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El punto de partida para alcanzar un mejor nivel de productividad pasa por entrenar la
capacidad imaginativa de la mente, dice un experto. En los pequeños detalles pueden
residir las soluciones para los grandes problemas. Sólo hay que saber utilizar, en todo
momento, el coraje, los sentidos y la imaginación. MOMENTO DE INSPIRACION.
Aguzar los sentidos contribuye a ver la realidad desde una perspectiva creativa.
Una buena idea puede aparecer en dos momentos del pensamiento creativo: en la
incubación o en el nacimiento de ella.
La creatividad es la herramienta contra la crisis, dicen los expertos. Con ella se pueden
encontrar soluciones ante los problemas que le son comunes a cualquier debacle
económica y financiera y que, indudablemente, repercuten en la diaria tarea
laboral. Lo más oportuno es saber aprovechar el pensamiento creativo, esas cualidades
que hacen a un trabajador diferente del otro, siempre y cuando tenga el espíritu
innovador para diferenciarse. Sobre la base de un trabajo expuesto por el experto
brasileño Celso Antunez, el consultor y capacitador en Recursos Humanos, Jorge Fiszer
(su sitio en la web es www.mental-gym.com), elaboró cinco reglas para pensar mejor y
ser más creativo en el trabajo.
2- Utilizar siempre, tanto para recibir como para transmitir informaciones, todos sus
sentidos. Habrá escuchado más de una vez que el ser humano utiliza habitualmente
una pequeña porción de su cerebro, tal vez menos del 5%. Imagínese lo que seríamos
capaces de lograr utilizando mejor nuestras capacidades mentales. Es necesario
entrenar su visión para apreciar pequeños detalles; su audición para oír todo y
distinguir los sonidos y las distancias que los separan; su olfato para seleccionar
fragancias; su paladar para apreciar inclusive los gustos más pequeños de las cosas; su
tacto para diferenciar texturas, temperaturas de los objetos, superficies diferentes,
etc. Utilice la sinestesia para potenciar a través de la combinación de los diferentes
sentidos su capacidad de percepción y transmisión de las informaciones.
5- Procure semejanzas en cosas aparentemente distintas. Una buena idea, aquella que
a nadie se le ocurre, puede aparecer en dos momentos del pensamiento creativo: la
incubación o el nacimiento. En la primera etapa, la idea comienza a brotar. En la
segunda se desarrolla y es necesario recogerla. En la etapa de incubación tiene que ser
más niño que adulto; fantasear, jugar, soñar, pensar en cosas ridículas, esas que
parecen absurdas, sin limitaciones racionales. Cultive esa primera etapa; se trata de la
más creativa. Claro que cuidadosamente debes ir llegando a la segunda fase, el
nacimiento de la idea innovadora. Tal como haría con un niño, una planta, o una
mascota, debe colocar límites, aplicar la razón y la inteligencia para que la madurez se
produzca con resultados extraordinarios. Es el pasaje de la confusión al orden práctico.