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Si “nuestra vida está escondida con Cristo en Dios” y si “ya no vivimos


nosotros, sino Cristo en nosotros” (Col 3,3; Gál 2,20) ¿Dónde queda lu-
gar para nuestra creatividad?
La respuesta está en que se forme el Reino de Dios dentro y fuera nues-
tro. Cada uno está llamado a crecer hasta la “statura de Cristo” (Ef 4,13).
Y esta estatura nos es la misma para todos. Si Dios no se repite en la Curso ‐ Taller
creación vegetal y animal, menos se repite en la creación del hombre y
en la plenitud de gracia a que cada uno es llamado en Cristo. Así, cada
uno está llamado a la estatura de su Cristo (Fig 15); es decir cada hom-
bre está llamado a reflejar a Cristo de una manera singular, irrepetible,
“PARA NACER DE NUEVO”
irreemplazable dentro del plan de Dios. Esta plenitud es inalcanzable
con las solas fuerzas humanas. Es obra de Dios, en que somos colabo- Sanación espiritual y psicológica
radores.

Fig. 15

Es la obra más hermosa e importante de nuestra vida, cooperar con


creatividad para que “se forme Cristo en nosotros” (Gál 4,19). Solamente
así seremos “servidores buenos y fieles” para el servicio de nuestros
hermanos.

Reflexión
1.- ¿Qué es para mí entregarme a Cristo?
2.- ¿Qué señales descubro de que no estoy enteramente entregado?
3.- ¿En qué advierto un verdadero deseo de entregarme a Cristo?

Servicio de
Evangelización Dosmil
Jujuy ‐ Argen na
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EN EL PLAN DE DIOS Cada círculo representa la vida o mundo propio de cada hombre. En (a)
1 - UNA ANTROPOLOGIA REVELADA tenemos al hombre, centro de un mundo en que Cristo no tiene lugar. Es
el egocentrismo total.
La antropología estudia al hombre, con sus costumbres, creencias e insti-
tuciones. Es sumamente interesante el acervo de conocimientos que se En (b) tenemos al hombre que da a Dios mucho de su vida (cumple los
ha reunido sobre el hombre. mandamientos, reza, recibo los sacramentos, da generosamente, etc.),
pero sigue siendo él, el centro de su propia vida. Da a Dios lo que él quie-
Pero más interesante es considerar la visión que Dios mismo tiene del
re darle. Es el egocentrismo parcial.
hombre: la ubicación que le dio en su universo y en la historia, el juego
de la libertad humana en su relación con las iniciativas de Dios, la estruc- En (c) tenemos al hombre que ha hecho de Cristo el centro de su vida,
tura del hombre, sus conflictos interiores, los obstáculos que se originan porque busca la voluntad de Dios y no la propia. Con San Pablo recuerda
en el mismo hombre para hacer un camino hacia Dios. “Ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí, pues si vivi-
mos, vivimos para el Señor, y si morimos, morimos para el Señor, porque
Esta visión que Dios tiene del hombre, es una antropología revelada a
sea que vivamos o que muramos, somos del Señor” (Rom 14,7-8).
nosotros en la Biblia. Subyace a toda otra antropología. Condiciona todo
trabajo que el hombre quiera emprender para conocerse y crecer. En este caso aunque haya sectores de nuestro ser que todavía no están
enteramente entregados (por ej. Tendencias profundas, reacciones es-
A.- Un lugar en el universo pontáneas, etc.), Cristo es aquí el centro de nuestra vida. Hay un Cristo-
centrismo imperfecto.
La Biblia nos revela que Dios creó todo el universo con amor y sabiduría
inmensos. "Amas a todos los seres y no aborreces nada de lo que has En (d) tenemos el límite de entrega a que somos llamados, y que será
hecho" (Sab 11, 21 ). Y clama la Sabiduría: "Cuando Yahveh formaba los nuestro estado de bienaventuranza eterna. Allí Dios será “todo en todos”.
cielos, allí estaba yo ... cuando establecía los fundamentos de la tierra, Solamente allí podremos decir con toda verdad que “amamos al Señor
con él estaba yo ordenándolo todo" (Prov 8, 22,27; 29-30). con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas, con todo
nuestro ser” (Lc 10,27).
El Génesis describe esta ordenación: el universo inanimado como plata-
forma que sostiene todo lo demás; el mundo vegetal, como segundo ni- Estos esquemas nos ilustran el seguimiento de Cristo: no se trata de dar-
vel de perfección, con vida que crece, se adapta, se multiplica; e! reino le mucho de nosotros (tiempo, dinero, amor, trabajo, etc.) sino de darle
animal en tercer nivel: gracias a una sensibilidad consciente; el hombre todo. Tampoco se trata de elegir nosotros cómo le damos ese todo, debe-
en un cuarto nivel: el de la inteligencia y la voluntad libre; que lo aseme- mos ponernos a sus órdenes, disponibles a su voluntad. Él debe ser el
jan a Dios. centro y el Señor de nuestras vidas.
La Biblia también nos revela que toda la creación tiene un centro: Cristo, c.- Docilidad al Espíritu. Resulta útil contraponer la posición cristiana a
"la imagen del Dios invisible, primogénito de toda creatura, ya que en él la posición racionalista. Antiguamente se comparaba al hombre con un
todo fue creado, en los cielos y sobre la tierra, los seres . visibles como coche con caballos en que hay cuatro elementos: el coche material y pe-
también los invisibles ... Todo fue creado por él y para él; él está antes de sado (el cuerpo, con su pesadez e inercia); los caballos (las pasiones y
todo; y todo se mantiene en él" (Col 1, 15-17). tendencias impulsivas); el cochero (la sensibilidad, las emociones cam-
biantes conque reaccionamos) y el dueño del cocho (está dentro, atrás,
Y (lo que más nos interesa) en el plan de Dios el está hombre invitado a
es la voluntad racional). No había dudas de era la voluntad racional la
formar un cuerpo con Cristo recibiendo de él, mediante el Espíritu Santo,
que debía imperar.
una vida, superior a la propia de la naturaleza humana.
Para el cristiano, tampoco debe gobernar la voluntad racional autónoma,
¿Qué es un cuerpo? Algo que se mantiene en su forma. No llamamos
sino el espíritu del hombre, guiado por el Espíritu de Dios, porque el hom-
cuerpo a una cantidad de agua que se echa en el suelo y se desparrama,
bre “es de Cristo, y Cristo de Dios” (Jn 3,8; Rom 8,14; 1Cor 3,23).
ni tampoco a un volumen de gas que se disipa en el aire. Una piedra es
un cuerpo, porque hay en ella una energía de cohesión que la mantiene d.- Cristocentrismo y creatividad humana. Hay en el hombre un llama-
en su forma sin derramarse ni esfumarse. do a ser creador en muchos órdenes de cosas: engendrando hijos, pro-
duciendo obras de arte, organizando empresas, etc. La aspiración a la
En el cuerpo humano tenemos una multitud de células que se mantienen
autonomía está relacionada con este impulso creador.
unidas y formando un todo, gracias al alma que da forma al cuerpo. A la
hora de la muerte, cuando el alma se separa ya no tenemos cuerpo hu- Pareciera que el Cristocentrismo será contrario a la creatividad humana.

