurídico (prevaricato).
La causalidad debe admitirse en el tipo, con un punto de vista realista. La
relevancia penal de la causalidad se halla limitada, dentro de la misma teoría del
tipo, por el tipo subjetivo, es decir, por el querer del resultado.
Hay tipos que solo pueden ser cometidos por una persona, unisujetivos
(aborto propio). Otros que deben ser cometidos necesariamente por varios,
plurisubjetivos. Hay tipos que individualizan acciones que pueden cometerse en
cualquier contexto circunstancial, así aluden a circunstancias de tiempo (traición),
lugar (allanamiento), modo (ensañamiento), etc.
Hay tipos penales que no solo contienen elementos descriptivos, sino
también normativos, es decir, aquellos para cuya precisión se hace necesario acudir
a una valoración ética o jurídica.
Tipos activos dolosos (aspecto subjetivo)
Hay tipos subjetivos que se agotan en el dolo y otros que reconocen otros
elementos. Todos los tipos dolosos exigen que haya una cierta congruencia entre

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sus aspectos objetivo y subjetivo. Hay tipos doloso que requiere únicamente que su
aspecto subjetivo contenga el querer la realización del tipo objetivo, el homicidio
solo requiere que el autor quiera la muerte de un hombre.

Dolo
El dolo es el querer del resultado típico. La voluntad realizadora del tipo
objetivo. Dolo es una voluntad determinada que presupone un conocimiento
determinado.
El delito es doloso, cuando el resultado ha sido previsto o cuando, sin
perseguir ese resultado, el autor se lo representa como posible y ejecuta el acto.

Aspecto cognoscitivo
El dolo requiere conocimiento efectivo, la sola posibilidad de conocimiento
no pertenece al dolo. El querer matar a un hombre, dolo del tipo de homicidio, no
se integra con la posibilidad de conocer que se causa la muerte, sino con el efectivo
conocimiento de que se causa, sin ese conocimiento no puede hablarse de voluntad
homicida. El dolo requiere siempre cierto grado de actualización del conocimiento.

Previsión de la causalidad y el resultado


El dolo presupone que el autor haya previsto el curso causal y la producción
del resultado típico. Hay desviaciones relevantes del curso causal y desviaciones
irrelevantes.

Errores sobre la causalidad


1. Aberratio ictus. Cuando el objeto de la conducta y el ente que resulta
afectado no son equivalentes, como cuando alguien dispara contra el dueño
y lesiona al perro. La aberratio ictus también suele llamarse error en el golpe.
2. Otro es el caso de error en la persona. Si el bien es equivalente no hay
problema, se elimina el dolo. Cuando la desviación resulta irrelevante, para

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el dolo si importa, como quien confunde a su enemigo con el vecino y dirige


su conducta a matar al vecino, es homicidio.
3. Dolus generalis. Es un error sobre la causalidad en que el autor cree haber
alcanzado el resultado, pero este sobreviene en el curso causal. Como
cuando alguien cree haber dado muerte a golpes a su víctima pero en
realidad solo está desmayada y muere por ahorcamiento cuando lo cuelga en
un árbol para simular un suicidio. Para que haya dolo es necesario que haya
un plan unitario, es decir, una unidad de decisión no importando que la
muerte se haya producido por los golpes o por el colgamiento.

Clases de dolo
En el dolo directo el sujeto quiere realizar precisamente el resultado
prohibido en el tipo. El autor quería matar y mata (dolo en primer grado).
También existe el dolo en que el autor no quiere una de las consecuencias pero la
admite como unidad al resultado final; es decir, prevé una consecuencia accesoria, la
acepta como necesaria y la incluye en su voluntad (dolo de segundo grado).
También se conoce el dolo eventual que consiste en que el sujeto se
representa el resultado como probable producción.

El delito imprudente
“El delito es culposo, con ocasión de acciones u omisiones lícitas, se causa una mal
por imprudencia, negligencia o impericia” (Art. 12 CP).20
Componentes del tipo de injusto del delito imprudente:
a) La acción típica. Al no estar descrita la imprudencia, puesto que se trata de
tipos abiertos, lo esencial de dicha acción es que se lesione el deber objetivo
de cuidado. El núcleo del tipo de injusto del delito imprudente consiste
entonces en la divergencia entre la acción realmente efectuada y la que debió
realizarse en virtud del deber objetivo de cuidado.

20
El delito imprudente apareció como delito culposo en la época del derecho canónico. Durante el
derecho romano la culpa solo existió en materia civil.

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b) El cuidado objetivo. Consiste en el cuidado requerido en la vida de relación


social, que se pone regularmente en las actuaciones.

La Preterintencionalidad
Una tercera fuente de imputación, distinta a la dolosa y a la imprudente, es la
responsabilidad por el resultado que nuestra legislación denomina
preterintencionalidad y que puede definirse como la circunstancia atenuante
consistente en que el resultado del hecho delictivo es más grave que el querido por
el delincuente.. Su origen se encuentra en el principio versari in re illicita que
procede del derecho canónico medieval; conforme a tal principio se confería
responsabilidad al autor de un hecho aunque el resultado del mismo fuera
totalmente alejado de la finalidad que perseguía.

