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SIMPOSIO INTERNACIONAL

POLÍTICA,
RECONOCIMIENTO,
GÉNERO Y JUSTICIA
EN AMÉRICA LATINA:
Tensiones y desafíos

MEMORIA

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Universidad San Francisco Xavier de Chuquisaca
Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO)

© 2016, Simposio Internacional “Política, Reconocimiento, Género y Justicia en


América Latina: Tensiones y Desafios Actuales.”
© 2016, Kathia Mercedes Zamora Márquez

De esta edición participan:

Phd. Eduardo Rivero Zurita, Rector Universidad San Francisco Xavier de Chuquisaca
Dr. Eduardo Rueda, Responsable Grupo de Filosofía Política CLACSO
Dra. Susana Villavicencio, Responsable Grupo de Filosofía Política CLACSO
C. Dra. Kathia Mercedes Zamora Márquez, Coordinadora USFXCH - CLACSO para el
Simposio Internacional

© Editorial: Rectorado Universidad SFXCH - FANCESA


© Edición y Supervisión: C. Dra. Kathia Mercedes Zamora Márquez.
© Diseño y Diagramación: Univ. Yasiendy Maluenda
Univ. Juan Pablo García Montero

Nº de Depósito Legal: 3-3-98-16 PO

Impreso en Imprenta “IMAG” Telf.: 64-27793

Colaboran en la presente edición:


Administración General: Mgstr. Isabel Urquizu Córdova
Logística y comunicación: Mgstr. Wilma Durán; Redes: Lic. Carolina Sivila
Publicidad, difusión y socialización: Universitarios de segundo año de la Carrera de
Comunicación Social, USFXCH, gestión 2016; Universitarios de los grupos 7, 8 y 9 del
primer año de la Carrera de Derecho USFXCH, gestión 2016.

Contacto: zamora.kathia@gmail.com

Sucre - Bolivia

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Eduardo Rivero Zurita
Rector de la Universidad
San Francisco Xavier de Chuquisaca
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INVITADOS INTERNACIONALES:
Grupo de Filosofía de CLACSO
• Dr. Eduardo Rueda (Universidad Javeriana-Colombia)
• Dra. Susana Villavicencio (Universidad de Buenos Aires-Argentina)
• Dr. Delfín Grueso (Universidad del Valle- Colombia)
• Dra. Alejandra Castillo (Instituto Pedagógico-Chile)
• Dra. Aurea Mota (Universidad Barcelona - España)
• Dra. Alejandra Ciriza (Universidad Nacional de Cuyo-Argentina)
• Dr. Adolfo Chaparro (Universidad del Rosario- Colombia)
• Dr. Álvaro Oviedo (Universidad Javeriana – Colombia)
• C. Dr. Kathia Zamora Márquez (Universidad SFXCH-Bolivia)

INVITADOS NACIONALES:

• Alvaro García Linera (Vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia)


• Dra. Sarela Paz (Universidad San Simón – Cochabamba)
• Mgster. Jorge Komadina (Universidad San Simón- Cochabamba)
• Dr. Farit Rojas (Universidad Católica – La Paz)
• Dra. Alejandra Ramirez (Universidad San Simón- Cochabamba)
• C. Dr. Fátima Tardío (Universidad SFXCH-Sucre)
• C. Dr. Marco Baldivieso (Universidad SFXCH-Sucre)
• Dr. Carlos Böhrt (Universidad San Andrés-La Paz)

UNIVERSITARIO:
• Wim Kamerberck (Universidad Católica de La Paz)

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Presentación
El Simposio Internacional “Política,
reconocimiento, género y justicia en
América Latina: Tensiones y desafíos
actuales”, pone en perspectiva
reflexiones contemporáneas
sobre el reconocimiento, la justicia y
el género en la región, cuya
actualidad y alcances se discuten en
la política democrática de hoy en
escalas que abarcan lo regional y lo
global. Este esfuerzo de tematización
requiere poner en diálogo a la
filosofía política con las ciencias
sociales, con el propósito de alcanzar
niveles de comprensión de la
conflictividad social y sus
complejidades que se generan en
América Latina, y de los caminos
posibles para su superación integral,
lo que supone establecer pactos
constitucionales y normativos.
Kathia Zamora
Coordinadora CLACSO - USFX

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EJES TEMÁTICOS QUE ABORDA EL SIMPOSIO

1. Reconocimiento, justicia y política.


2. Política democrática, estado de derecho,
administración de justicia.
3. Género, justicia; perspectivas de saber-poder.
4. Modernidad, colonialidad, interculturalidad.

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La política enmarcada entre el reconocimiento y los nuevos
actores políticos latinoamericanos y bolivianos
Primera parte
Introducción
Las mesas “Reconocimiento, Justicia y Polí-
tica” y “Política Democrática, Estado de De-
recho, Administración de Justicia” van estre-
chamente ligadas porque lo que se debate en
ambas es el criterio de la política, o sea, la ac-
ción del Estado, primero de aceptar las dife-
rencias que se encuentra en una totalidad so-
cial y, segundo de reconocer esas diferencias.
Las teorías de Axel Honneth, pero también de
Nancy Fraser, ayudan a este debate. Se tra-
ta, en otras palabras, de la “ampliación de un
horizonte moral de la sociedad”, como dice el
vicepresidente boliviano Álvaro García Linera,
así como de analizar lo social desde la justicia
y donde el sufrimiento es clave para entender
las luchas políticas que buscan cuestionar al
Estado que los ordena, que los gobierna, como
bien demuestra el profesor Delfín Grueso.

El matiz entre ambas exposiciones, lo deter-


mina el análisis de la realidad social que de
alguna manera, parece condicionado en lo
expuesto por el vicepresidente Álvaro García
Linera: es una lectura que se refiere al origen
y fundamento del momento histórico re-
ciente más importante de la historia política
boliviana, pero también a la ampliación de
derechos que el proyecto boliviano “Proceso
de Cambio” ha significado para amplios sec-
tores de la población boliviana, otrora mino-
ritarios, políticamente hablando. El profesor
Adolfo Chaparro, aporta con el análisis de la
biopolítica que se refiere a este contexto con
una exposición sobre la formación del nue-
vo panorama político boliviano, comentado
por Carlos Böhrt, quien fuese senador que
posibilitó la concertación del pacto consti-
tucional hacia la nueva Constitución Política
del Estado boliviano. El análisis y comenta-
rio de Sarela Paz al proceso constituyente
y a la construcción de la Constitución boli-
viana, define como corolario, la articulación
entre reconocimientos, justicia y política y
la política democrática y Estado de derecho.

Eduardo Rueda Se trata de dos mesas donde el debate


ayuda a profundizar al lector sobre
la coyuntura boliviana, pero desde la
Responsable Grupo Filosofía teoría de Honneth, se alcanzaría a pensar
Política CLACSO a las sociedades latinoamericanas.
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Mesa: "Reconocimiento, Justicia y Política”
Conferencia Inaugural: “Reconocimiento, Justicia y Política en el Estado
Plurinacional de Bolivia” 1
Alvaro García Linera –
Vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia.

M
uy buen día a todos. Un saludo respetuoso al Rector de la Universidad San Francisco Xavier
de Chuquisaca, Eduardo Rivero. A Kathia Zamora, a Susana Villavicencio, a Eduardo Rueda,
quienes han hecho posible esto que es muy importante para Bolivia y en particular para el
desarrollo de las Ciencias Sociales en Sucre. Quiero saludar a los profesores, a los expositores, a los
estudiantes. Por esta parte, quisiera felicitarte Kathia, a Eduardo, por haber logrado esto que no es
muy fácil. Uno de los hechos más importantes de la investigación, no solo en América Latina sino en
todo el mundo, es sacar a investigadores a aportar al desarrollo y crecimiento de nuestras socieda-
des. Es un lujo estar con la gente de CLACSO, conocemos su vasta trayectoria y su aporte en la inves-
tigación de Ciencias Sociales en América Latina. Quiero aprovechar la presencia de Eduardo Rueda
y agradecerle, porque fue una decisión de CLACSO que mi libro “La Potencia Plebeya” se publique,
cuando yo pensé que el mundo se olvidó de ese mi texto. Resulta que a partir de la publicación de
CLACSO, se han comenzado a leer mis publicaciones en distintos lugares del mundo, fue traducido

1 Conferencia Inaugural expuesta en 11 de abril de 2016, en el Paraninfo Universitario de la Universidad Mayor, Real y Pon-
tificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca, en Sucre – Bolivia.

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al alemán, al griego, al portugués, al francés, y al de lo que se llamó los grandes relatos, las gran-
inglés. Recientemente, estuve en Estados Uni- des utopías, el gran proyecto de la modernidad-
dos con la segunda edición del libro –muy cara, surgió en filosofía política una nueva forma de
valía como $us 240 y ni un solo dólar llegaba a interpretación, en referencia a los grandes rela-
mí -que no era necesario, lo que hizo CLACSO tos y los grandes proyectos de modernidad, que
fue permitir que “Pensamiento Boliviano” llegara eran las corrientes posmodernas. Estas, llevaron
a su novena edición. al debate un concepto que es muy útil, el de la
diferencia frente a la totalidad de universalidad,
Hoy quiero compartir un par de reflexiones. Sé de homogeneidad. El concepto de diferencia,
que se van a trabajar distintas temáticas y no po- de diferenciación, permitía oxigenar el debate
dré acompañarles, pero sí haré detenimiento en en Ciencia Política y Filosofía, en cuanto a cómo
las distintas temáticas que se van a abordar en se diferencia una colectividad, a las pautas o los
los siguientes días, con la presencia de invitados puntos que diferencian a los miembros de una
internacionales, que vienen de Colombia, de Es- sociedad.
paña, de Brasil, de Ecuador, de Argentina. Esta-
rán invitados nacionales de las distintas universi- En los años 70, nacen elementos para estudiar los
dades de Bolivia. Los temas son muy apetitosos, nuevos movimientos sociales, que reivindicaban
intelectualmente hablando. Yo quería reflexionar a los momentos sindicales. A diferencia de los
con ustedes un par de conceptos, y trabajarlos años 30, 40 o 60, que eran reivindicaciones que
en el contexto de Reconocimiento y Universali- tomaban en cuenta otro tipo de expectativas, de
dad, Diferencia y Universalidad, y a través de una actitudes y de colectividades. Frente a las ideas
lectura de la realidad social, los conceptos de de modernidad, nacía el relato posmoderno que
Democracia e Igualdad. clasificaba a la diferencia.

Estos son los temas que quiero reflexionar el día Como continuación tardía de la lectura moder-
de hoy, intentando dar un conjunto de pautas nista crítica, en la escuela de Frankfurt, grandes
para llevar este proceso. Como ustedes saben, filósofos desarrollaron la filosofía crítica desde
en la justicia a nivel mundial, principalmente la los años 30 y 40. Continuando el conjunto de
europea en los años 60 y 70 –a raíz del derrumbe reflexiones, muy útiles por cierto, uno de los

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mejores alumnos de esta corriente y seguidor refiriendo a aquellos sectores de la sociedad que
de Habermas, el profesor Axel Honneth, traba- emergen como nuevos movimientos sociales:
jó una amplia categoría que con el tiempo, se como minorías, pueden ser étnicas, regionales,
articulará en el debate público posterior sobre de género, de estudio, etc. La sociedad prime-
la diferencia, el concepto de Reconocimiento en ro, ha afianzado su diferencia, y una vez que la
su libro “La Lucha por el Reconocimiento”, que diferencia está afianzada –en algunos casos, de
es un texto que se debe leer obligatoriamente una manera autoreferenciada- plantean luego a
en Ciencias Sociales. No voy a resumir el libro, la sociedad su reconocimiento. La teoría posmo-
pero quiero resaltarlo para estudiar la realidad dernista ayuda a entender cómo se cristaliza, se
boliviana, por el aporte que hace Honneth para consolida, se prioriza, a las diferencias al interior
analizar procesos de diálogo. Para el estudio de de una totalidad social. La Teoría Crítica nos per-
las luchas sociales, el autor introduce un concep- mite ver en esa diferencia en la sociedad, a partir
to nuevo, que parte del sufrimiento como motor de un sufrimiento, que se puede llegar a una am-
de la lucha. Ese sufrimiento es el que padece una pliación moral del horizonte de la sociedad.
colectividad social ante otra colectividad social.
Donde se gatilla la demanda y se lucha por ser Estudiar la potencialidad es vigor de la llamada
reconocidos. En este sentido, Honneth nos dice minoría social. Acababan de surgir los movimien-
que es la lucha por el reconocimiento de un sec- tos negros, como sujetos de la transformación
tor que ha visibilizado su sufrimiento del objeto universal, y desde la mirada posmodernista, es
por parte de la sociedad, que la sociedad así am- el tiempo de los sujetos diferenciados, que son
plía el horizonte moral. portadores de un potencial de admiración de los
hombres de la sociedad. Con estos conceptos,
¿Por qué el reconocimiento de derechos tiene ¿cómo estudiamos lo que ha sucedido en Bolivia,
un corte moral en una sociedad? Porque muchos en los últimos 15 años? Podemos tomar otros
elementos no solo exigen que uno manifieste su sujetos, pero quiero detenerme en el sujeto in-
demanda, que en un acto de dignidad manifieste dígena originario campesino. A diferencia de
su agravio, exigen también que el interlocutor o lo que planteaba la Teoría de los Movimientos
los interlocutores acepten una responsabilidad Sociales francesa, en el caso del sujeto indígena
moral con la colectividad agraviada. Es una mi- originario campesino, estamos hablando de una
rada donde el sujeto objeto del agravio del sufri- mayoría, no de minoría, sino mayoría, “minori-
miento y demandante de reconocimiento actúa, zada políticamente” por así decir. Al interior de
pero también actúa con respecto al conjunto de ese sujeto indígena originario campesino, exis-
los otros actores sociales. Y cuando es reivindi- ten tres lecturas, tres lecciones, tres corrientes: la
cado este sujeto en sus derechos, es porque ha indianista, la katarista y la sindicalista.
habido una ampliación del horizonte moral de
la sociedad. Las personas que conviven con “los La indianista plantea que en Bolivia todos somos
que reclaman” deben haber aceptado una res- indios, y por tanto, hay que reconocer nuestra in-
ponsabilidad moral, y cuando se produce esta dianitud y los que no son indios, tienen que irse a
subjetivación tenemos la consolidación de los Europa, porque son una pequeña minoría. Es una
derechos. Esta es una manera bien bonita de respuesta a la negación que plantea el discurso
estudiar el avance de los derechos, que no solo clasista de Estado en sus distintas etapas, que
es un tema de distinguir, sino también un tema decía que los indígenas “no tenían alma”, des-
para seducir. No es solo plantear, sino también pués que “sí tenían alma” pero que eran “meno-
involucrar a los otros que no son parte del sujeto res de edad”, luego que son “menores de edad”
demandante. En este sentido, Honneth habla de pero que tienen que ser “transformados para ser
una ampliación del horizonte moral de una so- civilizados”. Ante esto, surge la respuesta del in-
ciedad. Un derecho es una forma de ampliación dianismo, que es como dar la vuelta, dice: “aquí
del horizonte moral de una sociedad. todos somos indios, y los que no son indios per-
tenecen a la minoría de los europeos que tienen
¿Por qué he emulado estas teorías que contie- que irse a Europa y dejar autogobernar”. Esta es
nen corrientes filosóficas distintas? Porque de la respuesta del indianismo clásico de los años
alguna manera, hay una articulación práctica de 70. Lo que plantea es no tanto el reconocimien-
la manera de trabajar esta lucha de poder del to del otro, el dominante, sino prácticamente
reconocimiento. Porque prácticamente, se está su destrucción. Aquí no hay política de recono-

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cimiento, frente al interlocutor que domina, no Estoy hablando de los años 60, 70 y 80. Tenemos
hay un reconocimiento diferente a la negación. al interior del sujeto indígena-originario campe-
sino tres corrientes que se retroalimentan, que
Hay una segunda corriente ideológica-política al con el tiempo una se coloca sobre otra, pasado
interior del sujeto indígena que es el katarismo. el tiempo unas se articulan con otras, pero en el
El katarismo plantearía que así como existen los interior se pueden diferenciar estas tres.
indígenas, también existe el sujeto que no reivin-
dica sus raíces indígenas, sino lo salarial-asociati- La pregunta que nos hacemos es acerca de cómo
vo-sindical. El katarismo exige la visibilización de el sujeto indígena-originario campesino se ha
las naciones indígenas-originarias y el reconoci- convertido en sujeto universal. El gran aporte de
miento por parte del Estado, el reconocimiento realidad y la teoría boliviana frente a la mirada
por parte de los sectores gobernantes. Es decir, de las teorías de la lucha por el reconocimiento
no hay en la teoría del reconocimiento el tema que abarcan a minorías con capacidad de inter-
de la jerarquía o el comando de reconocimiento. pelación al Estado. Pero en tanto minorías socio
políticas, lo que ha sucedido en Bolivia es que no
Y tenemos por último, la tercera corriente que hablamos de minorías y no hablamos de un suje-
podemos denominarla como corriente sindical, to local, sino de un sujeto con capacidad de rei-
más orgánica y menos académica en cuanto a vindicación general, es decir, nacional-general.
estructura. Su discurso y su acción de moviliza- Lo que ha sucedido en Bolivia es que la presencia
ción desde las propias comunidades de base, de los indígenas no es tanto una presencia de
desde los propios sindicatos agrarios de base, es una minoría que reclama reconocimiento, sino la
el horizonte de las reivindicaciones. La temática presencia de una mayoría que reclama y cons-
identitaria no está presente, pero sí lo está la ar- truye un nuevo mundo, un poco a semejanza del
ticulación en torno a reivindicaciones de clase. proyecto universalista del movimiento obrero
del siglo XIX y principio del siglo XX. Es decir, el
movimiento indígena-originario campesino no
solo reivindica un reconocimiento, sino un uni-
verso, una manera total y sistémica de organizar
la economía, la política, la sociedad y las ideas.

¿Cómo se logra esto? ¿Cómo es que el sujeto


indígena originario campesino es un sujeto uni-
versal, es decir, un sujeto nacional-estatal que se
logró mediante una convocatoria a toda la socie-
dad? Este sujeto colectivo no solo plantea su re-
conocimiento, sino que plantea la acción conjun-
ta del resto de los sujetos subalternos. Ya no se
trata de una reivindicación local, particular, sino
de un sujeto que es portador de reivindicación
general, total, universal.

¿Cuáles son los universales que reivindica el su-


jeto? Nacionalizar los hidrocarburos, que no solo
es una demanda del movimiento indígena, que
no solo es una demanda del movimiento obrero
o estudiantil, sino una demanda de todos, pri-
mer momento de construcción de un proyecto
universal. Segunda cualidad, que contribuye a
la construcción de un sujeto universal llamado
movimiento indígena originario campesino: la
Asamblea Constituyente es la forma de solucio-
nar su agravio. La forma de buscar su reconoci-
miento no es reconociendo la jerarquía predo-
minante, sino la posibilidad de construir nueva

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jerarquía, todo bajo una relación de igualdad.
Esta forma de buscar el reconocimiento señala
también que el mandatario, el soberano, habrá
de firmar el derecho reconocido y conquistado
con ampliación moral de responsabilidad. Es de-
cir, el soberano es objeto de duda y de querella,
en la que se exige al mandatario definir derechos
conjuntamente.

El pedido de nacionalizar y la Asamblea Consti-


tuyente son los momentos en los que el sujeto
indígena originario campesino incorpora un pro-
yecto de convocatoria universal en torno a sus
propios liderazgos. Una segunda época del su-
jeto indígena originario campesino se da cuando
se propone desmontar un elemento estructural
de la sociedad boliviana, un elemento estructural
no solamente ético, no solamente espiritual, no
solamente discursivo, sino de elemento material
de la organización de la economía y del Estado
boliviano, o en palabras más sociológicas, des-
montar la etnicidad como capital. Esta hipótesis
dice que hay sociedades coloniales cuando exis-
ten los elementos de constitución imaginaria so- una nueva articulación del mando material de
cial. La etnicidad se define en bien acumulable, los reconocimientos. Es decir, hay un lugar don-
acaparable, es la etnicidad como capital (ahora de se objetiviza el derecho: el Estado, este sujeto
media baja). Pero lo que diferencia a una socie- se percibe como núcleo articulador del Estado.
dad colonial de una no colonial es que hay un
Hay una especie de fusión de modernismo y
cuarto capital, bien acaparable, que estructura
posmodernismo en el proceso político boliviano.
las clases sociales, es decir, la plenitud social.
¿Cómo se logra esto? Mediante un doble proce-
¿Qué es lo que hace el sujeto indígena origina- so: el sujeto indígena originario campesino logra
rio campesino? Es desmontar la estructura como el reconocimiento constitucional y legal de sus
capital, y a cambio de tener un apellido de ori- identidades como identidades nacionales, como
gen extranjero, tener la piel más blanqueada o país de 36 naciones, y a la vez, esto se completa
la blanquitud social que permitan a una perso- con un proceso de indianización de la identidad
na acceder a puestos de mando, de jerarquía, de estatal boliviana y del propio Estado. Si el suje-
decisión, lo que sucede con el sujeto indígena to indígena-originario campesino solo se habría
originario campesino es que en un intento de quedado en el reconocimiento de sus identida-
descolonización ha demolido, desmontado, fi- des por parte del Estado, las teorías de la dife-
nalizado, el capital étnico como un elemento de rencia y del reconocimiento de Honneth funcio-
constitución de las clases sociales en Bolivia. Es narían perfectamente. Pero en el momento que
decir, ha desmontado una estructura cuasi ina- el sujeto indígena dice “yo también soy Estado”,
movible de los últimos 500 años en Bolivia, que que no solo se le reconozca como indígena, sino
afecta su clase, derecho social, que devalúa sus en lo que llamamos Bolivia, que el mismo Estado
posesiones y que modifica su posición dentro cumpla una estructura de modificación del co-
del Estado social boliviano. Estamos hablando mando de regulación y ejecución de derechos.
de una modificación de un componente mate- Se trata de una manera novedosa de resolver el
rial de constitución de la economía del Estado problema de las nacionalidades: recibir recono-
boliviano. cimiento por parte de su soberano, y su sobera-
no a la vez se reconoce como indio.
Por último, una tercera acción del sujeto indíge-
na originario campesino es que no solo propone Yo creo que este es uno de los aportes prácticos,
su reconocimiento, sino que propone también teórico fundamentales que hace el proceso re-

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volucionario boliviano. Quiero cerrar resumien- cho; pero también hay un núcleo articulador de
do rápidamente el otro diálogo conceptual que la democracia, y mi propuesta es que el núcleo
quería poner adelante en la mesa, democracia e articulador de lo democrático es el ejercicio del
igualdad. Se creía que los grandes relatos uni- derecho a los derechos, o del derecho a produ-
versalistas habían pasado de moda, aquí pongo cir derechos. El ejercicio del derecho a producir
una interrogante a mi teoría. Esto funciona con derechos que, cuando uno estudia la historia de
naciones indígenas grandes, se requiere otra los Estados contemporáneos, la ampliación de
base conceptual para estudiar a las naciones in- derechos jurídicos, la ampliación de derechos
dígenas minoritarias. Esta base conceptual no políticos, la ampliación de derechos económicos,
funciona, ahí se prefiere remover la teoría, estu- noto, como propone Marshall, que en realidad,
diar mejor, educarse más, porque lo que acabo los derechos están articulados permanentemen-
de decir no funciona en el caso de los indígenas te. Un avance en los derechos políticos, son un
minoritarios, donde la relación con el soberano avance de los derechos jurídicos y brinda un tipo
aún no ha sido construida. de bienestar también económicos.

Ahora, quiero iniciar un debate sobre democra- Esta es una nueva manera de ver la democra-
cia e igualdad. En este caso, mi teoría es una teo- cia, porque nos permite ver la democracia como
ría liberal. En el ámbito de la teoría liberal más movimiento. Como algo que se va construyendo
o menos contemporánea, se tiene una manera permanentemente, que se va renovando. Permi-
de conceptualizar a la democracia como selec- te ver a la democracia como abordaje integral
ción de gobernantes, que utiliza a la democracia de las instituciones del Estado. Permite ver a la
como un método de resolución de conflictos, lo democracia no únicamente como tema de ins-
que es la teoría minimalista y teoría procedimen- titucionalidad jurídica, sino de institucionalidad
tal de la democracia, que es básicamente la que del aparato económico-material. Por último, te
más me gusta de la teoría liberal. La democra- permite ver a la democracia como un proceso
cia también tenía un conjunto de principios y un que permanentemente tiene que ver con liber-
conjunto de valores, como han planteado en el tad. Hemos de hablar de democracia como mo-
debate boliviano los conservadores, es difícil de- vimiento, cuando se van construyendo los dere-
mandar la democracia en tanto Estado de Dere- chos, nuevos recursos de participación. Cuando
cho, únicamente. hay eso, hay democracia. Es decir, que el núcleo
de lo democrático es aquello que habían reflexio-
En los años 80, en el debate de la izquierda, la nado ya los antiguos griegos: el derecho a la par-
democracia era entendida como derechos y li- ticipación, es la ampliación continua de la políti-
bertades. Me acordé ahorita de un libro recien- ca. Hoy en Europa y Estados Unidos, se hace el
temente editado en Argentina, que señala que el intento de reducir lo democrático a un tema de
debate de la Asamblea Constituyente francesa, el derechos políticos, de procedimientos, y yo creo
Órgano Judicial y el Órgano Ejecutivo eran sim- que solo es una manera de mantener su perma-
plemente unas comisiones del Poder Legislativo. nencia democrática. Entonces la democracia es
El Poder Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, son una actividad que no solo toca las puertas del
construcciones muy contemporáneas en el inicio Congreso, no solo toca las puertas del Ejecutivo,
de la modernidad y la construcción de Estados de los deberes y reconocimientos, sino que es
modernos. No siempre fue así, como algo obvio una puerta que toca inevitable y necesariamente
en el debate de la construcción francesa, el cum- las puertas del Banco Central, las puertas de los
plimiento del derecho estaba igualmente, en una recursos, de las empresas, de la propiedad. Hay
comisión del legislativo. un proceso creciente de igualdad material, cultu-
Estado de Derecho, es la última muletilla con ral, política, etc.
la que los profesores liberales, digamos, plan- Creo que estos son los elementos que podrían
tean sus demandas, de exigencia de justicia al ser objeto de debate, de diálogo. A partir de es-
proceso democrático en Bolivia. Yo ya decía en tas corrientes, es que he intentado reunir en bre-
mi intervención que democracia es un medio ve lo que considero importante en el ámbito de
de resolver conflictos, es derechos y libertades la democracia y en el del reconocimiento, con los
que potenciaron obreros en los años 70 y 80, es aportes que da este proceso político boliviano.
principio de valores éticos, es Estado de Dere- Muchas gracias.