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que pudiéramos contemplarlo. El amor de Dios por los hombres no tiene mano, sino un cadáver que se va descomponiendo.
mejor retrato que en Jesús: su misericordia, su sabiduría, su poder…. ¿Y el Cuerpo de Cristo del que formamos parte? Jesús lo comparó a una
Pero también Dios es humilde y manso, tierno, delicado, servidor como vid. La raíz, el tronco, las ramas de un árbol forman un cuerpo, cuya fuer-
Jesús, que lava los pies de los discípulos, llora ante la tumba de Lázaro. za de cohesión es un principio de vida vegetal. San Pablo comparó el
b.- Jesús afirma “Yo Soy el camino… Nadie llega al Padre sino por Cuerpo de Cristo a un cuerpo humano: Jesús sería como la cabeza y
mí” (Jn 14,6). Si Cristo es el único camino, hemos de entrar por él, es nosotros los miembros. Una misma vida circula por el cuerpo y lo mantie-
decir, creer, confiar, seguirlo, entregarle nuestro destino… todas éstas ne unido, vivo, en desarrollo. El principio vital del Cuerpo de Cristo es el
son expresiones que procuran indicar la naturaleza de nuestra fe en él. Espíritu Santo, comunicado por Cristo, Cabeza a todos los miembros.
Es muy afín de la confianza: “Confiad, yo he vencido al mundo” (Jn El Cuerpo de Cristo es una realidad, no perceptible a nuestros sentidos,
16,33). “El que cree en mí tiene vida eterna” (Jn 6,47). pero más real que las cosas que vemos y tocamos. Y aquí tenemos
c.- Permanecer en Cristo. Cristo es el único camino, porque nuestra sal- nuestro lugar en el universo. Nuestra ubicación es en Cristo, y él es el
vación está en nuestra unión con él, con su cuerpo en el cuál hemos centro del universo.
muerto y resucitado con él (Col 2, 12; 2,178; 1,20). Por esto Jesús insis-
te que permanezcamos en él, como la rama unida al tronco. Nuestra B.- Un lugar en la historia
permanencia debe ser vital, libre, progresiva. Sin él nada podemos hacer Tomemos ahora el curso de la historia. El comienzo del universo data,
(Jn 15,1-16). quizás, de unos trece mil millones de años; y la existencia del hombre
d.- La opción fundamental ya no es pecado o Dios, sino egocentrismo o sobre la tierra data, quizás unos quinientos mil años.
Cristocentrismo. Perder la vida por Cristo y su Evangelio, es vender todo La revelación nos habla de la rebeldía del hombre ante su Creador: es el
lo que tenemos para asegurar el tesoro del Reino. pecado de Adán, por el que entraron al mundo el pecado y la muerte
(Rom 5,12). Después se nos revela el llamado de Abraham y la elección
D.- Aspectos psicológicos de un pueblo, llamado a ser el pueblo de Dios (Ex 6, 7).
a.- Patria y hogar. El ambiente del hogar es fundamental en el desarro- La historia del pueblo de Dios tiene una dirección, un sentido: apunta ha-
llo psicológico del hombre. La estabilidad del lugar, del ambiente, de la cia Cristo, el Ungido de Dios que salvará a su pueblo y a todos los pue-
familia es necesaria. El niño necesita sentir que pertenece a un grupo blos. Cristo es el Centro de la historia: "Así como en Adán todos mueren,
familiar en el que es plenamente aceptado tal como es. así también en Cristo todos tendrán vida" (1 Cor 15, 22).
Más estable que cualquier lugar o familia es el Cuerpo de Cristo. No Tenemos, pues, ubicado al hombre en el espacio del universo y en el
responde tan natural y profundamente como el hogar en que se nace y tiempo de la historia: Cristo es nuestra ubicación. Pablo repetirá muchas
crece, pero gracias a la fe, puede llegar a ser un verdadero hogar y pa- veces la expresión "en Cristo" y declarará que "la voluntad de Dios es ...
tria, más firme y completo que el hogar familiar. reunir todo el universo bajo una misma Cabeza que es Cristo (Ef 1, 9-10).
b.- Entrega a Cristo. Para llegar a vivir en Cristo y sentir que la propia Esta doble ubicación del hombre se ilustran con los esquemas siguientes
vida es Cristo (Flp 1,21), es necesario que la opción fundamental por (figs. 1 y 2). En la figura 1 aparece la humanidad en el nivel más alto de
Cristo sea una realidad siempre progresiva. la creación material. Pero la humanidad entera está llamada a trascender
su misma naturaleza para entrar a formar parte de Cristo, incorporándose
Los siguientes esquemas ayudan a comprender lo que es esta entrega a
en su Cuerpo y "permaneciendo en él" (Jn 15, 4). Permaneciendo en
Cristo (Fig 14).
Cristo, entramos en comunión con Dios (Vea Jn 14, 6; 15, 5; 17, 26).
Fig 14 Padre 
Espíritu 
Fig. 1 Hijo 
Jesús  ‐ la humanidad en Cristo 
‐ mundo humano 
‐ mundo animal 
‐ mundo vegetal 
(a) (b) (c) (d) ‐ mundo mineral 

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Si miramos la Historia de salvación, descubriremos de nuevo que el lugar A.- Oración Cristocéntrica
del hombre está en Cristo (Fig. 2) Lo esencial de la oración es la comunicación con Dios, una experien-
cia de encuentro, un contacto YO-TÚ. Mientras no se de ese encuentro y
Fig. 2                                    Cristo  contacto, no hay oración.
‐  La oración “se produce” entre dos y con cooperación de los dos. Yo
Creación      Pueblo de           Iglesia                          Re‐generación  no puedo producir el encuentro sin la gracia de Dios. Dios puede, pero no
“Génesis”    Dios                     Reino de Dios              Gloria eterna     suele imponer un contacto sí, de mi parte, no lo pido, deseo o busco.
A partir de esto, podemos comprender que la oración puede “producirse”
Toda la historia tiene como centro a Cristo. El es nuestra salvación, en él en la recitación de salmos u otros textos escritos, en el canto, andando por
estamos "muertos y resucitados; nuestra vida está escondida con Cristo la ciudad, en el trato con otras personas., aún en medio de un trabajo inte-
en Dios. Cuando se manifieste el que es nuestra vida, Cristo, entonces lectual. Porque la comunicación es a nivel de espíritu (con muchas reso-
nosotros también gozaremos con él de plenitud do gloria" (Col 3,1-4). nancias no-conceptuales de nuestro ser). Pero siempre será necesario
Volvemos a la misma realidad: el hombre tiene su lugar en Cristo, está que consagremos períodos de tiempo exclusivos para nuestra bús-
llamado a ser el coronamiento del universo material, no por su sola natu- queda de Dios. Es digno y justo que hagamos esto de parte nuestra. Él,
raleza, sino elevado a la unión con Cristo, quien nos vincula a Dios. por su parte, es soberanamente libre para tocarnos cuándo y cómo quiera.
Nuestra oración es necesariamente Cristocéntrica porque nada podemos
c.- Libertad humana y gracia sin Cristo, y sólo en Cristo tenemos acceso al Padre (Ef 2,18).
En esta vinculación con Dios: ¿cómo juega en ella la libertad humana? Hay personas que claman a Dios sin pensar explícitamente en Cristo, pero
aún en estos casos, la oración es oída y aceptada por Dios “en Cristo Jesús”.
San Agustín escribió: "El que te creó sin ti, no te salvará sin ti" (afirmando Los cristianos tenemos el privilegio de conocer la raíz de este misterio.
la necesidad de la colaboración libre del hombre); y también: "Señor, da-
me lo que pides y pídeme lo que quieras" (recordándonos la necesidad
de la gracia de Dios para responder a sus mandatos y sus invitaciones). B.- Misterio y mística
San Pablo nos enseña la iniciativa de Dios (Ef 2, 1 O; Flp 1, 6); la res- Muchos son los secretos de Dios “ocultos desde todos los siglos” que
puesta activa o colaboración con sus invitaciones (1 Cor 3, 8-9); la gra- nos han sido revelaos por Cristo. Queda por saber infinitamente más.
cias que hace posible esta colaboración (2 Cor 3, 5). Nuestra mente limitada no abarcará nunca todo el misterio de Dios.
En Flp 2, 13 se resume todo en esta frase: "Porque Dios, por su buena Muchos son las grandes maravillas que Dios nos ha comunicado: la ver-
voluntad, es el que produce en vosotros así el querer como el hacer". dad de su ser Trino y Uno, el amor con que se encarnó en nuestra natu-
En la figura 3 se representan los principales pasos en esta relación de raleza; la manera con que se solidarizó con nuestro pecado y sufrimiento
Dios con el hombre. para salvarnos; la comunicación de su Espíritu que nos vitaliza con una
nueva vida en Cristo y nos asocia a la prolongación del sacrificio reden-
Fíg. 3 tor…
El cristiano que vive la realidad de los misterios es un místico. No basta
conocerlos intelectualmente, se necesita que para nosotros sean más
reales que el sol que nos ilumina o el suelo que pisamos. El místico no
se despega de la realidad terrenal, la incluye en un contexto más rico.
Vive lo terreno en medio de nuevas dimensiones.
Este esquema nos ayuda a distinguir:
1.- La iniciativa de Dios, "según su buena voluntad". Puede ser un man- C.- Cristo imagen del Padre
damiento ("amarás a tu prójimo") o una invitación… Este misterio revelado por Jesús, puede transformar nuestra vida.
2.- Produce en el hombre una moción (o deseo) del bien, una moción pa- a.- Jesús es revelador del Padre. “El que me ha visto ha visto al Pa-
ra rechazar el mal. dre” (Jn 14,9). Jesús es la imagen perfecta de Dios, en cuanto Dios quiso

