A la libertad, según el texto, se utiliza correctamente cuando la usamos para elegir lo bueno, es decir lo que nos ayuda a realizarnos como persona. Esta realización es el camino hacia la felicidad, siendo este un concepto muy abstracto y quizás hasta imposible de explicar mediante el lenguaje, quedando reservado al terreno del arte que también es muy subjetivo. Esta imposibilidad de expresar que es la felicidad provoca difíciles preguntas como ¿Existe realmente la felicidad o es solo una esperanza creada por nuestro lado irracional? ¿Cómo sé que lo que yo siento como felicidad es lo mismo que sienten otras personas? Podemos ver que la felicidad es una idea muy incierta y entonces esto me lleva la siguiente cuestión ¿Para qué elegir lo bueno si ni siquiera estoy seguro de hacia dónde me va a llevar? Yo, personalmente creo en la felicidad o por lo menos en que en el mero placer fugaz no la voy a encontrar exista o no. Pero otras personas obviamente van a ir hacia lo que pueden captar más fácilmente y vivir buscando placer, o creer que la felicidad es el placer. ¿Pero cómo sé yo si una vida que gira alrededor de los placeres no es feliz? No tengo forma de saberlo ya que no puedo vivir dos vidas y decidir que opción es más feliz. Pero imaginemos que puedo tomar ese tipo de decisiones. Supongamos que ante cada decisión en la vida Dios (o lo que sea) me dice cuál es la decisión que me hace bien ¿Seguiría teniendo libertad? En teoría podría tomar las decisiones malas pero no lo haría ya que como decía Sócrates todo aquel quien hace mal lo hace debido a la ignorancia, entonces si elimino la ignorancia ya no sería posible hacer mal por lo tanto ya no tendría nada que decidir. Suponiendo que pudiera vivir una vida así ¿Sería feliz? Puede que sí, o también puede ser que el proceso de ser capaz de pensar autónomamente y desarrollar una moralidad sea parte de realizarse como persona. ¿Puede ser que la felicidad no esté en la consecuencia de las decisiones sino más bien en como uno se siente sobre las mismas? Creo que lo que uno debería qué hacer con su libertad es utilizarla lo mejor posible dentro de lo que se puede esperar, no olvidar que no siempre va a ser posible tomar la mejor decisión pero tampoco dejarse influenciarse por los demás en exceso aunque no ignorarlos completamente ya que uno no puede confiar puramente en sí mismo, hay que cuestionarse constantemente comparar puntos de vistas con otras personas tanto vivas como muertas y de esta forma pasar de la mejor forma posible por el gran árbol de decisiones que es la vida. Muy interesante pensar que aunque tengamos infinidad de decisiones el final es siempre el mismo.