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Grupo ACT Argentina


Terapia de Aceptación y Compromiso en Argentina
Activación Conductual
Activación conductual
Un tratamiento simple y eficaz para la depresión

Activación conductual(AC) para depresión es un procedimiento que cuenta con no menos de 30


años, pero que en los últimos años ha vuelto a cobrar interés.

92316587Como toda buena idea, se basa en una premisa simple: sin importar cómo se genere la
depresión, una de sus características principales es la inacción, que a su vez lleva a que el estado de
ánimo empeore (y a menudo añade culpa a la tristeza ya existente), por lo cual el tratamiento podría
dirigirse a “activar” a la persona, es decir, utilizar principios de aprendizaje para que paulatinamente
la persona deprimida realice actividades que le resulten placenteras, importantes, o que le brinden
una sensación de dominio. De esa manera se rompe el circuito de “tristeza-inacción-tristeza-etc”.

AC se popularizó como parte de la terapia cognitivo-conductual (TCC) de la depresión propuesto


por Aaron Beck, que incluía, además de intervenciones cognitivas para modificar los esquemas
centrales, la planificación de actividades de agrado o dominio como parte del tratamiento. La TCC
demostró ser altamente efectiva para la depresión, logrando recuperación con tratamientos
relativamente breves.

La investigación de Jacobson (1996)


Hacia mediados de los 90′ el equipo de Neil Jacobson realizó un análisis de componente de la TCC
para depresión. Un análisis de componente es una investigación destinada a averiguar qué es
efectivo en un tratamiento dado: la mayor parte de las terapias psicológicos incluyen varios tipos de
intervenciones, y no siempre todos esos “ingredientes” resultan necesarios. Saber cuáles son los
componentes “activos” en un tratamiento permite mejorarlo, haciéndolo más simple y más eficaz.

La investigación se realizó con 150 pacientes externos diagnosticados con Trastorno Depresivo
Mayor, que se asignaron aleatoriamente a una de los siguientes tratamientos:

Sólo el componente de activación conductual de la TCC de Beck para depresión


Un tratamiento que incluía AC y un entrenamiento en habilidades para reconocer pensamientos
automáticos (PA), pero excluyendo la discusión de los esquemas centrales.
El tratamiento TCC completo (AC + PA + modificación de esquemas)
Los resultados fueron sólidos: la modalidad TCC completa no fue más efectiva que las otras dos
condiciones (sólo AC, o bien AC+PA). No hubo diferencia en los resultados, ni al finalizar el
experimento ni en los seguimientos (que llegaron a dos años). Los descubrimientos (bastante
inesperados para el equipo de Jacobson), pusieron en duda la necesidad de realizar intervenciones
cognitivas para el tratamiento de la depresión. Es decir, si todo el paquete TCC tiene la misma
eficacia que AC (que es sólo una parte de TCC), ¿cuál es la necesidad de realizar intervenciones
cognitivas? . Adicionalmente, esto puso en cuestión la premisa de Beck, de que las creencias o
esquemas centrales son la causa de la depresión.

Esto llevó a un renovado interés en AC como tratamiento independiente para la depresión, ya que
tiene un buen número de ventajas:
No requiere la discusión ni la modificación de los pensamientos del paciente depresivo
Es un tratamiento más sencillo para el terapeuta
Es un tratamiento más sencillo para enseñar
A partir de las investigaciones de Jacobson se han comenzado a realizar investigaciones focalizadas
exclusivamente en AC, comparándolas con otros tipos de intervención (psicológicas y
farmacológicas), y los resultados siguen siendo favorables.

Modelos de Activación Conductual


Lejuez presentando las bases del tratamiento BATD

AC tiene una conceptualización propia de la depresión, que involucra principios conductuales y


análisis funcionales de las conductas que constituyen la depresión.