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- la experiencia adquirida por la ofensa. Quizás se descubrió algo que 3.- El hombre se decide libremente con un sí o no ante la inspiración de
debe tomarse en cuenta para el futuro. Si descubro que un compañero Dios. No falta la asistencia divina, pero no anula la libertad del hombre.
de trabajo me ha robado, debo cuidar un poco mejor mi dinero en ade- 4.- La decisión incluye una petición (explícita o implícita) de gracia de
lante. Dios para realizar lo que hemos decidido.
d.- También es necesario recordar que hay tres tipos de "ofensores", pa- 5.- Dios bendice con una gracia.
ra los cuales debemos ejercitar misericordia.
6.- Capacita para llevar a cabo la decisión. Toda intervención y ayuda de
Lo más común es pensar en el perdón a otro hombre; pero también es Dios se llama "gracia", porque es un don gratuito que consiste, no en una
necesario, en muchas ocasiones, el perdón a sí mismo (la aceptación cosa, sino en la acción del Espíritu Santo en nosotros. "Todo lo que po-
plena de nuestra historia, de nuestros pecados, de nuestras limitaciones demos hacer viene de Dios" (2Cor 3, 5).
y deficiencias). Es muy propio de nuestra vanidad el negarnos, en fa ilu-
Se ha escrito sobre "el camino de respuesta". La vida del hombre es un
sión de una vida intachable. Perdonarnos es aceptar la de nuestro peca-
camino de constante respuesta a Dios: respuestas flojas, negativas, o
do y mirarnos con misericordia, como nos mira Dios. El ejercicio de este
bien respuestas positivas, generosas. Estamos interpelados continua-
perdón es un ejercicio de verdadera humildad y objetividad.
mente por lo que sucede a nosotros cada día, por le que vemos y oímos.
A veces es necesario "perdonar" a Dios (desarmar nuestro resentimiento Es Dios quien nos está hablando de muchas maneras y esperando nues-
contra EI, aceptando en fe todo lo que El ha permitido en mi vida). Es tras respuestas.
frecuente una amargura respecto a Dios: ¿por qué me quitó mi padre,
En el plan de Dios está este diálogo constante. Es una realidad funda-
madre, hijo o hija, marido o esposa? ¿Por qué me dio una vida tan dura?
mental de la antropología revelada.
¿Dónde está la justicia y el amor de Dios si permite tantos sufrimientos?
Son comprensibles estos sentimientos, pero debemos subir al plano de
la fe y creer que Dios quiere que "todo conduzca al bien de los que le D.- Aspectos psicológicos
aman" (Rom 8, 28), y que le "demos siempre gracias por todo" (Ef 5, 20). ¿Qué repercusión tendrá en el desarrollo psicológico del hombre, esta
e.- Por último recordemos que Jesús nos dio fa capacidad de atar y visión de Cristo como centro de la creación y de la historia?
desatar en su nombre, y de liberar y liberarnos. Cuando un cristiano ·vive a.– Conocer el propio origen es muy importante para la estabilidad sico-
realmente en Cristo, puede invocar su nombre y actuar con su autoridad. lógica. Las personas que no conocieron a sus padres necesitan saber
Con esta autoridad puede cortar amarras y expulsar demonios" (Mc 16, cómo fueron. Buscar las raíces de la existencia afirma la identidad.
17) de sí mismo y de otros. Las raíces humanas son de primera importancia, pero la raíz debe com-
pletar (y aun suplir) la imperfección de las raíces humanas. ¿Cuál es mi
REFLEXION raíz más íntima? ¿Qué sentido tiene mi vida en este vasto universo, y en
1. ¿Cuáles son mis principales cautiverios? esta historia en que todo parece terminar y ser olvidado?
2. ¿A quiénes quiere el Señor que yo perdone ahora? El lugar en Cristo, mi aceptación en su Cuerpo, me da la conciencia de
3. ¿Cómo sería mi vida libre de murmuraciones, quejas y autojustificación? ser un valor, de tener una función ahora y en la eternidad, con respecto a
Dios y a mis hermanos de todos los tiempos.
b.· La visión del hombre en el plan de Dios, me transforma la imagen de
Dios. No es un ser abstracto, lejano, frío, insensible a mí. Es un Creador
que me toca en cada partícula de mi ser, que me sostiene en la existen-
ORACIÓN CRISTOCÉNTRICA cia con inmenso amor.
8.- CRISTO IMAGEN DEL PADRE La vida espiritual no es un legalismo (cumplimiento de preceptos), ni una
Veamos sucintamente la línea de comunicación con Dios. imposición violenta y arbitraria. Es una invitación a responder a las inicia-
tivas de Él, y a entrar cada vez más en una intimidad sólo posible porque
Realmente hay comunicación con Dios en la contrición y la conver- Él es siempre fiel en su amor. Él me habla en lo más íntimo de mi ser.
sión, también en la súplica de una sanación o liberación. Pero todo (Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes núms. 14, 16).
eso tiene una referencia a la purificación propia. Aquí, se trata de una
nueva relación con Dios, de búsqueda, de alabanza, contemplación. c.- La imagen de Dios que nace de una experiencia de su amor, es fun-

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damental para encarar el problema del mal. El pecado y el sufrimiento los presiones exteriores e interiores sobre su voluntad, que no se encuentra
tenemos dentro de nosotros y alrededor de nosotros, no los comprende- libre. Cualquiera que sea la decisión que tome, puede suponer motivacio-
remos nunca si partimos de ellos y nos preguntamos: ¿Cómo puede ha- nes que le son inconscientes. Es necesario un rumbo objetivo que lo libre
ber un Dios que permite esto? de incertidumbres. Ante ese rumbo toman forma los diversos cautiverios,
Pero, si partimos de la visión de fe comprenderemos que aquí hay un y puede el hombre pedir auxilio a Dios y combatirlos. La libertad se ejer-
misterio del respeto de Dios por la libertad humana y por todas las conse- ce en la fidelidad repetida y siempre más total para con el rumbo libre-
cuencias de un mal uso de esa libertad. También comprenderemos la mente emprendido.
misericordia de Dios, su voluntad salvadora, los extremos de su amor en b.·. Uno de los principales cautiverios es el resentimiento. Para compren-
la manera como quiso salvarnos. der su mecanismo ayuda el esquema de la figura.
Es de suma importancia en el desarrollo psicológico, la imagen que ten-
gamos de Dios. Fácilmente proyectamos en él las heridas de la infancia, Fig 13
causadas en las relaciones con nuestros padres.
La familiaridad con Dios y el trato fácil con Él irán sanando y fortaleciendo
todo nuestro ser.

Reflexión
Unas preguntas ayudarán para reflexionar sobre esta enseñanza:
1.-¿Cómo siento yo mi lugar en el universo y en la historia? El juicio condenatorio y el resentimiento (que lo mantiene) separan al
2.-¿Qué significa para mí estar "en Cristo"? ofendido del ofensor. El ofendido se levanta con el papel de juez, defen-
3.-¿Qué ejemplos puedo dar de mi diálogo y de mis respuestas a Dios? sor del orden y de la justicia, acreedor que tiene derecho a un desagravio
y una reparación. El ofendido deprime al ofensor condenándolo a la si-
tuación reo, ofensor del orden y da la justicia, obligado a hacer repara-
ción. El ofendido retiene así una "superioridad" sobre el ofensor. Perdo-
2.- LA ESTRUCTURA DEL HOMBRE narlo será renunciar a un derecho y renunciar .a su superioridad. Será
A la visión que Dios tiene del hombre pertenece no sólo su lugar en el liberar al ofensor y elevarlo al mismo tiempo. Ambos quedarán en un mis-
universo y en la histona, su libertad y el papel de esta libertad en el diálo- mo plano de hermanos iguales.
go con Dios; sino que también pertenece la estructura del hombre.. Esta igualación y liberación del ofensor es lo que hace difícil el perdón.
Jesús no arguye el punto de legalidad, sino recurre a la generosidad:
A.- Una estructura especial "¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve
Dios quiso darle al hombre una estructura muy especial: un compuesto misericordia de ti?" (Mt 18,33). Esta misericordia perdonadora es libera-
de cuerpo mortal y de alma inmortal. dora: rompe la cadena que ata al ofendido con el ofensor El ofendido
La psicología y la antropología ofrecen al hombre de hoy diversas imáge- puede y debe romperla, si quiere él mismo recobrar su libertad.
nes de la naturaleza humana. c.- Facilita el perdonar, si recordamos que hay tres niveles en el acto de
La Palabra escrita, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento perdonar:
contienen también una imagen del hombre. San Pablo distingue en el - el perdón de voluntad: es siempre posible con la gracia de Dios. Se per-
hombre tres elementos: espíritu, alma, cuerpo (1Tes 5, 23). El cuerpo es dona de voluntad cuando el ofendido renuncia a seguir acusando; cuan-
el elemento material (lo que Dios formó con sus manos); el alma es el do el ofendido puede rogar a Dios por el ofensor y pedir que lo bendiga;
aliento vital que informa al cuerpo para formar un todo (el hombre vivo). cuando se pide para el ofensor !a salvación eterna;
El espíritu es una capacidad del alma para abrirse al Espíritu de Dios; es - el perdón de sentimiento: se realiza cuando ya no duele la ofensa. No
la capacidad de todo el hombre de elevarse a un nivel sobrenatural. está en nuestra mano efectuar esta sanación de las emociones heridas.
Mientras el hombre permanezca en su ser natural reducido a sus fuerzas Hay que pedirla a Dios;
puramente humanas, es para San Pablo, "el hombre viejo", el hombre