La Antijuricidad en el Delito
Básicamente puede definirse la antijuridicidad desde tres puntos de vista:
 Tomando en cuenta su aspecto formal
 Tomando en cuenta su aspecto material
 Tomando en cuenta la valoración (positiva) o desvaloración (negativa) que
se hace de su aspecto formal o material
Desde el punto de vista formal se dice que antijuridicidad “es la relación de
oposición entre la conducta humana y la norma penal” o bien “la contradicción
entre una conducta concreta y un concreto orden jurídico establecido previamente
por el Estado”.
Desde el punto de vista material se dice que es “la acción que encierra una
conducta antisocial que tiende a lesionar o a poner en peligro un bien jurídico
tutelado por el Estado”.
El tercer punto de vista sostiene (en sentido positivo) que es un juicio de
valor por el cual se declara que la conducta no es aquella que el derecho demanda;
y en sentido contrario (negativo) es un juicio desvalorativo que un juez penal hace

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sobre una acción típica, en la medida en que ésta lesiona o pone en peligro, sin que
exista una causa de justificación, el interés o bien jurídicamente tutelado.

Naturaleza de su función
Plantear la naturalaza de la función de la antijuricidad desde el punto de vista
formal en virtud de que la antijuricidad formal es consecuencia del principio de
legalidad, supone que donde aquel rija, la determinación de lo antijurídico se estará
basando en la antijuridicidad formal y solo podrá hacerlo sobre la material, cuando
no exista principio de legalidad, lo que viene a significar que para determinar si una
conducta es penalmente antijurídica, habrá necesariamente que indagar en la ley
penal.

La Culpabilidad en el Delito
Para la imposición de una pena no es suficiente que el hecho constituya un
injusto típico; esto es que sea típico y antijurídico. Es necesaria la presencia de una
tercera categoría, que debe encontrare en todo hecho delictivo, que es la
culpabilidad. La culpabilidad es la conciencia de la antijuricidad de la conducta, es
decir, supone la reprochabilidad del hecho ya calificado como típico y antijurídico,
fundada en el desacato del autor frente al derecho por medio de su conducta,
mediante la cual menoscaba la confianza general en la vigencia de las normas.

Elementos de la culpabilidad
1. Imputabilidad o capacidad de culpabilidad: Capacidad de ser sujeto del
Derecho Penal, esto es, madurez tanto física como psíquica para poder
motivarse conforme la norma penal; sin ellas no puede hablarse de
culpabilidad.
2. Conocimiento de la antijuridicidad: Si el individuo puede conocer aunque sea
a grandes rasgos el contenido de las prohibiciones, el individuo imputable
puede motivarse. Si el sujeto no sabe que su hacer está prohibido, tampoco
puede motivarse conforme a la norma.

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3. Le exigibilidad de un comportamiento distinto: Hay ciertos ámbitos de


exigencia fuera de los cuales no puede exigirse responsabilidad alguna.

La Imputabilidad en el Delito
Es imputable todo aquel que posea al tiempo de la acción las condiciones
psíquicas exigidas, abstractas e indeterminadamente, por la ley; para poder
desarrollar su conducta socialmente, todo el que sea apto e idóneo jurídicamente
para obserar una conducta que responsa a las exigencias de la vida en sociedad.

Naturaleza de su función
Actualmente podríamos decir que ha reinado la teoría de la voluntad, por
cuanto los penalistas modernos han decidido rechazar el antiguo problema del libre
albedrío y el determinismo, por considerar que dicho problema no pertenece al
campo jurídico, sino al campo moral y religioso. Aseguran que en el Derecho Penal
no hay por qué discutir, si la conducta humana actúa libremente o está
predeterminada, basta con que la conducta humana sea voluntaria, es decir, que
para que un sujeto sea responsable penalmente, basta que haya ejecutado el delito
con voluntad, consciente y libre; esta concepción no investiga si la voluntad está
determinada por un conjunto de factores o es producto del libre albedrío.

La Punibilidad en el Delito
En la doctrina existen dos corrientes con respecto a la punibilidad, una que la
considera como elemento del delito y otra que la considera como consecuencia del
mismo:

La punibilidad como elemento del delito


Los que sostienen este criterio creen que la conducta humana típicamente
antijurídica y culpable, para que constituya delito se requiere que esté sancionada
con una pena, de esta manera la punibilidad resulta ser elemento esencial del delito.

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La punibilidad como consecuencia del delito


Los que sostienen este criterio definen el delito como “la acción típicamente
antijurídica y culpable”, incluyendo la mención de la penalidad por considerar que
ella es una consecuencia y no un elemento característico del delito.

Función de los elementos negativos del delito


Los elementos negativos del delito tienden a destruir la configuración jurídica
del mismo y como consecuencia tienden a eliminar la responsabilidad penal del
sujeto activo.

Causas de Inimputabilidad (Art. 23 CP)


De acuerdo a nuestra ley, en Guatemala, no son imputables y por ende
tampoco responsables penalmente, los menores de edad, y los que en el momento
de la acción u omisión, no posean, a causa de enfermedad mental, de desarrollo
psíquico incompleto o retardado de trastorno mental transitorio, la capacidad de
comprender el carácter ilícito del hecho o de determinarse de acuerdo con esa
comprensión, salvo que el trastorno mental transitorio, haya sido buscado de
propósito por el agente.

Ausencia de Antijuricidad (Causas de Justificación)


Básicamente para que tengamos ante nosotros un delito, es necesario que se
realice un comportamiento humano subsumible en un tipo de conducta encuadrable
en alguna descripción de la parte especial del Código Penal, pero puede ser que tal
comportamiento típico se encuentre justificado por alguna de las circunstancias que
señala el artículo 24. La observación primaria en cuanto a la antijuridicidad de una
conducta es que ésta tiene carácter negativo, es decir, si no concurre alguna causa de
justificación el hecho es antijurídico.