En la actualidad hay dos formatos o modelos de activación conductual para la terapia: el modelo BA
(Behavioral Activation), propulsado por Addis y Martell (que fueron colaboradores de Jacobson), y
el modelo BATD (Brief Activation Treatment for Depression – Tratamiento Breve de Activación
Conductual para la Depresión; Lejuez, Hopko et al.). Las diferencias entre ambos son relativamente
pequeñas: se basan en distintos principios de aprendizaje; BATD es más estructurado que BA; BA
incorpora elementos de análisis funcional y herramientas para lidiar con la rumiación, mientras que
BATD se enfoca exclusivamente en la activación conductual. Pero de todos modos, ambos modelos
tienen más semejanzas que diferencias.

Para la formación, utilizamos un abordaje que combina la estructura de BATD -utilizando el manual
de Lejuez como guía para presentar los diversos componentes y organizar el tratamiento-, con las
herramientas de resolución de problemas y análisis funcional de BA, que ayudan a resolver
situaciones frecuentes en la clínica.

El procedimiento de AC, así organizado, se aprende en pocas horas, y brinda una herramienta que
puede ser utilizada en la clínica, ya sea como tratamiento único para depresión, o bien como
complemento a otro tratamiento (por ejemplo, utilizando 20 minutos de la sesión para la
planificación de actividades y revisión de la tarea de AC y el resto del tiempo para trabajar con otros
temas importantes para el paciente).
Además de esto, AC puede utilizarse como eje de tratamiento en una amplia gama de trastornos.
Esto es: poner en movimiento al paciente y luego ir trabajando las dificultades que surgen al
avanzar en determinada dirección (emociones negativas, pensamientos, recuerdos, etc.), con otros
procedimientos. AC es completamente compatible con otros tipos de tratamiento.
Qué es Activación Conductual

¿Qué es BATD?

