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111 P a r t e
DE LAS TINIEBLAS A LA LUZ
CAP.
Parte 1
1 El nuevo hogar de Ginebra . . . . . . . . . . . . . . .
11 Las Ordenanzas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
111 La peste . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
IV Partida de Idelette . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
V Los Amigos de Calvino . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
VI I-Iumilde en la grandeza . . . . . . . . . . . . . . . . . .
VI1 Nuevas luchas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
VI11 Nuevos apiiros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
IX Miguel de Servet . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
X ¿Quién queinó a Servet? . . . . . . . . . . . . . . . . . .
XI Derrota de los Libertinos . . . . . . . . . . . . . . . . . .
XII Ginebra, ciudad de Dios . . . . . . . . . . . . . . . . . .
XIII Ginebra. sede cultural y evangelística . . . . . .
XIV Si la casa terrestre se deshiciere . . . . . . . . .
Apéndice . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
El primer hogar de Calvino
Una mujer y un niíío salían de la sombría cate-
dral a la luz del día que respia.ndecía en la plaza del
mercado.
De costumbre, la plaza estaba atestada de gente
y de animales. Molineros que habían vendido ya sus
sacos de harina preparaban los asnos para regrtsar
al campo. Hombres montados a caballo paseaban por
encima de los guijarros. Vestidos de negro y marrón,
curas y monjas proseguían su camino.
La mujer echó una corta mirada y se interno en 13
multitud. En sus ojos místicos se reflejaba todavía la
einoción, del confesionario. Parecía que sus labios no
habían cesado todavía en sus oraciones a los santos.
La gente la llamaba una mujer piadosa. Era tan pia-
dosa como hermosa, y esto significa que era en gran
iilanera piadosa. El muchacho, medio escondido en
los amplios pliegues del vestido de su madre, escudri-
fió la escena con sus pequeños pero penetrantes ojos
y se fij6 en cada uno de los detalles.
Siguiendo su camino por la ciudad, ambos Ilega-
ron por fin a su hogar. Ehtraron silenciosamente en
la casa, que además de hogar era también oficina.
Detrás de las grandes vidrieras de cristal verdoso, el
cabeza de familia trabajaba sentado en su mesa, arre-
glando asuntos de la Iglesia. Gerardo Calvino, era
abogado de sacerdotes y canónigos, a más de secreta-
rio del Obispo. Los hombres que trabajaban para la
Iglesia le visitaban contínuamente. Reñían y se dis-
putaban en su presencia. Delante de él planeaban y
maquinaban ara ensalzarse a sí mismos. Si se en-
contraban con problemas o apiir-os acudían a él en Se decía que estos huesos eran una reliquia rniiy
busca de ayuda. Gerardo Calvlno trabajaba incansa- preciosa. Por ello la ermita estaba siempre atestada.
blemente desde su importante puesto en favor de la En Noyon se encontraban muchas otras reliquias, to-
iglesia y los clérigos. Era un hombre perspicaz, apre das estimadas con fe corno reales. En aquellos dias la
ciado y respetado por todos. Y era también astuto en gente era capaz de creerlo todo. Se suponía que ha8ía
velar por sus propios intereses. cabellos de Juan el Bautista, un diente del Seiior, un
poco del Maná del Antiguo Testamento, y algunas mi-
El abogado de la Iglesia seguía adelante dentro de gas del pan milagroso que Jesús multiplicó para afi-
su pequeño mundo. Había luchado desde el día en qiie mentar a cinco mil personas, según se nos relata en
abandonó el pueblo y el trabaje de sus padres. ¿Para el Nuevo Testamento.
qué ser un tonelero, fabricando ciihas y barriles,
cuando podía tener una pluma en la niano en vez di3 En la catedral había un fragmento de la corona
iina sierra y u n cepillo? A media hora de camino del de espinas. Había también reliquias de menor impor-
hogar de SUS padres, en la a r n ~ r a l ! ~ dciudad a france- tancia como los restos de u n tal San Eloy. Las monjas
sa de Noyon, se e~tablecióel hijo del tonelero. L,a gen- de la Abadía y los curas de la Catedral estal~arlcon-
te Ilarnó afortunado a Gerardo Calvino cuando se cacó tínuamente en disputa acerca de donde se hallaban
con Juanita Lefranc, hermosa hija de un posadero estos huesos, si en Ia Abadía o en la Catedral. Los fu-
retirado. S u primer hijo fue Carlos. Los dos siguientes ribundos argumentos no encontraban nunca final. Ni
murieron y luego vino Jiian, el muchachito de los ojos siquiera el Parlamento francés tuvo éxito en resolver
penetrantes que vino a ser el favorito de si15 nadres. la cuestión.
Nació a la 1'26 de la tarde, el 10 de Junjo de 1509. Des- Por catorce años el pequeño Juan vivió en Noyon,
pués de Juan nació otro hijo que se llamó Antonio. en la provincia francesa de Picardia. Dentro de las
Fue probablemente la pcste que reató a la hermosa viejas murallas liabitabari diez mil personas. Ya en
.Juana Lefranc de Calvino cuando su hijo Juan con- aquel tiempo la ciudad era consideraba como muy an-
taba sólo 3 años. Una madrastra entró en el hogar de tigua. Quinientos años después de Cristo, Noyon se
10.. tres miirhashos. y añadió a la familia dos niñas. convirtió en Sede episcopal. Aquí el gran Carlo Mag-
Año7 d e ~ i i 6 s .tiiinclilc raramente mencionó los años no había sido coronado rey de los francos en el ario
de su prirr~era iriventiicl, ,T~lan escribió sobre lana 768. Por el 1200 se había levantado piedra a piedra la
p ~ q u e ñ apere~rinacibncriie hahía Pecho con su pronia inmensa mole de la oscura catedral que sobresalía so-
madrc. Ambo<: carninarori jiiritos por más de dos ho- bre todo lo demás en la ciudad.
ra? Dor el V P ~ ~haita P la c r m i t ~de Santa Ana, la abue-
12 terrenal de1 Seña' G l ~ i a r i npor sil piadosa madre, Noyon estaba llena de curas, monjas, canónigos,
c1 pc:uiieño ,Tilan bpró vrecioqa r ~ l i ~ l u idel
a cráneo carjellanes y cualquier otra clase de empleados de la
de carita Ana criie p c t a h a en iln receptáculo de oro. Iglesia. Todos rniraban por sus propios derechos y vsn-
rodeado de cii ios y flores y de los r o ~ t r o sadorante5 tajas. Sobre todos regía el poderoso Obispo, un noble
de ctros peregrinos. ae la familia de Hangest. La Catedral era el centro de
la vida ciudadana; eri sus alrededores sc levantaban
monasterios, iglesias y capillas en gran abundancia.
Todas tenía11 sus campanas, y todas las campanas to-
caban muy a rrienudo. Se decía que en Noyon no se
podía hablar tres palabras sin ser interrumpido por
una carnparia. El taíiir de las campanas retumbaba
por todo el valle, es~~ecialmenteen los días de fiesta.
El repique llegaba a los oídos de los barqueros que
con sus barcazas planas se deslizaban río Oise aPajo
en dirección al mar. Las campanas hacían eco en las
II
purpureas cumbres de los montes durante la puesta
del sol. Un Abogado Astuto
En este pequeño y amurallado mundo de ermitas
y reliquias, procesiones y fiestas, cirios, campanas e Gerardo Calvino se preocupaba en gran niaricra
imagenes, creció el segundo hijo del abogado de la del futuro de sus hijos. Necesitaba dinero para su edu-
Iglesia. Tomó parte en todas las devociones, recor- cación. Por este motivo planeó colocarlos en puestos
dando los ojos mísíicos de su madre; pero desde su de la Iglesia. 'Aprovechándose de una costumijre co-
banqueta, en un rincón de su casa, oyó también las múrz en aquellos días, procuró que sus hijos rccibie-
voces que partian del pupitre de su padre. Eran qui- ran una paga eclesiástica. En aquellos tlernpos, un
honibres siempre avidos de usurpar cosas; siempre muchacho de cualquier edad podía ser inscrito para
mirando como enriquccerse y coino ser admirados. cualquier cargo eclesiástico, recoger las gariancias,
pagar una parte a un sacerdote anciano que hiciera
En la carna, durante la noche, Juan se arropaba el trabajo y eirlbolsarsc el resto de los beneficios. Sin
acurrucado y luchaba quizá con sus ideas de rnu- embargo, estos j)lanes debían estar muy bien estu-
cliacho.. ." diados y realizados por una persona que supiera nia-
nejarlos. Eran en coritra de la Ley, pero la costiiii.ihre
El Seíior -cuya imagen, tan detallada, casi vi- se había impuesto a la Ley bajo un régimen de vista
viente, había visto coigada de una cruz en la catedral gorda. Por esta razbii liubo un 12apa, D<~iieilicl«I X ,
sangrando, vestido solaincnte con unos trapos y una que fue papa a la edad de 12 aíios. Un nrzol)ispo de
corona de espinas- no fue rico cuanao vivía sobre la Reims que tenía sólo 5 arios cuando recibió el cargo,
tierra ... ¿y estaría coritento de ver a estos hombres y un obispo dc Mctz que acababa de cuniplir los cua-
que trabajan para EL en SU Iglesia?... ¿,Se sentiría tro. El niismo Carlos de Hangcst, obispo de Noyon a
complacido de verles usurpando y eligafiando, vistien- la eclad de 15 afios, recibió del Papa toda clase de bp-
do ropas esplendor-osas y ensalzándose a si mismo?... neficios y retribucioncs. La gente no se sorprendía dc!
¿.Qué pensaría desde allá arriba.. .? nada en lo referente a cargos de la Iglesia.
UN ABOGADO ASTUTO
Cerar.ctu Calvirio coriocia eri Noyon a los hariibres tudló junto con ellos bajo los auq~iciosde ur? tutor
clave. Y estuvo alerta ttuscarido oporturiidades para privado. Más tarde fue a estudiar al colegio de los
sus hijos. Se las corripuso para que Carlos, su hijo Capetos, una pequeña escuela en Noyorl a la que lla-
iriayor, fuera hecho capellari de una peqiieria iglesia maban así debido a las capas con capucha que vesClan
ciiarido solo tenia edad para cantar eri el coro de la sus alumnos.
catedr6al. Tres arios mas tarde, eri Mayo de 1521, el
Ijeyileno J~iarii.ecibio su primer beneficio. S e le eli-
gio 1)ara uria de las capillas de la Gessine, por lo cual Cuando la escuela de las capuchas ya no tuvo ria-
r-ecibia cada año tres medidas de grano de una ciudad da que enseñarles, los Hangest se prepararon para ir
y la harina de veinte grandes campos por parte de a estudiar a París. La peste había vuelto a Jiacer es-
otra. El padre pago a un cura para que hiciera el Ira- tragos en el pueblo de Noyon, y esta era otra buena
bajo de las capillas y guardo el resto de los beneficios razón para abandonar la ciudad. ¿Te gustaria venir
para sus hijos. Era u n negocio limpio. con nosotros? -le preguntaron a Juan-. Este se en-
tusiasinó. S u padre agarró la oportunidad. Los cano-
nigos de la catedral se juntaron eri sesión y decidie-
A la edad de 12 años Juan firmo solemneriiente los ron, aunque un poco de mala gana, que las entradas
votos de la capellarua. Luego recibio la tonsura, una que a Juan producía su capellanía podían continuar,
forma especial de cortarse el cabello que dejaba la a pesar de que este abandcnara Noyon.
cororiilla pelada. El nuevo y pequeno capellan, con
sus campos de grano y su cabeza afeitada, se había Fue en el verano de 152.3, cuando los Eangest y el
convertido en un futuro zacerdote. Tenia dinero su- hijo del abogada de la iglesia, con sus corresporidien-
ficiente para estudiar. i
tes escoltas, salieron a caballo de la infectada ciudad
\ donde habían nacido. Cabalgaron ávidamente hacia
Podía cambiar sil capilla por otra que estuviera la gran ciudad de París, sesenta millas al sur-oeste.
nicjor retribuída si había oporlunidad. Por esta razón Juan Calvino, de 1 4 años de edad, cabalgaba hacia un
a los 18 años, y mientras estudiaba en París, cambió nuevo mundo de personas, lugares e ideas. N~mcavol-
su primera capellanía por otra, pasando la primera vería a Noyon para residir allí.
a su hermano menor Antonio. De la misma forma,
dos años rnás tarde Iiizo otro cambio, convirtiéndose
de? nombre y salario en capellan de Pont Lebec, donde
i esidía su abuelo.
ba seriamente enferino. Por esta razón, el hijo del Estos .días dieron*>tarnbi6nc0portunida&~.aolos~~hei1~
manos a -penSa'r'y? a ihablar de ..las ideas3rcielr f l r f a ~ a ~ a
AS^ FUE CALVINO
A finales de Noviembre de 1533, casi un mes des- Calvino,. venía conociéndolas durante muchos años
piiés de su discurso, Nicolás Cop salió en procesión por los escritos de Lefevre y más tarde de Lutero y
académica hacia el palacio; vestido con su indumen- Zuinglio. Las habla escuchado también de boca de su
taria de rector. Con los ujiers que le precedían lle- primo Olivetan, que - había) . discutido muchas horas
vando las mazas doradas de su oficio, iba al Parlamen- con él cuando ambos eran estudíantes; y también de
to para contestar a un sumario en 3u contra. De re- su profesor de griego, Wolmar, . del cual conservaba
pente, un mensajero fue a su encuentro trayénUole hondos recuerdos. Finalmente las habia escuchado
aviso de iin diputado amigo: -"Escapa por tu vidav- con amargura de corazón de su hermano Carlos, ex-
le dijo el mensajero. La Sorbona ha persuadido al Par- comulgado de la Iglesia por sus herejías. Pero sobre
lamento para que no te absuelvan. E1 rey esta fuera todo Calvino habia encoritrado personalmente el fun-
de París y nada puede salvarte. damento de estaas ideas, cuando estudió hebreo y grie-
Nicolas Cop se esciirrió por una callejuela; arrojó go y pudo leer la Biblia en sus lenguas vernaculas. fte-
su capa y vestiduras oficiales y desapareció entre una cientemente había visto las ideas en acción con el fue-
multitud de estudiantes dispuestos a ayudarle. Al ca- go de los martirios, y en casa del píadoso posadero de
b c de una hora cruzaba disfrazado la puerta de San la Forge, cuyo hogar era refugio secreto para todos
Martín de la muralla de París. Huyó tan deprisa que los creyentes de cualquiera procedencia.
se llevó el sello de la Universidad consigo. Durante mucho tiempo el corazón de Calvino no
Irritado por esta huída el jefe de policía, envió a había estado maduro para asimilar la verdad. "$1
siis aguaciles con orden de que detuvieran a Juan climax de mis aspiraciones" -dijo refiriéndose a aque-
Calvino a toda costa. Pero los estudiantes eran más llos días- era ser un literato, ganando con mis escri-
listos que las autoridades. Mientras varios entretenían tos lo suficiente para llevar una vida libre y honora-
a los aguaciles al pie de la escalera, otros ayudaron a ble". "Pero a pesar de que tuve períodos de quietud,
Calvino a huir por la ventana posterior, haciendo estaba lejos de la verdadera paz de conciencia, y cuan-
una cuerda con la ropa de las cama.\. En casa de un to más me examinaba a mi mismo, más se me clava-
amigo propietario de una viña, Calvino se vistió de ban espinas en la conciencia, de forma que mi único
viñatero. Abandonó la ciudad con un hazador sobre solaz era sumergirme en el cansancio y el olvido,..
su espalda, caminando al Norte, hacia Noyon. Los "Cuando yo estaba siguiendo el curso de vida que ha-
aguaciles cogieron sus libros y sus papeles pero no bía elegido, se levantó aquella doctrina diferente, que
pudieron prenderle a él, no nos separaba de la fe cristiana, sino que nos traía
¿,Qué le habla ociirrida a Calvino para convertirse de nuevo a su verdadera fuente a l limpiarla de impu-
en una pieza de caza? Hasta entonces se habfa dado a rezas, restaurándola a su pureza original.
eonocer como excelente estudiante, joven escritor, y Escandalizado, cerré mis oídos, y confieso que al
futuro sacerdote. Las ideas que esparció junto con Ni- principio resistí apasionadamente. Mi mayor dificul-
colás Cop, que tan furiosos pusieron a los hombres de tad era confesar que toda mi vida había estada en un
la Sorbona, ¿dónde las había aprendido? ¿Cuándo ha- error. Pero mi mente estaba lista para prestar seria
bían entrado en su corazón? stención y a la larga percibí como si la luz brillara
ASf FUE CALVINO
dios me dedique a ellos con menos ardori). blioteca en aquellos dias, teniendo en cuenta que el ar-
te de la imprenta se hallaba en niaritillas.
Parece que esta repentina "transformación1' debió Calvino fue bienvenido en casa de Tillct y perrria-
tener lugar algún tiempo después de escrita su obrá neció allí durante varios meses bajo un nonibre su-
sobre Séneca, en la cual escasamente menciona la puesto. Usó nueve noinbr'es distintos en distiritos luga-
Biblia. Fue rnás bien durante los últimos meses de sus res. En casa de Du Tillet, sc hacía llaniar Carlos dc
estudios en Orléans. Quizá la luz irrumpió en Calvino Espcdille.
cuando vivía en la casa del Pelicano con el devoto
Forge. La biblioteca de Dii Tlllet ci'a i l r i lugar idcal para
el joven estudiarite. Calvjno se ensarzó con ardor P r i cl
Fuese cuando fuese que ocurriera, una cosa es cier- estudio durante dí? y noche examiliarido y forta1ccicr1-
ta. Juan Calvino, el futuro sacerdote, abogado y eru- dose en la nueva fe a la cual había abierto los ojos. Fe-
dito secular, había muerto; en su lugar se levantaba liz con lo que iba descubriendo, czcribió a su amigo Da-
el "Juan Calvino, siervo de Jesucristo". niel, en Orleans:
ASÍ FUE CALVINO
Calvino, tratando de encontrar u n lugar seguro pa- lido u n pájaro totalmente diferente de lo que ~iiponía,
ra estudiar y escribir, cabalgo liacia la frontera germa- en el gran movimiento religioso de Liitero y Zuinglio.
n a del Rhin. Jinete a su lado, y acompañado de dos Cuando se dio cuenta dc lo lejos que iba la Reforma y
sirvientes, iba Luis du Tillet quien había decidido la oposición que levantaba, Erasmo sc retractó de las
abandonar su trabajo y su valiosa biblioteca para se- verdades que l i ~ b í adesciibierto cn el Nuevo Testameri-
guir a su amigo. to e hizo las paces con el Papa, quien le ofreció el bi-
Los dos cabalgaron hacia el Este en dirección a rrete cardenalicio en premio a sil cambio de aclitud.
Metz, distante doscientas millas de París. Era invierno; Serfa conocido por la hi~toriacomo un erudito hiirna-
el frío les atería y el viento les azotaba silbando con- nista adherido a la Iqlesia de R,oma. Ciianclo Calvino
tra su rostro. En cada parada donde tuvieron que pa- se detuvo para visitarle, Erasmo era ya viejo. 40 aitlos
sar la nache los viajeros temían que alguien pudiera más viejo que Calvino y a sólo unos pocos anos de sii
descubrirles y denunciarles como herejes. Calvino via- muerte. ¿Recibió friamente al lider francés qiie se de-
jó constantemente con dolor de cabeza y el esfórnago tuvo para verle?
trastornado. Por si esto fuera poco los dos amigos se A principios del año 1535 los dos amiyos l l e ~ a r n na
levantaron cierta mañana para descubrir con sorpresa caballo a la ciudad de Rasilea, el ccntro suizo de la l i -
que uno de los sirvientes había huído con la bolsa1del teratura y las artes gráficas. Alli, por niás dc un aiio,
dinero. cesaron sus deventuras. Calvino había encontrado poi-
El ladrón se había escapado con su caballo, dejando fin un poco de descanso.
a sus dueños sin un solo céntimo. No podían pedir 8-
nero sin darse a conocer. El otro criado, u n poco mas En una casa de los siiburbios alquiló una habitación
considerado, les prestó la suma suficiente para poder a la señora Catalina Klein; cerró sil puerta v FP ??ilsv
llegar a Estrasburgo donde Calvino tenia amigos en- a trabajar. Adoptó el nombre de Martinus L I I C ~ ~ ~ I ~ S ,
tre los pastores protestantes. El pastor Martín Bucero muy parecido al propio nombre de Lutero; no hahia
se encontraba allí ayudando a los refugiados franceses más que un cambio de letra en la forrna latina de a m -
que huían de la ola de persecución que se había desen- ambos.
cadenado en su país. Calvino le había escrito con aiite-
rioridad recomendándole a uno de los refugiados. S610 un reducido número de nersonas cabía qilii!
Quizás por no encontrar la ciudad de Estrasburgo era en realidad Lucaniiis. Uno de los qiie conocían Sir
suficientemente tranquila, Calvino y Du Tillet prosi- verdadero nombre era Nicolás Cop, el a n t i ~ u orector
guieron más hacia el sur. Existe una leyenda que ase- de la Universidad, quien se encontraba en Basilea. Nrt
gura que Calvino se detuvo durante el camino para vi- había visto a Calvino desde el día en que tiivo que e?-
sitar al erudito holandés Erasmo de Rotterdam. Eras- caparse, cuando iba en procesiór! honorífica hacia na-
mo fue el hombre que devolvió al mundo e1 Nuevo Tes- lacio, y Calvino se deslizó con una cuerda hecha de S,?-
tamento con una nueva traducción, directa del idioma banas, escapando por la ventana de su habitación. 1,~-
griego; pero este gran erudito "que facilitó el camino jos de París compartieron las noticias que ambos tcnian
para la Reforma" descubrió que de su huevo había sa- sobre la fiera persecución en su propia tierra.
AS^ FUE CALVINO
I O H A N N E CALVINO AVTIIORE.
U n Libro y un Rey
El hombre a quien Calvino dedicó su libro, nunca
leyó la página veintiuno, dirigida "A su más Cristiana
Majestad, Francisco, Rey de los Franceses, de su súb-
dito Juan Calvino, deseándole la paz y la salvación que
es en Cristo". Este hombre estaba deinasiado ocupado
con sus bailes de cortesanas y sus proyectos de alian-
zas contra sus enemjgos. Aunque hubiese leído el libro
con su dedicatoria antes de entregarlo al fuego, lo que
sin duda haría, nadie podía haberle dicho que cuatro-
cientos años después el pequeño volumen sería corita-
do entre los libros que han cambiado la fortna de peri-
sar del mundo.
El rey Francisco no podía syponer que la dedicato-
ria a 61 dirigida sería apreciada por siglos como urla
obra maestra de vehemente elocuencia, leída por rrii-
llones de personas en rnuchos idiomas.
La INSTITUCION DE L A RELIGTON CRTSTIA-
NA, por J u a n Calvino de Noyori, no vio la luz tan sólo
como una súplica al rey de Francia, sino como tina
ayuda espiritual a los nuevos Protestantes que necesi-
taban se les mostrasen las verdades de la Biblia. Nadie
de parte de la Reforma había definido dichas verdn-
des de una forma ordenada. La mas grande contribu-
ocasiones su lenguaje se hace duro e incisivo. Está su- tro ediciones sucesivas Calvino lo aniplió desde seis
plicando al Rey, pero al mismo tiempo luchando por capítulos a ochenta, completando cuatro grandes to-
la verdad, y no rehuye usar un lenguaje fuerte. mos. Sin embargo, no había nada en los ochenta capí-
"Somos pacifistas y honestos" -dice de si mismo y tulos que nolhubiera sido tratado en los priineros seis.
de los que en Francia son acusados de revolucionarios. El anciano enfermo que 50 años más tarde se esforzaba
"Aún ahora, en nuestro exilio, no cesamos de orar por para completar la edición final, interpretaba la Biblia
vuestra .prosperidad y la de vuestro Reino. Hernos de una forma totalmente idéntica al joveti de 25 afios
aprendido por la gracia divina, a ser pacientes, humil- refugiado en Basilea.
des y modestos. Si alguno de nosotros usara el Evan-
gelio como pretexto para la agitación, leyes tiene Vues- En la última edición, del aiio 1559, "La Institución"
tra Majestad por las cuales castigarnos. Pero no sea fue redactada siguiendo el orden del Credo Apostólico,
culpado el Evangelio de Dios". al tratar de las verdades de la religión cristiana.
