Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Concepto
Conceptos relacionados
I. CONCEPTO
El desistimiento es el abandono voluntario del proceso civil iniciadopor parte del demandante
o promotor del expediente. Por lo tanto, en una primera aproximación a esta institución,
podemos decir que nos encontramos ante la actuación de la parte que inició el proceso
encaminada a ponerle fin de forma anticipada.
Esa decisión que aborta, en cierto modo, el devenir del proceso ha determinado que parte de la
doctrina considere el desistimiento como una crisis procesal o forma anormal de terminación
del procedimiento, por contraposición a la que puede considerarse como forma normal de
terminación, que es el dictado de la correspondiente sentencia sobre el fondo del asunto, una
vez celebrado el juicio entre las partes litigantes. En verdad, lo que sucede es que al
exteriorizarse anticipadamente la voluntad de terminar el proceso resulta innecesaria la
continuación del mismo hasta el dictado de la sentencia.
La prueba civil a debate judicial
Joan Picó I Junoy, Xavier Abel Lluch y Berta Pellicer OrtizMás Info
La prueba caligráfica desde la visión práctica del jurista y del perito
Carlos Espino BermellMás Info
La práctica de la tasación de costas en el proceso civil
Alberto Martínez de SantosMás Info
Ley de Enjuiciamiento Civil comentada y con jurisprudencia
José Garberí Llobregat y Guadalupe Buitrón RamírezMás Info
La identificación y alegación de las cláusulas abusivas en los préstamos hipotecarios
Federico Adán DomenechMás Info
La protección del deudor hipotecario frente a las cláusulas abusivas
José Luis Fortea GorbeMás Info
Manual de actuaciones en Sala. Técnicas prácticas de los procesos de familia. 2ª edición
Purificación Pujol Capilla y Marta Sánchez AlonsoMás Info
Ejecución hipotecaria. Jurisprudencia del TJUE sobre las cláusulas abusivas
Prudencio C. Moreno TrapiellaMás Info
Aspectos registrales del proceso de ejecución. 3ª Edición
Rafael Rivas TorralbaMás Info
Acciones Civiles. 2ª Edición
Más Info
La reforma laboral a juicio de los Tribunales
Cristóbal Molina NavarreteMás Info
Biblioteca Básica Bosch. Serie Administrativa
Más Info
Biblioteca Básica BOSCH
Redacción Wolters KluwerMás Info
Ley reguladora de la Jurisdicción Social comentada y con jurisprudencia
Jesús R. Mercader Uguina (Director)Más Info
Vademécum de jurisprudencia procesal
Tomás Gui MoriMás Info
La nueva ejecución laboral
González, J./Escudero, J.F./Alférez, D.Más Info
El apartamiento, por parte del demandante, de un proceso civil que él mismo ha iniciado, haya
o no comparecido la parte contraria, solamente resulta posible en un proceso que esté inspirado
por el principio dispositivo, también llamado de oportunidad. Así se explica que la ley procesal
vigente regule el desistimiento al inicio de la misma, dentro del Capítulo IV del Libro I ("De
las disposiciones generales relativas a los juicios civiles"), intitulado como "Del poder de
disposición de las partes sobre el proceso y sobre sus pretensiones".
El principio dispositivo ha sido definido como "un poder de disposición sobre el ejercicio de la
acción y el objeto del proceso" (Grunsky). Así pues, un proceso civil estará regido por el
principio dispositivo cuando las partes son dueñas del derecho material que se discute en el
proceso; son absolutamente dueñas de la pretensión y, por ende, de la continuación del
procedimiento, y, por último, vinculan con sus pretensiones la actividad decisoria del juez
(Gimeno Sendra).
Como regla general, y sin perjuicio de lo que se dirá más adelante, nuestro proceso civil está
inspirado por el principio dispositivo. En este sentido, el artículo 19.1 de la ley procesal
vigente dispone que "Los litigantes están facultados para disponer del objeto del juicio y podrán
renunciar, desistir del juicio, allanarse, someterse a arbitraje y transigir sobre lo que sea objeto
del mismo, excepto cuando la ley lo prohíba o establezca limitaciones por razones de interés
general o en beneficio de un tercero". Los actos antes referidos, entre los que se encuentra el
desistimiento, "podrán realizarse, según su naturaleza, en cualquier momento de la primera
instancia o de los recursos o de la ejecución de sentencia" (artículo 19.3).