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1. Legítima defensa: Obrar en defensa de su persona, bienes o derechos o los de


otra con el fin de protegerse ante una agresión ilegítima no provocada y
utilizando medios necesarios para el efecto. (Art. 24, 1 CP)
a. Requisitos: Agresión ilegítima, necesidad racional del medio empleado
para impedirla o repelerla y falta de provocación suficiente por parte
del defensor.
2. Legítima defensa putativa: Se da cuando el sujeto cree erróneamente que
concurren los presupuestos objetivos de la legítima defensa. (Art. 25, 3 CP)
3. Estado de necesidad: Cuando se comete un hecho obligado por la necesidad
de salvarse o salvar a otros de un peligro, no causado por el sujeto
voluntariamente, ni evitable de otra manera, siempre que el hecho sea en
proporción al peligro. (Art. 24, 2 CP)21
4. Ejercicio legítimo de un derecho: Quien ejecuta un acto, ordenado o
permitido por la ley, en ejercicio legítimo del cargo público que desempeña,
del a profesión a que se dedica, de la autoridad que ejerce, o de la ayuda que
preste a la justicia. (Art. 24, 3 CP)

Causas de Inculpabilidad (Art. 25 CP)


Al igual que las causas de inimputabilidad y las causas de justificación, las causas
de inculpabilidad, las causas de inculpabilidad, son eximentes de la responsabilidad
penal del sujeto activo, y en este caso porque el elemento subjetivo del tipo, que es
la volunta del agente, no existe; en ese sentido las causas de inculpabilidad son el
negativo de la culpabilidad como elemento positivo del delito, y surgen
precisamente cuando en la comisión de un acto delictivo no existe dolo, culpa o
preterintención.

1. Miedo invencible: Para que exista jurídicamente la comisión de un delito y


que ésta pueda ser imputado a determinado sujeto, es imprescindible que el
agente actúe libre y voluntariamente en la ejecución del mismo, lo cual no

21
En la legítima defensa se requiere una agresión, en el estado de necesidad no es necesario.

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sucede cuando el sujeto activo con miedo que le es invencible, porque le está
coartada la voluntad de actuar libremente.
2. Fuerza exterior: En este caso se trata de una “Vis Absoluta”, es decir, un tipo
de violencia física o material que se torna en irresistible, ejercida
directamente sobre la humanidad del sujeto activo, que anula total y
absolutamente su voluntad de acción; y si actúa lo hace como mero
instrumento, no sólo privado de su voluntad, sino en contra de ella misma,
de tal manera que si comete el delito, existe falta de acción por parte del
sujeto activo y por lo tanto está exento de responsabilidad penal.
3. Error: La importancia del error en la teoría general del delito, y
específicamente en la valoración de la conducta humana delictiva se
desprende de la necesidad de que para actuar culpablemente el sujeto tenga
que saber y querer hacer lo que hace (dolo), o que de no haberlo sabido y
querido, hubiera tenido al menos la posibilidad de prever el carácter
típicamente antijurídico de la acción por él realizada (culpa).
4. Obediencia debida: Esta se materializa en el marco de la relación de
dependencia que puede dar en muchos ámbitos, sin embargo para que la
obediencia se considere debida debe reunir los siguientes requisitos:
o Que haya subordinación jerárquica entre quien ordena y quien ejecuta
el acto.
o Que la orden se dicte dentro del ámbito de las atribuciones de quien
la emite y esté revestida de las formalidades legales.
o Que la ilegalidad del acto no sea manifiesta.
5. Omisión justificada: Cuando el sujeto se encuentra materialmente
imposibilitado para hacerlo, queda exento de responsabilidad penal por una
causa de inculpabilidad.

Otras eximentes de Responsabilidad Penal


1. Caso fortuito: El caso fortuito es un acaecimiento o suceso imposible de
evitar, que debe identificarse con un mero accidente, donde la

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responsabilidad penal no es imputable a nadie, por cuanto que el agente


actuaba legalmente y a pesar de haber puesto la debida diligencia, se produjo
un resultado dañoso de manera fortuita, que quiere decir que en la conducta
del sujeto no existió dolo, culpa ni preterintencionalidad.
2. Excusas absolutorias: Nuestro ordenamiento penal guatemalteco no define lo
que debe entenderse por “excusa absolutoria”, sin embargo, si las contempla
en muchas ocasiones como eximentes de responsabilidad penal por razones
de parentesco o por causa de política criminal del Estado. Ej.: Art. 137, 139,
172, 280 CP.

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DE LAS PENAS Y LAS MEDIDAS DE SEGURIDAD

La pena
Etimológicamente al término “pena” se le han atribuido varios significados en
la historia del Derecho Penal, así se dice que la misma se deriva del vocablo Pondos
que quiere decir peso, otros consideran que se deriva del sánscrito Punya, que
significa pureza o virtud (valores espirituale que debía alcanzar el delincuente a
través del sufrimiento por el delito cometido); algunos otros creen que se origina
del griego Ponos que significa trabajo o fatica; y por último se considera que
proviene de la palabra latina Poena que significa castigo o suplicio.

Definición
Es una consecuencia eminentemente jurídica y debidamente establecida en la
ley, que consiste en la privación o restricción de bienes jurídicos, que impone un
órgano jurisdiccional en nombre del Estado, al responsable de un ilícito penal.

