Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
En nuestro pensar no nos conviene dar nada por pensado, nada por sentado, aceptar algo como cierto sin
reflexionar previamente sobre ello
Cada área de conocimiento escolar tiene su especificidad y cada una de ellas plantea diferentes
relaciones del hombre, ya sea con el espacio, o con sí mismo, o bien con la naturaleza, o también con otros
hombres, y es así como la tecnología haya su especificidad en las relaciones del hombre con el mundo
artificial.
Podemos definir entonces al mundo artificial como el opuesto al natural, es decir, como el creado por el
hombre. Aquí debemos prestar atención a no asociar únicamente lo artificial a nuevas tecnologías
(“Concepciones de tecnología y clases de tecnología”, 2003)1. A modo de muestra, y para comprender
mejor la tecnología de la que hablamos, veamos un ejemplo en una tarea sencilla y que todos hemos
realizado alguna vez: cocer unos huevos duros. Tomamos un jarro, que sin lugar a dudas es un objeto
tecnológico, le agregamos agua de la canilla, colocamos los huevos en él y ponemos todo en la hornalla de
la cocina, otro artefacto tecnológico. El líquido en el recipiente ya no es natural, porque sufrió un proceso
para llegar al tanque de nuestra casa, en esta tarea de cocer huevos ¿Qué función cumple allí el agua?
¿Puedo considerarla un insumo o debo considerarla una herramienta? ¿Por qué?
Desde hace algo así como 2.000.000 de años el hombre a transformado la naturaleza para su
conveniencia, modificándose a sí mismo al realizar estos cambios. 2
Cada vez que realiza modificaciones para su beneficio, está poniendo en juego un marco ético o al menos
de valores sobre el sentido de las mismas y en relación a la no neutralidad de la tecnología (no neutralidad
en sentido político, ideológico o bien cultural) a la hora de tomar decisiones, dando lugar o no a la reflexión
sobre el hecho técnico, priorizando eficacia o eficiencia sobre otros posibles valores. Esto nos abre la
puerta al mismo acto tecnológico.
Entonces, si cada vez que cuezo huevos hago tecnología… ¿realizo tecnología la mayor parte del día…?
¿Todo el tiempo realizamos tecnología? ¿Esto es así? ¿Sino es así, cuándo hago tecnología?
Acto Tecnológico es una Acción Tecnológica más la reflexión sobre esa acción
Voy a hacer tecnología cuando realizo un acto tecnológico. El acto tecnológico es una acción tecnológica
más la reflexión sobre esa acción.
Acción Tecnológica son Acciones que permiten crear, usar, mantener y destruir objetos
tecnológicos
1
En Educación Tecnológica, trabajos de enseñanza y aprendizaje. Marchisio y Pintos. Publifadecs. UNC. 2003
que experimentamos, sin ninguna elaboración posterior de tipo abstractivo: en él, el sujeto prima sobre
el objeto, porque pone toda su persona en la experiencia; de manera que un mismo objeto es
experimentado y por lo tanto, conocido de diferentes maneras por diferentes sujetos.
Entonces:
Día a día vemos que no estamos ni a favor ni en contra de la tecnología. Sino que más bien se nos
entromete en nuestra cotidianeidad. Podemos alzar diferentes tipos de barreras pero tarde o temprano llega,
ya sea en los remedios que consumiremos…
Pero ciertamente podemos pensar que muchas veces nos resuelve un problema y nos genera otro;
cuando nos proponemos recuperar aquello perdido por su intrusión debemos cejar ante alguna de sus
ventajas, es decir, que cada vez que hacemos consciente el precio que nos pretende cobrar debemos
debatir si es asumible o excesivo.
Esta respuesta excede los fines de este artículo. Pero ensayemos algunas preguntas más.
¿Cómo será tecnológicamente el mundo para los chicos que hoy están en primer grado?
¿Cómo es la vida para aquellos que no “califican” para los cyborgs de Haraway? ¿Para aquellos que
vemos que ni siquiera los objetos tecnológicos básicos “remeras, zapatillas o lápices” pueden tener?
2
El implante de chips en humanos, lo último para controlar a los empleados. UNAS 200 PERSONAS YA LO
UTILIZAN. http://citywatcher.com
5
La Provincia de Río Negro y la Nación transitan hoy por una nueva etapa de alfabetización
sobre entornos tecnológicos, en ésta oportunidad se promueve desde la nueva Ley de
Educación el avance sobre una de las ramas de la Tecnología, “Las tecnologías de la
información y la comunicación”. Esta nueva etapa nos lleva a recapitalizar el camino
recorrido y a analizar aquellas fortalezas que con el tiempo se lograron construir en torno a
la Tecnología, la Educación Tecnológica, las Tecnologías y las Nuevas Tecnologías de la
Información y la Comunicación.
La enseñanza y el aprendizaje sobre entornos tecnológicos ligados al hecho educativo no
es nuevo en el proceso de educación rionegrino, en cuanto a las propuestas provinciales,
desde el Diseño Curricular de 1991 se menciona la necesidad de acercar a los ciudadanos
hacia una alfabetización tecnológica, aparece así el área “Educación Tecnológica y
Artesanal”, un área centrada en el desarrollo de habilidades motoras y habilidades que
potencian el saber hacer. Con la sanción de la Ley Federal de Educación (1993) el área de
Tecnología incorpora una nueva mirada sobre el entorno tecnológico, en cuanto al uso de
la informática. Este Diseño ya incorpora su utilización dentro del eje “Técnicas y procesos
en información y comunicación”, mirada que intenta poner en relieve la necesidad de
fomentar una Cultura Tecnológica. Esta “Cultura Tecnológica” concibe la necesidad de
desarrollar una doble mirada sobre la Tecnología y las Tecnologías, éste Diseño Curricular
Versión 1.1 señala que “se seleccionan saberes sociales para una formación general
básica, y no para la formación técnica o profesional”, promueve el desarrollo de una
Cultura Tecnológica, entendiendo “por cultura tecnológica a un amplio espectro que
abarca teoría y práctica, conocimientos y habilidades (Doval, 1995).
Es decir, ni educar para aceptar y usar la tecnología en forma indiscriminada, ni educar
para rechazarla; sostenemos una postura intermedia: educar para pensar la tecnología y
convivir con la tecnología”.
Desde el punto de vista de la formación docente existen dos perspectivas posibles a la
hora de trabajar sobre las tecnologías y los sistemas tecnológicos: una analiza los cambios
tecnológicos-culturales y su relación con la educación y otra se centra en el uso
práctico/educativo de los entornos tecnológicos en el aula. Evidentemente, una y otra
quedan incompletas si se abordan de forma excluyente.
En cuanto a su dimensión cultural es necesario que el docente logre comprender los
cambios tecnológicos y su interrelación con la sociedad y el contexto político social.
Se plantean como desafíos para la escuela que prepare a las próximas generaciones en un
conjunto más amplio de capacidades, entre las que se encuentran las TIC, trabajar en
entornos digitales, construir conocimiento escolar en un mundo de superabundancia de
fuentes de información, comunicarse y trabajar en red.
Entonces, nos preguntamos: ¿Cuáles son los núcleos sobre los cuales es conveniente
reflexionar a la hora de pensar las TIC y la escuela?
Al respecto Burbules y Callister (2001), proponen una nueva manera de pensar las
cuestiones tecnológicas vinculadas con la educación: “No se trata de interrogarnos si los
ordenadores son buenos para la enseñanza, o si la Internet ayuda a los niños a aprender.
Pensamos que tales dilemas proceden de un planteo erróneo y representan una forma de
concebir la tecnología que debe ser reconsiderada. (...) lo esencial es saber cómo, quién y 9
con qué fines se los usa”10.
Esto hace necesario una nueva alfabetización, nos hace pensar en la necesidad de
desarrollar una educación de los lenguajes, las técnicas y las formas de expresión con TIC.
Su integración genera nuevos profesionales, nuevas formas de aprender y enseñar, nuevos
planteamientos metodológicos, nuevos materiales para la enseñanza y para el aprendizaje.
Integrarlas pedagógicamente en la escuela no implica hacer foco exclusivo en el uso de
equipamientos y herramientas, sino en los procesos de aprendizaje, planificación y
modificación de las prácticas pedagógicas institucionales.
Las TIC, en la educación, abordan la actividad social en torno a los fenómenos de
comunicación e información soportada en redes informatizadas, pero superando los
aspectos materiales o artefactuales y concibiéndose ligadas al desarrollo de habilidades y
capacidades que contribuyen a la mejora de la vida cotidiana de los sujetos. Involucran la
convergencia de la mirada de diferentes disciplinas (Sociología; Comunicación, Pedagogía,
Didáctica, Informática; Psicología; Antropología; etc.) desde las cuales se puede analizar y
conocimiento. Cuanto mayor es la cantidad de información generada por una sociedad, mayor es la
necesidad de
convertirla en conocimiento ya que permite interpretar y comprender la realidad que nos rodea e
intervenir sobre ella
con sentido ético y transformador. Por ello, la SI es a la vez, realidad y utopía. Habría que concebirla en
un proceso en
el que nos encontramos ya pero cuyo punto de llegada y consolidación es aún lejano. Tal vez, tendríamos
que pensarla
como un proceso que nunca habrá de concluir, pero en el cual debemos participar con herramientas de
nuevo tipo.q
9
Lion Carina. (2006) El infoconocimiento. En imaginar con tecnologías. Relaciones entre tecnologías y
conocimiento. Buenos Aires. La Crujía. p. 73
10
Burbules y Callister Educación: riesgos y promesas de las nuevas tecnologías de la información.
Barcelona. Granica.
2001. p. 13
comprender la complejidad de los nuevos escenarios para intervenir en ellos.
En este marco, podemos definir a las TIC como un cuerpo de conocimientos pedagógicos y
didácticos construidos desde diversos campos disciplinares referidas a las prácticas de la
enseñanza, en las que impactan los desarrollos tecnológicos. Estos desarrollos
tecnológicos se encuentran enmarcados por cuestiones políticas, económicas y culturales
y poseen un fuerte impacto en las prácticas pedagógicas.
Cobra relevancia en nuestro abordaje las cuestiones ideológico-políticas y ético -
filosóficas.
La incorporación de las TIC a la enseñanza exige el desarrollo de habilidades analíticas,
cognitivas, creativas y comunicativas de los alumnos, docentes y directivos, que permitan
tanto la apropiación significativa de la oferta cultural, tecnológica e informacional
circulante como la producción de mensajes requerida para el desempeño personal,
profesional y ciudadano en una sociedad pluralista y democrática.
Es necesario incluir en la formación docente el acercamiento a los nuevos lenguajes y a las
nuevas culturas, repensar estrategias de enseñanza y diseñar nuevas propuestas
didácticas. Integrar pedagógicamente las TIC no implica hacer foco exclusivo en el uso de
equipamientos sino en los procesos de aprendizaje,
planificación y cambios en las prácticas y en las instituciones. Su integración efectiva se
hará a partir de proyectos individuales y colectivos.
“Los usos cotidianos de las tecnologías marcan la necesidad de pensar en contextos
interpretativos que los doten de sentido y significado. La incorporación de tecnologías en
las prácticas de la enseñanza supone particulares maneras de reestructurar el
conocimiento, de realizar recortes disciplinares, de mirar las propias biografías escolares y
profesionales; una revisión de perspectivas, expectativas y limitaciones pedagógicas,
institucionales, curriculares, etc. Los diseños de clase que incluyen tecnologías en el aula 10
exigen, por lo tanto comprender la enseñanza y las tecnologías como procesos y
producciones eminentemente sociales, políticos, culturales, históricos y prácticos”11.
Las TIC son portadoras de imágenes, relatos y fantasías que operan tanto en la
imaginación como sobre el pensamiento.
La integración curricular de las TIC debe definirse como un ámbito de estudio para la
educación en relación al desempeño comunicativo y desarrollo del pensamiento,
superadora de la visión meramente tecnocrática e instrumental. Se debe considerar no solo
su conceptualización, sino sus objetivos, sus contenidos, las corrientes ideológicas y los
marcos conceptuales en los que se apoya y sus modalidades de integración curricular.
Es importante que los futuros docentes adquieran herramientas teóricas y prácticas que
favorezcan la inclusión de las TIC en las aulas con criterio pedagógico, a fin de que
posibiliten y potencien las propuestas de enseñanza para contribuir a la construcción de
prácticas áulicas innovadoras.
La incorporación de las TIC, como ya lo venía haciendo la Educación Tecnológica,
redefinen las tareas intelectuales de la escuela. Los desarrollos tecnológicos deben
convertirse en una herramienta cognitiva que permita potenciar los procesos de enseñanza
y de aprendizaje, es decir que permitan la construcción de buenas propuestas; ya que
como expresa E. Litwin, “(...) el uso de la tecnología puede implicar la implementación de
excelentes propuestas para la resolución del acceso al conocimiento o la utilización de
otras empobrecedoras”12 .
A modo de síntesis “(...) los nuevos desarrollos no vienen a reemplazar anteriores
modalidades, sino a completarlas, a brindar otras posibilidades que solo se entienden y
pueden valorarse en los contextos en los que se desarrollan”13. Debemos generar diálogos
entre las tecnologías, remotas y no tanto, esto permitirá construir otras nuevas trayectorias
11
Lion Carina. (2006) Las tecnologías y las practicas de la enseñanza. En imaginar con tecnologías.
Relaciones entre
tecnologías y conocimiento. Buenos Aires. La Crujía. p. 135
12
Litwin Edith (coord.). La tecnología y sus desafíos en las nuevas propuestas para el aula. En Enseñanza
e
innovaciones en las aulas para el nuevo siglo. El Ateneo. Buenos Aires. 1997. p. 6
en las que no nos importe aislar, sino construir redes, construir sistemas tecnológicos.
Para abordar el conjunto de las complejas relaciones que se desarrollan en torno a las
Tecnologías, la Sociedad y las prácticas educativas es que nos organizaremos en dos
orientaciones: Educación Tecnológica y Tecnologías de la Información y las
Comunicaciones.
Por ello pudiéramos afirmar que la tecnología está en la cultura, pero no es idéntica a ella
siendo la tecnología una manera de las muchas que existen para materializar la cultura. Si 11
reconocemos esto, encontramos que el conocimiento científico es también una creación cultural,
no tiene una fundación ontológica en la naturaleza humana, es decir, no es una forma superior del
conocimiento, sino una forma específica desarrollada en una sociedad particular a partir de una
serie de necesidades y opciones que se toman en un momento determinado.
Por ese camino, tomo un atajo para explicar por qué la tecnología no es un mundo que
corresponda sólo al conocimiento científico y a la representación científica de él, sino que
corresponde a un cierto nivel de desarrollo de lo humano.
Cuando en algún momento del largo período de hominización algún homínido en las
distintas versiones que se ha representado la existencia de éste sobre la tierra: australopiteco
africano, homo erectus, homo habilis, homo sapiens, homo sapiens neanderthalis, recogió algún
objeto de la naturaleza para usarlo como prolongación de sus manos –bien sea para golpear a
alguien, recoger una fruta de un árbol, defenderse de alguna agresión– se inició una larga carrera
que nos llevaría desde las herramientas a los objetos tecnológicos, los artefactos, los objetos
técnicos a la tecnología misma.
En este origen, es importante reconocer que para poder convertir ese elemento de la
naturaleza en una herramienta o un artefacto, como llaman otros, fue necesaria la conjunción de
cuatro aspectos:
un homínido, que fruto de desarrollos de su cerebro, iniciaba un camino hacia lo humano;
un objeto, el cual era posible ser tomado y darle un valor de uso
una representación mental con la cual transforma el objeto por el valor de uso que le ha
dado
una acción en la cual se crea y/o se transforma el objeto, la representación y la intervención
13
Mansur Anahí. “Los nuevos entornos comunicacionales y el salón de clase”. En Litwin, E. Tecnologías
Educativas en
tiempos de Internet. Amorrortu Editores. Buenos Aires. Argentina. 2005.p. 132
14**Marco Raúl Mejía, colombiano, Licenciado en Filosofía y Letras, Maestría en Educación y Desarrollo. Actualmente trabaja en Planeta Paz.
Fuente: http://www.revistapolis.cl/7/meji.htm
humana.
Cuando este proceso se da, se ha producido una resignificación, se ha pasado del objeto a
la herramienta. Por eso no se está hablando del uso del objeto, sino de la manera como se ha
vivido un primer ejercicio de praxis para que el objeto pueda existir bajo un entendimiento
diferente. Y esto va a requerir unas condiciones para que esa herramienta sea entendida como un
nuevo elemento, que colocado sobre la realidad nos habla no sólo de un artefacto, sino de un
objeto sobre el que se ejerce una acción y una reflexión. Es decir, cada vez que nos enfrentamos
a la pregunta por la manera como se constituyen los hechos que dan lugar a lo tecnológico va a
estar siempre presente el lenguaje como creador de cultura y la posibilidad representativa, una
capacidad intelectual de usar estos aspectos en beneficio propio o del grupo y este grupo como
comunidad de interlocución y de construcción de esos procesos.
Existen largas discusiones sobre cada uno de los momentos de estas concreciones. Para
ello se acude al mundo babilónico, egipcio y se podrían consultar textos que muestran esos
acercamientos. Sin embargo, por nuestra tradición, se ubica su desarrollo a partir del mundo
griego, como el lugar en el cual se intenta dar una organización de esos fenómenos que van más
allá del simple aspecto simbólico y en ese sentido, el LOGOS nos habla de ese mundo que es
conocible mediante el uso activo de la razón y se diferencia de la PHYSIS, que se refiere a un
mundo natural en el cual nacer y crecer es común a todas las cosas. También se diferencia de
PRAXIS, que se refiere al obrar cotidiano con una reflexión base y a la TECHNÉ, que se refiere a
la técnica o al arte.
En ese sentido, esta diferenciación va a ser el lugar de base desde el cual se plantea la 12
separación que posteriormente se va a realizar entre lo que sería una techné como simple
experiencia, de una techné que conoce el por qué y da explicaciones, y de una tecnología que
tiene no sólo las explicaciones causales sino un saber específico.
Algunos autores ven el origen de estas diferenciaciones en lo que Tales de Mileto señalaba
como las tres principales actividades del LOGOS:
La del azar, que se caracteriza por tener muy pocas técnicas pero las que existen se
pueden diferenciar de las humanas, no hay especialistas, las resignificaciones son inconscientes.
En ese sentido, se puede decir que inventa por casualidad, se lo encontró, pero no sabe que
puede inventar. Por ello, lo nuevo surge fruto del azar.
La empírica. Es vista como una experiencia derivada del hacer, se realiza pero no se
conceptualiza. Por ejemplo, el dominio del fuego y las primeras formas del control técnico de él; el
dominio del lenguaje. En ese sentido, se puede reconocer que saben que las cosas existen y
trabajan con ellas. Saben hacer las cosas, pero no existe una conceptualización que explique y dé
cuenta de los procesos. El material para hacer ese proceso es propiciado por la naturaleza y el
resultado son primeras representaciones que se hacen de la misma naturaleza. Los vestigios de
esta etapa se reconocen en los productos de barro.
La artesanal. El ejemplo que se utiliza es cuando ya fruto del dominio del fuego y de los
metales se hacen productos de cobre. Son técnicas que también son artes, que va a ser la raíz de
las palabras artista y artesano. Es el tiempo de los artefactos y aparecen las primeras formas de
producción artificial. Se conoce el por qué y se dan explicaciones causales. Es un conocimiento
que puede ser enseñado. La transmisión de ese saber se hace por vía oral y aprendizaje directo y
ya aparecen las diferencias de estilo.
Se sabe hacer las cosas y los por qué de hacerlo de un modo o de otro. Su poder está en la
transformación de la materia, convirtiéndola en artefactos útiles usándolos como herramienta. En
esta fase, se requiere una elaboración del producto natural y tiene como característica el que la
mano desaparece como herramienta directa. Va a hacerse representaciones de representaciones
(se usa la aritmética y la escritura).
Por ello el logos no se halla en los instrumentos, es decir, en las máquinas herramientas,
sino en la estructura hipotético-deductiva de su discurso. Por ejemplo, Galileo matematizó los
aparatos de los artesanos y los transformó en instrumentos científicos cambiando su naturaleza.
Éste es uno de los ejemplos más bellos que muestran cómo el único interés de la tecnología no es
el producir y la rentabilidad. La tecnología adquiere una cierta autonomía, ya que también inventa
y construye sus instrumentos retroalimentando la ciencia.
La mirada tecnológica se construye a partir del renacimiento y se va a acentuar con la
modernidad. Dice Lévy Strauss que los griegos no la lograron porque sin física y la aplicación de
ésta a lo real, les era muy difícil establecer conceptos métricos que midan, comparen, clasifiquen y
realicen hipótesis deductivas. Desde allí y en etapas posteriores, al momento de su gestación los
materiales van a ser creados en el laboratorio. Es el comienzo de los materiales no naturales y en
los casos más amplios las máquinas se convierten en extensiones del cerebro, dando paso a todo
lo que se ha denominado en este último período, la ciencia de la artificialidad para referirse a los
procesos tecnológicos.
Estas formas de clasificar épocas van dejando la impronta en las metáforas que se usan
para explicar el funcionamiento del mundo. Así, por ejemplo, la idea de Dios ha sido: “motor
inmóvil”, “gran relojero”, “energía fundadora”, “gran programador”, etc.
También es importante hacer notar cómo ese desarrollo de esas distintas etapas o fases no
son lineales, ya que en ocasiones coexisten muchas de estas formas, generando un desarrollo
desigual. Esto es muy visible en nuestros países en los que al lado de lugares de punta se
encuentran formas artesanales, empíricas y en muchas ocasiones todavía de conocimientos que
se siguen desarrollando a partir del azar, haciendo compleja la caracterización de la tecnología y
su lugar en los países y regiones.
Los productos tecnológicos
Este proceso da pie a una nueva clasificación, en la cual la tecnología busca un lugar
específico y organiza una particular manera de ver, organizar y producir el mundo a su alrededor y
aparece con fuerza la diferenciación entre naturaleza y tecnología, dando lugar a los productos
tecnológicos, que se caracterizan porque no son copia de la realidad natural, sino concreciones
que han sido permitidas por un modelo lógico-matemático y desde ese modelo no son tampoco ni
modelos ni supuestos de la manera como funciona la naturaleza, haciendo que los modelos que
se elaboran para hacer visible lo tecnológico se realicen desde intencionalidades y desde
intereses intelectuales y comerciales muy específicos.
Esa diferenciación que se establece entre productos tecnológicos y naturales colocan las
siguientes características del producto tecnológico:
Es fruto de un ordenamiento artificial. En ese sentido, es producto de una teoría y no de la
naturaleza en sí;
es parte de la capacidad constructiva del ser humano, que ordena conceptualiza,
metodologiza y hace opciones valorativas;
recupera el acumulado social del conocimiento y por lo tanto se realiza con el acumulado
pre-existente en la tecnología misma;
se hace como aplicación de un modelo formal, que es propio del saber tecnológico y no es
una reproducción de una realidad existente;
la intervención en la naturaleza no es del modelo, es de los saberes y los productos
(máquinas herramientas que los tecnólogos han desarrollado)
el saber tecnológico es una construcción de los tecnólogos. En ese sentido, hay una
reconceptualización de acuerdo a necesidades e intereses. 14
En esta primera fase de la evolución de la tecnología, se desarrolló una visión sobre ella en
la cual tanto ella como el conocimiento científico eran objetivos, y por derivarse de la observación
de los hechos o por derivarse de la aplicación del conocimiento científico, la tecnología sería
independiente del contexto, concepción que ha desarrollado durante bastante tiempo hasta
nuestros días la visión positivista sobre el conocimiento y sobre la tecnología. Para esta visión, el
desarrollo tecnológico va a presentarse como un desarrollo evolucionista en forma de progreso
lineal y en últimas determinado por decisiones racionales, y allí el cambio tecnológico se
desarrolla sobre sí mismo y sólo es explicable en función de él mismo.
Esta reflexión toma dos vías, una en la cual la evolución, que es lineal y progresiva opera
por selección natural. Hoy nos encontramos por tanto en un punto máximo de su desarrollo y lo
anteriormente desechado es parte de esa selección que se hizo. Todo estaba dirigido a que
tuviéramos el máximo desarrollo en el mundo de hoy. La otra posición, de cambio tecnológico, lo
ubica como una actitud racional orientada a fines. Siempre hay múltiples caminos y lo que se hace
es hacer una elección de lo que se considera lo mejor dentro de unas opciones posibles.
Desde esta mirada se intenta explicar por qué culturas de otras latitudes, que tenían un
mayor desarrollo tecnológico que occidente, los chinos, por ejemplo, no le dieron continuidad y es
occidente el que apropiado de ellos lleva a una constitución de lo tecnológico como la base y
fundamento de la constitución de sus sociedades. Y en esa mirada se reconoce la manera como
en la modernidad tanto filosófica como económica, occidente asume una opción cultural básica: es
la de los valores que pueden ser alcanzados por vía de la razón instrumental.
Esta razón instrumental independiente de las esferas de control adquiere una autonomía
que la diferencia de otras culturas, dando origen a un proceso histórico de construcción de un
sistema científico y tecnológico en el cual la ciencia y tecnología se separan de toda orientación
normativa, diferentes al control eficiente de la naturaleza y la sociedad y desarrolla un nuevo y
original tipo de conocimiento que tiene reglas propias, estableciendo la prioridad en la producción,
el trabajo, la predicción, el control y la abundancia material, generando una racionalidad propia de
tipo instrumental sin límite y control. Además, teniendo como base el uso de la razón para el
control de la naturaleza.
Es a partir de esa objetivación que se genera ese primer intento conceptual de separar la
ciencia como la teoría y la tecnología como la capacidad de hacer cosas, objetos, con ese
conocimiento. En ese sentido son situaciones objetivas que no tienen tras de sí problemas
ideológicos ni políticos, sino solamente una racionalidad instrumental que debe ser respetada, en
cuanto es ella en su novedad la que crea lo nuevo.
Cuando reconocemos que occidente asume esta manera de desarrollo de la tecnología
como una opción político cultural básica, estamos diciendo que pudo ser de otra manera, que no
es inevitable y que son posibles otras opciones. Es así como al interior del mismo proceso
occidental se da un conflicto de racionalidades sobre el lugar del desarrollo y la tecnología, y en
ese sentido se plantea que la cultura tecnológica no es por lo tanto la sola expresión universal de
las potencialidades humanas ni tampoco un conjunto de instrumentos neutrales compatibles con
cualquier meta o propósito que cualquier sociedad pudiese definir. Por lo tanto, se reconoce que
estamos frente a un hecho social en el cual están implicados los intereses de los grupos que la
desarrollan desde lo incompleto de los conceptos científicos que subyacen (ciencia en
construcción) y la posibilidad de transformación de lo existente a partir de nuevos hallazgos.
