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EL HOMBRE INVISIBLE
El olor al fermento del aguardiente le llegó abriéndole más la gana del trago cotidiano.
Don Renán era un hombre taciturno, llegaba a menudo al estanco de nuestro relato y,
siempre apartado de los parroquianos se sentaba alejado en una mesa del fondo.
Desde que llegaba los comentarios no se hacían esperar por parte de quienes lo
observaban. —No me lo van a creer pero don Renán es un hombre raro, con estos ojos
que algún día se comerán los gusanos, lo he visto desaparecer de mi vista.
El que hablaba era un obeso carpintero que cumplía con las órdenes de Baco, en el
estanco.
—Eso sí que no te lo creo vos; porque eso sólo se lee en las novelas —respondió el amigo,
agregando —solo viendo lo creería.
El olor a las fritangas invadía el espacio y las risotadas apagaban los comentarios. Don
Mercedes con su limpiador al hombro y su gabacha, departía con sus clientes mientras les
servía las tandas.
— ¡Tanda servida, tanda pagada! Repetía el cantinero, agregando —Para evitar clavos
posteriores.
Don Mercedes se fue acercando a la mesa del carpintero y el amigo que le acompañaba.
Al calor de los tragos el tema era don Renán, que lejano de los comentarios, tomaba una
copa lejos del grupo.
—Yo sí que no creo en esas cosas, pero ya son varios los que han visto desaparecer a don
Renán —agregó el cantinero.
El carpintero, un tanto más curioso, trataba de persuadir al cantinero para que le hiciera
la lucha de sacarle en plática a don Renán cómo estaba el asunto, pero aquel hombre raro
y solitario no soltaba prenda. Finalmente, el cantinero indicó que trataría de hablar con el
hombre, pero que por favor hablaran más quedito porque podía escuchar el comentario
que de él se hacía.
Así las cosas y los días, don Renán continuaba llegando al estanco de una Guatemala que
ya se fue para no volver, con sus calles empedradas y carruajes realeros. Aquella tarde la
calle de las Túnchez parecía más animada, los trenes de mulitas con carbón procedentes
de Palencia, así como los arrieros hacían más escándalo que de costumbre, pregonando el
carbón y las cargas de leña.
En la cantina “La Copa de Oro” el bullicio no se hacía esperar. Una vez más el chirrido de la
persiana anunció la llegada de don Renán. Solicitó don Meches, el cantinero, fue hasta la
mesa de nuestro personaje para ofrecerle su servicio.
— ¿Qué tal don Renán, cómo lo trata la vida? Saludó el cantinero muy sonriente. Don
Renán sin verle a los ojos le respondió:
—Pues como lo ve, don Meches, trabajando duro y dando la vuelta por aquí para
relajarme un poco, porque no todo es trabajo en esta vida.
El cantinero, mientras limpiaba la mesa, le respondió: —En eso sí que tiene razón, pero lo
veo tan solitario siempre, sin amigos, sin quien lo acompañe en su mesa y por eso mi
pregunta: ¿porqué tan solitario y sin compartir?
—La verdad es que uno tiene que escoger a sus amigos y no alternar con cualquiera. —El
cantinero se sintió mal por la pregunta indiscreta y como para ablandar el momento
sugirió:
—Bueno, disculpe una vez más, no volveré a preguntar nada y me dirá que le sirvo.
No cabe duda que la pregunta cayó como balde de agua fría y el cantinero se retiró muy
cortésmente de la mesa de don Renán simulando una sonrisa.
Al poco tiempo don Renán abandonó la cantina rumbo a la calle, sin despedirse de nadie.
En ese momento el cantinero fue llamado por los parroquianos que ocupaban la mesa del
carpintero. Fue éste el que preguntó cómo le había ido con don Renán.
—Pues verán, pero a este hombre no se le saca nada; es más, como que se mosqueó
cuando quise llegar al meollo del asunto y mejor me quedé callado porque prefiero
mantener un cliente que perderlo.
El carpintero sorbió la copa de licor y chupó un poco de limón para luego concretar:
—A mí se me está afigurando que el tal don Renán hasta puede ser alma de la otra vida.
—Hoy sí que me hizo reír, los espantos no chupan, sólo espantan. —acotó el cantinero.
—Bueno, tienen razón, don Renán es como nosotros, de carne y hueso, pero yo hasta no
ver no creer como dijo Santo Tomás.
—Pues verán, yo he leído un mi poquito, soy tan tonto como puedan creer, pero según los
entendidos en la materia hay personas que desaparecen porque su cuerpo astral se los
permite, es decir, tienen dos cuerpos, el astral y el físico.
—Barajéemela más despacio, por favor y cuénteme que esto está mero interesante. —
Ahora el hombre bajito y barrigón se sentó sin pedir permiso y principió a explicar el
fenómeno:
—Bueno, como les decía, hay personas que tienen esa virtud: es decir, la de tener dos
cuerpos: el astral y el físico que todos tenemos, y estas personas, sin quererlo, se
manifiestan muchas veces en dos sitios a la vez. A esto los conocedores en la materia le
llaman “Bilocación” y otros le llaman “fantasmas vivientes”. Yo creo que en esa fase está
don Renán.
Por cuenta de la casa, don Mercedes le sirvió un trago al hombre bajito, mientras
comentaba en voz alta:
—Hoy si me la pusieron difícil y créanme que ya me está dando miedito, porque don
Renán a veces se queda aquí hasta que cierro el negocio y su mirada profunda y rara lo
pone a uno en el avispero.
Alguien gritó desde el fondo que solicitaba bocas para mesa cinco y don Mercedes tuvo
que abandonar al grupo. Mientras tanto, uno del grupo comentó que el caso de don
Renán era realmente extraño, muy extraño y que era primera vez en su vida que
escuchaba un comentario de los espantos vivos. Aquella mesa daba justamente a la punta
del mostrador, muy cerca de la barra, desde allí don Mercedes hizo otro comentario como
para extender la charla.
—Bueno, pues desde hoy en adelante lo voy a controlar más de cerca porque ustedes ya
me pusieron en qué pensar. Imagínense uno hablando con un muerto. ¡Dios me guarde!
Es capaz que caigo muerto del susto, pero ya se han dado casos y por eso no hay que creer
ni dejar de hacerlo. Y explicado el asunto como lo hace aquí el señor pues hombre, hay
mucho de raro en el caso.
El ayudante de don Mercedes mientras limpiaba unos vasos, comentó desde lejos:
—Lo mejor sería seguirlo la próxima vez, regularmente el viernes es cuando se echa sus
capirulazos más de la cuenta y se va un poco tarde. Es cuestión que dos valientes se
pongan de acuerdo y seguirlo para salir de dudas; eso sí, háganlo ustedes porque lo que
soy yo, por baboso.
Invitaron a don Mercedes para formar el dúo que seguiría a don Renán, pero éste con
toda educación rechazó la oferta, aduciendo que el negocio lo tenía que atender y más
aún tratándose del día viernes, que era cuando más gente llegaba.
Llegó el día viernes esperado, que lamentablemente lucía gris y la lluvia a manera de
temporal arreciaba y después continuaba con una llovizna pertinaz. La cantina lucía
desierta porque la lluvia había caído durante todo el día. En ese momento entró don
Renán, con más borrachera que alegría, un tanto platicador, lo cual era raro en él.
—Qué bueno verle por aquí, don Renán, ya sé, le servimos lo mismo de siempre. —Pero
como ya se indicó, don Renán iba dos que tres entre pecho y espalda, respondiendo en el
acto con voz aguardentosa:
—Así me gusta don Mercedes, que atienda y que no haga preguntas. ¿Pero qué me cuenta
don Mercedes?
—Pues aquí como lo ve, espantando moscas porque con la lluvia se pone silencio, pero así
es el negocio.
Mientras la lluvia arreciaba, los otros dos hombres entraron al establecimiento. En tanto
don Renán se fue al fondo, a la misma mesita para tomarse solo el trago. Así pasaron dos
horas y finalmente el hombre de nuestra historia como pudo se levantó, pagó la cuenta y
se retiró.
Fue el momento en que don Mercedes cerró el establecimiento y siguió los pasos de don
Renán en compañía de los dos hombres que deseaban salir de dudas en torno al
inexplicable caso de don Renán.
De pronto fue el carpintero el que asombrado gritó: — ¿Pero qué es lo que veo, Dios mío?
