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Esquema de Vacunación en México

0 a 6 años.

México ha alcanzado impactos


benéficos en la morbilidad y
mortalidad de las enfermedades
prevenibles por vacunación, que
incluyen enfermedades tan
antiguas como la viruela y otras de
importancia, como poliomielitis,
sarampión, difteria, tos ferina,
tétanos y tuberculosis meníngea;
a lo anterior han contribuido
particularmente las Semanas
Nacionales de Salud y otras
estrategias que han permitido
focalizar las acciones y cumplir
con las metas nacionales e
internacionales.

Una de estas estrategias es la implantación de la Cartilla Nacional de Vacunación, que


desde 1978 se estableció en México por decreto presidencial, como un instrumento de
registro y control de las dosis de vacunas que reciben los niños y niñas menores de cinco
años de edad. Su uso ha sido obligatorio y su distribución gratuita en todas las
instituciones del sector salud. Durante 20 años se conservó el esquema propuesto por la
Organización Panamericana de la Salud (OPS) en el Programa Ampliado de
Inmunizaciones, y es en 1998 cuando este esquema sufre su primer cambio, al
incorporarse la vacuna triple viral (SRP) que sustituye a la vacuna contra el sarampión,
incorporando los inmunógenos contra rubéola y parotiditis. En 1999 se incluye la vacuna
pentavalente que sustituye a la DPT y agrega los inmunógenos contra H. influenza e y
hepatitis B.

Para el año 2000, con el propósito de avanzar hacia la eliminación de la rubéola congénita,
se inicia la aplicación de vacuna SR en adolescentes y adultos. En 2001, con la creación de
los Programas de Atención a la Salud de la Infancia y Adolescencia, la Cartilla Nacional de
Vacunación se amplía incluyendo los biológicos de importancia nacional para la población
menor de veinte años de edad, como las vacunas contra hepatitis B, tétanos, difteria,
sarampión y rubéola. Para el año 2007 se modifica el esquema de vacunación
sustituyendo la vacuna pentavalente de células completas por vacuna pentavalente
acelular, antihepatitis B monovalente, antineumocóccica conjugada y anti-rotavirus.

Antecedentes de la vacunación en México

Los resultados obtenidos con el Programa de Vacunación Universal en México son


espectaculares y han dado lugar al desarrollo de una serie de instrumentos y estrategias
que deben servir de experiencia y ejemplo para otras latitudes. Ha sido precisamente la
valiosa experiencia de las estrategias de Vacunación Universal, con acciones a escala
masiva, con un enfoque intersectorial, articulando actividades intensivas permanentes,
con gran dependencia de la movilización y la participación social, lo que ha permitido
desarrollar un modelo de intervención y un estilo de gestión en salud, aplicable a otros
programas de salud.

Los grandes logros en coberturas y en resultados epidemiológicos alcanzados a través del


Programa de Vacunación Universal revelan que ha sido, sin duda, uno de los programas
más exitosos en la historia de la salud pública de nuestro país, lo cual se ha logrado gracias
a la participación y al intenso trabajo de todo el personal del Sistema Nacional de Salud,
de brigadas y voluntarios, así como a la decisión y al alto grado de responsabilidad
colectiva en que toda la nación se ha empeñado para mantenerlo y superarlo, para
asegurar que todos los niños y las niñas, desde su nacimiento, no se afecten por los
padecimientos que pueden ser prevenidos por medio de las vacunas.

A partir de 1980 se organizan jornadas intensivas de vacunación con diferente


denominación, pero con objetivos similares: primero, fueron las Fases Intensivas de
Vacunación, después, los Días Nacionales de Vacunación, más tarde, las Semanas
Nacionales de Vacunación y en la actualidad, las Semanas Nacionales de Salud.

En 1980 se inician las actividades de vacunación antipoliomielítica, con una semana de


duración, aplicando vacuna Sabin monovalente (polio virus tipo I). A partir de 1981 se
iniciaron las Fases Intensivas de Vacunación antisarampionosa, de una semana de
duración, las que con un enfoque epidemiológico se efectuaban en la época previa
(octubre) a la alza en la incidencia de la enfermedad. En 1986, en respuesta al exhorto de
la OPS/Organización Mundial de la Salud (OMS) de erradicar la transmisión autóctona del
polio virus salvaje de la Región de las Américas para 1990 se implantó, como sustituto de
las Fases Intensivas contra la poliomielitis, la realización de los Días Nacionales de
Vacunación Antipoliomielítica, aplicando vacuna Sabin trivalente, en forma indiscriminada
a toda la población menor de cinco años de edad, obteniendo magníficos logros; el último
caso reportado de poliomielitis en México fue en 1990, en Tomatlán, Jalisco.
En enero de 1991 se creó, por decreto presidencial, el Consejo Nacional de Vacunación
(CONAVA), como instancia de coordinación y consulta, cuyo objetivo principal fue
promover, apoyar y coordinar las acciones de las instituciones de salud de los sectores
público, social y privado, tendientes a controlar y eliminar las enfermedades transmisibles,
a través del establecimiento del Programa de Vacunación Universal, dirigido a la
protección de la salud de la niñez. Los componentes esenciales del Programa fueron:

 Fortalecimiento continúo de las actividades diarias de vacunación en las unidades de


salud.

