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Las técnicas de relajación que te propongo son muy sencillas; sirven para
relajar al niño inquieto o nervioso; para el niño que le cuesta trabajo
concentrarse; también como descanso en los tiempos de estudio o entre
clase y clase; o para el niño o la niña que muestra miedo o tensión ante
determinadas situaciones: hablar en público, visita al médico…
Lo ideal de estas técnicas es que una vez que vosotros como padres se
las enseñéis, el niño o la niña puedan realizarlas por sí mismo, sin vuestra
presencia, cuando lo crea conveniente.
3. Cómo relajar hombros y cuello: ahora imagina que eres una tortuga.
Imagínate que estás sentado encima de una roca en un tranquilo lago
relajándote al calor del sol, te sientes tranquilo y seguro allí. ¡Oh! De
repente sientes una sensación de peligro. ¡Vamos! Mete la cabeza en tu
concha. Trata de llevar tus hombros hacia tus orejas, intentando poner tu
cabeza metida entre tus hombros, mantente así, no es fácil ser una tortuga