El acompañante por poco y se va de esta vida al ver cómo don Renán desaparecía ante sus
ojos.
— ¡Una vez más don Renán ha desaparecido ante la vista de nosotros! —agregó el
compañero, más pálido que un muerto. Los hombres se quedaron de una pieza,
asombrados ante lo que miraban. A don Renán parecía como que si se lo hubiera tragado
la tierra y todo quedó en silencio. Cuando se recuperaron corrieron rumbo a la cantina,
que ya estaba cerrada. Llegaron jadeantes y fue el carpintero el primero que habló.
— ¡Si no lo hubiera visto no lo creo, pero ahora sí estoy seguro que don Renán es alma de
la otra vida!
Después de un silencio prolongado donde los tres hombres sólo se miraban las caras, se
escuchó que alguien tocaba puerta. Nadie tuvo el valor de abrirla, pero finalmente fue el
cantinero quien tomó la iniciativa de hacerlo. El susto fue mayúsculo, así como el grito de
espanto que el hombre emitió asustando a sus compañeros.
Cuando se hubo repuesto y ante la insistencia del hombre de tocar la puerta preguntó: —
¡Sos de esta o de la otra, en qué penas andás…! —Mientras tanto don Renán desde afuera
les gritó:
— ¡Qué penas ni que ocho cuartos, con esta ya son tres veces las que socado me voy
entre la zanja y quiero un trago porque me estoy muriendo del frío…!
LOS PENIENTES DE LA RECOLECCION
Todos los días a los doce de la noche, los vecinos del Barrio de La Recolección escuchan
pasos de encadenados. Son penitentes fantasmas que quieren librarse de sus culpas.
Cuando los han visto no solo van encadenados sino con capuchones antiguos. Algunos se
flagelan. Son animas por las cuales las viejitas dicen hay que rezar.
Verlos atemoriza pero también produce pena y compasión porque a nadie le gustaría
estar eternamente encadenado a sus malas acciones.
LA SEGUA
Hay varias leyendas de la Segua. Una de ellas cuenta que es una joven muy linda, que
persigue a los hombres mujeriegos para castigarlos.
Para ella es lo mismo. Pero a medio camino, si va adelante vuelve la cabeza y si va atrás
hace que el jinete la vuelva. Entonces aquella hermosa mujer ya no es ella.
Su cara es como la calavera de un caballo, sus ojos echan fuego y enseña unos dientes
muy grandes, al mismo tiempo que se sujeta como un fierro al jinete. Y el caballo, como si
se diera cuenta de lo que lleva encima, arranca a correr como loco, sin que nada lo pueda
detener.
Otras leyendas cuentan que las Seguas son varias. Y no faltan ancianos que aseguren que
cuando ellos eran jóvenes atraparon a una Segua. Pero que una vez atrapada y echa
prisionera se les murió de vergüenza. Y que al día siguiente no encontraron el cadáver,
sino solamente un montón de hojas de guarumo, mechas de cabuya y cáscaras de plátano.
EL JILGUERILLO
Cuenta la leyenda que hace cientos de años una tribu indígena se estableció en la zona
Atlántica de nuestras tierras.
Un buen día Batsu decidió buscar esposa y escogió a Jilgue, una hermosa joven que
acostumbraba pasear por el bosque cantando como un pajarillo.
Batsu estalló en cólera cuando supo que la joven había desaparecido y mandó a sus
guerreros a buscarla. Al poco andar escucharon el canto de Jilgue. Pero cada vez que se
acercaban al sitio de dónde venía el canto, Jilgue había desapareció. Entonces Batsu
mandó a quemar el bosque. Cuando las llamas comenzaban a levantarse le gritó a Jilgue
que si salía podía salvarse.
Ella le respondió que prefería la muerte. El fuego se hacía cada vez más fuerte. De pronto
vieron como Jilgue cayó al cuelo u agonizó. Pero un pajarillo color ceniza, con el pico y las
patas rojas, comenzó a cantar sobre sus cabezas. No era el canto de un pájaro, era la voz
de Jilgue, que desde entonces se sigue escuchando en el canto de los jilgueros que hoy
pueblan los bosques de nuestras tierras
LOS ORIGENES DEL LAGO DE ATITLAN
Los orígenes del Lago de Atitlán son de hace mucho tiempo cuando los cakchiqueles
dieron muerte a saetazos a Tolgom.
Los kaqchikel o posiblemente los k’iche’, ya que los mismos vivían en constantes
amenazas, pugnas, envidias y guerras hacia el siglo XV.
Así ellos acuñaron el citado vocablo, mismo que está constituido por lo siguiente:
Unidos los dos términos, uno se sustantiva y el otro se adjetiva en Atit Alá, pero ya en la
interpretación que le dieron los primeros castellanos, en el siglo XVI se convirtió en
Atitlán, suprimieron la vocal después de la consonante T y le agregaron una N al final
Atitlán.
Los orígenes del Lago de Atitlán son de hace mucho tiempo cuando los cakchiqueles
dieron muerte a saetazos a Tolgom: se marcharon más allá del lugar de Qakbatzulú y
arrojaron a la laguna los pedazos de Tolgom. Desde entonces es famosa la punta del cerro
del lanzamiento de Tolgom. Enseguida dijeron: Vamos adentro de la laguna. Pasaron
ordenadamente y sintieron todos mucho miedo cuando se agitó la superficie del agua.
De allá se dirigieron a los lugares llamados Panpatí y Payán Chocol, practicando sus artes
de hechicería. Allí encontraron nueve zapotes en el lugar de Chitulul. A continuación
comenzaron a cruzar el lago todos los guerreros yendo por último Gagavitz y su hermana
llamada Chetehauh. Hicieron alto y construyeron sus casas en la punta llamada
actualmente Qabouil Abah. Enseguida se marchó Gagavitz; fue realmente terrible cuando
lo vieron arrojarse al agua y convertirse en la serpiente emplumada.
Los poblados mencionados han de haber estado en la parte noroeste del lago, mientras
que lo siguiente pudo haber sucedido cercano al actual Santiago Atitlán: Allí deseaban
quedarse las siete tribus, querían ver la ruina del poder de los zutujiles. Cuando aquellos
bajaron a la orilla del agua y se detuvieron allí, les dijeron a los descendientes de los
Atziquinahay: Acaba de agitarse la superficie de nuestra laguna, nuestro mar ¡oh hermano
nuestro! Que sea para ti la mitad del lago y para ti una parte de sus frutos, los patos, los
cangrejos, los pescados, les dijeron.
Y después de consultar entre sí, contestaron: Está bien, hermano. La mitad de la laguna es
tuya, tuya será la mitad de los frutos, los patos, cangrejos y pescados, la mitad de las
espadañas y las cañas verdes. Y así también juntará la gente todo lo que mate entre las
espadañas.
Así respondió el Atziquinahay. De esta manera fue hecha la división del lago, según
contaban nuestros abuelos. Y así fue también como nuestros hermanos y parientes se
quedaron con los zutujiles.
Pero nosotros no aceptamos la invitación para quedarnos. Nuestros primeros padres y
abuelos, Gagavitz y Zactecauh se fueron y pasaron adelante entre las tinieblas de la noche.
Cuando hicieron todo esto no había brillado la aurora todavía, según contaban, pero poco
después les alumbró. Luego llegaron al lugar de Pulchich, de donde partieron en grupos
CORAZON DEL CIELO EN GUATEMALA
Cuentan los indígenas kekchíes de Cobán que el Tzultak’a es el Dios del Maíz, es el Dios de
las alturas, de las profundidades, de la abundancia, de los animales.
También es el Señor del Cerro, el Dueño del Mundo. Los indígenas pocomchíes de la
región también le llaman Kajal Yuk Quixcab, que tiene el mismo significado.
El Tzultak’a siempre ha vivido en una cueva y continúa viviendo en las cuevas y en los
cerros de la Alta Verapaz. Tenía una hija llamada Cana Po que se dedicaba a los oficios
domésticos y como una buena muchacha también le gustaba tejer y bordaba en sus
tejidos todos los acontecimientos del día.