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"Injusticia y luchas por el reconocimiento
¿Objetividad cognitiva o
preeminencia política”

Delfín Grueso (Colombia)


Universidad del Valle, Cali

M
i intervención se inscribe en el marco general de la filosofía política, y de una manera más
específica, en su reflexión sobre la justicia. El tema a tratar es el nexo entre la injusticia y las
luchas por el reconocimiento, atendiendo a dos tendencias de nuestro tiempo, una expre-
sada en el campo de los movimientos sociales y otra en el de la filosofía. En efecto, por una parte,
existe una tendencia creciente a presentar las reivindicaciones y demandas en términos de recono-
cimiento, reemplazando en cierta manera la más familiar gramática del derecho y de la economía
política; tendencia que corre pareja con una valoración creciente de las identidades y de las diferen-
cias. Hay, por otra parte, una significativa recepción filosófica de esa tendencia y una articulación de
estas demandas como problemas a los que las teorías de la justicia deberían ofrecer soluciones. Por
el camino se ha terminado por afirmar que el debido reconocimiento es una necesidad humana vital
y que su negación es una injusticia, lo cual comporta un giro drástico en los enfoques tradicionales
de la justicia y un desafío desestabilizante cuyo alcance en el campo normativo no se ha establecido
suficientemente.
De la primera tendencia, la de las luchas sociales y políticas, tenemos ejemplos en diferentes con-

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textos y ciertamente de una manera creciente en en la negación del reconocimiento. Por otra par-
nuestra América. Ahí están las reivindicaciones te, está la dificultad de sobredimensionar el re-
étnicas y culturales, las del movimiento indíge- conocimiento como tarea de la justicia, de forma
na y de las comunidades afro, pero también las tal que desatendamos los conflictos en torno a
luchas de las mujeres y del movimiento LGBT. los recursos materiales, la igualdad y la libertad,
En varios de nuestros países se evidencia, como como si las agendas socialista y liberal, que nos
en el mío, Colombia, este renovado aire del fe- enseñó, con sus obvias diferencias, a legitimar
minismo, del multiculturalismo, de las luchas de este otro tipo de luchas, estuvieran agotadas.
resistencia cultural. Y su impacto en las agendas
legislativas, en el orden institucional y el modo Quienes tienen alguna familiaridad con la lite-
en que está obligando a una apertura hacia la ratura filosófica en torno al reconocimiento de-
diversidad étnica, lingüística y religiosa, así como tectarán, de inmediato, en mi modo de plantear
de género y de orientación sexual. No todas esas estas cosas, la influencia del debate entre la fi-
luchas apelan al lenguaje de la identidad y del lósofa norteamericana Nancy Fraser y el alemán
reconocimiento, es cierto: a veces lo que se quie- Axel Honneth. Y, efectivamente, me centraré en
re es obtener acceso a la tierra, al trabajo, a la un aspecto de ese debate por un momento, sólo
igualdad; a veces se trata de demandas que no para volver sobre las implicaciones políticas que
significarían en sí una objeción a la libertad y la puede tener, en términos de nuestro variado y
igualdad en sentido liberal, con su democracia distinto contexto cultural, el acoger sin más, este
formal y su Estado de derecho. Se trata de exigir giro del lenguaje reivindicatorio, esta gramática
que se cumplan las viejas promesas de la Mo- del reconocimiento.
dernidad Política. Pero no se puede negar que,
La dependencia relativa de la filosofía con res-
en sus versiones más osadas, las reivindicaciones
pecto a la teoría social es más notoria cuando el
en términos de reconocimiento desafían abier-
abordaje del asunto se hace, como ocurre con
tamente los lenguajes al uso y la capacidad de
los dos autores que acabo de mencionar, que-
respuesta institucional ya establecida.
riendo honrar, aunque de un modo distinto, la
Entre el fenómeno de la lucha social y los esfuer- perspectiva de la Teoría Crítica; reivindicar el
zos conceptuales y normativos de la filosofía, programa de la vieja Escuela de Frankfurt. Esto
están, como mediación necesaria, los estudios los obliga, en primer lugar, a conectar la filosofía
propios de las ciencias sociales; las cada vez más con las ciencias sociales, a dialogar con sus teo-
numerosas investigaciones que interpretan los rías y sus resultados investigativos. Pero además,
conflictos en términos de lucha por el reconoci- los obliga a comprometer la reflexión filosófica
miento, como lo puede constatar una rápida re- con los movimientos reivindicatorios, con la lu-
visión a las bases de datos. Y las ciencias sociales cha por la emancipación social. Tratando estas
ya enfrentan, por eso, la necesidad de establecer cosas, intentaré llevar mi intervención, como
la idoneidad conceptual y metodológica para dice el título, a la tensión que puede haber entre
afirmar que, efectivamente, se trata de luchas la objetividad cognitiva, es decir, las credenciales
por el reconocimiento. No es ése, como trataré para afirmar, en términos comprensivo-explica-
de mostrar en breve, un problema al cual pueda tivos, que los conflictos sociales, o algunos de
ser indiferente la filosofía misma, como empresa ellos, son luchas por el reconocimiento, de una
intelectual, si ella también va a asumir que hay parte, y de otra, la validez de acudir a este len-
luchas por el reconocimiento. Y más aún si pre- guaje para reinterpretar necesidades e intereses
tende abordar esto en términos normativos. Por que ya se habían articulado al tenor de otras uto-
lo menos debe atender el llamado de atención pías emancipatorias. Debo anticipar que, pese a
de quienes le advierten no plegarse demasia- que me ocupo en buena parte, por la influencia
do pronto, ni demasiado fácil, a este giro de las del debate entre Honneth y Fraser ya mencio-
luchas sociales y de algunos enfoques científi- nado, de los aspectos epistemológicos y onto-
co-sociales. Por una parte está la dificultad y tal lógicos del asunto, mi intervención va en otra
vez la inconveniencia de hacer depender el abor- dirección: apunta a reivindicar los derechos de
daje filosófico-normativo de una teoría social la política, si se puede decir de ese modo. No
capaz de explicar los conflictos sociales, o una niego con esto la utilidad de filosofar prestando
parte de ellos, como conflictos en torno al reco- atención a ciertos resultados de la investigación
nocimiento; más aún, afirmar que esos conflictos social empírica; pero pienso que la filosofía polí-
son la expresión de una forma particular de in- tica debe ser algo más que una proyección de las
justicia y que esa injusticia consiste, ante todo, ciencias sociales. Creo que ella cumple un mejor

18
papel, como decía Rawls, como una parte espe- supuesta, o la lectura sociológica de que dispo-
cífica y diferenciada de la vida política; como una nen. A las teorías de la justicia este examen po-
continuación de los debates políticos a otro ni- dría serles menos exigente, pues se espera que
vel. Si se reivindica este nexo de la filosofía con acrediten más bien su validez moral, sin que eso
la política, matizando el rodeo por las ciencias las excuse del todo de cumplir ciertas condicio-
sociales, se podría establecer más claramente su nes de deseabilidad y aplicabilidad. Pero las que
vínculo con los procesos emancipatorios, con el se inscriben en el marco de la Teoría Crítica están
continuo proceso social de tratar de superar las en serios problemas si muestran un marcado dé-
injusticias. Eso es más o menos lo que me pro- ficit en lo sociológico y en lo teórico-social, dada
pongo sostener aquí. la factura específica de esa tradición y la historia
de su desarrollo.
Paso ahora a reconstruir lo que, a mi juicio, es el
problemático nexo entre la filosofía política de Porque podría decirse que, a grandes rasgos, el
vocación crítico-teórica y los movimientos socia- programa original de la Escuela de Frankfurt fue
les que luchan contra las injusticias, cuando esta- una forma de corregir el déficit sociológico del
blecen su lucha en términos de reconocimiento. marxismo. Habermas siguió ese gesto al presen-
tar su filosofía como una corrección de lo que
La cuestión del diálogo con las ciencias sociales considera un déficit sociológico de Horkheimer
a propósito del reconocimiento y Adorno. Y más recientemente Axel Honneth ha
presentado su teoría como una corrección del
Como un hecho general, deberíamos aceptar
déficit sociológico de la teoría de la acción co-
que las teorías filosófico-políticas se exponen
municativa habermasiana. Por eso tiene gran im-
con relativa frecuencia al examen de idoneidad
portancia la cuestión que Honneth trae con rela-
de la teoría social a la que apelan, o que dan por
ción a Nancy Fraser y que podría tocar a aquellos

19
que, dando cuenta de los conflictos sociales, afir- ducida y diseminada. En síntesis: se le apostaba
man que ellos son conflictos en torno al reco- a un trabajo interdisciplinario, estrechamente
nocimiento: la acusación de estar apelando a un ligado a las luchas por la emancipación social,
‘artificio sociológico’. en el cual las ciencias sociales fueran capaces de
proveer el sustento más sólido.
Para entender esto último sirve un poco remitir-
se a la primera corrección de que he hablado, la Más tarde Honneth ha venido a señalar que lo
que la Escuela de Frankfurt pretendió hacerle al problemático ha sido, desde el comienzo, que
marxismo. Ella emerge del hecho de que, hacia la la Teoría Crítica haya sido “moldeada por una
segunda y tercera décadas del siglo XX, el mar- peculiar inestabilidad para analizar la socie-
xismo no tenía cómo hacer creíble la pretensión dad”; que la solución propuesta por Horkheimer
de que el proletariado era el sujeto histórico de no fuera satisfactoria en términos sociológicos,
la emancipación social y la víctima por excelen- pues el basamento para la crítica social estaba
cia del sistema capitalista. No había cómo elu- establecido sobre una filosofía de la historia que
dir, ante la avasalladora lección de los hechos conceptualmente reducía el proceso del desa-
políticos y sociales, que el marxismo finalmente rrollo social a la dimensión de dominio de la na-
descansaba en una inconfesada metafísica de turaleza. Dicho en otras palabras, “en contraste
la historia; algo problemático para una filosofía con la tarea sociológica de investigar la realidad
que había proclamado el fin de la filosofía. Fren- social con referencia al trasfondo de experien-
te a eso, como lo ha sintetizado Habermas, Max cias de los grupos específicos y el proceso cor-
Horkheimer proponía “continuar la filosofía por porativo de crear patrones sociales orientadores,
otros medios, los de las ciencias sociales”. Par- Horkheimer parecía encerrado en una estructura
tía de dos premisas: 1) Que las ciencias sociales programática de investigación social crítica”. Su
fueran capaces de echarse encima la carga de la énfasis en la tesis del dominio humano de la na-
prueba de las fuertes pretensiones filosóficas; y turaleza terminaba por convertir a la sociología
2) Que el curso de la historia asegurara que la ac- en “una ciencia auxiliar”, un saber que le cedía la
titud crítica, de la cual el trabajo interdisciplinario primacía a la economía política y al psicoanálisis.
debería ganar su impulso, emergiera objetiva- Esto cerraba tremendamente las oportunidades,
mente de los conflictos sociales y fuera repro- pues “entre el modelo marxista del trabajo social
y el modelo psicoanalítico de la socialización de
los instintos individuales, no había un tercer mo-
delo en conexión con el cual pudiera desarrollar-
se la estructura de la acción cultural o de la lucha
social”. Esta es básicamente la crítica de Honneth
al programa original de la Teoría Crítica.
Mirando más de cerca la teoría de la evolución
social de Horkheimer, Honneth hace notar que
en ella está ausente la dimensión de lucha social.
Lo que prima es la dominación de la naturale-
za, la auto-preservación a través del proceso de
trabajo social, que se convierte así en la única
dimensión en la cual la sociología del progreso
toma lugar. Con esto, cree, la sociología le cede
la primacía a la economía política.
Pero ese problema, a los ojos de Honneth, no
lo tiene sólo la primera Teoría Crítica y en par-
ticular Horkheimer. Lo ha venido a tener la mis-
ma sociología como consecuencia de la forma
en que se ha desarrollado. Ya no juegan en ella
un rol significativo las creencias acerca de la le-
gitimidad, ni los sentimientos de injusticia, ni de
las disputas morales o de los consensos norma-
tivos. Las categorías morales han desaparecido
del vocabulario teórico de la sociología; no son

20
incorporadas para explicar el orden y el conflicto cimiento”. Una gramática moral de los conflictos
social. En esto, la actual sociología contrasta con sociales, que Honneth termina involucrado en
la de los padres fundadores (Weber, Durkheim los debates contemporáneos sobre la justicia, sin
y Parsons) cuya concepción básica del mundo que él mismo se haya propuesto construir una
social sólo podía entenderse a través de los con- teoría de la justicia al modo de Rawls u otros. Y
ceptos, modelos e hipótesis de una teoría de la es al tenor de ese involucramiento que Honneth
moralidad. Lo que prima ahora es una sociolo- termina debatiendo con Fraser y acusándola de
gía basada en modelos explicativos más propios hablar de luchas por el reconocimiento apelando
de la biología y de la economía. A su parecer, a un “artificio sociológico”; acusación de la cual
la Teoría de la acción comunicativa de Haber- paso a ocuparme.
mas fue el último gran intento de una teoría de
la sociedad levantada sobre la base de la filosofía El artificio sociológico de Fraser
práctica.
Aquello que Honneth critica en Fraser se ha
Tomando en cuenta lo que Honneth echa de desarrollado en el marco de los debates sobre
menos en la tradición teórico-crítica y aún en la cómo responder en justicia a los grupos subor-
sociología, se hace un poco más entendible lo dinados y a la cuestión de si los modelos redistri-
que ofrece como explicación del conflicto social butivos ya no tienen nada que hacer frente a las
a partir de su noción de reconocimiento inter- demandas de reconocimiento; básicamente el
subjetivo. El suyo es un enfoque que articula, al debate que Fraser había sostenido con Iris Ma-
tiempo, una teoría de la constitución de la iden- rion Young en la década de los 90s, fungiendo
tidad personal y una teoría de la sociedad; un ambas como teórico-críticas. Lo pertinente aquí
enfoque que tiene connotaciones tanto com- de ese debate, es la conclusión de Fraser de que
presivo-descriptivas en relación con la sociabili- hay grupos que sí luchan por el reconocimiento.
dad humana y con el conflicto social, como críti-
Ésa es la piedra del escándalo para Honneth. Él
co-normativas y que él ha pretendido presentar
la acusa de torcer las cosas para mostrar que los
como una teoría crítica del reconocimiento. Con
nuevos movimientos sociales (de las mujeres, de
el tiempo en dicho enfoque ha venido a ser clave
minorías étnicas y sexuales ante todo) están lu-
la noción de agravio moral, que permite enten-
chando, en buena parte, por el reconocimiento
der las relaciones entre un sujeto necesitado de
de su identidad colectiva. Su error habría consis-
reconocimiento y una sociedad permeada por
tido en comenzar agrupando, bajo con el título
patologías.
de ‘política de identidad’, de entre una variedad
En la medida en que ha desarrollado ese enfo- de conflictos sociales actuales, sólo a aquellos
que, Honneth se ha sentido en capacidad de de- que acceden a la esfera pública; y aun ignorar,
cir que el viejo programa de la Escuela de Frank- entre estos últimos, a los que persiguen objeti-
furt, el que trazaron Horkheimer y Adorno, “dejó vos de exclusión y opresión social. Hecho eso, y
de existir en su sentido original, es decir, como eliminando las raíces históricas de los movimien-
empresa con un enfoque interdisciplinario para tos escogidos, es fácil unificarlos bajo el rótu-
hacer un diagnóstico crítico de la realidad social”. lo de una “política de identidad” y concluir, sin
Y propone en cambio una filosofía social, capaz mayores pruebas, que el reconocimiento de su
de “determinar y discutir aquellos procesos evo- identidad es lo que estos movimientos quieren
lutivos de la sociedad que puedan entender- y lo que se les debe dar. Para Honneth, quien
se como evoluciones desatinadas o trastornos, habla del reconocimiento así, sin el concurso de
es decir, “patologías de lo social”. Nos sugiere una teoría, ve sólo los movimientos que quiere
avanzar hacia una Teoría Crítica que, para decirlo ver y escucha de ellos sólo lo que quiere escu-
foucaultianamente, debe diagnosticar el mal del char: que están demandando reconocimiento.
presente, las patologías sociales. Intenta alcanzar Pero no lo puede probar.
una filosofía social que -a diferencia de la filoso-
Apelar a un “artificio sociológico” de esas di-
fía moral, por un lado, y de la filosofía política,
mensiones acarrea dos problemas: por una par-
por el otro- pueda entenderse como una instan-
te, tergiversa la realidad; por la otra, abre serias
cia de reflexión en cuyo marco se discuten las
interrogantes con relación a la validez de su con-
pautas de las formas atinadas de vida social.
clusión normativa: aquella de que hay que darles
Es desde esa empresa intelectual, que arranca reconocimiento.
con la publicación de “Las luchas por el recono-
Con una teoría social válida, y con una lectura

21
sociológica de los conflictos más seria, nos aho- “no sólo (…) los movimientos que pretenden re-
rraríamos esos problemas. Para comenzar, los valuar las identidades injustamente devaluadas
objetivos morales se podrían justificar sólo in- –por ejemplo, el feminismo cultural, el naciona-
directamente, a partir de una ‘terminología in- lismo cultural negro y la política de identidad
dependiente’ de lo que los movimientos dicen. gay- sino también tendencias deconstructivas,
Porque aun si los movimientos sociales están de- como la política homosexual, la política ‘racial’
mandando reconocimiento –cosa que para Hon- crítica y el feminismo deconstructivo, que recha-
neth está lejos de ser clara-, no es obvio que el zan el esencialismo de la política tradicional de
reconocimiento sea la respuesta moralmente vá- la identidad”.
lida. El crítico-teórico, además, no se puede aho-
rrar el trabajo de interrogar la realidad más allá Hay más: Young y Fraser no han sentido que de-
de lo que se agita en la esfera pública. Tiene que ban honrar la objetividad en el nivel exigido por
ser capaz de llegar a las formas de sufrimiento e Honneth. Young ha dicho que lo que hay que ha-
infelicidad causadas institucionalmente e identi- cer es seguir el grito desesperado de los grupos
ficarlas en sí mismas. Debe ser capaz de identifi- oprimidos. Fraser, aunque discrepa de Young en
car objetivamente el nexo entre el no-reconoci- muchos puntos, en éste parece coincidir con ella.
miento y la injusticia, incluso allí donde él no ha Para ambas la tarea del filósofo es, según la Teo-
sido identificado y articulado en las demandas ría Crítica, esclarecer los fines normativos de las
de los movimientos sociales. La versión nortea- luchas sociales. En esto Honneth no discrepa de
mericana de la teoría crítica de la justicia como ellas, sólo que él insistirá en que se debe acceder
reconocimiento, en cambio, no puede ir más allá a una “interpretación sociológicamente rica de
de lo que dicen los movimientos sociales. Ahora las reivindicaciones normativas implícitas en los
bien: ¿tiene razón Honneth en lo que dice? conflictos sociales del presente”.

Diferencias entre Honneth y Fraser con relación Hay todavía otra diferencia: mientras para Hon-
al reconocimiento. neth el reconocimiento es la categoría moral
fundamental y la redistribución no es más que
En algunas cosas sí. Fraser, es cierto, no tiene una forma de reconocimiento. Fraser, en cam-
una teoría del reconocimiento tan elaborada, bio, no admite subsumir la redistribución den-
en términos teórico-sociales, como la que tiene tro del reconocimiento. Y mantiene, todavía en
Honneth. Habría que agregar que, en su caso, el su debate con Honneth, la perspectiva dualista
reconocimiento nada tiene que ver con la filoso- que defendió frente a Young. Luego incluirá la
fía de Hegel, fundamental para elaborar la teoría ‘participación política’, junto a la ‘redistribución’
honnethiana. Fraser y Young, en cambio, toman y al ‘reconocimiento’, como faceta determinante
el término del lenguaje político norteamerica- de la justicia social. Porque a menudo la princi-
no y de su reciclaje a través de la academia, por pal injusticia es el cierre de la vida política para
ejemplo, a través de los estudios culturales. Fra- amplios sectores de la población. Y la superación
ser es clara en explicar que, en su caso, el térmi- de muchas injusticias, incluso de aquellas que se
no no hace referencia a una idea filosófica, sino resuelven mediante la redistribución o mediante
a una representación popular de lo que quieren el reconocimiento, comienza con la participación

22
política. Por ello la ‘paridad participativa’, más sujetos de la justicia fueran objetos. Centrados
que un medio para la justicia, es un acto de jus- en descubrir los hechos que indican quién está
ticia en sí mismo. Y esto porque es una tarea de afectado por qué cosa, interpretan a los seres
la justicia establecer el carácter moral de la vida humanos primariamente como objetos pasivos
en común, obrando aquí una función vinculan- sometidos a las fuerzas estructurales. Creen que
te; una en la cual tanto la redistribución como la injusticia es algo que se puede establecer cien-
el reconocimiento deben ser conciliables con la tíficamente, observando cómo unos individuos
igualdad. son negativamente afectados por el orden insti-
tucional. “Pero la dimensión epistémica no agota
Por estas razones Fraser no aceptaría ese aban- la naturaleza de las disputas (sobre la justicia). En
dono que propone Honneth de la filosofía polí- la perspectiva crítico-democrática, estas disputas
tica, simplemente porque a él le parece excesi- también tienen una dimensión política”.
vamente centrada en cuestiones de justicia. Por
el contrario, es en una filosofía caracterizada de En “Scales of Justice”, Fraser ha insistido en des-
este modo y que le da a la justicia una connota- plazar el discurso sobre la justicia desde el ‘en-
ción política muy radical, lo que le permite tomar foque de la ciencia social normal’, para llevarlo
distancia de las exigencias de objetividad que a otro que llama ‘enfoque crítico-democrático’.
parece hacerle Honneth. Para ella: “en filosofía En un primer nivel de la política, la solución de
moral, la tarea consiste en idear una concepción los problemas políticos corresponde a los miem-
suprema de la justicia que pueda acoger las rei- bros de una sociedad, y no dependen tanto de
vindicaciones defendibles tanto de igualdad so- una lectura sociológica de los problemas, sino de
cial como de reconocimiento de la diferencia”. tener una voz en la solución de los mismos. De
Entonces, abordar la cuestión del reconocimien- nuevo: la ‘paridad participativa’, más que un me-
to desde la política, así entendida, implica cen- dio para alcanzar la justicia, es ya una solución de
trarse en la cuestión de la orientación normativa justicia en sí misma.
para los cambios institucionales, educativos y
culturales necesarios para responder a las de- En resumen, para Fraser constituyen un piso más
mandas de reconocimiento. De esto es de lo que firme los discursos descentrados de crítica social,
debe ocuparse una filosofía política centrada en con “paradigmas populares de la justicia social
la justicia, porque la justicia tiene que ver con que crean la gramática hegemónica de discusión
la vida en común y es un asunto fundamental- y deliberación”. Se trata de discursos normativos
mente político. Por ello allí no se priorizan, como ampliamente compartidos y difundidos en las
insinúa que hacen Taylor y Honneth, cuestiones democracias y a los cuales pueden recurrir los
de realización personal. Los asuntos de la justicia actores sociales. El crítico-teórico, por supuesto,
tienen que ser tratados en términos de morali- debe evaluar la suficiencia de esos paradigmas.
dad política y no de ética individual. Al fin y al cabo –dice- “los paradigmas populares
actuales de la justicia no están completamente
Tampoco hay que dejarse intimidar por quienes equivocados ni tampoco son del todo satisfacto-
pretenden que con una teoría social han asegu- rios”. Son paradigmas que, además, “lejos de es-
rado un “punto de referencia empírica creíble tar inevitablemente envueltos en el dato, en las
para su teoría crítica”. Fraser ha dicho, y creo condiciones modernas, están abiertos a la exten-
que acertadamente, que “quienes se apoyan en sión histórica, la radicalización y la transforma-
el enfoque de la ciencia social normal (elaboran ción”. Pero es que el teórico-crítico, por el hecho
sus ideas) como asuntos establecidos por un he- de que no haga filosofía política jugando a ser
cho empírico, que no depende de suposiciones sociólogo, no ha renunciado a ejercer la crítica
controvertibles”. Por el contrario -piensa Fraser- de su presente.
“lejos de ser reducibles a asuntos establecidos
por hechos empíricos, las consideraciones pro- Una tradición de la filosofía en estrecha cercanía
puestas de las circunstancias de la justicia llevan con la política
intrínsecamente su propia carga teórica y de va-
Casi sobra decir que los que están aquí enfrenta-
lor, que es la razón por la que resultan contro-
dos son dos entendimientos distintos de la filo-
vertidas”. Así que quienes creen que estas cosas
sofía política como empresa intelectual: uno en
se pueden tratar de manera científica, yerran en
el cual la ontología social, objetivamente conoci-
el entendimiento de la naturaleza básicamente
da a través de una teoría de carácter comprensi-
política de la justicia. Quisieran determinar estos
vo-descriptivo, determina fuertemente la moral
asuntos apelando a la ciencia normal como si los
aplicada a la política; y otro en el cual es

23
la dinámica política la que va estableciendo las en un discurso partidista dentro del juego políti
condiciones de posibilidad de la moralidad po- co. Al menos aportará el rigor categorial y la des-
lítica, liberándola un poco de las teorías acerca construcción conceptual que la filosofía siempre
de la realidad. En el primer caso, evidentemen- obra con aquellas cosas que toma en sus manos.
te, la filosofía política es subsidiaria de una fi- En el caso concreto de Nancy Fraser, para referir-
losofía general, cuando no de una teoría social me por última vez a ella, hay cuatro tareas que la
epistémicamente acreditada, mientras que en el filosofía política con vocación crítico-teórica no
segundo ella apunta a contribuir, desde una po- debería abandonar. Las enumero:
sición auto-sostenida (free-standing, diría Rawls)
a gestar procesos de concertación política mo- 1. -En filosofía moral la tarea consiste en idear
ralmente guiados. una concepción suprema de justicia que pueda
acoger las reivindicaciones defendibles tanto de
Hay un nivel en que la filosofía misma hace polí- igualdad social como de reconocimiento de la
tica. Rawls había dicho que la filosofía política es diferencia.
una continuación de los debates públicos, si bien
a un nivel más sofisticado. No hay que temer de- 2. -En teoría social la tarea consiste en idear una
masiado, como a veces parece temer Honneth, descripción de la sociedad contemporánea que
una manipulación de la filosofía por parte de los pueda acoger tanto las diferencias entre clase
movimientos políticos y las fuerzas políticas en social y estatus como su mutua imbricación.
juego. Quien trata estas cosas desde la perspec-
tiva filosófica, con juicio atento y espíritu crítico,
difícilmente podrá caer en una seudo-filosofía,

24
3. -En teoría política la tarea consiste en imaginar un conjunto de planes institucionales y reformas
políticas que puedan solucionar tanto la mala distribución como el reconocimiento erróneo, mini-
mizando las interferencias mutuas que probablemente surjan cuando se busquen al mismo tiempo
ambos tipos de reparación.
4. -En la práctica política la tarea consiste en fomentar la participación democrática a través de las
actuales líneas divisorias con el fin de construir una orientación programática de amplia base que
integre lo mejor de la política de la redistribución con lo mejor de la política del reconocimiento.
A manera de conclusión
Va a sonar un poco extraño que yo concluya conectando a Rawls con la Teoría Crítica. La Teoría Crí-
tica sugiere filosofar en estrecha colaboración con las ciencias sociales, siguiendo los resultados que
va arrojando la investigación social empírica, e indagando de una manera más precisa las orientacio-
nes normativas de las luchas emancipatorias, con las cuales además sugiere adquirir un compromi-
so. Rawls no apoya su filosofar en las ciencias sociales, ni existe en su prosa rastro alguno de crítica al
capitalismo, a la opresión y a la necesidad de la emancipación social. Tampoco aporta elementos de
la teoría social que supone, ni construye argumentaciones que podrían dialogar productivamente
con las teorías políticas. Sobra decir que tampoco habla de luchas por el reconocimiento. Filosofa a
partir de elementos compartidos por una cultura liberal y además muy contextualmente delimitada.
Su compromiso es con esos elementos compartidos, no con los grupos en lucha. Sin embargo, co-
necta más directamente su filosofar con los debates públicos, tratando de encontrar salidas norma-
tivas a los conflictos del presente, sin pretensiones de objetividad cognitiva o de validez universal. En
él la filosofía política es un aspecto de la vida política que, como bien resaltaba Hannah Arendt, no se
nutre de la verdad y la objetividad, sino del juicio, de la opinión y de la reconstrucción permanente
de la vida en común.

