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Mario Salas

Santo Tomás: analogía y participación

Abstract: In this paper the author discusses Mas tampoco se les aplican en sentido puramente
the Thomist notion of analogy as a way of attri- equívoco, como han querido algunos, pues en este ca-
bution of the same names and perfections to God so no sería posible conocer ni demostrar cosa ninguna
referente a Dios, y se incurriría siempre en la falacia
and to created beings. The author indicates the
llamada de equivocación, todo ello opuesto, lo mismo
many problems that arise when one tries to give
a los filósofos, que demuestran muchas cosas de Dios,
a clear sense to this notion. que al Apóstol cuando dice: Lo invisible de Dios se al-
canza a conocer por medio de las criaturas.
Key Words: Thomism, analogy, God, Por consiguiente se ha de decir que estos nombres se
theology. aplican a Dios y a las criaturas por modo de analogía,
o sea de proporción. 1
Resumen. En este artículo el autor discute
la noción tomista de analogía como modo de Por supuesto, este problema surge sólo si
atribución de los mismos nombres y perfecciones partimos de la premisa de que la atribución de las
a Dios y a los seres creados. El autor señala los perfecciones a Dios y a las criaturas no puede ser
múltiples problemas que surgen cuando se inten- unívoca. Pero ¿por qué partir de semejante pre-
ta dar un sentido claro a esta noción. misa? De hecho no todos los que se ocuparon del
tema la aceptaron: Duns Escoto, a diferencia de
Palabras clave: Tomismo, analogía, Dios, Santo Tomás, pensaba que el ser se predica uní-
teología. vocamente de Dios y de las criaturas. Y no pare-
ce discutible que para Aristóteles ente, sustancia,
causa y otras nociones se digan en un sentido
El presente trabajo versa, en general, sobre unívoco tanto del "primer motor" como de los
el tema de la predicación analógica en el pensa- demás entes: para el filósofo griego Dios es un
miento de Santo Tomas -en tanto que modo in- ente sustancial en el mismo sentido en que lo es
termedio de atribución situado entre la equivoci- cualquier otro -diferenciándose sólo en el hecho
dad y la univocidad- y, en particular, sobre la de ser pura forma-; tanto Dios como las demás
aplicación de la noción de analogía a la atribu- sustancias son para él especificaciones de un
ción de las mismas perfecciones a Dios y a las mismo género supremo".
criaturas; cuestión que tiene que ver con la posi- Las razones por las cuales Santo Tomás con-
bilidad misma de un discurso teológico, es decir, sidera que la univocidad está cerrada como vía de
con la posibilidad de hablar significativamente acceso a la intelección de las perfecciones divi-
acerca de Dios. nas son, en sus propias palabras, las siguientes:
Para aclarar este último aspecto, dejemos
que hable el mismo Santo Tomás. Refiriéndose a Es imposible decir cosa alguna de Dios y de las criatu-
los nombres que se aplican tanto a Dios como a ras en sentido unívoco. La razón de esto es porque to-
las criaturas, nos dice: do efecto desproporcionado con el poder activo de su

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XLI (104),153-164, Julio-Diciembre 2003


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causa agente recibe la semejanza del agente, no total y dice, precisando aún más -y rechazando de paso
perfectamente, sino deficiente, de tal manera que las la idea propia de la escolástica árabe de que Dios
perfecciones que en los efectos son múltiples y están no posee esencia-, que la existencia divina es su
divididas, en la causa están unidas y simplificadas, a la misma esencia.
manera como el sol con una misma energía produce en Sin embargo, nosotros sólo entendemos la
los seres inferiores formas varias y multiformes. Pues
existencia como algo diferente, irreductible a la
de la misma manera, las perfecciones que en las cria-
esencia. En Dios todas las quididades que pudié-
turas están diseminadas y dispersas, preexisten y están
identificadas en Dios, según ya hemos dicho; y, por ramos predicar de él serían idénticas a su existen-
tanto, cuando a las criaturas se aplica algún nombre de cia misma y, por lo tanto, idénticas entre sí; pero
perfección, éste la significa o expresa como cosa de ¿cómo pueden ser idénticas perfecciones cuya
naturaleza distinta de todo lo demás que hay en aque- definición no es la misma? Y peor aún ¿como
lla criatura. Por ejemplo, cuando aplicamos a un hom- puede una perfección -una quididad, una esen-
bre el calificativo de sabio significamos una perfección cialidad- ser idéntica a la existencia?
distinta de su esencia, de su poder, de su ser y de todo Si la adscripción de perfecciones a Dios
lo demás. Pero cuando aplicamos este calificativo a (concebido de esta manera como pura existen-
Dios, no pretendemos significar cosa distinta de la cia) ha de tener algún sentido -y está por verse
esencia, del poder o del saber divinos; y por esto, cuan-
si puede tenerlo- éste no podría en virtud de lo
do el término sabio se aplica al hombre, en cierto mo-
anterior ser unívoco. Ahora bien, ya hemos vis-
do circunscribe y diferencia la cualidad significada co-
mo algo no delimitado que desborda el significado del to que tampoco puede ser equívoco sin destruir
término. Por donde se ve que el término sabio, u otro la posibilidad de hablar (y por lo tanto de pen-
cualquiera, no se aplica en el mismo sentido al hombre y sar) significativamente acerca de Dios, es decir,
a Dios, y, por tanto, que no hay término alguno que se la posibilidad de que el discurso teológico tenga
aplique unívocamente a Dios y a las criaturas". algún sentido. Y lo que aquí está en juego es la
posibilidad misma de conocer a Dios: la posibi-
Como fundamento de lo anterior está el su- lidad de saber de qué hablamos cuando nos re-
puesto de la naturaleza absolutamente simple de ferimos a Él. No podemos admitir la equivoci-
Dios: en todos los entes creados la existencia se dad sin convertir en imposible ese conocimien-
distingue de la esencia, el género de la diferencia, to y -lo que es importante para Santo Tomás en
la sustancia de los accidentes. Ser justo, por tanto que teólogo- sin contradecir la Escritura.
ejemplo, es un accidente del ser humano, y como La Escritura, verdad revelada a los ojos de
tal se distingue de su sustancia. La racionalidad la fe, nos garantiza -recordemos el pasaje de la
es la diferencia específica del hombre, y no sería Epístola a los Romanos que nos citaba Santo To-
diferencia alguna si fuera idéntica a la animali- más5- que podemos conocer a Dios a partir de su
dad. Pero, más radicalmente aún, justicia, racio- obras; luego debe existir un camino intermedio
nalidad, humanidad, animalidad, son formalida- entre la equivocidad y la univocidad; y este cami-
des -susceptibles por lo tanto de definición y de no se llama para Santo Tomás analogía.