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por la voluntad de Dios. psíquico", "el externo", "el hombre carnal", o simplemente "la . carne".
En el Antiguo Testamento esta voluntad se expresó en la Ley mosaica. Cuando este hombre se abre a la vida divina por el bautismo plenamente
Jesús vino, no a suprimirla, sino a enseñarnos el camino para superar vivido, es transformado en "hombre nuevo", "hombre interior", "hombre
esa ley con una ley más perfecta, la del amor que el Espíritu Santo impri- espiritual" o simplemente "el espíritu".
me en nuestros corazones (Jn 13,34-35; 14,26; 16,13). Jesús fue guiado La figura 4 ilustra esta terminología. Como se ve, la palabra "espíritu"
siempre por el Espíritu y no hizo sino la voluntad del Padre (Jn 4, 34; puede indicar un elemento del hombre (como en 1Tes 5, 23), o todo el
5,30; 6,38). hombre cuando está abierto al Espíritu de Dios (1Cor 14,14; Rom 8,16).
c.-Hay un punto de liberación en que Cristo insistió mucho: la necesidad Fig. 4
de perdonar. Incluyó el perdón en su oración, el "Padre Nuestro", y lo hombre viejo hombre nuevo
enfatizó: "Si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también
hombre síquico espíritu hombre interior
a vosotros vuestro Padre celestial: mas si no perdonáis a los hombres,
tampoco vuestro Padre os perdonará a vosotros" (Mt 6, 12-15; 18, 21-35; hombre exterior alma hombre espiritual
Mc 11,25-26; Lc 15). hombre carnal cuerpo el espíritu
Pero este perdón no debe limitarse a la ofensa personal, debe extender- la carne
se a toda acción pecaminosa o errada de los demás: "No juzguéis y no
seréis juzgados" (Mt 7, 1-5). "¿Quién eres tú para que juzgues a
otro?" (Sant 4, 12). Más aún, la murmuración, la queja, es también un B.-El cántaro de greda
juicio condenatorio en que no perdonamos la nducta ajena. "No murmu- Una comparación de San Pablo ayuda a comprender estos tres elemen-
réis los unos de los otros" (Sant 4, 11 ). tos. Dijo que la luz de Dios está en nosotros como un tesoro encerrado
Aun las quejas del clima, la comida, la salud, la situación económica, en un cántaro de greda (2Cor 4, 7).
etc., son una especie de no perdonar los tiempos y circunstancias en que Fig. 5
nos toca vivir. A estas quejas se aplica la declaración de Jesús: ''Yo os
digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán
cuenta en el día del juicio" (Mt 12, 36).
d.-Contraria a la actitud de dureza del que no perdona, es la actitud per-
dón y de misericordia que enseña Jesús. El mismo da el ejemplo cuando
perdona a la adúltera y la deja libre (Jn 8, 11); cuando ora por los que le
están crucificando (Lc 23, 34); cuando enseña las parábolas de la oveja En el cántaro de la figura 5a distinguimos la materia o greda (representa
perdida, la moneda perdida, el perdón del padre para el hijo pródigo y la materialidad de nuestro cuerpo); la forma que hace de la greda un cán-
para el hijo duro y enjuiciador (Lc 15). taro y no otra cosa (representa nuestra alma, que nos hace seres huma-
nos); y la cavidad interior, el espacio receptivo (representa el espíritu
San Pablo nos enseña la paciencia ante los sufrimientos y goza porque nuestro, receptivo del Espíritu de Dios).
puede consolar a los cristianos con los mismos consuelos que él recibe
al padecer por Cristo (2 Cor 1.3-7; Col 1,24). Sus sufrimientos lo hacen Mirando al cántaro de arriba (Fig. 5b), vemos un círculo ancho de greda:
misericordioso con los demás. No se queja, se alegra de poder ayudar. representa el "hombre exterior", es decir el cuerpo animado y el alma en-
Su falta de amargura nos muestra su libertad interior. carnada que forman un todo. Es el hombre en sus tendencias naturales,
el "hombre psíquico" de San Pablo.
e.-Está misericordia nos lleva a liberar a los demás como Jesús liberó,
Para esto Cristo nos dio el poder de liberar, de ser sal y luz liberadora; Vemos también otro círculo con la cavidad interior: representa el espíritu,
nos envía en la misma misión a que él fue enviado (Mt 5, 13-16; 16, 17; capacidad receptiva del Espíritu de Dios. Cuando tenemos al "hombre
28, 30; Jn 20, 21-23).- completo", cuerpo, alma espíritu, tenemos al "hombre espiritual", al
"hombre nuevo", al "hombre interior", habitado por el Espíritu Santo.
Un esquema que nos servirá mucho en este curso es un corte triangular
B.· Aspecto Psicológico en la figura anterior. (Fig. 5c) El triángulo inferior (cerrado) representa el
a.- El hombre ciertamente está en un mundo de tinieblas. Son tantas las hombre natural, y el triángulo superior (abierto) representa la apertura al

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Espíritu. Es el espíritu del hombre abierto al Espíritu de Dios. El hombre 7.- CAUTIVERIOS Y LIBERACION
completo abarca los dos triángulos. La experiencia nos enseña que el hombre está sujeto a muchos cautive-
rios. Pasemos revista de los principales:
c.- Aspectos sicológicos - el pecado original y los pecados personales, de. los cuales somos libe-
a.- Los niveles en el hombre. La figura 6 nos presenta un cuadro de los rados· por los sacramentos del bautismo y de la reconciliación;
principales niveles en el hombre, y su ubicación en el esquema de los - las heridas y debilidades, físicas y psicológicas (tema anterior);
triángulos. - los moldes de la educación y de hábitos contraídos;
Espíritu ‐ ‐ ‐ Nivel suprarracional  - los mecanismos de defensa con que el niño se esfuerza para sobrevivir
Fig.6 en el mundo de los adultos;
Alma            Niveles racionales  - los prejuicios e ideologías, que son moldes mentales con que recibimos
Conscientes
Cuerpo        Niveles                                         y evaluamos a los demás;
          infrarracionales  ‐ emocional 
‐ sensibilidad común  - los moldes culturales. con sus roles que son para nosotros modelos de
‐ extrasensorial  conducta;
Inconscientes - los resentimientos con que nos atamos a nosotros mismos frente a los
‐ personal  que nos han ofendido;
‐ colec vo  - juramentos y consagraciones con que nosotros mismos nos hemos atado;
‐ funciones vitales 
- los temores y supersticiones;
- las compulsiones neuróticas y los complejos autónomos;
En 1 tenemos al nivel más alto, el del espíritu; en 2 los niveles racionales: - las dominaciones de personalidades invasoras;
incluyen inteligencia, voluntad racional, imaginación creadora, etc.; a par- - Las opresiones de espíritus malignos, que sentimos con o sin funda-
tir del tercer nivel tenemos niveles infrarracionales: los primeros son mento objetivo.
conscientes y después otros que pertenecen al inconsciente. Así en 3, el
consciente emocional; en 4, la sensibilidad común (visión, audición, etc.); Dios nos dotó con una voluntad libre; pero son tantos los cautiverios, que
en 5, la percepción extrasensorial (telepatía, precognición, etc.); en 6, el se llega a dudar de nuestra libertad.
inconsciente personal; en 7 el inconsciente colectivo; en 8 la sensibilidad
propia de la vida celular, que nunca se manifiesta en la conciencia. A.-La Palabra de Dios
Sin duda hay mucho más que se podría decir sobre los niveles en el La revelación nos enseña que:
hombre, pero esto es suficiente para nuestros propósitos. a.-Jesús vino a liberar nuestra libertad. "el Espíritu del Señor... me ha
b.- El hombre como microcosmos. Dios ha querido resumir en el hom- ungido para pregonar libertad a los cautivos ... me ha enviado a poner en
bre toda la gama de su creación, desde la materia inerte, pasando por la libertad a los oprimidos" (Lc 4, 18).
vida vegetal, la sensibilidad animal, hasta la perfección del ser material y Jesús dijo a los judíos que habían creído en él: "Si permanecen en mi
libre; y sobrepasar todavía este nivel, hasta llegar a lo sobrenatural que palabra ... conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres " (Jn 8, 31-36).
es la participación de la vida divina de Cristo. El pecado del hombre lo ha sometido a innumerables engaños y cautive-
c.- La fe y la ubicación del Yo. El Yo es nuestro centro de gravedad, rios. Sólo la verdad de Dios y la acción de su Espíritu nos liberarán.
que puede desplazarse de un nivel a otro. Si actúa desde el espíritu, te- "Donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad·" (2Cor 3,17). Al escla-
nemos un hombre espiritual; si actúa desde el nivel racional, tenemos un vizarse el hombre, indujo opresión sobre todo el universo; éste gime,
hombre racional; si actúa desde niveles inferiores, tenemos a hombres pues, esperando ser "libertado de la esclavitud de la corrupción, a la li-
que viven en forma infrahumana: el hombre emocional, que reacciona bertad gloriosa de los hijos de Dios" (Rom 8, 21).
siempre según sus sentimientos; el hombre pasional, esclavo de sus ten- b.-Pero no basta liberar de esclavitudes: es necesario hacer posible el
dencias animales; el hombre materializado; el supersticioso, sujeto de uso de la libertad. Jesús nos enseñó de palabra y con su ejemplo, que la
fuerzas desconocidas. (Is 42, 17; Gál 4, 3; 8-11; Col 2, 8-10). libertad está dada al hombre para que él pueda optar en todo momento
8  25 
   

