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Conservando la Sanidad

(primera parte)

Quiero compartir contigo una Palabra impresionante que se está


relacionada con las heridas del alma.

La Biblia en el Salmo 103: 1-5 dice: Bendice, alma mía a Jehová, y


bendiga todo mi ser su Santo nombre. Bendice, alma mía a Jehová y no
olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona tus inequidades,
Él que sana todas tus dolencias; Él que rescata del hoyo tu vida, Él que
te corona de favores y misericordias; Él que sacia de bien tu boca de
modo que te rejuvenezcas como el águila.

¿Haz tenido la oportunidad de ser bendecido en un encuentro? Los


encuentros son algo extraordinario porque pasas un tiempo a solas con
el Señor, sin distracciones.

Al regresar de un encuentro uno quisiera que todo cambiara, pero no es


así. Todo sigue igual, el trabajo es el mismo, la familia y el ambiente
siguen igual, quien ha cambiado eres tú. Entonces, necesitas más
instrucción para llevar a cabo todas tus necesidades.

Cuando comencé a ir a la iglesia, oía comentarios en los que la gente


decía que alguien predicaba sanidad del alma, o que una persona
necesitaba sanar su alma; y me sorprendía, porque en el poco
conocimiento que tenía de la Palabra, no encontraba ningún tema en la
Biblia que hablara de eso específicamente. A pesar de que ya había
recibido la prédica de la sanidad de Dios y había reconocido el daño que
había provocado en mi corazón el hecho de tener un padre alcohólico, no
captaba que era eso. Nunca imagine las consecuencias que tenía eso
hasta hace poco, cuando me di cuenta que aun tenía heridas en el alma
y logre vencer algunas cosas.

Nos han enseñado que las heridas en el alma quedan en el corazón por
rechazo, maltrato u ofensas. Yo creía que todo eso era sanado, pero me
di cuenta que no, porque al estar uno herido en el alma, se tocan los
pensamientos, los sentimientos y las emociones.

Las heridas del alma son el resultado de una mala reacción ante las
ofensas o el rechazo. Siempre vamos a estar expuestos a esas cosas,
pero lo que hace la diferencia es como vamos a reaccionar ante ellas.

Cuando tienes una herida en el alma lo primero que haces es protegerte.


Quisieras que te dieran una receta médica para que se cure más rápido,
o que te muestren donde esta la herida, que te dijeran en que área
debes curarte para ponerte una vendita en el lugar que se necesita.
También quisieras que te dieran algo para que se aliviara pronto. Pero
eso no es así, y el Señor me mostró como sanarlo.

La primera cosa que el Señor nos enseña es que nos mantengamos


sanos. La segunda es a afrontar situaciones difíciles y a reconocer cuáles
son.

Hay ofensas o enojos que se perdonan rápido, pero hay otros que no. Por
ejemplo, yo no podía revelar mis sentimientos, había sido reservada y
sobre protectora de mi vida, porque ahí estaba la herida. Cuando vemos
el caso de las personas que tenía contacto con Jesucristo, ellas eran
salvas y su familia bautizada. Puedes darte cuenta como eres, viendo la
relación que tienes con tu familia, reconociendo si hay libertad o tienes
temor a que te rechacen y no te oigan.

Cuando están afectados tus pensamientos, sentimientos y emociones,


empiezas a pensar mal de ti mismo y de los demás, por eso es que
criticas y tratas de corregir mucho a las otras personas; porque no te
satisface lo que haces, entonces no te satisfacen los demás.

Si has estado dañado y te cuesta reaccionar o estar alegre con una


noticia es porque están bloqueadas tus emociones y tus sentimientos.
Debes estar consciente de que tienes un problema y ver cuál es.
También tienes comprender que no has perdonado a alguien y debes
reconocer a quiénes debes pedir perdón.

Debes tener libertad en tus emociones, sentimientos y pensamientos.