"SeÍior. .. no desconfiamos de obtener vuestro favor Tres de las cuatro ediciones se publicaron en un la-
si tan sólo leyerais una sola vez con serenidad.. . esta tín académico. La cuarta lo fue en u n vívido y ameno
nuestra confesión, que intentamos sea nuestra defensa francés. Hoy en día "Instituciones de la Religión Cris-
ante vuestra Majestad. Pero, si por el contrario, vues- tiana" es un libro que puede leerse por lo menos en
tros oídos están tan imbuidos por las murmuraciones diez idiomas.
de los impíos como para no dar ocasión a los acusados
de defenderse a sí mismos, y si la pasión cruel continúa De esta forma aparecieron los poderosos escritos
persiguiéndonos con vuestra aquiescencia, con prisio- que juntados en una sola obra, siempre basand~seen
nes, azotes, torturas, confiscaciones y llamas, seremos la Palabra de Dios, forman u n Sistema completo de
de cierto, como ovejas de matadero, reducidos a las Doctrina.
mayores estrecheces. Entonces con paciencia poseere-
rnos nuestiXasalmas, y esperaremos la poderosa mano Las "Instituciones1' empiezan hablando de Dios y
del Seiior, que sin duda aparecerá y se mostrara pode- terminan tratando sobre Dios; el Dios Trjno y tres ve-
rosa para librar a los pobres de su aflicción y castigar ces santo. Calvino escribió de una forma clara, con la
a los que le desprecian, aunque ahora se regocijen en lógica de un abogado. En un estilo elocuente, como au-
sil absoluta seguridad. Que el Seiior, Rey de reyes, se tor que maneja sus palabras y sus ideas cos destreza.
digne establecer vuestro trono con justicia y vuestro Su mente extraordinaria abarcaba y comprendía las
reino con equidad". verdades de Dios en la forma más completa que al
hombre le es dado hacer. Escribió apasionadamente,
Estas son algunas de las elocuentes frases que Fran- con un corazón entregado por entero a su Señor. Es-
cisco 1 nunca llegó a leer. En los años que siguieron, el cribió humildemente, porque cornprendia que su alma
libro llamado "Instituciones de la Religión Cristiana", había sido librada del lodo del pecado únicamente pcr
creció como el árbol que brota de una semilla. En cua- la gracia de Dios.
63
AS^ FUE CALVINO
en Felarara, Calvino envió varias cartas. Una de ellas Llegaron noticias de que el rey Francisco,
lue a Gerai-do Rousell, ex predicador de la princcsa do convertir algunos herejes protestantes, habia ofre-
Maiagai*j ia, al cual Calvino habia conocido y respetado.
cido seis meses de tregua en su persecución, para que
Ei :ay Fi.ancisco le había sacado de la prisión y puesto
en un Monasterio, junto con otros dos predicadores de los protestantes en el exilio pudieran regresar a sus ho-
gaics y a la Iglesia de Roma. Calvino aprovechó la
SLI hermana Margarita. Corault, que era casi c' es- oportunidad. Cruz6 Francia y entró en París. Recor-
dando, seguramente, a los amigos que ya no podría sa-
ASÍ FUE CALVINO VIAJPRO POR ITALIA Y FRANCIA
ludar, entr6 tristemente en la ciudad. Tomó la habita- el sacerdocio y vueltose a la herejía luterana. En su le-
ción en un hotel, pues la casa de Pelicano pertenecía cho de muerte, se había negado a tomar los sacramen-
a otros. tos. Enterrado lejos del campo santo, su alma no Iue
En Paris, el 2 de Junio de 1536, dos notarios escri- bendecida por la Iglesia. El otro hijo, Juan, hiieno en
bieron la: siguientes frases: "...Juan Calvino, licencia- sus estudios, y que iba a ser consagrado cuTa, estaba
do en Derecho, ante nuestra presencia y en sus plenas volviéndose el peor de todos. Escribía y ensefiaba, y la
facultades, declara nombrar a su hermano Antonio, re- gente le escuchaba atenta y compkdcida. Enseñaba eiri-
sidente en París, su representante y administrador, con- pero la herejía. Trataba de comenzar otra iglesia cti
cediéndole plenos poderes", ¡J u a n Calvino, licenciado contra de la antigua Madre Iglesia y en contra del Pa-
en Leyes! (,De qué otra forma podría presentarse ante pa. Algún día sería quemado por sus maldades, si no
los notarios? ¿Cómo un errabundo, predicador hereje en las hogueras de Francia en los fuegos del infierno.
y escritor protestante? De ningún modo. Juan Calvino, Lo que trataba de hacer era algo horrible.
"licenciado en Derechoi', hacía a su hermano represen-
tante suyo para actuar en su nombre sobre todas las Juan el hereje, estaba ahora tratando de cambiar
propiedades de la familia en Noyon. ia mente de su hermano Antonio, el dependiente que
vivía en París y de su hermanastra María. <Iban estos
Calvino trató también el asunto con su Iiermanastra a cometer la locura de seguir a J u a n dónde este qui-
María. Su otra hermanastra, fiel a la Iglesia de Roma, siera llevarles? Esto decía la otra hermanastra, la h i j a
se había casado y establecido en Noyon. Carlos había fiel, de Roma, ila única que no se había vucllo a la
muerto excomulgado por la iglesia, y había sido ente- maldad.. . !
rrado durante la noche en una tumba desconocida, en
un cruce de caminos lejos de la ciudad. Las mujeres piadosas de Noyon se persignaban cuan-
do pasaban en frente de la casa de Calvino, jiiiito a la
La familia de Gerardo Calvino quedaba reducida plaza del mercado. iA qué bajeza había Ilegado la
a la nada, decían los habitantes de Noyon. ¡Una fami- familia! !
lia tan respetada! ¡Tan fiel a la Santa Madre Iglesia!
La piadosa hija del posadero había muerto demasiado Juan, "el peor de todos1' viajaba de nuevo por Fran-
joven para poder conducir a sus hijos por la senda rcc- cia. Los seis meses de tregua del rey terminarían pron-
ta de la Iglesia -insinuaban los católicos fanáticos-. to. Si no apostataba de su fe, y de esto no tenía deseo
El abogado hacía chocado con la ciiria y sus negocios. alguno, pronto no habría ningan lugar en su tierra na-
Y asf habia muerto, sin hacer las paces con la Iglesia, tiva donde pudiera enconderse de una forma segura,
afirmaban otros. ni siquiera bajo puerta cerrada y con nombre supues-
to, como pudo hacer en Basjlea. Y El necesitaba un lu-
Su hijo Carlos, sacerdote, era-decían-de un ca- gar así para volver a estudiar y a escribir. Esta .cría
rácter ingobernable. Una vez, discutiendo con su su mayor aportación a la nueva fe protestnte, escritos
padre cuando jovencito, le habia arrojado una maza, y libros con los cuales los hombres pudieran alimentar
y por si esto fuera poco más tarde había abandonado sus almas. Quizás Estrasburgo fuera un buen lugar, o
AS^ FUE CALVINO,
Ginebra estaba aún luchando por su libertad cuan- Farel, en Ginebra, en 1532, alquiló una habitación
do F'arel realizó su primera, visita. No pertenecia a nin- en el hostal de la Tour Percé y quietarnente dio a cono-
gun cantón y estaba luchando desesperadamente para cer su llegada. Al día siguiente habló a un grupo de
qiiedar como ciudad independiente. Por 150 anos sus personas que se habían juntado en la posada para es-
ciudadanos iuerori obteniendo mas poder, defendiéndo- cucharle. A l otro día predicó a una multitud. ero en
A
se de las garras de un duque y un obispo que procura- tonces los 900 sacerdotes de Ginebra ya habían entrado
ban regirla. Pero fue una lucha sangrienta. en acción. Sabían lo suficiente el daño que el osado
misionero había causado a la Iglesia de Roma en otros
El duque era Carlos 111 de Saboya, que gobernaba lugares.
las tierras alrededor de Ginebra. Los castillos en toda
el area, eran sus fortalezas. Iricluso llegó a capLurar El Consejo de la ciudad no pudo arrojar a F'arel
un castillo que habia en una isla del rio, entre las dos porque llevaba certificados y cartas de recomendación
partes de la ciudad. El obispo regia a los ciudadsnos del Consejo de Berna, su aliada. Por lo tanto, evitando
corno cabeza de la Iglesia a la cual todos perteneciari. la acción oficial, formaron un grupo de gentuza que
Fue un poderoso enemigo de las libertades del pueblo seguía a Farel y su compañero por todos los sitio: don-
dentro de la ciudad, hasta que decidió trasladarse a un de iban, gritando, alborotando y echando piearas. Los
palacio más corlfortable en las montañas. El obispo atacantes habrían asesinado a los misioneros si no hu-
por su influencia religiosa era el enemigo de dentro, biera llegado oportunamente una patrulla de soldados
el duque el de fuera. de la ciudad que dispersaron a los alborotadores y
Los patriotas de Ginebra lucharon fieramente en escoltaron a Farel y a su compañero hasta la posada.
contra del duque. Finalmente, en 1825, el duque Car- Un soldado estuvo de guardia ante su puerta toda la
los asaltó la ciudad con un gran ejército. Los patriotas noche. Temprano, a la mañana siguiente, algunos ami-
liuyeron a la desbandada, y los que permanecieron en gos tomaron a Farel y a su ayudante en un bote y cru-
la ciudad tuvieron que jurar obediencia al duque. ~ Q i i é zando el lago los llevaron a lugar seguro.
otra cosa podían hacer si los soldados del duque tenían Pero Guillermo Farel estaba acostumbrado a estas
sus hachas sobre sus cabezas'? Pero los patriotas vol- recepciones; y concibió un nuevo plan para evangeli-
vieron sigilosamente. Se juntaron en consejo y sacudie- zar Ginebra. Pocas semanas después se colocaron unos
ron el yugo del duque. Sorprendido por la repentina pasquines por todas partes de la ciudad. La gente leyó
oposición huyó inesperadamente de Ginebra y nunca con interés "Un joven recién llegado a esta ciudad dará
más pudo poner los pies en la ciudad. clases para aprender a leer y escribir el idioma francés
Entonces Ginebra hizo alianza con los poderosos a quienes lo deseen, a pequeños y grandes, hombres Y
cantones de Berna y Friburgo. Para mantenerse libre mujeres, aún a los que nunca han ido a la escuela. Si
del poder del duque la alianza del año 1526 fue un fac- dentro de un mes no pueden hablar y escribir francés
tor decisivo. Pero Berna era Protestante, mientras que no cobrará ningún dinero por su trabajo. Se le puede
E'riburgo seguia a Roma. encontrar en el gran Boytel Hall, cerca de la plaza de
L.4 CIUDAD DEL LAGO
Molart, donde está colgada una cruz de oro. El foras- armadura. Cuando la gran campana "Clemerice" eril-
tero cura también muchas enfermedades, completa- pez6 a tañir, el ejército de los 700 salió de la catedral
rnerlte gratis". con banderas, cruces, espadas, hachas, lanzas, y qayro-
Muy pronto la habitación alquilada junto a la cruz tes. Cruzündo las calles se dirigieron a la plaza Molart,
de oro se vio llena de alumnos. El maestro, un joven creciendc la comitiva a medida que iba pasando. Se
de 21 años, era Antonio Froment, uno de los ayudantes juntaron también mujeres con los delaritales llenos de
de Farel. Enseñó francés tal como había prometido, piedras. Aún adolescentes se unieron a la tropa. To-
pero en las lecciones, mezclaba sermones y pequeños dos se pusieron en actitud de batalla, esperando que
comentarios de la Biblia. empezara la lucha.
La habitación se vio repleta, la gente estaba ansio- Los protestantes, por su parte, jiintarori sus fuerzas
sa de escuchar a l joveri maestro. El día de Año Nuevo en una casa grande propiedad de uno de ellos y salie-
de 1533, la multitud se hizo tan numerosa que Froment ron a la calle para encontrarse con los conciudadanos
tuvo que salir a la plaza Molart, donde acostumbraban de su barrio. Con las armas preparadas, ambos ban-
juntarse los ciudadanos. Allí, de pie sobre una caja de dos se alinearon a los dos lados de la plaza. Pero enton-
pescado, predicó al pueblo sobre el texto "Guardaos ces sucedió algo inesperado. Siete visitantes, mercade-
de los falsos profetas1'. Estaba todavía predicando cuan- res de Friburgo, detuvieron la lucha antes de empezar.
do u n tumultuoso grupo, guiado por sacerdotes arma- Se pusieron en medio de las dos partes y les convencie-
dos, descendió a la plaza Molart. Froment escapó refu- ron de hacer las paces, en vez de lanzarse vecino coritra
giándose en la casa de un farmacéutico cuyas venta- vecino. Los sacerdotes fueron duros de convencer, pero
nas pronto fueron hechas pedazos para poder dar caza al final la turba armada se disolvió dirigiéndo~ecada
al maestro. Al igual que Farel, Froment tuvo que abari- cual a su casa. Por cuatro o cinco semanas l-iiibo una
donar Ginebra precipitadamente, protegido por la os- paz precaria.
curidad de la noche; pero la semilla que los dos fran- Por segunda vez, a l declinar una tarde de Mayo de
ceses habían sembrado, echó raíces y creció. 1533, el canónigo Wernli se despojó de sus ropas y vis-
Entonces empezó la lucha sobre religión. Berna, tió su armadura. Seguido por algunos sacerdotes ar-
Protestante, inicjó la batalla con una carta dirigida al mados llegó, al oscurecer, a la plaza Molart. Las nuevas
Consejo de Ginebra, "Permitid, excelencias -decia la se esparcieron por todos los callejones. La alarnia cun-
carta- libre curso a la verdad". Dentro de la ciudad el dió. Tanto los protestantes como los seguidores de Roma
pueblo estaba dividido. se lanzaron a la calle para luchar. En las tinieblas cle
la noche el canónigo Wernli deserivainó su espada y
Bajo la luz de antorchas 700 sacerdotes, canónigos agitándola a derecha e izquierda se dirigió hacia la
y otros seguidores de Roma se juntaron y juraron ase-
sinar a todo protestante que hubiera en Ginebra. Al multitud. Hubo una pequeña lucha, varios hombres ca-
día siguiente se juntaron en frente del altar mayor de yeron heridos, y el resto volvió a sus casas. Regresaron
S. Pedro. El canónigo Wernli iba al frente, vestido con
todos; menos el canónigo Wernli, cuyo cuerpo fue des-
cubierto a la maiíaria siguiente; yacía en tierra, her-i-
AS^ FUE CALVINO
El hombre de ojos penetrantes inclinó la cabeza. El E h medio de estos sentimientos Farel y sus ayudan-
silencio invadió la habitación. El argumento había he- tes creían disminuída su autoridad. La gente no aca-
cho su efecto. "Sentí ... como si Dios hubiera puesto taría las leyes evangélicas sobre la forma de compor-
sobre mí su poderosa rriano para detenerme ... estaba tarse. Todos habfan entrado de repente a ser miembros
tan lleno de terror que desistí del viaje que había co- de la Iglesia protestantc, pero ¿cuántos de ellos tenían
menzado... Guillermo Farel me detuvo en Ginebra". un coraz6n renovado por el Espíritu Santo? Y ¿que
Juan Calvino, pues tal era el viajero, determinó per- ocurriría a este nuevo pueblo protestante, si alguien no
manecer en la ciudad. ¿Qué es lo que el fiero y osado tornara las riendas para convertir esta ciudad rebelde
Farel deseaba de un hombre débil con solo 26 aiios de en una ciudad de Dios?
edad? Farel, que estaba acostumbrado a ir por las ciu.
dades como un torbellino, ¿que pensaba hacer de este
joven tímido? Nadie podía conquistar una ciudad Iicr
el Evangelio como lo hacía Guillermo Farel; pero una
vez conquistada la ciudad, el trabajo había tan sólo
comenzado. Ahora venía el preparar planes cuidado-
sos, y levantar el edificio espiritual con mano firme. f
para este trabajo Farel no era el hombre indicado. Era
magnífico plantando batalla, pero se veía perdido cuan-
do tenía que continuar alentando y guiando al pueblo
dia tras día. No podía asumir la conducción firme que
tina ciudad turbulenta como Ginebra necesitaba.
La Reforma en Ginebra se vela ya envuelta en pro-
blernas. El pueblo que lo había sacrificado iodo para
no someterse al duque, estaba volviendo a su vida nor-
mal. Muchos habíari vuelto a la ruda y monót~navida
que caracterizaba aquella ciudad y pronto olvidarían
la fe protestante, que había llegado junto con la liber-
tad política. Mientras el duque había estado a las puer-
tas de la ciudad, todos se habían unido en una causa
común. Ahora los diferentes grupos se estaban movien-
do de nuevo, luchando los unos contra los otros y es-
tudiando la manera de captarse a los Consejeros. Eran
protestantes neófitos, recién seguidores de Roma. Y se
llamaban a sí rnismos patriotas. Como tales no estaban
niuy de acuerdo con importar predicadores franceses
para regir la nueva iglesia protestante. Dios t e m a l d e c i r b , , . por&e estarás buscatido t u propia gloria y no la
de Cristo. (Pdg. 91)
AS^ FUE CALVINO
de la excomunión "es necesaria" -declan los predica- fundido de tal modo, dictando decretos a su antojo".
dores- a fin de alejar a los indignos de la Sagrada Me- En este punto del documento había un espacio blanco
sa del Señor.". Pero esto de conceder a la Iglesia el po- en el lugar que correspondía al nombre del Papa. Cal-
der de excomunión, era dinamita para los malos, y pa- vino no quería honrar al Papa ni siquiera escribiefldo
ra los buenos, falsa doctrina. su nombre.
~IIemosde tener a un nuevo Papa dentro de nuec-
tros muros? -decían-. Somos nosotros, la autorlBad El tercer articulo se referfa a la instrucción de los
civil, quienes tenemos que juzgar y castigar. los delitos niños, los cuales deberian hacer una confesión de fe
dé los ciudadanos, -gritaron muchos de los miembros en la Iglesia. Debe ensefiárseles el catecismo y esto es
del Consejo Municipal-. Es nuestra facultad. Tenembs mas necesario ahora que nunca, en vista del olvid? dc
libros de leyes para reconocer y castigar a los malos. la Palabra de Dios que vemos en la mayoría del pueblo
Que los predicadores prediquen y enseñen, pero que y la desidia de los padres en instruir a sus hijos en los
dejen las vidas de los ciudadanos en manos de los Con- caminos de Dios". Por tal razón tiene que escribirse un
sejeros que han sido nombrados para gobernar la catecismo y los padres deben enseñarlo a sus hijos. "En
ciudad. ciertas ocasiones del aíío "los niños deberían compare-
cer ante los pastores, quienes les harían preguntas para
Calvino, no sólo requirió que la Iglesia pudiera de- ver como entienden las verdades espirituales, y expli-
cidir quienes eran dignos de participar de la Comunión, cárselas a continuación. "Tened a bien ordenar a los
sino que creia también que la Cena del Señor debía padres que pongan todo su esfuerzo y diligenciá para
ser celebrada con más frecuencia. "Estaría bien rcque- que sus hijos aprendan este sumario de doctrina", -ro-
rir que la comunión de la Santa Cena de Jesucristo se gaba Calvino-.
celebrara como regla cada domingo.. . no fue instituida
por Jesucristo para que se celebrara dos o tres veces
al año, sino para un frecuente ejercicio de nuestra fe. Otra cosa nueva era: "Hay salmos que deseamos
Esta fue además constantemente la práctica de la Igle- s e ~ ncantados en la Iglesia. Si se adopta la Reforma, la
sia Primitiva.,. -recalcaba el documento- pero ya gente tendrá que cantar en las Iglesias. No han canta-
que la fragilidad del pueblo es todavía tan grande, po- do durante siglos. Ni siquiera han entendido el latín
drfa haber peligro de que este sagrado misterio fuera cantado por los sacerdotes. Ahora, en vez de ser mudos
incomprendido, o practicado rutinariamente, si se ce- espectadores, tendrán una parte en el culto. Con ello
lebraba tan a menudo, así que conviene celebrarlo por adorarán a Dios, cantando sus alabanzas, y darán gra-
lo menos una vez al mes". cias a Dios de común acuerdo. Pero ¿cómo aprenderá
la gente a cantar los salmos? Que sean enseñados a los
Las otras tres reformas no levantaron tanta tem- niños, que tienen más tiempo para ensayarlos, y que
pestad en los Consejos. Calvino pidió que las leyes so- canten fuerte, con voz distinta, y el pueblo esciiche con
bre el matrimonio fueran estudiadas y redactadas de atención, hasta que aprendan a cantar en comunidad.
nuevo según la Palabra, "ya que el Papa las ha con- Los niños formando un coro conducirán eI cántico, tra-
ASÍ FUE CALVINO
RBFORhfA A TODA COSTA
Viret le habían denunciado en Ginebra en 1534. Pero Caroli había hecho daiio. Farel estaba totalmente
en Lausanne, con su usual facilidad de palabra, había traslornado, aunque generalmente era honibre capaz
corivencido al Consejo de la ciudad, que, puesto que 61 de afrontar cualquier terripestad. Calvino escribió a VI-
poseía el grado dc doctor debían hacerle pastor prin- ret en Lausanne rogándole volviese a Gincbr'a para
cipal, por encima del veterano reformador Viret, quien ayudarles. "Considero que vuestra restitución a csta
había estado en Lausanne rnucho antes que él. Al llegar obra es indispensable", -escribió- "a menos que no
a Ginebra Caroli comenzó su ataque a los predicadores. os irnporte perder a Farcl quien se halla totalriltrrite
cxhauslo, con una ansiedad que nurica rne lo hubiera
E1 que se le acusara de no creer en la Trinidad en- flgurado dado su ternplc de hierro".
cendió los ánimos dc Calvino. S e trataba de u n cargo En la misma carta latina a Viret, Calvino escribía:
absurdo, como podía verse fácilmente leyendo sus "lns- ''El Sr. de Iiautrnont se propone regresar a Fraricia ...