Activación conductual para depresión (o BATD, por las siglas en inglés),es un procedimiento que
cuenta con no menos de 30 años de historia, pero que en los últimos años ha vuelto a cobrar interés
en el campo de las psicoterapias para depresión.
Como toda buena idea, se basa en una premisa simple: sin importar cómo se genere la depresión,
una de sus características principales es la inacción, la falta de actividad, que a su vez lleva a que el
estado de ánimo y los pensamientos empeoren (y a menudo añade culpa a la tristeza ya existente),
lo cual a su vez dificulta la acción. En lenguaje coloquial, esta es la principal característica que
identificamos al decir que una persona “está deprimida”: le cuesta cumplir con sus obligaciones,
pasa mucho tiempo encerrada, no parece disfrutar de ninguna actividad, etc.
Con esto en mente, un tratamiento posible podría dirigirse a “activar” a la persona, es decir, utilizar
principios de aprendizaje y refuerzo para que paulatinamente la persona deprimida realice
actividades que le resulten placenteras, importantes, o que le brinden una sensación de dominio
sobre su vida, y de esa manera se rompe el circuito de “tristeza-inacción-tristeza-inacción”. Esta es
precisamente la propuesta que hace Activación Conductual (AC).
AC se basa en los trabajos de Ferster[i], quien realizó las primeras conceptualizaciones de la
depresión utilizando análisis funcional, y los primeros desarrollos de Lewinsohn[ii] y sus
colaboradores, quienes fueron los primeros en aplicar principios conductuales al tratamiento de la
depresión (si bien el término “activación conductual” es posterior).
A pesar del considerable esfuerzo en investigación y desarrollo en el ala conductual, el abordaje se
popularizó principalmente gracias a su inclusión como un componente de tratamiento en la Terapia
Cognitiva (TC) de la depresión desarrollada por Aaron Beck[iii], un modelo de tratamiento que
incluía, además de intervenciones cognitivas como eje central del tratamiento , la planificación de
actividades de agrado o dominio como parte del protocolo.
El modelo de Beck
En el caso que nos ocupa, TC es el estándar de tratamiento para depresión, un modelo sólido y con
mucha evidencia a favor de su eficacia. TC incluye varias intervenciones, algunas cognitivas y
algunas conductuales, es decir, incluye varios “ingredientes”. Una discusión completa del modelo
de Beck está más allá del alcance de este artículo, pero basta con mencionar que el tratamiento de
TC para depresión postula que las personas adquieren determinados esquemas cognitivos (también
llamados creencias centrales), que son maneras estables de ver el mundo, como resultado de sus
experiencias tempranas. Estos esquemas cognitivos predisponen a las personas a interpretar
negativamente los eventos vitales (las denominadas distorsiones cognitivas o pensamientos
automáticos), y esto a su vez, lleva a que la persona actúe de manera depresiva. En las
investigaciones y en la clínica, la TC demostró ser altamente efectiva para la depresión, logrando
buenos resultados con tratamientos relativamente breves, y pronto se convirtió en el estándar de
tratamiento para depresión, siendo hoy uno de los abordajes más populares en la práctica clínica
guiada por evidencia.
Sin embargo, no todo estaba dicho aún.
La investigación de Jacobson
Hacia mediados de los 90′ el equipo de Neil Jacobson realizó un análisis de componente de la TCC
para depresión[iv]. Un análisis de componente es un tipo de investigación destinado a
averiguar qué es efectivo en un tratamiento dado. La mayor parte de las terapias psicológicas
incluyen distintas intervenciones, y la pregunta es cuál de esos “ingredientes” es el que mejor lleva
al cambio y a la mejoría. Por ejemplo, suele ser frecuente que durante el tratamiento psicológico de
un paciente deprimido se le recomiende hacer actividad física, quizá también se le prescriba un
antidepresivo, y todo esto a la vez que continúa con la psicoterapia. Ahora bien, la pregunta es: si el
paciente mejora luego de seis meses, ¿lo atribuimos a la actividad física, a la psicoterapia, a la
medicación, a la combinación de todo eso o a algún factor externo a la terapia (por ejemplo, el mero
paso del tiempo o la resolución de un conflicto en la vida de la persona)? Ese es el tipo de pregunta
que un análisis de componente intenta contestar. Comparando la eficacia de los componentes de
tratamiento entre sí se puede saber cuál es el elemento activo, o en qué grado lo es, en cada caso. Y
saber cuáles son los componentes activos y cuáles son innecesarios en un tratamiento permite
mejorarlo, haciéndolo más simple y más eficaz.
La investigación que llevó a cabo el equipo de Jacobson se realizó con 152 pacientes diagnosticados
con Trastorno Depresivo Mayor, que se asignaron aleatoriamente a una de tres condiciones de
tratamientos posibles, siguiendo el modelo de tratamiento de Beck:
1. La primera condición de tratamiento incluyó sólo el componente de activación conductual de la
TC de Beck para depresión. Esto incluía actividades semiestructuradas dirigidas a activar a las
personas en su ambiente cotidiano.
2. La segunda condición de tratamiento abarcó, además del componente de AC, la detección y
modificación de los pensamientos automáticos disfuncionales (PA) o distorsiones cognitivas, tal
como se realiza en TC tradicional.