una apropiación conceptual por parte del intelec- Pero antes de entrar propiamente en la discu-
to-; mientras que la existencia es algo radical- sión y examen de este tema y de sus relaciones
mente distinto de una formalidad: no es quididad con el concepto -de filiación platónica- de parti-
alguna, no es predicado, no es conceptualizable; cipación, convendría hacer un poco de historia
el es se -el acto del ser- no es definible. acerca de los usos del término analogía en el pen-
Ahora bien, es esencial a los términos tal y samiento occidental anterior a Santo Tomás.
como los entendemos el ser distinguibles entre
sí: el poder y la justicia no son la misma cosa
-pues de otra manera poseerían la misma defini- 1. La analogía en Platón y Aristóteles
ción-. Pero Dios, se nos dice desde la escolásti-
ca árabe", es puro esse -pura existencia (y no la En el segundo pasaje de la Summa que ci-
existencia de una quididad)-. Santo Tomás nos tábamos -donde Santo Tomás discutía acerca la
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simplicidad divina- se nos proponía la compara- separada, y que es sabio incluso el que no especula, si
ción de Dios con el sol": lo que en éste es uno -su es capaz de especular. Pero esto otro está en acto.
poder, su causalidad-, se multiplica en miles de Lo que queremos decir es evidente en los singulares por
efectos en las cosas por él iluminadas. Pues bien, inducción, sin que sea preciso buscar una definición de
en la República de Platón el término analogía todo, sino que basta con contemplar la analogta+.
aparece precisamente en el célebre pasaje donde
Se trata entonces de entender, por semejanza
se compara al sol con el Bien:
de relación, algo que no se deja decir plenamen-
Sabe pues, que cuando hablo de generación del bien,
te, algo que no es cabalmente concebible -en tan-
aludo al sol. El hijo muestra perfecta analogía con el to que no puede ser objeto de definición precisa-,
padre. El uno es en la esfera visible respecto de la vis- pero que no obstante es inteligible, digamos, de
ta y de sus objetos, lo que el otro, en la esfera ideal, es modo oblicuo; a partir de comparaciones!". La
respecto de la inteligencia y de los seres inteligibles". analogía -lo que hasta aquí se ha llamado analo-
gía- supone al menos dos pares de elemento co-
La noción de analogía procede'' de los mate- rrelacionados; pares que a su vez se relacionan
máticos griegos. En ellos significaba original- entre sí mediante correspondencias entre los ele-
mente lo mismo que proporción: 3 es a 6 como 5 mentos del uno y el otro!".
es a 109. El término, en su sentido propio y res- Pero ¿qué hay de la analogía como forma de
tringido, significa igualdad de relaciones!". En el atribución de un nombre? Al comienzo del libro
primer caso, la relación idéntica en ambas parejas de las Categorías, Aristóteles trata de las diversas
de números es "ser el doble de". En la analogía maneras en que podemos adscribir nombres a las
platónica, el sol es al mundo sensible (más bien cosas; distingue tres tipos de posible aplicación
"visible" --CpUTÓ'::-) lo que la idea de las ideas de un nombre: la homonimia (el ejemplo que po-
-el Bien- es al mundo inteligible. Y también, po- ne es la denominación "animal" aplicada al hom-
dríamos decir, la conjetura (dxaaía) es al mundo bre real y al hombre pintadoj+', la sinonimia
de las imágenes lo que la fe (ttioric¡ es al mundo (cuando los seres así denominados tienen la mis-
de los objetos que esas imágenes representan y, ma definición esencial) y la paronimia:
aún con mayor radicalidad, el conocimiento inte-
lectivo es a sus objetos como el conocimiento Se llaman parónimos los seres que toman de otro su
sensible lo es a los suyos 11; Y el supremo objeto denominación con una diferencia de terminación; co-
de la visión sensible -el sol- es en el ámbito sen- mo gramático que toma la suya de gramática, y valien-
te que la toma r'e valor!",
sible lo mismo que es en el suyo el supremo obje-
to de la visión intelectual: lo áurróeETov (incondi-
Obsérvese que Aristóteles no se refiere a
cionado) -la idea del Bien-. Obsérvese que la
ningún tipo de predicación llamada analógica, ni
analogía así entendida supone siempre una com-
emplea aquí el término analogía; sin embargo es-
paración entre dos órdenes.
te es uno de los pasajes fundamentales para el
Si de Platón pasamos ahora a Aristóteles ve-
destino posterior de dicho término: la paronimia
mos que, para éste, la analogía también expresa
será entendida posteriormente como analogía; y
una correlación entre dos órdenes; implica siem-
podemos observar que aquí se habla también de
pre la posibilidad de correlacionar cuatro térmi-
dos pares -dos cosas y sus respectivos nombres-
nos: A es a B como A' es a B'. Por ejemplo, en el
que presentan cierta correlación; pero ahora lo
libro e de la Metafísica, (en un pasaje en donde
que los relaciona es la semejanza del nombre.
de lo que se trata es de si es posible definir nocio-
Podríamos por supuesto hablar de analogía en el
nes como acto y potencia) nos dice:
sentido anteriormente discutido: gramático es a
El acto es, pues, el existir de la cosa, pero no como gramática como valiente es a valor; pero Aristó-
cuando decimos que está en potencia; y decimos que teles no usa aquí la palabra analogía. Y no la usa
está en potencia como está un Hermes en un madero, porque aquí no se trata de mostrar alguna propor-
y la media línea en la línea entera, porque podría ser ción entre dos órdenes, sino cierta relación entre
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dos cosas consistente en que la denominación de el acto y la potencia; y las diversas categorías son
una de ellas se origina en la de la otro. En este géneros supremos: no sería posible una definición
sentido tiene prioridad la gramática sobre el gra- a partir de género próximo y diferencia específica,
mático, en tanto que el nombre de este último se pues el Ente no es un género del cual puedan ob-
deriva del de aquella. tenerse por división sus especies mediante la ads-
Sin embargo, en la paronimia se mantiene cripción desde fuera de una diferencia específica:
siempre la diferencia de nombres: "gramático" y no hay un fuera del Ente!": cuando defino al hom-
"gramática", aunque parecidas, no son la misma bre como animal racional, la racionalidad no es
palabra. Pero ¿qué sucede cuando de lo que se animal, sino una determinación exterior a la ani-
trata es del Ente? malidad; pero cualquier diferencia que añadiéra-
mos al Ente sería; no podemos obtener ninguna
Pero el Ente se dice en varios sentidos, aunque en or- determinación exterior al Ente mismo; las diversas
den a una sola cosa y a cierta naturaleza única, y no categorías no son especies del Ente/",
equívocamente, sino como se dice también todo lo sa- No queda claro en cuál de los tipos de deno-
no en orden a la sanidad: esto, porque la conserva;
minación hay que incluir al Ente; pero Aristóte-
aquello, porque la produce; lo otro, porque es signo de
sanidad, y lo de más allá, porque es capaz de recibirla; les no nos dice en ninguna parte que se trate de
y lo medicinal se dice en orden a la medicina (pues es- analogía. Será la tradición posterior la que habla-
to se dice medicinal porque tiene el arte de la medici- rá, para referirse a esto, de la analogia entis. Se
na; lo otro, por estar bien dispuesto por naturaleza pa- nos dirá, entonces, que "ente" no se predica de