Recuérdate que has sido llamado para transmitir el amor de Dios.
Conservando la Sanidad
(segunda parte)

En Mateo 5:39-41 dice: ..No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera


que te hiera en la mejía derecha, vuélvele también la otra; al que quiera
ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; y a
cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos.

El Señor nos enseña que cuando alguien nos hiere emocionalmente


debemos devolver con bien el mal que nos han hecho. Debemos vencer
el mal con el bien.

En ocasiones no hay nadie que te hiera, te lastimas a ti mismo porque no


te perdonas, entonces, se ensaña el sentimiento de culpabilidad y no
hay necesidad de enemigos o del diablo porque te hundes solito. Al
devolver mal sólo vamos a aumentar el dolor, pero cuando se devuelve
bien por mal, se rompe el ciclo.

El Señor nos mandó a que seamos pacificadores. En el versículo 40 dice:


al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la
capa. Dios nos enseña que debemos ceder cuando alguien quiere hablar
mal de nosotros y criticarnos. En otras palabras, cuando alguien nos
maldice debemos bendecirlo.

En Efesios 4:31-32 dice: Quítese de vosotros toda amargura, enojo, ira,


gritería y maledicencia, toda malicia. Antes sed benignos unos con otros,
misericordiosos, perdonándoos unos a otros como Dios también os
perdonó a vosotros en Cristo Jesús.

Si te ha venido una ofensa y el Señor te ha mostrado quién te ha hecho


daño, debes perdonarlo hoy. Abre tu corazón, es tu día y tu momento
para ser diferente, que no haya obstáculos para que puedas recibir
instrucción y amor.

En una ocasión sin previo aviso en una reunión de líderes, le pedí a las
asistentes que escribieran por qué estaban en Cristo Jesús. Una de ellas
escribió que lo más hermoso que tenía era el Señor, dijo que debido al
alcoholismo de su padre su madre tuvo que salir del país, y su corazón
se endureció mucho. Vio su decisión como una abandono, y tuvo que
madurar rápido. Después de algún tiempo llorando en un rincón de su
cuarto oyó una voz que le decía: nunca has estado sola yo estaba
contigo. Después decidió irse a Estados unidos y tuvo un encuentro con
el Señor, como resultado de este pudo pedirle perdón a su mamá. Más
adelante, regresó a Guatemala porque Dios le habló de su padre. Hoy
sabe que aunque no está del todo bien, él es salvo. Tiempo después
decidió irse a un encuentro de su iglesia, y en el creyó las promesas que
Dios le dio. Quizás nadie había creído en ella, pero Dios y sus pastores sí.
Al final agregó: ...si de algo estoy segura es que amo a Dios y no
cambiaria mi amor por Él hasta la muerte.

Lo tremendo de este caso es que no es único. No te imaginas que los


líderes que están cerca de ti que tienen un testimonio así, y que han
salido adelante, han reconocido de dónde los sacó Dios, y han sido sanos
y restaurados por el Señor.

Si has tenido el problema de alcoholismo, te motivo a que entables una


conversación con tus hijos, pregúntales en que les has ofendido. Y si aún
lo tienes, toma la decisión de dejar ese problema hoy.

Puede que tu caso no sea ese sino el adulterio, el de los hijos fuera de tu
matrimonio ó el rechazo; pero sin importar cual sea el caso, es necesario
que salgas de el hoy. Debemos reconocer la fuente de esas heridas para
ser diferentes. Posiblemente las heridas que tienes no fueron provocadas
en la niñez, quizá esas ofensas vinieron a tu vida en el tiempo del
noviazgo, puede que hayan sido provocadas en la iglesia por un líder
espiritual que no creyó en ti. Quizá esas marcas tan profundas
provocaron que te encerraras en ti mismo, pero hoy quiero motivarte
para que sanes esas heridas que tienes que no pueden ser curadas con
metafe, con alcohol o escondido en tu habitación; esas heridas que
tienen que ser mostradas y curadas con la gente para que el Señor sea
glorificado en nosotros y podamos vivir con libertad.