25
Mesa: "Política Democrática, Estado de
Derecho, Administración de Justicia" 2

“Biopolítica y Poder Constituyente. La experiencia boliviana”

Adolfo Chaparro (Colombia)

Universidad del Rosario, Bogotá

D
urante las últimas décadas los países andi- dificultad del reto que tienen los Estados nación
nos han probado sucesivas reformas cons- de países periféricos para ajustarse al ‘diseño’
titucionales con la expectativa de abrir así de los países centrales. El ensayo muestra que la
el camino de reformas sociales. Para algunos, esa conjunción de esos dos factores pueden apor-
coincidencia obedece a patrones de tipo antro- tar a la formulación de una biopolítica afirmati-
pológico y/o multicultural, para otros, expresa la va que habría logrado consolidarse en la nueva
Constitución de Bolivia (2006) como respuesta a
la falta de autonomía del Estado y del derecho
en el proceso de ajuste a los nuevos procesos
de acumulación y a las condiciones que exige el
capital para su realización en Estados periféricos.
Hasta esa fecha, igual que en los demás países
del área, la mayoría de los bolivianos se sentían
excluidos del Estado de Derecho, desconfiaban
de las políticas sociales implementadas por los
gobiernos y consideraban que la liberalización
económica sólo beneficiaba a las clases más al-
tas y al capital extranjero, mientras afectaba sus-
tancialmente sus condiciones de vida y ponía en
peligro su supervivencia como pueblo.
En lo que sigue se argumenta que la nueva cons-
titución y el proceso constituyente en particular,
son un esfuerzo especialmente creativo, en mu-
chos sentidos radical, de los bolivianos por resol-
ver esa disociación entre el desarrollo económi-
co y político ‘real’ y las expectativas ‘normativas’
de la carta constitucional. Ese esfuerzo se susten-
ta en la singularidad de su pasado pluriétnico y
en una visión decolonial de su propia condición
comunitaria que trasciende el ámbito territorial
para convertirse en proyecto de nación. Para ello,
presento una compilación problemática de algu-
nos de los textos producidos durante el proceso,
al cual las comunidades llegaron con ‘el cuenco
lleno’ de historia, de políticas organizativas y de

2 Los temas “Política Democrática, Estado de Derecho y Justicia Administrativa” fueron debatidos el día 13 de abril de 2016,
en el Paraninfo Universitario que pertenece a la Universidad Mayor, Real y Pontificia San Francisco Xavier de Chuquisaca, en Sucre
– Bolivia.

26
modos de vida tradicionales. La hipótesis es que, la autonomía de los pueblos originarios como el
si bien, estos materiales remiten a formas de vida derecho al autogobierno y a la autodetermina-
comunitaria y a una serie de demandas econó- ción; (c) la constitución de un Estado Indígena
micas y culturales que afectaron la política boli- visto como la participación directa del poder y el
viana, también expresan lo que en su momento gobierno de las mayorías indígenas en las dife-
Roberto Esposito ha empezado a explorar como rentes instancias del Gobierno nacional, regional
biopolítica afirmativa, esto es, una biopolítica no y municipal (con la consecuente duplicidad de
sobre la vida sino de la vida. poder y figuras de gobierno); (d) la redefinición
El argumento tiene la siguiente secuencia: (i) El del país nacional como un Estado descentraliza-
punto de partida del proceso constituyente está do, plurinacional y multisocietal; (e) la insistencia
en los movimientos sociales que reivindican la en invertir los efectos excluyentes de la realidad
nacionalización de los recursos naturales y ener- constituida por medio de una constitución inclu-
géticos, (ii) el núcleo dramático está asociado al yente que asimila principios jurídicos liberales
ascenso de Evo Morales en cuanto transforma el tales como elección democrática, igualdad ante
uso de la coca de un problema de Estado (USA) la ley, separación de poderes en el proceso de
sobre el comercio de cocaína en un plebiscito construcción de un tipo particular de ciudadanía
sobre la soberanía cultural, y (iii) la reflexión pú- étnica.
blica que líderes sociales e indígenas habían ido II. Si se acepta que el proceso constituyente em-
decantando desde la Revolución de 1952 esta- pieza, en muchos sentidos, con los movimientos
blece un imaginario plurinacional que sirve de sociales desde el final de los años noventa, en
fundamento al nuevo Estado nación en Bolivia. ese ‘no lugar’ de las marchas, las tomas, las ma-
A partir de esta secuencia ya conocida por los nifestaciones sistemáticas frente al poder cons-
bolivianos, me permito hacer algunas reflexiones tituido, entonces, allí habría que buscar nuevas
que intentan evaluar desde el presente los pro- fuerzas de legitimación de lo político. Las formas
cesos desatados por el proceso constituyente: de soberanía popular sin gobierno son también
“un modo de instituir un pueblo”, como si en la
I. De las discusiones y acuerdos entre las orga- auto-designación del nosotros, en esa forma de
nizaciones indígenas y campesinas, se puede “auto-producción reflexiva”, estuviera la génesis
deducir un consenso pre-constitucional en tor- misma de la soberanía popular. Si esta premisa
no a varios puntos: (a) el sentido de la Asamblea histórica es adecuada, habría que describir el
Constituyente como la posibilidad de hacer visi- proceso constituyente como una pluralidad de
bles y efectivos los derechos postergados de la ‘nosotros’ que expresan y/o agencian una diver-
mayorías bolivianas, esto es, el derecho a ‘nues- sidad de formas representativas, participativas
tro’ territorio y ‘nuestras’ riquezas, con base en y/o directas de lo político social. En el balance
‘nuestra’ cosmovisión; (b) la definición clara de final, es notoria la cantidad de artículos sustan-

27
ciales –especialmente en relación a los derechos lar”. En esa instancia prelegislativa adonde con-
sociales, a los servicios públicos, a la distribución curren las fuerzas constituyentes se intuye por
de la tierra y a los recursos energéticos, en fin, momentos la posibilidad de disolución de todo
en relación a los tópicos vitales de una biopo- parlamentarismo. Es tal la presencia aglutinante
lítica afirmativa– que se configuraron como ex- del pueblo que parece inevitable que la energía
presión de la voluntad del poder constituyente “anarquista” del momento histórico se convierta
frente al poder constituido. Sin embargo, el áni- en una asunción autonómica de su destino por
mo reivindicativo que subyace al texto final ha parte de las más diversas organizaciones popu-
tenido como resultado una de las constituciones lares en distintas formas de autogobierno.
más extensas del continente y una estructura an-
IV. Dado que una solución ‘en derecho’ a esta
ticipatoria que deja muy poco de su aplicación
proliferación de disyuntivas que plantea el pre-
jurídica e institucional a interpretaciones futuras.
sente es prácticamente imposible, las distintas
III. El núcleo de la disputa, a mi juicio, está en la formas de organización social persisten en sus
fusión de las más diversas instancias autonómi- prácticas a la espera que sus derechos, todos tan
cas que la Constitución ha querido compatibili- distintos, sean respetados y/o claramente esta-
zar formalmente sin prever la colisión política y blecidos en la legislación derivada de la nueva de
funcional que podría generar incluso antes de su la nueva Constitución. En otras palabras, la plu-
promulgación definitiva. En ese sentido, la de- ralidad soñada es inviable sin un mínimo de con-
finición de la primera persona del plural sigue centración del poder político. Mientras la socie-
siendo el hueco negro de la jurisprudencia pun- dad en su conjunto no incorpore como sistema
tual, justamente, por la sobreexposición del dis- las diferencias que busca conciliar, la única forma
curso legislativo a la pluralidad de nosotros que en que el Estado puede pervivir es asumiendo
pueden contribuir a su redacción. Como aclara la responsabilidad política de decisiones tácticas
Butler, “ningún orden democrático puede con- como si tuvieran valor estratégico. En esa lógica,
tener del todo el ejercicio de la soberanía popu- los dilemas anotados tienden a concentrarse en

28
la imposibilidad de conciliar el plurinacionalis- de las comunidades étnicamente diferenciadas,
mo con la idea secular de la soberanía como la pero no reconoce claramente otras diferencias
concentración del poder en un Uno; lo que hace culturales ni la pluralidad de sistemas sociales
pensar que en la pragmática política la horizon- que configuran el Estado nación.
talidad del poder que agencian los sindicatos y
las comunidades termine por convivir sin despla- VII. La salida histórica, a mi juicio, es que en lugar
zar la estructura descendente del poder estatal. de un tiempo hegemónico se asuma de tiempo
pendular, que considere el plurinacionalismo
V. Para muchos, es probable que la consolida- como el resultado de una dialéctica y no como
ción de una hegemonía indígeno-campesina en una idea que se agota en fuerza de su inpiración
el gobierno, termine por agudizar las tendencias popular. De otra manera sería concebir el con-
separatistas de los departamentos más ricos del senso constituyente como “una única voz”, con
país, con ideas liberales de crecimiento y desa- todos los terrores que se derivan del unanimis-
rrollo opuestas a las que han sido plasmadas por mo y, en este caso, de la representación que el
mayoría en la Constitución. Desde la perspectiva Uno haría de esa idealización del texto consti-
del pluralismo, se plantea la paradoja de una na- tuyente como discurso sin fisuras, fútil ya en su
ción (aymara) minoritaria que al hacer efectivas diversidad fundacional. En efecto, una aplicación
sus mayorías electorales pone en condición mi- fuerte del plurinacionalismo podría otorgarles a
noritaria a la población blanca y mestiza que tra- los Aymaras como nación el derecho al disfrute
dicionalmente defiende la ideología mayoritaria; de los recursos que subyacen en sus territorios,
poniendo a su vez el universalismo liberal, jurídi- de modo que por vía de un nacionalismo étni-
co y filosófico, en situación inesperada e impen- co lo universal pierda su estatus vacío y pase a
sable de disenso. ¿Se podría (re)hacer la filosofía “representar una concepción étnicamente res-
política revisando puntualmente las transforma- trictiva”, clausurando además el espacio para el
ciones que estas nociones sufren al poner en pri- disenso y el antagonismo.
mer plano el paradigma comunitario? Baste por
ahora señalar lo propio desde el concepto de VIII. En la historia posterior a la promulgación de
autonomía. Aunque se daba por sentado que la la nueva Carta hay dilemas y tensiones –entre
autonomía de los pueblos originarios no signifi- privatización y capitalización, entre intervención
caba independencia ni soberanía ni entidad ais- estatal y desregulación, entre libre empresa y de-
lada del Estado nación, la fuerza mayoritaria de sarrollo comunitario, entre derechos individuales
los indígenas en el escenario democrático puso y colectivos– que están en juego cada día, pero
en evidencia que los derechos de las naciones el Estado sigue trabajando en su implementa-
indígenas eran anteriores a la Constitución, por ción sin que el cruce de autonomías comunita-
lo cual éstos debían ser “reconocidos, no pro- rias y departamentales paralice su concreción
mulgados”. jurídica y social. Desde luego, se han alterado los
códigos de autorreferencia en la relación <sis-
VI. El reconocimiento tácito del derecho a la au- tema jurídico/entorno de posibles ciudadanos>,
todeterminación en el reconocimiento a la auto- pero resulta ya muy difícil remitir las soluciones
nomía, en la circunstancia política de un gobierno a las disyuntivas típicas entre liberalismo y mar-
liderado por un indígena, abrió el espacio para xismo, en tanto en cuanto las dos doctrinas com-
la identificación doctrinal entre la autonomía de parten el prejuicio de que un Estado comunitario
los pueblos originarios y la del Estado Nacional. de ascendencia indígena sólo puede ser un Esta-
Es probable que por una vuelta hegeliana de la do dramáticamente atrasado o sencillamente in-
historia, en Bolivia el pluralismo termine por ga- viable en términos políticos y económicos. Justa-
nar un espacio en la creación de derecho, pero mente, la fuerza de la posición originaria ha sido
también es posible que el precio sea negar el lograr (re)definir constitucionalmente el Estado
pluralismo, o sea, reafirmar la unidad del sistema desde esa condición, como si finalmente el bios
jurídico y la centralidad del poder soberano en y la política hubieran encontrado un elemento
cuanto instancia exclusiva de resolución de los común que opera como sustrato genealógico y
conflictos y poder coercitivo del Estado. Es cierto como telos indiscernible de la Nación.
que el nuevo marco constitucional supone una
Muchas gracias.
cadena de principios pluralistas a nivel político,
jurídico, cultural, que reconoce la autonomía

29
30
Wim Kamerbeek Romero
(Bolivia)
Universidad Católica Boliviana,
La Paz

B
uenas tardes a todos. Creo que lo expuesto
por el profesor Chaparro es bastante intere-
sante en la medida que nos muestra la con-
formación del Estado Plurinacional de Bolivia en
sus inicios. No queriendo desmerecer su exposi-
ción ni su trayectoria, yo considero que debemos
analizar lo actual en Bolivia, y el profesor nos ha
dado una fuerte base. En todo caso, pienso que
debemos partir por definir lo que se entienda por
“política democrática”, que es lo que en alguna
medida nos ha reunido aquí. Yo parto de dos
premisas: que existe una tensión política entre lo
programático y lo ideológico, donde el primero
tiene mayor incidencia que el segundo en todo
lo que concibamos como orden político; y que
existe una relación casi antagónica entre popu-
lismo e instituciones, hasta el punto de creer que
son dos cuestiones totalmente distintas, a pesar
de las experiencias europea y estadounidense
que nos demuestren que ésa, no es una relación
necesaria. Para todo esto, voy a hacer un repaso
teórico que me ayude a llegar a definir lo que en-
tendamos como “política democrática” y lo que
significa para el caso boliviano.
tado o el grado de articulación que puede lograr
Chantal Mouffe pero también Jacques Ranciére,
esa identidad. En suma, se trata de un constante
entienden que lo político y la política es una rela-
movimiento de las fronteras antagónicas, aun-
ción entre particulares y universales, aunque esto
que percibo que en el caso boliviano existe una
con alguna diferencia en Ranciére. Para Mouffe,
variación notable: pienso que existe un núcleo
se trata de una relación ontológica, donde lo
duro que permanece inalterable a pesar de cual-
político, que son todas esas relaciones humanas
quier movimiento, que de esta manera, afecta
conflictivas que fundan un orden, que es lo que
notablemente a la configuración del campo polí-
viene a ser política (lo político funda a la política).
tico boliviano en su totalidad.
Para Ranciére se trata de una verificación de la
igualdad, que crea una emancipación de parte Consideremos al conflicto del Comité Cívico
aquellas identidades que no se conforman con Potosinista (COMCIPO) y sus 26 pedidos, entre
el lugar asignado por el orden, al que él conci- junio y agosto del 2015. Si bien existían varios
be como policía, él no cree en la relación entre errores en los pedidos, que tenían que ver con
universales y particulares, porque se trata de una competencias gubernamentales o no, de lo que
tensión entre dos lógicas: la lógica de subjetiva- se trataba COMCIPO como identidad política te-
ción y la lógica de identificación. La primera es nía dos elementos: una, que era política, de opo-
la formación de un “nosotros” que dialoga con sición, y la otra, que era regional, como reivindi-
identidades sociales parecidas, mientras que la cando una plataforma de politización producto
segunda es el grado de interpelación de ese “no- de lo que fueron la Central Obrera Boliviana y
sotros”, que puede medirse por la acción del Es- la Confederación Sindical Única de Trabajadores
31
Campesinos de Bolivia después de 1952, como qué se trataba ese debate débil respecto al Re-
dice Luis Tapia en su libro de 2012 “Lo Políti- feréndum? De posicionamientos políticos. Des-
co y lo Democrático”. Como se sabe, Potosí fue de aquí vemos entonces que lo programático es
durante varios años un bastión electoral para el transversal a la política boliviana, por sobre lo
Movimiento Al Socialismo y a pesar de que el ideológico. Lo que dice ya que estamos frente a
último Referéndum demuestra que la concentra- una democracia estática, poco movilizada. Pero
ción del voto está principalmente en su capital, también es interesante revelar dónde se encuen-
existe aquí una modificación de las fronteras an- tra el origen de la poca dinamicidad política bo-
tagónicas. Recuerdo que en todo este conflicto, liviana.
aparecían también los movimientos sociales afi-
nes al partido en gobierno, pero versión poto- Cornelius Castoriadis, quien habla muy poco de
sina, que condenaban a COMCIPO y que así, el los movimientos sociales a lo largo de su obra,
núcleo duro que permanecía inalterable era ese considera que cada sociedad tiene significa-
de los movimientos sociales que son afines al ciones sociales que son muy distintas a otras,
Movimiento Al Socialismo. porque piensa que el imaginario social varía de
lugar a lugar. ¿A qué se debe esto? Se debe ele-
Mi intención no es criticar esta configuración. mentalmente a una tensión: entre autonomía
Eso sí, pienso que aquí se inscribe ya una prime- –entendida como la deliberación de normas y
ra cuestión: no importa tanto el debate ideológi- valores que regulan una sociedad por los inte-
co, sino los intereses sectoriales, lo que dice en grantes que la comprenden- y el capitalismo,
primer lugar que los agentes sociales se aferran que desde siglo XVIII va extendiendo una lógica
más al programa porque conciben que lo ideo- ilimitada de dominio racional que se traduce en
lógico es una amenaza a sus intereses. Vámonos una fetichización por el crecimiento. Esto puede
a otro ejemplo: el Referéndum sobre la modifi- leerse en sus obras “La Institución Imaginaria de
cación al artículo 168 de la Constitución Política la Sociedad” y “El Mundo Fragmentado”. Asu-
del Estado, sobre la repostulación del presidente mamos entonces que lo programático sobre lo
Morales, era un escenario muy débil de debate ideológico tiene una referencia fuerte a esa ten-
político. Creo que en ningún momento hemos sión de Castoriadis, que es más evidente cuando
escuchado posiciones divergentes respecto de la tomamos a quiénes son los que se atribuyen la
modificación a la Constitución boliviana al inte- autonomía boliviana. Desde mi punto de vista,
rior de cada partido, lo que es entendible, pero los movimientos sociales afines al partido en
también se trataba de que la renovación y las gobierno son ese sujeto autónomo en el caso
elecciones en cada partido respecto de sus diri- boliviano, lo que fragmenta notoriamente a lo
gentes son escasas o nulas –lo que conduce de político en este país. Quiero decir, si lo autóno-
alguna manera a existir una tendencia al hiper- mo pertenece a los movimientos sociales oficia-
liderazgo político- que fortalecía a movimientos listas, que se ubican así en lo político boliviano,
ciudadanos que promocionaban el “No”. ¿De manteniendo una cercanía con esa fetichización

32
del crecimiento producto de la lógica ilimitada explicar la relación antagónica entre populismo
de lo racional desde el capitalismo, al otro lado e instituciones: se piensa que el “pueblo” y la he-
encontramos mayormente a la clase media ur- gemonía conciben a la democracia e institucio-
bana, que ocupa la opinión pública y ejerce una nes como conceptos ajenos, porque momentos
crítica feroz al Proceso de Cambio. Ustedes han de gran conmoción, de institucionalidad desle-
visto esto en el último Referéndum. Podríamos gítima permiten la irrupción del populismo. Yo
decir que la configuración social se compone así: pienso que el gran desafío del proyecto nacio-
está la autonomía boliviana (movimientos socia- nal-popular boliviano ha sido siempre permear
les afines al partido en gobierno) manteniendo las formas políticas propias (movimientos socia-
siempre esa tensión con el capitalismo, está la les, sindicatos, juntas vecinales, etc.) con la insti-
opinión pública ocupada por esa clase media en tucionalidad, lo que ha sido motivo de desgaste
crecimiento, que interpela de enorme manera al para tanto Belzu, Paz Estenssoro y en principio
Estado, y están los movimientos sociales margi- para Morales o lo que es lo mismo, que no se
nales que no ocupan ninguna de estas esferas, permite la institucionalidad porque eso ya signi-
que son justamente el feminismo, el ecologismo, ficaría un algo ideológico que afecta al proyecto
los sectores LGBT o las personas con discapaci- popular.
dad. Fragmento de esta manera a lo social por-
que parto de que la posibilidad de articulación Entonces, dado todo esto, es necesario aclarar
entre estos fragmentos es poca o nula. El acceso esto de la “política democrática”. La “política
a las redes sociales contribuye a esta configura- democrática” no significa únicamente más de-
ción, y es verdad que han existido articulaciones rechos, más politización de sectores antes ex-
entre estos segmentos de lo social, pero no han cluidos, significa también dinamizar a la política,
podido articular algo más allá de sus propias de- jugar con las fronteras antagónicas y con núcleos
limitaciones o alterar ese núcleo duro político duros, permitiendo mayor debate y menos inte-
boliviano que son los movimientos sociales. reses económico-sectoriales afines al partido en
gobierno por sobre otros sectores sociales, evitar
¿Pero qué contribuye a esta marcada fragmen- los híper-liderazgos al interior de cada partido,
tación de lo político boliviano? Lo nacional-po- permitir mayores grados de politización a través
pular tiene inscrita una tendencia hacia la iden- de la representación, dinámica. Para terminar, así
tidad, de donde surge el nacionalismo, que es el a la rápida como todo lo que he dicho, yo pienso
estadío real y superior de articulación. Es decir, que debemos considerar a lo nacional-popular,
un algo implícito pero también estático en la al populismo, como un estadío temporal para la
configuración social. No obstante, se ha pensa- consolidación de la “política democrática” y las
do a menudo que estos proyectos se deben a la instituciones.
posibilidad de articular una hegemonía, de don-
de surge el concepto de “pueblo”, como un algo Muchas gracias.
estático y predeterminado. Desde aquí podría

33
George Komadina (Bolivia)
Universidad Mayor de San Simón, Cochabamba

M
i intervención girará en torno a dos problemáticas. Primero, más allá de sus diferencias, los
“gobiernos progresistas” de América Latina tienen como rasgo común fuertes dinámicas de
concentración de poder en el ejecutivo que han formado esquemas híper-presidencialistas.
No obstante, desde una mirada menos institucionalista, el caudillismo aparece como el dispositivo
simbólico y político estratégico de los fenómenos populistas. Así, la figura de Evo Morales involucra
una paradoja pues es la principal fortaleza y la principal debilidad del Movimiento Al Socialismo
(MAS).

Fortaleza pues es en torno al líder que este movimiento político logra la articulación hegemónica
de demandas y representaciones de distintos actores sociales; debilidad porque el lugar central que
ocupa impide la formación de nuevos liderazgos, distorsiona la democracia interna y, sobre todo,
clausura estrategias de poder que no dependen de la re-elección presidencial. Segundo, la demo-
cracia intercultural, uno de los acontecimientos, de la nueva Constitución boliviana, aprobada en
enero de 2009, puede ser pensada desde dos registros. Por una parte, involucra la combinación de
instituciones de la democracia representativa, directa y representativa, formas y dispositivos que se
articulan con prácticas y saberes de las comunidades indígenas que presentan una alteridad radical
respecto a las instituciones políticas occidentales; por otra parte, esta articulación sugiere que la de-
mocracia es un concepto vacío, susceptible de ser ocupado por principios hegemónicos en disputa.
Su contenido y formas de funcionamiento.
34
Carlos Böhrt (Bolivia)
Universidad Mayor de San
Andrés, La Paz

G
racias, un agradecimiento a Kathia Za-
mora por la invitación y a los organiza-
dores de esta importante organización
CLACSO que han hecho este evento en Sucre.
Por mi parte, deseo que el tema “política de-
mocrática” se siga discutiendo. Empecemos por
plantear, ¿qué es eso, política democrática? Es
un concepto bastante amplio, que puede tener
diferentes lecturas. Aspiro a mantenerme en la
línea de “política democrática”, ligándome a la
exposición del profesor Chaparro, quien nos ha
pedido además hacer comentarios porque quie-
re recoger material boliviano. Bien, por eso he
cambiado sobre la marcha la exposición y voy a
utilizar dos ejes, siempre manteniendo “política
democrática”. El primer eje: inclusión, participa-
ción, pueblos indígenas, y cómo esto se deposita
y expresa en la Constitución. El segundo eje, que
también ha sido tocado por el profesor Chapa-
rro: descentralización y autonomía, como parte
de la expansión democrática en América Latina.
El tema de la descentralización, y unos años des-
pués, autonomías, se retoma por la reconquista
de la democracia desde los años 70 y principios
de los 80. No son temas nuevos, se han discutido sión se había leído el índice de la Constitución
ampliamente en América Latina y tienen que ver –es decir, no existía el texto de la Constitución-
con política democrática; por último, me gustaría esa fue la última sesión en Sucre. La Asamblea
terminar con una rapidísima analogía sobre la re- Constituyente se trasladó a Oruro, y en el camino
lación entre el gobierno y los pueblos indígenas. de Sucre a Oruro apareció el texto de la Consti-
tución en base al trabajo de las comisiones de las
Primero, sobre la Constitución Política del Estado
mesas de trabajo donde actuaron. Aquí otro ma-
boliviana y pueblos indígenas, quiero hacer un
tiz con el profesor Chaparro: el texto de Jorge La-
matiz fundamental con la exposición del profesor
zarte fue bastante limitado, él fue constituyente
Chaparro: ¿La creación de la actual Constitución
pero en una posición absolutamente marginal y
Boliviana es una creación de los pueblos indíge-
no traduce lo que realmente sucedió en la Asam-
nas? Pienso rotundamente que no: la Asamblea
blea Constituyente, porque no es cierto que no
Constituyente fue obra de los pueblos indígenas,
hubo componentes técnicos. Han trabajado en
de no ser por las distintas marchas, movilizacio-
las comisiones asesores españoles, de los cuales,
nes, que los pueblos indígenas se conviertan en
tres de ellos fueron mis maestros en un doctora-
el motor detrás de sus reivindicaciones liberado-
do en Derecho Constitucional. No es cierto que
ras, no hablaríamos de dicha Asamblea Constitu-
no hubo componentes técnicos, en el núcleo se
yente. Pero ellos, los indígenas, son artífices de la
trabajó con insumos técnicos.
Asamblea Constituyente y no de la Constitución
Política del Estado. Y lanzo una pregunta, la lan- Si usted compara el proyecto de Constitución
zo en Sucre, que ha sido sede de la Asamblea del Pacto de Unidad –que fue un documento ba-
Constituyente, ¿En qué momento y dónde apa- sado en los documentos de Puebla- con lo que
reció el texto de la Constitución? ¿En la sesión tenemos en la Constitución Política del Estado
tan accidentada del Liceo Militar? No. En esa se- boliviana, va a encontrar ese componente técni-

35
co que ha hecho variar sustancialmente todo lo entonces, con estos antecedentes, en las rela-
redactado y trabajado en ese tiempo. El elemen- ciones entre el gobierno, que dice ser represen-
to central además del Pacto de Unidad es que la tante de los pueblos indígenas, con los pueblos
constituyente boliviana tuvo como asambleístas indígenas? Aquí la tesis es la siguiente, en rea-
a por los menos 110 indígenas, y aunque mayo- lidad este gobierno no es representante de los
ría en el MAS, también habían varios asambleís- pueblos indígenas que dice representar, porque
tas indígenas en la oposición. Este hecho mar- además, ha ido potenciando el contenido de
ca la diferencia por ejemplo con la Constitución clase de esta relación entre una sola nación que
ecuatoriana: en la asamblea ecuatoriana había 5 es la aymara y el gobierno. El gobierno de Evo
indígenas. Eso marcó el sentido que tiene ahora Morales y del Movimiento Al Socialismo es en el
la Constitución pero no las demandas que tienen fondo, el instrumento de posición de las nuevas
los pueblos indígenas. Lo que es una mezcla que clases burguesas de origen aymara, fracciones
viene de los insumos técnicos con el aporte de burguesas poderosas que tienen contenido es-
Puebla, de las comisiones y de las mesas. tructural de origen indígena que son más boli-
vianas, más americanas que las fracciones exis-
Ahora bien, autonomías y con esto quiero discu- tentes con las que están conviviendo, pero que
tir sobre la tercera parte de la Constitución, de son fracciones burguesas al fin y al cabo. Es una
ordenamiento territorial (esto va a sorprender burguesía comerciante con sede en El Alto, con
al profesor Chaparro): la autonomía indígena no sede en la ciudad de La Paz. Estoy seguro que
estuvo ni en el proyecto en Sucre ni en el proyec- existen sectores quechuas que sindicaron con el
to de Oruro, ni aparecía como está presente hoy comercio con bastante éxito, anticipándose a los
en la Constitución Política del Estado de Bolivia. propios aymaras. Entonces, esta relación con las
¿Saben dónde surgió eso? En la mesa del diálogo demás naciones indígenas, sobre todo con la de
en Cochabamba. Después de la ruptura, el país las de las tierras bajas, parece haberse roto, pa-
se pone en una situación muy difícil. En Oruro, rece haberse alejado el parentesco entre el go-
en base a una acción política, se logra aprobar el bierno y los pueblos indígenas ¿Cuáles son esas
texto en grande, es decir, el MAS con su mayoría manifestaciones? Por ejemplo el TIPNIS, una cul-
dentro de la Asamblea Constituyente aprueba un tura del Pacto de la Unidad no existe, porque es
texto en grande y el país convulsiona. Por esto, el gobierno el que intenta reforzar esto, con el
se abre una mesa de diálogo y es en Cochabam- CONAMAQ tampoco. El gobierno se ha encarga-
ba donde aparece el tema. Y déjenme transmi- do de dividir a todas las organizaciones.
tirles una experiencia personal porque nunca he
Lo más complicado es cómo está ocurriendo el
hablado de esto: me tocó, yo estuve en la mesa
vaciamiento de estos contenidos, lo que está su-
de diálogo, interpelé a los dos lados. Primero al
cediendo justamente con los indígenas. La au-
MAS, dije “ustedes se dicen representantes de la
tonomía indígena se ha anclado en una sola vía,
autonomía indígena, pero en su Constitución no
en la conversión de municipios a autonomías
hay autonomía indígena, los pueblos indígenas,
todos sabemos, están luchando por su autode- indígenas y en este caso, hay que mencionar
que solo un municipio ha logrado convertirse en
terminación desde por decirlo metafóricamente,
la llegada de los españoles, pongan autonomíaautonomía indígena, que además no es precisa-
mente un municipio aymara ni quechua, sino un
indígena”. Interpelé también a los representan-
tes departamentales que se llenaban la boca municipio guaraní, que es Charagua, en Santa
Cruz. No existe un solo territorio indígena que
hablando de ellos, los indígenas, y les pregun-
sea la expresión plena de la autonomía indíge-
té, ¿Por qué niegan la autonomía a pueblos que
na, que esté avanzando hacia la autonomía. Yo
luchan siglos por su autodeterminación? Pienso
me pregunto por qué es que no quieren llegar
que la interpelación fue fructífera, ambos lados
aceptaron que entrase la autonomía indígena a las autonomías, a la autodeterminación de ser
potestad legislativa etc., etc. Yo tengo una res-
con un elemento central: potestad legislativa. Y
puesta, bueno, tiene que ver con que nuestra
hoy los pueblos indígenas y las autonomías indí-
perspectiva occidental es a corto plazo, de dé-
genas tienen potestad legislativa como las otras
cadas, pero ellos están soportando siglos. Como
autonomías. Que no las estén ejerciendo es otro
tema. estas ofertas, que reciben a lo largo de la historia
boliviana, han sido testigos de muchas otras, y
Ahora me voy al tercer punto, ¿Qué ha pasado es que en todas han salido defraudados. Tengo

36
la impresión que en su temporalidad están ex- cos y sí aymaras, se ha rechazado el Estatuto que
pectando, esperando a ver cuán real es esto, qué era un proyecto de autonomía indígena. Ese es
hay detrás de esto, qué tienen ahora los blancos. el desvarío en la relación del gobierno con los
pueblos indígenas y cómo se ha ido revelando
Finalmente, termino con lo siguiente porque ya cómo trabajaba con su base social, en las orga-
es algo inentendible. En el Referéndum por los nizaciones políticas y cuál es el significado real
Estatutos Autonómicos, esta vez los aymaras que de la Constitución para ellos. Me va a entender
están más cerca al gobierno por acción del pro- mejor cuando le digo: los indígenas bolivianos
pio MAS, los Estatutos fueron rechazados, ¿Qué hicieron la Asamblea Constituyente pero no la
ha sucedido? En Totora Marka, que es aymara, Constitución Política del Estado.
se quiso aprobar el Estatuto de Autonomía a la
fuerza. Y es curioso que allá donde no hay blan- Muchas gracias.