ra ella, y lo de más allá, por ser obra de la medicina; y modo ni equívoco ni unívoco, sino análogo. Es
de manera semejante a éstas hallaremos que se dicen solamente en la filosofía medieval donde este uso
también otras cosas. Así también el Ente se dice de va- del término llegará a imponerse, y donde el ejem-
rios modos; pero todo ente se dice en orden a un solo plo que Aristóteles aducía para explicar analógi-
principio. Unos, en efecto, se dicen entes porque son camentei' la predicación del Ente -me refiero al
substancias; otros, porque son afecciones de la subs-
de los múltiples sentidos del término "sano"- pa-
tancia; otros, porque son camino hacia la substancia, o
sará a ser el prototipo de la llamada "analogía de
corrupciones o privaciones o cualidades de la substan-
cia, o porque producen o generan la substancia o las arribución'F', mientras que la otra analogía -la
cosas dichas en orden a la substancia, o porque son ne- única que Aristóteles conoció por este nombre-
gaciones de alguna de estas cosas o de la substancia!". encontrará un descendiente directo en la analogía
de proporcionalidad. Este nuevo uso constituye
Estamos finalmente ante lo que después se indudablemente una ampliación del significado
llamará la analogia entis: la predicación "analógi- del término "analogía" a partir de su significado
ea" del Ente. Este caso evidentemente se asemeja primitivo, gracias a una cierta similitud (¿analógi-
-es análogo- a la paronimia: tenemos un primer ca?) entre los dos usos. Antes de pasar a conside-
elemento por relación al cual los demás reciben su rar la manera en como Santo Tomás hace empleo
denominación; pero, a pesar de esta semejanza, de este nuevo concepto de analogía para dar
hay una diferencia importantísima: aquí no hay cuenta del problema de la atribución de las mis-
paronimia, similitud de nombres, sino identidad mas perfecciones a Dios y a las criaturas, convie-
de nombres. Aristóteles no nos dice ante qué tipo ne considerar las especies de la analogía, tal y co-
de predicación estamos aquí: ¿homonimia, sinoni- mo fueron luego establecidas por la tradición.
mia? Tampoco parecen adecuadas para este caso. En primer lugar, hay que notar que la analo-
Evidentemente no es sinonimia pues -aparte de gía se ha convertido ahora en un modo de predi-
que se trata del mismo nombre-la definición esen- cación, de atribución de un predicado a un suje-
cial de los así denominados no es la misma'<; ¿se- to: se trata -recordemos el caso del Ente o de lo
rá homonimia? ¿Es diferente la definición esencial sano- del mismo nombre. Platón nos decía que la
de las realidades denominadas? Pero ¿puede haber relación entre el sol y el mundo sensible era aná-
aquí una definición esencial: una definición por loga a la que existía entre el Bien y el mundo in-
género y diferencia? Ya vimos lo que pasaba con teligible, pero llamaba sol al sol y Bien al Bien;
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si, en cambio, en vez de hablamos de la idea del el término en cuestión se llama análogo, y los en-
Bien nos hubiera hablado del "sol" del mundo in- tes de los que se predica análogamente se llaman
teligible, habría aplicado en ambos casos el tér- analogados). El ejemplo que discutíamos ante-
mino sol en el sentido que, a partir de la Edad riormente -el término 'sano' - puede servir de
Media, se llamará análogo. La analogía es ahora ilustración: se aplica tanto al organismo sano co-
una forma de adscribir un término: ya no se trata mo a aquello que causa la sanidad: sano es el or-
de que A es a B como C es a D, sino de que el ganismo que no está enfermo; pero también el
nombre A se aplica a la realidad B de un modo alimento que preserva la salud, el clima, la vi-
análogo a como el mismo nombre se aplica a una vienda y otras cosas en tanto que contribuyen a
realidad C: los cuatro términos han quedado re- preservar la salud.
ducidos a tres: un nombre y dos realidades-'. La cosa se complica sin embargo con otras
Ha sido costumbre dividir la predicación distinciones: atribución extrínseca y atribución in-
analógica en dos grandes especies: la analogía trínseca. Un término se atribuye intrínsecamente
de proporcionalidad y la analogía de atribución. si se dice propiamente la de la entidad a la que se
Aunque ya hemos mencionado ocasionalmente atribuye: sano se dice propiamente del organismo,
ambos términos líneas más arriba, tratemos aho- pero no del alimento: la atribución es entonces in-
ra de precisar su significado. trínseca al organismo, pero extrínseca al alimento.
Tenemos analogía de proporcionalidad, se Tampoco 'cabeza' se aplica intrínsecamente a ca-
nos dice-", cuando un término se aplica a dos rea- beza de cantón, pero sí a cabeza humana.
lidades distintas de forma proporcionalmente Podría pensarse que la analogía de atribu-
análoga, es decir, según una cierta razón o pro- ción es siempre extrínseca: el término se aplica a
porción semejante. La definición parece bastante los entes que no son el primer analogado única-
imprecisa, pues dentro de ella cabe al parecer un mente por su relación con éste -el caso de 'sano'
amplio espectro de relaciones diversas que sólo constituye nuevamente un ejemplo-; pero no: se
guardan entre sí semejanzas de diverso género. admite la existencia de una analogía de atribu-
Quizá el término doble, aplicado a 6 y a 4 podría ción intrínseca: el término en cuestión se aplica a
ser un ejemplo: no se diría en el mismo sentido los demás analogados siempre por su relación
(y aún esto me parece discutible por tratarse de con el primer analogado, pero se dice también
un término relativo), sino "proporcionalmente" propiamente de aquellos, y por lo tanto intrinse-
(6 es el doble de 3, 4 es el doble de 2). Alto sería camenteé . La analogía de proporcionalidad, por
quizá otro ejemplo: no se dice en el mismo senti- su parte, suele dividirse en analogía de propor-
do de un hombre que de una montaña, sino pro- cionalidad propia --cuando el término se halla
porcionadamente. Cabeza de hombre y cabeza de realizado intrínsecamente en los analogados- y
cantón serían ejemplos, pues la cabeza de hom- en analogía de proporcionalidad metafárica,
bre es al hombre según una cierta relación (¿la de cuando el término sólo se halla realizado intrín-
rector y regido? ¿la de ocupar "la parte supe- secamente en uno y extrínsecamente en el otro
rior"?) como la cabeza de cantón es al cantón. (v.gr.: 'cabeza' no se dice propiamente de la ca-
Despierto se dice tanto del que no está dormido beza de cantón, pero sí de la cabeza de hombre.
como de aquel que tiene inteligencia vivaz, pues ¿Qué tipo de analogía es entonces la analogia en-
-para dar un ejemplo de sabor platónico- el des- tis? "Ente" se predica intrínsecamente tanto de
pierto se relaciona con las cosas visibles de un la sustancia como de los accidentes. En esto to-
modo análogo a como el de inteligencia vivaz se dos los autores parecen estar de acuerdo; pero
relaciona con las cosas inteligibles. los bandos se dividen cuando se trata de clasifi-
Tenemos en cambio analogía de atribución caria como analogía de atribución o de propor-
cuando el término en cuestión se atribuye a va- cionalidad: para algunos (Suárez, por ejemplo)
rios entes por su relación con un ente particular: la analogía del ente es de atribución intrínseca;
este último recibe el nombre de primer analoga- mientras para otros (Cayetano) es de proporcio-
do (cuando un término se predica análogamente, nalidad propia.