¿ilzr,czones" o su "Co~zjesión de Fe". Nunca he visto ¿querréis enviar la capa y tal libro que es suyo'.'
nada tan ultrajante" -escribió Calvino a su amigo
Megander. Enfurecido se dirigió a Lausanne para de- Estas palabras significan que Calvino taiiibién per-
fenderse a si mismo y a sus amigos ante el Sinodo 1,os día otro amigo en medio de su tribulación. El Sr. de
ministros de Ginebra replicaron a Caroli de una forma Hautmorit era Luis dc Tillet, su fiel compafiero de via-
muy fuerte. Calvino habló ardorosamente. Cuando ter- je, que había dejado su gran librería y su trabajo eri
minó su discurso estaba exhausto, tosiendo y sin aliento. Angouleme para acompafiar a Calvino fuera de Fran-
cla, a Base1 y a Italia. Fue e1 quicn refirió a Farel que
El Sínodo se decidió en favor de los pastores de Gine- Calvino pernoctaba cri Ginebra. Dii Tiliet se quedó en
bra. Más tarde el Sínodo iie Berna destituyó a Caroli Ginebra con Calvino y había presenciado las tormentas
del ministerio protestante a causa de su inmoral~dad. levantadas en torno a su amigo. Había visto a C'alvjno
Este regresó a Francia y más tarde a la Iglesia de Ro- enfermo y malliurnorado. Estas tribulaciones no erari
ma; pero sus palabras permanecieron como focos de gratas para Du Tillet, liorribre de clisposicion palil ica.
infección entre las iglesias suizas. Empezó a pensar si sería la verdadera iglesia de Cris-
to aquella que su amigo trataba de forrnar en la rebClde
El pueblo escuchaba y se sorpreridía de ver lo que y salvaje vida de Ginebra, o 610 era la Iglesia Madrc
estaba ocurriendo entre los ministros de las nuevas tic Roma? Perplejo ante este dilema, Du Tillet crnpezo
jglesias protestantes. Con gran sentimiento Calvino a hablar de volver a Francia.
urgió la celebración de u n nuevo Sínodo en Berna para
redactar una común Confesión de Fe. "Los legos están Pero cuando lo hizo fue secretamente, yéndose a i3s-
objetando -escribió-- que deberíamos los pastores po- tiasburgo, la ciudad del Rhin. Allí ingreso de nuevo en
nernos de acuerdo entre nosotros, antes de inculcar la iglesia Católica-Romana. Antes de cruzar otra vez
nuestra f e en la mente de los dernás ... No podemos per- la frontera de Francia escribió cartas por medio de un
der tiempo sino apresurarnos a organizar u n SínoGo mensajero a Ginebra contando a su amigo Calvino lo
"donde se decidan todas estas controversias". que había hecho. ¿Estáis vos convencido en vuestro
ASÍ FUE CALVINO
corazón -escribió Du Tillet a Calvino- que sóis ver- dicadores no excluir a nadie de la Cena del Sefior; y
daderamente llamado de Dios para ser ministro de una el Pequeño Consejo, con u n futil pretexto, había saca-
iglesia protestante? ¿Estáis seguro de que es ésta la do del Consejo de los Doscientos algunos de sus mieni-
verdadera iglesia de Cristo? bros que eran favorables a Calvino. Cuando los pre-
Antes de la llegada del mensajero, Calvino ya ha- dicadores fueron a la Cámara del Consejo a protestar,
bía oído rumores sobre lo que su amigo h b í a hecho. se les ordenó regresar a sus casas. Ocupaos de vuestra
Después de leer las cartas tomó su pluma para contes- predicación y no os inmiscuyáis en los problemas polí-
tar. Escribió sin ira, con respeto, amor y tristeza. Pero ticos de la ciudad. No os admitiremos más en el
al mismo tiempo con firmeza. "En el hecho de haberos Consejo.
perdido, lo que más me atorrrienta, -escribió Calvi- Después vino una petición del Canton de Berna,
n o - es el temor de qiie vuestra decisión haya sido mo- cuya influencia tanto política como religiosa era rnuy
tivada por haberos tratado con dureza y poca caridad poderosa en todos los distritos de Ginebra, demandan-
algunas veces. Quizás sea yo el que os haya ofendido y do a los Consejeros de la ciudad que adoptaran ciertos
ello os haya inducido a esta decisión. Pero estoy más ritos para las iglesias de su dependencia. (Farel había
que seguro que mi rudeza no h a sido la verdadera cau- abandonado estas y otras prácticas cuando llegó por
sa de vuestro cambio de corazón". primera vez a Ginebra, pues no deseaba realizar cosas
"Me ha sorprendido mucho el oir vuestra inten- que pudieran parecerse a las prácticas de la Iglesia de
ción -continúa Calvino-. Este cambio tan súbito me Roma). Os pedimos que uséis de nuevo en vuestras
ha parecido muy extraño, conociendo la constancia y iglesias las pilas bautismales, -dijo Berna- y asimis-
firmeza mostrada antes por Vos. No puedo comparlir mo el pan sin levadura en forma de hostias para cele-
vuestros argumentos y no disputaré largamente; per- brar la Cena del SeÍior. Debéis guardar el día de Navi-
iriitidme agradeceros todo lo que por mí habéis hecho, dad, Pascua, Ascensión y Pentecostés, corno días cle
corrlpartiendo conmigo todo lo vuestro. Quisiera Dios fiesta. Es bueno que todas las iglesias sigan una regla
que pudiera recornpensároslo como es debido. .. Tened uniforme en estas cosas". Lo que Berna no dijo es que
u n especial recuerdo de nosotros en vuestras oracio- pedía estas cosas mayormente, para someter a Girie-
hes, ya que las dificultades que estarnos atravesando bla bajo su influencia política.
ahora son peores que nunca. Pido a Dios que os proteja "De acuerdo", dijo el Consejo de los Doscientos a
y os dirija en esta senda resbaladiza por la que estáis Berna. Los ritos de la Iglesia de Berna fueron adopta-
andando". Pero todo esto rebotó en el caparazón que dos en Ginebra sin consultar a los predicadores de las
su amigo se había ya formado. Du Titllet se había iglesias que debían usar dichos ritos.
apartado n o sólo en kilómetros, sino también en con- Un sábado por la mañana el ciego predicador Co-
ceptos e ideas de la fe evangélica. rault, subió a su púlpito para el sermón de las seis. La
El pueblo de Ginebra, en sus elecciones de Febrero semana anterior se le había ordenado que no predica-
de 1538, había introducido en el Consejo tres sindicos ra ya más por haber hablado duramente en contra de
que eran enemigos de Calvino y de los reformadores. la ciudad por decidir este problema de Iglesia. Pero él
E1 Consejo de los Doscientos había ordenado a los pre- subió de nuevo, denunciando al Consejo por su mala
AS^ FUE CALVINO
115
ASÍ FUE CALVINO MAS DIFICULTADES
Fue una noche de pesadilla para el joven francés examinaban a una furiosa multitud de varios miles
que permaneció sentado en su mesa de trabajo alum- de personas. Pero iqub sermón predicó aquel domin-
brddo por la &bil llama de una candela. Saltaba cada go por la mañana! Claro, franco, y con firmeza ha-
vez que ola un disparo, o a cada puntapié que daban bló al pueblo. ¿Cómo podían ellos tender sus manos
a su puerta. El Señor la había puesto al cargo de una para recibir el pan y el vino de la Santa Comunióri
iglesia, en lugar de darle un lugar quieto para estu- si habían pecado de una forma tan osada contra el
diar. Pero iqué iglesia! y i qué ciudad! ¿Cuánto tienipo Cristo crucificado'? ¿Podía la sagrada Cena del Señor
debería estar eri aquel lugar luchando contra tal celebrarse en medio de risotadas y peleas? No, Dios
tempestad? lo prohibe.
SABADO POR LA NOCHE. - El pueblo se apar- El día de Pascua, por la mañana, no se celebró la
taba en las calles para dejar paso al heraldo del comunión en San Pedro; ni tampoco en San Gerva-
Consejo que llevaba sil bastón con cabecera de plata. sio. Completamente ilesos los pr edica dores pudieron
Alumbrado por una linterna, el heraldo se dirigió a atravesar la multitud y llegar a sus casar.
la ventana de los predicadores para preguntarles por En los servicios del Domingo por la tarde, los pre-
orden de los sindicos si estaban conformes en usar los dicadores fueron a las iglesias de nuevo. A Calvino le
ritos de Berna. Si no lo estaban sc prohibía, por orden tocaba el turno en la Iglesia de la Rivera, junto a la
de los sindicos de la ciudad, a los pastores Calvino y orilla del lago. La audiencia aguardó en un silericio
Farel, subir a sus púlpitos el día siguiente para pre- absoluto; pero cuando Calvino con sli franqueza ha-
dicar. Ya se encontrarían otros predicadores para bitual comenzó a hablar sobre los problemas de Gi-
hacerse cargo de los sermones de Pascua y de la sa- nebra, una multitud de hombres se levantaron blan-
grada Coiilunión. diendo en sus manos espadas y puñales. Amenazari-
DOMINGO POR LA MANANA. - Domingo de tes y a grandes gritos comenzaron a avanzar hacia
Pascua. Las iglesias estaban llenas a más no poder; el púlpito. Los amigos de Calvino, dándose cuenta de
un río de personas llenaba tanto la Iglesia como la la situación hicieron una barrera humana ante su
calle frente a la catedral de San Pedro, para ver lo cuerpo. "Por milagro", decían los testigos visuales,
que sucedería. Al otro lado del río donde le tocaba a "110 hubo un derramamiento de sangre". La barrera
Farel predicar, la Iglesia de San Gervasio estaba humana escoltó al predicador hasta la puerta de su
también a rebosar. ¿Se atreverían los predicadores habitacion.
z subir 31 púlpito? Si, Calvino y Farel decidicron Dentro de la casa, Calvino y Farel esperaban la
predicar. Después de una noche de insomni~enipren- próxima actuación da los consejeros. El lunes se jun-
dieron el camino a sus respectivas iglesias. Farel ha- tó el Consejo de los Doscientos para tomar una cieci-
cia el otro lado del río; Calvino, cruzando una estre- sión: Esta fue: "Damos tres días de tiempo a los pas-
cha calle, hacia la catedral de San Pedro. tores Calvino, Corault y Farel, para abandonar la
Calvino estaba de pie en el pítlpito; sus finos dedos ciudad".
El hcraldo con el bastón de plata comunicó la sen-
acariciaban la madera tallada; sus ojos penetrantes tencia. Al oirla, Calvino replicó, "Bien, si hubiksemos
117
El Exilio
No es fácil para un pastor soportar el dolor mcral
cuando es injustamente echado fuera de su Iglesia;
y no lo fue para Calvino. Dejando al débil y ciego
Corault en una ciudad donde tenía amigos, E'arel y
Calvino siguieron su viaje.
La Iglesia Suiza quería paz en sus parroquias. E1 de los franceses refugiados de las persecuciones en
Sínodo esperaba que sus prominentes pastores fueran Francia. Pero Calvino no deseaba ser pastor de otra
reiristalados. Por tal rnotivo pidió a la ciudad de 13er- iglesia. Escribió desde Estrasburgo a un amigo que
na que enviara una delegación a Ginebra para sol- habia dejado diciéndole: "Me quedaré retirado en
venlar el asunto. Pero los Consejos de Ginebra no ha- vuestra ciudad para esperar la voluntad del Señor
blan cairit~iadode Ijarecer. Enviaron a uri mensajero acerca de mí".
tras de Calvirio y E'arel (que hablan empezado su via-
je de regreso a Ginebra para estar dispuestos si la
paz era lograda por la delegaciórr de Berna) con una Pero Calvino tuvo que esperar solo en Basilea,
carta ordenándoles quedarse cerca de Ginebra, si11 pues Farel, su mejor amigo, aceptó el ruego de Neu-
eritrar en la ciudad. chatel para ser pastor allá. Pronto Calvino le escri-
biói la primera de las muchas cartas que se cruzaron
Una vez más Calvino y Farel tuvieron que hacer durante este tiempo. Le contaba acerca de las dificul-
dar la vuelta a sus caballos cuando y a divisaban Ias tades que habia oído se levantaban en Ginebra para
torres de San Pedro. ¿Qué otra cosa podían hacer'? No el nombramiento de nuevos predicadores, y aiiade:
iiabia habido acuerdo. Esta vez fijaron su residencia "Sin embargo seamos humildes, no pretendamos lu-
en Basilea, la ciudad que había sido el refugio tranquilo char con Dios cuando él trata de humillarnos. Espe-
de Calvino cuando escribió su primera edición de "Las remos, entretanto, pacientemente en el Señor". Dos
Instituciones". Era un viaje de más de 200 kilómetros. semanas después Calvino envió otra carta a Farel ex-
Los predicadores llegaron a esta ciudad, a las orillas plicándole como había arriesgado su vida para ayu-
del Ithin, a fines de Mayo de 1538. dar al sobrino de su amigo, que estuvo en peligro de
El viaje no habia sido fácil. Calvino escribió a su muerte. "El sábado pasado vuestro sobrino fue afec-
amigo Viret en Balsane: "Por fin hemos llegado a Ba- tado por la plaga -escribió Calvino a Farel-. Sil
silea, pero empapados de lluvia, desechos y cansados; compañero el joyero que dio testimonio del Evange-
y nuestro viaje no ha estado exento de peligros, pues
lio en Lyon, me avisó inmediatainente. Como yo ha-
uno de nosotros casi fue arrastrado por la corriente bía tomado algunas pastillas para aliviarme- de mi
al atravesar un río; sin embargo podemos decir que terrible dolor de cabeza no pude ir yoemisrno... Pedí
los torbellinos del río nos han tratado con menos im- a una mujer que fuera a cuidarle... Ella bgró que su
petuosidad que nuestros feligreses..." Los dos predi- yerno fuera con ella para ayudarle. Visité a vuestro
cadores solteros acordaron vivir juntos. Sin embargo sobrino tan pronto como pude y mi salud me lo per-
pronto Farel fue invitado con urgencia a ir a Ncuch3- mitió. Cuando aparecieron las señales de una muerte
tel, iina ciudad que había aceptado la Reforrna. Cal- próxima procuré darle medicinas para el alma, mas
bien que para el cuerpo. Desvarió un poco, sin em-
vino tenía cartas de Estrasburgo diciéndole que fuese bargo estuvo bastante consciente para llamarme de
allá. En Julio fue a, visitar a los pastores de Estras- nuevo a su cuarto... Oré con él. .. Esta mañana a las
burgo, quienes le rogaron que aceptara el pastorado cinco partió para estar con el Señor. Este buen hom-
ASÍ FUE CALVINO EL EXILIO
bre el joyero, despues de saber estado en contacto famoso alcalde Jacob Sturm estaba en favor de la He-
con el infectado de la peste fue despedido de su em- forma y había fundado riiuchas escuelas para iliños.
pleo. Yo le he enviado a Estrasburgo con mi recomen- Las iglesias protestantes estaban en paz, propo~cio-
dación para que pudiera trabajar allí ... Referente al nando a sus miembros un progrania ordenado de pre-
mobiliario, ajuar y otros útiles de vuestro sobrino, dicación, ensefiariza catequistica, y sacrairienlos.
aquí están. Queda una espada y una camisa en casa Tenían un sistema bien organizado de visitas pasto-
del Sr. Wolf, (el dueño de la casa donde vivía). Tengo rales y disciplina, aunque el poder de la excomunión
por cierto que no poseía dinero cuando muriói1. estaba en manos del Consejo de la Ciudad.
El mismo Calvino tuvo que proveer el dinero nece-
sario para el cuidado del sobrino y para su entierro; El 8 de Septiembre de 1538, pocos días después tie
a pesar de que había tenido que vender parte de su su llegada a Estrasburgo, Calvino subió otra vez al
biblioteca para poder vivir. Vemos también que no púlpito para predicar. El co~itrastecon su ultimo cul-
rehusó atender al hombre afectado de la plaga, a pe- to turbulento de Ginebra no podía ser mayor. Estaba
sar de que el joyero fue despedido por esta causa. Tan en la pequeria iglesia de San Nicolás, cerca de la mu-
mortal era el contagio de esta epidemia. Sentía que ralla al sur de la ciudad, y los carnpos y prados que
valía la pena sacrificar dinero y arriesgar su propia se extendían más allá. Ante él se hallaban congrega-
vida, para ayudar al sobrino de un amigo. dos algunos de los ~efugiadosfranceses que habían
encontrado asilo en Estrasburgo. Su fe era su inayor
Inesperadamente Calvino fue llamado a Estrasbur- tesoro para aquellos que lodo lo había11 perc-lirio. Ante
gol a priricipios de Septiembre del 1538. Unos cinco la ~nuerteque les aguardaba en su tierra nativa, Fran-
meses después de haber dejado Ginebra, llegó allí cia, los refugiados habían huído para ser leales a sus
desde Basilea. Antes había rehusado los argumentos creencias. Revereriterriente, ansiosamente, escuchaban
del pastor Martín Bucero y, sus compañeros, pero Bu- al predicador que había venido a hablarles en su propia
cero sabía como imitar a Farel. Cuando los ruegos no lengua. U n mes mris tarde Calvirio escribió a Farel:
trajeron resultado, amenazó: "Dios sabrá como en- ' Por vez pri11ier.a he admiriistradcr el sacramento cle
contrar al sic-,/o rebelde, como encontró a Jonás", le la Santa Cena en nuestra pequelia iglesia, siguiendo
escribió Bucero. Calvino convencido tomó un bote y la costumbre de aquí, 10 que nos proponenios repetir
navegó 160 kilómetros por el Rhin hasta Estrasburgo. cada mes".
"Mi partida de Basilea fue apresurada y desordenada",
escribió a Farel. La mano de arriba le había tomado
de nuevo. Otra vez no le permitía quedar quieto es- No rnas alborotos y liiclias; no más gritos y disparos
tudiando. cerca de su ventana; no rriás gente rebelde presentán-
dose en la Iglesia para tornar los santos sacramentos
Pero los tres años en Estrasburgo fueron como un a la fuerza. Calvino podia pasear por las calles en paz
sueño agradable, comparado con las dificultades de y atrave.%r los puentes y pasarelas que unían las dos
Ginebra. Estrasburgo era una ciudad pacífica. Su k)artes de la ciudad atravesada por el r'o 111, en cuya
nsi mi-:
CALVINO
La catedral d e E s t r a s b r ~ r g o
ASÍ FUE CALVINO PASTOR EN ESTRABURGO
Europa. Su rector era el erudito Juan Sturm, anti- go sin pertenecer a algún gremio artesano: de joye-
guo amigo de Calvino en París. Además de enseñar ros, carniceros, carpinteros, cerrajeros, tejedores o de
en esta escuela Calvino aceptó dar conferencias pú- cualquier otro oficio. Queriendo tener ciudadanf a en
blicas sobre la Biblia, como habia hecho en Ginebra. la población, Calvino ahorró el precio de M) florines
"Predico o doy conferencias diariamente" -refirió a de su escaso salario y se hizo miembro del club do los
Farel-. También escribía. Al impresor que tenia su sastres, que estaba cercano a la sala donde daba sus
taller en un antiguo convento de monjas, le trajo la conferencias. Si Calvino tenía alguna habilidad como
segunda edición de sus -'instituciones", rnuclio más sastre, o escogió este gremio porque su club estaba
ampliada que la primera. Esta edición la tradujc tam- cerca de su sala de conferencias, nadie lo sabe; sea
bien al francés; un francés tan hermoso y pulido, que como fuere Calvino tuvo derechos de ciudadanía, por
Calvino ha venido a ser conocido posteriormente co- primera vez desde que dejó su tierra nativa de
mo padre del francés moderno, del mismo modo que Francia.
Lutero por su traducción de la Biblia ha sido llamado
padre del alemán moderno. Pero ese ocupado ciudadano en la pacífica Estras-
En Octubre de 1539 apareció iinpreso su libro de burgo, tuvo también sus tristezas y apuros. Era des-
llEstudios sobre la carta a los Romanos". Este fue el esperadamente pobre. Como en Ginebra, el Consejo
primero y uno de los más valiosos de sus muchos co- de la ciudad acordb pagar a Calvino su salario; pero
mentarios sobre la Biblia. También escribió Calvino olvidó hacerlo. Cuando por fin se acordaron, 6 meses
un pequeño libro de liturgia, en el cual explicó lo que despues, le asignaron un florín por semana, escasa-
creía ser el mejor orden de culto según la antigua mente suficiente para sostenerle. A Farel le escribió:
Ig!csia Cristiana, incluyendo formularios para la ,ce- -"iProcurarás que Balliot envíe el dinero para pa-
lebración de la Cena del Señor y para el Matrimonio. gar al impresor Wendelin? En este momento yo no
puedo distraer ni un céntimow- y más adelante de-
Poco después publicó su "Peqrieño Tratado sobre cía: "Cualquier cosa que quede a pagar lo haré cuan-
la Cena de Nuestro Señor", que no era por cierto muy do pueda, pues mi condición es tal, al presente, que
pequeño; contenía 60 breves capitulas y estaba escri- no puedo aportar ni un solo céntimo de mis propios
to en franchs, no en latín. Calvino querfa que el pue- recursos.
blo vulgar lo leyera porque en aquellos dias no había
otra doctrina más disputada que la de la Santa Cena. Calvino y Farel todavía debían a la persona que
Sobre esta doctrina disputaban los seguidores de Lu- les hospedó en Basilea. El hombre envió una factura,
tero, de Zuinglio y del Papa; y Calvino no estaba ple- que incluía el precio del vino, pero Calvino dudaba
namente de acuerdo con ninguno de ellos. de si el vino no habia sido pagado por un amigo que
estaba con ellos. Sin embargo el hospedero lo había
Lo raro del caso es que el pastor de los refugiados cargado y Calvino esribió a Farel reclamando su
franceses era también un miembro del gremio de sas- parte en el gasto. "Tu has estado -dice- siete sema-
tres. Es que nadie podía ser ciudadano en Estrasbur- nas y dos días allí, yo estuve dos meses y 12 dfas...
AS^ FUE CALVINO PASTOR EN BSTRABURGO
así que lo reparto de este modo. Yo pagaré cinco co- El timador desapareció sin pagar la deuda. Un ano
1-onasy tu paga cuatro . . . Todavía te debo una corona y medio después Calvino decidió abrir el baúl pen-
y media que te pagaré tan pronto como me sea posi- sando resacirse con las cosas que contuviera. Llam6 a
ble... yo tengo ahora solamente 20 chelines de Basilea". su amigo Sturm, director de la escuela, y a unos ami-
Calvirio tenía que contar cada centavo i y no le que- gos como testigos. Juntas levantaron la tapa para ver
daba nada para malgastar! su precioso contenido, eran algunas ciruelas podri-
Una oferta de dinero vino en este tiempo al pobre das, alguna ropa apolillada, unos libros viejos, y cartas
predicador. Du Tillet le escribió desde Francia". Es que el hombre había robado de otros. No pudirrlos
posible que te encuentres mal de dinero, sin el cual dejar de reirnos mucho cuando virnos estas cosas -di-
no puedes vivir del modo que corresponde a t u sa- jo Calvino- viendo el engaíío en que yo había caído".
lud, pero no te preocupes acerca de esto, si quieres Después cle vivir por algún tiempo en la c 3 s a de
yo silpliré, D. M. todo lo que necesites". En la misma Bucero, Calvino alquiló una casa y tomó como real-
carta Du Tillet le sugería a Calvino volver a Francia, quilado~algunos esludiant es. Pero no siempre las co-
ocultando su propósito de que Calvino volviera a la sas fueron bien, tampoco allí. A veces los estudiantes
lglesia de Roma. Pero este replicó que estaba seguro se olvidaban de pagar el alquiler; otras veces la sir-
ae que el Seííor le había traído a Estrasburgo para vienta, una mujer de lengua viperina causaba pro-
trabajar entre las iglesias protestantes. No queriendo blemas entre ellos. Otras veces el mismo Calvino, ator-
ucritjrse obligado en ningún sentido con su antiguo mentado por un dolor de cabeza o de estómago, se sa-
amigo le dijo políticamente: ",Usted me ha hecho una lía de casillas, perdiendo el control de sus nervios. Una
oferta que n o puedo agradecer suficientemente... sin vez Calvino explicó a Farel que había perdido total-
en,bargo quiero abstenerme de serle carga ya, que en mente su control disputando con Caroli, el ex-predi-
- ~!asatlosticrnpos gastó Vd. tanto dinero en mi favor". cador de Lausanne que acusó a los predicadores de
No mucho tiempo después de euto un timador vino Ginebra de no creer en la Trinidad. Caroli había de-
a ver a Calvirio. El hombre le habló en tales términos jado de nuevo la Iglesia de Roma y convertfduse por
de la caridad cristiana que convenció al pobre pastor segunda vez al Protestantismo, trasladándose desde
a presfarle 20 batzcn, o sea unos 18 francos. Quizá Francia a Estrasburgo.
Calvino tuvo que tomar prestada esta misma canti- Calvino y Farel decidieron olvidar su apostasia y
dad para favorecer al viajero necesitado. El timador recibir a Caroli con amor, si su vuelta era sincera;
le dejó en prenda w? baúl con sus enseres, como prue- pero Caroli estaba pronto a resucitar pasados renco-
ha de que volvería a pagarle la deuda. "Ciiando vol- res. En Estrasburgo trató de levantar recelos contra
vió pocos meses más tarde -escribía Calvino- me Calvino por parte de Bucero y otros ministros. Estos
~ ~ i d i ~onriendo,
ó o inás bien burlonamente, si no y Caroli escribieron una declaración de doctrina cris-
querría prestarle unas pocas coronas mas. Yo le reu- tiana, firmándola, y la enviaron a Calvino una noche
1:ondí que estaba muy necesitado de que me devolvie- ya muy tarde exigiéndole su firma. En su deseo de
ra 1s suma que ya le había prestado tiempo atrás... " complacerle, los minigros habían accedido a al.gunos
PASTOR EN ESTRABURGO
ASI FUE CALVINO
siado orgullosa dc su familia y educación. Su herma- te de una mujer con la que no se querfa casar? Su
no, una persona muy piadosa, me ha recomendado el hermano Antonio que había ayudado a preparar el
enlace.. . y asimismo su esposa... Cuando yo repliqué romance recibió el encargo de terminarlo. Extrema-
que no quería comprometerme a menos que la se- damente confuso, Calvino recolvió pensar cuidadosa-
ñorita quisiera... aplicarse al estudio de nuestra len- mente las cosas antes de caer otra vez en una dificul-
gua, esta pidió tiempo para deliberar". tad como esta. Llegó el mes de Junio y todavía estaua
Parece que el titubeo de la señorita en aprender diciendo: "No he hallado todavía una esposa, y con
francés persuadió a Calvino de abandonar el asunto. frecuencia me pregunto si aebo tratar de buscarla".
"Por consiguiente -continúa- envi6 a mi herma- Llegó el mcs de Agosto de 1540 y Calvino se caso.
no, con otro caballero respetable, a investigar sobre Farel vino de Neuchatel para celebrar la ceremonia.
otra, la cual, si corresponde a su reputación, me trae- Caivino halló una novia en su propia congregación
rá una dote muy grande sin ningíln dinero. Lo cierto de refugiados. Una vez hallada no quiso esperar a ca-
es que todos los que la conocen la recomiendan en- sarse. La novia era una viuda con dos hijos. .4demas
carecidamente". de todas las cualidades que Calvino había dptallado
La elegida tenía en efecto una dote de virtudes, en su carta a Farel, era también bastante bonita.
rnás que de dinero. "Si las cosas van como esperamos, Idelette de Bure había venido de lo que hoy es la
la ceremonia del matrimonio no será diferida más provincia holandesa de Gelderland. Su primer espo-
allá del 10 de Mayo. Deseo que usted pueda estar pre- so, un negociante llamado Juan Stordeur, había sido
sente para bendecir nuestra unión; sin ernbargc como convertido de sus ideas Anabaptistas por la predica-
ya le he molestado más de lo que debía en el año pa- ción de Calvino en la congregación de refugiados de
sado, no me atrevo a insistir en ello... Sería para mi
muy ri&culo si ocurriera como las otras veces, cue Estrasburgo. Poco después Juan Stordeur murió de
mis esperanzas quedan fallidas". la peste.