Desde estos tres elementos aparece muy claramente definida la estructura, grupos sociales
diferentes y con intensidad de poder organizado respecto a sus ejecutorias definen los problemas
que deben ser desarrollados y las líneas y los caminos que han de tomar tanto la investigación
como los productos técnicos, herramientas o artefactos que se estén desarrollando. Es desde allí
desde donde es posible decir que estamos frente a construcciones sociales de base científica y
tecnológica y que de la manera como los abordemos dependen también los caminos que toman
nuestras concepciones y nuestras prácticas en el campo de la tecnología.
Como vemos, aparecen diferentes concepciones que intentan explicar el lugar de la ciencia
y la tecnología, así como su entendimiento, su origen y su particular lugar en la sociedad de hoy.
Y es desde ahí que se requiere un análisis detallado de lo que nosotros hacemos como educación
técnica, educación tecnológica, educación en tecnología, cultura tecnológica, formación
tecnológica, porque en alguna medida el uso de estas palabras es profundamente polisémico, ya 16
que siempre están referidas a lo que sería la concepción de ciencia, tecnología y sociedad en que
se mueven esas formas de entender la educación. Por eso, usarlas sin darse cuenta a qué
concepción de ciencia y tecnología corresponden y cómo entiende la sociedad en que se
mueven es un acto de ingenuidad, que se paga pasando al bando de los idiotas útiles, en
cuanto se sirve a concepciones de las cuales no saben dar cuenta aquellos que las usan.
Para dar cuenta de estas diferentes concepciones, demos un paso adelante en esta
discusión caracterizando algunas de las principales que se mueven hoy en el escenario del campo
intelectual sobre estos elementos.
Principales concepciones sobre tecnología
Esta concepción, viene históricamente desde Bacon, concibe que la tecnología es una
forma superior y especial de la técnica y ella es ciencia aplicada, que supone el conocimiento de
la técnica y la toma como objeto. En ese sentido, la tecnología aparece resolviendo los problemas
prácticos y sus aplicaciones al conocimiento científico.
Por eso, la ciencia tiene como objeto el progreso del conocimiento y éste se realiza desde
explicaciones causales que deben ser conocidas a través de sus leyes y derivado de ellas es
posible generar procesos de predicción en la acción que me pueden anticipar los nuevos lugares
hacia donde se va si se aplican esos conocimientos y, por lo tanto, al hombre le ha sido dado ese
“don divino”, según Bacon, de controlar la naturaleza.
La acción de ese hacer con instrumentos que da resultados visibles en las máquinas-
herramientas y en el mejoramiento del mundo y la misma tecnología se va a constituir en la base
del sistema social en su conjunto. Por ello, la sociedad humana va a verse como un conjunto con
desarrollos imperfectos que necesita que se le apliquen tecnologías tecno-científicas del
conocimiento y esto llevaría a que resolviéramos todos los asuntos en una forma mucho más
racional.
En esta concepción se utiliza la metáfora de la lupa, señalando que así como ésta permite
ver objetos pequeños invisibles a simple vista, la ciencia aparece como un campo múltiple y 17
complejo que da cuenta de las variadas y diversas construcciones de lo humano y natural. En ese
sentido, existen múltiples acciones y en un campo reducido quedan unas de ellas: son aquellas
prácticas que se mueven en la esfera del conocimiento.
El conocimiento y la sociedad tienen una acción que se da en el contexto. En ese sentido,
este contexto siempre es más amplio y debe ser siempre recuperado cada vez que se hable de
ciencia o tecnología. Una de las maneras de hacerlo es ver al ser humano entero bajo la luz de la
tecnología y allí él podrá darse cuenta de la manera como ella actúa en los más variados lugares
de ese contexto. Para observarla es necesario producir una focalización en los lugares donde ella
se da.
La tecnología aparece en esta visión como la aplicación a un campo específico del quehacer
y por lo tanto es limitada, en cuanto se refiere a aplicaciones que se dan en distintas esferas de la
acción humana.
El ser humano para esta concepción marca la diferencia entre todos los animales, en la
manera como puede alejarse intelectualmente de sus necesidades inmediatas y esto le permite
influir e inventar en las circunstancias que se le presenten en su mundo del día a día. Por eso
siempre es proactivo, está en condiciones de crear e inventar y éste es el origen de la ciencia.
Pero además, él busca bienestar y seguridad y para lograrlas se propone un programa que
procura cumplir.
La acción está dada por las circunstancias. Ellas las crea el ser humano. No son dadas,
como se presentan para el animal y las crea a través de una serie de acciones en donde entran
procesos complejos de representación que dan lugar a respuestas no necesariamente
programadas que entran en el campo de la creación.
Por eso, el conocimiento se da desde las necesidades propias del ser humano y a medida
que las satisface se ve obligado a elaborarlas y desde esas circunstancias crea un conocimiento
que es profundamente social. Por ello, la tecnología va a aparecer como una ruptura con lo
natural, que a la vez le impone un cambio a la naturaleza misma. En ese sentido, la tecnología es
la adaptación del medio a las necesidades humanas. Es la producción de lo superfluo que hace
real la emergencia de lo artificial como creación humana.
En esta corriente en que se mueven algunos físicos con trabajo específico en tecnología, se
muestra cómo la ciencia se va a encargar de estudiar lo que existe a partir de las causas
eficientes y presentan cómo por ejemplo los chinos crearon grandes inventos de mucha
innovación tecnológica de punta; y en todo el mundo y en la racionalidad china no existe nada
comparable a la idea occidental de ciencia. Por eso esta concepción se presenta como una
reacción al cientificismo, como si la tecnología fuera ciencia aplicada, señalándole que esa es una
idea muy limitada en cuanto sería sólo para tecnologías productivas, pero deja por fuera todas las
otras tecnologías.
Para ellos la acción siempre va a tener una modelización de las formas técnicas derivadas
de las diferentes formas del conocimiento. En ese sentido, existe una relación entre conocimiento
y sociedad, ya que los dos se crean mutuamente, según finalidades y valores de la misma
sociedad. Desde ahí explican la diferencia entre la ciencia china y la occidental. La tecnología
busca crear objetos tecnológicos según esas finalidades y tiene una lógica y un desarrollo propio
específico, diferente al de la ciencia, así en algunos momentos se encuentren.
Por ello, en estos tiempos la acción está fundada sobre la investigación, que no es
comprensible como formalización de un concepto técnico o pragmático de la ciencia. Esto es
visible en la manera como la investigación tecnológica se ha desplazado, fruto de otros intereses
que la jalonan haciéndolo de la física a la creación de nuevos materiales y sobre todo a procesos
gestados en la biología y en la bioquímica que dan resultados en la biotecnología.
Hay una construcción del conocimiento que tiene impacto en la sociedad, no directa ni
inmediatamente y que son como subproductos de los grandes proyectos. Por ejemplo, todos los
circuitos integrados vienen de tecnología espacial aplicada en la nave Apolo que alunizó en 1969.
La tecnología usa la ciencia, pero hay tecnología al margen de la ciencia y anterior a ella,
aunque en la actualidad la relación es más estrecha que en otras épocas. Hoy la tecnología se
desarrolla hacia la ciencia de lo artificial para referirse con especificidad a sus creaciones. Por ello,
no se puede afirmar que la tecnología avance como simple aplicación de los conocimientos
científicos previamente obtenidos.
En esta concepción se diferencian las ciencias básicas –que son aquellas encargadas de la
teoría– y las ciencias aplicadas –que son aquellas que producen artefactos y herramientas–
derivado del proceso del conocimiento y la manera como se da éste, fruto de los procesos de la
microelectrónica. Para esta concepción hay una ciencia que corre por vía de la física quántica y
que se mueve más en el campo de la teoría. En cambio, la ciencia experimental juega más en lo
que sería la primera ley de la termodinámica (la energía no se crea o se destruye, sino que se
transforma). 19
Desde allí se reconoce que la acción del tecnólogo es una acción que organiza desde un
sistema de investigación propio un proceso que termina articulando herramientas, máquinas, y
productos terminados desde modelos que se establecen y que tienen una base del conocimiento
siguiendo un proceso de creación tecnológica que hace primero el modelo, luego el diseño, la
fabricación del prototipo y la fabricación del producto para un uso ampliado.
Por ello se reconoce que hay un saber tecnológico, que es una construcción de los
tecnólogos. En ese sentido, la producción industrial es mucho más aplicada y no es la tecnología
misma. Por eso, el tecnólogo o ingeniero incorpora su quehacer teórico práctico, cuerpos
conceptuales y metodológicos elaborados y aceptados por la comunidad científica, buscando
hacer la conversión de ésta a las ciencias experimentales que le permiten construir los objetos
tecnológicos.
Por ello, en esta visión los artefactos tecnológicos son culturalmente construidos e
interpretados. La controversia tecnológica aunque se cristaliza no queda nunca cerrada, ya que
existirán preguntas que permitirán ir a otro lado. Para ellos una tecnología importante crea primero
el problema y luego lo resuelve, negando el que sea simplemente resolución de necesidades y
aspiraciones.
Este intento de agrupamiento pretende en una forma esquemática y con todos los riesgos
de ello, mostrarnos que operamos al interior de concepciones de que debo reconocer la o las
mías para poder entender por qué hago educación en tecnología de esa manera; es decir, que
opto dentro de un campo desde concepciones muy precisas. (Ver Anexo al final del documento)
Uno de los problemas centrales de entender la tecnología como cultura y como una forma
de ella misma, es que se le debe reconocer un nexo con la sociedad que la produce, en cuanto
ella es creación del proceso histórico que la ha gestado y a su vez ella produce nuevas
transformaciones en el mundo que comienza a gestarse con su influencia. Por eso, como en la
cita de introducción, a tanta gente se le hace tan difícil interpretar los nuevos hechos o los
interpretan simplemente en el esquema bueno-malo o de catástrofe-paraíso. Por ello es tan
importante colocarle contexto al lugar donde acontecen esas transformaciones.
Situación que nos coloca frente a una realidad que cambiada tan radicalmente se hace difícil
reconocer para nuestras miradas anteriores, en cuanto hace insuficientes nuestras concepciones
y categorías. Por ello, consideramos que la deconstrucción24 aparece como una herramienta que
va a permitir reconocer las modificaciones, las transformaciones y la crítica necesaria, para lograr
los cambios que se hacen indispensables y para instaurar la nueva crítica. La deconstrucción es
también una actitud permanente de cambio y de radicalización de la crítica para construir las
nuevas formas emergentes de emancipación construidas sobre ideales de justicia, pero en las
condiciones de un nuevo capitalismo.
Algunos autores plantean que estamos en el fin de la era energética, que desde el neolítico
hasta nuestros días había logrado transformar la materia colocando su base en fuentes de
energía cada vez más poderosos: el fuego, el vapor, el petróleo, la electricidad, la energía
nuclear.
En esas condiciones aparecen los estados virtuales, sin territorios, ni fronteras, ni distancias,
ni ciudadanos. Un estado global donde el capital financiero y las formas transnacionales
comienzan a plantear que no van a admitir regulaciones y que a partir de ahora son ellas las que
colocan las nuevas condiciones. Una de sus características principales va a ser la manera como,
derivado del cambio, organiza otras formas del trabajo que algunos han llamado el fin del trabajo
asalariado y el inicio del post-asalariado.
Por eso, cuando nos encontramos en el mundo de hoy frente a fenómenos como la
desocupación, la marginación, la desvalorización subjetiva, la creciente violencia, el aumento de la
delincuencia tanto en el mundo del norte como del sur, no estamos frente a un simple fenómeno
marginal, sino frente a los elementos centrales de un nuevo capitalismo que ha jugado a la 21
concentración de la riqueza producida por las máquinas abandonando los viejos planteamientos
liberales de salario pleno, ingreso a todos los núcleos familiares y redistribución de la riqueza.
En ese sentido, es difícil para alguien con mente muy fija y categorías muy cerradas
entender que estamos en la emergencia de otra forma del trabajo, distinta a lo que se ha visto en
los últimos tres siglos de revolución industrial centrada sobre las energías naturales y la fuerza de
trabajo humana. Ese cambio va a exigir replantear muchas de las teorías que nos acompañaron,
las formas de organizarse y luchar, así como quiénes son los actores que generan esos nuevos
procesos de resistencia y transformación.
El modelo anterior es demasiado rígido para un capital que se mueve fruto de la revolución
microelectrónica a otras velocidades. Rápidamente se hacen obsoletos su trabajo parcelado y en
cadena, su demora en planificar nuevos productos, su organización administrativa rígida, sus
especializaciones extremas de la mano de obra, sus excesivos costos de almacenamiento.
Muy imperceptiblemente ha quedado por fuera el obrero que por un salario cumple una
función mecánica incorporado a un proceso productivo que no controla y del cual surge un
producto que no podrá comprar por lo miserable de su situación. Ese proletario trabajador
alienado del pasado, que por esa condición se rebela contra ella y da origen a todas las luchas
sociales que construyeron durante los dos siglos anteriores el mundo de los derechos sociales y la 22
justicia social, como elementos fundantes de regulación de la sociedad, y en ese tránsito puede
negociar la venta de su fuerza de trabajo, sus derechos sociales, que como ciudadano prevalecen
sobre los del patrónB busca la manera de sustraerle al proceso productivo parte de su energía,
acepta la alienación y sabe que la negocia bajo derecho del trabajo, que lo constituye como
negociación colectiva.
Es decir, se ha comenzado a dejar en parte aquello que Marx había llamado el trabajo
abstracto general, separable de la persona que lo ejecuta y que califica a los individuos desde
competencias sociales en general. Por eso, en este tiempo, su estatuto deja de estar regido por el
derecho al trabajo como parte de la superación del trabajo abstracto. Es lo que algunos autores
han comenzado a llamar la salida de la sociedad del trabajo.
Pero también la nueva subjetividad va a requerir otro tipo de competencias para un tipo de
organización industrial diferente, que al no estar centrado sobre el trabajo fijo y de repetición, sino
en las innovaciones continuas y variadas por la diversidad de gustos y modas, mucho más
desmaterializado en cuanto los productos van a estar basados en la imagen, la novedad, el valor
simbólico, sometidos a una renovación permanente para poder competir, las competencias
también se transforman y allí la iniciativa, la creatividad y la autonomía dan cuenta de esa otra
característica del nuevo asalariado de punta y es la flexibilidad para garantizar esa productividad.
El toyotismo en su fábrica de montaje final hace que aquellos contratados por las grandes
empresas sean un élite que tiene como característica el que se selecciona de una manera super
especializada. El trabajo directo pierde su lugar central y la economía cada vez necesita menos de
él. Curiosamente, en la punta de esa pirámide está este tipo de trabajadores, pirámide que tiene
dentro de sus características construir las nuevas formas del trabajo bajo un proceso de
expoliación muy fuerte.
En los análisis que se han hecho de estas fábricas, para el caso de la Toyota japonesa, en
la cúspide está sólo el 15% de la mano de obra de la fábrica y son quienes se relacionan con el
proceso completo y hacia la base aparecen 45,000 empresas que funcionan bajo un régimen de
subcontratistas cada vez más taylorizadas y tienen como característica que cuando más se baja
en la pirámide más bajo es el nivel técnico, menos los niveles de capacitación, el trabajo es menos
fijo y los salarios más bajos.28
En este mismo ejemplo se encuentran tres rangos: uno primero cubierto por 171 empresas
sub-contratistas que tiene un 25% menos del salario y produce sub-conjuntos; luego 5,000
empresas subcontratistas de segundo rango, que realizan obras compuestas y tienen 45% menos
de salario que el primero; y a la
base están 40,000 empresas subcontratistas de tercer rango que ofrecen piezas y tienen la
mitad del salario de los del segundo rango.
Para la reestructuración de las empresas en las décadas del 80 y del 90, se adoptó un
modelo de reingeniería para la administración, en donde la tabla que se tenía buscaba dejar sólo
el 19% de los asalariados permanentes, y el 81% en un trabajo temporal que se hacía según las
horas del trabajo necesario, en algunas ocasiones a distancia, y en la mayoría de las ocasiones
sólo necesitaba de 20 horas semanales.
Esto se hace visible hoy en esas economías en el lugar de los salarios. En Alemania, en el
año 1978, el 54% del ingreso nacional se derivaba de salarios; de ingresos de capital el 22% y de
prestaciones y jubilaciones el 23%. Para 1994, los salarios ya eran sólo el 45%, y los ingresos del
capital habían sido del 33%. Los beneficios del capital aumentaron el 90% entre 1979 y 1994 y los
salarios un 6%.
Se produce un fenómeno en el cual los salarios de los niveles directivos altos se desarrollan 23
rápidamente y los salarios más bajos reducen sus ingresos. Durante los años 80, los beneficios de
las 500 firmas norteamericanas antes de aplicación de impuestos aumentaron 92%. En 1987 sólo
había sido del 61%, contra 22% en 1982.
Es visible la pérdida del nivel del salario cuando se estudia esas 500 firmas más grandes de
EE.UU., en donde los 2/3 del crecimiento que tuvieron esas empresas fue acaparado por el 1% de
los trabajadores activos. En 1994 un director general de una de estas empresas ganaba 187
veces más que un obrero. En 1992, 145 veces, y en 1975 41%. Los 14 gerentes de Nike en
norteamérica se ganan al año igual al salario de 18,000 obrero filipinos. Es decir, la tecnología ha
ido produciendo un fenómeno de aumento de la riqueza sin redistribución. En Estados Unidos se
multiplicó por cuatro para los accionistas en el período 1987-1997.
Naciones Unidas en la década del 80 y parte de la del 90 ha venido planteando una serie de
problemas que se derivan del nuevo tipo de información que se puede obtener desde el control
técnico y científico, así como la libertad de los pueblos para tomar caminos tecnológicos
diferentes.
También ha sido una preocupación constante de las NNUU el establecer un balance entre el
progreso científico y tecnológico y lo que sería el desarrollo de la espiritualidad y los modos de
vida de los pueblos, en cuanto se reconoce que las concepciones dominantes, bajo el manto de la
objetividad y la neutralidad, construyen un universalismo que niega todas aquellas formas de
conocimiento que no estén centradas en la racionalidad instrumental y por lo tanto planteándose
una expansión de la ciencia y la tecnología occidentales como la única marcha posible hacia el
progreso y el bienestar de todos.
El derecho al acceso para todos a la información científica y técnica que sea necesaria y
pertinente para el desarrollo y bienestar de quienes estén interesados en ello
El derecho de los países y los pueblos a escoger el desarrollo que les parezca más
conveniente según las particularidades de sus pueblos
El derecho a escoger el camino de la ciencia y la tecnología que sean más afines con su
cultura y con sus particulares visiones de la sociedad
Como vemos, aun con el replanteamiento y el intentar colocar una serie de regulaciones a la
forma de la ciencia y la tecnología, ésta sigue su marcha inexorable bajo la forma de globalización
capitalista de corte occidental, que pasa por encima de culturas, generando múltiples caminos que
conducen todos al mismo escenario. Sin embargo, la existencia de estos grandes troncos de
nuevos derechos abre espacio para un nuevo tipo de acción que va a tener que plantearse no
sólo en el corto, sino también en el mediano y largo plazo.
En relación a la naturaleza
Esto implica cambiar la mirada para dar cuenta de la biosfera como un todo, en la cual hay
una responsabilidad no sólo ambiental sino de la vida misma. Esto va a significar replantear toda
la ética que postula al ser humano como centro del universo, lo que significa salir de un
antropocentrismo para ir hacia un geocentrismo en donde la vida, bajo cualquiera de sus formas,
está al centro del escenario. Allí la existencia del ser humano está en interrelación y se hace
dependiente de la manera como se garanticen, construyan y modifiquen los equilibrios naturales.
En donde éste no es separado de la naturaleza y hoy sobre la existencia del ser humano –
en las reflexiones anteriores hemos ahondado la manera como el tipo de trabajo que tiene que
asumir, el tipo de control tecnocrático que se produce– nos coloca frente a problemas en los
cuales las éticas anteriores no tuvieron qué recabar. Es decir, la vida humana dentro de una
existencia de las condiciones globales de la vida en el planeta y la forma de existencia de lo 25
humano en el futuro, no sólo exige nuevos deberes y derechos, sino que exige un replanteamiento
para colocar el lugar de lo humano en esos nuevos deberes y derechos.
Ello nos señala claramente, con las cifras que se dan, de las diferencias abismales
generadas en los últimos tiempos (muchas de ellas están enumeradas en el documento anterior
sobre desarrollo sustentable), y que en su ejecución capitalista la ciencia y la tecnología, y la
racionalidad instrumental, carecieron de valores moderadores, así como de un criterio de justicia.
Ello muestra, de base, una insuficiencia ética en donde ciencia y tecnología no tienen un control
sobre sí mismas en su aparente neutralidad. En cambio, sí se genera el control de unos pocos,
que son quienes tienen la relación del poder y en su lógica de acumulación también un carácter
autodestructivo sobre el futuro del planeta: ruptura de la capa de ozono, deshiele de casquetes
polares, lluvia ácida, cambios climáticos, desertificación, etc.
Esto significa afirmar que ninguna opción tecnológica es social y valorativamente neutra.
También significa plantearse que su legitimidad no está dada solamente en función de su
eficiencia industrial y hay que dar paso a unos valores que guíen la acción y que no sean sólo de
eficiencia instrumental. Allí comienzan a surgir valores de ese desarrollo social que comienzan a
esbozar esos nuevos horizontes, valores de equidad social, de sanidad ambiental, de realización
humana y de una construcción estética del mundo. En últimas, significa darle vuelta a la idea del
ser humano como dueño de la tierra y controlador de la naturaleza, para poder regular un mundo
donde la vida sea cuidada en sus múltiples aspectos y ello requiere reconocer la conflictividad de
la relación que nos da lo artificial entre la naturaleza y lo humano, que están determinando en
última instancia la naturaleza humana.
Hans Jonas habla de que una nueva regulación ética derivada de los problemas
tecnológicos que se plantean tiene que intentar dar respuesta a tres asuntos de poder que se
presentan con mucha fuerza en estos tiempos:
los poderes de la relación ser humano-naturaleza
del poder de los automatismos de la tecnología que se escapan del control del ser humano
ese poder de segundo grado para poder guiar su uso con otros valores
Educación y tecnología
En este largo viaje que hemos realizado en las páginas anteriores, podemos darnos cuenta
de la manera como la tecnología transformó las condiciones de existencia de la sociedad y se 26
coloca como uno de los elementos centrales a ser pensados y desarrollados en estos tiempos.
Modificó la forma del capital dominante, transformó a su asalariado, modificó las formas del
derecho que se habían establecido, exigió replanteamientos políticos, consumó la globalización
cultural y ahora entra en el entramado educativo con fuerza propia exigiendo su lugar junto a un
conocimiento que cada vez más se desarrolla desde y con las posibilidades que la tecnología
brinda.
Si bien ciencia y tecnología son dos aspectos diferentes y complementarios –cada uno con
sus procedimientos propios, con sus metodologías, con sus procesos de constitución y de
construcción de saber y de productos– hoy son dos aspectos que tienen que ser trabajados en
forma complementaria, por el lugar que la una y la otra han comenzado a jugar en la sociedad
globalizada. En ese sentido, tienen distintas manifestaciones en el hecho educativo que pueden
llamar a confusiones. En forma muy breve, diferenciaré cinco que nos permiten y exigen algunas
definiciones:
Pero antes de hacer este abordaje se hace necesario colocar unos presupuestos que van a
hacer posible elaborar una caracterización muy rápida de esos hechos educativos. El hecho
básico para constituir procesos educativos es reconocer cómo hoy existe un correlato entre
ciencia, tecnología y conocimiento escolar y está constituido por el peso que en los procesos de
educación de los últimos 50 años ha ido tomando la educación como prerrequisito para la
incorporación en el mundo del trabajo. Pero en el último período, agudizado por un fenómeno en
el cual los objetos tecnológicos invadieron la vida cotidiana en todos los ámbitos y en todas las
edades, ese paso de la formación para el trabajo a ese acceso en la vida cotidiana marca una
diferencia en la relación con el mundo de los objetos tecnológicos.
Ese paso de proceso productivo a vida cotidiana implica también no sólo una serie de
aprendizajes de manejo técnico, sino una manera de ser de diversos procesos científicos que
hacen posible el hecho tecnológico y que son incorporados a nuestra vida diaria. Por ello, el
conocimiento escolar es transformado a tal velocidad, porque va a requerir no sólo explicar
muchos contextos y formas de existencia de lo tecnológico en la vida cotidiana, sino también
porque en un mundo cada vez más globalizado, ella es principio y explicación de cantidad de
fenómenos que unen lo local con lo universal. Por eso pudiéramos hablar de que estamos
impregnados de mediaciones tecnológicas que han transformado el panorama cotidiano de
cualquier habitante del planeta en la esfera inmediata de su vida.
Pero cuando se habla de educación, se requiere ir perfilando una mirada sobre la
tecnología, ya que para hacerla efectiva y real en el hecho educativo y se le use bajo cualquiera
de sus formas, va a implicar, y requiere, tener claras algunas preguntas básicas. Las principales
serían:
Es desde ahí que se puede afirmar que en algunos casos en nuestro continente nos hemos
encontrado con hechos en los cuales muchas tecnologías importadas tanto en su uso industrial
como para procesos educativos han resultado contraproducentes por la inadecuación, ya que no
encontraron una plataforma local que le diera como base una adecuación de ella. Por ello una de
las grandes discusiones hoy del lugar de lo tecnológico es el problema de la endogenización, que
va a ser esa capacidad de recibir e incorporar desarrollos tecnológicos como parte de un mundo
globalizado pero desde una base humana y técnica propia que permite usar, recrear y crear todo
un contexto tecnológico propio.
Por ello, podemos afirmar que no estamos frente a un simple problema de cómo incorporar
la tecnología en la educación, como un área o como un problema de la educación media, sino la
manera como incorporamos una cultura tecnológica que implica una mirada que es capaz de
darse cuenta de qué manera también se está transformando lo educativo. Por ello es necesario
diferenciar qué es lo que estamos entendiendo o qué es lo que estamos haciendo. Desde mi
particular punto de vista, diferencio cinco elementos que deben estar a la base de cualquier
discusión como presupuestos para su abordaje en el campo educativo:
Educación técnica
Pudiéramos decir que esta mirada es la que ha venido haciendo tránsito en nuestra realidad
y que viene en la evolución de la educación desde el artesano hasta las escuelas de artes y 28
oficios y que han hecho en nuestros países carrera a través de los servicios nacionales de
aprendizaje (SENA, SENAI, SENAE, SENATI) y que buscan fundamentalmente una especie de
aprendizaje de oficio, una especie de entrenamiento para ser trabajador.
Educación tecnológica
En el último período, algunos autores han venido planteando la ruptura de esta mirada de
educación tecnológica y planteando una ruptura con ella, en donde: “la educación tecnológica
basada en una síntesis apropiada de fundamentos científicos y de oportunidades para la
creatividad: investigación, experimentación, diseño, resolución de problemas concretos, capacidad
de adaptación de tecnologías genéricas a condiciones particulares, etc. La educación tecnológica
requiere un pensamiento creativo, práctico, experimental”.36 Desde esta perspectiva sugieren un
replanteamiento de la mirada tecnológica para incorporarla a un proceso de iniciación a las
carreras que se mueven en diferentes niveles de los procesos disciplinares y plantean una
formación de un tecnólogo que tiene una visión en donde le da lugar a lo social, a lo político y a lo
ético.