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No interesa sin embargo profundizar aquí en Es de notar cómo se insiste en la idea de


la cuestión -bastante compleja- de la analogia "proporción" como esencial a la analogía, al me-
entis; pues el tema específico del presente traba- nos cuando se trata de adscribir los mismos nom-
jo no es la analogía del ente en general, sino la bres a Dios y a las criaturas. No obstante, la pre-
atribución analógica de las mismas perfecciones sencia de un primer analogado nos hace pensar
a Dios y a las criaturas; baste por ahora con re- en la llamada analogía de airibucián'". Ahora
cordar los diversos géneros y subdivisiones de la bien: en la analogía de atribución, según vimos,
analogía. Dediquémonos entonces al problema los nombres se predican de los demás analogados
de la predicación analógica de las perfecciones, por su relación con el primero. Y Santo Tomás
tal y como aparece en la obra de Santo Tomás. nos dice cuál es la relación que hace posible aquí
la atribución: se trata de la relación de causa a
efecto: los mismos nombres se predican de Dios
2. La predicación analógica de los y de las criaturas en tanto que Dios es principio y
causa de la criatura. Pero el ejemplo puede llevar-
nombres divinos
nos a confusión: saludable se dice propiamente
del cuerpo -el cual sería aquí entonces el primer
En la misma sección de la Suma Teológica
analogado= y sólo impropiamente de la medicina
que considerábamos al principio del presente tra-
y de la orina. Ahora bien, se dice de la medicina
bajo (Primera parte, q. 13, art. 5, c.), después de
sólo en tanto que esta es causa de la salud; lleva-
rechazar la posibilidad de que los nombres divi-
dos por esta "analogía" (en el sentido originario
nos se prediquen unívoca o equívocamente, nos
del término 'analogía') ¿No sería natural pensar
dice Santo Tomás:
que las perfecciones -bueno, sabio, justo- se di-
Por consiguiente, se ha de decir que estos nombres se cen propiamente de las criaturas -siendo enton-
aplican a Dios y a las criaturas por modo de analogía, o ces la criatura el primer analogado- y sólo im-
sea de proporción, que, tratándose de nombres, puede propiamente de Dios en tanto que causa última
ocurrir de dos maneras: o porque muchos términos guar- de todas las perfecciones? Y más aún: ¿No ha-
dan proporción con uno solo, v.gr.,el término SQYUl, que bría entonces que predicar de Dios cosas tan ab-
se aplica a la medicina y a la orina -porque ambas cosas surdas como "rojo", "verde", "soluble en agua"
dicen orden y guardan proporción con la salud del ani- etc. en tanto que Él es la causa última y princi-
mal, una como signo y otra como causa-, o bien porque
pio de estas perfecciones en las criaturas? Santo
uno guarda proporción con otro, como el mismo térmi-
Tomás considera este problema en la Suma Teo-
no SQYUl, que se aplica a la medicina y al animal, por
lógica, 1, q. 13, art. 6. En la primera objeción
cuanto la medicina es causa de la salud del animal.Y de
este modo es como decimos algunas cosas de Dios y de nos dice:
las criaturas, en sentido no unívoco ni puramente equivo-
co, pues, según hemos dicho, no podemos denominar a Parece que nuestros nombres se aplican a las criaturas
Dios más que por las criaturas. Por consiguiente, lo que antes que a Dios.
se diga de Dios y de las criaturas se dice en cuanto hay
cierto orden de la criatura a Dios como a principio y cau- 1. Porque como según el Filósofo, las palabras son sig-
sa en la que preexisten de modo más elevado todas las nos de los conceptos, de la manera como conocemos
perfecciones de los seres. las cosas así las denominamos. Pero nosotros conoce-
Este modo de ser común ocupa el lugar medio entre la pu- mos a las criaturas antes que a Dios. Luego los nom-
ra equivocacióny la simpleunivocación,pues los términos bres que le aplicamos convienen a ellas antes que a El.
análogos ni tienen exactamente el mismo sentido, como
sucedea los unívocos,ni sentidototalmentediverso,como y después de exponer esta y otras objeciones
pasa a los equívocos,sino que el término que así se aplica responde:
a muchos expresa diversas relacionesy proporcionescon
uno determinado,como el término SQniJ, aplicadoa la ori- Todos los nombres que analógicamente se aplican a
na, significaun indiciode la salud del animal,y aplicadoa muchos, necesariamente se les aplican en virtud de
la medicinadesigna la causa de la misma salud. alguna relación que tienen con una misma cosa, por
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lo cual ésta entra en la definición de todos ellos; y de que la fuerza que manifiesta Dios es sus
puesto que el concepto que el nombre significa es la obras es comparable -guardando las debidas
definición, como dice Aristóteles, es forzoso que el proporciones- a la fuerza que manifiesta un
nombre recaiga, ante todo, en la cosa que entra en la león en las suyas. Pero el término se aplica pro-
definición de las demás, y después en las otras, se-
piamente al león, y sólo metafóricamente a Dios.
gún el orden con que, en más o menos, se acerquen
Casi que podríamos decir que, en este caso, el pri-
a la primera. Por ejemplo, el término sano, que se
aplica primeramente al animal, entra en la definición mer analogado es el león, de no ser porque pare-
del sano que se aplica a la medicina, por ser causa de ce tratarse de una analogía de proporcionalidad
la salud del animal, y en el sano que se aplica a la metafórica (ya que la analogía metafórica es con-
orina, porque es indicio de salud. siderada tradicionalmente de proporcionalidad) y
Por consiguiente, los nombres que se dicen de Dios en el término "primer analogado" hace referencia
sentido metafórico, antes se aplican a las criaturas que preferentemente a la analogía de atribución. Dios
a Dios, porque aplicados a Dios no significan más que propiamente no es león, a pesar de que las criatu-
tiene algún parecido con las criaturas; pues así como el ras son semejantes a Dios28; pero ¿no acabamos
verbo reír, aplicado a una pradera, no significa más de leer en la cita anterior que todas las perfeccio-
que, cuando se cubre de flores, se parece en lo placen-
nes derivan de Dios a las criaturas y que se en-
tera al hombre cuando ríe, con semejanza de propor-
cuentran en él como causa ejemplar? "León",
ción, así también el nombre de león aplicado a Dios no
significa más que Dios despliega en sus obras un vigor "piedra" son perfecciones -concretamente, for-
parecido al que pone el león en las suyas. Por donde se mas sustanciales-o ¿No habría que decir enton-
ve que en el significado de los nombres metafóricos tal ces que Dios es león, o que es piedra? Santo To-
como se aplican a Dios, se incluye el significado que más discute específicamente este último caso:
tienen aplicados a las criaturas.
