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TITULOS EJECUTIVOS.- (art. 517 LEC) La acción ejecutiva deberá fundarse en un título que tenga
aparejada ejecución. Estos títulos los podemos agrupar en judiciales (sentencias, autos o resoluciones,
firmes en cualquier caso), arbitrales(laudos o resoluciones) o contractuales (escrituras públicas, pólizas de
contratos mercantiles, etc..).
Para la ejecución de sentencias firmes u otros títulos ejecutivos extranjeros, se estará a lo dispuesto en
los Tratados Internacionales.
Cuando se trate de títulos ejecutivos no judiciales o arbitrales, sólo podrá despacharse ejecución
por cantidad determinada de más de 300 €.
Contra el auto que deniegue la ejec. prov., cabe recurso de apelación. Contra el auto que despache la
ejec. prov., el ejecutado podrá formular escrito de oposición, dentro de los cinco días siguientes a la
notificación de la resolución que apruebe la misma.
Del escrito de oposición se dará traslado a la parte ejecutante, para que en el plazo de 5 días se
manifiesten en su conveniencia.
La ejec. prov. de sentencias dictadas en segunda instancia, seguirán las normas referidas con
anterioridad.
La ejecución
Son partes en el proceso de ejecucíón:
En los procedimientos de ejecución tendrán forma de auto y providencia las resoluciones del tribunal;
y de decreto y diligencias de ordenación las del secretario judicial.
Presentada la demanda ejecutiva, si cumple los requisitos legales, el tribunal, dictara auto con la orden
general de ejecución y despachando la misma.
El auto contendrá:
Asímismo, durante la ejecución, las partes podrán denunciar la infracción de normas que regulen los
actos concretos de la misma:
1. Por medio del recurso de reposición contra resolución del tribunal o secretario judicial.
2. Por medio de recurso de apelación, en los casos que recoge la LEC.
3. Mediante escrito al tribunal, si no existiera resolución expresa frente a la que recurrir.
En cuanto a la suspensión de la ejecución, el art. 565 de la LEC,
“1º- Sólo se suspenderá la ejecución en los casos que la ley lo ordene de modo expreso, o así lo
acuerden todas las partes personadas en la ejecución.
2º- Decretada la suspensión, podrán no obstante, adoptarse o mantenerse medidas de garantía de los
embargos acordados y se practicarán, en todo caso, los que ya hubieren sido acordados”.
La ejecución dineraria
La ejecución dineraria, procede en los casos en los que del título ejecutivo resulte el deber de entregar
una cantidad de dinero líquido o determinado, expresado en el título con letras, cifras o guarismos
comprensibles.
La ejecución se despachará por la cantidad compuesta por principal, interes vencidos y costas.
En los casos de deuda en moneda extranjera, las costas e intereses de demora procesal, se
abonarán en moneda nacional.
Dentro de las medidas que acuerde el secretario judicial en el decreto, tenemos el requerimiento de
pago al ejecutado.
Dicho requerimiento no procede, cuando el título ejecutivo sean resoluciones judiciales, laudos arbitrales
u homologación de acuerdos transaccionales.
Si procederá, en los casos de títulos ejecutivos contractuales, no siéndolo si se acompaña acta notarial
de haber realizado requerimiento de pago con al menos diez días de antelación.
El lugar del requerimiento será el domicilio que figure en título ejecutivo. A petición del ejecutante, el
requerimiento podrá hacerse en cualquier lugar en que el ejecutado pudiera hallarse.
Si el ejecutado pagase en el acto del requerimiento, dinero a disposición del ejecutante y justificante de
pago al ejecutado.
Abonados intereses y costas de haberse devengado, decreto del secretario judicial, dando por
terminada la ejecución.
Será nulo el embargo sobre bienes y derechos cuya efectiva existencia no conste.
En cuanto a los bienes del ejecutado, si el ejecutante no los señalase, el secretario judicial, de oficio,
mediante diligencia de ordenación requerirá al ejecutado para que presente relación de bienes y derechos
para hacer frente a la ejecución.
El secretario judicial a petición del ejecutante podrá llevar a cabo los actos necesarios para
la investigación judicial del patrimonio del ejecutado.
El embargo se tendrá por realizado, desde el momento en que se decrete por el secretario judicial o se
reseñe la descripción de un bien en el acta de la diligencia de embargo.
En cuanto al orden de los embargos se estará a lo dispuesto en el art. 592 de la LEC, de prelación de
bienes y derechos.
La terceria de dominio, se interpondrá en forma de demanda, por quien sin ser parte en la ejecución,
afirme ser dueño de un bien embargado al ejecutado, y que fue adquirido con anterioridad al embargo.
Habrá de aportarse un principio de prueba por escrito.