El mejor ejemplo que tenemos de ello es Jesucristo mismo que siendo


maltratado, humillado y rechazado; recibió todo eso siendo inocente por
amor a nosotros. ¿Te imaginas toda la ira o rencor que podría tener
Jesús? Nadie a sufrido más que Él, pero tampoco nadie conoce la paz de
la misma manera en que Cristo la conoce.

Nuestro Señor conoce tu sufrimiento y te ha enseñado a tener un alma


saludable. Jesús no sólo te dio la libertad, también te enseñó a
disfrutarla. Si tienes heridas en el alma necesitas abrirle tu corazón a
Jesús. Si no conoces el amor de Dios este es el mejor momento para
hacerlo, ábrele tu corazón para que entre en el.

Si quieres recibir a Jesús en tu corazón ora y dile que perdone tus


pecados y te ayude a ser una persona nueva.
Crónicas de Ester

(Basado en el libro de Ester)

UNANOCHECONELREY

Cual libro histórico puesto en duda por siglos, se abre para mostrarnos a Cristo
y su persona.

Cual Rey y Señor gobierna todo lo creado teniendo dominio sobre todo

El rey Asuero desea mostrar sus riquezas y gloria durante 180 días a todos sus
principales gobernadores en todo el imperio, luego decide apartar siete días
maravillosos en el huerto de su palacio para todos los que vivían en la ciudad
Susa que era el centro y capital del reino.

¡Cuán maravilloso es el lugar y el momento...!

Estar en una comida con el rey, desde el menor hasta el mayor...

Todos reconocen su autoridad y dominio. El rey no deja de tener poder y gloria


por el hecho de abrir su palacio e invitar a todos al banquete en su huerto.
Todos reconocen su autoridad, menos una: La reina Vasti.
Ella, la reina, con toda la nobleza, con todos los derechos. Aquella, la hermosa
mujer, está haciendo un banquete paralelo para las mujeres de los príncipes y
rehúsa ir a la presencia del rey cuando es solicitada, desconociendo su
autoridad.

El rey estaba contento, el rey está con todos sus príncipes, pero eso no basta,
Él quiere mostrar a la reina, a su reina. Pero queda en vergüenza ante todos:
La reina desconoce su autoridad.
Hermanos y hermanas, esto nos recuerda al pueblo de Israel que tenía todo
para estar frente a su Señor, tenía todos los derechos de ser el pueblo
escogido, era simiente de grandes siervos del Dios altísimo. Aquel pueblo que
cobijó al Mesías bajo su seno engendrado por el Santo Espíritu, aquel pueblo
que vio una y otra vez la gloria y el poder de Dios se negó a reconocer su
autoridad, cayendo en soberbia, razón por la cual Dios los desechó de su
presencia. Pero nuestro Señor todo lo tenía planeado.
Aún alcanza su misericordia y se acuerda del hombre e insiste
asombrosamente en compartir su gloria con aquellos que anhelante lo esperan.

Preparativos para la aparición de Ester.

El rey Asuero decide no ver más el rostro de la reina, la aparta de su


presencia. Tiempo después se hacen los preparativos para la búsqueda de una
joven virgen que ocupara el lugar dejado.

¡El rey no quiere estar solo!

Lo más maravilloso, lo más sublime, es que nuestro Señor con toda su gloria y
magnificencia, siendo dueño del tiempo y de las oportunidades; teniendo
soberanía sobre lo visible e invisible, teniendo conocimiento de todo desde el
alfa hasta el omega decida compartir su amor y gloria.
¡Nuestro Señor no quiere estar solo!

Se hace limitado, se hace débil y vulnerable traspasando los tiempos y las


edades para estar con los que conformamos su amada. Pudiendo seguir siendo
perfectamente Señor y dueño en la plena manifestación de su poder.