Educación en tecnología
Derivado del lugar que tiene la tecnología hoy en la sociedad, en cuanto ella da cuenta de la
producción de objetos tecnológicos, herramientas, artefactos, y está presente en la manera como
se resuelven prácticamente los asuntos de ella.
Por ello, no existe un área del conocimiento que no tenga tecnologías ni objetos
tecnológicos específicos. Es decir, cada una de ellas tiene propuestas, problemas y soluciones
diferentes.
Por ello, el problema de fondo hoy en día es cómo construir sistemas educativos que
eduquen tecnológicamente a todos los educandos y a los educadores y que hagan visible el
elemento tecnológico en cada una de las disciplinas, es decir, hacerlo emerger como parte de la
cultura de la época. Esto va a requerir una especie de alfabetización tecnológica como pre-
requisito que permita cambiar la mirada y poder ver desde cada una de las actividades humanas
que ésta afecta.
También implicaría un cambio en la concepción de las áreas. Por ejemplo, en física, habría
que ver las abstracciones teóricas, los fenómenos físicos y las aplicaciones tecnológicas, su uso
social y sus consecuencias. Por ejemplo, en el lenguaje no ver sólo los fenómenos culturales de
origen tecnológico como la generalización de la alfabetización, sino allí también la desaparición de
los dialectos, la presencia homogeneizadora y globalizadora de la televisión, la reivindicación
multicultural y por tanto de construcción democrática de los idiomas indígenas.
Este planteamiento exige que los centros escolares estén pensados como proyectos
culturales en los cuales la tecnología es parte de la cultura que en determinados momentos, por
ejemplo, en la media, tendrá un mayor énfasis específico pero funcionará bajo otros criterios y
otros controles.
Hoy los sistemas tecnológicos han cubierto todos los ámbitos. En lo global ellos mismos han
sido generados y han generado la transnacionalización de la economía, la cultura y la sociedad
produciendo un cambio –en algunos casos copernicanos– en las profesiones y en el uso de las
herramientas con las cuales esa tecnología se hace visible.
Reconocer esto implica asumir cambios profundos y en alguna medida reconocer que la
llegada de la tecnología, no sólo en su versión instrumental sino en su visión más compleja de
revolución científico-técnica, hace visible la crisis de paradigmas en educación, ya que nos
muestra los límites de los antiguos procesos pedagógicos no adaptados a las nuevas realidades y
muchos de ellos todavía incrustados en el viejo diseño instruccional.
Este camino abre puertas para unos procesos de innovación que permitan desde las teorías
pedagógicas cualquiera que ella sea: constructivismo, mapas conceptuales, sociocrítica,
complejidad, etc., se diseñen procesos pedagógicos que permitan una cierta coherencia de esa
teoría con los resultados de aprendizajes logrados, generando un proceso pedagógico donde el
lugar del conocimiento y de la tecnología es planificada por el/la profesor/a de acuerdo a su
concepción pedagógica.38
No hay tecnología sin contexto. Desde la tradición crítica plantea como la tecnología
siempre tiene una historia que debe aclararse tanto como los intereses que permitieron su
desarrollo y los caminos que tomaron sus posteriores usos. En ese sentido, se debe plantear con
claridad que no sólo hay un contexto de producción, sino hay un contexto de recepción y que es
en esa doble interacción donde el proceso de endogenización se realiza.
de ciencia y tecnología como capital constante y que sacrifica grandes sectores de seres
humanos, como vimos en la reflexión sobre el trabajo. Esto exige la capacidad de incorporar una
serie de reivindicaciones de otro tipo, que darán paso a la constitución de los nuevos movimientos
sociales de estos tiempos y por lo tanto el surgimiento de mi nuevo pensamiento crítico, que
enfrente al unanimismo del pensamiento único.
la generación de esos grupos críticos con una formación de punta que permita evaluar,
controlar y prever las consecuencias sociales, económicas y culturales de su utilización.
Mantener la mirada crítica para seguir reconociendo cómo en este capitalismo de base
tecnológica sigue persistiendo una incapacidad de él, que parece ya estructural para democratizar
el avance y nuevos desarrollos de las fuerzas productivas, acentuando la monopolización de sus
réditos y la profundización de la desigualdad.
32
http://www.fcen.uba.ar/prensa/brevi/04may01.html
NEUQUEN (AN).- "La tecnología interesa porque está por todos lados y representa una
oportunidad y una amenaza y esa es la razón por la cual interesa no sólo desde las ciencias duras
sino también desde la humanística".
La reflexión es del doctor Tomás Buch, quien el martes pasado presentó en el Salón Auditorio de la
Facultad de Ingeniería de la UNC su libro "Sistemas tecnológicos. Contribuciones a una Teoría
General de la Artificialidad".
En una nota que concedió a este medio, Buch -que es columnista del diario "Río Negro"- explicó
que "hay un fuerte componente humanístico en lo que trato de hacer y es importante que eso entre
en la educación de los ingenieros y de los tecnólogos, porque lleva una contextualización de lo que
hacen porqué y para qué".
El libro es para Buch "un intento de estructurar la tecnología como área del conocimiento y esto
proviene del momento en que aparece tecnología como materia de enseñanza en la escuela primaria
y secundaria y todo el mundo se pregunta ¿y eso qué es?, ¿con qué se come?".
En la certeza de que "había distintas maneras de enfocarlo", lamentó que "había sobre todo una falta
de material bibliográfico y me puse a tratar de suplir por un lado la falta de bibliografía y por el otro
lado la falta de una reflexión integradora que se pudiese estructurar como área del conocimiento
como geografía, historia, matemáticas o física".
Buch, que es doctor en química y se dedicó a la investigación molecular, consideró que el libro
"está destinado y se originó en una necesidad de los docentes, pero está escrito para un público
mucho más general y en realidad es una contribución a la teoría de la artificialidad o sea más allá
del requerimiento puntual de los docentes en la escuela, esto se dirige a un público en general
interesado en el hecho de que prácticamente todo lo que nos rodea tiene una impronta humana".
Confió que lo que intenta hacer desde el texto "es estructurar todo eso y dar pautas para una
comprensión por un lado histórica y por el otro epistemológica de la artificialidad y de las distintos
aspectos".
Consciente de que "hay una idea muy restringida sobre la tecnología en la mayoría de la gente",
Buch entendió que "al margen de las asociaciones e ideas que cuando uno dice la palabra tecnología
todo el mundo piensa en computadoras, como si un palo de amasar no fuese un objeto tecnológico,
33
en realidad la cosa y eso es lo que trato de demostrar, va mucho más allá".
Insistió en destacar que el libro "intenta ver cuál es el modo de pensar del tecnólogo, cuáles son sus
estructuras conceptuales, y de ahí sus metodologías de trabajo que son completamente diferentes de
las del científico y por eso hay una confusión muy grande en la mayoría de la gente entre ciencia y
tecnología".
El ex director de INVAP reiteró que la ciencia y la tecnología "siempre se mencionan juntas pero
son dos cosas totalmente distintas que se utilizan mutuamente, la ciencia estudia lo que existe y la
tecnología crea lo que no existe, pero desde que la tecnología utiliza el conocimiento científico, su
velocidad de avance se ha hecho incomparablemente mayor y viceversa".
Desde su experiencia resaltó que "desde que la ciencia utiliza instrumental de avanzada tecnológica,
también logró avances mucho más veloces y profundos y por eso hay como una simbiosis o un
matrimonio de conveniencia entre la ciencia y la tecnología, pero son dos cosas completamente
diferentes, aunque se asocian demasiado, estrechamente".
Desde una perspectiva humanística, aclaró que "este libro casi no se habla de ciencia, hay un
enfoque filosófico histórico, por eso el subtítulo habla de la artificialidad que va más allá de lo
estrictamente tecnológico a abarcar aspectos culturales, que también son artificiales aunque no sea
lícito meterlos".
34
Capítulo I
Artificialidad
La reflexión, racional o mítica, acerca de nuestro estar en el mundo está implícita en casi todas las
manifestaciones de la cultura humana. En la mayoría de estas reflexiones, sin embargo, la
existencia de lo artificial es aceptada como un hecho elemental de nuestro ser como humanos y
los filósofos han hecho muy pocas referencias a lo artificial. Han especulado acerca del ser, de la
conciencia, de la esencia de las cosas, de la naturaleza última del hombre, pero casi nunca
tuvieron en cuenta que una buena parte de esa naturaleza está en su carácter de Homo Faber: su
capacidad para crear artefactos, de modificar el mundo en su provecho. Lo artificial siempre actuó
como un telón de fondo, casi invisible por lo obvio de su existencia. Su producción ocurría, por
decir así, detrás de la escena. Cuando los enciclopedistas del siglo XVIII quisieron que los
técnicos de su época hablaran sobre sus actividades tuvieron grandes dificultades, ya que los
artesanos de las especialidades más diversas estaban acostumbrados a actuar y lo hacían con
eficacia e idoneidad, pero no estaban acostumbrados a reflexionar sobre sus acciones o sobre
sus técnicas.
Lo artificial y la conciencia, aquello que parece diferenciar a los humanos de los animales, tuvieron
un origen divino en todos los Mitos de los Orígenes y al comienzo eran privativos de los dioses.
Los humanos cometieron un grave pecado al pretender entrar en competencia con ellos, al tomar
conciencia tanto de su existencia como de temas tecnológicos. Prometeo roba a los dioses la
técnica del manejo del fuego para entregarla a los humanos y es severamente castigado por ese
acto de traición. Adán y Eva generan la cultura al comer el fruto prohibido del conocimiento de sí
mismos y son prestamente expulsados del Paraíso y condenados a emplear el conocimiento
recién adquirido para su propia subsistencia.
Por lo tanto, el origen de lo artificial representa un misterio y un desafío. Sin embargo, este
desafío no sólo no ha sido levantado por los filósofos hasta muy recientemente, sino que ha sido
relativamente poco tratado por los filósofos profesionales. Y este hecho debería extrañamos,
porque, después de todo, la existencia de objetos artificiales es la huella característica, más
importante y evidente del ser del hombre sobre la Tierra. Sin embargo, la reflexión sobre la
artificialidad recién se profundiza ahora, cuando la Tecnología como fenómeno histórico irrumpe y
se hace abrumadora para muchos.
En los comienzos míticos de la Tecnología, podemos poner la célebre frase de Goethe: "Al
comienzo fue la Acción". Pero la acción pura aún no es tecnológica: debe acompañarla la
reflexión. Por lo tanto, desde un punto de vista ontológico, se puede decir que la Tecnología y la
Ética nacen juntas en el momento en que el ser humano comienza a ser capaz de prever el
resultado de sus acciones: cuando reflexiona sobre las consecuencias de sus actos y puede
comenzar a distinguir si éstos serán nocivos o beneficiosos para sí mismo, para su comunidad o
para el Otro. Cuando analiza un problema, inventa una solución y prevé las consecuencias de esa
solución, inventa lo artiffcial: la acción y la reflexión sobre la acción.
Cuando algún homínido temprano recogió una rama para usarla como garrote, resignificó el objeto
natural que, de ser una cosa dada, pasó a ser una herramienta.
Esta resignificación es esencial y será una base para la definición de lo que llamaremos el Objeto
Tecnológico. La conjunción de un humano, un objeto y una representación mental de un
propósito, transforma el objeto: detrás hay una idea de lo que el humano quiere hacer. También
transforma la acción: el simple acto de emplear un objeto se transforma en Acción Tecnológica.
Este ir y venir conceptual entre acción y objeto recorrerá toda nuestra búsqueda. La acción está
en el centro mismo de la Tecnología pero se ejerce sobre los objetos. De allí que no sea posible
comprender la Tecnología si sólo se centra la atención en los objetos, como tampoco se puede
35
analizar las acciones sin un conocimiento detallado de los objetos sobre los que éstas se ejercen.
Una excepción sólo aparente es el acto creador (en el cual sólo existe una imagen mental del
objeto a crear), pues ésta se basa en el conocimiento de otros objetos.
La única excepción real -muy importante para los educadorestal vez sea cuando el niño
aprehende el mundo mediante la acción (algunos dirán que lo construye). El concepto moderno
sobre el aprendizaje mediante la construcción del conocimiento a través del hacer social, en
ningún área de la educación tiene tanta vigencia como en la educación tecnológica
Physis y techne
Volvamos ahora a la reflexión filosófica que habíamos iniciado más arriba y empalmemos el
pensamiento de Ortega con el de Martin Heidegger,39 quien empieza por afirmar que la esencia
de la técnica no es en sí algo técnico, sino que involucra algo mucho más profundo, ontológico,
del humano. Heidegger describe la Tecnología como una cuádruple acción que metafísicamente
va mucho más allá de lo meramente instrumental, el ámbito en el que se la suele colocar.
Con su peculiar estilo, que juega con las cualidades aglutinantes de la lengua alemana, Heidegger
afirma que lo técnico consiste en un cuádruple fenómeno: comienza siendo un desembozar o des-
cubrir como algo preexistente (Bestelltes) oculto en nosotros. Este des-cubrimiento constituye un
desafío (stellen), que es respondido por la pro-ducción (herstellen) y una representación
(darstellen) posteriores. Estos juegos de lenguaje son más profundos de lo que parecen. Pro-ducir
es llevar a la evidencia, es des-cubrir; por lo tanto, también se nos aparece la de los hechos
sustantivos de la historia reciente de la ciencia que la mayor parte de los enormes progresos
científicos que se realizaron durante este siglo tuvieron como motor primario, no la búsqueda de-
sinteresada de la verdad, sino las necesidades de los sistemas militares de las grandes potencias
hegemónicas. En la actualidad, parece que las necesidades bélicas han pasado a un segundo
plano y son los intereses económicos y las grandes corporaciones los que fomentan la creación
científica y tienden a apoderarse de sus resultados. A esto los científicos suelen replicar que,
cualesquiera sean las motivaciones para financiar sus estudios, el conocimiento de las
condiciones en las cuales se produce la fisión de los átomos son datos objetivos, que en sí
mismos no son ni buenos ni malos; y que la búsqueda del conocimiento es un fin en sí mismo, ya
que es mejor saber más que saber menos.
44
La libertad en la búsqueda del conocimiento y el carácter público de dicho conocimiento, son, en
sí mismos, valores sociales altamente estimables. Todo secreto, así como todo dogmatismo,
reduce la capacidad de buscar el conocimiento y de ponerlo al servicio de la humanidad en su
conjunto. Esta filosofía moral de la ciencia es un producto del Renacimiento y una de las bases de
la Modernidad, como también la base de la deontología profesional de los científicos.
Sin embargo, y para desgracia de los que hemos sido formados en esa ética de la ciencia, es
posible que su independencia ética y la concomitante libertad de investigar sean vistas en
perspectiva, por la historiografía futura de la ciencia, como característica de un período histórico
relativamente breve. Una de las posturas básicas de los defensores de la libertad absoluta de la
investigación científica fue siempre la resistencia a la censura por parte de todo poder distinto del
"juicio de los pares". Los únicos criterios limitantes debían ser la calidad del trabajo y la
consistencia de sus resultados. Sin embargo, ya hemos visto que durante gran parte del período
de máxima expansión del conocimiento científico, la investigación científica, inclusive la de los
principios teóricos más básicos en aquellos campos que podrían llegar a ser de interés militar,
estuvo financiada -y, por lo tanto, influida y controlada- por los sistemas militares. Esto se
aplicaba, en especial, a uno de los criterios básicos del conocimiento científico: su carácter públi-
co. Muchos de los conocimientos científicos relacionados con las armas de destrucción masiva
aún son secretos y están condicionados por la necesidad política de evitar la proliferación de tales
armas.
Tecnología como des-cubrimiento o mostración de lo verdardero. Y lo verdadero puede ser lo
técnico. Heidegger inventa un neologismo para todo este complejo -también basado en la raíz
alemana stell, adicionada al prefijo ge- que indica un participio pasivo: el Ge-stell, la esencia de la
Tecnología, especialmente moderna. Sin el guión neologístico, Gestell significa, además,
"estantería o andamio" y también "estructura".
El des-cubrir implícito en la acción tecnológica no ocurre esencialmente en el humano ni por él.
Desafía y des-cubre también a éste, lo desacraliza y también lo coloca dentro mismo del ámbito
del Ge-stell. Por lo tanto, ya nos resulta imposible elegir nuestra posición frente a la Tecnología,
que en este sentido nos abarca también a nosotros. Llegamos a la conclusión de que éste,
nuestro destino (Ge-schick), es a la vez no sólo el mayor peligro al que estamos expuestos, sino
el peligro por antonomasia. Además de sus aspectos más metafísicos, este peligro consiste en
que el humano avance cada vez más en su camino a ser un insumo, un Bestand, que es parte del
Ge-stell. Esto vuelve a dar una vuelta más a la afirmación de Ortega de que el humano adapta el
mundo a sí mismo, en vez de adaptarse a él como hacen los animales a través de la evolución.
Porque aquí, es nuevamente el humano, como parte del Ge-stell, quien es adaptado a este nuevo
mundo, el de lo artificial, creado por él mismo. El ciclo de la enantiopoiesis se cierra sobre sí
mismo o, como diría Hegel, encontramos una síntesis dialéctica en un "plano superior".
Quedamos, pues, prisioneros de ese mundo artificial -el Ge-stell-, que nosotros mismos hemos
creado pero ya no controlamos. El Gestell nos aparta de nuestra naturaleza óntica, nos transforma
en instrumentos de un sistema creado y parece que ya no hay salida posible de este circuito
trágico. Heidegger propone una actitud, más que una acción: la llama Gelassenheit, algo
semejante al desapego propuesto por los místicos. Es una receta un tanto débil, algo muy
semejante a la resignación; mientras los místicos suelen rechazar de plano la vida moderna,
Heidegger nos propone que vivamos tranquilamente desapegados en medio de ella y que
busquemos la salvación, o por lo menos la tranquilidad existencial en el arte. 40 Ortega es más
optimista, pues nos otorga más libertad de maniobra. Dice que el sistema tecnológico ha sido
creado para facilitarnos las cosas y que logra hacerlo. Debemos hacer aquello que es nuestra
obligación ética desde que nos reconocemos como humanos: formular un programa de vida.
La cuestión es ver cuál será ese programa de vida, al que Freud llamó el "ideal del Yo".
Podríamos decir que el ideal del Yo de la sociedad de consumo consiste, justamente, en aceptar
con entusiasmo el triunfo de la tecnología instrumental y dejar que el Ge-stell se apodere
totalmente de nosotros. Contra esto nos alerta Heideger. Para colmo, el sistema tecnológico que
nos engloba -el Ge-stell-, tiende a hacérsenos invisible. Efectivamente, hay tantas cosas del
mundo tecnológico a las que nos hemos acostumbrado que sólo las percibimos cuando nos faltan.
Esto es un síntoma grave de una tecnodependencia muy marcada.
De hecho, una de las consecuencias del predominio actual del mundo tecnológico sobre el mundo
natural es que somos cada vez más dependientes de los productos de la tecnología moderna. Es 45
un hecho que en la medida en que la productividad de la actividad humana y su grado de
tecnificación aumentan, la producción descansa en numerosos especialistas de cada rama y el
humano aislado es cada vez menos capaz de producir por sí mismo lo necesario para su sustento:
cada vez es más tecnodependiente para su mera subsistencia. A la vez, la Tecnología se ha
complicado de tal modo que la inmensa mayoría de los humanos ya no la comprenden y se ven
reducidos a una postura comparable a la del humano salvaje, que ante los fenómenos de la
naturaleza -a los que no controla, pero que determinan su vida- toma una actitud de reverencia,
desconfianza y rencor.
Nos hemos detenido en la consideración un poco detallada del pensamiento de Ortega y Gasset y
de Heidegger porque representan, a nivel filosófico, las dos posiciones extremas entre las de otros
pensadores que han analizado el impacto cultural de la tecnología moderna.
La teoría del Ge-stell heideggeriano nos permite llevar a cabo una forma de análisis tecnológico
que tiene cierto atractivo. El mismo Heidegger presenta el siguiente ejemplo: supongamos un río
en cuyo cauce se instala una usina hidroeléctrica. Al ser puesto al servicio de la generación de
energía hidroeléctrica, el mismo río deja de ser un simple elemento del paisaje y se transforma en
lo que nosotros, más adelante, llamaremos un "Objeto Tecnológico". El río es incorporado a la
usina, forma parte de ella; y lo mismo ocurre con los seres humanos que trabajan en ella. La
usina, por otra parte, no es más que uno de los eslabones de una cadena que incluye la red de
transmisión de la energía generada y las múltiples actividades de sus consumidores. Por último, el
mismo paisaje queda incorporado como fuente de energía hidráulica y ha dejado de ser un
sencillo objeto de contemplación, para transformarse en una fuente de energía y en un destino
turístico; entra también el a formar parte del Ge-stell, que termina por abarcar a toda la Tierra. Es
en este sentido que decimos que toda la Tierra es ahora un gran Objeto Tecnológico.
El problema de fijar los límites d~1 Objeto Tecnológico como sistema, dentro del esquema de
análisis de la TGS, será retomado en los capítulos siguientes. Veremos allá que para hacer
posible el análisis del Objeto Tecnológico debemos necesariamente establecer una diferencia
pragmática entre el sistema y el no-sistema. En esta consideración filosófica, en cambio, sólo
queremos destacar la falta de límites derivada de lo que Heidegger y otros críticos de la
tecnología contemporánea perciben como una invasión, por parte de la Tecnología, de ámbitos
donde no debería reinar soberana.
En lo que antecede puede llamarnos la atención que la filosofía de la Tecnología opine sobre el
objeto de sus desvelos, en vez de sólo mostrarlo y mostrar las relaciones entre ella y otros
aspectos de la naturaleza o de la estructura ontológica del humano. Pero ello no debe
sorprendernos. La filosofía de la Tecnología no puede ser, como sólo es la filosofía de la ciencia,
una rama más o menos autónoma de la Filosofía. La ciencia se ocupa del saber y del conocer. Su
objetivo es comprender el mundo, conocerlo y describirlo en términos racionales (dejando de lado
por el momento el significado un tanto cuestionado de esta palabra). En cambio, la Tecnología se
vincula mucho más con el hacer que con el saber y, por lo tanto, la reflexión filosófica sobre ella
está más relacionada con la ética que con la epistemología.
Por eso, muchos de los filósofos de la Tecnología no se ocupan tan- de sus aspectos metafísicos
como de sus consecuencias éticas, sociológicas y antropológicas. A partir de cierto momento
resulta difícil separar lo que podría llamarse "filosofía de la Tecnología" del examen crítico de sus
consecuencias,41 muchas de las cuales son percibidas como negativas por varios de estos
críticos. A esta actitud el filósofo argentino Mario Bunge (radicado hace muchos años en Canadá),
llama, despectivamente, "esos lamentos románticos sobre los pretendidos males de la
Tecnología".
Bunge pertenece a un grupo muy variado de personas que opinan que la Tecnología es ciencia
aplicada.43 Ésta es una confusión de orígenes respetables, puesto que ya Francis Bacon incurre
en ella. En parte, esta confusión es de orden semántico, ya que hay quien emplea la palabra
46
"tecnología" sólo para las técnicas productivas que incorporan conocimientos y métodos
científicos, llamando "técnicas" a las demás.44 Llamaremos cientificista a esta acepción de la
palabra "tecnología". La Tecnología (en nuestro sentido de la palabra, que es mucho más amplio
que la acepción cientificista), no sólo es muy anterior a la ciencia moderna, sino que tiene
propósitos y métodos completamente diferentes. En cuanto a los propósitos, Von Kárman, a la vez
físico y tecnólogo famoso, lo expresó así: "La ciencia estudia lo que existe; la tecnología crea lo
que no existe".
En cuanto a los métodos de análisis empleados, el de la ciencia es, ante todo, causal: le interesan
las causas eficientes, en el sentido aristotélico del término. En cambio, lo más decisivo de un
Objeto Tecnológico es su finalidad, de modo que el interés básico del análisis tecnológico es
teleológico; y su enfoque, que será el principal objeto de estudio de este libro, sistémico.
Pero hay otros argumentos en contra de la tesis de que la Tecnología es ciencia aplicada. Los
chinos fueron los originadores de una cantidad de grandes inventos y de muchas innovaciones
tecnológicas de primer orden, hecho que es repetidamente reconocido. Sin embargo, en la China
tradicional no existió nada comparable a nuestra ciencia; y tal vez en esa ausencia pueda verse la
causa del estancamiento de la tecnología china. Mientras que en Occidente la enantiopoiesis en-
tre ciencia y Tecnología que se produjo es uno de los secretos de su fabuloso éxito.
Este argumento, sin embargo, tiene una trampa cultural etnocéntrica que es necesario poner en
evidencia. En el párrafo anterior hemos usado el término "estancamiento", en el que hay un
implícito juicio de valor: en nuestro esquema "moderno", el progreso es un valor y la palabra
"estancamiento" se acompaña de una connotación negativa (podríamos hablar de "estabilidad" al
referirnos a la sociedad china, usando un término con connotaciones positivas, o, mejor aún, elegir
la palabra neutra "permanencia"). Por otra parte, la afirmación también contiene una interpretación
monocausal de esta permanencia. De hecho, en Occidente, a partir del siglo XV, hubo una
coincidencia temporal de por lo menos tres -y no dos- elementos culturales distintos que
interactuaron enantiopoiéticamente: la ciencia, la Tecnología y el capitalismo. Un poco más abajo
exploraremos brevemente la relación entre el desarrollo tecnológico moderno y la estructura
económica del mundo en que nació y se sigue desarrollando: la revolución industrial primero y la
tecnológica en la actualidad.
Al poner énfasis en las diferencias entre los propósitos y los métodos de la ciencia y la Tecnología
queremos contrarrestar la fuerte tendencia social a confundirlas. Esto no nos debe llevar, sin
embargo, a subvalorar la fuerte simbiosis que existe entre ambas, sobre todo en las áreas más
avanzadas y complejas de la Tecnología.
Las relaciones entre la Tecnología y la ciencia son múltiples. Es evidente que la Tecnología no
avanza como aplicación de los conocimientos científicos previamente obtenidos. La ciencia está
mucho más cerca de crear una especie de "matriz cultural" en la que se desarrolla la tecnología
contemporánea, usando a cada paso lo que le conviene, sea un descubrimiento científico reciente
o un conocimiento técnico ancestral. La ciencia tampoco es comprensible tan sólo como formaliza-
ción de un conocimiento tecnológico o pragmático, al margen de la búsqueda del conocimiento
como fin en sí mismo. Hay una Tecnología al margen de la ciencia y anterior a la misma, aunque
en la actualidad la relación es más estrecha que en otras épocas. El desarrollo de tecnologías y
nuevos Objetos Tecnológicos emplea los resultados de la investigación científica reciente con
demoras cada vez menores. También la investigación científica se estancaría prontamente si no
contase con herramientas cada vez más poderosas puestas a su alcance por el desarrollo de
tecnologías nuevas.
