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"EL AÑO DEL DIÁLOGO Y LA RECONCILIACIÓN


NACIONAL”

UNIVERSIDAD PRIVADA DE TACNA EXTENSION – MOQUEGUA


ASOCIACION CIVIL PROMOTORA DE LA UNIVERSIDAD PRIVADA DE
TACNA LEY N° 24060

CURSO : PSICOPATOLOGÍA II

TRABAJO : MONOGRAFIA DE PSICOPATOLOGIA

ALUMNA : DELY YOBANA DOMINGA MAMANI CHOQUE

DOSENTE : MGR. VERONICA ISABEL PINTO JUARES

CARRERA : PSICOLOGIA

MOQUEGUA ENERO DEL 2018


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PRESENTACIÓN

El presente trabajo de investigación monografía titula “Psicopatología”, en


donde esbozaremos temas de mucha importancia con relación a los trastornos que
presenta la personas durante su existencia.

Este trabajo de presenta 11 pegunta debidamente diseñadas para poder


captar la idea de lo que queremos dar a conocer.

Finalizando con conclusiones, sugerencias y bibliografía para estar


relacionados al estudio realizado.
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INTRODUCCIÓN

El tema sobre la psicopatología, este viene a ser un término que con


frecuencia se usa coloquialmente como sinónimo de psicopatía, y realmente son
conceptos muy diferentes. La psicopatología estudia las enfermedades o trastornos
mentales, su origen, curso y evolución. La psicopatía es un diagnóstico asociado a lo
que ahora se denomina trastorno antisocial de la personalidad, antes trastorno de
personalidad psicopática, que por extensión se le denominaba psicópata al que lo
padecía. El término dejó de utilizarse al haber quedado asociado a los casos de
asesinato y impregnar el diagnóstico de características que no debían estar
presentes necesariamente. Por tanto la psicopatología incluye el estudio y la
descripción de la psicopatía, además de otras muchas áreas y patologías.

Los trastornos mentales se describen en manuales de diagnóstico como el


DSM (del acrónimo en inglés de Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos
mentales, de la Asociación de Psiquiatría y Psicología Americana), o la CIE
(Clasificación Internacional de Enfermedades, de la Organización Mundial de la
Salud). Este tipo de manuales intentan agrupar conjuntos de síntomas que
estadísticamente suelen agruparse dando lugar a la etiqueta diagnóstica para
favorecer la comunicación entre profesionales de la salud mental.

Los síntomas descritos para cada trastorno tienen manifestaciones diferentes


en cada persona, a veces son fácilmente observables, pero no siempre es así. La
recopilación en manuales de diagnósticos creados a partir de la observación y la
experimentación ayudan a afinar en esa búsqueda. La equivocación en los
diagnósticos se producen debido a que alguno de ellos comparten síntomas iguales
o muy parecidos, o que se han detectado síntomas de forma errónea.
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MONOGRAFIA

1. TRASTORNO DE PARANOIDE, ESQUISOTIPICO ESQUIZOIDE

Según la clasificación del DCM-IV.

Los más cercanos a lo psicótico. Son sujetos raros o excéntricos.


 Paranoide
 Esquizoide
 Esquizotípico

Trastorno Paranoide la personalidad.

Los sujetos con trastorno paranoide de la personalidad tienen un patrón


de desconfianza y suspicacia que hacen que se interpreten maliciosamente
las intenciones de los otros. Desde Henrry Ey es considerado como trastorno
sensitivo-paranoide.

1.1. Trastorno paranoide de la personalidad

Signos característicos:

 Desconfianza y suspicacia, en general hacia los otros, sus


intenciones son interpretadas como maliciosas
 Sospechan que los van a engañar
 Se aprovechan de los demás
 Dudas no justificadas sobre la lealtad de amigos y socios
 Dificultades en los vínculos
 Reticencia por temor a que se use la información en su contra
 Rencorosos. “Me las van a pagar”
 Susceptibles, se ofenden, toman todo a mal
 Celos patológicos
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 Síndrome autorreferencial, siente que los demás hablan,


susurran, se ríen de él
 Necesidad excesiva de ser autosuficientes, autónomos
 Si alguien les ofrece ayuda es porque no pueden hacerlo solos
 Es capaz de culpar a los otros por sus errores
 Reacios a confiar o intimar con los demás

Es un trastorno de personalidad caracterizado por:

1. Sensibilidad excesiva a los contratiempos y desaires.


2. Incapacidad para perdonar agravios o perjuicios y predisposición
a rencores persistentes.
3. Suspicacia y tendencia generalizada a distorsionar las
experiencias propias interpretando las manifestaciones neutrales
o amistosas de los demás como hostiles o despectivas.
4. Sentido combativo y tenaz de los propios derechos al margen de
la realidad.
5. Predisposición a los celos patológicos.
6. Predisposición a sentirse excesivamente importante, puesta de
manifestado por una actitud autorreferencial constante.
7. Preocupación por “conspiraciones” sin fundamento de
acontecimientos del entorno inmediato o del mundo en general.

Incluye:

 Personalidad expansiva.
 Personalidad paranoide.
 Personalidad sensitiva paranoide.
 Personalidad querulante.
 Trastorno expansivo de la personalidad.
 Trastorno sensitivo paranoide de la personalidad.
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 Trastorno querulante de la personalidad.

Excluye:

 Esquizofrenia (F20.-).
 Trastorno de ideas delirantes (F22.-).

1.2. Trastorno esquizotípico de la personalidad.

Los sujetos con un trastorno esquizotípico de la personalidad tienen un


patrón general de capacidad reducida para las relaciones sociales,
distorsiones perceptivas y/o cognoscitivas y excentricidades en el
comportamiento.

Signos característicos:
 Déficit social, malestar importante
 Ideas de referencia ( habla poco, viste raro, los demás hablan de él,
autorreferencia)
 Creencias raras o supersticiones que influyen en el comportamiento
(clarividencia, leen el pensamiento, sexto sentido, fantasías
extrañas)
 Experiencias perceptivas inhabituales
 Pensamiento y lenguaje “raro” (oscuro, difícil)
 Corre el riesgo de pasar a una esquizofrenia o parafrenia
 Puede creer que tiene un control mágico sobre los demás (lo que
sucedió lo pensó horas antes)
 Impulsivos, manipulativos
 Suspicacia o ideación paranoide
 Comportamiento y/o apariencia rara (falta de atención a las
conductas sociales convencionales)
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 Falta de amigos íntimos (sin contar familiares más cercanos)


 Ansiedad social que no disminuye con el conocimiento. temores
paranoides, cuando conocen a alguien después de cierto
tiempo pueden tener un vínculo
 No se sienten cómodos relacionándose con los otros
 Interpreta como problemáticas las relaciones sociales
 Su comportamiento sugiere falta de deseo de contacto íntimo
 Trastorno asociado al esquizofrénico pero de menor grado

1.3. Trastorno esquizoide de la personalidad

Los sujetos con trastorno esquizoide de la personalidad tienen


un patrón general de distanciamiento de las relaciones sociales y de
restricción de la experiencia emocional interpersonal.

Personalidad esquizioide

Signos característicos:
 Distanciamiento en las relaciones sociales, sobre todo con
desinterés
 Dismunición de la expresividad emocional
 Aplanamiento
 Expresividad afectiva restringida
 Fríos y distantes
 Elige actividades solitarias
 Prefiere emplear el tiempo en símismos y no estando con otros
 Realizan actividades relacionadas con la coputación y7o
matemáticas
 Disfuta pocas actividades
 No tiene amigos íntimos
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 Sin deseos de intimidad o de tene perosonas de confianza


 Indiferente a halagos y críticas de otros
 Indiferente a las oportunidades de establecer relaciones sociales
 Escaso interés sexual
 No se preocupan por lo que los demás puedan pensar de ellos
 No responden a normas sociales, por lo que pueden aparecer
socialmente inetos o superficiales y enfrascados en sí mismos
 Sin reactividad emocional observable
 Pocos gestos de reciprocidad como sonrrisas o cabeceos
 Rara vez experimentan emociones fuertes como ira o alegría
 Da la impresión de no tener emociones
 Su vida no parece tener objetivos
 Su trabajo no se deteriora si la actividad es aislada

Se trata de un trastorno de la personalidad caracterizado por:

1. Incapacidad para sentir placer (anhedonia).


2. Frialdad emocional, despego o embotamiento afectivo.
3. Incapacidad para expresar sentimientos de simpatía y ternura o
de ira a los demás.
4. Respuesta pobre a los elogios o las críticas.
5. Poco interés por relaciones sexuales con otras personas
(teniendo en cuenta la edad).
6. Actividades solitarias acompañadas de una actitud de reserva.
7. Marcada preferencia por devaneos fantásticos, por actividades
solitarias acompañada de una actitud de reserva y de
introspección.
8. Ausencia de relaciones personales íntimas y de mutua
confianza, las que se limitan a una sola persona o el deseo de
poder tenerlas.
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9. Marcada dificultad para reconocer y cumplir las normas sociales,


lo que da lugar a un comportamiento excéntrico.
Excluye:

 Esquizofrenia (F20.-).
 Trastorno esquizotípico (F21).
 Síndrome de Asperger (F84.5).
 Trastorno de ideas delirantes (F22.0).
 Trastorno esquizoide de la infancia (F84.5).

2. TRASTORNO HISTRIÓNICO, DISOCIAL, NARSISISTA , BORDERLINE

2.1. Trastorno histriónico de la personalidad. (301.50; F60.4).

Alrededor del 2 al 3% de la población general presenta las


características de este desorden; las tasas de prevalencia aumentan a
10-15% en grupos clínicos de ambulatorios y hospitalizados, cuando se
emplean instrumentos estructurados de evaluación tales como: el
Cuestionario para diagnóstico de personalidad de Hyler (PDQ); el
Inventario clínico multiaxial de Millon (MCMI); el Programa para
entrevista diagnóstica (DIS); la Entrevista estructurada para todos los
trastornos de la personalidad del DSM-III de Satanyl (SIDP); la
Entrevista clínica estructurada para el DSM-III de Spitzer (SCID).

Es importante que el médico elabore el diagnóstico de trastorno


histriónico de la personalidad teniendo en cuenta que sólo se justifica si
los síntomas (por ejemplo, sociabilidad, seducción, estilo interpersonal
dramático, búsqueda de lo novedoso, facilidad para impresionarse y
tendencia a la somatización) causan angustia o defecto clínicamente
significativos, puesto que las normas para las relaciones
interpersonales, el modo de vestir y la forma de expresar las
emociones varían notablemente según las culturas, los sexos y los
grupos de edad.
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El Trastorno que suele aparecer al inicio de la adultez se


presenta con emotividad excesiva y demanda de atención, según lo
indica la presencia de cinco o más de las ocho características
siguientes: incomodidad si el paciente no logra ser el centro de
atención; sexualidad seductora inapropiada o provocativa en la
interacción con otros; expresión emocional superficial y con cambios
rápidos; permanente uso de la apariencia física para atraer la atención;
lenguaje de estilo impresionista pero carente de razones; los afectos
son exagerados y denotan teatralidad; facilidad para sugestionarse por
otros o por las circunstancias; relaciones superficiales aunque el
paciente las conceptúe íntimas.

a. Aspectos clínicos. Los síntomas pueden agruparse en dos


conjuntos: (a) conducta abiertamente melodramática, reactiva y
expresada de modo diverso; y, (b) alteraciones características de
las relaciones interpersonales. Ambos conforman un severo
desorden regresivo de la personalidad por falta de integración del
concepto de sí mismo y del concepto significativo de los otros. Se
une a ello la consiguiente incapacidad para diferenciar las
relaciones con las demás personas y para evaluar a éstas en
hondura. Todo ello da lugar a la inapropiada elección del
compañero sexual y marital. El trastorno histriónico se
descompensa en la adultez tardía y la vejez. Los efectos
acumulados de la incapacidad para ejercitar valores personales,
profesionales, culturales y sociales, así como la frecuente
desorganización y fracaso en las relaciones íntimas y la falta de
integración de la identidad, son ingredientes que interfieren con el
aprendizaje social común y generan una reacción circular que
empeora el funcionamiento individual con el progreso de los años.
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En las mujeres el comportamiento es egoísta y


autocomplaciente, pero con capacidad para combinarlo con la
intensa necesidad de dependencia de otros; dependencia
adherente que no muestra reciprocidad en las relaciones. Con
respecto a las narcisistas, las histriónicas tienen mayor capacidad
para compromisos emocionales y poseen muchas adherencias y
estabilidad en sus relaciones aunque, por otro lado, notoriamente
inmaduras. Las mujeres histriónicas presentan labilidad emocional
difusa, relaciones indiferenciadas con personas significativas y
compromisos emocionales inmaduros y egocéntricos. Se identifican
excesivamente con otros y proyectan intenciones irreales y
fantásticas sobre ellos, por lo que la dramatización de afectos, la
conducta emocionalmente lábil y volátil, la excitabilidad
generalizada y la inconsistencia de sus reacciones trasmiten la
superficialidad emocional subyacente y la falta de capacidad para
establecer relaciones diferenciadas. Las histriónicas tienen
conducta sexualizada en forma cruda e inapropiada para manifestar
exhibicionismo y necesidades de dependencia; presentan muy
pocos rasgos represivos en la vida sexual y más manifestaciones
disociativas, como la alternancia de compromisos y fantasías
sexuales contradictorias (expresados en comportamiento sexual
infantil polimorfo).

Las mujeres histriónicas tienen tendencias impulsivas, difusas e


impredecibles, que refuerzan las inestables e intensas relaciones
con los otros. Además, muestran angustia intensa e inapropiada o
falta de control de la angustia y notorios cambios del estado del
ánimo. Son mujeres propensas a los gestos e intentos suicidas para
atraer la atención de los demás. Las amenazas de suicidio con
estos propósitos conforman sólo un aspecto que, con los mismos
fines manipulatorios, gobiernan las relaciones interpersonales, por
lo que frecuentemente mienten, se involucran en acciones
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antisociales y manifiestan pseudología fantástica. En estos


últimos casos debe establecerse la diferenciación con los trastornos
antisocial y narcisista de la personalidad. Como son propensas a
desarrollar sentimientos de despersonalización, cuando se
encuentran bajo severo estrés pueden presentar síntomas
psicóticos transitorios de insuficiente severidad y duración que
puede garantizar un diagnóstico adicional.

Los varones histriónicos también presentan las caracteristicas de


falta de integración de la identidad, severas perturbaciones en las
relaciones interpersonales y falta de control de impulsos.
Usualmente denotan notoria promiscuidad sexual, muchas veces
bisexualidad, desviaciones sexuales diversas, tendencias
antisociales y, frecuentemente, utilización consciente o inconsciente
de síntomas físicos determinados por causas orgánicas o psíquicas.

En todos los pacientes varones con este trastorno es importante


hacer el diagnóstico diferencial con los trastornos de personalidad
antisocial y narcisista, a fin de establecer la adecuada terapéutica y
el correcto pronóstico.

2.2. Trastorno narcisista de la personalidad. (301.81).

Las tasas de prevalencia van del 1% en la población general al 2-16%


en las muestras clínicas; del 50 al 75% de narcisistas son varones. La
enfermedad comienza en la adultez temprana y sigue un curso crónico.
Algunos rasgos narcisistas son comunes en los adolescentes, pero esto
no significa que desarrollarán el trastorno.

a. Diagnóstico. En esta categoría, destacan las manifestaciones de


grandiosidad, necesidad de admiración y carencia de empatía, según
lo indica la presencia de cinco o más de las nueve características
siguientes: sentimientos de grandiosidad y de importancia personal;
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preocupación con fantasías de éxito ilimitado (belleza, poder, brillantez,


amor ideal); creer que son personajes especiales y únicos; conceptuar
que sólo son comprendidos por personas o instituciones de alto nivel y
que con ellas pueden establecer relaciones; necesidad de admiración
excesiva; especial aprecio de su derecho (las expectativas, aunque
sean infundadas, deben ser atendidas sin demora); explotación de las
personas, de quienes toman ventaja para el logro de los propios fines;
carencia de empatía y de reconocimiento de las necesidades y afectos
ajenos; envidia de otros y creencia de ser envidiado; arrogancia y
petulancia del comportamiento y de las actitudes.

b. Aspectos clínicos. Son importantes las siguientes características: (a)


sentimientos marcados de importancia personal; (b) exhibicionismo y
fantasías de éxito ilimitado, poder, brillo, belleza y amor ideal; (c) la
indiferencia y frialdad o sentimientos marcados de rabia, inferioridad,
vergüenza, humillación o vacuidad como respuesta a fracasos, críticas
o indiferencia de los demás; (d) la alteración de las relaciones
interpersonales (obtención de ventajas sin reciprocidad, utilización,
explotación y desprecio de los demás, falta de empatía con
incapacidad para reconocer los pensamientos y valores ajenos). Los
narcisistas carecen de valores éticos y estéticos auténticos e
integrados, aunque los tienen a niveles infantiles para proteger su
autoestima y vanidad con desmesurada dependencia de la admiración
externa, lo que refleja su funcionamiento severamente inmaduro. El
narcisismo adulto normal se caracteriza por la regulación normal del
amor propio (autoestima) que depende de varios factores: estructura
normal de la personalidad con integración normal de las
representaciones de los demás; conciencia moral integrada e
individualizada; y, satisfacción de las necesidades instintivas dentro del
contexto de sistemas de valores y relaciones interpersonales estables.
El narcisismo adulto patológico se revela por síntomas cuya
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combinación e intensidad varían para dar distintos niveles de


funcionamiento. En general, en lo que respecta al amor a sí mismo,
revela patología grave, pues el narcisista es autosuficiente,
exhibicionista, imprudente y muy ambicioso, y todo contrasta con sus
capacidades limitadas o con las demarcaciones impuestas por la
realidad social. El narcisista luce grandiosidad bajo la forma de valores
infantiles (atractivo físico, mando, poder, dinero, vestimenta,
ademanes), y si es inteligente usa la capacidad con fines de
pretensión. Depende extremadamente de la admiración ajena, es
ingrato, cree merecer todo, no se interesa por los valores de los demás
y tiene pánico de ser mediocre. En lo que atañe a las relaciones
interpersonales carece de empatía y no puede establecer
compromisos sustantivos. Es excesivamente envidioso en sus
relaciones con los demás, menosprecia las producciones y trabajos de
otros, pero la desvalorización de estas obras se acompañan de
despojo, pues incorpora de ellas lo que le conviene, al mismo tiempo
que desdeña a los autores. La envidia se manifiesta también porque no
puede depender de otros, pues luego de idealizarlos transitoriamente
los desvaloriza muy rápido y los considera enemigos y tontos útiles.
Otras características del narcisista corresponden a perturbaciones
afectivas: incapacidad para experimentar formas diferenciadas de
depresión con remordimiento, tristeza y autorreflexión, y bruscos
cambios del estado de ánimo consecutivos a la falta de éxito con las
actitudes de grandiosidad y exhibicionismo para obtener la admiración
de otros y evitar la crítica que hace pedazos el esplendor. Por último, la
condición básica de la personalidad del narcisista cursa con un
sentimiento crónico de vacío, de estar solo. Es incapaz de aprender de
otros, todo lo sabe y puede, tiene hambre de estímulos intensos, no
encuentra sentido a su vida y se siente terriblemente aburrido cuando
sus necesidades de admiración y de éxito no son recompensados.
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c. Tratamiento. El psicoanálisis es el procedimiento de elección. Aunque


no hay estudios empíricos de validación, el pronóstico puede ser
favorable, siempre que los pacientes no presenten rasgos antisociales
significativos y que puedan tolerar la ansiedad y controlar los impulsos,
así como mostrar real motivación de cambio.

2.3. Trastorno antisocial de la personalidad. (301.7; F60.2).

Bastante conocido con otros nombres que frecuentemente los médicos,


estudiantes y legos usan con premura: personalidad disocial, sociopática,
amoral, asocial, antisocial, psicopática. En la CIE-10 figura como trastorno
disocial de la personalidad (F60.2).