La búsqueda

Las doncellas vírgenes que se iban a presentar al rey Asuero son buscadas en
todo su reino, desde cada provincia se traen a las escogidas a la casa de las
mujeres que se encontraba en Susa, capital del Reino.

En medio de todas las que reunían las condiciones, hay una joven huérfana,
una joven esclava, pero llena de gracia y hermosura. En los lugares donde
estuvo llamó la atención por su benevolencia y actitud.
En medio de la gran muchedumbre de candidatas le son dados alimentos y
atavíos y, al parecer, empieza a ser apartada desde el primer momento.
Le son enviadas siete doncellas especiales de la casa real para que la
preparasen y es trasladada a lo mejor de la casa del rey.

Nos conmueve el hecho que aquella huérfana representa a todos los que
hemos estado sin esperanza, sin presente ni futuro, teniendo un pasado que
no nos une a nada; sin embargo, empezamos a sentir que nuestro corazón
experimenta la vida, aquella vida traída desde la eternidad por la cual
empezamos a vivir y a ser atraídos hacia el Rey. Paso a paso, con victorias y
derrotas vamos acercándonos al momento en que debemos reconocer la
autoridad de nuestro Señor.
Nuestros interiores se conmueven al ver cada día que fuimos en algún
momento escogidos y apartados desde antes de todas las edades, para ser
presentados como una virgen pura y santa frente a nuestro Dios. Aleluya.
No teníamos ninguna esperanza pero Dios así lo quiso por el puro afecto y
designio de su voluntad.

"Y cuando llegaba el tiempo"

Podemos ver que el versículo 12 del capítulo 2 de Ester empieza con una frase
que me conmueve..."Y cuando llegaba el tiempo"
Dios es un Dios de tiempos, su palabra se cumple sí o sí. Sus promesas son
eternas...

Ester es presentada...

El recorrido de Ester hasta aquí ha sido el siguiente: Es traída a la casa de las


mujeres en la ciudad capital del reino, luego es traída a lo mejor de la casa. El
momento y el tiempo se está cumpliendo y ahora conforme a la costumbre,
Ester junto a otras empieza la fase final de su preparación.
"El tiempo de los atavíos", comprendía 6 meses con óleo de mirra y seis meses
con perfumes aromáticos y afeites de mujeres.
La preparación era completa. El óleo de mirra era un cosmético que se
utilizaba para embellecer el cabello y la piel, abarcando todo el cuerpo por
doce meses. Todas las candidatas se preparaban de la misma forma, pero una
sola, una sería la reina y sería llamada por su nombre por el rey.

Los doce

En las Escrituras, según muchos hermanos coinciden, el número 12 representa


gobierno. Por ello, podríamos aventurar que la doncella que pasara esos doce
meses intensos de preparación estaría preparada para gobernar.
En el caso de Ester fue así, desde que empezó su primer mes de preparación
empezó el tiempo para la presentación al rey.
Hemos dicho que nosotros fuimos escogidos desde antes de todas las cosas
para ser presentados frente a nuestro rey, desde antes de todas las cosas la
Escritura dice que fuimos adoptados. Al respecto nuestro hermano Cristian
Chen dice lo siguiente:

"En el mundo romano habían muchos esclavos, pero los esclavos no tenían
herencia. Imaginemos a alguien que es muy rico y tiene un hijo, herederos de
toda su casa. Un día, todo lo que es del padre va a ser suyo. De acuerdo con la
epístola a los Gálatas, cuando eran pequeños, el padre ponía a sus hijos con
los esclavos, pues habían esclavos que tenían mucho conocimiento, y que
llegaban a ser maestros de los hijos. Por esa razón, aunque el hijo era el
heredero de la familia, cuando era niño jugaba con los esclavos y era enseñado
por uno de ellos.
El hijo crecía en aquel ambiente. Sin embargo, estaba entre los esclavos, y al
verlo, las personas podían pensar que también era uno de los esclavos.
El padre tenía muchas haciendas; sin embargo al niño le era imposible
administrarlas. El padre tenía sus negocios, pero el hijo era muy pequeño y no
podía manejar los negocios de su padre. Por esa razón esperaba que su hijo
creciese. Cuando alcanzaba la mayoría de edad, el padre invitaba a todos sus
parientes y amigos y presentaba su hijo en sociedad, "El hijo "ya está
capacitado para ser responsable de todos los negocios y de la hacienda del
padre. "