La exploración del espacio muestra la estrecha interacción entre ciencia y Tecnología, tanto en su
desarrollo como en sus resultados. Se la suele presentar como una gran empresa científica, sobre
todo porque no tiene objetivos tecnológicos inmediatamente visibles. En principio, la construcción
y el lanzamiento de una sonda espacial es un gran logro tecnológico y no científico. En cambio,
los resultados de una misión, como por ejemplo el conocimiento detallado de los planetas, las
investigaciones acerca de la existencia de vida en Marte o el estudio de la radiación solar, son, por
ahora, fundamentalmente científicos, aunque muchos especulan con su explotación futura.
La exploración espacial tiene, para la sociedad que la emprende, beneficios secundarios en el
mediano plazo, por lo que tiene las características de una inversión con un retorno diferido. Son
innumerables los beneficios obtenidos por la sociedad en general que se revelan como
subproductos de los grandes proyectos espaciales. El caso más conocido es el de los circuitos 47
integrados, desarrollados gracias al programa Apolo, que puso al primer hombre sobre la Luna en
1969. Posteriormente fueron llevados a un formato que fuese aprovechable por la industria
ordinaria .
Hemos mencionado más arriba la estrecha asociación metafísica de la Tecnología con la Ética,
que se complementa con el debate no resuelto acerca de la pretendida neutralidad ética de la
ciencia. La postura más corriente sostiene que la ciencia sólo busca el conocimiento y la
comprensión del mundo, para lo cual se rige exclusivamente por sus propios criterios de verdad y
falsedad; es decir, los criterios valorativos son enteramente ajenos al quehacer científico. De tal
modo, la ciencia no opina sobre la eventual utilización del conocimiento y, por lo tanto, es
éticamente neutral. A la Tecnología se le atribuye un carácter mucho menos "puro": es la que
adapta aquellos conocimientos a los usos que la sociedad, o quien sea el que ejerza el poder de
decisión, les quiera atribuir.
Que la Tecnología no es éticamente neutral, es un hecho evidente.
Los mismos conocimientos y medios se pueden destinar a fines de muy variada valoración moral.
La tecnología química conduce tanto a las armas de destrucción masiva como a los antibióticos; y
la biotecnología es una bendición en muchos aspectos y puede ser una nueva caja de Pandora.
Sin embargo, debemos reconocer que la ciencia misma tampoco es tan neutral como se la
quisiera hacer aparecer y como tal vez sí lo haya sido en tiempos de Galileo y Newton. Por lo
menos en la elección de sus temas de investigación hay juicios de valor implícitos, y es uno de los
hechos sustantivos de la historia reciente de la ciencia que la mayor parte de los enormes
progresos científicos que se realizaron durante este siglo tuvieron como motor primario, no la
búsqueda desinteresada de la verdad, sino las necesidades de los sistemas militares de las
grandes potencias hegemónicas. En la actualidad, parece que las necesidades bélicas han
pasado a un segundo plano y son los intereses económicos y las grandes corporaciones los que
fomentan la creación científica y tienden a apoderarse de sus resultados. A esto los científicos
suelen replicar que, cualesquiera sean las motivaciones para financiar sus estudios, el
conocimiento de las condiciones en las cuales se produce la fisión de los átomos son datos
objetivos, que en sí mismos no son ni buenos ni malos; y que la búsqueda del conocimiento es un
fin en sí mismo, ya que es mejor saber más que saber menos.
La libertad en la búsqueda del conocimiento y el carácter público de dicho conocimiento, son, en
sí mismos, valores sociales altamente estimables. Todo secreto, así como todo dogmatismo,
reduce la capacidad de buscar el conocimiento y de ponerlo al servicio de la humanidad en su
conjunto. Esta filosofía moral de la ciencia es un producto del Renacimiento y una de las bases de
la Modernidad, como también la base de la deontología profesional de los científicos.
Sin embargo, y para desgracia de los que hemos sido formados en esa ética de la ciencia, es
posible que su independencia ética y la concomitante libertad de investigar sean vistas en
perspectiva, por la historiografía futura de la ciencia, como característica de un período histórico
relativamente breve. Una de las posturas básicas de los defensores de la libertad absoluta de la
investigación científica fue siempre la resistencia a la censura por parte de todo poder distinto del
"juicio de los pares". Los únicos criterios limitantes debían ser la calidad del trabajo y la
consistencia de sus resultados. Sin embargo, ya hemos visto que durante gran parte del período
de máxima expansión del conocimiento científico, la investigación científica, inclusive la de los
principios teóricos más básicos en aquellos campos que podrían llegar a ser de interés militar,
estuvo financiada -y, por lo tanto, influida y controlada- por los sistemas militares. Esto se
aplicaba, en especial, a uno de los criterios básicos del conocimiento científico: su carácter públi-
co. Muchos de los conocimientos científicos relacionados con las armas de destrucción masiva
aún son secretos y están condicionados por la necesidad política de evitar la proliferación de tales
armas.
En la actualidad -cuando el centro de gravedad de la investigación científica se ha desplazado de
la Física a la ciencia de los materiales y, sobre todo, a la Biología y la Bioquímica- son los
intereses de las grandes empresas y también los intereses económicos personales de algunos
investigadores académicos, los que influyen sobre la selección de los temas de investigación. Por 48
lo tanto, los resultados de las investigaciones científicas "básicas" relacionados con posibles
aplicaciones tecnológicas ya no son publicados con la generosidad y la libertad académica
tradicional. Sobre todo en los temas de interés biotecnológico, son cada vez más numerosos los
investigadores que fundan pequeñas empresas de alta tecnología y terminan patentando los
resultados de sus investigaciones en lugar de compartirlos con los demás.
Aún es temprano para ver con claridad hacia dónde se dirige la ciencia como actividad social, pero
evidentemente existe el peligro de su incorporación integral al sistema de poder megatécnico. Tal
vez la actividad científica, en tanto búsqueda del conocimiento como fin en sí mismo, quede
restringida a aquellas áreas del conocimiento para las que no se vislumbren aplicaciones ni aun
en un futuro remoto.
Hay varios campos en los cuales el carácter ético de las investigaciones científicas está a la orden
del día. Uno de ellos es obvio: el de la ciencia puesta al servicio de la guerra. Pero hay otros cuya
peligrosidad es comparable, por lo menos en la situación internacional que rige en nuestros días,
en que casi ha desaparecido la amenaza de holocausto nuclear bajo la que vivimos durante
cincuenta años. La manipulación genética del plasma germinal podría conducir a resultados
inesperados e indeseables. También la investigación neuroquímica, que trata de elucidar los
mecanismos químicos de nuestras emociones, presenta el evidente peligro de que en un futuro se
las intente manipular en virtud de intereses políticos o económicos.
Debemos concluir, por lo tanto, que la neutralidad ética de la ciencia sólo vale para el concepto
abstracto de "conocimiento" pero no es sostenible en vista de las estructuras sociales que
sostienen y financian las costosas investigaciones necesarias a la ciencia moderna. Tanto menos
podrá sostenerse la neutralidad ética de la Tecnología, que exige inversiones aun mucho mayores
que difícilmente serán efectuadas sin la esperanza de un retorno.
Una excepción sólo aparente a esto son los grandes proyectos financiados por los Estados de los
países desarrollados, como lo es gran parte de la exploración espacial. De hecho, estos proyectos
tienen carácter de inversión a mediano plazo, de la cual se espera un retorno social en forma de
tecnologías aplicables a los demás ámbitos sociales.
En cuanto a la fundamentación misma de la ética -que, como hemos mencionado más arriba, se
suele vincular estrechamente con la Tecnología como acción y no solamente con sus
aplicaciones-, Bunge cree en la objetividad esencial de la gran empresa intelectual de la ciencia y
querría ver una mayor influencia del pensamiento científico en Filosofía y, en particular, en ética.
Quiere fundamentar la ética en la ciencia y, aun, en la lógica. Como aplica la definición
"cientificista" de la Tecnología, y para él ciencia y Tecnología están muy estrechamente unidas,
habla de algo que denomina "tecnoética" desde un enfoque que es un tanto tecnocrático y
formalista. Lamenta el origen intuitivo y tradicionalmente dogmático de la ética y querría encontrar
una manera científica de fundamentarla. Allí donde muchos filósofos tradicionalistas subrayan el
carácter absoluto de los fundamentos de la ética, Bunge señala que el valor de un hecho está
fuertemente condicionado por las circunstancias. Pero, en el fondo, toda fundamentación de la
ética siempre choca con la necesidad de dar un contenido a las palabras "bueno" o "malo";
aunque, como bien observa Bunge, dicho contenido sólo sea válido en ciertas circunstancias y tal
vez no en otras.
Al afirmar la neutralidad ética de la ciencia, Bunge hace una separación neta entre la ciencia y la
Tecnología, porque ésta, como ya hemos visto, no es éticamente neutral. Pero, como Bacon,
afirma que la tecnología perversa puede eliminarse descartando los fines malos; con esto,
estamos nuevamente en el principio: debiendo definir qué es bueno o malo; y el contexto ha
vuelto a desaparecer del discurso.
El filósofo John Passmore48 ha dado un golpe de gracia a la pretendida neutralidad ética de la
ciencia frente a una mayor responsabilidad de los tecnólogos, comparándola con la hipócrita
postura de la Santa Inquisición (que, una vez establecida la culpabilidad de los herejes, los
entregaba para su ejecución al "brazo secular" porque la Iglesia no podía ensuciarse las manos
torturando y matando a los condenados). No es suficiente que los científicos reivindiquen la
neutralidad ética de la ciencia echando toda la culpa de las consecuencias negativas de las apli-
caciones del conocimiento científico a los tecnólogos, a la sociedad en general o a sus sectores
de decisión. También los científicos deben asumir la responsabilidad por las consecuencias de
sus descubrimientos. 49
De estas consideraciones hay sólo un paso hasta la pregunta acerca de si tendría que haber
áreas en las cuales la investigación científica no debería penetrar, porque las consecuencias
éticas de las aplicaciones tecnológicas de los descubrimientos que podrían hacerse serían
demasiado graves. Ésta es una pregunta que algunos filósofos se están haciendo, a pesar de que
la respuesta de la mayoría de los científicos es un rotundo no y de que el eventual sí de algunos
investigadores probablemente carecería de consecuencias prácticas49•
La prohibición de realizar ciertos tipos de investigaciones ya ha llegado a la legislación en algunos
países. Por ejemplo, hay cierto consenso en prohibir por medio de leyes las investigaciones que
puedan conducir a la c10nación de seres humanos. En ciertos casos, la imposibilidad de prohibir
determinados trabajos de laboratorio se traslada a la prohibición de financiarlos. Otra investigación
que ha sido restringida por leyes la que podría eventualmente llevar a la implantación de re-
positorios para residuos nucleares -si bien en este caso no se puede decir que se trate de un tema
de investigación científica.
Poco después de que Heidegger llamara la atención sobre los peligros de la tecnología
contemporánea. lo hizo también Lewis Mumford. El pesimismo de Mumford es aun más explícito
que el de Heidegger: el autor hace una severa crítica a la Tecnología como dominio de la
naturaleza que llegaría eventualmente a dominar al hombre mismo. Dice que es el pensamiento y
no la fabricación de herramientas lo que hace humano al Homo sapiens y que, por ello, merece
más ese nombre que el de Homo hobilis u Homo fober. En eso se contrapone diametral y
explícitamente a los exponentes del pragmatismo.
Mumford hace una distinción, que se ha perpetuado hasta ahora, entre una corriente que
propugna una tecnología "a la escala humana" y la tendencia "megatécnica" dominante y
dominadora. Diferencia una politécnico -artesanías tradicionales, hechas en forma individual- de
una monotécnica de carácter hegemónico y sólo compatible con una organización de los seres
humanos en gran escala, tal como lo estamos viviendo con preocupación en los años recientes.
La misma consideración está en la base de la propuesta utopista de E. F. Schumacher, quien se
hizo muy famoso en los años setenta con su libro Lo pequeño es hermoso.52 Este autor es uno de
los originadores del concepto de "tecnología apropiada". Si bien Schumacher creía en que "lo
pequeño es posible", Mumford admite que su programa es irrealizable. Destaca que la tendencia
hacia la monotécnica o megatécnica está en marcha inexorablemente desde los albores de la
civilización de los grandes imperios, hace por lo menos cinco mil años; que hizo necesaria y
produjo una organización jerárquica de la sociedad y el surgimiento del poder político coercitivo
como uno de los ejes estructurantes del quehacer humano. Se trata pues de una crítica ética de
todo el desarrollo social humano desde los comienzos de la civilización, más que de un análisis de
la Tecnología o de lo artificial como fenómeno humano. Algo similar intentan otros autores que
analizan, no tanto la naturaleza de lo artificial, como la forma en que ha sido posible que surgiera
un sistema tan intrincado y complejo de objetos y de relaciones como los que produce la
tecnología moderna. Se trata aquí de un estudio más sociológico que antropológico, que deja para
los antropólogos el interesante tema de los orígenes remotos, pero que considera la tecnología
moderna como un dato de la realidad y trata de vislumbrar hacia dónde nos lleva su evolución.
La mayoría de estos autores son pesimistas en su apreciación de la manera en que se está
produciendo la evolución social, con el impacto de los indiscutibles logros de la tecnología
moderna, que con sus beneficios trae a la sociedad los problemas asociados a su eficacia, su
gigantismo y la dificultad de controlar sus efectos sobre el medio ambiente y sobre la sociedad
misma.
Sin disminuir en lo más mínimo el peso de los argumentos exhibidos por estos autores, debemos,
sin embargo, hacer justicia a la Civilización Tecnológica destacando sus indudables éxitos en
muchos campos: ha hecho la vida de gran parte de la humanidad más larga, más fácil y más
agradable; ha liberado a grandes masas de humanos de los trabajos más pesados; ha hecho que
el nivel de vida material de la mayoría de la población en el mundo desarrollado fuese mejor que 50
el de los nobles en la edad media. Esto se aplica también al concepto más reciente de calidad de
vida, que está algo menos sujeto a las interpretaciones ideológicas.
Uno de los indicadores más elocuentes de este hecho es la esperanza de vida al nacer, que hasta
el año 1800 era de 20 a 30 años, aun en los países de mejor nivel de vida. La cifra
correspondiente llegó a 40 años hacia 1870, a 50 en 1915, a 60 en 1930, a 70 en 1955 y está en
los 80 en la actualidad. La tecnología moderna ha hecho las guerras mucho más mortíferas, pero
a la vez ha salvado más vidas que en todas las guerras de la historia de la humanidad.
Ante los temores expresados por los que ven en la megatécnica sobre todo una amenaza para la
supervivencia de la especie humana, y aun de la vida toda, los tecnófilos aseguran que, así como
la experiencia y la historia indican que en el pasado la Tecnología siempre ha sido capaz de
resolver todos los problemas que se le plantearon seguramente sabrá encontrar soluciones para
los peligros que ahora se ciernen sobre el equilibrio ecológico y social mundial. Si bien es posible
que así ocurra, esta afirmación está cargada de ideología: expresa una fe en el progreso que
muchos han abandonado y en los intereses políticos y económicos del sistema dominante.
El pensamiento positivista y pragmático que saluda a la tecnología moderna como vehículo del
progreso material -y a éste como precondición para el progreso moral de la humanidad e incluso
como condición para la protección del ambiente contra los excesos tecnológicos mismos- se ve
enfrentado con el pesimismo "postmoderno"; del cual algunos exponentes toman una actitud que
podemos calificar de "tecnofóbica", que achaca a la Tecnología como tal muchos de los males de
la civilización de nuestra época. Incluso hay una teoría que pretende demostrar que la Tecnología
se ha transformado en una especie de fuerza autónoma en la sociedad, una especie de monstruo
de Frankenstein que evoluciona al margen del control humano y al que ya nadie puede encauzar
para que no termine destruyendo todo lo humano de nuestra sociedad.56 Sin embargo, no
debemos olvidar que la Tecnología no es una entidad abstracta de cualidades demoníacas, sino
una creación humana, cuya evolución depende de las estructuras sociales y económicas
dominantes.
Por lo tanto, es necesario examinar la relación entre la tecnología contemporánea y las
estructuras de dominio que existen en el interior de las sociedades generadoras de y modeladas
por, esa tecnología. Cada desarrollo tecnológico individual se puede estudiar como resultado de
una opción o una serie de opciones racionales en un contexto. Es necesario fijar entonces la
atención en ese contexto para poder entender aquella racionalidad y contextualizar, tal vez, el
concepto de racionalidad mismo. Esto es lo que han hecho ciertos filósofos y sociólogos, entre los
que se destacan Max Weber y los integrantes de la llamada "Escuela de Frankfurt": Horkheimer,
Marcuse y Habermas.
El desarrollo tecnológico moderno es producto de la sociedad capitalista en la que tiene lugar y en
ese contexto debe ser analizado. En comparación con todas las formas anteriores de
ordenamiento social y económico, el capitalismo racionalizó las relaciones sociales alrededor de
las bases materiales de la sociedad y creció sobre los fundamentos ideológicos y éticos del
protestantismo. La sociedad capitalista es mucho más racional que las demás formas de
estructuración de la actividad económica, pero al costo de subvertir el concepto mismo de
racionalidad. La racionalidad de la Civilización Tecnológica es exclusivamente una racionalidad
referida a fines (Zweckrationalitat).
Mientras que en los filósofos clásicos y modernos, desde Santo Tomás hasta Kant, el concepto de
razón (Vernunft) estaba referido a la armonía en la estructura general del mundo y la capacidad
humana para comprender dicha estructura, la crítica contemporánea de la razón reconoce
solamente la racionalidad de los medios empleados para alcanzar ciertos fines, omitiendo
pronunciarse acerca de los fines mismos. Racionalidad equivale, entonces, a eficacia
instrumental, en concordancia con la afirmación de los pragmatistas: dado un fin, es racional la
acción que lo alcanza con eficacia y con eficiencia. Pero como ya no existen fines trascendentes,
los fines mismos terminan transformándose en medios. Es lo que Weber llama el
"desencantamiento" del mundo y su desacralización. También Marx habla de la "profanación de 51
todo lo sagrado". Un ejemplo trivial de esto es la moderna mediatización de las festividades
religiosas: más que una celebración religiosa, la Navidad es sólo una gran ocasión comercial, y la
publicidad invoca y usa todo lo que en otros contextos era sagrado y trascendente como
instrumento para promover la compra de bienes de consumo. De esta manera, hasta lo otrora
sagrado contribuye a los negocios.
Por otra parte, al desaparecer los fines, son los medios los que ocupan su lugar, al transformarse
en fines mediatos. Así, aun la posibilidad de una acción desinteresada se hace incomprensible.
Toda acción que se emprende tiene una finalidad ajena a sí misma. La acción gratuita se califica
de "hobby" y sirve para disminuir el stress.
Dentro de este contexto de racionalización de los medios se produce la irrupción de la ciencia en
la Tecnología, y de ésta en los ámbitos institucionales, transformando las instituciones y
desmoronando las viejas legitimaciones. Pero, dice Marcuse, esta racionalidad de los medios no
es abstracta, sino que obedece a una determinada estructura de la sociedad y del poder político y
económico, a una concreta relación de dominio. Es la necesidad de legitimación de ese dominio la
que apela a la productividad del trabajo humano y al dominio de la naturaleza a cambio de ofrecer
una vida más confortable a las grandes masas. Sólo que esa lógica del dominio ha desaparecido
de las conciencias. Los ciudadanos disfrutan de una mayor libertad de elección entre múltiples
bienes de consumo pero, a la vez, la Tecnología legitima un poder político que limita la libertad
real y que plantea una imposibilidad técnica de realizar una autonomía que le ofrece, en teoría, la
democracia política.
A esto se agrega la manera en que se ejerce el poder económico en la sociedad capitalista tardía.
La concentración y transnacionalización crecientes del capital son facilitadas por la informática,
mientras, a la vez, buena parte de la iniciativa para la innovación tecnológica se encuentra en
estructuras empresarias más pequeñas y dinámicas. En qué medida predominan unas u otras en
la determinación del ritmo de avance está por verse. La oligarquía de los administradores prevista
por Galbraith no parece próxima a apoderarse del poder. Pero dado el impacto de la Tecnología
sobre todos los aspectos de la producción y de la vida diaria, es la Tecnología misma la que se
transforma en elemento legitimador del dominio de quienes la controlan, dominio que es ocultado
por la ideología del progreso tecnológico ilimitado. Es así como la misma Tecnología se
transforma en elemento ideológico, además de su rol de factor de la producción.
Una de las características de este contexto es su inestabilidad, que hace necesaria la constante
innovación tecnológica en una incontenible "fuga hacia adelante". Esta inestabilidad está causada
e impulsada por la competencia por los mercados y escapa a la racionalidad basada meramente
en la satisfacción de las necesidades humanas. Asimismo, parece que la sociedad, basada en
medida creciente en la sola racionalidad económica, no puede encontrar en ésta las respuestas
adecuadas ante el reemplazo del trabajo humano por el de las máquinas y su consecuencia de
desempleo tecnológico y exclusión social.
Es decir que en un futuro previsible, la sociedad no se transformará en un sistema
burocráticamente autorregulado mediante controles "cibernéticos" que la protejerán de las
inestabilidades. Lo atestiguan por ejemplo, las violentas oscilaciones de los sistemas financieros
en un mercado de capitales unificado a escala global por medio de la tecnología informática. Se
observa, por otra parte, que las políticas deliberadamente seguidas por los gobiernos oscilan
pendularmente entre el liberalismo -que se basa en la hipótesis de que la "mano invisible" del
mercado es suficiente para una regulación del sistema en largo plazo- y un mayor control estatal
sobre el movimiento de capitales. Es decir, en el fondo se desconfía de la posibilidad de que el
sistema global se estabilice en el mediano plazo. Tal es la esencia de la propuesta de John
Maynard Keynes. Todo esto tiene lugar en un sistema político democrático, que, por más que se
preste a una manipulación creciente y a muchas clases de perversión y corrupción, deja en vida
algunas esperanzas de que, en un futuro mejor, pueda ejercerse un mayor control social sobre el
sistema económico. Y, como consecuencia de ello, también pueda haber una mayor opción
acerca de los usos y abusos de la capacidad de desarrollo tecnológico.
Queda la gran pregunta acerca de los fines, pero está totalmente fuera del alcance de un libro
como el presente.
52
¿Techne contra physis?
Un párrafo aparte merece la relación entre, por una parte, la sociedad y el sistema económico y,
por otra, la naturaleza, presuntamente "dominada" pero que parece "vengarse" con
manifestaciones de poder como el fenómeno "El Niño", la desaparición de la capa de ozono o el
calentamiento global.
Filosóficamente, frente a la doctrina dominante de que el ser humano es el dueño de la Tierra y
debe controlar la naturaleza, se alza el requerimiento ético de responsabilidad y, más allá de ésta,
de solidaridad con lo no humano. Somos parte de la naturaleza, a pesar del predominio de lo
artificial, y debemos reconocer ese hecho obvio antes que la destrucción de los ecosistemas
naturales haya llegado a límites que hagan imposible la vida sobre la Tierra: comprendida, obvia-
mente, la nuestra.
Esta problemática, impensable hace pocas décadas, en la actualidad ha dado nacimiento a un
movimiento, el ambientalismo o ecologismo, que, además de una corriente de pensamiento, ha
generado movimientos políticos relevantes. Las posturas de estos grupos están lejos de ser
unánimes en el debate ético, filosófico y político sobre esta conflictiva relación entre lo natural y lo
artificial; se destacan varias posturas significativamente diferentes entre sí, si bien todas ellas se
enfrentan a la concepción dominante de que la naturaleza puede y debe ser sometida y
dominada. Una de ellas es conservacionista y su posición es la protección de una naturaleza
acorralada por el sistema tecnológico. Dentro de esta corriente está el sector denominado
"Ecologismo Profundo", que está dispuesto a que la humanidad sacrifique su propio interés por la
conservación de los ecosistemas y las especies amenazadas de extinción. Pero esto no sólo
implicaría una limitación voluntaria al crecimiento económico futuro y a la lucha contra la pro-
fundización del deterioro ecológico, sino también olvidar los derechos y aspiraciones de los
millones de seres humanos que aún hoy viven en condiciones miserables.
Por ello, otras corrientes perciben que los humanos ya están tan acorralados como los animales
amenazados y, aunque dan preferencia a aquellos, atacan al sistema político capitalista, sobre
todo su variante neoliberal, como culpable del gigantismo tecnológico y del avasallamiento, tanto
de la naturaleza como de los hombres. Este ataque no logra, sin embargo, proponer alternativas
viables o siquiera pensables al sistema dominante. Otros reivindican la validez de una relación
pretendidamente idílica entre lo humano y lo no-humano, tal como se halla incorporada a la
filosofía de los pueblos que solemos llamar "primitivos", pero cuyos principios éticos difícilmente
sean generalizables a nuestra cultura urbana. Debemos tener en cuenta que esta filosofía
corresponde a pueblos nómadas que vivían -o aún viven, aunque cada vez más acorralados
geográfica y cultural mente- en regiones de densidad demográfica extremadamente baja.
Todos los grupos ecologistas comparten el rechazo por la "megatécnica" y a veces toman
posiciones extremadamente militantes frente a algunas de las manifestaciones más visibles de la
tecnología contemporánea, como la energía nuclear. En algunos países, sobre todo en Europa,
los ecologistas ("verdes") han alcanzado cierta relevancia como movimiento político.
Frente a la evidencia ya innegable de que la expansión humana tiene impactos ambientales de
alcance global, se está imponiendo desde hace algunos años el concepto de "desarrollo
sustentable" -por el que se procura limitar, por consenso nacional e internacional, los impactos
globales del gigantismo tecnológico y, mediante una legislación regulatoria, los locales. La relativa
irrelevancia de los resultados de la reciente Cumbre de Kyot066 (diciembre de 1997) muestra la
dificultad de alcanzar un consenso que vaya más allá de lo declamativo cuando se trata de limitar
el poder de los poderosos. Sin embargo, existe un lento avance de la convicción de la necesidad
imperiosa de establecer límites a la explotación de la naturaleza. Se verá si este avance puede
acelerarse para que las medidas necesarias lleguen a tiempo, de manera de evitar una catástrofe
de magnitud imprevisible.