La tercería se interpondrá ante el secretario judicial de la ejecución, se resolverá por el tribunal que dictó
la ejecución, mediante los trámites del juicio ordinario. Se resolverá mediante auto.
Sobre embargabilidad e inembargabilidad de los bienes y derechos habrá que estar a los arts. 605
y ss. de la LEC.
Cabe el reembargo sobre bienes embargados en anteriores ejecuciones, así como el embargo del
sobrante de anteriores ejecuciones.
Cabe la mejora, reducción y modificación del embargo, cuando exista un cambio de circunstancias
que afecten al mismo. Dichas peticiones las resolverá el secretario mediante decreto.
Frente al embargo existe la tercería de mejor derecho, cuando alguien afirme tener un crédito preferente
en el cobro al del ejecutante.
El procedimiento de apremio
Es un trámite de ejecución que consiste en la realización en metálico de los bienes embargados al
ejecutado, mediante su venta, a través de alguno de los procedimientos legalmente establecidos.
Cuando los bienes sea dinero efectivo o asimilable, el secretario lo entregará directamente al ejecutante.
Si fueran acciones u otros valores se realizará su enajenación, y el metálico será entregado al ejecutante.
El resto de bienes se realizarán de común acuerdo de las partes, convenio de realización, o mediante
enajenación por medio de persona o entidad especializada o subasta judicial, o en último caso
mediante la figura de la administración para pago.
CONVENIO DE REALIZACION
Según el art. 640 de la LEC, “el ejecutante, el ejecutado y quien acredite interés directo en la ejecución
podrá pedir al secretario judicial responsable de la misma que convoque una comparecencia con la
finalidad de convenir el modo de realización mas eficaz de los bienes hipotecados, pignorados o
embargados, frente a los que se dirige la ejecución”
SUBASTA JUDICIAL
La subasta de bienes muebles tendrá por objeto la venta de uno o varios bienes o lotes de ellos.
Una vez fijado el justiprecio, se fijará fecha, hora y lugar de celebración de la subasta por el secretario. A
la misma se dará publicidad por medio de edictos.
Para participar en la subasta los licitadores deberán:
Identificarse, manifestar que conocen las normas y depositar o prestar aval por el 20% del valor de
tasación de los bienes.
Se podrán presentar posturas en sobre cerrado desde el anuncio de la subasta hasta su celebración. La
subasta será presidida por el secretario judicial.
Con carácter general se aprobará el remate, si la mejor postura es igual o superior al 50% del avalúo.
Cuando la mejor postura sea inferior al 50%, y el ejecutado no presente en 10 días tercero que mejore la
postura, podrá el ejecutante en 5 días, pedir la adjudicación de los bienes por la mitad de su valor de
tasación, o por la cantidad que se le deba, siempre que sea mayor que la mejor postura. Si no hubiera
ningún postor, el ejecutante podrá pedir la adjudicación por el 30% de su valor de tasación, o por la
cantidad que se le adeudase por todos los conceptos. En su defecto el secretario procederá al alzamiento
del embargo, a instancia del ejecutado.
Los bienes inmuebles saldrán a subasta por el valor que resulte de deducir de su avalúo el importe de
todas las cargas y derechos anteriores al gravamen por el que se hubiera despachado ejecución cuya
preferencia resulte de la certificación registral de dominio y cargas.
Si el valor de las cargas y gravámenes iguala o excede del determinado para el bien, el secretario judicial
dejará en suspenso la ejecución sobre ese bien.
La subasta se anunciará con 20 días de antelación, al menos, al señalado para su realización. El lugar,
día y hora se notificará al ejecutado, con la misma antelación, en el domicilio del título ejecutivo.
Con carácter general, se aprobará el remate, si la mejor postura fuere igual o superior al 70%, del valor de
salida.
Si la mejor postura es menor al 70%, y el ejecutado no presente en 10 días, tercero que mejore la
postura, el ejecutante podrá en 5 días , la adjudicación del inmueble por ese 70%, o por la cantidad que
se le deba por todos los conceptos, siempre que la misma sea superior al 60% del valor de tasación y a la
mejor postura.
Cuando no haya postor, el acreedor podrá solicitar la adjudicación del inmueble por cantidad igual o
superior al 60% de su valor de salida. Si en los 20 días, no hiciere uso de esta facultad, el secretario
judicial alzará el embargo, a instancia del ejecutado.
LA EJECUCION NO DINERARIA
Según el art. 699 de la LEC, ” Cuando el título ejecutivo contuviere condena u obligación de hacer o no
hacer o de entregar cosa distinta a una cantidad de dinero, en el auto por el que se despache ejecución
se requerirá al ejecutado para que, dentro del plazo que el tribunal estime adecuado, cumpla en sus
propios términos lo que establezca el título ejecutivo.
En el requerimiento, el tribunal podrá apercibir al ejecutado con el empleo de apremios personales o
multas pecuniarias”.
