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EL PENSAMIENTO POLÍTICO ISLÁMICO CLÁSICO

El Corán es una obra de pensamiento político normativo...y es también mucho más


que eso. El Corán recoge las revelaciones que Alah hizo al profeta Mahoma,
principalmente por intermedio del Arcángel Gabriel, en las ciudades de La Meca y
Medina, en Arabia, entre los años 610 y 632 dC según nuestro calendario.

A los ojos de los creyentes en el Islam, este mensaje cierra el ciclo de la profecía
monoteísta, que en un arco ascendente va desde Adam a Noé, a Abraham, a
Moisés, a David, a Jesús, para culminar en Mahoma, a partir del cual una línea recta
(que a veces se corta porque los hombres son aún atraídos por el Mal) impulsa a la
Historia hacia la Parusía como meta final del devenir del hombre.

La estructuración del Corán en capítulos, suras, etc., data verosímilmente del siglo
X de nuestra Era, y no se corresponde con el orden en que las suras fueron
reveladas. La sura 96 es considerada la primera según la tradición, y fué revelada
a Mahoma cuando meditaba en la gruta del monte Hira. La tradición musulmana ha
indicado al comienzo de cada sura si ella fue revelada en La Meca o en Medina.

A diferencia de la Torah hebrea, o del Antiguo y Nuevo Testamento cristianos, el


Corán no es una crónica de acontecimientos, ni una recopilación de jurisprudencia,
sino un conjunto integral de normas de vida (política, social, familiar, religiosa, etc.)
para los musulmanes. La lucha del Profeta Mahoma por imponerse y por imponer
el mensaje de Alah en el mundo árabe hizo del Corán un texto político, vale decir,
le dió énfasis a la dimensión política de una concepción religiosa que tiene una
vocación omniabarcativa respecto de la existencia humana, en todas sus
dimensiones físicas, anímicas y espirituales.

En esa lucha por conquistar a los árabes "contra ellos mismos" la Profecía se
convirtió en Código. La expansión vertiginosa del Islam sobre diversos territorios y
pueblos transformó el proyecto escatológico en sistema político-jurídico. A
diferencia del Cristianismo, el Islam no es "mahometanismo" sino "coranismo". El
Corán no tiene, como la Torah o los Evangelios, un status ambiguo en el plano
político. En el caso del Islam, su rol es bien claro: se trata de generar una "praxis",
o sea de configurar actitudes mentales y sociales coherentes a partir de un texto
inmodificable, cuyo carácter totalizador es indispensable a los fines de su
comprensión y aceptación, y que produce muy rápidamente instituciones uniformes,
basadas en prescripciones intangibles, sobre los más diversos medios geográficos
y sustratos culturales.

Los occidentales en general entendemos mal al Islam, porque tendemos a "separar


lo que está unido" (como nos dicen los musulmanes) y a sobrentender la autonomía
relativa de lo político. El Corán no es socialista, ni democrático ni reaccionario. Es
el vector espiritual a traves del cual el creyente cumple su propia ascensión en un
mundo que tiene un orden y un sentido, es decir, un FIN, en su doble significado de
meta u objetivo y de cierre o conclusión. Ante sus propios ojos, los pueblos islámicos
forman la comunidad ("UMMA") depositaria y portadora de la última y definitiva
expresión de la Voluntad Divina, comunidad que debe mostrar a la Humanidad
entera el horizonte de la Salvación.

En esa comunidad, la misión de los sabios ("ulama") es instruir y guiar al pueblo:


asumir la enseñanza y la dirección político-religiosa de la sociedad. Los intelectuales
realizan esa misión, a veces hasta el extremo del martirio por la defensa de la
estricta ortodoxia, y a veces se apartan de ella, o la interpretan de un modo muy
personal, hasta llegar a "traicionarla" (al menos desde el punto de vista de esa
misma ortodoxia). En el mundo cultural musulmán, Ibn Taymiyya e Ibn Khaldun son
considerados arquetipos históricos de esas dos actitudes.