Una vez mAs la esperanza salió fallida. Calvino no Calvino no podía haber buscado mejor esposa. Des-
quiso contraer este enlace, El 29 de Marzo escribíó a de el principio de su matrimonio con el predicador
Farel. "Todavía estamos en suspenso respecto al ma- francés jamás la buena mujer tuvo su esposo entcra-
trimonio, y, esto me fastidia mucho". La señorita es- mente para ella. No era fácil entrar en la casa de
taba preparándose para la bcda, pero Calvino oyó huéspedes estudia~tesy soportar la desatada lengua
ciertas cosas que le llevaron a escribir: "A menos que de la ama de llaves. Sin embargo Idelette de Bure
el Señor me quitara la razón, yo no me casaré con nunca se quejó de su sirvienta. No s610 fue paciente,
ella ... Pero a causa de lo desagradable que resiilta sino pronta a servir a su marido, sintiéndose feliz de
rehusar recomendaciones y consejos, especialmente compartir con él cualquier cosa que el Señor les en-
en el caso de personas que me abruman con -ws bon- comendara en su obra. Ella misma iba a visitar a los
dades, deseo ardientemente ser librado de esta difi- enfermos, confortar a los tristes y compartir su fe con
cultad". todo el mundo.
Calvino estaba atado ¿cómo despedirse cortesmen- Calvino, reconfortado por ese amor, fue más feliz
que lo que él mismo había creído ser posible. Bucero
137
FUE CALVINO
ASÍ
Uno de los principales asuntos sobre el cual discu- guaje de su libro es firme, pero cuidadoso. No usó las
tían los franceses y los aleinaries era el de la Cena del palabras fuertes que a veces ponía en sus otros es-
Señor. (Cómo está presente el cuerpo de Cristo en la critos.
Santa Cena? No, el pan no se convierte o transforma
en el cuerpo de Cristo, como pretenden los seguidores Una copia de este pequeño libro, traducido del
de Roma. En esto Calvino y hlelanchton se ponían ra- francés al latín, llegó a riianos de Martin Lutero en
pidamente de acuerdo; pero jesta el cuerpo do Cristo 1535, en una librería alemaria. Después de leerlo dijo:
con el pan? dentro debajo y encima del mismo como "Yo podía haber conliado el asunto de toda esta con-
afirmaba Lutero? No; decía Calvino citando la Escri- controversia a e1 (Calvino) deside el principio. Si mis
tura. El cuerpo y la sangre de Cristo no están física- oponentes hubiesen hecho lo mismo, ya estariaiiios
rnente con el pan y el vino. El cuerpo y la slngre de de acuerdo".
Cristo están allí presentes espiritualn~xnte. Martin Lutero nunca se encontró con J u a n Cal-
Después de las conversaciones en Franiifurt, Cal- vino. De él escribió a Bucero, que era urio de sus ami-
vino escribió contento a Farel respecto a Melanchton: gos: "Saludad de mi parte reverentemente a Sturni y
"En cuanto a él, n o debes dudar que tiene enteramen- a Calvino, cuyos libros he leído con especial deleite".
te la misma opinión que nosotros". ¿Era esto u n pe- Lutero había dicho mas acerca de Calvino, lo c m 1
queño principio de acuerdo entre los Luteranos y Cal- IvJelanchton repitió a este, y Calvino escribió a E'arel:
vino? Habiendo ganado a l amable Melanchton ¿PO- "Felipe me escribió esto: Lutero y Pomerano han que-
dría ser también ganado el maestro de Melanchton y rido saluaar a Calvino. Calvino ha adquirido mucho
los príncipes alemanes? favor ante sus ojos". Más tarde Calvino refería a Fa-
rel: "Felipe me ha informadu (le qrie cierlar perso-
Al otro lado del grupo protestante estaban los se- nas, a fin de irritar a Lutero, le han inostrado un pn-
guidores de Zuinglio el reformador Suizo. También saje de mis escritos en el cual él y sus amigos iiaii sido
los Zuinglianos tenían sus convicciones acerca del criticados por rni plurna, y que despues de exaiiiinado
cuerpo del Señor en la Santa Cena. Siguiendo a su el pasaje Lutero h a dicho: "Espero que Calvirio peii-
lider asesinado, sostenían que la Cena del Señor era sará u n día rnejor de riosotros; pero de todos modos
tan sólo una memoria de la muerte de Cristo. Por creo que es bueno que él tenga una p1ueba de riues-
esto le daban menos importancia que Calvino. Y este tros buenos sentimientos hacia él". Sí, yo no fuera irn-
estuvo sobre este asunto en mitad de camino entre los presionado por csta prueba de moderacióii de L,iitci'c
Luteranos y los Zuinglianos. ¡Cuanto acaricio la es- -añade Calvino- es que sería de piedra. Por rrii par-
peranza de que pudiera dar la mano a cada lzdo y te estoy profuridarncnte impresionado por estas
juntar los dos grupos! palabras".
Calvino abrigaba esta esperanza cuando escribió Pocos aÍíos después, ciiando Liltero ernpezó a "tro-
su Pequeño tratado sobre lu Santa Cena de Nueslio nar con más vehemencia sobre el asunto de la Ceria
Señor. Queria con ello poner la base para una discu- del Señor", Calvino lo defeiidió ante el líder de los
sión fructuosa entre los grupos protestantes. El len- Zuinglianos. " ~ c c u e r d acuan grande hombre cs Llitc-
A S Í I:LIP CALVINO
Consejo, del Grande Consejo y de la Asam- Los hombres de Estrasburgo respondieron: "Buen
blea General de Ginebra.. . os rogamos ardien- hermano, vos sabéis como nuestra ciudad desea rete-
temente que querráis trasladaros a nosotros neros. Cuando los mensajeros de Ginebra fueron a
y volver a vuestro antiguo puesto y ministe- Estrasburgo el Consejo de la ciudad envió a un Ilom-
rio, pues esperamos con la ayuda de Dios que bre con u n caballo más ligero para advertiros que no
ello será un gran beneficio, muy fructuoso prometiéseis nada a Ginebra. Cuando considerarnos
para el adelanto del Santo Evangelio, en vista lo que parece rnejor para la gloria de Cristo en xaues-
de que nuestro pueblo grandemente desea te- tra ciudad querernos reteneros eri Estrasburgo; pero
neros entre nosotros. Y nosotros nos condu- si la voluntad de Dios es otra ¿cómo podemos iritcr-
ciremos con Vos de tal manera que tengáis ponernos en vuestro caniino? Sin embargo esperad has-
ocasidn de quedar plenamente satisfecho. ta que la Dieta haya terminado y entonces consido-
Vuestros buenos amigos. rad lo que el Señor quiere que hagáis".
22 de Octubre de 1540" Calvino esperó en la misma ciudad donde vcintc:
zrios antes Martin Lutero había dado su valerosa res-
Habla el sello oficial de la ciudad en lacre a l prin- puesta al Emperador. "Aquí estoy, no puedo l ~ a c e r
cipio de la carta, y en el sobre grabadas las palabras otra cosa, que Dios me ayude". Estas habían sido las
POST TENEBRAS SPERO LUCEN. "Después de las inmortales palabras de Lutero. Y anoia Calvino esta-
tinieblas, esperamos la Luz". Por esto el hombre in- ba en la misma ciudad amurallada, lejos de su hogar
vitado con tanta urgencia a voIver a Ginebra estaba !, de su recién hallada esposa, rodeado de inuchos
sentado, llorando sobre esta carta. Los mensajeros se otros delegados en el amplio dormitorio comúti de !iri;i
habían ido añadiendo de palabra su recomendación fonda. Todavía débil de una fiebre terciaria cjile le h a -
a l mensaje escrito. Alrededor de Calvino se hallaban bía atacado en septiembre. Mientras esperaba pasó
sentados los hombres de Estrasburgo que habfan ve- algún tiempo con Melanchton deba tiendo privada-
nido con él a Worms para la Dieta Imperial. Les Ila- mente asuntos de fe. Allí en Worms obtuvo de hlc-
m6 para pedirles s u parecer. Por dos veces, mientras lanchton el apodo de "El teólogo".
les hablaba, Calvino tuvo que dejar la habitación pa- Cada día los centenares de delegados estaban mas
r a ahogar. las lágrima S que interrumpian sus palabras. inquietos. Prestos estaban todos y n o había señal cle que
la Dieta empezara. El duque de Granvelle nombra-
" i Ayudadme! -rogó Calvino a sus compañeros- do para presidirla, todavía no había llegado. Final-
decidme 10 que debo hacer. No tengáis en cuenta mis mente apareció en Worms casi iin ines más tarde. En-
propios sentimientos, pensad s61o en lo mejor para el tonces se sucedieron semanas de discusión para f r i r -
adelanto del Evangelio y la gloria de Dios. Yo estoy zar el esquema y orden de las discusiones. Por ílltirno
en una diaria agonía. Vosotros sabéis que h e estado estas empezaron, el 14 de Enero de 1451. Calvino ha-
luchando con esta decisión y no sé que responder. bía estado ya en Worms desde el 1 de Noviembre dcl
A yridadme, amigos qiirridos, confío en vosotros". año anterior.
ASÍFIJE CALVINO UN LLAMAMIENTO DE LO ALTO
En estos dos meses y medio había estado luchando en los brazos de Roma, si110 porque el mismo se seri-
sobre el problema de Ginebra. No era u n nuevo pro- tía una parte en el problema, Calvino respondi0 al
blema. La carta entregada en Worms no había sido cardenal: "Cuando Dios rne dio el encargo de esta
enteramente una sorpresa. Era solamente una nueva Iglesia me pidió ser fiel para siempre a mi deber, así
carga al peso que ya le abrumaba. Nunca había esta- que cuando veo a las peores trampas puestas ante
do totalmente libre de este peso, aun cuando ha3ía estas personas que el SeÍior puso a mi cuidado ...
dejado la ciudad rebelde y era un ciudadano de la ¿quién podría persuadirme de esperar el fesultado,
pacífica Estrasburgo. indiferente y en silenci~?Con esta convicción Calvi-
Cinco meses de,spues de haber dejado Ginebra Cal- no escribió sus 15.000 palabras al Cardenal. Y el que
vino había escrito una carta a la Iglesia de aquella quedó en silencio fue Sadolet.
ciudad. Nueve meses después les había escrito de nue- En Estrasburgo, Calvino continuó oyendo noticias
vo aconsejando a los miembros la paz y el amor fra- de lo que ocurría en Ginebra. Los cuatro nuevos pas-
ternal. En Septiembre de 1539 había empleado seis tores de la Iglesia de Ginebra eran hombres débiles,
días escribiendo una carta de 15.000 palabras, res- dispuestos a seguir a la multitud. Dos de ellos eran
pondiendo a la enviada por el Cardenal, quien trata- mercenarios de Berna. La vida profana iba en au--
ba de persuadir a la ciudad de Ginebra a que volviese mento en la ciudad. Algunas personas llegaron a pre-
a la Iglesia de Roma! Y que réplica fue aquella! El sentarse en público completamente desnudas, bailan-
Cardenal no se atrevió a abrir su boca de nuevo, a do al son de flauta y tambor.
pesar de su docta elocuencia. Poco a poco se operó la reacción. Los Corisejeros
El sabio cardenal Sadolet habíi escrito una carta promulgaron leyes mSs severas; aunque nadie pare-
aduladora, persuasiva, a Ginebra, en Abril de 1539, en cía tener fuerza para hacerlas cumplir. Los cuatro
la cual alababa a la ciudad y a su gente con im len- síndicos que se opusieron a Calvino ya no goberna-
guaje extravagante. ¡Qué triste es que estos alborcr- ban. Uno fue ahorcado por el delito de traición-, fue
tadores protestantes hayan creado u n disturbio en declarado culpable de un complot para devolver la
vuestra fiel iglesia Católica-Romana -decía Sadolet. ciudad bajo el gobierno de Berna. Otro sindico acu-
Ahora que vosotros, ginebrinos, habéis triunfado arro- sado del mismo crimen, saltó desde la ventana de
jando a estos ministros turbulentos fuera de la ciu- una casa sobre el muro y se rompió la cabeza. Los
dad, queremos invitaros, con amor: ¿No querréis vol- otros sindicos escaparon apresuradamente. Asimismo
ver a los brazos de la Santa Madre Iglesia, la eterna los dos pastores que eran espías de Berna escaparon.
Iglesia de Roma? En todos estos tumultos creció el sentimiento de
Nadie en Ginebra había sido capaz de re.sponder que Ginebra no podía sobrevivir sin la mano firme
a la impresionante carta de Sadolet. Alg~inosamigos del maestro Calvino. Ya tan temprano como en Mar-
de Calvino le enviaron una copia, siigiriéridolt: contes- zo de 1540, menos de un año después de su expulsión,
tar a la seductora invitación. ¿Podría rehusarlo? No ciertos arnigos le escribieron que esperaban que e1
solamente para nalvar a Ginebra de caer de nuevo tendría que volver. En aquel tiempo Calvino escribi6
,
AsÍ FUE CALVINO UN LLAAlAMIENTO DE LO ALTO
a Farel: "Antes me dejaría crucifica^ cien veces que De este modo las cartas y los mensajeros especia-
volver a aceptar esta cruz en ,la que uno es criicifica- les empezaron a llegar a Calvino. Ginebra pidió tam-
do rnil veces cada día. Te comunico esta noticia para bién a los Cantones protestantes de Berna y de Zii-
que en el caso de que resulte cierta te opongas de m- rich aconsejaran al de Estrasburgo ceder a su promi-
das las maneras a aquellos que se esfuercen en vol- nente ciudadano. Zurich aceptó la sugerencia; pero
vcrmc alli". Berna mostró frialdad por el asunto, ya que no ria-
El amable Pedro Viret, pastor en Lausanne, había
bian podido obtener la autoridad que d e ~ a b d nsobre
oído también este rumor y. habia escrito a Calvino Ginebra.
animándole a considerar que Ginebra tiene un buen Muchas personas escribieron cartas privadas ro-
clima, que podía ayudar mucho a su salud. Con arnar- gándole lo mismo, "Es el triunfo de Dios". Venga pron-
ga ironía Calvino respondió en Mayo de 1540. "He leí- to hermano, venga, venga, para que podariios ale-
do este pasaje de vuestra carta, ciertamente con una grarnos en Dios nuestro Redentor" -le escribib uno.
sonrisa. No comprendo porque os sentís tan preocu- Uno de los pastores que había tenido que abandonar
pado por mi salud y me recomendáis volver a Gine- la ciudad le rogó por carta: "No diga usted que no,
bra sobre esta base.., Es muy preferible perecer aqui resistiria al Espíritu Santo; no a los hombres. Etecuer-
de enfermedad que volver a ser atormentado de nuevo de los frutos que esperan ser cosechados en Francia.
en aquel antro de tortura. Por lo tanto, mi querido La iglesia de Ginebra es importante. Ningún horrlbre
Viret, si me queréis bien no volváis a mencionar se- mortal es capaz de dirigirla con tanta energia, tan
me jarite proposición". sabiamente y con tanta habilidad como vos. Uno de
En Otoiío de 1540 los Consejos de Ginebra actua- los dos pastores que quedaron, el cual había antes
hablado contra Calvino, le escribió ahora: "Venid,
ron. El 21 de Septiembre el Pequefío Consejo pidió a honorable padre en Cristo, vos pertenecéis a nosotros.
uno de sus hombres influyentes el Sr. Ami Perrin, pro- El Señor mismo nos ha dado vuestra persona; todos
curar hallar manera de hacer regresar al maestro suspiramos por vos".
Calvino. El 13 de Octubre fue decidido escribir una
carta "A Monsieur Calvino para que quiera ayudar- Viret, que habia consentido en ir a Ginebra por
nos". En Octubre 19, el Concilio dt los Doscientos re- seis meses como predicador temporal, escribió a su
solvió: "A fin de promover el honor y gloria de Dios... amigo: "No te entretengas, ven a edificar y alegrar la
asegurar que el maestro Calvino vuelva a ser nues- Iglesia que yace en miseria, dolor y tristeza1'.
tro predicador". El 20 de Octubre el pueblo de C~ine- Y Farel, tan pronto como pudo encontrar un men-
bra fue reunido en Concilio general: "Debernos tener sajero envió otra bomba en forma de carta al mismo
c? Calvino, gritó de todo corazón la inmensa mayoría hombre que tiempo atrás habia ordenado quedar en
dc la multitud. En consecuencia fue decidido enviar Ginebra. Calvino luchando todavía con la decisión
una misión a Estrasburgo, "para traer de todas ma- replicó a una de las cartas de Farel: "Las bombas
lieras al tan sabio maestro Juan Calvino, para ser que estáis arrojándome, no sé porqué razón, m e han
~r-iinistroen esta ciudad". llenado del mayor terror. Sabéis que siempre he tcmi-
AS^ FUE CALVJNO UN LLAhlAhIlENTO DE LO ALTO
do vuestras advertencias; pero no he sido sor60 a era el único camino para Calvino. EJ único, aunque
ellas. ¿Por quk, pues me atacáis con tal violencia condujera a Ginebra, la ciudad de la cual había es-
hasta casi romper nuestra amistad?" crito a Viret: "No hay otro lugar bajo el cielo que me
Calvino contestó con atenta cortesía desde Estras- cause mas temor1'.
burgo el 24 de Octubre del 1540. .. Pero el lado humano de Calvino luchaba contra ;a
A los 7nagníficos y I~cmorwl>lessefiores sLn- idea de volver a la ciudad en la orilla del lagc. "Se-
dicos consejel-OSd e Ginebra: "Puedo testifi- ría morir mil veces cada día" escribió a los pastores
car ante Dios que tengo a vuestra Iglesia en de Zurich que habían enviado una carta urgiéridole
tal consideración que nunca dejaría de hacer su regreso a Ginebra: "Si tuviera que dar oído a mis
cualquier cosa por ella para ayudarla en propios sentimientos, más bien iría al otro lado del
tiempos de necesidad ... Por el otro lado, no mar, que volver allí".
puedo ligeramente dejar el cargo al cual el A medida que pasaron los meses, la decisión se hi-
Sefior me ha llamado en Estrasburgo sin ser zo mas clara. "De alguna manera que no puedo ex-
suslituído de un modo fiel y moral ..., fue dis- plicar, empiezo a sentir más inclinación a liarme la
puesto por el Consejo de Estrasburgo que yo manta en la cabeza y entrar allí, -Calvino escribió
iría con algunos de los hermanos a la Asaril- a Viret-. La decisión no fue grata; pero era clara.
blea de Worms, no a servir a una sola iglesia, "La Iglesia de Estrasburgo consintió en dejarinc jr,
sino por el común interés de todos, entre los aunque Bucero insistió en que debía ser por poco tieni-
cuales vosotros estáis incluídos. ,. Yo os pro- po, hasta que la situación en Ginebra quedara arregla-
meto que nada puedo negaros de mi parte da". Además, "mantendremos sil ciudadanía y paga-
en todo lo que me sea posible; por tanto haré remos su salaiio como profesor todo el tiempo que
todo lo que esté a mi alcance para serviros tenga que estar alli", fue el ofrecimiento del ayurita-
según Dios lo permita". miento de Estrasburgo. Calvino aceptó el honor dc la
Desde Worms Calvino escribió a los señores de Gi- ciudadanía, pero rehusó el salario.
nebra, desl~ués que su última delegación vino a él: La dieta de LVorms había fracasado. Después de
"Puede ser necesario para mí asistir a otra Dieta Im- tres días de debates formales, el Ernpcracior dio orden
perial, pero "por el rnomento estaré libre de este car- de aplazarla, que era el recurso usual cuando no se
go extraordinario". Por tanto os prometo hacer todo veía ningún progreso. La Cuarta Dieta fue seiialada
lo que pueda para venir. a ayudaros si la Iglesia y el para el mes de Marzo en la ciudad alemana de Ratis-
Concilio de Estrasburgo me lo permite. bona. Calvino y sus compañeros volvieron de VJorins
A Farel escribió Calvino en Octubre de 1540: el 23 de Enero de 1541. Habían estado ausentes de Es-
"Cuando considero que yo no soy dueño de mi mismo trasburgo casi tres meses. Después de un mes, otra
ofreíxo mi corazón como una víctima consagrada vez se hallaron de camino, galopando dentro de i i r i
para el sacrificjo sobre el altar del Señor. Yo entrego carruaje forrado interiormente con sábanas y mantas
mi alma encadenada a la obediencia de Dios". Este para protegerles del frío glacial.