Características de la pena
1. Es un castigo: Partiendo de la idea de que la pena se convierte en un
sufrimiento para el condenado al sentir la privación o restricción de sus
bienes jurídicos (su vida, su libertad, su patrimonio), sufrimiento éste que
puede ser físico, o moral o espiritual, aunque filosóficamente se diga que es
un bien para él y la sociedad.
2. Es de naturaleza pública: Debido a que solamente al Estado corresponde la
imposición y la ejecución de la pena, nadie más puede arrogarse ese derecho
producto de la soberanía del Estado.
3. Es una consecuencia jurídica: Toda vez que para ser legal, debe estar
previamente determinada en la ley penal y sólo la puede imponer un órgano
jurisdiccional competente al responsable de un ilícito penal y a través de un
debido proceso. Las correcciones públicas o privadas, en atención a sus fines

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particulares, no pueden constituir sanciones penales, es decir, no pueden


reputarse como penas.
4. Debe ser personal: Quiere decir que solamente debe sufrirla un sujeto
determinado; solamente debe recaer sobre el condenado, en el entendido
que nadie puede ser castigado por hechos delictivos de otros; la
responsabilidad penal no se hereda.
5. Debe ser determinada: Toda pena debe estar determinada en la ley penal y
el condenado no debe sufrir más de la pena impuesta que debe ser limitada.
6. Debe ser proporcionada: Si la pena es la reprobación a una conducta
antijurídica, ésta debe ser en proporción a la naturaleza y a la gravedad del
delito, atendiendo indiscutiblemente a los caracteres de la personalidad del
delincuente, valorados objetiva y subjetivamente por el juzgador en el
momento de dictar la sentencia condenatoria.
7. Debe ser flexible: En el entendido que debe ser proporcionada, y poder
graduarse entre un mínimo y un máximo, esto requiere indiscutiblemente una
capacidad científica en los juzgados penales.
8. Debe ser ética y moral: Significa esto que la pena debe estar encaminada a
hacer el bien para el delincuente; si bien es cierto que debe causar el efecto
de una retribución, no debe convertirse en una pura venganza del Estado en
nombre de la sociedad, porque no es concebible que a la antijuridicidad del
delito, el Estado responda con la inmoralidad de la pena; debe tender a
reeducar, a reformar o rehabilitar al delincuente.

Su naturaleza y sus fines


En cuanto a su naturaleza jurídica de la pena, ésta se identifica en buena
manera con la naturaleza jurídica del Derecho Penal, es decir, son de naturaleza
pública, partiendo del Jus Puniendi como derecho que corresponde única y
exclusivamente al Estado de castigar, concepción que ha sido universalmente
aceptada en el Derecho Penal moderno.

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Sobre un fondo de justicia debe la pena aspirar a la obtención de los


siguientes fines:
a. Obrar sobre el delincuente creando en él, por el sufrimiento que contienen,
motivos que le aparten del delito en el porvenir y sobre todo, como
finalidad preponderante, tender a su reforma y a su readaptación a la vida
social.
b. Obrar no sólo sobre el delincuente, sino también sobre los ciudadanos
pacíficos, mostrándoles, mediante su conminación u su ejecución, las
consecuencias de su conducta delictuosa; vigorizando así su sentido de
respeto a la ley y creando en los hombres de sentido moral escaso por
razones de propia conveniencia, motivos de inhibición para el porvenir.

Tanto el fundamento como los fines de la pena, se han enfocado hasta


nuestros días por tres principales teorías que a continuación describimos:
a. La teoría de la retribución: Sostenida por una tradición filosófica idealista y
cristiana, se basa en la creencia de que la culpabilidad del autor debe
compensarse mediante la imposición de un mal penal, con el objeto de
alcanzar la justicia. Su fundamento está en el castigo-retributivo que debe
recibir el delincuente por la comisión de un mal causado denominado delito,
en ese sentido la pena debe ser aflictiva, un sufrimiento, un mal para el
delincuente, para lograr la amenaza penal.
b. La teoría de la prevención especial: Nace con el positivismo italiano y luego
se desarrolla en Alemania por Franz von Liszt; la pena consiste para esta
teoría en una intimidación individual que recae únicamente sobre el
delincuente con el objeto de que no vuelva a delinquir; no pretende como lo
anterior retribuir el pasado sino prevenir la comisión de nuevos delitos,
corrigiendo al incorregible, intimidando al intimidable o haciéndolo
inofensivo al privarlo de la libertad al que no es corregible ni intimidable.
c. La teoría de la prevención general: Se sostiene que la pena debe conllevar
una intimidación no sólo de tipo personal, sino de tipo general a todos los

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ciudadanos, actuando como advertencia de lo que les puede suceder si se


atreven a cometer un delito; es decir, que el fin de la pena para esta teoría
no es la retribución, ni la corrección del delincuente, sino radica en sus
efectos intimidatorios para todos los hombres sobre las consecuencias
perniciosas de su conducta antijurídica.

La punibilidad
Es la conminación de privación o restricción de bienes del autor del delito,
formulada por el legislador para la prevención general, y determinada
cualitativamente por la clase de bien tutelado y cuantitativamente por la magnitud
del bien y del ataque a éste. Es decir que la punibilidad es la abstracta descripción
de la pena que plasma como una amenaza de prevención general, el legislador en la
ley penal.

