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Este instrumento se elaboró para detectar varios aspectos de la conducta social en niños y
adolescentes. A partir de su aplicación se obtienen un perfil de socialización con
cuatro escalas de aspectos facilitadores (Liderazgo, Jovialidad, Sensibilidad social y
Respeto-autocontrol) y tres escalas de aspectos inhibidores o
perturbadores (Agresividad-terquedad, Apatía-retraimiento, Ansiedad-timidez). También se
obtiene una apreciación global del grado de adaptación social.
Las tres pruebas que la componen (BAS-1, BAS-2 y BAS-3) pueden
utilizarse individualmente o complementariamente para obtener una visión de conjunto
del evaluado. Así, la BAS-1 está destinada para que sea el profesor quién valore la
socialización del alumno; la BAS-2 para que sea respondida por los padres y la BAS-
3 como autoinforme para que sea respondido por el propio evaluado.
Los resultados de cada una de las pruebas resultan muy útiles tanto para detectar posibles
problemas en estas áreas, como para profundizar en el conocimiento del niño o adolescente
o planificar su orientación o intervención.
El Test de Raven consiste en encontrar la pieza faltante en una serie de figuras que se irán mostrando.
Se debe analizar la serie que se le presenta y siguiendo la secuencia horizontal y vertical, escoger uno
de las seis piezas sugeridas, la que encaje perfectamente en ambos sentidos, tanto en el horizontal como
en el vertical.
Se trata de un test de inteligencia no verbal en el que no suele utilizarse límite de tiempo, pero dura
aproximadamente 60 minutos. El Test de Raven se utiliza para medir la capacidad intelectual,
comparando formas y razonando por analogías, independientemente de los conocimientos adquiridos,
por lo que brinda información sobre la capacidad y claridad de pensamiento del examinado para la
actividad intelectual. Esta prueba obliga a poner en marcha el razonamiento analógico, la percepción y
la capacidad de abstracción.
Las Matrices Progresivas de Raven fueron creadas por John C. Raven en 1938 con el objetivo de evaluar
a un grupo selectivo de oficiales de la armada de Estados Unidos.
El cuestionario CEA parte de un completo modelo del funcionamiento mental para estudiar las
diferentes estrategias que los estudiantes pueden poner en juego en el proceso de
aprendizaje.
La prueba evalúa cuatro grandes escalas o procesos en los que se agrupan las
estrategias: Sensibilización, Elaboración, Personalización y Meta cognición. Estas, a su
vez, se subdividen en once subescalas correspondientes a las 11 grandes estrategias de
aprendizaje: Motivación, Actitudes, Afectividad-control emocional, Selección de información,
Organización de la información, Elaboración de la información, Pensamiento creativo y crítico,
Recuperación de la información, Transferencia, Planificación y evaluación, y Regulación.
A partir de los resultados de la prueba se obtiene automáticamente un perfil de las
puntuaciones del estudiante en cada una de las estrategias, que permite identificar el déficit
o capacidad estratégica de los alumnos para aprender. Así mismo, se generan dos informes
orientativos, uno para el profesor y otro para el alumno. En estos se incluyen recomendaciones
de acuerdo a los resultados de la prueba.