En esta sección es oportuno dedicar algunas líneas a la idea de "tecnología apropiada", un tipo de
Tecnología más suave, "intermedia" entre la tradicional, de los pueblos "subdesarrollados", y la
"megatécnica", usualmente asociada al dominio de los países más desarrollados sobre los que no
lo son. Ante todo, digamos que el término es ambiguo, ya que toda tecnología es apropiada a sus
fines específicos. Por eso, algunos hablan de tecnología "conveniente", aunque ambas expre-
siones casi son sinónimas. Aun otros ponen el énfasis en las propuestas de alternativas a la
megatécnica.67 En todas sus variantes, el concepto -que deriva directamente del movimiento anti- 53
megatécnica que tuvo cierto auge en el contexto de las rebeliones estudiantiles de fines de los
años sesenta- se refiere a la posibilidad de resolver numerosos problemas inmediatos de las
comunidades aún no alcanzadas por la universalización del aparato tecnológico moderno,
empleando tecnologías de pequeña escala y evitando lo que habitualmente se denomina la "alta
tecnología". Se prefieren así, como fuentes de energía, los pequeños generadores eólicos o las
fuentes de biogás a las grandes instalaciones, y las huertas orgánicas a los alimentos producidos
en escala industrial y distribuidos por redes de supermercados.
Las intenciones de este movimiento son encomiables y dignas de aplauso, y existen pequeñas
comunidades que temporariamente se pueden beneficiar con este enfoque, pero sus perspectivas
de aplicación en gran escala son nulas. No sólo no están a la altura de poder proveer a las
necesidades de una humanidad en constante expansión demográfica, sino que además tienen un
trasfondo romántico que ni siquiera ideológicamente puede competir con el macrosistema -que
promete una afluencia de bienes presentados como deseables aunque puedan ser considerados
inútiles o perniciosos por ciertos sectores de la sociedad.
Esto no quiere decir que no sea frecuentemente ventajoso implementar tecnologías como las
propuestas, con la salvedad de que no se procure usar medios tecnológicamente obsoletos. Por
ejemplo, una microturbina hidráulica es una fuente altamente recomendable y eficiente de energía
eléctrica en pequeña escala, que puede complementar, pero no reemplazar, las redes de
distribución de energía de alcance nacional o regional. Pero esta microturbina no será un molino
de agua medieval: deberá estar diseñada según los criterios más avanzados de la hidrodinámica,
los materiales usados y el control.
Una de las condiciones de aplicabilidad de las "tecnologías alternativas" es que, al encarar su
diseño, se estudie como un todo el sistema sociocultural en el que se proyecta su implantación.
Como ejemplo de esto podemos mencionar los intentos de mejorar el diseño de las estufas de
leña usadas en muchas comunidades de África y de América Central, que ante el constante
aumento de la población contribuyen notablemente al deterioro de los bosques. En estas estufas u
hornillos se aprovecha sólo el 3 % del calor de combustión de la leña y un mejoramiento de su
diseño puede tener un impacto ambiental favorable, siempre que su empleo sea aceptado por la
comunidad. En cambio, a veces, y con la mejor voluntad de contribuir a su progreso, se han hecho
intentos de "ayudar" a comunidades premodernas en formas que sólo han contribuido a desgarrar
los tejidos sociales existentes sin aportar una mejora a las condiciones de vida de tales
comunidades.
Etapas históricas
55
La tarea de ordenar en grupos los diversos Objetos Tecnológicos, en función de criterios
generales, tiene cierta importancia en la tarea de definir la Tecnología como área del
conocimiento. Uno de tales criterios es histórico, ya que es posible detectar ciertas etapas
sucesivas en la evolución de la Tecnología a lo largo de la historia. Ortega y Gasset, cuyas ideas
antropológicas-filosóficas hemos considerado más arriba, distingue cuatro etapas: la del dominio
del azar, la artesanal, la técnica y la tecnológica, en el sentido "cientifista" del término. Al emplear
esta clasificación, sin embargo, debemos observar que, si bien en un ámbito cultural determinado
su aparición es secuencial, se trata de modos diferentes de producción que en ciertas ocasiones
pueden coexistir, aunque generalmente en forma inestable.
En la primera etapa, el número de técnicas al servicio del humano todavía es escasa, aunque
seguramente forman un corpus coherente que permite distinguir las acciones técnicas de otras
acciones más o menos naturales. No hay aún especialistas. La capacidad de cambio y la acción
intelectual de la resignificación, principales características del acto tecnológico, son inconscientes;
el humano inventa, pero aún no sabe que puede inventar y la lenta innovación surge, no como
solución a nuevos problemas, sino por azar.
En esta etapa, la principal fuente de inspiración del humano probablemente fue la posibilidad de
extender sus propios miembros para ampliar su alcance. Sin embargo, el hombre usó elementos
ajenos a su propia estructura corporal y mental desde muy temprano: el fuego y la rueda no tienen
equivalentes antropomorfos.
Estos dos elementos básicos de la civilización, sin embargo, tienen posiciones que difieren
notablemente entre sí. El fuego es un fenómeno natural y el logro técnico consiste en su control,
aun anterior a la aparición de la especie Homo sapiens. La rueda, muy posterior, fue un invento
"absoluto", porque el movimiento giratorio es ajeno a la naturaleza viviente.68 Fue inventada en
varias civilizaciones, pero no en todas; y en algunas incluso fue abandonado su uso porque ya no
respondía a las necesidades de los pueblos.69
En la segunda etapa surgen especialistas, los artesanos. Sólo existen técnicas -technai- que son
también artes, como lo señala la raíz común de las palabras "artista" y "artesano". La transmisión
del conocimiento se hace por tradición oral, por aprendizaje directo, y hay diversas escuelas y
estilos. Los artesanos usan herramientas, si bien no ha surgido aún el concepto de máquina.
La tercera etapa es la de la tecnología de los técnicos. Aparece la máquina, que rápidamente
pasa al primer plano, aunque coexistirá con los artesanos durante mucho tiempo. La máquina, por
ejemplo, el telar mecánico, que comparado con el telar manual aún es una herramienta, ya no
está tan claramente al servicio del artesano como lo estaba ésta. Es más, la tarea del artesano
comienza a dividirse en dos funciones: la del técnico, que diseña y construye las máquinas, y las
del operario que la atiende, con lo cual ya no es su dueño ni en el sentido económico ni en el
técnico del término.
En realidad, en esta etapa la evolución del sistema económico, que se encamina hacia el
capitalismo, hace que deba tenerse en cuenta un nuevo factor que hace que la unidad de función
de los antiguos artesanos se divida en tres funciones y no en dos: el operario, que atiende a la
máquina y tiende a ser dominado por ella y por sus dueños, cumpliendo las funciones que aquélla
aún no puede realizar; el técnico-ingeniero, que construye las máquinas y produce las
innovaciones que las modifican a una velocidad cada vez más vertiginosa, y el propietario y fi-
nancista, que ocupa una función cada vez más dominante. Esta etapa
coincide además con la transformación del dinero, que pasa de ser un mero medio de intercambio
a ocupar el centro de la escena.
Por fin, en la cuarta etapa, la actual, se produce la simbiosis de esta técnica maquinista con la
ciencia. El desarrollo se basa en los conocimientos obtenidos mediante la ciencia, que a su vez
avanza con ~ apoyo de la Tecnología que inventa y construye sus instrumentos. El operario tiende
a ser reemplazado por sistemas automáticos que ya pueden imitar también gran parte de sus
funciones mentales.
También es posible subdividir la historia de la Tecnología en fases caracterizadas de otras
maneras. Distinguimos así una primera fase, en la cual el hombre usa medios artificiales para
complementar y aumentar el alcance de sus miembros y la intensidad de su fuerza muscular: de la
56
técnica de plantar semillas mediante un palo (que aún se emplea en nuestro tiempo) se pasa a un
arado empujado por el labrador.
En una segunda fase, reemplaza esos miembros yesos músculos por el trabajo muscular de otros:
de los esclavos y de los animales, y más tarde, por el de dispositivos mecánicos. El arado es
ahora arrastrado por un buey y el labrador sólo cuida que no se aparte de la línea tazada.
En una tercera fase, comienza a predominar el desarrollo de los elementos de control. En esta
etapa, el trabajo físico ya es casi enteramente ejecutado por máquinas. El hombre se reserva sólo
el control, con el consiguiente ahorro suplementario de esfuerzo muscular. El buey es guiado por
una vara y más tarde reemplazado por un tractor.
En la cuarta fase, también el control es dejado a cargo de dispositivos artificiales. Es ésta la etapa
"cibernética", en la que nos encontramos actualmente y en la cual el trabajo humano ha sido
desplazado por completo -o puede serlo- de todas las tareas, con excepción de las que requieren
una toma de decisión que implique juicios de valor de alto nivel. El desarrollo de la máquina de
vapor por Watt ilustra muy bien esta transición; Watt introduce el regulador de velocidad en una
máquina que podía funcionar bastante bien sin él.
El desarrollo actual permite detectar el comienzo de una fase en la cual las decisiones de bajo
nivel son también tomadas por máquinas que son cada vez más inteligentes y conocen lo que su
dueño quiere obtener con suficiente exactitud y precisión como para decidir en virtud de esos
deseos. Las decisiones de alto nivel aún son tomadas por humanos.
Un concepto clasificador diferente de los anteriores es el de base técnica de una civilización o una
etapa tecnológica. Se trata de un concepto histórico que distingue entre soluciones análogas
tomadas en diferentes momentos para encarar los mismos problemas. Esta base técnica fue
tomada por los historiadores tempranos de las técnicas, al distinguir una "edad de piedra", "de
bronce", etc. Esta serie se refiere a ciertos materiales empleados en implementos característicos;
pero también podemos distinguir una "edad de la mecánica", una "edad de la electricidad", "de la
electrónica", "de la informática". En cada una de esas edades se buscaron soluciones análogas,
basadas en estas diferentes tecnologías, para problemas similares. En la breve lista que antece-
de, se observa de qué modo estas sucesivas "edades" son cada vez más breves y en buena
medida se superponen.
Éste es un tema bastante vasto sobre el que hemos de volver. Es interesante observar que en la
época de predominio de cada una de estas bases técnicas surgieron diferentes modelos y
metáforas del funcionamiento del mundo en general. Así, en el siglo XVI, en el apogeo de la
mecánica, los seres vivos y el mundo entero eran visual izados como grandes mecanismos, y
hasta la imagen de Dios era la del "Gran Relojero". En el siglo XVIII se descubrió el concepto de
"energía" y su puesta a nuestro servicio mediante la máquina de vapor. Fueron entonces los
conceptos termodinámicos los que predominaron en las consideraciones de los filósofos que se
ocuparon de la naturaleza. En la actualidad ocurre lo propio con la información y la imagen
implícita de Dios es la un "Gran Programador".
Un hecho que vale la pena mencionar en este lugar es la coexistencia temporal de todas las
etapas, fases y bases tecnológicas aún en la actualidad. Aunque el sistema dominante esté
claramente orientado por la etapa en la que se impone la "alta tecnología" sobre todas las formas
anteriores, el nivel de desarrollo de las diferentes regiones no es parejo y existen lugares en los
cuales se encuentran todas las etapas anteriores; incluso en algunas regiones remotas de la
Tierra, la neolítica. Como ya hemos mencionado, el choque entre estas diferentes culturas suele
ser altamente disruptivo para las culturas premodernas. El concepto de subdesarrollo -y su
tragedia- nacen de este conflicto.
Capítulo 2
¿Qué es un Objeto Tecnológico?
Tecnología y cultura
Un estudio de un área del conocimiento suele comenzar con una marcación de sus limites y con
un inventario de lo que abarcan esos limites, tanto para definirlo y delimitarlo como para 57
establecer sus relaciones con aquello que queda fuera de los límites. Al contemplar un fenómeno
tan complejo como la artificialidad, nos vemos inmediatamente tentados de separar lo tecnológico
de los demás aspectos de lo cultural: lo artístico, lo
religioso, lo ético, lo sociológico, etc. Sin embargo, este intento de clasificación es en si mismo
una distorsión de una realidad inseparable. Más adelante trataremos de delimitar estos ámbitos
—aunque deberemos admitir que ese esfuerzo es sólo metodológico, un resabio de un intento
cartesiano de compartimentar aspectos de una realidad única e indivisible, aspectos que no son
independientes y se interpenetran y condicionan mutuamente.
Lo mismo ocurre dentro de lo tecnológico cuando observamos que existen los objetos
tecnológicos y acciones,que llamamos tecnológicas, que actúan de diferentes maneras sobre
esos objetos. Una de esas maneras de actuar sobre los objetos es crearlos, hacer que existan
cuando antes no existían.
En él capitulo anterior, cuando señalamos la preeminencia metafísica de la acción —definiendo el
acto tecnológico como la acción junto con la reflexión sobre ella misma—, no hemos puesto al
artefacto, el Objeto Tecnológico, en el centro de esta definición. Sin embargo, el artefacto no es
sólo la consecuencia de la acción tecnológica, sino también el objeto sobre el que dicha acción se
ejerce. Por ello, en este capítulo y en los que siguen, dejaremos de centrar nuestra atención
primariamente en las acciones para penetrar más profundamente en el análisis de los objetos.
Las acciones tecnológicas no actúan ni en el vacío ni en el espacio de lo mental; siempre lo
hacen sobre un objeto, para usarlo, para modificarlo, aun para destruirlo. La preeminencia de la
acción se encuentra en dos ámbitos: el de la decisión y el de la creación. El pedagogo, que
observa que el niño, sobre todo el pequeño, actúa sobre los objetos para aprehenderlos y
encontrar su propia ubicación en el mundo en relación con ellos, deberá estudiar este proceso en
mayor detalle que el tecnólogo. Lo mismo ocurre con el historiador de la Tecnología y con el
psicólogo, que están especialmente interesados en las condiciones que acompañan la creación
tecnológica.
Es indudable que la comprensión del fenómeno de la Tecnología se profundiza mediante el hacer.
Por eso, los planes de estudio prevén que los adolescentes se acerquen a la Tecnología
mediante la ejecución de los Proyectos Tecnológicos, en los que se realizan las etapas de un
proyecto y se ejecutan acciones tecnológicas.
Sin embargo, las técnicas se suelen definir en referencia a los objetos sobre los que actúan o a
los fines que persiguen, y no al revés. Por eso, creemos que Quintanilla’, al centrar su enfoque
teórico en las técnicas y desarrollar una especie de álgebra de las técnicas centrada en las
acciones, no avanza mucho más allá de esa formalización ni la aplica de modo consecuente. Por
lo tanto, en este libro elegiremos centrarnos sobre los Objetos Tecnológicos para analizar luego
las acciones que actúan sobre ellos, los crean o los modifican.
No daremos ahora una definición formal del concepto “Objeto Tecnológico”, cuyo contenido
iremos mostrando a lo largo de este capitulo. Por lo pronto, no queremos enfrentar el concepto
denotado por la palabra “objeto” con el de “sujeto” en un sentido positivista. Usamos la
palabra “objeto” como una especie de generalización de “cosa”. Los objetos artificiales son,
evidentemente, de muy variada índole y los más antiguos y obvios que se conocen son “cosas”:
las herramientas, los utensilios y la indumentaria con todo lo que históricamente derivó de ella.
Pero, como veremos en este capitulo, hay muchos Objetos Tecnológicos que no son “cosas”; asi,
llamamos “objetos” también a entes abstractos, como el sistema educativo o la información. Y
llegaremos hasta el extremo de llamar “Objeto Tecnológico” a las acciones tecnológicas mismas,
negando de este modo uno de los dos ejes que acabamos de definir. Pero esta negación es sólo
aparente: lo que llamaremos “Objeto Tecnológico” —siempre y en todas las circunstancias—
deberá entenderse con inclusión del humano, su creador y su destinatario último.
Esta inclusión deberá tenerse en cuenta muy especialmente en una época como la presente, en
la que el “avance” de las tecnologías modernas se produce en el sentido de una automatización
de funciones y tareas de nivel cada vez más alto, eliminando de ellos a los operadores humanos. 58
Se redefine así el rol del humano, no sólo en el proceso productivo sino en su vida misma y en su
relación con los objetos de su misma creación. Este nuevo mundo puede ser el de la libertad del
hombre o el de su marginación.
La humanidad ha comenzado a fabricar instrumentos en la prehistoria más remota y hay
evidencias que demuestran que ya especies de homínidos anteriores a la nuestra supieron
manejar el fuego. En efecto, entre los restos pertenecientes a la especie Homo erectus se han
encontrado evidencias en tal sentido de un millón de años de antigüedad. 2Además, el humano es
un ser esencialmente social y por lo tanto no puede existir si no es en el seno de comunidades
con estructuras y organización propias. Esto nos lleva a plantear la difícil pregunta acerca de la
delimitación entre la Tecnología y los demás aspectos de la cultura, sea primitiva o moderna. Uno
de los primeros filósofos de la tecnología, E. Kapp se niega a tal delimitación: para él, aun la
misma cultura es esencialmente tecnología. La organización social innata era el clan o la horda,
pero los esquemas organizativos han adquirido cada vez mayor complejidad y artificialidad hasta
llegar a la de un Estado moderno o una gran empresa. Esta transformación implica una creciente
toma de conciencia de la existencia y la naturaleza de las estructuras sociales y, por lo tanto, una
creciente “tecnologización” de ellas.
Esta posición no nos parece la más adecuada. La cultura abarca el conjunto de todas las
relaciones sociales, los fines que la sociedad se fija, los mitos sobre sus orígenes, la
estructura de su lenguaje, sus expresiones artísticas, filosóficas, religiosas y políticas. La
Tecnología pervade la cultura pero no es idéntica con ella. Se podría decir que la Tecnología es la
materialización de la cultura, extendiendo el concepto de “materia” algo más allá de lo habitual,
porque es evidente que la Tecnología abarca muchos componentes no materiales, como la
información o las organizaciones —además de los instrumentos, tal como veremos en este
capítulo. (…)
TEORÍA DE LA COMUNICACIÓN SOCIAL
Departamento de Ciencias de la Información y la Comunicación social
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL COMAHUE
Teórico nro. 0
Prof. Christian Ferrer
1999
UNO
Este primer teórico tiene como objetivo presentarles la materia. Lo que van a encontrar en esta
materia son materiales bibliográficos orientados a meditar sobre la época moderna y sobre la
consistencia de la actualidad. "Meditar" no es una palabra que se suela usar mucho en la
Universidad. En este sentido, la materia se sostiene en la lectura. Entonces, se trata de leer, de
leer textos que no son inocentes. A decir verdad, ninguna lectura es inocente. La escolarización, a
veces, agiliza la mente, pero esto no es suficiente. Muy por el contrario de lo que suele creerse,
muchísima gente que no está alfabetizada sabe pensar, y gran par-te de los alfabetizados no
saben pensar. Pensar es una operación muchísimo más complicada de aquello que se nos
enseña durante el período de escolarización. Hay lecturas "ingenuas" le creemos al autor y al
texto. En la escuela primaria y secundaria uno tiende a aceptar la palabra autorizada, lo que nos
es dado por un superior, la autoridad. Cuando uno llega a la Universidad, suele aparecer otro tipo
de lecturas, que dividiría en dos categorías. A una de ellas podemos llamarla "suspicaz": el lector
sospecha, y se pregunta "¿quién es el autor?, ¿qué línea teórica sigue?". Evidentemente, ello
supone una superación de la lectura ingenua. La gran educación crítica asociada a la literatura
suspicaz ha promovido autores que, de Marx a Foucault, pasando por Althusser en la década del 59
60, le enseñaron a toda una generación de lectores a deconstruir los textos. Otra versión de la
lectura que he encontrado en esta Facultad es la lectura- información, es decir, aquella que se
preocupa por estar "enterada" de lo último de lo último de lo último sobre algún tipo de temática.
Este tipo de lectura nunca resiste porque opera bajo el signo de la prepotencia de la novedad. En
esta materia hemos elegido autores a los que podríamos definir como "clásicos". A pesar de que
tratamos problemáticas bastante nuevas, necesitamos recurrir a "sobrevivientes", a autores cuyas
obras, escritas hace muchas décadas, aún son poderosas. Mumford, 193 1, quizás el fundador de
una forma de pensar la relación entre técnica y cultura. Bataille, 1933; Bookchin, 1972. Una
conferencia de Heidegger, de 1953. ¿Por qué son clásicos? Porque sus ideas resisten al tiempo, a
sus intérpretes y a sus refutadores. La resistencia de un texto es difícil de entender. Quizás fueron
escritos por autores que se situaron en el centro de las fuerzas pugnantes de una época, pero que
a la vez no se evidenciaban fácilmente.
El tema de esta materia, que recorre el programa de principio a fin, está contenido en una de las
palabras más complejas de la cultura: la palabra técnica. Me gustaría que se la aceptara como
una de las palabras más complejas de la cultura humana, tan compleja como las palabras Justicia,
Verdad, Dios, Música, Fiesta, Juego, Bien y Mal. La palabra técnica es muy antigua y compleja.
Para analizarla es preciso realizar varias operaciones cognitivas. La primera de ellas consiste en
diferenciar técnica de tecnologías. Las tecnologías que habitan nuestro entorno diario son
numerosas: grabadores, hornos a microondas, automóviles, computadoras. La fácil accesibilidad a
ellas no quiere decir que su significado lo sea. Las tecnologías no hablan por sí solas: son
construcciones lingüísticas de los seres humanos. Cuando digo computadora, reloj, automóvil,
estoy hablando de objetos sumamente complejos. Todo objeto tecnológico nos está proponiendo
una pedagogía, instrucciones de uso, modos de acoplamos a su sistema de engranajes con el
que ordenan el mundo. Pero además de esa pedagogía, toda tecnología despliega también una
erótica: nos seduce, nos atrae y nos coloca en una relación con ellas de nuevo tipo, muy diferente
a la relación que se tenía con las herramientas hace trescientos años. Una herramienta parece ser
una extensión del brazo, en cambio un reloj (que es un objeto moderno, sobre todo como objeto
de consumo y consulta popular) es un objeto que no pertenece al orden de las herramientas: es
un autómata, funciona según su propia temporalidad: nosotros al son de su propio bastoneo. No
pretendo ahora ofrecer una definición de técnica, pero en todo caso se parece a un modo de
relación con las cosas que determina formas de la sensibilidad, modos de pensar y de ver, y
modos de habitar el mundo.
DOS
TRES
Hemos mencionado antes la palabra "confort". En la sociedad moderna la ideología del confort
(versión materializada, especialmente en el espacio hogareño, de los ideales del progreso) se
transformó en el espacio de comprensión de la tecnología. Esta asunción es propia de la
subjetividad burguesa, para la cual la casa es asumida como un "estuche" protector de la familia,
resguardador de las "inclemencias causadas por el espacio industrial. Es decir, como pliegue
personal, ese espacio protege o acomoda al hombre moderno a lo largo de la "lucha por la
existencia". Si el hogar se aparece como un refugio. En ese espacio, la tecnología deviene la
puerta de acceso al esparcimiento y garantía de una vida confortable, es decir, como un
acolchador del sufrimiento. Es pertinente recordar que habíamos propuesto a los artefactos
tecnológicos, especialmente los domésticos como artefactos "psicofísicos", es decir, como
superficies somáticas que evidencian nuestra condición humana a la vez que reorganizan nuestra
experiencia sensorial, psíquica y antropológica. ¿Qué queremos decir cuando mencionamos la
palabra "acolchamiento"? Es preciso comprender una idea central de Arthur Schopenhauer: la
idea de que la existencia es básicamente sufrimiento, que el sufrimiento es inmutable, ineliminable
de la vida. Esto no supone que la vida no sea también alegría, placer y serenidad,sino solo que la
densidad de sufrimiento es parte constitutiva de la vida. Las utopías sociales del siglo XIX se
propusieron eliminar en lo posible el dolor. Así, la ciencia se propuso reducir el poder de la
naturaleza sobre la vida humana. El ejemplo más banal lo encontramos en el pronóstico del
tiempo que consultamos diariamente. Más difícil e importante, la posibilidad de predecir el estallido
de un volcán o la proximidad de un terremoto. Por otro lado, la ciencia social también se propuso
reducir el sufrimiento generado por el orden laboral. Entonces, dos ambiciones utópicas: reducción
del poder del azar, reducción del rango de la injusticia social. Contra esta idea de que el dolor es
eliminable de la vida social, se construye la obra de vanos pensadores, fundamentalmente
Schopenahuer, quizás Sigmund Freud.
En los antiguos pueblos tribales se disponía de un tipo de relación con el dolor que podemos
denominar "relación heroica". Eso quiere decir que en ese cosmos de vida se permanece en 66
permanente contacto con el dolor a la vez que se lo dirige hacia un "afuera", hacia los "otros", los
extranjeros, los bárbaros. La forma más habitual de relación con el dolor esta emblematizada por
el tiempo de guerra. En el mundo "heroico" se trata de disciplinar el alma a fin de que se
encuentre "pertrechada" para el inevitable encuentro con el dolor. Por ejemplo, toda la disciplina
guerrera o todas la- ascética tienen como función preparar el alma para su encuentro con el dolor.
Que una persona tenga miedo en el campo de batalla, no resulta, a fin de cuentas, grave, siempre
y cuando el alma pueda retomar control. Si una persona es reducida a prisión, tampoco es grave,
siempre y cuando el alma esté activa y operando una resistencia espiritual ante lo inevitable. De
modo que el cuerpo sirve como un escudo del alma. El cuerpo recibe los impactos del dolor, pero
lo importante es que el alma controle los impactos, regule la desesperación, administre los
estragos que la visión del cuerpo mancillado o humillado pueda operar en la conciencia.
En el mundo "cultual" o "religioso", propio de la larga época del cristianismo, también la función de
la disciplinas acética sobre el cuerpo consiste en prepararlo para el contacto con el dolor. En la
disciplina ascética asociada a cultos religiosos lo que se busca es acceder a la impasibilidad frente
a la tentación o ante los infortunios, pues las peripecias de una vida pueden conducimos a
imprevistos de todo tipo; la "rueda de la fortuna" tanto puede favorecemos como a sernos esquiva.
0 bien las tentaciones generadas por el "demonio" acechan todos los días a la 11 carne".
Entonces, lo que buscaba la ascética cristiana es que el alma esté pertrechada para esos
encuentros. Si una persona se viera tentada por los siete pecados capitales, no es grave, mientras
pueda retomar control sobre el cuerpo, si puede arrepentirse, en definitiva, se trata de tener poder
sobre sí”.
En el tercer tipo de época histórica, que es la nuestra, que algún autor ha llamado sentimental" o
"burguesa", se huye del dolor, pero no se pertrecha al alma para que esté preparada para ese
contacto. ¿Por qué razón? Porque en la modernidad no hay diferencia entre alma y cuerpo: lo
único que vale es el cuerpo, sea como fuerza de trabajo en al ámbito laboral o como apariencia en
el mundo de las relaciones sociales, ya sea como mercancía camal o como cuerpo performativo
(préstese atención a la importancia que asume en este momento la industria biotecnológica y
dietética en relación al cuerpo). El de ir que el cuerpo no tiene ninguna defensa en el mundo
moderno cuando ingresa en contacto con el sufrimiento; sencillamente el cuerpo, en vez de servir
de "escudo del espíritu", recibe el impacto del sufrimiento en toda la línea.