Ibn Taymiyya nació en Harran (Siria) en el año 1263 dC, en el seno de una familia
de teólogos de la escuela hanbalita, o sea una de las cuatro escuelas que integran
la ortodoxia musulmana (el "sunnismo"), la cual fué fundada por Ibn Hanbal en 855
dC. El padre de Ibn Taymiyya dirigía una "madrasa" (escuela religiosa) en Damas,
cuya dirección heredó nuestro autor. Desde muy joven fue éste un teólogo y
jurisconsulto notorio. Ibn Taymiyya se caracterizó por su intransigencia en materia
de derecho musulmán y su constante resistencia a las autoridades que se
marginaban de la ortodoxia musulmana. Como cabal hanbalita que era, su
pensamiento y su acción estuvieron marcados por el respeto extremo a la tradición
coránica y profética, en la que la ciencia del derecho y la ciencia teológica convergen
en lo concreto de la existencia animada por una fe vivida, basada en el
mantenimiento monolítico de la tradición y el respeto incondicional al texto escrito,
pero también abierta a las aspiraciones del espíritu y del corazón, a los valores de
la justicia, la sinceridad, la rectitud en la acción, privilegiando en definitiva el espíritu
del texto frente a las interpretaciones interesadas o forzadas.

Ibn Taymiyya fue un luchador de la "gran jihad", la lucha interna contra los defectos
y fallas que separan entre sí a los musulmanes. Por sus denuncias y críticas fué
puesto en prisión varias veces (cinco, según sus biógrafos). Murió en prisión, en
Damas, en 1328. Se comprende que esta figura sea hoy el modelo que, por su
pensamiento y acción, inspira a los movimientos fundamentalistas, a los islamistas
militantes, a los combatientes radicalizados que llamamos "integristas", y que sus
obras no perdidas, especialmente las "Fatawa", hayan sido reiteradamente editadas
después de 1970 por la Arabia Saudita.

La actualidad de Ibn Khaldun es de otra naturaleza: él es el centro de una polémica


entre teólogos modernistas y tradicionales, porque este autor aparece como un
singular precursor del pensamiento moderno, de la dialéctica, del positivismo
(mucho antes que Hegel y Comte), del materialismo (varios siglos antes que
Feuerbach y Marx) y de la Sociología moderna; autor, entre otras cosas, de una
visión holística de la historia, cual si fuera un Spengler o un Toynbee extraviado por
una máquina del tiempo en el siglo XIV...

Ibn Khaldun nació en Tunes, en 1332 dC, en el seno de una familia de origen
sevillano. Recibió una esmerada educación por parte de grandes maestros
musulmanes. Viajó largamente por el mundo musulmán de su tiempo: Fez,
Granada, Biskra, El Cairo, donde murió en 1406.

Su gran obra fué indudablemente su "Historia Universal" ("Kitab al-'Ibar" - 1379)


cuya Introducción, conocida en Occidente como "Prolegómenos" ("Al-Muqaddima")
contiene lo esencial de su pensamiento político.

LA UTOPÍA COMUNISTA DE TOMAS MORO

Si buscamos la biografía de Thomas More destaca especialmente la calificación de


utopía como una sociedad comunista. Sin embargo, no será hasta el XIX cuando se
desarrolle esta corriente de pensamiento, que se encuentra fuertemente unida a la
situación social causada por la revolución industrial. A pesar de esa aparente
descontextualización, muchos historiadores califican la sociedad de More como
comunista e incluso es llamado el padre del comunismo, siendo un tema discutido
entre historiadores.

El comunismo es el fin de la lucha de clases o de la dictadura del proletariado. Una


sociedad no comunista es la dividida en burgueses (con medios de producción o
máquinas) y proletarios (que venden su fuerza de trabajo a cambio de dinero). Este
sistema implica la explotación del obrero, obligado a aceptar las condiciones que el
burgués le imponga. Esto es debido a la gran cantidad de personas sin medios de
producción, en contraposición al porcentaje de personas burguesas (2%). Tras la
etapa del socialismo teóricamente los medios de producción pasan a manos del
proletariado, colectivizándose.

Tomás Moro retrata en Utopía el origen económico de las injusticias sociales de


Inglaterra, al cual la única solución que ve posible es la eliminación de la propiedad
privada del trabajo. Esto en sí ya supone un acercamiento a las ideas de Marx, pero
se evidencia aún más con el reparto del trabajo de su libro. En Utopía, toda la
población utilizará 6 horas diarias (incluidos, en su periodo de aprendizaje, los
niños), produciendo alimentos, vestimenta, viviendas… por último, también destaca
el capítulo de “comparaciones”:

En otras Repúblicas, aunque sean prósperas y florecientes, y nadie tema morirse


de hambre, procuran, no obstante, más sus comodidades particulares que la
conveniencia pública; y aunque la necesidad obliga a veces a hacer estas cosas,
no así en Utopía, donde todo es común, y por ello nadie teme morir de necesidad
por estar llenos los almacenes públicos desde los que a todos se distribuye con
equidad. No hay ningún pobre, porque nadie posee nada en particular, siendo todos
ricos en común.”