Cuando el requerimiento no pudiera tener cumplimiento inmediato, el secretario ,a instancia de parte,
podrá acordar medidas de garantía.
Si del título ejecutivo se desprende la entrega de cosas genéricas, y no se lleva a cabo por el deudor, el
acreedor podrá solicitar del secretario que le ponga en posesión de las cosas o le faculte para su compra,
a costa del deudor, ordenando al mismo tiempo el embargo de bienes del deudor para hacer frente a la
misma.
Si la compra tardía ya no satisface la acreedor, podrá optar por el resarcimiento en metálico mas daños y
perjuicios.
Dicha solicitud se realizará con claridad y precisión, y se justificará legalmente, así como
documentalmente (u otros medios), la necesidad de las mismas.
Asímismo en dicho escrito habrá de ofrecerse la prestación de caución, la cual será determinada por el
tribunal, para responder de los daños y perjuicios que la adopción de cautelas pudiera ocasionar al
demandado.
Como regla general el tribunal tomará decisión de cautelas, previa audiencia al demandado. Si bien cabe
que esta no se dé por razones de urgencia. En todo caso el demandado podrá oponerse la las cautelas
en los 20 dias siguientes a la notificación del auto que las acuerda.
En los casos de audiencia previa, se celebrará la vista en la que las partes alegarán lo que convenga a su
derecho.
Tras la vista el tribunal en los cinco dias siguientes dictará auto sobre la solicitud de medidas cautelares.
Para llevar a cabo el cumplimiento de las medidas cautelares, será siempre necesario la prestación previa
de caución. El tribunal mediante providencia decidirá sobre la idoneidad y suficiencia de la caución.
Diligencia de embargo
Dictado el auto despachando ejecución y el decreto acordando las medidas ejecutivas concretas, y una
vez notificadas ambas resoluciones, se podrá llevar a cabo la diligencia de embargo.
Si fuese necesario el requerimiento de pago previo, la comisión judicial se personará en el domicilio que
conste en el título ejecutivo, requiriéndole el pago.
Si consignase la cantidad, se suspende el embargo.
Si no pagase en el mismo acto, se procederá al embargo de sus bienes en la medida suficiente para
responder a la cantidad por la que se haya despachado ejecución y las costas de ésta.
La diligencia del embargo será llevafa a cabo por la comisión judicial (integrada por el funcionario del
cuerpo de auxilio judicial, acompañado por el funcionario del cuerpo de gestión procesal y administrativa o
del secretario judicial).
Por el funcionario competente se extenderá acta de la diligencia de embargo, que documente dicha
actuación procesal.
Cuando se embarguen bienes muebles en dicha acta, se hará constar, relación de los bienes embargados
y su estado, manifestaciones de las personas que hayan intervenido en el embargo y la persona
nombrada depositario y lugar de depósito.
El embargo se llevará a cabo en días y horas hábiles. Se entenderán por horas hábiles el intervalo
entre las 8 de la amañana y las 10 de la noche.
La diligencia de embargo será firmada por los funcionarios actuantes y demás personas intevinientes en
su práctica.
Diligencia de lanzamiento
A través del lanzamiento se pone a disposición del ejecutante el bien inmueble que el título ejecutivo
dispusiera.
El lanzamiento lo practicará la comisión judicial, personada en el lugar donde se encuentre la finca rústica
o urbana. Finalizado el lanzamiento se procederá a entregar la posesión del inmueble a la parte actora.
Cuando en el inmueble existiesen cosas u objetos que no sean objeto del título, se requerirá al ejecutado
para su retirada.
Si existiesen elementos no separables, propiedad del ejecutado, se resolverá sobre la obligación del
abono de su valor, de instarlo los interesados en los 5 días siguientes al desalojo.
El depósito judicial
El depósito judicial es la forma normal de asegurar el embargo de bienes muebles.
En el resto de supuestos o cuando así se considere por el secretario, será depositario el acreedor
ejecutante, o un tercero.
En cuanto a las responsabilidades del depositario, estará obligado a conservar los bienes con la
debida diligencia a disposición del tribunal, a exhibirlos y a entregarlos a la persona indicada por el
secretario.
Los gastos ocasionados por el depósito, cuando el depositario no fuera ejecutante, ejecutado o tercero
poseedor, deberán serle reembolsados, al igual que los daños y perjuicios que pudiese sufrir en su
función. Igualmente tendrá derecho a percibir remuneración en los casos en que por didligencia de
ordenación, sea acordado por el secretario.
La remoción del depositario, se llevará a cabo mediante decreto del secretario, a instancia de parte o
de oficio, cuando no cumpliere con sus obligaciones, sin perjuicio de la responsabilidad penal o civil en
que pudiese haber incurrido.