La punición
Es la fijación de la particular y concreta privación o restricción de bienes al
autor del delito, realizada por el juez para reafirmar la prevención general y
determinada cuantitativamente por la magnitud de la culpabilidad. La punición es
la medida de punibilidad impuesta por el juez a quien considere culpable de un
delito o, en otros términos, es la imposición judicial de una pena.

La pena
Es la real privación o restricción de bienes del autor del delito, que lleva a
cabo el órgano judicial para la prevención especial, determinada en su máximo por
la culpabilidad y en su mínimo por la repersonalización.

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Clasificación de las penas

1. Atendiendo al fin que se proponen alcanzar


a. Intimidatorias: Son aquellas que tienen por objeto la prevención
individual, influyendo directamente sobre el ánimo del delincuente
con el fin de que no vuelva a delinquir.
b. Correccionales o reformatorias: Son aquellas que tienen por objeto la
rehabilitación, la reforma, la reeducación del reo para que pueda
reincorporarse a la vida social, como ser útil a ella, desintoxicado de
todo tipo de manifestaciones antisociales; se dice que tienden a
reformar el carácter pervertido de aquellos delincuentes corrompidos
moralmente, pero aún considerados como corregibles.
c. Eliminatorias: Son aquellas que tienen por objeto la eliminación del
delincuente considerado incorregible y sumamente peligroso, ya sea
imponiendo la pena capital o la cadena perpetua.

2. Atendiendo a la materia sobre la que recaen y al bien jurídico que privan o


restringen
a. La pena capital: Mal llamada también pena de muerte, ya que
realmente es una condena a muerte por lo que en realidad, lo que
priva del delincuente condenado a ella es la vida; la pena capital o
pena de muerte consiste pues, en la eliminación física del delincuente,
en atención a la gravedad del delito cometido y a la peligrosidad
criminal del mismo.
b. La pena privativa de libertad: Consiste en la pena de “prisión” o de
“arresto” que priva al reo de su libertad de movimiento, es decir,
limita o restringe el derecho de locomoción y movilidad del
condenado, obligándolo a permanecer en una cárcel, centro
penitenciario o centro de detención, por un tiempo determinado.

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c. La pena restrictiva de libertad: Son aquellas que limitan o restringen la


libertad del condenado al destinarle un específico lugar de residencia,
es decir, que obligan y limitan al condenado a residir en un
determinado lugar, tal es el caso de la detención.
d. La pena restrictiva de derechos: Son aquellas que restringen o limitan
ciertos derechos individuales, civiles, políticos contemplados en la ley.
e. La pena pecuniaria: Son penas de tipo patrimonial que recaen sobre la
fortuna del condenado, tal es el caso de la multa y el comiso, así
como la confiscación de bienes que consiste en la pérdida del
patrimonio o parte del mismo a favor del Estado.
f. Penas infamantes y penas aflictivas: Las penas infamantes privan o
lesionan el honor y la dignidad del condenado, tenían por objeto
humillar al condenado, tal es el caso de la picota (poste donde
exhibían la cabeza de los reos) y la obligación de vestir de
determinada manera. Las penas aflictivas son de tipo corporal que
pretendían causar sufrimiento físico al condenado sin privarlo de la
vida, tal es el caso de los azotes y las cadenas, la mutilación y la marca
con hierro candente.

3. Atendiendo a su magnitud
a. Penas fijas o rígidas: Son aquellas que se encuentran muy bien
determinadas en forma precisa e invariable en la ley penal, de tal
manera que el juzgador no tiene ninguna posibilidad legal de
graduarlas en atención al delito o a la ley.22
b. Penas variables, flexibles o divisibles: Son aquellas que se encuentran
determinadas en la ley penal, dentro de un máximo y un mínimo, de
tal manera que deben ser graduadas por el juzgador en el momento
de emitir el fallo, atendiendo a las circunstancias que influyeron en la
comisión del delito y a la personalidad del delincuente.

22
El Código Penal anterior en nuestro país (1936) contenía este tipo de penas.

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c. La pena mixta: Se llama así a la aplicación combinada de dos clases de


penas, “pena de prisión y pena de multa” por ejemplo, tal y como lo
presenta la legislación penal guatemalteca para muchos delitos.

4. Atendiendo a su importancia y al modo de imponerlas


a. Penas principales: Son aquellas que gozan de autonomía en su
imposición, de tal manera que pueden imponerse solas, prescindiendo
de la imposición de otra u otras, por cuanto tienen independencia
propia.
b. Penas accesorias: Son aquellas que por el contrario de las anteriores no
gozan de autonomía en su imposición, y para imponerlas
necesariamente deben anexarse a una principal, es decir, que su
aplicación depende de que se imponga una pena principal, de lo
contrario por sí solas no pueden imponerse.

Clasificación legal de las penas

1. Penas principales
a. La pena de muerte: Tiene carácter extraordinario en nuestro país, y
sólo se aplicará en los casos expresamente consignados en la ley. Sin
embargo la pena de muerte no podrá imponerse por delitos de orden
político, cuando la condena se funde en presunciones, a las mujeres, a
varones mayores de sesenta años y a las personas cuya extradición
haya sido concedida bajo esa condición23.
b. La pena de prisión: Consiste en la privación de la libertad personal, y
su duración en nuestro país puede ser de un mes hasta cincuenta años.

23
Los delitos que tienen señalada la pena capital como sanción en nuestra legislación penal son: el
parricidio, el asesinato, la violación calificada, el plagio o secuestro y el magnicidio (Art. 131, 132,
132bis, 175, 201 u 383 CP; y el caso de muerte en la ley contra la narcoactividad).