LA DOCTRINA POLÍTICA DE NICOLÁS MAQUIAVELO

En la doctrina política de Maquiavelo se advierten enseñanzas fundamentales para


los líderes del tiempo presente. Una visión en la que la estrategia y la expansión
son primordiales y las alianzas con otras empresas forman parte de una clara
apuesta por el crecimiento son, por citar algunos, los mensajes claros que el
emprendedor de seguro encontrará en "El príncipe", obra capital del gran pensador
político nacido en Florencia, Italia.

"El príncipe" aparecerá mañana, con el ejemplar de ABC Color, en el marco de la


Colección Líderes del Pensamiento Universal, elaborada por la Editorial El Lector y
que está compuesta por un total de 16 libros de extraordinario valor filosófico y
didáctico, clásicos que a pesar de los siglos (en algunos casos) transcurridos desde
su edición original, mantienen una vigencia asombrosa en nuestro tiempo.

Respecto específicamente a "El príncipe", quizás valga recordar a los líderes del
presente, parafraseando a Maquiavelo que "un emprendedor que no se preocupa
del arte de la guerra, de la competencia, jamás será apreciado por sus socios y
compañeros".
Si asumimos la competencia como una actividad estratégica, las palabras de
Maquiavelo pueden resultar más que provechosas.

Ahora bien, en lo que respecta a la firmeza y la capacidad de cálculo, Maquiavelo


puede enseñarnos a forjar una personalidad racional y desapasionada, atributos
esenciales para que un gestor se enfoque hacia la optimización de resultados. Si
hay que superar una mala racha y hay que salvar la crisis, el líder lo debe hacer, no
importa cómo.

Sin embargo, hay aspectos de la obra que de manera evidente deben ser
reinterpretadas y resituadas. Sus ideas con relación a la personalidad del líder son
muy discutibles en el campo del emprendedurismo. La estrategia de que el jefe tiene
que ser odiado antes que amado no reportaría mayores beneficios.

No obstante, la idea encierra un mensaje siempre vigente: ser líder implica firmeza,
claridad y responsabilidad, nunca debilidad y complacencia irresponsable.

ABC Color y El Lector brindan ahora a miles de ciudadanos la posibilidad de leer "El
príncipe", de Nicolás Maquiavelo", para que desde la fuente misma puedan elaborar
su propio criterio respecto al pensamiento del célebre estratega político y escritor
florentino

Maquiavelo es uno de los hombres más citados en el campo político, pero sin
embargo es muy poco conocido, porque como todo escritor clásico es más aludido
que leído.

Para conocer realmente a Maquiavelo y poder hablar con propiedad respecto a él y


a su obra, mañana es un día fundamental: "El príncipe" aparecerá con el ejemplar
de nuestro diario a un precio conjunto de 20.000 guaraníes.
CONCLUSIÓN

Yolanda
En este trabajo podemos percibir un pensamiento político y una clasificación de
utopía y una crítica de sufrimiento de los pueblos.

Francisco
La utopía se publicó en 1516, el texto no era definitivo, una vez corregido Tomas se
lo envió a su buen amigo Erasmo para la congregación, y se hiso segunda edición.
Platón ya había descrito una posible Utopía en su república y San Agustín también
la había hecho.

Carlani
Maquiavelo fue un célebre filósofo que hoy en día tenemos que agradecerle, ya que
debido a su honestidad perturbante. Gracias a esto hoy tenemos principios de
políticos reales.

Israel
Al haber estudiado minuciosamente en pensamiento político del Islam tengo a bien
decir que, el profeta Mahoma más que u profeta fue un revolucionario con apego a
los preceptos predicados por el a su contemporáneo. Dichos preceptos le fueron
dados por el arcángel Gabriel enviado por Ala (Dios).

Francia
Si asumimos la competencia como una actividad estratégica, las palabras de
Maquiavelo pueden resultar más que provechosas.

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