Esta misma razón podría valer para los nombres que se Hay nombres que significan las perfecciones proce-
aplican a Dios en sentido no metafórico si únicamente dentes de Dios de modo tal, que en su mismo signifi-
se le aplican en sentido causal, como han querido algu- cado va incluido el modo tan imperfecto con que las
nos, pues en tal caso decir que Dios es bueno equival- participa la criatura; por ejemplo, el término piedra,
dría a decir que es causa de la bondad de las criaturas, que significa una cosa material; y estos nombres no se
y, por tanto, el término bueno incluiría en su concepto pueden atribuir a Dios más que en sentido metafórico.
la bondad de la criatura, y se diría de ella antes que de Pero hay otros que significan las mismas perfecciones
Dios. Pero hemos demostrado que estos nombres no en absoluto, sin que se incluya modo alguno de ser
designan solamente la causalidad divina, sino también participadas, como ser, bueno, viviente y otros pareci-
su esencia, y por esto, al decir que Dios es bueno y sa- dos, y éstos se atribuyen con propiedad a Dios29.
bio, no sólo expresamos que es causa de la sabiduría o
de la bondad, sino que estas cosas preexisten en él de 'León' o 'piedra', entonces, no pueden de-
modo más elevado. Pues, según esto, se ha de sostener cirse de Dios, porque forma parte esencial de su
que, en cuanto a la cosa significada por el nombre, se
significado una imperfección: el modo imperfec-
dicen de Dios antes que de las criaturas, porque las per-
to en como las criaturas reciben las divinas per-
fecciones que expresan derivan de Dios a las criaturas;
pero en cuanto a la aplicación del nombre, primero las fecciones; modo imperfecto que es esencial a la
aplicamos a la criaturas, porque las conocemos antes, y naturaleza de la criatura: el león o la piedra son
por ello su modo de significar es, según hemos dicho, esencialmente criaturas hilemórficas, Dios, en
el que compete a las criaturas?". cambio, no es compuesto de materia y forma; pe-
ro para el caso sería lo mismo decir que Dios es
El sentido fundamental de causalidad aquí ángel: es parte de la significación del término
implicado es el de "causa ejemplar". Pero aún 'ángel' un modo defectuoso de atribución de las
hacen falta algunas precisiones más; veamos perfecciones que emanan de Dios: 'ángel' es
mientras tanto qué es lo que tenemos ganado has- esencialmente una criatura cuya existencia no
ta ahora. Hay términos que se aplican propia- coincide con su esencia, un ens ab alio; esta im-
mente a la criatura y sólo metafóricamente a perfección -esta privación de la suprema perfec-
Dios: león, en tanto que hace referencia al hecho ción- no cuadra con la naturaleza perfectísima
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de Dios; por lo tanto no puede decirse que Dios ¿Cómo pueden predicarse todas estas cosas de
sea ángel, o piedra o león, a no ser que hable- Dios que es pura existencia, acto puro del ser?
mos en sentido metafórico. Santo Tomás dedica en la Suma Teológica lo
En cambio hay otras perfecciones cuya natu- mejor de su arte dialéctica a dilucidar estas cues-
raleza no supone privación alguna; éstas pueden tiones: discute, por ejemplo, si pueden aplicárse-
-y deben- aplicarse a Dios, aunque en un senti- le nombres a Dios (1, q 13, arto 1) y concluye que
do "más excelente" que aquél en el que pueden los nombres pueden aplicársele a Dios, aunque
atribuirse a las criaturas -siendo este último sen- no significando su esencia, como sucede cuando
tido derivado de aquél-. Para empezar, todos los aplicamos nombres a las criaturas -ya que los
trascerulentales serían propiamente aplicables a nombres significan las criaturas mediante la idea
Dios: Dios es Ente, es Uno, es Algo, es Verdade- que de ellas tenemos y que expresa su esencia-;
ro, es Bueno -rambién, podríamos añadir, es Be- no podemos significar con ellos la esencia divina,
llo (pulchrum), aunque esta determinación se precisamente porque no conocemos esta esencia,
añada sólo posteriormente a la lista de los tras- pero conocemos a Dios -nos dice- "en tanto que
cendentales-. su principio" (en tanto que principio de las per-
Pero, además de los trascendentales, habría fecciones de las criaturas a las que alude el nom-
que predicar de Dios ciertas perfecciones comu- bre). También podemos preguntarnos con qué de-
nes a los grados superiores de la jerarquía onto- recho aplicamos nombres concretos a Dios: el
lógica: Dios es viviente, por ejemplo; ahora bien, Todopoderoso, el Creador; o abstractos: Bondad,
viviente no es un trascendental: su extensión no Amor, Sabiduría; siendo que Dios no es una for-
coincide con la de ente, pero es una perfección malidad abstracta como lo es la bondad o la sabi-
común a los grados superiores de la jerarquía de duría de las criaturas, ni un ser concreto, es decir,
los entes: animales, hombres, ángeles ... es de su- un compuesto (de materia, forma y existencia, o
poner entonces, dado que la semejanza divina es simplemente de forma y existencia). Responde
mayor en estos niveles, que Dios sea viviente; así que usamos los nombres concretos para designar
mismo, entender y querer --entendimiento y vo- su sustancia y perfección (aunque en las criaturas
luntad- son perfecciones comunes a los grados la sustancialidad es siempre compuesta), y los
superiores de la jerarquía ontológica, luego, es de nombres abstractos para significar su simplicidad
suponer también que Dios es entendimiento y es (por ser los abstractos simples).