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c. La pena de arresto: Consiste también en la privación de libertad


personal y su duración se extiende de uno a sesenta días, está
destinada especialmente para las faltas.
d. La pena de multa: Es una pena pecuniaria consistente en el pago de
una cantidad de dinero que deberá fijar el juez dentro de los límites
señalados por cada delito, y cuando no se encuentra estipulada, la
LOJ establece que debe fijarse dentro de un mínimo de Q. 5 y un
máximo de Q. 100 en casos de multa. Salvo lo que establecen leyes
penales especiales, no puede ser superior a doscientos mil quetzales.

2. Penas accesorias
a. La inhabilitación absoluta: Según nuestra legislación penal, consiste en
la pérdida o suspensión de los derechos políticos, la pérdida del
empleo o cargo público que el penado ejercía, aunque proviniere de
elección popular; incapacidad para obtener cargos, empleos o
comisiones públicos, la privación del derecho de elegir y ser electo, y
la incapacidad de ejercer la patria potestad y de ser tutor o protutor.
b. La inhabilitación especial: Que consiste en la imposición de alguna o
algunas de las inhabilitaciones absolutas descritas anteriormente; o
bien la prohibición de ejercer una profesión o actividad, cuyo ejercicio
depende de una autorización, licencia o habilitación; esta prohibición
se refiere especialmente cuando el delito se hubiere cometido
abusando del ejercicio profesional, o bien infringiendo deberes
propios de la actividad a que se dedica el sujeto.
c. La suspensión de derechos políticos: Al imponerse la pena de prisión,
automáticamente conlleva la suspensión de los derechos políticos del
condenado por el tiempo que dure la condena, aún y cuando sea
conmutada.
d. El comiso: Consiste en la pérdida, a favor del Estado, de los objetos
que provengan de un delito o falta, a no ser que éstos pertenezcan a

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un tercero que no tenga ninguna responsabilidad penal en el hecho


delictivo. Si los objetos fueren de uso prohibido o no sean de lícito
comercio, se decretará el comiso aún y cuando no llegue a declararse
la existencia del delito o la culpabilidad del sindicado.
e. La publicación de sentencias: Se impondrá como accesoria a la
principal, exclusivamente en los delitos contra el honor y solamente
cuando fuere solicitado por el ofendido a sus herederos, siempre y
cuando el juez considere que la publicidad contribuirá a reparar el
daño moral causado por el delito.
f. La expulsión de extranjeros del territorio nacional: En cuanto a esta
pena accesoria el Código Penal solamente se limita a mencionarla, sin
embargo se entiende que sólo se aplicará a los extranjeros y deberá
ejecutarse una vez cumplida la pena principal.

3. La conmuta
No es precisamente una pena, sino más bien un beneficio que se otorga al
condenado, por medio de la cual la pena de prisión, cuando ésta no exceda
de cinco años, y la pena de arresto en todos los casos; se puede trocar 24 por
pena de multa.

24
Cambiar.

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LAS MEDIDAS DE SEGURIDAD


Son medios de defensa social utilizados por el Estado, a través de los órganos
jurisdiccionales correspondientes, que tienen por objeto la prevención del delito y la
rehabilitación de sujetos inimputables.

Características de las medidas de seguridad


a) Son medios o procedimientos que utiliza el Estado. Quiere decir que la
imposición de medidas de seguridad corresponde con exclusividad al
Estado, que como ente soberano es el único facultado para crearlas e
imponerlas, a través de los órganos jurisdiccionales correspondientes, toda
vez que en nuestro país tienen un carácter judicial y no administrativo.
b) Tienen un fin preventivo, rehabilitador, no retributivo. Quiere decir que
pretenden prevenir la comisión de futuros delitos, a través de la
educación, corrección y curación de los sujetos con probabilidad de
delinquir, desprovistas de castigo expiatorio.
c) Son medio de defensa social. Porque su imposición depende de la
peligrosidad del sujeto y no de la culpabilidad del mismo, en ese sentido
se previene y se rehabilita en defensa de los intereses sociales, que se ven
amenazados por la peligrosidad que revelan ciertos sujetos.
d) Puede aplicarse a peligrosos criminales y a peligrosos sociales.
Entendiéndose por peligroso criminal a aquel que después de haber
delinquido presenta probabilidades de volver a delinquir; mientras que el
peligroso social es aquel que no habiendo delinquido presenta
probabilidades de hacerlo; pueden imponerse en sentencia condenatoria
o absolutoria25.
e) Su aplicación es por tiempo indeterminado. Quiere decir que una vez
impuestas, sólo deben revocarse o reformarse cuando efectivamente ha
desaparecido la causa o el estado peligroso que las motivó.

25
Artículo 86 del Código Penal.

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f) Responden a un principio de legalidad. Quiere decir que no podrán


imponerse sino únicamente aquellas que estén previamente establecidas
en la ley.