se hace vulnerable a ellas. Su búsqueda de salud en métodos esotéricos El Yo se desplaza de un nivel a otro por la fe. La fe es nuestra confianza,
está representada en la fig. 12a. nuestro punto de apoyo, lo que hacemos el centro de la vida. Por esto
El cristiano, como hemos dicho, pone su confianza primero en Dios, aun Jesús insistía: "creed en mí", "permaneced en mí", "confiad en mí"; "el
cuando recurre a medios científicos. Sabe que Dios es el dueño de la vi- que cree en el Hijo tiene vida eterna". Por la fe, en el hombre se abre la
da y de la salud. Esta actitud está representada en fig. 12c. gracia de Dios y es elevado a permanecer en Cristo como el sarmiento en
la vid (Jn 14,1; 3,36; 15,4; 16,33). "El justo vive desde la fe" (Rm 1, 17).
f.- Se nos ofrecen llaves de salud sicológica. Es de gran importancia una
actitud madura ante la enfermedad. Esta actitud supone sanidad sicológi- Estamos llamados a vivir desde el espíritu (Gál 5, 25).
ca, por lo menos incoada. En cambio, el que confía solamente en el nivel racional, vive de una ma-
Para ejercitar esta sanidad sicológica y crecer en ella contamos con mu- nera digna del hombre; pero esto no basta para el cristiano. Pablo expli-
chas llaves, inspiradas todas ellas en la fe. ca: "Las cosas del Espíritu de Dios no las percibe el hombre síquico ...
son locura para él y no las puede entender, ya que se han de discernir
Las principales llaves son: espiritualmente" (1Cor 2,14).
- un clima de amor y alegría que brota de la acción del Espíritu Santo en Por último, el que pone su fe en niveles inferiores, vive de manera indig-
nosotros. Este clima incluye amor a Dios y al hermano; la conciencia do na del hombre. "Donde está tu tesoro está tu corazón", dijo Jesús (Lc 12,
ser amado por Dios y por el hermano; 34). Esto significa que el objetivo o centro de la vida indica dónde está el
- el perdón que se da al ofensor y se recibo de Dios; corazón, la fe. Cuando este tesoro es infrahumano, la fe construye un
- la alabanza a Dios; el agradecimiento: ídolo que degrada al hombre; por eso se lamenta Pablo de aquellos
"cuyo dios es el vientre ... y sólo piensan en lo terrenal" (Flp 3, 19); "los
- la confianza y entrega a la voluntad de Dios, cuando se le pide la salud
que confían en los ídolos se vuelven semejantes a ellos" (Sal 135).-
en favor de otro o de uno mismo;
d.- El poder centrador del Yo. El Yo, como núcleo o centro de gravedad
- un régimen de "higiene" espiritual que es el cuidado de nuestros pensa-
del hombre, siempre centra hacia sí a todo el hombre. De allí resulta que
mientos, afectos, miradas, palabras, actos ... para que sean "como con-
si el Yo se coloca en el nivel del espíritu, eleva consigo al hombre en to-
viene a santos", "andando en amor", "hijos de la luz", "vestidos de fa ar-
dos sus niveles: su racionalidad, sus emociones, sus tendencias instinti-
madura de Dios" (Ef 4-6);
vas, sus sensibilidades, su inconsciente. El hombre entero es sobrenatu-
- la disciplina del Espíritu Santo, que consiste en la fidelidad a las mocio- ralizado por la gracia de Dios, formando parte del Cuerpo de Cristo. Todo
nes interiores que suscita el Espíritu en los que quieren y piden ser guia- el hombre se convierte en "Templo del Espíritu Santo" y "miembro de
dos por él. Cristo". Entra en la esfera de lo sobrenatural (Fig. 7a).
g.- Crecemos en la experiencia de la acción sanadora de Dios. Al orar por Cuando el Yo toma lo racional como su norma de vida, el hombre entero
sí mismo y por los demás, el hombre constata que Dios actúa con sor- entra en la esfera de lo racional. Aun los niveles inferiores del hombre
prendente eficacia y frecuencia. La vida cobra nuevas dimensiones. Se tienden a subordinarse a la razón. Son atraídos hacia arriba. Este era el
experimenta la maravilla de la cercanía y de las intervenciones de Dios. ideal de los estoicos y es el ideal que buscan los diversos métodos hu-
El hombre no se encuentra solo y desvalido dentro de una selva de manos de auto perfeccionamiento (Fig. 7b).
enemigos.
Si el hombre se deja llevar de sus pasiones u opta deliberadamente por
Se pasa así de una vida defensiva, pesimista, a veces paranoica, a una colaborar su vida en un nivel infrarracional (p.ej.: irresponsabilidad de
vida positiva y valiente. La raíz del cambio no es una autosugestión, sino playboy, o creencias supersticiosas), su inteligencia, emotividad, todo su
la apertura a una nueva perspectiva y a nuevas fuerzas, gracias a la ac- ser entra en la esfera de lo infrarracional y se abre a influjos irracionales.
ción de Dios.
e.- El llamado a una opción fundamental. Hay en el hombre un instinto
de desarrollo y superación que no afecta solamente su físico y sus capa-
Reflexión
cidades intelectuales, sino también su ser en todas sus dimensiones. Es-
1.- ¿Cómo enfrento la enfermedad cuando me enfermo? tán en el hombre normal el deseo y el esfuerzo por superar su animali-
2.- ¿En qué niveles busco mi sanación? dad y mantenerse en su humanidad racional. Aún más, hay aspiraciones
3.- ¿Qué llaves uso para mi salud y paz interior? más altas. Como escribió San Agustín: "Señor, nos hiciste para ti, e in-
quieto está nuestro corazón mientras no descanse en ti".

24  9 
   

Jesús plantea la necesidad de una decisión fundamental. Debemos de- c.- Confiamos en que Dios quiere bendecirnos en y con la enfermedad.
cidimos por la esfera en que queremos vivir, porque "ninguno puede ser- "Todo contribuye al bien de los que buscan a Dios" (Rom 8, 28). Por es-
vir a dos señores ... No podéis servir a Dios y a las riquezas" (Mt 6, 24). to el cristiano debe “dar siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el
Tendremos ocasión para volver sobre este punto. nombre de nuestro Señor Jesucristo" (Ef 5, 20).
No es fácil acoger el dolor como lugar de bendiciones, la fe ayuda en es-
to al crecimiento y la maduración de hombre. Es propio del niño reaccio-
Fig. 7
nar como una totalidad confusa: cuando sufre un dolor en el pie, todo el
niño se convierte en un ser doliente. Al desarrollarse el joven y el adulto,
el hombre se diferencia. Puede sufrir un dolor físico sin que éste lo en-
vuelva totalmente, o enfrentar un problema grave sin que éste lo aplaste.
La fe nos lleva un paso más allá, a confiar en “el que habita la eternidad”
Esfera y “permanece con el hombre de espíritu contrito y humilde para sanarlo,
sobrenatural fortalecerlo, guiarlo y llenarlo de paz” (Is 57, 15-19).
d.– Comprendemos los niveles desde donde se busca la salud. Se puede
buscar la salud desde tres niveles principales: el emocional sensible: es
el más común, porque el hombre huye naturalmente del dolor (Fig. 12a);
el racional, porque se quiere trabajar y no ser una carga a otros (Fig
12b); el espiritual, en que se ponen los medios para sanar porque se en-
tiende que ésta es la voluntad de Dios (Fig 12c).
Esfera Fig. 12
racional

Esfera
infracional e.– Comprendemos los niveles en donde se busca la salud. Cuando se
presenta la enfermedad, el hombre occidental suele recurrir a los medios
científicos para recuperar la salud. Acude al médico, al psicólogo, al psi-
f.- La lucha interior. En el hombre existen una multiplicidad de niveles y quiatra. Confía en la ciencia y la experiencia de profesionales que han
esferas en que puede colocarse el Yo. es fácil de comprender la posibili- recibido una buena formación científica. Esta gestión del enfermo es dig-
dad de conflictos: dudas antes de hacer una opción fundamental, oscila- na del hombre racional. Está representada en la fig 12b. Pero cuando se
ciones y contradicciones interiores, caídas y levantadas. aprieta el dolor y los medios científicos no parecen eficaces, es frecuente
San Pablo describe esta lucha: "Lo que hago, no lo entiendo; pues no que el hombre recurra a medios. mágicos: las capacidades parasicológi-
hago lo que quiero, sino lo que aborrezco... de manera que ya no soy yo cos de tal o cual persona, la invocación de espíritus que operan invisible-
quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí" (Rom 7,15-17). Hay mente, el uso de drogas o hierbas administradas con la "ciencia" de un
lucha "porque el deseo de la carne es contra el espíritu y el del espíritu, vidente ... O se cree que la enfermedad es efecto de un maleficio y se
es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que recurre a un brujo que lo contrarreste. O se cree que es obra del demo-
quisiereis" (Gál 5, 17). nio y se busca un exorcista.
Gran parte de la vida espiritual está en la superación de esta lucha. "Si Ciertamente existen los maleficios y los influjos de espíritus (lo veremos
vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu" (o por nuestro más adelante), pero el cristiano que vive plenamente su fe está protegido
de estas "vibraciones" negativas. Cuando empieza a temerlas, el hombre

10  23 
   
d.- Jesús mandó sanar a los enfermos como señal de que "se ha acerca- espíritu, que no es sino nuestra apertura al Espíritu Santo). (Gál 5, 25 ).
do el Reino de Dios" (Lc 10, 9), y dijo que las gracias de sanación se mani- En el tema siguiente comprenderemos mejor los diversos factores de es-
festarían entre los que creyeren en él (Mc 16, 17-18). Toda petición en ta lucha. Hemos dado un segundo paso en esta antropología revelada.
nombre de Jesús está en la línea de luz y vida (Jn 10,10; 12,46; 14, 30).
e.– La Biblia también enseña que la salud no es un bien absoluto sino
relativo. La enfermedad puede estar en los planes de Dios en vistas de REFLEXION
un bien mayor. Esto lo vemos en la enfermedad y muerte de Lázaro: 1.- ¿Puedes distinguir diversos niveles en tu propia personalidad? Descri-
“Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para be cómo se manifiesta.
que el Hijo de Dios sea glorificado por ella “(Jn 11, 4). También lo vemos 2.– Da ejemplos en que el hombre vive en niveles inferiores. Gál 5, 16-21.
en el “aguijón de la carne, mensajero de Satanás”, que mortifica a San 3.-. Indica ejemplos en que tú vives desde niveles superiores. Gál 5, 22-
Pablo. El Señor no lo quita, a pesar de las súplicas del apóstol , porque 25; MI 5, 1-12.
como le comunica: “Bástate mi gracia, mi poder se hace más potente en
la debilidad” (2Cor 12,7-9)