Aunque se admite que el trastorno está relacionado con los niveles


socioeconómicos inferiores, ocurre también, y con frecuencia, en los
estratos superiores, sólo que en éstos se minimizan u ocultan tales
conductas. Los parientes biológicos en primer grado sufren del trastorno
con más frecuencia que la observada en la población general. La
prevalencia de 1 a 3% (para mujeres y varones, respectivamente) en las
muestras comunitarias, aumenta de 3 a 30% en las clínicas; y las cifras
son aún mayores en grupos de prisioneros y consumidores de drogas. Las
tasas de prevalencia de estudios epidemiológicos peruanos fluctúan entre
4,5 y 28,89% En una comunidad urbano marginal, empleándose el DIS y
usándose los criterios DSM-III, Hayashi y col. encontraron 6,8% de
personalidad antisocial. El trastorno antisocial, afecta más a hombres que
a mujeres (3 a 1) y es de curso crónico, pero conforme avanza la edad se
atenúan o desaparecen los síntomas, sobre todo alrededor de la cuarta
década; lo que tiende a desaparecer es la conducta criminal, mientras que
la atenuación se observa para el resto del abanico de comportamientos
antisociales y para el consumo de drogas.

a. Diagnóstico. Corresponde a personas que hacen caso omiso a y


violan los derechos ajenos, como lo indica la presencia de tres o más
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de las siguientes siete características: incapacidad para ajustarse a las


normas sociales relacionadas con la ley, por lo que hay repetición de
actos que justifican reclusiones; engaño constante, expresado en
mentiras repetidas, uso de nombres falsos o explotación de otros por
placer o beneficio personal; impulsividad o incapacidad para realizar
proyectos futuros; irritabilidad y agresividad, como se evidencia por
repetidas reyertas y asaltos; desconsideración temeraria por la
seguridad propia y ajena; irresponsabilidad consistente, demostrada
por repetidos fracasos para mantener un trabajo permanente y honrar
las obligaciones económicas; carencia de remordimiento, según lo
indica la racionalización o indiferencia por los actos cometidos de robos
y lesiones. El diagnóstico es apropiado sólo para los individuos que al
menos tienen 18 años de edad, y cuya historia revela que desde antes
de los 15 presentaron síntomas de conducta disocial* bajo la forma de
trasgresión de las normas sociales fundamentales y de los derechos de
otros (agresión a personas y animales, destrucción de la propiedad,
engaño o robo, quebrantamiento de la ley). El diagnóstico es correcto
cuando no ocurre exclusivamente durante un episodio de esquizofrenia
o maníaco.

Trastorno de conducta (312.8) en el DSM-IV y trastorno disocial


(F91) en la CIE-10.

b. Aspectos clínicos. El comportamiento antisocial continuo y claro


desde la niñez hasta la adultez, cursa prácticamente sin interrupciones
tipificándose, además de lo descrito, por una historia de varios años de
inactividad laboral responsable. Tal comportamiento crónico no es
consecuencia de retraso mental, esquizofrenia o trastorno afectivo,
aunque en algunos raros casos puede coexistir con discreto grado de
deficiencia mental. Hay que puntualizar que la violación de los
derechos de los demás no siempre implica criminalidad. Los niños y
adolescentes no pueden recibir diagnóstico de personalidad antisocial
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hasta verificar que la conducta agresiva y la delincuencia continúan en


la adultez, y siempre que otros criterios diagnósticos se encuentren
presentes. El calificativo de psicópata no debe aplicarse con ligereza,
puesto que muchos adolescentes tienen un comportamiento inducido
por estresores personales, familiares o de grupo, que pueden
expresarse de muchas maneras sin que el sujeto desarrolle
completamente el síndrome antisocial en la adultez. A veces debe
esperarse varios años de observación continua para establecer el
diagnóstico. El trastorno es de curso crónico con características
cambiantes en el tiempo, no remite espontáneamente antes de que el
individuo llegue a la edad media de la vida. Algunos pacientes se
"queman" o "apagan" conforme se marchita la fuerza física y el vigor
emocional que son indispensables para continuar la estimulación y
para soportar los estresores de la vida. El psicópata añoso sigue
antisocial, pero tiene poco éxito, comete menos delitos o permanece
encarcelado como sujeto bochinchero, camorrero o como alguien
cuyos esfuerzos de estimulación y defensa lo han llevado de una
actividad antisocial notoria a prácticas más pasivas como alcoholismo o
abuso de drogas. Otros enfermos se deterioran por injurias o
enfermedades severas o se deprimen, en cuyo caso deben ser
tratados por la depresión y no por la psicopatía.

c. Tratamiento. La psicoterapia requiere de mucha dedicación del


paciente y del médico. Generalmente, los médicos muestran poca
disposición para tratar este tipo de enfermo y éste tampoco tiene
disposición para emprender la tarea. En pocos hospitales
especializados se tratan personalidades antisociales y delincuentes
con el objetivo de cambiar las características de la personalidad. En los
casos que se les administra tratamiento, generalmente, se debe a la
presencia de otros trastornos psiquiátricos agregados. En casos
específicos se han empleado tratamientos comunitarios y modelos
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farmacológicos como, por ejemplo, las inyecciones de depósito de


medrox y progesterona o acetato de cyproterona para suprimir con
seguridad los niveles de testosterona en psicópatas varones
sexualmente agresivos o rapaces.

2.4. Trastorno fronterizo (borderline) de la personalidad (301.83; F60.31).


Del 30 al 60% de individuos de los grupos clínicos con trastornos de la
personalidad son fronterizos. En la población general la prevalencia es de
2%; aumenta a 10% en los conjuntos de atención ambulatoria y a 20% en
la población de hospitalizados. En comparación con la población general,
el trastorno es cinco veces más frecuente entre los parientes biológicos de
primer grado de quienes padecen este desorden; el riesgo familiar también
está aumentado para los trastornos por uso de sustancias, trastorno del
estado de ánimo y personalidad antisocial.

a. Diagnóstico. El trastorno aparece en la adultez temprana y sigue un


curso muy variable como un estilo de vida de notoria impulsividad
asociada con inestabilidad de las relaciones interpersonales, de la
identidad y de los afectos, según se indica por la presencia de cinco o
más de las nueve siguientes características: frenéticos esfuerzos para
evitar el abandono real o imaginario de una persona que se interesa o
conviene; relaciones interpersonales intensas e inestables, con
alternancia entre extremos de idealización y desvalorización; disturbios
de la identidad, expresados como incertidumbre sobre diversos temas
relacionados con la autoimagen, el sexo, las metas lejanas, la elección
de carrera, los valores; impulsividad en no menos de dos áreas
peligrosas (gasto, juego, sexo, uso de sustancias, robo, comida
excesiva); comportamiento suicida recurrente (automutilación,
accidentes reiterados, gestos e intentos suicidas); inestabilidad afectiva
debido al acentuado cambio de humor (disforia episódica intensa,
irritabilidad o ansiedad que duran pocas horas o, excepcionalmente,
pocos días); sentimientos crónicos de vacío y aburrimiento; angustia
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intensa e inapropiada o dificultad para controlarla (arrebatos, escapes);


ideación paranoide o síntomas disociativos severos en relación con
situaciones transitorias de estrés. Además de estos criterios, el clínico
puede afinar el diagnóstico mediante el uso de la Entrevista
Diagnóstica para fronterizos de Gunderson (DIB)*, que es una
entrevista semiestructurada con cinco secciones diseñada
específicamente para obtener una evaluación confiable de la
información que se considera pertinente para este diagnóstico.

La traducción del instrumento se encuentra en Valverde


Cárdenas J., Estudio de seguimiento de pacientes con trastorno
fronterizo de personalidad según el DSM-III y el DIB. Universidad
Peruana Cayetano Heredia. Escuela de Postgrado "Víctor Alzamora
Castro". Lima, 1986.

b. Tratamiento. Es complejo. Desde que algunos fronterizos presentan


síntomas de trastornos afectivos, puede requerirse medicación
antidepresiva para controlar el retardo psicomotor y la desesperanza;
pero, si la depresión es caracterológica (no relacionada a trastorno
bipolar), los antidepresivos carecen de efecto. Algunos enfermos con
anorexia/bulimia, sobre todo si están hospitalizados, que muestran
notorios síntomas depresivos y que tienen historia familiar de trastorno
bipolar se benefician con antidepresivos; el litio resulta eficaz cuando
ocasionalmente presentan rasgos hipomaníacos. Estos enfermos
también responden mejor a las técnicas de modificación de la conducta
y a la psicoterapia de apoyo que a la terapia psicoanalítica.

Los fronterizos con síndromes disfórico-histeroides, buen


número de los cuales reúne los criterios del DSM-IV, mejoran con
inhibidores MAO, aunque no hay consenso sobre esta opinión porque
muchos progresan muy bien con psicoterapia y antidepresivos
tricíclicos o sólo con psicoterapia. Muchas mujeres fronterizas,
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particularmente las que tienen síntomas depresivos prominentes, que


sufren de irritabilidad premestrual severa o de agravamiento de la
depresión (el síndrome premestrual oscurece los otros aspectos de la
condición) responden a diversa medicación, que debe prescribirse
empíricamente; en unos casos son suficientes los diuréticos, en otros
los antidepresivos y en algunos, con predominio de irritabilidad y
rasgos hipomaníacos, el litio. Los pacientes fronterizos con un cuadro
orgánico superpuesto pueden presentar, además de los disturbios de la
identidad y de otros atributos, estados de fuga, sentimientos
pavorosos, micropsia/macropsia y otros fenómenos sensoriales
extraños como olores e ilusiones singulares atribuibles a epilepsia del
lóbulo temporal, en cuyo caso debe administrarse anticonvulsivos y
carbamazepina, previo los exámenes del caso. Los terapeutas deben
ser conscientes de que es posible lograr progresos rápidos, en casos
de pacientes hospitalizados o ambulatorios, cuando se emplea la
psicoterapia intensiva; pero también hay que reconocer muchos
fracasos, pues no infrecuentemente, numerosos enfermos dan por
terminado el tratamiento abruptamente y pierden lo ganado por la
realización de actos impulsivos.

3. TRASTORNO DE OBSESIVO COMPULSIVO, EVITATIVO, DEPENDIENTE

3.1. Trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad (301.4; F60.5).

Debe diferenciarse del trastorno obsesivo-compulsivo que en el


DSM-IV (300.3) pertenece al grupo de trastornos por ansiedad,
diagnosticados en el eje I, y en el CIE-10 al grupo de trastornos
neuróticos (F40-49) con el código F42. Para evitar estas confusiones,
la CIE-10 denomina trastorno obsesivo-compulsivo (F42) al de
raigambre neurótica, y trastorno anancástico de la personalidad (F60-5)
al trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad. Su prevalencia se
estima en 1% para muestras comunitarias y en 3-10% para individuos
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que se asisten en centros de salud mental. Estudios sistemáticos


revelan que los varones duplican a las mujeres.

Diagnóstico. Empieza en la adultez temprana y se tipifica por la


preocupación exagerada para lograr orden, perfeccionismo y control
mental e interpersonal en desmedro de la flexibilidad, la franqueza y la
eficiencia. Cuatro o más de las ocho siguientes características indican
su presencia: la preocupación por los detalles, reglas, listados, orden y
organización es tan acentuada que se pierde lo fundamental de la
actividad; perfeccionismo que interfiere con la capacidad para concluir
una tarea; aunque no hayan necesidades económicas apremiantes, la
dedicación al trabajo y a la productividad resultan claramente
excesivas, sin disfrutar de horas libres para el reposo y la distracción;
autocrítica exagerada; escrupulosidad y rigidez en asuntos éticos y
morales (no explicable por identificación cultural o religiosa);
incapacidad para descartar objetos estropeados o inservibles, aunque
no tengan valor sentimental; resistencia a delegar tareas o para
trabajar con otros, salvo que éstos se sometan totalmente para hacer
las cosas como el paciente quiere; mezquindad para el gasto,
conceptuando que el dinero debe atesorarse para futuras catástrofes;
rigidez y obstinación.

Aspectos clínicos. En la historia del enfermo destacan una capacidad


restringida para expresar emociones cálidas y tiernas; el
perfeccionismo, que interfiere con la capacidad para obtener una idea
integral de los asuntos; la insistencia para que otros hagan las cosas tal
como él quiere, y la falta de reconocimiento de los sentimientos que
esta conducta provoca; la excesiva dedicación al trabajo y a la
productividad con exclusión del placer y del valor de las relaciones
interpersonales; indecisión. Las personalidades obsesivo-compulsivas
que se encuentran en situaciones de estrés son propensas a
desarrollar condiciones depresivas o paranoides. El comportamiento
22

obsesivo es un aspecto que abarca el comportamiento obsesivo


normal, la personalidad obsesiva y el trastorno (neurosis) obsesivo. En
todos ellos, es evidente la necesidad de mantener el control y la
ansiedad derivada del sentimiento de peligro de ser incapaz de realizar
los deseos de los otros y la seguridad de ser aceptado. Además, el
compulsivo tiene reticencia sexual, sentido de omnipotencia y
vacilaciones para depositar confianza en otros. Los pacientes que
sufren este trastorno se describen como personas impedidas de amar
porque han perdido su afectividad y la capacidad de experimentar
placer (anhedonia); se quejan, con frecuencia, de trabajar
infructuosamente y vivir lacerados por la lucha entre el pavor de las
reglas y los límites y el resentimiento producido por la dilación ansiosa;
admiten que carecen de sentimientos cálidos, que son obstinados e
insensibles con los otros, que son indecisos en un contexto de
perfeccionismo, que pretenden seguir rígidamente las reglas, que
evitan errores y que mantienen la apariencia de trabajar con tenacidad.
Muchos pacientes evolucionan aceptablemente porque su dedicación
al trabajo les permite seguridad económica y conveniente aunque
superficial contacto con otras personas. Corrientemente se resisten al
cambio, y el tratamiento mismo lo sienten como una amenaza a sus
rutinas y a su autocontrol.

Tratamiento. Un paciente con personalidad obsesivo-compulsiva


busca tratamiento cuando su equilibrio se halla amenazado (problema
conyugal, dificultad en el trabajo, situación inesperada, por ejemplo).
Ocasionalmente, el malestar que el mismo trastorno produce en el
paciente lo lleva a buscar ayuda, como sucede cuando aumenta su
insatisfacción por la vida rutinaria o por el deslustre de su amistad. El
tratamiento recomendable es el psicoanálisis o la psicoterapia
psicoanalíticamente orientada de largo plazo. Las técnicas
conductuales son beneficiosas para algunos pacientes que además
padecen de trastorno obsesivo-compulsivo. Otro tanto puede decirse
23

del tratamiento psicofarmacológico con la clomipramina, o los


inhibidores específicos de la recaptación de la serotonina por ejemplo.

3.2. Trastorno de la personalidad evitativa. (301.82 F60.6).

En la población general la prevalencia es de 0,5-1%; en muestras de


pacientes ambulatorios sube al 10%. Afecta por igual a varones y mujeres.
El médico será muy cauteloso para adscribir este diagnóstico a niños y
adolescentes, ya que en ambos la timidez y la cautela pueden ser
manifestaciones normales del proceso evolutivo, expresiones de conducta
que normalmente tienden a desaparecer conforme avanza la edad; pero
anuncian el paso al trastorno si se incrementan durante la adolescencia y
el inicio de la adultez; es decir, cuando adquieren importancia las
relaciones sociales con otros. Por otra parte, el médico tendrá en mente
que los adultos pertenecientes a diferentes grupos culturales y étnicos
pueden considerar apropiado el recelo y la falta de confianza en el otro. Es
lo que se observa como comportamiento de evitación en inmigrantes
durante el proceso de aculturación, sin caer en la categoría de trastorno
por evitación de la personalidad.

Diagnóstico. Lo fundamental de este modelo de inhibición social se


patentiza en los sentimientos de inadecuación y en el desmesurado temor
de ser apreciado negativamente. De los siete criterios que siguen, cuatro o
más permiten el diagnóstico: evitar actividades ocupacionales que
impliquen contacto interpersonal significativo por temor a la crítica; el
rechazo o la desaprobación (por ejemplo, rechazar la promoción a un
cargo mejor por miedo a no poder afrontar las demandas sociales);
incapacidad para relacionarse con la gente, salvo que exista la certeza de
ser aceptado; inhibición en las relaciones íntimas por temor de sufrir
vergüenza o hacer el ridículo en situaciones sociales, sobre todo en las
interpersonales nuevas, con excesivos sentimientos de inadecuación. El
concepto de sí mismo, con respecto a otros, es de ineptitud, de fatalidad o
24

de inferioridad; exagerada renuencia para asumir riesgos personales o


emprender nuevas actividades, por temor a la propia incompetencia.

Aspectos clínicos. Son características distintivas la hipersensibilidad a


potenciales rechazos, humillaciones y la vergüenza, y renuencia a entrar
en relaciones sociales si el enfermo no tiene seguridad de ser aceptado
sin críticas. El retraimiento social, no obstante los intensos deseos de
afecto y aceptación, se debe a que el paciente se distancia de los demás
por temor de ser rechazado y denigrado; se siente fuera de lugar, tiene
deseos de participación social, pero por recelo y desconfianza se
distancia, evitando la frustración y el fracaso que anticipa. Como las ansias
afectivas no pueden expresarse abiertamente dan paso a un mundo
interno fantástico o imaginativo, por lo que las necesidades de contacto y
relación pueden manifestarse de otras maneras: poesía, ejercicio
intelectual, actividades artísticas, gusto exquisito por los alimentos o el
vestido. El aislamiento protector tiene consecuencias secundarias, pues el
comportamiento aparentemente tenso y temeroso del enfermo lo expone a
críticas reales o a mofas. Superficialmente parece tímido y retraído o,
quizás, frío y distante, no muy diferente de la imagen que se tiene del
esquizoide, pero cuando se le conoce más cercanamente es ansioso,
sensitivo, evasivo y desconfiado. Además, permanece alerta a las
sutilezas de sentimientos e intenciones de los otros, protegiéndose así
contra daños potenciales, pero, al mismo tiempo, llenándose de muchos
estímulos que impiden atender adecuadamente los asuntos corrientes del
medio ambiente. Los pacientes se describen a sí mismos como inseguros,
ansiosos, melancólicos y llenos de sentimientos de soledad, temor y
desconfianza de los demás. Sienten que la gente es crítica, traidora y
humillante, lo que explica el comportamiento social caracterizado por
aversión a la relación interpersonal.

Tratamiento. La psicoterapia es recomendable. Gradualmente la atención


se dirigirá a los atributos positivos, que se toman como medios para
25

construir confianza y para abonar el merecimiento. La terapéutica


psicofarmacológica se emplea para controlar o disminuir las
manifestaciones secundarias. Las técnicas de modificación de la conducta
son útiles como medios de aprender a reaccionar con menos temor ante
situaciones realmente amenazantes, y para disminuir la hipersensibilidad
fóbica. Si el paciente progresa en su confianza y seguridad con el
terapeuta, puede ser sometido a métodos de reorientación cognoscitiva
destinados a cambiar actitudes erróneas y expectativas sociales
distorsionadas. Las técnicas de familia pueden emplearse apropiadamente
para moderar los modelos destructivos de comunicación que contribuyen a
intensificar los problemas de evitamiento. La terapia de grupo es útil
porque los pacientes aprenden nuevas actitudes y habilidades que les
permiten tolerar situaciones sociales que gradualmente encuentran más
benignas y aceptables.

3.3. Trastorno de personalidad por dependencia (301.6 F60.7).

Es el trastorno de personalidad que con más frecuencia se encuentra


en los centros de atención psiquiátrica. Predomina en las mujeres, aunque
la prevalencia es similar para ambos sexos cuando se usan instrumentos
estructurados de evaluación. Con el fin de evitar diagnósticos erróneos el
médico debe recordar que el comportamiento dependiente es aceptado y
estimulado en diferentes grupos etarios y socioculturales; la formalidad, la
deferencia en el trato y la pasividad son normas fundamentales en algunas
sociedades; y en algunas se fomenta más dependencia para las mujeres
que para los varones. En consecuencia, el médico evaluará con juicio
ponderado los diferentes criterios diagnósticos, especialmente cuando se
trata de niños y adolescentes, y formulará el diagnóstico sólo cuando las
características descritas sean infundadas y excedan las normas
socioculturales del sujeto.
26

Diagnóstico. El comportamiento en este trastorno se caracteriza por la


excesiva necesidad de apoyo y cuidado que da lugar a una conducta
sumisa y adhesiva plagada de temores de abandono. Cinco o más de las
siguientes ocho características son significativas; dificultad para tomar
decisiones cotidianas sin contar con consejo y reafirmación reiterada de
otros; necesidad de que otros asuman la responsabilidad ante los actos
más importantes (elección de vivienda o trabajo, por ejemplo); dificultad
para expresar desacuerdos con otros por temor de perder apoyo o
aprobación (no incluye temores reales de revancha); desasosiego para
hacer cosas o iniciar proyectos por sí solo (hay motivación y energía, pero
falta confianza en el propio juicio y las habilidades); necesidad de lograr
aprecio. Pueden, así, establecer una actitud de sumisión desmedida;
angustia y sentimientos de desvalimiento cuando está solo; pues hay
conocimiento de una incapacidad para actuar y valerse por sí mismo;
búsqueda urgente de otras relaciones (cuando termina una) para tener
una fuente de apoyo y protección; preocupaciones y temores infundados
de sufrir abandono.