Su naturaleza y sus fines


En la doctrina ha sido motivo de fuertes debates desde su aparecimiento
hasta nuestros días, lo relativo a la naturaleza jurídica de las medidas de seguridad;
en primer lugar se ha discutido mucho sobre si éstas deben ser de carácter judicial o
bien administrativo, prevaleciendo el primer criterio. También se discute que es
necesario distinguir entre las que se incorporan al dispositivo de defensa con ocasión
de un delito y aquellas que suponen un dispositivo de defensa aún no existiendo la
comisión de un delito, llegándose a la conclusión de que las medidas predelictivas
deben ser de orden administrativo, mientras que nacen de la comisión de un delito
del orden judicial. La mayor discusión respecto a su naturaleza se ha circunscrito, sin
lugar a dudas, en la polémica de si existe o no diferencia entre las penas y las
medidas de seguridad, siendo las teorías más importantes al respecto las siguientes:

Teoría unitaria o doctrina de la identidad: Sostenida fundamentalmente por los


positivistas, entre las penas y las medidas de seguridad no existen diferencias
sustanciales, sino una similitud completa, porque ambas, tienen carácter retributivo;
las dos son consecuencia inmediata del delito, las dos se traducen en privación y
retribución de derechos de bienes jurídicos de la persona a quien se aplican.
Teoría dualista o doctrina de la separación: Es la teoría sostenida por Bernardino
Alimena, Florian, Longhi, Grarraud, Beling, Montes y otros. Sostiene al contrario de
la anterior, que existen sustanciales diferencias entre las penas y las medidas de
seguridad, en tanto que las primeras son meramente retribución o castigo por la
comisión del delito cometido, las segundas son puramente preventivas.

En relación a los fines de las medidas de seguridad, Alfonso Domínguez


Estrada menciona los siguientes:

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 Cuando se impone a inimputables deficientes mentales son: el tratamiento


científico en condiciones adecuadas para su curación, en la medida de lo
posible y la protección a la sociedad.
 Cuando se impone a inimputables menores de edad son: obtener su
readaptación y reeducación y la protección de la sociedad.
 Cuando se aplican a delincuentes peligrosos son: proveer a su readaptación
social, en condiciones cualitativamente diferentes a las de la pena, y a la
protección de la sociedad.
 Si se aplica a delincuentes carentes de peligrosidad son: favorecer su
readaptación social en un período más breve que el de la pena, por lo cual
ésta deviene innecesaria, y beneficia a la sociedad, la que contará con un
individuo que participará en su mejoramiento.

Clasificación de las medidas de seguridad


Clasificación doctrinaria
a) Medidas de seguridad propiamente dichas, y medidas de
prevención: Las primeras son aquellas que se aplican como
complemento de la pena en atención a la peligrosidad criminal, es
decir, son post-delictuales, partiendo de su peligrosidad en
atención al delito o falta cometida. Las segundas no dependen de
la comisión de un delito, son predelictuales, y se imponen en
atención a la peligrosidad social del sujeto con un fin profiláctico,
de tal manera que se pueda evitar la probable infracción a la ley
penal del Estado.
b) Medidas de seguridad curativas, reeducativas o correccionales y
eliminativas: Las medidas curativas son las que tienen por objeto el
tratamiento clínico-psiquiátrico de los sujetos inimputables
anormales por deficiencias mentales, así como de los ebrios
consuetudinarios y los toxicómanos, y que requieren de centros
especiales de tratamiento. Las reeducativas o correccionales, son

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aquellas que pretenden la reeducación, la reforma del individuo, su


rehabilitación en sentido amplio con el fin de adaptarlo
nuevamente a la sociedad. Las eliminatorias, de segregación o de
protección estricta, son aquellas que tratan de eliminar de la
sociedad a sujetos que son inadaptables a ella, individuos
incorregibles, como delincuentes reincidentes y habituales, que
conlleva una custodia muy especial para evitar la comisión de
nuevos delitos, aún dentro de los centros penales.

Clasificación legal
a) El internamiento en establecimiento psiquiátrico.
b) El internamiento en granja agrícola, centro industrial u otra
análogo.
c) El internamiento en establecimiento educativo o de tratamiento
especial.
d) La libertad vigilada.
e) La prohibición de residir en lugar determinado.
f) La prohibición de concurrir a determinados lugares.
g) La caución de buena conducta.

Sustitutivos Penales
Son medios que utiliza el Estado, a través de los órganos jurisdiccionales,
encaminados a sustituir la pena de prisión, atendiendo a una política criminal con el
fin de resocializar al delincuente, dándole la oportunidad de reintegrarse a la
sociedad y que no vuelva a delinquir.

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Clasificación de los sustitutivos penales


1. Sustitutivos penales restrictivos de libertad
a. La semilibertad: Consiste en que el penado sale de la prisión por la
mañana a trabajar en el exterior, y regresa por la tarde, pasando las
noches, los fines de semana y los días de feriado en la prisión.
b. El arresto de fin de semana: Que consiste en que el penado, por cinco
días a la semana realiza labores diarias en el exterior, viviendo con su
familia; volviendo los fines de semana a la prisión hasta cumplir con su
condena.
c. El confinamiento: Que consiste en la obligación de residir en
determinado lugar y no salir de él, hasta que lo autorice el órgano
jurisdiccional que dictó la medida.
d. El arresto domiciliario: Que consiste en la obligación de permanecer
dentro de su domicilio por un tiempo determinado.

2. Sustitutivos penales no privativos de libertad


a. Las sanciones pecuniarias: Que consisten en multas o cantidades de
dinero que debe pagar el condenado, el decomiso que es la pérdida
de objetos a favor del Estado y la reparación del daño causado.
b. El extrañamiento o destierro: Que consiste en la expulsión del
delincuente del territorio nacional.
c. La amonestación: Que consiste en la simple advertencia que se hace al
sujeto de que no vuelva a delinquir o infringir las leyes penales.
d. La condena condicional: Que consiste en la suspensión condicional de
la pena, si en cierto plazo el sujeto no vuelve a delinquir.
e. La probation: Definida por las Naciones Unidas “un método de
tratamiento del delincuente especialmente seleccionador, que consiste
en la suspensión condicional de la pena, siendo el delincuente
colocado bajo una vigilancia personal que le proporciona guía y
tratamiento.