La hija del Tzultak’a era la Luna y todos los días pasaba cerca de su casa Xbalamk’e que era
el Sol y quien trataba de impresionarla porque se había enamorado de ella. Para que se
diera cuenta de que era un hombre muy importante, pasaba todos los días cerca de la
casa llevando como presa un venado. Cada vez que la señorita Luna veía pasar a
Xbalamk’e se sentía impresionada y comentaba que ese hombre era un buen cazador. Un
día le dijo a su papá, el Tzultak’a que para ella aquel hombre era muy atractivo y que
estaba segura que él también le correspondía con el mismo atractivo que ella sentía por
él.
-“Hay que tener mucho cuidado con ese hombre, puede ser engañoso; pero debemos
analizarlo en alguna forma, hasta que estemos seguros si su actitud es sincera.
En seguida dijo a su hija que el agua del nixtamal donde se cuece el maíz, tirara en el
camino por donde acostumbraba pasar Xbalamk’e. Así lo hizo y cuando aquel pasó muy
entretenido viendo a la muchacha Luna, no se dio cuenta de que el terreno que iba
pisando estaba muy resbaloso por el agua de nixtamal que había sido tirada, y se resbaló y
cayó.
Al momento de caer llevaba nada más un cuero de venado que era el mismo que le había
estado sirviendo para engañar a la señorita Luna, que por estar pensando en ella ya no
cazaba nada. Cuando cayó se descubrió que era simplemente un engañador y la Luna se
rió mucho de él y su padre volvió a confirmarle que siempre debe tener cuidado con los
hombres.
Desde ese momento Xbalamk’e tenía vergüenza de pasar por ahí, por haber fallado en sus
intenciones. Desde entonces, siempre rondaba la casa de la luna, sin encontrar la
oportunidad de volver a acercarse a ella para manifestarle su amor.
Cuando Xbalamk’e cayó al suelo también cayó una semilla de tabaco y esta semilla
germinó, naciendo una planta que creció y a la que llegaban muchos colibríes para
saborear el néctar de sus flores. Al ver esto Xbalamk’e aprovechó la oportunidad para
hablar con el colibrí y le pidió le prestara su plumaje para utilizarlo y así poder acercarse
hasta la casa de la señorita Luna.
Cuando había pasado bastante tiempo, y ella había bordado ese motivo en su tejido, llamó
a su padre y le dijo que le gustaba mucho ese pajarito que estaba sobre aquella planta y
que lo quería. El Tzultak’a dijo a su hija que lo iría a cazar con su cerbatana (llamada
Pubche’) con la cual hizo un disparo al Tz’unum (colibrí) con suavidad y solamente se
desmayó. El pajarito cayó al suelo y él lo recogió y lo trajo a su hija, quien lo introdujo en
la jícara donde guardaba los hilos que le servían para tejer. Cuando el pajarito volvió en sí
dentro de la jícara, se sentía muy incómodo y empezó a piar. Ella lo tomó entre sus
manos y cuando terminó de tejer, se lo puso sobre su güipil.
-“También hay otro obstáculo que es su cerbatana (pubche’) y que es muy poderosa...-
El le pidió que fuera a traerla y que además trajera chile y lo moliera. Después echó
suficiente chile molido dentro de la cerbatana y la fueron a dejar al mismo lugar donde el
Tzultak’a la guardaba. Después de esto Xbalamk’e y la Luna huyeron a media noche.
Al amanecer del siguiente día el Tzultak’a llamó a su hija, pero ella no respondió porque ya
se encontraba muy lejos, huyendo con su amado. Dispuso cerciorarse del motivo por el
cual no aparecía su hija y se dio cuenta que en casa no había nadie. Se imaginó
inmediatamente que Xbalamk’e se la había llevado y se enfureció tanto que
inmediatamente fue a buscar su espejo (lem), pero se encontró con que estaba
completamente ahumado por el humo del pom y del copal, por lo que no podía ver nada.
Pero Xbalamk’e cometió un error cuando sostenía el espejo ahumándolo, sus dedos
quedaron marcados en el mismo, no permitiendo que esa parte se cubriera de humo y así
fue como el Tzultak’a pudo observar por donde huían los jóvenes.
Y agarrando su cerbatana (pubche) aspiró primero bastante aire para soplar con más
fuerza y en el momento que hizo esa aspiración, se tragó todo el polvo del chile y cayó al
suelo desmayado, porque se estaba ahogando y tosía desesperadamente. Desde
entonces apareció la tos en las zonas kekchíes y pocomchíes. Cuando el Tzultak’a se
repuso y se dio cuenta que no podía alcanzar a los jóvenes con sus propias fuerzas, llamó a
su amigo el Cagua Kak, que es el rayo y le explicó la razón de su llamado, pidiéndole que
persiguiera a aquellos que se habían burlado de él. El Cagua Kak estuvo de acuerdo en
colaborar con su amigo y fue así se apareció en los güipiles de Tactic, de Cobán y de
Tamahú y todavía se le conoce como Palic.
Cuando el Tzultak’a pidió al Cagua Kuk que persiguiera a Xbalamk’e (el novio) y a Cana Po,
que así se llamaba la hija que era la Luna, estos ya se encontraban cerca del gran lago de
Izabal, huyendo de la persecución. Cagua Kak pudo controlarlos y fue en ese momento
cuando precisamente encontraron donde esconderse, y la Luna se escondió en la
caparazón de una tortura. En ese momento cayó con fuerza el hacha del rayo y partió en
mil pedazos la caparazón de la tortuga donde se ocultaba la Cana Po, y con los fuertes
vientos y la lluvia los pedazos fueron cayendo dentro de l agua.
Entró la noche y al día siguiente, cuando Xbalamk’e se repuso y salió de la concha, se dio
cuenta que su amada Luna estaba hecha pedazos, hecha trizas. Entonces llamó a las
libélulas y a los brujos, para que con sus guacales reunieran aquellas partículas y las fueran
depositando hasta llenar trece tinajas (las trece tinajas también aparecen en los tejidos de
Cobán, Tactic, Tamahú y San Pedro Carchá). Estas tinajas se llenaron con las partículas de
la Caná Po y las cubrieron. Xbalamk’e pidió a una anciana que vivía cerca del lago que le
guardara las 13 tinajas y que no fuera a abrirlas, porque él volvería dentro de 13 días.
Durante todo este tiempo la anciana estuvo muy inquieta, no podía dormir ni tenía
tranquilidad a consecuencia de que se oía una serie de ruidos, chillidos y cosas muy raras
que procedían de dentro de las tinajas, pero no se acercó a curiosear para ver lo que había
adentro.
Cuando regresó Xbalamk’e, al décimo tercer día, la anciana se puso muy contenta y le dijo
que se llevara inmediatamente aquellas cosas que le causaban mucho espanto.
Xbalamk’e empezó entonces a destapar una por una las tinajas. Cuando levantó la tapa
de la primera tinaja vio sólo serpientes de toda clase; en la segunda había solo animales
repugnantes como lagartijas y otros reptiles, la tercera tenía solo animales ponzoñosos;
en la cuarta, quinta y todas las demás habían avispas, tábanos, alacranes, arañas,
vampiros y otros diferentes animales.
Cuando llegó a la penúltima tinaja Xbalamk’e pidió a un hombre que se llevara las tinajas
que faltaba revisar y su contenido lo echara dentro del agua del lago. Pero este hombre
tenía curiosidad por ver el contenido de las tinajas y en el camino abrió una de las tinajas
de donde salió una nauyaca (serpiente grande, venenosa y con aspecto de tener cuatro
fosas nasales) que lo asustó y del susto salió corriendo y el contenido de las tinajas se fue
regando sobre la superficie de la tierra, hasta que se regaron todos los animales que iban
a ser lanzados al gran lago.
Cuando la Luna retornó a la vida le faltaba su atributo de feminidad por lo que Xbalamk’e
llamó a un cabro para que le diera la forma de una mujer y después a un venado, para que
completara esta obra. La Luna dio al venado la fragancia de las flores y esto molestó
mucho a Xbalamk’e porque sentía celos de él y entonces tomó el almizcle (sustancia
odorífera) del ratón para untárselo al venado. Después, complacido por lo que había
hecho, tomó de la mano a su amada Luna y se la llevó al cielo como esposa. Ahora, allá en
el cielo vive Xbalamk’e que el mismo Sol que alumbra de día, con la Cana Po, que es la
misma Luna que alumbra de noche.