voluntad; como se dice también que Dios es Pero ¿es que puede aplicarse sustancial-
amor -un accidente propio de los grados superio- mente un nombre a Dios? y aún más: ¿cómo es
res de dicha jerarquía-o posible que, proviniendo este nombre de las
Todas las perfecciones están entonces en criaturas, pueda aplicarse en un sentido literal,
Dios, aunque en un sentido eminente, es decir, y no metafórico? En los artículos 2 y 3 de la
en un sentido más elevado, más perfecto, más misma cuestión 13 responde afirmativamente a
propio que el que se halla en la criatura-? ambos interrogantes: los nombres de Dios de-
Pero ¿Cómo pueden predicarse de Dios es- signan la divina sustancia, y no meramente una
tas perfecciones? La predicación parece supo- remoción (palabra que aludiría a una vía negati-
ner cuando menos una diferencia entre la quidi- va: un conocimiento de Dios mediante la nega-
dad que se predica y la existencia efectiva de ción de imperfecciones: por ejemplo: Dios no es
una realidad que la posea formalmente. La una sustancia inanimada)!'. Santo Tomás, en
existencia, sabemos, no es para Santo Tomás cambio, afirma que estas perfecciones han de en-
una quididad, sino el esse que le adviene a ésta tenderse en un sentido positivo; y que este senti-
desde el exterior. Justo, sabio, etc., suponen un do es, además, literal, no metafórico.
sujeto; (igual que viviente, amoroso, y otras co- Aquí habría sin embargo un serio problema
sas semejantes, pues ninguna de estas es sus- para la arquitectura lógica del sistema: Según
tancia). Además, viviente y amoroso son con- veíamos líneas más arriba, Santo Tomás nos di-
ceptos diferentes: su definición no es la misma; ce en el mismo artículo 2 de la cuestión 13 que
SANTO TOMÁS: ANALOGÍA Y PARTICIPACIÓN 161

la atribución a Dios de nombres que significan cabe duda, por lo que llevamos dicho, que correspon-
-para nosotros- las perfecciones de las criatu- den a conceptos distintos, ya que la idea significada
ras, no equivale solamente a decir que Dios sea por un nombre es el concepto que el entendimiento se
la causa de estas perfecciones en las criaturas; forma respecto de la cosa a la que tal nombre se apli-
ca. Pues, como nuestro entendimiento conoce a Dios
pues de otro modo habría que decir de Dios que
por las criaturas, forma para conocerle conceptos pro-
es propiamente, no sólo Bueno, Sabio, Omnipo-
porcionados a las perfecciones derivadas de Dios a
tente, sino también Cuerpo, Blanco, Negro, Solu-
ellas, perfecciones que en Dios preexisten en estado
ble en agua (en tanto que causa de la blancura, la de unidad y simplicidad, y que en las criaturas se re-
negrura, la corporeidad o la solubilidadr'". Sin ciben en el de multiplicidad y división. Luego así co-
embargo, Santo Tomás no es capaz de decimos mo a las diversas perfecciones de las criaturas corres-
qué cosa queremos decir cuando decimos que ponde un principio único y simple, que las criaturas
Dios es propiamente bueno, y no solo causa de la representan en forma múltiple y varia, así también a
bondad en las criaturas, o propiamente sabio, o los varios y múltiples conceptos de nuestro entendi-
propiamente viviente, y no mera causa de la sabi- miento corresponde un objeto del todo simple, si bien
duría o la vida de las criaturas: si viviente, sabio, conocido por medio de ellos de un modo imperfecto.
misericordioso, etc. son palabras cuyo sentido Por tanto, aunque los nombres que se atribuyen a Dios
significan una sola realidad, no son sinónimos, porque
está mediado por una idea en la mente, idea que
la significan bajo muchos y diversos conceptos.
corresponde a una formalidad, ¿Qué quiere decir
exactamente que Dios es todas estas cosas, pero
Los diferentes nombres aplicados a Dios sig-
en otro sentido? Resulta que este sentido no pue-
nifican la diferente manera en que las criaturas
de ser sentido alguno: no puede ser ninguna qui-
pueden relacionarse con la causa primera, en tanto
didad, sino sólo la desnuda existencia de la cau-
que su causa. Designan una diferente relación des-
sa primera: dado que Dios es pura existencia, to-
de las criaturas a Dios; pero su diferencia sólo pue-
das estas palabras no designarían otra cosa que
de mantenerse en el plano de las criaturas; ellos
esta pura existencia en tanto que causa u origen
designan, por decirlo así, diferentes vías de acceso
de la sabiduría o de la bondad de las criaturas;
a Dios desde las criaturas; pero una vez que llega-
pero cuando Santo Tomás nos dice que, además,
mos a Dios, la diferencia desaparece como desapa-
estos atributos han de ser aplicados propiamente
recen los ríos en el seno del océano. Todas las di-
a Dios ¿Qué significa aquí propiamente? Cual-
versas perfecciones en Dios serían una y la misma,
quier nombre que se le atribuya a Dios solo po-
y por lo tanto, a pesar de lo que diga Santo Tomás,
dría significar, en último término, su mismo ser;
terminan designando la misma cosa. El sentido
que no es otra cosa que su pura existencia.
propio de atribución de estos nombres a Dios, es
En la artículo 4 de la misma cuestión 13 se
en realidad un sentido relativo; y no designaría
discute acerca de si los nombres que se aplican a
otra cosa -en contra de las intenciones de Santo
Dios son sinónimos. La objeción primera dice
Tomás- que el hecho de que Dios es la fuente pri-
que, al parecer, los nombres que se aplican a Dios
mera de todas estas perfecciones en las criaturas:
son sinónimos, pues sinónimos son todos los
los nombres se atribuirían así impropiamente a
nombres que significan lo mismo; Santo Tomás
Dios, como se atribuye lo saludable a la medicina
responde en el cuerpo del artículo:
o al alimento. La analogía resultaría entonces, pa-
ra emplear el lenguaje de la tradición, una analo-
...Los nombres que se aplican a Dios con propiedad no
gía de atribución impropia, o -quizá- una analogía
son sinónimos. Sería esto fácil de comprender si opi-
de proporcionalidad metafárica.
násemos que estos nombres tienen por objeto limitar
algo en Dios o designar su relación de causa respecto Para terminar, quisiera referirme breve-
a las criaturas, pues así se vería que a los diversos con- mente a la noción de participación, para pasar
ceptos de estos nombres corresponderían las diversas luego a la cuestión planteada al principio del
cosas eliminadas o los diversos efectos connotados. presente trabajo: la posibilidad del sentido del
Pero si, como hemos dicho, estos nombres, aunque de lenguaje teológico -una vez admitida la abso-
modo imperfecto, significan la substancia divina, no luta simplicidad de Dios-.