Esta ceremonia es la filiación, así uno entiende el versículo de Efesios 1:5


"En amor habiéndonos predestinado para ser adoptados (filiación) hijos suyos
por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad".

"Nuestro Señor no nos ha llamado sólo para ser salvos"


"No basta solo con ser apartados, hay que cumplir la finalidad de todas las
finalidades: Estar con nuestro Rey de reyes"

Llega el momento

Las candidatas venían ataviadas desde la casa de las mujeres hasta la casa del
rey. Partían en la tarde y en la mañana volvían a la casa segunda de las
mujeres.
Cuando le tocó el turno a Ester el propósito de su preparación se cumplió. El
rey la amó más que a todas las otras mujeres y puso la corona real en su
cabeza, y la hizo reinar en lugar de la anterior reina que desconoció su
autoridad.

¡Qué maravilla!, estar en la presencia de nuestro Rey. Aquel que nos desea.
Así se cumplen las siguientes palabras:

"Oye, hija, y mira, e inclina tu oído;


Olvida tu pueblo, y la casa de tu padre;
Y deseará el rey tu hermosura;
E inclínate a él, porque es tu señor".
Salmos 45:10-11

La manifestación del enemigo


Muchos han coincidido que el levantamiento de Satanás en rebeldía frente a
Dios fue porque avizoró la futura gloria del hombre. Satanás vio que desde
antes de todas las cosas Dios nos había adoptado como hijos y juntos
conformaríamos a su amada. El levantamiento de Satanás es contra Dios,
contra su ungido y contra la Iglesia. Nos llama la atención que siempre buscó
gloria y adoración a través del nuevo testamento. Aquella gloria y adoración
que nunca tuvo en la eternidad, ahora la busca afanosa y destructivamente en
nuestra temporalidad.

Amán

Amán, un funcionario del rey Asuero, recibe más honra que todos los príncipes.
Por donde pasara se le tenían que hacer reverencias; sin embargo, Mardoqueo,
un judío, el cual era tío de Ester se niega a tal reconocimiento, razón por la
cual la ira de Amán es desatada y tras este desaire se propone la destrucción
de todo un pueblo: El pueblo judío.

Ester empieza a cumplir su llamado

La horca ya estaba preparada para asesinar a Mardoqueo, las cartas para


exterminar a los judíos en todo el reino ya estaban distribuidas, sólo faltaba
que llegara el día señalado.

Leemos en Ester 4:16


"Ve y reúne a todos los judíos que se hallan en Susa, y ayunad por mí, y no
comáis ni bebáis en tres días, noche y día; yo también con mis doncellas
ayunaré igualmente, y entonces entraré a ver al rey, aunque no sea conforme
a la ley; y si perezco, que perezca"

Ester, al tercer y maravilloso día, se viste con ropas reales y entra al aposento
real donde el rey estaba sentado en el trono. Aquello que antes le hubiera
significado la muerte, ahora cambia, y el rey le extiende el cetro de oro.

Nuestra sentencia

Antes de la muerte de Jesús la entrada al lugar santísimo era privada, solo una
persona y una vez al año podía entrar, pero ahora, como dice Hebreos 10:19-
20:
"Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la
sangre de Jesucristo.
Por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su
carne"

Al tercer día se nos extendió el cetro y pudimos entrar a la misma presencia de


Dios, el velo fue rasgado, y sólo ahora podemos alabar y adorar y contemplar
a nuestro Dios y exclamar como el salmista:
"Tu trono, oh, Dios, es eterno y para siempre;
Cetro de Justicia es el cetro de tu reino". Salmos 45:6

Aleluya
Aquellos que no teníamos ninguna posibilidad, aquellos que teníamos sentencia
de muerte sobre nuestras cabezas, podemos vestirnos de ropas reales y entrar
a la presencia del Rey de reyes. Porque Dios extendió el cetro que era símbolo
de protección o castigo, el cetro de oro. El oro, la naturaleza divina que recorre
nuestro ser.