En cierta ocasión el Sol tuvo conocimiento que en un lugar lejano había una patoja muy
linda y hermosa, que era tejedora y vivía con su padre. El Sol dispuso un día ir a buscarla
porque si era bonita podría casarse con ella y cuando la encontró, quedó maravillado de
ver tanta belleza que dispuso enamorarla.
Para impresionar a la patoja el Sol le llevó a obsequiar unos venados que le dijo había
cazado, pero estos no eran de verdad sino que eran sólo los cueros rellenos de ceniza que
aparentaban ser los cuerpos. La patoja emocionada ante la cortesía de su enamorado,
preguntó a su papá:
-¿“Papá, será cierto que es cazador y que caza muy bien?” –le dijo la hija a su papá.
El padre agarró tres ollas de nixtamal y las regó sobre el suelo y cuando pasó el sol por ese
lugar, se resbaló y cayó.
Los venados le cayeron encima y como eran cueros rellenos de ceniza, se reventaron. La
patoja se dio cuenta que los venados no eran de verdad y al ver el engaño de su
enamorado, se enojó tanto que lo echó de su casa.
El Sol se quedó azorado por lo sucedido y ante el repudio de la patoja, se puso a llorar.
Pero el Sol, que se sentía muy enamorado, recordó que tenía poderes especiales y para
llegar a la patoja dispuso transformarse en un pajarito gorrión. Como la patoja tejedora
era bonita y hermosa, el Sol convertido en gorrión voló hasta donde estaba ella para
contemplar su belleza.
-“Rin, rin”... –cantaba el gorrión contento de ver a la patoja, y llegó a posarse sobre el lazo
que sostenía su telar.
-“Papá, aquí hay un pajarito muy bonito”... “Mátalo, mátalo para mí”... –le dijo la
muchacha a su padre.
El pajarito, como era un gorrión de plumaje muy bonito, le gustó tanto a la patoja y se lo
llevó a su habitación, para cuidarlo y jugar con él. Al llegar la noche, la muchacha
contemplando al gorrión se durmió tranquilamente, y el pajarito aprovechó la ocasión
para convertirse nuevamente en un hombre. Cuando ella despertó aquel hombre le dijo a
la muchacha que él era el Sol y que ella era la Luna. Y al mismo tiempo que enamoraba a
la muchacha, le ofrecía hacerla su esposa.
-“Está bien”... –le respondió la Luna, que fácilmente se convenció para acompañarlo.
-“Voy a buscar un palo”... –dijo el papá, porque ese pájaro es un hombre malo que se robó
a nuestra hija, y voy a buscarlo para matarlo.
Agarró su cerbatana y apuntó hacia el lugar por donde habían huído los jóvenes y aspiró
fuertemente para halar a su hija, pero se le trabó el aire en la garganta y no logró su
objetivo. Se quedó tosiendo fuertemente y exclamó:
-“Mi hija se huyó pero te ruego que mates al hombre que se la llevó”.
Volvió a salir el Sol y vió en las aguas del mar la sangre de su mujer la Luna. Llorando
desconsoladamente, llamó a unos pájaros y les dijo:
-“Me recogen toda la sangre de la Luna y me la guardan”... –les dijo el Sol sollozando y se
metió en una concha de tortuga, para ocultarse.
El padre de la muchacha agarró su lente (anteojo) para ver de lejos hasta donde estaba su
hija, pero ya no la vio porque el sol se la llevó en una bolsa.
El Sol ascendió al cielo llevándose a la Luna y su espíritu, se lo llevó a Dios como Ser
Divino.
PENITENTES DE LA RECOLECCION
Todos los días a los doce de la noche, los vecinos del Barrio de La Recolección escuchan
pasos de encadenados.
Todos los días a los doce de la noche, los vecinos del Barrio de La Recolección escuchan
pasos de encadenados. Son penitentes fantasmas que quieren librarse de sus culpas.
Cuando los han visto no solo van encadenados sino con capuchones antiguos. Algunos se
flagelan. Son animas por las cuales las viejitas dicen hay que rezar.
Verlos atemoriza pero también produce pena y compasión porque a nadie le gustaría
estar eternamente encadenado a sus malas acciones.
LEYENDA DEL MICO BRUJO
En todo Centroamérica se conoce la leyenda del “Mico Brujo”. En algunas partes también
le dicen la Mona.
Decían nuestros antepasados que había unas mujeres que a las once de la noche se daban
tres volantines para atrás y luego tres para adelante; que esta mujeres tenían un guacal
blanco y que a la última voltereta vomitaban el alma en el guacal. Ya sin alma, tomaban
figura de monos o micos y se dedicaban a hacer “diabluras”.
Amaba la caza y así, con frecuencia, iba por los bosques persiguiendo animales. En una de
sus cacerías llegó junto a un lago y, lleno de asombro, contempló a una mujer bellísima
que bogaba en una canoa. El guerrero quedó tan enamorado que, muchas veces, volvió al
lugar con el ánimo de verla pero fue inútil, pues, ante sus ojos, sólo brillaron las aguas del
lago. Entonces pidió consejo a una hechicera, la cual le dijo:
Cierta vez un hombre bueno pero infeliz decidió salir de apuros vendiendo su alma al
diablo.
Invocó a Kizín y cuando los tuvo delante le dijo lo que quería. A Kizín le agradó la idea de
llevarse el alma de un hombre bueno.
A cambio de su alma el hombre pidió siete cosas una para cada día. Para el primer día
quiso dinero y en seguida se vio con los bolsillos llenos de oro. Para el segundo quiso salud
y la tuvo perfecta. Para el tercero quiso comida y comió hasta reventar. Para el cuarto
quiso mujeres y lo rodearon las más hermosas. Para el quinto quiso poder y vivió como un
cacique. Para el sexto quiso viajar y, en un abrir y cerrar de ojos, estuvo en mil lugares.
—Dímelo y te lo concederé.
—Quiero que laves estos frijolitos negros que tengo, hasta que se vuelvan blancos.
Cierta vez el conejo Juan Tul sostenía con las manos el techo de una cueva.
—¿Estarás cansado?
—Mucho.
La ardilla tomó el lugar de Juan Tul y allí se estuvo horas de horas hasta que cayó en la
cuenta de que se trataba de una broma. Bajó las manos y salió de la cueva.
—Jamás he estado en la cueva que dices. Llevo meses en este zacatal. Por cierto, estoy
que me muero de cansancio. ¿Por qué no me das una mano?
Juan Tul le echó encima los hatos más grandes de zacate y escapó. La ardilla se rindió bajo
el peso y como pudo se escurrió y luego pensó: "Otra vez me engañó Juan Tul".
—Ya no me engañarás más, Juan Tul. Con este bejuco te voy a dar una paliza.
—¡Qué cosas dices! Desde niño vivo junto a este árbol. Jamás me he alejado de él. No sé,
la verdad, no sé de qué me hablas.
—De todas maneras te tengo que castigar.
—¿Y por castigarme así, vas a despreciar las piñuelas que están allí?
—¿Dónde?
—Yo no soy Juan Tul. Yo acabo de salir del bosque que está del otro lado del camino.
—¡Claro que sí! Aquí tienes mi calabazo lleno de agua. Bebe hasta la última gota, si
quieres.
Sedienta como estaba, la ardilla bebió de golpe todo el contenido del calabazo y cuando
tomó aliento cayó de bruces. Lo que había tomado era aguardiente. Entonces Juan Tul,
muerto de risa, le dijo:
Un hombre era tan pobre que siempre estaba de mal humor y así no perdía la ocasión de
maltratar a un infeliz perro que tenía.
Kakasbal [espíritu del mal], que está en todo, vio que podía sacar partido de la inquina que
seguramente el perro sentía contra su amo y así se le apareció y le dijo:
—Cómo no he de estarlo si mi amo me pega cada vez que quiere— respondió el perro.
Pero tanto insistió Kakasbal que el perro, por quitárselo de encima, le dijo:
—Entrégame tu alma.
—Acepto.
—Cuenta, pues...
Y Kakasbal se puso a contar los pelos del perro pero cuando sus dedos llegaban a la cola,
éste se acordó de la fidelidad que debía a su amo y pegó un salto y la cuenta se perdió.
—¿Por qué te mueves?— le preguntó Kakasbal.
—No puedo con las pulgas que me comen día y noche. Vuelve a empezar.