37
creo que eso habría sido algo en lo que algún
Sarela Paz (Bolivia) español tenía que ver. Eso sí es para discusión.
Yo sé que había españoles, no lo niego, pero
Universidad Mayor de San Simón, ellos nunca formaron parte del equipo técnico
Cochabamba del Pacto de Unidad. Creo que es bastante im-
portante discutir sobre la conformación de las
mesas de trabajo en la Asamblea Constituyente,
porque en algunos casos fueron transformadas,
y esto afectó cualitativamente al desempeño de
la Asamblea, porque luego se trasladaron varias
temáticas no trabajadas, a las mesas de trabajo
en Cochabamba de las que tú has formado par-
te, como bien decías. Pero los fundamentos de
esa Constitución radican en la representación in-
dígena originaria campesina boliviana, con ase-
sores bolivianos.

Lo de la autodeterminación, me gustaría poner


un ejemplo: esos temas de la descentralización
y autonomías van emergiendo en pleno proceso
constituyente, dentro de las organizaciones in-
dígenas originario campesinas hubo demasiada
tensión sobre este tema. Es más, en los prime-
ros momentos, los sectores articulados en tor-
no a la CSUTCB consideraban que el tema de las
autonomías era malo, indebido y que era igual
a federalismo. Pero que de todas maneras el
federalismo no era algo malo, pero se debía a
esos razonamientos políticos propios de aquella
época: era malo siempre que estos razonamien-
tos estaban siendo llevados adelante por secto-
res afines a las élites en la denominada “Media
Luna”. Como ves, hay muchas contradicciones a
la hora de trabajar el texto, y peor desde el Pacto

Y
o no estoy de acuerdo con tu lógica de ra- de Unidad. Y eso me lleva a lo siguiente: cuan-
zonamiento Carlos (Böhrt). Obviamente yo do tú te preguntas ¿Cómo es posible que Cha-
te tengo que interpelar, con las disculpas ragua sea la única autonomía indígena que haya
de los colegas y el público presente. Lo que creo cumplido todos los requisitos después de tantos
que necesitamos plantear con bastante claridad años de Estado Plurinacional? Lo que hay que
es que la Constitución boliviana se fundamenta tomar en cuenta es que cada una de esas auto-
en el texto constitucional que produce ese Pac- nomías ha decidido que debía trabajarse más en
to de Unidad que se trabajó durante sesionaba los Estatutos, en los requisitos para llegar a esas
la asamblea. Y ese fundamento, que produce el autonomías. El debate ahí está justamente en la
Pacto de Unidad, es obra y construcción de la autodeterminación: los pueblos deciden que no
mayoría indígena campesina originaria de este quieren aun una autonomía. Entonces desde esa
país. En ese sentido y por ser parte de ese equi- perspectiva es que efectivamente no hemos sa-
po de asesores que ayudaba al Pacto de Unidad bido percibir que hay un mundo indígena, por-
(y Farit Rojas también), es importante aclarar las que lo que no has mencionado es que en el caso
cosas especialmente respecto a que “los españo- de Charagua hay un tema específico referido al
les hicieron la Constitución”, cuando los españo- tema de la consulta. El Estatuto de Charagua ha
les que veíamos eran un pequeño grupo que pa- sido modificado varias veces y siempre de acuer-
seaban por la ciudad de Sucre y en la Asamblea do a lo que dice el Tribunal Constitucional.
Constituyente. Como tú bien has dicho, existía
esa idea de autodeterminación indígena y no
38
R
espondiendo a Sarela Carlos Böhrt señala:
Bien debo reconocer un error: olvidé nombrar a los asesores bolivianos, Sarela Paz y Farit Rojas.
Pero refuerzo el argumento, no es cierto que esta constitución no tiene insumos técnicos, esa
es una idea de Jorge Lazarte, él dice que esos 5000 documentos que fueron recogidos de las mesas
de trabajo, nunca fueron analizados. Eso es en parte cierto. Pero, no es cierto que no existen los in-
sumos técnicos en la Constitución Política del Estado, los tiene, de diverso orden: no es un lenguaje
constitucionalista tradicional, tiene otro lenguaje, pero tiene importantes insumos técnicos.

Mil disculpas por no haber mencionado a los asesores bolivianos junto a los españoles, cuando los
mencioné. Y no son solo tres, ha habido otros más que ustedes conocen. Pero el tema de fondo es:
el Proyecto del Pacto de Unidad, que viene de los documentos de Puebla, del Convenio 169, por
supuesto que enfoca el tema de la autodeterminación de los Pueblos Indígenas. Y Sarela Paz tiene
razón, ese proyecto fue la base, aun a pesar del Movimiento Al Socialismo. Pero finalmente el apara-
to del MAS, de partido, de su concepción de las cosas, se impone y ese es el documento que aparece
en Oruro. Es el índice lo que se aprueba en el Liceo Militar de Sucre, que fue leído y aprobado en
grande. El documento que se redacta en Oruro, no considera a la autonomía, sino que es apenas
un manejo lingüístico en el que se mencionaba “potestad normativa” o algo que no recuerdo bien
ahora. Ahora, quiero aclarar algo más: yo no he dicho que la Constitución Política del Estado no es
obra del pueblo boliviano, he hablado de los pueblos indígenas. Claro que esta es la primera Cons-
titución de participación ampliamente popular, la primera que se aprueba en voto directo, pero aquí
estamos hablando de los pueblos indígenas. Remarco, finalmente, mi posición inicial: los pueblos
indígenas fueron el motor de la Asamblea Constituyente, hicieron su gran esfuerzo con el proyecto
del Pacto de la Unidad en medio de todo ese escenario político y en las fuerzas que intervienen en
la elaboración de los temas. Pero por todos estos factores, el texto que sale de todo esto, se fue ale-
jando de la cosmovisión de los pueblos indígenas y los resultados estamos viéndolos ahora. Nada
de esto había sido algo más allá de discursos y símbolos.

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40
CLACSO
Grupo de trabajo "FILOSOFÍA POLÍTICA"
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43
Justicia: Entre la crisis boliviana del sistema judicial
y el surgimiento de los movimientos sociales feministas
Segunda parte
Introducción
Susana Villavicencio Al momento de llevarse a cabo este Simposio de Filoso-
fía Política, organizado por el Consejo Latinoamericano
Responsable Grupo Filosofía de Ciencias Sociales (CLACSO) y la Universidad Mayor,
Política CLACSO Real y Pontificia San Francisco Xavier de Chuquisaca, el
sistema de administración de justicia boliviano, pasaba
por un momento de profunda crisis. La mesa “Adminis-
tración de Justicia. Debates en Perspectiva de Justicia
boliviana” serviría, de alguna forma, como antesala a la
Cumbre Nacional de Justicia a desarrollarse en junio de
2016, en la misma ciudad de Sucre. Se trataba de un
debate nacional, donde diversos actores relacionados
al tema de la administración de la justicia, con diversas
propuestas, buscarían una reformulación del sistema de
justicia en Bolivia. Experiencias como la elección de Ma-
gistrados para el Órgano Judicial, a través del voto po-
pular, demostrarían que se debía replantear muchos as-
pectos que además, están presentes en el debate que se
mantiene en las ponencias que se leerán a continuación.

Como se verá, para la mesa que aborda la administra-


ción de justicia, se trata de debatir esa profunda crisis
que así como es institucional para Carlos Böhrt y para
Fátima Tardío, también es una crisis moral que, desde
el Estado se replica a amplios sectores de la población
que ejerce el Derecho en Bolivia, como bien dice Marco
Baldivieso en su intervención.

No obstante, esta segunda parte incluye las intervencio-


nes que tienen que ver con género y la emergencia de
los movimientos feministas en América Latina, que es un
fenómeno que ha tocado a Bolivia también, desde hace
más de una década. La delicada situación de la mujer en
Bolivia, por ser un sistema patriarcal, machista, implica
repasar a los derechos políticos y sexuales en Bolivia, en
un análisis comparado entre distintas situaciones políti-
cas en Bolivia, entre el pasado y el Estado Plurinacional
boliviano actual, con la nueva Constitución Política del
Estado, como hace Farit Rojas, pero también, re-pen-
sar el concepto de ciudadanía, como lo hace Alejandra
Ramírez –quien lanza varios datos estadísticos que son
preocupantes- así como el concepto de representación
política desde una perspectiva feminista, como para Ka-
thia Zamora. Alejandra Ciriza, desde Argentina, trata de
pensar el lugar del cuerpo en la política, desde una inte-
resante perspectiva feminista.

Sin duda, el tema de la Justicia en Bolivia y la crisis por


la que atraviesa, significa en esta mesa replantearse mu-
chos temas acerca de su alcance y si acaso todos los ciu-
dadanos gozan de la misma justicia, a pesar de las leyes
que se aprueban a favor de minorías políticas –mujeres
y sector LGTB en este caso- ayudan a remediar esa pro-
funda desigualdad.
44
Mesa: Administración de Justicia. Debates
en Perspectiva de la Cumbre de Justicia
Boliviana3

Carlos Böhrt (Bolivia)


Universidad Mayor de San Andrés, La Paz.

U
na introducción previa. Todos sabemos que la justicia en Bolivia está en una crisis profunda,
que es un problema complejo, que no se sabe a ciencia cierta cómo abordar a semejante pro-
blema. Entonces hay que ir despejando áreas para facilitar el abordaje de los problemas, y una
forma de despejar el área es la siguiente: tenemos en la estructura jurídica los juzgados de materia
civil, los juzgados de materia de familia, niño, niña, adolescente, los juzgados laborales, los

3 Este encuentro se mantuvo el día 14 de abril de 2016, en el Paraninfo Universitario que pertenece a la Universidad Mayor,
Real y Pontifica San Francisco Xavier de Chuquisaca.

45
juzgados coactivos, tanto fiscal como tributario, justicia se debate en medio de una fuertísima cri-
y naturalmente los penales en materia de familia sis de legitimidad
niña niño adolescente. En materia civil, acababan
de estrenar códigos adjetivos, a nadie se le va a Dos tercios de la población no creen en la justicia
ocurrir hacer una evaluación a los pocos meses ni la apresura. Gran parte de este descontento
que entra en vigencia, que los han adoptado sin se origina en los defectos, resultados judiciales
hacer el estudio suficiente es otra cosa, pero ya entregados por la reforma de cambio penal. Ahí
están vigentes, tenemos que esperar unos 5 años está a lo que me refiero, las causas de este es-
para evaluar si estos códigos van a ayudar o no. tado de situación son múltiples, dimensionales,
Por lo tanto, los hacemos a un lado. Estos tres pero vamos a volver sobre esto más adelante.
códigos son orales y tenemos la experiencia del En esta exposición solo voy a aproximarme a un
código de procedimiento penal que hace poco problema teórico de fondo que nadie lo toca en
introdujo el procedimiento oral. A este tipo de- el país, que está latiendo al día a día, pero nadie
bemos hacerle la evaluación. Lo que en realidad lo aborda.
debió haber sucedido era que se debía estudiar La situación actual de la justicia no puede expli-
la experiencia oral de la materia penal para, en carse sin estudiar la naturaleza, las fortalezas, las
base a eso, diseñar el procedimiento oral, de fa- debilidades y defectos de la Reforma Procesal
milia, etc., pero en Bolivia no actuamos así, hace- Penal (que entra en vigencia el 2001, ya la te-
mos nomas las cosas y después las evaluaciones. nemos como 15 años) ¿Qué estaba sucediendo?
Entonces, respecto al estudio de los problemas Quiero llamar la atención con esto -y aquí nos
de la humanidad en materia penal -para sacar de vamos a llevar una sorpresa significante- ¿Qué
aquí conclusiones y con esos elementos de co- estaba sucediendo en Europa, en España, en los
misión estar atento al avance de la justicia fami- países postindustriales mientras nosotros en el
liar, he reducido el tema para que comencemos 98, 99, 2000, 2001, discutíamos aprobábamos
con la exposición. Repito, todos sabemos que la y entraba en vigencia el procedimiento penal?,

46
¿Cuál era el tema de la situación internacional está pasando en España y Europa para que so-
en Europa por esos días? Cuando aquí descu- ciedades democráticas asuman medidas puniti-
bríamos y aprobábamos este procedimiento, vas más duras que las de la dictadura? Y hay que
en Europa se estaba produciendo un debate preguntarse si ya está sucediendo eso en Bolivia,
en torno a las delimitaciones del Modelo Penal ya lo vamos a ver.
Garantista que adopta el Código Penal del año
2001. Ahí ya estaba en debate y en crítica, y ha- En los otros países de tradición anglosajona, en
bía muy fuertes análisis en contra y favor natu- Estados Unidos, en Inglaterra y en los países es-
ralmente. Estaba en mesa la denominada “Socie- candinavos en los años 80, se produce la crisis
dad de Riesgo” y sus impactos en el ámbito de del modelo Resocialista. Ese modelo que dice
la criminalidad. Las referencias bibliográficas de que el delincuente es un ser humano y la preo-
los autores que abordan estos temas son Ulrich cupación debe ser reinsertarlo a la sociedad. En
Beck, sociólogo alemán que ya en los años 80 la documentación del Ministerio Público en Bo-
publica sus cálculos sobre la Sociedad de Ries- livia, del Ministerio de Justicia todavía estamos
go en las sociedades postindustriales en Euro- hablando del modelo Resocializador que en Es-
pa. No estamos hablando de América Latina. Su tados Unidos e Inglaterra, y en el mundo escan-
trabajo es traducido al español en 1998, cuando dinavo, ha entrado en crisis y desapareció, pero
nosotros estamos comenzando el trabajo. Por su avancemos. ¿Cuáles son los pasos principales del
lado, otro autor alemán Günther Jakobs estaba sistema penal garantista? Aquí voy a ser muy rá-
impactando en la academia en Europa y también pido por el tiempo, porque asumo que los estu-
en Norte América con su polémica propuesta diantes de Derecho y profesionales lo saben y no
del Derecho Penal del Enemigo, comenzado en necesito explicar, pero es importante señalar: el
1985 en Alemania, se publica en 2003 en español garantismo se rige por los principios generales
en España. Es una propuesta que en Bolivia se de legalidad, materialidad y lesividad de los de-
ha discutido muy poco en la academia, no ten- litos, de responsabilidad personal, del juicio oral
go tiempo para resumir estas propuestas pero y contradictorio entre partes y por el principio
la tesis central es: los delincuentes, las bandas de presunción de inocencia, les recomiendo que
criminales, no son ciudadanos, son enemigos, y intenten leer el libro “Derecho y Razón”. Teoría
hay que tratarlos como tales en el Estado de De- del Garantismo no es un libro fácil de leer pero
recho. Así de tremenda es la teoría del Derecho vale la pena, en este libro se encuentra el zoom
Penal del Enemigo. Esos días también en Euro- de la teoría del garantismo y es la versión más
pa, un abogado jurista catalán que apellida Sil- completa.
va Sánchez, difunde su libro. Sobre la expansión Ferrajoli lo concibe como un “esquema episte-
del Derecho Penal y los Problemas de la Política mológico de identificación de la desviación pe-
Criminal en las sociedades postindustriales. Fi- nal tiene dos objetivos: asegurar la máxima ra-
nalmente, un español malagueño, Diez Ripollés cionalidad y la legitimidad del juicio penal, por
entra al debate con su libro “La Política Criminal un lado, y poner límites a la potestad punitiva del
en la Encrucijada”. Estado, protegiendo, de ese modo, a las perso-
Este es el contexto en Europa y España, en el que nas contra las arbitrariedades del poder público”,
todo ha entrado en crisis. El modelo Garantista pero estamos hablando del liberalismo de avan-
está siendo severamente cuestionado y noso- zada, no estamos hablando de los neoliberales, o
tros estamos arrancando con el “Garantismo” en de ese liberalismo retrógrada. Estamos hablando
el país. ¿Cuáles eran las referencias en España? de la concepción original liberal de esa filosofía
Después de la caída de la dictadura España, en que hizo posible que la burguesía revolucione
1995 se aprueba un nuevo Código Penal garan- en el mundo, en los siglos 17, 18, 19, que hoy día
tista pero no ha durado ni 8 años. En 2003, ante tiene cultores de alto vuelo.
la evidencia del incremento de la criminalidad El principio de legalidad, en el marco del garan-
en plena sociedad democrática, se produce un tismo que se asienta sobre el convencionalis-
proceso acelerado, y en 2003 se aprueba la re- mo penal que es fuente de las garantías pena-
forma al Código Penal que retrocede a medidas les. Principio del juicio oral y contradictorio es
incluso más duras que las de la dictadura y es en la fuente de las garantías procesales la suma de
este escenario que Diez Ripollés, Silva Sánchez, ambos tipos de garantías penales y procesales,
comienzan a preocuparse del problema, ¿Qué

47
delinean el sistema garantista. ¿Por qué el siste- viables y efectivas en ambos lados de la formula-
ma, por qué hablamos de sistema? Todos tienen ción de la ley. De la ley que crea el delito y de la
el concepto de lo que es sistema: las garantías aplicación de la ley en el proceso judicial. En am-
penales y procesales dan lugar a un conjunto de bas instancias hay un gran margen para la dis-
principios axiológicos que sustentan al modelo crecionalidad política y en el otro lado cual es
penal garantista, comenzando desde el principio la verdad judicial, como ven es un gran problema
de la retributividad, terminando con el princi- el garantismo, es muy bueno teóricamente, pero
pio contradictorio o de la defensa, se trata de en el momento que se lleva a la práctica, afloran
un sistema en la que están interrelacionados, de estos problemas.
manera que si uno falla se debilita todo el siste-
ma y esta concepción de Ferrajoli. Y aquí vamos Considerando los márgenes de discrecionalidad
a desnudar el garantismo como debieran imple- que rodean a la potestad legislativa y la verdad
mentarlo, se condensa en la siguiente tesis: Sólo judicial, el modelo penal garantista se enfrentará
puede imponerse una pena si existe un delito, siempre al problema de articular eficientemente
si este está caracterizado como tal en la ley, y los planos teóricos con el normativo y práctico.
si van identificando los principios, la que (la ley) Esta esencial dificultad termina de explicar la na-
debe responder a una necesidad social concreta turaleza en gran medida ideal del modelo ideal
tutelando un bien jurídico. No se convierte en garantista, ideado por Ferrajoli.
las conductas del delito porque sí, porque a al- ¿Cuáles son las debilidades del sistema garantis-
guien no le gusta algo. Tiene que haber un bien ta? Ya hemos visto lo bonito. Lo que no está bien
que debe ser aceptado para convertirse en de- en este modelo, el garantismo desarrolla una
lito. Pero además, si se ha producido la lesión estructura de intervención penal autolimitada,
del bien mediante acciones materiales, no se tiene miedo a la potestad punitiva del Estado al
pega en el pensamiento la intención de que se proteger al individuo, el derecho penal es siem-
penalizan los resultados, cuyos resultados fue- pre el último recurso al que hay que apelar, es
ron previstos por el autor o le son reprochables tan autolimitado el garantismo que se ha auto-
por negligencia, todo lo cual será verificado en denominado Derecho Penal Mínimo. Cuatro de
el juicio. He ahí la naturaleza epistemológica y sus características justifican esto: atribuyen efi-
cognoscitiva del garantismo organizado en base cacia limitada a la norma y sanción penales, los
a una acusación independiente formulada ante garantistas fueron los que impugnaron al mo-
el órgano jurisdiccional, con las pruebas de co- delo resocializador que tenía una característica
nocimiento necesarias y suficientes y garantizan- que decía que hay que curar al delincuente, es
do la libertad de defensa del acusado. Ahí está un enfermo. Entonces las penas no pueden tener
el garantismo, una cosa preciosa. ¿A quién no le límites, no puedes decir va estar 5, u 8 años en
convence esto? Hay que defender los derechos la cárcel, va a estar hasta que se sane con psi-
de las personas, hay que proteger a las personas quiatras, psicólogos y los garantistas, en este su
frente al poder punitivo del Estado ¿Quién va a paradigma de modelo resocializador, no pueden
estar en desacuerdo con esto? Nadie ¿verdad? tener a la gente en el limbo, si señala que es-
Pero Ferrajoli llama la atención en su libro, hace tán violando sus derechos, y en este discurso le
notar que esta visión es un modelo ideal al que atribuye eficacia limitada a la norma, porque la
hay que aproximarse, que es casi imposible, apli- capacidad de la norma y la sanción penal es de
carlo en la práctica, que la praxis judicial suele generar efectos sociales perceptibles. Depende
ser siempre diferente a estas formulaciones de de sinergia con otros actores y mecanismos del
orden. El sistema se debilita cuando una de sus control social. Es el derecho penal solo que no
garantías es eliminada o desvirtuada, eso esto lo tiene efectividad sin la educación, sin la familia,
que estamos teniendo en la práctica. sin la comunidad. Bueno, esto es lo que dice el
garantismo, en el fondo está diciendo miren “si
El modelo garantista es epistemológico y nor- entre todos no corregimos esto, la norma y la
mativo al mismo tiempo, tiene un gran proble- sanción penal son limitados”, como les dije, se-
ma que lo van a percibir ustedes con claridad: gún la característica el garantismo asigna carác-
por el lado teórico este modelo con todas estas ter de último caso la intervención penal en los
exigencias para proteger al individuo frente al peores casos y en los bienes más importantes.
Estado necesita elaborar o contar con técnicas

48
El leitmotiv del garantismo es la defensa del ciu- mente asustados con las noticias sobre delitos,
dadano, delincuente o no, frente a los abusos la responsabilidad de los medios es muy gran-
del Estado punitivo. Fuerte desconfianza hacia de los noticieros especialmente las revistas de
el poder estatal sancionatorio; y efectos sociales las mañanas se han convertido en crónica roja,
y personales de las penas que en ningún caso un delito es reproducido miles de veces por los
deben atentar contra la dignidad de la persona medios de comunicación y nos dan la sensación
humana. Cualquiera fuese la lesividad del deli- que estamos viviendo en medio de violencia co-
to, es decir que un individuo que viola a su hija tidiana y callejera, grandes sectores sociales se
como estamos oyendo en las noticias, aun pese orientaron hacia temáticas de inseguridad ciuda-
a la legitimidad de estos delitos debe ser tratado dana, y esta preocupación compromete la cre-
con respeto a la dignidad que posee cualquier dibilidad de los operadores de la justicia y del
persona. Ese es el discurso que está habiendo, propio sistema. Los cuestionamientos ponen en
la posición de la iglesia, la acción de ONG´s, en duda la eficacia social del modelo garantista,
las cárceles, etc. Bueno voy a leer esto rápido restándole gran parte de su legitimidad. Repito
sino quedaría incompleto: “Frente a estos rasgos ¿Quién no quiere defender al individuo frente al
del garantismo, que es lo que ha sucedido en la estado? Pocos queremos hacer eso, pero no está
práctica en la primera década de nuestro siglo, funcionando, esa es la realidad, la desconfianza
entre el 2005 ya habían evidencias de que los re- sobre la efectividad del garantismo, genera con-
sultados entregados por la reforma procesal no diciones para perfilar lo que hoy se conoce como
eran los esperados”, me tocó a mí escribir un el modelo de intervención penal de la seguridad
libro alertando sobre este tema. Por otro lado, ciudadana y se ha ido dibujando otro modelo
la violencia social y la criminalidad avanzaron in cuya más dura versión es la del derecho penal
crescendo, y hoy en día todos estamos franca- del individuo.