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f. La parole: Que es la libertad condicional de un recluso, una vez ha


cumplido con una parte de la condena.
g. Servicio comunitario: El objetivo del servicio comunitario es: a) Exigir
al condenado que realice servicios no remunerados, se presente
puntualmente al lugar de trabajo y se prive de su tiempo libre; b)
Reparar los daños causados a la comunidad a través de servicios de
utilidad social, con cuya prestación se consideren los daños causados
con el delito; c) Beneficiar a la comunidad con trabajos que a ella
misma le es difícil realizar.

Clasificación legal de los sustitutivos penales


1. La suspensión condicional de la pena: Contemplada en el artículo 72 del
Código Penal, establece que al dictarse sentencia, podrán los tribunales
suspender condicionalmente la ejecución de la pena, suspensión que podrán
conceder por un tiempo no menor de dos años ni mayor de cinco, siempre
que concurran los requisitos que establece ese mismo artículo.
2. El perdón judicial: Contemplado en el artículo 83 del Código Penal,
establece que los jueces tiene facultad para otorgar, en sentencia, perdón
judicial siempre que a su juicio las circunstancias en que el delito se cometió
lo amerite y se llenen ciertos requisitos.
3. La libertad condicional: Está regulada del artículo 78 al 82 del Código Penal,
en este caso se requiere que el reo se encuentre cumpliendo la condena y que
se haya cumplido más de la mitad de la pena de prisión que exceda de tres y
no pase de doce años, o bien que haya cumplido tres cuartas partes de la
pena que exceda de doce años, cumpliendo además los requisitos que exige
el artículo 80.

Causas que extinguen la responsabilidad penal y la pena


Son determinadas circunstancias que sobrevienen después de la comisión del
delito y anulan la acción penal o la penal.

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De acuerdo a nuestra ley, la responsabilidad penal se extingue:


a) Por muerte del procesado o del condenado.
b) Por amnistía.
c) Por perdón del ofendido, en los casos en que la ley lo permita expresamente.
d) Por prescripción.
e) Por cumplimiento de la pena.

Las causas que extinguen la pena son:


1. Por su cumplimiento.
2. Por muerte del reo.
3. Por amnistía.
4. Por indulto.
5. Por perdón del ofendido en los casos señalados por la ley.
6. Por prescripción.

Muerte del procesado o condenado:


Se extingue la responsabilidad y la pena pecuniaria impuesta así como todas
las consecuencias penales. La responsabilidad civil que se deriva de delito o falta sí
se transmite a los herederos del procesado así como la acción para hacerla efectiva a
los herederos del perjudicado.
Puede darse pese a lo simple que pueda resultar, algunas alternativas:
 Que el procesado fallezca en el curso del proceso, antes de que se haya
dictado sentencia, se extingue la acción penal.
 Que habiéndose dictado sentencia condenatoria, fallezca el procesado sin
que se haya conocido los recursos que la ley otorga en contra de ésta,
también se extingue la acción penal, por no existir sentencia firme.
 Que el reo se encuentre cumpliendo la condena y fallezca, se extingue el
derecho a la ejecución penal y las consecuencias penales.

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Amnistía:
El olvido de los delitos políticos, otorgados por la ley, ordinariamente a
cuantos reos tengan responsabilidad análoga entre sí. Corresponde al Congreso de
la República.

El indulto:
Es una gracia concedida tradicionalmente al jefe del ejecutivo para redimir o
condonar una pena principal. Esta facultad le fue cancelada al Ejecutivo.

La responsabilidad civil derivada del delito


Obligación que compete al delincuente o a determinadas personas
relacionadas con el mismo, de indemnizar a la víctima del delito de los daños y
perjuicios sufridos con ocasión del hecho punible.

Naturaleza jurídica de la responsabilidad civil:


En este caso corresponde al Derecho Penal en su calidad de reparador del
orden jurídico perturbado por el delito, restablecer el derecho lesionado en todas
las esferas y puntos donde la violación llegó.

De acuerdo con el artículo 119 del Código Penal, la responsabilidad civil


comprende:
1. La restitución: Es la devolución de la misma cosa, siempre que fuere posible,
con abono de deterioro o menoscabo a juicio del tribunal, aunque la cosa se
hallare en poder de tercero que la haya adquirido legalmente26, sin embargo,
esto último no es aplicable cuando la cosa es irreivindicable de poder de
tercero por haberla adquirido en la forma y con las consideraciones que
establecen las leyes civiles.
2. La reparación de los daños materiales y morales: Se hará valorando el daño
material y la afección del agraviado si constare o pudiera apreciarse.

26
Queda a salvo el derecho de la persona a repetir contra quien corresponda.

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3. La indemnización de perjuicios: Es la ganancia lícita que se deja de obtener o


los gastos que ocasiona una acción u omisión ajena, culposa o dolosa.
4. Remisión a leyes civiles: En cuanto a lo no previsto, se aplicarán las
disposiciones que sobre la materia tiene el Código Civil y el Código Procesal
Civil y Mercantil.

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