Cien veces Kakasbal empezó la cuenta y cien veces tuvo que interrumpirla porque el perro
saltaba. Al fin Kakasbal dijo:
—No cuento más. Me has engañado pero me has dado una lección. Ahora sé que es más
fácil comprar el alma de un hombre que el alma de un perro.
LEYENDA DEL ORIGEN DEL LAGO DE ATITLAN
Los orígenes del Lago de Atitlán son de hace mucho tiempo cuando los cakchiqueles
dieron muerte a saetazos a Tolgom: se marcharon más allá del lugar de Qakbatzulú y
arrojaron a la laguna los pedazos de Tolgom. Desde entonces es famosa la punta del cerro
del lanzamiento de Tolgom. Enseguida dijeron: Vamos adentro de la laguna. Pasaron
ordenadamente y sintieron todos mucho miedo cuando se agitó la superficie del agua.De
allá se dirigieron a los lugares llamados Panpatí y Payán Chocol, practicando sus artes de
hechicería. Allí encontraron nueve zapotes en el lugar de Chitulul. A continuación
comenzaron a cruzar el lago todos los guerreros yendo por último Gagavitz y su hermana
llamada Chetehauh. Hicieron alto y construyeron sus casas en la punta llamada
actualmente Qabouil Abah. Enseguida se marchó Gagavitz; fue realmente terrible cuando
lo vieron arrojarse al agua y convertirse en la serpiente emplumada.
Los poblados mencionados han de haber estado en la parte noroeste del lago, mientras
que lo siguiente pudo haber sucedido cercano al actual Santiago Atitlán: Allí deseaban
quedarse las siete tribus, querían ver la ruina del poder de los zutujiles. Cuando aquellos
bajaron a la orilla del agua y se detuvieron allí, les dijeron a los descendientes de los
Atziquinahay: Acaba de agitarse la superficie de nuestra laguna, nuestro mar ¡oh hermano
nuestro! Que sea para ti la mitad del lago y para ti una parte de sus frutos, los patos, los
cangrejos, los pescados, les dijeron. Y después de consultar entre sí, contestaron: Está
bien, hermano. La mitad de la laguna es tuya, tuya será la mitad de los frutos, los patos,
cangrejos y pescados, la mitad de las espadañas y las cañas verdes. Y así también juntará
la gente todo lo que mate entre las espadañas.
Así respondió el Atziquinahay. De esta manera fue hecha la división del lago, según
contaban nuestros abuelos. Y así fue también como nuestros hermanos y parientes se
quedaron con los zutujiles.
Pero nosotros no aceptamos la invitación para quedarnos. Nuestros primeros padres y
abuelos, Gagavitz y Zactecauh se fueron y pasaron adelante entre las tinieblas de la noche.
Cuando hicieron todo esto no había brillado la aurora todavía, según contaban, pero poco
después les alumbró. Luego llegaron al lugar de Pulchich, de donde partieron en grupos.
Los penitentes de la recoleccion
Todos los días a los doce de la noche, los vecinos del Barrio de La Recolección escuchan
pasos de encadenados. Son penitentes fantasmas que quieren librarse de sus culpas.
Cuando los han visto no solo van encadenados sino con capuchones antiguos. Algunos se
flagelan. Son animas por las cuales las viejitas dicen hay que rezar.
Verlos atemoriza pero también produce pena y compasión porque a nadie le gustaría
estar eternamente encadenado a sus malas acciones.
LEYENDA DE LA LLORONA
también llego a la Villa de la Asunción de las Aguas Calientes. Este personaje de leyenda,
cuya presencia atemoriza no solamente a los niños, sino también a las persona mayores,
es conocido de Sonora a Yucatán. En nuestra tierra, la fábula cuenta que una mujer de
sociedad, joven y bella, caso con un hombre mayor, bueno, responsable y cariñoso, que la
consentía como una niña, su único defecto... que no tenia fortuna.
Pero el sabiendo que su joven mujer le gustaba alternar en la sociedad y " escalar alturas
", trabajaba sin descanso para poder satisfacer las necesidades económicas de su esposa,
la que sintiéndose consentida despilfarraba todo lo que le daba su marido y exigiéndole
cada día mas, para poder estar a la altura de sus amigas, las que dedicaba tiempo a fiestas
y constantes paseos.
Marisa López de Figueroa, tuvo varios hijos estos eran educados por la servidumbre
mientras que la madre se dedicaba a cosas triviales. Así pasaron varios años, el
matrimonio Figueroa López, tuvo cuatro hijos y una vida difícil, por la señora de la casa,
que repulsaba el hogar y nunca se ocupo de los hijos. Pasaron los años y el marido
enfermó gravemente, al poco tiempo murió, llevándose " la llave de la despensa ", la
viuda se quedó sin un centavo, y al frente de sus hijos que le pedían que comer. Por un
tiempo la señora de Figueroa comenzó a vender sus muebles. Sus alhajas con lo que la fue
pasando.
Pocos eran los recursos que ya le quedaban, y al sentirse inútil para trabajar, y sin un
centavo para mantener a sus hijos, lo pensó mucho, pero un día los reunió diciéndoles
que los iba a llevar de paseo al río de los pirules. Los chamacos saltaban de alegría, ya que
era la primera vez que su madre los levaba de paseo al campo. Los subió al carruaje y salió
de su casa alas voladas, como si trajera gran pisa por llegar. Llegó al río, que entonces era
caudaloso, los bajo del carro, que ella misma guiaba y fue aventando uno a uno a los
pequeños, que con las manitas le hacían señas de que se estaban ahogando.
Pero ella, tendenciosa y fría , veía como se los iba llevando la corriente, haciendo
gorgoritos el agua, hasta quedarse quieta. A sus hijos se los llevo la corriente, en ese
momento ya estarían muertos . Como autómata se retiro de el lugar, tomo el carruaje,
salió como "alma que lleva el diablo ", pero los remordimientos la hicieron regresar al
lugar del crimen. Era inútil las criaturas habían pasado a mejor vida. Cuando se dio cuenta
de lo que había hecho, se tiro ella también al río y pronto se pudieron ver cuatro
cadáveres de niños y el de una mujer que flotaban en el río.
Dice la leyenda que a partir de esa fecha, a las doce de la noche, la señora Marisa venia de
ultratumba a llorar su desgracia: salía del cementerio (en donde les dieron cristiana
sepultura) y cruzaba la ciudad en un carruaje, dando alaridos y gritando ¡ Aaaaay mis hijos
¡ ¡ Donde estarán mis hijos ¡ y así hasta llegar al río de los pirules en donde desaparecía.
Todas las personas que la veían pasar a medianoche por las calles se santiguaban con
reverencia al escuchar sus gemidos y gritos. Juraban que con la luz de la luna veían su
carruaje que conducía una dama de negro que con alaridos buscaba a sus hijos.
LEYENDA DE LA TATUANA
Apareció en mitad de la plaza del pueblo como quien planta un árbol y espera que de
fruto al instante. Erguida hasta la arrogancia, saludable y en ademán de invitar a la cata
del fruto prohibido. Dijeron que había llegado en barco sin que pudiera afirmarse que lo
vieron arribar en playa o puerto alguno.
Corrían los tiempos de la Inquisición y su temible brazo castigador conseguía vadear las
aguas del Atlántico sin perder nada de su lava destructora, cuando la mujer más hermosa
a la que accediera mirada humana se presentó bajo el nombre de Tatuana.
Apenas transcurridos unos meses, y sin que tampoco nadie pudiera explicar de dónde
salieran los dineros, montó casa. Y era casa de postín y mucha juerga por la que no hubo
hombre maduro ni joven que no se dejara caer , cuando menos, alguna nochecita.
Todos sabían y callaban, hasta que llegó el día en que la Tatuana celebraba fiesta de
aniversario de la feliz inauguración de su casa cuando con mandado de la Inquisición
vinieron a buscarla y a prenderla.
“Y de qué se me acusa” quiso saber. La respuesta sólo llegó tras varios días de encierro al
conducirla ante el Tribunal . Se le acusaba de bruja por haber hechizado a todos los
hombres de la localidad, amén de muchos extranjeros de paso.
No tuvo defensa ni tortura pues la condena fue inmediata: moriría quemada viva.
La Tatuana, aún espléndidamente ataviada de fiesta en la víspera de su ajusticiamiento,
miró desde lo más profundo de sus negros ojos a los de su carcelero y le rogó que le
concediera un último deseo: un carbón para dibujar.