De allí la importancia del confort, que tiene como función resguardamos de las inclemencias de la
vida industrial y urbana moderna, en la que el sufrimiento opera como una suerte de "arma
arrojadiza", como amenaza indiscriminada. Pues el dólor ya "no culpa a nadie ", por ejemplo, a los
"ricos ", o al "imperialismo”. Entonces, la lucha por la existencia, ideología propia del "Darwinismo
social", regula la existencia en la época sentimental. Y solo el refugio de la intimidad permite eludir
momentáneamente a los mandatos despiadados de los procesos laborales o de la soledad urbana
o del tedio u aburrimiento modernos o bien del juego de relaciones sociales en los que hay que
venderse como "apariencia". La tecnología tiene como función ofrecer confort a este hombre
asediado y concederle esparcimiento en un mundo inclemente: nos anestesia contra el dolor. Ella
asume la función del discurso y las prácticas consolatonías propias de una época anterior en la
que la religión apaciguaba el dolor. Pues la modernidad técnica supone un tipo de vida que
somete al ser humano a las mismas exigencias que se le hacen a una máquina. Entonces, ¿qué
tipo caracterológico de ser humano ha sido necesario definir y construir a fin de poner en marcha
la máquina de la sociedad tecnificada? En el siglo pasado todavía se podía hablar de "individuos
singulares", de entes liberales, pero el siglo XX ya inserta a los individuos en organismos de rango
estadístico, sean sindicatos, empresas de seguros de vida, tarjetas de crédito, jubilación
garantizada por el Estado, o la industria farmacéutica que trata con los síntomas depresivos o bien
las terapias intensivas que prolongan artificialmente la vida o la hipoteca bancaria sobre el propio
futuro. Al dejar de ser el cuerpo la coraza protectora del alma, ahora no hay diferencias entre alma
y cuerpo, solo los "acolchonadores artificiales" nos permiten sostener la relación con el dolor. En
un doble movimiento, insertamos nuestros cuerpos en "máquinas de excitación" a la vez que nos
privamos sensorialmente a fin de eludir las experiencias vitales que podrían generar sufrimiento,
tanto individual como colectivamente.
EDUCACIÓN TECNOLÓGICA
IFDC EL BOLSÓN
Ficha de Cátedra
Juan Carlos Pintos
Procesos de Producción
Entonces los procesos de producción los podemos analizar desde tres categorías:
15
Automatización: Puede considerarse como el relevamiento del hombre de la carga que representan ciertas tareas elementales de
control utilizando dispositivos mecánicos, eléctricos, electrónicos o de otro tipo. Implica una secuencia que comienza con una
entrada, materia prima, y que progresa hacia una salida, por ejemplo el producto terminado sin otra intervención de labor y dirección
humana que la involucrada en el diseño del equipo, de las órdenes de mando y mantenimiento. Control: es restringir o limitar un flujo
o una variable en algún sentido que nos resulte conveniente.
- La producción es orientada por un contratista que encarga la fabricación de los productos
deseados.
- El contratista desea vender más productos así que realiza una distribución de las tareas
entre los artesanos de acuerdo con las habilidades de cada uno. Haciendo así más
eficiente la producción y puede vender más productos. Esto implica una primer
segmentación entre tareas de Concepción/Planificación y las de Ejecución. Se comienza la
sincronización de las tareas de ejecución.
- La división de tareas abarata costos e incrementa la producción.
- Se complejiza la organización gestional del proceso.
- Relación hombre-hombre-producto
Industrial s. XVIII
- La aparición de la máquina de vapor aceleró los procesos de producción masiva.
- El trabajador pierde el control de la tarea, del producto, y toma el ritmo de la máquina.
- Aparecen los que venden y los que compran, sectores diferenciados en la economía.
Aparece el mercado de los que demandan y los que ofrecen.
- Procesos de producción en serie, generan miles de piezas idénticas, en una línea de
montaje o líneas de ensamblaje, bajo una secuencia de operaciones técnicas
preestablecidas.
- El trabajo del operario se desmenuza en operaciones simples, realizadas por varios 70
operarios, por lo tanto el trabajador “debe” bajar las pretensiones laborales (Taylorismo)
- Todo el conocimiento del operario se fragmentó y pasó al empresario.
- En la producción en serie se fabrican grandes cantidades de piezas del mismo producto,
existe una permanente circulación de materia prima a transformar (Fordismo)
- Relación hombre-máquina-producto
Tecnología y Educación
Jorge Grau
3.1. Técnica
Mediante el uso de dispositivos muy elementales, el hombre inicia el largo camino de adaptación y
transformación de la naturaleza. En esa evolución de nuestros antepasados podemos diferenciar
dos etapas: 71
1) el desarrollo gradual de la capacidad de seleccionar, entre los diversos elementos al
alcance de la mano, el más apto para ejecutar una determinada tarea,
2) el desarrollo, también gradual, de la capacidad de elaborar dispositivos y herramientas
que le permiten construir nuevos dispositivos cada vez más complejos.
Estas medidas antropométricas, cuyo valor cambiaba de una comunidad a otra, fueron recogidas
por los distintos grupos humanos y se fabricaron otros dispositivos: reglas, vasijas y recipientes
que tipificaran esas unidades,
Hoy existen las más diversas técnicas: cocinar, contar cuentos, conducir vehículos. Son algo así
como el “conjunto de procedimientos puestos en práctica para obtener un resultado determinado”,
Toda técnica involucra procedimientos o secuencias de cómo debe procederse, por medio de
actos definidos y coordinados, para lograr determinado propósito. Para ello es necesario contar
con algún artefacto o dispositivo (que podrá ser material o conceptual).
Es común identificar a la técnica con el dispositivo o instrumento a utilizar. Esto no es del todo
adecuado, ya que el significado no se agota con el dispositivo a utilizar.
Veamos el ejemplo de la palanca. Los libros de texto suelen presentarla como un dispositivo que
puede rotar alrededor de un eje bajo la acción de ciertas fuerzas. Si bien esa es la descripción
conceptual, conviene preguntarse cuándo se convierte en un posible instrumento o parte de una
técnica para mover o levantar algún cuerpo.
¿Cuál es el dispositivo?
El sistema ojal-botón.
¿Cuál es el procedimiento?
Coloque el ojal encima del botón, con la mano empuje para que el botón atraviese el ojal,
¿Cuál es el dispositivo?
El sistema ojales del zapato-cordón.
¿Cuál es el procedimiento?
Pase el cordón por los ojales, tome las dos puntas y tire hasta ajustar la forma del zapato al pie,
haga un nudo o lazo (con moño), y tire para que quede bien anudado.
La Educación Tecnológica
73
Aportes para su implementación
Aquiles Gay
Miguel A. Ferreras
Prociencia. MCyEN
CAPITULO VII
En este párrafo están presentes dos palabras clave del mundo contemporáneo “Sociedad” y
“Tecnología”, un par dialéctico inseparable. Decimos inseparable porque desde siempre, pero hoy
más que nunca, la sociedad ha estado marcada por el desarrollo técnico-tecnológico, el que a su
vez está generado e impulsado por la misma sociedad, es decir se realimentan mutuamente.
En el mismo párrafo, y relacionado con estas dos palabras, figuran un par de conceptos
asociados:
En el marco de la tecnología:
74
Estos dos factores “Demanda social” y “Producto tecnológico” son los núcleos referenciales del
quehacer tecnológico y la relación entre ambos puede enfocarse desde la demanda, o desde el
producto que la satisface.
En el segundo caso, partiendo del producto tecnológico, mediante el análisis del mismo (el análisis
de productos), podemos llegar a determinar la demanda que buscó satisfacer, la estructura
sociocultural que enmarcó su nacimiento (el marco referencial), etc.
El proyecto tecnológico y el análisis de productos, se presentan como dos caminos inversos, pero
interrelacionados, que unen estos núcleos referenciales. Decimos interrelacíonados, porque en el
proyecto tecnológico está implícito el análisis de soluciones existentes frente a problemas
similares, en otras palabras el análisis de productos.
El método por sí solo no garantiza el éxito del resultado, pues se requiere además contar con los
conocimientos y la capacidad para poder enfrentar con solvencia la solución del problema; lo que
sí garantiza es la repetibilidad y la verificabilidad del proceso.
Todo método implica una sucesión de etapas que conducen al fin propuesto, cada etapa plantea a
su vez un problema.
Teniendo en cuenta que los problemas pueden tener características muy diversas, y que se los
puede enfocar con distintas ópticas, no podemos hablar de un único método de resolución de
problemas, lo que sí podemos plantear son métodos generales que pueden ajustarse en función
del tipo de problema, de las metas a alcanzar, de las prioridades, de los criterios a tener en
cuenta, etc.
Como modelo general para la resolución de problemas podemos plantear un método de seis
etapas:
Como hemos planteado, este método no es excluyente y puede haber muchos otros; además en
la práctica, la secuenciación de las etapas no será estrictamente lineal, sino que habrá idas y
vueltas, en muchos casos el proceso será recursivo y se planteará la necesidad de reconsiderar
etapas ya tratadas; en algunos casos puede surgir la necesidad de volver atrás hasta llegar a
redefinir el problema; en otros puede no estar presente alguna de estas etapas, por ejemplo, la
puesta en práctica de la solución (como en algunos proyectos tecnológicos).
Fase de estudio
1- Reconocimiento y definición del problema.
2- Análisis del problema y de sus causas.
Fase de creación
3- Búsqueda de alternativas de solución.
4- Selección de la solución.
Fase de ejecución
5- Presentación de la solución y plan de acción
¿qué hacer?, ¿cómo?, ¿cuándo?).
6- Puesta en práctica de la solución, seguimiento y evaluación.
Podemos considerar al método de resolución de problemas como una variante del método
científico.
El proyecto tecnológico
Aquiles Gay - Miguel Ángel Ferreras
Los métodos son generales y pueden aplicarse a más de un caso. La intuición está ligada a la
personalidad, a la experiencia, al carácter del individuo. E
Cuando la mente se habitúa a observar no sólo las cosas, sino y sobre todo, las relaciones entre
las cosas, se requiere un camino o un procedimiento para pasar de una cosa a otra en forma
relacionada. La relación entre las cosas son nuestro objetivo, el material del método.»4
En las diferentes etapas del proyecto tecnológico hay que tener en cuenta todos los factores que
puedan intervenir en su desarrollo o que puedan condicionar el comportamiento del producto;
estos factores pueden ser técnico-tecnológicos, socioculturales o económicos. Recordemos
además, que cualquier problema que se presente hay que enfrentarlo con la máxima objetividad y
la mínima ambigüedad.
Energía
Materiales
Estructuras
Información
Procesos productivos
Conocimientos ientíficos, técnicos, etc.
Técnicas (mecánica, electricidad, etc.)
Técnico-tecnológicos Sistemas de representación
lnterfase hombre-áquina
Funcionalidad
Factibilidad
Ergonomía
Metrología
Viabilidad
Riesgos
etc.
Costos
Mercados
Distribución
Económicos Relación costo-beneficio
Financiación
Rentabilidad
etc.
Existen diversas formas de planificar y presentar estas etapas, a título de ejemplo mencionaremos
algunas.
1- Identificación de oportunidades
2- Diseño
3- Organización y gestión
4- Planificación y ejecución
5- Evaluación y perfeccionamiento
Organización y gestión: Esta etapa tiene como propósito la organización del grupo humano
que se ocupará de la planificación y ejecución del proyecto, de establecer el sistema
administrativo, y de organizar y sistematizar los contactos de la organización con proveedores de
insumos (bienes o servicios) y con los potenciales clientes o beneficiarios del proyecto.
Planificación y ejecución: Durante esta etapa se construye un prototipo del producto diseñado,
o se lleva a cabo la operación programada. Si se trata de un aparato se lo hace funcionar en
condiciones normales de operación y se levanta un acta con los resultados obtenidos.
El procedimiento vigente en ese momento consistía en utilizar bolsas para llevar el producto al
cliente. Las bolsas había que llenarlas, pesarlas, coserlas, almacenarlas, transportarlas, etc.
El autor recomienda con particular insistencia la formulación amplia de los problemas para
tener mayor probabilidad de obtener mejores soluciones.
Análisis del problema: En esta etapa hay que determinar la raíz del problema y por otra parte
definirlo detalladamente. “Un problema bien definido es un problema semirresuelto”. Además hay
que determinar las restricciones, que pueden ser consecuencia de la naturaleza del problema, de
requisitos legales, de condiciones impuestas, etc. Muchas veces las restricciones pueden ser
ficticias, entendiendo por ficticias las que sin estar establecidas, uno se las autoimpone
injustificada e inadvertidamente por no haber definido y analizado correctamente el problema. Un
caso típico de restricción ficticia suele surgir cuando se le pide a una persona que construya
cuatro triángulos con seis fósforos, en general la mayoría buscan la solución en un plano,
planteándose ellos mismos una restricción que no se les había fijado; la solución de este problema
es tridimensional (el tetraedro).
Otro tema importante en esta etapa es la fijación de los criterios a tener en cuenta en la
selección de la solución, los que en general no cambian mucho de problema a problema (costos,
relación beneficio-costo, seguridad personal, seguridad de funcionamiento, confiabilidad,
operabilidad, facilidad de mantenimiento, etc.), lo que sí cambia significativamente es la
importancia relativa de cada uno.
Selección de la
solución (decisión): Las
diversas soluciones se
evalúan, se comparan y se
efectúa una selección
buscando obtener la
solución óptima. “Aunque el
proceso general de toma
de decisiones varía de un
caso a otro, en casi todo
problema hay que dar los
cuatro pasos siguientes antes de poder llegar a una inteligente decisión de diseño: 1) seleccionar
los criterios y determinar su importancia relativa (ver Análisis del problema); 2) predecir el
funcionamiento de las soluciones alternativas con respecto a tales criterios; 3) comparar las
alternativas sobre la base de los funcionamientos predichos; y 4) hacer una elección. Por lo
general un criterio predominante es la razón beneficio-costo.”
Partiendo de estas tres fases, y teniendo en cuenta los ítems que entran en juego en cada
caso, se pueden planificar y estructurar las diferentes etapas en función de los requerimientos
planteados.
El análisis de los problemas presentes en cada una de estas fases nos muestra que las
aptitudes y actitudes requeridas para encarar con solvencia su solución son en cada caso 82
diferentes.
En la fase de estudio se requiere, entre otras cosas, amplitud de visión, capacidad de análisis,
enfoque globalizador, observación objetiva y razonamiento inductivo.
Todo esto nos muestra la importancia de trabajar interdisciplinariamente para obtener los
mejores resultados posibles.
83
El análisis de productos
Aquiles Gay
Dado que los productos de la tecnología pueden ser bienes (objetos), procesos o servicios, el
análisis de productos revestirá diversas formas según sea el tipo de producto a analizar; muchos
de los pasos de este análisis serán comunes a todos los productos, mientras que otros estarán
vinculados solamente a algunos (por ejemplo a los objetos).
Para que el análisis sea lo más exhaustivo posible hay que plantear un método que permita
tener en cuenta la mayor cantidad de las variables en juego.
En lo referente al método, sabemos que no hay un modelo único, pero cualquiera sea el
método aplicado, siempre podemos distinguir tres fases:
La segunda y la tercera fase abarcan las etapas que surgen como búsqueda de respuesta a los
interrogantes planteados en la primera fase.
La segunda fase abarca las vinculadas al análisis del producto en sí, ¿Cómo es?, ¿Qué
función cumple?, ¿Cómo funciona?, ¿Cuál es su costo?, etc
La tercera fase abarca las vinculadas al análisis de las relaciones del producto con su entorno,
con la estructura sociocultural, etc.
Recordemos, una vez más, que en la práctica, la secuenciación de las etapas no será
estrictamente lineal, sino que habrá idas y vueltas, en muchos casos el proceso será recursivo
y se planteará la necesidad de reconsiderar etapas ya tratadas.
Cuando el método de análisis se aplica a productos tangibles (objetos) lo llamamos lectura del
objeto. La adopción del término “lectura” se fundamenta en el hecho de considerar a cada objeto
como un sistema de signos que soportan un significado que se puede interpretar. Los objetos
además de responder a una función son portadores de una significación; la significación implica
información. Podemos considerar la lectura de un objeto como un acto de interpretación de
signos.
En este caso se parte de la percepción de una materialidad (el objeto) para llegar a una
conceptualización.
El camino que seguimos en este análisis o lectura del objeto es el mismo que el que transitaría
un usuario u hombre corriente: de lo perceptual e intuitivo a lo conceptual (marco referencial,
necesidad que satisface, impacto, desarrollo histórico, etc.). 85
Las diversas etapas del método de análisis o lectura surgen como respuesta a interrogantes
que normalmente un observador crítico se plantearía frente a los objetos en general y a un objeto
en particular: ¿Qué forma tiene?, ¿Qué función cumple?, ¿Cuáles son sus elementos y cómo se
relacionan?, ¿Cómo funciona?, ¿Cómo está hecho y de qué material?, ¿Qué valor tiene?, ¿Cómo
está relacionado con su entorno?, ¿Cómo está vinculado a la estructura sociocultural y a las
demandas sociales?
Todo objeto, como hecho material, tiene una forma que se aprehende perceptualmente y
normalmente permite su identificación. El fenómeno de aprehensión de la forma es complejo y
función de múltiples condicionantes tanto físicas como psicológicas. Frente a un objeto el
observador estructura la imagen de la forma de manera instantánea en base a los impulsos que
recibe y que impactan sus órganos sensoriales. Estos impulsos los filtra y articula de acuerdo a los
esquemas que elaboró a partir de su contacto con el medio, y de las pautas culturales que haya
internalizado.
Conviene dejar constancia de los resultados de este análisis en un informe escrito y gráfico. El
registro de los resultados obtenidos deberá involucrar a todos los sistemas de representación,
simbólicos y analógicos. En un informe escrito se dejarán sentados todos los datos pertinentes al
objeto. En cuanto al material gráfico, podrá consistir en dibujos a escala, proyecciones
ortogonales, plantas, cortes y vistas, croquis, perspectivas, etc. eventualmente también maquetas.
El análisis funcional está centrado en la función que cumple el objeto (no debe confundírse
análisis funcional con análisis de funcionamiento). Se llama función la manera en que el objeto
cumple el propósito para el cual fue concebido y construido. El concepto de función es polisémico,
pudiéndose hablar de función práctica, función estética, y función de significación (esta última
asociada al valor de signo: connotador de status, definidor de gustos, de actitud frente a la vida,
etc.)
Es interesante analizar en esta etapa el criterio de confort. El nivel de confort visual puede ser
disímil al que se manifiesta en el plano operativo y esto influye en el grado de aceptación o de
rechazo de un objeto. El criterio de confort está íntimamente relacionado con la escala de valores
culturales vigentes.
Aquí se plantea un reconocimiento de la estructura del objeto (modo en que están dispuestas
las partes) y de ser necesario, un despiece del mismo, la confección de un listado de 87
componentes, el análisis de éstos, la determinación de la misión de cada uno y las relaciones
entre ellos. Si el objeto es complejo eventualmente conviene ampliar el material gráfico con
nuevas plantas, cortes y vistas.
¿Cómo funciona?
Análisis de funcionamiento
Con este análisis se busca determinar los principios de funcionamiento, la explicación de cómo
funciona, el tipo de energía y el consumo que requiere su operación, el costo operativo, el
rendimiento del producto, etc.
Teniendo en cuenta la relación que existe entre estructura y funcionamiento se puede plantear
globalmente el Análisis estructural y de funcionamiento partiendo de establecer la relación entre la
estructura y el funcionamiento del producto, es decir la identificación de cómo cada uno de los
elementos “contribuye al funcionamiento del producto y, a su vez, la explicación de la función y los
principios de funcionamiento de cada elemento y cómo contribuye cada uno de ellos al del
conjunto. Se puede efectuar una graficación con símbolos y diagramas adecuados.
Este análisis se centra en la identificación de las ramas de la tecnología que entran en juego en
el diseño y la construcción de un determinado producto. Esto es, los conocimientos que
participaron en el diseño del producto y los materiales, las herramientas y las técnicas
empleadas para su producción, abarca además los procedimientos de fabricación. El análisis
de lo relevado permitirá determinar los requerimientos que condicionaron la elección de los
materiales.
Se buscará establecer una correspondencia entre las posibilidades que ofrece el material y su
aprovechamiento, buscando determinar qué valores se han tenido en cuenta y en qué grado, y
cuáles han sido minimizados, tanto desde el punto de vista estructural como del perceptual.
Análisis comparativo del objeto con otros que cumplen la misma función.
Los análisis desarrollados en los pasos anteriores involucran lo intrínseco del objeto; estos
análisis configuran lo que llamaremos la etapa objetual. El próximo paso es vincular el objeto al 88
entorno global, lo que implica analizar todos los objetos vinculables al que es motivo de lectura.
Se busca establecer las diferencias y similitudes del producto con relación a otros que cumplen
la misma función; de acuerdo a los criterios que surgen de los análisis anteriores y ayudado por la
construcción de esquemas clasificatorios o tipológicos.
Se comparará el objeto con otros equivalentes (análisis paradigmático; análisis de una serie de
objetos similares), pero que presentan diferencias en lo morfológico o en lo tecnológico,
incluyendo los de distintos períodos históricos. El relevamiento de las diferentes respuestas
morfológicas o tecnológicas para satisfacer una necesidad derivará en un planteo tipológico. El o
los elencos tipológicos resultantes serán sometidos a una evaluación comparativa buscando
registrar coincidencias, oposiciones, conflictos, niveles de integración, aspectos formales,
operativos, funcionales, estructurales, tecnológicos, etc.
Se busca analizar la vinculación del producto con otros, asociados al mismo, o de la misma
familia, destinados a satisfacer una función, o un conjunto de necesidades. Por ejemplo: la
cuchara permite satisfacer una necesidad (comer); la olla, la sartén, el cuchillo, el tenedor, el plato,
etc. permiten satisfacer un conjunto de necesidades (cocinar, comer, etc.), o una función
(alimentarse).
En el análisis de objetos de una misma familia (análisis sintagmático) deben relevarse las
variables que los hacen reconocibles como integrantes de un elenco.
El objeto y estos elencos deben a su vez someterse a un análisis relacional con el entorno y
con otras manifestaciones de la producción humana de la época (arte, arquitectura, mobiliario,
vestimenta, orfebrería, objetos en general, etc.).
Los objetos no responden solamente a los imperativos que consciente y racional-mente debían
satisfacer, sino que tienen también una carga expresiva que podemos llamar el “espíritu de la
época”, a través de la lectura del objeto se puede sacar a luz ese espíritu de la época.
A esta altura del análisis contamos con los datos básicos que permiten reconstruir el programa
de diseño (listado, ordenamiento, caracterización y cuantificación de los requerimientos
planteados), el marco teórico de referencia, el momento histórico, etc.
89
Evidentemente el análisis aquí propuesto es bastante exhaustivo, pero muchas veces, por
razones pedagógicas conviene simplificarlo, hasta llegar (en el caso de alumnos de corta edad) a
plantear simplemente algunos interrogantes como: ¿Para qué sirve?, ¿Qué forma tiene?, ¿De qué
material está hecho?, etc.
Estos comentarios sobre la lectura del objeto están extraídos del libro La lectura del objeto de
Aquiles Gay y Roberto Bulla.
Dibujar el objeto indicando sus dimensiones, y de ser factible vinculado gráficamente con
elementos de dimensiones conocidas (la mano por ejemplo).
Análisis funcional:
Definir la función (para qué sirve) [por ejemplo: una lapicera, está hecha para escribir, pero en
muchos casos, también para lucir; si esto último, desde el punto de vista técnico-tecnológico
puede no tener mucha importancia, social y psicológicamente si la tiene; función de uso-signo].
Analizar cómo cumple la función; si la forma denota (manifiesta) la función; cómo se usa (análisis
operacional); si se adapta a las características anatómicas del hombre (análisis ergonómico); etc.
Buscar, si la hubiera, otra forma distinta de cumplir la función que realiza este objeto. Establecer
los lazos entre forma y función, y analizar los valores que consideramos agregados y de los cuales
pensamos que se puede prescindir. Valorar la relación utilidad-costo, teniendo en cuenta que la
utilidad puede ser no tan sólo operativa, sino también significativa [por ejemplo: como planteo
general no podemos decir que un florero contenga mejor que otro].
Análisis tecnológico:
90
Identificar el (o los) material (es) y las técnicas constructivas. Determinar la vinculación entre
forma, función y material (el material y la técnica constructiva condicionan la forma, que depende
de la función). Identificar la lógica de la forma del objeto y del material empleado en relación a la
función que debe cumplir.
Análisis comparativo:
Comparar el objeto con otros equivalentes (análisis paradigmático; análisis de una serie de
objetos similares), incluyendo los de distintos períodos históricos, detectar las similitudes y las
diferencias, analizar las razones que las justifican y hacer un análisis de la evolución del objeto en
el tiempo. Ilustrar esta etapa.
Análisis relacional:
Análisis de las relaciones del objeto con su entorno. Confrontar críticamente el objeto con otros
objetos que tienen funciones análogas pero que presentan diferencias en lo morfológico o en lo
tecnológico. Vincular el objeto con otros pertenecientes a la misma familia (análisis sintagmático),
en otras palabras con otros objetos asociados a la misma necesidad o función (por ejemplo: la
cuchara, el tenedor, el cuchillo, el plato, etc., asociados a una necesidad: el comer). Compararlo
con otras manifestaciones de la producción humana de la época (arte, arquitectura, mobiliario,
orfebrería, etc.).
EJEMPLOS 91
RODAMIENTO9
92
¿Cómo funciona?
Análisis de funcionamiento
Este dispositivo, para operar requiere estar montado en alguna máquina o dispositivo
mecánico. Normalmente un anillo se fija al elemento que rota, y el otro al elemento fijo respecto al
primero.
Al rotar uno de los anillos con respecto al otro, las bolas que lo separan hacen que el
rozamiento entre ambos se reduzca a una rodadura y no al frotamiento de superficies en contacto.
CAPITULO VI
El enfoque sistémico
MiguelAngel Ferreras - Aquiles Gay
Teniendo en cuenta que el enfoque sistémico se sustenta, como veremos mas adelante, en la idea de
sistema, es importante comenzar aclarando lo que se entiende por sistema. En el libro Dirección integrada
de proyecto, de Rafael de Heredia, leemos: 94
«Un sistema es un conjunto de dos o más elementos, de cualquier clase o naturaleza jnterrelacionados
entre sí y con el medio o entorno que los contiene. Los elementos del conjunto y el conjunto de elementos
que forman el sistema tienen las siguientes propiedades:
1. Las características o el comportamiento de cada elemento tienen efecto sobre las propiedades o
comportamiento del conjunto tomado como un todo.
2. Las propiedades y el comportamiento de cada elemento y la forma que afectan al conjunto, dependen de
las propiedades y comportamiento de al menos otro de los elementos del conjunto. Por consiguiente,
ningún elemento tiene un efecto independiente sobre el todo y cada uno está afectado por al menos otro
elemento.
3. Cada posible subgrupo de elementos del conjunto tiene las primeras dos propiedades: cada uno tiene un
efecto no independiente sobre el todo. Un sistema no puede dividirse en subsistemas independientes.