Una excepción expresa al principio dispositivo se contiene en el artículo 751 de la ley procesal
vigente, el cual se rotula como "Indisponibilidad del objeto del proceso" en relación con
algunos procesos especiales del Libro IV, y más concretamente, los procesos sobre capacidad,
filiación, matrimonio y menores. El mencionado precepto, después de indicar que "En los
procesos a que se refiere este título no surtirán efecto, la renuncia, el allanamiento ni la
transacción" (artículo 751.1), establece que el desistimiento requerirá la conformidad del
Ministerio Fiscal, excepto en una serie de casos que se enumeran a continuación (artículo
751.2). La exigencia de la previa conformidad del Ministerio Fiscal para validar el
apartamiento viene impuesta por la materia que constituye el objeto de dichos procesos,
reconocidamente de orden público por afectar a cuestiones indisponibles, como el estado civil
de las personas, y a intereses de menores necesitados de protección, en el caso de los
procedimientos que tienen por objeto la oposición a las resoluciones administrativas en materia
de protección de menores.
No obstante, y como el mismo precepto indica, existen algunos casos en que subsiste el
principio dispositivo y, pese a tratarse de uno de esos procesos del Título I del Libro IV, el
desistimiento no requiere la conformidad del Ministerio Fiscal. Tales supuestos son:
Al igual que en otros preceptos reformados por la Ley 13/2009 de reforma de la LEC también
en la tramitación del desistimiento es fundamental la intervención del secretario judicial, ya que
es él quien da por concluido el procedimiento mediante el dictado del decreto, que no auto por
el que da por concluido el mismo, cuando antes era el juez quien por medio de auto lo
acordaba. Así: señala el artículo 20.3 de la Ley de Enjuiciamiento Civilque:
"3. Emplazado el demandado, del escrito de desistimiento se le dará traslado por plazo de diez
días.
Mientras que la renuncia explicitada por el actor lo es "a la acción ejercitada o al derecho en
que funde (el demandante) su pretensión" (artículo 20.1), el desistimiento lo es "del juicio"
(artículo 20.2), entendiendo por tal ese concreto proceso entablado. Corrobora lo anterior el
hecho de que en caso de renuncia, "el tribunal dictará sentencia absolviendo al
demandado" (artículo 20.1) -no obstante, en caso de ser legalmente inadmisible, por prohibirlo
la ley o existir limitaciones por razones de interés general o en beneficio de un tercero, "se
dictará auto mandando seguir el proceso adelante"-, mientras que en caso de desistimiento, el
tribunal dictará "auto de sobreseimiento y el actor podrá promover nuevo juicio sobre el
mismo objeto", salvo que el demandado se opusiera al desistimiento en los casos en que se le
haya dado traslado del escrito de desistimiento del actor, en cuyo caso, "el juez resolverá lo
que estime pertinente" (artículo 20.3.III). Por lo tanto, aunque la renuncia y el desistimiento
son manifestaciones de voluntad del actor, en el primero de los casos se renuncia a la acción, lo
que conlleva una vinculación del tribunal sobre aquello que constituye el fondo del asunto, que
queda resuelto con autoridad de cosa juzgada material, mientras que en el desistimiento, el
proceso termina o se sobresee, dejando sin juzgar el fondo del asunto. La distinción de efectos
entre una decisión y otra viene evidenciada además por el hecho de que la renuncia se contenga
en una sentencia y el desistimiento en un auto.
El artículo 20.2 de la ley procesal civil vigente dispone que "El demandante podrá desistir
unilateralmente del juicio antes de que el demandado sea emplazado para contestar a la
demanda o citado para juicio. También podrá desistir unilateralmente, en cualquier momento,
cuando el demandado se encontrare en rebeldía".
