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EL COMBATE DEL RÍO PIEDRAS Y LOS DECIDIDOS DE LA PATRIA

Compilación Prof. Manuel Armas*

"Sean eternos los laureles que supimos conseguir" dice el Himno Nacional Argentino en su coro. Los
laureles son símbolos de victoria y triunfo de batallas que enorgullecían a la Revolución de la
independencia y que las enumera en la versión completa del Himno Nacional en los versos de la
séptima estrofa que dice:

San José, San Lorenzo, Suipacha,


ambas Piedras, Salta y Tucumán,
La Colonia y las mismas murallas
del tirano en la Banda Oriental.
Son letreros eternos que dicen:
aquí el brazo argentino triunfó,
aquí el fiero opresor de la Patria
su cerviz orgullosa dobló.

La expresión "ambas Piedras" se refiere a los dos combates de ese nombre. Uno, librado en la Banda
Oriental, el 18 de mayo de 1811, donde se impuso el ejército de Artigas sobre tropas del virrey Elío. El
otro, en el río Las Piedras, actualmente municipio de Río Piedras, departamento de Metán en territorio
salteño. Encuentro donde salió victorioso el Ejercito del Norte, al mando de Manuel Belgrano, el 3 de
setiembre de 1812.

Monolito junto al Río Las Piedras que recuerda la acción del 3 de


setiembre de 1812

Los pobladores de Jujuy avanzaban rumbo al sur,


en lo que fue el Primer Éxodo Jujeño del 23 de
agosto de 1812, custodiados por las tropas de
Belgrano. Esta tarea fue encomendada a la
retaguardia a cargo del Mayor General Eustoquio
Díaz Vélez, compuesta por Dragones, Húsares y
el cuerpo de caballería los Decididos de la Patria,
apoyados por cuatro piezas de artillería. En las
primeras horas de la tarde mientras avanzaban
por la margen sur del Río Piedras. Son atacados
por las fuerzas enemigas y obligados a retroceder
perdiendo dos de las piezas de artillería,
consiguen reagruparse y frenan una nueva carga
del enemigo. La vanguardia realista comandada por el Coronel Huici obliga nuevamente a retroceder
a las tropas de Díaz Vélez.

Belgrano enterado de esto manda a ocupar todo la margen sur del Río Las Piedras. Distribuyéndose
la tropa de la siguiente forma: el flanco Oeste al mando del Capitán Carlos Forest se conforma por la
fracción de Cazadores. Por el Este actúa el Comandante Miguel Aráoz con cien tiradores del Batallón
Pardos y Morenos, y en el centro, la caballería en dos escalones, el primero integrado por el cuerpo
de Dragones y Decididos a cuyo frente cabalga Eustaquio Díaz Vélez, y el segundo, al mando del
porteño Tte. Cnel. Juan Ramón González Balcarce con el resto de la caballería.

Cuando el enemigo está a tiro, la artillería patriota abre fuego, logrando detener la el ataque. Belgrano
ordena el contraataque de inmediato, lo que sorprende a los realistas. El ataque es exitoso, el enemigo
abandona el margen norte del Río Piedras siendo perseguido por espacio de tres kilómetros. Los
realistas dejan en el campo sesenta muertos. Los patriotas obtienen de este triunfo unos 150 fusiles y
40 prisioneros, según el parte de Belgrano. En cuanto a las bajas patriotas, fueron de tres muertos y
seis heridos. Se rescataron prisioneros y también los cañones. Una partida de paisanos al mando del
capitán Esteban Figueroa logro apresar al jefe enemigo el Coronel Huici, al portaestandarte Negreiros
y a un capellán.

El Combate del Río Las Piedras no solo levanto la moral del ejército sino que le permitió a Belgrano
conocer el valor y templanza de las tropas que se habían reorganizado y preparado en Jujuy,
permitiéndole a al Gral. Belgrano la posibilidad de pensar en detener la retirada hacia Córdoba.

En el parte enviado al Superior gobierno, Belgrano habla de los hombres y cuerpos que heroicamente
se destacaron, haciendo mención de la Caballería de los Decididos de la Patria, no sólo por el coraje
y disciplina, sino también por la edad que los caracterizaba muchos de ellos que no superaban los 17
o 18 años, entre los que pueden contarse Iturbe de 16 años; Araoz de 17 años; Fortunato Pueyrredón
de 14 años y Diego de Pueyrredón de 13 años, hijos de diego Pueyrredón y Zegada.