Pierde sus condiciones esenciales.
A causa de estas tres propiedades. un conjunto de elementos que constituyen un sistema tiene siempre
alguna característica, o un modo de comportamiento, diferente del de sus elementos o subsistemas. Un
sistema representa más que la suma de sus componentes.»
El concepto de sistema es muy amplio y abarca tanto sistemas estáticos como sistemas dinámicos.
Un recipiente con agua, en el que no entra ni sale líquido (y como consecuencia el nivel permanece
constante) es, en principio, un sistema estático, otros sistemas estáticos podrían ser la estructura de un
edificio, una piedra, etc.
Un depósito en el que entra y sale agua es un sistema dinámico, otros sistemas dinámicos son, por
ejemplo, el sistema circulatorio sanguíneo, una célula viva, el motor de un automóvil funcionando, etc.
En el enfoque sistémico centramos el análisis en los sistemas dinámicos, y como planteo general
decimos que:
Los elementos de un sistema forman un todo y pueden ser conceptos, objetos y/o sujetos, es decir que
un sistema está compuesto de elementos vivientes, o de no vivientes, o de ambos simultáneamente.
1. Elementos;
2. Interacción;
3. Organización;
4. Finalidad (objetivo).
Como vemos los sistemas tienen una finalidad (sirven para algo), es decir que diseñados por el hombre,
o productos de la naturaleza, cumplen una función. La expresión, cumplen una función, es válida tanto para
los concebidos por el hombre (en este caso el planteo es claro, pues todo lo hecho por el hombre tiene una
finalidad; asumida consciente o inconsciente), como para los sistemas naturales, que también cumplen una
función (mantener su estructura, su funcionamiento, su equilibrio, etc.), si no la cumplen se destruyen,
desaparecen. La finalidad es el objetivo del sistema.
Los sistemas objeto de nuestro estudio, comparten una característica, la complejidad. La complejidad
implica: 95
El tema de la complejidad, cada vez más creciente, de los productos tecnológicos, y como consecuencia
lo difícil y laborioso que puede llegar a ser el estudio de su comportamiento, nos lleva, como veremos más
adelante, a apelar a un enfoque más globalizador: el enfoque sistémico.
Un sistema puede estar compuesto de otros sistemas que llamamos subsistemas, y a su vez puede
formar parte de un sistema más grande que podemos llamar supersistema, metasístema, sistema total o
sistema global. Por ejemplo, el sistema de transporte de una ciudad está compuesto, entre otras cosas, de
unidades de transporte, que por derecho propio son a su vez sistemas, y este sistema de transpone forma
parte a su vez de un macrosistema: el sistema de servicios públicos de una ciudad.
El concepto de sistema, tal como está planteado en la actualidad, tiene sus orígenes en el trabajo sobre
Teoría de los Sistemas Abiertos, que hizo público, allá por 1925, Ludwing von Bertalanffy, biólogo alemán,
quién más tarde desarrollé el concepto de sistema para poder encarar la resolución de problemas complejos
relacionados con seres vivos; pero hay que llegar al término de la Segunda Guerra Mundial, con los
trabajos, entre otros de Norbert Wiener, W. Ross Ashby, Warren McCulloch, Jay Forrester, etc., además de
los de L. von Bertalanffy, para que el concepto de sistema adquiera el alcance que hoy tiene. Para von
Bertalanffy nada existe hasta que no exista un sistema.
Desde el punto de vista de su vinculación con el entorno podemos clasificar a los sistemas en abiertos y
cerrados.
Los sistemas abiertos son aquellos que están en relación con su entorno (con su medio), con el que
mantienen un permanente intercambio, este intercambio puede ser tanto de energía, de materia, de
información, etc., como de residuos, de contaminación, de desorden, etc. En sistema abierto podemos
hablar de una entrada y de una salida.
Un sistema cenado es aquel que está totalmente aislado del mundo exterior, con el que, en
consecuencia, no tiene ningún tipo de intercambio. Un sistema cenado es un sistema que no tiene
medio. Ahora bien, un circuito cenado es una abstracción que no tiene vigencia en la vida real,
pero que debido a la simplificación que significa manejarse con datos que están limitados dentro
del sistema ha permitido establecer leyes generales de la ciencia.
Al mundo físico, así como al social, se los puede concebir como organizados en torno a sistemas.
Podemos decir que la vida humana transcurre en un gran sistema global, “el mundo”, sistema
complejo, tanto en su estructura como en su organización, en el que los sistemas que lo integran
se caracterizan por una complejidad organizada que les permite su normal desenvolvimiento. Para
96
entender y explicar el funcionamiento de estos sistemas -es decir el cómo y el porqué de los
hechos y acciones, ya sean naturales o artificiales (consecuencia del accionar humano), que
tienen lugar dentro de los mismos- el hombre, durante siglos ha buscado reducir el todo a una
serie de elementos separables más pequeños, es decir descomponer ese todo en partes elemen-
tales para estudiarlas en condiciones ideales (sin entorno): es decir se ha centrado en el estudio
de porciones reducidas de la realidad (con la correspondiente pérdida de la visión del conjunto),
pensando que una vez conocidas las características y el comportamiento de cada elemento, la
recomposición del sistema -teniendo en cuenta las relaciones entre las partes- le posibilitaría
llegar a conocer el comportamiento del todo, es decir de la actividad global. Esto no corresponde
con la realidad pues es imposible independizar el comportamiento de un elemento del contexto en
el que está inserto.
EL ENFOQUE ANALITICO
Esta forma de enfocar el estudio de los sistemas es la que ha prevalecido desde la Grecia clásica hasta
nuestros días y es lo que llamamos el “enfoque analítico”, que parte del principio de estudiar aisladamente y
con gran detalle las diferentes partes de un sistema (es decir una porción muy reducida de la realidad, lo
que, como hemos dicho, implica perder la visión del conjunto). Una excepción a esta forma dc razonar fue el
planteo de Aristóteles que decía que “el todo es más que la suma de las partes”; proposición que fue
ignorada por la visión mecanicista vigente hasta este siglo.
Recordemos que Descartes en su Discurso del método, plantea que para entender algo, «se lo debe
descomponer en tantos elementos simples como sea posible»2.
EL ENFOQUE SISTEMICO
Buscando comprender y describir la complejidad organizada, ha surgido en el curso de los últimos años
un enfoque unificador, que si bien no es una idea nueva, lo que es nuevo es la integración de disciplinas
realizadas en su tomo. Este enfoque transdiciplinario se llama “enfoque sistémico”. Es una «nueva
metodología que permite reunir y organizar los conocimientos con vista a una mayor eficacia de la
acción.»3
El enfoque sistémico sirve como guía para interrogarse sobre el comportamiento de un sistema.
A diferencia del enfoque analítico, el enfoque sistémico engloba la totalidad de los elementos del sistema
estudiado así como sus interacciones y sus interdependencias.
En el enfoque analítico se parte del principio de considerar aisladamente y con gran detalle las diferentes
partes del sistema, perdiendo la visión del conjunto. En el enfoque sistémico se prioriza la visión del
conjunto a costa de perder los detalles.
Además es interesante destacar que uno de los objetivos del enfoque sistémico es buscar «similitudes
de estructura y de propiedad, así como fenómenos comunes que ocurren en sistemas de diferentes
disciplinas, con esto se busca aumentar el nivel de generalidades de las leyes que se aplican a campos
estrechos de experimentación. El enfoque sistémico busca generalizaciones que se refieran a la forma en
que están organizados los sistemas, a los medios por los cuales los sistemas reciben, almacenan, procesan
y recuperan información, y a la forma en que funcionan; es decir, la forma en que se comportan, responden
y se adaptan ante diferentes entradas del medio»4.
«Mejor que una descripción punto por punto de las características de cada uno de estos dos enfoques,
es preferible presentarlas juntas en un cuadro, sin comprometerse ahora en una discusión acerca de sus
ventajas e inconvenientes respectivos.
Este cuadro, útil por su
simplicidad, no representa de hecho
sino una caricatura de la realidad. [ ]
Sin ser exhaustivo, este cuadro tiene
la ventaja de situar dos enfoques
complementarios, de los que uno
(enfoque analítico) ha sido favorecido
de forma casi desproporcionada en
toda nuestra enseñanza.»5
98
Estructuralemente un sistema
puede ser divisible, pero
funcionalmente, un sistema es
indivisible ya que alguna de sus
propiedades esenciales se
perderían con la división. Cada
elemento aislado pierde las
características que tenía en su
conjunto original, pues de la
interacción entre elementos surgen
nuevas propiedades que no son la
simple suma de las propiedades de
cada elemento. Pero cada sistema
sí puede a su vez, agruparse con
otros para constituir un sistema
superior. Y así, los problemas se resuelven no aislándolos sino considerándolos parte de un problema
superior, o sea dentro de un sistema de mayor alcance y extensión.
Elementos
Los elementos son los componentes de un sistema.
Los elementos pueden ser representación o conceptualización de características de la realidad.
Los elementos pueden a su vez ser sistemas (subsistemas).
Los elementos pueden ser no vivientes o vivientes (en muchos casos combinación de ambos).
Hay elementos que entran al sistema: las entradas.
Hay elementos que dejan el sistema: las salidas o resultados.
Como ejemplo de elementos podemos mencionar: las moléculas de una célula; los alumnos de una escuela;
las máquinas de una fábrica: las mercancías; el dinero: etc.
Proceso de conversión
99
Dentro de un sistema tienen lugar procesos de conversión que cambian las características de los elementos
de entrada convirtiéndolos en elementos de salida.
Entradas y recursos
Las entradas son los elementos que entran a un sistema; como planteo general son: materia, energía e
información. Para que un sistema abierto pueda funcionar debe importar ciertos recursos del medio. Se
llaman recursos los elementos que normalmente se aplican o actúan sobre los elementos de entrada para
modificar sus características. Los recursos son también entradas al sistema. La diferencia entre recursos y
entradas depende del punto de vista del que se los mire. Los recursos pueden ser materiales, financieros,
humanos, etc.
Salidas o resultados
Son el resultado del proceso de conversión
Las salidas pueden ser: materia, energía, información, productos acabados, desechos, etc.
Límites
Los límites son las fronteras que enmarcan a un sistema y lo separan del mundo exterior (los límites pueden
ser físicos, como también jurídicos o mentales). La fijación de los límites es un punto clave en el enfoque
sistémico, pues delimita el campo de estudio. Tomemos como ejemplo el sistema ‘bicicleta”, si lo que nos
interesa es su funcionamiento desde el punto de vista mecánico, centraremos nuestro análisis en la bicicleta
en sí, pero si nos interesa la bicicleta como medio de transporte tenemos que ampliar el límite y tener en
cuenta el suelo sobre el que se desplaza, pues sin la fricción sobre el mismo no puede haber movimiento;
como consecuencia no habría desplazamiento del cuadro, ni tampoco movimiento de giro de la rueda
delantera. En nuestro caso la ampliación de los límites del sistema nos lleva a la necesidad de ir teniendo en
cuenta muchas otras variables: el hombre, la carretera, el tránsito, etc.
Flujos
Se entiende por flujo la circulación de elementos que intervienen o que forman parte de un sistema. Los
flujos pueden ser de materia, de energía o de información.
En un diagrama de bloques:
Depósitos
Los depósitos son lugares de almacenamiento de materiales, energía, información, etc. Como ejemplos
podemos mencionar: contenedores de hidrocarburo, grasa del organismo, bibliotecas, memoria de
computadoras, filmes, etc.
Redes de comunicación
Las redes de comunicación son las que posibilitan las relaciones e
interacciones entre elementos y permiten los intercambios de materia, energía e información dentro de un
sistema y con otros sistemas. Las redes de comunicación pueden ser físicas (redes eléctricas, carreteras,
canales, gasoductos, nervios, arterias, etc.) o mentales (órdenes).
Retardos
Los retardos son consecuencia de la velocidad de circulación de los flujos, de los tiempos de
almacenamiento, etc. En otras palabras están vinculados con el tiempo de transmisión o circulación de
materia, energía o información. Desempeñan un papel importante en el comportamiento de los sistemas
complejos.
101
Bucles de realimentación (feedback)
Se dice que en un sistema hay realimentación (o retroalimentación) cuando la salida actúa sobre la entrada.
Los bucles de realimentación cumplen esa función, son estructuras bastante frecuentes en los sistemas y
desempeñan un papel determinante en el funcionamiento de los mismos.
En base a su comportamiento, podemos decir que existen dos tipos de bucles:
A continuación transcribimos un diagrama del libro Macroscopio, que ilustra con bastante claridad el tema.7
DIAGRAMA DE BLOQUES
El diagrama de bloques es una de las herramientas importantes del enfoque sistémico. y una de las que nos
interesa mucho desde la óptica de la educación tecnológica, porque nos permite visualizar las relaciones
entre los elementos de un sistema a través de los flujos de materia, energía e información.
Los diagramas de bloques ilustran, mediante bloques, rectángulos o símbolos similares, los
distintos elementos de un sistema (piezas de una máquina, fases de un proceso, etc.), los que a
su vez pueden ser sistemas, y mediante flechas, las relaciones entre los mismos.
Los diagramas de bloques son modelos que representan, en lo esencial, los aspectos
estructurales y funcionales de los sistemas, y permiten estudiar su comportamiento. Un modelo
no es único y es función de los que se quiere estudiar, de los límites del sistema, etc.
Bloques o rectángulos para representar los elementos de un sistema, o los subsistemas; estos
elementos cumplen funciones determinadas (transformación, depósito, etc.);
102
Dibujos que representan válvulas para identificar elementos de control (ver elementos de control);
Nubes para representar fuentes o sumideros fuera de las fronteras del sistema.
El enfoque sistémico es un poderoso instrumento de estudio que tiene múltiples posibilidades de utilización.
Aplicado al funcionamiento de un sistema, permite obtener importantes conclusiones, sin profundizar en
detalles técnicos que complicarían o dificultarían el análisis; en este caso se priorizan los aspectos más
globales que posibilitan sacar conclusiones no solamente desde el punto de vista técnico, sino también
desde el social, el ecológico, etc.; además se busca encontrar criterios que permitan efectuar
comparaciones con otros sistemas.
Para la educación tecnológica, el enfoque sistémico (herramienta conceptual) interesa como contenido, en
tanto pueda contribuir a una mejor comprensión y conocimiento del mundo construido. Su uso permite, entre
otras cosas, interpretar y jerarquizar el papel de las interacciones, tanto entre los subsistemas que
componen el sistema, como con el metasistema que integra. Evaluar su función como herramienta, pregun-
tándose por ejemplo ¿qué aporta su uso?, evita reducir su estudio a la mera descripción de la herramienta y
sus “aplicaciones tipo”.
El enfoque sistémico, aplicado al análisis de los flujos en juego en un sistema, permite sacar conclusiones
importantes sobre el comportamiento del sistema, estos flujos pueden ser de materia, de energía y/o de
información.
Tomemos como ejemplo los flujos de energía; si comparamos la energía entrante y la efectivamente
aprovechada para el fin propuesto, y analizamos las trasformaciones energéticas, obtendremos
informaciones que nos permitirán caracterizar el sistema y poder compararlo con otros; todo esto
manejando unos pocos datos.
Como caso
particular podemos
analizar los
“medios de
103
transportes” concebidos como sistemas. El medio de transporte primigenio del hombre es su propio cuerpo;
para autotransportarse utiliza parte de la energía química acumulada en su organismo como resultado del
procesamiento de los alimentos ingeridos. La energía química puesta en juego por el sistema locomotor se
degrada bajo forma de energía térmica, con una mínima generación de agentes contaminantes ambientales,
que son biodegradables. Es un proceso con una relación “trabajo realizado/energía degradada” buena, de
gran rendimiento si no se tiene en cuenta la energía que se degrada como consecuencia del metabolismo
basal. Por otra parte el ejercicio físico que supone el autotransportarse va incrementando la posibilidad de
acumular energía en el sistema locomotor y agiliza su funcionamiento.
Otra forma de autotransporte es la bicicleta, que utiliza la energía del aparato locomotor, pero potenciando
el trabajo muscular mediante artificios de construcción humana, la bicicleta permite obtener mayor velocidad
de desplazamiento y trasladar cargas moderadas con menor esfuerzo, pero plantea el problema de requerir
el desarrollo de nuevas habilidades y destrezas vinculadas al equilibrio y a la conducción del vehículo (esta
última también está presente en los vehículos tirados por animales).
Un cambio substancial se produce con la aparición y multiplicación del automóvil: cambio en cuanto a la
fuente de energía utilizada, a los redimientos, y a los efluentes y desechos que aparecen como
consecuencia de las transformaciones energéticas puestas en juego. Las frentes que proveen la energía
que requieren estos nuevos medios de transporte son prácticamente no renovables (hablamos de frentes no
renovables, porque la velocidad del proceso de renovación es despreciable frente a la velocidad del proceso
de consumo), lo que plantea límites en lo referente a su utilización. La explotación del petróleo tiene límites
en el tiempo, al ritmo actual, posiblemente menos de un siglo; existen disparidades en las estimaciones.
Además, hay un incremento de los factores de contaminación, por ejemplo del dióxido de carbono, que
contribuye fuertemente a potenciar el efecto invernadero.
Como lógica extensión del automóvil aparecen el ómnibus y el camión, que amplían la capacidad, tanto en
cuanto a la cantidad de personas como a la carga transportada; en términos energéticos significa un avance
frente al automóvil, ya que el consumo de combustible no se incrementa en la ~nisma medida que la carga
transportada, en parte por un mayor rendimiento de los motores más grandes, y en parte por una menor
incidencia de la carga fija propia del vehículo.
El enfoque sistémico permite, conociendo pocos datos, obtener en forma sintética los valores de magnitudes
vinculadas a importantes conceptos como pueden ser: el rendimiento de los procesos de utilización de la
energía, los límites económicos del sistema (en cuanto a costos), los límites ecológicos (vinculados a la
contaminación y al uso de recursos naturales finitos), etc.
Con muy pocos datos se puede determinar, la eficiencia, los límites del ecosistema natural, la
incidencia de la contaminación ambiental, la relación costo beneficio, el uso racional de la
energía, etc. Todo esto nos autoriza a decir que, desde el punto de vista del conocimiento, el
enfoque sistémico es una herramienta conceptual altamente eficiente.
El análisis precedente nos permite comprender el inconveniente que, desde el punto de vista ecológico y del
rendimiento energético, presenta el uso del automóvil por una sola persona. 104
El considerar la bicicleta, el automóvil, etc. como sistemas, permite analizar y comprender muchas de las
interacciones entre los subsistemas que lo componen. Por ejemplo, en el caso del automóvil, las
restricciones mutuas o los condicionamientos espaciales que se establecen entre el motor y el o los
habitáculos destinados a los pasajeros y a las cargas, y las demandas recíprocas que se plantean
(insonorización, aislación de las vibraciones, resistencia mecánica, pesos, tamaños, etc.), a las que habría
que agregar el peso de la tradición, la imagen que tenemos de la forma de los artefactos (recordemos la
similitud de algunos de los primeros automóviles, o de los primeros vagones de ferrocarril, con las carrozas
tiradas por animales).
Con este criterio de clasificación vemos que podemos concebir una jerarquía de sistemas concatenados y
contenidos unos en otros en una secuencia que tendría como limite el Cosmos en su totalidad.
Esta jerarquización puede servir de base para una secuenciación de contenidos en la educación
tecnológica. Partiendo de un sistema que se considere pertinente para el abordaje de una temática dada, se 105
pueden trabajar los subsistemas más especializados que lo constituyen, así como el sistema más complejo
que integra.
La relevancia y presencia social de las unidades vehiculares (bicicletas, autos, trenes, etc.) es un argumento
importante para considerar estas unidades como sistemas iniciales, a partir de los cuales se puede ir
profundizando el estudio y comprensión de los subsistemas que los integran (sistemas mecánicos, eléctrico,
electrónicos, etc. - lo que requerirá avanzar en contenidos técnicos específicos), así como analizar los
metasistemas que integran (lo que plantea profundizar interacciones más complejas y variadas). El enfoque
sistémico permite utilizar, en medios de transporte muy diversos, conceptos y representaciones comunes.
Hasta ahora hemos analizado los flujos de energía, si ahora centramos nuestra atención en los flujos de
información, en nuestro caso en los medios de transporte, vemos que a los mismos ingresan datos
proporcionados por el hombre: por ejemplo, la posición del manubrio de una bicicleta, la posición del
acelerador de un automóvil, etc., todas estas son informaciones que el conductor aporta al vehículo para
que las procese y actúe en consecuencia. El vehículo a su vez también entrega información, ya sea en
forma directa, indicación de la velocidad, ruidos , vibraciones, etc., como en forma indirecta, por ejemplo, la
información proveniente de cambios del espacio físico (del paisaje) donde se desplaza el vehículo. Todas
estas informaciones que suministra el vehículo pueden o no ser procesadas por el conductor. Los
cementerios entán poblados de conductores que no procesaron la información suministrada por el vehículo,
la de los velocímetros, las provenientes de los cambios del espacio físico (del paisaje), etc.
Es interesante destacar que la información, tanto la directa (mido, vibraciones, etc.) como la indirecta (la
proveniente de cambios del espacio físico -del paisaje- como consecuencia del desplazamiento) que
proporciona el vehículo, tienen gran importancia en la orientación de los cambios en los medios de
transporte.
Del análisis del flujo de información en un medio de transporte (con su conductor), concebido como sistema, 106
aparece claramente la responsabilidad del usuario o conductor del vehículo en relación a los fines de la
acción (efectuar un traslado o prestar un servicio) y a la selección de los medios (recorrido, velocidad,
respeto de las normas, etc.).
Finalmente si pasamos al estudio de los flujos de materia en un medio de transporte, concebido como
sistema, obtenemos rápidamente los puntos clave de las especificaciones que caracterizan al medio de
transporte como tal, como pueden ser, la cantidad de personas y/o el peso que puede transportar, las
condiciones de seguridad y de confort, etc.
Desde el punto de vista de la educación tecnológica, puede ser interesante analizar el flujo de materia
durante el proceso de producción de los medios de transporte, esto permitirá identificar las problemáticas
vinculadas a este proceso productivo: residuos, reciclado de material, contaminación, etc. También es útil
relacionarlo con la energía en juego, considerando el flujo de materia como trabajo útil deseado.
Este doble juego, propiedades emergentes y restricciones de las partes, está presente en cualquier sistema
y habilita para imaginar diálogos entre los elementos y el sistema. Tomemos como ejemplo el diálogo que
podría establecerse entre un moderno procesador catalítico de los gases de escape de un automóvil y el
sistema automóvil. El catalizador interacciona con el sistema automóvil requiriendo e imponiéndole
accesorios adicionales que faciliten y/o permitan su funcionamiento, lo que implica aumento del costo del
automóvil, aumento de la complejidad y por ende de la posibilidad de fallas, uso de un
combustible de características especiales, etc.; pero por otro lado, le aporta una reducción de la emisión de
gases contaminantes, un argumento de venta adicional, la adecuación a normas de protección ambiental,
etc. El sistema automóvil interacciona con el catalizador requiriéndole tamaño y peso adecuado, resistencia
a las vibraciones, adaptación a las condiciones de transporte, etc. y le aporta, transportabilidad, mayor difu-
sión del proceso de catalización, etc. Por otra parte se puede imaginar un diálogo similar (vinculado también
al procesador catalítico de gases) entre el sistema automóvil y el metasistema social y ambiental que éste
integra. Una reflexión sobre todo esto nos pone en evidencia que para comprender totalmente un sistema
de transporte hay que tener en cuenta, además de los aspectos técnicos, el sistema urbano, el económico, 107
el científico-tecnológico, el ecosistema ambiental, etc.
Uno de los aspectos relevantes del enfoque sistémico es la capacidad que aporta como ordenador y
generador de preguntas en relación al sistema en estudio, con un esquema de abordaje que es
generalizable a otros sistemas y a distintas jerarquías de sistemas. Así, por ejemplo, si deseáramos
comprender las tendencias y alternativas que hoy están en juego en materia de combustibles para medios
de transporte, podríamos planteamos diagramas en bloque con detalles de los procesos energéticos en un
motor, y veríamos que con pocos datos y pocos detalles técnicos, podríamos comprender por qué la
inyección electrónica de combustible o el reemplazo de la nafta por hidrógeno son alternativas explorables
desde la óptica de la problemática actual.
REFERENCIAS
1. HEREDIA, R. Direccián integrada de proyecto. Madrid, Alianza Editorial, 1985, p. 24- 25.
2. DESCARTES, R. Discurso del ,nétodo. Madrid, Alianza Editorial, 1980, p. 83.
3. ROSNAY, J. de. El ~nacroscopio. Madrid, Ediciones AC. 1978, p. 72.
4. HEREDIA, R. Op. Gt
5. ROSNAY, 1. de. Op. Cit., p. 98.
6. Ibid, p. 99.
7. Ibid. p. 89.
ANEXO I
La cultura tecnológica
Aquiles Gay
La cultura Tecnológica abarca un amplio espectro que comprende teoría y práctica, conocimiento
y habilidades. Por un lado los conocimientos (teóricos y prácticos) relacionados con el espacio
construido en el que desarrollamos nuestras actividades y con los objetos que forman parte del
mismo, y por el otro las habilidades, el saber hacer, la actitud creativa que nos posibilite no ser
espectadores pasivos en este mundo tecnológico en el que vivimos; en resumen, las
competencias que nos permitan una apropiación del medio como una garantía para evitar caer en
la alineación y la dependencia, y poder colaborar en la conservación y mejoramiento del medio
(natural y artificial) en el que se desarrolla la vida humana.
Si bien estas dos palabras, cultura y tecnología, están muy interconectadas, muchas veces
cuando hablamos de cultura, consciente o inconscientemente, hacemos abstracción del fenómeno
tecnológico, identificando la idea de cultura con un cierto refinamiento, teñido de elitismo.
Antes de seguir adelante sería interesante intentar de definir el término "cultura"; para comenzar
podemos decir que habría, en principio, dos conceptos de cultura, uno que podríamos llamar
académico o tradicional (vinculado a lo individual), que define a la cultura como el desarrollo de las
facultades del espíritu, es decir la relaciona a los atributos del llamado hombre cultivado, y otro
que podríamos llamar antropológico (más bien vinculado a lo social), que define a la cultura como
el conjunto de modelos de comportamiento y actividades, encuadrados dentro de normas - social
e históricamente determinadas -, propias de un grupo social.
Como punto de referencia podemos remitimos al Diccionario de la Real Academia Española, el 108
cual hasta la decimonovena edición (1970) daba de la palabra cultura una definición bien
tradicional: "Resultado de cultivar los conocimientos humanos y de afinarse por medio del ejercicio
de las facultades intelectuales del hombre"; a partir de la vigésima (1984) enuncia una
antropológica: "Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo
artístico, científico, industrial, en una época o grupo social, etc."