Por lo tanto, partiendo de que la materia del proceso sea enteramente disponible, conforme a lo
dispuesto en el artículo 19.1 "in fine", la manifestación de desistimiento del actor dirigida al
tribunal antes de que el demandado sea emplazado para contestar o citado para juicio, o
cuando hubiera dado la espalda al proceso y se encontrara en situación procesal de rebeldía,
como sucede en el caso de que se no se personara en las actuaciones pese a haber sido
legalmente citado o emplazado, vincula al tribunal, en el sentido de que no requerirá de la
opinión ni menos de la conformidad del demandado para la terminación anticipada del proceso.
La resolución, que pone fin al proceso, revestirá la forma de auto decreto (arts. 206.2.2.ª y
20.3.II a fortiori).
V. EL DESISTIMIENTO BILATERAL
El artículo 396 de la ley procesal indica el pronunciamiento sobre costas que ha de hacerse
cuando el proceso termine por desistimiento.
En el caso de que el proceso terminara por desistimiento del actor, que no haya de ser
consentido por el demandado, aquél, esto es, el actor, será condenado a todas las costas
(artículo 396.1).
El artículo 450 contempla en su primer número el principio de que "Todo recurrente podrá
desistir del recurso antes de que sobre él recaiga resolución" (artículo 450.1), lo que
determinará la firmeza de la resolución que se pretendía combatir por el recurso, a causa de la
sobrevenida conformidad con la misma.
No obstante, en caso de ser varios los recurrentes, si solo alguno o algunos de ellos desistieran,
la resolución recurrida no será firme en virtud del desistimiento, pero se tendrán por
abandonadas las pretensiones de impugnación que fueren exclusivas de quienes hubieran
desistido (artículo 450.2).
Interesante a los efectos de fijar que la interposición de una demanda de la que después se tiene
por desistido al actor interrumpe la prescripción si su formulación llegó a conocimiento del
demandado es la Sentencia del Tribunal Supremo de 25 de mayo de 2010, rec. 1020/2005 en la
que se recuerda que el artículo 1973 CC , aplicable en materia de prescripción de acciones
personales, otorga el efecto de interrumpir el plazo de prescripción a la interposición de una
reclamación judicial, como acto de naturaleza conservativa que tiene como finalidad la defensa
del propio derecho (Sentencias del Tribunal Supremo de 11 febrero 1966,11 marzo 2004 y 30
de septiembre de 2009).
Como indica la Sentencia del Tribunal Supremo de 30 de septiembre de 2009, rec. 2209/2004,
la doctrina civilista ha estado dividida desde la publicación del CC acerca del efecto interruptor
de una demanda que después se retira. La tesis de la negación de tal efecto fue la tradicional,
porque se consideraba que abandonar el pleito o dejarlo caducar podía significar dos cosas: o
que se reconocía que no se tenía derecho, o que se había producido una negligencia en la
reclamación. La doctrina más moderna considera, sin embargo, que se ha producido la
interrupción, al haberse ya ejercitado la acción. El TS ha venido manteniendo una tesis mixta
entre las dos descritas, de acuerdo con la cual, si la demanda había sido ya comunicada a la
parte demandada, de modo que ésta conocía la reclamación, se habría producido el efecto de la
interrupción.
El fundamento de este criterio está en que, para que opere la interrupción de la prescripción, es
preciso que la voluntad se exteriorice a través de un medio hábil y de forma adecuada, que debe
trascender del propio titular del derecho, de forma que se identifique claramente el derecho que
se pretende conservar, la persona frente a la que se pretende hacerlo valer y que dicha voluntad
conservativa del concreto derecho llegue a conocimiento del deudor, ya que es doctrina
reiterada que la eficacia del acto que provoca la interrupción exige no sólo la actuación del
acreedor, sino que llegue a conocimiento del deudor su realización (Sentencias del Tribunal
Supremo de 13 de octubre de 1994, rec. 2177/1991; 27 de septiembre de 2005, rec. 433/1999;
12 de noviembre de 2007, rec. 2059/2000).