Por la mañana vinieron a buscarla para conducirla hasta la pira. En uno de los muros, con
trazo firme y algo infantil, se veía navegando y alejándose un velero como el que decían
que la había traído alas costas de América, el catre aún caliente y la celda vacía.
EL CARRETON DE LA MUERTE
Llegada la media noche, muchas personas del Centro Histórico escuchan el roce de las
ruedas de una carreta con el suelo. Hay quienes aseguran han oído hasta relinchar a los
caballos.Cuando la curiosidad hace que las personas vayan a ver, no ven nada, aunque
escuchan y hay quienes dicen sienten un aire extraño que pasa sobre sus cabezas porque
este carretón no roza el piso sino que vuela... La gente prefiere quedarse en su casa y solo
escucharlo pasar porque dicen que en ese carretón nos iremos todos, el dia que la muerte
decida trasladarnos al mas allá.
EL CADEJO
La leyenda del cadejo o cadejos está presente en casi todo centroamérica, se trata de un
perro enorme de color blanco y ojos rojos que protege a los hombres cuando llegan a
altas horas de la noche, sin embargo el cadejo tiene un enemigo, el cadejo negro, un ser
diabólico que ataca y mata a las personas de dudosa moral, cuando ambos el espíritu
protector y el diabólico se encuentran comienza entre ambos una lucha a muerte que
normalmente da tiempo a la persona a huir.
El cadejo blanco como protector acompaña al hombre que trasnocha hasta su casa lo hace
muchas veces desde las sombras y sin dejarse ver, normalmente se siente como un
presencia que no puedes localizar. Su finalidad es defender al borracho o trasnochador del
cadejo negro
El cadejo negro dependiendo de la cultura que enfoca la leyenda puede tener dos fines,
matar a las personas de dudosa moral a las que no puede defender el cadejo blanco
siempre a altas horas de la noche, o simplemente golpearle y aplastarle, en ambas
creencias el cadejo nunca muerde (salvo en su lucha con el cadejo blanco) y causa el daño
golpeando y aplastando, debido a su gran tamaño deja al hombre al que ataca como si
hubiera recibido una paliza.
- Guatemala
Según las leyendas en Guatemala, es un animal fantásmagórico que aparece en suelo
guatemalteco. La versión más conocida de este animal es la de forma de un perro de color
negro y ojos rojos que pareciera tienen fuego. Se cree que cuida a aquellos que se
embriagan y deambulan por las noches ayudándoles a encontrar el camino a casa o bien
durmiendo cerca de ellos para evitar les roben o dañen. Las otras versiones refieren que
este ser tiene dualidad, el negro y blanco, este último cuida de mujeres en el mismo
estado físico, sin embargo éstos son rivales y no pierden oportunidad de agredirse,
aunque se narra que se han unido para salvaguardar a sus protegidos de otro espectro
como La Llorona, Siguanaba o de algún maleante. También este personaje tiene su
resonancia precolombina maya en un espectro bienechor guardián de los caminos.
PANICO EN LA CARRETERA
El señor J.L. Gómez trabaja para una importante compañía fabricantes de productos
populares. Su labor consiste en colocar la mercancía en las tiendas del interior, razón por
la cual, realiza constantes viajes por todas las carreteras del país. El día Lunes 26 de Junio
de 1969, como de costumbre aunque retrasado en esa oportunidad, salió a las cuatro de
la tarde rumbo a la costa sur.
Infortunadamente antes de llegar a Palín tuvo que detenerse por falta de aire en un
neumático. La suerte parecía no acompañarle, debido a que la llanta de repuesto también
estaba en malas condiciones. Gracias a la ayuda de un piloto muy atento, pudo regresar a
la población de Amatitlán. Reparó las dos llantas y continuó hasta Escuintla. El atraso fue
de unas dos horas y media y sin embargo todo iba muy bien. Muchos vehículos le
acompañaban en el camino. El viaje era extremadamente duro. Tenía que llegar a
Coatepeque esa misma noche, debido a un buen negocio que le esperaba en esa
población.
A pesar de ser un hombre acostumbrado a caminar largos trechos solo, ahora sentía una
terrible ansiedad sin compañía. Algo le pareció muy extraño. Fue un olor fuertemente
azufrado que le causaba malestar estomacal. Se imagino que la batería era la causa.
Después de unos minutos de inútil trabajo por hacer volver a caminar el carro, pensó
pacientemente esperar que alguien le auxiliara. La intranquilidad se apoderó de él y los
minutos pasaban. De pronto vio sobre la cinta esfáltica una baga silueta que caminaba
muy raramente.
Era una figura alta que venía en zig-zag. Ante el temor de ser atacado sorpresivamente,
encendió los faros del auto y así pudo ver aunque brevemente la forma exacta de aquel
hombre. La luz se apago bruscamente. Sin saber por qué el miedo lo sobrecogió. Cerró los
vidrios sin tardanza y esperó que algo ocurriera. No sabe exactamente si él lo pensó o
alguien se lo dijo, pero una idea surgió en su mente. ¨ El carro no estaba malo, la falla era
debida a un enorme campo de energía y pronto desaparecerá ¨. Después de esto pudo
observar que a través de la maleza, se escurría aquella extraña figura. No habían
transcurrido ni dos minutos, cuando un penetrante silbido agudo se hizo presente. Una luz
clarísima e instantánea surgió y él solo pudo ver las sombras proyectadas por ella. Se
movió rápidamente y partió rumbo al sur. Por la ventanilla pudo observar como un punto
luminoso desaparecía en el firmamento.
Después de esta y en un estado casi histérico, trató de arrancar el coche, ahora sin
dificultad el motor se puso en marcha. Sin pensarlo dos veces partió velozmente hacia la
población más cercana. Hasta en ese momento no había creído en los tales OVNIS, pero el
piensa que algo de eso tuvo que ver en este pasaje inverosímil de su vida.
¿Qué había pasado en aquel lugar esa noche? ¿Quién era aquel ser tan misterioso que no
se había dejado ver? ¿Era un campesino o un ser de otro mundo? Nadie lo podrá afirmar o
negar, ya que este caso permanece aún en el misterio.
El señor Gómez desde entonces ha quedado muy impresionado. Es una persona agradable
y perfectamente normal. Nunca ha tenido problemas y parece siempre feliz. No obstante
eso cada vez que recuerda el incidente de su vida, el pánico se apodera de él y prefiere
nunca mencionarlo.
Sus viajes siguen sucediendo normalmente y por lo general nunca viaja de noche, ya que
por nada del mundo desearía encontrarse de nuevo con aquella figura sobrecogedora.
Muy seguido nos ocurren esas cosas misteriosas a nosotros los habitantes de la tierra,
muchas veces no les podemos encontrar una explicación satisfactoria y adecuada. Ante
esta imposibilidad, solo nos queda dar nuestro relato como un auténtico testimonio de lo
extraño
10 FABULAS
DOS AMIGOS
Esta historia se refiere a dos amigos verdaderos. Todo lo que era de uno era también del
otro; se apreciaban, se respetaban y vivían en perfecta armonía.
Una noche, uno de los amigos despertó sobresaltado. Saltó de la cama, se vistió
apresuradamente y se dirigió a la casa del otro.
Al llegar, golpeó ruidosamente y todos se despertaron. Los criados le abrieron la puerta,
asustados, y él entró en la residencia.
El dueño de la casa, que lo esperaba con una bolsa de dinero en una mano y su espada en
la otra, le dijo:
-Amigo mío: sé que no eres hombre de salir corriendo en plena noche sin ningún motivo.
Si viniste a mi casa es porque algo grave te sucede. Si perdiste dinero en el juego, aquí
tienes, tómalo...
...Y si tuviste un altercado y necesitas ayuda para enfrentar a los que te persiguen, juntos
pelearemos. Ya sabes que puedes contar conmigo para todo.
El visitante respondió:
-Mucho agradezco tus generosos ofrecimientos, pero no estoy aquí por ninguno de esos
motivos...
...Estaba durmiendo tranquilamente cuando soñé que estabas intranquilo y triste, que la
angustia te dominaba y que me necesitabas a tu lado...
...La pesadilla me preocupó y por eso vine a tu casa a estas horas. No podía estar seguro
de que te encontrabas bien y tuve que comprobarlo por mí mismo.
