Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Viktor Frank
Es aquí donde está el trabajo del acompañante espiritual, que como tal es un acompañante,
no aquel director de orquesta que dirige literalmente a su equipo de música. La dirección
espiritual tiene que llevar al dirigido a ver más allá de solo sus problemas, debe llevar a la
persona a valorarse como es, y a que tenga en cuenta que muchas de sus situaciones de vida
no podrán ser modificadas como uno quisiera, además implica un esfuerzo constante de
cambio de vida, de actitud frente a los problemas.
Ahora, bien, contemplando la situación que vivió Frankl en los campos de concentración
Nazi, fruto de su trabajo en esta gran obra, que, a pesar de recibir maltrato físico y
psicológico, mal comidos y poca alimentación, trabajando duramente bajo circunstancias
precarias de salud y sobre todo en tiempo de invierno bajo la nieve, con la incertidumbre de
no saber qué pasará con él, con su familia, pero a pesar de ello, él adoptó una actitud de
fortaleza como el mismo lo dice: al hombre se le pude arrebatar todo, salvo una cosa: la
última de las libertades humanas, la elección de la actitud personal que debe adoptar frente
al destino para decidir su propio camino. Creo que a esto está llamado no solo el director
espiritual, sino también el dirigido.
2. ¿Cómo se manifiesta la esperanza en quienes están en el
campo de concentración?
Cualquier prisionero dado la obvia situación, soñaba en una vida mejor, dado la hambruna
que vivían, anhelaban mucho mas que una simple sopa y un pedazo de pan, su instinto básico
los llevaba a soñar con un buen pan, pastel, cigarrillos, y un buen baño con agua caliente.
Pero a pesar de todo, en algunos se mantenía la esperanza viva de un mundo mejor que lo
vivido, el mismo Frankl al ver todo lo perdido dirá: un hombre despojado de todo todavía
puede conocer la felicidad. Son duras palabras, que me han impactado, pensar en tal situación
que vivieron, al verse en tal situación, de despojo total, sin ropa, ni alimento, ni patria, ni
hogar, ni familia, ni dinero, qué le queda al hombre, entonces, diría que buscar en sí mismo
su propia felicidad, encontrarse con lo que realmente es, con lo que realmente vale, porque
eso es el hombre, lo que es, no lo que tiene.
Esto sin dudar, lleva al hombre a valorar su riqueza personal, y es cuando soporta con
dignidad el sufrimiento, pues el hombre no puede escapar a la influencia del entorno. El
hombre, además, y a pesar de las desavenencias nunca pierde la capacidad de elección, que
para mí será clave, y fue éxito en las personas que lograron la supervivencia. Sin embargo,
la clave para entender la actitud de esperanza radica indiscutiblemente la de su libertad
interior…que nadie puede arrebatar, confiere a la vida intención y sentido. Así, que, aunque
el hombre tenga una vida trágica, sin sentido, sin rumbo, está en él, la decisión de decidir
quién es y adónde va, conservando siempre su dignidad de ser humano. Ya que, si se conoce
el porqué de su existencia, podrá soportar casi cualquier cómo.
Los prisioneros al experimentar sus inquietudes con Dios, lo hacía desde lo más profundo
de su ser: eran estremecedores los momentos de oración y los ritos improvisados en un rincón
del barrancón…manifiesta el autor. Así, entonces aquellos que manifestaban una fe, eran
aquellos que no tenían dificultad para entender el sentido del sufrimiento, de la muerte y de
la misma vida, aun en esas precariedades. En suma, eran co-directores espirituales cuando
mutuamente se unían a orar y ofrecer sus sufrimientos para que todo aquello no quedara en
vano. Viktor mismo fue un auténtico director espiritual, al tenderles la mano, al darles
palabras de consuelo y esperanza y de unir su propio sufrimiento al de cada uno, y juntos
salir adelante con la esperanza por delante y sobre todo siendo más humanos consigo mismos
y con los demás.