49
Veamos rápidamente si me permiten 5 elemen- en régimen carcelario es visto como un atentado
tos de este nuevo modelo, que es también una contra la víctima, es un escenario clásico. Tercera
descripción de lo que estamos viviendo. Primero, característica: las decisiones legislativas penales
la sociedad: Fuerte sentimiento de inseguridad, y en la política criminal tienden a orientarse por
inseguridad ciudadana muy grande. Eso está criterios politizados, con fuerte sesgo populista.
sucediendo en Bolivia y en el conjunto latinoa- La lucha integral contra las mujeres. El móvil no
mericano hay una sensación generalizada de de- fue una lucha real consecuente contra un fenó-
bilidad creciente en la prevención y persecución meno tan grande que es la violencia contra la
de la delincuencia, que pensamos que los jue- mujer, el resorte que le impulsa al poder políti-
ces fiscales no hacen nada frente al delincuen- co a tomar una decisión apresurada es un hecho
te. Hay una pérdida de confianza en los poderes que impacta a la opinión pública. Las motivacio-
públicos y disminución e incluso desaparición de nes políticas no son científicas, no es de políti-
predisposición a comprender el fenómeno de ca criminal y entonces se aprueban leyes suce-
la delincuencia. La delincuencia puede ser vista sivas. Cuarta característica: en este avance que
sociopolíticamente, son víctimas, la pobreza, los se está produciendo en la sociedad se ha pro-
padres los abandonan, etc. Hoy no comprende- ducido revalorización del componente aflictivo
mos la delincuencia, hoy en los barrios los matan, de la pena ¿Qué quiere la gente contra los vio-
no hay propensión a comprender el fenómeno ladores? “Delincuentes a la cárcel”. No pueden
de la delincuencia. Segunda característica: mayor decirlo, pero quisieran decir “A la hoguera con
énfasis en los intereses de las víctimas, dejando ellos”, ya la gente quiere venganza, no puede
atrás el enfoque de subordinarlos al interés pú- seguir esa gente circulando en las calles, eso es
blico (plausible), en derecho penal tradicional la lo que piensan las personas. Quinta característi-
víctima no reacciona, es la sociedad quien re- ca: la prisión retoma, esta es una visión más de
acciona contra el delito, y la víctima, se habían afuera, porque en Bolivia la prisión siempre ha
olvidado de la víctima, bueno en este modelo sido el elemento central del derecho penal, pero
surge con fuerza la imagen de la víctima, rela- digámoslo académicamente, la prisión retoma la
ción delincuente-víctima ingresa a un escenario condición de principal pena, aplicable a una va-
de suma cero, es decir lo que se aprueba en fa- riedad grande de delitos, y no por sus virtudes
vor de los delincuentes sea en proceso penal sea reeducadoras. Nadie cree y todos sabemos que

50
las cárceles de Bolivia no reeducan a nadie pero encuentran en resultados de la reforma procesal
queremos que todos entren a la cárcel por este penal, 80% de detenidos preventivos a partir de
sentimiento de venganza. Sexta característica: 2011, la tendencia marcada a favorecer a, o sin-
reaparición de fuerte corriente social dispuesta tonizarse con, los imputados y acusados en las
a renunciar a algunos de los límites impuestos al decisiones finalizadoras, el sistema penal bolivia-
ejercicio del poder punitivo, el garantismo des- no se está deslizando hacia el derecho penal del
confía del poder punitivo del Estado, desconfía enemigo.
delo que pueden hacer jueces, fiscales, por eso
exige muchas cosas para meter a alguien a la Conclusiones: con fundamentos anteriores y mi-
cárcel, en este modelo ya no actúen policías, jue-rando hacia el diseño de acciones para salir de
la crisis de la justicia, tres conclusiones: Uno, In-
ces, fiscales. Agarren, metan a la cárcel a la gente
después van a ver si son culpables o no. Se está novaciones penales avanzaron en dirección del
produciendo una ausencia de recelo ante el po- modelo penal de la seguridad ciudadana, mien-
der sancionatorio del Estado, como nos estamos tras la praxis judicial, con el procedimiento pe-
aproximando a un marco muy familiar al de las nal garantista de por medio, se debate entre la
dictaduras, esto es lo que implica decir que se retardación de justicia, la corrupción y una ino-
está perdiendo temor al poder sancionatorio del cultable tendencia a favorecer a los acusados.
estado; y siete: modificaciones profundas en el Dos, ¿Ha llegado la hora de asumir en plenitud
rol de la sociedad respecto a la lucha contra la la ideología de la seguridad ciudadana en el sis-
delincuencia, esto voy a cortar con una sola fra- tema penal boliviano? La respuesta es negativa:
se, en el modelo anterior la sociedad comprende el país no debe retroceder a prácticas judiciales
el delito, son enfermos hay que ayudarlos por violatorias de los derechos de las personas, ni a
ejemplo en este modelo la gente se involucra en reglas que dejen de lado la naturaleza cognos-
citiva y contradictoria del proceso penal. Tres:
la justicia , en la persecución, las brigadas de ba-
rrio, la implementación de medios tecnológicos, De lo que se trata es de adoptar ajustes y re-
las famosas cámaras de vigilancia. formas para darle mayor efectividad al sistema,
garantizar justicia pronta y protección real de las
Causas de aparición de estas demandas securi- personas y bienes afectados por las conductas
tarias en Bolivia, las causas no son las mismas desviadas.
que en sociedades postindustriales, en Bolivia
y varios otros países de la región, las causas se Muchas gracias.

51
Marco Baldivieso (Bolivia)
Universidad Mayor, Real y Pontifica de San Francisco Xavier de
Chuquisaca, Sucre

E
n principio muy buenos días a todos y todas. Saludar a los distinguidos colegas, saludar a los
amigos estudiantes y a los invitados especiales. Quisiera referirme en este Simposio tan inte-
resante al tema de la justicia, y yo voy a abordar el tema de la justicia en un concepto integral
relacionado absolutamente o casi absolutamente, todo lo que se ha referido a este tan interesante
evento. Primero, destacar como principios ético morales de nuestros pueblos originarios indíge-
nas campesinos, la trilogía del Tawantinsuyu y recuperar el cuarto principio de nuestros pueblos
Yamparas que es “ama llunku”. Sin ser llunku yo quiero felicitar a Kathia. Cualquier emprendimiento
académico, cualquier encuentro de intelectuales es muy saludable. También felicitar a las autorida-
des porque nunca le dicen “no” a un encuentro académico. Eso es totalmente positivo para nuestra
universidad y la comunidad académica en general. También voy a presentar mi intervención en tres
ámbitos: el primero, es un diagnóstico del sistema de justicia actual, el segundo es ver a la cumbre
judicial cómo articula, como una posibilidad interesante para realizar cambios que permitan mejorar
este sistema, y un tercer punto, que son los criterios total y absolutamente individuales, sobre el
ámbito de la justicia como un aporte personal.

Voy a caracterizar al sistema de justicia en Bolivia con un pensamiento de un abogado brasileño,


Ruy Barbosa. Él decía lo siguiente y les invito a reflexionar: “de tanto ver triunfar las insignificancias,
de tanto ver prosperar la deshonra, de tanto ver crecer la injusticia, de tanto ver agigantarse los
poderes en las manos de los malos, el hombre llega a deformarse, a desanimarse de la virtud, a
reírse de la honra, a tener vergüenza de ser honesto”. Esa es nuestra sociedad distinguidos alum-

52
nos, distinguidos amigos, colegas, otros colegas. nas para mejorar sus condiciones. No se puede
Hoy es una deshonra ser honesto. Yo soy presi- callar, no podemos ser cómplices de un Órgano
dente del Tribunal Nacional de Ética del Colegio Judicial absolutamente dependiente de un Ór-
de Abogados de Bolivia, creo que tengo cierta gano Ejecutivo, de un Órgano Legislativo. No
moral para hablarles al respecto. Me extraña mu- solo es corrupción el aceptar u ofrecer dinero, es
chísimo que nos hayamos olvidado de aspectos también corrupción convocar, llamar a un juez
tan elementales como los valores y principios para que un fallo salga de uno u otro sentido,
que guían impregnan y uniforman todo nuestro es también corrupción la injerencia directa del
sistema normativo. Hoy en día le damos más vi- Órgano Ejecutivo sobre los Órganos Judiciales.
gencia a la norma como tal, fría cual es, y aplica- Es también corrupción la injerencia de los polí-
mos la norma a raja tabla, sin pensar que la ley ticos de nuestras universidades y eso hay que
y nosotros como abogados somos instrumentos denunciar y defender a raja tabla la autonomía
de bienes jurídicos superiores como la justicia. universitaria, porque eso significa el principio
Nos olvidamos que en cada caso, en cada fallo, de independencia y no podemos ser cómplices
en cada sentencia, existen personas, existe gente desde la academia sin denunciar estos aspectos,
como ustedes con familias, con hijos con dig- convivir con el poder fácil y hasta lucrativo. Pero
nidad, con patrimonios que la comunidad debe los abogados, los estudiantes de derecho, todos
resguardar, y no cerremos los ojos nosotros so- ustedes estamos aquí para hacerle frente a esa
mos tan culpables como los corruptos, nosotros realidad. El conocimiento nos da más armas para
somos tan culpables como los fiscales, como los ser mejores y tener la posibilidad de confrontar
jueces y los abogados y de las autoridades que estos aspectos.
se aprovechan de todo.
Finamente, voy a hacer alusión la Cumbre de
Existe un quinto principio también más allá de la Justicia, o Cumbre de la Injusticia. Ahí se habla
ideología del Tawantinsuyu, que le he escucha- de igualdad y existen y cursan invitaciones es-
do recién a nuestro canciller que hace alusión al peciales para ciertas personas, para ciertas insti-
silencio cómplice e indiferente, a nuestro silencio tuciones, que van a ir a aplaudir lo que ya están
como parte de una comunidad enferma por la haciendo. Es decir, se convocan entre ellos para
deshonestidad, enferma por ese grupismo que felicitarse y congratularse, para decir que van ha-
existe y ese interés en lucrar a como dé lugar. Yo cer las correcciones. Para mentirse y la mentira
quería hacer una evaluación técnica de la justicia también es un gran tema en nuestra sociedad:
como el doctor Böhrt. Hablarles de las nuevas la participación de la ciudadanía tiene el sentido
corrientes de constitucionalismo popular, por de la integralidad de la palabra justicia. La jus-
ejemplo Kramer. Hablarles de las nuevas teorías ticia no es un término que solo se remite a los
constitucionales, sobre el Derecho Internacional abogados, la justicia va en una dimensión políti-
de la Integración y los efectos en el ámbito del ca que implica contener al poder, implica limitar
Derecho Internacional, y sin embargo parece el poder político. A mis alumnos siempre les cito
que es mucho más positivo reflexionar sobre es- el Contrato Social, les cito a Rousseau que nos
tos aspectos. Este es un diagnóstico rápido, to- dice “somos libres, porque estamos sometidos a
talmente crudo de lo que nos pasa a nosotros. la ley y no a la voluntad de los hombres”. No
Somos tan culpables como los corruptos, por- estamos sometidos al capricho autoritario, esta-
que aguantamos, soportamos, toleramos en mos regidos por leyes y cuando nuestras leyes
silencio esta corrupción. Vale la pena decir que se manipulan, cuando esas leyes logran reelec-
la academia sirve, vale la pena decir que los tí- ciones que son total y completamente anticons-
tulos, las maestrías, los doctorados siempre son titucionales, cuando veo a los Tribunales que
buenos, el conocimiento nunca esta demás. Y en deberían cuidarnos y protegernos, protegiendo
una entidad como la nuestra, en un evento aca- y resguardando al poder, es otro síntoma del Es-
démico como este, pues se han dicho y seguido tado enfermo, estamos supuestamente en ple-
a personas que desprecian la realidad, que no no proceso de transición del Estado Republica-
valoran el esfuerzo que hace cada uno de uste- no que se fundó en 1825 hacia esa comunidad
des para estar en la universidad para superarse supuestamente más avanzada, más organizada.
y lograr una especialidad un PHD, cuesta mu- Esa utopía interesante del Estado Plurinacional
chísimo, y vale la pena valorar este esfuerzo, no comunitario. Desde mi perspectiva estamos re-
por el cartón, sino por el esfuerzo de las perso- trocediendo, no porque tengamos algo inal-

53
canzable sino porque hemos olvidado nuestra de Justicia realmente amplia y participativa, pero
comunidad. Cómo no decir que es un Estado en- que no sea un Cumbre convocada por el Ejecu-
fermo si han salido Presidente, Vicepresidente, tivo, las autoridades judiciales. Que esta sea una
Gobernadores, Alcaldes a decir que van a des- Cumbre para la justicia. Yo creo que emergen
tituir a los funcionarios que han votado por el muchísimas buenas ideas que pueden contribuir
“no”, como si el acceso a la función pública y al a mejorar nuestro sistema de justicia.
servicio público fuese una potestad política y no
una potestad de mérito. En nuestra comunidad Personalmente y en el último punto, tengo algu-
la autoridad sirve, la autoridad se brinda íntegra- nas propuestas. Primero, la honestidad. Hay que
mente a su autoridad. Soy asesor de pueblos in- recuperarnos queridos colegas, desde mis estu-
dígenas, pero hay indígenas de primera, los ma- diantes, cuando les prohíbo hacer trampa, cuan-
sistas, los que están de acuerdo con el gobierno, do les digo que es total y completamente desho-
e indígenas que no son realmente indígenas son nesto para un estudiante tratar de engañarse a sí
totalmente descalificados. Hay acciones popula- mismo y engañar al profesor, les digo que se de-
res que se presenta, a los indígenas los guaraníes diquen a política que vayan a trabajar a la adua-
por ejemplo, y lamentablemente no admiten esa na, hay actividades más lucrativas. Yo creo que
acción. Hay gente que está esperando 10, 15, 20 el oficio nuestro de los profesionales, el oficio
años que se resuelvan sus sentencias y cuando nuestro que adquiere más instrucción es educar-
son sentencias del Estado, esperan al menos dos nos mejor, con más ética, con más valores, persi-
semanas o un mes. Nuestra sociedad enferma guiendo algo más que el dinero. El otro aspecto
merece una oportunidad y merece una Cumbre es la capacidad, la idoneidad que menciona la

54
Constitución Política del Estado. Funcionarios, todos los problemas. Creo que la contribución
servidores públicos que van a ser despedidos de cada uno, el compromiso individual, esa voca-
porque han votado por el “no” y ¿Dónde está el ción de servicio, puede contribuir a cambiar esta
acceso a la función pública, el mérito como cuali- sociedad. Finalmente, hablar de independencia
dad indispensable al acceso de la acción pública? es un término demasiado grande y tiene que ver
Que los mejores estudiantes ya tengan un traba- con la libertad, y la libertad sin justica no tiene
jo asegurado sería un aliciente interesante para sentido. Yo digo que el aspecto más importante
que ustedes se esfuercen mucho más, que los es jamás dejar que otros intereses interfieran con
mejores docentes que tengan plazas aseguradas nuestro criterio, con nuestra conciencia y nues-
para continuar con su formación, que los que más tro pensamiento. El ex presidente de la Corte
se esfuerzan tengan perspectivas laborales. Solo Constitucional de Colombia, el Dr. Henao, en una
así vamos a poder cambiar esta sociedad, ¿Qué reunión que tuvimos en Costa Rica, decía cuan-
debo hacer hoy para tener empleo? Afiliarme al do analizábamos el tema de la independencia y
MAS, o al partido en función del gobierno, o te- ver todos los mecanismos que nos ha dictado el
ner un pariente. ¿Dónde está el mérito, para qué Dr. Böhrt. Yo creo que la justica está como decía,
están estudiando? Otro aspecto es la vocación. cito a Pantaleón Dalence, más que en las normas
Mis muy distinguidos amigos, el servicio públi- está en el corazón de la gente. Es nuestra propia
co debe ser una vocación, no debemos tener el consciencia, y si una persona es incorruptible es
profesionalismo, como esa herramienta que nos por ella, no es porque le ofrezcan más o menos
da de comer todos los días y nos permite ciertas sueldo, más o mejores perspectivas. Yo les invito
comodidades. Debemos hacer de nuestro cono- a recapacitar y pensar, me despido también con
cimiento en función de un instrumento que tal una cita de Ruy Barbosa: “la gente que no lucha
vez sirva para solucionar pequeños problemas por sus derechos no los tiene”.
sociales. No nos vamos a convertir tampoco en
los todopoderosos que pretendemos solucionar Muchas gracias.

55
Fátima Tardío (Bolivia)
Universidad Mayor, Real y Pontifica de San Francisco Xavier de
Chuquisaca, Sucre

M
uchas gracias, buenos días a todos y todas. Voy a retomar los alcances conceptuales que
se han intercambiado a lo largo de este Simposio de Filosofía Política, intentando ver al-
guna aproximación hacia una carrera de la consigna en Bolivia, en el pequeño mundo que
hoy nos dice con mucha insistencia “no hay nada que perciba y se sienta con tanta agudeza como
la injusticia”. La fuerte percepción de la injusticia se aplica sin lugar a dudas a los estatutos, resulta
por tanto de nuestra vida cotidiana, bajo este contexto lo que nos mueve no es la posibilidad de
alcanzar un mundo perfecto y justo, incluso si hubiera conceptos de cómo alcanzar este mundo
perfecto, sino la consciencia de que las justicias manifiestas pueden superarse, es decir la posibilidad
de eliminar las injusticias notorias en la medida de nuestras posibilidades. Por esta razón, en algún
momento Gandhi, Martin Luther King han aparecido. Por eso, los franceses tomaron La Bastilla, por
esta razón hubo momentos en febrero de 2003, “Octubre Negro” en Bolivia. Por esta razón, nosotros
estamos ahora en un momento de crisis, pero también fundamental en un pedido de reforma del
sistema de Justicia.

56
La identificación de la injusticia no solo nos mue- realizados dentro de la institución gubernamen-
ve a pensar en la Justicia y la injusticia: también tal, desde instituciones no gubernamentales,
resulta central para la construcción de una Teoría desde diversos sectores de la sociedad civil orga-
de la Justicia. Hay muchos alumnos de la carrera nizada o no. Estas injusticias han sido percibidas,
de Derecho, o de Comunicación Social, que pro- ustedes las conocen: desde la falta de indepen-
bablemente han estado a lo largo del Simposio dencia en los poderes del Estado, pasando por la
sin entender qué es Justicia, o qué deben en- Justicia Penal al analizar sus reformas, terminan-
tender por una Teoría de la Justicia. En términos do con la falta de formación correcta, adecuada,
sencillos, más allá de los diálogos académicos de los estudiantes de la carrera de Derecho. La
teóricos que se han dado, podemos entender a respuesta es cómo es que podemos plantearnos
la justicia como qué es lo que debemos hacer, o -y al respecto hablaban los Dr. Suárez y Dr. Baldi-
cuáles son los pasos que se deben seguir para vieso- la cuestión de mejoramiento de la Justicia
alcanzar la Justicia, o por lo menos, no retrasar y la superación de las injusticias objetivamente
cualquier injusticia manifiestamente evidente. percibidas, sin necesidad de detenernos sobre la
naturaleza de la Justicia perfecta, plasmada de
Ahora bien, esta Teoría de la Justicia se puede alguna manera en las teorías preeminentes de la
analizar desde dos ámbitos, y se ha visto de esta Justicia en la Filosofía Política y Moral.
manera, una general y otra más específica para
una sociedad en cierto tiempo y lugar. Retomo Entonces se deberá buscar una teoría o, para
esta idea de la justicia porque ningún debate más el caso boliviano, un conjunto de Teorías de la
allá de los ejes conceptuales podrá ser desarro- Justicia que sirvan de base para el razonamiento
llado sin tener en cuenta o debatir primero sobre práctico e identificación de concretas posibilida-
la idea o las ideas de las justicias en el contexto des de cómo reducir la injusticia y avanzar ha-
actual boliviano, ¿Qué idea de la Justicia tienen cia la Justicia. Nuestros dos panelistas aquí han
ustedes, estudiantes de Derecho? ¿Qué idea de estado hablando durante la Cumbre de Justicia
Justicia tienen los ciudadanos? Además del ca- del Órgano Judicial, en la Cumbre de Justicia de-
rácter altamente plural de esta sociedad boli- partamental, sobre cómo avanzar hacia la justi-
viana, ¿Será posible que pueda haber una sola cia. Creo que este orden nos servirá para buscar,
idea de Justicia? Lo que es justo para unos, será para siempre tener la potestad de obtener resul-
injusto para otros. Ahora bien, el diagnóstico de tados concretos sobre el perfeccionamiento de
las injusticias examinado a la luz de la razón, será la Justicia.
siempre un punto de partida para la construc-
ción crítica desarrollada sobre este tema y por Recordarán ustedes, trayendo a colación un
eso lo pongo a debate. Probablemente, tendría ejemplo en un momento del actual gobierno, se
que haber sido el inicio de la discusión. Es decir, pensó que a través de un cambio social, incluso
este punto de partida nos permitirá ver en qué un cambio de etnicidad en el ámbito perfeccio-
sentido puede ser objetivo un diagnóstico de la nador de la justicia, se iba a lograr justamente
representación de la injusticia y en qué medida eso: superar las injusticias manifestadas y conse-
pueden ser objetivas las propuestas de lo que guir una sociedad más justa. Los resultados son
podría servir o eliminar. los que conocemos, al parecer el problema va
más allá.
¿Qué clase de Teoría de la Justicia podría ser
aplicable? Esta pregunta podría ser interpelado- Ahora bien, el tercer punto que quiero tocar es
ra para los miembros académicos y para el grupo el estudio hacia una Teoría de la Justicia en so-
de Filosofía Política que han estado compartien- ciedades plurales. Al parecer, las teorías que han
do con nosotros, ¿qué clase de Teoría de la Jus- hablado de la justicia, provienen de sociedades
ticia podría ser aplicable en Bolivia? Señalar que occidentales. En este sentido, resulta mucho más
una Teoría de Justicia en el sentido amplio del complejo hablar de una Teoría de la Justicia en
término tiene como objeto de esclarecer cómo sociedades plurales a la boliviana, la situación de
podemos plantear la cuestión del mejoramiento búsqueda de teorías de sociedades plurales en la
de la Justicia y la superación de las injusticias ob- que pueden existir distintas razones y categorías
jetivamente permitidas en una sociedad deter- de la Justicia. Lo que les señalaba, probablemen-
minada. Las injusticias objetivamente permitidas te la idea de una justicia dentro de las sociedades
las conocemos todos. Los diagnósticos han sido indígena originaria campesina en Bolivia no es la

57
misma que la idea de la Justicia para un ciudada- con transgresiones de comportamiento no solo
no o persona que vive en la ciudad. Esto ha sido de los que administran Justicia sino de los ad-
evidenciado, por ejemplo, a través de la univer- ministrados. Véase los hechos de corrupción: no
salidad de los Derechos Humanos. Ahora bien, la solo recibe dinero el juez, se trata de la Justicia
percepción de la Justicia en este tipo de socieda- a cambio de una táctica. Entonces esas transgre-
des, las pluralidades valorativas, resultan ser sig- siones del comportamiento, esta transgresión
nificativas o divergentes. En este fin el tema que del “horizonte moral” -utilizando las palabras del
he querido discutir también, es el de la teoría de- vicepresidente del Estado Plurinacional de Boli-
mocrática o las teorías democráticas en el marco via, el señor Álvaro García Linera- pone en deba-
de una necesidad de argumentación razonada, te que se ha desarrollado a lo largo de diversas
como un horizonte también con los otros. Aquí Cumbres. Es decir, no solamente las fortalezas
otra vez el diálogo de las categorías conceptua- de las instituciones sino también la discusión del
lizadas forjadas en esta mesa sobre Justicia. Pero debate de las transgresiones del comportamien-
miren la cercanía con las teorías democráticas, to. De ahí que la Justicia, en gran medida, guarda
más aun en sociedades plurales. Por tanto, solo relación con la forma en que las personas viven
la Justicia con justos razonamientos, de teorías su vida, en la forma que ustedes viven sus vidas y
prácticas, con conjunto de argumentos razona- no simplemente con la naturaleza de las institu-
dos, pero ya no de la famosa frase “yo tengo mi ciones. En este sentido, de nada servirá concen-
razón y tú la tuya” sino al contrario a través de trarnos únicamente en establecer instituciones
un diálogo. La presencia de la Justicia delineable justas sin considerar las dimensiones relaciona-
bien puede tener relación con dos interrogantes. das con el comportamiento o la expansión del
Eso significa que hemos percibido como diag- horizonte moral de la sociedad. Señores, señori-
nóstico que luego se ha tramitado la llamada tas, jóvenes, ya es ineficiente solo dedicarnos al
crisis de la Justicia, sin duda, tiene relación con tema del fortalecimiento, reforma, como ustedes
insuficiencias institucionales como las han iden- quieran, de las instituciones y no de la expansión
tificado, pero también en la mayoría de los casos del horizonte moral de una sociedad.

58
Ahora bien, y esto también para los miembros del elección de las instituciones y leyes adecuadas
grupo de Filosofía Política de la CLACSO, consi- resulta fundamental en la empresa del mejo-
dero que experiencias como la boliviana podrían ramiento de la Justicia en las posibilidades de
servir de bases actuales sobre la concesión de garantía de las Justicias como derecho exigible.
cambio de rumbo de la Teoría de la Justicia, por Una buena elección y un buen comportamiento
ejemplo, los debates de los casos de Colombia de las instituciones determinará dos cosas: faci-
podrían permitir sin lugar a dudas un cambio de litar la capacidad individual y colectiva para exa-
rumbo de la Teoría de la Justicia, mucho más li- minar los valores y prioridades que se ponderan
gada a sociedades que tienen una larga trayecto- en un contexto determinado. Ejemplo, el debate
ria en cuanto al razonamiento teórico y de base en relación a la elección y preselección de ma-
incluso democrático, sobre qué entienden esas gistrados. Ahí hay una ponderación de valores,
sociedades por Justicia y cómo debería ser y por es decir, hay una ponderación de valores de esta
dónde debería ir la construcción de la Teoría de sociedad que afecta, que se buscaba con la elec-
la Justicia. Este hecho podría tener gran impac- ción por voto popular de los representantes del
to no solo en la Filosofía Política sino también órgano judicial, participación democrática, am-
en las discusiones y decisiones sobre cuestiones pliación de la participación. Por otro lado, ¿qué
altamente prácticas. Hay que tener en cuenta pasa con el tema de la idoneidad? ¿La capacidad
cómo estos gestos de base teórica, tienen una no solo de conocimientos, sino de experiencia
incidencia práctica en el eje de una fusión mate- práctica para alcanzar el cargo? Sin duda, es un
rializada de la Justicia. Por ejemplo, podría tener debate que se deberá realizar en un acto indivi-
una gran incidencia en los programas y políticas dual y colectivo.
públicas en el ámbito de la Justicia, ¿Cómo va-
mos a hacer programas de políticas públicas en El tema de la Justicia puede ser estudiado tam-
el ámbito democrático de la justicia? ¿Cómo va bién desde los movimientos sociales. Esa sensi-
hacerlo el Ministerio, si no tiene una clara idea bilidad de la Justicia y la injusticia que he habla-
de la justicia que quiere o se pretende llegar en do al inicio se han venido manifestando a través
Bolivia? ¿Si no tiene una clara idea de la trilogía de un pedido, un pedido polifónico, muchas vo-
de la Justicia Oral que abarcarán, repartirán, en el ces por distintos canales que van desde la ar-
ámbito de la Justicia? ticulación clásica de los movimientos sociales
hasta la interpelación ciudadana por medios no
También puede servir, y esto es importantísimo articulados, pero altamente eficientes. Decíamos
señores, a la interpretación de la Justicia a través “vemos cada día en la televisión, ciudadanos que
de las leyes. Hasta ahora el Estado y la interpre- protestan de distintas maneras”. Articulada y no
tación judicial, el trabajo de los jueces, los abo- articulada, frente a las injusticias bien delineadas,
gados incluso la formación de ustedes ha estado a este fenómeno de protesta y de interpelación
más abocada al proceso, al procedimiento, y no además se han sumado un conjunto de actores
a la búsqueda de la Justicia. Las preocupaciones como parte del problema, que asumen un nivel
prácticas no ven en el razonamiento teórico, pa- de responsabilidad. Aquí está la academia, la
recen elegir un cambio radical de grupo de aná- universidad que ha asumido su rol de responsa-
lisis de la Justicia, siendo esto un hecho, interpe- bilidad y han unificado sus voces de protesta del
lado para la academia y la filosofía política. pedido de reforma a estas otras voces.