Parte que el general Belgrano envió al Superior Gobierno:

“Ayer (3 de septiembre de 1812) a las dos de la tarde, cargó el enemigo, en número de seiscientos
hombres, con tanta furia sobre mi retaguardia, que se mezcló con ella y llegó al frente de mi posición
al sud del Río de las Piedras casi a un tiempo; en consecuencia, hice lugar la artillería... por el centro;
avanzaron todos con intrepidez, Jefes, Oficiales y Tropa, y la victoria coronó sus nobles y generosos
esfuerzos poniendo en fuga vergonzosa al enemigo, quien dejó en el campo de batalla dos oficiales y
cincuenta y ocho soldados muertos, y ciento cincuenta fusiles y cuarenta soldados que se hicieron
prisioneros, no habiendo tenido, de nuestra parte más que seis heridos, entre los cuales el digno Don
Miguel Aráoz, y muertos gloriosamente el Capitán Don Manuel Mendoza, un sargento de Húsares y un
soldado.
Como testimonio de lo expuesto en el Diccionario Histórico Argentino, de Piccirilli, Ricardo; Romay,
Francisco L. y Gianello, Leoncio. Ed. Históricas Argentinas, Bs. As. Año 1953-1955 se destaca: “que
con el nombre simple de Decididos, Decididos de la Patria y después de Patriotas Decididos de
Caballería, nombre éste último con el que se llenaron de gloria en las batallas de Río Piedras, Tucumán
y Salta, actuaron en el actual norte argentino desde 1810. Tropas milicianas formadas sobre todo por
jóvenes de pro y fortuna que se agrupaban en torno a las figuras sobresalientes del doctor y general
José Ignacio Gorriti, quien fue uno de los primeros en levantar milicias organizando en ese año 1810
propiamente, la primera partida de decididos, aunque luego se incorporasen al Ejército del norte antes
de la Batalla de Suipacha – Tupiza – el 7 de noviembre de 1810, el Gran Bautismo de Fuego
Suramericano”.

El Dr. Miguel Otero, en Memorias de Güemes a Rosas, Sociedad Impresora Americana, Bs. As. 1846,
menciona: desde Salta, “aumentándose a los jóvenes principales de Jujuy no superando ninguno la
edad de 18 y 17 años”. Entre ellos figuran Bartolomé de la Corte, de nutrida foja de servicio y llegó a
ser del estado Mayor del Gral. Martín Miguel de Güemes en el posterior período de las guerras de
milicias; José Mariano Iturbe, quien luego gobernara su tierra jujeña un período interrumpido de 17
años representando al Partido Federal. El después Capitán Estopiñán que según la tradición local
rescató el estandarte patriota tras la derrota de Ayohuma - o Ayoma correctamente - en el Alto Perú
(hoy existente en el Museo Lavalle) y otros de familias como los Iriarte, Martínez Iriarte, Del Portal,
Molina, Goyena, Echeverría…”

Alejandro Pojasi Arraya: Batallón de Caballería Saltojujeña LOS DECIDIDOS DE LA PATRIA Salta, 3
de setiembre de 1812 en el COMBATE DE RÍO PIEDRAS, Salta 2011 nos dice:

(…) “que esta hazaña fue realizable debido a que los pueblos del actual Norte argentino y Sur boliviano
dimos todo lo que teníamos; hasta nuestros jóvenes hijos en casos menos de 17 años y que
consecutivamente engrosaron distintos batallones, escuadrones y regimientos, como presencia
permanente de todos los desafíos que aún emprende esta América inconclusa”. Y más adelante a
manera de conclusión expresa: “El presente Batallón de Caballería “Decididos de la Patria” lacera la
presencia permanente de la juventud en la Historia, con 16 o 17 años, casi niños, o niños, como aquel
de 12 años que batía el tambor en el año 1811 en la Batalla de Tacuarí.

El Dr. Héctor M. Sánchez Iturbe, en: José Mariano, Gobernador de Jujuy, Editorial Minerva Año 1995.
S.S. de Jujuy, escribe: “Así el batallón de Patriotas Decididos organizado por Belgrano agrupó a
intrépidos jóvenes de Jujuy y Salta colaborando en esta etapa crucial del Ejército del Norte y la Patria
en peligro; teniendo destacado papel en el logro del día 3 de Septiembre en el lugar del Río Las
Piedras, tierra saltojujeña su bautismo de fuego”.