3. La tercera condición de tratamiento incluyó el tratamiento TC completo: AC, la modificación de
las distorsiones cognitivas, y además la identificación y modificación de los patrones estables de
pensamiento: los esquemas cognitivos o creencias centrales, que son hipotéticamente la causa de los
pensamientos negativos y la conducta depresiva.
Los resultados fueron sólidos e inesperados: no hubo diferencia de eficacia en los resultados al
finalizar el experimento ni en el seguimiento a dos años que se hizo de los pacientes[v]. La
modalidad TC completa fue igual de efectiva que las otras dos condiciones (sólo AC, o bien
AC+PA). Los descubrimientos (bastante inesperados para el equipo de Jacobson), pusieron en duda
la necesidad de realizar intervenciones cognitivas para el tratamiento de la depresión. Es decir, si
todo el paquete TC tiene la misma eficacia que AC (que es sólo una parte del mismo), ¿cuál sería la
utilidad de agregar intervenciones cognitivas?. Adicionalmente, esta investigación puso en duda la
premisa de Beck respecto a la causa de la depresión, es decir que las creencias o esquemas centrales
y los pensamientos distorsionados son la causa de la depresión.
Todo esto llevó a un renovado interés en AC como tratamiento autónomo (es decir, no como parte
de otro tratamiento sino como tratamiento en sí mismo) para la depresión, ya que ofrece un buen
número de ventajas:
No requiere la discusión ni la modificación de los pensamientos del paciente depresivo,
procedimiento que suele ser difícil de aprender y aplicar.
Es un tratamiento más sencillo de llevar a cabo para el terapeuta.
Es un tratamiento más sencillo para enseñar a los terapeutas.
A partir de las investigaciones de Jacobson se han comenzado a realizar investigaciones focalizadas
exclusivamente en AC, comparándolas con otras intervenciones (psicológicas y farmacológicas), y
los resultados han sido favorables, particularmente con los casos más graves de depresión[vi].
Modelos de Activación Conductual
AC tiene una conceptualización propia de la depresión, que involucra principios conductuales y
análisis funcionales de las conductas que constituyen la depresión.
En la actualidad hay dos formatos o modelos de activación conductual para la terapia: el modelo BA
(Behavioral Activation), propulsado por Addis y Martell (que fueron colaboradores de Jacobson), y
el modelo BATD (Brief Activation Treatment for Depression – Tratamiento Breve de Activación
Conductual para la Depresión; Lejuez, Hopko et al.[vii]). Las diferencias entre ambos son
relativamente pequeñas: se basan en distintos principios de aprendizaje; BATD es más estructurado
que BA; BA incorpora elementos de análisis funcional y herramientas para lidiar con la rumiación,
mientras que BATD se enfoca exclusivamente en la activación conductual. Pero de todos modos,
ambos modelos comparten más semejanzas que diferencias.
BATD
BATD es de particular interés en nuestro contexto latinoamericano, en el cual los recursos
económicos no suelen permitir tratamientos prolongados y complejos, y el acceso a la formación de
los terapeutas suele ser limitado, ya que se trata de un protocolo breve, accesible a los terapeutas en
su base teórica, y con buenas referencias empíricas respecto a su eficacia[viii] ,[ix],[x],[xi].
El modelo BATD propone la identificación y realización de actividades que se conectan
estrechamente con los valores personales de cada paciente, en diversas áreas vitales, y si bien el
modelo no ignora las emociones y pensamientos del paciente, pone el énfasis en la modificación de
la conducta como medio para el cambio. Por ejemplo, supongamos que un paciente manifiesta
como un valor “ser un buen padre para mis hijos”, en ese caso, el modelo BATD se centrará en
identificar colaborativamente actividades adecuadas al nivel de actividad del paciente, actividades
que encarnen ese valor, tales como jugar con sus hijos, ir a buscarlos al colegio, ayudarlos con la
tarea, etc. La motivación es puesta aquí como un resultado, no como un requisito: la motivación no
surge en el vacío, sino que nos sentimos más motivados a medida que interactuamos con el mundo.
El modelo BATD consta de pocos elementos de tratamiento: el registro de las actividades
cotidianas, la evaluación de las áreas vitales y valores personales del paciente, la jerarquización y
planificación de actividades seleccionadas y la utilización de los recursos sociales accesibles al
paciente.
El procedimiento de BATD, así organizado, se puede aprender en pocas horas, y brinda una
herramienta que puede ser utilizada en la clínica, ya sea como tratamiento único para depresión, o
bien como complemento de otro tratamiento (algo que suele suceder en la práctica es dedicar la
mitad de la sesión al protocolo BATD y la otra mitad a otros estilos de trabajo). Además de esto, AC
puede utilizarse como eje de tratamiento en una amplia gama de trastornos (hay algunas
investigaciones iniciales sobre la aplicación de BA en diversos trastornos de ansiedad, véase Hopko
et al, 2004). Esto es: poner en movimiento al paciente y luego ir trabajando las dificultades que
surgen al avanzar en determinada dirección (emociones negativas, pensamientos, recuerdos, etc.),
con otros procedimientos.
En suma, se trata de un tratamiento con soporte empírico, sumamente interesante para nuestro
contexto socio-economico, y que permite una nueva luz en el tratamiento de las personas que sufren
de depresión.