Era largo el viaje a Ratisbona, una ciudad en el ras acerca de la transubstanciación, tratando de sa-
corazón del Sacro Imperio. El hielo sobre el Denubio tisfacer el partido opuesto sin ceder nada. Yo rio piie-
había adquirido tal espesor que permitió a los hom- do estar de acuerdo con esto. Aunque ambos son bue-
bres de Estrasburgo viajar siete dias por encima, co- nos y están procedierido con las mejores intenciones,
mo si fuera una larga carretera. El carruaje y los ca- teniendo como único objeto proinover el Reino de
ballos se deslizaban sobre el Iiielo con los libros y pa- Cristo".
peles, equipo de cocina, mantas y vestidos. "Yo soy Nada puede resultar de todo esto -dijo Calvino
arrastrado de mala gana a Ratisbona -escribió Cal- mismo a Buccro- pidiéndole le pcrrriiliera volver a
vino a Farel- presiento que el viaje sera muy peno-
so.. . me temo que se prolongará, pues a veces intere- Estrasburgo- Bucero lo consintió de mala garla y
Calvino hizo el largo viaje de vuelta; llegando el 25
sa a la politica alargar las dietas hasta 10 meses ... pe-
ro iré donde Dios me guie, El sabe mejor porque ha de Junio.
puesto este deber sobre mí". Excepto por el gozo de ver viva a Ideiette, fue u n
triste regreso. En su propio hogar y en los de mucllos
En Ratisbona Calvino y sus compañeros oyeron el otros lierrnanos había lugares vacíos por motivo de la
rumor de que se había desatado la peste en Estrasbur- plaga. Calvino hizo visitas co~ifortandoa las farili-
go. Todo el mundo que puede huye por su vida. Ide- lias doloridas, predicó a su congregación de refugia-
lette había ido con su hermano. Sus curiados Antonio aos otra vez. Miro a la gente y lugares conocidos de
y María habían, escapado a una pequeña ciudad cer- Estrasburgo pesarosamente, como quien tiene quc!
cana. Claudio Ferey, u n maestro francés refugiado, decir adlós a todos. Mas carlas venia11 de Ginebra y
uno de los amigos más queridos de Calvino murió; de otros lugares de Suiza. Había llecho una proincsa
asimismo un pupilo de la casa de Calvino; muchacho delante de Dios. ¿Podría retrasar rnás su vuelta a
clel cual estaba mlux prendado. En una interesante Ginebra?"
carta escrita desde Ratisbona, Calvino expresó su "¿Estás esperando que las piedras clarnen!" Ha-
simpatía al padre del joven fallecido. A Farel escri- bía tronado con vehemencia Farel eri su últirila carta.
bió: "Día y noche mi esposa esta en mis pensamien- "Si hubieses sido tan lento cuando se nos ordenó llar-
tos, recordando que esta sola, sin sostén y sin consue- tir corno lo eres en volver, las cosas no liabr.íari llega-
lo". Aburridos y apenados, los hombres de Estrasbur-
gr, tuvieron que quedar quietos en Ratisbona e-, a~eran- do al presente estado".
do que empezara la mas larga de las cuatro dietas. Los Consejos de Ginebra enviaron un licraltlo ofi-
cial a buscar a Calvino y escoltarle en su viaje. El
Marzo, Abril, Mayo y los debates continuaban. Ayiintamiento de Estrasburgo de buen grado por arnor
Hubo algún acuerdo bastante ertraordinario hasta a sus ilcrrnanos dc Ginebra, pero pesaroso de perder
que llegó el asunto de la Santa Cena que resultó como a su pastor, enviaron una carta a Giriebra clicierido:
siempre la barrera impasible. Calvino continuó escri- ''Finalmente viene este incornparablc y raro instru-
biendo largos informes a Farcl diciéndole: "Felipe y mento del Señor. Nuestro siglo no conoce otro como
Uucero han trazado fórmulas ambiguas y poco since- él, si es que existe otro"
AS^ PUii CALVINO
160
E n l a catedral de San Pedro le esperaba u n nuevo púlplto
11
AS^ FUB CALVINO EL NUEVO I l O G A R DE GTNEBRA
Dios y sus ángeles, que nos circundan, miraban al A Bucero, el paternal pastor quc dejó en Estras-
hombre sobrecargado de alma en la casa de la calle burgo, le escribió un més después cle estar en Ginebra.
del CaÍíón y le verían a menudo sobre sus rodillas "Hasta donde dependa de mí no daré motivo de ofcn-
orando; con su Biblia abierta ante él. Estaba pidien- sa a nadie. .. Basta ... no puedo emprender nada mAs
do fuerzas para si mismo, así como para la Iglesia y hasta dentro de ... por tanto no necesita usted prcqiin-
la ciudad a la cual había sido llamado. tarme acerca del fiel cumplirnicnto de lo que le he
Un día o dos después de su vuelta, la gran campa- prometido. Y si de algún modo no re.qondo a siis de-
na Clementina, de S. Pedro, llamó al pueblo para un seos, usted sabe que estoy bajo su poder y sujeto a su
culto especial. Los consejeros asistieron en corpora- autoridad. Amonésteme, castígiieme, y ejerza totlos
ción vestidos con trajes negros y grises, caracierísti- los poderes de un padre sobre sri hijo. Perdone si le
cos de la ciudad. Calvino, desde el nuevo púlpito, hablo escribo con tanta prisa ... me hallo comprometido con
solemnemente sobre los terribles acontecimientos en tantos trabajos que casi estoy fuera dc mí".
el mundo. Los turcos conquistando Hungría, la p e ~ t e Entretanto Idelette estaba dc~cmpaqiictando y
devastando las ciudades y pueblos de Alemania. En arreglando las cosas en la casa n "1 de la calla del
Francia las ardientes hogueras de la persecución. Hu- Cañón. Era un cambio muy favorable co~npar~iritlola
millémonos ante el Señor, dijo la voz clara desde el con la casa de huéspedes de Estrasburqo. Los Con~e-
nuevo púlpito. "Oremos por el mundo y por nuestros jeros ya habían puesto alrjún mcbiliario cn la cala.
hermanos; y que el Señor Dios Todppoderoso tome Eran muebles que prestaban a los pastores de Gine-
nuestra ciudad bajo su protección. Amén". bra. Dos camas de noeal y iina de cedro para cada
El primer domingo Juan Calvino estaba en el púl- uno de los pequeños dormitorio? del piso. Para Ixs
pito otra vez. La gente esperaba que hablaría acerca otras habitaciones de los bajos sala de estar, dc~naclio
de las razones para su destierro y regreso, pero no y cocina, había en conjunto un3 mesa de nopal y iui
habló ni una palabra de queja o reproche. Tenía la banco de haya, un bufete de noval, dos baíiles dc no-
costumbre de predicar sobre un libro de la Biblia ca- gal con cierres de hierro; cuatro mesas lareas de ni-
pítulo por capítulo y versículo por versículo. Así que no, dos mesas más de nogal, una docena de sillas y ta-
empezó a predicar en el mismo versículo donde había buretes de madera y un escritorio. Había en el escri-
terminado años atrás. torio dos bancos, uno para Calvino y otro para los
El primer mes de mi nuevo mini: sterio tenía tan- visitantes. Asimismo un armario nara libros y una
to que atender, tantos asuntos y problemas, que es- pequeña escalera para alcanzarlor de los últimos es-
taba casi exhausto ... "Sin embargo esto consuelct. y tantes. Idelette hizo la casa r n á ~atractiva con las pe-
alienta, cuando no trabajamos en vano, sin ver fru- queñas cosas que trajo de Estra,~biirgo.
m-
to"; - e s t o escribía Calvino a un amigo de Basilea. Al principio de la corta y estrecha calle, habfa una
zo venir a Viret a Ginebra para ayudarlo y escribió fuente donde las mujeres lavaban ,m ropa y sacaban
a Farel: "No permitiré que de ninguna manera, ni a.gua para sus hogares. También los caballos se dete-
por ninguna razón, me sea arrebatado de mi lado". nfan en ella para apagar su sed.
Eri el jardiri, detras de la casa, Idelette hizo crecer
liortalizas. Podía llevar la casa bastante bien en Gine-
bra con el salario de su marido. llecibían 6110 florines
al ano y adeiiiks dos niedidns de ccreales y dos toricles
de virio. Esto era suficiente para ariiasar y cocer 1.200
panes rtl año, nias de una veintena por sciiiaiia, y
un par de botellas (le vino diarbia.s.El salario de C;il-
vi110 era i i ~ poco mas alto que el de los otros pastores,
i
porque, -decían los Consejeros- el ~ilaestroCalvino II
tendrB que niaritener a muclia poite qiie pasa por la
ciudad. A vcces los huéspedes no solo pasaban, sino
que permanecían varios días en la pequeña casa de la
Las ordenanzas
calle del Cañón, e Idelette tenia que extender a ellos
su pan y su vino. Calvino einpezo su segunda estancia en Ginebra
María, la Iieriiiaiiastra de Calvino, casó con uri gi- escribiendo mi docuincrito. $3 pequeño Concilio Lin-
ncbrino llamado Constancio, y vivió en su propia ca- bia accedido a establecer uria "forma de Gobierno"
sa. S Llieriiiano
~ Antonio se casó el año despiiiis de la para la Iglesia, y dos semanas, tan sólo, después de su
vuelta de Calvino a Ginebra y coinpró una casa de vuelta, ya tenía Calvino preparado el iriforine: Las
canipo fuera de los inuros de la ciudad; pero tanto él "01-cienan.zus E~lesiásticas d e la Iglesiu (1s Ginebi-u"
coirio su familia vivíari la mayor parte del ano en la fueron sometidas al Consejo dc la ciudad para su
casa de la calle del Cañón. aprobación. En el documcnio Iiabía niuclias ideas que
Liabíail crecido y iiiadurado en la mente de Calvino
Calvino, Idelett e, su hija Judith, Antonio, su espo- durante sus ailos de paz en Estraslburgo.
sa Ana y sus cuatro liijos, todos vivíari en la casa de
Calvino. Adeinas de la afluencia de visitantes y iiien- El pequeño consejo debatió e introdujo algunos
sajeros qiie entraban y salían de su puerta. cambios en "Las Ordenanzas". El Parlamento de los
No era un retiro quieto. Sin embargo, en rnedio de Doscientos hizo lo inismo. Ambos orgaiiisinos estaban
todo este rnovimicnto, Calvino Iiacía sermones, yre- seguros de su poder sobre la Iglesia. Necesitaban te-
paraba conferencias, escribía cartas y sus largos li- ner a Calvino en Ginebra, pero no abrigaban la in-
bros y escritos. tención de permitirle a él ~i a la Iglesia avasallar su
autoridad. Sin mostrar la copia reiormada a los pas-
tores estos cuerpos goberriantes convocaron a los ciii-
dadanos. El pueblo se junto bajo las altas bóvedas de
la catedral de S. Pedro el 20 de Novienibre de 1541
para presenciar la aprobación de "Las Ordenu~~zas"
por el Parlamento de la ciudad.
165
LAS ORDENtINZAS
ASÍ FUE CALVINO
Las Ordenanzas se referían a muchas cosas. aunque con rnas táctica; Declaro que por ciertos pe-
cados persistentes, después de tres ariionestaciories el
Ernpezaban eskableciendo cuatro oficios en la Igle- delincuente sería advertido por la Iglesia a que se
sia : Pastores, rnaestros, ancianos y diacorios. Este era abstuviera de la Santa Cena hasta qiic pudiera verse
el plan ideado por Calvino para la Iglesia de Ginebra, un cambio en su vida. "Pero aun en la rebelde ciudad
trazado segiin el rnodelo de las iglesias del Nuevo Tes- de Ginebra escribía Calvino con surno tacto: "Toclo
ta~nerito. Con todo cuidado sefialó las cualidades y esto debe ser hecho con moderación pues las correc-
deberes de cada uno de estos sagrados oficios. ciones son t a n sólo medicinas para atraer a los peca-
IIabía también uri plan cornpleto de actividades dores de nuevo a nuestro Señor". No se trataba de
para la Iglesia "Cada domingo debera haber serino- apartar o castigar sino de ganar. ¿Iialiía ~iiriguriaClu-
ries eri las iglesias de S. Pedro y S. Gervüsio, al rorn- reza en esto?
per el alba y a la hora acosturribrada (las 9 de la ma- Calvino escribió Lus Ordenan,zc~spara la iglesia
nana) ... Al mediodía habria catecismo, o sea irist1.u~- de Ginebra; pero muchísi~nasiglesias, por todas par-
cióri para los niños eIi las tres iglesias. .. A las 3 , se- tes del mundo, han hecho uso de este farnoso docu-
gundo sernión.. . Además en los dlas laborables habría mento. Es el fundamento del gobierno eclesiástico en
sermón en la iglesia de S. Pedro tres vcces a la scnia- todas las iglesias Reformadas y Presbiterianas, aun-
ria, luries, niiércoles y viernes. que se han hecho algunos carnbios para adaptarlas
a su propio tieinpo y lugar. Por ejeinylo: Calvirio tu-
El puchlo de Ginebra tendría una gran oportiiiii- vo que aceptar "en la presente condición de la Jgle-
dad para oir la Palabra cle Dios, si eran fielcs en asis- sia" que los ancianos fueran noinhrados por los Con-
tir a la iglesia. sejeros de la ciudad, ya que en este tierripo la íglasia
E1 bautismo tendría lugar en las iglesias, no por y el Gobicrno se hallaban estrechamente unidos. No
las casas, en una fuente bautismal cercana al piilpi- era lo que q~leríaCalvino. En sus "I~z.stilz~cioncs" pu-
to; no en el atrio. Para la Cena del Señor, las rrieaas :o en claro la necesidad que tiene la Iglesia de estar
estarían al lado del púlpito y la gente vericiría en grri- libre del control del Gobicrno. Pero lo rnás irnporlan-
pos a tonlar su lugar en ellas. te es que Calvino restableció los oficjos de anciano y
diácono en las iglesias según el rnocielo del Nuevo Tes-
Nadie podría estar enfermo tres días sin cornuni- tamento. No había ancianos ni diácono8 laicos cri
carlo al pastor ... El sábado, después cie comer, sería aquellos tiempos en la iglesia de Roma. Calvino res-
el tiernpo selialada para visjtar a los prisioneros, "in- tableció a l micrnbro laico a un luqar de aiitoridacl y
cluyendo a los que se hallen encadenados por tales reiponsabilidad en la Iglesia de Cristo.
rnoiivos quc nadie quisiera verles libres", y así por el Lus ordenw?zzu.s, discutidas y revisadas en los Con-
estilo. sejos, todavía rnaritiencn las ideas b&sicas rlc Calvino
El problerr~aespinoso Pra acerca de quien tendría que debían influenciar a las iglesias durante siglos e n
el poder de cxcorilunión. Calvino lo trató de nuevo, muchos países.
A S Í FUE CALVINO
do cristiano". Estos serían en verdad los hijos de Cal- para estudiar las Escrituras. Calvino tomaba parte
vino, inuchos hijos espirituales cluc seguirian sus en- en las visitas a los enferinosl y prisioneros. Regular-
s e i ~ d r i z ~y s e jernplo. mente visitaba las familias de su parroquia y decía
Tres anos después de la inuerte del peclueÍio Jai- en sus Or-denanxus que los pastores debían hacerlo
me, nació una hija, la cual rriririó tarnbien. Dos arios a sí.
mas tarde Calvlno escribe a un amigo acerca del bau-
tlsrrlo del tercer lli jo que la familla Calvino estaba Estos eran L w deberes
~ ordinarios, pero erari sólo
esperando; pero tal bautisrilo nunca tuvo lugar, el una parte. Calvirio estaba siempre escribiendo cür-
liebc rnurio al nacer. Idelette continuó con una salud tas. A su puerta llegaban galopando cor.reos de toda
inuy débil, haciendo rnuy lentainente su trabajo por Europa, entregando cartas y esperando respuestas.
la casa y cl jardín. En su debilidad era molestada por Cualquiera en la ciudad que necesitara enviar iina
su tos, una tos permanente que la rendia y por fin carta a cualquier lugar de Europa podía fácilmente
terminó con su vida. hallar un mensajero que se encargara de ello acudieri-
A pesar dc su pobre salud era Idelctle quien ponía cio a la calle del Cañón. Pr.ácticaniente la casa de Cal-
paz y ort1t.n e11 la casa de la calle del Caiíoi?. C ~ a r i d o vino era casi iina central de Correos, muchos años
estaba bien, ella iiiisma recibía e! río de viiitctrites antes de que se constituyera dicho servicio.
que llarnabari a la pur.rgta. A ~nucliosalinicritó y lios- Al lado de las cartas de advertencia y ayuda, Calvi-
pedó. Aúri durante su larga enfermedad la casa de no estaba escribiendo constantemente folletos, trata-
Calvirio estaba abierta a los liuespedes. Vuestra hos- dos y libros. Editaba. sus "Comenlarios", que eran sus
~~italidaci en el noiiibre de Cristo es conocida por toda conferencias públicas escritas por secretarios. Consis-
Europa". -Blgiiien escribió dos aiios antes que Ide- tían e n estudios exegéticos sobre los libros de la Biblia,
lelle rniiri era-. tratando con detalle versículo tras versículo.
Nadie sabe cuan a nieriudo la reposada simpatja y
aiilaiite culdado de Iclelelte trajo paz ai Iiorribre in- Los Consejeros de Ginebra se aprovechabari bieri
terlsailierite ocupado que era su esposo. Calvino tra- del hombre que habían i-ieclio volver. A su petición
bajó (le uria forma que liabriz dejado eshnusto a cual- Calvino editó y compiló las leyes de la ciudad. Cori el
quier ho~iibrelleno de salud. Se levantaba a las 5 de secretario del Pequeiío Consejo Claudio Roset, Calvino
la ~naiiariay empezdba su I r . Si estaba enferiiio trabajó hora tras hora dictando en forrria más com-
trabajaba eri la cania, con los libros esparcidos I>or prensiva y concreta el confuso lil~rode leyes de la ciu-
encinia de su cobertor. Los domingos ~~reclicaba dos dad. Primeramente lo clasificó, desl~iiéspidió algiirios
o tres veces en la catedral de S. Pedro. Los dias labol- cambios.
riihles predicaba eri semanas alternas los lunes y vier-
nes. Cada sernana daba confel.ei~ciaspúblicas los mar- ¿Podía algún hombre estar m á ocupado?
~ Y todavía
tes, jueves y sábados Los jueves presidía t;iinhiCn las más: Aún en las actas de rnatl.imonio y baiitisnio rea-
reuniones del Consistorio, en las cuales todos los rrii- lizados en aqiaella época en Ginebra aparece la peque-
nistios y ancianos de las diversas iglesias se jiintaban ñ a y a n g u l o s letra de Calvino.
Si al-guna persona necesitada llarnaba a su puerta
salía con ima nota escrita de sil puiío y letra corno la
que encontramos, que dice así: "Este pobre hombre
esta tan desfigurado que da lástima ... sírvase ver si
puede ayudarle. Es un ciudadano de Ginebra; si fiiese
un extranjero yo niismo habría provisto para él de
alguna manera".
Partida de Idclefte
Lo peor de todo eran los enemiqos con los cuales
Calvino tenía que luchar. No era nada nuevo ser ata- "La muerte entró por nuestras ventanas e invadió
cado por personas de Ginebra o de otros liigarcs que niiestros palacios", dice el profeta Jcrernías con rcfe-
desaprobaban sus doctrinas, y cada batalla era agota- rencia a su época. Estas misrnas ~ialabrasfilcrori una
dora. El hornbre qiie ansiaba paz y vida privada tenia realidad eri Europa por cinco años, desde el 1544 al 1543.
que poner aparte sir natural rnansedurnhre y mostrar
osadfa y coraje defendi~ndolo qile creía estar de aciier- En 1546, en el palacio de Inglaterra murió Enrique
do con la Escritura. Algunas veces, en tales batallas, VIII, el rey de las muchas esposas. Dejó su trono al
tenfa por fuer7a que mostrarse exccsivamentc duro en nirio rey Eduardo VI de 10 afios de edad, hijo de su
las palabras que usaba y los castieos que recorneridaba. tercera esposa Juana Seyniour. El ario próxirrio la
Sin embargo, en estos primeros aiios de su estancia en muerte devastó. el palacio de Francia; el inconstante
Ginebra, Calvino a b í a poner coto a sil ira. Qiiizá la rey Francisco 1 dejo la corona terrenal que había Ile-
diilzura de Idelette tuvo tina parte en este fenómeno. vado por 32 años. Años llenos de ahorcarnientos, dcca-
Sin notoriedad en Ginebra, y desconocida en la histo- pitamientos y liogueras de muchos protestantes. Sil hi-
ria, ella supo mantenerse en e1 trasfondo, arnahle, pa- jo Enrique 11 empezó a persegiiir a cstos cristjanos
ciente, sensible; sirviendo al personaje famoso con inás fieramente aún que lo q u e su padre liabía licclio.
quien se había unido. Dos años después de la niuerte de Francisco 1, fa-
lleció en París la hermana del rey, Margarita, reina
dc Navarra, quien había arnado a su herrriano Frari-
cisco muy profundamente, pero había protcgido y da-
do asilo a muchos hombres a los ciiales su hermano
habría perseguido y matado por arnor a la Iglesia (le
Roma.
Clemente Marot no era rey, pcro dejó un inmenso
tesoro al mundo cuando niurió en Turíri, Italia, en
1.544. Este poeta francés tradujo algunos salnios en poe-
sía. Los primeros salmos que preparó fueron cantatlos
ASÍ FUE CALVINO
cori melodías p o ~ ~ u l a r ye sse hicieron canciories favori- de Witemberg, en cuyas puertas había fijado las 95
tas, especialmente en Francia. Aún al rey Francisco le tesis. A su lado, enterrado tanibiéri bajo el ~ a v i m e n t o
gustaba cantar cuando iba [le caza: "Corno el ciervo de piedra, ace el cuerpo del príncipe Federico, protec-
brama por las coi-rientes de las aguas". Calvino uso tor de Lutero. Ivíelanchton estuvo llorando en el entie-
los salnlos de Marot en los hirl~nariosque editó en Es-. rro de su alnado dir-ector. Lloró también por las difi-
trasburgo y Ginebra. Conoció ai poeta francés en cultades que habían invadido los estados luteranos en
1536, en la corte de Ferrara, a donde Marot había hui- los últimos años de la vida de Lutero, y estas tenian
do desde París (1).Eri 1543 Marot paró algiinos meses que empeorar después de su muerte. En Alemania no
en Ginebra y Calvino persuadió a los ediles de la ciu- había ninguna mano fuerte para suceder al hombre
dad a que lo contrataran para traducirs 50 salmos más, que fue llamado "padre de la Reforma".
los cuales fiieron usados en el famoso Salterio de Gi- Este fuerte caudillo existía empero; residía en la
nebra del año 1562. De Ginebra Marot fue a Turín, casa de la calle del Cañón en Ginebra. Lo que Liitero
dondc murió. empezó con su valor heroico, Calvino lo continilaría y
Los papas qiic vivían en palacios, aunqiie preten- completaría con su mente brillante y su pluma jamás
dían hablar y obrar como Vicarios o repr.ec;eritantes en reposo. Lutero había arrancado la Iglesia Protes-
de Dios sobre la tierra, no teriían poder sobre la iriucr- tante fuera de la de Roma, trayendo la Reforma; Cal-
te. En 1549 el papa reinante Pablo 111 murió Si1 norn- vino la establecería y aplicaría. Pondría por escrito las
bre sería recordado como el papa que excoinulgck a En- grandes verdades de la Refornia, y las expondría, a fin
riqiie VIII, aprobó la orden de los jesuitas y noinbró de que tales verdades, sacadas de la Palabra de Dios,
al gran artista IMigirel Angel arquitecto principal para fueran aplicadas a la vida del cristiano en todos siis
la construcción del Vaticano y la catedral de S. Pedro aspectos.
en Roma. E1 cuerpo del papa Pablo se halla allí, ex- El reformador de Ginebra no podía darse ciienta de
puesto en iiria siintiiosa tiiniba, y sus pies que salen de la tremenda importancia de su labor cuando se senlil-
un ataúd de bronce son besados por las multitudes de ba en su escritorio, o hacía sil camino familiar sobre las
fieles que acuden a rendirle homenaje. losas de piedra desde la Iglesia de San Pedro al Ayun-
De todas las r~iiiertesociirr.idas en estos cinco afios, tamiento. Estaba en inedic de grandes luchas cuando
fue la de Martín Liitero la qiie trajo mayor tristeza a murió Martín Lutero. Predicando dando clases bí-
los protestantes. En Enero de 1546 Lutero Iiabia ido de blicas; recibiendo visitantes y redactando cartas; es-
su casa de Witembcrg a Eisleben, el pueblo de su na- cribiendo libros y folletos. Enfermo o sano, trabajaba
cimiento. Hizo el viaje en un frío invicr~iodentro de día tras día, sin ceder.
una .tartana. El domingo predicó en la iglesia dondc
había sido haiitizado. R,cpentinarnente, la noche ante- Nadie veía en sus ojos penetrantes y en su firme
rior a sil viaje de regreso, se puso enfermo y murjó. boca que un nuevo dolor atenazaba el corazón
Martín Lutero fue enterrado a la edad de 62 años con de Calvino. Ideletto estaba enferma. El Dr. Textor se
solemne pompa y ceremonia en la iqlesia del castillo hallaba con frecuencia al lado de sii cama, pero no
AS^ FUE CALVINO
podía ayudarla con los recursos clíriicos de aqiiellos burgo y la pequeíía Jiitiith que Iialjitaba con ellos cri
tiei~ipos.En Agosto de 1548 Calr7ino escribió a Virct: la casa de la calle del Caiión. Icielcttr: respor-irlió cori
"Mi esposa se encomienda a vuestras oraciones. Está un susurro "ya los he encoinendado al Seiior". Calvi-
postrada en su enfermedad de tal iiiodo que apenas no respondió que de todos nod dos haría todo !o qiie
puede sostenerse. A menudo parece hallarse mejor, pudiera por ellos, y la enferma rcsporldió f atigoca-
pero pronto recae". S u flaqueza y sus accesos de tos mente: "ya se que no descuidarás a quienes tu sabes
¿eran signos de tuberculosis, enfermedad desconocida que han sido encomendarios a1 Señor".
por los médicos dc aquellos días?
