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-ESFOP-
QUINTA PROMOCIÓN DE OFICIALES TERCEROS
ENSAYO:
“CÓMO GARANTIZAR LA SEGURIDAD CIUDADANA EN EL MARCO DE LOS
DERECHOS HUMANOS Y LA FUNCIÓN POLICIAL"
Oficiales alumnos:
No. Nombres y Apellidos Clave
2 ELMER DENILSO LEMUS ALVARADO 23
3 HANIA YULISA LÓPEZ CARDONA 24
4 FAUSTINO LÓPEZ CARMONA 25
5 BRENDA GUISELA LOPEZ HERNANDEZ 26
6 MILTON GUDIEL LÓPEZ LÓPEZ 27
7 ISIS JEANENETTE LOPEZ RAMIREZ 28
SEGURIDAD CIUDADANA
Profesionalismo
La palabra profesionalismo va muchos más haya que ostentar un título,
profesionalismos como miembros de la policial es la práctica en una actuación
policial digna, consciente, firme, decidida, serena, ponderada, respetuosa, prudente y
fiel a los principios establecidos en la Constitución, las leyes y los reglamentos. El
profesionalismo policial debe ser manifiesto en el trato con los ciudadanos.
Para hacer frente a este desafío hay que humanizar y hacer más eficaz la
respuesta del Estado, con la capacitación y pro regionalización de la policía
Nacional Civil y para ello se requiere:
Interés del Estado y la sociedad para que la formación del policía se oriente hacia
el respeto al orden legal y de los derechos humanos de los ciudadanos.
Dignificación de la actividad policial. El policía es un servidor público encargado de
la seguridad, pero sobre todo es una persona con una actividad que merece alta
valoración social y, por lo tanto, debe ser correspondida con el respeto a sus
derechos y la satisfacción de sus necesidades elementales.
Evaluación del trabajo policial no sólo por sus resultados, sino por los medios
empleados. Esta apreciación será permanente, y en ella no sólo habrá de
intervenir el Estado, sino también la sociedad, que debe convertirse en un actor
coadyuvante de las distintas etapas que implica una estrategia de seguridad
pública. Los mecanismos e instrumentos de la actuación policial deben regularse
según el criterio "mayor eficacia-menor costo para las personas en el ejercicio de
sus derechos". En este sentido, su actuación debería estar sustentada en el
criterio: "Prevención en la medida de lo posible y represión en la medida de lo
estrictamente necesario".
La participación de la sociedad en la evaluación de sus necesidades, así como en
los planes de seguridad pública.
Adopción, por parte de los cuerpos policiales, de códigos de conducta o ética.
Mecanismos que resuelvan algunos problemas entre los ciudadanos de forma no
violenta, a través de la mediación o solución pacífica de los conflictos.
Debemos estar conscientes que La seguridad pública no sólo es un problema de
la policía Nacional civil. La colaboración de todos los actores sociales es urgente,
especialmente cuando vemos que las debilidades en este rubro son fuente de una
violencia e impunidad que afectan la vida, la integridad, la libertad y el derecho a la
justicia de las personas y, en general, el de todos a llevar una vida libre de
temores y sobresaltos.
Para que exista una seguridad ciudadana en el marco de respeto a los derechos
humanos y que la lucha contra la delincuencia sea eficaz, las acciones deben ser
legítimas, esto es, respetar la Constitución y con ello los derechos humanos, no
sólo por el bien de la legalidad, sino por el de la sociedad, para que recupere ese
espacio tan natural que le ha sido arrebatado: la calle.
Está claro que los Estados son entidades responsables por la seguridad de los
ciudadanos, pero la historia reciente ha demostrado que la producción de
seguridad puede tomar como horizonte ciertas claves excluyentes e incluso
siniestras, o puede reposar en políticas que con los ojos abiertos a una realidad
compleja e interconectada, respondan con una perspectiva de derechos humanos
a través de instituciones profesionales y competentes ante los patrones violentos y
de criminalidad que surcan a una sociedad.