Aspectos clínicos. El sujeto permite pasivamente que los demás asuman


responsabilidad en sus asuntos más importantes, subordinando sus
propias necesidades a las de las personas de quienes depende para evitar
cualquier posibilidad de tener que confiar en sí mismo, por estar
convencido de carecer de capacidad para funcionar independientemente.
El enfermo tiene mucha necesidad de afecto, vive pidiendo un agente
externo, como si fuera un ayudante mágico que satisfaga todas sus
necesidades, tome todas sus decisiones, lo rescate de la infelicidad y le
otorgue amor y cuidados, pues sin estas formas de protección cree que no
puede vivir. Tolera severos abusos y humillaciones con tal de retener,
aunque sólo sea en la fantasía, el contacto con el objeto idealizado y del
que depende. El abandono es el peligro máximo, y para evitar esta
posibilidad lucha a cualquier costo. La ansiedad es rasgo común cuando
se vislumbra la amenaza de separación o desilusión; cuando esta
27

eventualidad se concreta, sobrevienen cuadros depresivos con profundos


sentimientos de desamparo e impotencia. Las molestias hipocondríacas
acentúan las necesidades o la infelicidad, pero no tanto por los síntomas
en sí, sino porque la figura protectora no presta la atención deseada.
Ejemplo: una esposa muy dependiente tiene quejas físicas como medio de
comunicación con el cónyuge; su depresión expresa los sentimientos de
desamparo porque considera que él responde inadecuadamente hacia
ella, desde el punto de vista afectivo y de atención real.

Tratamiento. Es difícil. Con frecuencia existen importantes ganancias


secundarias para lograr atención, cuidados y evadir responsabilidades.
Debe controlarse los síntomas ansiosos, depresivos o fóbicos. Los
ansiolíticos y antidepresivos son útiles transitoriamente para el control de
los síntomas agudos. Con psicoterapia prolongada se estimula y apoya el
esfuerzo del paciente, para obtener autonomía y recuperación de la
autoestima.

4. TRASTORNO PSICOSOMÁTICOS: CARACTERÍSTICAS GENERALES,


CLASIFICACIÓN, CRITERIOS, DIAGNÓSTICOS

La distinción clásica en medicina entre trastornos orgánicos y


funcionales hace referencia a la presencia en los segundos de factores
psicológicos importantes en la etiología, presentación y evolución. El
conocimiento de los trastornos psicosomáticos en la infancia difiere
dependiendo de que el abordaje sea realizado por pediatras o psiquiatras. No
aparecen definidos como tales en los manuales de clasificación de psiquiatría
y podrían equipararse a los trastornos somatomorfos de estas
clasificaciones.El modelo biopsicosocial de enfermedad propone que factores
genéticos y medioambientales tempranos dan una predisposición individual a
enfermar. Variables biológicas, psicológicas y sociales pueden determinar el
comienzo y curso del trastorno. Los niños, por su inmadurez cognitiva y
28

verbal, tienen una mayor predisposición a manifestar sus emociones mediante


síntomas físicos, siendo el dolor abdominal en la infancia y la cefalea los
mayores exponentes de esta circunstancia. La prevalencia de trastornos
somatomorfos es igual en niños y niñas pero, al llegar la adolescencia, es 5
veces mayor en las chicas.

La somatización se entendería como un lenguaje de los afectos y,


evolutivamente, se puede considerar normal. Cuando, por diversas causas, el
niño tiene dificultada esta capacidad de comunicar sus sentimientos, pueden
aparecer los trastornos por somatización. La somatización se describe como
la tendencia a experimentar y manifestar el malestar psicológico a través de
quejas somáticas. La presencia de una somatización no excluye una
patología orgánica, ya que mecanismos psicogenéticos pueden agravar o
cronificar una dolencia médica. Los trastornos psicosomáticos hacen
replantearse al médico el sentido de la diferenciación entre síntomas físicos y
psíquicos y obligan al pediatra y al psiquiatra infantil a un entendimiento
mutuo de la comprensión de la enfermedad del niño y su familia más allá del
síntoma concreto por el que acude a nuestra consulta. Por otra parte, no
diagnosticar un trastorno somatomorfo puede dar lugar a la búsqueda
compulsiva de complejos diagnósticos médicos, alto costo sanitario y, en el
peor de los casos, intervenciones iatrogénicas que pueden ser peligrosas
para el niño. Psiquiatras infantiles deben profundizar sus conocimientos en
pediatría y pediatras en psiquiatría de cara al mejor tratamiento posible de
estas entidades.

Epidemiología y clasificación

Los trastornos somatomorfos son una patología con una alta


prevalencia en la consulta de pediatría, por lo que se debe prestar especial
atención a los problemas psicológicos asociados al motivo de consulta
principal.
29

Los trastornos por somatización pueden alcanzar una incidencia de


casi un 4% en una consulta pediátrica de Atención Primaria. Destacan los
síntomas neurológicos (cefaleas, mareos, tics), dermatológicos (prurito),
alérgicos (asma), digestivos (anorexia, hiperfagia, pica, abdominalgias) y del
sueño (insomnio de conciliación). En un considerable número de niños con
síntomas psicosomáticos, coexisten dificultades emocionales y conductuales,
que deben ser identificadas y tratadas adecuadamente. Asimismo, el alto nivel
de ansiedad en los padres (especialmente, en las madres) suele ser causa de
una mayor frecuentación de los servicios de salud. En un estudio realizado en
una Unidad de SMIJ (Loño, 2003) sobre 100 niños y adolescentes con quejas
somáticas, se encontró una proporción de: dolor abdominal recurrente: 30%;
cefaleas y mareos: 19%; palpitaciones: 15%; dificultad en deglución: 9%;
marcha inestable: 9%; visión borrosa: 6%; artralgias: 2-3%; y síntomas
menstruales: 3%.

En la actualidad, no existe consenso sobre lo que constituyen los


trastornos somatoformes en la infancia. Las clasificaciones CIE-10 y DSM-IV
los definen como un grupo de trastornos en los que la característica común es
la presencia de síntomas físicos que sugieren una enfermedad médica y que
no pueden explicarse completamente por la presencia de una enfermedad,
por los efectos directos de una sustancia o por otro trastorno mental.

Los cuadros somatoformes pueden clasificarse en:

1. Aquellos en que los factores psicológicos están asociados a los


síntomas físicos o disfunciones (p. ej., trastorno de conversión).
2. Aquellos en los que los factores psicológicos influyen en el desarrollo
de patología física (los trastornos clásicamente psicosomáticos: colitis
ulcerosa, asma).
3. Aquellos en que los síntomas físicos constituyen la manifestación
principal del trastorno mental (p. ej., trastornos de la alimentación).
30

Los trastornos somatomorfos engloban las siguientes entidades:

1. Trastorno de conversión. Uno o más síntomas que sugieren, la


mayoría de las veces, un déficit neurológico.
2. Trastorno por dolor. Los pacientes presentan dolor en una o más
localizaciones sin hallazgos físicos que lo justifiquen.
3. Trastorno dismórfico corporal. Existe una excesiva preocupación
por algún defecto imaginario en el aspecto físico de un individuo
aparentemente normal.
4. Hipocondría. Se manifiesta como temor o creencia de padecer
una enfermedad grave a partir de la interpretación subjetiva de
signos y síntomas físicos como prueba de enfermedad somática.
5. Trastorno somatomorfo indiferenciado. Se incluye el resto de
síndromes que se adaptan a la definición de somatomorfos y
que no cumplen los criterios de ninguno de los subgrupos
anteriores.
En la tabla I, pueden observarse los trastornos somatomorfos en las
clasificaciones internacionales DSM-IV y CIE.

Factores de riesgo

Los factores de riesgo a tener en cuenta incluyen factores genéticos y


familiares, eventos estresantes, rasgos de personalidad y modelos de
aprendizaje del niño

.
31

Factores genéticos y familiares

El trastorno psicosomático se presenta en las familias, apareciendo en


el 10% al 20% de los familiares de primer grado. Los síntomas somáticos
tienen una alta prevalencia familiar; de tal manera que, los niños y otros
miembros de la familia suelen compartir síntomas similares, ya sean quejas
físicas en general, dolor abdominal o dolor de cabeza. Los factores familiares
también incluyen altos índices de problemas de salud, enfermedades de larga
duración (por ejemplo, diabetes) y trastornos psicológicos.

Eventos estresantes

Algunos problemas físicos y tratamientos médicos actúan como


desencadenantes de los trastornos somatomorfos. Por ejemplo, los dolores
abdominales pueden aparecer después de una gastroenteritis, la pérdida de
sensibilidad o movilidad de un miembro después de la inmovilización del
mismo por una lesión, el síndrome de fatiga crónica después de una infección
como la gripe, lo que provoca que la familia crea que el cuadro posee una
etiología orgánica. Por otra parte, los estresores psicosociales también
pueden desencadenar o mantener el cuadro, siendo estos estresores, por
ejemplo: los problemas del niño a la hora de relacionarse socialmente, los
comentarios críticos sobre su trabajo en el colegio, la transición a un nuevo
colegio o un cambio de clase, y el nacimiento de un hermano en niños en
edad preescolar. Estos factores suelen estar mediados por problemas de
habilidades sociales, determinados rasgos de personalidad y niveles altos de
síntomas físicos en sus padres.

Rasgos de personalidad y estilos de afrontamiento

Las características de personalidad pueden ser precursores


importantes de estos trastornos. Los clínicos describen a estos niños como
concienzudos/aplicados (o incluso obsesivos), sensibles, inseguros y
32

ansiosos. También, se ha demostrado que tienden a utilizar estrategias de


afrontamiento negativas y/o pasivas, como por ejemplo, una excesiva
resignación. Si los rasgos de personalidad son muy marcados, dificultarán la
adaptación emocional y conductual del niño a los problemas y al estrés de la
vida diaria.

Quejas aprendidas

Las conductas que son recompensadas serán incrementadas en


intensidad o frecuencia; mientras que, las conductas que son castigadas o
inhibidas disminuirán. La intensa atención y el cuidado de los demás o la
disminución de las responsabilidades (beneficio secundario) pueden reforzar
las quejas somáticas. Si los síntomas somáticos son reforzados
tempranamente en el curso del trastorno somatomorfo, es probable que tales
conductas persistan. Un niño o adolescente puede aprender los beneficios de
asumir el rol de enfermo y puede rehusarse a que sus síntomas cedan. El
aumento de la atención de los padres o la evitación de presiones escolares no
placenteras pueden reforzar aún más los síntomas.

La presencia de un familiar enfermo puede servir como modelo para el


niño de aprendizaje de las ganancias del enfermar.

Clínica y diagnóstico diferencial(6)

Es importante conocer las características clínicas que sugieren un


trastorno funcional. El clínico debe realizar una evaluación exhaustiva y un
abordaje que incluya a la familia y al niño para una detección precoz de estos
trastornos.

Pasemos ahora a resaltar las características clínicas de los trastornos


psicosomáticos más frecuentes.
33

Normalmente, las cefaleas se presentan como migrañas o dolores


tensionales aunque, en la práctica, la diferencia entre los dos tipos no es clara
y ambas parecen coexistir. En la migraña, los dolores de cabeza son
periódicos, severos y unilaterales y pueden ir acompañados de un aura visual,
vómitos y una historia familiar de migraña. Los dolores tensionales se definen
como dolores paroxísticos, frecuentes y bilaterales, normalmente a dolor
frontal, que se describen como un peso pesado y se asocian a mareo.

Los dolores abdominales recurrentes acostumbran a ser severos y


suelen tener una distribución difusa o periumbilical. Normalmente, el dolor es
más intenso durante el día y no suele despertar al niño durante la noche.
Puede empeorar los lunes por la mañana y mejorar durante los periodos
vacacionales. No responden a la medicación analgésica. A pesar de que el
cuadro puede iniciarse después de una gastroenteritis o el dolor puede estar
asociado al estreñimiento, el hábito intestinal suele ser normal. Existen
síntomas asociados como, por ejemplo: vómitos, letargia, fiebre o palidez. Los
niños pueden presentar un aspecto enfermizo, lo que aumenta la
preocupación de los padres. Es posible que aquellos niños que padecen
dolores abdominales funcionales tengan procesos fisiológicos anómalos,
como una motilidad gastrointestinal alterada, tensión muscular o una
sensibilidad excesiva a sensaciones abdominales normales. Se debe
sospechar de un origen orgánico del cuadro si:

 Hay pérdida de peso.


 Sangrado gastrointestinal.
 Fiebre persistente.
 Diarrea crónica o resultados analíticos anormales.
 Vómitos persistentes.
 Cuando el niño se despierta por la noche debido al dolor.
34

El dolor abdominal y las cefaleas se incluyen en el trastorno por dolor


de la CIE-10 si el dolor es persistente, severo e incapacitante y se asocia a
problemas emocionales o psicosociales, que son lo suficientemente
significativos como para tener un papel importante en la etiología del dolor.

En el TC (trastorno conversivo) existe una pérdida total o parcial de la


función motora o sensitiva en una parte del cuerpo. La mayoría de niños que
lo sufren presenta debilidad en las piernas o una forma extraña de andar y, en
ocasiones, son totalmente incapacitantes. Otros síntomas pueden ser la
pérdida total o parcial de visión y el mutismo. Los síntomas suelen aparecer
después de un evento traumático y tienden a remitir después de semanas o
meses. Asimismo, las pseudocrisis epilépticas se observan en niños y parece
que son especialmente frecuentes en determinadas culturas, presentando un
EEG normal, una duración prolongada y un patrón variable. Además, suelen
ocurrir en presencia de terceros, presentan una memoria intacta de las
convulsiones y la medicación antiepiléptica es inefectiva.

El síntoma principal del SFC (síndrome de fatiga crónica) o neurastenia


es la sensación de cansancio intenso después de un esfuerzo mental o físico
menor. El cansancio suele ser crónico y no se explica por ninguna causa
orgánica. Suele asociarse a una disminución del rendimiento académico o de
las actividades diarias del niño. Las características principales son:

o Debilidad física o mental y agotamiento después de un mínimo


esfuerzo.
o Cefaleas tensionales.
o Alteraciones del sueño.
o Problemas de concentración.
o Mareos.
o Dolores musculares y achaques.
o Preocupación sobre la salud mental y física.
o Frecuentes infecciones de las vías aéreas altas y adenopatías.
35

Los niños que presentan estos cuadros suelen tener psicopatología


asociada y una marcada limitación funcional, pudiendo estar encamados
largas temporadas y pasando largo tiempo sin ir al colegio.

Los síntomas somáticos pueden interferir en la vida de estos pacientes


e impedirles funcionar con normalidad. En la población preescolar, los niños
que padecen estos síntomas suelen tener más problemas conductuales y
emocionales, visitan al médico con más frecuencia y se ausentan más a
menudo de la guardería. Esto demuestra que el fenómeno de somatización
aparece ya en edades tempranas. Algunos de estos niños son los que en un
futuro (en la infancia tardía o en la adolescencia) desarrollarán trastornos
somatomorfos. Asimismo, es muy común que los pacientes que padecen
estos trastornos visiten frecuentemente a diversos médicos especialistas, que
tienden a realizar múltiples (y, a menudo, innecesarias) pruebas médicas, que
contribuyen al mantenimiento del cuadro y a retrasar el diagnóstico y el
tratamiento del mismo.

En la tabla II, se describen los elementos clave para una adecuada


evaluación de los trastornos somatomorfos. (ANEXOS N° 01)

Diagnóstico diferencial

Es importante hacer un buen diagnóstico diferencial con otros


trastornos psiquiátricos, en los que también existen síntomas físicos y cuyas
características principales son:

(a) Fobia escolar. En estos cuadros la característica principal es el temor


a ir al colegio. En los niños con trastornos psicosomáticos, las razones
por las que no van al colegio suelen ser: la incapacidad para funcionar
adecuadamente en el centro escolar como consecuencia de los
síntomas somáticos, el temor a que los síntomas empeoren en el
colegio y no saber cómo explicar a sus compañeros lo que les pasa.
36

(b) Anorexia nerviosa: pérdida de peso y miedo intenso a ganar peso.


(c) Trastorno depresivo: humor triste, deprimido o irritable, con
cogniciones negativas.
(d) Trastornos de ansiedad: persistentes síntomas de ansiedad,
preocupación o inquietud.
(e) Mutismo selectivo: el niño sólo habla en ciertas situaciones.
(f) Trastorno facticio (o trastorno de Münchausen por poderes): los
síntomas que presenta el niño se producen de una forma consciente o
inducida (normalmente, por la madre).

En los casos en los que coexisten síntomas biológicos y psicológicos,


el diagnóstico diferencial puede ser especialmente difícil (como, por ejemplo,
cuando se producen cuadros de pseudocrisis en pacientes que también
presentan crisis epilépticas).

Comorbilidad

Es importante evaluar la comorbilidad de síndromes psiquiátricos con


enfermedades físicas, como puede observarse en el algoritmo 1.

Tratamiento

El pediatra de Atención Primaria constituye un pilar fundamental en el


tratamiento de los trastornos psicosomáticos, primando siempre la
normalización de la vida del niño y evitando la derivación a múltiples
especialistas e ingresos hospitalarios. Debe mostrarse empático con el niño y
la familia, evitando la culpabilización y vinculando el síntoma con
acontecimientos en la vida del paciente.

El tratamiento hace imprescindible el trabajo en equipo entre el pediatra


y el psiquiatra; el abordaje de estos trastornos es competencia de la llamada
interconsulta psiquiátrica y psiquiatría de enlace. El tratamiento comienza con
37

una correcta evaluación, ya que el diagnóstico es el paso determinante del


tratamiento. Comienza con una valoración clínica minuciosa: historia clínica,
exploración física, pruebas complementarias indicadas y añadir una
exploración psicopatológica del niño y valoración de la familia. Es necesaria
una entrevista familiar y también hablar con el niño a solas. Hay que orientar
al niño y a su familia hacia otra comprensión de sus síntomas que lleve a
dejar de buscar causas médicas y permita adentrarse en el terreno
psicosocial. Es imprescindible que el pediatra entienda el diagnóstico y
demuestre empatía para garantizar un buen pronóstico.

En la tabla III se dan las orientaciones para el abordaje integral


pediátrico y psiquiátrico. (ANEXOS N° 02)

Se recomienda minimizar el número de médicos que intervienen, la


derivación a múltiples especialistas empeora el pronóstico. También, se
deben minimizar las pruebas diagnósticas. Se deben evitar los ingresos
hospitalarios prolongados que refuerzan los síntomas y el papel de enfermo.
Nunca hay que discutir la realidad del síntoma y se debe intentar conseguir
vincular el síntoma con acontecimientos vitales de la vida del niño. Con
frecuencia aparece reticencia al tratamiento psiquiátrico que suelen
abandonar, quedando el pediatra como única referencia para controlar la
evolución. En este caso, es función del pediatra hacerse cargo del
seguimiento, intentando disminuir el rol de enfermo, animando a la
normalización de la vida del niño y detectando y minimizando los estresores
psicosociales.

El pediatra debe programar consultas frecuentes breves para evitar la


búsqueda compulsiva de otros especialistas, visitas a urgencias y pruebas
complementarias innecesarias. Sería muy positivo conseguir relacionar en la
consulta las quejas somáticas con los estresores psicosociales.
38

Ya en el ámbito del tratamiento psiquiátrico, las terapias más utilizadas son


las siguientes:

1. Rehabilitación. Se basa en derivar el foco de tratamiento de la cura


del síntoma a la vuelta al funcionamiento normal.

2. Terapia de modificación de conducta. Incentivar la recuperación


funcional y disminuir los beneficios secundarios de la enfermedad.

3. Terapia cognitiva. Corregir creencias distorsionadas sobre el


significado de los síntomas somáticos. Empleo de técnicas de
autocontrol.

4. Terapias individuales o familiares orientadas a disminuir el estrés


familiar y o corregir dinámicas familiares disfuncionales.

5. Psicofármacos. Antidepresivos y benzodiazepinas si existe


comorbilidad con depresión o ansiedad, aunque también han
demostrado eficacia en mejorar los síntomas somáticos.

5. TRASTORNOS SOMATOMORFES: CARACTERÍSTICAS GENERALES,


CLASIFICACIÓN CRITERIOS, DIAGNÓSTICOS

Categorización según el DSM-IV-TR

El DSM-IV estima que la característica común del grupo de los


trastornos somatoformes es la presencia de síntomas físicos que sugieren
una condición médica general pero que no son explicados por una condición
médica general, por los efectos directos de una sustancia o por otro trastorno
mental. Los síntomas deben causar angustia o deterioro clínicamente
significativo a nivel social, laboral u otras áreas de funcionamiento. En el
DSM-IV-TR y el DSM-IV se mantiene las mismas categorías que en el DSM-
39

III-R, pero se introducen elementos de simplificación y clarificación de los


criterios diagnósticos.