Termino con estos puntos. Hay un momento En mayor o menor nivel, estas voces incluyendo
en el que la Justicia se transfunda a un ámbito la nuestra, han hecho eco en el gobierno cen-
material bajo la forma de derecho exigible, que tral que ven desde la crisis de la Justicia, una
requiere de condiciones concretas para su mate- amenaza a su propio proyecto político. Parale-
rialización. Las instituciones junto con los actores lamente, los grupos de oposición asumen la cri-
determinantes del comportamiento individual sis del sistema judicial como una herramienta de
social, juegan un significante papel instrumental deslegitimación del gobierno que, de acuerdo a
en la búsqueda de esta idea de la Justicia. No po- sus percepciones, habrían utilizado al sistema de
demos negarlo, más bien garantizar, como decía Justicia como el mejor mecanismo de persecu-
el Dr. Böhrt. Esta idea de la Justicia transfunda- ción. Todo esto dicen estos sectores: gracias a
da es lo que nosotros enseñamos en el Derecho, una estrategia de control, gracias a gran parte
a una Justicia pronta y oportuna. Por tanto, una del sistema de administración de Justicia, gracias

59
a todos esos mecanismos que para ellos, los ciu- luntad política de no injerencia en el órgano ju-
dadanos, comienzan desde la elección de magis- dicial. También para hablar de este tema desde
trados. la matriz colonial, que algunos sectores llaman
a estos problemas fundamentales que históri-
Definir una idea de la Justicia para el caso bo- camente se ha arrastrado. Sin duda, también es
liviano y en el marco de definir una Teoría de importante para hablar de los principios, valores
la Justicia es fundamental: es el eje articulador de la Justicia boliviana y de la preocupación de
por el cual deberán pasar los diagnósticos, los estos que hemos hecho derechos en el proceso
debates y en todos los ejes identificados para el civil penal. Para hablar también desde la Univer-
debate del análisis de la Justicia. Bolivia tiene una sidad, sobre el nuevo paradigma y el nuevo pro-
poderosa trayectoria en procesos de discusión ceso formativo que tendrán que tener las carre-
razonada, y en ese sentido, la teoría es lo que me ras de Derecho y el sistema público boliviano, y
preocupa, en los debates nos hemos olvidado, también Universidades privadas, en la formación
todos los debates tratan sobre “que se modifica de estos nuevos sujetos con un ampliación del
esto, que no se modifica esto”, hemos olvidado horizonte no solo de conocimiento sino del hori-
el debate real. Por eso lo asumimos en este Sim- zonte moral y del comportamiento. En este sen-
posio. Para hablar, por ejemplo de las garantías tido, traigo a colación este punto de partida que
reforzadas para órganos jurisdiccionales, para tiene que ir desarrollándose a lo largo de estos
hablar de la reforma de la Justicia penal en Boli- Simposios, Cumbres, que simplemente se per-
via, para hablar sobre la coordinación normativa, derán si no se tiene una idea clara de una Teoría
para hablar sobre la voluntad política de cambio, de Justicia Plural desde y para Bolivia.
qué Justicia quiere este país, cuál es la idea de
Justicia, etc. Pienso que realmente hay una vo- Muchísimas gracias.

60
“Ejercicio de derechos políticos en
Bolivia”
Farit Rojas (Bolivia)
Centro de Investigaciones Sociales
(CIS), La Paz

C
ómo empezar esta conferencia? Podemos
empezar señalando que ha sido el ensayo
de Thomas H. Marshall “Ciudadanía y Clase
Social” de 1950 el que ha gatillado una serie de
debates en torno a la concepción de la ciudada-
nía, los derechos políticos y los derechos civiles
y sociales. Basta para recordar las discusiones
que ha generado la concepción de ciudadanía
de Marshall en autores como Adela Cortina (en
su ensayo “Ciudadanos del Mundo”), o Luigi Fe-
rrajoli (en su colección de ensayos, “Derechos y
Garantías, la ley del más débil”).

Marshall concibe a la ciudadanía como “un sta-


tus atribuido a quienes son miembros de pleno
derecho de una determinada comunidad” y lógi-
camente relaciona este concepto a la idea mo-
derna de Estado. El origen de esta manera de ver
a la ciudadanía como un “status” tiene su origen Declaración de 1789 desarrolla en su artículo 6
en la Roma antigua, el “status civitatis” era una los derechos políticos como el derecho a concu-
de las condiciones de los hombres romanos y rrir personalmente o por medio de representan-
libres, sin embargo la noción de ciudadanía de tes a la formación de la ley como expresión de
Marshall se vincula a la “Declaración de derechos la voluntad general, y el de acceder a todas las
del hombre y del ciudadano” de 26 de agosto dignidades, puestos y empleos públicos. Y el Có-
de 1789. Léxico que sigue en parte las maneras digo Civil desarrolla el derecho a la personalidad
de participación política como el famoso status jurídica como la capacidad de una persona de
du roi (o estatus de realeza), que para algunos realizar actos jurídicos con validez.
autores como Quentin Skinner, ven en la muta-
ción de este término los antecedentes de lo que El ejercicio de los derechos políticos como el
Maquiavelo y otros denominaron Estado. ejercicio de los derechos civiles han sido histó-
ricamente vetados para la mujer. En el caso de
Sin embargo, la Declaración de 1789 hacía una los derechos políticos porque estos de manera
distinción entre hombre y ciudadano. Al primero, efectiva han sido derechos sólo para los varones
“hombre”, se lo relacionó con la personalidad y durante mucho tiempo, y cuando el feminismo
la capacidad de obrar, y al segundo, “ciudada- entro al debate se logró una asimilación jurídica
no”, se lo relacionó con el ejercicio de los de- de las mujeres bajo la asunción del sujeto mas-
rechos políticos. El primero se desarrolló en el culino como parámetro.
vocabulario del Derecho Civil, y el segundo es
parte del vocabulario político cercano al Dere- En el caso de los derechos civiles, la mujer por
cho Constitucional. Creo que también es nece- mucho tiempo ha estado sujeta al marido y en
sario recordarles las dos grandes tradiciones que algunas legislaciones, considerada menor de
nacen con la Revolución Francesa y después de edad con capacidades de obrar limitadas, ge-
ella, el constitucionalismo y el Derecho Civil. La neralmente subordinadas a su padre, al esposo

61
y hasta a los hermanos. Pero hay algo más que Bolivia será en 1952, recién sucederá en la región
debemos decir al respecto. La tradición del Dere- en la década de los años 70.
cho Civil puede ser casi la tradición del Derecho
Moderno. Constituye la parte central de la currí- Pero vayamos a los datos. La Reforma Constitu-
cula de enseñanza del Derecho y ha sido conce- cional de 1945 otorga a la mujer por primera vez
bido como el derecho subsidiario por excelen- en la historia boliviana (es decir 120 años des-
cia. Y si encontramos en el mismo un derecho pués de su fundación) el derecho al voto pero
claramente patriarcal podemos concluir que una sólo en el ámbito municipal. Mediante Decreto
buena parte de la manera en la que concebimos 3128 de 1952 se reconoce el voto universal y la
y aplicamos el derecho es también patriarcal. mujer puede votar en elecciones nacionales. Re-
cordemos que las primeras elecciones con sufra-
No debe olvidarse que además de las fuentes gio universal se realizaron en 1956. Y se tendrá
formales del Derecho, como ser la norma, la doc- que esperar a 1997 para la incorporación de una
trina, la costumbre y la jurisprudencia, también ley de cuotas de género.
se encuentra la formación de los abogados, fis-
cales y jueces, que son en última instancia los Veamos esta norma de cuotas de género, en la
que materializan el Derecho (de concepción abs- Ley N° 1983 de Partidos Políticos de 25 de junio
tracta) al caso concreto. de 1999 que en su Artículo 19, parágrafo IV esta-
blecía como deber de los Partidos Políticos:
Bolivia
Promover la igualdad de oportunidades de sus
¿Pero cómo andamos por casa? La situación de militantes, hombres y mujeres; con el fin de re-
los derechos políticos de las mujeres en Bolivia ducir las desigualdades de hecho, los partidos
no varía mucho con lo que sucede en el mundo, políticos establecerán una cuota no menor del
si hacemos un repaso histórico. Robert Dahl, afir- treinta por ciento para las mujeres en todos los
ma que hasta una época muy tardía en la historia niveles de dirección partidaria y en las candida-
de ideas y prácticas democráticas, se asumía que turas para cargos de representación ciudadana.
las mujeres podían o debían ser excluidas de la
vida política. En efecto hacia 1900 únicamente Una idea que me gusta de esta redacción es que
Nueva Zelanda había extendido el sufragio a las no sólo trataba de asegurar la presencia de mu-
mujeres. Y la conquista del voto universal que en jeres en las candidaturas, sino en los niveles de

62
dirección partidaria. Bueno, hasta aquí una bue- Muy bien, ¿qué trae la nueva Constitución de
na parte de los análisis se concentraban en dar 2009 de nuevo? Empecemos, trae el Artículo 8
cuenta las maneras en las cuales esta norma no la equidad de género como un valor del Estado,
se cumplía o se cumplía a medias. La Constitu- es decir no sólo un mandato de efectivización,
ción boliviana de 2009 cambia, por lo menos en sino un criterio de construcción normativa y de
el aspecto normativo, el escenario. realización en políticas públicas.

Nueva Constitución de 2009 Presenta en el Artículo 11 un nuevo lenguaje


de democracia o democracias en plural (directa,
La CPE de 2009 es uno de los textos constitu- participativa, representativa y comunitaria) con
cionales que presenta uno de los mayores ca- una serie de instituciones como el referendo, la
tálogos de derechos. Las consideraciones de los consulta previa, iniciativa legislativa ciudadana,
derechos fundamentales comienza en el artículo revocatoria de mandato, elecciones con voto
13 y se extiende hasta el artículo 107, más de 94 universal, directo y secreto, además del cabildo
artículos dedicados al reconocimiento de dere- y la asamblea que constituyen las bases para una
chos fundamentales, sin contar que hay muchos democracia deliberativa.
otros artículos que reconocen derechos funda-
mentales, como el derecho a la paz (Artículo 10) Asimismo en el Artículo 14 (parágrafo I) se esta-
o derechos fundamentalísimos como el derecho blece que todo ser humano tiene personalidad y
al agua (Artículo 373), y si hubiera algún otro de- capacidad jurídica y goza de los derechos reco-
recho en una norma internacional de derechos nocidos por la Constitución, sin distinción algu-
humanos se cuenta con lo establecido en el Ar- na. (Parágrafo II) El Estado prohíbe y sanciona
tículo 256 que señala que los tratados e instru- toda forma de discriminación. (Parágrafo III) El
mentos internacionales que declaren derechos Estado garantiza a todos, el libre y eficaz ejerci-
más favorables a los que se encuentran en la CPE cio de los derechos establecidos en esta Cons-
se aplicarán de manera preferente sobre ésta. titución, las leyes y los tratados internacionales.

Yo creo que en el caso de nuestra Constitución, Y el Artículo específico sobre ejercicio de Dere-
se aplica ese chiste clásico de Dios creando el chos Políticos, es el 26, el cual vale la pena leerlo
mundo: Cuando dios acompañaba a los consti- detenidamente:
tuyentes en la redacción de la CPE (por lo menos
el preámbulo de la CPE boliviana dice que dios Artículo 26
los acompañó), un ángel le preguntó ¿Pero se- I. Todas las ciudadanas y los ciudadanos tienen
ñor, porque les das a los bolivianos una Consti- derecho a participar libremente en la formación,
tución tan buena? A lo que dios respondió no te ejercicio y control del poder político, directa-
preocupes, tú no sabes los jueces y magistrados mente o por medio de sus representantes, y de
que les daré. manera individual o colectiva. La participación
Les pido que lean el último párrafo del preámbu- será equitativa y en igualdad de condiciones en-
lo de la Constitución para encontrar a nuestro Es- tre hombres y mujeres.
tado con pluralismo religioso, pues encontrarán II. El derecho a la participación comprende:
a la Pachamama y a dios. Por otro lado creo que
es necesario aclarar que las Constituciones son 1. La organización con fines de participación po-
cartas de navegación, son grandes ideas rectoras lítica, conforme a la Constitución y a la ley.
en el sentido kantiano (de deber ser), y por ello
prevén una serie de recursos para lograr su cum- 2. El sufragio, mediante voto igual, universal, di-
plimiento. La historia de las Constituciones es la recto, individual, secreto, libre y obligatorio, es-
lucha por su transformación y reconocimiento crutado públicamente. El sufragio se ejercerá a
de derechos y la lucha por lograr su cumplimien- partir de los dieciocho años cumplidos.
to. En el fondo también lo es la ciudadanía, dicho
3. Donde se practique la democracia comunita-
de otro modo también deberíamos concebir a la
ria, los procesos electorales se ejercerán según
ciudadanía como un recorrido de acción, movili-
normas y procedimientos propios, supervisados
zación y luchas por el reconocimiento normativo
por el Órgano Electoral, siempre y cuando el acto
y el ejercicio de los derechos políticos.
electoral no esté sujeto al voto igual, universal,

63
directo, secreto, libre y obligatorio. en organizaciones políticas, en la administración
de los poderes públicos, y conforme al Artículo
4. La elección, designación y nominación directa 26 participación equitativa y en igualdad de con-
de los representantes de las naciones y pueblos diciones entre hombres y mujeres en el ejercicio
indígena originario campesinos, de acuerdo con del poder público.
sus normas y procedimientos propios.
Dicho de otro modo la misma administración
5. La fiscalización de los actos de la función pú- debe garantizar una administración pública
blica. equitativa, en igualdad de condiciones, es decir
Analicemos el Artículo 26. Primero, explicita que con el mismo número de mujeres y hombres en
los derechos políticos pertenecen a ciudadanas espacios, llamémoslo cargos, de decisión. Con la
y ciudadanos. Conforme a lo establecido en el misma posibilidad de habitar las formas y lógicas
artículo 144 todas las bolivianas y bolivianos son de expresión del poder. Asimismo el ejercicio del
ciudadanos, pero ejercen sus derechos de ciuda- poder político está relacionado a la conforma-
danía a partir de los 18 años. ción del campo político, y éste a la conformación
del espacio público, en el cual se construyen, se
Segundo los derechos políticos suponen la par- reproducen y desarrollan las relaciones de poder
ticipación en tres momentos centrales de la vida patriarcal. La agenda política de transformación
política: Formación del poder político; Ejercicio del espacio público es entonces fundamental,
del Poder político; y Control del poder político. mucho más si partimos de un derecho y de un
conjunto de instituciones que han sido creadas
Formación bajo la asunción del sujeto masculino como pa-
rámetro. Para ello sería necesario pensar en una
La participación en la formación del poder po-
agenda legislativa de género y una agenda eje-
lítico supone la participación en organizaciones
cutiva de género, ambas construcciones que ex-
políticas que buscan dar forma al poder político.
ceden el ser sólo una política pública.
¿Qué entendemos por poder político? No sin
Recuerdo que en una conferencia, un buen ami-
problematizaciones podemos entender como
go, Luis Tapia, proponía que como parte de una
poder político al poder que actúa en el espacio
deuda histórica, partes íntegras de la adminis-
público generando transformaciones en la vida
tración pública como la aduana, el ministerio de
de las personas. El poder político necesariamen-
relaciones exteriores o la policía deberían ser
te debe transformarse en poder público para
conformadas sólo por mujeres con la posibilidad
ello. De acuerdo al artículo 12 de la CPE, el poder
de que en el lapso de unos buenos años pue-
público se organiza y se estructura a partir de los
dan rediseñar las instituciones, las prácticas y las
órganos ejecutivo, legislativo, judicial y electoral,
relaciones de poder, en tanto la sola presencia
esto significa que la formación del poder políti-
de la subjetividad femenina supondría un pro-
co significa la formación (o conformación) de los
grama de transformación institucional compleja.
órganos ejecutivo, legislativo, judicial y electoral,
En tanto la habilitación política de la mujer en los
por lo menos en el nivel central (o nacional, o
espacios del poder público pueda suponer sólo
plurinacional, como busquen llamarlo).
un ejercicio de relevo en una serie de prácticas y
Ejercicio lógicas de orden patriarcal.

El ejercicio del poder político (segundo derecho Control


luego de la formación) supondría el ejercicio en
Respecto al control del poder político se remite
la organización y estructura de los órganos eje-
en la misma Constitución a la conformación de la
cutivo, legislativo, judicial y electoral.
participación y el control social, que se encuen-
Este ejercicio supone una actividad que se de- tra presente en los artículos 241 y siguientes del
sarrolla en el tiempo, es decir en el primer caso Título Sexto denominado Participación y control
se participa en la formación del poder político, social. La posibilidad de contralar el poder políti-
pero una vez que empieza a formarse el poder co permite diseñar una serie de observatorios de
político el derecho se extiende al ejercicio del género que pueda contrastar la presencia de la
poder político, es decir la participación efectiva mujer en los espacios de poder con el diseño de
una agenda pública de transformaciones. Conti-
64
nuando con el análisis que intente responder a la una agenda legislativa de género, he consultado
pregunta ¿Qué trae de novedoso la CPE respec- por ella pero no he recibido respuesta. Tampoco
to a derechos políticos? Es necesario referirse a sé si se ha superado el 30% de participación de
lo establecido en el parágrafo I del Artículo 147 la mujer en espacios de decisión político-parti-
respecto de la Asamblea Legislativa Plurinacional daria como establecía la ley de cuotas de 1997,
(en otros tiempos denominada Congreso): no lo sé, pero es de conocimiento público que
Gabriela Montaño es la presidenta de la Cámara
Artículo 147 de diputados. Finalmente el Artículo 210, pará-
I. En la elección de asambleístas se garantizará la grafo II señala que la elección interna de can-
igual participación de hombres y mujeres. didatos de agrupaciones políticas será regulada
por el Órgano Electoral, que garantizará la igual
II. En la elección de asambleístas se garantizará participación de hombres y mujeres.
la participación proporcional de las naciones y
pueblos indígena originario campesinos. Obstáculos en el ejercicio de derechos políticos

III. La ley determinará las circunscripciones espe- Uno de los obstáculos se encuentra en la violen-
ciales indígena originario campesinas, donde no cia política contra la mujer, pese a la existencia
deberán ser considerados como criterios condi- de la Ley 243 contra el acoso y la violencia po-
cionales la densidad poblacional, ni la continui- lítica la cual se encuentra en una fase compleja
dad geográfica. de implementación, la violencia contra la mujer
continua y el acoso político también. Otro de
La igual participación de hombres y mujeres se los obstáculos, tal vez el más importante, para
debería retratar en una Asamblea Legislativa el ejercicio de los derechos políticos de las mu-
constituida en paridad entre hombres y mujeres. jeres y en realidad para el ejercicio de cualquier
El dato que conseguí por parte de la Vicepresi- derecho se encuentra en la cultura jurídica, tanto
dencia del Estado es que la Asamblea Legislativa de hombres como de mujeres, que realizan una
a febrero de 2016, está conformada por: Cámara interpretación restrictiva e incluso negativa de
de senadores: 19 varones y 17 mujeres. Cámara los derechos y su posibilidad de ejercicio. Desde
de diputados: 65 varones y 65 mujeres. Es una la reglamentitis (esa pulsión a pedir que todo se
Asamblea Legislativa paritaria, que por primera reglamente o se genere normas específicas para
vez en la historia de Bolivia registra esta compo- el goce de un determinado derecho) hasta la in-
sición. No sé si esta composición ha generado terpretación abusiva de una norma o incluso el
invento de requisitos y obstáculos dizque legales
alimentados por una costumbre jurídica.

No creo que en Sudamérica se carezca de cultura


jurídica, existe una cultura jurídica pero creada
de una manera colonial, inquisitorial, moralista,
patriarcal, basada en un repudio a la buena fe
y levantada en la desconfianza de la dignidad
humana. He visto este habitus como un placer
secreto de las burocracias, por ejemplo de las
unidades de recursos humanos y las unidades ju-
rídicas de la administración pública que reflejan
su lógica colonial, inquisitorial y patriarcal.

He utilizado el término “habitus”, en el sentido


dado al mismo por el francés Pierre Bourdieu y
creo que es necesario aclararlo un poco, porque
lo que tienen nuestros abogados y todos los
oficios jurídicos llevados a cabo no sólo por los
abogados sino por otros que intentan emularlos
(auditores, economistas, administradores, poli-
tólogos, secretarias y otros) poseen un habitus
jurídico colonial. Por habitus entiendo la existen-
65
cia de un sistema de disposiciones duraderas, CPE y no tiene que ser derivado de ninguna nor-
que funcionan como esquemas de clasificación ma de derecho internacional merced del bloque
para orientar las valoraciones, percepciones y ac- de constitucionalidad o de algún tipo de inter-
ciones de los que llevan a cabo, por ejemplo es- pretación relacionada a el ejercicio de derechos
tos oficios jurídicos. Son un conjunto de estruc- reconocidos por normativa internacional.
turas tanto estructuradas como estructurantes:
lo primero, porque implica el proceso mediante Segunda, el Artículo 66 de la CPE diferencia el
el cual los sujetos interiorizan lo social (interio- ejercicio de derechos sexuales por un lado y de-
rizan ese derecho abusivo, jerárquico, patriarcal rechos reproductivos por otro, derechos que ge-
y colonial); lo segundo, porque funciona como neralmente se concebían como un solo derecho
principio generador y estructurador de prácticas estableciéndolos como derechos sexuales y re-
culturales y representaciones (es decir lo repro- productivos sin lograr una diferencia específica.
ducen y lo desarrollan en la sociedad), entonces Ahora se puede hablar de derechos sexuales por
si una norma parte de la buena fe de las perso- un lado y de derechos reproductivos por el otro.
nas, es posible que los agentes que la apliquen la El Artículo 66, como decíamos, se encuentra en
re interpreten y la intenten leer y aplicar y hasta la Sección Sexta de derechos de las familias que
re construir para llegar a la mala fe constitutiva se encuentra circunscrita al Capitulo Quinto de
del derecho colonial. Lo mágico del habitus ra- derechos sociales y derechos económicos.
dica en que quienes lo hacen ni siquiera saben Los derechos sociales y los derechos económicos
porque lo hacen, digamos que piensan que de- son derechos pertenecientes a una segunda ge-
ben hacerlo, sino no están cumpliendo con “el neración de derechos, en la que se hace necesa-
Derecho”. Este habitus se enseña en las carreras ria la intervención del Estado para la protección a
de Derecho, se aprehende en la familia, en los determinados grupos humanos, a determinados
espacios de trabajo, con los amigos y por ello conglomerados humanos, determinadas institu-
cualquier medida de descolonización o de des- ciones, que la sociedad, en un determinado mo-
patriarcalización del Derecho es y será atacada mento, decide proteger y decide que el Estado
por todos los que practican el oficio de aboga- cargue con una tutela jurídica. Debe prestarse
dos, muchos sin serlo. atención a que el Estado define políticamente su
A manera de conclusiones: repensar los dere- tutela, es decir define lo que va a tutelar y lo que
chos sexuales como derechos políticos. va a aceptar y prorrogar.

Antes de terminar esta breve exposición sobre Si muy bien los derechos reproductivos podrían
ejercicio de derechos políticos, quisiera referir- ligarse a los derechos de las familias y hacia la
me a los derechos sexuales. Es necesario aclarar salud pública, los derechos sexuales en tanto de-
que los derechos sexuales no se encuentran en rechos de ejercicio de la sexualidad y del goce
el lenguaje de la CPE concebidos como derechos de la sexualidad, no deberían estar circunscritos
políticos, es más los derechos sexuales se en- a una tutela jurídica políticamente protectiva por
cuentra en la Sección Sexta de derechos de las parte del Estado, es decir los derechos sexuales
familias que se encuentra circunscrita al Capitulo están mucho más relacionados a la autonomía
Quinto de derechos sociales y derechos econó- política. Es parte del espacio político la definición
micos. El artículo 66 de la Constitución Política de la sexualidad, pues la misma no está exenta
del Estado (CPE) boliviana señala que: “Se garan- de consideraciones sociales, económicas y lógi-
tiza a las mujeres y a los hombres el ejercicio de camente políticas.
sus derechos sexuales y sus derechos reproduc- Al hablar de la identidad política, es interesante
tivos”. Mencionado artículo refleja un avance enseñalar que al introducir el artículo 66 al interior
su formulación, por las siguientes razones: de referida Sección Sexta y ésta al interior del
Primera, se reconoce de manera expresa el reco- Capítulo Quinto de derechos sociales y econó-
nocimiento a los derechos sexuales y derechos micos, los derechos sexuales están circunscritos
reproductivos a las mujeres y a los hombres, es por una tutela jurídica por parte del Estado, que
decir este reconocimiento a los derechos sexua- como señalábamos define políticamente lo que
les y derechos reproductivos se encuentra ex- va a tutelar. Esto es muy importante, en la me-
presamente establecido en el artículo 66 de la dida en la cual los derechos sexuales si van a ser
diferenciados de los derechos reproductivos, de-
66
berían estar vinculados inicialmente a derechos mente la categoría ser humano, después la ca-
de la identidad y la autonomía política del ser tegoría persona y finalmente la categoría hom-
humano antes que cualquier tutela proactiva del bre-mujer significa una determinación de la
Estado. Esto es interesante puesto que el artículo tutela jurídica por parte del Estado y a la vez el
66 establece derechos sexuales y derechos re- reconocimiento político delas subjetividades que
productivos a hombres y a mujeres es decir la va a regular, entendiendo por subjetividades al
tutela del Estado llega a clasificar a los destinata- resultado de un proceso de subjetivación, es de-
rios de los derechos sexuales y derechos repro- cir al resultado de la política de construcción de
ductivos, como un reconocimiento a hombres y un sujeto determinado.
mujeres, dejando de lado la existencia de otro
tipo de subjetividades y acentuando la tutela del Construir la subjetividad, es parte de las técnicas
Estado al reconocimiento político del ejercicio biopolíticas. Es decir definir la cualidad sexuada
de la sexualidad sólo a hombres y mujeres en de un ser humano supone definir su rol en la so-
el marco del derecho de las familias, como si se ciedad capitalista y productiva contemporánea
tratase de que la heterosexualidad fuera un dato en la que el patriarcalismo ha ofrecido una serie
biológico y no político. de instituciones y dispositivos en busca de pro-
rrogar formas de sometimiento y de relaciones
Justamente el carácter político de la heterose- de poder. Es por ello necesario empezar a revisar
xualidad asumida como una definición de tutela qué posibilidades se nos otorga para escapar de
jurídica estatal es lo que debería entrar en deba- esta tutela jurídica y de sus posibles definiciones
te. La condición heterosexual que divide antagó- biopolíticas. La posibilidad de pensar el derecho
nicamente al hombre y a la mujer es una cons- político del derecho a la sexualidad supondría la
trucción política y de campo político histórico, posibilidad de reestructurar el espacio político, el
esto se hace más interesante en la medida en la espacio público en el que se desarrollan y repro-
cual existen otros derechos que se encuentran ducen las relaciones de poder patriarcales.
reconocidos en la CPE que se refieren a los se-
res humanos, a las personas sin la determinación El derecho a la sexualidad como derecho político
de la heterosexualidad, por ejemplo tomando al supone también, y con esto termino, un derecho
azar algunos artículos se tiene al Artículo 15 que del cuerpo, y como señaló Baruch Spinoza “na-
señala que toda persona tiene derecho, el Ar- die sabe de lo que es capaz un cuerpo”. Creo que
tículo 14 se señala que todo ser humano tiene hasta aquí hay un buen material para dialogar en
personalidad y capacidad jurídica con arreglo a los márgenes de la filosofía política el ejercicio
las leyes. de los derechos políticos.

El hecho de que la Constitución trabaje inicial- Muchas gracias.

67
Mesa: Género, justicia, perspectivas de saber poder
"A propósito del tiempo de los derechos. Cosmopolitismo,
cuerpo, política y modernidad"

Alejandra Ciriza (Argentina)


Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza

L a pregunta que vertebra la intervención es la siguiente: ¿qué relación existe entre la especie hu-
mana en términos normativos y la especie humana encarnada, corpórea, real y situada?

