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Uno de tantos días la madre recibió en su celular una llamada urgente del
trabajo la cual tuvo que atender, le exigían su presencia de inmediato, por
lo cual se vio en la necesidad de dejar que las gemelas continuaran el
camino solas.
Pero no podía estar detrás de ellas las 24 horas, y un día, se vieron muy
cercanas al peligroso lugar, decididas a cruzar vieron hacia los dos lados,
no había ningún auto, con un paso en el asfalto, fueron tomadas del
hombro bruscamente por su madre, quien lloraba desconsoladamente,
diciendo –No crucen- a lo cual recibió una respuesta inesperada de las dos
pequeñas: -No pensábamos cruzar, ya nos atropellaron una vez, no
volverá a suceder…-
Mito la Madre de Agua
Es una verdadera diosa de las aguas, aunque sus pies sean volteados hacia
atrás no deja de ser bella, la Madre de agua deja rastros a la dirección contraria
a la que se dirige.
Esta mujer solo persigue a niños, a quienes se le dirige con ternura, los
enamora, los atrae con dulzura y amor maternal, situación que preocupa a los
padres de familia. Los niños atraídos por la Madre de agua se enferman, sueñan
con la hermosa rubia que los adora y la llaman con frecuencia. Cuando los
niños están cerca del río, que escuchan su voz la siguen tirándose al agua con
peligro.
Los campesinos creen que la Madre de agua surgió de una bella joven española
que se enamoró de un joven indígena, con quien tuvo un niño. Cuando el padre
de la joven se enteró de lo sucedido, ahogó al niño frente a sus padres, luego
mató al amante indígena. La madre desesperada se lanzó al río, convirtiéndose
en una apasionada por los niños y vengativa de la humanidad.
EL PATITO FEO
Todos esperaban en la granja el gran acontecimiento. El nacimiento de
los polluelos de mamá pata. Llevaba días empollándolos y podían llegar
en cualquier momento.
El día más caluroso del verano mamá pata escuchó de repente…¡cuac,
cuac! y vio al levantarse cómo uno por uno empezaban a romper el
cascarón. Bueno, todos menos uno.
Pero cuando por fin salió resultó que ser un pato totalmente diferente al
resto. Era grande y feo, y no parecía un pavo. El resto de animales del
corral no tardaron en fijarse en su aspecto y comenzaron a reírse de él.
- ¡Soy tan feo que ni siquiera los perros me muerden!- pensó el pobre
patito.
Continuó su viaje y acabó en la casa de una mujer anciana que vivía con
un gato y una gallina. Pero como no fue capaz de poner huevos también
tuvo que abandonar aquel lugar. El pobre sentía que no valía para nada.
Deseó con todas sus fuerzas ser uno de ellos, pero abrió los ojos y se dio
cuenta de que seguía siendo un animalucho feo.
Desde aquel día el patito tuvo toda la felicidad que hasta entonces la
vida le había negado y aunque escuchó muchos elogios alabando su
belleza, él nunca acabó de acostumbrarse.
MARGARITA LA AMARGADA
Margarita era un niña muy criticona a la que todo le parecía mal. Como
siempre estaba enfadada se ganó el apodo de Margarita La Amargada,
porque no había ni una pizca de dulzura ni en sus palabras ni en sus
gestos.
Un día, Margarita se dio cuenta que no veía bien la pizarra, pero no dijo
nada, porque por nada del mundo se iba ella a poner gafas. Los días
pasaban y Margarita cada vez sacaba peores notas. Sus padres y
profesores pensaron que era por su tozudez, sin darse cuenta que era su
soberbia lo que le impedía reconocer que no veía bien.
-Hay que ver qué pelo rubio tan mal peinado y tan sucio llevas. Y qué
vestido verde tan horroroso. Esas flores son lo peor que he visto en mi
vida. Y a ver si comes un poco menos, que parece que te estás poniendo
fondona. Aunque tampoco se puede pedir mucho, con lo bajita y lo fea
que eres.
-Si no es por ella, es por ti -le dijo la niña-. La niña que has descrito no
es nuestra nueva compañera, sino tú misma. Ella es más alta y está más
delgada que tú, tiene el pelo pelirrojo atado en un coleta impecable.
Además, no lleva vestido, sino unos pantalones vaqueros con una
camisa a cuadros blancos y rojos.
-Ya nos parecía a nosotras que esos nuevos vestidos que traes no son de
tu estilo y que esa nueva forma de peinarte no encaja.