Así actúa un verdadero amigo. No espera que su compañero acuda a él sino que, cuando
supone que algo le sucede, corre a ofrecerle su ayuda.
La amistad es eso: estar atento a las necesidades del otro y tratar de ayudar a
solucionarlas, ser leal y generoso y compartir no sólo las alegrías sino también los
pesares.
EL LOBO Y LOS PASTORES
MORALEJA
El lobo y el león
En cierta ocasion, un lobo arrastraba hasta su guarida a un carnero
que había apartado de su rebaño, cuando se le cruzó un león
y se lo arrebató. el lobo, guardando las distancias, le reclamó:
MORALEJA
Lo que ha sido mal conseguido, fácilmente será perdido.
LOS TRES QUEJOSOS
MORALEJA
Si se repara, nadie en el mundo tiene dicha completa
LA ZORRA Y LA PANTERA
La zorra y la pantera
Mantenían una conversación muy animada
la zorra y la pantera acerca de la belleza.
-¡No me negaras que soy hermosa!- decía la pantera.-
Mi piel negra y aterciopelada es incomparable.
MORALEJA
La zorra y el perro
Una zorra se metió en el rebaño
De corderos. Como vio de lejos a los perros,
Cobijo en su pecho a un corderillo
Y fingió acariciarlo. Cuando llego el perro
Guardián y le pregunto qué estaba haciendo,
Ella respondió:
-Le acaricio y juego con él.
-¡Pues suéltalo enseguida -gruño el perro
Amenazador-, si no quieres conocer las caricias
de mis colmillos!
MORALEJA
LA GOLONDRINA Y LA SIEMBRA
La golondrina y la siembra
Cierta vez, un hombre estaba
Sembrando caña en su campo cuando
Paso por el cielo una golondrina.
El murcielago y el gildero
Cierta noche un murcielagooyo cantar a un jilguero
que estaba encerrado en una jaula.
MORALEJA
Debes ser prudente antes de comentar un error, un error
y no después.
EL CAMELLO, Y EL ELEFANTE Y EL MONO
MORALEJA
MORALEJA
No te engañes a ti mismo si las cosas
no te salen como quieres
CUENTOS
LA CHIMENEA
Un joven que había estudiado lógica, acudió a un rabino y solicitó ser instruido en Talmud.
"¿Lógica?" - preguntó el rabino - "dudo que eso sea suficiente para estudiar Talmud, pero
te tomaré una prueba. Supongamos que dos hombres bajan por una chimenea, uno sale
con la cara limpia y el otro con la cara sucia ¿Cuál se lava la cara?"
"Eso es fácil, el de la cara sucia" - respondió el estudiante
"Incorrecto" - dijo el rabino - "el de la cara limpia. Veamos: el de la cara sucia mira al de la
limpia y piensa que su cara también está limpia. El de la cara limpia mira al de la sucia y
piensa que su cara está sucia, así que él se lava la cara."
"No pensé en eso" - admitió el joven - "deme otra oportunidad".
"Volvamos a empezar. Dos hombres bajan por una chimenea, uno sale con la cara limpia y
el otro con la cara sucia ¿Cuál se lava la cara?" - Planteó el rabino.
"Recién hemos respondido, aquel con la cara limpia" - contestó el estudiante.
"No. Ambos se lavan la cara - dijo el rabino - Aquel con la cara sucia mira al de la limpia y
piensa que su cara está limpia también. Pero el de la cara limpia mira al de la sucia, y
piensa que su cara también lo está, entonces se lava. Cuando el de la cara sucia ve que el
de la limpia lava su cara, él también se lava. Por lo tanto ambos lavan su cara".
"No me di cuenta de esa alternativa" - expresó el joven - "deme otra oportunidad".
"Está bien. Dos hombres bajan por una chimenea, uno sale con la cara limpia y el otro con
la cara sucia ¿Cuál se lava la cara?" - Preguntó el rabino.
"Ambos lavan su cara" - respondió con énfasis el estudiante.
"No. Ninguno de los dos". - Dijo el rabino - "Aquel con la cara sucia mira al de la limpia y
piensa que la suya también lo está. El de la cara limpia mira al de la sucia, y piensa que su
cara también está sucia. Pero cuando él ve que el hombre de la cara sucia no se lava, él
tampoco se lava. Por lo tanto ninguno se lava."
"Una última oportunidad y le demostraré que puedo estudiar Talmud" - pidió el joven.
"Dos hombres bajan por una chimenea, uno sale con la cara limpia y el otro con la cara
sucia ¿Cuál se lava la cara?" - Volvió a plantear el rabino.
"Ninguno" - exclamó triunfalmente el estudiante.
"¿Ves ahora por que la lógica no es suficiente para estudiar Talmud? ¿Cómo es posible
que dos hombres que bajan por la misma chimenea, uno salga con la cara sucia y otra con
la cara limpia? ¿No ves que la pregunta es tonta? Y si intentas contestar preguntas tontas,
tu respuesta será tonta. Así que aprende algo más de lógica antes de que intentes estudiar
el Talmud." - Sugirió el rabino.
LAS 3 REJAS
Había una vez un samurai que era de avanzada edad y era conocido como el mejor del
pueblo.
Un día, se comentaba de la gran fuerza de un nuevo guerrero joven, quien había matado a
muchos de los guerreros mas prestigiosos, y que iba a ir al pueblo para pelear con el gran
maestro.
Este, al enterarse de la noticia, aceptó el duelo, porque había escuchado que el joven
guerrero hacía enojar a los demás
guerreros, y cuando los guerreros se enojaban él era muy bueno para ver un simple error
y ganar la pelea.
Cuando llegó el día, el guerrero comenzo a insultar al viejo samurai de todas maneras e
idiomas, pero no lo hizo enojar, y se fue indignado.
El viejo samurai contestó, frente a la vacía pregunta de un alumno, porqué no había
peleado; dijo: Si alguien viene con un regalo para ti, y tú no lo aceptas ¿de quien es el
regalo?
El alumno contestó: sigue siendo tuyo, porque el otro no lo quizo.
Bueno, dijo el samurai, aplica esto a la actitud que tuvo el joven guerrero, y entenderas el
porqué...
EL REY SABIO
Había una vez un rey que respondía con sabiduría todas las preguntas que le hacían; cada
súbdito que se presentaba ante él salía con la respuesta justa a su pregunta.
Cierto día un joven celoso de su sabiduría se propuso tenderle una trampa, iría donde el
rey y con pequeño pájaro en su mano le preguntaría si éste estaba vivo o muerto, si el rey
decía que estaba vivo, él apretaría al pájaro en sus manos y al abrirlas éste abría muerto...
y el rey se habrá equivocado; si contestaba que estaba muerto éste lo dejaría volar... y el
rey se habrá equivocado, se sentía orgulloso su plan no podía fallar.
Fue así que llegó ante el rey y expuso su pregunta:
- "Dime si éste pájaro que tengo en mis manos está vivo o está muerto"
El rey luego de mirar al joven a los ojos le respondió:
- "Querido amigo porqué me preguntas eso a mí si la respuesta está en tus manos".
RIQUEZA Y POBREZA
Una vez, un padre de una familia acaudalada llevó a su hijo a un viaje por el campo, con el
firme propósito de que viera cuan pobre era la gente del campo que comprendiera el
valor de las cosas y lo afortunados que eran ellos.
Estuvieron por espacio de un día y una noche completos en la granja de una familia
campesina muy humilde.
Al concluir el viaje y de regreso a casa el padre le pregunta a su hijo:
- ¿ Que te pareció el viaje?
- !!Muy lindo papá!!
- ¿Viste que tan pobre y necesitada puede ser la gente?
- ¡ Si ¡
- ¿Y que aprendiste?
- Vi que nosotros tenemos un perro en casa, y ellos tienen cuatro. Nosotros tenemos una
piscina de 25 metros, ellos tienen un arroyo que no tiene fin. Nosotros tenemos lámparas
importadas en el patio, ellos tienen miles de estrellas. Nuestro patio llega hasta el limite
de la casa, el de ellos tiene todo el horizonte. Especialmente papá, vi que ellos tienen
tiempo para conversar y convivir en familia. Tú y mamá tienen que trabajar todo el tiempo
y casi nunca los veo y rara es la vez que charlan conmigo.
Al terminar el relato, el padre se quedó mudo...y su hijo agregó:
- Gracias papá, por enseñarme lo ricos que podríamos llegar a ser.