Desde nuestra óptica asumimos como propia la concepción antropológica del término cultura,
porque creemos que corresponde a la realidad del mundo en que vivimos y a la del hombre como
ser social. Podemos decir que la cultura engloba todas las manifestaciones espirituales y
materiales de un grupo social.
Según Melville J. Herskovits: "Cultura es la parte del medio ambiente hecha por el hombre'' , el
que a diferencia del animal no está encerrado en su estructura biológica; desde este punto de
vista podemos decir que la tecnología es uno de los ingredientes fundamentales de la cultura de
nuestros días.
"El estudio de la tecnología es esencial para la comprensión de la cultura, lo mismo que una
comprensión de la base material de la vida social es indispensable para los que se interesan por
el comportamiento del grupo humano. Más todavía, hemos visto que el equipo tecnológico de un
pueblo figura más que ningún otro aspecto de su cultura cuando se emiten juicios acerca de su
adelanto o atraso. Hay varias razones que explican estos juicios; pero, en esencia, puede referirse
al hecho de que la tecnología es el único aspecto de la cultura susceptible de valoración objetiva."
Teniendo en cuenta que la cultura abarca el desarrollo de todas las facultades del hombre, y que
se manifiesta en la actitud del mismo frente al marco en el que desarrolla su existencia, no
podemos reducir el concepto de cultura a ciertas prácticas y productos específicos, sino que
debemos hacerlo extensivo al conjunto de las prácticas sociales.
Limitar el concepto de cultura a las bellas artes, a las letras, a la música y a las humanidades
clásicas, seria considerar la cultura como un componente de lujo dentro del espectro de las
actividades sociales, un campo para el solaz de élites, o reservado a especialistas encargados de
producir o difundir obras o actividades destinadas a "elevar" (elevar entre comillas) el nivel cultural
de la población.
Por el contrario, podemos decir que la cultura abarca el conjunto de manifestaciones tanto
intelectuales y artísticas como científicas y técnicas que caracterizan una sociedad. Desde este
punto de vista la ciencia, la técnica y la tecnología también forman parte de la cultura; en el fondo
es difícil negar esta realidad, pues el entorno de nuestra vida cotidiana es producto de la
tecnología, la casa en la que vivimos, el vehículo que nos transporta todos los días, el diario, la
radio o la televisión que nos tienen permanentemente informados, el teléfono que nos permite
comunicamos con todo el mundo, el refrigerador que conserva nuestros alimentos, etc.
Aceptar que la tecnología forma parte de la cultura es aceptar la realidad del mundo material que
nos rodea. Además, hoy el vertiginoso ritmo de progreso de la tecnología marca el desarrollo
mismo de la cultura, algunas veces positivamente, otras no tanto.
Para bien o para mal, nos guste o no, la tecnología está omnipresente en nuestras vidas y marca
el ritmo de nuestro que hacer cotidiano y como consecuencia influye en nuestra cultura. Estamos
rodeados de objetos tecnológicos que si bien es cierto facilitan nuestra vida y la hacen más
confortable, sin lugar a dudas también la condicionan, haciendo que en muchos casos lleguemos
a ser esclavos de nuestras propias obras, y al decir de nuestras propias obras decimos de la
tecnología; los objetos o productos tecnológicos enmarcan nuestra vida, el teléfono, el automóvil,
la radio, el televisor, la cocina, el refrigerador, la lamparilla eléctrica, y aún la cuchara, el plato,
etc., son tecnología porque su producción es el resultado de determinados procesos tecnológicos
(tecnología es tanto el proceso como el producto).
109
Hoy un importante factor de transmisión de la cultura (nos guste o no) es la televisión (que es
tecnología); el texto escrito sigue siendo el factor principal de transmisión del conocimiento
sistematizado, pero frente a la televisión ha perdido un gran espacio como fuente y comunicador
de cultura, hecho que merece un profundo análisis por las consecuencias que ya se observan en
todos los planos de la vida del hombre; igual suerte corre la transmisión oral frente a la televisión,
y hasta la organización familiar está perdiendo importancia, como fuente y transmisora de cultura.
Marshall Mc Luhan plantea la disolución de la Galaxia Gutemberg y el nacimiento de una nueva
galaxia (la Galaxia Martoni).
Las consecuencias de estos hechos son preocupantes, pero no hay que caer con simpleza en la
crítica condenatoria del instrumento, pues la responsabilidad principal recae en quienes toman las
decisiones. Los verdaderos responsables son los que manejan estos medios, sería interesante
poder determinar qué metas persiguen y con qué objetivos.
Para el hombre de finales de este siglo la tecnología es la principal herramienta de trabajo; ahora
bien, como toda herramienta, para poder sacarle racionalmente el máximo provecho, hay que
conocerla y utilizarla correctamente, pero siempre en función del impacto sociocultural sobre el
destinatario, esto implica tener cultura tecnológica.
Estas dos culturas que plantea Snow, la literaria y la científica, se basan en abstracciones (signos
linguísticos o símbolos matemáticos), y debemos reconocer que el accionar del sistema
educacional se estructura prioritariamente sobre estos dos ejes, pero introducir a los alumnos al
estudio del mundo que nos rodea partiendo de abstracciones (leyes físicas o fórmulas
matemáticas) puede plantear problemas pedagógicos pues algunos suelen tener dificultades a
nivel de la abstracción, sobre todo los provenientes de hogares modestos. La educación
tecnológica que tiene como eje la cultura tecnológica, una cultura concreta, síntesis entre el
pensamiento y la acción, puede introducir más fácilmente a los alumnos al mundo de las
abstracciones y colaborar así en atenuar el fracaso escolar y en amenguar los problemas de
selección social.
La cultura tecnológica brinda una visión integradora de todas las modalidades de la conducta
humana, superando la tradicional dicotomía de lo manual y lo intelectual, de lo muscular y lo
cerebral, y postula una concepción del hombre como una unidad que se compromete con todas
sus potencialidades, en todos y cada uno de sus actos.
110
Enmarcar dentro de estos conceptos las grandes decisiones del cuerpo social implica apelar al
compromiso de todos los recursos disponibles para el logro del objetivo fundamental de toda
sociedad, que es mejorar la calidad de vida de todos sus integrantes.
La separación entre cultura y tecnología aisla al hombre de ese entorno tecnológico en el que se
encuentra inmerso y lo conduce por el camino de la vacuidad; la separación entre cultura y
tecnología es una de las fuentes de dificultad del mundo moderno.
La cultura tecnológica es casi podríamos decir la antítesis de la sociedad de consumo, de la
sociedad de lo descartable, de la sociedad que considera los objetos como cajas negras de las
que se sabe solamente para qué sirven pero nada más; la cultura tecnológica abarca el
conocimiento de los aspectos conceptuales de su funcionamiento, de su evolución y de su
interacción con el medio natural y el sociocultural.
Es importante advertir que en el actual sistema de producción la división del trabajo y la estrecha
especialización no permiten fácilmente el pleno desarrollo de la capacidad creadora y la
realización personal, y esto sólo puede compensarse con una só1ida cultura tecnológica.
Además, hay que tener en cuenta que el problema se ira agudizando pues los modos de
producción están en constante evolución como consecuencia del desarrollo de la tecnología, que
ha pasado a ser la principal fuerza productiva. El surgimiento de nuevas actividades y la
obsolescencia de otras exigen cada vez mas polivalencia y flexibilización para amoldarse alas
nuevas y cambiantes condiciones de trabajo, y en este rubro la educación tecnológica ofrece un
aporte inapreciable.
Cualquier país que no quiera perder el tren del progreso debe desarrollarse tecnológicamente y
para esto debe contar con un nivel de cultura tecnológica relativamente alto.
A continuación transcribimos algunos párrafos del discurso pronunciado por el Sr. Pouchpa - Dass
Ex Director de Cultura y de Estudios de la Unesco en ocación de la Deuxiéme conférence
nationale pour le développement de la culture technique (1979), Annonay, Francia, pues
consideramos que son toda una definición sobre la cultura.
“La Unesco estima que no es más posible atenerse a una definición restringida de la cultura: es
decir identificarla solamente con las bellas artes, las letras y las humanidades clásicas.[ ..... ]
Considerando la cultura como una actitud del hombre frente a su condición natural e histórica, y
como consecuencia generadora de elementos esenciales de la calidad de vida, la Unesco vincula
naturalmente la noción de cultura a la de desarrollo,[ ..... ]
Repudiando la abstracción unidimensional del homo economicus, la teoría y la práctica del
desarrollo se esfuerzan cada vez mas en abarcar al hombre en su integralidad, con sus
necesidades, sus posibilidades y sus aspiraciones.
Es en esta óptica que la Unesco estima que el desarrollo cultural forma parte integral del
desarrollo total. Como consecuencia el desarrollo cultural abre el acceso al. humanismo moderno,
que, con las artes, engloba las ciencias exactas, las técnicas y las ciencias humanas.
El hombre cultivado es por lo tanto aquel que se siente insertado activa y críticamente en el 111
mundo. En otros términos, y teniendo en cuenta la naturaleza actual del mundo, el hombre
cultivado debe ser un agente de cambio. Rechazando la pasividad, el papel de objeto al que
ciertas fuerzas quisieran obligarlo, el hombre cultivado se siente activo, se siente autónomo, él
quiere “asumir su propio destino”, según la expresión de Edgar Faure.
Es en este sentido que podemos decir que el conocimiento de los mecanismos sociales y
económicos forman parte de la cultura con el mismo título que el teatro, por ej. ejemplo.[ ..... ]
No es degradar la obra de arte situarla en su contexto; es darle su pleno valor explicativo. Por el
contrario, sería reducir una civilización definirla solamente por sus valores artísticos; es castrarla
de algunas de sus fuerzas vivas; es también sacar de sus obras de arte toda una parte afectiva y
vivida que contribuye a su valor y significación.[ ..... ]
Ahora bien, para que la cultura tenga como beneficio mayor la participación social, que permita a
la vez la comprensión de los otros y la valorización personal, la palabra cultura debe ser tomada
en el sentido mas amplio y englobar al hombre en su trabajo, en la política, en la economía, en la
técnica, en la ciencia, tanto como en lo artístico.”
REFERENCIAS
1. HERSKOVITS, M.J. El hombre y sus obras. México, Fondo de Cultura Económica, 1952, p.
29.
2. Ibid., p. 268.
3. Mc. LUHAN, M. La galaxia Gutenberg. Barcelona, Ed. Planeta, 1985.
4. GISCARD D'ESTAING, V. Palabras pronuncidadas por el Presidente de la República Francesa
en el discurso de clausura del coloquio “informatique et société”, París, 1979.
5. SNOW, C.P. Las dos culturas y un segundo enfoque. Madrid, Alianza Editorial, 1977, p. 14.
6. POUCHPA-DASS. Discurso pronunciado por el Director de Cultura y Estudios de la Unesco en
ocasión de la Deuxiéme conférence nationale pour le développement de la culture technique
(1979), Annonay, France. In: Rev. Culture Technique (París, Centre de recherche sur la culture
technique), Nº 2, abril 1980, p. 25-26.
http://coleccion.educ.ar/coleccion/CD15/contenidos/teoricos/metodologia/index.html
"En Brasil (...) niños escolares de un sector popular iban a la tarde a hacer sus tareas, jugar y
fabricar juguetes con materiales de desecho en un galpón grande que había sido habilitado para
el efecto y bajo la coordinación de un grupo de monitoras. 'A la mañana, los niños van a la
escuela. Y a la tarde, cuando vienen acá... ¿adónde dicen que vienen?', pregunté. 'Al proyecto',
contestaron al unísono las jóvenes monitoras. 'Al proyecto', contestó el director del centro. ¿Qué
idea se hacen estos niños de lo que es un proyecto y de lo que es, casi por comparación, una
escuela? En México, una asesora técnico-pedagógica contaba que en las escuelas donde trabaja
han empezado a desarrollar el proyecto de los recados: a los niños pequeños se les pide escribir
recados (mensajes) para que utilicen la escritura de manera significativa. ¿Por qué proyecto, por
qué no actividad o situación de enseñanza? No supo explicarlo exactamente, pero al reflexionar
en voz alta advirtió que todo lo nuevo que se introduce en la escuela adopta el nombre de 112
proyecto. Razonó, además, que seguramente se lo llama así porque es algo que dura poco
tiempo. De Colombia me llegó un proyecto (propuesta de acción en búsqueda de financiamiento)
consistente en apoyar proyectos (experiencias educativas) a maestros para que los desarrollen en
sus escuelas y como refuerzo al respectivo Proyecto Educativo Institucional (PEI). Todo ello,
dentro de un proyecto (plan) de autonomía profesional docente. En la Argentina, una supervisora
escolar, aprovechando la oportunidad de una reunión informal y agarrando confianza, me pedía:
'¿Podría explicarme qué es exactamente un proyecto?'. Todas las escuelas están atareadas
preparando proyectos, los maestros y directores no hablan sino de proyectos. ¿De dónde viene
esta proyectitis? La institución proyecto, en efecto, se ha apoderado de la educación. Ha invadido
la educación formal y la no formal, la administración escolar, el currículum, la formación y la
capacitación docentes, la pedagogía y la didáctica, la investigación y la acción."
Estos breves relatos muestran los rasgos clave que tiene el proyecto en el campo de la educación:
confusión en los términos, en los tiempos, en los límites, en los costos, en la organización, en los
objetivos, en síntesis: la carencia de proyección. Un proyecto tecnológico, en cambio, supone
considerar tiempo, recursos (límites precisos), objetivos claros, organización, demandas concretas
y consecuencias derivadas de la acción. Para la escuela, el país de las causas sin efectos, esto es
casi inadmisible, por eso el proyecto tecnológico es un discurso, un catálogo de acciones ex post
que jamás se verifican.
En esas circunstancias, la escuela deja de ser el tradicional país de las causas y comienza a
convivir, también, con los efectos de sus acciones. Pero en la escuela, por la polisemia del
término, la carencia de seguimiento y de evaluación los proyectos es, ante todo, expresión de
deseo.
Pero sigamos el texto de Rosa María Torres para tomar una visión más amplia
Proyecto, hoy, se usa para decir metodología, técnica, programa, plan, estrategia, acción
puntual y de corta duración, experimento, innovación. En medio de esta proyectitis, lo que
sigue faltando es el proyecto imaginario colectivo, anticipación de futuro, visión de largo plazo,
utopía capaz de articular y orientar el quehacer y la transformación educativa tanto a nivel de cada
institución como a nivel de cada país y de la región como conjunto. La multiplicidad de pequeños
proyectos, precisamente, parecería estar impidiendo visualizar el gran proyecto para la
educación."
Aunque el resaltado final me pertenece y centraliza en un aspecto parcial (el del contenido), la
brillante reflexión final es mucho más amplia y adhiero a ella con firmeza. La oración inicial
resaltada permite tomar dimensión respecto de la confusión terminológica que existe en la
escuela; al área de tecnología le corresponde aclararla debidamente.
Rosa María Torres. Itinerarios por la Educación Latinoamericana.
Buenos Aires: Paidós, 2000.
http://portal.educ.ar/debates/eid/tecnologia/algo-esta-de-l-todo-mal-con-la.php
Además de lo que está mal, esta mal alguna otra cosa que yo no alcanzo a entender.
Veo pasar la realidad delante de mis ojos y no puedo creer que es real.
No me voy a sumar a los comentarios que utilizan los medios des - información para darle cuerda a
determinada noticia que una vez que cumplió con el cometido para el cual fue difundida,
simplemente deja de existir. Pero que vivimos en un país surrealista y en una ciudad más surrealista
todavía, no me queda ninguna duda.
114
Desde pequeño tuve la costumbre de leer los carteles que pueblan las paredes y las alturas de
Buenos aires, creo que aprendí a deletrear primero y a leer después, viendo carteles desde la
ventanillla del colectivo. Y sabido es que las costumbres que se adquieren de pequeño, permanecen.
Leo todo aquéllo que, escrito, cae bajo mis ojos. Cuando hojeo algunos libros técnicos
superespecialiazdos que leen mis hijos, me asombro y al rato los cierro. Cuando hojeo los libros de
medicina que lee mi hija, me asusto y al rato, también los cierro. Pero los carteles no los puedo
cerrar, tengo que leerlos están allí y aunque sea a la pasada, los leo. No me asombro, ni me asusto,
me desconcierto y me espanto.
Hace pocas semanas, Buenos Aires estuvo empapelada con carteles que decían: Bush devolvé al
prófugo de Antonini Wilson.
No se cual habrá sido el costo de imprimirlos, pegarlos, etc., pero la pregunta que me surge es:
Quién/es ordenó/aron la campaña ¿supone/n que Bush anda por Buenos Aires leyendo carteles? No
lo creo después de la experiencia que tuvieron las hijas en San telmo.
Quién/es ordenó/aron la campaña ¿Sabrán que si el prófugo es tal, fue porque nuestras autoridades
lo dejaron profugarse?
También me pregunto ¿Qué tiene que ver todo esto con un blog en un sitio educativo? y para
tranquilizarme me contesto: puede ser un buen ejercicio de lectura crítica, tal vez una forma de
mostrar cómo y con qué finalidades se utilizan las tecnologías de la comunicación.
Esta semana sin embargo, mi desconcierto superó varios puntos el límite de un argentino medio
como yo, que ya es bastante alto.
La ciudad de Buenos Aires se llenó de carteles alusivos a una cuestión vinculada a la tecnología
escolar.
115
Perdón, según esos carteles, ¿En las escuelas de la Ciudad de Buenos Aires se desarrollan las
capacidades vinculadas a la lectoescritura solamente durante una semana al año? ¿Y el resto del año
que hacen? Creí que me estaba volviendo un poco loquito, pero me tranquilicé cuando vi que en
otros lugares del país sucede lo mismo. Entonces me dije: soy yo el que desentona y me quedé más
tranquilo.
Tampoco me llamó la atención que en esos otros lugares del país hablaran de las escuelas y las
bibliotecas PIIE que no sé que son, pero me suena a pajaritos. Y tampoco me pareció una muestra
de nepotismo que quien estaba a cargo de la cuestión fuera una persona que, casualmente, tiene el
mismo apellido del gobernador.
Me tranquilicé, pero justo cuando estaba disfrutando de ese estado de calma, como en la canción de
Serrat "...entonces llegaron ellos. Me sacaron a empujones de mi casa y me encerraron entre estas
cuatro paredes blancas, donde vienen a verme mis amigos de mes en mes..., de dos en dos..., y de
seis a siete"
Y me puse todavía peor cuando me enteré que durante la semana de la lectura hubo paro docente,
de modo que, según entiendo este año los chicos no aprendieron a leer.
También publicado y ampliado con otros debates, aportes, docuemntos y videos en la red Educación
y Tecnología
09-02-2010 116
http://portal.educ.ar/debates/educacionytic/nuevos-alfabetismos/la-internet-de-los-objetos-o-d.php
• Nuevos alfabetismos
Se lee: “En esta internet, los objetos devienen ciudadanos de primera clase con los que querremos
interactuar, comunicar (…) Deberemos tomar en cuenta a los objetos como actores que asumen un
papel”. Y: “No son las personas quienes bloguean, sino los propios objetos interconectados
quienes publican sus experiencias sobre interacciones con otros objetos o personas en la Web.
Los objetos interconectados que nos rodean tendrán sus diarios, sus experiencias que postearán o
incluso enviarán por mensajería instantánea”.
Es decir que los blogjects cohabitan con nosotros ofreciendo “puntos de vista”, “opinando”.
Ellos nos hablan.
Los aviones también transmiten permanentemente su localización y muchos otros parámetros;
algunos son accesibles en servicios como Flight Aware o Flight Stats. Existe también para el tráfico
marítimo.
Pero estos objetos pueden ser varios. ¿Recuerdan las famosas palomas mensajeras que se utilizaban
para enviar mensajes (data)? Pues bien, hoy estos animalitos devienen también blogjects cuando los
equipamos con sensores. En el caso de las palomas de Beatriz da Costa, estos sensores permiten
conocer información ambiental: por ejemplo, sobre la calidad del aire.
TripWire, de Tad Hirsch, es un coco relleno con sensores de ruido. Varios de estos cocos fueron
instalados en los árboles de una zona de Los Ángeles, cercana a un aeropuerto. El coco-plataforma
medía el ruido de los aviones y los asociaba con los planes de vuelo, para identificar a las
compañías que sobrepasaban los niveles de ruido admitidos por las normas.
118
Este ejemplo es un poco más complicado, va más allá de la simple detección de información. La
cámara cinematográfica ciega de Sascha Pohflepp no saca realmente fotos. Cuando se pulsa su
botón registra una foto que fue transmitida sobre FlickR y que fue sacada en el mismo momento.
Hermanamiento de momentos. La media naranja de los objetos-fotos. Lo que sucede es que las
fotos digitales vienen con una gran cantidad de datos adjuntos: las llamadas EXIF-etiquetas. Pueden
incluir, por ejemplo, la información sobre cuándo fue tomada la imagen, los aspectos técnicos del
disparo, etc. Entonces es posible encontrar una foto en la Web que fue sacada en el mismo exacto
segundo. Para cada una de mis fotos, puedo ver su melliza. Puedo ver lo que pasó en otra parte
del mundo mientras yo hacía la toma. Es decir, se puede saber exactamente quién hizo lo
mismo que yo (sacar una foto), en el mismo momento que yo (atesorar visualmente un
instante).
Agrego, traduzco, explico: las cosas de esta nueva web son objetos que cumplirán una nueva
función: son interfaces, plataformas casi autónomas.
Estos hombres encadenados no pueden considerar otra cosa verdadera que las sombras de los
objetos. Debido a las circunstancias de su prisión se hallan condenados a tomar únicamente por
ciertas todas y cada una de las sombras proyectadas, ya que no pueden conocer nada de lo que
acontece a sus espaldas”.
Kuniavsky dice (traducción libre): “En el mundo real, los objetos tienen ‘sombras de
información’ en el ciberespacio. Por ejemplo, un libro tiene sombras de información en
Amazon, eBay, etc. (…). Una canción tiene sombras de información en iTunes, MySpace, o
Facebook. Una persona tiene sombras de información en sus correos electrónicos, blogs,
fotografías, videos, etc.
En muchos casos, estas sombras de información están enlazadas con sus análogos del mundo real:
un ISBN (libros), por ejemplo, un número de seguridad social, etc. Y la identidad puede ser
triangularizada: un nombre más una dirección o número de teléfono, un nombre más una fotografía,
119
una llamada telefónica de un lugar particular”.
¿Estará Kuniavsky pregonando que las “sombras” de estos objetos serán lo único
“verdadero” tal como les pasaba a los hombres de la cueva?
Más ejemplos
Winem es una instalación que permite recabar información sobre vinos. ¿Cómo funciona? Hay un
negocio que muestra una especie de bodega electrónica. Desde el celular, uno selecciona los vinos
que le interesan. Por precio, por tipo, etc. Para cada botella hay acceso al depósito, la ficha, etc. El
casillero de degustación se prende entonces para mostrar dónde se encuentra la botella que se
seleccionó.
Rafi Halajian es el cofundador de Violet y dice: “Desafortunadamente nacimos en el lado 120
incorrecto de la pantalla. No estamos hechos de bytes, sino de carne, sangre y átomos.
Gastamos la mayor parte de nuestra vida en un mundo físico que es resistente, injusto,
inflexible y carente de magia. (…) ¿Podemos continuar viviendo así, mirando el mundo a
través de pantallas? ¿Debemos quedarnos atrapados en una especie de submarino,
condenados a contemplar mundos idílicos por el periscopio? (…).
El objetivo de Violet es reconstruir el espacio físico en el que vivimos –nuestras casas, oficinas,
espacios públicos– como un mejor lugar: inteligente, personalizado, sobrecogedor (¿acogedor?, etc.
Un espacio en el que usted no necesite un navegador para explorar, cuyos íconos no son pequeños
dibujos, sino objetos verdaderos.
Entonces nace también Nabaztag, un símbolo de la “internet las cosas”, que trae un poco de
inteligencia y magia a nuestro lado de la pantalla y derriba las barreras entre el mundo virtual y el
verdadero mundo. Un conejo, para seguir el mismo camino que Alicia en el país de las maravillas,
pero al revés, para volver a nuestro lado del espejo. Un conejo, para demostrar que un objeto
elegante no es solo un dispositivo con funcionalidades, sino también una experiencia, un mundo
entero para sumergirse.”
En síntesis, los objetos del mañana serán abiertos, evolutivos, habladores (charlatanes),
activos, comunicadores...
Arduinos
Massimo Banzi es uno de los cofundadores del Proyecto Arduino. Arduino es una pequeña placa,
semejante a una pequeña computadora, concebido para ser fácil de programar. Nace en Italia en la
escuela de diseño de Ivrea. El objetivo fue que los no ingenieros pudieran también usarla. Arduino
permite construir prototipos más fácilmente, más rápido. Importante: es una plataforma abierta (el
código fuente y el material son accesibles a todos). Solo el nombre lleva un copyright con el fin de
defender una cierta calidad de los productos y de la concepción.
Gracias a un lenguaje accesible, puede ser utilizado por más gente y han sido especialmente los
artistas quienes lo han adoptado. Posiblemente porque esa era la pata que les faltaba. El diseño, la
creación debían siempre acudir a un técnico o especialista para ir más allá. Fueron los botánicos los
primeros en publicitar o al menos los primeros ejemplos de Arduinos que nos han llegado, cuando
ponían sensores en las plantas para que nos “avisaran” cuándo tenían sed. Pero luego llegaron otros.
Ejemplos de Arduinos
Not so White walls, por ejemplo, es una especie de empapelado interactivo. Te mandan un
mensajito al celular y este se proyecta en nuestro empapelado;
Twat Race es una especie de pantalla que nos permite hacer un seguimiento de los tweets políticos
de los partidos políticos más importantes de Gran Bretaña, etc
El diseño es algo más que una simple imagen bella; cumple ahora una función más
comprometida.
De otros autores artistas, tenemos Swinxs, un juego que utiliza RFID para crear interacción, Otoism
una especie de tamagotchi que se conecta a la música para crecer y desarrollarse, etc.; o las
creaciones de Matt Cottam de TellArt, quien nos ha presentado esos árboles que fueron alimentados
(regados) con tinta conductora para que sus estrías devengan soportes de memoria (Computational
Wood). Esta interface-árbol puede intercambiar información o sentimientos a través de la
electrónica.
122
Cottam ha creado otros artículos como los platitos que miden nuestro consumo de agua a partir del
apoyo del vaso en dicho plato, y nos avisa a través de nuestra pantalla si no bebemos lo suficiente.
La internet de los objetos se conforma, entonces, con la data que estos objetos charlatanes
proporcionan. Se alimenta de la información “tatuada” en estas interfaces.
En el caso de los celulares, ya habíamos visto y comentado ejemplos en los que estos cumplían la
función de soportes y comentaban o compartían esta información. Nokia y su posibilidad de
compartir nuestros trayectos a pie o de Nike.
Ahora ya se desarrollan otros objetos como el Wattson, que permite medir y compartir nuestros
consumos eléctricos domésticos e interactuar con otros utilizadores.