También el Dr. Teófilo Sánchez de Bustamante, en su Biografías Históricas de Jujuy, Universidad


Nacional de Jujuy, 1995, coincidiendo con el salteño Dr. Bernardo Frías, quien es autor de otras
memorias, nos informa: “que eran cerca de Doscientos jóvenes de las principales familias del medio.
Flor y nata de los caballeros saltojujeños”. Entre ellos: los Álvarez Prado, Goyechea, Medina, Uriburu,
Pastor, Lanfranco, Los Plaza, Gorriti, Puch, Zabala, Zaeda, Zegada, Morales, Velarde, Giménez,
Saravia, Arias, Ontiveros, los Rodríguez, y tantos otros que ofrendaron su sangre por esta causa
sagrada de la emancipación”.

Dámaso Uriburu en el libro “ Memorias 1794-1857”, Bs. As. República Argentina 1934, escribe:
“Concebido el plan del Gral. Belgrano de replegarse hasta Tucumán, una proclama anunció al pueblo
de Salta la retirada del ejército por la aproximación del enemigo, convidando a todos los patriotas a
reunirse en defensa de la patria, un impulso eléctrico hizo poner en pié a toda la juventud salteña, que
cuatro meses antes viera con impasividad esta misma retirada del ejército, que ahora se verificaba de
nuevo. El autor de estas memorias presenció su reunión en la plaza pública y vio los transportes del
noble entusiasmo con que toda ella quiso ir a las filas de los defensores de la patria, a participar de los
riesgos y gloria que se les ofrecía. El coronel don José de Moldes, que desde que dejó su destino en
el ejército hacía una vida privada en el seno de su familia, se puso a la cabeza de esta generosa
juventud y la condujo a Jujuy a incorporarse con ella al ejército, que ya empezaba su movimiento
retrógrado. Allí se organizó el Cuerpo de Patriotas Decididos, que fue la denominación con que hizo
esta campaña célebre la juventud de Salta…”

Bernardo Frías, en su Historia del Gral. M.M. de Güemes y la Provincia de Salta, Bs. As. 1971, destaca
que, el heroico Coronel Figueroa, “figuraba con catorce esclavos puestos a favor de la Patria, armados
y sostenidos con su bolsillo”. (…) “Gente toda de haber; por clase y posición”, (…) “iban armados y
montados a su costa con lujo y bizarría, llevando muchos para su servicio más de un criado, que venían
a ser otros tantos soldados, como que su jefe”.
El Gobierno mando a realizar una medalla de plata. Lleva un sol, una lanza y una
banderola cruzadas, al centro de las cuales se lee "Libertad". Tiene una leyenda oval
en el perímetro, que expresa "La Patria reconocida a sus naturales beneméritos hijos".
Según la tradición, esta pieza (de un módulo ovalado de 50 por 40 mm) fue otorgada
a Belgrano en premio por el combate de Las Piedras y que nos recuerda a aquellos
Decididos de la patria.

El Triunfo de Las Piedras no constituyó una acción


militarmente de la trascendencia de una batalla importante,
pero como ya dijimos, tuvo un gran efecto moral sobre la tropa,
el pueblo jujeño en retirada y sobre el Gral. Belgrano. La
persecución de los realistas cesó, lo que les dio respiro por lo
que la tropa pudo descansar. Su próximo campamento sería
La Encrucijada, en el departamento tucumano de Burruyacu,
en donde el tucumano Bernabé Aráoz al frente de una
comisión se entrevistó con Balcarce, éste pidió mil hombres
montados y una suma de dinero, contestándole Araoz que
aportarían el doble. Esto más los deseos del pueblo tucumano
de enfrentar a los realistas fue lo que decidió a Belgrano a
presentar batalla. Belgrano tomó la histórica determinación de desobedecer las órdenes de Buenos
Aires y jugarse al todo o nada. Ese hecho, junto al triunfo en el Combate del Río Las Piedras, en donde
se recuperó la confianza del ejército probándose a sí mismo que era una verdadera fuerza combativa,
fue sin duda lo que preparo el terreno para la Gran la Batalla de Tucumán, “Sepulcro de la Tiranía”,
que se libraría el 24 de septiembre de 1812.

*Profesor de Historia y Ed. Cívica.(INSPSJ) Diplomado en Historia Argentina y Latinoamericana(UNJU).


Integrante de la Comisión de Revalorización y Reparación Histórica de la Provincia de Jujuy. Presidente e
investigador del Colegio de Profesores de Historia de Jujuy, Investigador e integrante de la C.D. del Instituto de
Estudios Históricos "Gral. Manuel Eduardo Arias", Investigador e integrante de la C.D. de la A.C. Sanmartiniana
de Jujuy, e integrante del Instituto Belgraniano de Jujuy

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