B.– Aspecto psicológico


3.- OBSTACULOS EN NOSOTROS AL PLAN DE DIOS
El dolor físico y psíquico puede ser tan agudo, que se puede exclamar:
¿Quién me librará de este cuerpo de muerte? (Rom 7, 24). En el tema anterior vimos que el hombre está invitado a una opción fun-
damental de ubicar su Yo en nivel del espíritu. Pero hay obstáculos para
La revelación, nos da también los medios para solventarlo en el plano
esta opción.
psicológico.
La opción es un acto libre de la voluntad inspirada y fortificada por la gra-
a.– La enfermedad se enfrenta como una realidad de la vida presente y
cia de Dios; pero el hombre no está tan unificado como para que la op-
una ocasión en que Dios quiere hablarnos y bendecirnos. Por esto se
ción sea un paso fácil y total.
puede agradecer la enfermedad y buscar fuerzas para llevarla con fe y
paciencia (Rom 8,28; Ef 5,20; Lc 21,19).
Más aún, hay un misterio en el dolor mientras dure. Con su pasión y A.- Dos parábolas
muerte, Jesús ha asociado todo dolor a su .obra redentora. Escribe San Dos parábolas nos ayudarán a comprender esto: Mc 4,26-29; Mt 13,1-9.18-23.
Juan Pablo II: "En el sufrimiento hay una fuerza que acerca al hombre a La primera es la de la semilla que crece: "un hombre echa semilla en la
Cristo… La cruz ha tocado las raíces mismas del mal… Ante el que su- tierra, y esta semilla brota y crece sin que el hombre sepa cómo. Porque
fre, Cristo abre los horizontes del Reino de Dios… Cristo está muy den- la tierra produce por sí misma: primero hierba, luego espiga, después
tro de todo sufrimiento y puede actuar desde el interior del mismo”. grano lleno en la espiga". La frase por sí misma contiene la enseñanza
(Salvafici Doloris, Nº 26) central de la parábola: el reino de los ciclos está dotado de una fuerza
Alcanzamos a comprender algo de las palabras de Pablo: “Ahora me interior de crecimiento. San Pablo enseña: "ni el que planta es algo, ni el
gozo en lo que padezco por vosotros y cumplo en mi carne lop que falta que riega, sino Dios que da el crecimiento" (1Cor 3,7).
en las aflicciones de Cristo por su Cuerpo, que es la Iglesia” (Col 1,24) En nuestro crecimiento espiritual también es necesaria nuestra opción
b.- Se relativiza el bien de la salud. La salud no es un bien absoluto, in- libremente dada, pero, el crecimiento no es obra nuestra, sino de Dios.
dispensable. Es un bien relativo. La segunda, enseña que en el campo de la siembra hay obstáculos que
La salud física no es tan importante como el bien psíquico; y lo psíquico se oponen al crecimiento de la semilla: tierra dura en que no penetra,
debe ser subordinado a lo espiritual: a la voluntad de Dios sobre mí. piedras, malezas... Aun en la tierra buena hay rendimiento variado.
Cuando entregamos la salud en manos de Dios, nos quitamos la obse-
sión por una curación pronta como paso urgente, necesario, indispensa- B.- Aplicación psicológica
ble. Ponemos los ojos en Dios, en su voluntad, en la sabiduría que guía
Las enseñanzas de estas dos parábolas nos guiarán en la comparación
esa voluntad. Nuestra curación pronta, ha dejado, así, de ocupar el
siguiente: la vida humana se desarrolla como un río, con sus aportes fa-
centro de la conciencia y esto favorece ya la salud síquica y física).
vorables y con los obstáculos que se presentan en su cauce (Fig. 8).

22  11 
   

Fig. 8 Con este paso se rompe una barrera y se cruza un 11mhr;:il e.n I;:¡ vida
espiritual y en el desarrollo psicológico: es un verdadero cambio de vida,
un nacimiento a una nueva manera de vivir.

Reflexión
1.- ¿Cómo puedo describir mis deseos da conversión?
2.- ¿ En qué forma ayuda a mi libertad la conciencia de haber hecho op-
ción fundamental?
1.- Comenzamos con las fuentes de nuestro río. Son las tendencias o 3.- ¿Cómo describo yo mi nueva vida?
instintos fundamentales del hombre. Los psicólogos proponen varios,
pero pueden reducirse a cuatro: el instinto de conservación; la tendencia
al desarrollo (crecimiento y maduración en lo físico, intelectual, emocio-
nal, creativo, etc.); el instinto de socialización (incluye lo sexual, pero
también la tendencia a la comunicación, a la simpatía, al amor, a la com- 6.- ENFERMEDADES Y SANACION
plementación mutua para vivir, trabajar, gozar); la tendencia hacia lo
trascendente (la verdad sin límites, el bien sin límites, Dios). En este "valle de lágrimas" hay muchas clases de enfermos:
Estas tendencias fundamentales son buenas. Siempre alimentan el río - Los que sufren en su cuerpo, pÍr lesiones o enfermedades de oríg·en
de nuestra vida. Corresponden a esa fuerza espontánea que hace crecer puramente orgánico (un brazo roto, un virus ... ).
la semilla en la parábola de Jesús. Ese crecimiento natural y sobrenatu- - Los que sufren en su cuerpo, por uná enfermedad sicosomática
ral viene de Dios. (algunas indigestiones, asma ... ).
2.- Nuestro río comienza a correr, y sus aguas atraviesan "tierras ma- - Los que sufren en su alma (sicosis, neurosis, traumas ... ).
las", es decir tierras cargadas con sales minerales que convierten una - Los que son débiles ante las tentaciones.
agua pura en agua dura. Esas tierras malas representan el pecado origi-
nal que desvirtúa las tendencias básicas del hombre, convirtiéndolas en ¿Qué es lo que nos dice la revelación sobre todo esto?
tendencias viciadas o vicios capitales.
A.- La Palabra de Dios
Así la ira, el odio, la avaricia, la gula, la pereza, son desviaciones diver-
sas del instinto de conservación (CATIC 1866); en la línea del desarrollo a.- La Palabra de Dios nos enseña ante todo que la enfermedad y la
hay vicios como la ambición, la soberbia, la rivalidad, la agresividad; en muerte son consecuencia del pecado. "Por el pecado original entró la
la línea de socialización· tenemos vicios como la lujuria, la vanidad, la muerte al mundo y pasó a todos los hombres, porque todos participaron
mentira, la envidia, la cobardía, el servilismo, la hipocresía; por último la en ese pecado" (Rom 5, 12). Sin el pecado, el hombre se habría mante-
tendencia hacia lo trascendente tiene vicios como la superstición, la ido- nido sano y habría pasado sin dolor de esta vida a la eternidad.
latría, el esoterismo y también la magia, que se expresa en racionalismo b.- El plan de Dios es siempre camino de salud, libertad y felicidad, de tal
y ateísmo (CATIC 1110 - 1128). manera que todo conduzca en último término a la eternidad, donde "ya
La característica de las tendencias viciosas es la profundidad y constan- no habrá muerte, ni llanto, ni clamor, ni dolor" (Ap 20, 4).
cia de su influjo, ya que son desviaciones de las tendencias fundamenta- c.-. Jesús vino para salvarnos, y sus milagros fueron señal de esta misión
les del hombre, tendencias que nunca cesan de influir. Estos vicios na- salvadora: reflejaban la liberación del pecado y de la muerte.
cen en germen con nosotros. Son parte del pecado original. Jesús expone su programa cuando se aplica las palabras de Isaías: "El
Por diversos factores propios de cada persona (incluso por factores de Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido el Señor para
herencia), unas tendencias son más fuertes que otras. Recordemos: no dar buenas noticias a los pobres; para vendar los corazones rotos; para
son pecados, sino tendencias que inclinan al pecado. pregonar a los cautivos la liberación y a los reclusos la libertad; para pre-
3.– Aquí se nos presenta otra clase de influjo: el de eventos precisos gonar año de gracia del Señor" (Is 61, 1-2).
que marcan nuestra vida. Estos eventos pueden ser traumáticos y de- Antes de su ascensión promete el envío del Espíritu Santo Consolador,
Consejero, Fortalecedor y Guía (Jn 14, 16-17; 16,13).
12  21 
   