El trabajo procura ligar acontecimientos dispersos a la vez que ligados: en 1784 el prusiano Kant
escribía Idea de la historia desde el punto de vista cosmopolita, donde se planteaba la importan-
cia de la administración del derecho de un modo universal. Entre 1780 y 1781 se produjeron los
levantamientos de los Andes centrales, protagonizados por “quechwas” y “aimaras”. Derrotados,
Túpac Amaru, Micaela Bastidas, Túpac Katari, Bartolina Sisa, Andrés Túpac Amaru, Gregoria Apaza,
y un sin número de indígenas del común, fueron sometidos y sometidas a toda clase de vejaciones y
torturas. Más que por la vía del derecho cosmopolita el asunto se resolvió por la fuerza del derecho
de conquista.
68
La situación presenta con crudeza las tensiones mente permita la construcción de un cosmopo-
del cosmopolitismo: si Kant se puede plantear el litismo de otro cuño, uno construido a partir de
problema del cosmopolitismo como horizonte la recuperación de nuestros múltiples pasados,
de conceptualización y como problema ético y uno capaz de considerar los miembros disper-
político es porque el mundo había devenido uno sos de los/las descuartizadas, uno que no sólo
a partir de la conquista del territorio que los eu- esté abierto a los relatos y palabras de quienes
ropeos llamaron América/ Indias occidentales. El la han tenido hasta ahora. Uno que se constru-
hecho del que el mundo fuera un mundo no lo ya considerando las palabras y memorias de los
hizo ni lo ha hecho homogéneo. oprimidos, a sabiendas de que probablemente
muchas hayan sido las derrotas, pero no fueron
Mientras Kant se planteaba el dilema del cosmo- vencidos. Continúan heredándonos una historia
politismo los cuerpos de los y las indígenas su- de resistencia, continúan portando la idea regu-
blevados fueron torturados y despedazados. La ladora de un cosmopolitismo que considere las
intervención propone un desplazamiento de lec- marcas de los cuerpos, de las múltiples memo-
tura desde el terreno normativo al terreno de la rias encarnadas y situadas. Sólo en esa utopía
historia para la construcción de una perspectiva hallaremos lugar las mujeres, los pueblos nati-
que nos permita recuperar los múltiples pasados vos de AbyaYala, las personas racializadas, los
del cosmopolitismo, las tensiones entre cuerpo sectores subalternos, las clases oprimidas, sólo
y derecho, entre teoría y praxis, entre dimensión tales determinaciones y tensiones harán posible
normativa y dimensión corporal. una “sociedad civil que administre el derecho de
Una mirada atenta a estas tensiones probable- un modo universal”.

69
“Justicia y Ciudadanía”

Alejandra Ramírez (Bolivia)


Universidad Mayor de San Simón, Cochabamba

E
n general, existe una estrecha relación entre justicia y ciudadanía, aunque dependiendo de qué
perspectiva de ciudadanía priorizamos: la relación con el tema de la justicia adquiere su propio
cariz.

Para recuperar la clasificación de las tres tradiciones más importantes sobre ciudadanía: Desde una
perspectiva republicana, la ciudadanía pasa por participar en la misma definición de las instituciones
sociales mediante una activa participación ciudadana –principalmente a partir de representantes
públicos a quienes se les controla y se dirige sobre la base de una educación cívica y formal sóli-
da- y un manejo constante de la información (“saber como poder”). Desde una perspectiva liberal,
un punto central de la justicia en un país, pasa por que todos los ciudadanos que lo conforman,
tengan un acceso igualitario a todos los derechos citadinos consignados en el contrato social que
sustenta una Constitución Política del Estado, una legislación u otros; si para ello es necesario la
discriminación positiva, ésta viene a ser un instrumento privilegiado del Estado para imponer una
mayor equidad y por lo tanto una mayor justicia ciudadana. Desde una perspectiva comunitaria, un
sentido de pertenencia a una comunidad dada vendría a ser la base del ejercicio ciudadano. En esta
línea a mayor igualdad mayor sentido de pertenencia e identificación con una sociedad, mayor én-

70
fasis en la ciudadanía. Todas estas perspectivas sostiene este esencialismo en una sociedad cada
han ido ampliando los derechos ciudadanos que vez más interrelacionada con lo global, donde
se reconocen en los individuos en una sociedad, las identidades, que es una idea de Melucci, son
pero desde los primeros derechos delimitados cada vez más dinámicas y cambiantes –sobre
(los derechos de primera generación) existen un todo debido a los procesos de movilidad geo-
énfasis en el derecho a la justicia y una justa dis- gráfica (migración interna, transnacional, de ida
tribución de derechos (distintos, plurales) para y vuelta, etc.? ¿No se trata más bien de una forma
todos los ciudadanos. de atrofiar la autonomía individual, en palabras
de Castoriadis, base de una democracia crítica?
De hecho una de las principales preocupaciones
de los nuevos debates en torno a la ciudadanía (d) Los debates que provienen de las críticas des-
que surgen a partir de fines del siglo XX y prin- de las perspectivas feministas que ven a la ciuda-
cipios del milenio, replantean la misma noción danía como “blind gendered”; y que replantean
y por ende, van introduciendo nuevas formas para contrarrestar este problema la necesidad
de comprender el tema, y sobre todo la relación de repensar la misma categoría de ciudadanía, a
ciudadanía-justicia que nos interesa aquí. Entre partir de un replanteamiento no solo de la dico-
los principales debates, se ubican: tomía público-privado (“Público = político / pri-
vado = hogar”) que lleva a “mutilar la ciudadanía
(a) el de la discusión en torno a si la centraliza- de las mujeres”, sino también de otras dicoto-
ción o descentralización del Estado favorece o no mías, estructura-individuo, sociedad civil/política
una mayor igualdad en el ejercicio ciudadano; un etc. Desde esta perspectiva de ciudadanía, desde
mayor acceso a los derechos, etc. Sin entrar en la cual los pensamientos binarios deben ser re-
el debate, a grandes rasgos una de las posturas planteados, emergen tres consecuencias teóri-
respecto al debate es que la descentralización cas importantes para abordar el tema de ciuda-
favorece el fortalecimiento de una ciudadanía danía-genero-justicia y saber: (i) Ciudadanía no
más participativa construida desde abajo, desde solo se realiza en la relación representantes pú-
la misma sociedad. blicos – sociedad civil (¿dicotomía: sociedad civil/
(b) el debate en torno a las obligaciones ciuda- política = vigente?) (ii) ciudadanía se ejerce en
danas vs. Los derechos. La pregunta va por el diferentes “espacios ciudadanos” (comprendidos
siguiente camino: para tender hacia una mayor como los momento/lugar constantemente (re)
justicia en el ejercicio de derechos ciudadanos, creado a partir de asociaciones y dis-asociacio-
¿es necesaria, una mayor justicia en el cumpli- nes continuas) en los que la frontera público/pri-
miento de obligaciones ciudadanas? El énfasis en vado es muy difusa y que no se restringen a lo
solamente los derechos nos está llevando a una publico, que quiere decir multiplicidad de espa-
ciudadanía cooptada, clientelista o consumidora, cios y múltiples formas de expresión (individual y
más que a un ejercicio práctico de la ciudadanía colectiva) y (iii) la ciudadanía se construye desde
en términos de agencia ciudadana. abajo, desde lo cotidiano a partir de la membre-
cía a varias comunidades a la vez; lo barrial, local,
(c) el debate sobre los derechos colectivos (base lo étnico, lo nacional e incluso lo transnacional
de los DESC) planteados en muchos casos como son relaciones inter-ciudadanas tan importantes
antagónico a los derechos individuales: ¿se trata como las relaciones ciudadanos-Estado.
de otro tipo de ciudadanía, una mas étnica, con
sus propias características locales que se contra- Queda cada vez más claro que cualquier ciuda-
pone a lo lógica occidental de ciudadanía indivi- danía es el resultado de pugnas de poder sobre la
dual? ¿De una excusa para obviar los derechos base de diversas movilizaciones de diferenciales
individuales a nombre de lo colectivo? ¿No se de poder; la ciudadanía solo puede ser compren-
trata más bien de una falsa dicotomía construi- dida como agencias en el marco de diferentes
da sobre la base del esencialismo identitario que relaciones de poder que los ciudadanos desplie-
esta homogeneizando lo diverso e invisibilizan- gan para intervenir directa o indirectamente en
do a la vez pugnas de poder y relaciones de do- las decisiones de gestores municipales, departa-
minación/dominado internas muy fuerte donde mentales o nacionales, que hacen a su calidad de
están generando nuevos procesos de inequidad vida (Agencia ciudadana). Desde esta perspecti-
y desigualdad pero entre los mismos grupos va, esas dicotomías de dominados/dominantes,
subalternos? Pero además ¿Hasta qué punto se publico-privado, deben en todo ser complejiza-

71
das por una mirada hacia las agencias. físicamente y geográficamente limitado y con (c)
el surgimiento de nuevas demandas ciudadanas
(e) La globalización ha implicado otros cuestio- que conlleva nuevos derechos/ dimensiones de
namientos al tema de ciudadanía; entre ellos los ciudadanía (ecológica (melo Escrihuela), cultural
más importante son (i) el surgimiento de nuevas (Rosaldo, Reguillo desde lo generacional, etc),
concepciones de ciudadanía que rebasan los lí- económica // migración, etc.), el concepto em-
mites del vínculo tradicional entre ciudadanía y pieza a ser comprendido como una noción que
Estado-nación (Ciudadanía nacionalizada) ello va más allá de lo estrictamente político/civil/so-
estrechamente ligado a la Migración transnacio- cial/participación; y solo se la puede comprender
nal, en el marco de la cual se empieza a hablar a partir de su complejidad y multi-dimensiona-
de ciudadanías no territorializadas (“ciudadanía lidad, aunque generalmente las fronteras entre
transnacional” “cosmopolita” “policéntrica” “glo- las dimensiones no existen, elemento que en la
bal” Translocal”). A saber, aquellas que no tienen ciudadanía cibernética destaca con más fuerza
un arraigo geográfico territorial específico ligado (iv) la emergencia de otro tipo de ciudadanía, la
a un Estado-nación sino que cruza varios Esta- online, que está constituyendo nuevas esferas
dos; ello tanto en las prácticas –no exentas de públicas, entendida como dice Castells “espacio
procesos de relacionamiento de poder, exclusio- donde la gente se reúne en términos de ciuda-
nes, etc.- políticas como en las cotidianas (fami- danía y articula sus perspectivas autónomas para
lias transnacionales por ejemplo) (ii) ello viene influir en las instituciones públicas de la socie-
acompañado de una redefinición del territorio dad” y generando nuevas dinámicas tanto online
visto archipializado, migratorio, en todo caso no como offline.

En el marco de estos nuevos debates, surgen


nuevos cuestionamientos a la relación ciudada-
nía –justicia. El tema de internet por ejemplo ha
despertado varias reflexiones, entre ellas, el in-
equitativo acceso a esta esfera pública, el anal-
fabetismo cibernético, etc., se dice que se están
creando nuevas injusticias –pero voy a discutir
eso ahora.

Resumiendo, entrando a esta relación justicia –


género y perspectivas de poder- desde el debate
entorno a la ciudadanía los nuevos debates de
ciudadanía están cambiando la perspectiva de la
discusión: de hecho, si se replantea la dicotomía
público-privado, se amplía la comprensión de la
ciudadanía a las relaciones inter-ciudadanas, se
desliga la ciudadanía de una nacionalidad o de
un territorio físico, y se analiza, por ejemplo una
nueva forma de ejercicio ciudadano –en redes-
donde las fronteras dicotómicas entre públi-
co-privado, colectivo-individual, representantes
públicos-ciudadanos, e incluso entre las diferen-
tes dimensiones de ejercicio ciudadano (político,
cívico, social, cultural, ecológicos, etc.); se debe
obligatoriamente replantear las discusiones en
torno a qué es lo que genera u obstaculiza las
justicias en general y de género en específico.
Una noción ideal para poner en el tapete estas
nuevas discusiones, es mirar la problemática
desde la comprensión de lo que hace a las agen-
cias ciudadanas.

72
Encuentro con Mujeres de Organizaciones
Sociales: Contra el Maltrato y la Violen-
cia. Nueva Ciudadanía y Libertad. 4
“Sobre las violencias contra las mujeres. Cuerpo, política y
derechos”

Alejandra Ciriza (Argentina)


Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza

E
l punto de partida: nuestra común humanidad reside en la carnalidad, la mortalidad, la singu-
laridad, la sexuación. También en la capacidad de sociabilidad y de hablar e inscribir nuestras
necesidades en el orden social, en sus símbolos e imaginarios. Tal proceso de inscripción del
cuerpo se cumple y ha cumplido en el terreno de la historia. En él, la violencia contra las mujeres ha
tenido un papel central.
4 Este encuentro se mantuvo el día 14 de abril de 2016, en el Paraninfo Universitario que pertenece a la Universidad Ma-
yor, Real y Pontificia San Francisco Xavier de Chuquisaca.

73
La apropiación privada del cuerpo de las muje- sistencia feminista y LGTTBI ha conducido al lo-
res y disidentes sexuales con fines de reproduc- gro de avances legales y a ciertos umbrales de
ción, goce, extorsión, que se vincula a procesos visibilidad del carácter político y social de la
históricos precisos y les afecta diferencialmente violencia patriarcal. Al mismo tiempo la nueva
en razón de su clase, raza, orientación sexual, lo- crisis capitalista convierte los cuerpos humanos
calización, edad, necesita de la naturalización, en terreno de valorización del capital y genera
individualización, invisibilización de la violencia una rearticulación entre capitalismo y patriarca-
patriarcal. La instalación de la cuestión de la vio- do cuyos efectos visibles son el aumento expo-
lencia como un asunto político (y no meramente nencial de la violencia misógina y feminicida, de
individual, accidental, psicológico, pasional) es la prostitución como un gran negocio que afecta
efecto de la irrupción de las mujeres y disiden- mayoritariamente a las mujeres en situaciones
tes sexuales como sujeto político de los feminis- de vulnerabilidad, una creciente mercantilización
mos/y movimientos de ciudadanía sexual. A ellos de los cuerpos de las mujeres y de apropiación
debemos la posibilidad de debatir acerca de los privada de sus capacidades reproductivas y de
nombres de la violencia, la percepción de que su sexualidad.
ésta es un punto nodal de la dominación mas-
culina, la hipótesis de que no se trata de algo El asunto de la violencia como una de las cla-
individual, sino de un engranaje necesario para ves de la perpetuación del patriarcado exige no
sólo de avances legales, sino de una mirada que
el sostenimiento del patriarcado, el heterosexis-
mo y el racismo y que se halla profundamente permita comprender su lugar en la reproducción
del orden social, que cale en sus prolongaciones
articulada a los avatares del capitalismo y sus in-
flexiones. toleradas, que ilumine sus formas de renovación,
sus variaciones, las articulaciones que habilitan
Hoy nos hallamos ante la paradoja de que la re- nuevas formas e incluso garantizan impunidades.

74
“Violencia y maltrato contra las mujeres: datos y algunas ideas
para abrir el debate”

Alejandra Ramírez (Bolivia)

Universidad Mayor de San Simón, Cochabamba

E
sta exposición forma parte de un trabajo multi-céntrico y multidisciplinario que estamos llevan-
do a cabo en Cochabamba y cuyo objetivo es: observar el fenómeno de la violencia e inseguri-
dad en la región metropolitana de Cochabamba para proponer nuevos indicadores tanto para
comprender la problemática como para lanzar pautas que permitan replantear las medidas públicas
y privadas que se emprenden frente al tema.

En el marco de este proyecto, hemos desarrollado varias actividades entre ellos: revisión documen-
tos institucionales para comprender la lógica de intervención institucional sobre el tema (políticas
de seguridad ciudadana), revisión hemerográfica para ver cómo ha cambiado la problemática desde
1950 hasta 2014 (Dic), entrevistas a funcionarios sobre el tema y a dirigentes vecinales, encuesta
(muestra representativa) en la región metropolitana de Cochabamba (7 municipios) y grupos foca-
les, así como talleres con vecinos y con funcionarios públicos, para ir reflexionando y viendo alter-
nativas de solución a un problema que en Cochabamba es álgido.

Concretamente, definimos violencia social como incluyendo a dos componentes: por un lado el
conjunto de interacciones violentas inter-ciudadanas que van desde lo criminalizado según reglas
y leyes en una sociedad -robos, asesinatos, ataques, raptos, violaciones, etc.- hasta las diversas
formas de rupturas de contratos de convivencia social armónica, no necesariamente sancionadas
jurídicamente. Por otro, a aquellas ejercidas por los Estados sobre sus soberanos a partir del uso
abusivo del monopolio de la violencia física (coerciones, violaciones de derechos ciudadanos –físicas
o simbólicas- violaciones, robos, asesinatos, pero también corrupción, involucramiento de instancias
estatales –como policía- en actos delictivos –entre ellos el narcotráfico, etc.).

En general, creo que los hechos han aumentado, dando lugar (y eso tiene también que ver con ten-
dencias mundiales) a la mayor visibilización de ciertos hechos delictivos más que otros: por ejem-
plo los de violencia intrafamiliar o feminicidios (digo visibilización porque antes, al ser del ámbito
“privado” no eran considerados delitos, recién década 90’s violencia intrafamiliar, y 2013 el tema

75
de feminicidios. Es decir no es que no hayan existido sino que han empezado a ser contabilizados
como inseguridad)

Concretamente ¿cuales son los hechos que más se han agravado?

¿Quiénes cometen esas violencias: hombres o mujeres? Los hombres son los que más aparecen
como performadores de cada una de las agresiones, pero también son los que más veces aparecen
como víctimas de cada una de las agresiones, salvo agresión sexual y violencia intrafamiliar, aunque
en este caso, la diferencia de genero disminuye (10 puntos de diferencia; ello tiene que ver con el
maltrato de niños y ancianos al interior de los hogares, pero no es el único factor): en el hecho de
los delitos los hombres son más victimas que las mujeres (homicidios, etc..)
Voy a lanzar algunos elementos visibles para ya empezar en la discusión:

- Hay un vínculo entre mayor cohesión barrial y aceptación de la violencia (en general a mayor
cohesión barrial entre los encuestados, los porcentajes de aceptación frente a actitudes violentas
se incrementan puntos: Linchamiento (48%), pena de muerte (59%), castración (80%), cercar
barrio (64%)

- hay una diferencia de género importante y preocupante:

Aprueban Aprueban Aprueban Aprueban Aprueban Aprueban


linchamiento pena de Castración Bloqueos Manifestaciones Prohibir
muerte entrada a
extraños
HOMBRES 43 54 73 44 64 58
MUJERES 46 58 80 54 70 64

76
También diferencias según religiones o auto-identificaciones étnicas.

A partir de esto lanzo algunas ideas para el debate

- Es cierto que la inseguridad (en todo caso la gente lo vive y percibe así) se ha incrementado.
Cerca del 40% casi la mitad de la población en una muestra pequeña haya sufrido un hecho
de violencia, es una muestra de esa inseguridad.

- Pero las mujeres no son necesariamente las víctimas, en general son los hombres (aunque
también son en su mayoría los performadores del hecho): o sea que criminalizar a los hom-
bres y victimizar a las mujeres, agarrar con pinza.

- Un gran porcentaje de las víctimas son jóvenes, pero a la vez son los criminalizados. Que las
pandillas se han incrementado es cierto, pero yo no sé si la solución pase por controlar y
reprimir.

- Las mujeres si son víctimas de dos tipos de agresiones: las sexuales [nuestro cuerpos siguen
siendo un posible foco de agresión… volviendo a la discusión de ayer, si desde las cuerpos las
mujeres cambian las sociedades, y lo reconocen, pero también reconocen que puede ser un
principal limitante para su ejercicio ciudadano por la agresión que pueden sufrir], y por otro
lado las violencia familiar (pero no somos las únicas… los niños ahí –independientemente del
sexo-son en muchos casos más víctimas y los adultos mayores; las madres son en muchos
casos muy violentas, sin buscar explicación).

77
“El pluriverso de las mujeres y el valor de la representación
política”

Kathia Zamora Márquez (Bolivia)


Universidad Mayor, Real y Pontifica San Francisco Xavier
de Chuquisaca, Sucre

T
rabajar los feminismos desde la diversidad de prácticas sociales y políticas que tenemos las
mujeres en América Latina, es dar cuenta de un proceso de tránsito en el que costó posicionar
los derechos de la diferencia de las mujeres en espacios de la política pública, como diría Iris
Marion Young. Más tarde, en un balance de estos derechos puestos en un contexto de pluricultu-
ralidad y plurinacionalidad, se evidencia que existen formas múltiples de ser mujer, propios de los
pluriversos de sentido de ser mujer. Este sentido común, mueve un postulado de recuperar los
derechos de la diferencia para debatirlos en clave de ética-política de la diversidad.

Los estudios de los procesos emancipatorios subalternos, para la política democrática de América
latina, permiten ubicar los avances en los derechos de las mujeres dentro de las llamadas democra-
cias en revolución. Si la apuesta es dejar de una vez por todas los criterios de verdades universales,
para pensar la materialidad de los objetos, agencias de las cosas, emociones y otras formas ontoló-
gicas (razón del ser), donde los modelos de vida se fundamentan en la expresión de los pluriversos,
la condición de las mujeres y su existencia viva, pasan por la afirmación de que “ninguna sujeta

78
puede pararse en el mundo sin su vida”, como en juego su proceso civilizatorio, existen otras
dice Alejandra Ciriza, lo que subyace a la esencia críticas como la de Kristi Anne Stolen, quien se-
individual y colectiva de su pertenencia y subje- ñala: “hay una idealización de la vida simple, es-
tividad. pecialmente de los pueblos indígenas, donde sus
conocimientos y sabidurías son valiosos, pero
El pensamiento autónomo y el concepto de au- tienen limitaciones locales”; Stolen comenta que
tonomía de las mujeres, se ha puesto en juego las mujeres de las comunidades indígenas, des-
en distintas luchas ontológicas; según Arturo Es- conocían que tenían derechos a los servicios de
cobar, en el zapatismo, atraviesan las luchas por salud y educación.
la ocupación de territorios, mentes y comunida-
des, junto a las luchas étnicas-culturales. En estas En este marco de análisis, los procesos eman-
tendencias, hay un surgimiento de pensamiento cipatorios de las mujeres enfrentan problemas
autónomo de revitalizar el tejido de la vida, que modernos que no tienen soluciones modernas.
permite percibir mundos en movimiento para Es que la modernidad viene tensionada entre las
recuperar la vida. En las luchas y movimientos tradiciones emergentes de la autonomía indíge-
sociales de Bolivia, cuyas reivindicaciones por re- na con los derechos a ser parte de una institu-
cursos vitales (como el agua) y por las luchas por cionalidad moderna de representación y parti-
la tierra y el territorio que han tenido lugar desde cipación, donde la innovación ha tenido que dar
los años 90, surgen procesos de pensamiento paso a nuevas formas de recreación institucional,
desde miradas que articulan la autonomía-co- es el caso de la Constitución boliviana con el sis-
munalidad-territorialidad, en palabras de Raquel tema de interculturalidad democrática, que aún
Gutiérrez, así como por los derechos individuales es un proyecto inacabado.
de participación y representación, especialmente
en el tratamiento de los derechos de los pueblosEstas diferencias contingentes en realidades so-
indígenas. ciales y de microprocesos de transformación,
que tienen lugar en las tendencias críticas que
A estas posturas autónomas de recuperar la vida vienen del postestructuralismo, en el pensa-
simple, en contra de una modernidad que pone miento post colonial y en el postmarxismo, ad-

79
vierten la existencia de lo femenino en América
Latina como un campo en disputa, tanto en la
academia como en la política, donde las líneas
de enunciación han dejado de ser generales para
pensarse desde un campo más descentrado de
saberes y de prácticas políticas.

En la academia, Montserrat Sagot nos dice que el


género y los feminismos se despolitizaron des-
de que entró a las universidades, donde algunos
hombres misóginos han encontrado sus discur-
sos aliados a algunas mujeres para introducir
fundamentalismos religiosos o apuestas sobre
las masculinidades como distracciones discursi-
vas. Por ello se hace necesario recuperar la ac-
ción política de las mujeres desde sus organiza-
ciones sociales y de la sociedad civil.

El valor potente de las mujeres, como pensa-


miento y acción política, emerge desde sus es-
pacios y de la capacidad de contar sus historias,
así como de referenciar sus luchas desde lugares
novedosos, de acuerdo a Lorena Carnal, lo que
hace de América Latina en particular, un lugar
novedoso de pensamiento descentrado de las
mujeres.

En este juego de realidades pluriversas de las


mujeres, el avance en la política de representa-
ción y participación encuentra un discurso unifi-
cador de derechos expectables, toda vez que los
dispositivos normativos de avances en los dere-
chos de las cuotas de las mujeres o en el discurso Rescatar la literatura testimonial (“Todas esta-
revolucionario de la paridad y alternancia de la mos despiertas”).
representación política, ha devuelto una acción
política común en las mujeres. Historias personales en hechos públicos (Actua-
ción en la política).
Estudiar las condiciones en las que se mueve
este pensamiento descentrado de las mujeres en Avances en la participación y representación, así
una combinación de acción política común para como dar cuenta de las actuaciones en el cues-
la eliminación de la desigualdad y la discrimina- tionamiento al sistema patriarcal, que tiendan a
ción, puede resumirse en: redefinir los valores de la democracia y la ciuda-
danía.
Estudiar las relaciones entre la sexualidad y la re-
flexión sobre el cuerpo de las mujeres con la Muchas gracias.
política.