Trastorno de somatización

El aspecto definitorio del trastorno de somatización según el DSM-IV-


TR es la presencia de un patrón de síntomas somáticos múltiples y
recurrentes que sucede a lo largo de un periodo temporal de varios años y
que se inicia antes de los 30 años. Estos síntomas dan lugar a la búsqueda
de atención médica y ocasionan incapacitación importante. Respecto a las
novedades respecto al DSM-III, se ha eliminado de la definición la creencia de
estar enfermo y la lista de 35 ítems ha sido agrupada en 4 categorías de
síntomas físicos: dolor, gastrointestinal, sexual y pseudoneurológico. Además,
el DSM-IV elimina la nota relativa a 7 síntomas cuya presencia era indicadora
de gran probabilidad de que existiese el trastorno y la indicación de que los
síntomas no ocurriesen exclusivamente durante las crisis de angustia, y ha
añadido que la producción de los síntomas no esté bajo control voluntario del
sujeto.

Criterios para el diagnóstico del trastorno de somatización según el


DSM-IV-TR

A. Historia de múltiples síntomas físicos que empieza antes de los 30


años, que acontece durante un periodo de varios años y conduce a la
solicitud de atención médica o induce un deterioro significativo a nivel
social, laboral o de otras esferas importantes del funcionamiento del
individuo.

B. Deben cumplirse todos los criterios expuestos a continuación y los


síntomas del sujeto pueden aparecer en cualquier momento durante el
curso del trastorno:
40

1. cuatro síntomas de dolor: historia del dolor relacionada con al


menos cuatro zonas o funciones diferentes del cuerpo.

2. dos síntomas gastrointestinales: historia de al menos dos


síntomas gastrointestinales distintos al dolor.

3. un síntoma sexual: historia de al menos un síntoma sexual o del


sistema reproductor distinto al dolor.

4. un síntoma pseudoneurológico: historia de al menos un síntoma


o déficit que sugiere una condición neurológica que no se limita
al dolor.

C. 1) o 2):

1. tras el examen apropiado, ninguno de los síntomas del criterio B


puede ser explicado completamente por una condición médica
general conocida o por los efectos directos de una sustancia:
drogas, medicación

2. cuando existe una condición médica general relacionada, los


síntomas físicos o el deterioro resultante es mucho mayor de lo
que cabría esperar por la historia clínica, la exploración física o
los hallazgos de laboratorio.

D. Los síntomas no son producidos intencionalmente ni fingidos (como en


el trastorno facticio o la simulación).

Trastorno somatoforme indiferenciado

Para el DSM-III-R era una categoría para los cuadros clínicos que no
reunían los criterios completos para el trastorno de somatización. El DSM-IV y
el DSM-IV-TR siguen considerándolo como una categoría residual, pero
añade 2 nuevos criterios diagnósticos. Uno referido a las consecuencias
41

negativas que ocasionan los síntomas (C), y el otro a la producción deliberada


de éstos (F). Se ha sustituido el criterio de exclusión “el trastorno no aparece
en el curso de” por el de “el trastorno no se explica mejor por” otro trastorno
mental.

Criterios para el diagnóstico del trastorno somatoforme indiferenciado


según el DSM-IV-TR

A. Uno o más síntomas físicos: fatiga, pérdida de apetito.....

B. 1) o 2):

1. tras el examen apropiado, los síntomas no pueden ser explicados


completamente por una condición médica general conocida o por los
efectos directos de una sustancia.

2. cuando existe una condición médica general, los síntomas físicos o el


deterioro resultante es mucho mayor de lo que cabría esperar por la
historia clínica, la exploración física o los hallazgos de laboratorio.

C. Los síntomas originan malestar o deterioro clínicamente significativo a


nivel social, laboral u otras áreas importantes de funcionamiento

D. La duración de la alteración es por lo menos de 6 meses.

E. La alteración no se explica mejor por otro trastorno mental.

F. El síntoma no es producido intencionalmente ni fingido (como en el


trastorno facticio o la simulación

Hipocondría

La sintomatología esencial de la hipocondría según el DSM-III-R es la


preocupación, miedo o creencia de tener una enfermedad grave a partir de la
interpretación personal de los signos o sensaciones físicas. La identificación
42

de un error de pensamiento es clave en el diagnóstico. Hay dos problemas


asociados a esta definición extensibles al DSM-IV. Uno hace referencia a la
ausencia de claridad en la conceptualización de la hipocondría como "miedo
a" o "creencia de" padecer una enfermedad grave. La definición engloba tanto
a los pacientes convencidos de que están enfermos (convicción de
enfermedad) como a aquellos que temen enfermar (fobia a la enfermedad).

Warwick y Salkovskis consideran que en los dos casos la ansiedad ha


sido condicionada a estímulos asociados a la enfermedad, pero en el caso de
la fobia los estímulos son externos (hospitales), mientras que en el trastorno
hipocondríaco los estímulos son internos (sensaciones corporales). Además,
el fóbico se enfrenta a la ansiedad evitando el estímulo temido, mientras que
el hipocondríaco recurre a conductas dirigidas a neutralizar la ansiedad.

Marks sugiere que cuando los miedos implican síntomas corporales


múltiples y diversidad de enfermedades se habla de hipocondriasis, y cuando
el miedo se concentra en un síntoma o enfermedad únicos, de fobia a la
enfermedad o nosofobia. Según Fava y Grandi el aspecto más distintivo de la
hipocondría es la resistencia a la información médica tranquilizadora. La fobia
a la enfermedad se caracteriza por la especificidad y estabilidad longitudinal
de los síntomas y por la cualidad fóbica de los miedos que suele manifestarse
en forma de ataques más que una preocupación constante.

El segundo problema afecta al criterio diagnóstico relativo a que el


miedo de tener o la creencia de que ya se tiene una enfermedad persiste a
pesar de las explicaciones médicas. Según Salkovskis y Warwick se trata de
que persiste debido a la repetida información médica tranquilizadora, no a
pesar de. El diagnóstico del trastorno depende no solo de las características
clínicas del sujeto, sino también de las actuaciones que realizan los médicos.
Estos autores también han puesto en tela de juicio este criterio a tenor de las
siguientes consideraciones: 1) en determinados contextos, los pacientes no
tienen posibilidad de acceder a la información médica, 2) algunos pacientes
43

evitan consultar al médico, 3) es frecuente que los pacientes hipocondríacos


busquen que se les tranquilice por otros medios, y 4) no se define el tipo de
información tranquilizadora que no es efectiva.

Starcevic afirma que este aspecto definitorio es susceptible de una


doble interpretación, pues por una parte existe algo inherente a la hipocondría
que impide que las explicaciones sean efectivas, y por otra las explicaciones
ordinarias de "sentido común" resultan ineficaces en este trastorno. Según él
la definición actual de hipocondría es errónea debido a que implica que
cualquier información tranquilizadora tiene un poder convincente por
naturaleza ante el cual cualquier individuo debería responder con una mejoría
sintomática.

El estudio de Chorot y colbs revela que los síntomas asociados a la


activación autónoma tienden a ser más elevados en los pacientes con pánico
en contraste con los hipocondríacos cuya tendencia se focaliza en presentar
síntomas más difusos y síntomas físicos de no activación. El grupo con
diagnóstico de pánico además exhiben mayor comorbilidad con agorafobia,
mientras que la hipocondría aparece más vinculada a síntomas
somatoformes.

El DSM-IV incluye explícitamente la fobia a la enfermedad dentro de los


trastornos de ansiedad (fobia específica) y señala que la distinción entre
hipocondría y fobia específica depende de la existencia o no de convicción de
enfermedad.

Por otra parte sigue manteniendo sin variaciones la cuestión de la


información tranquilizadora, ya que se plantea que el miedo de que el sujeto
está enfermo persiste a pesar de las exploraciones realizadas y las
explicaciones dadas por el médico.
44

Criterios para el diagnóstico de hipocondría según el DSM-IV-TR

A. Preocupación por el miedo a tener, o la convicción de padecer, una


enfermedad grave que se basa en la interpretación errónea que hace la
persona de sus síntomas somáticos.

B. La preocupación persiste a pesar de las exploraciones y explicación


médica apropiadas.

C. La creencia en A no es de intensidad delirante (trastorno delirante tipo


somático), y no se restringe a una preocupación circunscrita acerca de la
apariencia (como el trastorno dismórfico corporal).

D. La preocupación origina un malestar o deterioro clínicamente significativo


a nivel social, laboral y otras áreas importantes de funcionamiento del
individuo.

E. La duración es de al menos 6 meses.

F. La preocupación no se explica mejor por TAG, TOC, trastorno de pánico,


episodio depresivo mayor, ansiedad de separación u otro trastorno
somatoforme.

Especificar: Con pobre insight (Si la mayor parte del tiempo la persona
no reconoce que la preocupación por tener una enfermedad grave es
excesiva o poco razonable).

Los rasgos característicos de la persona hipocondriaca son:

 Ansiedad.
 Rasgos de personalidad compulsivos.
 Estado de ánimo decaído.
 Tendencias de "doctor shopping".
 Exacerbación de las relaciones médico-paciente.
45

 Deterioro de la capacidad para el funcionamiento social.


 Deterioro de la capacidad para el funcionamiento laboral.
 Preocupación por dolores insignificantes.
 Preocupación por toses sin importancia.
 Preocupación por la peristalsis.
 Escasa relaciones sociales.
 Necesidad de explicar con detalle su historia médica

Las características psicológicas y clínicas centrales en la hipocondría según


Warwick y Salkovskis son:

 Preocupación por la salud.


 Insuficiente patología orgánica que justifique las preocupaciones
expresadas.
 Atención selectiva a los cambios o características corporales.
 Interpretación negativa de signos y síntomas corporales.
 Atención selectiva y desconfianza de la información médica y no
médica.
 Búsqueda persistente de explicaciones/comprobación del estado
corporal/información.

Trastorno de conversión

En el DSM-III-R se contemplaba una concepción muy amplia del


síntoma de conversión, pues incluía tanto los que sugerían un daño
neurológico (parálisis) como los que afectaban al sistema vegetativo (vómitos)
y al endocrino (embarazo fantasma).

Cloninger recomienda que el trastorno de conversión se restrinja a los


síntomas neurológicos, idea que ha recogido el DSM-IV. Algunos autores han
46

sugerido que el fenómeno de conversión debería ser considerado como un


síntoma en vez de cómo un síndrome.

El aspecto básico de este trastorno es la presencia de síntomas o


déficit no deliberados que afectan al funcionamiento motor voluntario o
sensorial, lo que hace pensar en la existencia de una condición médica
general. En su inicio o exacerbación están implicados factores psicológicos.

Criterios para el diagnostico del trastorno de conversión según el DSM-


IV-TR

A. Uno o más síntomas o déficit que afectan a la función motora voluntaria


o sensorial, y que sugieren una condición neurológica u otra condición
médica general.

B. Se considera que los factores psicológicos están asociados al síntoma


o déficit, debido a que el inicio o exacerbación está precedido por
conflictos y otros estresores.

C. El síntoma no se produce de manera fingida ni intencionalmente.

D. Tras el examen clínico apropiado, el síntoma o déficit no puede ser


explicado completamente por una condición médica general, por
efectos de una sustancia o por una conducta o experiencia
culturalmente normales.

E. El síntoma o déficit origina malestar y deterioro clínicamente


significativo a nivel social, laboral u otras áreas importantes de
funcionamiento del sujeto, requieren atención médica. (nuevo)

F. El síntoma o déficit no se limita al dolor o a una disfunción sexual, no


acontece exclusivamente durante el curso del trastorno por
somatización, y no se explica mejor por otro trastorno mental. (nuevo)
47

Especificar tipo de síntoma o déficit (subtipos):

 Con síntoma o déficit motor.


 Con síntoma o déficit sensorial.
 Con crisis o convulsiones.
 Con sintomatología mixta.

Trastorno dismórfico corporal

Se cuestiona la adecuación de incluir este trastorno entre los


somatoformes. Es similar al TOC, aunque tienen también diferencias. Algunos
sostienen que hay que diferenciar entre dismorfofobia primaria y secundaria.

Según el DSM IV, la característica esencial de este trastorno es la


preocupación excesiva por alguna anomalía física leve o inexistente.

Criterios para el diagnóstico del trastorno dismórfico corporal según el


DSM-IV-TR

A. Preocupación por un defecto imaginado en la apariencia. Si existe una


leve anomalía física, la preocupación de la persona es excesiva.

B. La preocupación origina angustia o deterioro clínicamente significativo


a nivel social, laboral, u otras áreas importantes del funcionamiento del
individuo.

C. La preocupación no se explica mejor por otro trastorno mental (ej:


insatisfacción por la forma y tamaño corporal en la anorexia nerviosa).

Las variaciones respecto al DSM-III-R son:

 Desaparición de la indicación de que la creencia en la existencia de un


trastorno físico no alcance una intensidad delirante, lo que posibilita el
48

diagnóstico concurrente entre trastorno dismórfico corporal y trastorno


delirante (tipo somático).

 Se matiza, amplia y reformula la consideración de que la alteración "no


aparece únicamente en el transcurso de una anorexia nerviosa o
transexualismo" (C).

 Inclusión del criterio B.

Phillips señala que las quejas suelen ser concretas, pero no son
infrecuentes otras de carácter vago e inespecífico. Los sujetos pueden estar
preocupados por diferentes aspectos corporales en distintos momentos o por
varios a la vez. Las quejas más frecuentes en el trastorno dismórfico corporal
son:

 Defectos faciales: arrugas, manchas, cicatrices, marcas vasculares,


acné, palidez o rojez de la tez, hinchazón, asimetría o desproporción
facial, excesivo vello facial, anormalidad del pelo.

 Defectos en la forma, tamaño u otras características de diversas partes


de la cara/cabeza: nariz, ojos, párpados, cejas, orejas, boca, labios,
dientes, mandíbula, barbilla, mejillas, cabeza.

 Defectos de otras partes del cuerpo: genitales, senos, nalgas,


abdomen, brazos, manos, pies, piernas, caderas, hombros, columna
vertebral, piel.

Trastorno de dolor (antes dolor somatoforme)

La sintomatología esenciar que caracteriza a este trastorno es la


presencia de dolor en una o más partes del cuerpo que constituye el aspecto
central de la sintomatología clínica y que alcanza un nivel de gravedad
suficiente como para justificar la atención clínica.
49

Criterios para el diagnóstico del trastorno de dolor según el DSM-IV-TR

A. El dolor en una o más zonas anatómicas es el núcleo predominante de


la sintomatología clínica, y su gravedad justifica la atención médica.

B. El dolor origina malestar o deterioro clínicamente significativo a nivel


social, laboral u otras áreas importantes de funcionamiento del
paciente.

C. Se considera que los factores psicológicos tienen un papel importante


en el inicio, exacerbación o mantenimiento del dolor.

D. El síntoma o déficit no es producido intencionalmente ni fingido (como


en el trastorno facticio o la simulación).

E. El dolor no se explica mejor por un trastorno del estado de ánimo,


ansiedad o psicótico, y no cumple los criterios para la dispareunia.

Codificar:

 Trastorno de dolor asociado a factores psicológicos: los factores


psicológicos desempeñan un papel relevante en el inicio, gravedad,
exacerbación o mantenimiento del dolor. Si existe una condición
médica general, ésta no tiene un papel importante en el inicio,
gravedad, exacerbación o mantenimiento del dolor. Este tipo de
trastorno de dolor no debe diagnosticarse si también se cumplen los
criterios para el trastorno de somatización.

 Trastorno de dolor asociado a factores psicológicos y a enfermedad


médica: tanto los factores psicológicos como una condición médica
general tienen papeles importantes en el inicio, gravedad,
exacerbación o mantenimiento del dolor.

Especificar (para ambos tipos)


50

 Agudo: duración inferior a 6 meses.


 Crónico: duración de 6 meses o más.

En el DSM-IV se aprecian matices importantes en relación con del


DSM-III-R. Se ha reemplazado la categoría de dolor somatoforme por la de
trastorno de dolor. Incluye dos tipos de trastorno de dolor: el asociado a
factores psicológicos y el asociado a factores psicológicos y a una condición
médica general. Para ambos subtipos debe indicarse, de acuerdo con la
duración superior o inferior a 6 meses, si es crónico o agudo. Se incluye un
tercer subtipo, el trastorno de dolor asociado a una condición médica general,
que no se cataloga como trastorno mental. Retoma la indicación del DSM- III
incorporando en el diagnóstico la exigencia de factores psicológicos
involucrados. Por último, se han añadido dos criterios de exclusión: el síntoma
o déficit no es simulado ni refleja un trastorno facticio y ningún otro trastorno
mental posibilita una mejor comprensión de la alteración, ya que ésta no
reúne los criterios para el diagnóstico de la dispareunia.

Rasgos característicos de las personas con dolor somatoforme

1. quejas excesivas de dolor en ausencia de evidencia física,


2. doctor shopping,
3. uso excesivo de analgésicos,
4. parestesia: sensación de hormigueo o pinchazo,
5. espasmos musculares,
6. historia de síntomas de conversión: ceguera...,
7. estado de ánimo disfórico
8. peticiones de intervención quirúrgica.
51

Trastorno somatoforme no especificado

Al igual que el DSM-III-R, el DSM-IV-TR considera que se asignarían a


esta categoría los trastornos con síntomas somatoformes que no reúnan los
criterios de ninguno de los trastornos somatoformes específicos, como:

1. Pseudociesis: falsa creencia de estar embarazada asociada a signos


objetivos de embarazo, como aumento del abdomen, amenorrea…

2. Un trastorno en el que haya síntomas físicos no psicóticos de menos


de 6 meses de duración.

3. Un trastorno en el que haya síntomas físicos no explicables con


duración inferior a 6 meses y que no se deban a otro trastorno mental.

Diagnóstico diferencial

Para un diagnóstico diferencial de los trastornos somatoformes hay que


tener en cuenta los factores psicológicos que afectan al estado físico. Existen
factores psicológicos que afectan negativamente a una determinada condición
médica general diagnosticada. En cambio en los trastornos somatoformes
está o no presente o es insuficiente para dar cuenta de los síntomas físicos. A
su vez, la presencia de enfermedad física también debe contemplarse, pues
puede coexistir con la somatización y la hipocondría. Hay que tener especial
cuidado con alteraciones orgánicas que manifiestan síntomas somáticos
vagos y múltiples (esclerosis múltiple…).

El DSM-IV en relación con el trastorno de somatización propone 3


características que hacen pensar que no encontramos ante este trastorno y
no ante una condición médica general, aunque éste trastorno puede coexistir
con otras enfermedades: 1) múltiples sistemas orgánicos implicados, 2) inicio
temprano y curso crónico sin indicios o anomalías que supongan un cambio
52

estructural, y 3) ausencia de resultados de laboratorio que indiquen la


existencia de una condición médica general.

En el caso de la hipocondría, también debe considerarse para el


diagnóstico diferencial la presencia de una enfermedad física verdadera
(enfermedades tiroideas). Según Dubovsky los síntomas físicos difusos
pueden hacer que permanezcan ocultos signos indicativos de trastorno
mental orgánico (quejas más variables e inconsistentes). El diagnóstico
diferencial se efectuará mediante cuidadoso examen del estado mental
(pruebas de atención, concentración y memoria).

Los trastornos somatoformes implican síntomas físicos que se estima


que no se encuentran bajo el control voluntario del sujeto, y se diferencian de
la simulación y de los trastornos facticios en función de ese criterio de
intencionalidad. En la simulación el individuo finge conscientemente estar
enfermo con el fin de conseguir unos incentivos externos (remuneración
monetaria).

En los trastornos facticios el único propósito es asumir el rol de


enfermo y someterse a las exploraciones y tratamientos médicos. Sabe lo que
tiene que hacer para producir los síntomas, pero no sabe qué motivo le lleva a
actuar así. Una estrategia que puede ayudar a discriminar entre trastornos
somatoformes, trastornos facticios y simulación consistiría en considerar la
conciencia que posee el sujeto sobre la motivación de su conducta.

En el trastorno de conversión no es consciente ni de estar haciendo


algo ni de la motivación remota de la sintomatología.

Diferencias entre simulación y somatización

Simulación Somatización
El paciente es consciente de Los síntomas no son producidos
la simulación de la conscientemente, pero son soluciones
53

enfermedad. inconscientes a conflictos difíciles.

Los síntomas dan como La ganancia secundaria sólo es un aspecto


resultado una ganancia del cuadro e implica una ganancia
significativa evidente. interpersonal (por ejemplo, satisfacer
necesidades de dependencia) más que
una ganancia económica o legal.

Historia previa de conducta Ausencia de historia previa de conducta


antisocial y/o adicción a antisocial
drogas.

Trastorno de personalidad, La somatización es una forma de vida,


especial/ personalidad pero no son tan prominentes otros signos
antisocial o límite. de trastorno de personalidad.

El paciente se vuelve El paciente se indigna o se pone ansioso


amenazador cuando se le cuando se sugiere una causa psicológica,
hace frente y entonces pero se vuelve más dependiente.
abandona repentinamente el
hospital, la sala de
emergencia o la clínica.

Respecto a los trastornos del estado de ánimo, la aparición de cambios


físicos son habituales en estos trastornos (fatiga, pérdida de apetito,
disminución de actividad…). A diferencia de los trastornos de somatización,
estos síntomas se limitan a los episodios de estado de ánimo deprimido. Si se
cumplen criterios para ambos diagnósticos, el DSM-IV permite el diagnóstico
de ambos trastornos.