A principios de Marzo de 1549 Idzlctte se puso tan El 29 de hlIarzo, (lía dc su muerte, Idelctte escuchó
aébil que tenían que ayudarla para levantarse de la con atención las palabras del 1:astor. qiie vino a coli-
carna. S u marido se hallaba abrumado con incesantes fortarla. Ella "habló en voz alta de modo qirc t o d r ~ s
problemas y trabajo. Los refugiados estaban entran- vieron que su corazón estaba por cii(-irna tlc las c o - r i s
do constantemente en la abarrotada ciudad, tanto d~ la tierra". Sus palabras fiicr.ori: ''i(3li 2lnrio.sa r?c.*i-
desde Francia corno desde Italia. Necesitaban casas rrección! , iOh Dios de i\ lj;-;tl!airi :: dc todos niie:if r-(,s
y trabajo. padres, en Tí han ccnfiadí, los fielcs en las edadcc: j l x -
Los Libertinos, amantes de una vida disipada, ha- sacias y ninguno ha corifiatlo c i i vano. 'Jo tarnhitíri PS-
cían todo lo posible para irritar a Calvino y levantar peraré.. . ! " Esta última frarc apcnas m1d0 ~ r dici r 171-
los ánimos de la ciudad en contra de él. mida. " Y o tenía que salir a las 6 dc la tarde, -cqrr.ibr,
Calvino a Farel en una carta llcria d c curioqo? dc: .L-
A l propio tiempo estaba editando su Corneritario llcs-. A las 7 la cacaron a otvo cuarto c inmecii~tamcri-
a los Hebreos, dedicado a Segismundo Augusto, rey te empezó a declinar. Cliarirjo ~ i r ; i i « clue sil VOS le f ? l -
de Polonia. taba, repentinamente, dijo' ''Or.?!~ios, OI'CII?OS,~ r ; l d
En medio de todos estos trabajos buscaba algún todos por mi". En esto yo va llj1hí2 vi:~lto - s i y i ~ e Cal-
momento para sentarse al la,do de la cama de la en- vino- ella ya no jlodía Ilahlai y u rncntc ~,nrccía
feriria, hasta que el próximo deber urgente lo airan- turbada. Después de sucvrrarle a i Crí~lnunas pa labra P
caba de allí. acerca del amor dc Cristo, dc la c s p c r a n ~ adc la vitfa
Idelette esperaba pacientcrnentc su muerte. N ~ m c a eterna y de niiestra vicia n-irilrimoriial y su partida,
se había quejado en vida, y no iba a quejarse ahora. empecé a orar. Ella parccíx oir la oracióri alcintnrn~n-
Tres días antes de su fallecimiento había un grupo cle te; pero antes de las R había fallncidc), COTI tanta c n l -
personas en su cuarto orando con ella. Uno de los ma que los que se hallabari ~,r.ecenfe',apenas puc1ic-
Pastores "en nornbrc de los demás la exhortó a la fe ron di~tinguirsi estaba viva n iniierta '.
y la paciencia. Ella testificó brevemente (pues se hz- El acongojado hoinbrc dc la ('ara de la calle cicl
llaba grandeniente fatigada) acerca de la esperanza CaÍion, había quedado rolo. "De ierdatl mi tlolor rio
que había en su corazón". Calvino le aseguró que cui- es ordinariow-escribió a Vi!.ct una sernaria dcspiié~--
darfa cle sus hijos, el joven que se hallaba cn Estras- "he sido separado tle.la mejor corngafiera de rni vicia"
AS1 FUE CA1,VINO
ASÍ
FPJj CALVINO LOS AMIGOS DE CALVINO
abrirle l a puerta
nebra que en aquella ocasión recibió. Quedó asombra-
do al detenerse frente a la sencilla casa de Ia calle
del Cañón. ¿Era cierto que el famoso Calvino vivía
en este pequeño lugar? Llamó y el rnismo Calvino,
vestido con una senciIla ropa negra, abrió la puerta.
Sadolct quedó inundo cle asombro. ¿Dónde estaban los
crjados, inayordomos y porteros que era de eFperar
custodiaran y obedecieran las ordenes de hombre tan
famoso? Los obispos dc Roma vivían cn mansiones
suntuosas rodeados de sirvie~ites;los ar.zohisy)«s 31 car-
Asf FUE! CALVINO 1-IUMII.L)E EN l.,? GRRNDEZA
denales, en palacios, como reyes. Y allí estaba el hom- que redujeran su salario y repartitr a11 el ahorro con
bre mAs lariioso de toda la Iglesia Protestante, en una los otros pastores.
pequeña casa oscura, abriendo 61 misino la puerta a Sus enemigos buscando como criticarle, esparcie-
los visitantes. ron falsos rumores de que Caivirio era rico. I3n su lxe-
'',Yo soy verdaderamente rico" -dijo Calvino- facio al comentario de los Saliiios, les respondió: "Si
porque estoy abundantemente satisfecho con mis es- hay alguien a quien no puedo persuadir en vida de
casos recursos". Escasos recursos que no siempre cu- que yo no soy rico, ni tengo dinero, mi muerte se lo
brian el coste de su manutención, pago de medicinas demostrará". Así fue. Todg lo que Calvino poseía a su
y ayuda a la gente necesitada que llamaba a su puerta. fallecimiento no llegaba a u n valor equivalente a 225
Sin embargo Calvino no aceptaba la ayuda de los Con- dólares. Si hubiese vivido inas habría sido todavia
sejeros sin restituir sus deudas. "En 1546, Calvino ''no mas pobre, ya que rehuso aceptar el salario corres-
tenía recursos y los Consejeros le enviaron u n prBs- pondiente a l último trimestre de su vida. No lo lie
tamo de 10 coronas. Después de su restablecimiento ganado -dijo- ¿por que he de recibirlo?
-leemos en las actas- dio el dinero a los Consejeros, "Satisfecho con mi humilde condicián siempre rrie
quienes no esperaban la devolución". Para obligarle he deleitado en una vida de pobreza". En esto Juan
a recibir el donativo acordaron emplear la misma Calvino siguió el ejemplo de su Maestro. Sin embargo
cantidad en alimentos, pero Calvino tuvo la última se gozaba con las riquezas que el dinero no puede
palabra: "Entregó 10 coronas de su salario para ayu- comprar: "La belleza que Dios ha puesto en este
da de los ministros más pobres". Sin embargo aquel mundo", "Los pequeños pájaros cantores entonan !as
mismo año volvía a estar en deuda, a causa de la en- alabanzas de Dios; las bestias claman a El, los eleincn-
fermedad de su segunda hija, que por fin murió. El tos le temen; las montañas proclainan su nombre;
año prbximo el pequeño Consejo adoptó esta moción: las olas y las fuentes se mecen en su regazo; la hierba
"Resolvemos regalar a Calvino todo el mobiliario de y las flores le sonrien".
su casa que pertenece a la ciudad". Así Calvino pudo Estas son las riquezas de las cuales habla Caliirio
comer sobre su propia mesa yi dormir sobre cama en su "Prefacio al Nuevo Testamento", escrito para
propia. Olivetan, en 1535.
Un a ñ o más tarde Calvino, para sufragar los gas- Calvino tenia u n sentido del humor.. Sabía hacer
tos de su enfermedad, pidió prestadas 25 coronas. buenas bromas, podía reir con sus amigos. A veces,
Cuando iba a devolverlas, los Consejeros rehusaron antes de que su enfermedad lo impidiera, se tomaba
aceptar el dinero. El les amenazó que no volvería a algún recreo, paseaba por el jardín, con vistas al la-
subir al púlpito si no le permitlan pagar su deuda y go Leman. Cabalgaba por la campiña con sus coiilpa-
rehusó parte de su salario para amortizarla. fieros pastores, o iba a la casa de campo de su her-
Otra vez, cuando los pastores pidieron a Calvino mano Antonio. De vez en cuanto hallaba tiempo para
que intercediera con los Consejeros para que les su- algún juego. Jugaba a l disco. Existía en sus tiempos
biesen el sueldo, propuso al Consejo de la ciudad: un juego de discos de mesa; el jugador que conseguía
llevar su disco al lado opuesto de la mesa, mas cerca
ASÍFUE CALVINO
del borde sin que cayera al suelo, era el ganador. Calvino se sentía alborozado de ver a otro gran
Pero por lo regular Calvino no hallaba tiempo pa- país ingresar en el grupo protestante. Hizo con su plu-
ra recreo. Como el capitán de una nave en mar em- rna todo lo que pudo para confortar la Iglesia inqlesa.
bravecido, estaba demasiado ocupado en llevar la na- En 1548 dedicó su Comentario de Sari Mateo al duque
ve a puerto. de Somerset. Juntamente con el manuscritr, envió
Esta nave era toda la Iglesia Protestante; no sólo una larga carta sugiriendo reforrrias convenientes a
la Iglesia de Ginebra. La de Ginebra tenía bastantes la Iglesia de Inglaterra; "Que el Scfior llaga cle Vos
problemas para abrumar a u n pastor, pero Calvino un reconstructor de su teiiiplo" -cscrihió Calviiio-
vigilaba también el resto del mundo. Los nuevos go- y que vuestro sobrino pueda scr comparado al rey
biernos y las batallas. Los tratados y las intrigas in- Josias del Antiguo Tcstainerito". El duque agradeció
ternacionales, las conocía en detalle. Le eran impor- los escritos de Calvino. La duquesa erlvió un arii!lo al
tantes; no por razones políticas, sino porque afecta- célebre reformador.
ban a la iglesia de Cristo, y a la libertad de sus ama- Dos años y medio dcsl~ués,Calvjno envió un riieri-
dos herrnanos e n el mundo. sajero especial al joveii rey de 14 arios. Fue u n pastor
Para edificar la iglesia del Señor, Calvino escribía quién trajo copia de los dos últinios corilentarios cle
cartas a reyes y príncipes. A los gobernantes que mos- Calvino sobre Isaías y las epístolas de Saritiago, Pe-
traban simpatía para la Reforma dedicaba comenta- dro, J u a n y Judas, dedicados "A Su serena Alteza.
rios. E1 comentario a los hebreos, al Rey de Polonia; Eduardo VI, rey de Inglaterra, un verdadero TJrínci-
el de los Hechos a los reyes de Dinamarca y Suecia. pe cristiano".
Cuatro epístolas a u n duque alemán. Escribió un Ca-
tecismo para los Protestantes de Austria. Envió una Un año antes de la rniierte de Eduardo VI Calvirio
larga lista de reformas necesarias al emperador Car- le envio otro obsequio literario. Fue un ~~eqiiefio libro
los V cuando estaba celebrando otra Dieta Imperial titulado: "Cuatro sermones del ~riaestroJuan Calvi-
en Spira. no". En la carta que acompariaba al libro, Calvino
Calvino escribía sobre todo a Inglaterra durante escribe con elocuencia: "Es por cjerto una gran cosa
los siete años que reino el rey niíio, Eduardo VI, quien ser rey, y sobre tal país, pero no diido que viiestra Al-
murió a la edad de 16 años. E1 Duque de Somerset, tío teza considera mucho más honor ser un cristisrio. Es-
del joven rey, era el Lord protector que gobernaba te es u n privilcgio incomparable que Dios os ha con-
~iracticainenteel país. Tomas Crammer, arzobispo de cedido, señor: ser u n rey verdaderarnentc cristiano".
Canterbury, era otro de los regentes. Había ayudado A 103 reyes de Francia Calvino no 1)odía hablar de
a Enrique VI11 a cambiar la religión de Inglaterra este modo. Bajo Francisco 1 y Enrique 11 continuaron
cuando el Papa no quiso conceder el divorcio a este las persecuciones. En los 44 afios de gobierno de cstos
caprichoso rey. Ahora Crammer, verdaderamente dos reyes 50.000 protestantes fueron muertos; milla-
convertido a la fe evangélica, se sentía con mayor li- res salieron desterrados. En Meaux donde se hsbia
bertad para estar al frente de la gran Reforma que orjginado la ~ e f o r m afrancesa con rniicho írn1)ctii :Ir)
venía operándose en Inglaterra. afios atrás, fueron quemados 1 4 hornbrcs atados en
ASÍ FUE CALVINO HUhiILDE EN I,rl GRANDEZA
iiri círculo de horcas alrededor de la plaza del merca- me?ito de Lutero, y después por la falta de decisión de
do. Suspendidos pero no por el cuello para evitar Melanchton, y la influencia de líderes radicales en los
cruelmente su prematura muerte, se encendieron ho- estados Luteranos, después de la muerte de Lutero.
gueras debajo de sus pies, hasta que fueran abrasa- Por esto Calvino actuó con más confianza cerca de
dos lentamente. En París un profesor fue puesto en un los líderes Zuinglianos.
esti-echo agujero en el cual no podía estar ni sentado La piedra de tropiezo para la unión era la inter-
ni acostado. Como no consiguieron doblegar su fe pretación acerca de la Cena del Señor. Eri 1548 Cal-
con tal prolongado martirio, por fin fue quemado vivo. vino escribió a Bullinger, el lider de los Zuinglianos:
El laborioso y piadoso piieblo Valdense que vi- "Yo puedo sostener que Cristo está presente en la
vla en los valles de las niontafias del sur-oeste de Mesa del Señor de un modo más completo que vos,
Francia frieron Iiorriblemente asesinados. Un carde- pero, -sigue diciendo Calvino- no por esto dejarnos
rial iiiforino calurnriiosainente a los reyes acerca de de tener al mismo Cristo y ser unos en El". Después
ellos. En 1545, 3.000 Iiombres, mujeres y niños fueron envio 24 artículos sobre la Santa Cena para que fue-
muertos. Cuarenta mujeres se escondieron en u n pa- ran usados corno base de discusión.
jar. Los soldados le pegaron fuego y cuando las mu- Seis sernanas después de la muerte de Idelette fue
jeres trataron de huir de las llamas eran enzarzadas u n consuelo para Calvino ir con Farel a Zurich para
en sus bayonetas y devueltas a la inmensa pira. Los hablar con Bullinger y los otros ministros. La unidad
pacíficos pueblos y granjas valdenses fueron destruí- parecía cerca. Calvino habia recibido una carta de
dos. Algunos vagaron Iiainbrientos por los bosques; Rullinger a la cual replicó: "Nunca habia recibido
otros escaparori a Suiza para contar las horribles algo tan agradable de vos ... estoy más gozoso de esto
nuevas. que de cualquier otra cosa e n el: mundo.. . si algo nos
Estas persecuciones conmovieron profundamente a impide la unión no será por mi culpa ya que todos
Calvino. Escribió muclias cartas a gente influyente e unánimemente profesamos la misrna fe en Cristo".
hizo viajes a otras iglesias suizas para reunir fondos La evidencia de esta unidad fue el Consensz~sde
en favor de los refugiados, y para persuadir a las igle- Zurich del año 1549, escrito mayormente, sino entera-
sias y Cantones que escribieron fuertes protestas a l mente, por Calvino. En los dos alios siguientes todas
rey de Francia. las iglesias de Suiza pusieron sus firmas al Consen,sz~s.
En medio de la persecución en Francia, y las dis- Por lo menos en su país de adopción Calvirio podía
putas eclesiásticas en Alemania, Calvino trabajó para sentirse satisfecho por haber conseguido alguna uni-
traer unidad a las iglesias; por lo menos entre los se- dad entre las iglesias Dos años después de la muerte
guidores de Zuinglio y los suyos propios. Había con- de Calvino fue completada la unión de las iglesia: sui-
Dado en llegar a un arreglo con los Luteranos, pero ras en la famosa Confesion Helvetica del año 1566, tal
esto era cada vez menos posible a causa del temperat- como el pastor de Ginebra había siempre deseado y
(1). Vease uEl Crist~anisnroEvangelico a travks de los siglos)) por
esperado que se haría.
S. Vila. En Inglaterra el arzobispo Crammer tenía espe-
ranzas de conseguir una completa unión. Muchos de
AS^ FUE CALVINO
pero la decisión final para la aceptación de pastores Pero Castellio llevaba consiqo un odio amargo a
pertenecía al Consistorio de las Iglesias. A petición Calvino; odio que expresó algunos años mas tarde
de Caltrino el Consistorio rehusó la instancia a causa cuando publicó un libro denunciando el proceso de
de los puntos de doctrina objetables, del pretendiente. Servet y su muerte en, la hoguera.
En lugar del pastorado, el Consistorio ofreció pedir
al Consejo de la ciudad aumentase el salario del El próximo encrnigo de Calvino fue Pedro A~ricaux,
profesor. cuya esposa era una de las libertinas más notables de
Resentido de este repudio a su entrada en el mi- Ginebra. Se hizo tan "liberal" que vivía en anior li-
nisterio, Castellio dimitió del rcctorado de la Escuela. bre con varios hombres. Parece que Calvino aconsejó
Calvino ofreció ayudar a Castellio enviando cartas de la separación de1 matrimonio, pero el Pequeiío Cori-
recomendación a Viret en Lausanne. "Siento mucho sejo fue lento en aprobar el divorcio formal de Pedro
lo que ha ocurrido con este hombre -escribió Calvi- con su infiel esposa. Por último Fe concedió el divor-
n o - ayúdale hasta el máximo que puedasv. cio a Pedro, y la mujer fue condenada a 6 rncses c)e
Pero Castellio no encontró ningún cargo adecuado prisión. Pero Pedro Ameaux estaba disgustado por la
de profesor en Lau,anne y volvió a Ginebra. Una tar- lentitud del proceso de divorcio que duró año y medio,
lo cual atribuía injustamente a Calvino. Tenia adc-
de del año 1544 apareció en una reunión de entre se-
mana de pastores y laicos responsables. Sesenta de más otra razón de disgusto. Era impresor de cartas
estos estaban escuchando a Calvino explicar las pa- de juego y desde la vuelta de Calvino, a causa de las
labras de S. Pablo "Téngannos los hombres por minis- leyes contra el juego, la venta de cartas había dccrc-
tros de Cristo y dispensadores de los misterios de cid0 notablemente.
Dios". . . Una noche Ameaux invitó a cuatro amigos a una
"Vosotros, ministros de Ginebra, no sois como Pa- cena. Alegre por el vino se hizo elocuente contra el
blo -irriiinpió Castellio con sarcasmo, levantándose predicador francés dc la calle del Cañón. "Habló ex-
en medio de la asamblea-. Vosotros obedecéis a vues- tensamente y con voz fuerte, y sus amigos aplaudic-
tros caprichos, os enojais rápidamente, inalgastáis ron su perorata". Pero dos de aquellos amigos trai-
vuestro tiempo jugando y bebiendo; vuestras vidas cionaron a Ameaux, transmitiendo su discurso al
son extravagantes y desordenadas. A quien menos os Consejo del ciial Ameaux era un miembro. Amcaux
parecéis es a San Pablo" -declaró burlonamente. Cal- fue arrestado. Calvino pidió que la sentencia no fuera
vino no replicó. Controlándose a si mismo cerró la severa, pero que fuera publica para que el pueblo re-
Biblia y abandonó la sala. cibiera una lección. En vez de esto, el Pequeiío Con-
El pequeño Conscjo tomó cartas en el asunto con- sejo decidió que Ameaux pidiera excusas por lo dicho
tra Castellio por insulto público a los pastores de Gi- en una reunión cerrada.
nebra y le ordenó abandonar la ciudad. Este salió con Esta decisión irritó a Calvino. Toda la ciudad co-
cartas de CaIvino y los pastores recomendándole como nocía el incidente de Ameaux. Otros delitos eran cas-
maestro, aún cuando no podian aprobar su admisión tigados con humillación pública en las calles, y ahora
al ministerio. este hombre que había insultado graverneritc a los
NUEVAS LUCHAS
~ ~ a s t o r obtenía
es Iiacer su retractación a puerta cerra- Pero esto no fue ningún consuelo para los ciudadanos
da. Apoyado por otros pastores, Calvino pidió un cas- de posición, pertenecientes al partido Libertino. Estos
tigo publico para el hombre que todo el mundo sabía aborrecfan a Calvino por la disciplina que estaba pro-
qiie Iiabía denunciado las doctrinas de la iglesia, y ca- curando traer a su distinguida ciudad. Le aborrecían
lumniado a uno de sus ministros. porque era un extranjero; le combatían privadamen-
Los eneinigos de Calvino vieron en este asunto una te y en público, y se unían a cada nuevo enemigo qiie
oportunidad para mover ruido. Pronto las murmura- por cualquier motivo aparecía en su contra. Por 14
ciones y amenazas crecieron. Los ciudadanos engra- años duró esta enemistad del partido Libertino.
saban siis iiiosquetes para la batalla que preveían re-
gocijadamente. Los desórdenes eran más notables al Una familia de dicho partido odiaba especialn~cnte
otro lado del río, en el distrito de S a n Gervasio, don- a Calvino. Era la de Favré, una antigua y rica familia,
de vivía Aineaux. Para apaciguar al piiebio, el P e q ~ e - muy amante de los placeres. Francisco, el padre, coi>-
ño Consejo marchó en procesión por sobre el puente victo dos o tres veces de adulterio había dicho que de-
hacia iiii tablado levantado en la plaza de S a n Ger- seaba ser u n síndico de la ciudad para reabrir las ca-
vasio. Desde el tablado el Consejo ~.ectificósu veredic- sas de prostitución de Ginebra. Gaspar, uno de suc
to declarando: "Pedro Anieaux, por haber hablado hijos, había estado en la prisión por inmoralidad.
contra Dios, contra el Consejo, y contra el maestro Cuando fue libertado se vengó juntando algunos aini-
Ctilvino, tiene que andar por la ciudad con la cabeza gos gamberros y jugando con ellos un juego ruidoso
desc~ibiertay una antorcha de cera en su mano. Ten- a la puerta de la iglesia donde Calvino estaba predi-
drá que ai.i.odillarse en frente de la casa del Ayunta- cando. Juan, otro hijo de esta familia, se burló de Cal-
inierito, donde estará el Consejo sentado como tribu- vino moviendo la cabeza solamente en el acto de su
nal, y dirá y confesará e n voz alta y ciara: Contra boda, en vez de decir en voz alta "si quiero", como
Ilios, la Verdad y el Dere~ho,zjo declaré que e2 maes- era regla hacer.
tro Jzmn Culvir~oha p~oclamadojalsa rloilrina. Des- Pero Francisca la hija de Favré era la peor de to-
piiés será llevado por las calles de la ciudad a las tres dos. j Qué mujerona era aquella! Su lenguaje sucio y
principales plazas piiblicas... y en cada una de ellas agresivo se desataba contra toda autoridad. Sin em-
1iai.á una confesión siiriilar, de rodillas, con la antor- bargo Francisca se había casado con Ami Perrin, un
clin en la mano, para servir a otros de ejemplo". miembro del Consejo y capitán de las milicias de
E1 5 de abril de 1546, Pedro Ameaux cumplió esta Ginebra.
sentencia. Ea multitud curiosa se reunió para ver y En Marzo de 1546, poco antes de que Ameaux fuera
recorclar. condenado a retractarse. Francisca y su marido Pe-
El pueblo comprendió que Calvino exigía del Con- rrin bailaron en una fiesta de boda con u n síndico
sitjo que ac c~iniplierala ley en cualquier persona. Fue llamado Corna y otros invitados. Años antes cie que
algo de consiielo para los pobres saber que el dinero Calvino viniera a Ginebra, la ciudad había hecho le-
y la posición no valían, y que aun el hecho de ser yes contra la danza, que muchos no guardaban; pero
mieinbi-o del Consejo no eximia a nadie de su sanción. ahora, por recom'cridación del Consistorio de pasto-
204
A S Í FUE CALVINO NUEVAS LUCIIAS
res, aquellas leyes se habían hecho obligatorias. triota famoso que murió luchando por la libertad de
El Síndico Corna expresó sinceramente su pesar Ginebra. Filiberto no era tan gran hombre como su
cuando fue traído ante el Consejo; pero Francisca se padre, pero tenía el crédito de aquel. Era ligero y du-
burló y enfureció. Cerdos, cobardes embusteros, fueron ro de cabeza.
las mejores palabras que tuvo contra Calvino y los
ministros del Consejo. Los ujieres tuvieron que venir y El otro miembro del trío de libertinos era el ele-
arrastrarla fuera de la sala. Su marido Ami Perrin, gante Pedro Vandel. A Vandel le gustaba aparecer en
prudentemente hizo un viaje a Lyon, y así escapo del público rodeado de sirvientes y admiradores, con sus
incidente. Francisca estuvo en la cárcel un poco de dedos llenos de anillos de oro y su pecho de collares
tiempo; pero la carcelera la dejó marchar. i Cómo odia- preciosos. Varias veces había estado en la cárcel por
ba esta inujer a Calvino! Dijo que tuviera cuidado "el su hablar insolerite a los otros miembros del Con-
pastor forastero, de otro modo levantaría un fuego en sistorio.
la ciudad que le pondría definitivamente fuera", Estos tres, Perrin, Berthelier y Vandel, capitanea-
Calvino trato varias veces de hacer las paces con ron la oposición del pueblo contra el orden y la pureza
la familia de Favré, especialmente con Ami Perrin, que Calvino estaba procurarido establecer, aprove-
que era uno de los mensajeros enviados a Estras- chando toda oporturiidad para oponérsele.
burgo para traerle a Ginebra. A Perrin le gustaba En 547 fue el asunto de los calzones cortos. Para el
la buena vida, pero si la monstruosa furia que tenía desfile anual y torneo de tiro al blanco, Ami Perrin
como esposa no le hubiese incitado, era un hombre quería tener sus soldados urliforruados con calzones
capaz de entrar en razón. En una carta firme, pero cortos, abrochados por el lado con lazos de seda. Pidió
llena de buenos argumentos, que Calvino dirigió a al Consejo de los Doscientos que decidieran acerca de
Perrin, lc decía que no hiciese caso de las amenazas los nuevos uniformes. Perrin esperaba tener más apo-
de Francisca. "No no vine a Ginebra por gusto ni yo del Consejo de los Doscientos que del Pequelio Con-
por ganancia -escribió- ni me perjudicaría ser sejo ejecutivo. Calvino habló en la reunión: Dijo que
obligado a salir. El bien de la Iglesia y del Estado es no se oponía a dar a los soldados un nuevo uniforme,
lo que me decidió a volver.. . y solamente podré dejar pero señaló la mala impre96n que tal vestir in~no-
mi devoto afecto a este lugar cuando exhale mi pos- aesto y lujoso produciría a las gentes sencillas de la
trer aliento". Exhortando a P e r - n a comprender que ciudad. El Consejo de los Duscieritos votó contra los
las leyes debían ser guardadas honradamente, Calvi- calzones.
no decía: "El Señor le haga comprender que las he-
ridas de un amigo sincero son muy preferibles a los ,?mi Perrin llamó a Calvino "nuescro cómico Cé-
engañosos halagos de otras personas". sar" y rápidamente preparó un viaje para evitar es-
Pero el odio de Ami Perrin y de la familia de su tar presente en el desfile en el cual sus soldados rnar-
esposa continuaba encendido. Dos otras personas se charian sin sus nuevos calzones.
destacaron como lideres libertinos con Perrin. Uno Había perdido la' batalla d e los unifor~nes,pero 61
fue Filiberto Berthelier. Su padre había sido un pa- y sus ayudantes no habian terminado con Calvirio.
