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En el fracturamiento hidráulico, se bombean dos sustancias principales en un

pozo: apuntalantes y fluidos de fracturamiento. Los apuntalantes son partículas


que mantienen abiertas las fracturas y preservan los trayectos recién formados
para facilitar la producción de hidrocarburos.
Las partículas se clasifican cuidadosamente en cuanto a tamaño y esfericidad
para formar un conducto eficiente, o empaque apuntalante, que permite que los
fluidos fluyan desde el yacimiento hasta el pozo.
Los tratamientos de fracturamiento consisten en dos etapas principales de fluido:
1. La primera etapa, o etapa de colchón, no contiene apuntalante.
El fluido se bombea a través de los disparos de la tubería de revestimiento con
una tasa y una presión suficientes para romper la formación y crear una fractura.
2. La segunda etapa, o etapa de lechada de apuntalante, transporta el
apuntalante a través de los disparos hacia la fractura abierta. La fractura se cierra
sobre el apuntalante cuando cesa el bombeo y mantiene el apuntalante en su
lugar durante el reflujo del fluido de fracturamiento en el pozo y también durante la
producción de hidrocarburos.
Para romper la roca en el intervalo objetivo, la presión de iniciación de la fractura
debe exceder la suma del esfuerzo principal mínimo y la resistencia a la tracción
de la roca. Para hallar la presión de cierre de la fractura, los ingenieros dejan
que la presión descienda hasta que indica que la fractura se ha cerrado
nuevamente (arriba). Luego, hallan la presión de reapertura
de la fractura mediante la presurización de la zona hasta que la nivelación de la
presión
indica que la fractura se ha reabierto.
Las presiones de cierre y reapertura son controladas por el esfuerzo de
compresión principal mínimo. Por consiguiente, las presiones inducidas de fondo
de pozo
deben exceder el esfuerzo principal mínimo para extender la longitud de la
fractura.
Después de iniciar la fractura, los ingenieros presurizan la zona para el tratamiento
de estimulación planificado. Durante este tratamiento, la zona se presuriza hasta
la
presión de propagación de la fractura, que es mayor que la presión de cierre de la
fractura. La diferencia entre ambas es la presión neta, que representa la suma de
la
caída de la presión por fricción más la resistencia a la propagación de la punta de
la
fractura.
CÓMO MANTENER ABIERTAS LAS FRACTURAS
La presión neta controla el crecimiento de la fractura y mantiene separadas sus
paredes, generando un ancho suficiente para permitir el ingreso de la lechada de
fracturamiento compuesta de fluido y apuntalante; sólidos que mantienen abierta
la fractura después de que se interrumpe el bombeo.
Una vez detenido el bombeo, las presiones existentes dentro de una fractura
decrecen a medida que los fluidos fluyen de regreso al pozo o bien se pierden en
la roca yacimiento. Esta caída de presión permite que la fractura se cierre
nuevamente. Para asegurar que las fracturas permanezcan abiertas, los
ingenieros inyectan materiales adicionales, cuyo uso depende de la litología. En
formaciones de areniscas o lutitas, inyectan apuntalante —arena o partí- culas con
un diseño de ingeniería especial— para mantener las fracturas abiertas.

En las formaciones carbonatadas, bombean ácido en las fracturas para atacar la


formación generando una rugosidad artificial. El tratamiento de estimulación
finaliza cuando los ingenieros concluyen su programa de bombeo planificado o
cuando un incremento repentino de la presión indica que se ha producido un
episodio de arenamiento. Un arenamiento es un bloqueo causado
por una obturación —acumulación, aglutinamiento o alojamiento— de apuntalante
a través del ancho de la fractura, que restringe el flujo de fluido hacia la fractura
hidráulica.

Presiones durante la fractura

Durante una operación de fractura hablamos de presiones. Estas presiones


representan diferentes términos que deben ser definidos. Llamamos presión de
fractura a la presión dentro de la fractura, justo después de los punzados. En
superficie medimos el caudal de inyección, la densidad de la lechada, la presión
en la línea de bombeo y cuando se puede la presión en casing. Es muy raro tener
sensores para medir la presión de fondo, y aun más en tiempo real. Generalmente
la presión de fondo es calculada en función de los datos anteriores. La evaluación
de una operación se base en la interpretación de esta presión de fondo calculada
o medida. La presión de fondo es la presión de superficie, más la presión
hidrostática, menos todas las fricciones del sistema. Las fricciones son estimadas
según datos teóricos.

Donde:
Pfrac = Presión de fractura
Psup = Presión de superficie
Phyd = Presión hidrostática
Pfric tub = Presión de fricción

En un grafico típico de la presión de fondo (Figura 2) vemos que al inicio del


bombeo la presión sube hasta que se rompa la formación: Es lo que se denomina
presión de ruptura (rupture pressure). Después la presión se "estabiliza", en este
momento tenemos la presión de propagación, o de extensión, de fractura (Pext).
Una vez parado el bombeo, no hay más fricciones en el sistema, y la presión de
fondo es igual a la presión de superficie más la presión hidrostática. La presión así
calculada es la presión adentro de la fractura (siempre y cuando hay una buena
comunicación pozo-fractura), es lo que llamamos ISIP, Instant Shut In Pressure.

Fig. 2. Presiones observadas durante el bombeo de fluido de fractura

Donde:
ISIPsup = Instant Shut in Pressure

Cuando paramos el bombeo, la fractura esta todavía abierta y el fluido que se


encuentra adentro pasa lentamente en la formación por efecto de la perdida de
fluido (leak off), lo que implica una disminución de la presión. Una vez que el fluido
de fractura filtro a la matriz las dos caras empiezan a tocarse, es el punto de cierre
de la fractura. Después de este momento el fluido que invadió la vecindad de la
fractura sigue difundiéndose en el reservorio y la presión sigue disminuyendo
hasta estabilizar en la presión de reservorio. El mecanismo de disminución de
presión cambia, y el punto de cierre puede ser visto como un quiebre en la
pendiente de la presión. Si hay agente de sostén en la fractura las caras se
apoyaran sobre el agente de sostén antes del cierre. Entonces la determinación de
la presión de cierre debe hacerse, en lo posible, con un bombeo sin agente de
sostén.

Tip screen out Un tratamiento de fractura, común donde se necesita una alta conductividad de flujo
de fractura. Se aplican presiones muy altas y cargas de apuntalante muy altas cerca del final de un
tratamiento de fractura donde la punta de la fractura ha dejado de crecer debido al puenteo del
apuntalante en la caída de la fractura debido a la deshidratación (fuga de líquido fraccional).
Una condición que ocurre cuando los sólidos transportados en un fluido de tratamiento , como
el apuntalante en un fluido de fractura, crean un puente a través de las perforaciones o área de flujo
restringido similar. Esto crea una restricción repentina y significativa al flujo de fluido que causa un aumento
rápido en la presión de la bomba .

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