En cuanto a los trastornos de ansiedad, en el trastorno de pánico


también existe sintomatología diversa, pero solo surge durante los ataques.
54

Los dos trastornos pueden coexistir. En el TAG también se dan


múltiples síntomas, pero el foco de ansiedad y la preocupación no se restringe
a la sintomatología física.

Tanto la hipocondría como el trastorno dismórfico corporal pueden ser


diagnosticados conjuntamente con el TOC si las conductas compulsivas del
sujeto no se limitan a la preocupación por la enfermedad (hipocondría) o por
el aspecto físico (trastorno dismórfico). En la fobia social también coexisten
preocupaciones por defectos reales en la apariencia, pero a diferencia del
trastorno dismórfico no perturba ni incapacita al sujeto.

En cuanto a los trastornos psicóticos hay que decir que en la hipocondría


la creencia del sujeto no llega a tener una magnitud delirante. Por otra parte,
la esquizofrenia con ideas delirantes somáticas debe distinguirse de la quejas
no delirantes del trastorno por somatización (en raras ocasiones se dan
conjuntamente). Las alucinaciones del trastorno de somatización o del
trastorno de conversión, se distinguen de las que ocurren en un trastorno
psicótico en:

 El sujeto mantiene intacto el insight.


 No se acompañan de otros síntomas psicóticos.
 Implican más de una modalidad sensorial.
 Tienen un contenido ingenuo, fantástico y pueril.
 Suelen tener un significado psicológico.
 El sujeto tiende a describirlas como un relato interesante.

Respecto a las disfunciones sexuales en el DSM-IV los síntomas de


conversión que afectan al funcionamiento sexual se consideran como
disfunciones sexuales (no como trastorno de conversión). También hay que
tener en cuenta otros dos grupos de trastornos con los que establecer el
diagnóstico diferencial, que son los trastornos del sueño (insomnio primario,
hipersomnia primaria, narcolepsia, relacionado con la respiración, trastorno
55

del sueño del ritmo circadiano y parasomnia) y los trastornos alimentarios:


anorexia y bulimia nerviosa.

La diferenciación entre los distintos tipos de trastornos somatoformes


también ha de ser contemplada. Siguiendo las indicaciones del DSM-IV, en el
transcurso del trastorno por somatización puede haber preocupaciones por el
miedo a tener o la creencia de que ya se tiene una enfermedad grave,
síntomas de dolor vinculados a factores psicológicos, así como síntomas de
conversión; sin embargo, si estas características aparecen únicamente en el
curso de este trastorno no se establece el diagnóstico adicional de
hipocondría, trastorno de dolor asociado a factores psicológicos ni trastorno
de conversión. Cuando existen síntomas de dolor tampoco se utiliza esta
última categoría, sino la de trastorno de dolor. Tanto en la hipocondría como
en el trastorno de conversión pueden detectarse síntomas pseu
doneurológicos. La hipocondría el sujeto se preocupa porque considera
dichos síntomas como manifestación de una enfermedad importante. En la
conversión el aspecto nuclear es el síntoma en sí mismo ya que el sujeto
puede mostrar una relativa falta de preocupación por la naturaleza o
implicaciones de los síntomas (belle indifférence).

El trastorno dismórfico corporal también difiere de la hipocondría y el


trastorno de conversión en que el énfasis se sitúa en la preocupación por un
defecto imaginado o leve problema real en la apariencia física y no en la
preocupación por una enfermedad importante (hipocondría) ni en un síntoma
o déficit del funcionamiento motor voluntario o sensorial (trastorno de
conversión).

Clasificación según la CIE-10

Según la CIE-10 el rasgo principal se caracteriza a los trastornos es la


presentación reiterada de síntomas somáticos acompañados de demandas
persistentes de exploraciones clínicas, a pesar de repetidos resultados
56

negativos de exploraciones clínicas y de continuas garantías de los médicos


de que los síntomas no tienen una justificación somática.

Trastorno de somatización

Pautas generales para el diagnóstico de este trastorno:

 Síntomas somáticos múltiples y variables para los que no se ha


encontrado una adecuada explicación somática que han persistido al
menos durante dos años.

 La negativa persistente a aceptar las explicaciones o garantías


reiteradas de médicos diferentes de que no existe una explicación
somática para los síntomas.

 Cierto grado de deteriodo del comportamiento social y fmiliar, atribuible


a la naturaleza de los síntomas y al comportamiento consecuente.

Trastorno somatomorfo indiferenciado

Se asigna este diagnóstico cuando existen quejas somáticas múltiples,


variables y persistentes, pero no se cumplen las pauta de diagnósticas para el
trastorno anterior.

Trastorno hipocondriaco

Para poder diagnosticar el trastorno hipocondríaco se requiere que


existan la creencia persistente, como mínimo, de una enfermedad organica
importante que se oculta tras los síntomas a pesar de que las repetidas
exploraciones no la hayan detectado, o la preocupación incesante por una
supuesta deformidad física, así como la negativa a admitir las esplicaciones
de los médicos que señalan la inexistencia de tal enfermedad o anormalidad.
57

Disfunción vegetativa somatomorfa

Para diagnosticar este trastorno con arreglo a la CIE-10 deben


cumplirse los siguientes requisitos:

 Síntomas persistentes y desagradables derivados de una


hiperactividad del sistema nervioso vegetativo.
 Síntomas subjetivos relativos a un sistema u organo corporal
determinado.
 Preocupación y malestar acerca de la posibilidad de sufrir una
alteración grave de un órgano o sistema concreto que persiste a pesar
de ñas repetidas explicaciones y garantias médicas.
 Ausencia de una alterción significativa a nivel de estructura o función
de los organos o sistemas implicados.

Trastorno de dolor somatomorfo persistente

El rasgo principal es la presencia de un dolor intenso y persistente que


no puede ser explicado completamente apelando a un proceso fisiológico o un
trastorno orgánico. El dolor suele aparecer en circunstancias que hace
suponer que está vinculado a conflictos o problemas o que permite que al
paciente reciba mayor atención o apoyo por parte de los médicos y otras
personas significativas para él.

Otros trastornos somotomorfos

Se incluyen:

 Globo histérico.
 La tortículis psicógena
 Movimientos espasmódicos psicógenos.
 El prurito psicógeno. La dismenorrea psicógena.
58

 El rechinar de dientes.
 Trastorno somatomorfo sin especificación

Engloba:

 El trastorno psicofisiológico sin especificación.


 El trastorno psicosomático sin especificación.

Trastornos disociativo (de conversión)

Características:

1. Pérdida parcial o completa de la integración normal entre ciertos


recuerdos del pasado.
2. La conciencia de la propia identidad.
3. Ciertas sensaciones inmediatas.
4. El control de movimientos.

6. TRASTORNOS DISOCIATIVOS: CARACTERÍSTICAS GENERALES,


CLASIFICACIÓN, CRITERIOS, DIAGNÓSTICOS

 Amnesia disociativa
 Fuga disociativa
 Trastorno disociativo de identidad
 Trastorno por despersonalización
 Trastornos disociativos no especificados

6.1. AMNESIA DISOCIATIVA. (Psicógena)


La amnesia psicógena es un componente común en los trastornos
disociativos. Sin embargo, hay casos en los que esta amnesia es la
característica predominante y, por tanto, constituye el diagnóstico
principal. El diagnóstico de amnesia disociativa se aplica cuando existe
59

una pérdida de memoria personal que no puede explicarse en base al


olvido normal ni es debida a enfermedad o daño cerebral. Se trata de
una amnesia típicamente retrógrada que en algunos casos afecta sólo
a algún acontecimiento traumático, mientras que en otros puede cubrir
un período de tiempo más amplio.

CRITERIOS:
A. La alteración predominante consiste en uno o más episodios de
incapacidad para recordar información personal importante,
generalmente un acontecimiento de naturaleza traumática o
estresante, que es demasiado amplia para ser explicada a partir del
olvido ordinario.
B. La alteración no aparece exclusivamente en el trastorno de
identidad disociativo, en la fuga disociativa, en el trastorno por
estrés postraumático, en el trastorno por estrés agudo o en el
trastorno de somatización, y no es debida a los efectos fisiológicos
directos de una sustancia (p. ej., drogas o fármacos) o a una
enfermedad médica o neurológica (p. ej., trastorno amnésico por
traumatismo craneal).
C. Los síntomas producen malestar clínico significativo o deterioro
social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del
individuo.

Janet propuso cuatro categorías para describir las distintas


formas en que podría manifestarse esta anomalía: La amnesia
localizada: es el tipo más común. Consiste en un fallo en recordar
hechos que ocurrieron durante un período específico de tiempo,
normalmente el de las primeras horas siguientes al trauma o del propio
hecho traumático.
60

La amnesia selectiva: cumple los mismos criterios que la


anterior, pero en ésta hay un recuerdo parcial de los hechos que
ocurrieron en ese período. La amnesia generalizada: pérdida completa
de memoria del pasado del paciente, y suele estar presente en la
personalidad múltiple. La amnesia continua: la pérdida de memoria se
extiende desde un punto concreto del pasado hasta el presente,
incluyéndolo. Por otra parte, Nemiah (1979) distingue tres tipos de
amnesia psicógena: Localizada: que afecta a un período de tiempo
que va desde horas hasta semanas. Sistematizada: que afecta sólo a
acontecimientos específicos y al material relacionado con ellos.
Generalizada: que implica una pérdida transitoria de memoria de la
vida completa del individuo. Al igual que algunos otros trastornos
disociativos, la amnesia psicógena se puede considerar como
reacciones, infrecuentes pero distintivas, a estresores graves, como
violaciones, accidentes catastróficos, etc. Es decir, la amnesia
psicógena puede ser un síntoma del trastorno por estrés
postraumático, diagnosticado en el DSM-IV dentro de los trastornos por
ansiedad, y de hecho este sistema de clasificación lo reconoce como
posible sintomatología asociada. Por otro lado, aunque por definición
la amnesia psicógena no puede estar causada por daño o enfermedad
cerebral, nos podemos encontrar en casos en que la amnesia funcional
se asocia a daño cerebral. A primera vista hay una serie de signos que
pueden ayudar a diferenciar la amnesia orgánica de la psicógena.

Las diferencias más importantes son:


 La pérdida de identidad personal (poco frecuente en las
orgánicas, a excepción de las demencias muy avanzadas).
 La afectación del aprendizaje de material nuevo (poco frecuente
en las psicógenas).
 La información “olvidada” puede ser recordada (en el caso de las
psicógenas mediante hipnosis y barbitúricos.
61

 Otro de los problemas de la amnesia psicógena es distinguirla


de la simulada, y quizá la única ayuda posible para hacerlo
resida en el concepto de motivación inconsciente.
 Pero incluso cuando se elige el diagnóstico de amnesia
psicógena, nunca se elimina la posibilidad de que el individuo
esté fingiendo.

6.2. FUGA DISOCIATIVA. (Psicógena)

Se caracteriza por un estrechamiento de la conciencia, con


amnesia posterior para lo ocurrido. La persona parece tener un buen
contacto con el ambiente, y normalmente se comporta de un modo
apropiado, aunque a veces presenta desinhibición. Puede darse
pérdida de identidad o asunción de otra identidad falsa. La duración
del episodio puede ser variable, desde pocas horas hasta varias
semanas y el sujeto puede viajar distancias considerables. Los
estados de fuga muestran marcadas diferencias en incidencia y
presentación entre culturas y suelen estar específicamente
relacionados con estresores importantes.

La “recuperación” de la fuga suele presentarse como una


consciencia espontánea de la situación. Algunos pacientes
experimentan un apercibimiento repentino de su identidad original; en
otros, en cambio, el apercibimiento se refiere a que no saben quiénes
son cuando alguien les pregunta. Cuando la situación se resuelve, el
paciente normalmente sufre amnesia lagunar para el período de fuga.
Los principales factores predisponentes para la fuga psicógena serían:
Estresores precipitantes (peleas maritales, problemas económicos,
delitos, guerras, etc.) Estado de ánimo deprimido. Intentos de suicidio.
Historia previa de trauma craneal. Historia previa de abuso de alcohol.
62

Epilepsia. Otras neurosis. Otros factores orgánicos. Tendencia


a mentir. De entre estos factores, destacar dos: El suicidio nunca ha
ocurrido durante la fuga; sin embargo, puede darse una vez que el
sujeto “ha vuelto en sí”, lo cual lleva a este autor a sugerir que la fuga
puede ser un sustituto del suicidio en los cuadros depresivos. La
relación entre el haber padecido previamente un síndrome amnésico y
la probabilidad de padecer en el futuro una fuga psicógena en
presencia de depresión o factores estresantes, lo cual señala la
dificultad que a veces conlleva separar tajantemente las amnesias
orgánicas de las psicógenas.

El diagnóstico de fuga disociativa, no entraña grandes


dificultades cuando están presentes todos los elementos, en algunos
casos las conductas que se realizan en un estado de fuga se realizan
con plena conciencia y podrían por tanto considerarse como una
simulación o fingimiento. Hay que diferenciar el estado de fuga de
otros estados: fuga epiléptica y poriomanía (vagar a causa de una
epilepsia: su inicio suele ir precedido de un aura y su duración es sólo
de unos pocos minutos.) ya que comparten muchas características

CRITERIOS:

A. La alteración esencial de este trastorno consiste en viajes


repentinos e inesperados lejos del hogar o del puesto de trabajo,
con incapacidad para recordar el pasado del individuo.
B. Confusión sobre la identidad personal, o asunción de una nueva
identidad (parcial o completa).
C. El trastorno no aparece exclusivamente en el transcurso de un
trastorno de identidad disociativo y no es debido a los efectos
fisiológicos de una sustancia (p. ej., drogas o fármacos) o de una
enfermedad médica (p. ej., epilepsia del lóbulo temporal).
63

D. Los síntomas producen malestar clínico significativo o deterioro


social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del
individuo.

6.3. TRASTORNO DISOCIATIVO DE IDENTIDAD. (Personalidad múltiple)

Este trastorno parece iniciarse invariablemente en la infancia, pero no


llama la atención hasta mucho más tarde.

Suele diagnosticarse con mucha más frecuencia en mujeres que en


varones aunque suele decirse que su prevalencia es muy baja, llegando a
calificarlo como un trastorno raro, los datos parecen sugerir que no es tan
infrecuente como se pensaba.

CRITERIOS:

A. Presencia de dos o más identidades o estados de personalidad (cada


una con un patrón propio y relativamente persistente de percepción,
interacción y concepción del entorno y de sí mismo).
B. Al menos dos de estas identidades o estados de personalidad
controlan de forma recurrente el comportamiento del individuo.
C. Incapacidad para recordar información personal importante, que es
demasiado amplia para ser explicada por el olvido ordinario.
D. El trastorno no es debido a los efectos fisiológicos directos de una
sustancia (p. ej., comportamiento automático o caótico por intoxicación
alcohólica) o a una enfermedad médica (p. ej., crisis parciales
complejas).

Nota: En los niños los síntomas no deben confundirse con juego


fantasiosos o compañeros de juego imaginarios.
64

6.4. DESPERSONALIZACIÓN

Este trastorno designa un cambio particular en la consciencia de sí


mismo, el individuo se siente como si fuera irreal. Se suele acompañar
de desrealización: el paciente pierde el sentimiento de realidad que tenía
de sí mismo o del entorno. La persona sigue siendo consciente de estas
contradicciones entre su experiencia subjetiva y la realidad objetiva, pero
es como si no fuesen reales.

CRITERIOS:
A. Experiencias persistentes o recurrentes de distanciamiento o de ser un
observador externo de los propios procesos mentales o del cuerpo (p.
ej., sentirse como si se estuviera en un sueño).
B. Durante el episodio de despersonalización, el sentido de la realidad
permanece intacto.
C. La despersonalización provoca malestar clínicamente significativo o
deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del
individuo.
D. El episodio de despersonalización aparece exclusivamente en el
transcurso de otro trastorno mental como la esquizofrenia, los
trastornos de ansiedad, el trastorno por estrés agudo u otro trastorno
disociativo, y no se debe a los efectos fisiológicos directos de una
sustancia (p. ej., drogas o fármacos) o a una enfermedad médica (p.
ej., epilepsia del lóbulo temporal).

6.5. TRASTORNO DE CONVERSIÓN (La histeria de conversión).

El trastorno clásico de conversión con síntomas físicos se clasifica en


el DSM-IV-TR en el grupo de los trastornos somatoformes, mientras que
en la CIE-10 es una de las categorías centrales del trastorno disociativo,
65

donde se denomina “trastornos disociativos de la motilidad voluntaria y de


la sensibilidad” e incluye diversas subclasificaciones.

CRITERIOS:

A. Uno o más síntomas o déficit que afectan las funciones motoras


voluntarias o sensoriales y que sugieren una enfermedad
neurológica o médica.
B. Se considera que los factores psicológicos están asociados al
síntoma o al déficit debido a que el inicio o la exacerbación del
cuadro vienen precedidos por conflictos u otros desencadenantes.
C. El síntoma o déficit no está producido intencionadamente y no es
simulado (a diferencia de lo que ocurre en el trastorno facticio o en
la simulación).
D. Tras un examen clínico adecuado, el síntoma o déficit no se explica
por la presencia de una enfermedad médica, por los efectos
directos de una sustancia o por un comportamiento o experiencia
culturalmente normales.
E. El síntoma o déficit provoca malestar clínicamente significativo o
deterioro social, laboral, o de otras áreas importantes de la actividad
del sujeto, o requieren atención médica.
F. El síntoma o déficit no se limita a dolor o a disfunción sexual, no
aparece exclusivamente en el transcurso de un trastorno de
somatización y no se explica mejor por la presencia de otro
trastorno mental.

Código basado en el tipo de síntoma o déficit:

 Con síntoma o déficit motor


 Con crisis y convulsiones
 Con síntoma o déficit sensorial
 De presentación mixta
66

6.6. SÍNDROME DE GANSER.

Descrito por Ganser: síndrome de las respuestas aproximadas:


respuestas erróneas pero muy cercanas a la respuesta correcta. En la
descripción original de Ganser también estaban presentes: trastornos de 
conciencia, estigmas histéricos, amnesia para ese periodo, historia
reciente de daño cerebral, estrés emocional severo, alucinaciones
auditivas o visuales. Este síndrome es bastante infrecuente y según Sims
cuando se da en las prisiones es más probable que se dé en los
prisioneros que esperan juicio DSM- IV: lo incluye dentro de los trastornos
Disociativos no especificados. Sus síntomas son comunes en: trastornos
psiquiátricos; depresión; esquizofrenia y trastornos orgánicos cerebrales
en este caso se debe clasificar con la patología primaria.

7. LA PSICOSIS: ASPECTOS CLÍNICOS, CARACTERÍSTICAS GENERALES,


CRITERIOS, DIAGNÓSTICOS

La psicosis es un término genérico utilizado en psicoanálisis y


psiquiatría para referirse a un estado mental descrito como una escisión o
pérdida de contacto con la realidad. A las personas que lo padecen se las
denomina psicóticas. El término «psicótico» es a menudo confundido por el
término psicópata, un trastorno de la personalidad sin relación alguna a la
psicosis. Las personas que experimentan psicosis pueden
presentar alucinaciones o delirios y pueden exhibir cambios en su
personalidad y pensamiento desorganizado. Estos síntomas pueden ser
acompañados por un comportamiento inusual o extraño, así como por
dificultad para interactuar socialmente e incapacidad para llevar a cabo
actividades de la vida diaria. Una amplia variedad de elementos del sistema
nervioso, tanto orgánicos como funcionales, pueden causar una reacción
psicótica. Esto ha llevado a la creencia de que la psicosis es como la «fiebre»
de las enfermedades mentales, un indicador serio pero no específico. Sin
67

embargo, muchas personas tienen experiencias inusuales y de distorsión de


la realidad en algún momento de sus vidas, sin volverse discapacitadas o ni
siquiera angustiadas por estas experiencias. Como resultado, cierta corriente
de investigadores argumenta que la psicosis no está fundamentalmente
separada de una conciencia normal, sino más bien es un continuum con
conciencia normal. Desde esta perspectiva, las personas que son
diagnosticadas clínicamente como psicóticas pueden estar teniendo
simplemente experiencias particularmente intensas o angustiantes

La psicosis puede aparecer como consecuencia de un gran número de


enfermedades, tales como la esquizofrenia, el Alzheimer, el Parkinson,
la sensibilidad al gluten no celíaca, la epilepsia o la esclerosis múltiple. Se ha
definido la psicosis como «un desorden mental grave, con o sin un daño
orgánico, caracterizado por un trastorno de la personalidad, por la pérdida del
contacto con la realidad y por causar el empeoramiento del funcionamiento
social normal». Una correcta apreciación del término implica circunscribir la
psicosis como una situación de enfermedad mental que presenta un desvío
en el juicio de realidad. Este desvío es propio de la psicosis, a diferencia de la
insuficiencia de juicio propia de la oligofrenia, del debilitamiento propio de las
demencias, y de la suspensión del juicio propio de los estados confusionales
(o delírium). Los sujetos psicóticos suelen experimentar (o no) alucinaciones,
pensamientos delirantes (ver delirio), y trastornos formales del pensamiento
(cambios de las relaciones semánticas y sintácticas).