 Realización de fases intensivas de carácter nacional, regional, estatal y local (Días


Nacionales o Días Estatales de Vacunación; Semanas Nacionales de Salud, etcétera). La
filosofía que ha prevalecido con la Vacunación Universal es la de lograr abatir cada vez en
mayor grado la morbilidad y la mortalidad infantil por enfermedades que pueden ser
prevenidas por medio de las vacunas, y contribuir así a mejorar la calidad de vida, el
bienestar y el desarrollo sostenido de la población infantil en nuestro país.

Para 1991, en Lázaro Cárdenas, Michoacán, se presentó el último caso de difteria. Basados
en las experiencias nacionales y de otros países, a las acciones de vacunación se
agregaron, en 1993, otras, como el combate frontal a la mortalidad por diarreas y al
efecto negativo de las parasitosis intestinales sobre la salud, la nutrición, el
aprovechamiento escolar y el desarrollo de la niñez.

En virtud de las altas tasas de mortalidad y de morbilidad infantil, producidas por


enfermedades diarreicas, observadas en muchos países, la Terapia de Hidratación Oral y la
capacitación de madres de familia para el adecuado manejo de los episodios diarreicos
ocurridos en el hogar, han constituido elementos muy importantes para disminuir el
riesgo. Es así como surgió la idea de llevar a cabo en nuestro país la transición de las
Semanas o Días Nacionales de Vacunación, a las Semanas Nacionales de Salud, con
acciones integradas de atención primaria, en las que, además de la aplicación de vacunas,
se ofreciera a la población infantil menor de 14 años de edad, otras acciones de salud.

Fue en octubre de 1993, cuando se iniciaron las Semanas Nacionales de Salud como una
estrategia para ofrecer, a la población menor de 14 años de edad, un paquete de salud,
con acciones integradas de atención primaria, cuyo eje central son las acciones de
vacunación. La Primera Semana Nacional de Salud se realizó con el propósito fundamental
de fortalecer las acciones de eliminación del sarampión, razón por la cual el grupo blanco
prioritario fueron los niños y niñas inscritos en las escuelas primarias y secundarias de
nuestro país. Incorporación de nuevas vacunas al esquema básico Sustentado en el
panorama epidemiológico, tanto nacional como internacional, a partir de 1997, se
hicieron modificaciones al esquema básico de vacunación en nuestro país. En ese año, se
incorporó la vacuna contra el tétanos y la difteria (Td), sustentado en que diversos países
de Suramérica y Europa presentaron resurgimiento de la difteria.

En la encuesta seroepidemiológica de 1995, que se realizó en México, se identificó que


sólo 52.9% de mayores de 18 años de edad encuestados contaban con anticuerpos contra
la difteria, debido a la disminución de la memoria inmunológica, por no haber
reexposición al agente. En sustitución de la vacuna antisarampionosa monovalente y, para
extender la protección en menores de 12 meses y seis años de edad, con la intención de
abatir la morbilidad por rubéola, la meningitis o encefalitis por parotiditis, y de manera
indirecta el síndrome de rubéola congénita, se incorporó en 1998 la vacuna contra el
sarampión, la rubéola y la parotiditis (triple viral, SRP).

En 1999 se introdujo la vacuna pentavalente (DPT+HB+Hib) contra la difteria, tos ferina,


tétanos, hepatitis B y enfermedades invasivas por Haemophilus influenzae del tipo b, ya
que estudios realizados en diversos países señalan que con la aplicación de esta vacuna se
pueden evitar hasta 20% de las defunciones por infecciones respiratorias agudas. En
México se evitarían 1 620 defunciones anuales, 10 000 casos de enfermedades invasoras y
1 600 casos de secuelas neurológicas graves. A partir del 2000 se inició la vacunación
sectorial con vacuna doble viral contra sarampión y rubéola (SR) y antihepatitis B.

Aunque se han hecho grandes progresos en la perspectiva de la interrupción de la


transmisión del sarampión en la mayoría de los países de las Américas, el virus del 13
sarampión continúa circulando en varias áreas de la Región. En 1999 se presentaron
brotes en varios países entre ellos Brasil, Argentina, República Dominicana, Uruguay,
Colombia, Costa Rica y Canadá. En este mismo año se presentaron 30 casos en México, la
mayoría en personas que eran de grupos de edad diferentes de los protegidos por el
esquema nacional de vacunación.

La vacunación con SR en México pretende disminuir la proporción de susceptibles a


sarampión y rubéola, y la circulación y transmisión de estos virus en los trabajadores de la
salud y en la comunidad, así como consolidar las estrategias de eliminación del sarampión
y el control de la rubéola adquirida y congénita.

A partir del año 2004, se incorporó al esquema básico de vacunación en los menores de
cinco años la vacuna: antiinfluenza. A partir del año 2007 se inicia la aplicación de vacuna
antineumocóccica conjugada, antirotavirus, se sustituye la vacuna pentavalente de células
completas por vacuna pentavalente acelular (DPaT+antipoliomielítica inactivada+Hib), se
aplica antihepatitis B monovalente en el menor de un año.
Referencias

Salud Medicinas.com. (2015). Esquema de Vacunación México. 30 Agosto 2017,


de Salud Medicinas,com Sitio web:
http://www.saludymedicinas.com.mx/centros-de-salud/salud-
infantil/esquemas/esquema-vacunacion-mexico.html

Secretaria de Salud. (2008). Manual de Vacunación. 30 Agosto 2017, de Fes


iztacala Sitio web:
http://tuxchi.iztacala.unam.mx/cuaed/comunitaria/unidad4/images/Manualdev
acunacion2008.pdf

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