Bibliografía:
[i] Ferster, C. B. (1973). A functional analysis of depression. American Psychologist, 28(10), 857–870. doi:10.1037/h0035605
[ii] Lewinsohn P M. 1974. A behavioral approach to depression. In The Psychology of Depression: C ontemporary Theory and
Research, ed. RJ Friedman, M M Katz, pp. 157–85. New York: Wiley
[iii] Beck, A. T., Rush, A. J., Shaw, B. F., & Emery, G. (1979). Cognitive therapy of depression. New York: The Guilford Press.
[iv] Jacobson, N., Dobson, K., Truax, P., Addis, M. E., & K. (1996). A component analysis of cognitive-behavioral treatment for
depression. Journal of Consulting and Clinical Psychology, 64(2), 295–304.
[v] Gortner, E. T., Gollan, J. K., Dobson, K. S., & Jacobson, N. S. (1998). Cognitive-behavioral treatment for depression: relapse
prevention. Journal of consulting and clinical psychology, 66(2), 377–84.
[vi] Dimidjian, S., Hollon, S. D., Dobson, K. S., Schmaling, K. B., Kohlenberg, R. J., Addis, M. E., Gallop, R., et al. (2006).
Randomized trial of behavioral activation, cognitive therapy, and antidepressant medication in the acute treatment of adults with
major depression. Journal of consulting and clinical psychology, 74(4), 658–70. doi:10.1037/0022-006X.74.4.658
[vii] Lejuez, C. W., Hopko, D. R., Acierno, R., Daughters, S. B., & Pagoto, S. L. (2011). Ten year revision of the brief behavioral
activation treatment for depression: revised treatment manual. Behavior modification, 35(2), 111–61.
doi:10.1177/0145445510390929
[viii] Hopko, D. R., Sanchez, L., Hopko, S. D., Dvir, S., & Lejuez, C. W. (2003). Behavioral activation and the prevention of suicidal
behaviors in patients with borderline personality disorder. Journal of personality disorders, 17(5), 460–78. Retrieved from
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/14632378
[ix] Hopko, D. R., Lejuez, C. W., Lepage, J. P., Hopko, S. D., & Mcneil, D. W. (2003). A Brief Behavioral Activation Treatment for
Depression: A Randomized Pilot Trial within an Inpatient Psychiatric Hospital. Behavior Modification, 27(4), 458–469.
doi:10.1177/0145445503255489
[x] Hopko, D. R., Lejuez, C. W., & Hopko, S. D. (2004). Behavioral Activation as an Intervention for Coexistent Depressive and
Anxiety Symptoms. Clinical Case Studies, 3(1), 37–48. doi:10.1177/1534650103258969
[xi] Collado-Rodriguez, A., Castillo, S.D., Maero, F., Lejuez, C.W. & MacPherson, L. Brief Behavioral Activation Treatment for
Depression in Latinos with Limited English Proficiency: Preliminary Efficacy and Acceptability. Submitted manuscript.
Publicado originalmente en http://psyciencia.com/2012/10/29/activacion-conductual-un-tratamiento-simple-y-eficaz-para-la-
depresion-2/