Psicosis para el psicoanálisis

Esta corriente que también estudia los estados mentales, utilizando


quizá una mejor denominación de la psicosis, en tanto que conjunto de
estructuras psíquicas o subjetivas, en reemplazo del concepto de locura (dado
que la locura es una definición social de aquello que se aleja de la normalidad
y no una clasificación nosológica, del mismo modo en que lo es la normalidad,
ya que al repasar la historia se verán distintas definiciones de normalidad en
el mundo y una misma comunidad). Desde el psicoanálisis se emplea el
68

término psicosis para designar una posición subjetiva. Lo fundamental no son


las manifestaciones típicas de psicosis, tales como alucinaciones,
pensamientos confusionales, sensaciones de persecución por otras personas
reales o imaginarias, y así sucesivamente (sintomatología), sino que la forma
subjetiva de posicionarse en ante la vida. Un psicótico puede no manifestar
síntomas nunca en su vida, hacerlo en edad avanzada, o en edad temprana.
Todo dependerá de las coyunturas que posibiliten o no el
desencadenamiento.

En este sentido fue Jacques Lacan quien incursionó en la investigación


de la psicosis como una estructura subjetiva, junto con la neurosis y la
perversión, entendida todas como posiciones subjetivas, donde cualquier
persona se posicionaría en una u otra, pero sin posibilidad de un pasaje entre
estructuras. Posteriores corrientes del psicoanálisis sí han permitido esto
último, al definir estos casos como "borderlines", donde la pertenencia a una o
a otra estructura dependería de una causalidad significante, lo cual significa
que la estructura se expresa en términos de lenguaje.

El psicoanálisis es paradigmático en tanto quita la psicosis del campo de lo


patológico, de la dificultad o de la imposibilidad, replanteándola como una
forma diferente de vivir.

CAUSAS

Se desconoce la causa de la psicosis, aunque existen varias teorías y


suelen considerarse un síndrome más que una entidad nosológica
diferenciada. Se ha planteado que los fenómenos psicóticos más
característicos, como las alucinaciones y los delirios, son más frecuentes en la
población general de lo que se pensaba, y que, en realidad, podrían ser parte
de un continuo sintomático (este último concepto no es aceptado
mayoritariamente).

Hacia fines de siglo XX, con el auge del avance en genética se ha


pretendido buscar una etiología biologista a las psicosis. En efecto, las
69

investigaciones han encontrado una mayor actividad de la dopamina y de


la serotonina, siendo que la mayoría de los antipsicóticos disponibles tienden
a inhibir la actividad de dichos neurotransmisores.

El psicoanálisis, en cambio, considera que las psicosis se deben a


factores exógenos al afectado, factores estructurales. Lacan explica la
génesis de la psicosis (tras estudiar muchos casos) en un proceso
llamado forclusión.

La terapia cognitiva, por su parte, concibe a los trastornos psicóticos


desde un modelo bio- psico- social de vulnerabilidad- estrés- habilidades de
afrontamiento. Se plantea que las tres variables funcionan como factores
interactivos, que inciden en el origen, la gravedad y el curso.

Numerosas condiciones médicas pueden causar psicosis, que en


ocasiones pueden ser el primer indicio de la presencia de la enfermedad
subyacente, tales como la esquizofrenia, el Alzheimer, el Parkinson,
la sensibilidad al gluten no celíaca, la epilepsia o la esclerosis múltiple.El
consumo de ciertas sustancias, como el cannabis, también puede provocar
síntomas de psicosis.

Clasificación

Existen históricamente muchas clasificaciones, algunas de las cuales


se establecían en función de ser cuadros delirante-alucinatorios (por ejemplo,
las esquizofrenias) o no alucinatorios (por ejemplo la paranoia), en psicosis
delirantes verosímiles o inverosímiles, bien o mal sistematizadas, en relación
a su irrupción como proceso o desarrollo, etc.

En la actualidad, mundialmente se acepta como sistema de


clasificación nosológica al DSM-IV, y como descripción clínico-psiquiátrica
sigue teniendo peso la escuela alemana de Bleuler, Kraepelin y Kleist, y en
cuanto a la descripción de delirios, la reseñada por la escuela francesa
(con Gaetán de Clerembault como mayor exponente).
70

Por lo general el sujeto carece de introspección acerca de la naturaleza


extraña o extravagante que puede adoptar su conducta o sus pensamientos,
los que terminan por provocar una grave disfunción social. El DSM (Manual
estadístico y diagnóstico de los trastornos mentales, de la Asociación
Psiquiátrica Estadounidense) reconoce varios tipos de psicosis:

 Esquizofrenia
 Tipo paranoide de esquizofrenia.
 Tipo desorganizado de esquizofrenia.
 Tipo catatónico de esquizofrenia.
 Tipo indiferenciado de esquizofrenia.
 Tipo residual de esquizofrenia.
 Trastorno esquizofreniforme
 Trastorno esquizoafectivo
 Trastorno delirante
 Trastorno psicótico breve
 Trastorno psicótico compartido.
 Trastorno psicótico debido a enfermedad médica asociada.
 Trastorno psicótico inducido por sustancias.
 Trastorno psicótico no especificado.

Cuadro clínico:

Los síntomas que orientan hacia la presencia de un trastorno de tipo


psicótico:

 Cambios bruscos y profundos de la conducta.


 Replegarse sobre sí mismo, sin hablar con nadie.
 Creer sin motivos que la gente le observa, habla de él o trama algo
contra él.
71

 Hablar a solas (soliloquio) creyendo tener un interlocutor, oír voces,


tener visiones (alucinaciones visuales, auditivas) sin que existan
estímulos.
 Tener períodos de confusión mental o pérdida de la memoria.
 Experimentar sentimientos de culpabilidad, fracaso, depresión.
 Dificultad para expresar emociones y sentimientos o incluso falta de
los mismos.

Advertencia:

Algunos de estos síntomas también pueden experimentarse en


condiciones no psicóticas: abuso de sustancias, trastornos de personalidad,
eventos estresantes (distresantes), lo que Jaspers ha denominado
«situaciones límite», momentos graves de neurosis (por ejemplo ciertas
neurosis del tipo histeria), momentos de conversión. De modo que los
síntomas mencionados no constituyen ninguna evidencia concluyente. Por lo
tanto, siempre debe hacerse un examen físico y descartar la posibilidad de
intoxicación por sustancias antes de concluir un diagnóstico de psicosis.

Tratamiento

En el tratamiento de la psicosis se suelen utilizar medicamentos


antipsicóticos, además de diversos apoyos psicosociales y el tratamiento de
la enfermedad de base.

Psicosis y locura

En español la palabra «locura» se utiliza coloquialmente como un


término peyorativo, y no se usa como diagnóstico médico en la actualidad.
Vulgarmente se adjetiva como "loco" a personas que sufren trastornos
mentales, como por ejemplo psicosis,13pero también se utiliza para las
neurosis graves y los pacientes borderline.
72

8. LA ESQUIZOFRENIA: ASPECTOS CLÍNICOS, CARACTERÍSTICAS DE LA


ENFERMEDAD Y SU TRATAMIENTO

La esquizofrenia es un trastorno mental grave que afecta al paciente


deteriorando sus capacidades en diversos aspectos psicológicos, como el
pensamiento, la percepción, las emociones o la voluntad. Los pacientes
esquizofrénicos pueden perder el contacto con la realidad (psicosis), sufrir
alucinaciones, delirios (creencias falsas), tener pensamientos anormales y
alteración del funcionamiento social y laboral. Etimológicamente significa
«mente escindida». Con este término, se quería subrayar las alteraciones en
el pensamiento que presentan las personas que la padecen.

Aspectos clínicos

En la mayoría de las enfermedades existe algún fenómeno que puede


ser observado y medido, que permite definir la presencia de enfermedad, y
diferenciarla de otros estados de ausencia de enfermedad. Esto no sucede
con la esquizofrenia; hasta la fecha no existe un solo e incuestionable factor
que permita diagnosticarla inconfundiblemente. La consecuencia es que la
definición de este desorden constituye una fuente de confusión y debate.
Según datos históricos y epidemiológicos el riesgo de padecer esquizofrenia a
lo largo de la vida se estima en un 1% y su prevalencia en el 0,5% afectando
a todas las culturas, sociedades y clases sociales Estos datos refieren una
morbilidad algo mayor en los varones respecto a las mujeres, la alteración
tiene comienzo en la juventud (15−25 años). Después de esta pequeña
introducción sobre la esquizofrenia intentaremos hablar sobre concepto de
esquizofrenia, basándonos en datos históricos y epidemiológicos.

Según estos datos, el síndrome clínico de la esquizofrenia tal como es


conocido en la actualidad fue el resultado de la obra de Emil Kraepelin
(1832−1920) y de Eugen Bleuler (1857−1939). Kraepelín va a diferenciar en
73

1896 la demencia precoz además de la psicosis maniaco−depresiva como las


psicosis funcionales mayores.

Kraepelin además va a proponer cuatro subtipos no excluyentes ente


si: paranoide catatónica hebefrénica simple. Mientras Bleuer (1911) va a
criticar e concepto propuesto por Kraepelin demencia precoz y nos va a
proponer el cioncepto de esquizofrenia, recalcando en la disociación de
funciones. Al mismo tiempo establece la diferencia entre síntomas
fundamentales o patonogmónicos, conocidos como las cuatro aes: autismo,
afecto alterado, ambivalencia emocional y asociaciones inconexas; y
síntomas accesorioso no exclusivos: neologismos, pobreza de ideas,
conducta motora catatónica, alucinaciones, delirios. etc.

Bleuer no sugiere subtipos, sino propiedades esenciales de un


pensamiento disociado. La categoría de esquizofrenia no ha variado mucho
desde la descripción realizada por Kraepelin, Bleuler o Schneider, como una
entidad con insidioso o agudo comienzo, que cursa de forma variable,
generalmente por brotes y con rasgos psicopatológicos que afectan
fundamentalmente a los ámbitos cognitivos, afectivos y en los casos de
defecto, motivacional.

Los principales sistemas diagnósticos recientes (PSE,RDC, DSM−III,


DSM−IV, CIE−10)se han basado fundamentalmente en la valoración de los
síntomas positivos de clara influencia schneideriana: sonorización del
pensamiento, difusión del pensamiento y delirios de control emocional,
afectivo, motor, etc.

Los diferentes puntos de controversia en la definición de la


esquizofrenia han sido los criterios de duración, edad y exclusión de las
causas orgánicas, los síntomas característicos y la validez de los subtipos. Un
enfoque diferente al de las tipologías clásicas es diferenciación de
74

dimensiones basadas en la respuesta a los tratamientos farmacológicos, en el


tamaño ventricular o en la historia familiar. Por otra parte un conocido estudio
piloto llevado a cabo por la OMS (1970) parece reafirmar la validez del
concepto unitario, habiendo encontrado el mismo cuadro, evaluado con
técnicas fiables en diversos países y culturas. Sin embargo la discusión sobre
si la esquizofrenia es una entidad única o un grupo de desórdenes no es una
conclusión satisfactoria para todos.

En 1980 aparece una nueva distinción entre síntomas positivos y


síntomas negativos de la esquizofrenia, también llamada esuizofrenia tipo I
versus tipo II.

Síntomas positivos: aquellas experiencias que no debieran tener lugar


en ninguna situación normal (síntomas floridos) siendo poco observables.
Síntomas negativos: la anormalidad reside en la relativa pérdida de alguna
función o en la ausencia de comportamientos que la persona debiera
presentar, es decir, que el paciente ha dejado de hacer cosas que antes
realizaba y que son observables

La esquizofrenia tipo I tiene una forma de comienzo agudo, se presenta


en una edad temprana y con buen nivel, mas años de escolarización, buena
respuesta al tratamiento farmacológico y ventrículos cerebrales de tamaño
normal. La esquizofrenia tipo II tiene síntomas negativos y anormalidades
estructurales cerebrales, como la dilatación ventricular en el TAC, escasa
respuesta a los antipsicóticos, funcionamiento instrumental y social
empobrecido y mala adaptación.

En 1991 la diferenciación positivo/negativa resulta excesivamente


simple por lo que los síntomas se identifican en: Positivos− negativos−
desorganización.
75

En 1995 se obtienen cinco dimensiones: síndrome negativo, síndrome


de excitación, síndrome cognitivo, síndrome positivo y síndrome depresivo.

En resumen, cualquier subdivisión de la esquizofrenia basada en los


síntomas sólo tendría sentido cuando los subtipos o dimensiones demuestren
tener algún valor predictivo para la evolución del transtorno o guardar alguna
relación diferencial con variables que reflejan procesos etiológicos o
patofisiológicos.

Causas

 El origen de la esquizofrenia no se conoce con certeza. No obstante, en los


últimos años se han logrado algunos avances que permiten señalar
diversos factores responsables del trastorno:

 Alteraciones precoces del desarrollo del cerebro


Estudios con técnicas histopatológicas modernas y con técnicas de
neuroimagen, como la resonancia magnética, han detectado anomalías
en la estructura de determinadas regiones cerebrales. Otras técnicas,
como la tomografía de emisión de positrones, han permitido observar
algunas alteraciones en el funcionamiento del cerebro de estos
enfermos, en comparación con el de personas sanas. Conjuntamente,
estos hallazgos apoyan la teoría de que la esquizofrenia puede tener su
origen en alteraciones del desarrollo cerebral muy precozmente, en
concreto, durante el desarrollo del cerebro embrionario.

 Predisposición genética
Aunque el mecanismo de transmisión no se conoce, sí se sabe que el
riesgo de padecer la enfermedad es mayor cuando existen antecedentes
familiares de la misma. Sin embargo, la presencia de antecedentes no es
una condición necesaria ni suficiente; muchos pacientes no los presentan
76

y muchos sanos, sí. Esto indica que otros factores no genéticos también
juegan un papel importante en la génesis del trastorno.

 Alteraciones en moléculas del cerebro


Se ha descubierto que diversas sustancias llamadas neurotransmisores
(los responsables de que las neuronas se comuniquen adecuadamente)
pueden estar desequilibradas en la esquizofrenia. Los estudios sobre
estas sustancias están siendo muy importantes para el diseño de
fármacos cada vez más efectivos.

 Infecciones del embarazo y complicaciones del parto


Está en estudio si algunas infecciones por virus que padezca la madre
durante el embarazo pueden ser responsables de alteraciones del
desarrollo cerebral normal del feto y que, a cierta edad, provoquen la
enfermedad. Por otra parte, se ha relacionado este trastorno con
complicaciones durante el parto (traumatismos, anoxia cerebral).
Diagnóstico

 No existe una prueba diagnóstica definitiva para la esquizofrenia. El


psiquiatra realiza el diagnóstico basándose en una evaluación del historial
de la persona y de su sintomatología.
 Para establecer el diagnóstico de esquizofrenia, los síntomas deben durar
por lo menos seis meses y asociarse con deterioro significativo del trabajo,
los estudios o del desarrollo social. La información procedente de la
familia, amigos o profesores es importante para establecer cuándo
comenzó la enfermedad.
 El médico deberá descartar la posibilidad de que los síntomas psicóticos
del paciente estén causados por un trastorno afectivo. Con frecuencia se
realizan análisis de laboratorio para descartar el abuso de sustancias
tóxicas o un trastorno subyacente de tipo endocrino o neurológico que
pueda tener algunas características de psicosis. Ejemplos de este tipo de
trastornos son los tumores cerebrales, la epilepsia del lóbulo temporal, las
77

enfermedades autoinmunes, la enfermedad de Huntington, las


enfermedades hepáticas y las reacciones adversas a los medicamentos.

Tratamientos

El tratamiento de la esquizofrenia es farmacológico, principalmente con


neurolépticos o antipsicóticos. Se diferencian dos tipos de antipsicóticos:

 Los clásicos: la clorpromazina, el haloperidol o la tioridazina.


 Los neurolépticos atípicos: clozapina, risperidona, olanzapina,
ziprasidona o quetiapina
 Ambos grupos tienen en común la capacidad de corregir desequilibrios
de los neurotransmisores, sobre todo la dopamina, y aliviar los
síntomas positivos. Sin embargo, los neurolépticos atípicos tienen
especial capacidad de conseguir el desequilibrio del neurotransmisor
serotonina. A ello se ha asociado la efectividad de este tipo de
neurolépticos sobre los síntomas negativos. Los neurolépticos atípicos
tienen además la ventaja de producir menos efectos secundarios.
 En casos muy concretos, como la escasa respuesta al tratamiento con
medicamentos, con grave riesgo de suicidio o agresión hacia otros, en
el subtipo de esquizofrenia catatónica puede estar indicado el
tratamiento con electroshock. Pese a su mala prensa, las condiciones
de aplicación actual del electroshock hacen que sea un procedimiento
seguro, además de muy eficaz.
 Los tratamientos antipsicóticos han permitido que, en la mayor parte de
los casos, el paciente con esquizofrenia pueda vivir en comunidad. Es
extraordinariamente importante aprovechar esta posibilidad y combinar
el tratamiento farmacológico con una serie de medidas destinadas a
que el paciente esté ocupado y activo.
 Estas medidas constituyen lo que se denomina terapia psicosocial.
Precisa de mecanismos asistenciales como por ejemplo, talleres
78

ocupacionales, centros de día, centros de salud mental y grupos de


autoayuda.
 El diálogo entre paciente con esquizofrenia y el médico puede ser un
instrumento terapéutico importante, si tiene como fin que el enfermo
conozca su patología. El médico le puede enseñar a convivir con la
patología y a utilizar sus propios recursos psicológicos y ajenos -
familia, amigos, apoyo-, para acercarse más a su entorno.
 Por otra parte, es importante que el psiquiatra informe tanto al paciente
como a los familiares con los que convive sobre las características
sintomáticas de la enfermedad y les ayude a distinguir cómo se han
manifestado en su caso particular, con vistas a prevenir o intervenir en
caso de reagudización. También es importante que el psiquiatra
informe sobre los tratamientos antipsicóticos, sus efectos y ventajas, y
los posibles efectos adversos.
 Además es necesario que el psiquiatra ayude al enfermo y allegados a
que consigan una comunicación adecuada en el medio familiar. Otras
técnicas de psicoterapia individual, por ejemplo las de tipo
psicoanalítico, no parece ser eficaces en la esquizofrenia.

9. LOS TRASTORNOS DELIRANTES, DEFINICIÓN, SU SINTOMATOLOGÍA


PRINCIPAL

El trastorno delirante es un trastorno psicótico que se caracteriza por la


presencia de una o más ideas delirantes sin que se produzca otra patología
significativa. Estas ideas delirantes deben persistir como mínimo un mes y no
deben ser la consecuencia directa del consumo de algún tipo de sustancias o
enfermedad médica. Las personas que tienen trastornos delirantes están
firmemente convencidas de cosas que no son realmente ciertas. Por ejemplo,
creer que son buenos escritores y que le han concedido un premio Nóbel o
pensar que están siendo perseguidos y que hay personas que quieren
hacerles daño.
79

Síntomas
 Quienes padecen este trastorno presentan ideas ficticias o creencias
falsas y están absolutamente convencidas de que están sucediendo,
cuando realmente no es así.
 Estas ideas se denominan "delirios" y, en ocasiones, llegan a atosigarla
tanto que pueden inducirle a hacer cosas extrañas.
 Los delirios pueden llegar a producir un gran tormento y angustia. Entre
estas ideas, se incluyen situaciones que podrían suceder en la vida
real, como ser perseguido, ser protagonista de un complot, ser
envenenado o ser engañado por su pareja.
 bien, situaciones prácticamente imposibles que sucedan y que no
ocurren en la vida cotidiana como creer que son el personaje de alguna
novela o que han sido elegidos para salvar al mundo del mal, son las
denominadas ideas delirantes extrañas.
 Generalmente, hay un factor ambiental que favorece el desarrollo de
las ideas delirantes.
Características de las personas con delirios

 Son personas con una idea o creencia muy persistente que influyen de
forma muy directa en su vida cotidiana.
 Normalmente, la actividad laboral y social de quienes sufren este
trastorno no se ven afectadas, salvo que las ideas delirantes guarden
relación con alguna de estas actividades o según el tipo de delirio. No
obstante, la mayoría de las personas que sufren este trastorno
desarrollan un estado de ánimo irritable, incluso pueden llegar a tener
comportamientos violentos.
 Son muy reservados y guardan un cierto secretismo a la hora de hablar
sobre su delirio.
 Son personas, en muchas ocasiones con ideas incoherentes y
desorganizas, pero con pleno sentido para ellos.