VIII
Nuevos apuros
El descontento se extendió, esperando romper en
llamas.
El Consistorio de Pastores trabajó fielmente. Cada
uno de los doce ancianos vigilaba cuidadosamente las
costumbres de su distrito. Los jueves por la manana
las personas acusadas por el Consistorio de quebrari-
tar- las leyes de la ciudad, eran traídos ante el Peyueno
Consejo para recibir sentencia. Allí estaba el honiur-e
que se quedó e n casa jugando a cartas durante cl Fer-
món del domingo; los muchacl-los que se rieron eri la
Iglesia, el ciudadano que oyendo brai~iar-iliri burro,
dijo sarcásticamente: "está cantarido un buen salmo".
Este fue sentenciado a destierro por' 3 meses de la ciu-
dad. Además había la serie inacabable de borrachos,
rateros, pendencieros, adiilteros, y otros ofenrores.
La ciudad, famosa por sus vicios y maldades, tenía
todavía u n gran trecho para llegar a ser la congrega-
ción del pueblo de Dios. A menudo los Consejeros se
hallaban indecisos. Siempre eran Calvino y sus com-
pañeros de ministerio quienes reprendían, denuncia-
ban, y recomendaban la disciplina para mantener la
ciudad y la iglesia según los preceptos de la Palabra
de Dios.
Por algún tiempo quedaron cerradas las tabernas.
En su lugar se establecieron restaurantes llamados
abbayes en los cuales había siempre una biblia abier-
ta sobre una mesa central. A ningún cliente se le ser-
via comida si no había dado gracias a Dios. Los abba-
yes se cerraban a las 9 de la noche.
h
Pero la reforma de Ginebra era una batalla larga. bía escrito también algunas cosas que fueron consi-
En Julio de 1547 Francisca Perrin tuvo otro choque deradas como un conato de traición. Bajo la lortiira,
con el Consistorio. Llamada por los pastores y ancia- común en aquellos días, Gruet corifeso haber escrito
nos para explicar su mal cornportainiento desató su la carta anónima del púlpito. Ailnque no por unani-
escogido lenguaje contra el ministro Abel Poupin. midad, la mayoría del Consejo le conderió a ser deca-
Después, para escapar a la previsible sentencia del pitado; que su cuerpo fuera ataclo a una horca y su
Pequeño Consejo, Francisca, decidió ausentarse por cabeza colgada encima en un gancho.
un tiempo de l a ciudad.
Dirigiéndose a la puerta de las murallas apercibió Según las leyes de aquellos dias, Jairne Gruet ha-
al pastor Poupin que andaba por una estrecha calle. bía recibido una sentencia justa. Tres años después
Aguijoneando su caballo trató de derribarlo. Al fa- de su ejecución, se halló en un hueco de una pared de
llarle este truco, pues el pastor se apartó rápidamen- su casa un escrito de veinticuatro páginas contcnicncio
te, le arrojó algunas palabras insultante3 y escapó a soeces in,wltos contra Cristo, la Virgen María y los
galope hacia fuera. apóstoles. Cristo era llamado entre otras cosas "u11
Al día siguiente apareció misteriosamente una demente incapaz de nada bueno"; la Virgen Mat'ja
carta anónima en el púlpito de S a n Pedro. Estaba es- "una meretriz", y los apóstoles "unos imbéciles de
crita en una clase de dialecto que poca gente de Gi- mala raleav.
nebra podía hablar o escrjbir. "Grandísimo vientre de Calvino tenía poco que ver con el asunto de Grliet,
olla -empezaba, refiriéndose al pastor Poupin- vos pero el pueblo fue enardecido por tal causa. Sil eje--
y vuestros compañeros haríais mejor e n detener vues- cución fue asociada con la reforma de Calvino. Más y
tras lenguas ... si vais demasiado lejos nadie podrá más gente se inclinaron por los Libertinos.
protegeros ... y maldeciréis la hora en que dejjsteis de Un dí?J de diciembre de 1547, el Consejo de los Dos-
ser monjes.. . Cuando se va demasiado lejos tiene que cientos tenía que reunirse. A1 llegar Calvino para di-
sufrirse la venganza.. . no queremos tener tantos arnos. rigirles la palabra, oyó alboroto y ruído de lucha en
Parad atención a mis palabras".
el patio de la Casa de la Ciudad. Apresurándose a en-
Uno de los pocos que podían escribir y hablar el trar lialló a los Consejeros chocando sus espadas e
dialecto de Saboya usado en la carta, era Jairno insultándose mutuamente. La f r á ~ i lfigura de1 pastor
Gruet, un ex canónigo sobre quien había sospechas vestido con ropas negras, se halló en un instante cil
de haber iniciado el complot de envenenamiento con- rnedio del tumulto, gritando: "Si tenkis que dcrrainnr
tra Viret y Farel antes de que Calvino viniera a sangre, empezad por la mfa". "Varjos amigos -dice-
Ginebra. me cogieron y arrastraron clc rin liiyar a otro del 11:itjc
Gruet vivía solo y era conocido por su vida inmo- para evitarme golpes de espada". Asombrados y 1111 ]>o-
ral. Cuando los Consejeros hicieron registrar la casa co avergonzados, los enojados Consejeros entraron por
hallaron algunas cartas y escritos en los cuales Gruet fin silenciosos en l a sala del Consejo. Allí Calvino les
$e burlaba de la Iglesia y del Zstado. Parece que ha- habló largamente y con gran ardor.
NUEVOS APUROS
Pero no se engañó pensando que su discurso tu- Dos nuevos enemigos, ambos ex-monjes, sc levan-
viera iiii gran efecto. Fue "como contar una historia taron para atacar la teología de Calvino. Los Liberti-
a u11 sordo" dijo después. Desalentado escrilbió a Vi- nos les dieron la bierivenida. Priniero, en 1551, apare-
ret: "SU i~ialdadha llegado a tal extrenio que deses- ció Genónirrio Bolsec "Quien habiendo arrojado su
pero de poder coiitiriuar sosteniendo esta iglesia". hábito de monje se convirtió en uno de los médicos
"Crécme, estoy desfallecido y quebi.antado, a nienos más capacitados". Bolsec apareció lambién corrlo iiri
que Dios extienda su mano para fortalecerine", y a teólogo experto. Criticó la teología de Calvino hablan-
Farel dijo: "Que el Señor oiga vuestras incesantes do con otros, aunque no se atreyió a enfrentarse con
oraciones a nuestro favori'. el mismo. Un viernes, el pastor de un pueblecito cer-
Perrin y sus carnaradas se frotaban con gusro las cano tenía u n estudio bíblico con u n período de pre-
manos. Era la primavera de 1549 y las elecciones ha- guntas. En el coloquio, después del sermón, Bolsec se
bían traído más Libertinos a los Consejou. En el de levantó para denunciar la doctrina de la elección. "Es
los Doscientos habían sobrepasado a los sostenedores una estupidez -dijo- una locura; hacéis de Dios un
de Calvino. Aunque no era totalmente así en e1 Peque- tirano, pues si Dios ha decidido todas las cosas desde
ño Consejo Ejecutivo, también allí resultaron con ma- un principio es responsable por el pecado mismo. Este
yor influencia que antes. Perrin fue elegido nada me- Calvino que os enseña estas cosas es un impostor, sois
nos que síndico. Estaba ufanoso con la victoria. locos de seguir su ensefianza". (1)
Los Libertinos se hicieron más atrevidos. Calvino Calvino había llegado a la Iglesia, durante el pe-
andaba por las calles rodeado de insultos. Aún los ni- riodo de discusión sin ser notado. Quieto, desde un
iios se burlaban de él quitando la letra v a su nombre: rincón, escuchó el ataque de Bolsec. De repente, con
"Calvin", para llamarle "Caín". Alguna gente ponía gran sorpresa para el ex-monje, que no le creía pre-
su nombi-e a los perros a fin de tener el gusto de gri- sente, Calvino se levantó y se puso al frente para re-
tar "pasa de aquí Calvino". . . o "anda allá". . . ! Un dia futarle, defendiendo la doctrina de la elección divina.
un grupo de gamberros trató de empujar al odiado Con su extraordinaria memoria citó fácilrnente tex-
predicador fuera del puente que cruzaba el helado tos de la Biblia, de los padres de la Iglesia, como
Kódano. Todo era corno en los días de 1530 cuando Agustín. En argumentos escriturales ¿,quién podía es-
tuvo que salir de la ciudad. t a r frente a Calvino? El pequefio Consejo decidió por
fin desterrar a Bolsec.
Fue en aquella primavera en que Idelette yacía En su vejez, Bolsec aprovechándose de su ligera re-
moribunda en la casa de la calle del Cañón, cuando lación con Calvino escribió u n libro sobre la vida del
el odio de los Libertinos contra Calvino alcanzó su reformador ginebrino. De todos los libros escritos con-
más alto grado. tra Calvino, este fue, el más vil y malicioso. Lleno de
Atacado por todos lados, solitario por la muerte l imaginaciones y calumnias.
de su esposa. n o es extraño que escribiera a amigo: De nuevo, en 1552, el pequeño Consejo se reunió
"Créeme, estoy deseclio y quebrantado, a menos que para oir debates acerca de la elcció11 divina. Esta vez
el Sefior extienda su mano sobre mí". el acusador era un nativo de Ginebra, un rnorije que
I
(1). Vkase el ApBndlce para comprobar l a fitlsedad d e titles acu-
saciones
NUEVOS APUROS
se había hecho ermitaiio, Serafin Troillet, quien se Durante estos aiíos de amenazas, insultos y tribu-
u ~ i i óa los Libertinos y decidió probar que Calvino en laciones, el enfermo rodeado de encmjgos, no podía
sus Inslifuciones hacía a Dios autor del pecado, y por vislumbrar la victoria. Sin embargo, poco a poco la
tanto ensefiaba falsa doctrina a la Iglesia de Ginebra. predicación, la enseñanza y la disciplina hicieron sil
Fue un proceso largo. Farel y Viret vinieron a Gi- obra en los corazones de muchos ginebririos. Aquellas,
nebra para apoy;ar a Calvino. El secretario del Ayun- gentes no hacían tanto ruido coriio los Libertinos que
tamiento, poco versado en teología, expresó su can- combatían a l Reforlnador pero cnipezaron a ver que
sancio escribiendo en las actas: "Habiendo oído sus el camino de Calvino era el dc la Palabra de Dios, y
respuestas repetidas una y otra vez ..." El Pequefio que a pesar de la severidad cori que este creía y prac-
Consejo dio un veredicto para satisfacer a todos: De- ticaba la vida santa, era mejor que la vida disipada y
claro que "las Ins¿iluciones eran santas y bien he- altanera de gente como P e r r i ~ iy su iracunda esposa
chas; y que la doctrina de Calvino era la doctrina de Francisca.
Dios; pero también declaró quc Troillet era un buen
hombre y un buen ciudadano. Así terminó el asunto, Aún en los Conscjos, donde los libertirios tenían
pero no quedó solucionado. mucha fuerza, hubo una ligera mayoría que compren-
Los enemigos se hallaban tanto en las calles como día que Calvino debía permanecer en Ginebra por
en los Consejos de Ginebra, prod~ciendotumultos. El amor de la inisma ciudad. Estos hombres podían a
pastor de la calle del Cañón luchaba cuando su cuer- veces oponerse al extenuado predicador rehusando lo
po necesitaba descanso y paz. A veces su asma le pro- que pedía; pero otras veces le ayudaban a orillar los
ducía ataques de pleuresía. El que hablaba con tanta obstáculos. A veces le hacían enojar, pero sabían que
facilidad e n el púlpito, en el Consejo y por las casas, debían retenerlo. Había algo en su manifiesta l-ionra-
tenía ahora que medir las palabras y pronunciarlas dez, su firme carácter, su mente brillante y sobre todc
con esfuerzo porque su respiración no era fácil. A me- en su absoluta consagración al Maestro y a S u santa
nudo Calvinc no podía sentarse o moverse con facili- Palabra, que sobrecogía a todos. No había otro corno
dad a causa de sus almorranas, o porque los agudos él en Ginebra ni en ninguna otra parte del mundo.
dolores del rnal de piedra le atormentaban. Si sus he- No importa cuanta oposición los Libertinos pudieran
rnorroides se lo permitían, tomaba su caballo y galo- levantar, el Consejo nunca pediría otra vez a Juan
paba tan fuerte como podía, esperando con ello hacer Calvino que abandonara la ciudad.
bajar las piedras de su hígado. Aunque el piVocedi- A pesar de estos aespuntes de victoria la mayor
miento era doloroso no había otro mejor en aquel batalla se hallaba a la vista.
ticinpo, cuando se desconocía la operación quiriirgi-
ca. No siempre estaba libre de dolor de cabeza. Algu-
nas veces los dolores le mantenían despierto toda la
noche. Con frecuencia Calvino no podía comer rnas
que una comida al día; calambres, indigestiones y
fiebres eran problenias bastante comunes.
B
Qar iout 3 c8up f0n c6ilrrour r/$Ortup
e'cmbrr ftro a ne (uucjlt ttrrnr/
poíe (cnttrt; a cornbicii (orit b c u r t u ~
Qeuyqiii en luy onr confiance fcrlnc.
Miguel de Servet
Eln una colina, en las afueras de Ginebra, un hom-
bre era quemado en la hoguera.
Lo raro es que esta era la segunda vez que tal
hombre era quemado por el delito de herejía.
Cuatro meses antes había sufrido la misma sen-
tencia de parte de la Iglesia de Roma; pero los segui-
dores del Papa no fueron bastante listos. El hereje se
escapó de la prisión en que le tenían. Tan enfureci-
dos y frustrados quedaron que decidieron quemar un
muñeco de paja en su lugar, juntamente con cinco
fardos de escritos suyps. Fue dejado a la ciudad pro-
testante de Ginebra el triste honor de quemar al hom-
bre en persona.
El español Miguel Servet, quemado dos veces por
hereje, tuvo una historia bastante semejante a Cal-
vino. También él fue hijo de un notario, hermano de
un cura, estudiante de abogado y seguidor del Papa.
Como Calvino, empezó a estudiar la Biblia en sus len-
guas originales cuando todavía era un estudiante de
Leyes. A la edad de 18 años Servet aceptó la creencia
que le costó la vida casi 25 años después.
Dios no es un ser con tres personas -dijo Servet-
esto le hace un monstruo de tres cabezas; no se en-
cuent.ra en toda la Biblia una palabra acerca de la
éertte pfufieiiro i tn voy trinidad o de las tres personas divinas, Jesús es un
Qur Qonc 31(an? bc moy : hombre y no el eterno Hijo de Dios. "El Espiritu San-
to no es un espíritu diferente de Dios, sino que es el
PAgina del Salterio de Ginebra del año 1562. Vease pAgina 238. Espiritu de Dios manifestado en el mundo. A la edad
7 16
AS^ FUE CALVTNO
¿Qué haría Servet? Los protestantes le rechazaban tianisirio". Scrvet llamó al libro suyo: '1t2estituciones1',
a él y a su libro. La iglesia de Roma le llevaría dere- pretendiendo que 61 iba a restaurar la verdad de la
cho a la hoguera. Servet concibió la idea de eiiiigrai religión cristiana en su forma mds pura.
a América. Por fin decidió cambiar su nombre por el En los aííos 1546 y 1547, cuando tenia 35 afios, Ser-
6c Miguel de Villanueva, nombre de su pueblo natal, vet estuvo en correspondencia con Calviiio, quicri le
y así pasó 20 años sin ser descubierto. contestó cortésinente enviandole una copia de sus
Servet tenía 22 aiíos cuando contrajo un cita en "Instituciones". Dicha copia fue devuelta a Calvino
París con J u a n Calvino recientemente convertido. Por llena de comentarios insultantes. Servet envió mas
aiguna razón Servet nunca vino al lugar concertado, cartas a Calvino, unas 30 eritre todas, en las cuales le
donde Calvino le esperó con riesgo de su vida. iiablaba a veces con respeto y otras con gran dureza.
En los próxiinos años, el incansable jr bien dotado Tainbicn le envio un maniiscrito de su futuro libro
Servet hizo muchas: cosas. Editó una geografía niiin- "Restitu~ioncs'~ pero Calvino sintió quc cra mi mal-
dial que se publicó cn Lyon. Estudio medicina en Pa- gasto de su precioso tiempo el continuar dispirtaiido
con el obstinado autor.
FUE CI~LVXNO
ASÍ
MIGUEL DE SERVET
que para tener esta prueba supleincntaria había acu- Cuatro meses más tarde Servet en persona llecó a
dido a Calvino, quien tenía algunas de aquellas car- Ginebra y se hospedó en la fonda de la Rosa Uoratla,
tas escritas de puiio y mano de Servet. "Pero tengo donde pidió al dueño preparase u n bote para llevarle
que decirte que no me ha costado poco trabajo el que a través del lago en dirección a Zurich.
Calvino iiie entregara las cartas originales que te Era doiningo, todo el rnuiido fuc. a la iglesia. Ser-
2djunto". vet fue también. Algiiien le reconocí6 y lo dijo a Cal-
¿Conocía Calvino que estas cartas serían entre- vino, quien inmediatamente pidió a los Consejeros la
gadas a las autoridades católicas para ser utilizadas orden de arresto. E1 secretario de Calvino fue a la cár-
como prueba contra Servet? El mismo Calvino decla- cel juntamente con Servet, a causa de la regla esta-
ró más tarde que no habría hecho ningún paso para blecida, de que el acusador tenía que entrar en la
entregar a Servet a la Iglesia de Roma, y no tenemos cárcel juntamente con el acusado hasta que fueran
ninguna razón para dudar de su palabra. Sea como probados los cargos. El secretario se ofreció a ir en
fuere, esas cartas autógrafas resultaron una eviden- lugar de Calvino para que este no fuera iritcrrurnpido
cia tan innegable contra Servet que fue arrestado. En en sus importantes trabajos.
vano lloro, aduló, a sus jueces y mintió para justifi- "E1 13 de Agosto de 1553" -<iicen las actas dcl
carse. Era a l principio de Abril del año 1573. Consistorio de la Tglesia de Ginebra- "n7jguel Scrvet
La prisión tenia un patio o terraza que daba a la fue reconocido por algunos hermanos, y pareció bien
calle, el cual estaba siempre cerrado; pero a los pri- aprisionarle a fin de que no pudicra infectar al iiiuii-
sioneros distinguidos se les permitía jr allí, y a que la do con sus herejías y blasfemias, ya que era conocido
prisión no tenía u n excusado en el interior. El tercer como incorregible ".
día que Servet estaba en la cárcel se levantó a las 4 ¿Qué movió a Servet a venir a Ginebra?
de la mañana, se vistió y se puso encima el pijama y I b a de camino a NápoIes, Italia, para ejercer la
gorra de dorinir. Vestido de este modo pidió al guarda medicina -dijo en su juicio- pero la carretera de
la llave del patio. Sin sospechar su intento este se la Viena a Nápoles no pasa por Ginebra ni Zurich. ¿Por
dio. Servet se quitó el pijama y la gorra de dormir y qué fue a Ginebra después de haber escapado a l fue-
los dejó bajo u n árbol al cual subió y de alli al tejado .eo
..- de la Iglesia de Roma? ¿Oyó Servct de parte de1
de una casa próxima. Siendo tan de maiíana sola- Libertino que imprimió su "Rest ituciones" que Cal-
mente una mujer que pasaba le vio por la callo diri- vino tenía dificultades en Ginchra? ¿Sabia que los
girse apresuradamente liacia la puerta de la ciudad, enemigos de Calvino eFpcraban derribarle a 61 y a su
de donde salió coino uno de los trabajadores tem- obra? Si, probablemente había oído estas cosas. /,Con-
praneros. taba con qué estos enemisos le apoyarían? (,Esperaba
Hubo una búsqueda frenética del prominente pri- esparcir su doctrina cn Ginebra; o solamciitc naszba
sionero. Al no ser hallado, el tribunal de Viena pro- por curiosidad? Nadie lo sabe.
nunció la sentencia de que fuera quemado en efigie. Calvino escribió u n documento de 39 acusacioncs
Esta fue la primera quema de Servet, hecha con gran contra Servet. El juicio ernpezó y continuó por dos
solemnidad, con un monigote de paja como victiina. o . r r i r t ~del prnccm conqi~tió~ r PiT -
r v p c p ~ 1v ~ n ~ d i Una
222 223
AS1 FUE CALVINO
Las leyes eran estrictas en la ciudad de la Refor- Cuando el primer dentista trató de establecerse
ina, la cual pasó de la extrema pravedad a la más ex- en la ciudad fue enviado a Calvino, y este usó su pro-
tremada piedad. Todo o nada. Ninguna otra cosa era pia boca como pieza de prueba, antes de recomendar
adiriitida allí. Había leyes para proteger al pueblo y se le concediese licencia para curar a otros. Cuando
para castigarle. Calvino influenció a los Consejeros alguien pintó un cuadro conmemorativo del tratado
para que promulgar.an leyes de sanidad y seguridad con Berna, se pidió a Calvino que tomara el papel de
pública, algunas de las cuales fueron las primeras crítico en arte, para aprobarlo. Un hornbre inveiito un
en Europa. sistema de calefacción. Enseguida pidieron a Calvino
No podían arrojarse basuras ni desechos de comi- que diera su consejo. Cuando tenia que renovarse el
da en las calles; ni construir hogares sin chimenea. importante tratado comercial con Berna, aún cuando
Debían ponerse barandillas en los Lctlcones para que aquella ciudad vecina tenía una antipatía es~eciala
los niños no pudieran caerse; las nodrizas no debían Calvino, fue este diplomático nombrado por Gine-
acostarse con los bebés que tenían a su cuidado, sino bra. Era una tarea difícil, porque Berna había trata-
tenerles en camitas aparte. Los propietaiaios no po- do siempre de imponer su mano sobre los asuntos de
dían alquilar habitaciones sin permiso de Ias autori- Ginebra. Sin embargo, ahora por primera vez, fue fir-
dades. Los vigilantes nocturnos deberían cumplir mado y sellado u n tratado en la cual Berna reconoció
exactamente sus turnos de servicio. Los comerciantes a la ciudad del Lago como igual a ella.
tenían que hacer negocios honrados y no sobrecargar ¿Cómo es posible que el hombre que hacía todas
sus mercaderías. Ningún ciudadano de Ginebra po- estas cosas no fuera siquiera ciudadano de aquella
día alistarse para servir como merceriario a algún población? Podía haberlo sido; pero nunca lo solicito,
otro rey o país. para que nadie pensara que quería granjearse un
Estas eran algunas de las nuevas leyes. Cuando poder civil que le era dado por los gobernantes, sin
llegaba el tiempo de elecciones, el predicador de la pedirlo. A millares de refugiados se les había conce-
Catedral de S a n Pedro, pronunciaba excelentes ser- djdo la ciudadanía tan pronto la solicitaron, pero
mones acerca del deber de los ciudadanos de elegir Calvino, conocido por toda Europa como "El hombre
hombres santos, y del deber de los elegidos de gober- de Ginebra", era todavía extraño en la ciudad que é!
nar según Dios y para El. hizo famosa.
El predicador de S a n Pedro, era también abogado, En los años finales de la vida de Calvino, conti-
diplomático y especialista en todas las cosas. Los Con- nuaron saliendo libros suyos de las imprentas. Dejó
sejeros se dirigían más y más a él para tener corisejo en el rnundo 96 libros originales. Los Comentarios a
experto en cualquier asunto. S e le tenía informado la Biblia eran sus estudios bíblicos anotados por se-
de todas las cosas. ¿Y por qué n o ¿No había declara- cretarios según los dio, y revisados por el mismo Cal-
do en las "Instituciones de la Religión CristianaJJque vino. Dichos Comentarios abarcaron todos los libros
todo lo del niundo debe ser declarado y usado para la de la Biblia excepto nueve del Antiguo Testamento:
gloria de Dios? y del Nuevo tan sólo el Apocalipsis no llegó a comen-
tar. Su pluma nunca estaba quieta. Mantenía varios
secretarios ocupados a la vez. Cartas y más cartas. ..