terminar un influjo negativo: por ejemplo en tal persona, una experiencia


traumática de pérdida de un ser querido origina una fobia.
Hay también eventos determinantes que son positivos (o aparentemente
neutros); por ejemplo: tal conversación de un niño con su padre originó
su interés y propósito de abrazar una determinada carrera profesional.
En lo negativo, estos eventos determinantes podrían compararse a tam-
bores de sustancias tóxicas que se arrojan al río y que seguirán siempre
soltando una contaminación, mientras no sean descubiertos y sacados
del río. En lo positivo, sería la conexión del río con embalses artificiales
c.– La opción fundamental. La conversión es principalmente un cambio
que alimentarían siempre el caudal.
de rumbo: "volverse de las tinieblas a la luz" (Hech 26, 18). Es una deci-
sión libre en que Dios nos ayuda a cada paso, pero sin destruir esa liber- d.- Más adelante, el cauce del río está canalizado entre muros de pie-
tad. dra y cemento. Esta canalización representa ataduras mentales que se
producen desde temprano en la vida de un niño. Al principio son los há-
Cuando procurarnos analizar un acto libre, por ejemplo la decisión entre
bitos de aseo, de comportamiento. EI niño es entrenado por el agrado o
dos carreras profesionales igualmente atrayentes, es muy difícil precisar
desagrado de sus padres. Aprende a agradar y a evitar la represión y el
dónde y hasta qué punto hay libertad. Pero cuando se ha optado por un
castigo. Mucho de esto es inevitable y es útil: el niño aprende a adaptar-
rumbo, nuestros actos tienen un criterio básico para su evaluación. Toda
se a la vida social; pero también se forman al mismo tiempo los meca-
decisión se procura tomarla en fidelidad a esa orientación, toda decisión
nismos de defensa, que son los comportamientos que el niño va descu-
es un acto libre para realizar y prolongar la decisión libre fundamental.
briendo y adoptando para sobrevivir en el mundo de adultos y de otros
En la figura 11 se representa la opción fundamental: se ha rechazado el niños. Así se forman las defensas de timidez o de sobrecompensación,
camino del pecado y se ha optado por el camino a Dios. las defensas de huida, de sustitución, de mentira, etc.
Dios Hay también ideologías políticas, raciales, morales, religiosas. La ideolo-
Fig. 11 gía viene a ser como un conjunto de prejuicios que nos deforman la
pecado realidad. Condicionan nuestra actitud, nos atan.
Otras ataduras son los modelos o roles. Desde pequeño el niño va ob-
servando y formando sus modelos del rol de papá, mamá, médico, cura,
El hombre se mantiene continuamente en el nuevo camino por medio de
chofer de ómnibus, policía, etc. Con el tiempo estos modelos cambian:
actos libres con que confirma su opción fundamental. Podemos hablar de
¿qué niño no ha querido ser chofer, o policía, o bombero? Hay otros mo-
una conversión constante, en armonía con esa opción. En esta conver-
delos como los de papá y mamá, que no cambian tan fácilmente y que
sión constante resplandece el uso de la libertad. Por esto, la opción es de
influyen en el comportamiento del joven que llega a ser padre de familia.
primera importancia en el desarrollo de un hombre responsable.
Hay ataduras que son obligaciones contraídas al ingreso en un club, una
Como explica San Pablo: "Nadie puede poner otro fundamento que el
logia, una secta...
que está puesto, el cual es Jesucristo" (1Cor 3,11). Sobre este funda-
mento edificamos: tenemos la línea trazada y sabemos lo que armoniza o Estamos mucho más atados de lo que nos imaginamos. Nuestra única
desarmoniza, lo que construye o destruye. El uso de la libertad no puede atadura debería ser la voluntad de Dios y su verdad. Cristo vino para ha-
confundirse con la veleidad o arbitrariedad. El acto de libertad de una cer la voluntad de su Padre y para dar testimonio de la verdad (Jn 18, 37).
norma directriz. 5.- En este lugar tenemos influjos transitorios que actúan de vez en
La experiencia propia y ajena nos demuestra el gozo que invade al hom- cuando por un tiempo corto, como torrentes que aportan caudal al río
bre, y que se manifiesta cuando una vida sin rumbo se ha convertido en solamente los días de lluvia. Estos eventos son, por un lado, tentaciones
una vida orientada y fundada en Cristo. hacia el mal; por otro lado, inspiraciones e invitaciones al bien.
La conversión es una entrega incondicionada: "Habla, Señor, que tu sier- 6.– En este punto el agua del río sale de su cauce, a veces desbordán-
vo escucha", ''Te seguiré dondequiera que vayas" (1Sam 3, 10; Lc 9, 57). dose y formando pantanos malsanos; otras veces entrando en canales
de regadío y pasando por centrales eléctricas.

20  13 
   

Estas salidas representan actos responsables del individuo. Pueden ser cierta complacencia en sentirnos tentados, entonces caemos en complici-
malos: entonces hablamos de pecado; puedan ser buenos: entonces ha- dad con el pecado, tolerando que se produzca desorden en nuestros
blamos de actos buenos y meritorios. sentimientos y nuestras pasiones. Aunque no haya pleno consentimiento,
7.– Encontramos los accidentes en el cauce del río: cataratas, rápidos. hay una complicidad que es pecado.
Los accidentes en la vida humana incluyen enfermedades, vicisitudes Puede darse también una tentación tan persistente o tan intensa que re-
económicas (en bien y en mal), éxitos profesionales o políticos, fracasos, sulte en el hombre una cierta incapacidad para resistir. Tenemos enton-
muertes do soros queridos, accidentes de todas clases. ces una disminución de libertad. En casos de compulsión, puede llegar el
Estos accidentes pueden servir para el bien o para el mal. Para muchos hombre a actuar sin un verdadero consentimiento e su voluntad. En es-
es el momento en que el Señor llama a un cambio de dirección en la vi- tos casos, no hay pecado, o bien la culpabilidad queda muy disminuida.
da. Unos cambian de rumbo para bien, o se amargan y aun desesperan. En la figura 9 comparamos el pecado, la compulsión y la complicidad: en
8.- Por último tenemos el estuario del río que desemboca en el mar. el pecado, la voluntad se degrada libre y conscientemente a un nivel in-
Puede ser más profundo y apacible, o menos profundo y lleno de bancos de frarracional (fig. 9a), actuando contra la voluntad de Dios; en la compul-
arenas y remolinos peligrosos. La desembocadura puede estar abierta y per- sión (fig. 9b), la voluntad no interviene porque la pasión es tan fuerte, que
mitir la entrada de barcos del altamar, o puede estar cerrada por una barra. no deja lugar a la libertad; en la complicidad (fig. 9c) tenemos un caso
intermedio: la voluntad cede parcialmente a la tentación, aunque tiene
El estuario representa la personalidad, ese conjunto de rasgos que deter-
fuerzas para resistir.
mina la manera ordinaria de proceder. Como resultado del conjunto de
factores de la vida, cada persona tiene una personalidad singular, diver- Fig. 9
sa de toda otra. Hay una personalidad más cerrada o más acogedora de
otros, más deprimida o más alegre, más rígida o más flexible, más super-
ficial o más profunda.
Frecuentemente la personalidad es el conjunto y resultado de los meca-
nismos de defensa con que el individuo ha logrado enfrentarse con la
vida. Entonces la personalidad tiene mucho de máscara (es la "persona"
de Jung) y mucha rigidez. Pecado Compulsión Complicidad
Cristo ciertamente no tenía esta clase de personalidad, porque no nece-
sitó mecanismos de defensa. Siempre fue enteramente sincero, transpa- b.-Arrepentimiento y conversión. La conversión está tan íntimamente
rente, libre, sin trabas interiores para responder plenamente a la voluntad unida con el arrepentimiento, que muchas veces se menciona uno de los
del Padre; libre de prejuicios, testigo de la verdad y lleno de amor y mise- pasos por los dos.
ricordia para con todos. Primero es el arrepentimiento: "arrepentirse de las obras muertas, obras
infructuosas de las tinieblas" que son los pecados (Heb 6, 1; Et 5, 13);
c.- Observaciones después viene "la conversión al Señor" (Hch 9, 35). Pero todo se realiza
Revisando el esquema del río, podemos hacer varias observaciones: en un solo movimiento: un rechazo del camino errado y una opción por el
nuevo camino, en un acto libre de voluntad, motivado y sostenido por el
1.- Hay cierta sucesión en la naturaleza de los obstáculos: primero las Espíritu de Dios.
tendencias viciosas, ya que somos concebidos en pecado original; des-
pués los traumas; más tarde las ataduras. Pero esto no es tan claro en la No debe confundirse el arrepentimiento con el sentimiento de culpabili-
realidad. Hay traumas que se producen después de las ataduras princi- dad. El primero es un cambio de valores (metanoia) y rechazo del peca-
pales. Además están estos factores muy ligados. Los traumas cobran do. Es acción de la gracia de Dios. Se experimenta en fe; pueden faltar
gran parte de su fuerza de las tendencias viciadas. Son estas mismas los sentimientos (Fig. 10a).
tendencias las que dan pie a muchas ataduras. En cambio el sentimiento de culpa nace del amor propio herido, que su-
b.- El río en su conjunto es completo, pero seguimos añadiendo elemen- fre porque se ha afeado la imagen de sí, por el pecado propio; uno ya no
tos y quitando otros. Las experiencias actuales añaden elementos positi- puede mostrar ante si mismo y ante los demás la imagen de una vida
vos y negativos. Muchos pecados son traumáticos y refuerzan sentimien- intachable (Fig. 10b).