162 MARIO SALAS

La noción platónica de participación tiene, las perfecciones realizadas en la criatura, inclui-


al parecer, bastantes puntos en común con la no- da la misma existencia de ésta; si bien de modo
ción de analogía tal y como ésta se ha empleado, eminenter, proporcionalmente distinto. ¿No ca-
según vimos, a partir de la Edad Media. Los hom- bría plantear aquí algo análogo al argumento
bres prisioneros de la 8ó~a, según Platón, confun- aristotélico del tercer hombre?
den continuamente las cosas bellas con la belleza No se ha pretendido negar aquí toda posi-
en sí misma; las ideas con los entes sensibles -co- ble significación al lenguaje que habla de Dios,
mo los prisioneros de la caverna confunden las sino sólo mostrar su carácter problemático y
sombras proyectadas sobre la pared con las cosas mostrar, también, cómo Santo Tomás se halla
reales-o En verdad, para Platón, las cosas sensi- muy lejos de resolver los problemas inherentes
bles no son auténticos entes, sino simulacros, co- al mismo. Tal significación se revelaría, quizá,
pias -analogados me gustaría decir- de los verda- en lo que los seres humanos hacen con estas pa-
deros entes: las ideas. Sólo la belleza en sí es ver- labras, en el papel que desempeña en sus vidas:
daderamente bella: es el primer analogado de las el lenguaje que adscribe perfecciones a "Dios"
cosas bellas; estas últimas lo serían sólo por su re- -y aún el término mismo en todo lo que tiene
lación a la belleza misma. En Platón, esta relación de antropomórfico- bien podría tener carácter
se llama participación; pero participación es sólo metafórico: tomarJo literalmente sería tan ab-
una palabra y cuando tratamos de darle sentido en surdo como tomar literalmente una metáfora o
este contexto nos vemos en problemas: si consis- asimilar la poesía a la ciencia. La experiencia
te en una cierta semejanza entre el modelo y la co- religiosa no se hallaría entonces muy lejos de la
pia ¿hay entonces algo que es lo mismo en ellas y experiencia estética: el gozo ante el hecho de
por lo cual son semejantes? Si el hombre lo es que simplemente algo sea y quizá -como que-
porque se asemeja de algún modo a la idea de ría Wittgenstein- la experiencia de sentirse ab-
hombre ¿no es esta semejanza algo común entre solutamente a salvo. Mas allá de esto, si hemos
ambos, y por lo tanto una tercera cosa que reque- de creerJe a los místicos de todos los tiempos,
rirá a su vez de una semejanza entre ella y las co- solo quedaría el silencio.
sas que asemeja? El argumento del tercer hombre
al que alude Aristóteles en el libro primero de la
Metafísica al criticar la teoría platónica de las Notas
ideas separadas, apunta en esta dirección. Nos
encontramos ante las aporías de la participación: 1. Santo Tomás: Summa Theologica, I, q. 13, arto 5,
las mismas que la teoría hilemórfica del aristote- C. Esta y todas las citas de la Suma Teológica han

lismo intentaba superar. sido tomadas de la versión castellana publicada


Santo Tomás, como buen seguidor de Aristó- la B.A.C, Madrid, 1964 (edición bilingüe).
2. Además, como se verá, el sentido en el que
teles, rechaza toda separación de las formas con
Aristóteles usa la palabra analogía no coincide
respecto a las entidades informadas: el ser concre-
en toda su extensión con el sentido que adquie-
to, existente, es un compuesto de materia, de for- re esta noción en el pensamiento escolástico; de
ma y del esse, o -en el caso de los ángeles- de for- hecho no la usa ahí donde alguien familiarizado
ma y de existencia recibida ab alio. Pero ninguna con las discusiones escolásticas sobre la analo-
forma de los seres hilemórficos+' es algo que pue- gía del ente esperaría encontrarla: al referirse a
da existir separada de la materia; como tampoco los diversos sentidos en que se dice el ser.
ninguna forma angélica es algo por ella misma y, 3. Ibid. Loc. cit.
a la vez, una esencia participada en otra cosa. 4. Pero ya en el platonismo y el neoplatonismo po-
Donde Santo Tomás deja de lado su aristotelismo dríamos encontrar algo análogo (otra vez esta
es a la hora de tratar del ser divino: Dios es él mis- palabra): la simplicidad del Bien o del Uno, que
estarían más allá de toda definición.
mo y, a la vez, todas las cosas participan de él; es
5. "Lo invisible de Dios se alcanza a conocer por
acto puro de existencia que no difiere de su forma-
medio de las criaturas". Estas palabras de San
lidad, y a la vez es -en forma participada- todas Pablo -citadas por Santo Tomás en el pasaje de
SANTO TOMÁS: ANALOGÍA Y PARTICIPACiÓN 163

Summa Theologica que aparece al principio del igualdad entre dos cosas; en fin, en tanto que justo
presente artículo (1, q. 13, art. 5, c.)- se encuen- se refiere a personas de cierto género. Lo justo im-
tra en la Epístola a los romanos, 1, 20. plica, por tanto, necesariamente cuatro elementos
6. La idea que está detrás de esta comparación es por lo menos, puesto que las personas a las cuales
precisamente la de participación, como veremos. lo justo se aplica son dos; y las cosas en las que se
7. Platón: República; Libro VI. En: Platón: Diálo- encuentra lo justo son igualmente dos. La igualdad
gos; Porrúa, México, 1989. es aquí la misma para las personas que para las co-
8. Cf. Ferrater Mora, José: Diccionario de Filoso- sas en que ella se encuentra. Quiero decir que la re-
fía; Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1975; lación en que están las cosas es también la relación
artículo: Analogía. de las personas entre sí. Si las personas no son igua-
9. En estos casos hay siempre una razón de propor- les, no deberán tampoco tener partes iguales. Y de
cionalidad: en el presente caso la razón es 1/2. aquí las disputas y reclamaciones cuando aspirantes
10. Sigo a Abagnano en este punto: junto a este sen- iguales, no tienen partes iguales; o cuando no sien-
tido propio y originario señala otro: "el sentido de do iguales reciben, sin embargo, porciones iguales."
extensión probable del conocimiento mediante el Aristóteles, Moral a Nicómaco, versión de Patricio
uso de semejanzas genéricas que se pueden adu- Azcárate. Espasa-Calpe, México, 1990, libro V,
cir entre diferentes situaciones". Señala además cap. 3, (l 131 a).
que Platón y Aristóteles lo utilizaron en el primer 15. "En efecto, sólo tienen de común la denomina-
significado; que en el segundo significado el tér- ción; pero su definición esencial es diferente bajo
mino se ha utilizado en la filosofía moderna y esta denominación; porque si se quisiera definir
contemporánea y que "el uso medieval del térmi- lo que hace que ambos sean animales, se hará una
no sirve de transición entre uno y otro significa- definición idéntica para ambos." Aristóteles: Ca-
do" (Nicola Abbagnano: Diccionario de Filoso- tegorías, sección primera, cap. 1; Porrúa, México,
fía, Fondo de Cultura Económica, México, 1963. 1982, p. 23. (la)
Artículo: Analogía. 16. lbíd, p.23. (1 a)
11. y las tinieblas sensibles son a la ignorancia como 17. Aristóteles: Metafísica, G, edic. citada (I003a-
la luz es al conocimiento: se trata, en ambos ca- lOO3b).