Tenemos 35 gruesos volúmenes de las cartas que h a n
sido conservadas; y no son todas. Gracias a Ics fieles
secretarios que e~cribían cuando Calvino predicaba,
poseemos más de 2.000, sermones suyos.
Ginebra, sede cultural y evangelistica
La Iglesia de Ginebra conocía ahora la paz y el
progreso. El número de pastores llegó a 18. El Con- Pero la mayor gloria de sus anos finales fue la
sistorio Eclesiástico tenía verdadero poder sobre to- Academia de Ginebra. La priiriera universidatl Pro-
dos los asuntos de la Iglesia, incluso e1 de la ex- testante levantada en el murido. Por muchos aiíus ha-
comunión. bía sido el sueño de CslClino.Tenía la gran convicción
¿,Yqué diremos de la ~núsicaen la Iglesia Ginebri- de que Dios quiere que sus siervos sean bien cdilca-
lla? Era emocionante oir al pueblo de Ginebra, mun- dos, personas de rnente superior. Especial rnen te los
dialmente conocido como cantador de Salmos. Por 17 pastores; pero también los oficiales del go\)icrno, los
años tuvieron a u n famoso profesor de canto: Louis médicos, los abogados y todos los que debían ejercer
nourgeois. El hombre que escribió la música de cargos públicos.
"Cantad alegres al Sefíor ¿Podía Ginebra tener iina Universidad para iris-
Mortales todos por doquier; truir a tales siervos de Dios y del pueblo? La ciudad
Servidle siempre con amor del Lago no contaba con ningún príncipe o cardenal
Obedecedle con placer". riquísimo que pudiera dar su nombre y fortuna a una
escuela. Había crecido de doce mil a veinte mil habi-
Bourgeois enseñó tanto a los niños como a los tantes; pero una tercera parte de ellos eran refugia-
adultos a cantar salinos. Fue el primero que inventó dos que habían llegado sin un céntimo. Para adrnjra-
la idea de poner el número de los salmos que debe can- ción del resto de Europa, Ginebra levantó su Lrriiver-
tar la congregación en un tablero a l lado del púlpito. sidad. Cada uno (le siis habitantes sacrificó una parte
E'n 1562 se piihlicó el Salterio de Ginebra, con muchas de lo que tenía. Una pobre esposa de un panadero pu-
nielodías escritas por Bourgeois. La letra era de Cle- do dar solamente 50 centavos, pero u n impresor pu-
mente Marot y Teodoro de Bezo; pero la mano guia- diente dio a la nueva escuela la rnayor parte de sti
dora era la de Calvino. Con el Salterio Ginebrino del fortuna, y así con todos sus ciudaclanos. Los notarios
ario 15G2, se dio al mundo cristiano itn nuevo tesoro. cuando extendían testamentos, pedían a los inorii~iin-
dos que recordaran la Universidad en sus legaclos.
Poco a poco la escuela fue edificada en uria p c q i i e -
ñ a colina. "Aireada por los vientos del sur y del este".
No lejos de la catedral de San Pecirc. Calvino rnismo
muchas veces subió a ver el adelanto del edificio. ITa-
bía estado enferrrio por varios meses con una esgccic
ASÍ FUE CALVINO
de malaria contagiada por los mosquitos de los terre- Universidad de Lausanne para no sacrificar sus con-
nos t anta nos os que rodeaban la ciudad. Nunca se re- vicciones. Pronto obtuvieron cargos, juntamente con
cobró enteramente de esta fiebre, que le molestó con otros profesores, en la nueva Universidad de Ginebra.
todas sus con?-cuencias. Sin embargo tuvo el gozo de Beza fue nombrado rector. Calvino fue uno de los
ver el adelanto del edificio: S u sueiio se convertía en profesores. La Facultad quedo constituida antes de
realidad, que el edificio quedase terminado.
Quizás fue suya la idea de que en los arcos del pór- Un gran sanido de trompetas, al par que la cam-
tico, sostenido por columnas de granito, se pusieran pana Clementina, llamaron al pueblo a la catedral
textos bíblicos en tres lenguas: "El principio de la de San Pedro el 5 de Junio de 1559 para el culto de
sabidz~ría es el temor del SeñorJJ, dice el texto en inauguración de la Academia de Ginebra. El secreta-
i¿eb~-eo,la lengua del Antiguo Testamento. "Ciis20 rio del Pequeño Gonsejo leyó el reglamento de la Es-
nos Ila sido hecl~osabi(lr~riwde DiosJJdice el texto en cuela escrito por Calvino. Los profesores fueron ins-
griego, la lengua del Niievo Testamento. Y en latin, talados en sus puestos respectivos. Los estudiantes
la lengua de los eruditos, hay otro texto que dice: juraron la Confesión de fe Reformada. Beza, el rec-
"La sabidz~riude lo Alto es ~ Z L T U pacífica
, U tknc de tor de 41 años, pronunció un hermoso discurso en la-
buenas obrasJ'. tín y Calvino, el hombre que veía realizado su sueño,
habló en francés. Habló brevemente, "como era su
Podéis ir a Ginebra hoy día y encontr.areis una c.ostumbre", y terminó la reunión con oración. De-
gran parte de este mismo edificio, ensanchado con bió ser u n día maravilloso para él.
alas modernas por ambos lados, y usado todavía como Con admiración para el resto de Europa la escuela
Escuela superior. La parte central es mayormente co- fue un éxito desde el principio. Pronto hubo nove-
rno Calvino la conoció; donde él anduvo y dio confe- cientos jóvenes estudiantes: lo que era formidable pa-
rencias a los muchachos que se sentaban frente a él. ra aquellos tiempos. Vinieron de toda Europa; muchos
Debajo del pórtico central, hay una aula oscura de ellos de Francia. Después de terminar una especie
que todavía los muchachos actuales lo llaman "el ca- de bachillerato algunos se quedaban para estudiar
labozo" porque es allí donde dan su examen final. Teología, Medicina y/Leyes.
Pero ¿qué sería una Universidad sin Facultad? y Los estudiantes' salían de la Academia perfecta-
¿una Facultad qué sería si no fuera formada por los mente instruídos. "Los muchachos de la Academia
hombres más cultos? Calvino escribió a París y a de Ginebra pueden hablar como doctores de la Sor-
otros lugares invitando a los principales eruditos Pro- bona" -tal era su reputación. Pero más que eruditos,
testantes a que vinieran a enseñar en su nueva escue- eran eruditos cristianos, graduados de la primera
la. Precisamente en este tiempo, la conocida Facul- TJniversidad Protestante del mundo. En los próxirilos
tad de Lausanne tenía una larga disputa cori Berna, años, muchos hombres célebres fueron alumnos de
que controlaba este centra. A causa de ella Beza, Vi- la Academia de Ginebra. Entre ellos, se cuenta Gaspar
ret y algunos otros colegas decidieron abandonar la Olevianus, co-autor del famoso Catecisino de
nombramientos.. . a veces ti ato de rcterierlos... lcs re-
cuerdo que eri mas de vciritc ciudactes los inisiorivros
han sido muertos por el puel?lo; pero riada puede de-
tenerles. Nada, ni siquiera el IZey de Francia. que en-
vió u n mensajero oficial advjrtiendo a Ginebra y que-
jándose de que todos los prec'licatlorcs herejes venían
de cste Cuartel General Protestarite.
E1 año 1559 fue uri aiio glorioso.
En Mayo la Iglesia clandestina Reformada dc
F'rancia pudo celebrar su primer Síiiodo nacioriai e11
París. Mientras sus miembros sufrían torturas y
muerte por causa de su fe, la Iglesia era organizada y
adoptaba el sistema eclesiástico de gobierno que Cal-
vino había trazado. Calvino estaba en cste Sínodo
por su espíritu y por cartas. Aquella era la iglesia de
su Patria; la amaba y la guiaba. Desde un centro le-
jano era su más devoto conductor.
En el mes de Junio, la Academia de Ginebra fue
Velrian m u c h a c l ~ o sd e t o d a Europa abierta oficialmente y vino a ser u n modelo para niu-
Heidelberg. ellas otras universidades protestantes en' arios
próximos.
Ginebra se había convertido e n el cuartel general En Jz~lio, Calvino celebró su 5O.c aniversario. 11
de la fe Relormada. Tenía un lider mundialmente fa- pesar de su enfermedad podía mirar alrededor de sí
moso, una iglesia fiel a la Palabra de Dios y bieii go- y dar gracias a Dios por lo que había sido cumplido
bcrriada. Una ciudad enteramente consagrada a la en Ginebra. Estaba agradecido también por haber si-
Reforma e11 su vida practica, y ahora contaba con la do preservado de la rnuerle en la fiel~remalaria su-
primera Universidad Protestante para educar a Iíde-' frida el aíío anterior. Durante estos rilescs de grave
res cristianos.
enfermedad había estado esforziindose para termi-
Desde este cuartel general predicadores y mi~io- nar una última edición de sus "Institucione.~". Era
neros evar~gélicosfueron por toda Europa. Iban a la una edición mucho más extensa que las anteriorcs.
puerta de Calvino rogando ser enviados. Muchos dc Algunos días desconfiaba de vivir para verla salir de
ellos eran franceses que suplicaban ser mandados a la imprenta.
su tierra nativa. "Asedian mi puerta" -escribió Cal- E1 Scrior le había preservado. Ahora, cri iiyl).<loclt.
~iinoa u n amigo-. Luchan entre ellos para obtener 1553, esta edición final salió dc 1)rerisa. 1Tiri.n 80 calií-
AS^ FUE CALVINO
El miércoles anterior, Calvino habia predicado s ~ i pero ahora parece que "la naturaleza no puede re-
último serm6n sobre el libro de los Reyes, y el mismo sistir más',. El secretario mojó su pluma en el tintero
día eu la Academia, por la tarde, dio su última con- de cuerno y escribió que Calvino hablaba con gran
ferencia sobre Ezequiel. dificultad entre respiraciones fatigosas, pero con una
Era tiempo de despedidas. amabilidad que trajo lágrimas a los ojos de los Con-
Primero del Municipio donde había ido tan a me- sejeros. Esta fue la última vez que visitó la sala del
nudo, en días de' derrota o de victoria; invitado o sin Consejo".
invitación. Allí fue, mejor dicho fue llevado, cerca del Sobre la puerta. que atravesó al dejar el Munici-
fin de Marzo. Quería presentar al peqiieño Consejo pio, estaba el escudo de Ginebra con el lema: "POd
un nuevo rector para la Acaderriia. Beza sería susti- tenebl-as L m " . Mas que ningún otro hombre Caivirio
tuído en la Academia a fin de ser el sucesor de Calvi- había hecho que este lema fuese una realidad en la
no en el púlpito y en su obra general. ciudad del Lago.
No habia escalones que subir hasta el tercer piso La próxima visita fue a la Catedral de San Pedro.
donde se hallaba la sala del Consejo. Para hacer mas Era el domingo de Pascua dos de Abril. Algunos
fácil el ascenso a Calvino los Consejeros habían he- hombres llevaron a Calvino en su silla de brazos des-
cho reemplazar los escalones por una rampa pavi- de la calle del Cañón hasta cerca del púlpito donde
mentada con guijarros que rodeaba todo el patio. Cal- había predicado centenares de sermones. Ahora era
vino subió allí por última vez sosteriido por un amigo Beza quien predicaba. Se celebró la Cena del Señor.
a cada lado. Todo era tan familiar; desde la amplia Calvino recibió el pan y el vino de las manos de Be-
sala de espera hasta la primera puerta de la cámara za. ¿Recordó, sentado allí por última vez, aquel do-
de la sala del Pequeño Consejo. Allí estaba sentado mingo de Pascua antes de su primer destierro cuando
el "heraldo" sobre su león de madera con su vara de habia rehusado heroicamente celebrar la Cena del
punta plateada, signo de la autoridad. Desde un lado Señor a causa de la maldad del pueblo?
del pasillo una escalen de caracol iba abajo hasta La congregación se puso en pie para cantar el him-
uno de los calabozos, donde aguardaban los presos no final. Un imponente unfsono llenó las bóvedas.
que debían ser traídos a juicio. Después una segunda Calvino cantó también, con su rostro iluminado por
puerta, y al otro lado la sala del Pequeño Consejo. En el gozo celestial, las palabras: "Ahora Señor despide
ella cuatro ventanas, pupitres tallados, y en un rin- a tu siervo en paz, conforme a tu palabra".
cón una estufa pentagonal, para calentar la estancia. Desde su cama fue escrita su carta final en fran-
El nuevo rector fue introducido y nombrado. En- cés ,dirigida a la duquesa de Ferrara, animándola y
tonces Calvino quitándose su casquete, que mantuvo exhortAndola a ganar a su sobrina para la fe refor-
en la mano, habló brevemente al Pequeño Consejo. mada. La carta final en latín fue dirigida a Bullinger,
Les dio gracias por la gran bondad mostrada durarite el reformador de Zurich con las Últimas noticias de
su dolencia. Dos días antes me sentía mejor, -dijo- Francia y Alemania. Aún en su lecho de muerte Cal-
vino mantenía puestos sus ojos penetrantes en el mm-
AS^ FUE CALVJNO
El día siguiente vinieron los pastores. De alguna espero de un momento a otro que mi aliento cesara
manera Calvino halló aún fuerzas para hablarles por totalmente. Es bastante que yo viva y muera en Cris-
. largo rato. Les recordó aquellos tiempos pasados cuan- to, que es el mejor galardón para los suyos en vida y
do sentía los perros azuzados por sus feligreses mor- en muerte. Os encomiendo a Dios, a ti y a los herma.
diendo ni capa y piernas; cuando oy6 40 6 50 moLsque- nos que están contigo. Devotamente tuyo, Juan
tes haciendo fuego bajo su ventana, antes de su sali- Calv inoJJ.
da para el destierro. Y la escena en el patio del Con-
sistorio cuando los Doscientos iban a luchar y e1 Pero Farel vino, de todos modos, y se sentó a la
se lo impidió. "Vosotros tendréis tribulaciones tam- cabecera de la cama de aquel hombre que él había
bién, cuando Dios me haya llamado a su presencia, ordenado permanecer en Ginebra 28 años atrás. Los
--advirtió a los pastores- pero tened buen ánimo, dos aniigos hablaron. Después, el anciano Farel de 75
pues Dios usara esta Iglesia y la mantendrá, y os pro- años volvió a su hogar, andando como había venido,
mete que la protegerá". para vivir un año más antes de juntarse con su amigo.
('Mis pecados siempre me han disgustado... os Calvino estuvo entre la vida y la muerte hasta el
ruego que perdonéis mis pecados y si hubo alguna co- 27 de Mayo. Oraba contínuamente, en voz alta o en
sa buena en mi, tomad de ello ejemplo". En cuanto silencio moviendo solamente los labios. En los ataques
a mi doctrina "yo he enseñado fielmente Su verdad de dolor a menudo clamaba: "¿hasta cuando Señor?"
y Dios me ha dado gracia para escribir también tan joh Señor! me quebrantas; pero basta saber que es
fielmente como me fue posible" en esta doctrina he Tu mano! "
vivido y quiero morir.. . perseverad todos vosotros en
ella. Aniaos unos a otros; soportaos los unos a los Murió apaciblemente, como si quedara dormido.
otros; que no haya envidia entre vosotros". Fue la noche del sábado, a la caída del día y al final
Otra vez un apretón de manos a cada uno. v de de la semana, que su vida tuvo fin. Un gran servidor
nuevo la lfnea de hombres llorosos bajando a la Calle había sido llamado a la casa de su Señor.
del Cañón. Al oir la noticia, el pueblo de Ginebra se juntó en
Hubo un mensaje más, muy especial: ¿A quién si- silencio fuera de la casa de la calle del Cañón. El Pe-
nó a Farel el amigo de tantos años? Farel ofreció ve- queño Consejo se reunió en sesión especial. El secre-
nir. Calvino pensó en su ancianidad y quiso ahorrar- tario tratando de consignar los sentimientos de los
le el viaje desde Neuchatel. "Adios mi mejor y más Consejeros escribió con su pluma de ganso. "Dios le
querido hermano -escribió usando a su propio her- dotó de un carácter de tal majestad y de tan elevados
mano Antonio como amanuense- y puesto que Dios sentimientos". En las actas del Consistorio, al lado
ha querido que tu me sobrevivas, recuerda nuestra del nombre de Calvino que fue marcado con una cruz
amistad, que ha sido tan útil a la Iglesia de Dios; cu- , hay estas palabras: "Partió para estar con Dios el 27
yos frutos nos esperan en el Cielo. No te fatigues con de Mayo del presente año, entre las 8 y las 9 de la
venir a verme. Estoy, ya respirando con dificultad y noche".
AS^ FUE CALVINO
tales se les lloraba, volvicron al buen camino por la cansando tranquilos en sus malclades), todos Cstos eri
bondad divina, al contrario, algunos que parecía esta- sí dan las sellales de no pertenecer 3 la Iglesia o ser
ban sobre los derliás, cayeron ccn frccilencia. Sólo los rnierlibros dc ella (1).
ojos de Dios puede11 ver quiénes l?erseverarán hasta el
fín (Mat. 34-13), lo cual es, en últirrio término, el prin- Obediencia libre y esponta~ica
cipio de la salud (Mat. 16). "Corno quiera que no sc encuentra riingiíri liornbre,
bárbaro o salvaje quc no sra afectado por algiina opí-
&Ias, aunque no podemos saber con certeza de fe, nión religiosa, se desprende de ello que todos hernos
quiénes son los elegidos; sin embargo, cuando la Es- sido creados para estc fin: que coriozcarrios la rnajes-
critura nos da ciertas notas, corno hernos dicho antes, tad de nuestro Creador, y habiéridola conocido le ten-
por las cuales podamos distinguir a los que son elegi- gamos cn la niayor e s t i ~ ~y~ le
a , honrcrrlos cori todo te-
dos e hijo2 de Dios de los que son réprobos y exfrafios mor, amor y reverencia"
a El, e? cuanto que El quiere sean por nosotros corio-
cidos. Con cierto juicio de caridad deben ser con,sitie- "Pues nosotros no sabemos ui agradar& a Dios lia-
rndos 71 Lenidos como elegidos de Dios I/ ~niembi-osde ccrlcs misericordia y traerles al carriin~dc la salva-
la Iglesia a lodos aquellos que confiesan, como nos- ción. Más bien debemos esperarlo, puesto que totlos
~ t r o sa, l mismo Dios y al mismo Cristo con la confesión son creados a la iinag'en dc Dios. Y pucuto que nues-
de la misrna fe, con el ejemplo de la vida y con la par- tra salvacióri no procede sino de la pura bondad gra-
ticipación de los sacramentos. Y aunque haya en sus tuita de nuestro Dios, ¿por qué no liaría El lo rriikrrio
vidas el residuo de alguna imperfección (ya que nadie con aquellos que se hallan a l presente en el camino de
aquí puede ser perfecto), con tal que no se gioríen y perdición corno nosotros estuvimos? (2).
se complazcan demasiado en sus vicios y esperen bien La segunda coFa en que consiste la libertad cristia-
de ellos, es de esperar que mediante el impulso benéfi- !la, y que depende de la aritcrior, es que las coricierlcias
co de Dios, aprovecharán cada día en lo mejor hasta obedezcan a la ley, no conlo obliyadas por la nccesiclad
que, despojados de toda imperfección, lleguen a la de la ley, sino que, lihres ya del yugo cie la ley, de sí
eterna bienaventuranza de los elegidos. La Escritura mismas obedezcan a la voluntad de Dios. Puesto que
nos define con estas notas a los elegidos de Dios, a los han de estar en continuos terrores, en tanto cluc cstkn
iiijos de Dios, al pueblo de Dios, a la I g l e ~ i ade dio^, a bajo el domjnio de la ley, jamás podrán dar. a Dios
fin de que por nosotros puedan ser conocidos. Aquellos, aquella pronta y alegre obedicncia, si antes no son
empero, que no están conformes con nosotros en la adornadas o enriquecidas con semejante libertad. Lo
m i ~ m afc, o que aún cuando la confiesen con los la- que qucremos decir, lo explicaremos mejor y rriás cla-
bios, sin cmbargo, niegan con las obras al Dios que con (1). INSTTTUCION DE L A RELTG1C)N CR.TSTTANA. nr !a prirncra
los labios confiesen, (como suele suceder con tantos edición latitia esr,rita. por .J!inn Calvino r n el afio IFi.?fi, ' ~ r i ~ i l i r < ' ( : i t ir7p
ii
.I T e r n n , L a s cit:~!: bíblicas fueron a ñ a d i d a s eii las ult.iiiias rclicioiirs
que vemos en la vida completarncnte perdidos, ebrios p i b l i c a d a s por (Jalviiio a niecliadns del siglo XVT.
cn la voluntad de pecar, y corno adormecidos y des- ( 2 ) . Serni611 sobre J a 1,"pistola a Tiiiioleo. ( C a l v . O l i TJIIT c a p . 13.5).
A S Y FUE CALVINO
rarnente con un ejernplo. Es un precepto de la ley, el que ellos sean y por imperfectos y rudos que sean. Y,
que arnernos a Dios con todo nuestro corazón, con toda en verdad, que esta confianza no nos es poco necesa-
rluestra alma y con toda nuestras fuerzas. Para que es- ria; pues, sin ella, en vano nos esforzamos. Pues cier-
to pueda ser liecho, precisa que el alma esté antes li- tamente Dios no se creerá honrado con ninguna de
bre y vacía de todo otro pensarriiento y seritirnierito; nuestras obras sino con aquellas que con toda sin-
que el corazón esté limpio de todos los deseos, y que ceridad hagamos para honrarle. Pero ¿quién podrá
l : ~ sfuerzas estén todas ellas empleadas en esto. hacer tal cosa con semejantes terrores dudando de si
Dios será agradado u ofendido con nuestra obra?
Ved ahí cómo todas nuestras obras están sujetas a
la maldición dé la ley, si es que queremos hacerlas al Cuando, pues, Pablo exhortó a los fíeles a no per-
modo de la ley. ¿Pues, de qué manera entonces se dis- mitir que el pecado reinase en su cuerpo mortal, y a
1,ondrAn las: irifelices alinas para obrar correctamen- que no presentasen sus miembros al pecado por ins-
te, y para que puedan confiar no estar sujetas a la trumentos de iniquidad; mas que se ofreciesen a Dios
maltiición en todo lo que hacen? como resucitados de los muertos, y sus miembros a
Dios como instrumentos de justicia; ellos, por el con-
Si nuevamente libradas de las exigencias de la ley, trario, podrían objetarle que llevaban todavía una
o rrlejor de todo el rigor de ella, oyen que son llama- carne llena de concupiscencias, y que habitaba todavía
das por Dios con paternal suavidad, responderán con- en ellos el pecado. El, empero, añade esta consolación,
lentas y alegres al cliie les llama, y le seguirán a don- que estaban libres de la ley, como si dijera: Aún cuan-
dequiera clue los quiera llevar. En suma, los que gi- do no sientan completamente que el pecado ha sidcj
men bajo el yugo de la ley, son semejantes a los escla- de1 todo extinguido en ellos, y aunque la justicia no
vos, a los cuales es necesario que cada día les estén vive del todo en sus almas; no hay, sin embargo, por-
mandando sus amos en cada cosa que han de hacer. qué tener miedo o decaer de ánimo, como si perpetua-
Porque éstos ninguna cosa piensan haber hecho; ni se mente tuvieran a Dios ofendido por las reliquias del
atreven a aparecer delante de sus amos, sin que por pecado, cuando por la gracia han sido libertados, pa-
entero hayan primero hecho la tasa que sus amos les ra que sus obras no sean examinadas por tal regla, es,
habían puesto. Pero los hijos, que son tratados por los a saber, la de la ley. Pero los que infieren de aquí que
padres más liberal y dulcemente, no dudan en ofrecer- podernos pecar, puesto que no estamos bajo la ley, en-
les obras empezadas o hechas a medias, y aún teniendo tiendan los tales que esta libertad en nada tiene que
algc de irnperfccto o vicioso; los hijos están confiados ver con tal pretensión, ya que el fin de ella es animar-
en que su obediencia y prontitud de Animo serán acep- nos más y más al bien (1).
tadas, a u n q m les ofrezcan las cosas rnenos exactamen-
(1). Instrucción y confesión d e Fe. ( C a l . 011. XXII cap. 33).
te hechas de lo que desearían. Así a nosotros, nos con-
viene ser, que confiemos con toda seguridad en que
riuestr.os obsequios serán ciertamente recibidos y apro-
tiados por nuestro indulge~itísimoPadre, cualesquiera
La Sra.
Thea Van
Halserna