https://prezi.com/ycx3-pbgqfka/protocolo-de-activacion-conductual/

Protocolo de Activación Conductual


Taller de Habilidades Clínicas
de Natalia Muñoz García el 31 de Marzo de 2014 818
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Transcripción de Protocolo de Activación Conductual


¡gracias!
Etapas del tratamiento de BA
1. Establecer una buen relación terapéutica y presentar el modelo.
2. Monitorear la relación entre la situación/acción y el estado de ánimo, y hacer un análisis fino del
afrontamiento relacionado con el estado de ánimo.
3. Aplicar nuevas estrategias de afrontamiento a situaciones reales de la vida.
4. Revisión del tratamiento y prevención de recaídas.
Atención a problemas no estándares
Debe haber atención estandarizada para varios problemas no estándares:

En el caso de pacientes suicidas: valoración suicida y un protocolo de intervención.


Pacientes que expresan serias dudas acerca de la naturaleza de la terapia o intención de retirarse:
restablecer relación terapéutica y discutir méritos de quedarse en terapia.
Crisis personal: tratar de manejar la crisis consistentemente con la condición que están aplicando en
terapia.
La realización de la terapia de activación conductual
1. Cuestiones generales:

Proveer hipótesis sobre circunstancias que precipitaron la depresión.


Elucidar el patrón de afrontamiento que han agravado la depresión.
Crear un plan de tratamiento para mejorar este patrón.
Jacobson, Martell y Dimidjian (2001)
Jacobson et al., 1996

El componente de
BA
funcionó igual que la intervención entera.
Principio de Parsimonia
¿Cuáles son los ingredientes activos de la Terapia Cognitiva?
Hipótesis Cognitiva:
Las
cogniciones
son la clave en el mantenimiento y desarrollo de la depresión.
El tratamiento dependerá del cambio en las cogniciones.

Hipótesis Conductual:
Eventos negativos
Pérdida de reforzadores
DEPRESIÓN
Evitación
Vulnerabilidad
Tratamiento: maximizar oportunidades con reforzadores
(re-engage)
Componentes comunes CT y BA
Relación terapéutica
Empatía, respeto,...
Empiricismo Colaborativo
Equipo terapéutico y Psicoeducación.
¿Cómo responder a los pensamientos desde el BA?
Um hmm"
Respuesta empática
Conexión con la emoción
Eventos precipitantes (Ed y E.Delta)
Función
Estructura de las Sesiones
24 sesiones
en
16 semanas
Inicio

Parte cental

Final
Pregunta general
BDI (Monitoreo)
Establecer Agenda y tiempos
Trabajo de los temas decididos
Resumen rápido
Tareas
Retroalimentación del paciente
Programar próxima cita
Componentes esenciales
Análisis funcional

-
Foco en la conducta y el contexto donde ocurre.

Activación -
Enseñar a actuar de acuerdo a sus objetivos o valores.

Aprendizaje -

Causas ambientales e históticas.

Enfoque idiográfico

Reestablecimiento
de rutinas
En la sesión final, el terapeuta y el cliente deben:

1. Revisar los problemas iniciales presentados


2. Hacer una lista de las señales de alerta y los desencadenadores en el marco del TRAP.
3. Hacer una lista de los elementos que más le han ayudado en el tratamiento.
4. Formular un plan de prevención/respuesta para una posible recaída.
5. Convertir estrategias de activación a rutinas
6. Discutir qué siente el paciente acerca de la terminación.
7. El terapeuta debe mencionar la importancia del cumplimiento de las evaluaciones de
seguimiento.
Problemas comunes que surgen
Ciertos pacientes tienen mucha dificultad para hacer y terminar relaciones.
Pacientes que no han mejorado, hay guias para referir al paciente a otros terapeutas después de las
16 semanas.

2. Técnicas específicas:
Esquema del ciclo de depresión:
Eventos precipitantes
DEPRESIÓN
Problemas de segundo orden
Justificación del tratamiento.
Identificar qué está mal.
Guiar acciones que ayuden a solucionar el problema.
Asignar actividades que generen control o placer.
Enseñar al paciente el papel que tiene la conducta de autoderrota y entornos aversivos en los estados
de ánimo negativos.
Asignar tareas graduales.
Evaluar comportamientos alternativos en diferentes situaciones
Protocolo de Activación Conductual Parte I

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