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John Arnott
No recibimos todo lo que Dios tiene para nosotros con un toquecito rápido.
Nuestros equipos oran por las personas mientras están de pie y siguen orando
por ellas cuando han comenzado a reír o a temblar y aún cuando han caído al
suelo. Las personas que caen generalmente comienzan a pensar que deben
ponerse de pie. Pero les decimos que no se paren enseguida, si no que sigan
allí y reciban otra oleada del Espíritu.
Mientras los equipos continúan orando por las personas, son guiados por el
Espíritu en cuanto a por qué tema orar para cada persona. Entonces oran para
que lo que Dios quiere que entre en la persona, entre, y lo que el quiere que
salga, salga. Puede que salgan dolor, temor, heridas, depresión, pecados, aún
demonios. Paz, gozo, amor, frescura, pueden entrar. Esto es el reino de Dios:
algunas cosas entran, otras salen. El resultado es que somos fortalecidos.
Algunos se sorprenden cuando les pido que no oren en inglés (ni en otro
idioma), ni en lenguas, mientras están siendo empapados o inmersos en
oración. Se preguntan porqué pido esto. La oración es un ministerio de dar. Es
difícil derramar hacia fuera cuando el Espíritu está vertiéndose en nuestro
interior.
"Hemos aprendido a sumergir a las personas en oración,
a persistir en oración por ellas, diciendo: "Dale más,
Señor. Dale más"."
Cuando las personas oran en lenguas mientras oramos por ellas, es poco
probable que reciban más de Dios, porque cuando están concentradas en dar,
no reciben. Es difícil derramar hacia fuera (orar) y dejar que Dios vierta en
nuestro interior al mismo tiempo, así como es difícil beber y hablar. Recibe
primero, luego ora.
Y nadie hecha vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo
romperá los odres y se deramará, y los odres se perderán. Más el vino nuevo
en odres nuevos se ha de echar; y lo uno y lo otro se conservan 9 Lucas 5:37,
38).
¿Qué le sucede a una bolsa de cuero que generalmente está húmeda, cuando
se la dobla y se la guarda en algún lugar? Se vuelve seca y rígida. La bolsa de
cuero debe ser renovada sumergiéndola en agua, sumergiéndola
profundamente.
Esto es lo que el Espíritu Santo está haciendo con algunos de nosotros: ¡ nos
está sumergiendo! Por eso creemos en sumergirnos en oración.
Hemos observado que con este nuevo mover del Espíritu Santo, nuestra
capacidad de recibir de Dios ha crecido tremendamente. Antes, sólo unos
pocos recibían algo profundo en el Espíritu. Ahora, muchos reciben una
experiencia espiritual de mucho poder que hace que ellos nos pidan a nosotros
que les expliquemos qué es lo que sucedió. Se sorprenden por la intensidad
del poder del Espíritu Santo.
Dios quiere que seamos continuamente llenos del Espíritu… y que lo sepamos.
Quiere que ministremos con el exceso en vez de tener nuestros tanques
espirituales casi vacios. Por eso seguimos orando: "Más , Señor" Y él sigue
dándonos más de su Espíritu en forma muy íntima.
¿Por qué no orar unos por otros en casa? Pon tu música de de adoración
preferida y deja que tu corazón se impregne de la presencia del Señor. ¡ Qué
maravillosa forma de pasar una hora o más con el Señor! Permítele que él te
llene una y otra vez.