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El nuevo camino no es un propósito de enmienda ("no quiero volver a tos de indignidad. Pueden continuar actuando de una manera negativa,
cometer ese pecado"), sino una orientación de todo el hombre a Dios. Es aun después de haber sido perdonados.
la opción fundamental de que hablamos antes. La sanación y la liberación van quitando heridas y ataduras, de modo
La base de esta opción es la misericordia de Dios. Sabemos que Dios no que el río en su conjunto sea más saludable y abierto al Espíritu Santo.
quiere la muerte del pecador, sino que viva. Por eso, como el hijo pródi- c.- El río no es el Yo, sino la totalidad de vida síquica en mí. El Yo puede
go, nos animamos a volver a la casa paterna. estar envuelto y ahogado en esta agua cargada de elementos negativos.
Jesús indica la radicalidad de esta opción fundamental: "Todo el que Puede también clamar con el Salmo 69: "Sálvame, oh Dios, porque las
quiera salvar su vida (con sus propios planes y sus propios medios) la aguas han entrado hasta el alma, me estoy hundiendo… y no tengo dón-
perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del Evangelio, la de apoyar los pies… Me arrastra la corriente”. Entonces Dios acude y
salvará". Por eso, "si alguno quiere venir en pos de mí (por el único ca- levanta al Yo para admirar cómo lo va purificando para convertirlo en “un
mino de salvación), niéguese a sí mismo (a su propia voluntad) y tome su río de agua de vida, resplandeciente como cristal, que sale del trono de
cruz (que es la voluntad de Dios sobre él) y sígame". Jesús va por este Dios y del Cordero” (Ap 22,1)
mismo camino de no hacer su voluntad, sino la del Padre (Mc 8, 34-35; Esta sanación de las tendencias más profundas es lo que se efectúa con
14, 36-39). los siete Dones y el Fruto del Espíritu. Lo veremos más adelante.
Al examinar a los convertidos el día de Pentecostés, descubrimos cuatro
pasos, que corresponden al diálogo entre la iniciativa de Dios y la libertad
REFLEXIÓN
humana: (Fig 3).
1. ¿Reconozco en mi vida algunas semejanzas con el curso del río? Pre-
a.– La iniciativa de Dios toca de tal manera los corazones, que brota el
cise algunas.
deseo de cambio: "Compungidos de corazón, preguntan: Varones herma-
nos, ¿qué haremos?". 2. ¿Distingo mejor la diversidad de los elementos que han influido en mi
río? ¿Qué luces m ha aportado este tema?
b.- Reciben la instrucción de arrepentirse (es decir, proponer un cam-
bio fundamental de vida), y expresar este cambio pidiendo el bautismo
en nombre de Jesucristo. Este paso es el de la libertad humana que
responde a Dios decidiéndose y pidiendo la gracia para una nueva vida.
c.-"Recibiréis el don del Espíritu Santo" es la gracia prometida: perdón 4.- CUATRO LINEAS DE REFERENCIA
de Dios, recepción del Espíritu, incorporación en Cristo . Hemos trazado a grandes rasgos la visión cristiana del hombre. No es
d.-Recibida esta gracia, se coopera con ella “perseverando” en la nue- una visión filosófica, sino una visión revelada. Dios mismo, en su Sagra-
va vida (Hch 2, 37-47). da Escritura, nos muestra lo que es el hombre; en su naturaleza, en su
En la conversión de San Pablo descubrimos los mismos cuatro pasos condición actual, en su vocación (es decir en su capacidad para ocupar,
(Hch. 9, 5-20). con la gracia de Dios, su lugar en el Cuerpo de Cristo).
"Transformación" la tomamos aquí como el crecimiento del hombre hacia
su pleno desarrollo, para que ya no seamos niños fluctuantes ... sino que
C.-Aspectos sicológicos siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la Ca-
Para la vida del hombre, es de suma importancia tener ideas claras acer- beza, esto es, Cristo (Et 4, 14-í5).
ca del pecado y de la conversión. Cuando se examina a un niño pequeño para juzgar su desarrollo, se to-
1.-Tentación y pecado: El pecado se da cuando libre y conscientemente man en cuenta diversos criterios: el peso, el crecimiento, el funciona-
el el hombre actúa el mal. En todo pecado hay una opción que so podría miento de los diversos "aparatos" (respiratorio, nervioso, digestivo, car-
formular así: "no la voluntad de Dios, sino la mía". En la tentación hay díaco ... }, el estado de la audición y la visión, el desarrollo y la. coordina-
una invitación al mal., pero no se ha dado el paso decisivo. ción muscular, etc. De la misma manera, cuando se habla de transforma-
En la tentación suelen entrar diversos elementos, como ideas, sentimien- ción espiritual por la grada divina, hay diversos criterios que sirven como
tos, impulsos de nuestras pasiones, invitaciones por parte de otros... Si puntos de referencia para examinarse uno mismo o para ayudar a otros.
rechazamos prontamente la tentación, no hemos pecado; pero si hay Estos criterios son muchos y los hemos agrupado en cuatro líneas de

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transformación: Siempre se ha querido demostrar que el pecado es imposible. ¿Cómo pue-


- La línea de conversión y de sanación. de el hombre elegir lo que sabe que es malo? Se han usado argumentos
filosóficos, psicológicos, culturales, como: "Todo el mundo lo hace...".
- La línea de oración cristocéntrica.
La verdad es que tenemos conciencia de haber pecado muchas veces, y
- La línea sacramental.
la revelación nos demuestra que el pecado existe. Hay cierto misterio en
- La línea de acción solidaria. el pecado, pero su existencia y gravedad se conoce por la fe.
Explicaremos cada una de ellas, pero vale la pena considerarlas primero A.- Existencia y gravedad del pecado
en conjunto. Tengamos presente que:
La historia de Salvación es en gran parte una historia de pecados, y de
a - Solo son puntos de referencia o criterios. las palabras y acciones de Dios ante el pecado.
b.- Son también líneas de trabajo: Dios pone en nosotros el deseo de Recordemos algunos de los pecados:
transformación personal y de servicio a nuestros hermanos. Él tiene la
iniciativa y da el primer paso, pero pide nuestra respuesta. Esta respues- - Adán y Eva: rebelión ante Dios, orgullo, autonomía: Gén 3.
ta es de trabajo. No faltará la gracia de Dios para que este trabajo sea - Caín: envidia del hermanó, ·odio, agresividad, homicidio: Gén 4.
fiel y constante. - Torre de Babel: ambición, vanidad, discordia: Gén 11.
Estas cuatro líneas son orientación y apoyo de nuestra transformación. - Sodoma y Gomorra: perversión sexual: Gén 18-19.
c.– No son sucesivas, como si primero trabajásemos en nuestra sanación - David: adulterio, mentira, homicidio, escándalo: 2Sam 11-12.
interior y ésta estuviera terminada antes de pasar a las líneas siguientes. - Pedro: presunción, negación de Cristo, falsos juramentos, imprecacio-
Necesitaremos trabajar siempre en las cuatro líneas. A veces predomina- nes: Mc-t4, 26-31; 65-72.
rá el trabajo en una línea, otras veces en otra, pero siempre tendremos
necesidad de las cuatro. Es el Espíritu Santo quien dirige el proceso de - Los fariseos: orgullo, hipocresía, dureza, maldad, rapacidad: Mt 23.
transformación. Es imposible resumir aquí todos los aspectos del pecado como los revela
d.- El trabajo en cada línea varía también en calidad, según el estado la Sagrada Escritura.
espiritual de cada persona. El principiante tiene una manera de trabajar; Ante todo, tengamos presente que el pecado no es el mero quebranta-
el más avanzado tiene otra. Pero también aquí es el Espíritu de Dios miento de una ley, ni es tampoco una infidelidad a los valores auténticos
quien debe ser el guía y coordinador. Ese Espíritu Santificador es la de la realización de uno mismo. El pecado es infidelidad al amor que
fuente de nuestra transformación. Dios nos tiene, amor que se concreta en la creación de cada hombre y
en el llamado-personal a entrar en comunión con Dios mismo en Cristo.
En este sentido, el pecado es rechazo y ofensa a Dios que nos crea y
ama con infinita misericordia (Lc 15). Es negación al Amor, a la Vida, a la
LINEA DE CONVERSION Y SANACION verdad (Deut 30, 14-15. 19-20; Rom 12,9); es rechazo de la Luz (Jn 3,19-
5.- PECADO Y CONVERSION 20; Lc 11, 33-35).
Al recorrer el curso de nuestro río, nos encontramos con muchos elemen- El pecado es rechazo del verdadero Dios, para adorar y esclavizarse ante
tos que dificultan nuestra vida espiritual: tendencias viciosas, heridas psi- los ídolos de los falsos valores (Jer 2,5-37). En este sentido, es comunión
cológicas, ataduras y moldes, pecados. De todos estos elementos nega- con los demonios, como dice San Pablo (1Cor 10,14-21; Flp 3,18-20).
tivos, el pecado es el más grave, porque consiste en un mal uso de la El pecado es esclavitud (Jn 8, 34-35). Es una perturbación que daña al
libertad que Dios nos ha dado. bien social y a la armonía del universo (1Cor 5,6; Rom 8,19-22).
Todos tenemos conciencia de nuestros numerosos pecados. Son una
realidad desagradable, humillante ... Querríamos decir: "No he pecado B.- Arrepentimiento y Conversión
nunca". O también querríamos excusar nuestros pecados, diciendo que
fueron errores de juicio, o impulsos que nos tomaron por sorpresa, o en- En Hch 3,19 se usan estas dos palabras: arrepentirse y convertirse; es
gaño con que nos sorprendieron otros. decir, cambiar de corazón y tomar un nuevo rumbo. Ambos se incluyen.

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