80
81
La modernidad y los movimientos de insurgencia
latinoamericanos
Tercera parte
Mesa: Modernidad, colonialidad,
interculturalidad

Sarela Paz (Bolivia)


Universidad Mayor de San Simón, Cochabamba

P
rimero, quiero agradecer a los organizadores de este Simposio, a los colegas que nos visitan,
por este intercambio académico y este diálogo que tenemos en esta semana. Un agradeci-
miento especial a Kathia Zamora porque ella es la que impulsó y motivó mi participación en
este simposio. Como este es un panel, y un panel lo que hace es dialogar, discutir, en muchos casos
disentir de parte nuestra o de parte de ustedes, yo quiero que en estos diez minutos que se me
otorgan, lanzarles tres ideas para la exposición que intentan contrapuntear con la ponencia o confe-
rencia que nos ha dado Eduardo Rueda. Modernidad, colonialidad e interculturalidad: la intensidad
de movilización política que hay detrás de estas palabras hacen que como categorías conceptuales,
se convierten también en factores que ayudan a pensar a la sociedad o a nuestras sociedades.
La primera idea que quiero compartirles es la siguiente, ¿cómo significamos a la modernidad? ¿Quié-
nes significan a la modernidad? Creo que es muy importante que nos preguntemos aquello porque
cuidando las ideas que nos dice Eduardo, por un lado, parecería que estamos ante ese hecho de que
a partir de un conjunto de intelectuales que visualizan movimientos sociales cualquiera, en ya sea
Bolivia, Argentina, o Latinoamérica, que muchas veces están traduciendo antimodernidad. Entonces,
razonando sobre esa perspectiva, sobre el argumento que nos ha compartido Eduardo, que no es

82
tan así, él ha hecho una afirmación muy fuerte, han dado cuenta que no estamos citando la in-
que ninguno de esos pensadores de las movili- surgencia de los hermanos Katari para hablar de
zaciones e insurgencias, a las cuales muchas ve- Bolivia? Podríamos pensar de la misma manera
ces nos enfrentamos para pensar a la sociedad, para Brasil con los movimientos negros. Aplican-
han superado el horizonte moral de la moderni- do lo que hace el autor de la negritud, Du Bois,
dad. Esa es una pregunta muy fuerte. Básicamen- desde cómo los negros contribuyen al pensa-
te, cuando decimos cómo significamos moderni- miento anglosajón en este intercambio cultural
dad, podemos pensar modernidad como aquella que tenían con la propia Inglaterra, desde colo-
posibilidad que encontramos desde el pensa- nias como Jamaica, o con Francia desde Haití. Yo
miento, desde el razonamiento, desde la acción creo que es muy importante que empecemos a
política o la movilización, como aquella tradición hablar de estas antípodas para que empecemos
que lo que quiere y lo que persigue es efectiva- a pensar en la posibilidad de diálogo entre igua-
mente una modernidad que en buena parte la les, que empecemos a indagar y a romper una
conocemos por los famosos ilustrados, los ilumi- significación que nosotros hemos vivido a través
nacionistas, que son los que han ampliado este de la formación de nuestras sociedades. Necesi-
pensamiento. Y en el otro extremo como una tamos reconocer que la palabra modernidad es
antípoda, podemos pensar una antimodernidad, una invención europea, y cuánto nosotros mis-
como aquel pensamiento, ya sea movilizaciones mos hemos contribuido a esa invención, y cómo
o aquella acción que se distancia de tal manera en esa invención hemos quedado absolutamen-
que básicamente no traduce modernidad. Pero te subalternizados.
yo creo que aun así, pensando en esas situacio- Un gran ejemplo de esto es lo siguiente: ustedes
nes extremas, es importante esta pregunta de conocen a Wallerstein y su “sistema mundo”, y
cómo significamos modernidad y quién significa en similitud con Marx -hablamos de este autor
modernidad. Me gustaría citar a un autor que es para quienes comulgan con este pensamien-
William Du Bois que tiene un excelente trabajo to- ambos consideran y razonan el capitalismo
en mi opinión, acerca de la negritud y cuánto ha como un hecho bien específico de derrota. Marx
contribuido al pensamiento anglosajón. Bajo la a la hora de definir el momento que podemos
misma lógica deberíamos pensar las insurgen- hablar de capitalismo en las sociedades, hace
cias negras indígenas, de mujeres que también unas precisiones conceptuales que son impor-
han contribuido a pensar la modernidad. tantes, establece un elemento fundamental para
En el escenario primero, cuando decimos mo- hablar de la presencia del capitalismo, que no es
dernidad pura -que no sé quién la tendrá- y en como la tradición clásica decía, la presencia de la
el otro extremo, nos referimos a la antimoder- mercancía: una de las cosas fundamentales que
nidad pura, estamos haciendo un razonamiento tenemos que entender para pensar la sociedad
que implica que la modernidad la ha significado capitalista es que esta sociedad que se vea a sí
Europa, y que la antimodernidad es todo aque- misma como transformadora de una condición
llo que no significaron los europeos. Retomo ese subjetiva fundamental, eso es que la mano de
texto sobre la negritud: como dije, hace que nos obra se convierte en mercancía. Esta condición
preguntemos cuánto la negritud ha contribuido subjetiva es fundamental porque viene articulada
al pensamiento anglosajón, pero en otras pala- al segundo elemento de la crítica que nos com-
bras quiere decir y quiero decir, cuánto de eso partía Eduardo que es que la persona se vea a sí
que significamos como modernidad, en el fondo misma como libre: porque un esclavo no se con-
somos nosotros mismos con América Latina, con sidera libre, un campesino tampoco se considera
movimientos de insurgencias indígenas, de mu- libre, y para una buena parte de la nomenclatura
jeres o de otro tipo de agentes que hoy día tam- andina, un miembro del ayllu tampoco se consi-
bién están presentes, que están contribuyendo dera libre (es decir un runa). Esto está profunda-
a aquello que le llamamos modernidad. Por una mente inscrito en las relaciones de intercambio
suerte de biopolítica de reconocimiento, podría- étnico, en las cuales se fundamentan por ejem-
mos decir, la modernidad se reconoce a sí mis- plo, la adquisición de mano de obra. Desde esta
ma como un centro específico que está situado perspectiva se diría que para hablar de moderni-
espacialmente en Europa, con unos intelectuales dad y cómo la modernidad parecería que no la
específicos (Por ejemplo, yo no podría hablar de podemos pensar sin capitalismo, cosa que tam-
modernidad si no cito a ciertos intelectuales). ¿Se bién deberíamos discutir, tendríamos que pensar

83
cos territoriales que pueden verse también como
una coacción comunitaria a favor del capitalis-
mo. El “Sistema Mundo” en el fondo, se empieza
a tejer en la ciudad de Potosí, y Potosí en 1600
era una ciudad tremendamente compleja con
mucha mano de obra libre, o sea indios. Esta es
mi primera idea, como para cuestionar cómo de-
finimos modernidad, quién define modernidad y
para decir que de repente deberíamos pensar en
el desarrollo del capitalismo, cosa que Marx no
lo hizo, pensando en Potosí para hablar del sis-
tema mundo.
Mi segunda idea es acerca del tema de la subal-
ternidad. Voy a seguir con este criterio plantean-
do en mi exposición qué entiendo por moder-
nidad: la comprendo como un desarrollo y una
significación muy europea, muy de los pensado-
res del iluminacionismo y este opuesto contrario
que es esta antimodernidad plena que destaca
en buena parte al pensamiento decolonial, que
se conoce en América Latina que además, tiene
un alcance bastante grande. Pero en todo eso,
quiero destacar un elemento que está en juego
y que viene de los estudios subalternos que for-
man parte de esta tradición de pensamiento, que
nos plantean algo que me parece importante y
significativo a la hora de entrar al debate. Y es
que cuando nos aproximamos a la temática de la
subalternidad desde retóricas indígenas eman-
cipatorias o desde retóricas negras emancipa-
torias o desde mujeres insurgentes, sufragistas,
podríamos decir; si nos acercamos en estos dos
puntos a la mirada, aparentemente estos movi-
mientos que plantean insurgencias y horizontes
que ha surgido esa condición básica de capitalis- emancipatorios se estarían anclando en una anti-
mo en la sociedad. Wallerstein, en su clásica obra modernidad. Los estudios subalternos nos están
de “Sistema Mundo” habla de muchas cosas y diciendo algo que yo pienso es muy importan-
habla de nosotros, de la mina, porque la mina te a la hora de entrar a esta reflexión: nos es-
de Potosí de 1600 es el centro de riqueza más tán diciendo (esta es una idea que la rescato de
importante en el nuevo mundo y en esa relación Gramsci) que la subalternidad es una condición,
de lo que era Europa y sus colonias. Lo que hace no es solamente una narrativa, es una condición
Wallerstein es enunciar, en este razonamiento de material y una condición subjetiva. Por tanto,
Marx, que lo que se encontraba en Potosí era un la subalternidad está comprometiendo muchas
entramado étnico territorial a través del cual por veces en su movilización, en su producción dis-
vías y formas institucionales, que tiene que ver cursiva, hechos y panoramas emancipatorios. Al
mucho con el ayllu, se accedía a la mano de obra. constituirse como una subalternidad en sí, no es
Sin embargo, estudios de aproximación histórica posible verla al margen del poder porque está
nos plantean exactamente lo contrario, cuando mediada por situaciones de poder. ¿Qué quie-
hablan de Potosí en 1600, que el sistema dado re decir eso? Que no podemos encontrar esta
y desarrollado en términos de trabajo en Potosí condición prístina, plena de antimodernidad, o
fue expuesto de tal manera a una explotación de esta situación prístina plena de anticapitalismo.
riqueza, que toda esa trama institucional a partir O para hablar de uno de los ejemplos que di
de la cual se accedía a la mano de obra y que al principio, no es que los mitayos sean plena-
estaba fundamentada en esos dispositivos étni-

84
mente obreros como los ingleses en 1800 como nen esta idea de “ya no vamos a volver al ayllu y
Marx los describe. Eran una mano de obra que talvez es mejor que nos quedemos en la ciudad
era reclutada a través de sus instituciones, como de Potosí, ahí en los barrios marginales”.
el ayllu. Los capitalistas estaban profundamen-
te convencidos que estaban vinculando al ayllu Entonces habla de una subjetividad que se está
como subjetividad, traducían todo este entrama- emancipando, pero que está en estas tramas
do étnico profundamente complejo que implica- de sujeción al poder que está comprometien-
ba ocupación territorial y que se expresa, en mi do al Estado boliviano, con el ayllu que es una
opinión, espacialmente en la ciudad de Potosí. institución anti capitalista. Este evento que nos
Pero que básicamente, ellos, en la condición de plantean los subalternos que es muy importante,
estar enfrentados a ese hecho de entrar a la mina muy interesante, porque nos están diciendo que
que implicaba también la posibilidad de que no debemos leer a la subalternidad, como una sub-
salgan. De todas maneras, ellos estaban adscri- jetividad que está atravesada por aproximacio-
tos a una dinámica de vida que era la propia ciu- nes y situaciones de poder. No esperemos una
dad de Potosí que era en buena medida tomar acción prístina. Es más, si esperamos una acción
distancia de sus propios centros o comunidades. prístina de plena revolución, de plena insurgen-
A pesar de que llegaban como mano de obra a cia y detectamos en el camino, que hay pactos
partir de sus entramados étnicos. Podemos leer con el poder, detectamos que en el camino de
cómo esos obreros en 1800 que se destacan en las mujeres sufragistas, se trataba de mujeres
el capitalismo teniendo otro tipo de expresiones, que querían transformar desde la cotidianidad
ajenas a lo que era modernidad, una subjetividad la sociedad patriarcal a través de procesos que
comprometida con el orden de la libertad. Por- desde el poder, podrían llamarse “pactos”. Si
que hay unos relatos muy importantes, que un desconocemos esta contradicción, los paradig-
historiador los destaca, Tristan Platt, que mantie- mas que están acompañando a los movimientos

85
subalternos también los estamos colonizando. cipio, que no podríamos hablar de capitalismo
Estamos haciendo ese acto de poder de que si sin los hechos que dan lugar a la modernidad.
no se encuentra de manera prístina, clara, ra- De esta conjugación, modernidad y capitalismo,
cional, muy moderno y que como no podemos existe el proceso de individuación que se pro-
creer en el marco de esas sus contradicciones, duce en la sociedad, que Weber destaca tanto,
las mujeres –para no hablar de hombres- en el al decir que este proceso de individuación en la
marco de nuestras contradicciones, no estamos sociedad está implicando también llevar al plano
reconociendo algo fundamental que son estas de la racionalidad un conjunto de esferas en la
luchas que nos llevan a esta contradicción. Con sociedad que en principio, no son susceptibles
sus contradicciones y con sus paradojas, que son de llevarse al plano de la racionalidad. Léase por
relativas a la modernidad. ejemplo, las creencias religiosas, léanse la liber-
Mi tercer punto, lo ha mencionado Eduardo pero tad y la autonomía como un bien mayor y los
creo que es válido abundar en el tema. Es im- hechos comunitarios que se ven también como
portante que pensemos si es posible pensar a la opuestos a este orden de racionalidad. Cuando
modernidad sin tomar en cuenta al capitalismo. en realidad, formulaciones comunitarias tienen
Yo aquí traigo más preguntas que certezas. Me una idea específica y desarrollada acerca del in-
parece bastante difícil pero no imposible, atre- dividuo. Fíjense que el debate sobre el derecho
vernos a hacer este razonamiento. ¿Por qué me está muy vinculado a esta oposición que pare-
parece bastante difícil? Porque en cierta medida, ce ser de origen y que nos cuesta desentrañar
la modernidad efectivamente es un orden moral a la hora del análisis. Y en esta misma ruta, se-
que se abre, pero ese orden moral está escrito guimos haciendo ejercicios de esa misma natu-
profundamente en los marcos del capitalismo. raleza cuando hablamos de los movimientos que
Ese orden moral también implica un orden jurí- producen emancipación. Tenemos una tradición
dico, por ejemplo, que está muy vigente hoy en latinoamericana en decir que los movimientos
día: nos habla específicamente, por ejemplo, de indígenas o campesinos son anticapitalistas. O
la necesidad de mano de obra, de la propiedad, que los movimientos negros son anticapitalistas.
de cómo producimos la riqueza y cómo nos apro- Lo que estamos haciendo es lo mismo que afir-
piamos de ella. Y pocas veces, nos movilizamos mar que la modernidad y el capitalismo son dos
en contra de ese orden. Es como un razonamien- cosas que vienen vinculadas y que son insepara-
to al cual debemos entrar, pero que corremos bles. Necesitamos ahondar en este debate, por-
varios riesgos: uno de ellos es decir, modernidad que no estamos llevando el debate a sus conse-
es igual a capitalismo, pero otro riesgo es decir cuencias profundas, porque eso implica también
que la modernidad es un horizonte moral y el para América Latina, ciertas significaciones que
capitalismo un horizonte económico; y no vincu- han acompañado estos movimientos sociales.
lar aquello que estuvo vinculado desde el prin- Gracias.

86
“La excepción racial en el republicanismo. Una perspectiva
latinoamericana”

Susana Villavicencio (Argentina)


Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires

E
l 9 julio de 1816, un congreso constituyente reunido en Tucumán con representantes de varias
de las entonces llamadas Provincias Unidas de Sud América, que incluía diputados por Mizque
(Dr. Pedro Ignacio Rivera) y por Charcas (Dres. Mariano Sánchez de Loria, Jofef Severo Malavia)
declara la independencia de España y su reinado. “Declaramos solemnemente a la faz de la tierra
que, es voluntad unánime e indudable de estas Provincias romper los violentos vínculos que las
ligaban a los Reyes de España, recuperar los derechos que fueron despojadas, e investirse del alto
carácter de una Nación libre e independiente del Rey Fernando VII sus sucesores y Metrópolis”. En
ese acto constituyente, los representantes del pueblo de las Provincias Unidas, proclaman la libertad
y soberanía de la nación ante la “faz de la tierra”, o sea ante la totalidad de los pueblos de la tierra,
en una expresa vocación universalista. Es conocido que la declaración de la independencia tuvo di-
fusión pública en una versión a doble columna en castellano y en quechua, también hubo, aunque
menos conocida, una versión en aymara.
Estamos a doscientos años de ese momento fundacional y nos encontramos hoy en este país, Bo-
livia, que ha iniciado el proceso, inédito en nuestro continente, de constituirse como “Estado plu-
rinacional”, reconociendo la diferencia en la composición de su población. Estas circunstancias de
tiempo y lugar dan el marco a la reflexión que quería compartir con Uds. en este encuentro. Porque
efectivamente hay algo en ese inicio que vincula ambiguamente la libertad y la igualdad, valores
universales introducidos por las revoluciones modernas -francesa, norteamericana e hispanoameri-
cana- y sus pensadores, sus actores, sus filósofos, con la presencia ineludible de la alteridad en los

87
rraciones nacionales, que bajo consignas como
“civilización o barbarie”, (en la célebre obra de
Domingo Sarmiento), revela las tensiones que
recorren los principios modernos en sus formas
universalistas y abstractas.
Lo que hay que comprender en esos discursos
fundacionales en América Hispánica es la ten-
sión entre la raza y la ciudadanía moderna, que
se inscribe en el horizonte de la igualdad civil
y política, lo cual es un problema mayor en la
construcción de sociedades democráticas, que
ha sufrido, sin embargo, un relativo olvido histo-
riográfico. Por una parte, los nuevos estados-na-
ción en formación, tienen como referente la legi-
timidad política moderna, soberanía del pueblo,
derechos individuales, constituciones escritas,
igualdad civil y ciudadanía, y por la otra, la rup-
tura independentista de la metrópolis no com-
porta el fin de las formas de dominación colo-
nial: al contrario perduran la minoridad jurídica y
social, de poblaciones, la esclavitud o formas de
la misma, y sobre todo el estigma de pertenen-
cia a tipos humanos que se consideran alejados
de la condición de humanidad.
En la perspectiva de las élites políticas hispano-
americanas, la imposibilidad de una nacionali-
dad homogénea, o la no coincidencia del “pue-
territorios ex coloniales de América de Sur. Esos blo soberano” con el “pueblo real” despertaba
valores defendidos por nuestros patriotas, han desconfianza o decepción sobre el destino de la
coexistido con las profundas desigualdades que república. La literatura política del siglo XIX da
se perpetuaron en la historia política de nues- cuenta de esa incompletud, y la ausencia de una
tras naciones. La declaración de la independen- identidad nacional única. “¿Quiénes somos? ¿So-
cia en quechua o aymara quedó así oscurecida mos europeos, somos indígenas, desde cuándo,
mucho tiempo, siendo un dato poco recordado hasta dónde?” Las preguntas formuladas por
o anecdótico, en un orden republicano en la cual Sarmiento en “Conflicto y Armonía de las Razas
la ciudadanía y el universalismo de los derechos en América”, serán retomadas, o resignificadas
se reservaron siempre un gesto excluyente. en la construcción discursiva de la nación a lo
El período post revolucionario en América del largo del XIX e inicios del XX. En Bases y pun-
Sur representa un laboratorio donde se elabora tos de partida para la organización política de la
la identidad de los nuevos ciudadanos en con- República Argentina, texto fundante del modelo
textos adversos. En efecto, una de las peculia- constitucional de 1853, escribe J.B. Alberdi « Hoy
ridades de las revoluciones hispanoamericanas mismo, bajo la Independencia, el indígena no
ha sido precisamente la ambigüedad de la Re- forma parte ni tiene un lugar en nuestra socie-
pública, vista como un modelo de integración dad política y civil […] ¿Quién entre nosotros se
nacional bajo la figura abstracta de la persona enorgullecería de ser un indio puro? ¿Quién ca-
jurídica, propia de una sociedad fundada en el saría su hija o hermana con un hombre joven de
contrato, en contraste con la existencia de una la Araucania? Por eso sostenemos que las nuevas
extensa población indígena en sus territorios y, repúblicas generan la “excepción racial” al tiem-
en diferentes grados, la existencia de esclavos po que “incluyen en la exclusión” los sectores ra-
negros, herencias del pasado colonial. El tra- cializados de la población.
tamiento en términos raciales del conflicto de Con singularidades históricas en cada nación, el
poblaciones producido por el mismo proceso de denominador común de la historia post-colonial
colonización ofrece una “base natural” a las na- en Latinoamérica, que lleva 200 años, ha sido la

88
discriminación del otro: los indígenas, o los pue- regenerado todo tipo de opiniones raciales, que
blos autóctonos, que complicaban las identida- no habrían sido lo suficientemente fuertes para
des hipostasiadas, homogéneas. Podemos decir, crear o degenerar- en el racismo como visión del
con Quijano, que no se trata de colonialismo en mundo, que tendrá las consecuencias dramáti-
tanto que sistema de dominación, sino de colo- cas conocidas.
nialidad, que supone la continuidad de la domi- Michel Foucault ha dedicado dos seminarios en-
nación interna por la vía del ejercicio del poder tre los años 1976 y 1978 a la genealogía de la
y del saber. Al respecto cito a Aníbal Quijano: raza. Sus análisis buscan comprender el vínculo
“Los intentos de construir Estados nación según entre saber y poder que se concreta en la mo-
la experiencia europea, como homogeneización dernidad y relacionar las prácticas discursivas,
étnica o cultural de una población encerrada en que producen un saber en torno al hombre, con
las fronteras de un Estado. Eso planteó inmedia- procesos históricos y económicos de una mane-
tamente el así llamado “problema indígena” y ra no determinista. El racismo es tratado como
aunque innominado el “problema negro”. una de las características normalizantes de un
La genealogía de la raza nos remite a un proceso largo panel de formaciones estatales y no como
de biologización (contrario al vínculo de la raza una de sus aberraciones. Refiriéndose a la raza,
con el linaje). El humanismo universalista convi- Foucault nos llama la atención sobre un proce-
ve así con la división la humanidad en razas; si so complejo que incluye el inscribir, el revertir,
bien hay distinción de “los otros” en el mundo el retomar el viejo discurso de las razas, “que
antiguo, la idea de raza como clasificación de lo comprende como estratificación de formas je-
humano es propiamente moderna, o bien, dicho rárquicas sedimentadas”. La genealogía de la
de otro modo, es en la modernidad que esta no- raza no es un discurso lineal, ni fijo, no inicia con
ción se introduce con un espíritu clasificatorio. una definición del racismo, explora su carácter
Hannah Arendt en Los orígenes del totalitarismo, polivalente, lo muestra como un discurso super-
refiriéndose a la raza “antes del racismo”, ubica el puesto, permeable a saberes sujetados que rea-
pensamiento racial en el siglo XVII y su difusión parecen con él. En sus cursos ubica el racismo en
simultánea en todos los países occidentales a lo el corazón del Estado. “En la sociedad moderna,
largo del siglo XIX. El racismo, dice, es la fuerza el racismo va a estallar en ciertos puntos privile-
ideológica de las políticas imperialistas desde el giados, aquellos donde se requiere el derecho a
paso al siglo XX y a innegablemente absorbido y la muerte. Primero con la colonización, el geno-

89
cidio de la colonización.”
La política hacia el indígena abre sin dudas un capítulo importante y negado durante mucho tiempo
en la ciencia y la historia política argentina. El mito de la Argentina como país sin indios y pocos
negros, o de una nacionalidad cuya marca inaugural fue la revolución en el siglo XIX y el flujo inmi-
gratorio en el siglo XX, ha prevalecido o se ha impuesto sobre la (pre) existencia de diversidades.
De la misma manera el borramiento de categorías étnicas junto a la desaparición de comunidades
libres que habitaban el territorio, la extinción de la costumbre jurídica indiana, la reclasificación del
indígena en campesino o trabajador, su incorporación al ejército o al servicio en las estancias, torna
borrosa la derrota de los pueblos nativos y las consecuencias de las acciones militares sobre esas
poblaciones tratadas como extranjero enemigo “vencido”, cuyo destino fue desde botín de guerra
hasta piezas de museo bajo la lupa del positivismo científico.

90
91
“Colonialismo y Modernidad: Pensar la Historia de América Latina en
la Historia del Mundo”

Aurea Mota (Brasil)


Universitad de Barcelona, España

Q
uiero plantear en la ponencia algunas cuestiones para pensar en cómo una concepción alar-
gada de la historia de la dominación colonial imperial se cuadraría en los referenciales ana-
líticos disponibles que interpretan lo que hay de específico en el colonialismo moderno.
Mi objetivo es compartir con el público mi idea sobre cuáles son las implicaciones conceptuales e
interpretativas de traer para la discusión decolonial latinoamericana manifestaciones no modernas
de la dominación colonial y de la colonialidad.
El ‘no moderno’ tiene una doble dimensión: espacial y temporal. La dimensión temporal se refiere
a formas de dominación colonial anteriores al siglo XVI; y la dimensión espacial se refiere a formas
de dominación colonial no europeas y occidentales. Existen experiencias históricas diversas donde
se formaron sistemas de dominación extra-territorial basados en los principios de diferencia cua-
litativa entre los seres como una justificativa para la subyugación y jerarquización de los pueblos y
personas. Con esto busco reflejar sobre la hipótesis de lo que en la modernidad observamos es la
“conceptualización” y la tentativa “racionalización” científica de formas de clasificación social que se
desarrollaron en espacios y tiempos no modernos. No se trata de la invención de esas formas de
dominación.
Existen observaciones que nos indican que aunque diversas formas de colonialismo hayan estado
en las bases de importantes procesos sociales reforzados en el mundo moderno, la modernidad no
puede ser reducida al fenómeno de la colonialidad, tampoco la colonialidad es un fenómeno exclu-
sivamente moderno.
Me gustaría presentar esta propuesta, la reconstrucción de nuestras genealogías es la manera más
fructífera para reencontrar nuestro pensar y hacer político. Una de las maneras posibles de desa-

92
rrollar esa genealogía es reconocer que la
historia de América no empieza en 1492.
Por eso sostengo que un trabajo de rein-
tegración de los estudios arqueológicos,
antropológicos y etnológicos con la filo-
sofía, historia y las ciencias sociales sobre
nuestro pensar y existir en cuanto sujeto
histórico es imprescindible. Reconstruir
nuestra genealogía es pensar como nues-
tro lado canibalesco se inserte en un pro-
ceso histórico global más amplio. La crítica
que nos llevaría a superar nuestro dilema,
no puede nacer de una lectura aislada de
nuestra historia.

Gracias.

93
América Latina? Modernidades y proyectos emancipatorios.

Álvaro Oviedo Hernández (Colombia)


Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, Bogotá

L
a primera intención de mi ponencia es llamar a la reflexión sobre la validez de la denominación
América Latina, en la construcción de la identidad necesaria para el proyecto emancipatorio
actual. El Canciller del Estado plurinacional de Bolivia, David Choquehuanca, en su conferencia
magistral dictada en el marco del XX Foro de Sao Paulo el 29.08.2014, dijo con razón “no somos
romanos, no somos latinos tenemos nuestra identidad…” AbyaYala se llamaba este continente… Con
la misma razón pueden afirmarlo los más de 400 pueblos indígenas, mal contados, y los millones de
descendientes de africanos, o los descendientes de chinos, japoneses, árabes, judíos, etc.

Y el problema no se resuelve agregando a América Latina la denominación indiana, o afro o ambas,


u otras más. Podría ser viable hablar de América meridional, o del sur, con las inexactitudes que su
vez encierra la geopolítica.
Pero este ejercicio no tiene como fin, encontrar la forma “correcta” de denominarnos. Tiene im-
portancia metodológica para la investigación del devenir de la construcción histórica de nuestro
continente, y de las relaciones de poder en él construidas, en medio de las llamadas modernidades,
buscando no invisibilizar los actores sujetos de la praxis social, sus intereses, expresiones culturales,
como se ha acostumbrado en las viejas prácticas hegemónicas. Llama la atención a la vez, segunda
intención, sobre la influencia de América en Europa, en lo económico, social, cultural, en su proceso
de modernización, invitando a acentuar en los análisis la interacción, sobre la prevalencia unidirec-

94
cional. vido los procesos más radicales en lo social, que
En tercer lugar invita a investigar sobre los pro- apuntaban por la abolición de la esclavitud, el re-
cesos emancipatorios del siglo XIX, los cuales torno de tierras comunales y repartos de tierras,
son hegemonizados por los criollos ilustrados, que atentaban contra la disponibilidad de mano
quienes aterrados por la presencia de nuevos de obra sujeta con la que aspiraban a mantener
actores subalternos, apuestan por la doble diná- sus viejos esquemas productivos y privilegios.
mica, contra los españoles y contra los de abajo,
defendiendo sus viejos privilegios internamen- Entre ellos los procesos de Haití, en México en
te, y adecuándose a las exigencias de la división su fase inicial con Hidalgo y Morelos, y Paraguay.
internacional del trabajo impuesta por el desa- Pero con los matices y diferencias señalables,
rrollo capitalista, construyen así su rol de clase las transformaciones radicales de orden econó-
dominante en lo interno, y subalterna, depen- mico y social no prosperaron, quedó intacto el
diente, en lo internacional. Estos sectores apues- poder de los terratenientes, el problema agrario
tan a la revolución institucional para conservar la y social, como fermento de nuevos conflictos…
vieja sociedad, en contraste con el camino pru- Que deben ser abordados por la academia y el
siano ensayado en Europa que conserva la vieja pensamiento crítico para conocer “de que está
institucionalidad, con reformas, para abrir paso hecho el país” que se quiere trasformar, según
al desarrollo capitalista. Y procuran echar al ol- expresión martiana.

95
Sucre - Bolivia
2016

96
CLAUSURA
Eduardo Rueda, coordinador del Gru-
po de Trabajo de Filosofía Política de
CLACSO y Kathia Zamora coordinado-
ra de CLACSO y de la Universidad San
Francisco Xavier para el evento del Sim-
posio Internacional, agradecen el en-
cuentro de profesores internacionales
de las universidades de América Latina
que son parte del Grupo de trabajo de
Filosofía Política, a los docentes de la
Universidad de San Francisco Xavier de
Chuquisaca y a todos los alumnos que
participaron en el simposio, como orga-
nizadores y anfitriones de este encuen-
tro considerado uno de los más signifi-
cativos de la región.

El simposio, ha logrado articular no sólo


la amistad y el trabajo entre investiga-
dores del grupo de CLACSO, al mismo
tiempo que ha extendido la comuni-
dad académica a la juventud universita-
ria que ha participado en el Simposio.
Alumnos y profesores de la Universidad
San Francisco Xavier; Universidad del
Valle, Universidad Andina, Universidad
Pedagógica; sumando a las organiza-
ciones de mujeres que han hecho po-
sible que este encuentro académico
sea posible en esta hermosa ciudad. A
todos los participantes, nuestros agra-
decimientos por reposicionar reflexio-
nes sobre problemáticas comunes de
nuestros países, intercambiar teorías y
conceptos que ponen en verdadero ba-
luarte el conocimiento para enfrentar el
desarrollo de nuestros pueblos.

97
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