¿QUE TAN PODEROSO ERES?
Cuenta la historia que Eêv Kai Hâv, el más odiado y temido de los guerreros de todo el
ancho mundo, sabiéndose inigualable en ferocidad y destreza en el combate quiso ser el
más poderoso de todos los hombres. Por lo tanto buscó, indagó y viajó demasiado hasta
comprobar que sólo uno era más poderoso que él sobre la tierra. Ese era Buda, así que
partió a buscarlo. No tardó mucho en hallarlo en su templo de la montaña. Allí entró sin
previo aviso, rompiendo puertas y pasando sin miramientos sobre todo obstáculo que lo
alejara de su contendor; pero cuando estuvo frente a Buda no supo que hacer; aquel ser
pequeño, escuálido, enjuto, no podía ser aquel hombre poderoso del que se hablaba
tanto.
- Vienes a demostrar de qué eres capaz, ¿Cierto? - Preguntó Buda.
- Vengo a demostrar que soy más poderoso que todo, mucho más que tú, mucho más que
cualquier fiera de la tierra, bajo ella; del mar o del cielo. - Respondió el otro, confundido
aún pero firme.
- Bueno, dijo el primero. Ya que eso es lo que buscas te daré algo que te puede ayudar.
Abajo, en la ribera del río existe una pequeña población de labriegos, hombres de paz, que
ha sido asolada en los últimos días por un tigre hambriento. ¿Crees ser capaz de
demostrar qué tan poderoso eres?...
El guerrero partió sin mediar más palabras, y unas horas después ya regresaba con la
sangrante cabeza del animal en sus manos.
- Ahí tienes. ¿Necesitas, acaso, otra demostración de mi poder?.
- ¡Claro!. Dijo Buda. - No has demostrado nada hasta ahora. Devuelve, por favor, la vida a
la criatura.
- No puedo… no es posible eso que me pides. Respondió el hombre, visiblemente
afectado.
- Entonces no eres tan fuerte como crees serlo, no ves acaso que cuando se trata de quitar
la vida, puede hacerlo cualquiera, con un poco de suerte o empeño; pero cuando el
asunto es otorgarla… a muy pocos les es dado. Se requiere demasiado.
FABULAS
EL PARAÍSO IMPERFECTO
—Es cierto —dijo mecánicamente el hombre, sin quitar la vista de las llamas que ardían en
la chimenea aquella noche de invierno—; en el Paraíso hay amigos, música, algunos libros;
lo único malo de irse al Cielo es que allí el cielo no se ve.
EL FABULISTA Y SUS CRÍTICOS
En la Selva vivía hace mucho tiempo un Fabulista cuyos criticados se reunieron un día y lo
visitaron para quejarse de él (fingiendo alegremente que no hablaban por ellos sino por
otros), sobre la base de que sus críticas no nacían de la buena intención sino del odio.
Como él estuvo de acuerdo, ellos se retiraron corridos, como la vez que la Cigarra se
decidió y dijo a la Hormiga todo lo que tenía que decirle.
EL ECLIPSE
Cuando Fray Bartolomé Arrazola se sintió perdido acepto que ya nada podría salvarlos. La
selva poderosa de Guatemala lo había opresado, implacable y definitiva. Ante su
ignorancia topográfica se sentó con tranquilidad a esperar la muerte. Quiso morir allí, sin
ninguna esperanza, aislado con el pensamiento fijo en la España distante, particularmente
en el convento de Los Abrojos, donde Carlos Quinto condescendiera una vez a bajar de su
eminencia para decirle que confiaba en el celo religioso de su labor redentora.
Entonces floreció en el una idea que tuvo por digna de su talento y de si cultura universal
y de su arduo conocimiento de Aristóteles.
Recordó que para ese día se esperaba un eclipse total de sol. Y dispuso, en lo mas intimo,
valerse de ese conocimiento para engañar a sus opresores y salvar la vida.
-Si me matáis -les dijo- puedo hacer que el sol se oscurezca en su altura.
Los indígenas lo miraron fijamente y Bartolomé sorprendió la incredulidad en sus ojos. Vio
que se produjo un pequeño consejo, y espero confiado, no sin cierto desdén.
Dos horas después el corazón de fray Bartolomé Arrazola chorreaba su sangre vehemente
sobre la piedra de los sacrificios (brillante bajo la opaca luz de un sol eclipsado), mientras
uno de los indígenas recitaba sin ninguna inflexión de voz, sin prisa, una por una, las
infinitas fechas en que se producirían eclipses solares y lunares, que los astrónomos de la
comunidad maya habían previsto y anotado en sus códices sin la valiosa ayuda de
Aristóteles.
LA RANA QUE QUERÍA SER UNA RANA AUTÉNTICA
Había una vez una Rana que quería ser una Rana auténtica, y todos los días se esforzaba
en ello.
Unas veces parecía encontrarla y otras no, según el humor de ese día o de la hora, hasta
que se cansó de esto y guardó el espejo en un baúl.
Por fin pensó que la única forma de conocer su propio valor estaba en la opinión de la
gente, y comenzó a peinarse y a vestirse y a desvestirse (cuando no le quedaba otro
recurso) para saber si los demás la aprobaban y reconocían que era una Rana auténtica.
Un día observó que lo que más admiraban de ella era su cuerpo, especialmente sus
piernas, de manera que se dedicó a hacer sentadillas y a saltar para tener unas ancas cada
vez mejores, y sentía que todos la aplaudían.
Y así seguía haciendo esfuerzos hasta que, dispuesta a cualquier cosa para lograr que la
consideraran una Rana auténtica, se dejaba arrancar las ancas, y los otros se las comían, y
ella todavía alcanzaba a oír con amargura cuando decían que qué buena Rana, que parecía
Pollo.
CANCIONES GUATEMALTECAS
En Cobán yo disfruté
del encanto de su suelo,
las bellezas que admiré
motivaron esta canción.
En Cobán me quedaré
disfrutando del paisaje
y del clima encantador
de Cobán, Ciudad imperial.
Admirando su verdor
se adivina el motivo de la
orquídea,
Monja Blanca primorosa
que su suelo floreció
y es nuestra flor nacional.
Y es en Alta Verapaz
donde todo el tiempo es
primavera
y se sabe dondequiera
que es la cuna del Quetzal
y que ahí vuela triunfal.
Quiero llevarme de ti
Un collar de golondrinas,
Para poder recordar
De tus noches tan divinas
Bella ciudad sin igual
Que a tus calles iluminas,
Cuando empieza anochecer
Millares de golondrinas
Cuando se ven las palmeras
Belleza como ninguna
Las golondrinas anidan
Para contemplar la luna
Escuintla, ciudad de palmeras
Escuintla, ciudad de mi querer;
Admiro, ver como juguetean
Las golondrinas, No te puedo olvidar.
9. HUEHUETENANGO
Yo le canto a mi tierra hermosa y
bella
A sus flores y mujeres primorosas A sus flores y mujeres primorosas
A su clima delicioso sin rival A su clima delicioso sin rival
A su cielo primoroso sin igual A su cielo primoroso sin igual
Fuente de mi inspiración Fuente de mi inspiración
De poesía y de canción De poesía y de canción
Y le canto a las bellas del selegua Huehuetenango
Y a los altos sin pargo De mis dulces sueños
Chicumatanes Como te boca mi corazón
Canto a la poderosa raza Man Mi tierra linda
A las ruinas donde caibalan Como recuerdo
Le canto a Chinabajúl Las marimbitas
Mientras el horizonte azul Y Saculeu
Huehuetenango Aquellas tardes en los pinitos
De mis dulces sueños Donde entonamos esta canción.
Como te boca mi corazón
Mi tierra linda
Como recuerdo
Las marimbitas
Y Saculeu
Aquellas tardes en los pinitos
Donde entonamos esta canción
(coro)
Huehuetenango
Ciudad preciosa
La tierra hermosa donde naci
Quiero alegrarme con tus
marimbas
Acatiquaje y Chinabajúl
Tus lindas calles son un espejo
Donde se mira tu cielo azul
Yo le canto a mi tierra hermosa y
bella
10. IZABAL
Ramiro, ¡Bésame!
—No.
—Ramiro, ¡Abrázame!
—¡No!
—Pero, las parejas se besan y se abrazan
—Somos una pareja de policías Carlos, Carajo.