Podemos entrar a la presencia del Rey con nuestras ropas reales por medio de
la resurrección de nuestro Señor.

Se acabó el luto de los tres días, el duelo interminable, el Rey de reyes abrió
las puertas de los tiempos para todos sus hijos.

El momento decisivo

Al entrar a la presencia del rey la reina le pide que asista a un banquete en su


honor. En medio de la alegría de este acontecimiento la reina le pide al rey que
asista a un segundo banquete, siempre en compañía de Amán. En esta
segunda oportunidad Ester denuncia las tramas de Amán y el rey Asuero lo
manda a matar.
Amán había sido descubierto. Después del primer banquete había sido puesto
en vergüenza al verse obligado a honrar a Mardoqueo y luego terminó siendo
destruido.
Recordemos ese día en que nuestro enemigo fue avergonzado y el hombre de
pecado crucificado. Toda la trama y poder del diablo, de aquel que tenía el
imperio de la muerte, fueron destruidos como dice Hebreos 2:14b:
"...él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al
que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo..."

No bastaba con la vergüenza de ver sus planes fracasar, ahora viene su


completa destrucción, la aniquilación de nuestro enemigo.

Victoria Final

Muchas veces nos preguntamos sobre la vida victoriosa de un cristiano y cómo


la puede alcanzar. En este caso, Ester sabía que la permanencia de su pueblo
dependía de la destrucción de todos sus enemigos. Es por eso que decide
nuevamente ir al rey.
Ya no está el luto de la primera vez, ya no hay distancias. Leemos en Ester 8:
3-4
"Volvió luego Ester a hablar delante del rey, y se echó a sus pies, llorando y
rogándole que hiciese nula la maldad de Amán agagueo y su designio que
había tramado contra los judíos.
Entonces el rey extendió a Ester el cetro de oro, y Ester se levantó, y se puso
de pie delante del rey"
Es tiempo de estar en la presencia del Rey de reyes con la actitud correcta.
Nuestra lucha no ha terminado, para algunos está empezando, como dice
Hebreos 10:12:
"pero Cristo, habiendo ofrecido una vez y para siempre un solo sacrificio por
los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios,
De ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puesto por estrado
de sus pies"

Ester logró su objetivo, Dios la llamó y preparó los tiempos para que fuera
reina y ella entendió cuál era su llamado y papel en la historia: ser el
instrumento para salvar al pueblo judío que permanecía esclavo en ese tiempo.
Ester pagó el precio y fue a la presencia del rey aun sabiendo que le podía
traer la muerte.

Las líneas de este libro son maravillosas:

Desde el principio al fin se ve el amor de Dios manifestado por su pueblo, y fue


sombra de lo que sería la relación con su Iglesia que somos nosotros. Dios nos
ama y nos desea.
¿Estás dispuesto a sintonizar con su llamado y ocupar un lugar en este tiempo
especial?
¿Estás dispuesto a salir de la inmadurez e ir hacia la filiación con Cristo?
¿Estás dispuesto a despojarte del pecado y vivir con las ropas reales que Dios
te ha dado?
¿Estás dispuesto a renunciar a este mundo, con sus deseos, sueños y metas
por estar en la presencia del Rey de reyes?
¿Quieres tener la victoria sobre tus adversarios?
¿Quieres experimentar, ver y vivir el amor entrañable que Dios ha derramado
desde antes de todas las cosas para tu vida?

...Entra a la presencia del Rey y no procures salir...

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