sos, de una razón de mayor o menor distinción. 18. Curiosamente, el ejemplo que Aristóteles asimila
12. Aristóteles: Metafísica, Gredos, Madrid, 1970, al del Ente -el de lo sano- se tomará después co-
versión de Valentín García Yebra; libro H( 1048a). mo ejemplo típico de analogía de atribución im-
El subrayado es mío. propia; mientras que el caso del Ente será consi-
13. Aquí estaría ya sugerida la idea de una posible ex- derado como de atribución propia.
tensión del conocimiento por una vía que pode- 19. Aristóteles llega a admitir -inmediatamente des-
mos llamar oblicua: un acceso no directo sino pués del pasaje que acabamos de citar- que inclu-
mediado por comparaciones, por similitudes con so el no Ente es en algún sentido: la privación del
otros órdenes. ser en cualquiera de sus formas afirmativas es ella
14. En la Ética a Nicómaco se encuentra otro pasaje misma una forma del ser.
donde Aristóteles emplea el concepto de propor- 20. Un ejemplo "análogo" se encuentra en la Ética a
ción, a la hora de tratar de la noción de justicia a Nicómaco, 1, 6, (l096a) , en relación al concepto
la que considera un tipo de igualdad: "Puesto que de bien: "Añadamos que el bien puede presentarse
el carácter de la injusticia es la desigualdad y que en tantas acepciones diversas como el ser mismo;
lo injusto es lo desigual, se sigue de aquí clara- y así, el bien en la categoría de la sustancia es Dios
mente que debe haber un medio para lo desigual. y la inteligencia; en la categoría de la cualidad es
Este medio es la igualdad (...) Luego si lo injusto es la virtud; en la de la cantidad es la medida; en la
lo desigual, lo justo es lo igual; esto lo ve cualquie- de la relación es lo útil; en la del tiempo es la oca-
ra sin necesidad de razonamiento; y si lo igual es un sión; y en la de lugar es la posición regular; y lo
medio, lo justo debe ser igualmente un medio. Pe- mismo sucede con todas las demás categorías."(E-
ro la igualdad supone, por lo menos, dos términos. dic. cit.) El término 'bueno' -considerado poste-
Es una consecuencia no menos necesaria que lo riormente uno de los 'trascendentales' adquiere.
justo sea un medio y una igualdad con relación a como el término 'Ente' un sentido distinto según
una cierta cosa y a ciertas personas. En tanto que las diversas categorías.
medio es el medio entre ciertos términos que son 21. En el sentido más tradicional del término "analo-
el más y el menos; en tanto que igualdad es la gía": el ser de la sustancia es al ser del accidente
164 MARIO SALAS

como la sanidad del cuerpo es a la sanidad de la 29. Suma Teológica, 1, q. 13, arto 3. ad 1.
medicina. 30. Ferrater Mora dice refiriéndose a la noción de 'emi-
22. y concretamente de una analogía de atribución nente' (Diccionario de Filosofía, edic. cit, artículo:
extrínseca, mientras que la analogía propia del Eminente): "es la (perfección) que tiene el sujeto
ente será considerada por algunos (Suárez) de cuando la posee del modo más perfecto. A su vez, la
atribución intrínseca. Tengo reservas con res- perfección eminente puede ser entendida eminente-
pecto a esta distinción que no me parece sufi- mente formalmente y eminentemente virtualmente."
cientemente precisa. Y no sólo en lo que respec- Perfecciones como 'león' o 'piedra' sólo podrían
ta a estas especies de la analogía de atribución: atribuirse a Dios en un sentido virtualmente eminen-
creo que los límites entre analogía de atribución te -en tanto que causa ejernplar-; pero no formal-
y analogía de proporcionalidad son bastante im- mente eminente, pues Dios no es piedra ni es león.
precisos. 31. El rabbi Moisés (Maimónides) -como lo llama
23. Aunque podríamos hablar aún aquí de cuatro tér- Santo Tomás-, sostenía que cosas como "viviente",
minos: dos realidades y dos sentidos diferentes predicadas de Dios, más que afirmar algo positivo
del mismo nombre. de él removían imperfecciones: 'Dios vive' signifi-
24. Sigo en esta exposición fundamentalmente a Fe- caría entonces: 'Dios no es una cosa inanimada'.
rrater Mora (Diccionario de Filosofía, loc, cit), y 'Dios es bueno' significaría por su parte: 'Dios no
a la exposición que se encuentra sobre el tema de es malo'. Santo Tomás rechaza este punto de vista.
la Analogia Entis en la obra de Ángel González 32. O que, en el espíritu del rabbí Moisés, se pudiera
Álvarez Tratado de Metafísica; Gredos, 19.., p.p. decir que Dios es cuerpo, significando con ello
176-186. que no es como la materia prima, mera potencia-
25. No todos los autores, sin embargo, estarían de lidad (vía negativa).
acuerdo en esto: González Álvarez hace notar 33. Con la única excepción del alma humana, que es
que, en la discusión sobre la analogia entis sus- a la vez sustancia y forma del cuerpo -y que plan-
citadas entre las escuelas del cardenal Cayetano tearía problemas análogos a los que plantea la no-
y del jesuita Francisco Suárez, "Cayetano y ción de participación-o
Suárez estaban de acuerdo en la modalidad in-
trínseca de la analogía metafísica. Sucedía, em-
pero, que a los ojos de Cayetano la analogía de
atribución era necesariamente extrínseca, por lo
Bibliografía
que la analogía del ente sólo podría ser de pro-
porcionalidad propia. Suárez, por el contrario, Aquino, Santo Tomás de. Summa Theologica, edición
no ve en la analogía de proporcionalidad más bilingüe. Madrid: Biblioteca de Autores Cristia-
que pura metáfora y, por lo tanto, extrínseca, y, nos, 1964.
en consecuencia, la analogía del ente sólo pue- ____ ..El Ente y la Esencia. Buenos Aires: Aguilar,
de ser de atribución. 1957.
26. y no deja de ser curioso que el ejemplo aquí adu- Aristóteles. Metafísica, versión de Valentín García Ye-
cido para explicar la atribución de los mismos bra. Madrid: Gredos, 1970.
nombres a Dios y a las criaturas sea el de una ____ .. Categorías. En Tratados de Lógica (El Or-
analogía de atribución extrínseca: se trata del ganon). México: POITÚa, 1982.
mismo ejemplo de Aristóteles, aunque un poco Gilson, Etienne. Le Thomisme, Introduction a la philo-
modificado. sophie de Saint Thomas D'Aquin. Paris: Libraire
27. Summa Theologica, 1, q.13, arto 6, C. Philosophique J. Vrin, 1965.
28. Pero esta semejanza no es bidireccional: aunque Platón. La República. En Diálogos. México: POITÚa,
las criaturas se asemejan a Dios, Dios no se ase- 1989.
meja a las criaturas: cf. Suma Teológica, 1, q. 4, González Álvarez, Ángel. Tratado de Metafísica. Ma-
arto 3, ad 4. drid: Gredos.

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