Diferentes tipos de ideas delirantes


80

 En función del contenido del delirio, se clasifican en diferentes tipos: de


persecución, de grandioso, somático, etc.
 Tipo persecutorio. Es el más frecuente. Quien lo sufre está plenamente
convencido de que es objeto de un complot, que está siendo espiado y
perseguido.
 Tipo grandioso. Se considera así mismo una persona importante
porque cree que ha realizado algún gran descubrimiento, que tiene un
talento extraordinario o que ha sido el protagonista de algún
acontecimiento importante. Creen que son grandes científicos,
banqueros, escritores, etc.
 Tipo somático. Este tipo afecta a los sentidos. La idea más frecuente
es el pensamiento de que una parte de su cuerpo desprende mal olor o
que tiene algún parásito interno o caminando por su piel.
 Tipo celoso. El objeto fundamental de este delirio es el convencimiento
de que su pareja le es infiel. Este convencimiento está basado en
suposiciones incorrectas y en pruebas inciertas. El gran problema de
este tipo de idea delirante es que puede llegar a agredir físicamente a
su pareja.
 Tipo erotomaníaco. Quien lo sufre cree que otra persona está
enamorada de él o de ella. Por lo general, tienden a ponerse en
contacto con esa persona a través de llamadas de teléfono, mensajes
de móvil, cartas, regalos, etc. Normalmente, la persona objeto de dicha
idea ocupa un estatus superior, aunque también puede ser un
desconocido.

Tratamiento

 Existen tratamientos que pueden ayudar a aliviar los síntomas,


reduciéndolos y ayudando a la persona a pensar con más claridad.
81

 Es muy importante que los medicamentos no se dejen de tomar


aunque la persona afectada se sienta mejor, ya que, si los suspende, lo
más seguro es que los síntomas vuelvan.
 Es aconsejable visitar periódicamente a un psicólogo o psiquiatra como
parte del tratamiento, con el fin de que le ayuden y orienten a entender
esos pensamientos y así poder controlarlos mejor y aprender, también,
a prevenir problemas futuros.

Causas del trastorno delirante

 La causa del trastorno delirante es desconocida, aunque pueden jugar


un rol importante factores genéticos, biomédicos y ambientales.
 Algunas personas con este trastorno pueden tener un desequilibrio de
neurotransmisores, químicos que envían y reciben mensajes en el
cerebro.
 Parece haber un componente familiar, de aislamiento social,
inmigración (razones persecutorias), abuso de drogas, estar casado,
estar desempleado, estrés excesivo, estatus socieconómico bajo,
celibato en hombres y viudez en mujeres.

Epidemiología

 En la práctica psiquiátrica, este trastorno es poco común. La


prevalencia de esta condición es de 24-30 casos cada 100.000
personas mientras que existen 0.7-3 nuevos casos cada año.
 Tiende a aparecer desde la mitad de la edad adulta hasta el principio
de la vejez y la mayoría de admisiones a hospitales ocurren entre los
33 y los 55 años.
 Es más común en mujeres que en hombres y los inmigrantes parecen
tener mayores riesgos.
82

Complicaciones y comorbilidad

 Las personas con este trastorno pueden desarrollar depresión, a


menudo como resultado de dificultades asociadas a los delirios.
 Los delirios pueden llevar a problemas legales.
 Aislamiento social e interferir con relaciones personales.

10. DEFINICIÓN DE LA TOXICOMANÍA, SÍNTOMAS, SÍNTOMAS GENERALES


DIFERENCIACIÓN, USO, ABUSO, Y DEPENDENCIA DE SÍNTOMAS

En los últimos 30 años, el uso indebido de droga ha aumentado


alarmantemente en todos los rincones del mundo. El Alcohol y
la marihuana son los más Consumidos. La cocaína aumenta cada día y en
muchos países toma proporciones epidémicas. El abuso de afentaminas,
sedantes, barbitúricos y tranquilizantes solos o combinados con alcohol u otra
Drogas, también aumenta. La inhalación de disolventes volátiles de algunos
pegamentos y diluyentes de pintura es un problema de niños de muchos
países.

Las Toxicomanías constituyen un problema de salud que en algunos


países desarrollados superan en morbilidad a las enfermedades
cardiovasculares y oncológicas. Su trascendencia actual la sitúan, junto con
las guerras y la hambruna, entre los grandes flagelos de la humanidad al
concluir el presente milenio y como el principal problema de salud en muchos
países desarrollados. según denuncia reciente realizada por la Organización
de Naciones Unidas (ONU), el consumo y tráfico de drogas afecta a más de
190 de millones de personas en el mundo, fenómeno que además es el
responsable de más del 50% de la delincuencia mundial. Muchas
organizaciones y países han adquiridos conciencia de su magnitud
devastadora y se coopera en la creación de un plan internacional para su
prevención y erradicación. El problema debe ser analizado desde una
83

perspectiva de salud integral: paciente-familiar-entorno social, considerado


que la percepción social del problema es imprescindible para identificar los
factores que favorecen su propagación.

El uso del alcohol y otras drogas esta muy relacionado con el aumento
de la mortalidad en los adolescentes y las causas principales de esta
mortalidad son los accidentes, el suicidio y el homicidio. La literatura científica
señala que el consumo de drogas, el embarazo precoz, las conductas
infractoras, los trastornos de conducta y la deserción escolar están
estrechamente interrelacionados y se considera que pueden ser expresiones
diferentes de una problemática común, en la cual intervienen, de una manera
muy compleja, los cambios que está experimentando la sociedad moderna:

 El Tráfico de drogas
 Las Diversas formas de desintegración Familiar
 La Violencia Social
 La crisis Económica
 El Cambio en los Valores
 La Disponibilidad y Promoción de las Drogas Licitas.

Constituyen elementos presentes en el entorno del adolescente que


afectan su bienestar. El uso de drogas tiene severas consecuencias para la
salud física, mental, familiar y social del paciente, tanto más grave cuanto mas
precoz es el inicio de su consumo. Para los jóvenes, las ventajas físicas y
sociales inmediatas del uso de las drogas superan cualquier consecuencia
desfavorable a largo plazo. El consumo de droga estimula las interrelaciones
sociales, disminuye la tensión, la ansiedad, la fatiga, el fastidio. El consumo
excesivo de alcohol por parte de los adolescentes durante su tiempo libre, es
un fenómeno cada vez mayor. Este consumó excesivo no solo repercute en
su cuadro de salud sino que tiene además una repercusión social, siendo
frecuente las riñas tumultuarias en los grandes expendios de bebida. En el
ámbito familiar donde existe, al menos, un bebedor excesivo, se crea una
84

disfunción familiar que se manifiesta por violencia y agresión física en el hogar


o el rompimiento de una familia mediante el divorcio. El alcoholismo no es
solo la Drogadicción mas generalizada, sino que, además, abre las puertas
para el consumo de otras drogas. Un gran número de adolescentes que
experimenta con el alcohol y las drogas la usan regularmente por un periodo
de tiempo, pero la mayoría no desarrolla serios problemas o consecuencias
negativas en sus vidas, generalmente estos adolescentes son vistos como
experimentadores o de uso casual.

La Etapa comienza con las Drogas legales e incluye:

 No Uso de ninguna Droga


 Uso de Cerveza o Vino
 Uso de cigarrillos y licores Duros

En este punto, el uso de drogas ilegales comienza con

 Marihuana
 Otras Drogas ilícitas tales como Cocaína/Crack, alucinógenos, heroína y
opiáceos.

Las Razones por las que los adolescentes combinan las drogas es el
aumentar los efectos de una drogas con otras. Por Ejemplo: El alcohol eleva e
efecto de la marihuana. A veces unas drogas son usadas para contrarrestar
los efecto de otras. Una Importante tarea epidemiológica seria la identificación
de niños y adolescentes en riesgo de ser drogadictos.

Por Ejemplo:

 Niños que ingieren sustancia psicoactivas


 Victimas de abusa físico, sexual o psicológico
 fracasos escolares
 Embarazo en la Adolescencia
 Jóvenes Económicamente en desventajas
85

 Delincuencia Juvenil
 Jóvenes con problemas de salud mental
 Jóvenes Suicidas

Indiscutiblemente, el niño más vulnerable es el hijo de un alcohólico u


otro adicto a sustancia. Los niños de alcohólicos son significativamente mas
propensos a ser alcohólicos y a juntarse con consumidores, hay autores que
han encontrado dificultades cognitiva, conductuales y emocionales en niños
de edad escolar con padres alcohólicos. El Reconocimiento de los factores de
protección y de riesgo, o de las condiciones vinculadas al consumo, es de
gran importancia para los medicas de familiar a fin de facilitar un diagnostico
precoz y orientar las actividades de prevención. El conocimiento de
las acciones de las drogas, sus efectos secundarios y la interrelación del
alcohol y otras drogas es importante. Hay que tener en cuenta que todo abuso
compulsivo de sustancia psicoactivas es parte de una enfermedad psicosocial
llamada Fármaco dependencia O Toxicomanía.

Clasificación de las drogas según el efecto de la sustancia

 Drogas Estimulantes: Característica por la determinación de euforia y


sobre valoración de las potencialidades del consumidor, con
sentimientos transitorios de omnipotencia y efímeras actitudes
audaces. Los prototipos de estas drogas son las anfetaminas, la
cocaína y el ICE.
 Drogas depresora:Cuyo efecto liberador de la subcorteza
(responsable fundamental de las conductas primarias instintivo
afectivas), se determina por la acción inhibidora sobre los centros
corticales. Los Prototipos de esta Drogas son el alcohol, la morfina, la
heroína, las benzodiacepinas y los Hipnóticos entre otros.
 Drogas Psicodélicas: Su modelo es el LSD cuyo efecto distorsionarte
de la percepción Espacial ha determinado miles de muertes a nivel
86

mundial en los casos jóvenes que se lanzan al vació, por la falsa


percepción de que la calle esta solo a un paso de su balcón.
 Droga Modelo: El alcohol se diferencia de otras sustancias de
consumo legal y no medica, como el Café y el Tabaco, por la
capacidad que tiene de afectar seriamente la personalidad y la
conciencia del consumidor de igual modo que las más peligrosas
drogas ilegales. Es justamente esto, lo que determina su condición de
droga modelo, por ser la única sustancia de consumo legal capaz de
reproducir toda la gama de efectos nocivos determinados por las
drogas.

Patronos de consumo de sustancia psicoactivas

 Consumo Experimental: Se define como pruebas breves y


no programas con un fármaco. Los consumidores se ven motivados
principalmente por curiosidad y deseo de experimentar los efectos
esperados. El consumo experimental suele iniciarse de manera social
entre amigos.
 Consumo Social y Recreativo: se produce en ambientes sociales
entre amigos o compañeros que desean compartir y experimentar lo
que se percibe como aceptable y placentero. La motivación Primaria es
social y el consumo es Voluntario.
 Consumo Circunstancial y Situacional: se define como un consumo
autolimitado con patrón, frecuencia, intensidad y duración variables. El
consumo es motivado por la necesidad percibida de lograr un efecto
farmacológico conocido con objeto de afrontar una situación específica.
 Consumo Intensificado: se caracteriza por consumo frecuente e
intenso de duración relativamente prolongado y programado de por lo
menos una vez al día. Este seria motivado por la necesidad o el deseo
percibidos de obtener alivio de un problema persistente o de una
situación cargada de stress.
87

 Consumo Compulsivo: se caracteriza por consumo frecuente e


intenso de duración relativamente prolongada, que prolongada, que
produce cierto grado de dependencia psicológica, es decir, el
consumidor no puede interrumpir el consumo a voluntad sin
experimentar malestar fisiológico o alteración Psicológica.

11. ¿QUÉ ES SÍNTOMA DE ASPERGER?. SÍNTOMAS Y DIAGNÓSTICOS

Es un trastorno del desarrollo cerebral muy frecuente (de 3 a 7 por


cada 1.000 niños de 7 a 16 años), que tiene mayor incidencia en niños que
niñas. Que ha sido recientemente reconocido por la comunidad científica
(Manual Estadístico de Diagnóstico de Trastornos Mentales en su cuarta
edición en 1994 de la Asociación Psiquiátrica Americana [DSM-4: Diagnostic
and Statistical Manual]), siendo desconocido el síndrome entre la población
general e incluso por muchos profesionales. La persona que lo presenta tiene
un aspecto normal, capacidad normal de inteligencia, frecuentemente,
habilidades especiales en áreas restringidas, pero tiene problemas para
relacionarse con los demás y en ocasiones presentan comportamientos
inadecuados La persona Asperger presenta un pensar distinto. Su pensar es
lógico, concreto e hiperrealista. Su discapacidad no es evidente, sólo se
manifiesta al nivel de comportamientos sociales inadecuados
proporcionándoles a ellos y sus familiares problemas. Ellos luchan sin
descanso, con la esperanza de conseguir un futuro más amable en el que
puedan comprender el complejo mundo de los seres humanos y ser
aceptados tal como son

Características:

Algunas de las características que presentan estos niños, cada niño las
expresa de forma distinta. Si algunas de ellas se adaptan a su hijo,
un familiar o conocido, es aconsejable que sea visto por un profesional
88

(Psiquiatra infantil) que pueda establecer el diagnóstico adecuado.

Habilidades sociales emocionales:

 Se relaciona mejor con adultos que con los niños de su misma edad.
 No disfruta normalmente del contacto social.
 Tiene problemas al jugar con otros niños.
 Quiere imponer sus propias reglas al jugar con sus pares.
 No entiende las reglas implícitas del juego.
 Quiere ganar siempre cuando juega.
 Le cuesta salir de casa.
 Prefiere jugar sólo.
 El colegio es una fuente de conflictos con los compañeros.
 No le gusta ir al colegio.
 No se interesa por practicar deportes en equipo.
 Es fácil objeto de burla y/o abusos por parte de sus compañeros, que
suelen negar a incluirlo en sus equipos.
 Dificultad para participar en deportes competitivos.
 Cuando quiere algo, lo quiere inmediatamente.
 Tiene dificultad para entender las intenciones de los demás.
 No se interesa por la última moda de juguetes, cromos, series TV o
ropa.
 Tiene poca tolerancia a la frustración.
 Le cuesta identificar sus sentimientos y tiene reacciones emocionales
desproporcionadas.
 Llora fácilmente por pequeños motivos.
 Cuando disfruta suele excitarse: saltar, gritar y hacer palmas.
 Tiene más rabietas de lo normal para su edad cuando no consigue
algo.
 Le falta empatía: entender intuitivamente los sentimientos de otra
persona.
89

 Puede realizar comentarios ofensivos para otras personas sin darse


cuenta, por ejemplo: "que gordo".
 No entiende los niveles apropiados de expresión emocional según las
diferentes personas y situaciones: puede besar a un desconocido,
saltar en una iglesia, etc.
 No tiene malicia y es sincero.
 Es inocente socialmente, no sabe cómo actuar en una situación. A
veces su conducta es inapropiada y puede parecer desafiante.
 No tiene malicia y es sincero.
 Es inocente socialmente, no sabe cómo actuar en una situación. A
veces su conducta es inapropiada y puede parecer desafiante.

Habilidades de comunicación:

 No suele mirarte a los ojos cuando te habla.


 Interpreta literalmente frases como: "malas pulgas".
 Se cree aquello que se le dice aunque sea disparatado.
 No entiende las ironías (A ti no te gustan los helados), los dobles
sentidos, ni los sarcasmos.
 Habla en un tono alto y peculiar: como si fuera extranjero, cantarín o
monótono como un robot.
 Posee un lenguaje pedante, hiperformal o hipercorrecto, con un
extenso vocabulario.
 Inventa palabras o expresiones idiosincrásicas.
 En ocasiones parece estar ausente (como en la luna), absorto en sus
pensamientos.
 Habla mucho.
 Se interesa poco por lo que dicen los otros.
 Le cuesta entender una conversación larga.
 Cambia de tema cuando está confuso.
90

Habilidades de comprensión:

 Le cuesta trabajo entender el enunciado de un problema con varias


frases y necesita que le ayuden explicándoselo por partes.
 Tiene dificultad en entender una pregunta compleja y tarda en
responder.
 A menudo no comprende la razón por la que se le riñe, se le critica o se
le castiga.
 Tiene una memoria excepcional para recordar datos, por ejemplo:
fechas de cumpleaños, hechos y eventos.
 Aprendió a leer solo o con escasa ayuda a una edad temprana.
 Su juego simbólico es escaso (juega poco con muñecos)
 En general demuestra escasa imaginación y creatividad.
 Es original al enfocar un problema o al darle una solución.
 Tiene un sentido del humor peculiar.
 Le es difícil entender cómo debe portarse en una situación social
determinada.
 Presentan problemas de atención.

intereses específicos:

 Está fascinado por algún tema en particular y selecciona con avidez


información o estadísticas sobre ese interés.
 Por ejemplo, los números, vehículos, mapas, clasificaciones ligueras o
calendarios.
 Ocupa la mayor parte de su tiempo libre en pensar, hablar o escribir
sobre su tema.
 Suele hablar de los temas que son de su interés sin darse cuenta si el
otro se aburre.
 Repite compulsivamente ciertas acciones o pensamientos. Eso le da
seguridad.
91

 Le gusta la rutina. No tolera bien los cambios imprevistos (rechaza un


salida inesperada).
 Tiene rituales elaborados que deben ser cumplidos. Por ejemplo,
alinear los juguetes antes de irse a la cama.

Habilidades de movimiento:

 Poseen problemas de motricidad fina, se refleja en la escritura.


 Posee una pobre coordinación motriz.
 No tiene destreza para atrapar una pelota.
 Tiene el niño un ritmo extraño al correr.
 Tiene problemas para vestirse.
 Le cuesta abrocharse los botones y cordones de los zapatos.
 Dificultades en actividades de educación física.

Otras características:

 Miedo, angustia o malestar debido a sonidos ordinarios, como aparatos


eléctricos
 Ligeros roces sobre la piel o la cabeza.
 Llevar determinadas prendas de ropa.
 Ruidos inesperados (la bocina de un coche).
 La visión de ciertos objetos comunes
 Lugares ruidosos y concurridos.
 Ciertos alimentos por su textura, temperatura.
 Una tendencia a agitarse o mecerse cuando está excitado o
angustiado.
 Una falta de sensibilidad a niveles bajos de dolor.
 Tardanza en adquirir el habla, en pocos casos.
 Muecas, espasmos o tics faciales extraños.
92

Las diferencias principales entre el trastorno de asperger y el trastorno


autista clásico de kanner son dos:

1. Los niños y adultos con Síndrome de Asperger no presentan


deficiencias estructúrales en su lenguaje, tienen limitaciones
pragmáticas como instrumento de comunicaciones, prosodias en su
melodía (o falta de ella )
2. Los niños y adultos con Síndrome de Asperger tienen capacidades
normales de inteligencia y frecuentemente competencias
extraordinarias en campos restringidos.

Algunas diferencias entre el síndrome asperger y el autismo de alto


funcionamiento.

 El diagnóstico es tardío.
 Pronóstico es más positivo.
 Déficit Social y de comunicación son menos severos.
 Los intereses restringidos son más agudos.
 Coeficiente Intelectual verbal es mayor que el coeficiente intelectual
funcional. (En autismo, el caso es inverso)
 Se observa frecuentemente torpeza o rigidez motora.
93

CONCLUSIONES

PRIMERA

Un trastorno de la personalidad es un patrón permanente e inflexible de


experiencia interna y de comportamiento que se aparta acusadamente de las
expectativas de la cultura del sujeto, tiene su inicio en la adolescencia o principio de
la edad adulta, es estable a lo largo del tiempo y comporta malestar o perjuicios para
el sujeto. Los trastornos de la personalidad están reunidos en tres grupos que se
basan en las similitudes de sus características. El grupo A incluye los trastornos
paranoide, esquizoide y esquizotípico de la personalidad. Los sujetos con estos
trastornos suelen parecer raros o excéntricos. El grupo B incluye los trastornos
antisocial, límite, histriónico y narcisista de la personalidad. Los sujetos con estos
trastornos suelen parecer dramáticos, emotivos o inestables. El grupo C incluye los
trastornos por evitación, por dependencia y obsesivo-compulsivo de la personalidad.
Los sujetos con estos trastornos suelen parecer ansiosos o temerosos. Es frecuente
que los individuos presenten al mismo tiempo varios trastornos de la personalidad
pertenecientes a grupos distintos.

SEGUNDA:

Según Millon y Everly2, una evaluación multidimensional incluiría los aspectos


relativos a conducta aparente, interpersonal, estilo cognitivo, expresión afectiva,
percepción de sí mismo, mecanismo de defensa utilizado y diagnóstico diferencial
respecto a otros trastornos de la personalidad. Características comunes a las
personas con trastorno de personalidad son:

1. Disminución de la capacidad de introspección (insight) y de contacto con las


propias emociones.
2. Dificultad para desarrollar relaciones interpersonales empáticas.
94

3. Alteraciones del comportamiento. Como pueden ser la impulsividad (paso al


acto), conductas agresivas, alteración del humor, etc., según el trastorno de
personalidad.

Los individuos con trastornos de personalidad son altos consumidores de


asistencia médica por sintomatología sin diagnóstico claro, el trastorno converge en
numerosas ocasiones con otros tipos de alteraciones psiquiátricas y media en
complicaciones sociales. Tanto para la medicina general, psiquiátrica, como laboral,
se trata en muchas ocasiones de personas de difícil manejo. Es comúnmente
aceptada una prevalencia entorno al10-15% de la población adulta, de los que casi
la mitad corresponden a trastornos graves (antisocial, límite, narcisista, paranoide y
esquizoide). Por edades, los trastornos del grupo B son más frecuentes en jóvenes,
mientras que los grupos A y C se distribuyen de forma más equilibrada. Respecto al
género, los trastornos de personalidad narcisista y antisocial son más frecuentes en
hombres y los de tipo límite e histriónico en mujeres. Los trastornos de personalidad
son difíciles de diagnosticar y más aún de explicar a los pacientes en tratamiento,
porque supone una "etiqueta" que puede vivirse como especialmente problemática,
descalificativa y de probable mal pronóstico. Será un reto explicar a la persona
afectada que la esencia de su problema es tener "dificultades persistentes en las
relaciones interpersonales", ayudarle a elegir una posición activa y reflexiva, y a
afrontar los aspectos perturbadores de su personalidad ante si mismo y ante los
demás, comprendiendo cómo algunos de sus rasgos de personalidad, dentro de
ciertos límites, pueden ser más adaptativos o funcionales.

TERCERA:

Se denominan trastornos psicosomáticos, a todo síntoma o molestia que


no encaja en ninguna tabla de clasificación fisiológica y por lo tanto se juzga que
su causa es de origen psicológico. La división de estos trastornos se hace en tres
(3) grandes grupos, dependiendo de su origen y su presentación clínica. Esta
división es: Trastornos psicosomáticos secundarios, trastornos somatoformes y
trastornos facticios.
95

CUARTA:

El diagnóstico de los trastornos de personalidad en la actual edición del DSM-


IV implica dos aspectos centrales. El primero es el referido al concepto mismo de
trastorno de la personalidad, que es definido como un patrón de conductas y de
experiencias internas que está generalizado, es estable y se mantiene al menos
desde la adolescencia. El segundo aspecto se refiere a la identificación de un
trastorno de personalidad en una lista de diez, con una categoría adicional de “no
específico”. Hay muchos problemas con el sistema actualmente vigente: los
diferentes tipos de personalidad aparecen definidos de una forma muy pobre y hay
un gran solapamiento de los criterios diagnósticos. La revisión propuesta en el
borrador del DSM-V resulta más bien compleja y tiene tres características
principales: una nueva definición de lo que es un trastorno de personalidad, centrada
en los fallos de adaptación, que implican alteraciones de la identidad o en las
relaciones interpersonales efectivas; cinco categorías diagnósticas
(antisocial/psicópata, evitativo, límite, obsesivo- compulsivo y esquizotípico); y una
serie de seis dominios de personalidad, cada uno de los cuales con un subconjunto
de facetas o rasgos. Este nuevo sistema propuesto para el diagnóstico de los
trastornos de la personalidad puede resultar controvertido. Por último, se comentan
los desafíos para el próximo futuro.

QUINTA

Los trastornos somatomorfos son un grupo de enfermedades caracterizadas


por molestias diversas, en mayor o menor grado difusas, que aquejan al paciente
pero que no pueden ser explicadas por la existencia de una lesión orgánica, o al
menos no de manera suficiente y concluyente. Los pacientes suelen insistir en la
presencia de síntomas físicos como dolor, inflamación, náuseas, vértigo,
debilidad o lesiones, pero niegan tener problemas psiquiátricos,2 acompañado de
demandas persistentes de exámenes y pruebas diagnósticas a pesar de que los
hallazgos continuamente resultan negativos y de la garantía de los tratantes que los
síntomas no tienen justificación orgánica. La sensación física reportada por los
96

pacientes con trastornos somatomorfos no es ficticia o inventada, es sintomatología


real que no tiene explicación o causa física. El término es relativamente nuevo y se
aplica a lo que con frecuencia se denomina trastorno psicosomático. 2 El diagnóstico
de un trastorno somatomorfo implica que los factores psicológicos son un gran
contribuyente a la aparición, gravedad y duración de los síntomas referidos. Los
trastornos somatomorfos no son el resultado de simulación consciente.

SEXTA:

Los trastornos disociativos se definen como todas aquellas condiciones


patológicas que conllevan disrupciones o fallos en la memoria, conciencia, identidad
y/o percepción. Los cinco trastornos disociativos listados en el Manual diagnóstico y
estadístico de los trastornos mentales son los siguientes:

 Trastorno de despersonalización (Código DSM IV 300.6).2 Supone la presencia


de periodos persistentes de distanciamiento de uno mismo, o de sentirse como
un observador ajeno, manteniéndose intacto el sentido de la realidad.
 Amnesia disociativa (Código DSM IV 300.12),3 también conocida como amnesia
psicógena o amnesia funcional. Amnesia retrógrada de tipo autobiográfica
relacionada con la experimentación de un fuerte trauma emocional.
 Fuga disociativa (Código DSM IV 300.13).4 Consiste en la realización de viajes
inesperados lejos del hogar durante los cuales al paciente no le resulta posible
recordar los sucesos de su vida pasada. En ocasiones puede conllevar el
abandono de la identidad previa y la asunción de una nueva identidad.
 Trastorno de identidad disociativo (Código DSM IV 300.14),5 también conocido
como trastorno de personalidad múltiple. En este trastorno se observa que el
paciente alterna dos o más personalidades distintas, existiendo una amnesia
para una cantidad importante de información relativa a las otras identidades.
 Trastorno disociativo no especificado (Código DSM IV 300.15).6 Se utiliza para
todas aquellas formas de disociación patológica que no cumple los criterios
diagnósticos de ninguno de los trastornos disociativos descritos anteriormente.
97

SETIMA:

Las psicosis constituyen un trastorno cualitativo de la personalidad, global y


por lo general grave, cuya aparición implica, a menudo, una ruptura en la
continuidad biográfica del paciente. Sin embargo, el concepto de psicosis no
responde a una realidad homogénea. Con frecuencia se define por oposición al
concepto de neurosis. En tal caso, lo más coherente sería considerar que el enfermo
psicótico no tiene conciencia de su enfermedad y/o no efectúa una crítica de ella, en
tanto que el neurótico reconoce sus síntomas. La ausencia de marcadores
biológicos o procesos psicológicos distintivos para el diagnóstico de las psicosis
funcionales ha dado lugar a problemas para la definición de estas alteraciones
clínicas, basándose la decisión diagnóstica, en la mayoría de los casos, en los
signos y síntomas manifiestos. Lo que ha dado como resultado un desacuerdo en
aquellos cuya sintomatología resulta fronteriza y no ajusta a los criterios
especificados para cada trastorno. (Lemos, 1995).

La psicosis es la pérdida del juicio de realidad, se puede producir por


diferentes causas, por lo tanto, para definir el diagnóstico es necesario analizar otros
parámetros de examen psicopatológico (conciencia, psicomotricidad, afecto,
atención, concentración y memoria, inteiligencia curso del pensamiento,
sensopercepción), como así mismo la evolución y formas del curso del cuadro
clínico. Dentro de los síntomas característicos se implican una amplia gama de
disfunciones cognitivas y emocionales incluidas la percepción, el pensamiento
inferencial, el lenguaje y la comunicación, la organización comportamental, la
afectividad, la fluidez y productividad del pensamiento y del habla, la capacidad
hedónica, la voluntad y la motivación y la atención. Estos síntomas pueden
clasificarse en positivos y negativos.

OCTAVA:

La esquizofrenia es entendida como una enfermedad de sistemas y el órgano


que se considera afectado es el SNC, en el que se han apreciado deficiencias en la
98

trasmisión neuronal por alteraciones bioquímicas. Los neurotransmisores tienen la


función de facilitar el paso de señales mediante reacciones químicas, tanto la
sintetización como la alteración del proceso bioquímico son producidas por enzimas.
Se han llevado a cabo experimentos de tratamientos con los propios
neurotransmisores y derivados farmacocinéticos compatibles

NOVENA:

No hay evidencia de alucinaciones y ni de ideas delirantes y el transtorno no


es tan claramente psicótico como los tipos hebefrénico, paranoide y catatónico. Los
rasgos negativos característicos de la esquizofrenia residual (por ejemplo,
embotamiento afectivo, abulia) aparecen sin haber sido precedidos de síntomas
psicóticos claramente manifiestos. El creciente empobrecimiento social puede
conducir a un vagabundeo, los enfermos se encierran en sí mismos, se vuelven
ociosos y pierden sus objetivos

DECIMA:

Mucha gente no sabe vivir sin drogas, la droga existe desde que existe el
hombre, muchos toxicómanos no son conscientes de que esa adicción es perjudicial.
Las anfetaminas, cocaína y cannabis son denominadas drogas traidoras puesto que
no avisan del daño cerebral, en el caso de la heroína bastan dos días para que se
dé la adicción.

DECIMO PRIMERA:

El síndrome de Asperger es un trastorno severo del desarrollo, considerado como


un trastorno neuro-biológico en el cual existen desviaciones o anormalidades en los
siguientes aspectos del desarrollo:

 Conexiones y habilidades sociales


99

 Uso del lenguaje con fines comunicativos


 Características de comportamiento relacionados con rasgos repetitivos o
perseverantes
 Una limitada gama de intereses
 En la mayoría de los casos torpeza motora
100

SUGERENCIAS

PRIMERA

La valoración de la personalidad debe tener en cuenta los antecedentes


étnicos, culturales y sociales del sujeto. Los trastornos de la personalidad no se
deben confundir con problemas asociados a la adaptación a una cultura diferente
que se da tras la inmigración o con la expresión de hábitos, costumbres o valores
religiosos o políticos propios de la cultura de origen del sujeto. En especial si se
evalúa a alguien de una cultura diferente, resulta útil para el clínico obtener
información de gente que conozca el entorno cultural del sujeto.

SEGUNDA:

En el lugar de trabajo se hacen patentes las relaciones interpersonales entre


los trabajadores, se expresan las subjetividades de cada individuo, se toman
decisiones influenciadas por estilos personales, estilos de liderazgo, etc. Todo en el
trabajo es "personal". Los individuos con trastornos de personalidad son altos
consumidores de asistencia médica por sintomatología sin diagnóstico claro, el
trastorno converge en numerosas ocasiones con otros tipos de alteraciones
psiquiátricas y media en complicaciones sociales. Tanto para la medicina general,
psiquiátrica, como laboral, se trata en muchas ocasiones de personas de difícil
manejo.

TERCERA:

En los trastornos psicosomáticos se debe evitar:

 la depresión los síntomas son pérdida de apetito, cansancio inmotivado,


insomnio y pérdida de peso.
 La ansiedad, hace que tengamos dolores de cabeza, ardor de estómago,
dolores musculares, cansancio e insomnio.
101

 la crisis de angustia aparecen palpitaciones, desmayo, disnea, sudoración,


vértigo, calor, frío y ahogo.

CUARTA:

La fisiopatología de la somatización y el trastorno somatomorfo permanece


desconocida. Los trastornos somatomorfos primarios pueden estar asociados con
una mayor conciencia de las sensaciones corporales normales que puede verse
aunado con un sesgo cognitivo durante la interpretación de cualquier síntoma físico
como indicio de una enfermedad médica inminente. La excitación
autonómica puede ser elevada en algunos pacientes con somatización, que puede
estar asociada con efectos fisiológicos de los componentes noradrenérgicos
endógenos, tales como la taquicardia e hipermotilidad gástrica. Esta mayor
excitación también puede inducir la tensión muscular y el dolor asociado con
la hiperactividad muscular, como se ve con la tensión muscular durante los dolores
de cabeza.

QUINTA:

Debido a estos problemas, en la actualidad los médicos basan el diagnóstico


de trastorno somatomorfo en la respuesta de la persona ante sus síntomas o sus
problemas de salud. El criterio principal se basa en que la preocupación de la
persona por sus síntomas físicos es tan fuerte que provoca una angustia
considerable e interfiere con el desarrollo de sus actividades diarias. Las personas
con trastorno somatomorfo no producen o pretenden tener los síntomas de forma
intencionada y estos síntomas pueden estar o no asociados a otro problema médico.
Las personas que sufren simultáneamente trastorno somatomorfo y otro problema
médico pueden reaccionar de forma exagerada al problema médico. Por ejemplo,
después de un infarto de miocardio, pueden recuperarse por completo físicamente,
pero pueden seguir comportándose como inválidos o preocuparse constantemente
por la posibilidad de sufrir otro infarto. Muchas personas con este trastorno no se
102

dan cuenta de que sufren un trastorno de salud mental y están convencidas de que
presentan síntomas físicos que requieren atención médica. En consecuencia, por lo
general siguen presionando a los médicos para que les repitan las pruebas o
prescriban pruebas adicionales aunque tras una evaluación exhaustiva no se haya
detectado nada en absoluto o nada realmente grave.

SEXTA:

Actualmente, aunque se reconoce la gran dificultad para explicar los


trastornos disociativos, muchos acercamientos enfatizan la relación entre
acontecimientos traumáticos y disociación, y relacionan estos problemas con la
tendencia a escapar psicológicamente de recuerdos o acontecimientos aversiv

SETIMA:

El tratamiento farmacológico debe acompañarse de otro tipo de


intervenciones como la psicoterapia grupal y familiar y métodos de entrenamiento de
habilidades sociales por rehabilitación vocacional (terapia ocupacional),
rehabilitación cognitiva y manejo de recursos (por eejemplo:economía de fichas),
debido a que el tratamiento con antipsicóticos no conduce a la mejoría de los
síntomas neurocognitivos (los cuales son independientes de la sintomatología) y del
desempeño social per se o incluso pueden agravarlos inicialmente
(psicofarmacologia.bizland.com).

OCTAVA:

En la enfermedad de esquizofrenia es importante tratar de conocer lo mejor


posible la enfermedad y consultar con el médico cualquier pregunta o duda que te
pueda surgir. Tu papel es muy importante ya que puedes detectar síntomas y facilitar
que los servicios médicos pongan su atención en la persona que los padece. Para la
persona que sufre la enfermedad los familiares y amigos son sin duda una fuente
valiosísima de apoyo práctico y emocional.
103

NOVENA:

Debemos considerar que en el trastorno por ideas delirantes el estrés puesto


que esto suele conducir a un deterioro grave o cambios en la personalidad, pero las
preocupaciones que genera la idea delirante progresan gradualmente, la mayoría de
las personas pueden seguir trabajando normalmente sin darse cuenta..

DECIMA:

La gente toma droga porque necesita modificar su estado de conciencia.


Cada droga tiene su efecto primario que puede verse modificado por variables
individuales de cada persona.

DECIMO PRIMERO:

Considerar que la característica principal de las personas con síndrome de


Asperger, es la alteración persistente en la interacción social. Esto es, la dificultad
que tienen estas personas para relacionarse con otras. Hasta el punto que, sin los
apoyos adecuados, las dificultades en la comunicación social causan limitaciones
importantes.
104

BIBLIOGRAFÍA

(a) https://jk221b.wordpress.com/2011/07/13/personalidad-paranoide-esquizoide-
y-esquizotipico/
(b) https://es.slideshare.net/AngelicaVargas8/personalidad-esquizoide-y-
paranoide-s
(c) http://www.cepvi.com/index.php/recursos/dsm/trastorno-de-la-
personalidad?start=1
(d) https://www.trastornolimite.com/tp/trastorno-narcisista-de-la-personalidad
(e) http://sisbib.unmsm.edu.pe/bibvirtual/libros/psicologia/manual_psiquiatr%C3%
ADa/cap-20.htm
(f) https://www.pediatriaintegral.es/numeros-anteriores/publicacion-2012-
11/trastornos-psicosomaticos/
(g) http://humane.es/articulos/77-trastornos-psicosomaticos/
(h) https://psikipedia.com/libro/psicopatologia-2/2248-clasificacion-de-los-
trastornos-somatoformes
(i) http://studylib.es/doc/30096/esquizofrenia--aspectos-cl%C3%ADnicos-y-
etiol%C3%B3gicos
(j) https://www.esquizofrenia24x7.com/consejos/consejos-amigos-familia
(k) https://www.daypo.com/esquizofrenias-aspectos-clinicos.html
(l) http://www.cuidateplus.com/enfermedades/psiquiatricas/esquizofrenia.html
(m)http://www.um.es/lafem/Actividades/2010/Unimar/Unimar-2010-
espi.Toxicomanias..pdf
(n) http://www.robertexto.com/archivo3/adicc_toxicom.htm
(o) https://autismodiario.org/2016/02/10/que-es-el-sindrome-de-asperger/
(p) https://elpais.com/elpais/2017/09/05/mamas_papas/1504613435_432765.html
105

LIBROS:

(a) Trastornos psicosomáticos en la infancia y adolescencia. Protocolos 2008;


AEPNYA.

(b) Trenchs Sáinz de la MazaV, Hernández Bou S, Carballo Ruano E, García


García JJ, Macià Rieradevall E, Alda Díez JA, et al. Trastornos somatomorfos:
una entidad emergente en pediatría.

(c) Beck JE. A Developmental Perspective on Functional Somatic Symptoms. J


Pediatr Psychology. 2008; 33: 547-62.

(d) Vila Grifal M, Garralda Hualde E. Trastornos somatomorfos. En: Soutullo


Esperón C, Mardomingo Sanz MJ, eds. Manual de Psiquiatría del niño y del
Adolescente. Ed Panamericana; 2010.

(e) De Maso DR, Beasley PJ. Los trastornos somatomorfos. En: Klykylo WM, Kay
JL, eds. Clínicas de Psiquiatría Infantil. 2ª edición. Indianápolis, IN, Wiley;
2005. p. 471-86.

(f) Campo JV, Bridge J, Ehmann M, Altman S, Lucas A, Birmaher B, Di LC, et al.
Recurrent abdominal pain, anxiety and depression in primary care. Pediatrics.
2004; 113: 817-24.

(g) Vila Grifal M, Garralda Hualde E. Trastornos somatomorfos. En: Soutullo


Esperón C, Mardomingo Sanz MJ, eds. Manual de Psiquiatría del niño y del
Adolescente. Ed Panamericana; 2010.
106

ANEXOS

ANEXOS N° 01
107

ANEXOS N° 02
108

INDICE

PRESENTACIÓN………………………………………………………………………………. 2
INTRODUCCION……………………………………………………………………………….. 3

MARCO TEORICO
1. TRANSTORNO DE PARANOIDE , ESQUISOTIPICO ESQUIZOIDE ………….. 4
2. TRANSTORNO HISTRIÓNICO , DISOCIAL , NARSISISTA, BORDERLINE ….. 9
3. TRANSTORNO DE OBSESIVO COMPULSIVO, EVITATIVO, DEPENDIENTE 20
4. TRANSTORNO PSICOSOMÁTICOS: CARACTERÍSTICAS GENERALES,
CLASIFICASION , CRITERIOS, DIAGNOSTICOS ……………………………… 27
5. TRANSTORNOS SOMATOMORFES: CARACTERÍSTICAS GENERALES,
CLASIFICACIÓN CRITERIOS , DIAGNOSTICOS ………………………………… 38
6. TRANSTORNOS DISOCIATIVOS: CARACTERÍSTICAS GENERALES,
CLASIFICACIÓN , CRITERIOS , DIAGNOSTICOS ……………………………… 58
7. LA PSICOSIS: ASPECTOS CLÍNICOS, CARACTERÍSTICAS GENERALES,
CRITERIOS, DIAGNOSTICOS ………………………………………………………. 66
8. LA ESQUIZOFRENIA: ASPECTOS CLÍNICOS, CARACTERÍSTICAS DE LA
ENFERMEDAD Y SU TRATAMIENTO ……………………………………………… 72
9. LOS TRANSTORNOS DELIRATES, DEFINICIÓN, SU SINTOMATOLOGÍA
PRINCIPAL……………………………………………………………………………… 78
10. DEFINICIÓN DE LA TOXICOMANÍA, SÍNTOMAS, SÍNTOMAS GENRALES
DIFERENSIACION , USO , ABUSO, Y DEPENDENCIA DE SÍNTOMAS ……… 82
11. ¿QUE ES SÍNTOMA DE ASPERGER? SÍNTOMAS Y DIAGNOSTICOS ……… 87

CONCLUSIONES……………………………………………………………………………. 93
SUGERENCIAS……………………………………………………………………………… 100
BIBLIOGRAFIA ………………………………………………………………………………… 104
ANEXOS ………………………………………………………………………………………. 106

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